¿Cuál es la realidad-verdad? (Parte 2)
Todos vosotros ya habéis comenzado a centraros en perseguir la verdad en vuestra creencia en Dios; así pues, ¿en qué basáis vuestro comportamiento? En la conciencia, en el fundamento de la conducta humana y en la moralidad. ¿A qué distancia de la verdad están estas cosas? ¿Están relacionadas la conciencia, el fundamento de la conducta humana y la moralidad con la verdad? Ni mucho menos. En el mejor de los casos, comportarte según la conciencia te puede convertir en una buena persona, pero no está en absoluto a la altura del requisito de Dios, que consiste en que la gente debe comportarse de acuerdo con la verdad y vivir según Sus palabras. Cuando alguien que cree en Dios puede captar, entender y practicar la verdad y refrenarse según los principios de la verdad, habrá crecido. Si no persigue la verdad, nunca crecerá. Algunos han comenzado a perseguir la verdad con determinación y dicen: “Debo esforzarme al máximo por alcanzar la verdad e intentar practicar según esta y las palabras de Dios, seguir las reglas al hacer las cosas, actuar con principios y límites y abstenerme de comportarme de una manera que ofenda al carácter de Dios o que represente un pecado contra Él, sin que nadie me dirija, me refrene o me supervise para hacer todo esto. Aunque nadie me supervise, si al realizar alguna de mis acciones pudiera ofender al carácter de Dios y a Él mismo y la hiciera sin tener un corazón temeroso de Dios, sin duda no la llevaría a cabo. Aunque tuviera esa idea en el corazón, podría refrenarme: no debo hacerlo”. Este estado es activo y positivo. Por ejemplo, la casa de Dios pide a alguien que custodie un objeto precioso y solo algunos están al corriente de este hecho. Cuando otros conocen el asunto, esa persona es capaz de cuidar bien de ese objeto, de preocuparse por él y de evitar que se pierda, que se dañe, que lo roben o que lo estropeen. Al mismo tiempo, también es capaz de abstenerse de ser avariciosa y posesiva y santificará cuidadosamente este objeto en el corazón. ¿Acaso no es esta una buena persona? Desde la perspectiva del momento presente se puede decir que lo es porque no se le ocurre ni piensa apropiarse indebidamente del objeto. Si vamos un poco más allá, esta persona es capaz de custodiar este objeto con absoluta lealtad a su encargo y de asumir incondicionalmente esta responsabilidad tan bien como sepa hacerlo; se puede decir que lo hace con todo el corazón y que lleva a cabo bien esta tarea. Pero un día las cosas cambian. Arrestan y encarcelan a algunos de los que estaban al corriente de este asunto, y trasladan a otros a lugares distintos. Esa persona es la única que queda que sabe que existe este objeto. En estas circunstancias, ¿acaso no ha cambiado su entorno? Sí, lo ha hecho y ha llegado el momento de la prueba. Al principio, esa persona permanece impasible en el corazón y sigue tomándose en serio y de manera responsable la custodia del objeto, sin ninguna otra clase de pensamientos. Más adelante, se entera de que las otras personas que lo conocían han desaparecido. Incluso en esos momentos, todavía piensa: “No puedo tramar ningún plan con este objeto; debo seguir custodiándolo bien. ¡Aunque la gente no sepa nada de esto, Dios lo sabe!”. ¿Acaso no es esta una buena persona? (En el momento presente, sigue pareciéndolo). ¿Por qué es así? Porque, si se le valora según los criterios de ser una buena persona, alguien que pueda llegar a este nivel ya es muy bueno. Pero un día, sobreviene una crisis importante en su familia, necesitan urgentemente dinero y no tienen suficiente a mano. Su entorno ha vuelto a cambiar y, cuando ocurre eso, ha llegado una vez más el momento de ser puesto a prueba. Al principio, sigue considerando la posibilidad de pedir dinero prestado, pero después de dos o tres intentos fallidos, su corazón comienza a agitarse: “¿Acaso no tengo un objeto precioso en mi custodia? ¿Acaso no es absurdo que vaya a pedir dinero prestado cuando tengo algo de capital ante mí? Nadie sabe que custodio este objeto, que solo está aquí acumulando polvo. ¿Acaso no es correcto que lo utilice? ¿Por qué no?”. Después, tiene un pensamiento lógico mejor: “¿Acaso no preparó Dios esto para mí? Él me muestra su gracia. ¡Gracias a Dios!”. Cuanto más piensa en ello, más siente que es apropiado hacerlo. Después de meditar durante unos días, siente paz en el corazón y su conciencia no lo regaña. Finalmente, decide: “¡Voy a utilizar este dinero!”. ¿Qué ocurrió? (Se comenzó a producir un cambio en su pensamiento). ¿Cómo surgió este cambio? (Fue debido al entorno). Así pues, ¿hay algún problema con el entorno? ¿Lo cambió el entorno? (No). Entonces, ¿cómo podemos describir esta situación con exactitud? Cuando el entorno cambió anteriormente en dos ocasiones, ¿por qué su corazón no titubeó en esos momentos? (Todavía no era una época de extrema pobreza y frustración). Antes de llegar a este punto, no se pondrán en evidencia las verdaderas ideas y actitudes interiores de una persona. En ese momento, ¿podemos decir que esta persona es leal a Dios? ¿O que ama la verdad? Podríamos decirlo, ya que cuando custodió la ofrenda fue capaz de hacerlo con todo su corazón y toda su fuerza, sin ninguna otra idea ni pensamiento activo. Nunca tramó ningún plan con ese objeto: ¡qué gran persona! No obstante, cuando su entorno vital cambió y se sintió atrapado sin salida, emergieron sus pensamientos activos y comenzó a urdir planes sobre la ofrenda. En realidad, no es que no tuviera estos pensamientos anteriormente, sino que los ocultaba en el corazón. Al