Las responsabilidades de los líderes y obreros (2)
Primero vamos a repasar el contenido principal de nuestra charla de la reunión anterior. (La última vez enumeraste las quince responsabilidades de los líderes y obreros, y sobre todo compartiste las dos primeras. La primera es guiar a la gente para que coma y beba de las palabras de Dios, las entienda y entre en su realidad; la segunda es conocer los estados de cada tipo de persona y resolver diversas dificultades que afronten en su vida real en relación con su entrada en la vida. A partir de estos dos puntos, diseccionaste las manifestaciones relevantes de los falsos líderes). ¿Habéis pensado alguna vez cuál de estas dos responsabilidades podríais cumplir si fuerais líderes? Muchas personas sienten siempre que tienen algo de calibre, inteligencia y sentido de la carga y, en consecuencia, desean competir para convertirse en líderes y no quieren ser seguidores corrientes. Por tanto, veamos primero si puedes desempeñar estas dos responsabilidades y cuál de ellas eres más capaz de cumplir y de emprender. No hablemos por ahora sobre si tienes calibre para convertirte en líder o si posees la capacidad o el sentido de la carga para la tarea, y miremos primero si puedes llevar bien a cabo estas dos responsabilidades. ¿Habéis considerado alguna vez esta cuestión? Alguien podría decir: “No entra en mis planes ser líder, ¿por qué debería considerarlo? Solo tengo que hacer bien mi trabajo. Esta cuestión no tiene nada que ver conmigo. No quiero ser líder a lo largo de mi vida ni asumir las responsabilidades de un líder u obrero, así que no hace falta que medite nunca sobre tales cuestiones”. ¿Es correcto este enunciado? (No). Aunque no quieras ser líder, ¿acaso no necesitas saber de todos modos si la persona que te guía desempeña bien estas dos responsabilidades, si ha cumplido bien con ellas, si tiene el calibre requerido, las capacidades y el sentido de la carga, y si cumple con estos dos requisitos? Si no entiendes o no puedes desentrañar estas cosas, y te llevan a un pozo, ¿serás consciente de ello? Si solo sigues a esa persona de manera confusa y eres un mero idiota, si no sabes que alguien es un falso líder o que te está desviando o adónde te está guiando, entonces estarás en peligro. Como no entiendes el ámbito de las responsabilidades de los líderes y obreros, y no sabes discernir a los falsos líderes, los seguirás confundido y harás cualquier cosa que te pidan sin saber si lo que comparten contigo se ajusta a la verdad de las palabras de Dios o si es la realidad. Pensarás que son líderes a la altura porque son entusiastas, porque se afanan y trabajan duro desde el alba hasta el anochecer y son capaces de pagar el precio y porque, cuando alguien se halla en dificultades, tienden una mano amiga para asistirlo y no lo ignoran. Tú no sabes que los falsos líderes carecen de la capacidad de comprender las palabras de Dios, ni que, por mucho tiempo que guíen a las personas, estas no entenderán las intenciones de Dios ni sabrán cuáles son Sus requerimientos, y ni siquiera serán capaces de discernir las doctrinas y las realidades-verdad. Ignoras que los falsos líderes no saben cuáles son las palabras de Dios de las que las personas tienen una comprensión distorsionada, y que esas personas no sabrán cómo deben comer y beber las palabras de Dios. Los falsos líderes compartirán contigo y actuarán por inercia, pero no serán claros respecto al estado en el que te hallas, qué dificultades afrontas y si las has resuelto en realidad, y ni tú mismo sabrás tampoco estas cosas. En apariencia, habrán leído las palabras de Dios y compartido sobre la verdad contigo, pero tú seguirás todavía viviendo en un estado erróneo, sin marcha atrás. Sean cuales sean las dificultades con las que te encuentres, ellos seguirán llevando a cabo sus responsabilidades en apariencia, pero ninguna de tus dificultades se va a resolver por medio de su charla o asistencia, y los problemas persistirán. Esta clase de líder, ¿está a la altura? (No). Por tanto, ¿qué verdades debes entender para discernir estos asuntos? Has de saber si los líderes y obreros cumplen con todas las tareas y abordan todos los problemas conforme a los requerimientos de las palabras de Dios, si cada palabra que dicen es práctica y se corresponde con la verdad de las palabras de Dios. Asimismo, has de entender si, al afrontar diversas dificultades, su enfoque para resolver los problemas te lleva a entender las palabras de Dios y obtener una senda de práctica, o si solo dicen algunas palabras y doctrinas, gritan consignas o te amonestan. A algunos líderes y obreros les gusta ayudar a las personas por medio de la exhortación, a otros por medio de la motivación y a otros más por medio de la exposición, la acusación y la poda. Al margen del método que usen, si este puede llevarte de veras a entrar en la realidad-verdad, a resolver tus dificultades reales, a hacerte entender las intenciones de Dios y, a partir de ahí, puede permitirte conocerte a ti mismo y encontrar una senda de práctica, cuando te enfrentes a situaciones similares en el futuro tendrás una senda a seguir. Por tanto, el estándar más básico para valorar si un líder u obrero está a la altura es que pueda usar la verdad para resolver los problemas y las dificultades de las personas, lo que les permitirá entender la verdad y obtener una senda de práctica.
La última vez hablamos más o menos sobre la primera y la segunda responsabilidades de los líderes y obreros y diseccionamos ciertas manifestaciones de los falsos líderes en relación con ambas. Sus principales manifestaciones son una comprensión somera y superficial de las palabras de Dios y no lograr entender la verdad. Resulta evidente que, en consecuencia, no pueden guiar a otros a entender las palabras de Dios ni a captar Sus intenciones. Cuando alguien afronta dificultades, los falsos líderes no pueden recurrir a sus propias experiencias y conocimientos para guiar a esa persona a comprender la verdad y entrar en la realidad, para que disponga de una senda a seguir, no pueden hacer que reflexione ni que se conozca a sí misma en mitad de las diversas dificultades, al tiempo que las resuelve. Por tanto, hoy vamos a compartir cuáles son las dificultades de la entrada en la vida y qué diversas adversidades comunes relacionadas con la entrada en la vida se suele encontrar la gente en su vida diaria. Vamos a hacer un resumen concreto de estas cosas. ¿Hace falta compartir sobre ello? (Sí). Ahora estáis en cierto modo interesados en estos temas relacionados con la entrada en la vida, ¿no? La primera vez que interactué con vosotros y os hablé, al margen de lo que se dijera, estabais entumecidos y embotados, lentos, reaccionabais despacio. Parecíais no entender nada y no poseer ninguna estatura, ya no digamos entrada en la vida. Cuando ahora hablamos sobre asuntos relacionados con cambiar el carácter-vida de uno, la mayoría de vosotros estáis relativamente interesados en este tema y reaccionáis al respecto. Este es un fenómeno positivo. Si no estuvierais haciendo vuestros deberes, ¿podríais lograr estas cosas? (No). Esta es la gracia de Dios; todo se debe a Su favor.
Punto 2: Conocer los estados de cada tipo de persona y resolver diversas dificultades que afronten en su vida real en relación con su entrada en la vida (II)
Ocho tipos de dificultades en relación con la entrada en la vida
I. Dificultades relacionadas con hacer el propio deber
En cuanto a las dificultades de la entrada en la vida, discutamos primero más ampliamente las dificultades relacionadas con cumplir el deber de uno. Cuando afrontas problemas en el cumplimiento de tu deber que guardan relación con la práctica de la verdad y no puedes lidiar con las cosas de acuerdo con los principios, ¿no es esta una dificultad en la entrada en la vida? (Sí). En términos sencillos, son los diversos estados, ideas, puntos de vista y ciertas maneras incorrectas de pensar que surgen cuando cumples tus deberes. Por tanto, ¿qué dificultades concretas existen al respecto? Por ejemplo, siempre hay intentos de ser superficial, descuidado, y de holgazanear en el cumplimiento del deber, ¿no es este un estado que se manifiesta de manera común y se revela durante el desempeño de los deberes? También está el no ocuparse del deber que le corresponde a uno y compararse continuamente con otros mientras se cumple el deber, considerar el lugar donde uno lleva a cabo su deber como un patio de juegos o un campo de batalla y pensar en buscar un “referente” cada vez que uno cumple su deber, decir en tu fuero interno: “Voy a ver quién es mejor que yo y quién puede provocar mi espíritu de lucha y, entonces, competiré con ellos, me compararé con ellos a fin de ver quién logra mejores resultados y una mayor eficiencia en el cumplimiento de su deber y quién es mejor a la hora de ganarse el corazón de las personas”. Luego está la comprensión de los principios para cumplir el propio deber, pero sin querer atenerse a ellos ni actuar de acuerdo con la verdad en las palabras de Dios o con los requerimientos de la casa de Dios, y optar siempre por adulterar el cumplimiento del propio deber con preferencias personales, decir: “Me gusta hacerlo de esta manera, me gusta hacerlo de esta otra; estoy dispuesto a hacerlo de esta manera, quiero hacerlo de esta otra”. Esto es terquedad, querer siempre seguir la propia voluntad y actuar de la manera que uno quiere conforme a sus propias preferencias, hacer oídos sordos a todos los requerimientos de la casa de Dios y preferir desviarse de la senda correcta. ¿Acaso no son estas las verdaderas manifestaciones que la mayoría de la gente exhibe cuando cumple su deber? Está claro que todos estos asuntos implican dificultades en el cumplimiento de un deber. Añadid alguna más, por favor. (No lograr cooperar en armonía con otros cuando se cumple un deber y querer siempre seguir su propia ley). Esto también cuenta como una dificultad. No conseguir cooperar en armonía con otros cuando se desempeña un deber y querer siempre seguir su propia ley y tener la última palabra; querer mostrarse humilde para buscar consejo y para escuchar las opiniones de otros al afrontar los problemas, pero ser incapaz de poner eso en práctica y sentir incomodidad al intentar practicarlo; eso es un problema. (Salvaguardar siempre los propios intereses al cumplir un deber, ser egoísta y vil, y saber en realidad cómo resolver un problema cuando surge, pero sentir que no tiene nada que ver con uno mismo, tener miedo de asumir la responsabilidad si va mal y, en consecuencia, no atreverse a dar un paso adelante). No resolver un problema cuando uno lo ve, considerarlo ajeno e ignorarlo; esto también cuenta como cumplir el deber sin lealtad. Al margen de que seas o no el responsable de una tarea, si puedes desentrañar y resolver un problema, deberías cumplir esta responsabilidad. Este es tu deber y el trabajo que recae sobre ti. Si el supervisor lo puede resolver, puedes olvidarte de ello, pero si no, deberías dar un paso al frente y resolverlo tú. No dividas los asuntos en función del ámbito de responsabilidad al que corresponden, esto es deslealtad a Dios. ¿Algo más? (Confiar en la inteligencia y los dones propios para hacer trabajo cuando se realiza el propio deber y no buscar la verdad). Hay muchas personas que son así. Siempre piensan que poseen inteligencia y calibre y son indiferentes a todo lo que recae sobre ellos; no buscan la verdad en absoluto y solo obran conforme a su propia voluntad y, en consecuencia, no pueden desempeñar ningún deber de manera adecuada. Todas estas son dificultades que afrontan las personas a la hora de cumplir su deber.
II. Problemas relacionados con cómo trata uno sus expectativas y su porvenir
Otro problema significativo relacionado con la entrada en la vida es cómo trata uno sus expectativas y su porvenir. Algunas personas están dispuestas a pagar el precio si creen que tienen esperanzas de salvarse, y se vuelven negativas si creen que no hay esperanza. Si la casa de Dios no las asciende ni las cultiva, no están dispuestas a pagar el precio y hacen sus deberes por cubrir el expediente, sin responsabilizarse. Independientemente de lo que hacen, siempre consideran sus expectativas y su porvenir, se preguntan: “¿De veras tendré un buen destino? ¿Se ha mencionado en las promesas de Dios cuáles serán las expectativas y el porvenir de alguien como yo?”. Si no hallan una respuesta precisa, carecen de entusiasmo para hacer nada. Si la casa de Dios los asciende y cultiva, se llenan de energía y, en todo lo que hacen, son especialmente proactivos. Sin embargo, si no logran hacer bien su deber y se los despide, se vuelven enseguida negativos y renuncian a su deber, abandonan toda esperanza. Cuando afrontan la poda, piensan: “¿Ya no le gusto a Dios? Si es así, ¡lo debería haber dicho antes, en lugar de impedir que persiga el mundo!”. Si se los destituye, piensan: “¿Acaso no me están menospreciando? ¿Quién me ha denunciado? ¿Me van a descartar? Si ese es el caso, ¡lo deberían haber dicho antes!”. Asimismo, su corazón está lleno de transacciones, exigencias y peticiones irracionales a Dios. Da igual lo que la iglesia disponga que hagan, consideran que tener buenas expectativas y un buen porvenir, así como las bendiciones de Dios, son requisitos previos para hacerlo. Cuando menos, antes de aceptar y someterse requieren que se los trate con una expresión agradable en el rostro y una buena actitud y que se los apruebe. ¿No son estas manifestaciones de cómo consideran sus expectativas y su porvenir? Añadid más. (Si surgen desviaciones o problemas mientras hacen el propio deber y se los poda, se quejan de Dios y se guardan de Él; temen que se los revele y descarte, y siempre se reservan una vía de escape). Temer que se les revele y descarte, y reservarse siempre una vía de escape; estas son también manifestaciones de cómo consideran sus expectativas y su porvenir. (Cuando alguien ve que las palabras de exposición y determinación de Dios coinciden con él, o cuando afronta la poda y se siente avergonzado, concluye que está atolondrado, que es un diablo y un satanás, y que es incapaz de aceptar la verdad. Determina que no tiene esperanzas de salvarse y se vuelve negativo). En lo que respecta a sus expectativas y su porvenir, la gente no puede desprenderse por completo de sus propias intenciones y deseos. Los consideran por sistema lo más importante y los persiguen en consecuencia, los tratan como la fuerza impulsora y el requisito previo para todo lo que persiguen. Cuando afrontan el juicio, el castigo, las pruebas, el refinamiento o la revelación, o se encuentran en circunstancias peligrosas, piensan de inmediato: “¿Ya no me quiere Dios? ¿Me está desdeñando? El tono en el que me habla es muy duro; ¿acaso no quiere salvarme? ¿Quiere descartarme? Si quiere descartarme, debería decirlo lo antes posible, mientras todavía soy joven, de modo que no obstaculice mi búsqueda en el mundo”. Esto hace surgir negatividad, resistencia, oposición y holgazanería en ellos. Estos son algunos de los estados y manifestaciones relacionados con la forma en que la gente considera sus expectativas y su porvenir. Esta es una dificultad significativa relacionada con la entrada en la vida.
