Palabras sobre la actitud hacia la verdad y hacia Dios (Fragmento 8)

¿Cuál es la esencia del problema de alterar las palabras de Dios? Si modificas las palabras de Dios y alteras Su discurso, eso equivale a la más grave oposición y blasfemia contra Dios. Esta acción malvada solo es posible para aquellos que son de la calaña de Satanás y son iguales al arcángel. El arcángel dijo: “Dios, Tú puedes crear los cielos, la tierra y todas las cosas y hacer señales y prodigios. Yo también puedo hacerlo. Tú has ascendido al trono y yo también lo haré. Tú gobiernas todas las naciones y yo también. Tú creaste a los seres humanos y ¡yo los manejo!”. Tal es la arrogancia del arcángel. No posee razón alguna. La alteración de las palabras de Dios es una manifestación de oposición directa y blasfemia contra Dios, similar a la del arcángel. Las personas que modifican Su palabra son las que más se oponen a Él y ofenden directamente Su carácter. No hay nadie a quien Dios odie más que a aquellos que alteran Sus palabras. Se podría decir que es una blasfemia contra Él y el Espíritu Santo y es un pecado imperdonable. Aparte, existe algo más que ofende Su carácter, que es cuando la gente se atreve a realizar modificaciones a la ligera en la organización del trabajo y luego las trasmiten a la iglesia para desorientar a los escogidos de Dios, lo que trastorna y perturba la obra de la iglesia. Esta también es una manifestación de oposición directa a Dios y algo que ofende Su carácter. Algunas personas no poseen un corazón temeroso de Dios en absoluto. Consideran que la organización del trabajo está en manos del hombre, que proviene de este, y cuando no concuerda con las nociones de estas personas, la modifican a su antojo. ¿Sabéis cuáles de los decretos administrativos de Dios vulnera esto? (7. “En el trabajo y en los asuntos de la iglesia, además de someterte a Dios, debes seguir las instrucciones del hombre usado por el Espíritu Santo en todas las cosas. Hasta la más mínima infracción es inaceptable. Cumple de manera absoluta y no analices si algo es correcto o incorrecto; lo correcto o incorrecto no tiene nada que ver contigo. Solo preocúpate por la sumisión total” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Los diez decretos administrativos que el pueblo escogido de Dios debe obedecer en la Era del Reino)). Aquello que vulnera los decretos administrativos ofende el carácter de Dios. ¿No te queda claro? Algunas personas tienen una actitud extremadamente displicente hacia la organización del trabajo de lo Alto. Piensan: “Lo Alto organiza el trabajo y nosotros trabajamos en la iglesia. Algunas palabras y asuntos pueden implementarse con flexibilidad. La forma en la que se procede en concreto es asunto nuestro. Lo Alto solo habla y organiza el trabajo. Somos nosotros los que emprendemos las acciones concretas. Entonces, una vez que lo Alto nos asigna el trabajo, podemos hacerlo de la manera que queramos. Comoquiera que lo hagamos está bien. Nadie tiene derecho a meterse”. Ellos actúan de acuerdo con los siguientes principios: escuchan lo que consideran correcto e ignoran aquello que opinan que está mal, consideran que sus creencias son la verdad y los principios, se oponen a todo aquello que no está de acuerdo con su voluntad y con respecto a tales cosas son extremadamente hostiles hacia ti. Cuando las palabras de lo Alto se contraponen a sus deseos, siguen adelante y las modifican. Solo las trasmiten una vez que están de acuerdo con lo que ellos aceptan. No permiten que se trasmitan sin su consentimiento. Mientras que en otros ámbitos la organización del trabajo de lo Alto se transmite tal cual es, estas personas trasmiten a las iglesias que se encuentran a su cargo sus versiones modificadas de la organización del trabajo. Tales personas siempre desean dejar a Dios a un lado, están ansiosas por lograr que todos crean en ellas, que las sigan y se sometan a ellas. Según ellas, hay algunos ámbitos en los que Dios no está a su altura, ellas mismas deberían ser diosas y los demás deberían creer en ellas. Así son las cosas. Si vosotros lo comprendierais, ¿seguiríais llorando cuando se las despidiera? ¿Seguiríais sintiendo lástima por ellas? Seguiríais pensando: “Lo Alto no actuó de manera apropiada. Tratan a las personas injustamente. ¿Cómo pudieron despedir a una persona tan trabajadora?”