6. Cómo resolver el problema de tratar a la gente según los sentimientos propios

Palabras de Dios Todopoderoso de los últimos días

¿Qué son los sentimientos, en esencia? Son una clase de carácter corrupto. Las manifestaciones de los sentimientos pueden describirse utilizando varias palabras: tener favoritismo, proteger a los demás sin atenerse a los principios, mantener relaciones físicas y tener parcialidad; eso son los sentimientos. ¿Cuáles son las probables consecuencias de que las personas tengan sentimientos y vivan según ellos? ¿Por qué detesta tanto Dios los sentimientos de la gente? A algunos siempre los constriñen sus sentimientos, no pueden poner en práctica la verdad y, aunque desean someterse a Dios, no pueden, de modo que sus sentimientos los atormentan. Muchas personas entienden la verdad, pero no pueden ponerla en práctica; esto también se debe a que sus sentimientos las constriñen. Por ejemplo, algunos abandonan sus hogares para cumplir su deber, pero siempre están pensando en la familia, día y noche, y no pueden cumplirlo bien. ¿Acaso no es esto un problema? Algunos están enamorados en secreto de alguien y solo hay un lugar para esa persona en su corazón, lo que afecta al cumplimiento de sus deberes. ¿Acaso no es esto un problema? Algunos admiran e idolatran a otros; no hacen caso a nadie salvo a esa persona, hasta el extremo de que ni siquiera escuchan lo que Dios dice. Incluso si otra persona comparte con ellos la verdad, no la aceptarán; solo escuchan las palabras de su ídolo. Algunos tienen a un ídolo en el corazón y no permiten que otras personas hablen de él o ni lo mencionen. Si alguien habla de los problemas de su ídolo, se enfadan, lo defienden y contradicen a esa persona. No permitirán que su ídolo sufra indefenso una injusticia y harán todo lo que esté en sus manos para proteger su reputación; sus palabras convierten las malas acciones de su ídolo en buenas y no permiten que la gente diga verdades sobre él o lo ponga en evidencia. Esto no es rectitud; a esto se le llama sentimientos. ¿Se dirigen los sentimientos únicamente hacia la familia de uno? (No). El ámbito de los sentimientos es bastante amplio; son un tipo de carácter corrupto y no abarcan simplemente las relaciones carnales entre familiares ni se limitan a ese campo. También pueden implicar a tu superior, a alguien que te haya hecho un favor o te haya ayudado, a alguien con quien tengas una relación muy estrecha o te lleves bien, a tu vecino o amigo o incluso a alguien a quien admires: no es algo fijo. Así pues, ¿es despojarse de los sentimientos simplemente tan sencillo como no pensar en los padres o la familia? (No). ¿Es tan fácil despojarse de los sentimientos? Al llegar a los treinta años y poder vivir independientemente, la mayoría de las personas no echa tanto de menos el hogar y, al llegar a los cuarenta años, esto se convierte en algo completamente normal. Cuando todavía no ha llegado a la edad adulta, la gente es muy nostálgica y no puede dejar a sus padres porque aún no tiene la capacidad de sobrevivir por su cuenta. Echar de menos a la familia y a los padres es normal. No es una cuestión de sentimientos. El asunto se convierte en una cuestión de sentimientos cuando estos adulteran tu actitud y tu punto de vista sobre cómo hacer las cosas.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. ¿Cuál es la realidad-verdad?