III. Dificultades relacionadas con las relaciones interpersonales
Vamos a echar un vistazo a otro aspecto: las relaciones interpersonales. Esta es también una dificultad significativa relacionada con la entrada en la vida. Estos son algunos estados y manifestaciones que tienen que ver con las relaciones interpersonales: cómo tratas a las personas que no te gustan, a las que tienen opiniones diferentes de las tuyas, a las que están familiarizadas contigo, con las que mantienes relaciones familiares o que te han ayudado. O a la gente que siempre te hace rápidas advertencias, que te dice palabras veraces y te ayuda. Asimismo, si puedes o no tratar a cada persona con justicia, además de cómo practicas cuando surgen disputas con los demás, o si aparecen en ti celos y conflictos y no eres capaz de interactuar o siquiera de cooperar en armonía cuando haces tus deberes. ¿Hay otros estados y manifestaciones? (Ser un complaciente y no atreverse a levantar la voz al descubrir los problemas de otra persona por miedo a ofenderla). Este es un estado que surge cuando uno teme ofender a los demás. (Además, cómo considera uno a los líderes y obreros, y a aquellos con poder y estatus). Cómo consideras a los líderes y obreros o a las personas con poder y estatus, ya sea con halagos y adulaciones o tratándolos con corrección, es una manifestación específica de cómo tratas a aquellos que ostentan poder e influencia. Estas son más o menos las dificultades de las relaciones interpersonales.
IV. Problemas relacionados con los sentimientos humanos
Hablemos un poco sobre los sentimientos humanos. ¿Qué problemas están relacionados con los sentimientos? Lo primero es cómo evalúas a tus propios familiares y cómo abordas las cosas que hacen. En este caso, “las cosas que hacen” incluye, por supuesto, cuando trastornan y perturban la obra de la iglesia, cuando juzgan a la gente a sus espaldas, cuando participan en algunas de las prácticas de los incrédulos, etcétera. ¿Puedes abordar estas cosas de manera imparcial? Cuando es necesario que redactes una evaluación de tus familiares, ¿puedes hacerlo con objetividad e imparcialidad, apartando a un lado tus propios sentimientos? Esto está relacionado con cómo abordas a tus familiares. Además, ¿albergas sentimientos hacia las personas con quienes te llevas bien o que te han ayudado en el pasado? ¿Eres capaz de contemplar sus acciones y su comportamiento de una manera objetiva, imparcial y precisa? Si trastornan y perturban la obra de la iglesia, ¿serás capaz de informar de ellas o de desenmascararlas de inmediato después de haberte enterado del caso? Por otro lado, ¿albergas sentimientos hacia las personas relativamente cercanas a ti o con quien compartes intereses? ¿Puedes evaluar, definir y tratar sus acciones y su comportamiento de una manera imparcial y objetiva? Supongamos que a estas personas, con quienes tienes una conexión sentimental, la iglesia las trata de acuerdo con los principios y que el desenlace no es conforme a tus propias nociones; ¿cómo abordarías esto? ¿Serías capaz de obedecer? ¿Continuarías involucrado con ellos en secreto y dejarías que te desorientasen e, incluso te incitasen a que los excusaras, justificaras y defendieras? ¿Auxiliarías a los que te han ayudado y darías la vida por ellos, mientras haces caso omiso de los principios-verdad e ignoras los intereses de la casa de Dios? ¿Acaso no están relacionadas estas diversas cuestiones con los sentimientos? Algunos dicen: “¿Acaso no solo tienen que ver los sentimientos con los parientes y los familiares? ¿Acaso no se limita el ámbito de los sentimientos a tus padres, hermanos, hermanas y otros familiares?”. No, los sentimientos incluyen un amplio abanico de personas. Olvídate de que evalúen a sus propios familiares de manera imparcial; algunos ni siquiera son capaces de evaluar a sus buenos amigos y colegas con imparcialidad y tergiversan los hechos al hablar sobre estas personas. Por ejemplo, si su colega no presta atención al trabajo que le corresponde y siempre toma parte en prácticas deshonestas y perversas en su deber, lo describirán como bastante juguetón y dirán que su humanidad es inmadura y todavía inestable. ¿Acaso estas palabras no contienen sentimientos? Esto es expresar palabras que están cargadas de sentimientos. Si alguien que no tenga ninguna relación con ellos no presta atención al trabajo que le corresponde y lleva a cabo prácticas deshonestas y perversas, lo que digan de él será más severo y es posible que incluso lo condenen. ¿Acaso no es esta una manifestación de hablar y actuar según los sentimientos? ¿Son imparciales las personas que viven según sus sentimientos? ¿Son honradas? (No). ¿Cuál es el problema con la gente que habla según sus sentimientos? ¿Por qué no puede tratar a otros de manera justa? ¿Por qué no puede hablar según los principios-verdad? Las personas que tienen dos caras y nunca basan sus palabras en hechos son perversas. No ser imparcial al hablar, expresarse siempre según los sentimientos de uno y por beneficio propio y no según los principios-verdad, no pensar en la obra de la casa de Dios y limitarse a proteger los sentimientos personales, la fama, las ganancias y el estatus personales de uno; este es el carácter de los anticristos. Así es como hablan los anticristos; todo lo que dicen es perverso, trastornador y perturbador. Los que viven entre las preferencias y los intereses de la carne viven entre sus sentimientos. Los que viven según sus sentimientos son los que no aceptan ni practican la verdad en absoluto. Los que hablan y actúan según sus sentimientos no tienen ninguna realidad-verdad en absoluto. Si estas personas se convierten en líderes, serán falsos líderes o anticristos sin duda alguna. No solo son incapaces de hacer ningún trabajo real, sino que también pueden tomar parte en diversas acciones malvadas. Decididamente, las descartarán y castigarán.
V. Problemas relacionados con codiciar las comodidades de la carne
Codiciar las comodidades de la carne también es un problema grave. ¿Cuáles creéis que son algunas de las manifestaciones de codiciar las comodidades de la carne? ¿Qué ejemplos podéis aportar a partir de lo que habéis visto en vuestras propias experiencias? ¿Cuenta disfrutar de los beneficios del estatus? (Sí). ¿Algo más? (Preferir tareas fáciles a las difíciles cuando se desempeña el deber, y querer siempre optar por el trabajo liviano). Al hacer un deber, la gente siempre escoge el trabajo liviano, el menos cansado y que no implique desafiar los elementos a la intemperie. Es decir, elegir trabajos fáciles y eludir los complicados y se trata de una manifestación de codicia de las comodidades de la carne. ¿Qué más? (Quejarse siempre cuando el deber es un poco duro, un poco agotador, cuando implica pagar un precio). (Preocuparse por la comida y la ropa, y por los placeres carnales). Todas estas son manifestaciones de codicia de las comodidades de la carne. Cuando una persona así ve que una tarea es demasiado laboriosa o arriesgada, se la endosa a otra; se limita a hacer el trabajo con tranquilidad, y pone excusas, dice que tiene escaso calibre, que le falta capacidad de trabajo y no puede emprender esta tarea, si bien el verdadero motivo es que codicia las comodidades de la carne. No desea sufrir, sea cual sea el trabajo que haga o el deber que cumpla. Si le dices que una vez que finalice la tarea habrá cerdo estofado para comer, la hace con mucha rapidez y eficacia, y no tienes que meterle prisa, presionarlo ni vigilarlo, pero si no hay cerdo estofado para comer y tiene que hacer horas extra en su deber, procrastina y se busca toda clase de razones y excusas para posponerlo, y tras hacerlo durante un tiempo, dice: “Me siento aturdido, tengo la pierna entumecida, ¡estoy agotado! Me duele todo el cuerpo, ¿puedo descansar un rato?”. ¿Cuál es el problema? Codicia las comodidades de la carne. También están los que siempre se quejan de las dificultades mientras hacen su deber, que no quieren esforzarse, que, en cuanto tienen un pequeño tiempo muerto, descansan, charlan distraídos o disfrutan del ocio y el entretenimiento. Y cuando el trabajo se intensifica y rompe el ritmo y la rutina de sus vidas, se sienten infelices e insatisfechos por ello. Gruñen y se quejan, y se vuelven negligentes al hacer su deber. Esto es codiciar las comodidades de la carne, ¿verdad? Por ejemplo, para mantener su figura, algunas mujeres entrenan y reservan un horario fijo diario para su sueño reparador. Sin embargo, en cuanto hay mucho trabajo y estas rutinas se ven comprometidas, se sienten infelices, dicen: “Esto no es bueno; hacer este trabajo demora demasiado las cosas. No puedo permitir que afecte a mis asuntos personales. No prestaré atención a nadie que intente meterme prisa, iré a mi propio ritmo. Cuando sea el momento de hacer yoga, haré yoga. Cuando sea el momento de mi sueño reparador, tendré mi sueño reparador. Seguiré haciendo estas cosas igual que antes. No soy tan necia ni trabajo con tanto afán como todas vosotras. En unos pocos años os convertiréis en mujeres mayores de aspecto corriente, se os estropeará el cuerpo y ya no seréis esbeltas. Nadie querrá miraros y no tendréis confianza en la vida”. En aras de satisfacer su disfrute carnal, en aras de la belleza, de gustar a los demás y de vivir con mayor confianza, se niegan a renunciar a los placeres y preferencias de la carne, por muy ocupadas que estén haciendo deberes. Esto es entregarse a las comodidades de la carne. Algunos dicen: “Dios está preocupado y deberíamos ser considerados con Sus intenciones”. Sin embargo, estas mujeres dicen: “No he visto que Dios esté preocupado; mientras yo no me sienta ansiosa, con eso me vale. Si muestro consideración por las intenciones de Dios, ¿quién va a mostrar consideración por las mías?”. ¿Tienen esas mujeres algo de humanidad? ¿Acaso no son diablos? También hay ciertas personas que, por muy atareado y urgente que sea su trabajo, no van a permitir que afecte a cómo visten ni a la ropa que se ponen. Dedican horas a diario al maquillaje y recuerdan con la misma claridad que su propio domicilio la ropa que se van a poner cada día para que vaya a juego con cierto par de zapatos, y cuándo someterse a tratamientos de belleza y recibir masajes; en estas cosas no se confunden en absoluto. Sin embargo, en lo que respecta a cuánta verdad entienden, qué verdades siguen sin entender o en cuáles no han entrado aún, qué cosas siguen manejando de manera superficial y sin lealtad, qué actitudes corruptas han revelado y otros problemas similares relativos a la verdad que conciernen a la entrada en la vida, no saben nada en absoluto sobre estas cosas. Cuando se les pregunta por ellas, son unas completas ignorantes. Sin embargo, en lo que respecta a los temas relacionados con los placeres de la carne, con comer, beber y el entretenimiento, de eso parlotean sin cesar, no hay manera de pararlas. Por muy ajetreado que sea el trabajo de la iglesia o muy ocupados que estén ellos en el deber, la rutina y la normalidad de sus vidas jamás se ven interrumpidas. Nunca descuidan ningún mínimo detalle de la vida de la carne y los controlan perfectamente, muy estrictos y serios. Sin embargo, al abordar el trabajo de la casa de Dios, por muy importante que sea el asunto, y aunque este pueda afectar a la seguridad de los hermanos y hermanas, lo abordan negligentemente. Ni siquiera se preocupan de aquellas cosas que competen a la comisión de Dios ni al deber que han de hacer. No asumen ninguna responsabilidad. Esto es entregarse a las comodidades de la carne, ¿no? ¿Son las personas que se entregan a las comodidades de la carne aptas para desempeñar un deber? En cuanto alguien saca el tema de hacer su deber o habla de pagar un precio y de sufrir penurias, no paran de negar con la cabeza. Tienen demasiados problemas, les embargan las quejas y están llenos de negatividad. Esas personas son inútiles, no están cualificadas para hacer su deber y se las debería descartar. En cuanto a la codicia por las comodidades de la carne, vamos a dejarlo aquí.
VI. Dificultades relacionadas con conocerse a uno mismo
Conocerse a uno mismo es el aspecto más fundamental de la entrada en la vida. Sin embargo, para la mayoría de las personas, dado que no aman la verdad ni la persiguen, conocerse a sí mismos se convierte en su mayor dificultad. Por tanto, es cierto que aquellos que no aman la verdad no pueden conocerse de verdad a sí mismos. ¿Cuáles son los aspectos del autoconocimiento? El primero es saber qué actitudes corruptas se revelan en el discurso y las acciones de uno. A veces, es arrogancia, otras falsedad, o quizá perversidad, intransigencia, traición, etcétera. Más allá de eso, cuando a alguien le pasa algo, debería examinarse a sí mismo para ver si tiene alguna intención o algún motivo que no sean conformes a la verdad. También debería examinar si hay algo en su discurso o en sus acciones que se resista a Dios o se rebele contra Él. En particular, debería examinar si tiene un sentido de carga, si es leal a su deber, si se esfuerza por Dios con sinceridad, si hace transacciones o es negligente. El autoconocimiento también significa saber si uno tiene nociones y figuraciones, exigencias extravagantes o malentendidos y quejas respecto a Dios, y si uno tiene la mente preparada para someterse. Significa saber si uno puede buscar la verdad, comprender a partir de Dios y tener un corazón sumiso hacia Él al abordar las situaciones, las personas, los acontecimientos y las cosas que Él instrumenta. Significa saber si uno tiene conciencia y razón y es amante de la verdad. Significa saber si uno se somete o intenta discutir cuando le ocurren cosas y si se basa en nociones y figuraciones o en buscar la verdad al abordar estos asuntos. Todo esto es el alcance del autoconocimiento. Uno debería reflexionar sobre si ama la verdad y tiene una fe en Dios auténtica a la vista de su actitud hacia diferentes situaciones, personas, acontecimientos y cosas. Si uno puede llegar a conocer su carácter corrupto y observar la magnitud de su rebeldía contra Dios, habrá crecido. Además, en lo que se refiere a los asuntos relacionados con su forma de tratar a Dios, uno debería reflexionar sobre si trata el nombre y la encarnación de Dios con nociones, temor o sumisión y, sobre todo, cuál es su actitud hacia la verdad. Una persona también debería conocer sus deficiencias y su estatura, si tiene la realidad-verdad y si su búsqueda y la senda que recorre son correctas y conformes a las intenciones de Dios. La gente debería saber todas estas cosas. En resumen, los diversos aspectos del autoconocimiento son en esencia los siguientes: el conocimiento de si el calibre propio es alto o bajo, el conocimiento de la calidad humana propia, el conocimiento de las intenciones y los motivos que uno tiene en sus acciones, el conocimiento del carácter corrupto y de la esencia-naturaleza que uno revela, el conocimiento de la búsqueda y las preferencias propias, el conocimiento de la senda que uno recorre, el conocimiento de las propias ideas sobre las cosas, el conocimiento de la perspectiva de uno sobre la vida y los valores y el conocimiento de la actitud hacia Dios y la verdad. El autoconocimiento se compone principalmente de estos aspectos.
