32. Cómo entender y resolver el problema de la naturaleza de la traición

Palabras de Dios Todopoderoso de los últimos días

La naturaleza del hombre es muy diferente a Mi esencia; esto se debe a que la naturaleza corrupta del hombre tiene su origen completamente en Satanás, a que la naturaleza del hombre ha sido procesada y corrompida por Satanás. Es decir, el hombre vive bajo la influencia de la maldad y fealdad de este. El hombre no crece en un mundo de la verdad o en un ambiente santo y, mucho menos, vive en la luz. Por lo tanto, no es posible que alguien posea la verdad en su naturaleza desde el momento de su nacimiento, y, mucho menos, se puede nacer con una esencia que tema y se someta a Dios. Por el contrario, las personas son poseedoras de una naturaleza que se resiste a Dios, se rebela contra Dios y no tiene amor por la verdad. Esta naturaleza es el problema del que quiero hablar: la traición.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Un problema muy serio: la traición (2)

La naturaleza del hombre procede del alma, no de su carne. Solo el alma de cada persona sabe cómo ha sufrido las tentaciones, la aflicción y la corrupción de Satanás. La carne del hombre es incapaz de saber esto. Así pues, sin darse cuenta, la humanidad se está volviendo más oscura, inmunda y malvada, mientras la distancia entre el hombre y Yo se hace cada vez más grande y la vida se vuelve más y más sombría para la humanidad. Las almas de la humanidad están en las garras de Satanás, por supuesto, la carne del hombre también ha sido ocupada por Satanás. ¿Cómo podrían una carne y una humanidad así no resistir a Dios? ¿Cómo podrían ser compatibles de manera innata con Él? La razón por la que Satanás fue arrojado al aire por Mí es porque me traicionó. ¿Cómo podrían los humanos, entonces, estar libres de su participación? Esta es la razón por la que la naturaleza humana es traición.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Un problema muy serio: la traición (2)

“El hombre ha sido tan corrompido por Satanás que ya no tiene la apariencia de hombre”. La mayoría de las personas ahora reconoce esta frase en cierta medida. Lo digo porque el “reconocimiento” al que me refiero es meramente un reconocimiento superficial, en contraste con un conocimiento verdadero. Ya que ninguno de vosotros se puede evaluar con precisión a sí mismo ni examinarse minuciosamente, permanecéis confusos sobre Mis palabras. Pero esta vez estoy usando hechos para explicar un problema muy grave que existe en vuestro interior. Ese problema es “la traición”. Todos vosotros estáis familiarizados con la palabra “traición”, porque la mayoría de las personas han hecho algo que traiciona a otros, como un esposo que traiciona a su esposa, una esposa que traiciona a su esposo, un hijo que traiciona a su padre, una hija que traiciona a su madre, un esclavo que traiciona a su amo, amigos que se traicionan unos a otros, parientes que se traicionan unos a otros, vendedores que traicionan a los compradores, y así sucesivamente. Todos estos ejemplos contienen la esencia de la traición. En resumen, la traición es una forma de comportamiento en la que la persona rompe una promesa, viola principios morales o va contra la ética humana y demuestra una pérdida de humanidad. En general, como ser humano nacido en este mundo, seguramente has hecho algo que constituye una vulneración a la verdad; no importa si recuerdas haber hecho algo para traicionar a otro o si ya has traicionado a otros muchas veces. Dado que eres capaz de traicionar a tus padres o amigos, entonces eres capaz de traicionar a otros y, además, eres capaz de traicionarme a Mí y hacer cosas que desprecio. En otras palabras, la traición no es un mero comportamiento superficialmente inmoral, sino algo que está en conflicto con la verdad. Esta es precisamente la fuente de la resistencia y rebelión de la humanidad contra Mí. Es por esta razón que lo he resumido en la siguiente afirmación: la traición es la naturaleza del hombre, y esta naturaleza es el gran enemigo del acuerdo de cada persona conmigo.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Un problema muy serio: la traición (1)

