Las responsabilidades de los líderes y obreros (29)

Punto 15: Proteger a todo el personal de tareas importantes de la interferencia del mundo exterior y mantenerlo a salvo para garantizar que los diversos aspectos importantes del trabajo puedan avanzar de forma ordenada

¿Dónde nos quedamos la vez anterior al compartir el tema de las responsabilidades de los líderes y obreros? (La última vez hablamos sobre todo de las últimas tres manifestaciones de la decimocuarta responsabilidad de los líderes y obreros relativa a discernir a los diversos tipos de personas según su humanidad. Estas tres manifestaciones son: ser cobarde y suspicaz, ser propenso a buscarse problemas y tener un trasfondo complicado). En la ocasión anterior, terminamos de compartir los tres últimos temas de la decimocuarta responsabilidad de los líderes y obreros, así que hoy vamos a hablar sobre la decimoquinta responsabilidad. ¿Cuál es? (“Punto 15: Proteger a todo el personal de tareas importantes de la interferencia del mundo exterior y mantenerlo a salvo para garantizar que los diversos aspectos importantes del trabajo puedan avanzar de forma ordenada”). “Proteger a todo el personal de tareas importantes de la interferencia del mundo exterior y mantenerlo a salvo”. Esta responsabilidad implica otro aspecto de las responsabilidades de los líderes y obreros; es además un aspecto específico del trabajo que los líderes y obreros deben llevar a cabo bien. ¿A qué se refiere este aspecto del trabajo? (Se refiere a mantener a salvo al pueblo escogido de Dios). Está relacionado con problemas de seguridad personal. ¿Acaso este tema no se encuentra a menudo presente en el trabajo de la iglesia? ¿No estáis familiarizados con este tema? (Sí). No les resulta ajeno a los hermanos y hermanas chinos, ya que en el entorno social de China se persigue y arresta a los creyentes, así que necesitan garantías de seguridad al hacer su deber y en todos los aspectos de la vida. Por tanto, este trabajo recae en el ámbito de las responsabilidades de los líderes y obreros; no es algo opcional. Con independencia de si un país tiene libertad religiosa, asentar de manera adecuada al personal que hace diversos deberes importantes es un aspecto específico del trabajo que los líderes y obreros deben emprender. El enfoque o los requerimientos específicos de este trabajo pueden diferir, pero todo concierne básicamente a si los hermanos y hermanas pueden hacer sus deberes a salvo y con seguridad, y a si se pueden garantizar los resultados de sus deberes. Por tanto, no descuides este trabajo ni lo consideres irrelevante para ti porque vivas en un país democrático. Al margen del sistema de gobierno del país en el que vivas o de si allí se persigue a los creyentes, este trabajo recae en el ámbito de las responsabilidades de los líderes y obreros; es trabajo que los líderes y obreros deben llevar a cabo; nadie está exento, y no se debería considerar un trabajo “adicional”. Entonces, hoy vamos a compartir todos los diversos problemas relacionados con este tema.

Quiénes integran el personal de tareas importantes

Primero, vamos a fijarnos en qué se quiere decir con “todo el personal de tareas importantes” mencionado en la decimoquinta responsabilidad. ¿No es este un tema sobre el que deberíamos compartir? (Sí). Por tanto, ¿a qué se refiere “todo el personal de tareas importantes”? Establezcamos primero el alcance de las personas a las que va dirigido este trabajo. ¿Quién puede hablar de esto? (En todo el personal de tareas importantes se incluye a los hermanos y hermanas en los equipos de vídeo, de producción de películas, de corrección de textos y de himnos, y a aquellos que hacen otros deberes importantes. Asimismo, se incluye a algunos hermanos y hermanas que desempeñan papeles clave en diversos aspectos importantes del trabajo, además de a los supervisores de cada equipo). ¿Quién más quiere añadir algo sobre esto? (También incluye a los líderes y obreros). Desde luego, los líderes y obreros deben estar bien protegidos. ¿Quién más? (También hay personal importante que maneja asuntos generales, como el personal financiero). (Y los hermanos y hermanas que, por creer en Dios y hacer deberes, están buscados o fichados por la policía y también necesitan protección). Esta es otra categoría y es un grupo especial. Resumamos cuántas categorías hay. La primera categoría incluye a los líderes y obreros. La segunda categoría consta de personal que es indispensable para los diversos aspectos de la obra de la casa de Dios, en especial los líderes de equipo y los supervisores de diversos aspectos del trabajo y el personal que cuenta con buen calibre, entendimiento espiritual y la habilidad de captar principios y asumir trabajo importante de manera independiente. Hay muchos tipos de personal que manejan diversos aspectos del trabajo, como el trabajo relacionado con textos, el de himnos, el de producción de películas y demás, así como aquellos que predican el evangelio, dan testimonio o sirven como directores del evangelio, entre otros. Asimismo, esto incluye al personal que maneja el trabajo de finanzas, custodia y asuntos externos. Estos individuos desempeñan un papel secundario en el trabajo de la iglesia y son indispensables; están todos incluidos como parte del personal que maneja diversos aspectos del trabajo. Esta es la segunda categoría importante. La tercera categoría importante incluye a aquellos que participan en el trabajo peligroso de la iglesia. En particular, en países con regímenes autoritarios donde no hay libertad religiosa, hay algunos aspectos del trabajo extremadamente peligrosos, como imprimir libros, transportarlos, custodiar los activos de la iglesia, así como acoger y asentar al personal que hace deberes importantes. ¿Quién más está incluido? (Existe además algo de personal de asuntos generales que transmite información al exterior; los deberes que hacen son también relativamente peligrosos). Se considera también que estos individuos se dedican a un trabajo peligroso. Sin embargo, no cabe duda de que no desempeñan este trabajo de manera ocasional; en cambio, se especializan en llevar a cabo estas tareas importantes y peligrosas, como las de trasmitir información, distribuir arreglos del trabajo, distribuir todos los vídeos, películas o grabaciones de sermones de la casa de Dios y demás. En los países autoritarios sin libertad religiosa, los líderes y obreros deben tener claro quién del pueblo escogido de Dios está haciendo deberes importantes y llevando a cabo trabajo peligroso. En resumen, estos individuos pertenecen además a una categoría de personal de tareas importantes, y los líderes y obreros deben concederle una consideración especial a su seguridad; no puede pasarse por alto. Esta es la tercera categoría. La cuarta es otro grupo indispensable para el trabajo de la iglesia. Estos individuos poseen habilidades y dones especiales, como que se les da bien predicar el evangelio, dar sermones, regar a la iglesia o responsabilizarse de organizar aspectos particulares del trabajo. Estos individuos pueden ser líderes y obreros, supervisores de diversos aspectos del trabajo o personas que participan en una tarea peligrosa. Sin ellos, habría un vacío en las tareas importantes de las que se ocupan y nadie más podría desempeñar su papel. Por tanto, estos individuos deberían estar protegidos, y su seguridad debería estar asegurada. Esta es una categoría de personas. Otra categoría es la de aquellos que son buscados o están fichados por la policía de países donde se persigue la religión debido a su creencia en Dios. Con independencia del ámbito de la orden de búsqueda o del trabajo específico que emprendan en la iglesia, mientras se los busque por su creencia en Dios y por hacer su deber, los líderes y obreros deberían buscar maneras de protegerlos, así como asentarlos en lugares relativamente seguros para hacer su deber. Entre todos los países que persiguen la fe religiosa, la más grave es la persecución en China. En varias provincias y regiones a lo largo de China, se ha arrestado a muchas personas o las están buscando, y no pueden regresar a casa. A lo largo y ancho del mundo y en todos los continentes hay algunos países similares que persiguen la fe religiosa como en China, y en esos países también se hallan algunos que, debido a haber aceptado a Dios Todopoderoso, se enfrentan a la persecución y son incapaces de regresar a casa. En cuanto a aquellos que están perseguidos y no pueden regresar a casa, los líderes y obreros deberían asentarlos en una iglesia con un deber a tiempo completo lo antes posible. Los líderes y obreros deberían establecerlos en entornos relativamente seguros respecto a las condiciones locales para que puedan hacer sus deberes. Este es un aspecto del trabajo prioritario que debe hacerse bien. Estos individuos que han sido arrestados o son buscados forman la quinta categoría del personal necesitado de protección. Hay otra categoría entre el personal que maneja diversos aspectos de trabajo importante y que es especial. Puede que en ese momento estos individuos no sean líderes u obreros, que no participen en tareas peligrosas, pero que han hecho con anterioridad muchos deberes y su trabajo ha cubierto un amplio abanico. Conocen a muchas familias anfitrionas y también al personal que hace deberes importantes. Por tanto, si se arrestara a tales individuos, esto supondría también un desastre para el trabajo de la iglesia. Habría que referirse a estos individuos como “informados”, y se les debería incluir también entre todo el personal de tareas importantes. Los líderes y obreros deberían garantizar su seguridad, con el propósito de proteger la seguridad de todo el pueblo escogido de Dios y garantizar que el trabajo de la iglesia pueda avanzar con normalidad. Algunos individuos en esta categoría en particular son bastante descuidados; no saben ser cautos y no tienen mucha sabiduría. Siempre tienden a actuar movidos por el entusiasmo, de modo que hacen cosas imprudentes en el exterior. Como nunca los han arrestado ni torturado, no son conscientes del peligro que implica ni de las consecuencias potenciales de que algo vaya mal, y menos aún entienden cuál sería la gravedad de esas consecuencias. Como consideran que solo están creyendo en Dios, que no hacen nada malo, no le temen a nada. En consecuencia, después de trabajar durante un tiempo en el ámbito local, puede que se hagan bastante conocidos y el gobierno los ponga bajo vigilancia. ¿Acaso no supone eso un peligro? Una vez que los arrestan, si no pueden soportar el interrogatorio por medio de la tortura, puede que se conviertan en judas y vendan a los hermanos y hermanas. Esto causaría enormes pérdidas a la iglesia e implicaría a otros hermanos y hermanas, los pondría en riesgo de arresto y de cárcel, lo cual tendría un impacto grave en los diversos aspectos del trabajo. Por tanto, la iglesia debería también priorizar la protección de tales individuos. Si no se les puede encontrar un lugar seguro para ocultarlos en el ámbito local, se les debería recolocar en un lugar relativamente seguro en otro sitio para que hagan su deber. Esta es otra categoría más de personas. Debido a la especial cualidad de su situación, los líderes y obreros han de asentarlos, de modo que se los incluya también entre todo el personal de tareas importantes. ¿Cuántas categorías de personas hay en total? (Seis categorías. La primera es la de los líderes y obreros. La segunda la compone el personal indispensable que se ocupa de diversos aspectos del trabajo en la casa de Dios; los supervisores, los líderes de equipo y los directores evangélicos, y aquellos que pueden encargarse del trabajo. La tercera categoría es el personal que participa en el trabajo peligroso de la iglesia. La cuarta es la de aquellos con habilidades y dones especiales. La quinta categoría consiste en los fichados por la policía, a los que se persigue y los que están buscados. Y la sexta categoría es la de las personas informadas). Hemos abarcado básicamente a todo el personal importante implicado en diversos aspectos del trabajo, pero hay una categoría que queda por añadir: si cualquier hermano o hermana de la iglesia, debido a que ha salido a hacer su deber, es arrestado o se enfrenta a una situación inesperada, por lo que es incapaz de cuidar de sus hijos menores, entonces los líderes y obreros deberían asentar a esos niños en una casa adecuada para que dispongan de medios de subsistencia. Este también es un aspecto especial del trabajo. Aunque este aspecto del trabajo no incumbe al trabajo de la iglesia y solo surge de una serie especial de circunstancias, los líderes y obreros deben responsabilizarse de asentar adecuadamente a estos menores. Si no tienen parientes adecuados o son no creyentes y no están dispuestos a acogerlos, entonces la iglesia debería aceptarlos. La iglesia no debería solo disponer una familia de acogida adecuada para ellos, sino también asignarles hermanos y hermanas para que sean responsables de su cuidado. Una vez que se los ha asentado de forma adecuada, si creen en Dios, eso es sin duda lo ideal y, cuando lleguen a la adultez, pueden desempeñar su deber en la iglesia. Si no creen en Dios, cuando lleguen a adultos y entren en la sociedad, ya no estarán conectados con la iglesia y nuestra responsabilidad ya se habrá cumplido bien. No hará falta que nos preocupemos por sus asuntos más allá de ese punto. ¿Es eso lo apropiado? (Sí). Aunque este trabajo no implica a los diversos aspectos del trabajo de la iglesia, debería todavía incluirse dentro del ámbito de las responsabilidades de los líderes y obreros. Si hay que ubicar a los hijos de aquellos que hacen su deber en la iglesia, eso es algo que, a menos que no sean conscientes de la situación, los líderes y obreros no pueden ignorar. Si tienen conocimiento del asunto, deberían hacer preguntas, encargarse del tema y asumir esta responsabilidad de asentar a esos niños de manera adecuada. Los líderes y obreros deberían garantizar que los hermanos y hermanas que hacen su deber —en especial aquellos que llevan a cabo tareas importantes— se hallen libres de preocupaciones en lo que respecta a este asunto. Llevar a cabo bien este aspecto del trabajo no es difícil, ¿no? (No). Hay al menos seis categorías de personal de tareas importantes. La séptima categoría es adicional, representa un tipo de circunstancia muy especial. El diverso personal que se ha delimitado en estas primeras seis categorías puede que no esté para nada presente en todas las zonas pastorales ni en todos los países. Sin embargo, con independencia del país, proteger a los líderes y obreros y a aquellos que hacen deberes importantes es un aspecto crucial del trabajo. Este es un aspecto del trabajo al que todos los líderes y obreros de la iglesia deben prestar atención, así como una responsabilidad que deben cumplir bien.