VII. Las diversas manifestaciones de la gente en su trato de Dios
El siguiente bloque de contenido sobre la entrada en la vida se refiere a las diversas manifestaciones con las que la gente considera a Dios. Por ejemplo, tener nociones sobre Dios, desarrollar malinterpretaciones respecto a Él y guardarse de Él, hacerle exigencias irracionales, querer siempre evitarlo, que no gusten las palabras que dice y buscar constantemente escrutarlo. También está el ser incapaz de ver con claridad o reconocer la omnipotencia de Dios, además de albergar siempre una actitud de duda hacia la soberanía, los arreglos y la autoridad de Dios, y carecer por completo de conocimiento sobre estas cosas. Asimismo, no solo es que no se logre evitar o negar las calumnias y la blasfemia que los no creyentes y el mundo lanzan contra Dios, sino al contrario, querer preguntar si es verdad o un hecho. ¿No es esto dudar de Dios? Aparte de estas manifestaciones, ¿qué otras hay? (Ser suspicaz con Dios y verificarlo). (Tratar de congraciarse con Dios). (No querer aceptar Su escrutinio). Está el no querer aceptar el escrutinio de Dios mientras que, de manera simultánea, se duda de que Dios pueda escrutar lo más profundo del corazón de las personas. (También hay oposición a Dios). Esto también es una manifestación, oponerse a Dios y clamar contra Él. También se da el hecho de adoptar una actitud desdeñosa y despreciativa para acercarse a Dios, para hablar y asociarse con Él. ¿Algo más? (Ser superficial con Dios y engañarlo). (Quejarse de Dios). Jamás hay sometimiento ni búsqueda de la verdad al enfrentarse a los asuntos, y siempre se arguye en beneficio propio y con quejas. (También se emiten juicios sobre Dios y se blasfema contra Él). (Competir con Dios por estatus). (Hacer tratos con Dios y aprovecharse de Él). (Negar a Dios, rechazarlo y traicionarlo). Todos estos son temas esenciales; son los diversos estados y actitudes corruptas que surgen en el tratamiento de las personas hacia Dios. Básicamente, estas son las diversas manifestaciones de cómo consideran las personas a Dios.
VIII. Las actitudes y diversas manifestaciones de la gente en su trato de la verdad
Otro aspecto del contenido sobre la entrada en la vida es cómo tratan las personas la verdad. ¿Qué manifestaciones existen sobre este aspecto? Está la de considerar la verdad como una teoría o un eslogan, como un precepto o como capital para vivir de la iglesia y disfrutar de los beneficios del estatus. Añadid algo vosotros, por favor. (Considerar la verdad un sustento espiritual). Se considera la verdad un sustento espiritual para satisfacer las propias necesidades espirituales. (No aceptar la verdad y sentir aversión por ella). Esta es una actitud hacia la verdad. (Pensar que las palabras de Dios tienen la función de dejar en evidencia a otros, que no están relacionadas con uno mismo, y considerarse el dueño de la verdad). Has descrito esta manifestación de manera bastante adecuada. La gente con esta manifestación cree que entiende todas las verdades que dice Dios, que las actitudes y esencias corruptas del ser humano que Él desenmascara se refieren a otros y no a ellos. Se ven a sí mismos como los dueños de la verdad, se sirven a menudo de las palabras de Dios para sermonear a otros, como si ellos carecieran de actitudes corruptas, fueran la verdad personificada y los portavoces de esta. ¿Qué clase de basura son? Quieren ser la encarnación de la verdad, ¿acaso no son iguales que Pablo? Pablo negó que el Señor Jesús fuera Cristo y Dios; él mismo quería ser Cristo y el Hijo de Dios. Esta gente es como Pablo, son de la misma especie que él, son anticristos. ¿Algo más? (Considerar las palabras de Dios igual que las de una persona corriente, no como la verdad que se ha de practicar, y tener una actitud despectiva y superficial hacia las palabras de Dios). No considerar las palabras de Dios como la verdad que se ha de aceptar y practicar, sino creer que son palabras humanas, ese es otro aspecto. (Relacionar las palabras de Dios con las filosofías y teorías de los no creyentes). Se conectan las palabras de Dios a filosofías, se tratan como adornos o palabras vacías, mientras que los dichos conocidos de gente grande y famosa se tratan como la verdad, del mismo modo que el conocimiento, la cultura tradicional y las costumbres, y se suplantan con ellos las palabras de Dios. La gente que exhibe esta manifestación habla sin cesar sobre querer practicar la verdad y dar testimonio de las palabras de Dios y divulgarlas cuando afrontan situaciones, pero en su corazón admiran a esos famosos y a esas grandes personas del mundo secular, e incluso adulan a Bao Gong, de la antigua dinastía Song, dicen: “Fue realmente un juez estricto e imparcial. Nunca hizo un juicio injusto, ¡nunca cometió errores jurídicos ni hubo almas agraviadas por la hoja de su verdugo!”. ¿No es esto adular y admirar a una persona famosa y a un sabio? ¡Tratar de hacer pasar las palabras y los actos de una persona famosa por la verdad es calumniar y blasfemar la verdad! En la iglesia, la gente así habla mucho sobre que quiere practicar la verdad y difundir las palabras de Dios, pero lo que piensan en su fuero interno y lo que dicen a menudo solo son dichos y proverbios populares, que expresan de una manera muy ensayada y fluida. Estas frases están siempre en sus labios y salen fácilmente de su boca. Nunca han dicho nada sobre su experiencia y comprensión de las palabras de Dios, y menos todavía respecto a qué palabras de Dios son el criterio o la base para sus actos y su conducta. Todo lo que profieren son falacias, como: “El hombre deja su reputación allá por donde va, de la misma manera que un ganso grazna allá por donde vuela”, “Es inútil decapitar a un hombre muerto”, “Siempre hay algo despreciable en la gente miserable”, “Resérvate siempre cierto margen de maniobra”, “Puede que no haya ganado crédito alguno, pero de todos modos lo he intentado y me he esforzado”, “No destruyas el puente tras cruzar el río; no mates al burro tras descargar las alforjas”, “Castiga severamente a la gente para que sirva de ejemplo a los demás; castigo de uno, escarmiento de muchos” y “Los nuevos funcionarios quieren impresionar”, entre otras. Nada de lo que dicen es verdad. Algunas personas memorizan las palabras de los poetas contemporáneos e incluso las publican en la sección de comentarios de los videos de la casa de Dios. ¿No es eso una manifestación de falta de entendimiento espiritual? ¿Son estas palabras la verdad? ¿Guardan relación con ella? Hay quien dice a menudo cosas como: “Hay un dios un metro por encima de ti” y “Al final, el bien y el mal se pagan; es solo cuestión de tiempo”. ¿Son estas afirmaciones la verdad? (No). ¿De dónde salen? ¿Se hallan en las palabras de Dios? Provienen de la cultura budista y no tienen nada que ver con creer en Dios. A pesar de esto, la gente trata a menudo de arrastrarlas al nivel de la verdad; esta es una manifestación de una falta de entendimiento espiritual. Hay quienes tienen un poco de determinación para entregarse a Dios, y dicen: “La casa de Dios me ha ascendido, Dios me ha elevado, así que he de estar a la altura del dicho: ‘Un caballero sacrifica la vida por quienes lo comprenden’”. Tú no eres un caballero y Dios no te ha pedido que sacrifiques tu vida. ¿Es necesario tener un sentido del valor tan alto al hacer deberes? No puedes siquiera cumplir bien tus deberes ahora que estás vivo, ¿hay alguna esperanza de que lo hagas en la muerte? ¿Cómo harás entonces tus deberes? Otros dicen: “Soy leal por naturaleza, soy una persona valiente y apasionada. Me gusta arriesgarlo todo por mis amigos. Lo mismo pasa con Dios. Ya que Él me ha elegido, ascendido y elevado, he de retribuirle Su gracia. ¡No cabe duda de que lo voy a arriesgar todo por Dios, incluso hasta la muerte!”. ¿Esta es la verdad? (No). Dios ha dicho muchas palabras, ¿por qué no han recordado ni una sola de ellas? En todo momento, lo único que comparten es: “No hace falta decir nada más. Un caballero sacrifica la vida por quienes lo comprenden, y uno debe arriesgarlo todo por sus amigos y ser leal”. Ni siquiera pueden decir la frase “retribuir el amor de Dios”. Después de escuchar los sermones y leer las palabras de Dios durante tantos años, no conocen ni una sola verdad, y no pueden siquiera decir ni un par de términos espirituales; este es el entendimiento y la definición de la verdad en su interior. Decidme, ¿acaso no resulta lamentable? ¿No es de risa? ¿No es una manifestación de falta de entendimiento espiritual? Después de escuchar muchos sermones, no entienden la verdad ni saben cuál es; sin embargo, usan con descaro estas palabras endiabladas, ridículas, absurdas y extremadamente risibles para sustituir a la verdad. No solo es que sea así el pensamiento y la comprensión en su interior, sino que además difunden y les enseñan constantemente esto a otros, los hacen tener la misma comprensión que ellos. ¿Acaso esto no conlleva en cierto modo una naturaleza de causar un trastorno y una perturbación? Parece que estas personas que no entienden la verdad y carecen de entendimiento espiritual son peligrosas, son capaces de causar trastornos y perturbaciones y de hacer cosas ridículas y absurdas en cualquier momento y lugar. ¿Cuáles son las otras manifestaciones de cómo trata la gente la verdad? (Despreciar la verdad, aceptar solo lo que se ajusta a las propias nociones y rechazar y rehusar la práctica de lo que no). Aceptar y practicar solo lo que se alinea con sus propias nociones y resistirse y condenar de manera uniforme aquello que no; esta es una actitud. (No creer que la verdad pueda resolver las actitudes corruptas de uno ni cambiarlo). No reconocer ni creer en la verdad también es una actitud. Otra manifestación es que la actitud y el punto de vista de alguien hacia la verdad cambien de acuerdo con el ánimo, el entorno y las emociones. Cuando un día se sienten bien y de buen ánimo, estas personas piensan: “¡La verdad es excelente! La verdad es la realidad de todas las cosas positivas, lo más valioso que los humanos practican y difunden”. Cuando están de mal humor, piensan: “¿Cuál es la verdad? ¿Qué beneficios hay en practicarla? ¿Puedes hacer dinero con ella? ¿Qué puede cambiar la verdad? ¿Qué puede ocurrir si practicas la verdad? No la voy a practicar, ¿qué va a cambiar eso?”. Aflora su naturaleza demoniaca. Estas manifestaciones son las actitudes y los diversos estados que la gente revela al tratar la verdad. ¿Cuáles son otras manifestaciones específicas? (No tratar las palabras de Dios como la verdad o la vida, sino analizarlas y escrutarlas). Abordar las palabras de Dios con una actitud académica, analizar y escrutar siempre la verdad en función del conocimiento, sin ninguna actitud de aceptación y sumisión. Más o menos, estas son las dificultades de las personas al tratar la verdad que se pueden definir y convertir en titulares de los resúmenes.
Hay ocho aspectos en total de nuestro contenido sobre las dificultades de la entrada en la vida y son las principales dificultades asociadas con la entrada en la vida y con lograr la salvación. Los estados y las actitudes que la gente revela en el marco de estos ocho aspectos se evidencian todos en las palabras de Dios; Él ha establecido requerimientos para las personas y les ha señalado la senda de la práctica. Si las personas pueden dedicar esfuerzo a las palabras de Dios, adoptar una actitud seria, una actitud de anhelo, y llevar una carga para su propia entrada en la vida, en las palabras de Dios pueden encontrar verdades relevantes para resolver estos ocho tipos de problemas, y hay sendas de práctica para cada uno de ellos. Ninguno de estos problemas es un desafío irresoluble ni ningún tipo de misterio. Sin embargo, si no llevas ninguna carga en absoluto para tu propia entrada en la vida ni estás para nada interesado en la verdad ni en cambiar tu carácter, no importa lo claras y precisas que sean las palabras de Dios, para ti no dejarán de ser meros textos y doctrinas. Si no persigues ni practicas la verdad, independientemente de los problemas que tengas, no serás capaz de encontrar una solución, lo que hará que te resulte muy difícil lograr la salvación. Tal vez permanezcas para siempre en la etapa de ser mano de obra; tal vez permanezcas para siempre en la etapa de ser incapaz de lograr la salvación y Dios te desdeñe y te descarte.