encontrarse en un entorno adecuado, sus pensamientos brotaron de manera natural como el agua de manantial. Al final, incluso encontró la “justificación” de que Dios había preparado todo esto para él. Al escudarse en esta “justificación”, ¿acaso no quedó en evidencia su naturaleza perversa? ¿Dónde fueron a parar su lealtad, su bondad y su sentido de la rectitud? (Desaparecieron). Por tanto, ¿fueron sus manifestaciones anteriores puro teatro? No, no lo fueron; también fueron revelaciones naturales, pero no eran profundas. Eran las más superficiales, eran fenómenos a nivel de superficie. Existen ilusiones entre los fenómenos superficiales de la humanidad, y las personas no son capaces de calarlos, por lo que se desorientan con facilidad. Por ejemplo, algunos parecen cumplir muy bien sus deberes durante seis meses o un año, pero, transcurrido ese tiempo, se vuelven negativos. Al cabo de un par de años, es posible que huyan y regresen al mundo secular: algunos para ganar dinero y otros para vivir sus propias vidas. Por tanto, sería un error que llegaras a la conclusión de que son personas que se esfuerzan sinceramente por Dios en función de su comportamiento a lo largo de seis meses o un año. Esa conducta durante ese tiempo es en realidad una falsa ilusión, un entusiasmo temporal. Al enfrentarse a ciertos entornos y ciertas tentaciones, se ponen en evidencia su verdadero carácter y las adulteraciones en las intenciones que subyacen tras su fe en Dios. ¿Acaso no es esto un hecho? Estas personas no han cambiado en absoluto. ¿Qué quiere Dios cambiar exactamente en la gente? ¿Qué problemas quiere Él resolver al hacer que la gente acepte la verdad? (Las cosas intrínsecas a la naturaleza del hombre). Cierto, esto es lo que debe resolverse. Cuando no les ha ocurrido nada, las personas tienen un fundamento moral básico y no se aprovechan de los demás. En particular, los ancianos suelen decir: “No codicies las propiedades ajenas ni te desprendas de las tuyas”. Es decir, no dones sin ton ni son tus pertenencias ni desees con avaricia ni envidies los bienes de otros. Esto es justamente lo que la humanidad normal debería poseer y no está a la altura de la verdad. Así pues, ¿puede la gente lograr esto? (No). No es ni siquiera capaz de lograrlo, pero afirma no tener pensamientos de codicia. Apoderarse de las propiedades de los demás sin ni siquiera esperar que a uno le sobrevengan pensamientos de codicia es el resultado de la dominación de la naturaleza propia. Mientras el entorno lo permita, la gente ni siquiera necesita pensar sobre esto; simplemente revelará la naturaleza perversa que hay en su interior y sus actitudes viciosas, avariciosas y falsas. Respecto a la persona que se apropió indebidamente de la ofrenda del ejemplo que acabo de mencionar, ¿cuáles de sus ideas y manifestaciones eran falsas? (Se apoderó de la ofrenda de Dios afirmando que Él lo había preparado y le había abierto una salida). Todo esto es una falsedad, es engañarse a uno mismo y a los demás. Se engañó a sí mismo y también trató de engañar a Dios. Utilizó estas palabras complacientes para manipularse y consolar a su propia conciencia para poder eludir sus acusaciones. Además, se inventó una bonita mentira para sí mismo y quiso emplearla para embaucar y engañar a Dios. ¿Acaso no es esto falso? (Sí). Lo es. Cuando te enfrentas a estos entornos y tu naturaleza engendra pensamientos y hace que quieras hacer algo, en primer lugar, tu conciencia y las verdades que entiendes tendrán efecto en tu interior y harán que te des cuenta de que pensar de esta manera no te llevará a ninguna parte, que es algo despreciable y perverso y que lo que piensas y crees no es la verdad. Aunque tengas temporalmente el impulso de hacer esto, después de orar a Dios, pensarás: “No puedo hacerlo: ofendería a Dios. ¡Es perverso! Hacer esto es incompatible con la verdad y ¿acaso no sería engañar a Dios? Nunca podré hacerlo. Esto es algo santificado, pertenece a Dios y no se debe tocar en absoluto. Aunque nadie esté al corriente de esto, y solo Dios lo sepa, porque solo Dios lo sabe, no puedo tocarlo de ninguna manera”. Alguien que pueda pensar de esta manera tiene estatura real. Si se basó en sus buenas intenciones y su fundamento moral, ¿podría refrenarse? ¿Podría garantizar que no robaría la ofrenda? (No). ¿Qué debe tener una persona para conseguir refrenarse? (Debe tener temor de Dios en el corazón). Solo las verdades que entiendes, tu conocimiento de Dios y el temor de Dios en tu corazón pueden refrenar tu corazón y tus acciones y determinar la senda que eliges y cómo te comportas de acuerdo con Sus intenciones. Además de la verdad y de las palabras de Dios, ¿hay algo más que pueda ayudar a la gente a llegar a este estado? No. Esta es la única forma; de esta manera puedes temer a Dios y evitar el mal. Al margen del tipo de entornos con los que te encuentres, tanto si son pruebas o tentaciones, no pueden cambiar tu lealtad y sumisión a Dios. Una vez hayas solidificado tu determinación, nunca cambiará. Por muy difícil que sea el entorno con el que te encuentres, aunque sea una tentación especialmente atractiva para ti, tu determinación y tus principios para hacer las cosas no variarán. De este modo, te mantendrás firme en tu testimonio y obtendrás la verdad. Dios no volverá a ponerte a prueba respecto a esta cuestión. La habrás superado y te habrás mantenido firme. En estos momentos, ¿puede la mayoría de la gente alcanzar esta estatura? (No puede). Aún no es capaz de alcanzarla, lo que demuestra que la verdad no se ha convertido en su vida. Entonces, ¿qué