. Aquellos que se expresan de esta manera carecen de discernimiento. ¿Trabajan duro en favor de quién? ¿En beneficio de Dios? ¿En pro de la obra de la iglesia? Trabajan duro a fin de consolidar su estatus. Trabajan duro para establecer reinos independientes. ¿Sirven a Dios? ¿Cumplen con sus deberes? ¿Son leales y sumisos a Dios? Son solo lacayos de Satanás y, cuando trabajan, es el diablo el que reina. Dañan el plan de gestión de Dios y perturban la obra de Dios. ¡Son auténticos anticristos! Algunas personas dicen: “Mira qué duro trabajan. Requiere de mucho esfuerzo escribir todo eso y trasmitirlo a las iglesias”. Entonces, permitidme preguntaros, ¿aquello que escriben es edificante para la gente? ¿Cuál es exactamente el objetivo que quieren lograr? ¿Puedes discernir estos temas? Si ellos te desorientan, ¿cuáles serán las consecuencias? ¿Lo has pensado? Algunos sienten pena por este tipo de personas y dicen: “Trabajan muy duro y no es fácil escribir todo aquello; por lo tanto, si existen algunas divergencias o distorsiones en lo que escriben, la casa de Dios debe perdonarlos”. ¿Cuál es el problema de que digan eso? ¿Es posible que una persona realmente obtenga la aprobación de Dios solo por trabajar duro? ¿En beneficio de quién trabaja duro esa gente? Si no trabajan duro para satisfacer y llevar gloria a Dios, sino más bien para obtener un estatus, por mucho que se esfuercen, ¿tiene eso alguna importancia o valor? ¡Este tipo de trabajo duro es egoísta y vulgar, retorcido y descarado! Si no se destituye a este anticristo, ¿cuáles serán las consecuencias? Las personas perturbarán la obra de la iglesia a su gusto y, antes que se den cuenta, se transformarán en opositores de Dios. ¿No es esto trastornar y perturbar la obra de Dios? Si trabajan duro para lograr sus objetivos personales, ¿les da eso el derecho de oponerse a Dios? ¿Deben entonces oponerse a Él y rebelarse en Su contra? ¿Deben ser arbitrarios y temerarios y negarse a someterse a Él? ¿Pueden simplemente hacer lo que quieran? ¡Aquellos que no poseen la verdad, que no se someten a Dios, que actúan sin pensar y consideran que todo lo que hacen es razonable y correcto, no son más que demonios y lacayos de Satanás que vienen a trastornar y perturbar la obra de la iglesia! Si no solo no puedes distinguir a este tipo de personas, sino que también simpatizas con ellas, derramas lágrimas por ellas y sales en su defensa, significa que tú también eres un bueno para nada, eres una persona confundida y tonta. Es posible que de todos modos pienses: “Lo Alto no es considerado con sus sentimientos. Esa persona trabajó muy duro y lo Alto lo destituyó así sin más”. Si dices esto, entonces eres también un lacayo de Satanás y le perteneces al diablo. Existen muchas personas que viven de acuerdo con filosofías satánicas y nunca revelan ni denuncian a los falsos líderes y anticristos. Hasta que un día un anticristo hace algo desastroso y finalmente se dan cuenta de que realmente se trataba de un caso de un anticristo que desorientaba a la gente. Algunas personas siguen teniendo nociones al respecto y piensan: “Dios es todopoderoso y lo Alto debe saber cuántos anticristos existen en la iglesia, así que, ¿hay alguna necesidad de que los denunciemos?”