Los efectos adversos y las consecuencias del trabajo de los falsos líderes
En lo que respecta a todas las dificultades que se encuentra la gente en su entrada en la vida, ¿qué hacen los falsos líderes? Cuando las personas afrontan cualquier clase de estado que recaiga dentro de uno de estos ocho tipos de dificultades, ¿pueden los falsos líderes identificarlo y usar las palabras de Dios y sus propias experiencias y conocimientos para resolver esos problemas de las personas? Por desgracia, cuando la gente encuentra dificultades, estos falsos líderes solo realizan esfuerzos superficiales, solo ofrecen algunos comentarios banales, fuera de lugar e irrelevantes que no tienen nada que ver con las actitudes y dificultades reales de las personas para abordar sus problemas. Por ejemplo, los falsos líderes dicen a menudo: “¡Es que no amas la verdad!”. Así es como intentan resolver las dificultades reales de la gente y clasificar sus esencias. No pueden ayudarla a encontrar respuestas en las palabras de Dios ni siquiera ante un problema o un estado menor, ni pueden resolverlo hablando sobre la verdad. En su lugar, hacen algunos comentarios doctrinales que no están relacionados, o se aprovechan del problema y hacen una montaña de un grano de arena para excluir completamente a las personas sin ofrecerles la oportunidad de arrepentirse. En realidad, si alguien tiene la capacidad de comprender las palabras de Dios y posee entendimiento espiritual, podrá encontrar la exposición de Dios de estos ocho aspectos de los estados en Sus palabras, no es difícil. Sin embargo, como los falsos líderes carecen de entendimiento espiritual, tienen poco calibre y carecen de capacidad de comprensión, y si a eso unimos, además, el hecho de que algunos de ellos simplemente son entusiastas, están deseosos de actuar y que son hipócritas y se hacen pasar por personas espirituales, no pueden resolver los problemas de otras personas en absoluto. En lo que respecta a los diversos problemas que la gente se encuentra, los falsos líderes los aconsejarán diciendo: “La obra de Dios ha progresado hasta aquí; ¿por qué sigues poniéndote celoso y te peleas con los demás? ¿Tienes tiempo para eso? ¿De qué sirve enfrentarse por ese tema? ¿No te puedes pasar sin luchar por ello?”. “La obra de Dios ha llegado hasta aquí, pero eres todavía muy sentimental y no puedes dejarlo correr. ¡Tarde o temprano, estos sentimientos serán tu fin!”. “La obra de Dios ha llegado hasta aquí, ¿por qué todavía estás preocupado por la comida y la ropa? ¿No puedes arreglártelas sin ponerte un vestido? ¿No puedes pasar sin comprarte un par de zapatos de piel? ¡Deberías pensar más en las palabras de Dios y en tu deber!”. “Cuando te suceda algo, ora más a Dios. Al margen de lo que te suceda, aquí hay una lección; aprende a someterte a Dios y a entender Su soberanía y arreglos”. ¿Puede este consejo resolver problemas reales? Para nada. En otras ocasiones, dicen: “La gente ha sido profundamente corrompida por Satanás. Al ser sentimental, ¿no te estás rebelando contra Dios? Al no conocerte a ti mismo, ¿no te estás rebelando contra Él?”. Sea cual sea el problema en cuestión, los falsos líderes no saben cómo compartir la verdad para diseccionar la esencia o el estado de una persona, no pueden desentrañar cómo surgen los estados de una persona, ni después, a partir de sus estados, compartir la verdad para resolver sus problemas y ofrecer una asistencia y una provisión adecuadas. En su lugar, siempre dicen lo mismo: “¡Ama a Dios! ¡Trabaja con afán para hacer tus deberes, has de serle leal a Dios y orar más cuando te encuentres con problemas!”. “Todo se halla en el marco de la soberanía y los arreglos de Dios. ¡Todo el mundo está en manos de Dios!”. “Si no buscas la verdad, eso no va a servir. Debes leer más las palabras de Dios. Las palabras de Dios lo dejan todo claro, ¡pero es que la gente no ama la verdad!”. “Los desastres son inminentes, el desenlace de todas las cosas está cerca y la obra de Dios se aproxima a su fin, pero no estás preocupado. ¿Cuántos días le quedan al ser humano? ¡El reino de Dios ha llegado!”. Los falsos líderes solo profieren estos dichos fuera de lugar, nunca analizan ni diseccionan de manera específica diversos problemas ni ofrecen provisión o asistencia reales a las personas. O bien le buscan a la gente un par de pasajes de las palabras de Dios para que los lean o les ofrecen consejos irrelevantes para lidiar con estos problemas. ¿Al final qué sucede? Con el perjuicio de los falsos líderes, la gente no solo no conoce sus propias actitudes corruptas, además no saben cómo es su propia calidad humana, qué clase de personas son y qué esencia-naturaleza poseen; no tienen claro cómo es su propio calibre, si tienen capacidad de comprensión o por qué senda discurren. Se siguen aferrando a las cosas mundanas y a la moda, que aman y valoran en su fuero interno, y nadie las ayuda a entender, diseccionar y analizar estas cosas. Estas son las consecuencias del trabajo de los falsos líderes. Cuando surgen problemas, o bien se ensañan con las personas, las condenan con arbitrariedad y las acusan erróneamente, o bien les dan consejos y lecciones fuera de lugar, o usan las palabras de Dios para hacer comparaciones forzadas e imprecisas. Aquellos que los oyen, piensan: “Me parece que entiendo, pero también que no; puede que haya captado lo que dijeron, pero también puede que no. ¿Cómo es eso? Todo lo que dice el líder es correcto, pero ¿por qué no me puedo deshacer de este problema en mi corazón? ¿Por qué no puedo encontrar una resolución para esta dificultad? ¿Por qué sigo pensando de esta manera y quiero hacer estas cosas? ¿Por qué no puedo entender dónde residen la esencia y la raíz del problema? El líder dice que no amo la verdad, y admito que tiene razón, pero ¿por qué no puedo salir de este estado?”. ¿Han logrado estos líderes algún efecto? Aunque han hablado y trabajado, todo es un enorme caos y no ha tenido el efecto que se supone que debería. No han facilitado a las personas entender las intenciones de Dios, compararse con Sus palabras, entender con precisión sus estados o resolver sus propias dificultades. Respecto a estos desvergonzados incorregibles que no aceptan la verdad en absoluto, cuando oyen a estos líderes amonestarlos con seriedad y paciencia, se sienten extremadamente disgustados. Al mismo tiempo, repiten como loros lo que dicen estos líderes: una vez que los líderes acaban la primera parte, ellos pueden seguir con la siguiente y rápidamente se impacientan, y dicen: “No sigas. Ya he captado todo lo que dices. ¡Si continúas, me entrarán náuseas y vomitaré!”. Los líderes continúan diciendo: “No amas la verdad. Si la amaras, entenderías todo lo que estoy diciendo”. Ellos replican: “Ame o no la verdad, has repetido esas palabras muchas veces, ¡no hay nada nuevo en ellas y estoy cansado de oírlas!”. Los falsos líderes trabajan de esta manera, se atienen con rigidez a los preceptos y se fijan en ciertas frases, fracasan por completo a la hora de resolver las dificultades reales de la gente. Si alguien tiene nociones sobre Dios, los falsos líderes dicen que esa persona no se conoce a sí misma. Si alguien tiene escasa humanidad, no es capaz de llevarse bien con la gente y carece de relaciones interpersonales normales, los falsos líderes dicen que tanto él como la otra persona involucrada tienen la culpa, los sermonean a ambos, les endosan la culpa a los dos y les dicen: “Muy bien, ahora estáis a la par. Tenemos que ser justos y razonables en nuestras acciones, tratar a todo el mundo igual, sin prejuicios. El que habla con razón ama la verdad, mientras que aquellos que hablan sin ella deberían callarse la boca, hablar menos y hacer más en el futuro. Al que diga algo correcto se le debería escuchar más”. ¿Es esto resolver el problema? ¿Es esto hacer obra? ¿Acaso no es como apaciguar a los niños y engañar a la gente? Puede que parezca que los falsos líderes se mantienen ocupados, pero no pueden resolver los problemas de nadie. ¿Cómo de eficaz es su trabajo? ¡Es inútil y absurdo! Estas son las acciones de los no creyentes.
A lo largo de su experiencia de la creencia en Dios, las personas a menudo se encuentran con algunas dificultades, y los falsos líderes no pueden resolver ninguna de ellas. Los falsos líderes no pueden siquiera resolver ciertas dificultades obvias que se podrían solucionar con unas pocas palabras, y además arman mucho alboroto respecto a ellas y convierten cualquier pequeño problema en algo importante. Algunas personas no son malvadas, lo que sucede es que, en cuanto a su humanidad, tienen una ligera carencia de modales, no entienden de etiqueta básica y son un poco ruines. Los falsos líderes toman estos pequeños problemas e inflan su importancia, hacen que los hermanos y hermanas los discutan, los critiquen y los condenen, todo con el objetivo de dejar una impresión duradera en esa gente, para que no se atrevan a seguir actuando de ese modo. ¿Es esto necesario? ¿Es una manera de resolver problemas? ¿Es usar la verdad para resolver los asuntos? (No). Mientras no haya grandes problemas en la humanidad de alguien y esa persona no sea malvada y pueda entregarse con sinceridad, entonces, bajo unas circunstancias en las que la persona lo acepte, eso basta para continuar trabajando con ella y ofrecerle recordatorios, asistencia, charla y apoyo. Si la gente se comporta constantemente de esta manera, entonces tiene un problema de calidad humana o un carácter cruel y son necesarias una firme poda y disciplina. Si rechazan aceptar esto, o bien su deber se debería suspender o se los debería desechar. Los falsos líderes no pueden desentrañar esto ni actuarán de esta manera; cuando se encuentren con tales personas malvadas, las tratarán como hermanos y hermanas, les ofrecerán ayuda y apoyo. ¿Es esto hacer trabajo? ¿Es usar la verdad para resolver problemas? (No). El trabajo de los falsos líderes es absurdo, infantil y risible, y nada en él se ajusta a las intenciones de Dios. En todo lo que hacen se puede observar que son profanos, que les falta entendimiento espiritual y obran con imprudencia y sin principios. De igual manera, no pueden desentrañar ni captar con precisión las diversas dificultades que la gente se encuentra en su entrada en la vida. En consecuencia, sus intentos de resolución parecen increíblemente torpes, necios y propios de un profano. Aquellos que aceptan su ayuda también se sienten extraños y reprimidos. Con el tiempo, algunos incluso pierden la fe y dicen: “El líder ha compartido conmigo muchas veces, ¿por qué no he cambiado entonces? ¿Por qué no paro de recaer? ¿Es que mi humanidad es especialmente pobre y es imposible que se me salve?”. Algunos incluso albergan dudas, y dicen: “¿Hay algo de malo en mi espíritu? ¿Hay espíritus malvados actuando en mí? ¿No va a salvarme Dios? ¿No significa eso que no tengo esperanza?”. Estas son las consecuencias del trabajo de los falsos líderes. Confunden una cosa con otra en su trabajo y obran de una manera ridícula, absurda, necia y torpe, lo que al final conduce a que las diversas dificultades que afrontan algunos que persiguen de manera auténtica la verdad no se resuelvan de inmediato. Esto, a su vez, causa que surja negatividad y debilidad en esas personas, además de algunas nociones y malentendidos sobre Dios y Su obra. Dicen: “He leído muchas palabras de Dios, así que, ¿por qué no se puede resolver mi problema? ¿Pueden de veras las palabras de Dios salvar y transformar a las personas?”. Surgen dudas en su corazón y se ven atrapados en la confusión. Por tanto, cuando los falsos líderes hacen trabajo, no producen muchos resultados positivos, sino que dan lugar a muchos efectos negativos y adversos. Su trabajo no solo no logra dispersar las nociones, dudas y juicios sobre Dios de las personas, sino que, por el contrario, incrementa sus malentendidos y su cautela respecto a Dios. Incluso después de muchos años de fe, los problemas de estas personas siguen sin resolverse. Al tiempo que los falsos líderes las desorientan y desvían, se ahondan sus malinterpretaciones y sus reservas respecto a Dios. Si este es el caso, ¿pueden lograr la entrada en la vida?
El entendimiento de los falsos líderes de las cosas positivas como la verdad y el cambio de carácter del ser humano puede influir en los puntos de vista y las actitudes de muchas personas hacia las cosas positivas. Cuando los falsos líderes no hacen ningún trabajo es una cosa; pero en cuanto empiezan a trabajar, surgen las desviaciones y las consecuencias adversas. Se crea una atmósfera inadecuada en estas iglesias, es decir, a menudo se inventan algunos dichos erróneos y absurdos, y la gente de allí no entiende términos espirituales que se mencionan con frecuencia en las palabras de Dios ni saben cómo aplicarlos, mientras que los supuestos términos y dichos espirituales que dicen a menudo estos falsos líderes se difunden ampliamente por estas iglesias. El impacto que tienen estas cosas en las personas no es pequeño. No solo es que no puedan ayudar a la gente a obtener un conocimiento más práctico y preciso de las palabras de Dios y de la verdad, ni permitirles encontrar una senda precisa de práctica en Sus palabras; es que, por el contrario, en realidad hacen que la gente tenga un conocimiento más distorsionado, teórico y doctrinal de la verdad, y al mismo tiempo, la confunden más respecto a la senda de práctica. Al hacerlo, los falsos líderes interfieren en el campo de visión de las personas y alteran su pura comprensión de la verdad. ¿Qué efecto tienen los falsos líderes a la hora de hacer estas cosas? ¿Qué papel interpretan? Si bien caracterizarlos como perturbadores y alborotadores podría resultar un tanto excesivo, llamarlos bufones que corren de un lado a otro no es ninguna exageración. Cuando acababa de empezar esta etapa de la obra, conocí a algunos individuos y, mientras los escuchaba hablar, uno de ellos preguntó sobre la situación de una persona y alguien de repente soltó las palabras: “Está hecho cenizas”. Cuando pregunté: “¿Hecho cenizas? ¿Qué significa eso?”, respondió: “Estar hecho cenizas significa que se ha despedido a alguien y tal vez haya dejado de creer”. Dije: “Es una expresión bastante cruel; no da a la persona ningún margen de maniobra. ¿He dicho Yo algo así alguna vez? ¿Cómo es que no conocía esta expresión? Nunca he definido a nadie de esta manera ni he afirmado que si alguien deja de hacer su deber o se aparta de Dios está ‘hecho cenizas’. ¿Cómo ha surgido esta expresión?”. Más adelante averigüé que esa frase tenía su origen en un creyente anciano, un viejo pedante. Era muy culto, llevaba mucho tiempo creyendo en Dios y tenía antigüedad. Cuando dijo esta frase, ese grupo de gente atolondrada no ejerció el discernimiento y la aprendió de él y se convirtió en una frase popular. ¿Creéis que es correcta? ¿Tiene alguna base? ¿Es precisa? (No). ¿Cómo deberíamos tratarla? ¿Se debería permitir que perdurara en la iglesia? (No). Se debería desenmascarar y criticar, y solucionarla de raíz. Después, mediante la crítica y la disección, esta gente atolondrada no se atreverá a seguir diciendo esta frase, pero unos cuantos individuos desinformados puede que la usen todavía en privado y en secreto. Puede que ellos piensen que es una frase muy espiritual salida de una “figura muy conocida” y crean que se debería continuar usando. ¿Se han dedicado vuestros líderes a prácticas similares? ¿Han afectado negativamente a vuestra entrada en la vida, al cambio de carácter o a la senda que recorréis? (En el pasado, mientras difundía el evangelio, un falso líder dijo una vez: “Dios nos conquista mediante el juicio y el castigo, así que cuando difundimos el evangelio a las personas religiosas, hemos de hablarles en un tono duro y sermonearlas; solo entonces se las puede conquistar”). Esta afirmación puede sonar razonable, pero ¿se conforma a los principios-verdad? ¿Instruyó Dios a la gente para que hiciera esto? ¿Dice esto la palabra de Dios?: “Cuando difundas ampliamente el evangelio, debes alzarte y gobernar a las personas con mano de hierro, usar el juicio y el castigo para divulgar extensamente el evangelio”. (No). ¿De dónde procede esta afirmación? Está claro que se trata de una teoría imaginada por la cabeza de un falso líder que carece de entendimiento espiritual. En apariencia, puede que esta afirmación no parezca problemática: “Toda la humanidad debe someterse al juicio y castigo de Dios. Si no pueden recibirlo directamente de las palabras de Dios, ¿lo pueden recibir indirectamente? En cualquier caso, ese es el efecto que se supone que las palabras de Dios han de lograr: conquistar a toda la especie humana. ¿No sería mejor recibir esto más pronto que tarde? Antes de que obre Dios, vamos a tomar esta medida preventiva, de modo que las personas puedan desarrollar una especie de inmunidad. Entonces, cuando Dios los juzgue y castigue de veras, esas personas no se rebelarán contra Dios, no se opondrán a Él ni lo traicionarán. Esto impedirá que se hieran los sentimientos de Dios. ¿Acaso no es algo bueno?”. En apariencia, todas las frases parecen correctas y, en términos doctrinales, parecen lógicas. Sin embargo, ¿es este un principio-verdad? ¿Qué estipulaciones tiene la casa de Dios para difundir el evangelio? ¿Requiere que la gente haga esto? (No). Por tanto, esta teoría no es válida y la persona que la propuso es un falso líder.