El comportamiento que no puede someterse a Mí de manera absoluta es traición. El comportamiento que no me puede ser leal es traición. Engañarme y usar mentiras para embaucarme es traición. El estar llenos de nociones y esparcirlas por todos lados es traición. No poder defender Mis testimonios e intereses es traición. Fingir una sonrisa cuando se está lejos de Mí en el corazón es traición. Todos estos son actos de traición de los que siempre habéis sido capaces y también son comunes entre vosotros. Puede que ninguno de vosotros piense que esto es un problema, pero eso no es lo que Yo pienso. No puedo tratar la traición hacia Mí como un asunto sin importancia, y, ciertamente, no lo puedo ignorar. Ahora que estoy obrando entre vosotros, os comportáis de esta forma. Si llega el día en el que no haya nadie para cuidaros, ¿no seréis como bandidos que se proclaman reyes de sus pequeñas colinas? Cuando eso suceda y causéis una catástrofe, ¿quién arreglará el desorden que habéis hecho? Pensáis que algunos actos de traición sólo son incidentes esporádicos, no vuestro comportamiento persistente, y que no ameritan ser abordados de una manera tan severa, de una forma que hiera vuestro orgullo. Si realmente creéis eso, carecéis de sensatez. Pensar así es una muestra y un arquetipo de rebeldía. La naturaleza del hombre es su vida, es un principio del que depende para sobrevivir y es incapaz de cambiarlo. Por ejemplo, la naturaleza de la traición. Si puedes hacer algo para traicionar a un pariente o amigo, esto prueba que es parte de tu vida y la naturaleza con la que naciste. Esto es algo que nadie puede negar. Por ejemplo, si a una persona le gusta robar las cosas de otras personas, entonces este gusto por robar es una parte de su vida, aunque a veces robe y a veces no. Ya sea que robe o no, eso no puede probar que su hurto es sólo un tipo de comportamiento. Más bien, prueba que su hurto es parte de su vida; es decir, de su naturaleza. Algunas personas preguntarán: ya que es su naturaleza, entonces, ¿por qué es que a veces ven cosas bonitas pero no las roban? La respuesta es muy simple. Hay muchas razones por las que no roban. Puede que no roben algo porque es demasiado grande para tomarlo sin ser vistos o porque no es el momento adecuado para actuar, porque el artículo es demasiado caro, está muy bien guardado o porque no están particularmente interesados en él o todavía no han pensado qué uso podrían darle, y así sucesivamente. Todas estas razones son posibles. Sea como sea, si roban algo o no, esto no puede probar que este pensamiento solo centellee momentáneamente en su interior. Por el contrario, forma parte de su naturaleza que es difícil de cambiar para bien. Tal persona no está satisfecha con robar sólo una vez; los pensamientos de reclamar las posesiones de los demás como propias surgen siempre que encuentra algo bonito o una situación adecuada. Por eso digo que el origen de este pensamiento no es algo que simplemente surja de vez en cuando, sino que está en la propia naturaleza de esta persona.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Un problema muy serio: la traición (1)

Cualquiera puede usar sus propias palabras y acciones para que representen su verdadero rostro. Este verdadero rostro es, por supuesto, su naturaleza. Si tú eres alguien que habla con muchos rodeos, entonces tienes una naturaleza tortuosa. Si tu naturaleza es falsa, entonces actúas de una forma muy taimada y es fácil para ti engañar a las personas. Si tu naturaleza es siniestra, tus palabras podrían ser agradables al oído, pero tus acciones no pueden ocultar tus trucos siniestros. Si tu naturaleza es floja, entonces todo lo que dices busca eludir la responsabilidad por tu superficialidad y flojera y tus acciones serán lentas y superficiales y muy buenas para esconder la verdad. Si tu naturaleza es empática, entonces tus palabras serán razonables y tus acciones también estarán de acuerdo con la verdad. Si tu naturaleza es leal, entonces tus palabras ciertamente son sinceras y la manera en la que actúas es con los pies en la tierra, sin nada que pueda inquietar a tu maestro. Si tu naturaleza es lujuriosa o codiciosa hacia el dinero, entonces tu corazón a menudo estará lleno de estas cosas y, sin darte cuenta, cometerás actos desviados e inmorales que a las personas les será difícil olvidar y que les repugnarán. Tal como lo he dicho, si tienes una naturaleza de traición entonces difícilmente puedes escapar de ella. No os confiéis de que no tenéis una naturaleza de traición solo porque no habéis hecho daño a nadie. Si eso es lo que piensas, entonces eres realmente repugnante. Todas Mis palabras, cada vez que hablo, están dirigidas a todas las personas, no sólo a una persona o a un tipo de persona. Solo porque no me has traicionado en una cosa no prueba que no me puedas traicionar en alguna situación. Algunas personas pierden la confianza en buscar la verdad durante los reveses en su matrimonio. Algunas personas abandonan su obligación de serme leales durante una ruptura familiar. Algunas personas me abandonan en aras de buscar un momento de alegría y emoción. Algunas personas preferirían caer en un barranco oscuro que vivir en la luz y obtener el deleite de la obra del Espíritu Santo. Algunas personas ignoran el consejo de sus amigos en aras de satisfacer su deseo de riqueza e incluso ahora no pueden reconocer su error ni cambiar su rumbo. Algunas personas sólo viven temporalmente bajo Mi nombre con el fin de recibir Mi protección, mientras que, otras, solo se dedican en parte a Mí bajo presión, porque se aferran a la vida y temen a la muerte. ¿No son estas y otras acciones inmorales —y, además, indignas— solo comportamientos con los cuales las personas por mucho tiempo me han traicionado desde lo profundo de su corazón? Por supuesto, sé que las personas no planean con antelación traicionarme, pero su traición es una revelación natural de su naturaleza. Nadie quiere traicionarme y nadie está feliz por haber hecho algo para traicionarme. Por el contrario, tiemblan de miedo, ¿no es verdad? Así pues, ¿estáis pensando cómo redimir estas traiciones y cómo cambiar la situación actual?