. Los que dicen esto, ¿no son absurdos? En este mismo momento, Dios está trabajando con humanidad y el líder de lo Alto es humano. Entonces, si no entrara en contacto directo con los asuntos de la iglesia, ¿cómo podría enterarse de tales cosas? En muchas oportunidades, cuando se presentaron incidentes que involucraron a anticristos, los problemas se resolvieron solo cuando algunas personas los denunciaron y los pusieron en evidencia, y lo Alto ordenó una investigación. Mientras Dios obra y dirige a las personas con humanidad normal, no es en absoluto sobrenatural y es extremadamente práctico, pero Él conquista, vence y humilla a Satanás. Solo de esta manera se pueden revelar Su omnipotencia y sabiduría. Así de práctica es la obra de Dios. Él organiza a todas estas personas, acontecimientos y cosas a fin de que Sus escogidos puedan aprender lecciones, logren discernimiento y amplíen su conocimiento. Una vez que Sus escogidos han logrado discernimiento, los falsos líderes, los anticristos y las personas malvadas no serán capaces de escapar del “brazo largo de la ley”. Dios usará estos hechos para revelarlos y permitir que todos Sus escogidos vean con claridad y comprendan. Anteriormente, ¿no se reveló y se descartó a muchas personas malvadas y anticristos? ¿Acaso nadie se da cuenta? ¡Entonces estáis muy confundidos!

Ciertas personas no captan algunos aspectos de la organización del trabajo de la casa de Dios, sin embargo, son capaces de someterse y dicen: “Todo lo que Dios hace es correcto y tiene sentido. En caso de que no comprendamos la organización del trabajo en su totalidad, antes que nada, debemos someternos a ella. ¡No debemos juzgar a Dios! Aunque la organización del trabajo no se ajuste a nuestras nociones, debemos de todas maneras prestarle atención porque somos humanos, y, ¿qué puede comprender la mente humana? Debemos simplemente someternos a Sus planes, algún día los entenderemos. Incluso si ese día llega y continuamos sin comprenderlos en su totalidad, debemos estar dispuestos a someternos. Somos seres humanos y debemos someternos a Dios. Es nuestro deber”. Sin embargo, otras personas son diferentes y cuando observan la organización del trabajo de la casa de Dios, primero la analizan y dicen: “Esto es lo que Dios dice y estas son Sus exigencias. La primera parte parece correcta, pero la segunda parte no es conveniente. La voy a modificar”. ¿Tiene este tipo de personas un corazón temeroso de Dios? ¿Cuál es la naturaleza del problema de alterar la organización del trabajo a tu antojo? ¿No significa que estás trastornando y perturbando la obra de la casa de Dios? ¿Eso que tú tienes es la verdad? Si efectivamente posees la verdad, ¿por qué no la expresas? ¿Por qué modificas Sus palabras? ¿Qué tipo de carácter estás poniendo de manifiesto al hacerlo? Uno que no obedece a nadie, un carácter arrogante y santurrón. Si te atreves a escoger entre los planes de Dios, hay un problema muy grave con tu criterio y tu carácter. El pueblo escogido de Dios debe ser capaz de detectar a este tipo de personas. En primer lugar, consideran que comprenden la verdad, pero son incapaces de hablar sobre ella para resolver problemas, y no obedecerán a nadie. En segundo lugar, cuando tienen nociones respecto a la organización del trabajo, no las comunican a la casa de Dios, sino que simplemente las difunden por doquier. En tercer lugar, cuando albergan nociones sobre Dios y la obra de Su casa, no solo no las solucionan, sino que además instigan al pueblo escogido de Dios a crear nociones acerca de Él, a alzarse y combatirlo con el objetivo de forzarlo a actuar conforme a sus deseos para que, en definitiva, Él se someta. Sobre la base de estos tres comportamientos, es posible determinar con seguridad la clase de gente que es. ¿Se trata de personas que buscan la verdad y se someten a Dios? De ninguna manera. No buscan la verdad en lo más mínimo ni están satisfechas con Dios. Albergan nociones acerca de Dios, las difunden y logran que todos desarrollen nociones sobre Él, luchen en Su contra y se opongan a Él. Todo esto nos permite caracterizarlos como auténticos anticristos consumados. ¿Cómo deberíamos tratar a estas personas? ¿Deberíamos ayudarlas cariñosamente? Es inútil, porque no aceptan la verdad. ¿Y si las podamos? También es inútil, ya que siguen sin aceptar la verdad. Si aquellos que creen en Dios no pueden aceptar la verdad, estamos ante un grave problema. ¡Es terrible! Si analizas este asunto livianamente y consideras que no se le debe dar tanta importancia, terminarás ofendiendo a Dios algún día. He visto a personas así y, aunque aún no han sido echadas, ya se ha decidido su final. Serán descartadas.