Proteger al personal de tareas importantes de la interferencia del mundo exterior

I. Requisitos de seguridad para las familias anfitrionas

Ahora que hemos aclarado quién es el personal de tareas importantes, vamos a fijarnos en los detalles del trabajo que deben hacer los líderes y obreros, a saber: proteger a todo el personal de tareas importantes de la interferencia del mundo exterior y mantenerlo a salvo. Por tanto, ¿qué trabajo específico se ha de hacer para protegerlos de manera eficaz de la interferencia del mundo exterior, para que se considere que los líderes y obreros han cumplido bien sus responsabilidades? En lo que respecta a llevar a cabo trabajo específico, algunos líderes y obreros se sienten en mitad de un dilema, se rascan la cabeza y se ponen muy acalorados y molestos, sin saber cómo actuar. Hay un importante principio relativo a asentar a este personal de tareas importantes. Se lo debe proteger de la interferencia del mundo exterior para garantizar su seguridad. Ya se coloque al personal de tareas importantes en los hogares de los hermanos y hermanas o en casas alquiladas, el punto esencial es que se ha de garantizar su seguridad. Garantizar su seguridad significa protegerlos de la interferencia del mundo exterior. Por tanto, ¿qué deben hacer los líderes y obreros para protegerlos de la interferencia del mundo exterior? Se requiere asentar a aquellos que hacen tareas importantes en lugares adecuados. Vamos a fijarnos en estos dos aspectos: uno es el entorno interno de la familia anfitriona y otro es el entorno externo. En cuanto al entorno interno, para empezar, el anfitrión debe ser un auténtico creyente, estar dispuesto a acoger, ser capaz de mantener la confidencialidad, actuar con cautela y lidiar con el mundo exterior con sabiduría. Si surge alguna situación especial, debería saber cómo responder ante ella; debería poder lidiar con ella y abordarla de una manera proactiva en lugar de pasiva. Asimismo, debería tener una buena reputación en el ámbito local, o tal vez algo de prestigio y conexiones locales. Aunque carezca de influencia, al menos debería ser una persona que se mantiene en el lugar que le corresponde y lleva una vida decente y nunca se busca problemas ni atrae a individuos turbios a su casa. No debería tener amigos que se reúnan para jugar al mahjong o para beber. Asimismo, sus relaciones con el mundo exterior y con sus vecinos deberían ser relativamente normales. No se debería enredar en ninguna disputa sobre deudas ni entrar en conflictos con sus vecinos. En otras palabras, el entorno de su hogar debería ser relativamente calmado, el anfitrión no debería tener relaciones complicadas y muy pocos forasteros deberían ir por su casa para causar perturbaciones y demás; todos los aspectos deberían ser apropiados. Además, los hijos del anfitrión o sus parientes deberían apoyar su creencia en Dios, o al menos no oponerse a que acoja a hermanos y hermanas, y desde luego no ir por ahí hablando de estas cosas de manera imprudente. Puede que alguien diga: “¡No es fácil encontrar a una familia anfitriona que cumpla estos criterios!”. A lo que esto se refiere es a encontrar un lugar relativamente adecuado; no se requiere la perfección absoluta. Como poco, el entorno de vida debería ser apropiado —tranquilo y libre de interferencia exterior— lo cual cumple bien con el requerimiento de proteger al personal de tareas importantes de la interferencia del mundo exterior. En algunas familias de acogida, aunque no todos los miembros de la familia sean creyentes, la persona que acoge tiene prestigio dentro de la casa y es la que toma las decisiones. Sus hijos o parientes no creyentes no se atreven a interferir con su creencia en Dios o con que acoja a hermanos y hermanas; aunque no estén de acuerdo en su fuero interno, no se atreverían a compartir esta información con gente de fuera de la familia. Si de veras sucede algo, puede que incluso ayuden a proporcionar protección. De esta manera, los hermanos y hermanas que se quedan en casa de este anfitrión también pueden continuar en ella sin verse afectados por la interferencia del mundo exterior. En algunos casos, el anfitrión se muestra asustadizo, tiene miedo de que sus hijos pudieran dejar en evidencia su creencia en Dios, de que sus vecinos puedan enterarse de su creencia y denunciarlo y, en especial, de que las cosas pudieran torcerse y lo arresten. Una vez que empieza a acoger hermanos y hermanas, se pasa el día en vilo, incapaz de comer durante el día o de dormir durante la noche, se pasa el día preocupado y asustado, como un ladrón. Cada vez que pasa algo, como que el gobierno tenga planes de comprobar los registros de los domicilios o que acuda personal del gobierno a su casa para hacer algo con diversos pretextos, se asusta hasta el extremo y quiere constantemente que los hermanos y hermanas se marchen de inmediato para no verse implicado él mismo. Cuando los hermanos y hermanas perciban esto, deberían recolocarse de inmediato, ya que ese lugar no es apropiado para la acogida; puede que solo se pueda usar como una parada temporal durante unos pocos días. Si los hijos, parientes o amigos de la familia de acogida son personas malvadas que, al enterarse de que el anfitrión recibe a los creyentes, podrían llegar a perturbar o incluso entregar a los hermanos y hermanas a la policía, entonces eso es demasiado peligroso. Una familia anfitriona semejante no es apropiada para la acogida. Algunos padres se comportan como esclavos delante de sus hijos; puede que digan: “Está bien, mis hijos me escuchan”, pero en realidad, la obediencia de sus hijos depende de la situación. Cuando afecta a sus propios intereses, los hijos no los escuchan. Tal persona no se atrevería a dejar que sus hijos sepan que acogen a hermanos y hermanas. Si sus hijos o parientes se enteraran, sin duda harían que los hermanos y hermanas se fueran, y el anfitrión no sería capaz de detenerlos; no tienen la última palabra en su propia casa. Una persona así no es apta para ser anfitriona; puede que tenga el deseo, pero carece de la valentía para acoger. ¿Se atrevería de veras una persona cobarde a ser anfitriona? Si no puedes garantizar la seguridad de los hermanos y hermanas, entonces no eres apto para este deber; no deberías prestarte voluntario para ello ni hacer promesas vacías a los líderes y obreros, así como tampoco aceptar este deber. ¿Creéis que es apropiado que los líderes y obreros asienten a los hermanos y hermanas en una casa de acogida semejante? (No). Es extremadamente inapropiado. No envíes a los hermanos y hermanas a las fauces del peligro. Puede que los hermanos y hermanas estén bastante a salvo viviendo en otra parte; si los asientas en la casa de esta persona, donde los hijos o parientes son no creyentes y podrían denunciarlos y entregarlos a la policía en cuanto descubrieran que hay creyentes hospedándose allí, de ese modo se ponen en peligro sus vidas, ¿acaso ese anfitrión no sufrirá las consecuencias? Si el anfitrión está dispuesto a arriesgar su vida para proteger a los hermanos y hermanas en tales situaciones y efectivamente puede garantizar su seguridad, y si acostumbra a demostrar una sabiduría considerable, entonces esta familia anfitriona aún puede ser una elección adecuada. Sin embargo, si no es capaz de arriesgar su vida para proteger a los hermanos y hermanas y, cuando los no creyentes de su familia amenazan con denunciar a los hermanos y hermanas y entregarlos a la policía, no le pone solución y solo es capaz de retroceder, de hacer como una tortuga que esconde la cabeza en su caparazón, y no protege a los hermanos y hermanas y se limita a permitir que los no creyentes los entreguen, entonces esta casa no es apropiada para ser anfitriona. Si los hermanos y hermanas permanecen allí temporalmente durante unos cuantos días, y luego se los recoloca de inmediato en un lugar adecuado en cuanto se da con uno, eso es apenas tolerable. No sería apropiado permanecer a largo plazo en una casa así para hacer su deber. La familia de acogida debe al menos ser capaz de proteger la seguridad de los hermanos y hermanas; este es un requisito para ser familia de acogida. En cuanto a aquellos que hacen su deber para evitar interferencias del mundo exterior, para empezar, su entorno de vida debe ser apropiado; asimismo, las propias cualidades del anfitrión deben además ser adecuadas en todos los aspectos; es decir, debe ser capaz de proteger al personal de tareas importantes de la interferencia del mundo exterior. Solo si es capaz de lograr esto, pueden los líderes y obreros asentar al personal de tareas importantes en su casa. Si el anfitrión tiene poca fe y es incompetente y pusilánime, si es incapaz de tener la última palabra en su propia casa y puede aparecer cualquier hijo o pariente no creyente para ponerse al mando, eso resulta bastante problemático. Un lugar así es del todo inapropiado para la acogida. Aunque la casa sea grande, con muchas habitaciones, un entorno cómodo y por lo demás unas buenas condiciones, sigue sin ser adecuada para acoger. Solo un entorno apropiado para vivir no es suficiente; el anfitrión debe ser también adecuado. La clave aquí es que el anfitrión debe primero ser capaz de garantizar que el personal que hace sus deberes al que acoge está protegido de la interferencia del mundo exterior. Solo entonces debería considerarse este entorno para vivir. Todavía es aceptable un entorno ligeramente menos ideal; ya se trate de un lugar pequeño, con una conexión a internet limitada, una comida más simple o un acceso al agua menos ventajoso. Mientras el anfitrión sea adecuado, sea capaz de responder al peligro cuando este surja, de gestionar diversas situaciones complejas y, sobre todo, de lidiar de manera adecuada con cualquier circunstancia especial que pueda surgir para proteger la seguridad de los hermanos y hermanas, entonces es acorde al estándar como anfitrión. Nuestros requerimientos relativos al entorno de vida de una familia anfitriona no son altos; lo más importante es que pueda garantizar la seguridad. No hay necesidad de entrar en detalles llegado este punto.

II. Requisitos para el entorno del lugar de la residencia

En cuanto al entorno exterior que rodea a la residencia de la familia anfitriona, lo primero que deben considerar los líderes y obreros es si esta es segura. Con independencia de las condiciones de la familia anfitriona o de si la residencia es la casa de un hermano o hermana o es alquilada, es necesario considerar si el entorno externo de la residencia es seguro; este es el punto más importante. En primer lugar, solo es adecuado si la creencia en Dios de esta familia anfitriona no es bien conocida y no hay registros de su creencia en la Oficina de Seguridad Pública. Si cuando los hermanos y hermanas se reunían allí en el pasado, los vecinos informaban de ello al gobierno, y este ya está al tanto de que la familia realiza a menudo reuniones con extraños, entonces esta localización no es adecuada para acoger. En el caso de alquilar, tampoco es apropiado alquilar la casa de una familia así. Ese es un aspecto. Asimismo, la seguridad pública es escasa en algunos lugares, se producen a menudo incidentes como robos, asesinatos y casos de diversa índole. Los residentes son además individuos relativamente complicados, y la policía va allí a menudo a comprobar los registros del domicilio y los carnés de identificación, así como a investigar a sospechosos de delitos, entre otras cosas. Decidme, si os quedarais en un lugar semejante, ¿no sufriríais a menudo interferencias? (Sí). Tales lugares tampoco son adecuados para vivir. La policía llama a la puerta cada pocos días, dice que ha habido un robo o un asesinato cerca y pide que cooperen en la investigación, le solicita a la gente que informe de inmediato si ve al perpetrador. La policía llama siempre a la puerta usando como pretexto toda clase de excusas, asegura que está investigando casos, cuando en realidad está en busca de forasteros y extraños; para ser más precisos, buscan a personas que crean en Dios. ¿Te sentirías seguro al hospedarte en una casa anfitriona semejante? (No). Sin duda, te pasarías el día en vilo. Aunque estos incidentes delictivos del exterior no tienen nada que ver con la familia anfitriona, seguirías sin sentirte tranquilo. Al vivir en semejante entorno, a menudo sientes que tu seguridad personal está amenazada. Quién sabe si un día la policía, al ver a los hermanos y hermanas, podría empezar a interrogar a estos extraños y acabar por arrestarlos. ¿No dirías que esta es una situación aterradora? (Sí). Asimismo, la mayoría de los chinos carecen de conciencia de seguridad; en cuanto oyen a alguien llamar a la puerta, la abren, y además no suelen cerrar con llave, lo que conduce fácilmente a incidentes. En los países occidentales con libertad y democracia, las residencias privadas se consideran dominios privados. Si un forastero entra en un dominio privado sin permiso, se considera ilegal, y las personas que viven allí llamarán a la policía. Al intruso se le considera legalmente responsable. Por tanto, si llama un extraño, no tienes que abrir la puerta, puedes negarte. Aunque alguien haya concertado una visita contigo, si no estás preparado o has cambiado de idea, no hace falta que abras la puerta; puedes reagendar el día de la visita. La gente de los países occidentales cuenta con este derecho, tienen esta conciencia legal. Sin embargo, los chinos carecen de ella. Cada vez que oyen que llaman a la puerta, se apresuran a abrir. Esto muestra falta de vigilancia, falta de conciencia de autoprotección y falta de familiaridad con las leyes relacionadas. Como China es una dictadura en la que un único partido gobierna por encima de la ley, su sistema legal es una mera fachada. El gran dragón rojo se comporta con una desconsideración total hacia la ley y el orden en China, comete fechorías imprudentes, y las personas no tienen derechos humanos de ningún tipo. El pueblo chino no presta atención a los derechos humanos ni ha desarrollado el sentido de atenerse a los preceptos disciplinarios y cumplir con la ley; en particular, carece de sentido de la autoprotección y la mayoría de la gente no sabe usar la ley para protegerse a sí misma. Por tanto, no hay garantía de seguridad. En resumen, en cualquier lugar con una mala seguridad pública, residentes con trasfondos e identidades complicados, inspecciones frecuentes o incidentes habituales de diversos casos delictivos, es fácil que las personas se vean afectadas por la interferencia del mundo exterior. Un lugar así no es adecuado para alojarse. Este es un factor de seguridad pública a considerar cuando se asienta al personal de tareas importantes en los alojamientos.