Los falsos líderes suelen simular ser espirituales y expresan algunas falacias engañosas para desorientar y engañar a la gente. Si bien puede parecer superficialmente que estas falacias no suponen ningún problema, influyen de manera perjudicial en la entrada en la vida de las personas y las perturban, las desorientan y las estorban en su recorrido por la senda de perseguir la verdad. Debido a estas palabras falsamente espirituales, a algunos les surgen dudas sobre las palabras de Dios, se resisten a ellas, generan nociones e incluso malentendidos sobre Dios y reservas contra Él y, posteriormente, se alejan de Él. Así es como influyen en la gente los dichos falsamente espirituales de los falsos líderes. Cuando un falso líder desorienta a los miembros de una iglesia y los influye, esa iglesia se convierte en una religión, como el cristianismo o el catolicismo, en la que las personas se limitan a observar los dichos y las enseñanzas del hombre. Todos adoran las enseñanzas de Pablo y van tan lejos como para utilizar sus palabras en lugar de las del Señor Jesús, en lugar de seguir el camino de Dios. Como resultado, todos se convierten en fariseos hipócritas y en anticristos. Por tanto, Dios los maldice y los condena. Al igual que Pablo, los falsos líderes se exaltan y dan testimonio de sí mismos; desorientan y perturban a las personas. Las llevan por el mal camino y hacia rituales religiosos, y su manera de creer en Dios se convierte en la misma que la de la gente religiosa, lo que retrasa su entrada en la vía correcta en su fe en Dios. Los falsos líderes desorientan y perturban a la gente de manera constante y esas personas generan un sinfín de teorías y dichos falsamente espirituales. Estos dichos, teorías y prácticas son diametralmente opuestos a la verdad y no tienen nada que ver con ella. Aun así, al tiempo que los falsos líderes desorientan y engañan a la gente, ellos toman estas cuestiones como algo positivo, como la verdad. Creen erróneamente que estos dichos, teorías y prácticas son la verdad y piensan que la han ganado con tal de que crean en ellos de corazón, puedan decirlos de manera elocuente y todo el mundo los respalde. Engañada por estos pensamientos y estas ideas, la gente no solo es incapaz de entender la verdad, sino también de practicar o experimentar las palabras de Dios, por no decir de entrar en la realidad-verdad. Por el contrario, cada vez se aleja más de las palabras de Dios y de entrar en la realidad-verdad. Sobre el papel, no hay nada malo en las palabras que los falsos líderes pronuncian ni en los eslóganes que gritan: todos ellos son correctos. ¿Por qué, entonces, no obtienen ningún resultado? La razón es que lo que los falsos líderes entienden y comprenden es simplemente demasiado superficial. Todo gira en torno a la doctrina, lo que es irrelevante para la realidad-verdad en las palabras de Dios, así como para Sus requisitos o Sus intenciones. El hecho es que todas las doctrinas que predican los falsos líderes están muy alejadas de la realidad-verdad; para ser precisos, no tienen nada que ver con la verdad ni con las palabras de Dios. Por tanto, cuando los falsos líderes suelen soltar estas palabras y doctrinas, ¿con qué tienen que ver? ¿Por qué son siempre incapaces de entrar en la realidad-verdad? Esto está relacionado de manera directa con el calibre de los falsos líderes. Es absolutamente cierto que los falsos líderes tienen un calibre deficiente y carecen de la capacidad de comprender la verdad. Independientemente de los años que lleven creyendo en Dios, no entenderán la verdad ni tendrán entrada en la vida; por muchos años que crean en Dios, no les resultará fácil entrar en la realidad-verdad. Si no se echa a un falso líder y se le permite mantener su cargo, ¿qué tipo de consecuencias habrá? Su dirección atraerá cada vez a más personas hacia los rituales y los preceptos religiosos, hacia las palabras y las doctrinas y hacia las nociones y las figuraciones vagas. A diferencia de los anticristos, los falsos líderes no guían a la gente para que comparezca ante ellos ni ante Satanás, pero si no pueden guiar al pueblo escogido de Dios hacia la realidad-verdad de Sus palabras, ¿será capaz este pueblo de alcanzar Su salvación? ¿Tendrá la oportunidad de que Dios lo perfeccione? De ningún modo. Si el pueblo escogido de Dios no puede entrar en la realidad-verdad, ¿acaso no siguen viviendo bajo el poder de Satanás? ¿No siguen siendo un atajo de degenerados dominados bajo el poder de Satanás? ¿No significa esto que se echarán a perder en manos de un falso líder? Por este motivo, las consecuencias del trabajo de los falsos líderes y de los anticristos son básicamente las mismas. No pueden hacer que el pueblo escogido de Dios entienda la verdad ni entre en la realidad ni alcance la salvación. Ambos perjudican al pueblo escogido de Dios y lo echan a perder. Las consecuencias son exactamente las mismas.
¿Cuáles son algunas de las herejías y falacias de los falsos líderes? Resumidlas vosotros luego. Os asigno esta tarea para ver si sois capaces de discernirlas. ¿Han dicho alguna vez los líderes que os rodean palabras que sean espirituales o de acuerdo con los sentimientos humanos y, en apariencia, parezcan correctas y de acuerdo con la verdad, pero no logren dotarte para tu entrada en la vida y resolver tus problemas reales? Si no tienes discernimiento de estas palabras e incluso las aprecias y las llevas en el corazón, permites que te dominen y te guíen todo el tiempo, e influyan siempre en tus pensamientos y tu comportamiento, ¿no son las consecuencias de esto bastante graves? (Sí). Entonces, para vosotros es esencial llegar a la raíz de estos asuntos, averiguar qué cosas son herejías y falacias que pueden hacer que la gente se degrade hasta el punto en el que su fe en Dios se torne en creencia religiosa, lo cual da como resultado que se resistan a Dios y este los rechace. Por ejemplo, supongamos que una persona dice: “No luches para convertirte en líder. Si te despiden o descartan después de convertirte en líder, no vas a tener siquiera oportunidad de ser un creyente corriente”. ¿Es este tipo de discurso una herejía y una falacia de los falsos líderes? (Sí). ¿Lo es? Las herejías y las falacias de los falsos líderes se deben distinguir de las de los anticristos; no las confundas. ¿A qué se refiere esta persona cuando dice tales cosas? ¿Qué motivaciones se ocultan en estas palabras? ¿Tienen algo turbio? Está claro que contienen un truco cuya intención es desorientar a las personas, quieren decir que los demás deberían evitar luchar por ser líderes, que eso no va a acabar bien. Su objetivo al decir esto es hacer que la gente abandone la idea de convertirse en líder, de modo que nadie compita con ellos por reputación y estatus, lo cual les permite tener la tranquilidad de ser líderes para siempre. Al mismo tiempo, le dicen a la gente: “Así trata la casa de Dios a los líderes y obreros, te asciende cuando te necesita, pero cuando no, te tira a la basura de una patada, no te da la oportunidad siquiera de ser un creyente corriente”. ¿Cuál es la naturaleza de estas palabras? (Blasfemia contra Dios). ¿Qué clase de persona dice palabras blasfemas contra Dios? (Un anticristo). En estas palabras hay dos intenciones malvadas que pueden llevar a dos consecuencias: una es decirles a los otros que no compitan en absoluto por estatus, lo cual asegura que su propio estatus permanezca intacto; la otra es hacer que malinterpretes a Dios, dejes de creer en Él y, en su lugar, empieces a creer en ellos. Esta es la clase de anticristo más evidente. Parece que os falta capacidad de comprensión; he hablado sobre ejemplos de esto antes. No solo sois descuidados y tenéis poca memoria, vuestra capacidad de comprensión también es deficiente. No podéis siquiera discernir a un anticristo tan obvio. ¿Dirían los falsos líderes tales cosas? ¿Desorientarían a las personas y se resistirían a Dios de manera tan consciente y abierta? (No). Aunque las cosas que dicen y hacen los falsos líderes puedan no parecer problemáticas, su trabajo carece de principios y no puede obtener resultados. Los falsos líderes no pueden resolver ninguno de los problemas de las personas, llevarlas por el camino correcto de la fe en Dios ni guiarlas ante Él. Todo lo que dicen es correcto, no han escatimado nada en su trabajo, tienen celo y pasión, y a simple vista parecen tener fe, determinación y estar dispuestos a soportar las dificultades y pagar el precio. Asimismo, parecen tener un aguante increíble y ser capaces de perseverar ante todo tipo de fatigas y dificultades. Es solo que su calibre y capacidad de comprensión son pobres, y carecen de una comprensión precisa de la verdad. ¿Qué hacen respecto a esta falta de capacidad de comprensión? Para resolver este problema se sirven de preceptos y doctrinas, además de teorías espirituales de las que hablan a menudo. Después de unos cuantos años de su liderazgo entre las personas surgen toda clase de doctrinas, preceptos y prácticas externas. La gente se atiene a estas doctrinas, preceptos y prácticas y creen que están practicando la verdad y entrando en la realidad-verdad, pero, de hecho, ¡siguen muy lejos de la realidad-verdad! Una vez que el corazón de la gente está lleno de estas cosas, dominado y guiado por ellas, la resolución se torna problemática. Cada una de ellas se debe diseccionar y analizar de manera individual, de modo que a la gente le sea posible comprenderlas. Luego se le debe decir a la gente cuál es la verdad y cuáles son las doctrinas, consignas y preceptos, y cuál es la comprensión correcta de la verdad, cuáles son los dichos precisos y los principios-verdad. Todos se han de resolver de manera individual; de lo contrario, a los que se comportan relativamente bien, siguen las normas y persiguen la espiritualidad los desorientarán y malograrán los falsos líderes. Puede que estas personas parezcan devotas, capaces de soportar las dificultades y pagar el precio, así como capaces de orar cuando les suceden cosas. Sin embargo, igual que ocurre con la gente religiosa, cuando Dios regresa, nadie lo reconoce, ninguno de ellos se da cuenta de que Dios está haciendo otra vez nueva obra, y todos se resisten a Él. ¿Por qué? Porque los falsos líderes y los anticristos los han desorientado; han perjudicado y malogrado a muchos creyentes sinceros en Dios.
Los falsos líderes solo profieren palabras y doctrinas; lo que hacen entender a las personas es solo doctrina y no es la verdad, y lo que les hacen ver es solo falsa espiritualidad. ¿Cuáles son las consecuencias de pronunciar palabras y doctrinas? La falsa espiritualidad, el falso entendimiento, el falso conocimiento, la falsa práctica y el falso cumplimiento; todo ello es falso. ¿Cómo surge esta “falsedad”? La causa son los falsos líderes que tienen una comprensión de la verdad distorsionada, unilateral y superficial, y fracasan por completo a la hora de comprender la esencia de la verdad. Los falsos líderes le ponen a la gente muchas reglas, palabras y doctrinas, además de algunas consignas y teorías. Esa gente no entiende para nada las verdaderas intenciones de Dios, y cuando se encuentran con diversas situaciones complejas, no sabe cómo lidiar con ellas ni abordarlas, ni tampoco captar las intenciones de Dios. ¿Pueden esos individuos presentarse ante Dios? ¿Pueden aceptar a Dios y cesar de resistirse a Él? No. Por tanto, para vosotros resulta fundamental y necesario resumir las herejías y falacias de los falsos líderes y lograr discernimiento de ellos. Al resumirlas, es esencial diferenciarlas de las falacias que usan los anticristos para desorientar a las personas. En cuanto a la segunda responsabilidad de los líderes y obreros, la de conocer los estados de cada tipo de persona y resolver diversas dificultades que afronten en su vida real en relación con su entrada en la vida, concluiremos aquí nuestra charla diseccionando las diversas prácticas de los falsos líderes y la esencia de los problemas que se producen con ellos.
