Solo con temor a Dios se puede recorrer la senda de la salvación (Parte 1)
Independientemente de la cantidad de tiempo que crean en Dios, aquellos que no poseen un corazón temeroso de Dios jamás cambiarán. Solo aquellos que temen a Dios pueden obtener la obra del Espíritu Santo y tomar la senda de la salvación. ¡Es crucial que el hombre tenga un corazón temeroso de Dios! ¿Por qué algunas personas nunca llegan a conocerse a sí mismas? Porque no tienen corazones temerosos de Dios. ¿Por qué algunas jamás pueden obtener la obra del Espíritu Santo? Porque no tienen corazones temerosos de Dios. Solo aquellos que tienen corazones temerosos de Dios son capaces de reflexionar a menudo sobre sí mismos y llegan así a conocerse; siempre tienen miedo de cometer errores o de tomar el camino equivocado. Cuando les suceden cosas que les exigen hacer elecciones, prefieren ofender al hombre antes que ofender a Dios y prefieren sufrir la persecución a distanciarse de Él o traicionarlo. Job era un hombre que temía a Dios y evitaba el mal, y recibió la aprobación de Dios.
Por tanto, ¿dónde debe empezar tu experiencia si quieres alcanzar la salvación a través de tu fe en Dios? Debes empezar por aceptar el juicio y castigo de Dios, lograr conocerte verdaderamente a ti mismo y arrepentirte de manera genuina, es decir, tomar la senda de la salvación. No es fácil que las personas se conozcan a sí mismas y les es aún más difícil conocer su propio carácter y esencia corruptos, saber lo pequeñas e insignificantes que son ante Dios, ante el Creador. Si no pueden conocer su propio carácter o esencia corruptos, ¿sabrán entonces qué tipo de relación tienen con Dios, su medida ante Dios o si Dios las quiere? (No). Entonces, ¿qué han obtenido después de todos estos años de fe en Dios? ¿Han obtenido la verdad? ¿Han entrado en la senda de la salvación? Si después de empezar a creer en Dios, comen y beben Sus palabras, viven una vida de iglesia y cumplen con su deber, ¿equivale eso a tener una relación con Dios? ¿Qué puede hacer una persona, qué debe buscar, qué postura debe adoptar y cómo debe escoger su senda para tener una relación con el Creador? ¿Lo sabéis? No podéis responder. Parece que os falta demasiado, lo que significa que no os centráis en buscar o compartir sobre la verdad con respecto a muchas cosas que no entendéis, por lo que vuestra vida de iglesia carece de detalles y vuestros resultados seguramente no son los mejores. Tenéis en vuestros labios los términos y dichos espirituales que a menudo se dicen cuando se cree en Dios, pero no os los tomáis en serio, ni volvéis a vuestro propio espíritu y calmáis vuestro corazón para pensar: “¿Qué significan estas palabras que Dios ha dicho? ¿Cómo las aplico en mi vida real? ¿Cómo las concreto y las hago realidad? ¿Qué puedo hacer para que estas palabras no se queden en doctrina y teoría, sino que formen parte de mi vida y se conviertan en la dirección en la que camino? ¿Cómo debo comportarme para que las palabras de Dios formen parte de mi vida?”. Si sois capaces de pensar sobre estas cosas, podréis razonar acerca de muchos detalles. Pero en general, nunca meditáis sobre esas cosas, así que, respecto a la mayoría de las verdades de las que se habla habitualmente, te detienes en una comprensión literal. Si la gente se detiene en una comprensión literal, ¿qué podrán los demás ver en ella? La gente predica a menudo sobre teorías, terminología y dichos espirituales, pero en sus vidas no puedes ver realmente que ponga en práctica o experimente las palabras de Dios. Hoy os enfrentáis a un gran problema. ¿De qué problema se trata? Se trata de que, dado que sois capaces de predicar un poco de doctrina, de captar ciertos dichos espirituales y de hablar un poco sobre vuestras experiencias de conocimiento de vosotros mismos, pensáis que comprendéis la verdad, que vuestra fe en Dios ha alcanzado un cierto nivel, que estáis por encima de la mayoría de la gente, pero, de hecho, no habéis entrado en la realidad-verdad, y sin gente que os apoye y os prepare, sin gente que os comunique la verdad y os guíe, os estancaríais y os volveríais disolutos. Sois incapaces de emprender