El entorno de vida para aquellos que hacen su deber se ha de seleccionar con cuidado; es mejor evitar zonas urbanas bulliciosas y localizaciones peligrosas. ¿A qué nos referimos con zonas urbanas bulliciosas? Esto incluye lugares como aquellos cercanos a ferrocarriles, autopistas, intersecciones y mercados. En especial a lo largo de las grandes líneas de ferrocarril, por las que pasan a diario innumerables trenes que hacen temblar el suelo de las casas cercanas. En un entorno tal, es del todo imposible encontrar la paz mientras se lleva a cabo el propio deber. Asimismo, algunas personas que han pasado años haciendo su deber lejos de casa viven con una ansiedad constante, y su corazón no está en las mejores condiciones, lo que hace que para ellas sea incluso menos apropiado vivir en tales lugares. Si ciertos trabajos requieren de un entorno tranquilo, como el de grabación o el relacionado con textos, al menos no debe haber interferencias de ruido, y además se debe garantizar la seguridad; esto sería ideal. Si no hay ningún lugar seguro en absoluto, se debe encontrar uno que lo sea relativamente. En este caso, un poco de ruido es aceptable y no deberíamos poner requisitos demasiado altos; mientras el entorno de vida sea seguro, será suficiente. Además, si la casa está localizada en una zona de mucho tráfico, como cerca de un semáforo o una intersección, habrá innumerables peatones y vehículos pasando a diario. Una casa así está expuesta a las miradas de numerosos viandantes y, de un simple vistazo, la gente que pasa puede ver fácilmente a los que hay dentro. Sobre todo por la noche, cuando las luces están encendidas, la situación de dentro de la casa es claramente visible. ¿Dirías que una casa tal todavía es aceptable para hospedarse? ¿Es apropiado este entorno? (No). En efecto, no lo es. Aquellos que se hospedan en un lugar así suelen sufrir interferencias, a menudo notan la presencia de extraños que los observan. Cuando sus ojos se encuentran con los de un extraño, se sorprenden, se sienten intranquilos todos los días, les parece que los observan constantemente; quién sabe si alguien está detrás, dirigiendo y controlando las cosas. ¿Crees que uno podría sentirse tranquilo viviendo en un entorno así? Además, algunas casas son de mala calidad y con mal aislamiento del sonido, así que cuando se habla en alto o se reproducen himnos dentro, la gente de fuera puede oírlo todo. Asimismo, algunas casas se hallan en el punto más alto de la comunidad, en cuyo caso no solo son susceptibles al impacto de rayos, sino que además permiten a los vecinos de alrededor ver a los hermanos y hermanas cada vez que salen. Ni siquiera les conviene abrir las ventanas de vez en cuando para ventilar o refrescarse; deben permanecer cerradas a cal y canto, con las cortinas echadas —de modo que nunca entra la luz— y salir a dar una pequeña vuelta es incluso menos conveniente. Hay una constante preocupación respecto a que la gente de fuera te observe y repare en ti. Aunque los hermanos y hermanas no entran y salen todos al mismo tiempo, cada vez que alguien lo hace, la gente lo ve con claridad desde fuera. Al final, se harán una idea general de cuántos extraños viven en esta casa. ¿Diríais que todavía se puede garantizar la seguridad de las personas que se hospedan aquí? (No). Hay gente que piensa: “La mayor parte del tiempo hacemos nuestro deber en el interior y, aunque salgamos, lo hacemos por turnos y no salimos todos a la vez. Al practicar de esta manera, los vecinos de alrededor no se darán cuenta de nada”. Sin embargo, aunque salgas por turnos, seguirá habiendo problemas si alguien se da cuenta de que eres un extraño. La vida que llevan muchos no creyentes no es muy buena; por el contrario, obtienen un particular placer de observar los asuntos de los demás y entrometerse en ellos. Algunos llegan incluso a usar prismáticos para espiarte, para ver lo que haces en el interior. Si descubren que los creyentes se reúnen, se apresuran a denunciarlo al gobierno a cambio de una recompensa. Cuando esa persona ha fijado sus ojos en ti, ¿acaso no se trata de una situación peligrosa? (Sí). Una vez que se ha fijado en ti, ¿acaso puede salir algo bueno de ahí? ¡Seguro que acabas arrestado! Da igual el país o la región, nunca faltan entrometidos. Aunque no ganen un céntimo por vigilarte, están más que dispuestos a hacerlo; hasta pagarían de su propio bolsillo y demorarían su propio trabajo para pasar tiempo de vigía. Y si existe una recompensa por denunciarte, estarán incluso más ansiosos por hacerlo. En especial, en una dictadura como China hay demasiadas personas que vigilan a aquellos que creen en Dios. Como sienten aversión por la verdad y hacia aquellos que creen en Él, en cuanto descubren a creyentes que interactúan entre ellos o se reúnen, los denuncian. Si hay una recompensa por denunciar, encuentran una satisfacción incansable al hacerlo. ¿Acaso esto no causa problemas a la iglesia con gran facilidad? (Sí). Si interfieren contigo de esta manera, ¿acaso no es porque los líderes y obreros no asentaron bien a las personas? Si la localización y el entorno para colocar al personal de tareas importantes son inadecuados porque los líderes y obreros no consideraron las cosas con cuidado, estas son las consecuencias resultantes. Si el lugar donde uno vive atrae demasiada atención, eso puede conducir fácilmente a que las cosas vayan mal. Una vez que algo va mal y solo en ese momento te das cuenta de que este lugar no es adecuado para hospedarse, ya es demasiado tarde. Por tanto, elegir un lugar apropiado para que lo habiten aquellos que hacen su deber también es una tarea clave, y es fácil que una mala elección lleve al peligro.

III. Cómo deberían los líderes y obreros hacer el trabajo de asentar al personal

En cuanto al entorno de vida del personal de tareas importantes, ya tenga que ver con el entorno interno o externo, los líderes y obreros deberían considerar todos los aspectos a conciencia. No deberían ser simplistas en su pensamiento, asumir siempre que si no interactuamos con el mundo exterior no sucederá nada. La sociedad de hoy es increíblemente compleja, está llena de toda clase de demonios, y sea cual sea el lugar, siempre hay entrometidos que te observan, que hacen imposible evitar su escrutinio. Podrías pensar: “No he quebrantado ninguna ley ni he hecho nada malo al creer en Dios. Me limito a hacer mi deber; no debería ocurrirme nada, ¿verdad?”. Pero los hechos no son tan simples como imaginas. ¿Por qué empleó tanto personal y recursos el PCCh para resistirse a Dios y reprimir a Su iglesia? ¿Puedes extraerle un sentido a esto? Nunca podrás hacerlo. ¿Cuánto puedes desentrañar de la naturaleza de los diablos y satanases? Entiendes demasiado poco de los diablos y satanases. Esta sociedad es increíblemente compleja, y los diablos y satanases son miserables que cometen acciones malvadas. Lo que más desean es arrestar al pueblo escogido de Dios y perturbar el trabajo de la iglesia. Si siempre contemplas a los satanases solo como personas corrientes, entonces eres realmente ignorante; demuestra que no has desentrañado la maldad de esta sociedad, y desde luego no has desentrañado lo odioso de los diablos y satanases. Por tanto, para que los líderes y obreros hagan bien el trabajo de la iglesia, han de garantizar la seguridad de aquellos que hacen su deber; esto es de enorme importancia. En un país regido por una dictadura, donde no hay libertad de creencia, garantizar la seguridad de aquellos que hacen su deber es bastante difícil. Sin embargo, no importa lo difícil que sea, se deben elegir con cuidado los lugares adecuados para vivir; no puede haber descuidos en este asunto. Los arreglos del trabajo de la casa de Dios han incluido la charla sobre estos asuntos. Los líderes y obreros deben garantizar que los hermanos y hermanas puedan hacer su deber libres de perturbaciones y de la interferencia del mundo exterior; mientras pongan en ello el corazón, pueden lograrlo. Solo se preocupan cuando actúan de manera superficial e irresponsable, solo cuidan de su propia seguridad mientras ignoran la seguridad de los hermanos y hermanas. Esto hace imposible que desempeñen bien el trabajo de la iglesia. Si debido a tu descuido, falta de seriedad, irresponsabilidad o miedo al entorno y los problemas, no logras hacer tales cosas, lo que resulta en el arresto del personal que hace deberes importantes y en la amenaza a la vida de los hermanos y hermanas, lo cual demora el trabajo de la iglesia y causa daño a los hermanos y hermanas, entonces, como líder u obrero, deberías cargar con la responsabilidad. Esta responsabilidad no puede resolverse simplemente al gastar algo de dinero en compensaciones o al confesar por medio de la oración; no es tan simple. Por tanto, ¿cuál es la naturaleza de este asunto? Es una mancha indeleble, una transgresión imperecedera; se te ha atribuido un demérito. Este “demérito” no indica un error corriente; a ojos de Dios, es una transgresión. Si tus transgresiones son demasiadas —al haber cometido transgresiones en el pasado, seguir cometiéndolas hoy y luego cometer más en el futuro— con varias transgresiones importantes combinadas, sufrirás la perdición y la destrucción. Dios ya no te salvará y tu creencia en Él habrá sido en vano. No solo no tendrás esperanzas de salvación, sino que además te enfrentarás al castigo. Por tanto, ¡es crucial que los líderes y obreros hagan su trabajo de acuerdo con los principios! ¿Has memorizado esto? (Sí). Los líderes y obreros deberían cumplir bien sus responsabilidades, y no importa lo adverso o peligroso que pueda ser el entorno, han de hacer todo lo posible conforme a las condiciones locales para proteger la seguridad del personal de tareas importantes y asentarlo de manera adecuada. El objetivo es asegurar que el trabajo de la iglesia pueda avanzar con normalidad.

A fin de que los líderes y obreros garanticen que los lugares en los que se asentó al personal de tareas importantes estén libres de interferencia del mundo exterior, así como contar con requerimientos y principios para la residencia y su entorno, hay además requerimientos y principios para diversos aspectos de la situación de la familia anfitriona. Cuando los líderes y obreros encuentran a una potencial familia anfitriona, primero deberían indagar sobre cómo es el entorno de la familia y sus condiciones, la situación de sus miembros, si tienen alguna disputa con los demás, algún enemigo, algún enredo con el gobierno, si se implican con frecuencia en demandas legales, si tienen relaciones sociales complicadas y demás. Todas estas situaciones básicas se deberían indagar y averiguar a conciencia. Si el anfitrión o sus hijos y otros miembros de la familia tienen relaciones sociales complicadas, y la familia está inquieta constantemente —con visitas frecuentes de individuos turbios que vienen en busca de problemas o para cobrar deudas, o reciben cartas amenazantes de bandidos o ladrones, además de citaciones por parte del gobierno o el juzgado—, todos estos son asuntos muy problemáticos. ¿Acaso no se producirían perturbaciones si te reunieras o hicieras tu deber en este domicilio? Por tanto, cuando encuentres a esta familia de acogida, primero deberías hacer preguntas y enterarte de su situación básica. Es mejor si estos problemas no están presentes, pero si es así y en este momento no puedes encontrar un lugar más adecuado, entonces considera si el anfitrión puede lidiar de manera eficaz con estos problemas. Si no es el caso y tampoco puede deshacerse de estos caóticos problemas, entonces este domicilio no es adecuado para acoger a hermanos y hermanas, ya que vivir aquí significaría que podrían sufrir en cualquier momento la interferencia del mundo exterior y de personas, acontecimientos y cosas externos. Estos entornos no tienen como objetivo directo a las personas que creen en Dios. Sin embargo, los creyentes son un grupo particularmente sensible en un país donde se persigue la religión y, además, después de los exhaustivos esfuerzos del gobierno para difundir propaganda, lavar cerebros, inventar rumores y difamar, los no creyentes no solo fracasan a la hora de entender a las personas que creen en Dios, sino que incluso llegan a creerse la retórica del PCCh y desarrollan un odio y una hostilidad particular hacia los creyentes. Por tanto, si averiguan que en cierto domicilio se acoge a creyentes, se vuelve muy peligroso tanto para la familia anfitriona como para los hermanos y hermanas. Cuando los hermanos y hermanas viven en un entorno tal, no solo sufren con frecuencia la interferencia, sino que además no se puede garantizar su seguridad. Por tanto, ¿por qué continuar haciéndolos vivir allí? Está claro que es un lugar peligroso, no es apropiado para vivir; se los debería recolocar rápido. Los líderes y obreros no deberían limitarse a asentar a los hermanos y hermanas y luego lavarse las manos del asunto, y pensar: “Mientras haya un lugar para comer y dormir, al cobijo de los elementos, con eso basta. Mientras puedan hacer su deber, no hay problema. De todos modos, ¿dónde íbamos a encontrar tantos lugares adecuados?”. ¡Esto es muy irresponsable! Si en ese momento no hay ningún lugar adecuado disponible, se pueden quedar allí un tiempo, pero deberías buscar de inmediato otro sitio apropiado para recolocarlos lo antes posible; no la consideres una residencia a largo plazo.

