La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo I

Parte 2

Para entender el carácter de Dios y a Dios mismo debes empezar por algo muy pequeño. ¿Pero a partir de un poco de qué debes empezar? En primer lugar, he desenterrado algunos capítulos de la Biblia. La información siguiente contiene versículos bíblicos, todos ellos relacionados con el tema de la obra de Dios, Su carácter y Él mismo. Consideré específicamente estos pasajes como materiales de referencia para ayudaros a conocer la obra de Dios, Su carácter y al Él mismo. Aquí, los compartiré con vosotros para ver qué clase de carácter y esencia ha revelado Dios a lo largo de Su obra pasada, pero que las personas no conocen. Estos capítulos pueden ser antiguos, pero el tema que estamos comunicando es algo nuevo que las personas no tienen y de lo que no han oído hablar jamás. Para algunos de vosotros podría resultar inconcebible: ¿acaso remontarse a Adán y Eva y regresar a Noé no es desandar los mismos pasos? Independientemente de lo que penséis, estos capítulos son muy beneficiosos para la comunicación de este tema y pueden actuar como textos pedagógicos o material de primera mano para la enseñanza de hoy. Entenderéis Mis propósitos subyacentes a la elección de estas secciones cuando acabe esta enseñanza. Los que han leído la Biblia antes pueden haber visto estos pocos versículos, pero tal vez no los entiendan del todo. Echemos un vistazo preliminar antes de analizarlos uno por uno en mayor detalle.

Adán y Eva son los antepasados de la humanidad. Si tenemos que mencionar personajes de la Biblia, debemos empezar por ellos dos. El siguiente es Noé, el segundo antepasado de la humanidad. ¿Lo veis? ¿Quién es el tercer personaje? (Abraham). ¿Conocéis todos la historia de Abraham? Tal vez alguno de vosotros sí, pero otros quizás no lo tengan muy claro. ¿Cuál es el cuarto personaje? ¿A quién se menciona en la historia de la destrucción de Sodoma? (Lot). Pero no se hace referencia a Lot aquí. ¿A quién se refiere? (Abraham). Lo principal que se menciona en la historia de Abraham es lo que Jehová Dios había dicho. ¿Lo veis? ¿Quién es el quinto personaje? (Job). ¿No menciona Dios mucho de la historia de Job durante esta etapa de Su obra? ¿Os preocupa mucho esta historia? Desde luego que sí; ¿habéis leído detenidamente la historia de Job en la Biblia? ¿Sabéis qué cosas dijo, qué cosas hizo? Los que la han leído más, ¿cuántas veces lo han hecho? ¿La leéis a menudo? Hermanas de Hong Kong, por favor decidnos. (Lo leí un par de veces antes, cuando estábamos en la Era de la Gracia). ¿No lo habéis leído desde entonces? Si es así, es una tremenda lástima. Permitidme deciros: Durante esta etapa de Su obra, Él mencionó a Job muchas veces, y esto es un reflejo de Sus propósitos. Que mencionase a Job muchas veces sin despertar vuestra atención testifica una realidad: no tenéis interés en ser personas que son buenas y personas que temen a Dios y que se apartan del mal. Esto se debe a que estáis satisfechos con tener tan sólo una idea aproximada de la historia de Job citada por Dios. Os contentáis con entender simplemente la historia en sí, pero no os importan ni tratáis de comprender los detalles de quién es él y el propósito de Dios al referirse a él en múltiples ocasiones. Si ni siquiera estáis interesados en esa persona que Dios ha elogiado, ¿a qué le estáis prestando atención exactamente? Si no os importa y no intentáis entender a tan importante persona mencionada por Dios, ¿qué dice esto respecto a vuestra actitud hacia la palabra de Dios? ¿No es algo deplorable? ¿No demuestra eso que la mayoría de vosotros no os involucráis en cosas prácticas ni que todos buscáis la verdad? Si buscas la verdad, prestarás la atención necesaria a las personas que Dios aprueba y a las historias de los personajes de los que Él ha hablado. Puedas o no apreciarla, te resulte palpable o no, irás rápidamente y las leerás, tratarás de comprenderlas, encontrarás formas de seguir su ejemplo, y harás lo que puedas con lo mejor de tus capacidades. Ese es el comportamiento de quien anhela la verdad. Pero la realidad es que la mayoría de los que estáis sentados aquí nunca ha leído la historia de Job. Y esto indica, realmente, una cosa.