Punto 3: Compartir los principios-verdad que se han de entender para ejecutar correctamente cada deber (I)
Los falsos líderes solo saben decir palabras y doctrinas para aconsejar a la gente
A continuación, vamos a compartir la tercera responsabilidad de los líderes y obreros, la de compartir los principios-verdad que se han de entender para ejecutar correctamente cada deber. Es una labor importante y fundamental de los líderes y obreros. Vamos a compartir y diseccionar las manifestaciones de los falsos líderes basándonos en esta responsabilidad. La capacidad de un líder u obrero para compartir con claridad los principios-verdad que la gente debe entender para hacer bien sus deberes es el mayor indicativo de que poseen la realidad-verdad, y es la clave para determinar si pueden hacer bien el trabajo real. Ahora vamos a echar un vistazo a cómo los falsos líderes se ocupan de su trabajo. Una característica de los falsos líderes es su incapacidad para explicar o aclarar en detalle cualquier cuestión relacionada con los principios-verdad. Si alguien recurre a ellos, solo pueden decirle palabras y doctrinas vacías. Al enfrentarse a problemas que deben resolverse, suelen responder con un enunciado como: “Todos sois expertos en cumplir este deber. Si tenéis problemas, deberíais desentrañarlos vosotros mismos. No me preguntéis a mí, yo no soy un experto ni entiendo. Resolvedlo por vuestra cuenta”. Algunos podrían replicar: “Te preguntamos porque no podemos solucionar el problema; no te preguntaríamos si pudiéramos. No entendemos este problema relacionado con los principios-verdad”. Los falsos líderes responden: “¿Acaso no os he explicado ya los principios? Cumplid bien vuestros propios deberes y no causéis trastornos ni perturbaciones. ¿Sobre qué seguís preguntando? ¡Tratad este asunto como mejor veáis! Las palabras de Dios ya se han expresado: priorizad los intereses de la casa de Dios”. Los otros se sienten completamente confundidos y piensan: “¡Esta no es una solución para el problema!”. Así es como los falsos líderes tratan el trabajo; se limitan a inspeccionarlo y a cubrir el expediente, sin abordar nunca los problemas. Al margen de las cuestiones que la gente plantea, los falsos líderes les dicen que busquen la verdad por su cuenta. A menudo les preguntan: “¿Tenéis algún problema? ¿Cómo va vuestra entrada en la vida? ¿Cumplís vuestros deberes de una manera superficial?”. La gente responde: “De vez en cuando, me encuentro en un estado superficial y, a través de la oración, lo resuelvo y cambio mi estado, pero sigo sin entender los principios-verdad de cumplir mi deber”. Los falsos líderes dicen: “¿Acaso no compartí contigo los principios concretos en la última reunión? Incluso te indiqué diversos pasajes de las palabras de Dios. ¿Acaso no deberías entenderlo a estas alturas?”. En realidad, entienden toda la doctrina, pero siguen siendo incapaces de resolver sus problemas. Los falsos líderes continúan soltando sus palabras altisonantes: “¿Por qué no puedes resolverlo? No has leído las palabras de Dios en suficiente detalle. Si oras más y lees más las palabras de Dios, se solucionarán todos tus problemas. Debéis aprender a debatir y a encontrar una manera entre todos y así se resolverán al fin vuestros problemas. Por lo que respecta a cuestiones profesionales, no me preguntéis a mí; mi responsabilidad es inspeccionar el trabajo. He completado mi tarea, y el resto está relacionado con temas profesionales, que no entiendo”. Los falsos líderes suelen aducir motivos y excusas como “no entiendo”, “nunca lo he aprendido” o “no soy un experto” para engatusar a la gente y evitar preguntas. Puede que parezcan bastante humildes; no obstante, esto pone al descubierto un asunto grave relacionado con los falsos líderes: carecen de entendimiento alguno sobre los problemas que tienen que ver con los conocimientos profesionales en ciertas tareas; se sienten impotentes y parecen sumamente torpes y cohibidos. ¿Qué hacen, entonces? Solo pueden reunir varios pasajes de las palabras de Dios para compartirlos con todo el mundo durante las reuniones y hablar sobre algunas doctrinas para exhortar a la gente. Puede que los líderes que sean un poco amables se preocupen por los demás y les pregunten de vez en cuando: “¿Te has enfrentado a alguna adversidad en tu vida en los últimos tiempos? ¿Tienes suficiente ropa para vestirte? ¿Alguno de vosotros se ha portado mal?”. Si todo el mundo dice que no tiene esos problemas, los falsos líderes responden: “Entonces, no pasa nada. Seguid con vuestro trabajo; tengo otros asuntos que atender”, y se marchan a toda prisa, temiendo que alguien pudiera hacer preguntas y les pidiera atenderlas, lo que los pondría en una situación embarazosa. Así es como trabajan los falsos líderes; no pueden resolver ningún problema real. ¿Cómo pueden llevar a cabo la obra de la iglesia de manera efectiva? Como resultado, la acumulación de problemas no resueltos acaba entorpeciendo la obra de la iglesia. Estas son una característica y una manifestación destacadas de cómo trabajan los falsos líderes.
En su trabajo, a los falsos líderes solo les entusiasma predicar, y de lo que más les gusta hablar es de palabras y doctrinas, así como pronunciar palabras para exhortar y consolar a las personas, pues piensan que, si logran que la gente se muestre enérgica y ocupada en el cumplimiento de su deber, eso equivale a que han hecho un buen trabajo. Además, a los falsos líderes les apasiona preocuparse por el estado de la vida diaria de todo el mundo. Preguntan a menudo a la gente si está teniendo alguna dificultad a ese respecto, y si alguien tiene problemas, se muestran dispuestos a ayudarlo a resolverlos. Se dedican mucho a estos asuntos generales, a veces postergan las comidas y a menudo se quedan despiertos hasta tarde y se levantan temprano. Dados su ajetreo y su arduo trabajo, ¿por qué los problemas en la obra de la iglesia y las dificultades que afronta el pueblo escogido de Dios al hacer sus deberes siguen sin resolverse? Esto es porque los falsos líderes nunca pueden explicar con claridad los principios-verdad relacionados con desempeñar deberes. Las palabras y doctrinas que pronuncian y las exhortaciones que hacen resultan completamente ineficaces y no pueden resolver para nada problemas reales. Por mucho que digan o por muy ocupados o agotados que estén, la obra de la iglesia nunca progresa. Aunque en apariencia todo el mundo parece estar haciendo su deber, no logran muchos resultados reales, porque los falsos líderes no son capaces de compartir los principios-verdad asociados con realizar deberes ni de usar la verdad para resolver problemas reales; por tanto, son incapaces de resolver muchos problemas que existen en el cumplimiento de los deberes. Por ejemplo, en la casa de Dios hacía falta imprimir libros de las palabras de Dios, y un líder tenía que elegir a dos personas para encargarse de esta tarea. ¿Cuáles son los criterios para seleccionarlas? Su humanidad debería ser relativamente buena, deberían ser confiables y capaces de asumir riesgos. Después de elegir a estas personas, este líder les dijo: “Hoy os he llamado para confiaros un asunto; la casa de Dios tiene un libro que se ha de imprimir y necesito que encontréis una imprenta y que, después de que se impriman las copias, las distribuyáis de inmediato y se las pongáis en las manos al pueblo escogido de Dios para que pueda comer y beber las palabras de Dios sin demora. ¿Estáis decididos a llevar a cabo esta tarea? ¿Estáis dispuestos a asumir esta carga y este riesgo?”. Los dos creyeron que esto suponía que Dios los estaba elevando, así que dijeron que sí. El líder luego les preguntó: “¿Tenéis la determinación de cumplir bien con la comisión de Dios? ¿Estáis dispuestos a hacer un juramento?”. Los dos hicieron un juramento diciendo: “Si no podemos cumplir bien la comisión de Dios y fastidiamos esta tarea y causamos que el trabajo de la casa de Dios sufra pérdidas, que nos caigan rayos y truenos del cielo. ¡Amén!”. El líder dijo: “Además, hemos de compartir la verdad. Al hacer este trabajo, ¿estáis dirigiendo un negocio? ¿Se os pide que trabajéis como empleados?”. Ambos respondieron: “No, este es nuestro deber”. El líder dijo: “Ya que este es vuestro deber, debéis corresponder al amor de Dios. No podéis disgustar a Dios ni hacer que se preocupe. Con estar dispuestos a asumir riesgos no es suficiente; debéis de hacer vuestro deber con lealtad. Cuando os topéis con problemas, orad más y consultad entre vosotros. No seáis tercos ni actuéis por cuenta propia. ¿Por qué os he emparejado? Para que podáis dialogar cuando surja alguna cuestión y os sea más fácil poner manos a la obra. Si no podéis llegar a un acuerdo, orad. Cada uno debería dejar de lado sus propias opiniones y actuar solo cuando hayáis alcanzado un consenso. ¡Espero que podáis completar esta tarea con éxito!”. Al final, este líder encontró un pasaje de las palabras de Dios sobre cómo hacer bien el propio deber y los tres lo oraron-leyeron varias veces. De esta forma, se consideró que se les había encomendado a ellos el asunto y la responsabilidad del líder se consideró cumplida. ¿Cómo fue la realización de este trabajo por parte del líder? El líder se sentía bastante satisfecho, al igual que estas dos personas. Los observadores comentaron: “Este líder sí que sabe hacer el trabajo; su discurso está bien organizado y tiene base, y lo hace todo paso a paso. Primero les asignó la tarea a esos dos, luego resolvió sus problemas relativos a los pensamientos y puntos de vista, y, al final, dijo algunas palabras severas que los condujeron a realizar un juramento y una promesa. En realidad, hizo esta tarea de manera metódica y merece de veras el título de líder, pues es experimentado y lleva una carga”. Al final, el líder les dijo: “Recordad esto: imprimir libros no es tarea fácil, no es algo de lo que se pueda encargar una persona normal. Este trabajo no os lo encomendé yo ni la casa de Dios, sino que es una comisión de Dios. No debéis decepcionarlo. Mientras completéis bien este trabajo, vuestra vida progresará y tendréis realidad”. En teoría, no existía ningún problema de principios en estas palabras; se podían considerar más o menos correctas. Así pues, vamos a analizar este asunto y ver en qué se manifiesta la “falsedad” de este falso líder. ¿Proporcionó el líder algunas instrucciones relativas a diversos problemas detallados, como los aspectos profesionales y técnicos relacionados con esta tarea? ¿Compartió algunos principios-verdad específicos o los estándares requeridos? (No). Simplemente pronunció algunas palabras vacías y sin sentido que la mayoría de la gente suele decir y carecen de peso. Como el líder hablaba en persona y daba instrucciones, la gente percibía que estas palabras tenían más peso de lo normal, pero en realidad, era un parloteo irrelevante y no tenía ninguna utilidad a la hora de resolver problemas reales relacionados con imprimir libros. ¿Cuáles son algunos de los problemas concretos que implica la impresión de libros? Deberíamos discutirlos y ver si el trabajo que hizo este líder fue propio de un falso líder.
Primero, imprimir libros implica una composición tipográfica y luego revisar el texto, darle formato al índice y al texto principal, así como elegir el peso, el color y la calidad del papel. Se tiene también en cuenta el material de la cubierta, si debería ser blanda o dura, además del diseño, el color, el patrón y la fuente de esta. Por último, la encuadernación, ya sea para usar la adhesiva o la cosida. Estos son los problemas asociados al ámbito de la impresión de libros. ¿Discutió el líder alguno de ellos? (No). Otra cuestión es la de buscar una imprenta, si la maquinaria que usan para imprimir y encuadernar está a la última, así como conocer la calidad y el precio de ambos procesos. ¿No debería haber aportado instrucciones para todas estas cosas, además de principios y límites? Si el líder hubiera dicho: “No entiendo de estas cosas, buscad una cualquiera”, ¿sería un líder útil? ¿Pueden las palabras irrelevantes que dijo sustituir a las diversas cuestiones detalladas que implica la impresión de libros? (No). Y sin embargo, este falso líder creía que era así. Pensaba: “Ya he compartido muchas verdades y les he dicho todos los principios. ¡Deberían entender estas cosas!”. Este “deberían” es la lógica y el método para resolver problemas de los falsos líderes. Al final, cuando se imprimieron los libros, como el papel era de tan poca calidad y tan fino, el texto se transparentaba por ambas caras, lo que hacía que para los mayores y los que tenían peor vista resultara extenuante y difícil leer los libros. También estaba el problema del último paso, el proceso de encuadernación; el hecho de que cumpla o no con el estándar afecta a la calidad general y a la durabilidad de un libro. Como el líder no dio instrucciones y aquellos que llevaron a cabo este deber carecían de principios y experiencia, y participaron en un irresponsable regateo, la imprenta hizo un trabajo mediocre y utilizó materiales de calidad inferior para cubrir gastos y, al final, cuando los libros se distribuyeron a los hermanos y hermanas, empezaron a desbaratarse a los dos meses. Tanto la cubierta como las hojas se soltaron y todo el trabajo de impresión fue para nada. ¿De quién era la responsabilidad? Si hubiera que echarle la culpa a alguien, la responsabilidad directa recaería sobre estos dos individuos a cargo de imprimir los libros, y la indirecta en el falso líder. El falso líder tenía incluso una excusa, decir: “No me puedes culpar de que haya ido mal este trabajo; ¡yo tampoco entiendo! Nunca he imprimido libros y no tengo una imprenta. ¿Cómo voy a saber de estas cosas?”. ¿Se sostiene esta excusa? Como líder, este trabajo recaía en el ámbito de sus responsabilidades. Al margen de que se tratara de un trabajo relacionado con una profesión, una habilidad, un tipo de conocimiento o la verdad, no hacía falta que lo entendiera todo al respecto, pero ¿hizo un esfuerzo por aprender sobre aquello que no sabía? ¿Cumplió bien sus responsabilidades de una manera seria y concienzuda? Hay quién podría decir: “Quiero cumplir bien mis responsabilidades, pero yo tampoco entiendo de esto. Por mucho afán que ponga en aprender, ¡no lo consigo!”. Esto significa que, como líder, no cumple con el estándar; es un falso líder de pies a cabeza. Los hermanos y hermanas se sentían un tanto resentidos debido a la pobre calidad de los libros, dijeron: “Aunque estos libros no nos cuestan dinero, ¡son de muy poca calidad! ¿Cómo hizo su trabajo este líder? ¿Cómo lo llevó a cabo?”. Cuando el líder oyó esto, respondió: “¿Me puedes culpar a mí de ello? No soy el dueño de la imprenta y no tengo la última palabra. Además, ¿no es esto ahorrarle dinero a la casa de Dios? ¿Está mal ahorrarle dinero a la casa de Dios?”. Las palabras del líder eran correctas, no estaban equivocadas; el líder no tenía necesidad de cargar con la responsabilidad legal. Sin embargo, había un problema, y era que se malgastó el dinero al imprimir los libros. Los libros distribuidos a los hermanos y hermanas empezaron a desbaratarse y a perder páginas a los dos meses. ¿Quién debería cargar con las consecuencias? ¿No era esto responsabilidad del líder? Esto ocurrió dentro del ámbito de su trabajo, durante el tiempo que ejerció como líder, así que, ¿acaso no debería responsabilizarse? Tenía que cargar con la culpa, ¡no podía negar su responsabilidad! Algunos podían incluso hablar de manera irracional, decir: “Nunca he hecho antes este trabajo. ¿No tengo derecho a cometer errores en un trabajo que no he hecho nunca?”. Según esta afirmación, no está cualificado para su trabajo y se le debería despedir. No es apto para ser líder, es un auténtico falso líder. Dice muchas palabras que suenan bien, pero no hace ningún trabajo real; esta es la manifestación más evidente de un falso líder.