Algunos líderes y obreros no llevan a cabo trabajo real. Asientan al personal de tareas importantes en cierto lugar, preguntan cómo son las condiciones de comida y descanso y si algún no creyente ha estado vigilando. Al oír que no se ha notado nada inusual durante un par de días, olvidan el asunto, no vuelven a comprobar cómo están hasta pasados seis meses o más. Creen haber asentado bien al personal y cumplido bien su responsabilidad, consideran que todo está concluido y es correcto. En cuanto a si el entorno sufrirá después de la interferencia o si hay riesgos potenciales de seguridad, no prestan más atención. ¿Es esto lo apropiado? (No). ¿Por qué no? (Después de asentar al personal, los líderes y obreros han de hacer seguimiento. Si no lo hacen y los hermanos y hermanas se ven a sí mismos en una situación peligrosa y no pueden recolocarse, podrían acabar arrestados). Sin embargo, algunos líderes y obreros piensan: “Todos sois adultos, ¿de veras necesito hacer yo un seguimiento? ¿Acaso no puedes percibir tú si existe un peligro? Si no eres capaz de verlo, ¡eso es que tu cerebro no funciona! Si notas peligro, limítate a recolocarte, ¿de veras te lo tengo que decir yo?”. Así razonan. ¿Pensáis que este razonamiento tiene sentido? (No). ¿Por qué no? (Porque garantizar la seguridad de aquellos que hacen deberes importantes es la innata responsabilidad de los líderes y obreros; es trabajo que se incluye en su papel y han de llevarlo a cabo). No lo ven como parte del trabajo que deberían hacer los líderes y obreros; piensan que se trata simplemente de ayudar a los hermanos y hermanas, como seguir el ejemplo de Lei Feng de hacer buenas obras. Además, no contemplan que se haga para defender el trabajo de la iglesia, en su lugar lo ven como meramente asentar al personal, sin relación con el trabajo de la iglesia. ¿Acaso no dirías que es una necedad? ¿Qué clase de persona pensaría así? (Una sin sentido de la responsabilidad). Esos falsos líderes holgazanes, desleales e irresponsables piensan de esta manera. No defienden el trabajo de la casa de Dios; después de asentar a los hermanos y hermanas en un lugar, piensan: “Os he asentado en un muy buen lugar, ¡qué gran favor os he hecho!”. No ven esto como defender el trabajo de la iglesia. Como líderes y obreros, si no asentáis de manera adecuada al personal de tareas importantes ni garantizáis su seguridad de manera eficaz, entonces, si se enfrentan al peligro y no pueden hacer su deber con normalidad, ¿acaso no se demorará el trabajo de la iglesia? Primero debes asentarlos de manera adecuada para que se garantice su seguridad, y solo entonces pueden seguir trabajando con normalidad. Sin embargo, esos falsos líderes no piensan de ese modo; sueltan a esa gente en un lugar y luego la ignoran y no comprueban su estado durante mucho tiempo. Cuando surge una situación peligrosa y no pueden llegar hasta su líder, no les queda otra opción que recolocarse por su cuenta. Para cuando el líder se entera y al final va a comprobarlo, la gente ya hace mucho que se ha marchado y el líder no tiene ni idea de adónde. ¿Qué clase de persona es esta? ¿Qué clase de líder u obrero es? Un falso líder. En especial, a los hermanos y hermanas que han venido de otras zonas y no están familiarizados con el entorno local, los líderes y obreros necesitan visitarlos aún más y hacer seguimiento de ellos con regularidad. Los líderes y obreros no deberían suponer que solo asentarlos ya lo resuelve todo de manera permanente; en realidad, este trabajo queda lejos de completarse. Han de visitarlos y hacer seguimiento de ellos con frecuencia. Si resulta inconveniente para los líderes y obreros mostrar su rostro en la localización, deberían asignar a otros para comprobarlo. Como poco, necesitan hacer seguimiento sobre este trabajo, evaluar el entorno de vida de este personal de tareas importantes, comprobar si hay algún peligro o algo inusual, o si algunas circunstancias especiales han tenido lugar, y si es necesaria la recolocación. Todo esto se debe averiguar y se ha de hacer seguimiento de ello. Si este lugar parece de lo más apropiado a corto plazo, eso está bien, pero pasado un breve periodo, deberían volver para ver el estado de su entorno y su seguridad, así como si disponen de suficiente comida y suministros; se debería indagar sobre todos estos detalles. Es posible que los líderes y obreros no entiendan el trabajo del personal de tareas importantes, en cuyo caso no deberían interferir con ese aspecto, pero asentarlos de manera adecuada es una responsabilidad de los líderes y obreros; no hacerlo demuestra que son negligentes con su responsabilidad y que son falsos líderes que no hacen trabajo real. En especial, los hermanos y hermanas que provienen de otras zonas requieren incluso una atención adicional y más cercana y no se los debería tratar de manera descuidada. Los líderes y obreros deberían comprobar de vez en cuando cómo están, ver si tienen alguna dificultad que necesite resolverse, y si ha habido algún problema o circunstancia especial en el entorno en el que están haciendo su deber durante este tiempo; por ejemplo, si se ha producido alguna actividad inusual relativa al gobierno local, el comité del vecindario o la comisaría de policía. Los líderes y obreros deberían indagar y preguntar por estas cosas, de modo que puedan permanecer bien informados. Entonces, los líderes y obreros deberían compartir con la familia anfitriona los principios y sendas de práctica para acoger y proteger adecuadamente a aquellos que hacen su deber, de modo que la familia anfitriona entienda por completo estos principios y sendas de práctica. Este sigue sin ser el final del asunto. Los líderes y obreros deben además visitar e indagar sobre la situación de la familia anfitriona de vez en cuando. Cualquier problema que detecten debería resolverse de inmediato para garantizar que no surjan inconvenientes. Solo entonces se hace el trabajo realmente bien. Si el anfitrión se enfrenta a dificultades con la acogida, como a limitaciones financieras o falta de sabiduría que lo hace incapaz de responder a las situaciones que surjan o lidiar con ellas, entonces los líderes y obreros deben ayudar a resolver estos problemas. Las limitaciones financieras son fáciles de resolver, la casa de Dios puede aportar los fondos para la acogida, mientras que la familia anfitriona solo ha de contribuir con el personal. Si al anfitrión le falta sabiduría, es un problema importante. Los líderes y obreros deben explicar con claridad la sabiduría necesaria y unos cuantos principios de práctica relativos a este ámbito. Si el anfitrión sigue sin estar a la altura, entonces, los líderes y obreros deberían encontrar a un hermano o hermana sabio cercano para que coopere con la familia anfitriona en desempeñar bien el trabajo. Si el problema reside en el propio anfitrión —como que esté cohibido o tema el arresto—, entonces los líderes y obreros deberían compartir la verdad para ofrecer apoyo y ayuda, compartir las intenciones de Dios, además del valor y el significado de hacer este deber. Si es un problema con el entorno objetivo, no se debe demorar o meramente dejarlo pasar, y desde luego no se debe tratar con descuido; se debería resolver de inmediato. Por ejemplo, si la gente ya ha reparado en este lugar, hay extraños sospechosos que vienen y van a menudo por la zona, y es posible que alguien vigile la localización, entonces esto supone un peligro oculto. Por tanto, recoloca a los hermanos y hermanas de inmediato, pues si se espera a que algo vaya mal, será demasiado tarde. Si la situación es temporal y solo se trata de un procedimiento normal y rutinario, entonces todavía puede sobrellevarse, aunque sea a duras penas. Haz que los hermanos y hermanas se marchen un tiempo para evitarlo durante un día o dos, ya regresarán más adelante. Si la gente ya se ha dado cuenta, entonces quedarse allí ya no es una opción y es necesaria una recolocación permanente. Estos son algunos de los detallados problemas con los que los líderes y obreros han de lidiar y que han de resolver en este trabajo. Este trabajo no se limita en ningún caso a colocar a unas cuantas personas en una localización con comida y cobijo y ya con eso basta; hay muchos detalles involucrados. En especial, en un país como China, donde el entorno es particularmente hostil y la persecución religiosa es grave, los líderes y obreros deben estar incluso más excepcionalmente atentos y vigilar de cerca el entorno de vida y los problemas de seguridad del personal de tareas importantes. No pueden ser descuidados. Todos los aspectos del trabajo específico se deben hacer bien para garantizar la seguridad de este personal de tareas importantes y para que pueda hacer su deber con paz mental. De esta manera, el trabajo se lleva a cabo de manera óptima. Este es el trabajo relacionado con las familias anfitrionas que los líderes y obreros deben hacer y aquí hay bastantes detalles implicados.

Algunos líderes y obreros, después de asentar a cierto personal de tareas importantes en hogares anfitriones apropiados, ignoran por completo a estas personas y no hacen un seguimiento continuado de la situación de las familias anfitrionas. Dicen: “Estoy ocupado a diario con el trabajo de la iglesia, ¿cómo iba a tener tiempo para visitar a estas personas? Aparte, hay mucho trabajo de otro tipo, y también es bastante peligroso. ¡No es fácil hacer nuestro trabajo!”. Enfatizan continuamente las razones objetivas, sin embargo, no quieren cumplir bien sus propias responsabilidades. ¿Qué pensáis? ¿Se sostiene esta afirmación suya? (No). ¿Por qué no? (De hecho, hacer este trabajo no requiere de demasiado tiempo y energía por parte de los líderes y obreros. Podrían visitarlos de paso ya que están fuera. Y si no tienen tiempo, también podrían disponer que los hermanos y hermanas cercanos fueran de visita). Si los líderes y obreros quieren hacer bien este trabajo, aunque su principal tarea los mantenga un poco ocupados, seguirán haciendo tiempo para centrarse en este trabajo. Si no tienen tiempo de ir ellos mismos, pueden disponer que vayan otros. Ya puedan disponer que vayan otros o ir ellos mismos, al final el trabajo recae dentro del ámbito de la responsabilidad de los líderes y obreros. Hacer bien este trabajo es una responsabilidad importante para ellos y no se puede descuidar. Si los líderes y obreros están demasiado ocupados y no disponen de tiempo, y tampoco lo organizan para que acudan otros, entonces nadie atenderá este asunto. Si algo va mal, esto sería una dejación de la responsabilidad por parte de los líderes y obreros. Para impedir que aquellos que están haciendo deberes importantes sufran la interferencia del mundo exterior, los líderes y obreros deben tener en cuenta todos los aspectos de los problemas, garantizar en la mayor medida posible que puedan hacer sus deberes en paz y llevar a cabo el trabajo en cuestión de manera ordenada. Si el personal de tareas importantes está bien protegido, eso equivale a proteger el trabajo importante en sí mismo. Cuando el personal de tareas importantes puede desempeñarlas con normalidad, estas tareas importantes también pueden avanzar de manera ordenada. Por tanto, el propósito de que los líderes y obreros protejan al personal de tareas importantes es, de hecho, salvaguardar cada aspecto importante del trabajo. Si algunos líderes y obreros dicen: “Estás haciendo un deber importante y se me pide que te proteja, pero me encuentro en una posición de liderazgo y tampoco estoy a salvo. No puedo siquiera garantizar mi propia seguridad, ¿cómo voy a protegeros entonces a vosotros?”, ¿es correcta esta afirmación? (No). ¿Qué clase de comprensión tienen tales líderes y obreros? (Su comprensión es escasa; tales personas son egoístas y propensas a las distorsiones). Son personas propensas a distorsiones. ¿Los individuos propensos a las distorsiones carecen de racionalidad? (Sí). Si estos hermanos y hermanas no estuvieran haciendo su deber en la casa de Dios, sino que en su lugar estuvieran ocupados en sus empleos y viviendo sus vidas en el mundo, ¿seguirían necesitando protección? Precisamente porque están haciendo trabajo de iglesia y deberes importantes en la casa de Dios, y porque si son arrestados pueden acabar sentenciados a prisión o golpeados hasta el punto de sufrir lesiones o una discapacidad, lo cual afecta gravemente al trabajo de la iglesia, el personal de tareas importantes debe estar bien protegido. Solo de esta manera puede avanzar el trabajo de la iglesia de manera ordenada. Si están en algunos países democráticos donde hay libertad de creencia religiosa y los creyentes en Dios no son perseguidos, entonces este trabajo se vuelve simple para los líderes y obreros. Básicamente, solo necesitan encontrar una casa apropiada y, de acuerdo con las leyes y preceptos locales, asentar adecuadamente a aquellos que hacen su deber. Como mucho, solo han de preguntar cómo les van las cosas últimamente en su vida cotidiana y si el entorno de vida vulnera cualquier precepto del gobierno. Si hay una vulneración, es necesario aclarar cuál es el problema, además de cómo se debería corregir y resolver. Si no se produce ninguna vulneración, pero el gobierno está causando problemas, o personas malvadas o individuos desconocidos se están dedicando a acosar, entonces es necesario consultar a un abogado para lidiar con estos asuntos de manera adecuada. En algunos países libres y democráticos, como máximo solo es necesaria esta clase de trabajo. Sin embargo, en las dictaduras donde no hay libertad de creencia religiosa, los requerimientos para el entorno y las condiciones de las familias anfitrionas deben ser más estrictos, y se debe hacer más trabajo —que además ha de ser más detallado— en lo relativo a la seguridad. Por supuesto, la dificultad involucrada en tal trabajo es además mayor. En cuanto al trabajo de proteger al personal de tareas importantes de la interferencia del mundo exterior, si cada aspecto del entorno se considera a fondo, las interferencias que surjan del entorno serán relativamente escasas. Si tanto el entorno externo como el interno se toman del todo en cuenta, entonces se puede encontrar una senda realista y factible. De esta manera, el entorno se puede mejorar hasta cierto grado, y se pueden reducir las interferencias. Este enfoque es relativamente apropiado.