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Un problema muy serio: la traición (1)

El origen de la traición es Satanás, la naturaleza de Satanás es la traición, y Dios considera traición el carácter que la gente revela a través de sus actos. ¿Por qué Dios habla con tanto detalle de este asunto? Porque la traición humana es constante, sin importar el lugar o el tiempo e, independientemente de la conducta de cada uno, algo profundamente arraigado en la naturaleza humana que se opone a Dios. Algunos dicen: “¡No quiero oponerme ni resistirme a Dios!”. Pero lo harás, porque tienes una naturaleza traidora en el interior, lo que significa que no puedes someterte a Dios, ni seguirlo hasta el final, ni aceptar completamente las palabras de Dios como tu vida. ¿Cómo deberías entender el problema de la traición? No importa el tiempo que haga que creas en Dios, ni cuántas de Sus palabras hayas comido y bebido, ni cuánto llegues a entenderlo, mientras tu naturaleza traicione a Dios, no hayas aceptado Sus palabras como tu vida y no hayas entrado en la verdad de Sus palabras, tu esencia siempre lo traicionará. Es decir, si no has transformado el carácter, traicionas a Dios. Algunos dicen: “Puedo comprender las palabras de Dios y entiendo todo lo que Él dice. También estoy dispuesto a aceptarlas, de modo que, ¿cómo pueden decir que traiciono a Dios?”. El mero hecho de que estés dispuesto a aceptarlas no implica que seas capaz de vivir las palabras de Dios, y mucho menos que ellas ya te hayan hecho completo. La verdad de la naturaleza traidora de la humanidad es profunda, y si queréis entender este aspecto de la verdad, tal vez necesitéis un período de experiencia. A ojos de Dios, todo lo que hace cada persona que cree en Dios no se corresponde con la verdad, es incompatible con la palabra de Dios y hostil a Él. Quizá tampoco seáis capaces de aceptar esto y digáis: “Servimos a Dios, lo adoramos, hacemos nuestro deber en Su casa. Hemos hecho mucho, todo según las palabras y los requisitos de Dios, y de acuerdo con los arreglos de la obra. ¿Cómo se puede afirmar que nos resistimos y traicionamos a Dios? ¿Por qué siempre criticas nuestro entusiasmo? Nos costó mucho dejar de lado a nuestras familias y carreras, y tuvimos la determinación de seguir a Dios; así pues, ¿cómo puedes hablar sobre nosotros de esta manera?”. La finalidad de este modo de hablar es asegurar que todo el mundo lo entienda; no es el caso de que alguien que se comporte bastante bien, deje algo de lado o sufra algunas adversidades vaya a cambiar su naturaleza traidora. ¡En absoluto! Es necesario sufrir, como lo es cumplir el deber, pero el mero hecho de que seas capaz de hacer esas dos cosas no significa que tu carácter corrupto haya dejado de existir. Esto se debe a que no se ha producido ningún cambio real en el carácter-vida de nadie y a que todo el mundo todavía dista mucho de satisfacer las intenciones de Dios y de cumplir Sus requisitos. La fe en Dios de las personas está demasiado adulterada y su carácter corrupto se revela en exceso. A pesar de que muchos líderes o trabajadores sirven a Dios, también se resisten a Él. ¿Qué significa esto? Que intencionadamente van en contra de las palabras de Dios y no practican según Sus deseos. De manera deliberada, vulneran la verdad e insisten en actuar según su voluntad, para lograr sus planes y objetivos, traicionar a Dios y establecer su propio reino independiente, en el que lo que ellos digan es indiscutible. Esto es lo que significa servir a Dios, pero también resistirse a Él.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. La senda de práctica para la transformación del carácter