cosas forman su vida actualmente? Las filosofías para los asuntos mundanos de Satanás, sus ponzoñas y algunos instintos humanos, es decir, aferrarse al fundamento de la moralidad y la conducta humana, así como a ciertas doctrinas y expresiones espirituales que adquirieron después de llegar a creer en Dios. Después de captar estas cosas, la gente siempre piensa: “He obtenido la verdad. He entendido muchas cosas en mi creencia en Dios. He cambiado y he ganado algo”. ¿Qué es lo que ha ganado? En realidad, solo son cosas a nivel de superficie. Solo es tener cierto refrenamiento en su comportamiento y haberlo regulado un poco más. Además, es capaz de meditar de una manera más positiva en la mente y el corazón y de pensar más en cosas positivas. Debido a la influencia de su entorno, a que han escuchado sermones a menudo, a que han cumplido sus deberes y a que han estado en contacto con cosas positivas con mayor frecuencia, las personas se ven afectadas de diversas maneras positivas. Estos son los beneficios y los cambios que el entorno de la iglesia les aporta. De todos modos, ¿hasta qué punto son grandes y numerosos los cambios que provoca la verdad en la gente? Eso depende de su búsqueda. Si eres verdaderamente alguien que persigue la verdad, siempre ganarás algo en lo que respecta a los aspectos prácticos de la verdad, y en cada etapa ganarás y entenderás un poco. En el corazón, las personas entienden y sienten si han ganado algo o no. ¿Qué siente la mayoría de la gente en estos momentos? Que, al basarse en sus buenas intenciones, suele cometer de manera diligente y deliberada algunas buenas obras, cosas que las personas creen que poseen conciencia y razón y por las que otros no las acusarán ni criticarán. Aunque se trate de buenas obras, no se puede decir que sean la práctica de la verdad. ¿No es este el caso? (Sí). La mayoría de la gente tiene un principio fundamental para sus acciones: actuar de acuerdo con su conciencia. Siente que la verdad es demasiado profunda y abstracta y que parece demasiado distante de las personas. La gente no entiende bien la verdad ni puede explicarla claramente, de modo que se limita a comportarse según su conciencia y a salir del paso día tras día. Algunos no tienen ni siquiera el más mínimo conocimiento de la conciencia y no se comportan según los criterios de la misma. Otros cumplen sus deberes sin obtener ningún resultado; simplemente se aprovechan de la gracia de Dios y la disfrutan, pero no dan nada a cambio, sin sentir culpa alguna en el corazón. ¿Tienen estas personas conciencia y razón? Si les preguntas: “¿Qué sientes al vivir de esta manera?”, responden: “Las intenciones de Dios son demasiado inmensas y no puedo alcanzarla. En cualquier caso, creo sinceramente en Dios y no he hecho el mal. Siento paz en el corazón”. ¿Practican la verdad los que son así? Aunque cumplan sus deberes, ¿se esfuerzan sinceramente por Dios? Desde la perspectiva del hombre, parece que están cumpliendo sus deberes, pero no obtienen ningún resultado en ellos. ¿Puede Dios darles su aprobación? Podrían decir: “Cumplo mis deberes de acuerdo con mi conciencia, no soy un holgazán ni un perezoso y pago un precio”. Pero ¿representa esta norma de la conciencia que practican la verdad? Cuando tengáis tiempo, deberíais meditar, decidir un tema sobre el que hablar conjuntamente y ver cómo deberíais actuar para practicar la verdad. No os quedéis simplemente en la norma de la conciencia o en los criterios de ser una buena persona y tener un buen comportamiento. No os contentéis con ser personas complacientes. Debéis perseguir la altura de la verdad y entrar en ella. Solo de esta manera podréis satisfacer las intenciones de Dios y entrar en la realidad-verdad. Si siempre buscas satisfacer tu conciencia y piensas que haces bien las cosas en la medida en la que no infrinjas el fundamento moral, no te saldrás jamás de este ámbito en nada de lo que hagas, lo que quiere decir que la verdad nunca tendrá nada que ver contigo. Si tus acciones y palabras no tienen nunca nada que ver con la verdad, ¿estás todavía a tiempo de obtener la verdad? Te va a costar obtenerla.
En la Antigüedad, los eruditos solían estudiar los libros “Las Analectas de Confucio”, “Dào Dé Jīng” y “El Clásico de Tres Caracteres”. No paraban de sacudir la cabeza, como si recitaran escrituras, con la boca siempre llena de dichos clásicos. Después de leer algunos libros y de memorizar unos cuantos poemas de Tang y Song, se consideraban duchos y se pasaban el día aleccionando a otros y pensando que eran impresionantes. No fueron capaces en toda su vida de hacer nada que fuera recto y se limitaban a comportarse de acuerdo con esos libros de sabios que habían leído. No entendían ni podían comprender nada. Iban saliendo del paso en la vida, sin conseguir nada. Y, aun así, se sentían complacidos consigo mismos en el corazón y pensaban que entendían muchas cosas y que eran superiores a todos los demás. Existe la expresión “ser más papista que el papa”; es muy apropiada, y no debéis vivir en ese estado de ninguna manera. Algunos siempre sienten que tienen conocimiento, benevolencia y rectitud en el corazón. En consecuencia, se consideran del todo más papistas que el papa y piensan que se merecen absolutamente que los llamen buenas personas y caballeros. Algunos valoran especialmente la lealtad y se darían la vida por sus amigos. Otros valoran particularmente la conciencia y son capaces de cumplir las palabras: “La amabilidad de una gota de agua debe ser recompensada con un manantial”. Otros no se casan, cultivan