Mantener a salvo al personal de tareas importantes

I. Cómo garantizar la seguridad del pueblo escogido de Dios en los países donde se persigue la fe

La decimoquinta responsabilidad de los líderes y obreros es, en primer lugar, proteger al personal de tareas importantes de la interferencia del mundo exterior; asimismo, los líderes y obreros deben además mantener a estas personas a salvo. Los requerimientos para mantenerlos a salvo son incluso más estrictos. Primero vamos a fijarnos en qué aspectos hay relativos a la seguridad; ¿qué problemas relacionados con la seguridad se os ocurren? Para garantizar la seguridad de aquellos que hacen deberes importantes, lo esencial es garantizar ante todo que no les afecte la interferencia del mundo exterior; este es el mínimo que se debe lograr, y solo sobre esta base puede acabar por garantizarse su seguridad. Esta seguridad de la que hablamos aquí simplemente significa ser capaz de garantizar que no se perturba ni se arresta a aquellos que hacen sus deberes y que los pueden desempeñar con normalidad. Es tan simple como eso. Si los líderes y obreros no pueden garantizar que aquellos que hacen su deber sean protegidos de la interferencia y el arresto, entonces no hay manera de que se garantice su seguridad. Pensadlo, ¿a qué deberían prestarle atención los líderes y obreros para garantizar la seguridad del personal de tareas importantes? Primero, deben asentar al personal de tareas importantes en una localización adecuada. ¿Qué significa que sea adecuada? Debe cumplir al menos dos condiciones. Primero, esta localización debe estar libre de cualquier interferencia del entorno. Segundo, no debe llamar la atención; solo unos pocos hermanos y hermanas locales saben que esta familia cree en Dios y acoge a otros, nadie más tiene conocimiento de ello. Solo un lugar semejante es apropiado para acoger a aquellos que hacen deberes importantes. Después de que ese personal de tareas importantes se mude allí, no se debería divulgar a la ligera la información personal como el nombre y lugar de origen de cada persona, además de las situaciones específicas, como el tipo de trabajo de iglesia al que se dedican y si los han arrestado con anterioridad o si el gobierno los busca. Mientras menos gente lo sepa, mejor. Como la estatura de las personas es demasiado pequeña y no es seguro que puedan mantenerse firmes si las arrestaran y encarcelaran, deberían tener autoconciencia y contenerse a la hora de indagar a la ligera sobre la información personal de los hermanos y hermanas, para evitar causarse problemas futuros a sí mismos. Los principios y la sabiduría a este respecto deberían compartirse con frecuencia de modo que todo el mundo los entienda. Esto no solo es beneficioso para la obra de la casa de Dios, sino también para cada individuo. Por tanto, los líderes y obreros deberían instruir a los hermanos y hermanas de familias anfitrionas para que mantengan la boca cerrada y no divulguen información personal sobre aquellos que hacen deberes importantes a otros hermanos y hermanas o a los miembros no creyentes de su familia. ¿Es necesario hacer este trabajo? (Sí). Algunos hermanos y hermanas de familias anfitrionas son incapaces de mantener la boca cerrada. Por ejemplo, hubo alguien que acogió a unos cuantos líderes y obreros y se familiarizó con las situaciones personales y los trasfondos familiares de estas personas, así como con los deberes que estaban haciendo. Entonces, le contó a su hijo: “Mira, es de la misma edad que tú. Hace diez años que cree en Dios e incluso dejó su trabajo para hacer su deber. Solía trabajar en un departamento del gobierno en tal o cual ciudad, ¡con ingresos anuales de decenas de miles de yuanes!”. Ves que, como si se tratara de una charla ociosa, le reveló a un miembro no creyente de su familia la situación de esta persona que lleva a cabo deberes importantes. Los hay incluso que, cuando acogen a hermanos y hermanas a los que han arrestado y encarcelado con anterioridad, le dicen a algún miembro de su familia: “Mira, estuvieron en prisión durante años y nunca se convirtieron en judas. Después de que los liberaran, siguen haciendo su deber. Ahora el gobierno quiere arrestarlos de nuevo, así que no pueden irse a casa para reunirse con sus familias, sin embargo, no se muestran negativos. ¿Ves lo grande que es su fe? ¿Por qué no puedes creer tú de manera adecuada?”. Así, divulgan a la ligera información importante sobre los hermanos y hermanas como método para instruir a sus hijos. ¿Puede conllevar esto inconvenientes en el futuro? (Sí). ¿Es esto un problema? (Sí). Si no sucede nada a raíz de ello, está bien; pero una vez que el gran dragón rojo lleva a cabo arrestos, los miembros no creyentes de su familia son los primeros en salir a denunciar a los hermanos y hermanas: “¡Agente! Tal o cual es un líder, es al que queréis”. Entonces, el gran dragón rojo arresta a la persona delatada y la deja medio muerta de una paliza, lo que crea el interrogante de si será capaz de continuar haciendo su deber o de vivir una vida normal. Esta es la consecuencia de la traición. ¿Acaso esto no lo provoca la charla a la ligera del anfitrión? (Sí). Si el personal de tareas importantes queda expuesto a tales riesgos de seguridad, ¿acaso no significa eso que los líderes y obreros no han hecho su trabajo a fondo? (Sí). El anfitrión piensa: “Los miembros de nuestra familia son todos buenas personas; no os venderán. Apoyan la creencia en Dios; ¡incluso compran verduras y carne cuando venís!”. Tratan a los miembros no creyentes de su familia como si fueran hermanos y hermanas, incapaces de ver con claridad qué es capaz de hacer su familia o lo graves que podrían ser las consecuencias si vendieran a los hermanos y hermanas. Además, son muy inquisitivos respecto a la situación de los hermanos y hermanas, preguntan: “¿Cuántos años llevas haciendo este deber? ¿Has hecho alguna vez un deber peligroso? ¿Se te conoce bien en el ámbito local como creyente en Dios? ¿Te han arrestado alguna vez?”. En particular, en lo que respecta a aquellos que son buscados o están fichados por la policía debido a su creencia en Dios y predican el evangelio en otra región o país, el anfitrión siempre indaga sobre su información, pregunta: “¿Estás siendo buscado? ¿Es una orden de arresto local, provincial o nacional?”. “Estás fichado, ¿cuántas veces te han arrestado? ¿Cuántos años te condenaron a prisión?”. Pregunta sobre estos asuntos con un detalle extremo. Los hermanos y hermanas que se hospedan en su casa notan que son bastante entusiastas en su labor de acogida y no son malas personas. Si no comparten esta información, les parece que podría ser de mala educación, lo cual los coloca en una situación complicada. Algunas personas se sienten forzadas a decir varias cosas, y después de hablar, eso a veces lleva de manera inevitable a consecuencias serias. Por tanto, los líderes y obreros deberían dar las siguientes instrucciones directas al anfitrión: “Hay unas cuantas reglas que debes seguir cuando acoges a hermanos y hermanas. No indagues ni hagas preguntas despreocupadamente, saber demasiado sobre ellos no te va a beneficiar. Si te ocurre algo y no puedes soportar el tormento de la tortura, puedes acabar por volverte un judas. En ese caso, la información de la que te has enterado y que has captado sirve en esencia para marcar el camino de convertirte en un judas. Si eso ocurre, te arrepentirás toda la vida y al final te enfrentarás al castigo. Si no conoces estos detalles, no te convertirás en judas. Así que, de ninguna manera debes indagar ni intentar enterarte sobre estos asuntos. El desconocimiento te protege y no afecta a tu labor de acogida o a que alcances la verdad en tu creencia en Dios. Es mejor que no lo sepas. Tienes claro que estos hermanos y hermanas están aquí para hacer su deber y que no son personas malas ni malvadas, así que no hay necesidad de indagar más. Cumplir bien tu deber de ser su anfitrión es lo más importante, y basta con garantizar su seguridad”. Este es un aspecto del trabajo que los líderes y obreros deben hacer. Asimismo, esos creyentes locales que carecen de base en su fe y solo son creyentes de nombre, aquellos a los que se les suelta la lengua y son propensos a hacer indagaciones, los que mantienen un contacto cercano con el personal del gobierno y los que se esconden de inmediato como tortugas que ocultan la cabeza en su caparazón cuando surge un problema —y que podrían incluso vender a la iglesia y volverse judas—, no se les debe permitir en absoluto que sepan que las familias anfitrionas acogen a los hermanos y hermanas. Si hace falta la ayuda de algunos hermanos y hermanas con la labor de acoger al personal de tareas importantes, solo se debería seleccionar para cooperar a aquellos con una base en su creencia en Dios y que poseen sabiduría. Aquellos sin una base ni sabiduría no son para nada apropiados. Por tanto, ¿cómo se debería exactamente proporcionar asistencia? Los hermanos y hermanas de las familias anfitrionas se centran en acoger en sus hogares, mientras que los hermanos y hermanas locales con sabiduría y fe aportan asistencia desde fuera al proporcionar cobertura y salvaguarda del entorno. Deberían asociarse con gente influyente, estar al día de las políticas, tendencias y operaciones potenciales del gobierno, e informar con prontitud a los hermanos y hermanas de las familias anfitrionas. De este modo, si el gobierno inicia cualquier operación de arrestos, las medidas preventivas se pueden implantar enseguida, y todavía habrá tiempo para la evacuación y la recolocación, o para la ocultación, con lo que se evita cualquier peligro. Solo de esta manera se puede garantizar en lo esencial la seguridad de aquellos que hacen deberes importantes. En resumen, no está bien que los líderes y obreros aborden este trabajo con una mentalidad simplista; pensar con complejidad a este respecto siempre es mejor que pensar con simpleza, porque los problemas de seguridad no se pueden ignorar; ¡si algo va mal, no va a tratarse de un asunto menor!

Hay además situaciones específicas a las que prestar atención en el trabajo de garantizar la seguridad del personal de tareas importantes. Algunas personas asumen deberes arriesgados, como transportar libros de las palabras de Dios o, en las zonas comprometidas, entregar instrucciones del trabajo o lidiar con las secuelas. Aquellos que hacen ese trabajo peligroso no deben vivir nunca con aquellos que hacen deberes importantes ni deberían saber dónde viven esos individuos o qué familia los acoge. Esto se debe a que aquellos que hacen trabajo peligroso corren el riesgo de que los rastreen y arresten en cualquier momento. Si los atrapan y los someten a tortura, puede que traicionen a la iglesia, lo que a su vez implicaría a aquellos que hacen deberes importantes y a las familias anfitrionas. ¿Acaso no guarda esto relación con el problema de la seguridad? Si parte del personal que hace deberes importantes sale a lidiar con asuntos y ha convenido regresar en tres días, pero a los tres días no ha vuelto, ¿diríais que su situación es peligrosa? ¿Se debería evacuar al resto de personal que hace sus deberes? (Sí). En tales casos, la evacuación inmediata es necesaria; no debe haber ninguna demora ni adoptarse ningún riesgo; no pueden tener una mentalidad de depender de la suerte. Algunas personas son holgazanas, les parece problemático y son reacias a evacuar, dicen: “¿Qué tiene de malo esperar un día más? Tal vez solo se demoró por una situación especial”. Esperar un día más solo aumenta el peligro. Si evacúas y no ocurre nada, siempre puedes regresar y eso no sería un error. Sin embargo, si no evacúas y esperas un día más, podría tener lugar algún incidente, y entonces ya será demasiado tarde para arrepentirse. Por tanto, si los hermanos y hermanas que salieron a lidiar con los asuntos no regresan transcurrido el periodo convenido, es posible que algo haya ido mal. Para protegerse de cualquier eventualidad, a los hermanos y hermanas relacionados se les debería evacuar y recolocar de inmediato en un lugar relativamente seguro. Una vez que se halla una localización adecuada, pueden reanudar sus deberes con normalidad, sin que sea demasiado tarde. Otra situación se da cuando el gran dragón rojo arresta a la persona de la iglesia local responsable del trabajo de asentar a los hermanos y hermanas. ¿Qué se debería hacer en tales casos? (Recolocar de inmediato al personal de tareas importantes). La primera prioridad de los líderes y obreros es recolocar de inmediato a ese personal de tareas importantes en un lugar relativamente seguro. Por encima de todo lo demás, se debe garantizar su seguridad. No deberían exponerse a ningún riesgo. Después de recolocarlos, el trabajo consecuente se puede llevar entonces a cabo. Algunos atolondrados siempre tienen la mentalidad de depender de la suerte: “Arrestaron a tal o cual, pero no pasa nada; su fe es bastante sólida, y siempre se muestra especialmente fuerte en circunstancias adversas. En ningún caso cometería traición. Por tanto, puedo garantizar que no existe ningún peligro en absoluto; no hay necesidad de que nadie se recoloque”. ¿Son correctas estas palabras? (No). Hay además personas que dicen: “Aunque traicionen, serán selectivos al respecto; solo delatarán información sobre asuntos nada importantes, lo que en definitiva no va a afectar a vuestra seguridad”. ¿Son correctas estas palabras? (No). ¡Estas palabras no se sostienen! ¿Puede la gente ver a los demás con claridad? Aunque la persona en cuestión tenga estatura, deberíamos evitar hablar con demasiada confianza, ya que nadie puede cargar con las consecuencias si algo de veras va mal. ¿Qué otro trabajo se necesita para proteger la seguridad del personal que hace deberes importantes? Cuando empiecen a desempeñar sus deberes, los líderes y obreros deberían compartir con claridad los principios-verdad relacionados con hacer su deber, además de qué principios y sabiduría aplicar cuando surjan situaciones. Asimismo, cuando salen a hacer sus deberes, los líderes y obreros deberían asignar a una o dos personas con experiencia social y sabiduría para cooperar con ellos. Este es el único enfoque seguro y fiable. Practicar de esta manera puede, por un lado, proteger su seguridad personal. Por otro, puede ayudarlos a resolver algunos problemas que no pueden resolver por su cuenta. Esto prevendrá ciertos inconvenientes y garantizará que aquellos que salgan a hacer sus deberes puedan llevarlos a cabo con normalidad. En cuanto a los líderes y obreros, garantizar la seguridad de aquellos que hacen su deber es un aspecto muy importante del trabajo, en especial en países sin libertad de creencia. Para hacer bien el trabajo de la iglesia, la primera prioridad es garantizar la seguridad del personal que desempeña su deber, con independencia de si lo llevan a cabo de manera local o lo hacen en el exterior. Solo los líderes y obreros que pueden ocuparse bien de la tarea de la seguridad son adecuados para el uso de Dios. Aquellos que no pueden hacer este trabajo cuentan con una humanidad inmadura y carecen de perspectiva y sabiduría. Les resultaría complicado llegar a ser aptos para el uso de Dios.