Algunos falsos líderes son incapaces de desempeñar cada uno de los aspectos del trabajo real de manera adecuada y concreta, con los pies plantados firmemente en la tierra. Solo pueden manejar algunos asuntos generales y luego creen ser líderes acordes al estándar, que son asombrosos, y a menudo se jactan, dicen: “Tengo que preocuparme por todo en la iglesia y he de lidiar con todos los problemas. ¿Puede la iglesia valerse sin mí? Si no celebrara reuniones para vosotros, ¿no os desmoronaríais como una montaña de arena? Si no estuviera ojo avizor y ayudara a mantener el trabajo de producción de películas, ¿acaso no habría gente que lo perturbara constantemente? ¿Podría la producción de películas avanzar con fluidez? Aunque soy profano en el trabajo de los himnos, si no viniera a menudo a inspeccionar vuestro trabajo, a ayudaros a mantener las cosas bajo control y organizaros las reuniones, ¿podríais crear esos himnos? ¿Cuánto tiempo os llevaría averiguarlo todo?”. Puede que estas afirmaciones parezcan razonables y correctas, pero si lo observas de cerca, ¿cómo progresan los diversos aspectos de trabajo profesional supervisados por estos falsos líderes? ¿Pueden compartir claramente los principios-verdad? (No). Una vez, un equipo de producción de películas se interesó en la cuestión de los colores del vestuario. Hicieron varias tomas fijas, y los fondos y las personas que aparecían en las tomas eran diferentes, pero los colores del vestuario eran básicamente del mismo espectro cromático, todos eran grises y amarillos terrosos. Pregunté: “¿Qué sucede? ¿Por qué llevan esos colores?”. Dijeron que los habían elegido de manera intencionada, que los encontraron en un mercado tras un enorme y arduo esfuerzo. Dije: “¿Por qué elegisteis estos colores? ¿Os dio lo Alto instrucciones al respecto? ¿Acaso no os instruyó lo Alto a usar una variedad de colores y que esos colores fueran dignos y decentes? ¿Cómo se ha producido este resultado?”. Al final, después de indagar, algunos dijeron: “Otros colores no tienen un aspecto digno ni decente, no son como los que llevan los creyentes en Dios o los santos. Solo este espectro de color se parece más al que los creyentes deberían llevar. Por tanto, todo el mundo compartía el punto de vista de que llevar vestuario de esta clase de colores es lo que más gloria le da a Dios y mejor representa la imagen de la casa de Dios”. Yo declaré: “Nunca os he dicho que llevéis vestuario de esos colores. Hay muchos colores dignos y decentes. Pensad en lo precioso que es el arcoíris que colocó Dios como señal de Su alianza con la especie humana. Hay rojo, naranja, amarillo, verde, azul, añil, violeta; todos los colores están representados, excepto los que lleváis puestos. ¿Por qué elegisteis esos colores?”. ¿Hizo el líder el trabajo concreto de llevar a cabo comprobaciones respecto a estos asuntos? Me atrevo a decir que no lo hizo en absoluto. Si el líder poseyera pura comprensión y entendiera la verdad y los requerimientos de Dios, los miembros del equipo de producción de películas no hubieran elegido tales vestidos ni consultado a lo Alto respecto a ellos. El asunto del vestuario se podría haber resuelto a un nivel inferior, pero el falso líder era incapaz de abordarlo. En cambio, preguntó sin vergüenza sobre ello a lo Alto. ¿No se debería podar a una persona como esta? Este falso líder no podía resolver el más simple de los problemas, ¿para qué sirve pues? ¡Es un simple pedazo de basura! Se le pidió que diera gloria a Dios y testimonio de Él, pero acabó deshonrando a Dios. ¿No entiende tanto? ¿No es acaso capaz de articular un caudal de conocimiento y doctrinas? Entonces, ¿por qué resultaron ineficaces todas estas doctrinas y todo este conocimiento en tal situación? ¿Cómo pudo incluso fracasar a la hora de resolver y llevar a cabo comprobaciones relativas a la cuestión del vestuario? ¿Ha tenido el efecto que debería como líder? ¿Ha cumplido bien las responsabilidades que le corresponden como líder? Esta es una manifestación de un falso líder. En cualquier tarea específica, los falsos líderes carecen de entendimiento de los principios. Son incapaces de aportar una corrección y una resolución puntuales ante cualquier problema relativo a la comprensión distorsionada de la verdad, y de capacitar a las personas para encontrar la dirección y la senda a través de esto. Los falsos líderes solo pronuncian palabras y doctrinas y gritan consignas, son incapaces de hacer ningún trabajo concreto.
Los falsos líderes no hacen trabajo real ni se ocupan del trabajo que les corresponde
Algunos falsos líderes son incapaces de hacer ningún trabajo concreto, pero se ocupan de algunos asuntos generales insignificantes y creen que eso equivale a hacer un trabajo concreto, que entra dentro del ámbito de sus responsabilidades. Además, se encargan de estos asuntos de una manera muy seria y de veras les dedican mucho esfuerzo, los llevan a cabo con mucha pompa. Por ejemplo, hubo un individuo en la iglesia que había trabajado antes como chef de repostería. Un día decidió, movido por la bondad de su corazón, que tenía que hornearme unos pasteles, y se dispuso a prepararlos sin informarme al respecto. Les preguntó a sus líderes si estaba permitido, a lo que ellos respondieron: “Adelante. Si están buenos, se los ofreceremos a Dios. Si no, nos los podemos comer todos”. Había obtenido la autorización de los líderes, lo que hizo que su trabajo fuera legítimo y adecuado, así que reunió enseguida los ingredientes y preparó una tanda, y dijo: “No sé si estarán buenos, si podrán satisfacer a Dios o ser de Su gusto”. Los líderes respondieron: “Está bien. Sacrificaremos un poco de nuestro tiempo y nuestra salud y asumiremos un pequeño riesgo por Dios. Nosotros los probaremos primero y los examinaremos en nombre de Dios. Si no están buenos y le pedimos a Dios que se los coma, se molestará con nosotros y lo decepcionaremos. Por tanto, como líderes, tenemos la responsabilidad y obligación de llevar a cabo controles respecto a este asunto. Esto es hacer un trabajo concreto”. En consecuencia, cada jefe de grupo que tenía un poco de “sentido de la responsabilidad” probó los pasteles. Tras probarlos, hicieron una crítica: “El horno estaba demasiado caliente para este lote, la temperatura era demasiado alta y es probable que causen ardores; además, están un poco amargos. ¡Eso no es bueno! ¡Hemos de tener una actitud responsable y hornear otra tanda y volverlos a probar!”. Después de probar esta tanda, dijeron: “Está más o menos bien. Saben a mantequilla, a huevo y también a sésamo. ¡Sin duda son dignos de un chef de repostería! Como hay tantos y Dios no se los va a poder terminar todos Él solo, pongamos 10 o 20 en un tarro pequeño y se los ofreceremos como muestra para que los pruebe. Si le gustan, podemos seguir haciéndolos en lotes más grandes”. Me dieron un tarro y probé dos pasteles. Como novedad, me parecieron pasables, si bien no eran apropiados para ser un plato principal, así que dejé de comerlos. Hubo quien pensó que eran caseros, que un miembro de la casa de Dios los había preparado, que estaban llenos de amor, lealtad y temor, y portaban mucho significado, aunque su sabor solo era aceptable. Más adelante devolví el tarro con los pasteles. No me interesan esas cosas y no me apetecen. Además, si se me antoja un pastel, me lo puedo comprar sin gastar mucho dinero en el mercado, donde los hay de distintos sabores y de diferentes países. Después les dije: “Agradezco el gesto, pero no me hagáis más, por favor. No me los voy a comer y, si quiero alguno, ya me lo compraré Yo. Si me apetecieran, hazlos cuando te lo pida y ya está; si no te digo nada, no hace falta que los vuelvas a preparar”. ¿Verdad que era bastante fácil de entender? Si eran bien educados y obedientes, recordarían Mis palabras y se abstendrían de volverlos a hacer. Cuando habla Dios, sí significa sí, no significa no, y “no hagas más” significa “no hagas más”. Sin embargo, pasado algún tiempo, me mandaron otros dos tarros con pasteles. Les dije: “¿Acaso no os pedí que no hicierais más?”. Respondieron: “Estos son diferentes a los de aquella vez”. Respondí: “Aunque sean diferentes, siguen siendo pasteles. No hace falta para nada hacer pasteles. No lo digo por educación; si quiero pasteles, os lo haré saber. ¿Entiendes el lenguaje humano? No los vuelvas a hacer”. ¿Se comprenden estas palabras? (Sí). Sin embargo, ¿por qué la persona que hace los pasteles parece que siempre se olvidaba? Si sus líderes pudieran tenerlo bajo control, sin cooperar activamente con él ni alentarlo a hacer esto, y pudieran controlarlo con prontitud, ¿se seguiría atreviendo el repostero a hacer pasteles? Cuando menos, no lo haría con tanto atrevimiento ni tan pocos escrúpulos. Por tanto, ¿qué efecto tenían estos líderes en esta situación? Se encargaban de cada pequeño detalle, metían las narices en todo y se ocupaban de hacer controles en Mi nombre. Eran tan “amorosos” que no hay palabras para describirlo. ¿Es este el trabajo que deberían estar haciendo? No había instrucciones para esto en los principios de la obra de la casa de Dios, y no les confié esta tarea; la gente la inició, Yo no lo pedí. Por tanto, ¿por qué estos líderes llevaban a cabo esta tarea de manera tan proactiva? Esta es una manifestación de los falsos líderes: no se ocupan del trabajo que les corresponde. Había muchas tareas en la iglesia que ellos debían seguir, inspeccionar e impulsar, y muchos problemas reales que tenían que resolver compartiendo la verdad, pero no hicieron nada de ese trabajo. En su lugar, estaban lo bastante ociosos como para probar pasteles en Mi nombre en la cocina. Fueron muy serios con este asunto y le dedicaron mucho esfuerzo. ¿No es esto lo que hacen los falsos líderes? ¿No es ya bastante repugnante? Nunca hubiera esperado que, pasado un tiempo, este asunto resurgiera. El repostero quiso volver a preparar pasteles para Mí. Le dije expresamente a un líder: “Ve a resolver esto. Has de explicárselo con claridad. ¡Si lo vuelve a hacer, te haré a ti responsable!”. Con tanto trabajo que hacer en la iglesia, cualquier tarea los mantendría ocupados un tiempo. ¿Por qué estaban tan ociosos? ¿Habían venido aquí a engordar o a estar de cháchara? Este no es lugar para esas cosas. Después de eso, ya no hubo más noticias sobre este asunto. Desde que le di instrucciones, el líder no aportó ningún informe. En cualquier caso, nadie me volvió a mandar esos pequeños pasteles, lo cual fue un alivio. A juzgar por este incidente, ¿podemos decir que estos líderes no se encargaban del trabajo que les correspondía? (Sí). No es que este asunto sea tan grave, los hay mucho peores.
A menudo visito algunas iglesias para echar un vistazo, conocer a los líderes, dar instrucciones para algún trabajo y resolver algunos asuntos. A veces tengo que almorzar en estas iglesias, lo que plantea la cuestión de quién va a preparar la comida. Los líderes fueron tan responsables que eligieron a alguien que aseguraba ser chef. Dije: “No es importante que sea chef, la cuestión es que Yo prefiero la comida sencilla. Me gusta percibir el sabor original de los ingredientes. La comida no debería ser demasiado salada, aceitosa ni excitante. En invierno, necesito comer algo caliente. Además, la comida se debe cocinar a conciencia, que no esté cruda, y que sea fácil de digerir”. ¿Acaso no comuniqué estos principios con claridad? ¿Eran fáciles de cumplir? Eran fáciles de recordar y sencillos de hacer. Un ama de casa que hubiera cocinado entre tres y cinco años podría captar estos principios y lograrlos. Por tanto, no había necesidad de insistir en buscar a un chef para que me hiciera la comida; con alguien que pudiera preparar algo casero sería suficiente. Sin embargo, estos líderes eran tan “amorosos” que cuando me hospedaron insistieron en buscar a un “chef” para preparar la comida. Antes de que el chef cocinara oficialmente para Mí, los líderes tuvieron que hacer comprobaciones. ¿Cómo las hicieron? Instaron al chef a preparar albóndigas y un plato de fideos en salsa, así como algunos salteados. Todos los líderes y jefes de varios grupos probaron los platos y les parecieron bastante buenos. Al final, le pidieron al chef que se encargara de cocinar para Mí. Al margen de los resultados de las pruebas de los líderes y de la naturaleza de las implicaciones de este asunto, hablemos primero de la comida que preparó el chef. La primera vez que fui, el chef hizo algunos platos salteados y todo el mundo quedó bastante satisfecho. La segunda vez, el chef hizo un lote de albóndigas. Después de comerme la primera, noté que algo iba mal; estaba un poco picante. Otros a Mi alrededor también dijeron que las albóndigas estaban un poco picantes, y que se les empezaba a hinchar la lengua. Sin embargo, ya que se trataba del único plato principal, tuve que acabármelas incluso estando picantes. No se veía chile en el relleno, así que Yo ignoraba la causa de que estuvieran picantes y me terminé el plato. La consecuencia fue que Mi cuerpo esa noche empezó a sufrir una reacción alérgica. Me empezó a picar todo el cuerpo y me tenía que rascar sin parar; me rasqué hasta sangrar antes de empezar a sentirme mejor. Me picó durante tres días hasta que la sensación de picor remitió poco a poco. Después de esta reacción alérgica, me di cuenta de que, sin duda, se había añadido pimienta a las albóndigas, de lo contrario, no hubieran estado tan picantes. Yo les había dicho que no incluyeran ingredientes picantes como la pimienta, dado que no podía tolerarlos. Sin embargo, para satisfacer sus propios gustos, añadieron una cantidad considerable que excedía los límites normales; comer esas albóndigas provocaba sensación de ardor. El chef no sabía siquiera acertar con las proporciones en su cocina, añadió tanta pimienta como para provocarle a alguien una reacción alérgica. Más tarde le dije: “No vuelvas a añadir esos ingredientes picantes. No los tolero. Si de veras tienes algo de humanidad, no vuelvas a hacer eso. Si cocinas para ti mismo, no me voy a meter en lo que comes. No obstante, si cocinas para Mí, no añadas nada de eso. Sigue los criterios que Yo requiero”. ¿Sería capaz de hacerlo? ¿No deberían los líderes haberse ocupado de este trabajo? Por desgracia, nadie le dio importancia ni hizo el trabajo que le correspondía. En una ocasión, cuando el chef estaba a punto de volver a cocinar, tomó un poco de pimienta para añadírsela al plato y alguien cercano lo vio y se lo impidió. Bajo su estricta supervisión, no tuvo oportunidad de añadirla. Los líderes no podían resolver un problema tan pequeño, ¿qué podían hacer entonces? Cuando el chef estaba cocinando, se mostraron bastante proactivos respecto a probar la comida. Algunos acudieron para catarla. Se trataba de comida casera normal, ¿qué había que probar? ¿Acaso son todos unos expertos culinarios? ¿Empezaron a entender de todo al convertirse en líderes? ¿Entendían los principios de la salud? ¿La casa de Dios dispuso que hicieran esto? ¿Cuándo les encomendé o les encargué que probaran comida en Mi nombre? Están muy faltos de razón, ¡no tienen ninguna vergüenza! Alguien con un poco de vergüenza no haría algo tan flagrante, tan asqueroso, tan irracional. Demuestra que estos individuos no tienen vergüenza en absoluto, ¡probaron la comida por Mí! No siguieron ni cumplieron ninguno de los principios que les comuniqué. Pedían al chef que cocinara lo que les sabía bien y resultaba apropiado para su paladar. ¿Eso es cocinar para Mí? ¿No es cocinar para ellos mismos? ¿Así actuaban como líderes? Se servían de cualquier oportunidad para aprovechar las lagunas y sacar ventaja y encima trataban de caerme en gracia. Si querían hacer eso, ¡no deberían haberme hecho daño! ¿No es esto carecer de virtudes? ¿Acaso no es albergar intenciones inadecuadas? Son unos sinvergüenzas y albergan intenciones inadecuadas y, sin embargo, ¡siguen pensando que son muy leales! ¿Era alguna de estas cosas lo que se supone que en realidad les correspondía hacer a los líderes? (No). Nada de lo que hacían seguía ningún estándar. No sabían siquiera qué comida es saludable y cuál no; sin embargo, ¡pensaban que podían venir aquí a desempeñar el papel de expertos en salud y comida para Mí! ¿Quién estipuló que debían hacer controles relativos a lo que me cocinaban? ¿Tiene la iglesia esta estipulación? ¿Hizo la casa de Dios este arreglo? Aparecieron muchas lagunas en varios aspectos del trabajo de la iglesia, mucha gente tenía malentendidos sobre Dios y no entendía la verdad en absoluto; sin embargo, estos líderes no abordaron tales cosas. En su lugar, dedicaron sus esfuerzos a un campo tan pequeño como es la cocina, cumpliendo su “responsabilidad”. ¡Son falsos líderes de la cabeza a los pies, unos hipócritas! Esta gente se hallaba justo delante de Mí comprobando cosas, ¿qué era lo que entendían? ¿Acaso me consultaron? ¿Manifestaban su propia idea o la Mía? Si estuvieran expresando Mi idea y Yo les hubiera pedido que la transmitieran, lo que estaban haciendo sería correcto. Sería su responsabilidad. Si expresaban su propia idea y no la Mía, e insistían en obligar a otros a escucharla y aceptarla, ¿cuál es la naturaleza de su acción? ¿Creéis que me ofendió? Yo estaba allí mismo y no gastaron ni una palabra en preguntarme qué comía o cuáles eran Mis requisitos. Se limitaron a tomar decisiones sin Mi aprobación, y dieron órdenes arbitrarias a Mis espaldas. ¿Trataban de representarme? Son falsos líderes descontrolados que hacen cosas malas, fingen que son espirituales y que consideran la carga de Dios y que entienden la verdad, y lo único que hacen son cosas hipócritas. ¿Acaso no es esto ya excesivo? ¿No es ya repugnante y detestable? (Sí). ¿Habéis obtenido algo de entendimiento? ¿Habéis aprendido alguna lección de esto? Cada uno de estos asuntos es más repugnante que el anterior, y hay otro que lo es incluso más.