El punto en común de la naturaleza humana es la traición a Dios; todas las personas son capaces de traicionarlo. ¿Qué significa traicionar a Dios? ¿Cuáles son sus manifestaciones? ¿Solo traicionan a Dios quienes dejan de creer en Él? La gente debe comprender cuál es la esencia del ser humano y captar la raíz de dicha esencia. Tus arrebatos de mal genio, defectos, malos hábitos o falta de educación son aspectos superficiales. Si siempre te aferras a estas cuestiones triviales; si eres descuidado al aplicar los preceptos y no captas lo esencial; si dejas sin resolver las cosas inherentes a tu naturaleza y tu carácter corrupto, al final te descarriarás y acabarás oponiéndote a Dios. La gente es capaz de traicionar a Dios en cualquier momento y lugar, y esto es un serio problema. Quizá, durante un tiempo, puedas tener un corazón amante de Dios y entregarte con fervor, cumpliendo con tus deberes con cierta lealtad; o quizá tengas conciencia y tu razón sea perfectamente normal en ese periodo. Sin embargo, la gente es veleidosa e inestable; es capaz de oponerse a Dios y de traicionarlo en cualquier momento y lugar a causa de un solo incidente. Por ejemplo, supongamos que una persona posee una razón perfectamente normal, que tiene la obra del Espíritu Santo, cuenta con experiencia práctica, lleva una carga y cumple con su deber con lealtad; pero, justo cuando su fe es especialmente fuerte, la casa de Dios expulsa a un anticristo a quien ella venera y es ahí cuando comienza a albergar nociones. Enseguida se vuelve negativa, pierde el entusiasmo por su trabajo, cumple su deber de forma superficial y ya no siente el deseo de orar. Entonces se queja: “¿Para qué voy a orar? Si alguien tan valioso es expulsado, ¿quién podrá salvarse? ¡Dios no debería tratar así a la gente!”. ¿Cuál es la naturaleza de estas palabras? Un solo incidente que no se ajusta a sus deseos y juzgan a Dios. ¿No es esta una manifestación de la traición a Dios? La gente es capaz de apartarse de Él en cualquier momento y lugar; ante cualquier situación, es posible que desarrollen nociones y juzguen y condenen a Dios. ¿No es esta una manifestación de la traición a Dios? Esto no es una cuestión baladí. Ahora mismo podrás pensar que no tienes nociones sobre Dios y que puedes someterte a Él, pero si haces algo malo y de repente te enfrentas a una poda severa, ¿podrías aun así someterte? ¿Serías capaz de buscar la verdad para resolverlo? Si no puedes someterte ni buscar la verdad para resolver el problema de tu rebeldía, entonces todavía existe la posibilidad de que traiciones a Dios. Quizá no has llegado a pronunciar las palabras: “Ya no creo en Dios”, pero tu corazón ya lo ha traicionado en ese momento. Debes comprender con claridad cómo es exactamente la naturaleza humana. ¿Es la traición su esencia? Muy pocos son capaces de discernir de manera clara la esencia-naturaleza humana. Es cierto que algunas personas tienen cierta conciencia y una humanidad relativamente buena, mientras que otras carecen de humanidad. Sin embargo, independientemente de si la humanidad de alguien es buena o mala, o de si su aptitud es adecuada o mediocre, el factor común es que todos pueden traicionar a Dios. La traición a Dios está en la esencia de la naturaleza humana. Antes solíais pensar: “Puesto que los humanos corrompidos por Satanás traicionan a Dios por naturaleza, no hay nada que pueda hacer, salvo cambiar de manera gradual”. ¿Todavía pensáis así? Entonces decidme: ¿puede alguien traicionar a Dios sin estar corrompido? Incluso sin estar corrompida, la gente es capaz de traicionarlo. Cuando Dios creó a los humanos, les otorgó libre albedrío. Los humanos son especialmente frágiles; no poseen el deseo innato de acercarse a Dios y decir: “Dios es nuestro Creador, nosotros somos seres creados”. No existe tal concepto en las personas. Por naturaleza carecen de la verdad, ni existe nada relacionado con la adoración a Dios dentro de ellas. Dios dio a los humanos libre albedrío, permitiéndoles pensar; pero la gente no acepta la verdad, no conoce a Dios en absoluto, y no entiende cómo someterse a Dios y adorarle. Estas cuestiones no existen en los humanos; por eso, incluso sin estar corrompido, eres capaz de traicionar a Dios. ¿Por qué decimos que eres capaz de traicionar a Dios? Cuando Satanás se acerca para tentarte, tú lo sigues y traicionas a Dios. Fuiste creado por Él, pero no lo sigues, sino que sigues a Satanás; ¿no te convierte eso en traidor? Un traidor es, por definición, alguien que traiciona. ¿Comprendéis de verdad la esencia de esto? Por consiguiente, la gente es capaz de traicionar a Dios en cualquier momento y lugar. Solo hay un supuesto en el que la gente no traicionará a Dios: cuando vivan completamente en Su reino y en Su luz; cuando todo lo que es de Satanás haya sido destruido y cuando ya no haya nada que los tiente o incite a pecar. Si todavía queda algo que les incite a pecar, entonces seguirán siendo capaces de traicionar a Dios. Por lo tanto, los humanos son seres sin valor. Podrás pensar que solo porque puedes pronunciar algunas palabras y doctrinas, entiendes algunas verdades y no puedes traicionar a Dios; que por ello deberías al menos ser considerado, si no como oro o plata, como hierro o bronce, más valioso que la loza, pero te sobreestimas. ¿Sabes cómo son realmente los seres humanos? La gente es capaz de traicionar a Dios en cualquier momento y lugar. No valen ni un céntimo. Tal y como Dios dijo: “Los humanos son bestias, seres miserables sin valor”. Pero en el fondo la gente no piensa así. Al contrario, piensan: “¡No creo que sea un ser miserable sin valor! ¿Por qué no acierto a comprender este asunto? ¿Cómo es que no lo he experimentado? Creo en Dios sinceramente, tengo fe, por ello no puedo traicionar a Dios. La palabra de Dios es toda la verdad, pero no logro entender la frase: ‘La gente es capaz de traicionar a Dios en cualquier momento y lugar’. Ya he visto el amor de Dios; en ningún caso podría traicionarlo”. Esto es en realidad lo que la gente cree en su corazón, pero las palabras de Dios son hechos, no vienen por arte de magia. Solo cuando seáis capaces de ver cada situación con claridad y os convenzáis de todo corazón, podréis admitir vuestra corrupción y resolver el problema de la traición. En el reino no habrá traición; cuando la gente viva bajo el dominio de Dios y no bajo el control de Satanás será verdaderamente libre. Entonces no habrá necesidad de preocuparse por traicionar a Dios; tal preocupación sería innecesaria, superflua. En el futuro, se podrá declarar que ya no tenéis nada en vuestro interior que traicione a Dios, pero ese no es el caso por ahora. Puesto que la gente tiene un carácter corrupto, puede traicionar a Dios en cualquier momento. No es que la presencia de ciertas circunstancias lleve a la traición y que sin dichas circunstancias o coacciones no traicionarás a Dios; incluso sin coacción puedes traicionarlo. Este es el problema de la esencia corrupta del hombre, el problema de la naturaleza humana. Incluso si en este momento no estás pensando ni haciendo nada, la realidad de tu naturaleza existe de verdad y nadie puede erradicarla, pues tienes dentro de ti la naturaleza de traicionar a Dios; Él no está en tu corazón. En lo más hondo de tu corazón no hay lugar para Dios ni presencia de la verdad; por eso, puedes traicionarlo en cualquier momento y lugar. Los ángeles son diferentes; aunque no tengan el carácter o la esencia de Dios, son capaces de someterse a Él sin reservas, pues fueron creados por Él especialmente para Su servicio, para acatar Sus órdenes en todas partes. Ellos le pertenecen por completo. En cuanto a los humanos, Dios pretendía que vivieran en la tierra, y no les dotó de la facultad de adorarlo. Así, los seres humanos pueden traicionar y oponerse a Dios. Esto demuestra que cualquiera puede utilizarlos y competir por ellos; no poseen soberanía propia. Los seres humanos son así: completamente desprovistos de dignidad y sin valor.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Tercera parte