II. Cómo garantizar la seguridad del pueblo escogido de Dios en diversos países extranjeros

A. Procesar el estatus legal del pueblo escogido de Dios

Al llevar a cabo el trabajo de la iglesia en diversos países extranjeros, la primera prioridad debería ser asentar de manera adecuada al personal que hace sus deberes, garantizar su seguridad de modo que pueda hacer sus deberes con normalidad. Otro asunto importante es lidiar con el tema del estatus legal, algo de lo que hay que ocuparse en cuanto el pueblo escogido de Dios llega a un nuevo país. Sin estatus legal o con uno que no sea legítimo, siempre existe el riesgo de la deportación, no importa lo bueno que pueda ser su entorno de vida. Los individuos cuyo estatus no es legítimo se consideran residentes ilegales, y la seguridad de estas personas está en riesgo; sin su seguridad garantizada, no pueden hacer sus deberes durante mucho tiempo. Por tanto, en los países extranjeros, asentar de manera adecuada al personal que hace sus deberes es la primera tarea para los líderes y obreros. Una vez que se los ha asentado de manera adecuada, el siguiente paso es disponer que empiecen a procesar su estatus legal. En cualquier país, como poco, el objetivo de procesar el estatus legal debería ser el de permitir a los hermanos y hermanas residir allí legalmente. Este es también un aspecto importante del trabajo de garantizar la seguridad del personal de tareas importantes. Para conseguir la residencia legal, el primer requerimiento es que el estatus de uno sea legal; no pueden residir en ningún lugar de manera ilegal. Los líderes y obreros deberían hacer todo lo posible para asentar a los hermanos y hermanas de acuerdo con los preceptos del gobierno para la residencia legal. Los líderes y obreros pueden estar directamente implicados en este trabajo de colocación o bien hacer seguimiento de él. Si hay asuntos que no se pueden desentrañar, deberían buscar enseguida de los líderes y obreros de los niveles superiores. En ausencia de circunstancias especiales, deberían practicar de acuerdo con las reglas previas de la iglesia. Los líderes y obreros necesitan hacer indagaciones de vez en cuando, y si se enteran de que alguien tiene problemas con su estatus legal o de cualquier circunstancia especial, deberían disponer que el personal que se encarga de los asuntos externos resuelva los problemas del proceso para legalizar el estatus del pueblo escogido de Dios. Por supuesto, el primer paso es encontrar a unos pocos abogados especializados para lidiar con el proceso del estatus. Al contratar a abogados, deben tomarse precauciones para evitar engaños, no se debería contratar a abogados falsos ni a los que no están especializados en procesar el estatus legal. Los líderes y obreros deberían ante todo considerar estos aspectos relacionados con el proceso del estatus legal, y estos asuntos se deben arreglar bien. Este trabajo es además parte de proteger al personal de tareas importantes y garantizar su seguridad, así que cuando se trata de hacer este trabajo, los líderes y obreros no deben permanecer ociosos. Hay quien dice: “Asentar al personal que hace sus deberes es el trabajo de la casa de Dios, solo hemos de hacerlo después de recibir las disposiciones directas de lo Alto. Si lo Alto no lo dispone, no hace falta que nos molestemos con ello, y aunque algo vaya mal, no tiene nada que ver con nosotros. Además, cada país tiene diferentes preceptos sobre inmigración y estatus legal, ¡no podemos lidiar con un asunto tan importante! Todo el mundo ha de limitarse a confiar en sí mismo y esperar que todo vaya bien; si pueden quedarse en un país, se quedan; si no, regresan”. ¿Son correctas estas palabras? (No). ¿Qué piensas de esta actitud? (Es irresponsable). Por una parte, es irresponsable; por otra, es una manifestación de que los falsos líderes no hacen trabajo real y evitan la responsabilidad. En cuanto a los líderes y obreros, asentar al personal de tareas importantes en el extranjero es además un aspecto importante del trabajo. Una vez que se asienta de manera apropiada a este personal y pueden hacer sus deberes con normalidad, el siguiente paso inmediato es disponer que el personal de asuntos externos los guíe en el proceso de su estatus legal. Sobre todo, cuando durante el proceso surgen situaciones especiales con las que no pueden lidiar los hermanos y hermanas, a los líderes y obreros se les deberían ocurrir maneras de encontrar soluciones y no ignorar el problema. Si surge algún problema con el proceso del estatus legal, no es un asunto pequeño y se debería lidiar con él y resolverlo tan pronto y tan rápido como sea posible. No te retrases, lo que se puede hacer hoy no se debería dejar para mañana, pues eso podría llevar a consecuencias que serían terribles e inimaginables. Si los líderes y obreros son negligentes y abandonan sus responsabilidades, no le dan urgencia al asunto y postergan el momento más oportuno para procesar el estatus legal, lo que causa que el personal que hace sus deberes sea incapaz de llevarlos a cabo con normalidad, ¿quién carga con la responsabilidad? Estos individuos realizaron sus peticiones a los líderes de la iglesia y al personal encargado del proceso, y los líderes y obreros estaban enterados, pero como no se tomaron en serio el asunto o pusieron excusas para no lidiar con este, el proceso del estatus legal de parte del personal de tareas importantes se demoró, lo que afectó en cierta medida a determinados aspectos importantes del trabajo de la iglesia. Por tanto, ¿quién creéis que debería cargar aquí con la responsabilidad? (Los líderes y obreros). La casa de Dios ha enfatizado en repetidas ocasiones este asunto. Los líderes y obreros no son ajenos a ello ni están desinformados ni carecen de entendimiento, sino que en cambio lo saben, pero no se lo toman en serio. Mientras no incumba a sus propios asuntos, mientras se trate de los problemas de otro, los posponen cada vez que es posible, hasta que al final demoran un asunto tan importante como el proceso del estatus legal del pueblo escogido de Dios. Cuando trae consecuencias, los líderes y obreros deben cargar con la responsabilidad. Esta responsabilidad no debe quedarse solo en palabras; si impacta en el trabajo de la iglesia, en especial en el trabajo importante de la casa de Dios, entonces la responsabilidad con la que cargan los líderes y obreros se vuelve importante. Como poco, Dios les atribuirá un demérito, será una transgresión; esa es la consecuencia. Si es algo que te corresponde hacer, algo dentro del ámbito de tus responsabilidades, y no lo haces o lo ignoras, o lo demoras debido a ciertas razones personales, entonces debes cargar con la responsabilidad. Hay quien dice: “No sabía cómo resolverlo; no tenía forma alguna de avanzar”. Pero ¿te lo tomaste en serio y buscaste a los líderes y obreros de niveles superiores a la primera oportunidad? Los hay que dicen que olvidaron el asunto porque estaban ocupados con otro trabajo. Aunque de veras lo hubieran olvidado por estar ocupados, ¿cómo es que se siguen olvidando después de que alguien les saque el tema y se lo recuerde repetidas veces? ¿Qué problema indica esto? (No han guardado el asunto de procesar el estatus legal de los hermanos y hermanas en su corazón; no tienen sentido de la carga de ningún tipo). El hecho de que puedan olvidar un asunto tan importante muestra que carecen de sentido de la responsabilidad y no son dignos de confianza. Puedes olvidar algo tan importante como procesar el estatus legal del pueblo escogido de Dios, ¿acaso te olvidarías de procesar tu propio estatus legal? Si no olvidarías tus propios asuntos, pero sí los de los demás, eso prueba que tienes poca calidad humana, careces de amor y eres egoísta y vulgar. Has completado el proceso de tu propio estatus legal, sin embargo, tratas el proceso del estatus legal de los hermanos y hermanas como un asunto corriente y trivial, o incluso lo ignoras por completo, y al final demoras un asunto tan importante como es dicho proceso de su estatus legal. ¿Puedes cargar con esta responsabilidad? ¿Acaso tales líderes y obreros no carecen por completo de conciencia y razón? ¡Son tan egoístas y vulgares! Solo se preocupan por ellos mismos e ignoran a los demás; ¿qué problemas indica esto? ¿Acaso no son falsos líderes? (Sí). La esencia de su problema se deja así en evidencia por completo. Simplemente no quieren ocuparse del proceso del estatus legal de los hermanos y hermanas, lo consideran problemático. En su corazón piensan: “¿Qué tiene que ver conmigo el proceso del estatus legal de los hermanos y hermanas?”. Esta es la actitud con la que tratan el asunto del proceso del estatus legal de los hermanos y hermanas, con lo que al final demoran esta importante cuestión y afectan al cumplimiento del deber de los hermanos y hermanas, así como al trabajo de la iglesia. ¿Dirías que esos falsos líderes merecen castigo? (Sí). Se les debería hacer responsables porque fue intencionado; sin duda no fue una demora accidental causada por factores objetivos. Si se produjera un desastre natural, como un terremoto, una inundación o algún acontecimiento político importante que interrumpiera el transporte y la comunicación, lo cual les imposibilitaría encargarse de estos asuntos, eso sería comprensible. Sin embargo, si ninguno de estos acontecimientos tuviera lugar, y aun así olvidaran o descuidaran el proceso del estatus legal de los hermanos y hermanas, lo cual demoraría el importante asunto del estatus legal de estos individuos, entonces un líder u obrero así falta a su responsabilidad. Se le atribuirá un demérito y se le hará responsable. ¿Lo entendéis? (Sí). Dado que eres un líder u obrero, tienes la responsabilidad de hacer el trabajo que te corresponde. En cuanto a todo lo que entra en el ámbito de tu responsabilidad, debes lidiar con ello de manera adecuada y completarlo, de acuerdo con los requerimientos de la casa de Dios. Sin embargo, si lo evitas o demoras de manera intencionada, esta es una dejación de tu responsabilidad, y esta dejación es una transgresión. Si demoras un asunto a propósito y no lidias con él, tu fracaso se acabará convirtiendo en una transgresión, y Dios te atribuirá un demérito. Se te hará responsable de este asunto.

Si hay ciertos problemas con el estatus legal del pueblo escogido de Dios en los países extranjeros o si sus vecinos o cualquier extraño presentan allí una queja contra sus miembros o los denuncian, estos pueden correr el riesgo de que los deporten. Además, puede que algún miembro del pueblo escogido de Dios en los países extranjeros sea detenido y multado o bien arrestado y encarcelado por el gobierno de ciertos países a partir de unos cargos inventados. Sea cual sea la situación, cuando los líderes y obreros la conozcan, no deberían comportarse como tortugas que se esconden en su caparazón; deberían lidiar con este asunto desde el primer momento, con el objetivo último de garantizar la seguridad de los hermanos y hermanas, sin permitirles que caigan en manos de personas malvadas. Si a los líderes y obreros solo les importa organizar el trabajo de la iglesia, pero no le prestan atención al asunto de procesar el estatus legal de los hermanos y hermanas, lo que da como resultado que estos sean arrestados o deportados debido a la falta de estatus legal, ¿qué consecuencias son estas? ¿Acaso tales líderes y obreros no han arruinado la oportunidad de los hermanos y hermanas para hacer su deber? ¿Acaso esto no afecta directamente al trabajo de la iglesia? La naturaleza de este problema es entonces bastante grave. Si los líderes y obreros no han lidiado antes con este asunto, pueden buscar entre los hermanos y hermanas a alguien con habilidad en el manejo de los asuntos externos para que le consulte a un abogado y se ocupe de este tema, con lo que se esfuerza por lograr el objetivo de proteger a los hermanos y hermanas y la seguridad del personal de tareas importantes. Este es además un aspecto importante del trabajo que los líderes y obreros deben desempeñar en el extranjero; los líderes y obreros locales han de tomar la iniciativa de ocuparse de este asunto. Además de proteger la seguridad de los hermanos y hermanas locales, deben proteger la seguridad de los hermanos y hermanas extranjeros incluso en mayor medida; solo de este modo hay seguridad para el trabajo de la iglesia. Esta es la responsabilidad que los líderes y obreros de cada país deberían cumplir respecto a los hermanos y hermanas locales y al personal extranjero de tareas importantes; no deberían no hacer nada. Algunos líderes y obreros dicen: “Son hermanos y hermanas extranjeros y no estamos familiarizados con ellos, no existe una relación personal entre nosotros. Los envió la casa de Dios para predicar aquí el evangelio; ¿qué tiene eso que ver con nosotros? Se han causado este percance a sí mismos; no indagaron en la situación con claridad antes de venir ni manejaron bien estos asuntos. No tenemos manera de intervenir en este percance; quién sabe qué les hará el gobierno”. Se limitan a servirse de diversas excusas para evadir y evitar estos asuntos, y no intentan buscar maneras de dar el paso adelante para resolverlos. ¿Es correcto actuar de esta manera? (No). ¿Por qué no? (Si los líderes y obreros no dan un paso adelante para resolver estos problemas y los hermanos y hermanas, entretanto, no tienen senda para resolverlos, entonces no cabe duda de que surgirán problemas. Los líderes y obreros no han cumplido bien su responsabilidad de proteger a los hermanos y hermanas; esto es un abandono de su responsabilidad). El deber de los líderes y obreros es cumplir todas y cada una de las responsabilidades que los líderes y obreros deberían cumplir en la casa de Dios. El ámbito de la casa de Dios no está limitado a la zona o la región locales o a cierto país; la casa de Dios no cuenta con fronteras nacionales ni limitaciones regionales. ¿Existen limitaciones raciales en que Dios elija a las personas y las salve? (Ninguna). ¿Hay limitaciones de nacionalidad o región? (Tampoco). Tampoco las hay. Este es el principio por el que Dios hace Su trabajo; así, ¡este principio es la verdad! No importa de qué país sean los hermanos y hermanas, todos creen en un solo Dios, siguen a un Dios y además comen y beben la verdad que un Dios comparte y proporciona. Experimentan el trabajo que hace un Dios y veneran a un Dios. Con independencia del color de piel o de la raza, en la casa de Dios y ante Él, son uno: son una sola familia. Dado que son una sola familia, no deberían existir distinciones entre ellos; no debería haber limitaciones raciales o regionales; no debería haber divisiones de “tú eres asiático, yo soy europeo” o “tú eres blanco, yo soy de color”; no deberían existir estas distinciones. Si todavía realizas estas distinciones en la casa de Dios, entonces está claro que no consideras la casa de Dios como Su casa ni a ti mismo como un miembro de la casa de Dios. Por tanto, cuando los hermanos y hermanas extranjeros se enfrentan a problemas como la deportación o el arresto ilegal, vengan de donde vengan, sea cual sea su nacionalidad o su color de piel, son hermanos y hermanas; dado que son hermanos y hermanas, cuando afrontan problemas, los líderes y obreros locales deberían dar un paso al frente y lidiar con este asunto ciñéndose a su deber, y no deberían hacer distinciones entre las personas. Esto se conforma a los principios, se ajusta por completo a las intenciones de Dios y es la verdad que la gente debería practicar.