Volvamos al tema que estaba exponiendo. Esta parte de las Escrituras, que trata de la Era de la Ley del Antiguo Testamento, contiene principalmente historias de los personajes que he citado. A la inmensa mayoría de quienes han leído la Biblia les resultan familiares. Estos personajes son muy representativos. Quienes hayan leído sus historias podrán sentir que la obra que Dios ha hecho en ellos y las palabras que les ha hablado son tangibles y accesibles para las personas de hoy. Cuando leas estas historias y crónicas bíblicas podrás entender mejor cómo llevaba Dios a cabo Su obra y Su forma de tratar con las personas de la época. Pero el propósito de que Yo encontrara estos capítulos hoy, no es para que intentes comprender estas historias y sus personajes. En vez de ello, es para que a través de los personajes de estas historias, tú puedas ver los hechos de Dios y Su carácter, facilitándote así que llegues a conocer y a entender a Dios, a ver Su lado real, a detener tu imaginación, a detener tus conceptos sobre Él, y poner fin a tu fe que está inmersa en la imprecisión. Intentar dar un sentido al carácter de Dios, así como entender y llegar a conocer a Dios mismo sin un fundamento puede hacer que con frecuencia te sientas inútil, desamparado, y poco seguro de por dónde empezar. Por esta razón pensé en la idea de usar un método y un enfoque que te permitan entender mejor a Dios, apreciar con mayor autenticidad Su voluntad y llegar a conocer Su carácter y a Dios mismo, de manera que te permita sentir genuinamente la existencia de Dios y apreciar Su voluntad hacia la humanidad. ¿No es esto beneficioso para vosotros? ¿Qué sentís ahora en vuestros corazones cuando leéis de nuevo estas historias y versículos? ¿Pensáis que estas escrituras que elegí son superfluas? Debo hacer hincapié de nuevo en lo que acabo de deciros: el objetivo de permitiros leer estas historias de personajes es ayudar a comprender cómo hace Dios Su obra en las personas y Su actitud hacia la humanidad. ¿Qué os ayuda a entender esto? La obra que Dios ha hecho en el pasado, combinada con la que está haciendo ahora, facilita que entiendas las diversas cosas sobre Él. Estas diversas cosas son reales, y quienes deseen llegar a conocer a Dios deben conocerlas y apreciarlas.

Comenzaremos ahora con la historia de Adán y Eva. Leamos primero los versículos.

A. Adán y Eva

1. El mandato de Dios a Adán

(Génesis 2:15-17) Y Jehová Dios tomó al hombre y lo colocó en el jardín del Edén para vestirlo y protegerlo. Y Jehová Dios le ordenó y le dijo: De cada árbol del jardín puedes comer libremente, pero no debes comer del árbol del conocimiento del bien y el mal porque el día que comas de él, definitivamente morirás.

¿Habéis sacado algo de estos versículos? ¿Cómo os hace sentir esta parte de las escrituras? ¿Por qué se extrajo de las escrituras “el mandato de Dios a Adán”? ¿Tenéis cada uno de vosotros una imagen de Dios y Adán en vuestras mentes? Podéis intentar imaginar: si estuvierais vosotros en esa escena, ¿cómo sería el Dios de vuestro corazón? ¿Qué emociones os hace sentir esta imagen? Es una imagen conmovedora y reconfortante. Aunque sólo están Dios y el hombre, ¡la intimidad entre ambos es tan digna de envidia! De manera gratuita, Dios le concede al hombre Su amor abundante, que lo rodea; este es ingenuo e inocente, sin trabas ni preocupaciones, vive feliz bajo el ojo de Dios; Él se preocupa por el hombre, mientras este vive bajo Su protección y bendición; cada cosa que dice y hace está estrechamente vinculada a Dios y es inseparable de Él.