La naturaleza de la traición en el hombre es muy grave y está profundamente arraigada. ¿Por qué se dice que la naturaleza del hombre es traicionera? ¿Cuántas cosas incluye esta traición? Abarca todas las cosas que las personas aman, anhelan, buscan, protegen y todas aquellas en las que pueden pensar. En general, se puede decir que lo natural en el hombre es traicionar. ¿Cómo se puede ver si es éste el caso? Se ve perfectamente cuando comparamos la actitud de las personas hacia Dios, su búsqueda de Él y las cosas que piensan en su corazón con lo que Él requiere de ellas, independientemente de que aquello en lo que alguien piense todo el día sea conforme a la voluntad de Dios. ¿En qué piensan las personas las 24 horas del día? Aparte del tiempo en que están durmiendo o de la hora de las comidas, ¿en qué piensan las personas? Se quedan de brazos cruzados sin nada que hacer y reflexionan: “Oh, mira esa familia; que vive tan feliz y tan cómoda. Si yo viviera como ellos, pero además creyera en Dios, ¡cuánto mejor sería! ¡Tendría el mejor de todos los mundos posibles!”. Luego están los que meditan todo el día: “Si yo tuviera la familia perfecta como ellos y encontrara una buena pareja, alguien que no me persiguiera, ¡eso sería fantástico!”. Y también están los que ven a los demás con buenos trabajos, y piensan: “Oh, si yo tuviera las mismas circunstancias que ellos, con un buen trabajo y ganando mucho dinero, vistiendo buena ropa y comiendo bien, si tuviera eso y además creyera en Dios, ¡sería fantástico!”. Siempre ponen la creencia en Dios al final y al mencionarla, sentirán: “Pero creer en Dios así significa que me voy a perder cosas. Si puedo disfrutar de la vida un poco más, comer un poco mejor y no tener a nadie que me persiga, ¿no es eso mejor? ¿Por qué no me ayuda Dios, pues, a lograr mi objetivo de esa forma? ¿Por qué no me satisface Dios así?”. ¿Por qué se ha dicho anteriormente que todo lo que existe en el corazón del hombre es malo, y no es conforme a la voluntad de Dios? El corazón del hombre está lleno de comida, ropa, disfrute y diversión. ¿Pero a qué pertenecen esas cosas? Pertenecen al mundo; pertenecen al diablo.