sus mentes y cuerpos a través de la autorreflexión y persiguen la inmortalidad. Otros se dedican por completo a estudiar libros de sabios y no prestan atención alguna a los asuntos externos. ¿Son verdaderamente buenas estas presuntas buenas personas? Viven a partir de su conocimiento y hablan y actúan con poca conciencia, así que ¿puede considerarse que tengan la realidad-verdad? ¿Puede garantizarse realmente que no hagan el mal? Algunos tienen buenas intenciones hacia los demás y suelen prestar caridad y socorro, de modo que creen ser grandes filántropos. Pero ¿es riguroso juzgar si una persona es buena o mala basándose siempre en las afirmaciones de la cultura tradicional? Utilizar siempre los criterios morales para evaluar a los demás y jactarse de uno mismo es ser más papista que el papa. ¿Tienen la verdad los que son así? ¿Pueden aceptar la verdad y someterse a ella? De ninguna manera. Si ganaran poder y estatus, ¿podrían oponerse a Dios y perseguir cruelmente a quienes creyeran en Él? Son más que capaces de hacer eso, lo que ejemplifica que todavía tienen malicia en su naturaleza, que es la de Satanás. En base a este hecho, puede determinarse que todos los que viven siempre por el conocimiento y la cultura tradicional son unos hipócritas que pueden hacer el mal y resistirse a Dios. Algunos han creído en Dios durante varios años; sin embargo, sorprendentemente, no son capaces de discernir la cultura tradicional y el conocimiento. No pueden entender del todo que, en esencia, estas cosas son filosofías, lógicas y leyes satánicas, que son un conocimiento y una cultura que perjudica a las personas. ¿Tiene esta gente la realidad-verdad? Los que no pueden calar ni discernir la cultura tradicional y el conocimiento no entienden la verdad en absoluto ni poseen la más mínima realidad-verdad. Hay personas que consideran que algunos tipos de conocimiento también pueden ayudar a la gente a ser buena e instruirla para realizar buenas obras. Están muy equivocadas. El conocimiento no es la vida; es un tipo de precepto que se opone a la verdad y es una falacia. Por muy elevado o profundo que sea el conocimiento de alguien, ni siquiera puede calar la esencia corrupta del ser humano, su propia naturaleza o qué es el género humano corrupto. ¿De qué sirve su conocimiento, pues? ¿Acaso no es la doctrina más superficial y desorientadora? Al igual que la teoría confucionista y el “Dào Dé Jīng”, las palabras de estos libros sabios chinos clásicos son engañosas, palabras diabólicas que desorientan a la gente, herejías y falacias hipócritas y ponzoñas y lógicas satánicas. Algunos adoran estas cosas como si fueran la verdad; ¿siguen siendo creyentes en Dios? Si crees en Él en el corazón, escuchas sermones y lees Sus palabras cada día, ¿por qué no puedes entender la verdad? ¿Por qué no puedes convertir la verdad en el objetivo de tu búsqueda? Estas personas son las más estúpidas y rematadamente ignorantes, son bestias vestidas de personas y son inhumanas.
¿Qué es la verdad? En primer lugar, se debe determinar que las filosofías para los asuntos mundanos no son la verdad de ningún modo y que las consignas de los famosos y de las personas destacadas tampoco lo son. Los dichos del confucionismo y del taoísmo, las buenas conductas y acciones que el género humano corrupto ha heredado y generalmente reconoce, las cosas y las teorías que guían la mente de las personas: nada de todo esto es la verdad. ¿Acaso es la verdad disfrutar ayudando a otros? (No). Disfrutar ayudando a otros y ser caritativo son buenas obras, y alguien bondadoso al menos tiene buen corazón y es capaz de apiadarse de la gente; así pues, ¿por qué esto no es conforme a la verdad? (No se aplica ningún principio al ayudar a los demás). ¿Acaso es ser una buena persona ayudar a otros sin principios? Eso es ser complaciente e intentar tener una relación amistosa con todo el mundo. ¿Acaso es la verdad mostrar devoción filial hacia los padres? (No). Ser buen hijo es algo correcto y positivo, pero ¿por qué decimos que no es la verdad? (Porque la gente no tiene principios al mostrar devoción filial hacia sus padres ni es capaz de discernir qué tipo de personas son verdaderamente ellos). La manera en que se debería tratar a los padres está relacionada con la verdad. Si tus padres creen en Dios y te tratan bien, ¿deberías serles buen hijo? (Sí). ¿De qué modo les eres buen hijo? No los tratas de la misma forma que a tus hermanos y hermanas. Haces todo lo que te dicen y, si son mayores, debes quedarte a su lado para cuidarlos, lo que te impide salir a cumplir con tu deber. ¿Está bien esto? (No). ¿Qué deberías hacer en tales ocasiones? Depende de las circunstancias. Si puedes atenderlos igualmente mientras cumples con el deber en un lugar cercano a tu hogar y tus padres no se oponen a tu fe en Dios, deberías cumplir con tu responsabilidad filial y realizar algunas tareas para ayudarlos. Si están enfermos, atiéndelos; si algo les preocupa, consuélalos; si tus circunstancias económicas lo permiten, cómprales suplementos nutritivos según tu presupuesto. Sin embargo, ¿qué debes optar por hacer si estás ocupado con el deber, no hay nadie que atienda a tus padres y también ellos creen en Dios? ¿Qué verdad debes practicar? Dado que ser filial a los padres no es la verdad, sino simplemente una responsabilidad y una obligación humanas, ¿qué deberías hacer si esta obligación entra en conflicto con tu deber? (Priorizar mi deber; anteponerlo). Una obligación no es necesariamente un deber. Decantarse por el cumplimiento del deber propio es practicar la