la obra de dar testimonio de Dios, no podéis completar la comisión de Dios y, sin embargo, en vuestro interior, todavía tenéis una elevada opinión de vosotros mismos, pensáis que entendéis más que la mayoría de la gente, pero en realidad carecéis de estatura, no habéis entrado en la realidad-verdad y os habéis vuelto arrogantes simplemente por ser capaces de entender unas pocas palabras y doctrinas. En cuanto las personas entran en este tipo de estado, cuando piensan que ya han obtenido la verdad y se vuelven complacientes, ¿qué clase de peligro corren? Si realmente aparece un falso líder o anticristo charlatán, sin duda se dejarán desorientar y comenzarán a seguirlo. Es peligroso, ¿verdad? Es probable que os volváis arrogantes, santurrones y complacientes, en cuyo caso, ¿no os alejaríais de Dios? ¿No estaríais traicionando a Dios para seguir vuestro propio camino? No tenéis la realidad-verdad y sois incapaces de dar testimonio de Dios; solo podéis dar testimonio y presumir de vosotros mismos, así que ¿acaso no estáis en peligro? Además, si estáis sumidos en esta circunstancia, ¿qué carácter corrupto revelaréis? En primer lugar, revelaréis un carácter arrogante y santurrón; no hace falta decirlo. ¿No os aprovecharéis también de vuestro rango y alardearéis de vuestra antigüedad? ¿No aleccionaréis a la gente desde vuestro púlpito? Si reveláis estas actitudes corruptas, ¿no os detestará Dios? Si alguien es especialmente arrogante y santurrón, y no se examina a sí mismo, ¿no es posible que Dios lo desdeñe? Es realmente muy posible. Por ejemplo, puede que hayáis cumplido con vuestros deberes durante varios años, pero no se ha producido ningún progreso discernible en vuestra entrada en la vida, os limitáis a comprender unas pocas doctrinas superficiales y no tenéis conocimiento real y ni siquiera habéis mostrado un avance digno de mención con respecto al carácter y la esencia de Dios; si esta es vuestra estatura actual, ¿qué es probable que hagáis? ¿Qué clase de corrupción revelaréis? (Arrogancia y vanidad). ¿Vuestra arrogancia y vanidad se intensificarán o permanecerán inmutables? (Se intensificarán). ¿Por qué se intensificarán? (Porque nos creeremos altamente cualificados). ¿Y con base en qué juzgan las personas el nivel de su propia aptitud? En todos los años que lleva en un determinado deber, en toda la experiencia que ha adquirido, ¿no? Y, en tal caso, ¿no empezaréis poco a poco a pensar en términos de antigüedad? Por ejemplo, cierto hermano lleva creyendo muchos años en Dios y mucho tiempo cumpliendo con un deber, por lo que es el más apto para hablar; cierta hermana no lleva mucho aquí y, aunque tiene algo de aptitud, no tiene experiencia en este deber y no hace mucho que cree en Dios, con lo cual es la menos apta para hablar. La persona más apta para hablar piensa para sus adentros: “Dado que tengo antigüedad, eso significa que el cumplimiento de mi deber está a la altura, que mi búsqueda ha alcanzado su punto álgido y que no hay nada por lo que deba esforzarme o en lo que deba entrar. He cumplido bien con este deber, he realizado más o menos este trabajo, Dios debería estar satisfecho”. Y, así, comienza a volverse complaciente. ¿Indica esto que ha entrado en la realidad-verdad? Han dejado de progresar. No han ganado todavía ni la verdad ni la vida y, sin embargo, se creen muy aptos y hablan en términos de antigüedad y esperan la recompensa de Dios. ¿No están revelando un carácter arrogante? Cuando las personas no están “altamente cualificadas” saben ser cautas, se recuerdan a sí mismas que no deben cometer errores. Una vez que se creen altamente cualificadas, se vuelven arrogantes y empiezan a tener una elevada opinión de sí mismas, y es probable que se vuelvan complacientes. En esas ocasiones, ¿acaso no es probable que le pidan a Dios recompensas y una corona, como hizo Pablo? (Sí). ¿Cuál es la relación entre el hombre y Dios? No es la misma que existe entre el Creador y los seres creados. No es más que una relación transaccional. Y cuando se da este caso, las personas no tienen relación con Dios y es probable que Él esconda Su rostro de ellos, lo cual es una peligrosa señal.