La comunión de Dios

Después de que Satanás corrompiera al hombre, este se convirtió en la personificación de Satanás, en el tipo de cosa satánica que se resiste a Dios y es completamente capaz de traicionarle. ¿Por qué Dios exige que las personas cambien sus actitudes? Porque Dios quiere perfeccionar y ganar a las personas, hacer, finalmente, seres humanos que posean muchas de las realidades adicionales de conocer a Dios, y las realidades de todos los aspectos de la verdad. Las personas así están completamente de acuerdo con la voluntad de Dios. En el pasado, las personas tenían actitudes corruptas, y cometían errores o mostraban resistencia cuando hacían algo, pero ahora comprenden algunas verdades y pueden hacer muchas cosas que concuerdan con la voluntad de Dios. Sin embargo, esto no significa que la gente no traiciona a Dios. Aún pueden hacerlo. Una parte de lo que surge de su naturaleza se puede cambiar, y la parte que puede cambiar es la parte en que las personas son capaces de practicar de acuerdo con la verdad. Pero solo porque ahora puedas poner en práctica la verdad no significa que tu naturaleza haya cambiado. Es como cuando las personas solían tener nociones sobre Dios y exigencias hacia Él, y ahora, en muchos aspectos, ya no las tienen, pero tal vez aún tengan nociones o exigencias en algunas cuestiones, y siguen siendo capaces de traicionar a Dios. Podrías decir: “Puedo someterme a lo que sea que Dios haga y obedecer en muchas cuestiones sin quejas y sin exigencias”, pero aún puedes traicionar a Dios en algunas cuestiones. Aunque no te resistas a Dios a propósito, cuando no comprendes Su voluntad, puedes seguir yendo en contra de ella. Entonces, ¿a qué se refiere la parte que puede cambiar? Sencillamente a que cuando comprendes la voluntad de Dios, puedes obedecer, y cuando comprendes la verdad, puedes ponerla en práctica. Si no comprendes la verdad o la voluntad de Dios en algunas cuestiones, aún existe una posibilidad de que puedas revelar corrupción. Si comprendes la verdad, pero no la pones en práctica porque ciertas cosas te limitan, entonces, esto es una traición y es algo en tu naturaleza. Claro, no hay límite a cuánto puede cambiar tu carácter. Cuantas más verdades ganes, es decir, cuanto más profundo sea tu conocimiento de Dios, menos te resistirás a Él y le traicionarás. Buscar cambiar el carácter propio es algo que se logra, principalmente, buscando la verdad, y comprender la esencia naturaleza propia se logra a través de comprender la verdad. Cuando uno verdaderamente gane la verdad, todos sus problemas se resolverán.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Las personas le ponen demasiadas exigencias a Dios

Dios desenmascara la naturaleza traidora del hombre para que la gente pueda entender de verdad este asunto y a sí misma. Partiendo de aquí, esta puede empezar a cambiar e intentar encontrar sendas de práctica, comprendiendo en qué aspectos pueden traicionar a Dios y las actitudes corruptas que los llevan a traicionarlo. Una vez que llegues a un punto en que ya no te rebeles contra Dios en muchos aspectos, y no lo traiciones en la mayoría de ellos, cuando llegues al final de tu camino vital, al momento en que la obra de Dios esté acabada, ya no tendrás que preocuparte de si traicionarás a Dios en el futuro. ¿Por qué lo digo? Antes de que las personas fueran corrompidas por Satanás, podían traicionar a Dios cuando aquel las tentaba. Cuando Satanás sea destruido, ¿no dejará la gente de traicionar a Dios? Ese momento aún no ha llegado. La gente todavía tiene el carácter corrupto de Satanás en su interior y son capaces de traicionar a Dios en cualquier momento y lugar. Una vez que hayas llegado a cierta etapa de la vida, cuando hayas desechado esas opiniones, nociones y figuraciones erróneas acerca de oponerte y traicionar a Dios; cuando hayas comprendido la verdad y tu corazón albergue muchas características positivas; cuando seas capaz de controlarte y de ser dueño de tus acciones; cuando ya no traiciones a Dios en la mayoría de las situaciones; entonces, cuando Satán sea destruido, tú cambiarás completamente. La etapa actual de la obra consiste en resolver la rebeldía y la traición del hombre. La humanidad del futuro no traicionará a Dios, pues ya se habrá manejado a Satanás. Ya no existirá una circunstancia en la que Satanás desoriente y corrompa a la humanidad; eso ya no tendrá relación con la especie humana. Lo que se le pide a la gente ahora es que entienda la naturaleza traidora del hombre, una cuestión de suma importancia. Este es el punto de partida. ¿Qué es inherente a la naturaleza de traicionar a Dios? ¿En qué consisten las revelaciones de la traición? ¿Cómo debería la gente reflexionar y comprender? ¿Cómo deberían practicar y entrar? Todas estas cuestiones deben verse y entenderse con claridad. Mientras la naturaleza de la traición aún resida en las personas, estas podrán traicionar a Dios en cualquier momento y lugar. Aunque no nieguen o traicionen abiertamente a Dios, todavía pueden hacer muchas cosas que la gente no consideraría traición, pero que, en esencia, sí lo son. Esto quiere decir que las personas carecen de autonomía; Satanás las ha ocupado primero. Si podías traicionar a Dios sin estar corrompido, ¿cómo no lo vas a traicionar ahora que estás lleno del carácter corrupto de Satanás? ¿No eres aún más capaz de traicionarlo en cualquier momento y lugar? La tarea actual consiste en librarte de esas actitudes corruptas y reducir los factores que te hacen traicionar a Dios, dándote más oportunidades para que Él te perfeccione y te acepte en Su presencia. A medida que experimentas más de la obra de Dios en diversos asuntos podrás obtener algunas verdades y ser perfeccionado hasta cierto punto. Si Satanás y los diablos aún se acercan a tentarte, o espíritus malvados vienen a desorientarte y perturbarte, podrás ejercer cierto discernimiento, y así actuarás menos de maneras que traicionen a Dios. Esto es algo que se desarrolla dentro de la gente con el tiempo. En el principio, cuando se creó a los seres humanos, no sabían adorar ni someterse a Dios, ni sabían qué era traicionarlo. Cuando Satanás se acercó a tentarlos, lo siguieron y traicionaron a Dios, convirtiéndose así en traidores. No podían distinguir entre el bien y el mal ni tenían la facultad de adorar a Dios, y mucho menos eran capaces de entender que Dios es el Creador de la humanidad y cómo debían adorarlo. Ahora Dios salva a las personas infundiéndolas de las verdades que suponen conocerlo: Su esencia, Su carácter, Su omnipotencia, Su practicidad, etc., para que se conviertan en su vida, concediéndoles autonomía y capacitándolas para vivir de acuerdo con la verdad. Cuanto más profundamente experimentes las palabras de Dios y su juicio y castigo, mejor entenderás tu propio carácter corrupto y esto te dará la determinación para someterte, amar y satisfacer a Dios. Cuanto más conozcas a Dios, más te despojarás de tus actitudes corruptas; dentro de ti habrá menos cosas que traicionen a Dios y más que sean compatibles con Él. De esta manera, serás capaz de vencer y de triunfar completamente sobre Satanás. Con la verdad, la gente gana autonomía y ya no se deja desorientar o constreñir por Satanás, lo que les permite vivir una vida humana auténtica.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Tercera parte