¿Qué problemas están relacionados con los sentimientos? Lo primero es cómo evalúas a tus propios familiares y cómo abordas las cosas que hacen. En este caso, “las cosas que hacen” incluye, por supuesto, cuando trastornan y perturban la obra de la iglesia, cuando juzgan a la gente a sus espaldas, cuando participan en algunas de las prácticas de los incrédulos, etcétera. ¿Puedes abordar estas cosas de manera imparcial? Cuando es necesario que redactes una evaluación de tus familiares, ¿puedes hacerlo con objetividad e imparcialidad, apartando a un lado tus propios sentimientos? Esto está relacionado con cómo abordas a tus familiares. Además, ¿albergas sentimientos hacia las personas con quienes te llevas bien o que te han ayudado en el pasado? ¿Eres capaz de contemplar sus acciones y su comportamiento de una manera objetiva, imparcial y precisa? Si trastornan y perturban la obra de la iglesia, ¿serás capaz de informar de ellas o de desenmascararlas de inmediato después de haberte enterado del caso? Por otro lado, ¿albergas sentimientos hacia las personas relativamente cercanas a ti o con quien compartes intereses? ¿Puedes evaluar, definir y tratar sus acciones y su comportamiento de una manera imparcial y objetiva? Supongamos que a estas personas, con quienes tienes una conexión sentimental, la iglesia las trata de acuerdo con los principios y que el desenlace no es conforme a tus propias nociones; ¿cómo abordarías esto? ¿Serías capaz de obedecer? ¿Continuarías involucrado con ellos en secreto y dejarías que te desorientasen e, incluso te incitasen a que los excusaras, justificaras y defendieras? ¿Auxiliarías a los que te han ayudado y darías la vida por ellos, mientras haces caso omiso de los principios-verdad e ignoras los intereses de la casa de Dios? ¿Acaso no están relacionadas estas diversas cuestiones con los sentimientos? Algunos dicen: “¿Acaso no solo tienen que ver los sentimientos con los parientes y los familiares? ¿Acaso no se limita el ámbito de los sentimientos a tus padres, hermanos, hermanas y otros familiares?”. No, los sentimientos incluyen un amplio abanico de personas. Olvídate de que evalúen a sus propios familiares de manera imparcial; algunos ni siquiera son capaces de evaluar a sus buenos amigos y colegas con imparcialidad y tergiversan los hechos al hablar sobre estas personas. Por ejemplo, si su colega no presta atención al trabajo que le corresponde y siempre toma parte en prácticas deshonestas y perversas en su deber, lo describirán como bastante juguetón y dirán que su humanidad es inmadura y todavía inestable. ¿Acaso estas palabras no contienen sentimientos? Esto es expresar palabras que están cargadas de sentimientos. Si alguien que no tenga ninguna relación con ellos no presta atención al trabajo que le corresponde y lleva a cabo prácticas deshonestas y perversas, lo que digan de él será más severo y es posible que incluso lo condenen. ¿Acaso no es esta una manifestación de hablar y actuar según los sentimientos? ¿Son imparciales las personas que viven según sus sentimientos? ¿Son honradas? (No). ¿Cuál es el problema con la gente que habla según sus sentimientos? ¿Por qué no puede tratar a otros de manera justa? ¿Por qué no puede hablar según los principios-verdad? Las personas que tienen dos caras y nunca basan sus palabras en hechos son perversas. No ser imparcial al hablar, expresarse siempre según los sentimientos de uno y por beneficio propio y no según los principios-verdad, no pensar en la obra de la casa de Dios y limitarse a proteger los sentimientos personales, la fama, las ganancias y el estatus personales de uno; este es el carácter de los anticristos. Así es como hablan los anticristos; todo lo que dicen es perverso, trastornador y perturbador. Los que viven entre las preferencias y los intereses de la carne viven entre sus sentimientos. Los que viven según sus sentimientos son los que no aceptan ni practican la verdad en absoluto. Los que hablan y actúan según sus sentimientos no tienen ninguna realidad-verdad en absoluto. Si estas personas se convierten en líderes, serán falsos líderes o anticristos sin duda alguna. No solo son incapaces de hacer ningún trabajo real, sino que también pueden tomar parte en diversas acciones malvadas. Decididamente, las descartarán y castigarán.

La Palabra, Vol. V. Las responsabilidades de los líderes y obreros. Las responsabilidades de los líderes y obreros (2)

