Palabras diarias de Dios: Conocer a Dios | Fragmento 157

Existen muchas similitudes entre la cultura tradicional y la superstición, sólo ella tiene ciertas historias, alusiones y fuentes. Satanás ha fabricado e inventado muchas historias populares o historias en los libros de historia, dejándoles a las personas profundas impresiones de cultura tradicional o figuras supersticiosas. Toma, por ejemplo, Los ocho inmortales cruzan el mar; Viaje a occidente; El emperador de jade; Nezha vence al rey dragón, Investiduras de los dioses, todas ellas historias chinas. ¿No se han arraigado profundamente en la mente del hombre? Aunque algunos no conozcan todos los detalles, siguen conociendo las historias generales y es este contenido general lo que se te queda en el corazón y en la mente, y no puedes olvidarlo. Son cosas que Satanás estableció para el hombre hace mucho, habiendo diseminado en distintos momentos sus diversas ideas y las filosofías de la vida. Estas cosas perjudican directamente y erosionan el alma de los seres humanos y pone a estos bajo un hechizo tras otro. Es decir, que una vez que has aceptado que estas cosas que surgen de la cultura tradicional, de las historias o de la superstición que, una vez establecidas en tu mente, y pegadas en tu corazón, son como un hechizo: quedas enredado e influenciado por esas culturas, esas ideas e historias tradicionales. Influyen en tu vida, en tu perspectiva de la vida y en tu juicio de las cosas. Aún más, influyen en tu búsqueda de la senda verdadera de la vida: ¡esto es, de hecho, un hechizo! Lo intentas, pero no puedes sacudírtelas de encima; las cortas, pero no puedes derribarlas; las golpeas, pero no puedes derruirlas. ¿No es esto así? (Sí). Además, después de que el hombre sea puesto bajo este tipo de hechizo, sin saberlo, del mismo modo empiezan a adorar a Satanás, a promover su imagen en sus corazones. En otras palabras, le erigen como su ídolo, un objeto de adoración y veneración, hasta el punto de tratarlo del mismo modo que a Dios. Inconscientemente, estas cosas están en el corazón de las personas, controlando sus palabras y sus hechos. Sin darte cuenta, reconoces la existencia de estas historias, convirtiéndolas en figuras reales y objetos reales existentes. De forma inconsciente, recibes estas ideas y la existencia de estas cosas en tu subconsciente. De este mismo modo también recibes a los diablos, a Satanás y los ídolos en tu casa y en tu propio corazón, ¡esto es ciertamente un hechizo! ¿Sentís lo mismo? (Sí). ¿Hay alguien entre vosotros que haya quemado incienso y adorado a Buda? (Sí). ¿Cuál fue, pues, el propósito de esto? (Orar por la paz). ¿Es absurdo orar a Satanás para pedir la paz? ¿Acaso trae él paz? (No). Pensando ahora en ello, ¿erais ignorantes en ese tiempo? (Sí). Ese tipo de manera es absurdo, ignorante e ingenuo, ¿no es así? Satanás no puede darte paz. ¿Por qué? Satanás sólo medita en cómo corromperte y no proporcionarte paz; sólo puede darte un respiro temporal. Sin embargo, debes tomar un voto y, si rompes tu promesa o quebrantas el voto que le has hecho, verás cómo te atormenta. Al obligarte a tomar un voto, en realidad quiere controlarte, ¿no es así? Cuando orasteis pidiendo paz, ¿la obtuvisteis? (No). Vosotros no lograsteis la paz, sino al contrario, os trajo infortunio, desastres sin fin y toda una hueste de calamidades: ciertamente un océano ilimitado de amargura. La paz no está dentro del dominio de Satanás, y esta es la verdad. Esta es la consecuencia para la humanidad de la superstición feudal y la cultura tradicional.

La Palabra, Vol. II. Sobre conocer a Dios. Dios mismo, el único VI

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