Se puede decir que este es el primer mandato que Dios le dio al hombre desde que lo creó. ¿Qué conlleva este mandato? La voluntad de Dios, pero también Su preocupación por la humanidad. Este es el primer mandato de Dios, y también la primera vez que Él se preocupa por el hombre. Es decir, Dios ha tenido una responsabilidad con el hombre desde el momento en que lo creó. ¿Cuál es Su responsabilidad? Proteger al hombre, cuidar de él. Espera que este pueda confiar en Sus palabras y obedecerlas. Es, asimismo, la primera expectativa que Dios tiene del hombre, y con ella le indica lo siguiente: “De cada árbol del jardín puedes comer libremente, pero no debes comer del árbol del conocimiento del bien y el mal porque el día que comas de él, definitivamente morirás”. Estas simples palabras representan la voluntad de Dios. También revelan que Su corazón ya ha comenzado a mostrar preocupación por el hombre. Sólo Adán, entre todas las cosas, fue hecho a imagen de Dios; Adán fue el único ser vivo con el aliento de vida de Dios; él podía caminar con Dios y conversar con Él. Por eso le dio Dios ese mandato, dejando muy claro lo que podía hacer, y también lo que no debía hacer.

Podemos ver el corazón de Dios en estas pocas simples palabras. ¿Pero qué tipo de corazón vemos? ¿Hay amor en el corazón de Dios? ¿Hay preocupación en él? Las personas no sólo pueden apreciar Su amor y Su preocupación en estos versículos, también pueden palparlos bien y de verdad. ¿No es así? Ahora que he dicho esto, ¿seguís pensando que no son más que unas pocas palabras simples? No tan sencillas, ¿verdad? ¿Podíais verlo así antes? Si Dios te dirigiese personalmente estas pocas palabras, ¿cómo te sentirías en tu interior? Si no fueras una persona humana, si tu corazón fuera frío como el hielo, no sentirías nada, no apreciarías el amor de Dios ni tratarías de entender Su corazón. Pero si eres una persona con conciencia, con humanidad, entonces sentirías diferente. Sentirías calidez, te sentirías cuidado y amado y sentirías felicidad. ¿No es así? Cuando sientes estas cosas, ¿cómo actuarás hacia Dios? ¿Te sentirías apegado a Él? ¿Le amarías y le respetarías desde lo más profundo de tu corazón? ¿Se acercaría más tu corazón a Él? En esto puedes ver cuán importante es para el hombre el amor de Dios. Pero la apreciación y la comprensión del mismo son incluso más cruciales. De hecho, ¿no dice Dios muchas cosas parecidas durante esta etapa de Su obra? Sin embargo, ¿aprecian las personas de hoy el corazón de Dios? ¿Podéis comprender la voluntad de Dios de la que acabo de hablar? Ni siquiera podéis discernirla cuando es tan concreta, tangible, y actual. Por esta razón digo que no tenéis un conocimiento y un entendimiento reales de Dios. ¿No es cierto? Esto es todo lo que diremos sobre esta sección.

2. Dios crea a Eva

(Génesis 2:18-20) Y Jehová Dios dijo: No es bueno que el hombre esté solo; le voy a hacer algo apropiado para darle una ayuda. Y de la tierra Jehová Dios formó cada bestia del campo y cada ave del aire y los trajo a Adán para ver qué nombre les pondría; y el nombre que Adán le dio a cada criatura viviente es el nombre que llevan ahora. Adán dio nombre a todo ganado, a las aves del aire y a cada bestia del campo, pero para Adán no había una compañía apropiada.

(Génesis 2:22-23) Y con la costilla que Jehová Dios había sacado del hombre, le hizo una mujer la cual trajo al hombre. Y Adán dijo: Ésta es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; se llamará Mujer porque salió del hombre.