¿Qué evidencia que una persona actúa sobre la base de los propios sentimientos? La manifestación más habitual es que siempre defiende y da la cara por aquel que ha sido amable con ella o con quien tiene cercanía. Por ejemplo, digamos que tu amigo ha sido señalado por hacer algo malo y tú lo defiendes diciendo: “Nunca haría nada así, ¡es una buena persona! Deben de haberlo engañado”. ¿Es una afirmación imparcial? (No). Está actuando y hablando sobre la base de los propios sentimientos. Veamos otro ejemplo. Pongamos que tienes un pequeño conflicto con alguien y le coges manía y que, cuando dice algo que es correcto y va en sintonía con los principios, no lo quieres escuchar. ¿Qué pone eso de manifiesto? (Que no aceptas la verdad). ¿Por qué no puedes aceptar la verdad? Sabes en el fondo de tu corazón que lo que ha dicho es cierto, pero como te resulta muy antipático, no quieres escuchar, aunque sepas que está en lo correcto. ¿Qué problema refleja? (Que los propios sentimientos te dominan). Sentimientos y más sentimientos. Algunas personas se dejan influir fácilmente por sus preferencias y emociones. Si no se llevan bien con alguien, poco importa lo bien o lo atinadamente que esa persona hable, no escucharán. Si, por el contrario, se llevan bien, están dispuestas a escuchar lo que quiera que diga, sea correcto o incorrecto o esté o no de acuerdo con la verdad. ¿No es eso dejarse llevar fácilmente por las preferencias y las emociones propias? Con tal carácter, ¿puede una persona hablar o actuar racionalmente? ¿Puede aceptar la verdad y someterse a ella? (No). Porque la condicionan sus sentimientos y se deja llevar fácilmente por sus emociones, lo que la afecta negativamente a la hora de someter sus acciones a los principios-verdad. También afecta negativamente a su aceptación de la verdad y a su sumisión a ella. ¿Qué afecta, pues, a su capacidad de practicar la verdad y someterse a ella? ¿Qué la condiciona? Sus sentimientos y emociones la limitan y la atan. Si pones las relaciones personales y los intereses personales por encima de la verdad, tales sentimientos te impiden aceptar la verdad. Así pues, no debes actuar ni hablar basándote en los sentimientos. No importa que tu relación con alguien sea buena o mala y sus palabras amables o duras; mientras lo que diga se ajuste a la verdad, deberías escucharlas y aceptarlas. Esa actitud demuestra que se acepta la verdad. Si tu postura es: “Lo que comparte se ajusta a la verdad y además tiene experiencia, pero es demasiado descarado y arrogante y contemplarlo resulta desagradable e incómodo. Así que, aunque tenga razón en lo que diga, no lo voy a aceptar”, ¿qué tipo de carácter demuestras? En concreto, es un sentimiento. Cuando abordas a las personas y las cosas de acuerdo con tus preferencias y emociones, entonces se trata de un sentimiento y entra dentro de la categoría de los sentimientos. Y todo lo que tiene que ver con los sentimientos pertenece al carácter corrupto. Todos los seres humanos corruptos poseen sentimientos y todos se ven limitados por ellos en mayor o menor grado. Si una persona no puede aceptar la verdad, lo tendrá difícil para resolver el problema de los sentimientos. Algunos escudan a los falsos líderes, protegen a los anticristos y defienden y justifican a las personas malvadas. En todos estos casos, los sentimientos están implicados. Por supuesto que, en ocasiones, esas personas solo actúan así movidas por su naturaleza malvada. Hay que hablar sobre estos temas con frecuencia para tener una visión más clara sobre ellos. Puede que algunas personas digan “yo solo les manifiesto cariño a mis amigos o familiares, no a todo el mundo”. Esa afirmación no es correcta, porque si otras personas muestran hacia ti aunque sea el más mínimo favor, acabarás sintiendo aprecio por ellas en mayor o menor grado o de una manera más o menos profunda, pero los sentimientos estarán presentes. Si las personas no resuelven sus sentimientos lo tendrán difícil para practicar la verdad y lograr someterse a Dios.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. La senda para corregir un carácter corrupto

Algunas personas son extremadamente sentimentales. Cada día, en todo lo que dicen y en todas las maneras en las que se comportan con los demás, viven según sus sentimientos. Sienten afecto por esta o aquella persona y pasan sus días envueltos en las sutilezas del afecto. En todo lo que se encuentran, viven en el ámbito de los sentimientos. Cuando un pariente no creyente de esa persona muere, lo llora durante tres días y no permite que entierren el cuerpo. Sigue teniendo sentimientos por el fallecido y estos son demasiado intensos. Se podría decir que esos sentimientos son el defecto fatal de esta persona. Sus emociones los constriñen en todos los asuntos, son incapaces de practicar la verdad o de actuar de acuerdo con los principios, y con frecuencia son propensos a rebelarse contra Dios. Los sentimientos son su mayor debilidad, su peor defecto, y pueden llevarlos a la ruina absoluta y destruirlos. Las personas que son demasiado sentimentales son incapaces de poner la verdad en práctica o de someterse a Dios. Les preocupa la carne y son estúpidos y están atolondrados. La naturaleza de esta clase de personas es muy sentimental y viven en función de sus sentimientos.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Cómo conocer la naturaleza del hombre