En este momento, muchos miembros del pueblo escogido de Dios están yendo a diversos países del extranjero desde China para predicar el evangelio y dar testimonio de Dios. Una vez que llegan a esos países, lo primero que han de hacer es procesar su estatus legal antes de poder trabajar con paz mental. Procesar el estatus legal no es un asunto sencillo; requiere la cooperación de las personas de la iglesia local. Aquellos al cargo de las iglesias en diversos países deberían buscar a algunos hermanos y hermanas que entienden las políticas del país y conocen sus leyes para ayudar al pueblo escogido de Dios procedente de China a resolver el problema de procesar el estatus legal. Resolver este problema tiene una importancia capital. Los líderes y obreros de las iglesias de diversos países deberían esforzarse al máximo para cooperar, ya que solo al resolver por completo el problema del estatus legal de las personas puede avanzar con normalidad el trabajo de la iglesia; en caso contrario, el trabajo de la iglesia se verá afectado. Aquellos a cargo de las iglesias en diversos países deberían estar preparados y disponer de personas capaces de manejar estos asuntos. Hacer esto beneficia el trabajo de la iglesia y además manifiesta consideración hacia las intenciones de Dios. Algunos líderes y obreros podrían decir: “Nunca hemos manejado este tipo de asuntos y tampoco sabemos qué hacer”. En esta situación, deberían buscar a personas que entiendan de estos temas. Entre el pueblo escogido de Dios en cada país, están aquellos con educación y conocimiento, y aquellos que entienden las leyes y políticas nacionales. Para ellos, manejar estos asuntos solo requiere un poco de consulta para encontrar una senda, ¿no es así? A la hora de lidiar con este tipo de asuntos, no deberías ser pasivo ni inactivo; si no entiendes algo, deberías encontrar a un abogado para consultarlo. Mientras que se encuentre a la clase relevante de abogado, habrá naturalmente una senda. Puede que nosotros no entendamos este asunto, pero el abogado sí lo hará. Tener un corazón de búsqueda es la actitud correcta, es una manifestación de tener un sentido de la responsabilidad. Si surgen ciertas dificultades, deberíais orar, buscar y compartir juntos con el mismo sentir, y después de encontrar principios y senda para resolver el problema, resolverlo por completo. Solo entonces puede avanzar con fluidez el trabajo de la iglesia. Si al descubrir un problema los líderes y obreros pueden enterarse enseguida de este, hacer un seguimiento y resolverlo, ¿acaso no son líderes y obreros responsables? (Lo son). Tales líderes y obreros no solo tienen sentido de la responsabilidad, sino que pueden resolver los problemas de inmediato, lo que significa que tienen esperanzas de convertirse en líderes y obreros acordes al estándar. Sea cual sea la profundidad de su entendimiento de la verdad, si se centran en resolver problemas, entonces son capaces de hacer trabajo real. Como poco, pueden llegar a cometer menos errores o ninguno; y aunque cometan algunos, pueden corregirlos enseguida para recuperar algunas pérdidas, de modo que al final logran el objetivo de salvaguardar el trabajo de la casa de Dios. ¿Creéis que es difícil cumplir bien con esta responsabilidad? (No). De hecho, no lo es; depende de si las personas tienen lealtad al hacer su deber y de si pueden cumplir bien con su responsabilidad en el trabajo. Solo necesitas pensarlo un poco, dedicarle un poco de tiempo e invertir algo de energía; no requiere que gastes dinero ni asumas ningún riesgo. Solo has de dar un paso al frente para ayudar a resolver los problemas y a lidiar bien con los asuntos, y de esta manera puedes cumplir con el estándar. Por tanto, este no es un asunto difícil, y a los líderes y obreros debería resultarles fácil lograrlo. Sin embargo, hay algunas personas que ni siquiera pueden lograr algo tan fácil, y está muy claro que esto no se debe a un calibre o una capacidad insuficientes, o a que las condiciones o el entorno no lo permitan, sino más bien a que no están dispuestas a hacerlo. Cuando surgen situaciones especiales que involucran al estatus legal o la residencia del personal de tareas importantes, o a asuntos relativos a su colocación, los líderes y obreros tienen la responsabilidad de emprender este trabajo. No importa a quién asientes o cuál sea su nacionalidad o su raza; lo único que necesitas es aceptar esto de parte de Dios. Este trabajo te lo encomienda Dios, es tu responsabilidad y tu obligación, además de tu misión. Este trabajo que aceptas proviene de Dios, no de cualquier persona, así que no deberías preocuparte de quiénes son las personas a las cuales estás asentando. Hay algunos que podrían decir: “Es aceptable proteger a los hermanos y hermanas locales, pero si vienen aquí hermanos y hermanas extranjeros, eso no es asunto nuestro”. ¿Tienen sentido de la responsabilidad o humanidad las personas que dicen esto? (No). Consideran a los hermanos y hermanas locales sus hermanos y hermanas, pero no a los extranjeros, ¿se sostiene esto? (No). ¿Se conforma a la verdad? (No). ¿Por qué no se conforma a la verdad? (Los falsos líderes no son considerados con las intenciones de Dios; ignoran a los hermanos y hermanas extranjeros y no dan un paso al frente para manejar problemas cuando estos surgen; no salvaguardan el trabajo de la casa de Dios). Los falsos líderes evitan la responsabilidad mediante diversas excusas y no hacen trabajo real. Aseguran estar dispuestos a gastarse para Dios y a practicar la verdad, pero cuando llegan los asuntos fundamentales del trabajo de la iglesia, se esconden. Esto es ser irresponsable. En cuanto a todos los asuntos relacionados con proteger la seguridad de los hermanos y hermanas en el extranjero, los líderes y obreros han de ocuparse de ellos con prontitud, tratarlos como una responsabilidad y como una tarea que han de completar. No deberían poner excusas para evitarlo ni permitir que su dejación de esta labor afecte al progreso de los diversos aspectos de la obra de la casa de Dios.

B. Proporcionar a todos los hermanos y hermanas un conocimiento legal básico

¿Qué otros aspectos del trabajo relacionados con la seguridad de los hermanos y hermanas en el extranjero se os ocurren? (En los países extranjeros, los líderes y obreros deben además proporcionar a todos los hermanos y hermanas algo de conocimiento legal básico, de modo que puedan desarrollar un sentido de conciencia legal y evitar participar en actividades que vulneren la ley). Los líderes y obreros deberían proporcionar a todos los hermanos y hermanas conocimiento legal básico y comprensión de los diversos preceptos gubernamentales. Deberían aprender más sobre estos ámbitos de los hermanos y hermanas locales del país en el que se encuentren, como las políticas de inmigración y las relacionadas con la vida cotidiana, y luego organizar a los hermanos y hermanas para estudiarlas, de modo que puedan atenerse estrictamente a los preceptos del gobierno nacional y refrenarse a la hora de hacer cualquier cosa que vulnere la ley. En particular, el pueblo escogido de Dios de China, que ha estado bajo un régimen dictatorial durante tantos años, carece de conocimientos legales y no entiende la importancia de la ley. En consecuencia, se comporta a la ligera y con despreocupación, como gente incivilizada. Cuando se marchan a vivir al extranjero, parecen muy ignorantes y a menudo hacen cosas que muestran falta de entendimiento de las reglas. Por ejemplo, en algunos países democráticos occidentales, el orden social se gestiona muy bien, con preceptos que prohíben el ruido desde las 10 de la noche hasta las 8 de la mañana, no se permite ningún sonido como el de perros ladrando ni el traqueteo de maquinaria de construcción. Si alguien vulnera estos preceptos y lo denuncian, la policía se ocupará de ello. En China continental, nadie gestiona estos asuntos; cualquier lugar donde viva gente será ruidoso sin razón, habrá sonido de música alta, bailes, borracheras y fiestas, y nadie interviene. Si alguien intenta hacer algo, puede que sufra represalias, así que a los chinos no les queda otra opción que no sea soportarlo. Los países occidentales son diferentes, todo el mundo está protegido por la ley. Si tu perro ladra con frecuencia en mitad de la noche y perturba el descanso de tus vecinos, se quejarán sobre ti. Lo que haces afecta a la vida normal de las personas, has vulnerado preceptos legales, es legítimo para ellos que usen la ley como arma para presentar una queja contra ti. Además, hay personas que continúan el trabajo de construcción hasta las 11 o las 12 de la noche y afectan al descanso de los vecinos, lo que resulta en quejas. La policía acude entonces para poner una multa y advierte de que no se haga ruido durante las horas designadas. Algunas personas carecen incluso de concienciación sobre la limpieza del entorno, ensucian y dejan basura tirada por toda la calle. Los países democráticos occidentales son especialmente ordenados. Los residentes han establecido horarios para tirar la basura y vienen camiones en días concretos para llevársela. Después de la recogida, las calles se mantienen limpias. Aquellos que no entienden esto puede que suelten basura, lo cual también se considera una vulneración de los preceptos. Esto afecta a la salubridad pública y a la apariencia de la ciudad, así que puede que se presenten quejas contra ellos. Los chinos, al no seguir las reglas, a menudo reciben quejas cuando viven en el extranjero. Después de que los denuncien muchas veces, tienen opiniones sobre los occidentales, dicen: “A los occidentales les encanta presentar quejas, se quejan por cualquier cosa”, a lo que Yo digo: “Han presentado quejas contra ti por muchos asuntos y no has reflexionado sobre ti mismo, sino que en su lugar los culpas a ellos por presentar quejas. ¿Tenían razón al presentarlas entonces? ¿Eran correctas las cosas que hacías o no?”. Tenían toda la razón al presentar esas quejas; perjudicaste sus intereses y afectaste a sus vidas, así que, ¿por qué no iban a presentar quejas contra ti? Esto se hace para salvaguardar el orden social y demuestra que este país está gobernado por la ley; todo el mundo está protegido por la ley, y la ley en este país no es para aparentar, todo el mundo la puede usar como arma para salvaguardar sus propios derechos e intereses. Presentan quejas contra ti porque no entiendes la ley y has vulnerado los preceptos locales. Primero deberías aprenderte los preceptos locales y comportarte conforme a la ley y los preceptos; entonces, ¿crees que aún así presentarían quejas contra ti? (Ya no las presentarían). Entonces, ¿por qué los chinos nunca presentan quejas, por muy grave que sea el asunto? (El gobierno los ha oprimido durante tanto tiempo que no se atreven a presentar quejas. Además, los chinos no conocen el concepto de defender sus derechos). China no es un país regido por la ley. No se gobierna de acuerdo con la ley. Las leyes chinas son solo para aparentar y no sirve de nada presentar una queja allí. Si presentas una queja y la otra parte tiene poder e influencia, puede que vaya a por ti. Si no tienes influencia, no te atreverías a presentar una queja; es fácil que presentar una queja pueda conllevarte problemas. Por tanto, cuando el pueblo chino se enfrenta a la persecución, en especial en casos donde matan a alguien, por muy injusta que sea la muerte, el asunto se resuelve simplemente en privado si el asesino paga algo de dinero. ¿Por qué los miembros de la familia de la víctima no presentan una demanda? Saben que nunca ganarían; les costaría mucho dinero, pero no obtendrían nada de justicia ni el asesino sería llevado ante ella, así que eligen no seguir el cauce legal y arreglarlo en privado. Las leyes chinas son solo para aparentar; China no es un país gobernado por la ley, no hay espacio para buscar justicia. Presentar una demanda es inútil. Por tanto, sean cuales sean las situaciones ilegales a las que se enfrenten los chinos, no se atreven a presentar quejas. Esto es porque el Partido Comunista solo comete fechorías, la razón le supera y no gobierna conforme a la ley. En China, mientras uno sea una persona corriente, da igual lo grave que sea el problema al que se enfrente, no cuenta como un asunto por el que preocuparse a ojos del Partido Comunista; nadie va a abordarlo. Cosas como afectar al descanso de los demás, o incluso casos de hurto, robo y allanamiento, simplemente no se consideran problemas para el Partido Comunista. Sin embargo, en los países occidentales es diferente. En occidente tienen un sistema democrático y una sociedad regida por la ley; así que cuando el descanso de alguien se ve afectado, se presentará una queja y la policía vendrá a investigarlo y a ocuparse del asunto. Los occidentales tienen esta conciencia legal y no hacen esas cosas necias; solo las hacen aquellos que vienen del extranjero y no entienden las reglas. Cuando los chinos empiezan a vivir en el extranjero, reciben quejas a menudo. Con el tiempo, aprenden las leyes y preceptos locales y ya no se atreven a hacer cosas que vulneren la ley ni perturben a los demás. Por tanto, los líderes y obreros deberían organizar a los hermanos y hermanas para que aprendan las diversas leyes y preceptos del país en el que viven. Da igual lo que pretendan hacer, primero deben consultar la ley; aunque sea para criar pollos o cerdos en su propio jardín, primero deberían comprobar los preceptos del gobierno. Pueden buscar información en internet o consultar a hermanos y hermanas locales y así encontrar respuestas precisas. En todos los asuntos de diversos países occidentales, el gobierno tiene preceptos específicos. Por ejemplo, en la construcción, hay preceptos sobre a qué altura respecto al suelo deben estar los enchufes eléctricos y a qué distancia deben estar separados unos de otros. Además, existen estándares específicos para el grosor de las barandas de las escaleras y la anchura de los balaústres. El personal del gobierno inspecciona cada paso de la construcción, así que es raro que haya edificios que vulneren los códigos de construcción o no estén regulados. Si los residentes quieren construir una casa, un cobertizo para herramientas o un pequeño almacén en su jardín, han de obtener la aprobación del gobierno. Si quieren criar pollos o patos, hay preceptos sobre la distancia a la que debe estar el cercado de la propiedad de sus vecinos. Aunque los líderes y obreros no entiendan estas leyes y preceptos, si el trabajo de la iglesia involucra estos asuntos, entonces deben prestarles atención. Primero deberían consultar las leyes locales y los preceptos del gobierno; tener claros estos asuntos es beneficioso para nuestro cumplimiento del deber. Aunque los asuntos legales no están directamente relacionados con el trabajo interno de la iglesia, proporcionar un conocimiento legal básico a todo el mundo resulta todavía beneficioso. Como poco, pueden ganar algo de conocimiento, entender algunas reglas, aprender a vivir de manera adecuada y lograr semejanza humana. Asimismo, los líderes y obreros deberían compartir con los responsables de asuntos externos, ayudarlos a desarrollar conciencia legal. En cuanto a los asuntos menores, no es necesario consultar a un abogado; solo hace falta que entiendan los preceptos legales y los sigan de manera estricta. En lo que respecta a los asuntos importantes, sin embargo, deberían consultar con un abogado para obtener un entendimiento de las leyes locales. En resumen, sea lo que sea lo que se está haciendo, todas las acciones deben ajustarse a las leyes y preceptos. Practicar de esta manera durante un periodo de tiempo permitirá a la gente experimentar la importancia de seguir las leyes y los preceptos, y se ceñirán a las reglas cuando hagan algo. Esto también es beneficioso para el trabajo de la iglesia.