Algunas personas dan de lado a Dios y ellas mismas controlan al pueblo escogido de Dios y, así, transforman el entorno en el que la gente cumple con su deber en un reino independiente de anticristos; transforman las iglesias que sirven a Dios y le rinden culto en organizaciones religiosas. ¿Han entrado estas personas en la verdad y la vida? ¿Siguen a Dios, le sirven o dan testimonio de Él? De ninguna manera. ¿Cumplen con su deber? (No). Entonces, ¿qué hacen? ¿Acaso no participan en las operaciones y empresas del hombre? No importa cuánto te involucres en las operaciones y empresas del hombre, si Dios no está en tu corazón, y si no persigues la verdad, ¿no significa eso que no tienes relación con Dios? ¿No es algo terrible? Cuando alguien cree en Dios y lo sigue, lo que más hay que temer es que se aparte de las palabras de Dios y de la verdad para dedicarse a operaciones y empresas humanas. Hacerlo es desviarse y tomar la propia senda. Digamos, por ejemplo, que una iglesia elige a un líder. Este líder solo sabe predicar palabras y doctrinas, y se centra únicamente en su propio prestigio y estatus. No realiza ninguna obra práctica. Sin embargo, vosotros le oís predicar las palabras y doctrinas adecuadamente y de acuerdo con la verdad, y todo lo que dice es correcto, por lo que lo admiráis mucho y sentís que es un buen líder. Le hacéis caso en todo y, finalmente, lo seguís y lo obedecéis por completo. ¿No estáis siendo desorientados y controlados por un falso líder? ¿Y no se ha convertido esa iglesia en un grupo religioso con un falso líder a la cabeza? Puede parecer que los miembros de un grupo religioso con un falso líder a la cabeza cumplen con sus deberes, pero ¿realmente es así? ¿De veras sirven a Dios? (No). Si esas personas no sirven a Dios ni cumplen con sus deberes, ¿tienen una relación con Dios? ¿Cree una banda que no tiene relación con Dios en Él? Decidme, ¿tienen los seguidores de un falso líder o aquellos bajo el control de un anticristo la obra del Espíritu Santo? Desde luego que no. ¿Y por qué no? Porque se han desviado de las palabras de Dios, y no se someten ni lo adoran, sino que les hacen caso a falsos pastores y anticristos. Dios los desdeña y deja de obrar en ellos. Se han desviado de las palabras de Dios, Él los ha desdeñado y han perdido la obra del Espíritu Santo. Entonces, ¿puede Dios salvarlos? (No). No puede, y eso es un problema. De ahí que, por muchas personas que haya en una iglesia desempeñando sus deberes, su posibilidad de salvarse depende fundamentalmente de si realmente siguen a Cristo o a una persona, de si realmente experimentan la obra de Dios y persiguen la verdad o se dedican a actividades religiosas, a operaciones y empresas humanas. Está condicionada sobre todo por su capacidad para aceptar, perseguir y buscar la verdad a fin de resolver los problemas que descubren. Esto es absolutamente crucial. Lo que la gente busca realmente y la senda por la que va, si realmente acepta la verdad o la abandona, si se somete a Dios o se resiste a Él… Dios escruta constantemente todas estas cosas. Dios observa a cada iglesia y cada persona. Da igual cuántas personas haya cumpliendo un deber o siguiendo a Dios en una iglesia; en el momento en que se apartan de Sus palabras, en el momento que pierden la obra del Espíritu Santo dejan de experimentar la obra de Dios y, así, ellas y el deber que cumplen no tienen ninguna conexión ni forman parte de la obra de Dios, en cuyo caso esta iglesia se ha convertido en un grupo religioso. Decidme, ¿qué consecuencias tiene que una iglesia se convierta en un grupo religioso? ¿No diríais que estas personas están en grave peligro? Nunca buscan la verdad cuando se enfrentan a los problemas y no actúan según los principios-verdad, sino que están sujetas a las disposiciones y manipulaciones de los seres humanos. Incluso hay muchos que, durante el cumplimiento de su deber, nunca oran ni buscan los principios-verdad; se limitan a preguntarles a otros y a hacer lo que les dicen, a actuar según las indicaciones de los demás. Lo que sea que les indiquen los demás