Las relaciones interpersonales normales se establecen sobre el fundamento de volver nuestro corazón a Dios, no por medio del esfuerzo humano. Si Dios está ausente en el corazón de una persona, sus relaciones con los demás son solamente relaciones carnales. No son normales, son complacencias lujuriosas, y Dios las odia y aborrece. Si dices que tu espíritu ha sido conmovido, pero solo estás dispuesto a tener comunión con personas que te agradan y a las que respetas, y tienes prejuicios y te niegas a hablar con quienes te desagradan cuando vienen a consultarte, esto es incluso mayor prueba de que estás dominado por tus sentimientos y que no tienes una relación para nada normal con Dios. Eso demuestra que estás tratando de embaucar a Dios y encubrir tu propia fealdad. Tal vez puedas compartir algunos de tus conocimientos, pero si tus intenciones son equivocadas, entonces todo lo que haces es bueno solo según los estándares humanos y Dios no te elogiará. Tus actos estarán impulsados por la carne, no por la carga de Dios. Solo eres apto para ser utilizado por Dios si eres capaz de tranquilizar tu corazón delante de Él y tener interacciones normales con todos los que lo aman. Si puedes hacer eso, sin importar cómo interactúes con otros, no estarás exteriorizando una filosofía para los asuntos mundanos, estarás considerando la carga de Dios y viviendo ante Él.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Es muy importante establecer una relación normal con Dios

En todo lo que hagas, debes examinar si tus intenciones son correctas. Si puedes actuar conforme a los requisitos de Dios, entonces tu relación con Dios es normal. Este es el estándar mínimo. Observa tus intenciones, y si descubres que han surgido intenciones incorrectas, sé capaz de rebelarte contra ellas y actúa conforme a las palabras de Dios; así te convertirás en alguien que es correcto delante de Dios, que a la vez demuestra que tu relación con Dios es normal, y que todo lo que haces es en aras de Dios y no en aras de ti. En todo lo que hagas y digas, sé capaz de enderezar tu corazón y sé recto en tus acciones y no te dejes llevar por tus sentimientos ni actúes conforme a tu propia voluntad. Estos son principios por los cuales los que creen en Dios deben conducirse.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. ¿Cómo es tu relación con Dios?

¿Cómo exige Dios que nos tratemos los unos a los otros? (Nos pide que tratemos a las personas de manera equitativa). ¿Qué significa la equidad? Significa tratar a las personas conforme a los principios-verdad, no según la apariencia, la identidad, el estatus o el conocimiento de dichas personas, o según nuestras propias preferencias o sentimientos hacia ellas. ¿Entonces por qué es equitativo tratar a las personas conforme a los principios-verdad? Hay muchos que no entienden esta cuestión y necesitan comprender la verdad para poder hacerlo. ¿Es la equidad, tal como la entienden los no creyentes, la verdadera equidad? En absoluto. Solo con Dios puede haber rectitud y equidad. Solo en las exigencias que el Creador tiene para Sus seres creados es donde se halla equidad y puede revelarse la rectitud de Dios. Por lo tanto, la equidad solo puede provenir de tratar a las personas conforme a los principios-verdad. ¿Qué debes exigir a las personas en la iglesia y cómo debes tratarlas? Cualquiera que sea el deber que sean capaces de desempeñar, eso es lo que debe disponerse para que realicen, y si son incapaces de llevar a cabo un deber, e incluso ocasionan perturbaciones por las que merezcan que se las eche, entonces se las deberá echar, incluso si tienen una buena relación contigo. Eso es la equidad, es lo que se incluye en los principios acerca de cómo tratar a los demás de modo equitativo. Eso tiene que ver con los principios de la conducta.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Solo aquellos que comprenden la verdad tienen entendimiento espiritual