En esta parte de las escrituras hay algunas frases clave. Por favor, subrayadlos: “y el nombre que Adán le dio a cada criatura viviente es el nombre que llevan ahora”. ¿Quién dio entonces sus nombres a todas las criaturas vivientes? Fue Adán, no Dios. Esta frase le comunica una realidad a la humanidad: Dios le proporcionó inteligencia al hombre cuando lo creó. Es decir, la inteligencia del hombre vino de Dios. Esto es una certeza. ¿Pero por qué? Después de que Dios crease a Adán, ¿fue este a la escuela? ¿Sabía leer? Tras la creación de diversas criaturas vivientes, ¿reconoció Adán a todos estos animales? ¿Le dijo Dios cuáles eran sus nombres? Desde luego, Dios tampoco le enseñó qué nombres ponerles a aquellas criaturas. ¡Esa es la verdad! Entonces ¿cómo supo Él cómo darles sus nombres a estas criaturas vivientes y qué clase de nombres darles? Esto guarda relación con algo que Dios le añadió a Adán cuando lo creó. Los hechos demuestran que cuando Dios creó al hombre le añadió Su inteligencia. Este es un punto fundamental. ¿Habéis escuchado todos con atención? Hay otro punto fundamental que debería quedaros claro: después de que Adán diese nombre a estas criaturas vivientes, estos quedaron establecidos en el vocabulario de Dios. ¿Por qué digo esto? También implica al carácter de Dios, y debo explicarlo.

Dios creó al hombre, insufló vida en él, y también le dio algo de Su inteligencia, Sus capacidades, y lo que Él tiene y es. Después de que Dios diera al hombre todas estas cosas, el hombre fue capaz de hacer algunas cosas de forma independiente y pensar por sí mismo. Si lo que al hombre se le ocurre y hace es bueno a los ojos de Dios, Él lo acepta y no interfiere. Si lo que el hombre hace es correcto, entonces Dios dejará que sea de esa manera para siempre. ¿Qué indica, pues, la frase “y el nombre que Adán le dio a cada criatura viviente es el nombre que llevan ahora”? Sugiere que Dios no realizó ninguna corrección a los nombres de las diversas criaturas vivientes. A cualquier nombre que Adán pusiese, Dios diría “Sí” y lo registraría como tal. ¿Expresó Dios alguna opinión? No, desde luego que no. ¿Qué veis aquí? Dios le dio inteligencia al hombre y este la usó para hacer cosas. Si lo que el hombre hace es positivo a los ojos de Dios, Él lo confirma, lo reconoce y lo acepta sin evaluación ni crítica. Ninguna persona ni espíritu maligno, ni Satanás pueden hacer esto. ¿Veis una revelación del carácter de Dios aquí? ¿Aceptaría un ser humano, un ser humano corrupto, o Satanás, que otros los representasen haciendo cosas justo delante de sus narices? ¡Por supuesto que no! ¿Lucharían por la posición con esa otra persona o fuerza distinta a ellos? ¡Por supuesto que lo harían! En ese momento, si quien estaba con Adán hubiese sido una persona corrupta o Satanás, habrían rechazado sin duda lo que él estaba haciendo. Para demostrar que tienen su propia capacidad de pensar independientemente y que tienen sus propias percepciones únicas, habrían negado por completo todo lo que Adán hizo: “¿Quieres llamarlo así? Pues bien, yo no lo voy a llamar así, sino de esta otra manera; lo llamaste Juan, pero yo voy a llamarlo José. Tengo que demostrar mi brillantez”. ¿Qué clase de naturaleza es esta? ¿Acaso no es extremadamente arrogante? ¿Y tiene Dios ese carácter? ¿Puso Dios alguna objeción extraordinaria a lo que hizo Adán? ¡La respuesta es inequívocamente no! Del carácter que Dios revela no existe la menor posibilidad de argumento, arrogancia o santurronería. Eso queda muy claro aquí. Esto es sólo una cosa muy pequeña, pero si no entiendes la esencia de Dios, si tu corazón no intenta descifrar cómo actúa Dios y cuál es Su actitud, entonces no conocerás el carácter de Dios ni verás la expresión y revelación del carácter de Dios. ¿No es así? ¿Estáis de acuerdo con lo que acabo de explicaros? En respuesta a las acciones de Adán, Dios no proclamó en voz alta: “Hiciste bien. Hiciste lo correcto. Estoy de acuerdo”. Sin embargo, en Su corazón, Dios aprobó, apreció, y aplaudió lo que Adán hizo. Desde la creación, esto fue lo primero que el hombre hizo para Dios en obediencia a Su orden. Lo llevó a cabo en el lugar de Dios y en Su nombre. A Sus ojos, esto surgió de la inteligencia que Él le concedió al hombre. Dios lo vio como una cosa buena, una cosa positiva. Lo que Adán hizo en aquel momento fue la primera manifestación de la inteligencia de Dios en el hombre. Fue una buena manifestación desde el punto de vista divino. Lo que quiero deciros aquí es que el objetivo de Dios al añadir una porción de lo que Él tiene y es, así como Su inteligencia, al hombre fue con el propósito de que la humanidad pudiera ser la criatura viviente que lo manifestara a Él. Que esa criatura viviente hiciera cosas en Su nombre era precisamente lo que Dios había anhelado ver.