verdad, mientras que cumplir con una obligación no lo es. Si se dan las condiciones, puedes cumplir esa responsabilidad u obligación, pero si las circunstancias actuales no te lo permiten, ¿qué deberías hacer? Deberías decir: “Debo cumplir con mi deber, eso es practicar la verdad. Ser filial a mis padres es vivir según mi conciencia y no llega a ser practicar la verdad”. Por tanto, debes dar prioridad a tu deber y defenderlo. Si actualmente no tienes ningún deber, no trabajas lejos de casa y vives cerca de tus padres, busca la forma de cuidar de ellos. Haz todo lo posible para ayudarles a vivir un poco mejor y a aliviar su sufrimiento. Pero esto también depende del tipo de personas que sean tus padres. ¿Qué debes hacer si tus padres tienen poca humanidad, si te impiden constantemente creer en Dios y si continúan alejándote de creer en Dios y de cumplir con tu deber? ¿Qué verdad deberías practicar? (El rechazo). En ese momento, debes rechazarlos. Has cumplido con tu obligación. Tus padres no creen en Dios, así que no tienes la obligación de mostrarles respeto filial. Si creen en Dios, entonces tus padres son familia. Si no lo hacen, entonces camináis por sendas diferentes: Creen en Satanás y adoran al rey diablo, y caminan por su senda; son personas que recorren sendas distintas que quienes creen en Dios. Ya no sois una familia. Consideran adversarios y enemigos a los creyentes en Dios. Por tanto, eso te exime de la obligación de cuidarlos y debes cortar los lazos con ellos por completo. ¿Cuál es la verdad: ser filial a los padres o cumplir con el deber propio? Por supuesto, la verdad es cumplir con el deber propio. Cumplir con el deber propio en la casa de Dios no se limita a cumplir con la obligación propia y a hacer lo que supuestamente uno debe hacer. Se trata de cumplir con el deber de un ser creado. Aquí está la comisión de Dios; es tu obligación, tu responsabilidad. Se trata de una verdadera responsabilidad, consistente en cumplir con tu responsabilidad y tu obligación ante el Creador. Este es el requerimiento del Creador a las personas, y la gran cuestión de la vida. Pero mostrar respeto filial hacia los padres simplemente es la responsabilidad y la obligación de un hijo o una hija. En realidad, no es una comisión de Dios, y mucho menos se ajusta a Su requerimiento. Por lo tanto, entre mostrar respeto filial hacia los padres y cumplir con el deber propio, sin duda hay que cumplir con el deber de uno, y solo eso es practicar la verdad. Cumplir con el deber propio como ser creado es la verdad, y es un deber imperioso. Mostrar respeto filial hacia los padres significa ser filial a las personas. No significa que uno esté cumpliendo con su deber, ni que esté practicando la verdad. Después de hablar sobre estas cosas de esta manera, deberíais ser capaces de diferenciarlas por vuestra propia cuenta y saber qué es y qué no es la verdad. Pensad en otras cosas que la gente aprecia y considera como la verdad. (El término “energía positiva” suele utilizarse en la sociedad; esto también es algo negativo, no la verdad). La mayoría de las expresiones que utilizan los no creyentes son cosas diabólicas. ¿De qué trasfondo surgió el concepto de “energía positiva”? Todos estos dichos populares, teorías extrañas o palabras de moda que brotan en la sociedad tienen un trasfondo. ¿Sabéis de qué trasfondo salió esta expresión en boga? En China, el clima social es cada vez más perverso y la gente aboga por la perversidad. Independientemente de lo que digan o hagan los diablos, las personas los siguen. Aunque algunos no pueden soportarlo y hacen comentarios al respecto, no sirve de nada y nadie reacciona. En China, la perversidad se ha convertido en una moda y ningún grupo de personas puede detenerla. Todo el mundo tiene la sensación de que la moral de la nación decae cada día más. Todo el poder está en manos de demonios malvados que controlan completamente al país y al pueblo. Los diablos hacen lo que quieren y nadie puede pararlos. Con la intención de embaucar al público, los que ostentan el poder han hecho muchas cosas capciosas para desorientar y engañar a la gente e incluso sostienen que todas estas acciones forman parte de la energía positiva. Este es el trasfondo del que surgió la “energía positiva”. ¿A qué se refieren los no creyentes al hablar de “energía positiva”? A lo que llaman integridad o un tipo de buena conducta. En la práctica, ¿puede esta energía positiva tener algún efecto en la sociedad? ¿Puede resolver el aluvión de modas perversas? ¿Puede detener la tendencia de que se desarrollen modas perversas? No, no puede cambiar nada. ¿Por qué es así? El término “energía positiva” suena muy potente, de modo que ¿por qué no puede cambiar nada ni resolver ningún problema? Ni siquiera puede cambiar ni resolver el problema de que los niños se pasen todo el día enganchados a internet. En el pasado, todavía había algo de afecto, conciencia y razón entre las personas y de decoro entre los vecinos, pero ahora es diferente. Las relaciones humanas se han vuelto volubles e inconstantes, y todas las personas son como desconocidas unas para otras. La gente ni siquiera se preocupa cuando ve que sus vecinos sufren accidentes ni se atreve a intervenir cuando alguien pide ayuda. ¿Cuál es el problema aquí? ¿La gente se vuelve de esta manera debido a que no existe energía positiva? ¿Es posible que antes hubiera energía positiva en la sociedad? No, todo era igual que ahora. La “energía positiva” solo es una expresión biensonante, no contiene ningún aspecto práctico. Es una teoría vacía completamente inútil.