Todas las almas corrompidas por Satanás están bajo el control del poder de este. Solo aquellos que creen en Cristo han sido separados, salvados del campo de Satanás y traídos al reino de hoy. Estas personas ya no viven bajo la influencia de Satanás. Aun así, la naturaleza del hombre sigue enraizada en su carne. Esto quiere decir que, aunque vuestras almas hayan sido salvadas, vuestra naturaleza sigue siendo como antes, y la probabilidad de que me traicionéis sigue siendo del cien por ciento. Es por eso que Mi obra es tan duradera, porque vuestra naturaleza es irresoluble. Ahora, todos vosotros estáis sufriendo tanto como podéis al desempeñar vuestros deberes, sin embargo, cada uno de vosotros es capaz de traicionarme y regresar al poder de Satanás, a su campo, y regresar a vuestras antiguas vidas. Este hecho es innegable. En ese momento no será posible que mostréis una pizca de humanidad o semejanza humana, como hacéis ahora. En casos graves, seréis destruidos y, peor aun, seréis condenados eternamente, castigados severamente, para nunca más reencarnar. Este es el problema planteado ante vosotros. Os lo estoy recordando de esta manera, primero, para que Mi obra no haya sido en vano, y, segundo, para que todos vosotros podáis vivir en días de luz. En realidad, si Mi obra es en vano no es el problema crucial. Lo importante es que vosotros podáis tener vidas felices y un futuro maravilloso. Mi obra es la obra de salvar el alma de las personas. Si tu alma cae en las manos de Satanás, entonces tu cuerpo no tendrá paz. Si Yo estoy protegiendo tu cuerpo, entonces tu alma seguramente estará bajo Mi cuidado. Si realmente te aborrezco, entonces tu cuerpo y alma de inmediato caerán en las manos de Satanás. ¿Te puedes imaginar cómo será tu situación entonces? Si un día Mis palabras se pierden en vosotros, entonces o bien os entregaré a Satanás, quien os someterá a una tortura insoportable hasta que Mi ira se haya disipado por completo, o Yo os castigaré personalmente a vosotros, humanos irredimibles, porque vuestro corazón que me traiciona no habrá cambiado.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Un problema muy serio: la traición (2)

Ahora todos vosotros os debéis examinar tan pronto como sea posible para ver cuánta de vuestra traición a Mí permanece en vosotros. Estoy esperando vuestra respuesta ansiosamente. No seáis superficiales en vuestro trato conmigo. Yo nunca juego con las personas. Si digo que haré algo, entonces con toda seguridad lo haré. Espero que cada uno de vosotros sea alguien que toma Mis palabras en serio y no piense que son ciencia ficción. Lo que quiero es una acción concreta de vuestra parte, no vuestras imaginaciones. Después, debéis contestar las siguientes preguntas de Mi parte:

  1. Si eres verdaderamente un hacedor de servicio, ¿me puedes servir lealmente, sin ningún elemento de superficialidad o negatividad?