3. (Génesis 3:20-21) Y Adán dio a su esposa el nombre de Eva, porque ella era la madre de todo ser viviente. Jehová Dios también hizo abrigos de pieles para Adán y su esposa y los vistió.

Echemos un vistazo a este tercer pasaje, que declara la existencia de un significado subyacente al nombre que Adán le atribuyó a Eva, ¿correcto? Esto muestra que, después de ser creado, Adán tuvo sus propios pensamientos y entendió muchas cosas. Pero por ahora no estudiaremos ni exploraremos lo que él entendía ni cuánto comprendía, porque este no es el punto principal que quiero exponer en el tercer pasaje. ¿Cuál es, pues, la idea primordial del tercer pasaje? Echemos un vistazo a la línea, “Jehová Dios también hizo abrigos de pieles para Adán y su esposa y los vistió”. Si no comunicamos sobre este versículo de las escrituras hoy, quizás no seáis nunca conscientes de las connotaciones que encierran estas palabras. Primero, permitidme dar algunas pistas. Expandid vuestra imaginación y pensad en el jardín del Edén, y en Adán y Eva viviendo en él. Dios va a visitarlos y ellos se esconden, porque están desnudos. Dios no puede verlos, y tras llamarlos, ellos responden: “No nos atrevemos a verte porque estamos desnudos”. No se atreven a ver a Dios, porque están desnudos. ¿Qué hace entonces Jehová Dios por ellos? El texto original dice: “Jehová Dios también hizo abrigos de pieles para Adán y su esposa y los vistió”. Ahora bien, ¿sabéis qué usó Dios para hacer sus ropas? Dios usó pieles de animales para hacerlas. Es decir, la ropa que Él confeccionó para el hombre fue un abrigo de piel. Esta fue la primera prenda de vestir que Dios hizo para el hombre. Un abrigo de piel es una prenda de vestir de lujo según el estándar actual, algo que no todos pueden permitirse llevar. Si alguien te pregunta: ¿Cuál fue la primera prenda vestida por los ancestros de la humanidad? Puedes responder: Fue un abrigo de piel. ¿Quién lo confeccionó? Puedes contestar también: ¡Dios lo hizo! Esa es la idea principal: Dios hizo esa prenda. ¿Es algo digno de destacar? Ahora que acabo de describirlo, ¿ha surgido una imagen en vuestras mentes? Debería haber al menos un bosquejo aproximado de ello. El propósito de deciros esto hoy no es que sepáis cuál fue la primera prenda de vestir del hombre. ¿Cuál es el punto, entonces? No es el abrigo de piel en sí, sino cómo conocer el carácter, el ser y las posesiones revelados por Dios cuando lo estaba haciendo.

