Palabras diarias de Dios: La entrada en la vida | Fragmento 515

La obra de refinamiento tiene lugar, principalmente, para perfeccionar la fe de las personas y alcanzar por fin un estado en el que quieres marcharte, pero no puedes; en el que algunas personas carecen de una pizca de esperanza, pero siguen teniendo su fe; es un estado en el que ya no se tiene esperanza en el propio futuro y es solo en este momento cuando se habrá concluido el refinamiento de Dios. El hombre sigue sin haber alcanzado la etapa de rondar entre la vida y la muerte, no ha probado la muerte, por lo que el proceso de refinamiento no ha terminado. Incluso aquellos que se encontraban en la etapa de los hacedores de servicio no fueron refinados por completo. Job se sometió a un refinamiento extremo y no tenía nada en lo que apoyarse. Las personas deben pasar por refinamientos hasta el punto de no tener esperanza ni nada en lo que apoyarse; solo este es el verdadero refinamiento. Durante el tiempo de los hacedores de servicio, si tu corazón siempre estuvo tranquilo delante de Dios y si independientemente de lo que Él hiciera y de cuál fuera Su voluntad para ti siempre obedeciste Sus disposiciones, entonces, al final del camino entendiste todo lo que Dios hizo. Pasar por las pruebas de Job es pasar también por las pruebas de Pedro. Cuando Job fue probado, fue testigo, y al final Jehová se reveló a él. Sólo después de ser testigo fue digno de ver el rostro de Dios. ¿Por qué se dice: “Me oculto de la tierra de inmundicia, pero Me muestro al reino santo”? Eso significa que sólo cuando eres santo y eres un testigo, puedes ser digno de ver el rostro de Dios. Si no puedes ser testigo de Él, no eres digno de ver Su rostro. Si te retiras o te quejas contra Dios frente a los refinamientos fallas en ser testigo de Él y eres el hazmerreír de Satanás, no obtendrás la aparición de Dios. Si eres como Job, quien en medio de las pruebas maldijo su propia carne, no se quejó contra Dios y fue capaz de detestar su propia carne sin quejarse ni pecar por medio de sus palabras, eso es ser testigo. Cuando pasas por refinamientos hasta un cierto grado y puedes seguir siendo como Job, totalmente obediente delante de Dios y sin otras exigencias de Él y sin tus propias nociones, Dios se te aparecerá. Ahora Él no se te aparece porque tienes muchas nociones propias, prejuicios personales, pensamientos egoístas, exigencias individuales e intereses carnales, y no eres digno de ver Su rostro. Si vieses a Dios, lo medirías mediante tus propias nociones y, al hacerlo, lo estarías clavando en la cruz. Si te sobrevienen muchas cosas no alineadas con tus nociones, pero eres capaz de dejarlas a un lado y de conocer las acciones de Dios a partir de ellas, y si en medio de los refinamientos revelas tu corazón de amor por Dios, eso es ser testigo. Si tu hogar es apacible, si disfrutas de las comodidades de la carne, si nadie te persigue, y tus hermanos y hermanas en la iglesia te obedecen, ¿puedes exhibir tu corazón de amor por Dios? ¿Puede esto refinarte? Tu amor por Dios solo puede mostrarse mediante el refinamiento, y solo puedes ser perfeccionado por medio de las cosas que ocurren y que no están en línea con tus nociones. Con la ayuda de muchas cosas adversas y negativas, y empleando todo tipo de manifestaciones de Satanás, como sus acciones, sus acusaciones, sus perturbaciones y sus engaños, Dios te permite ver claramente el detestable rostro de Satanás, para que de ahí en adelante perfecciones tu habilidad para reconocerlo, para que puedas odiarlo y renunciar a él.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Los que serán hechos perfectos deben someterse al refinamiento

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