Decidme: ¿quién es peor, la gente del pasado o la actual? (La gente es peor ahora). ¿Cómo se mide eso? Vuestro punto de vista es que hoy en día las personas son insensibles y les faltan amor familiar y amistades auténticas, que nadie se preocupa por la lealtad o la conciencia y que la gente siempre dice: “¿Cuál es el valor de la conciencia?” o “¿Qué pasa con la conciencia? ¡Ganar dinero es lo primero!”. Creéis que las personas han perdido la conciencia, que ahora es normal que la gente time a los demás al vender bienes y gane dinero sucio, y que estafan y defraudan a todo el que puedan. Por otro lado, creéis que los comerciantes expertos de antaño tenían principios al vender bienes, que vendían los productos a precios fijos, que eran honestos con todos los clientes, tanto jóvenes como mayores, y que no engañaban a nadie. Por tanto, creéis que la gente del pasado era mucho mejor que la actual. Así pues, ¿a qué se refiere el calificativo “mejor”? En realidad, se basa en la conciencia y en los comportamientos que viven. Si se miden según este concepto, las del pasado eran mejores que las actuales. Antiguamente, la gente era más sencilla e ingenua y tenía sentido de la conciencia y de la vergüenza. Contaba con puntos de referencia en su comportamiento y al menos no hacía cosas que carecieran demasiado de conciencia, ni que propiciaran que la criticaran a sus espaldas o que le reportaran mala fama. Hoy en día, las personas no se preocupan de nada de esto; carecen de sentido de la vergüenza. Solo quieren ganar dinero y hacerse un nombre. Por eso se dice que la gente actual es mala de pies a cabeza. Por tanto, ¿cómo ha llegado a ser así la gente de hoy en día? ¿No se han multiplicado sin más de generación en generación, desde los tiempos antiguos hasta el presente? Las personas de hoy en día no son distintas a las de tiempos pasados. No han cambiado ni su ADN ni su aspecto. Lo que pasa es que las condiciones de vida son mejores que antiguamente. En la actualidad, la gente aprende cosas más complejas, sobresale en más campos, su conocimiento es superior al de las personas de antaño, tiene más habilidades y le sobra arrogancia. Si consideramos el asunto desde esta perspectiva, ¿es exacto decir que las personas de hoy en día son peores que las del pasado? ¿Cómo podemos evaluar si este enunciado es preciso y conforme a la verdad? Expongamos la cuestión de esta manera: en las películas de época, tanto si tratan de la corte imperial, de los jianghu[a] o de las vidas de gente común, el conflicto está muy presente en los argumentos. Esta es la verdadera cara de la humanidad. Los seres humanos se pelean a vida o muerte por el poder y por satisfacer sus propios deseos. En esta batalla, la naturaleza humana queda en evidencia de manera absoluta y clara y es exactamente como Satanás. Así pues, ¿es cierto que todas esas cosas que ves que ocurren ahora solo han sucedido en un período de tiempo? ¿Lucha la gente muy ferozmente en ciertos lugares del mundo porque ahí hay un mal feng shui y está infestado de demonios impuros? ¿O es que esas personas tienen malos genes que hacen que sean agresivas por naturaleza? (Ninguna de las dos cosas). Entonces, ¿cómo se producen estos conflictos? La gente lucha por poder, estatus y el interés propio. Independientemente del estrato social, desde las capas altas a las bajas, las personas siempre se han peleado hasta la extenuación y han competido hasta el borde de la muerte. ¿Qué podemos observar en estos fenómenos? A juzgar por estos microcosmos del desarrollo de toda la historia humana, y desde la perspectiva de los hechos históricos, la naturaleza del género humano nunca ha cambiado. Mientras la gente viva bajo el poder de Satanás, el contenido de la vida que se desarrolla en cada era y etapa sigue siendo el mismo, al igual que su esencia. Esto se debe a que los objetivos, las causas y las raíces de los conflictos humanos siempre son los mismos: la gente lucha por poder, estatus y, en última instancia, el interés propio. Todas las formas de conflicto provienen de un mismo origen: la naturaleza y el carácter de Satanás. ¿Por qué no han cambiado las formas y los métodos del conflicto humano? Esto se debe por completo a la naturaleza humana. La gente se devana los sesos y busca por todos los medios luchar y hacerse daño entre ellos, y para ello, realiza todo tipo de falsedades, como estafar, engañar y jugar sucio. Tanto si se trata de luchas políticas de primer orden o de conflictos entre familias humildes, las personas siempre se pelean por sus propios intereses. Esta es la verdadera cara y el auténtico distintivo de los seres humanos. El género humano que se ha desarrollado hasta el presente sigue siendo el mismo, y todavía es el mismo Satanás el que lo corrompe. Aunque el entorno externo cambia gradualmente, esto no quiere decir que la naturaleza humana haya cambiado. A pesar de que tal vez los métodos y las formas de los conflictos humanos hayan cambiado ligeramente, la naturaleza combativa del hombre y el punto de partida de estos conflictos no han variado en absoluto. El hombre sigue teniendo una naturaleza, y sigue habiendo un objetivo y un origen de estos conflictos: nada de todo esto ha cambiado lo más mínimo. Dijisteis que la gente era mejor en el pasado. ¿De qué manera era mejor? Estaba un poco refrenada por la cultura tradicional, de manera que era más o menos capaz de cometer algunas buenas obras. Ahora el género humano se ha desarrollado hasta nuestros días, y no importan lo alta que sea la calidad de vida, el grado de conocimientos y formación que adquieran las personas o la amplitud de su experiencia: la naturaleza humana no ha cambiado. Además, con el desarrollo de la sociedad, las revelaciones de la naturaleza humana son cada vez más perversas, evidentes y sin escrúpulos. Por muchas palabras o verdades que Dios exprese, la gente las ignora. Las personas no aman la verdad en absoluto, por el contrario, sienten todavía más aversión por ella y la odian incluso más. ¿Hay gente que haga cosas buenas en la sociedad hoy en día? (Sí, pero menos que antes). Entonces, ¿se puede decir que estas personas son buenas y que no se han vuelto malas? (No). ¿Acaso viven en una burbuja? ¿Qué tipo de cosas buenas hacen? Simplemente son buenas conductas e intenciones. Si hablas con ellas sobre asuntos relacionados con creer en Dios, como el hecho de creer en Dios para ser una buena persona y adorarlo, observa sus reacciones. Si oyen que la gente acabará perseguida por el gobierno por creer en Dios, te tratarán como a un enemigo y te ridiculizarán. Si estás en búsqueda y captura e intentas ocultarte en sus casas