Palabras diarias de Dios: Los misterios sobre la Biblia | Fragmento 265

Durante muchos años, la forma de creencia tradicional de las personas (la del cristianismo, una de las tres religiones principales del mundo) ha sido leer la Biblia; apartarse de la Biblia no es una creencia en el Señor, es una heterodoxia y herejía, e incluso cuando las personas leen otros libros, el fundamento de estos debe ser la explicación de la Biblia. Es decir, si crees en el Señor, debes leer la Biblia, y fuera de ella no debes adorar a ningún libro que no la implique. Si lo haces, estás traicionando a Dios. Desde el momento en que la Biblia estuvo, la creencia de las personas en el Señor ha sido la creencia en la Biblia. En lugar de decir a las personas que crean en el Señor, es mejor decir que lo hagan en la Biblia; en lugar de decir que han comenzado a leer la Biblia, es mejor decir que han empezado a creer en ella; y en lugar de decir que han vuelto a la presencia del Señor, es mejor decir que han regresado ante la Biblia. De esta forma, las personas adoran la Biblia como si fuera Dios, como si fuera su vida y perderla sería lo mismo que perder su vida. Las personas consideran la Biblia como algo tan elevado como Dios, y están incluso aquellos que la ven como algo más alto que Dios. Si las personas no tienen la obra del Espíritu Santo, si no pueden sentir a Dios, pueden seguir viviendo; pero tan pronto como pierden la Biblia, sus capítulos o sus dichos célebres, es como si hubieran perdido su vida. Así pues, tan pronto como las personas creen en el Señor, comienzan a leer la Biblia, a memorizarla, y cuanto más sean capaces de memorizar de ella, más demuestra esto que aman al Señor y tienen una gran fe. Los que han leído la Biblia y pueden hablarles de ella a los demás son todos buenos hermanos y hermanas. Y es que todos estos años, la fe y la lealtad de las personas al Señor se han medido de acuerdo a su grado de entendimiento de la Biblia. La mayoría de las personas simplemente no entienden por qué deberían creer en Dios ni cómo hacerlo, y no hacen otra cosa que buscar ciegamente pistas para descifrar los capítulos de la misma. Las personas nunca han buscado la dirección de la obra del Espíritu Santo; no han hecho más que dedicarse todo el tiempo a estudiar e investigar desesperadamente la Biblia, y nadie ha encontrado nunca obra nueva del Espíritu Santo fuera de ella. Nadie se ha apartado nunca de ella ni se ha atrevido a hacerlo. Han estudiado la Biblia durante todos estos años, se les han ocurrido muchas explicaciones y se han esforzado grandemente; también tienen muchas opiniones diferentes acerca de ella, que debaten interminablemente, de manera que se han formado más de dos mil denominaciones hoy. Todos quieren encontrar algunas explicaciones especiales, o misterios más profundos en la Biblia; quieren explorarla y encontrar en ella el trasfondo de la obra de Jehová en Israel, o el trasfondo de la obra de Jesús en Judea, o más misterios que nadie más conoce. Las personas abordan la Biblia con obsesión y fe, y nadie puede aclarar del todo la historia interna o la esencia de la misma. Así pues, las personas siguen teniendo hoy una sensación indescriptible de asombro cuando se trata de la Biblia, y están aún más obsesionadas con ella y tienen aún más fe en ella. Hoy en día, todos quieren encontrar las profecías de la obra de los últimos días en la Biblia, quieren descubrir qué obra hace Dios durante los últimos días y qué señales hay para los últimos días. De esta forma, su adoración de la Biblia se vuelve más ferviente, y mientras más se acercan los últimos días, más credibilidad ciega dan a las profecías, particularmente a las relacionadas con este tema. Con esa fe ciega en la Biblia, con esa confianza en ella, no tienen deseo de buscar la obra del Espíritu Santo. En las nociones de las personas, piensan que sólo ella puede traer la obra del Espíritu Santo; sólo en ella pueden encontrar las huellas de Dios; sólo en ella están escondidos los misterios de Su obra; sólo la Biblia —ningún otro libro o persona— puede clarificar todo lo de Dios y la totalidad de Su obra; la Biblia puede traer la obra del cielo a la tierra; y puede tanto comenzar como concluir las eras. Con estas nociones, las personas no tienen inclinación a buscar la obra del Espíritu Santo. Así pues, independientemente de cuánta ayuda prestara la Biblia a las personas en el pasado, ha pasado a ser un obstáculo para la obra más reciente de Dios. Sin ella, las personas podrían buscar las huellas de Dios en cualquier otro lugar; pero hoy, la Biblia ha contenido Sus huellas, y extender Su obra reciente ha pasado a ser doblemente difícil, y una ardua lucha. Todo esto se debe a los capítulos y los dichos famosos de la Biblia, así como sus diversas profecías. La Biblia se ha vuelto un ídolo en las mentes de las personas, un enigma en sus cerebros, y son simplemente incapaces de creer que Dios puede obrar excluyéndola, de creer que las personas pueden encontrar a Dios fuera de la Biblia, y mucho menos son capaces de creer que Dios podría apartarse de ella durante la obra final y comenzar de nuevo. Esto es impensable para las personas; no pueden creerlo ni imaginarlo. La Biblia se ha convertido en un gran obstáculo para que los hombres acepten la nueva obra de Dios, y en una dificultad para la expansión de Dios de esta nueva obra.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Relativo a la Biblia (1)

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