Este invierno, una persona de buen corazón me compró un “precioso” abrigo de plumón de ganso. La belleza no estaba en el color o el estilo del abrigo, sino en su alto precio y gran calidad; era un objeto valioso. Hay un dicho entre los no creyentes: “Una pluma de ganso enviada desde mil millas de distancia: el regalo puede ser pequeño, pero el sentimiento es profundo”. No es solo que este abrigo viniera cargado de sentimientos, sino que era bastante caro. Antes de ver el abrigo, ya había oído que era bonito y rojo, con un bello diseño y un tacto consistente. Yo me había enterado de esto, así que era indudable que algunas personas ya habían visto la prenda en cuestión; es decir, ya la habían visto bastantes, habían tomado medidas aproximadas y la habían examinado con detenimiento, al tiempo que decían cosas como: “Conozco esta marca”, “¡El color es agradable, es bastante bonito!” “Después de verlo, tráemelo para que lo vea yo”, y la noticia se había extendido como si nada. No sé cuánto tardó en llegar a Mis oídos ni cuánto tardé en tener alguna noticia del tema. ¿Observáis cuál es aquí el problema? Sin que Yo hubiera visto el abrigo, ya lo habían visto muchas personas, se lo habían pasado y lo habían exhibido. ¿No es esto un problema? ¿Puede la gente mirar, tocar y exhibir Mis pertenencias como si nada? (No). ¿Puede cualquiera mirar y tocar las pertenencias de alguien con esa despreocupación? (Nadie querría que esto ocurriera ni tampoco nadie debería hacerlo). Entonces, ¿acaso Mis pertenencias no deberían estar incluso más vedadas? Hay quien dice: “¿Por qué deberían estar vedadas? Eres una figura pública. ¿Acaso las vidas privadas de los famosos y las estrellas no están siempre al descubierto? Cuando practican algún deporte, cuando se aplican tratamientos de belleza, con quién se relacionan, qué marcas visten, ¿acaso no salen a la luz todas estas cosas? ¿Por qué Tu caso es distinto?”. ¿Soy una celebridad? No, y esa gente no son Mis fans. ¿Quiénes son? Son personas corrientes, seres creados y humanos corruptos. ¿Quién soy Yo? (Dios). No soy una figura pública, no estoy obligado a sacarlo todo a la luz ante las personas, a informarlas ni a permitir que lo sepan todo. Por tanto, ¿por qué tocaban algo que me pertenecía? ¿No es repugnante hacer esto? ¿Les encargué que miraran y controlaran esta prenda de Mi propiedad? No. Sin embargo, algunas personas se atrevieron a tomarla y mirarla de manera casual y descarada, e incluso se la pasaron unos a otros. ¿Quién le dio a esta gente el derecho a pasársela? ¿Era su obligación? Si no creyeran en Dios, no seríamos más que extraños el uno para el otro. Sé quiénes son porque creen en Dios, pero no sé cómo es su familia, su vida diaria o su situación económica, y no me importa. ¿Tenemos una relación estrecha? No soy un amigo cercano, un colega ni un camarada. No somos familiares y no hemos llegado al punto en el que todo lo que es Mío debería estar abierto a su examen. ¿Me dejaría esta gente hurgar entre todas sus pertenencias y exhibirlas para que todo el mundo las viera y las tocara? Incluso cuando la gente trae algo a casa del mercado, ¡se ha de lavar varias veces para desinfectarlo! ¿No son repugnantes las cosas que la gente ha tocado despreocupadamente? ¿Acaso estas personas no han dejado de considerarse extraños? ¿Quién les encargó que inspeccionaran Mi abrigo? ¿Confiaba Yo en ellos? ¿Se lavaron las manos antes de tocar Mi abrigo con tal imprudencia? ¿Cómo no me van a dar asco? ¿Tienen esto claro? ¿Por qué son tan sinvergüenzas? ¡Están tan faltos de razón! Han creído en Dios durante varios años y han oído muchos sermones; ¿cómo es que ni siquiera tienen un poco de razón? Abrir las ofrendas que pertenecen a Dios a la ligera, tocar como si nada Su ropa, cosas que le pertenecen… ¿Qué clase de problema es este? Cuando veo que se ha abierto el envoltorio de estos objetos y se ha tirado, ¿cómo no me voy a enfadar? Me repugnan estas cosas y detesto a esas personas. ¡No quiero volver a verlas y desde luego no quiero relacionarme con estas personas que son peores que los cerdos y los perros! Recuerda, toda persona tiene su dignidad y Yo incluso más. No toques las cosas que me pertenecen, ¡de lo contrario, te detestaré y te aborreceré!
A simple vista, puede que los falsos líderes no cometan grandes maldades ni sean unos auténticos villanos traicioneros. Sin embargo, lo más detestable respecto a ellos es que ven que hay trabajo real que hacer, pero no lo hacen. Saben muy bien que no pueden resolver problemas, pero no buscan la verdad; ven a personas malvadas causar perturbaciones, pero no lidian con ellas, y en vez de eso solo se encargan de los asuntos externos generales. Vigilan de cerca y controlan con rigor cuestiones secundarias y asuntos triviales, pero no hacen ningún trabajo relacionado con la entrada en la vida del pueblo escogido de Dios ni les importan diversos temas que van en contra de los principios-verdad. En cambio, solo hacen trabajo que no está relacionado con la verdad. Son falsos líderes de la cabeza a los pies. Ignoran por completo los principios-verdad relativos a los diversos aspectos del trabajo de la iglesia. Al compararlos con los principios y estándares de los líderes y obreros, los falsos líderes son necios e idiotas. Por muy serios que sean los problemas que surgen en la obra de la iglesia, los falsos líderes no pueden verlos ni resolverlos, aunque sucedan delante de sus narices, y es lo Alto quien ha de acudir a resolverlos. ¿Acaso no son falsos líderes? (Sí). Sin duda, son falsos líderes. Por ejemplo, en el trabajo relacionado con textos de la iglesia, los libros que se deben revisar y los que se deben traducir son tareas fundamentales para la iglesia. ¿Hay principios respecto a cómo revisar y traducir libros? Por supuesto, este trabajo cuenta con principios, está muy basado en ellos, y necesita de verdad que se comparta y guíe de manera específica; sin embargo, los falsos líderes no pueden hacer este trabajo. Cuando ven a los hermanos y hermanas ocupados con sus deberes, dicen con artificiosidad: “El trabajo relacionado con textos y la traducción son especialmente importantes. Deberíais poner empeño en hacer bien estos trabajos, y yo resolveré cualquier problema que tengáis”. Cuando alguien plantea un problema de verdad, estos falsos líderes dicen: “No entiendo este asunto. Soy profano en el tema de traducir lenguas extranjeras. Ora a Dios y solicita de Él”. Cuando alguien plantea otro problema y pregunta: “No logramos encontrar a una persona adecuada para traducir algunos idiomas, ¿qué debemos hacer al respecto?”, los falsos líderes responden: “Soy profano en esta materia. Ocupaos vosotros”. ¿Se resuelve el problema al decir esto? Se buscan una excusa y ocultan el hecho de que no están haciendo su trabajo, y dicen: “Soy profano, no entiendo esta profesión”, y eluden así el problema que se supone que han de resolver. Así es como trabajan los falsos líderes. Cuando alguien plantea una pregunta, los falsos líderes dicen: “Orad a Dios y solicitad de Él; no entiendo de esta profesión, pero vosotros sí”. Esto puede parecer humilde, ya que están admitiendo que son incapaces y no entienden de la profesión, pero en realidad es que no pueden desempeñar el trabajo de un líder en absoluto. Por supuesto, ser un líder no significa necesariamente que se deba entender todo tipo de profesiones, pero se debería compartir con claridad los principios-verdad necesarios para resolver problemas, al margen del tipo de profesión con el que estén relacionados estos. Mientras la gente entienda los principios-verdad, los problemas se pueden resolver en consecuencia. Los falsos líderes dicen: “Soy un profano en esta materia; no entiendo esta profesión” como un motivo para evitar compartir los principios-verdad para solucionar problemas. Esto no es hacer un trabajo real. Si los falsos líderes siempre dicen: “Soy un profano en esta materia; no entiendo esta profesión” como un motivo para evitar resolver problemas, no son aptos para el trabajo de líder. Lo mejor que deberían hacer es dimitir y dejar que alguien más ocupe su puesto. Pero ¿tienen los falsos líderes este tipo de razón? ¿Serán capaces de dimitir? No. Incluso piensan: “¿Por qué dicen que no hago ningún trabajo? Celebro reuniones cada día y estoy tan ocupado que ni siquiera puedo comer a su hora y duermo menos. ¿Quién dice que no se resuelven los problemas? Celebro reuniones, comparto con los asistentes y encuentro pasajes de las palabras de Dios para ellos”. Supongamos que les preguntas: “Alguien dijo que no encontraban traductores adecuados para algunos idiomas. ¿Cómo resolviste este problema concreto?”. Dirán: “Le dije que no entiendo de esa profesión y lo convencí para discutirlo y resolverlo por su cuenta”. Luego le preguntas: “Este problema está relacionado con gastar ofrendas y con el progreso de la obra de la iglesia. No puede tomar decisiones por su cuenta, necesita que tú lleves la voz cantante y encuentres los principios-verdad para resolverlo. ¿Has hecho eso?”. Replicará: “¿Cómo no iba a hacerlo? No he demorado ningún trabajo. Si no hay nadie para traducir ese idioma, ¡entonces que traduzcan de otro idioma y ya está!”. Ya ves, los falsos líderes no pueden hacer un trabajo real y aun así siguen poniendo un montón de excusas. ¡Son realmente desvergonzados y repugnantes! Su calibre es tan deficiente que no entienden ninguna profesión ni comprenden los principios-verdad involucrados en cada punto del trabajo profesional; ¿de qué sirve tenerlos como líderes? ¡Son simplemente estúpidos e inútiles! Dado que no pueden hacer ningún trabajo real, ¿por qué siguen sirviendo como líderes de iglesia? Están desprovistos de razón. Puesto que carecen de conciencia de sí mismos, deberían escuchar los comentarios del pueblo escogido de Dios y evaluar si cumplen los estándares de ser un líder. Y, aun así, los falsos líderes nunca tienen en cuenta estas cosas. Por mucha obra de la iglesia que se haya retrasado, y por mucha pérdida que se haya causado en la entrada en la vida del pueblo escogido de Dios durante los muchos años que hayan servido como líderes, a ellos no les importa. Este es el semblante feo de los falsos líderes redomados.
Pensad en cómo se ocupan de su trabajo los líderes y obreros, ¿coincide con lo que os acabo de contar? ¿Hay alguno que no haga trabajo real? ¿Y puedes discernir si son falsos líderes? Si disciernes que son falsos líderes, a partir de hoy no deberías tratarlos como a líderes, sino como a cualquier otra persona. Este es el principio de práctica acertado. Algunos se podrían preguntar: “¿Significa esto discriminarlos, menospreciarlos o excluirlos por ser falsos líderes?”. No. No pueden hacer trabajo real y solo pueden decir algunas palabras y doctrinas y algunas palabras vacías para tergiversar y engatusarte. Esto te da a entender un hecho, el de que no son tus líderes. No hace falta que les pidas instrucciones para cualquier problema o dificultad que te encuentres en tu trabajo. Si es necesario, podéis saltároslos e informar a lo Alto de vuestro problema y consultarle cómo lidiar con él y resolverlo. Os he enseñado a todos la senda de práctica, pero vuestro modo de actuar depende de vosotros. Nunca dije que Dios predestinara a todos los líderes, que debas escucharlos y obedecerlos, y que debas escucharlos incluso si disciernes que son falsos líderes. Nunca te he dicho eso. Lo que ahora comparto es cómo discernir a los falsos líderes. Cuando disciernes que alguien es un falso líder, puedes aceptar y obedecer lo que dice si es correcto y se ajusta a la verdad. Sin embargo, si no puede resolver un problema y tergiversa y te engatusa, con lo cual afecta al progreso del trabajo, entonces no tienes que aceptar su liderazgo. Si podéis captar los principios, deberíais obrar conforme a ellos. Si no podéis comprenderlos, tenéis dudas o no estáis seguros de los principios, entonces deberíais buscar la verdad y discutir entre vosotros para lidiar con el problema. Si todavía no podéis tomar una decisión tras discutirlo, denunciad el problema a lo Alto y consultadle al respecto. Todas estas son buenas maneras de abordar los problemas; no hay dificultades que no se puedan resolver.
Concluyamos aquí nuestra charla de hoy. ¡Adiós!
16 de enero de 2021