durante un tiempo, te denunciarán y te entregarán al gobierno. Llevarán a la víctima de un accidente de tráfico al hospital para que le salven la vida, pero también pondrán a una buena persona que cree en Dios en manos de demonios malvados que la maltratarán o incluso la perseguirán hasta matarla. ¿Cómo se explica esto? ¿Qué comportamiento refleja su naturaleza? El último caso es su naturaleza. Salvan a algunas personas y también ponen a otras en manos de la muerte. ¿Son estas personas humanos o demonios? Basta con que haya un solo día en el que alguien no se despoje de su naturaleza satánica para que sea capaz de hacer el mal y resistirse a Dios. Mientras pueda resistirse a Dios, no es una buena persona. ¿Es correcto este enunciado? (Sí). ¿Qué tiene de correcto? (Lo que practica esa persona no es la verdad. Por muy buenas que sean sus acciones y sus conductas externas, su naturaleza sigue siendo hostil a Dios). Su naturaleza Le es hostil. Este enunciado es cierto. ¿Cómo explicamos este enunciado? ¿Por qué decimos que alguien hostil a Dios no es una buena persona? (Dios es un símbolo de todo lo positivo. Si alguien Le puede ser hostil, su interior es completamente negativo). En teoría, esto es así y ese enunciado es verdadero. Por muy bueno y devoto que alguien pueda parecer por fuera, por mucho que disfrute ayudando a otros o por muy amable que sea con los demás, si siente aversión y antipatía ante cosas positivas, y si no puede aceptar la verdad al oírla y siente aversión por ella, ¿qué tipo de persona es? No es una buena persona. Los enemigos de las cosas positivas y de la verdad no son buenas personas. En general, se puede decir eso. Por supuesto, esta cuestión entraña muchos detalles. Déjame que te ponga un ejemplo y entenderás por qué este enunciado es la verdad. Por ejemplo, algunos abandonan a sus familias porque creen en Dios y cumplen sus deberes. Se hacen famosos por este motivo y el gobierno registra a menudo sus casas, acosa a sus padres e incluso amenaza con entregar a estos a las autoridades. Todos sus vecinos hablan de ellos y dicen: “Esta persona no tiene conciencia. No se preocupa de sus padres ancianos. No solo es un mal hijo, sino que además causa muchos problemas a sus padres. ¡Es un mal hijo!”. ¿Se ajusta alguna de estas palabras a la verdad? (No). Pero ¿acaso no se consideran correctas todas estas palabras a ojos de los no creyentes? Estos piensan que esta es la manera más legítima y razonable de contemplar esta cuestión, que es conforme a la ética humana y que es conforme a las normas de la conducta humana. Por mucho contenido que tengan estas normas, como por ejemplo la forma de mostrar respeto filial a los padres, de cuidar de ellos en su vejez, de preparar sus funerales, o cuánto corresponderlos, e independientemente de si estas normas son conformes a la verdad o no, desde la perspectiva de los no creyentes son cosas positivas, son energía positiva, son correctas y se consideran irreprochables dentro de todos los grupos de personas. Para los no creyentes, estas son las normas que debe acatar la gente y uno debe hacer estas cosas para ser una persona adecuadamente buena en sus corazones. Antes de que creyeras en Dios y entendieras la verdad, ¿acaso no creías firmemente también que este tipo de conducta se correspondía con ser una buena persona? (Sí). Además, utilizabas estas cosas para evaluarte y refrenarte, y te exigías ser así. Para ser una buena persona, seguro que habrás incluido los siguientes conceptos en tus normas de conducta: cómo ser un buen hijo, cómo hacer que tus padres tengan menos preocupaciones, cómo honrarlos y enorgullecerlos y cómo glorificar a tus antepasados. Estas eran las normas de conducta en tu corazón y la dirección de la misma. No obstante, después de escuchar las palabras de Dios y Sus sermones, tu punto de vista comenzó a cambiar y entendiste que debes renunciar a todo para cumplir tu deber como ser creado y que Dios requiere que la gente se comporte de esta manera. Antes de que estuvieras seguro de que cumplir tu deber como ser creado era la verdad, pensabas que debías ser un buen hijo, pero también sentías que debías cumplir tu deber como ser creado y vivías en un conflicto interior. A través del constante riego y guía de las palabras de Dios, llegaste gradualmente a entender la verdad y fue entonces cuando te diste cuenta de que cumplir tu deber como ser creado es perfectamente natural y está justificado. Hasta la fecha, muchas personas han sido capaces de aceptar la verdad y abandonar por completo las normas de conducta provenientes de las nociones y figuraciones tradicionales del hombre. Cuando te desprendes totalmente de estas cosas, las palabras de juicio y condena de los no creyentes ya no te limitan a la hora de seguir a Dios y cumplir tu deber como ser creado y podrías despojarte fácilmente de ellas. Por tanto, ¿por qué han desaparecido de tu corazón esas nociones antiguas y tradicionales? ¿Tal vez te hayas convertido en una mala persona? ¿Se te ha endurecido el corazón y se ha esfumado tu conciencia? (No). En realidad, tu conciencia no ha cambiado: sigues siendo la misma persona y tu personalidad, tus preferencias y tus normas de conciencia y moral no han variado. Así pues, ¿por qué no sientes tristeza o aflicción cuando los no creyentes sueltan esas palabras de juicio y condena y, por el contrario, sientes paz y alegría en el corazón? Esto es una transformación considerable; ¿cómo has logrado llegar a ser así? (Comiendo y bebiendo de las palabras de Dios y llegando a entender algunas verdades, he adquirido los criterios de evaluación correctos y he sido capaz de discernir que sus palabras no son más que falacias). Los no creyentes difunden rumores sobre nosotros y dicen: “Después de creer en Dios, esta gente no se ocupa de sus familias, no las ama y es particularmente distante; se convierte en una especie de animales de sangre fría”. Podría parecer así por fuera, pero no es la realidad. Aquí hay un problema esencial que los ciegos no tienen manera de ver. ¿Podría ser realmente que la verdad haga que las personas se vuelvan desalmadas después de comenzar a creer en Dios? (No). Entonces, ¿qué está pasando en realidad? (Los creyentes han cambiado sus perspectivas sobre las cosas, han entendido la verdad y han adquirido discernimiento). Este resultado se logra al comer y beber de las palabras de Dios. ¿Cómo se consigue eso? ¿Qué hizo cambiar tu perspectiva sobre las cosas? ¿Cuándo comenzó a cambiar? Son las palabras de Dios las que cambian las perspectivas de las personas sobre la vida y diversos asuntos; por eso son distintas a las de los no creyentes.