¿Según qué principio piden las palabras de Dios que la gente trate a los demás? Ama lo que Dios ama y odia lo que Dios odia. Ese es el principio al que hay que atenerse. Dios ama a los que persiguen la verdad y son capaces de seguir Su voluntad; esas son también las personas a las que debemos amar. Aquellos que no son capaces de seguir la voluntad de Dios, que lo odian y se rebelan contra Él, son personas detestadas por Dios, y nosotros también debemos detestarlas. Esto es lo que Dios pide del hombre. Si tus padres no creen en Él, si saben perfectamente que la fe en Dios es la senda correcta y que puede conducir a la salvación, y sin embargo siguen sin estar receptivos, entonces no cabe duda de que son personas que sienten aversión por la verdad y que la odian, y de que se resisten a Dios y lo odian. Y Él naturalmente los aborrece y los odia. ¿Podrías aborrecer a esos padres? Se oponen a Dios y lo agravian, en cuyo caso, seguramente son demonios y satanases. ¿Podrías odiarlos y maldecirlos? Todas estas son preguntas reales. Si tus padres te impiden creer en Dios, ¿cómo debes tratarlos? Tal y como pide Dios, debes amar lo que Dios ama y odiar lo que Dios odia. Durante la Era de la Gracia, el Señor Jesús dijo: “¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos?”. “Porque cualquiera que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre”. Estas palabras ya existían en la Era de la Gracia, y ahora las palabras de Dios son incluso más claras: “Ama lo que Dios ama, y odia lo que Dios odia”. Estas palabras van directas al grano, pero las personas a menudo son incapaces de captar su verdadero sentido.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Solo reconociendo las propias opiniones equivocadas puede uno transformarse realmente

¿Cómo trataba Job a sus hijos? Simplemente cumplía con su responsabilidad como padre, compartiendo el evangelio y hablando con ellos sobre la verdad. Sin embargo, le escucharan o no, le obedecieran o no, Job no los obligó a creer en Dios, no los arrastró pataleando y gritando ni interfirió en sus vidas. Sus ideas y opiniones eran diferentes a las suyas, así que no interfirió en lo que hacían, ni en la senda que seguían. ¿Acaso Job hablaba muy poco con sus hijos sobre creer en Dios? Desde luego, había hablado bastante con ellos sobre este tema, pero se negaron a escucharle y no lo aceptaron. ¿Qué actitud adoptó Job al respecto? “He cumplido con mi responsabilidad; en cuanto a la clase de senda que tomen, eso depende de lo que elijan, y depende de las instrumentaciones y disposiciones de Dios. Si Dios no obra en ellos ni los conmueve, no trataré de forzarlos”. Por lo tanto, Job no oró por ellos ante Dios ni lloró lágrimas de angustia por ellos, ni ayunó ni sufrió de ninguna manera. No hizo estas cosas. ¿Por qué Job no hizo nada de eso? Porque ninguna de ellas era una forma de someterse a la soberanía y a las disposiciones de Dios; todas ellas surgían de ideas humanas y eran maneras de forzar activamente el asunto. Esa fue la actitud de Job cuando sus hijos tomaron un camino distinto al de él. ¿Cuál fue su actitud cuando ellos murieron? ¿Lloró o no? ¿Dio rienda suelta a sus sentimientos? ¿Se sintió herido? No hay registro de ninguna de esas cosas en la Biblia. Cuando Job vio morir a sus hijos, ¿se sintió triste o desconsolado? (Sí). Desde el punto de vista del afecto que les tenía a sus hijos, sin duda sintió un poco de tristeza, pero aun así se sometió a Dios. ¿Cómo se manifestó esa sumisión? Job dijo: “Dios me dio estos hijos. Independientemente de que creyeran en Él o no, sus vidas están en Sus manos. Si ellos hubiesen creído en Dios y Él hubiera querido quitármelos, lo hubiera hecho de todas formas. Si no hubiesen creído en Él, Dios me los hubiera quitado igualmente si era Su voluntad hacerlo. Todo esto está en las manos de Dios; si no, ¿quién podría quitarles la vida a las personas?”. ¿Qué significa, en síntesis, eso de quitar? “Jehová dio y Jehová quitó; bendito sea el nombre de Jehová” (Job 1:21).* Job mantenía esa actitud en su forma de tratar a sus hijos. Estuvieran vivos o muertos, siguió conservándola. Su método de práctica era correcto; en toda forma en que practicaba, en el punto de vista, actitud y estado con que trataba todo, siempre estaba en una posición y estado de someterse, esperar, buscar y después alcanzar el conocimiento. Esta actitud es muy importante. Si las personas no tienen nunca este tipo de actitud en nada de lo que hacen, albergan ideas personales especialmente fuertes y anteponen sus intenciones y beneficios personales a todo lo demás, ¿se están sometiendo realmente? (No). En ese tipo de personas no se puede ver la auténtica sumisión; son incapaces de lograrla.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Principios de práctica de la sumisión a Dios