En esta imagen de “Jehová Dios también hizo abrigos de pieles para Adán y su esposa y los vistió”, ¿qué tipo de papel desempeña Él cuando está con Adán y Eva? ¿Bajo qué tipo de papel aparece Dios en un mundo de tan sólo dos seres humanos? ¿Como Dios? Hermanos y hermanas de Hong Kong, por favor responded. (En el papel de padre o madre). Hermanos y hermanas de Corea del Sur, ¿en qué tipo de papel pensáis que aparece Dios? (Cabeza de la familia). Hermanos y hermanas de Taiwán, ¿qué pensáis? (El papel de alguien de la familia de Adán y Eva, de un familiar). Algunos de vosotros pensáis que Dios aparece como un familiar de Adán y Eva, mientras otros dicen que lo hace como cabeza de la familia y otros que como padre o madre. Todas estas respuestas son muy apropiadas. ¿Pero, adónde quiero llegar? Dios creó a estas dos personas y las trató como Sus compañeras. Como único familiar, Él cuidaba de su vida y de sus necesidades básicas. Aquí, Dios aparece como padre o madre de Adán y Eva, y mientras lo hace, el hombre no ve cuán elevado es Dios; no percibe Su supremacía primordial, Su misterio, y especialmente Su ira o majestad. Lo único que ve es la humildad de Dios, Su afecto, Su preocupación por el hombre y Su responsabilidad y cuidado hacia él. La actitud y la forma de Dios en que trataba a Adán y Eva son parecidas a la manera como los padres humanos muestran su preocupación por sus propios hijos. También es la forma como los padres humanos aman, cuidan y se ocupan de sus propios hijos e hijas, de una forma real, visible y tangible. En lugar de ponerse en una posición elevada y poderosa, Dios usó personalmente las pieles para confeccionar ropa para el hombre. No importa si este abrigo de piel se usó para cubrir su modestia o para protegerlos del frío. En pocas palabras, Dios hizo personalmente con Sus propias manos esta ropa, para cubrir el cuerpo del hombre. En vez de realizarlo sencillamente por medio del pensamiento o de métodos milagrosos como las personas imaginan, Él había hecho, justificadamente, algo que según el hombre Dios no podía o no debía hacer. Esto puede ser algo tan simple que algunos no considerarían digno de mencionar ni de pensar en ello; sin embargo, también permite que todos los que siguen a Dios, y estaban antes llenos de vagas ideas sobre Él, adquieran una percepción de Su autenticidad y Su hermosura, y vean Su naturaleza fiel y humilde. Hace que aquellos que son insufriblemente arrogantes, y se creen elevados y poderosos, inclinen avergonzados su engreída cabeza ante la autenticidad y la humildad de Dios; estas permiten aquí, además, que se vea cuán digno de amor es Él. En cambio, en el corazón de las personas, el Dios inmenso, digno de ser amado y omnipotente es muy pequeño, poco atractivo e incapaz de resistir un solo golpe. Cuando lees este versículo y oyes esta historia, ¿contemplas a Dios con desprecio por hacer algo así? Algunas personas podrían hacerlo, pero otras reaccionarán del modo contrario. Pensarán que Dios es genuino y digno de amor, y que son precisamente la autenticidad y la hermosura de Dios lo que las conmueve. Cuanto más ven el lado real de Dios, mejor pueden apreciar la verdadera existencia de Su amor, la importancia de Dios en sus corazones, y cómo Él está a su lado en todo momento.

En este punto deberíamos vincular nuestra exposición al presente. Si Dios pudo hacer estas diversas y pequeñas cosas por los humanos que creó al principio, y hasta algunas en que nadie se atrevería nunca a pensar o esperar, ¿podría Dios hacerlas para las personas de hoy? Algunos dicen: “¡Sí!”. ¿Por qué? Porque Su esencia y Su atractivo no son falsos. Porque la esencia de Dios existe realmente y no es algo añadido por otros, y sin duda tampoco se modifica con los cambios en el espacio, el tiempo y las eras. La autenticidad y la hermosura de Dios verdaderamente pueden destacar, realizando algo que para las personas sea poco destacable e insignificante, algo tan pequeño que ni siquiera piensan que Él pueda hacerlo. Dios no es pretencioso. No hay exageración, engaño, soberbia, o arrogancia en Su carácter y esencia. Él nunca alardea, sino que ama, muestra preocupación por los seres humanos a los que creó con fidelidad y sinceridad; los cuida y los dirige. Sin importar cuánto de esto puedan apreciar, sentir o ver las personas, Dios está realmente haciendo estas cosas. Saber que la esencia de Dios es así ¿afectaría al amor de las personas hacia Dios? ¿Tendría algún efecto sobre su temor de Él? Espero que cuando entiendas el lado real de Dios te acerques más a Él y seas capaz de apreciar, de forma más patente, Su amor y Su preocupación por la humanidad, y que al mismo tiempo le entregues también tu corazón y dejes de albergar sospechas o dudas hacia Él. Dios lo está haciendo todo para el hombre con discreción, en silencio, por medio de Su sinceridad, Su fidelidad y Su amor. Pero nunca siente temor ni pesar por nada de lo que hace ni necesita que nadie le devuelva nada de ninguna forma, ni tiene intenciones de obtener nada de la humanidad. El único propósito en todo lo que ha hecho es poder recibir la fe y el amor sinceros de la humanidad. Concluyamos el primer tema aquí.