que hagan, ellos lo hacen. Creen que orar a Dios acerca de sus problemas y buscar la verdad resulta vago y difícil, así que buscan una solución simple y fácil. Suponen que confiar en los demás y hacer lo que les dicen es fácil y más práctico, así que simplemente hacen lo que dicen los demás, preguntan a otros y hacen todo lo que les dicen. A consecuencia de ello, a pesar de llevar creyendo muchos años, al enfrentarse a un problema ni una sola vez se han presentado ante Dios, orando y buscando Sus deseos y la verdad, para luego alcanzar una comprensión de la verdad y actuar y comportarse de acuerdo con las intenciones de Dios; jamás han tenido tal experiencia. ¿Practican realmente esas personas la fe en Dios? Me pregunto por qué algunas personas, una vez que entran en un grupo religioso, son tan propensas a pasar de creer en Dios a creer en una persona, de seguir a Dios a seguir a una persona. ¿Por qué cambian tan deprisa? ¿Por qué, tras haber creído en Dios durante muchos años, todavía le prestan atención y la siguen en todo? Tantos años de fe y, sin embargo, nunca ha habido realmente un lugar para Dios en sus corazones. En todo lo que hacen, nada tiene que ver con Dios ni con Sus palabras. Su discurso, sus acciones, su vida, su trato con los demás, su manera de ocuparse de los asuntos, incluso al cumplir con su deber y servir a Dios, todos sus actos y hechos, todos sus comportamientos e incluso cada pensamiento e idea que brota de ellos, nada de eso tiene que ver con creer en Dios o en Sus palabras. ¿Es un verdadero creyente? ¿Puede el número de años que uno ha creído en Dios determinar la estatura de esa persona? ¿Puede probar si su relación con Dios es normal? En absoluto. A fin de determinar si una persona cree sinceramente en Él, es fundamental analizar si puede aceptar las palabras de Dios en su corazón y si es capaz de vivir entre Sus palabras y experimentar Su obra.
Piensa en lo siguiente: cuando crees en Dios, si solo participas en rituales religiosos y guardas algunos preceptos; si te limitas a moverte por inercia mientras cumples con tu deber y actúas, sin enfocarte en los principios-verdad; si solo hablas de palabras y doctrinas mientras compartes la verdad, pero no tienes conocimiento práctico; si las palabras de tu enseñanza son superficiales mientras difundes el evangelio y das testimonio; si solo expresas palabras y doctrinas espirituales para proveer y apoyar a la gente, ¿puedes lograr resultados? Si mientras crees en Dios solo buscas una espiritualidad aparente, ¿es la fe que manifiestas una experiencia de la obra de Dios? ¿Puedes obtener la verdad mientras realizas tu deber de esta manera? ¿Es esta la verdadera fe en Dios? (No). ¿Cuál es entonces? Puede que hayáis seguido a Dios durante muchos años, leído muchas de Sus palabras, escuchado no pocos sermones y comprendido muchas doctrinas y, por supuesto, algunos de vosotros habéis entrado parcialmente en la realidad-verdad, pero ¿os atreveríais a decir que ya habéis alcanzado la estatura de la salvación? ¿Podéis estar seguros de que no volveréis a ser desorientados y capturados por Satanás? ¿Podéis estar seguros de que no volveréis a adorar y seguir al hombre? ¿Podéis asegurar que seguiréis a Dios hasta el final del camino, que no retrocederéis en absoluto, que no os limitaréis a creer en un Dios celestial y vago, como hacen las personas religiosas, en lugar de seguir al Dios práctico? Puede que sigáis al Dios encarnado, pero ¿perseguís la verdad? ¿Sois capaces de alcanzar la auténtica sumisión y de conocerlo verdaderamente? ¿No corréis aún el peligro de traicionar a Dios? Deberíais pensar sobre todas estas cosas. En la actualidad, ¿cuáles de vuestras creencias, puntos de vista y estados son iguales o similares a los de los creyentes en el cristianismo? ¿En qué compartís el mismo estado? Si alguien que cree en Dios se atiene a la verdad como si fuera un conjunto de preceptos, ¿no es probable que su fe se convierta en participación en un ritual religioso? (Sí). Observar rituales religiosos no difiere realmente del cristianismo; quienes lo hacen