  2. Si descubres que nunca te he apreciado, ¿seguirás siendo capaz de quedarte y servirme de por vida?

  3. Si dedicaste mucho esfuerzo, pero todavía soy muy frío contigo, ¿serás capaz de seguir trabajando para Mí en la oscuridad?

  4. Si, después de que invertiste en Mí, Yo no satisfago tus insignificantes demandas, ¿estarás desalentado y decepcionado de Mí o, incluso, te pondrás furioso y gritarás que es abuso?

  5. Si siempre has sido muy leal y amoroso conmigo, pero sufres el tormento de la enfermedad, la pobreza y el abandono de tus amigos y parientes, o soportas cualquier otra desgracia en la vida, ¿aun así continuarán tu lealtad y amor por Mí?

  6. Si nada de lo que has imaginado en tu corazón concuerda con lo que he hecho, ¿cómo caminarás tu senda futura?

  7. Si no recibes nada de lo que esperabas recibir, ¿puedes seguir siendo Mi seguidor?

  8. Si nunca has entendido el propósito y significado de Mi obra, ¿puedes ser una persona sumisa que no hace juicios ni saca conclusiones arbitrarias?

  9. ¿Puedes atesorar todas las palabras que he dicho y toda la obra que he hecho mientras he estado junto a la humanidad?

  10. ¿Eres capaz de ser Mi leal seguidor, dispuesto a sufrir por Mí de por vida, incluso si no recibes nada?

  11. ¿Eres capaz de no considerar, planear o prepararte para tu futura senda de supervivencia por Mí?

Estas preguntas representan Mis requisitos finales para vosotros y espero que todos vosotros podáis responderme. Si has cumplido una o dos de las cosas de estas preguntas, entonces debes seguir trabajando duro. Si no puedes cumplir ni uno solo de estos requisitos, entonces seguramente eres el tipo de persona que será arrojada al infierno. No necesito decirles nada más a tales personas, porque seguramente no son personas que puedan concordar conmigo. ¿Cómo podría mantener en Mi casa a alguien que podría traicionarme en cualquier circunstancia? En cuanto a aquellos que todavía podrían traicionarme en la mayoría de las circunstancias, observaré su desempeño antes de hacer otros arreglos. Sin embargo, a todos los que sean capaces de traicionarme, independientemente de en qué condiciones lo hagan, nunca los olvidaré. Los recordaré en Mi corazón y esperaré la oportunidad de retribuir sus malas obras. Todos los requisitos que he planteado son cuestiones en las que os debéis examinar. Espero que todos vosotros las podáis considerar seriamente y que no tratéis conmigo a la ligera. En un futuro cercano, verificaré contra Mis requisitos las respuestas que me habéis dado. Para entonces, no exigiré nada más de vosotros y no os daré más amonestación sincera. En su lugar, ejerceré Mi autoridad. Aquellos que deban ser guardados serán guardados; aquellos que deban ser recompensados serán recompensados; aquellos que deban ser entregados a Satanás serán entregados a Satanás; aquellos que deban recibir un fuerte castigo recibirán un fuerte castigo y aquellos que deban perecer serán destruidos. De esa manera, ya no habrá nadie que me perturbe en Mis días. ¿Crees Mis palabras? ¿Crees en la retribución? ¿Crees que castigaré a todos aquellos malvados que me engañan y me traicionan? ¿Esperas que ese día llegue más temprano o más tarde? ¿Eres alguien que tiene mucho miedo al castigo o alguien que prefiere resistirse a Mí, aunque tenga que soportar el castigo? Cuando ese día llegue, ¿puedes imaginar si estarás viviendo en medio de aclamaciones y risas o si llorarás y rechinarás los dientes? ¿Qué clase de final esperas tener? ¿Alguna vez has considerado seriamente si crees en Mí al cien por ciento o si dudas de Mí al cien por ciento? ¿Alguna vez has considerado detenidamente qué clase de consecuencias y resultados traerán sobre ti tus acciones y tu comportamiento? ¿Realmente esperas que todas Mis palabras se cumplan a su vez, o tienes mucho miedo de que Mis palabras se cumplan a su vez? Si esperas que Yo parta pronto con el fin de cumplir Mis palabras, ¿cómo deberías tratar tus propias palabras y acciones? Si no esperas Mi partida y no esperas que todas Mis palabras se cumplan de inmediato, ¿por qué crees en Mí siquiera? ¿Realmente sabes por qué estás siguiéndome? Si solo es para ampliar tus horizontes, entonces no hay necesidad de que te molestes en hacerlo. Si es para que puedas ser bendecido y evadir el desastre futuro, ¿por qué no estás preocupado por tu propia conducta? ¿Por qué no te preguntas si puedes cumplir Mis requisitos? ¿Por qué no te preguntas también si estás calificado para recibir bendiciones futuras?

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Un problema muy serio: la traición (2)

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El fin de todas las cosas se está acercando, ¿quieres saber cómo el Señor recompensará el bien, castigará el mal y determinará el fin de cada uno? Bienvenido a contactarnos para descubrir la respuesta.

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