Aquellos que creen en Dios deben, como mínimo, tener un corazón temeroso de Dios. ¿Qué significa temer a Dios? Las personas deben temerle, deben ser prudentes, cuidadosas y flexibles en todo lo que hacen, no deben hacer lo que se les antoja. Por ejemplo, cuando la casa de Dios aparta a falsos líderes, algunas personas dicen: “Tengo dudas al respecto. No sabemos a ciencia cierta lo que hicieron. Incluso si lo supiéramos, no podríamos comprender al detalle la naturaleza de sus actos. Todo lo que Dios hace es correcto, así que ya llegará el día en el que Él ponga las cosas en claro y nos permita comprender Su intención”. Si no comprendes la razón por la que la casa de Dios se maneja de tal manera, pero, así y todo, eres capaz de someterte, significa que eres una persona lo suficientemente devota y que posees un corazón relativamente temeroso de Dios. Ahora, cuando no comprendes y aun así te opones a Dios y perturbas la obra de la iglesia, eso resulta un problema. Siempre que la iglesia aparta a falsos líderes y expulsa a anticristos, algunos de sus seguidores más acérrimos normalmente se resisten, acuden en su defensa y juzgan a Dios en público por ello, dicen que Él es injusto y piden al Espíritu Santo que ponga luz en el asunto. A esta gente, incluso si presta un servicio extraordinario cuando divulga el evangelio y cumple con sus deberes, nada de esto le importa. Una traición condicionará tu destino para siempre. Debes analizar la naturaleza de la traición con precisión. No te la tomes a la ligera. Cabe afirmar que todos vosotros os habéis opuesto a Dios, que todos vosotros habéis cometido transgresiones. Sin embargo, la naturaleza de vuestra oposición y vuestras transgresiones no es la misma. La esencia de lo que acabo de mencionar es muy grave y constituye un juicio público a Dios y una resistencia contra Él. A algunas personas les encanta escribir constantemente una serie de cosas, cartas que hacen circular con aire despreocupado dentro de la iglesia. ¿Se ajusta esto a los principios? ¿Acaso lo que escriben es testimonio verdadero? ¿Son experiencias de vida? ¿Sirven de enseñanza al pueblo escogido de Dios? Si no es así, y de todas maneras continúan distribuyéndolas ocasionalmente por la iglesia, significa que estas personas están desorientando a las demás, están difundiendo herejías y falacias, tergiversando los hechos, confundiendo el bien y el mal y diciendo puras tonterías. Algunos incluso desean escribir su propio libro para luego enviarlo a la iglesia y volverse famosos. ¿Será que el ejemplo de Pablo no les ha dejado ninguna lección significativa? De todas maneras, sigues queriendo escribir un libro, la “Autobiografía de un Famoso” y un “Compendio de la Verdad”. ¡No hay razón para que lo hagas! Si posees tal capacidad, escribe diferentes textos relacionados con testimonios vivenciales. Durante estos pocos años en los que has creído en Dios, ¿no has sido juzgado? ¿No has sufrido lo suficiente? ¿Todavía no te queda claro? ¿Qué es lo que la gente entiende? Las palabras y las doctrinas de las que hablas no han sido capaces de resolver tus propios problemas y aun así deseas dárselas a los demás. ¡No te conoces en absoluto! ¿Cuál es la razón por la que la casa de Dios imprime y distribuye libros de manera uniforme? Porque la mayoría de estos libros se componen de las palabras de Dios y el resto, de los auténticos testimonios vivenciales del pueblo escogido de Dios. Todo esto es sumamente positivo para las necesidades del pueblo escogido de Dios, por lo que los libros que la casa de Dios publica de manera uniforme son necesarios para la obra de la iglesia y la entrada en la