han avanzado y progresado más en términos de enseñanza y teoría, y su fe ha crecido y se ha desarrollado un poco más. Eso es todo. Si creer en Dios se convierte en una creencia religiosa, en un estudio de teología, en un conjunto de preceptos o rituales, ¿no se ha convertido entonces en cristianismo? Hay una diferencia entre las enseñanzas nuevas y las antiguas, pero si lo único que haces es comprender la verdad como doctrina, y no sabes cómo practicar la verdad, y mucho menos cómo experimentar la obra de Dios, y si, por muchos años que creas en Dios, por muchas dificultades que pases, por muchos buenos comportamientos que tengas, lo que tienes no es, sin embargo, una comprensión auténtica de la verdad, y no has ganado la verdad ni has entrado en la realidad-verdad, entonces ¿acaso tu modo de creer no es el del cristianismo? ¿No es esa la esencia del cristianismo? (Sí). Entonces, ¿qué ideas o estados tenéis en vuestras acciones o en el cumplimiento de vuestro deber que sean similares o iguales a los de los cristianos? (Nos atenemos a los preceptos y nos equipamos con palabras y doctrinas). Adhesión a los preceptos, predicar palabras y doctrinas, considerar la verdad como palabras y doctrinas, ¿qué más? (Nos centramos en hacer el trabajo, no en la entrada en la vida). Os centráis solo en esforzaros, no en ganar la vida ni en entrar en la realidad-verdad, ¿qué más? (Nos centramos en la apariencia de espiritualidad y buen comportamiento). Ya habéis dicho bastante, así que lo resumo: buscar un supuesto buen comportamiento y esforzarse mucho por envolverse en un barniz de espiritualidad y hacer cosas que la gente considera correctas en sus nociones y figuraciones, cosas que la gente tiende a respaldar, es buscar una falsa espiritualidad. Tal persona es un hipócrita que se sube a su pedestal para predicar palabras y doctrinas, que les enseña a otros cómo hacer buenas obras y a ser buenas personas, que se hace pasar por una persona espiritual. Sin embargo, en su trato con los demás, en el manejo de los asuntos y en el cumplimiento de su deber, nunca busca la verdad, sino que vive según actitudes satánicas. En todo lo que le sucede, se guía por su propia voluntad, dejando a Dios de lado. Nunca actúa según los principios-verdad; se limita a atenerse a los preceptos. No entiende en absoluto la verdad ni las intenciones de Dios, ni las normas de Sus exigencias para el hombre ni lo que Él logrará salvando al hombre. Nunca investiga a fondo estos detalles sobre la verdad ni pregunta por ellos. Todo lo que revelan estos dichos y comportamientos del hombre es materia de hipocresía. Después de haber observado los verdaderos estados en los corazones de tales personas junto con su comportamiento visible, uno puede estar seguro de que no poseen la realidad-verdad en absoluto, que de hecho son fariseos hipócritas, que son incrédulos. Si alguien cree en Dios, pero no persigue la verdad, ¿posee fe verdadera? (No). ¿Puede alguien que cree en Dios durante tantos años, pero que no acepta la verdad en absoluto, llegar a temer a Dios y evitar el mal? (No). No puede. ¿Cuál es, entonces, la naturaleza del comportamiento visible de tales personas? ¿Qué tipo de senda pueden seguir? (La senda de los fariseos). ¿Con qué pasan sus días equipándose? ¿Acaso no es con palabras y doctrinas? Pasan sus días armándose, revistiéndose con palabras y doctrinas para parecerse más a los fariseos, para ser más espirituales, más parecidos a personas que sirven a Dios. Entonces, ¿cuál es la naturaleza de todas estas obras? ¿Es adorar a Dios? ¿Es esa la auténtica fe en Él? (No, no lo es). Entonces, ¿qué están haciendo? Están engañando a Dios; sólo están siguiendo los pasos de un proceso. Están agitando la bandera de la fe y realizando ritos religiosos, tratando de engañar a Dios para lograr su objetivo de ser bendecidos. Estas personas no adoran a Dios en absoluto. Al final, ese grupo de personas terminará igual que quienes están dentro de las capillas que supuestamente sirven a Dios, creen en Él y lo siguen.
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