En el pasado, las personas siempre obraban según su conciencia y la utilizaban para medir a todos. Estas tenían que aprobar continuamente el examen de conciencia, siempre sentían que las habladurías eran algo aterrador y temían que se rieran de ellas, se ganaran una mala reputación o las llamaran “sin conciencia o mala persona”. Así que tenían que decir y hacer algunas cosas a regañadientes para hacer frente al entorno. ¿Ahora cómo se deberían medir estas cosas? (Mediante los principios-verdad). ¿Cómo eran las cosas en aquel entonces, cuando la vida de las personas estaba sujeta a las nociones y las falacias de los no creyentes? Por ejemplo, desde pequeño tus padres te adoctrinaban con palabras como: “¡Cuando crezcas debes hacernos sentir orgullosos; debes honrar a nuestra familia!”. ¿Qué han significado estas palabras para ti? ¿Un estímulo o una restricción? ¿Una influencia positiva o una especie de control negativo? Lo cierto es que son una forma de control. Tus padres te fijan un objetivo con base en alguna afirmación o teoría que las personas consideran correcta y buena, te obligan a vivir la vida al servicio de ese objetivo, y acabas dejando de ser libre. ¿Por qué terminas perdiendo la libertad y cayendo bajo su control? Porque las personas piensan que honrar a su familia es algo bueno que debe hacerse. Si no compartes esa forma de pensar o no aspiras a hacer cosas que honren a tu familia, te verán como un ridículo desperdicio de espacio, un perdedor bueno para nada, y las personas te despreciarán. Para tener éxito, debes estudiar mucho, adquirir cada vez más habilidades y honrar tu apellido. De esta forma, las personas no te acosarán en el futuro. ¿En realidad, todo lo que haces para conseguir este objetivo no es una cadena que te ata? (Sí). Dado que tus padres te exigen alcanzar el éxito y honrar a la familia, y dado que obran en tu beneficio propio para que tengas una buena vida y enorgullezcas a tu familia, es lógico que aspires a ese estilo de vida. Pero, efectivamente, estas cosas son problemas y, en cierto modo, una cadena. Cuando las personas no comprenden la verdad, piensan que estas cosas son positivas, que son la verdad, el camino correcto, y, por lo tanto, las dan por sentado, las acatan u obedecen y cumplen de pies a cabeza estas palabras y exigencias que proceden de sus padres. Si vives según estas palabras, trabajando duro y dedicándoles tu juventud y toda tu vida, y, al final, llegas a lo más alto, tienes una buena vida y honras a tu familia, puede que seas brillante para los demás, pero, en tu interior, cada vez estás más vacío. No le encuentras sentido a la vida, ni sabes qué destino te depara el futuro, ni qué tipo de senda deberían tomar las personas en la vida. No has comprendido ni alcanzado nada en absoluto sobre esos misterios de la vida cuyas respuestas anhelas, y quieres saber, y quieres entender. ¿En efecto, no te han arruinado las buenas intenciones de tus padres? ¿Acaso tu juventud y toda tu vida no se han visto arruinadas por las exigencias de tus padres, que, según sus propias palabras, son “lo que más te conviene”? (Así es). Entonces, ¿tus padres tienen razón al exigirte “lo que más te conviene” o no? Puede que tus padres de verdad piensen que obran en tu beneficio propio, pero ¿son personas que entienden la verdad? ¿Poseen la verdad? (No la poseen). Muchas personas pasan toda su vida dependiendo de las palabras de sus padres: “Debes enorgullecernos, debes honrar a la familia”, palabras que les inspiran y que les influyen a lo largo de sus vidas. Cuando los padres dicen: “Es lo que más te conviene”, se convierte en el motor de la vida de una persona, proporcionándole un rumbo y un objetivo por el que trabajar. Por consiguiente, por muy glamurosa que sea la vida de esa persona, por muy digna y exitosa que sea, en realidad, su vida está arruinada. ¿No es cierto? (Sí). ¿Esto quiere decir que, si alguien no vive conforme a las exigencias de sus padres, su vida no está arruinada? No; pues también tiene un objetivo propio. ¿Cuál es el objetivo? Sigue siendo el mismo, es decir, “tener una buena vida y enorgullecer a sus padres”, no porque sus padres se lo hayan dicho, sino porque han aceptado este objetivo de otra parte. Siguen queriendo vivir según estas palabras, enorgullecer a su familia, llegar a lo más alto y convertirse en una persona digna y honorable. Su objetivo no ha cambiado, pues continúan dedicando toda su vida a intentar conseguir estas cosas y la viven por entero con ese fin. Por tanto, cuando las personas no comprenden la verdad y aceptan muchas de las doctrinas, afirmaciones y puntos de vista supuestamente correctos que prevalecen en la sociedad, convierten esas cosas correctas en el rumbo, los cimientos y la motivación de todo el esfuerzo de su propia vida. Al final, las personas viven de forma inflexible y totalmente en pos de estos objetivos, luchando hasta la muerte, momento en el que algunos todavía no están dispuestos a ver la verdad. ¡Qué vida tan lamentable llevan las personas! Sin embargo, una vez que comprendes la verdad, ¿no dejas, poco a poco, atrás las cosas, enseñanzas y afirmaciones supuestamente correctas, así como las expectativas que tus padres tienen de ti? Una vez que abandonas gradualmente lo supuestamente correcto, y el criterio con el que mides las cosas ya no se basa en las afirmaciones de la cultura tradicional, ¿no dejas de estar sujeto a dichas afirmaciones? Y si no estás sujeto a esas cosas, ¿vives libremente? Puede que entonces no seas completamente libre, pero al menos te habrás aflojado la cadena. En su creencia en Dios, la gente sigue teniendo muchas nociones, figuraciones, intenciones e impurezas, así como sus filosofías para los asuntos mundanos, pensamientos falsos, naturalezas corruptas, etcétera. Cuando las personas resuelvan estas cuestiones y sean capaces de vivir enteramente según la verdad, vivirán ante Dios y realmente se liberarán y serán libres.
Nota al pie:
a. Jianghu es un término chino que hace referencia al mundo fantástico de los practicantes de artes marciales y de los delincuentes en la China antigua.
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