Debes mostrar fuerza y determinación y mantenerte firme en tu testimonio de Mí. Levántate y habla de parte mía, y no temas lo que otros hombres puedan decir. Solo satisface Mis intenciones y no permitas que nadie te limite. Lo que te revelo se debe seguir de acuerdo con Mis intenciones y no se puede retrasar. ¿Cómo te sientes por dentro? Estás incómodo, ¿no? Entenderás. ¿Por qué eres incapaz de ponerte de pie y hablar de parte mía mientras tienes Mi carga en consideración? Insistes en participar en pequeñas intrigas, pero Yo lo veo todo claramente. Yo soy tu apoyo y tu escudo y todo está en Mis manos. ¿De qué tienes miedo, entonces? ¿No estás siendo demasiado sentimental? Debes desechar tus sentimientos lo antes que puedas; Yo no actúo de acuerdo con los sentimientos, sino que ejerzo justicia. Si tus padres hacen algo que no es de beneficio para la iglesia, no pueden escapar. Mis intenciones te han sido reveladas, y no puedes ignorarlas. En cambio, debes enfocar toda tu atención en ellas y dejar todo lo demás a un lado para seguir de todo corazón. Yo siempre te mantendré en Mis manos. No caigas siempre en la timidez ni te dejes limitar por tu esposo o tu esposa; debes permitir que Mi voluntad se lleve a cabo.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Declaraciones de Cristo en el principio, Capítulo 9

Los países están en gran caos porque la vara de Dios ha comenzado a desempeñar su papel en la tierra. La obra de Dios se puede ver en el estado en el que se encuentra la tierra. Cuando Dios dice, “las aguas rugirán, las montañas se derrumbarán, los grandes ríos se desintegrarán”, esta es la obra inicial de la vara en la tierra, y el resultado es que “todos los hogares sobre la tierra serán hechos añicos y todas las naciones sobre la tierra serán destrozadas; se habrán ido los días de las reuniones entre esposo y esposa; nunca más se reunirán la madre y el hijo; nunca más se volverán a juntar el padre y la hija. Todo eso que solía ser sobre la tierra Yo lo aplastaré”. Ese será el estado general de las familias en la tierra. Naturalmente, no podría ser el estado de todas ellas, pero sí el de la mayoría de ellas. Por otro lado, se está refiriendo a las circunstancias que experimentarán las personas de esta corriente en el futuro. Predice que, una vez que han sufrido el castigo de las palabras y los no creyentes han sido sometidos a la catástrofe, ya no habrá relaciones familiares entre las personas en la tierra; todas ellas serán el pueblo de Sinim y todas serán leales en el reino de Dios. Por lo tanto, se habrán ido los días de las reuniones entre esposo y esposa; nunca más se reunirán la madre y el hijo; nunca más se volverán a juntar el padre y la hija. Y, así, las familias de las personas en la tierra serán destrozadas, hechas jirones y esto será la obra final que Dios lleve a cabo en el hombre. Y, como Dios diseminará esta obra por todo el universo, aprovecha la oportunidad para aclararles a las personas la palabra “sentimientos”, y, así, les permite ver que la intención de Dios es destrozar a las familias de todas las personas y mostrar que Dios usa el castigo para resolver todas las “disputas familiares” entre la humanidad. Si no, no habría manera de dar por terminada la parte final de la obra de Dios en la tierra. La parte final de las palabras de Dios deja expuesta la mayor debilidad de la humanidad —todos viven en un estado sentimental— y, por ello, Dios no evita ni a uno solo de ellos y expone los secretos escondidos en el corazón de todos los seres humanos. ¿Por qué a las personas les es tan difícil separarse de sus sentimientos? ¿Acaso hacer esto sobrepasa los estándares de la conciencia? ¿Puede la conciencia cumplir la voluntad de Dios? ¿Pueden los sentimientos ayudar a las personas durante la adversidad? A los ojos de Dios, los sentimientos son Su enemigo. ¿No se ha expuesto esto claramente en las palabras de Dios?