¿Os han ayudado estas exposiciones? ¿De cuánta ayuda han sido? (Más entendimiento y conocimiento del amor de Dios). (Este método de comunicación puede ayudarnos en el futuro a apreciar mejor la palabra de Dios, comprender las emociones que tuvo y los significados subyacentes a las cosas que dijo cuando las dijo, y sentir lo que sintió en ese momento). ¿Siente alguno de vosotros aún más la realidad de la existencia de Dios tras leer estas palabras? ¿Sentís que la existencia de Dios ya no es vacía o difusa? Una vez que tenéis este sentimiento, ¿percibís que Dios está justo a vuestro lado? Quizás la sensación no sea obvia ahora mismo o tal vez no seáis capaces de sentirla aún. Pero un día, cuando de verdad tengáis una apreciación profunda y un conocimiento real del carácter y de la esencia de Dios en vuestro corazón, sentiréis que Él está justo a vuestro lado, sólo que nunca le habíais aceptado genuinamente en vuestro corazón. Esto es real.

¿Qué pensáis de este método de comunicación? ¿Podríais seguir? ¿Pensáis que este tipo de comunicación sobre el tema de la obra y el carácter de Dios es muy pesado? ¿Cómo os sentisteis? (Muy bien, entusiasmados). ¿Qué os hizo sentir bien? ¿Por qué estabais entusiasmados? (Fue como volver al jardín del Edén, regresar al lado de Dios). “El carácter de Dios” es realmente un tema muy poco familiar para todos, porque lo que tú imaginas habitualmente, lo que lees en libros u oyes en comunicaciones, siempre te hace sentir como un ciego que toca a un elefante: simplemente palpas con tus manos, pero en realidad no ves nada con tus ojos. “El tacto de la mano” por sí solo no puede proporcionarte un bosquejo básico del conocimiento de Dios, no digamos ya un concepto claro. Lo que te aporta es más imaginación, de modo que no puedas definir con precisión qué son el carácter y la esencia de Dios. En su lugar, estos factores de incertidumbre que surgen de tu imaginación siempre parecen llenar tu corazón de dudas. Cuando no puedes estar seguro de algo, pero sigues intentando entenderlo, siempre existirán en tu cabeza contradicciones y conflicto, y en ocasiones se puede formar incluso un trastorno, que te haga sentir que estás perdido. ¿Acaso no es sumamente angustioso querer buscar a Dios, llegar a conocerlo, y verlo con claridad, pero parecer que nunca puedes encontrar las respuestas? Por supuesto, estas palabras sólo van dirigidas a quienes desean buscar la reverencia de Dios y satisfacerle. Para esas personas que sencillamente no prestan atención alguna a estas cosas, en realidad esto no tiene importancia, porque para ellas sería mejor que la realidad y la existencia de Dios no fueran más que una leyenda o una fantasía, y así pueden hacer lo que quieran, ser los más grandes y más importantes, cometer hechos malvados sin consideración por las consecuencias, sin tener que hacer frente al castigo ni cargar con responsabilidad alguna, de forma que ni siquiera las cosas que Dios declara respecto a los hacedores de maldad se les aplicarán. Estas personas no están dispuestas a comprender el carácter de Dios; están asqueadas y cansadas de intentar conocer a Dios y todo lo referente a Él. Preferirían que no existiese. Se oponen a Él y serán eliminados.

Las citas de la Biblia en este artículo han sido traducidas de AKJV.

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