vida del pueblo escogido de Dios. Esta manera de hacer las cosas proviene de la orientación del Espíritu Santo. Todos vosotros comprendéis que los libros que la casa de Dios publica de manera uniforme son absolutamente valiosos y necesarios. Conocéis muy bien los beneficios que podéis obtener cuando escucháis los sermones, de manera que, si sabéis distinguir las cosas que difunden los falsos líderes y los anticristos, seréis capaces de detectarlos de veras. Pero debido a vuestra actual estatura, solo entendéis numerosas doctrinas sobre la fe en Dios, pero aún no conocéis la verdad en profundidad. Existen asuntos importantes que todavía no podéis comprender en su totalidad, que os parecen confusos o poco claros, por lo que aún no poseéis ninguna de las realidades verdad y aún no sois capaces de discernir mucho. Independientemente de la manera en la que cualquiera de las personas de la iglesia se comporte o hable, careces de criterio acerca de ello. Algunas personas consideran que pueden dar testimonio de Dios solo porque hablan elocuentemente, y que aquellos que no lo hacen no están capacitados para dar testimonios vivenciales, aunque los hayan experimentado. ¿Tienen razón? Están muy equivocados. Indistintamente de la manera en la que se comunique, el testimonio vivencial es práctico. Si la persona no lo ha experimentado, aquello de lo que habla no es práctico, con independencia de su facilidad para expresarse acerca de las doctrinas. ¿Por qué? Que una persona hable sobre las palabras y las doctrinas no significa que la persona posea la realidad verdad y, a pesar de que comprenda una pequeña parte de la verdad, este conocimiento es superficial y limitado, y no cuenta en absoluto con la capacidad necesaria para escribir acerca de testimonios vivenciales. Aquel que no posee testimonios vivenciales, pero comunica palabras y doctrinas desvergonzadamente y sermonea a la gente, se ha transformado en un fariseo hipócrita. Lo único que esta gente sabe hacer es inventar testimonios falsos para desorientar a las personas. Dios maldecirá a aquellos que lo hacen. Ser un verdadero testigo de Dios no depende de la elocuencia de uno. Basta con analizar la cantidad de testimonios vivenciales de Pedro. ¿Cuántas cartas escribió? ¿Cuántos artículos referidos a testimonios escribió? Puede que fueran solo unos pocos, pero Dios aprobaba a Pedro como la persona que mejor Lo conocía y como alguien que Lo amaba de corazón. Una vez que tengas un testimonio vivencial sincero, indudablemente cambiarás y serás mucho más honesto. Ya no participarás de actividades fervorosas, de aquellas cosas que te parecían positivas. Cuando reconozcas lo insignificante, miserable y patético que es el hombre, no te atreverás a comportarte de manera caprichosa ni a escribir un libro o una autobiografía. Todos aquellos que desean escribir libros o autobiografías o que desean labrarse una reputación en aras de hacer algún tipo de contribución son personas arrogantes, engreídas y ambiciosas, que sobreestiman sus propias habilidades, no poseen un corazón temeroso de Dios y gustan de seguir su propia voluntad en todos sus actos. Todas las personas que persiguen la verdad de corazón se concentran en cumplir con sus deberes correctamente, en comprender la verdad y en actuar según los principios. Consideran que cumplir con su deber apropiadamente, cambiar su carácter, entrar en la realidad-verdad y poseer testimonios vivenciales verdaderos es lo mejor que se puede hacer. Aquellos que son capaces de avanzar por esta vía son las personas más inteligentes y las que poseen más razón.

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