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Interpretaciones de los misterios de “las palabras de Dios al universo entero”, Capítulo 28

Hoy en día, los que buscan y los que no buscan son dos clases completamente diferentes de personas cuyos destinos son también muy diferentes. Los que buscan el conocimiento de la verdad y practican la verdad son aquellos a los que Dios traerá la salvación. Los que no conocen el camino verdadero son demonios y enemigos; son los descendientes del arcángel y van a ser objeto de la destrucción. Incluso los que son creyentes piadosos de un Dios ambiguo ¿no son también demonios? Las personas que tienen una buena conciencia, pero no aceptan el camino verdadero, son demonios; su esencia es de resistencia hacia Dios. Los que no aceptan el camino verdadero son los que se resisten a Dios; incluso si estas personas sufren muchas dificultades, aun así, van a ser destruidas. Todos los que no están dispuestos a abandonar el mundo, que no pueden soportar separarse de sus padres y que no pueden soportar deshacerse de sus propios deleites de la carne, son rebeldes contra Dios y todos van a ser objeto de la destrucción. Cualquiera que no crea en Dios encarnado es demoniaco y, es más, va a ser destruido. Los que tienen fe, pero no practican la verdad, los que no creen en el Dios encarnado y los que de ningún modo creen en la existencia de Dios, también van a ser objeto de la destrucción. Todos aquellos a quienes se permitirá permanecer son personas que han pasado por el sufrimiento de la refinación y han permanecido firmes; estas son personas que verdaderamente han padecido pruebas. Cualquiera que no reconozca a Dios es un enemigo; es decir, cualquiera que no reconoce a Dios encarnado, tanto dentro como fuera de esta corriente, ¡es un anticristo! ¿Quién es Satanás, quiénes son los demonios y quiénes son los enemigos de Dios, sino los opositores que no creen en Dios? ¿No son esas las personas que son rebeldes contra Dios? ¿No son esos los que verbalmente afirman tener fe, pero carecen de la verdad? ¿No son esos los que solo buscan obtener las bendiciones, mientras que no pueden dar testimonio de Dios? Todavía hoy te mezclas con esos demonios y los tratas con conciencia y amor, pero, en este caso, ¿no estás teniendo buenas intenciones con Satanás? ¿Acaso no te estás compinchando con los demonios? Si las personas han llegado a este punto y siguen sin ser capaces de distinguir entre lo bueno y lo malo, y continúan siendo ciegamente amorosas y misericordiosas sin ningún deseo de buscar las intenciones de Dios o sin ser capaces de ninguna manera de considerar las intenciones de Dios como propias, entonces su final será mucho más desdichado. Cualquiera que no cree en el Dios en la carne es Su enemigo. Si puedes tener conciencia y amor hacia un enemigo, ¿no careces del sentido de la rectitud? Si eres compatible con los que Yo detesto y con los que estoy en desacuerdo, y aun así tienes amor o sentimientos personales hacia ellos, entonces ¿acaso no eres rebelde? ¿No estás resistiéndote a Dios de una manera intencionada? ¿Posee la verdad una persona así? Si las personas tienen conciencia hacia los enemigos, amor hacia los demonios y misericordia hacia Satanás, ¿no están trastornando de manera intencionada la obra de Dios? Esas personas que creen solo en Jesús y no creen en Dios encarnado durante los últimos días, y aquellas que verbalmente afirman creer en Dios encarnado, pero hacen el mal, todas son anticristos, sin mencionar a aquellas que ni siquiera creen en Dios. Todas estas personas serán objetos de la destrucción.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Dios y el hombre entrarán juntos en el reposo

Esas palabras habladas en el pasado: “Cuando alguien cree en el Señor, la fortuna está del lado de toda su familia”, son adecuadas para la Era de la Gracia, pero no tienen conexión con el destino de la humanidad. Solo fueron apropiadas para una etapa durante la Era de la Gracia. El significado de esas palabras se refería a la paz y las bendiciones materiales que la gente disfrutó; esto no quiere decir que la familia entera de quien cree en el Señor vaya a ser salvada ni tampoco que cuando alguien recibe bendiciones, su familia entera también será traída al reposo. Que se reciban bendiciones o se sufran desgracias estará determinado según la esencia de uno, no según la esencia común que uno pueda compartir con otros. Este tipo de dicho o de regla simplemente no tiene lugar en el reino. Si alguien es al final capaz de sobrevivir es porque ha cumplido los requisitos de Dios, y si alguien es al final incapaz de permanecer hasta el tiempo de reposo, es porque esta persona ha sido rebelde contra Dios y no ha satisfecho Sus requisitos. Todos tienen un destino adecuado. Estos destinos se determinan según la esencia de cada individuo y no tienen nada que ver con otras personas. La conducta malvada de un hijo o una hija no puede ser transferida a sus padres, y la justicia de un hijo o una hija no puede ser compartida con sus padres. La conducta malvada de los padres no puede ser transferida a los hijos, y la justicia de los padres no puede compartirse con los hijos. Cada cual carga con sus respectivos pecados y cada cual disfruta de sus respectivas bendiciones. Nadie puede sustituir a nadie; esto es justicia. Desde la perspectiva del hombre, si los padres obtienen bendiciones, también sus hijos deberían poder obtenerlas, y si los hijos hacen el mal, sus padres deben expiar por esos pecados. Esta es una perspectiva humana y la forma en la que el hombre hace las cosas. No es la perspectiva de Dios. El resultado de cada uno se determina de acuerdo a la esencia que surge de su propia conducta y siempre se determina apropiadamente. Nadie puede cargar con los pecados de otro; más aún, nadie puede recibir castigo en lugar de otro. Esto es incuestionable. El cuidado cariñoso de los padres por sus hijos no indica que pueden hacer obras justas en lugar de sus hijos, ni el afecto obediente de un hijo o hija por sus padres quiere decir que puede realizar obras justas en lugar de sus padres. Este es el verdadero significado detrás de las palabras: “Entonces estarán dos en el campo; uno será llevado y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo en el molino; una será llevada y la otra será dejada”. La gente no puede llevar a sus hijos malhechores al reposo sobre la base de su profundo amor por ellos, ni nadie puede llevar a su esposa (o esposo) al reposo sobre la base de su propia conducta justa. Esta es una norma administrativa; no puede haber excepciones para nadie. Al final, los hacedores de justicia son hacedores de justicia y los malhechores son malhechores. A los justos se les permitirá sobrevivir al final, mientras que los malhechores serán destruidos. Lo santo es santo; no es inmundo. Lo inmundo es inmundo y ni una parte de eso es santa. Las personas que serán destruidas son todas malvadas y las que sobrevivirán son todas justas, incluso si los hijos de los malvados hacen obras justas e incluso si los padres de los justos hacen obras malvadas. No existe relación entre un esposo creyente y una esposa no creyente y no existe relación entre los hijos creyentes y los padres no creyentes; son dos tipos de personas completamente incompatibles. Antes de entrar al reposo, se tienen parientes físicos, pero una vez que se ha entrado en el reposo, ya no se tendrán parientes físicos de los cuales hablar. Los que cumplen su deber son enemigos de los que no; los que aman a Dios y los que lo odian se oponen entre sí. Los que entrarán en el reposo y los que habrán sido destruidos son dos clases incompatibles de seres creados. Los seres creados que cumplen su deber podrán sobrevivir y los que no cumplen su deber serán objeto de destrucción; lo que es más, esto durará toda la eternidad. ¿Amas a tu esposo con el fin de cumplir tu deber como ser creado? ¿Amas a tu esposa con el fin de cumplir tu deber como ser creado? ¿Eres cumplidor con tus padres no creyentes con el fin de cumplir tu deber como ser creado? La opinión humana en cuanto a creer en Dios, ¿es correcta o incorrecta? ¿Por qué crees en Dios? ¿Qué quieres ganar? ¿Cómo amas a Dios? Los que no pueden cumplir con su deber como seres creados y no pueden hacer un esfuerzo al ciento por ciento, serán objeto de destrucción. Las personas hoy en día tienen relaciones físicas entre ellas, así como asociaciones de sangre, pero en el futuro todo esto se hará pedazos. Creyentes y no creyentes no son compatibles, sino que más bien se oponen entre sí. Los que están en el reposo creerán que hay un Dios y se someterán a Él, mientras que los que son rebeldes contra Dios habrán sido todos destruidos. Las familias ya no existirán sobre la tierra; ¿cómo podría haber padres o hijos o relaciones conyugales? ¡La misma incompatibilidad entre creencia e incredulidad habrá roto por completo estas relaciones físicas!

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Dios y el hombre entrarán juntos en el reposo

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