C. Principios que seguir cuando se envía a gente a predicar el evangelio

A la hora de proteger la seguridad de aquellos que hacen deberes importantes, hay otro ámbito de trabajo del que deben ocuparse los líderes y obreros, que es el de proteger la seguridad de aquellos que salen a hacer su deber. ¿Qué principios deberían seguirse cuando se envía a la gente a que salga a hacer su deber? Primero, se debería considerar la edad y el género de la persona, así como su perspectiva y su experiencia sobre la vida; los líderes y obreros no pueden ser atolondrados o descuidados a este respecto. Por ejemplo, si envías a trabajadores evangélicos a predicar el evangelio en un lugar desconocido, ¿a qué clase de personas sería apropiado enviar? (A gente con algo de perspectiva y sabiduría). Si cierta iglesia no dispone de mucha gente apropiada, con una mayoría de jóvenes que carecen de experiencia en la vida y de perspectiva, que no saben lidiar con las situaciones cuando se enfrentan a ellas —en especial a problemas desafiantes—, que hablan sin principios y que además carecen de sabiduría, entonces no serían capaces de hacer el trabajo. Si se envía a esa gente, no solo será incapaz de resolver los problemas, sino que además es probable que afecte al trabajo y lo demore. Por tanto, cuando se envía a gente a salir a hacer su deber, es necesario elegir a aquellos con madurez en su humanidad y con sabiduría; esas personas son las únicas aptas. Si no hay bastante gente apta, deja que los jóvenes se emparejen con los mayores para ir a hacer su deber. Por ejemplo, supongamos que hay una hermana joven de 25 o 26 años que, a pesar de haber creído en Dios durante bastante tiempo, poseer fe y estatura, y haber hecho su deber desde hace mucho, no sabría mantenerse a salvo si se la envía a hacer su deber en un lugar desconocido. En tal caso, sería necesario encontrar a un hermano o hermana local con experiencia en la sociedad a fin de emparejarlo con ella para llevar a cabo el deber. Por supuesto, si la localización del deber es en una zona conocida o en un lugar donde ya hay una iglesia, entonces los hermanos y hermanas jóvenes pueden ir a hacerlo. Sin embargo, si la gente acude a predicar el evangelio o a hacer otro trabajo a un lugar desconocido, en especial a uno donde la seguridad pública sea mala, entonces ha de tener en consideración su seguridad personal. En cuanto a los líderes y obreros, sea quien sea al que envíen a hacer trabajo, la seguridad es lo primero que se ha de considerar. Si no está claro qué clase de personas son las destinatarias potenciales del evangelio, o si estas podrían hacer cosas inapropiadas, entonces se debería ejercer la cautela cuando se envía a alguien a predicar el evangelio. En el pasado, oí que algunos líderes y obreros a menudo enviaban a hermanas jóvenes —de unos 18 o 19 años o de veintipocos— a lugares que no conocían para predicar el evangelio, y se sabe que ocurrieron algunos incidentes desafortunados. Al margen de lo que ocurriera en realidad, en última instancia guardaba relación con que los líderes y obreros no fueran meticulosos en sus consideraciones a la hora de hacer el trabajo. Los líderes y obreros deberían tener en cuenta estos factores en su trabajo y no deberían asignarles a la ligera a hermanos o hermanas muy jóvenes lugares desconocidos y peligrosos para hacer su deber. Hubo un líder que una vez dispuso que dos hermanas de 18 o 19 años fueran a predicar el evangelio. Cuando alguien dijo que eran demasiado jóvenes y no eran aptas para esa labor, entonces el líder buscó a una hermana de 21 para ir en su lugar, pues pensó: “Has dicho que 19 años es demasiado joven, así que he encontrado a alguien de 21. Es mayor, ¿no?”. ¿Cómo era el calibre de este líder? Era propenso a las distorsiones, ¿no? (Sí). Al tener solo dos años más de 19, ¿podría haber tenido experiencia en la vida? ¿Podría haber tenido experiencia en la sociedad? Cuando se enfrentara a dificultades o a situaciones peligrosas, ¿podría acabar llorando? Aunque era dos años mayor, en cuanto a edad, seguía siendo demasiado joven e incapaz de asumir este trabajo. Como poco, es necesario encontrar a un hermano o hermana que ande por los treinta o cuarenta años, o con más de cincuenta o sesenta; estos son mayores y tienen experiencia en la sociedad, cuando se enfrentan a situaciones, tienen la sabiduría para lidiar con ellas, lo que impide que se vuelvan peligrosas. Los jóvenes no han visto ni experimentado muchas cosas ni saben cómo manejarlas; puede que no se den cuenta siquiera de que se enfrentan a un peligro, lo que hace que sea fácil que ocurran incidentes. La gente mayor, al haber visto la perversidad en esta sociedad y en esta especie humana, tiende a estar más alerta ante los demás. Según su experiencia en la sociedad y su conocimiento de la vida real, pueden hacer algunos juicios razonables sobre qué clase de peligro podría surgir en ciertas situaciones, lo elevado del nivel de peligro, qué individuos son malvados y qué clase de cosas podrían hacer ciertas personas. Cuando se enfrentan a situaciones peligrosas, tienen además la sabiduría para escapar del peligro. Los jóvenes, por otra parte, carecen de experiencia. Cuando se enfrentan a situaciones, no pueden percibir las peligrosas consecuencias potenciales. Por tanto, en lo que respecta a los problemas de seguridad, la gente mayor es más meticulosa en sus consideraciones que los jóvenes. Cuando los líderes y obreros dispongan que la gente salga a hacer su deber, deberían considerar las condiciones locales y disponer a personas relativamente mayores con algo de sabiduría y experiencia para que se asocien con las jóvenes para desempeñar su deber. Los líderes y obreros deben ser meticulosos en sus consideraciones sobre estos asuntos.

Sea cual sea el país en el que se haga el trabajo de la iglesia, garantizar la seguridad de aquellos que hacen sus deberes es un aspecto del trabajo al que los líderes y obreros deben prestar especial atención. Sea quien sea al que se envíe a hacer cualquier trabajo, debe poseer cierto calibre y tener algo de capacidad a fin de ser competente para el trabajo y de modo que se pueda garantizar su seguridad. En particular, este caso se da incluso más en zonas o países con mala seguridad pública. Los líderes y obreros deberían considerar primordial la seguridad de aquellos que hacen su deber, no ignorarla con descuido. Hay quienes dicen: “Está bien. Lo que estamos haciendo es desempeñar deberes en la casa de Dios, tenemos la protección de Dios, así que nadie va a morir. ¿Qué podría ir mal?”. ¿Está bien que digan esto? (No). ¿Por qué no? (Hablar de esta manera es irresponsable y este punto de vista está también muy separado de la realidad). La gente debería hacer lo máximo para desempeñar bien las responsabilidades que son capaces de cumplir bien y atender a lo que son capaces de considerar; no deberían verificar a Dios ni jugar con la seguridad de los hermanos y hermanas. Dios puede proteger a las personas, pero si no consideras los problemas que eres capaz de considerar, y usas la seguridad de los hermanos y hermanas como una apuesta para verificar a Dios, Él te pondrá en evidencia; ¡quién te hizo tan extremadamente necio, haces cosas muy idiotas! Por tanto, los líderes y obreros no deberían usar esta clase de discurso como excusa para hacer cosas irresponsables, garantizar la seguridad de aquellos que hacen sus deberes es tu responsabilidad y deberías cumplirla bien. Si te has ocupado de todo lo que eres capaz de considerar y de hacer, entonces, en cuanto a lo que no has considerado, la forma en que Dios proceda al respecto es asunto de Él y no tiene nada que ver contigo. Hay quienes le endosan indiscriminadamente toda la responsabilidad a Dios, dicen: “Dios es responsable de la seguridad de las personas, no hace falta que tengamos miedo; podemos predicar como queramos. Con Dios, todo está libre y liberado, ¡no hemos de preocuparnos por esas cosas!”. ¿Es correcta esta clase de enunciado? (No). De acuerdo con esta clase de enunciado, la gente no necesita buscar principios cuando suceden cosas; si ese fuera el caso, ¿de qué serviría la verdad que ha expresado Dios? Sería inútil. A lo largo de estos años, Dios ha dicho muchas palabras con paciencia y minuciosidad para enseñar a la gente, con el propósito de permitir a Su pueblo escogido saber cómo sobrevivir, cómo perseguir la verdad y cómo comportarse en este mundo malvado y entre esta especie humana malvada, de modo que se conforme a las intenciones de Dios. No te corresponde a ti verificar a Dios ni comportarte según tus deseos, conforme a las palabras y doctrinas y sin principios. Para que los líderes y obreros hagan un buen trabajo en la labor de predicar el evangelio, primero y ante todo deben garantizar la seguridad de las personas. A fin de hacerlo, primero deben averiguar y captar las circunstancias específicas de los que hacen su deber, enviar a personas apropiadas y además entender qué hacer en diversas situaciones para garantizar la seguridad de las personas. Si una localización es particularmente caótica, nadie tiene a conocidos allí, y no se puede garantizar la seguridad de cualquiera que vaya allí a predicar el evangelio, entonces no envíes a nadie de momento; no te arriesgues ni hagas sacrificios innecesarios. Sea cual sea el deber que se haga o el trabajo que se emprenda, no hace falta que te lances al mundo ni que arriesgues la vida, ni hace falta que te juegues tu seguridad o la vida. Por supuesto, en el entorno de China, adoptar riesgos para hacer el propio deber resulta inevitable. El gobierno persigue a aquellos que creen en Dios, e incluso sabiendo muy bien que hay peligro, aún así has de creer en Dios, seguirlo y hacer tu deber; no puedes abandonar tu deber y no se puede detener ningún trabajo. Las situaciones en los países extranjeros son todas diferentes. Algunos son autoritarios como China, mientras que otros tienen sistemas democráticos. En países con sistemas democráticos, el trabajo de predicar el evangelio puede avanzar con fluidez, y diversos aspectos del trabajo se pueden llevar también a cabo con mayor fluidez. Sin embargo, en algunos países con características autoritarias, la gente es salvaje y retrógrada, y no le resulta fácil aceptar el camino verdadero. Cuando se le predica el evangelio, no solo no lo investiga, sino que puede condenarlo a ciegas y podría incluso denunciar la situación a la policía. En tales casos, no envíes a la gente allí a predicar el evangelio; en su lugar, elige lugares donde la seguridad se pueda garantizar para llevar a cabo el trabajo. Todas estas son cosas que los líderes y obreros deberían considerar con cuidado. Por ejemplo, en países como Malasia, Indonesia o la India, que tienen unos trasfondos religiosos muy complejos, ciertas denominaciones religiosas tienen gran influencia y controlan a la sociedad entera, hasta el punto de que incluso los gobiernos ceden ante la influencia de estas religiones. Por tanto, no envíes a más gente a tales países para predicar el evangelio; basta con que lo prediquen las iglesias locales. En algunos países, la situación varía entre los diferentes estados o provincias, y las leyes y preceptos locales difieren de las leyes y preceptos nacionales. Por ejemplo, ciertas regiones tienen trasfondos religiosos especiales, y en ellas la iglesia y el estado están unificados. En algunos casos, los líderes religiosos cuentan incluso con mayor autoridad que los funcionarios del gobierno local y pueden vulnerar abiertamente algunas políticas nacionales. Si predicas el evangelio en tales regiones, habrá riesgos potenciales de seguridad. Estos riesgos potenciales no están limitados a inventarse rumores sobre ti o ahuyentarte, sino que además podrían arrestarte, encerrarte en prisión sin cargos e incluso someterte a tortura, dejarte tullido o matarte, y el gobierno no intervendría. De hecho, los líderes de la mayoría de las denominaciones religiosas odian las religiones de fuera. Como su influencia es demasiado grande y no están restringidos por la ley de ninguna manera, nadie se atreve a hacerlos responsables, por muy salvajemente que persigan a los trabajadores evangélicos, y ni siquiera los funcionarios del gobierno local están dispuestos a ofenderlos. Una vez que empieces a predicar el evangelio en su territorio, pueden atormentarte de la manera que ellos deseen. Por tanto, los líderes y obreros deben ser especialmente cautos cuando envíen a gente a predicar el evangelio a alguna parte. Primero, deben investigar y conocer la situación en ese lugar: si hay libertad de creencia, lo poderosas que son las fuerzas religiosas y qué consecuencias podría conllevar que se denuncie a aquellos que predican el evangelio allí. Estas cuestiones se deben entender con claridad antes de determinar si enviar o no a alguien. Si después de obtener información sobre algún lugar, se determina que no es apropiado para predicar el evangelio, entonces no se permite que nadie envíe allí a gente para predicar. Este es además parte del trabajo que debería hacerse para garantizar la seguridad de los trabajadores evangélicos. Algunos líderes y obreros tienen una comprensión distorsionada y dicen: “Está bien; Dios nos protegerá. Mientras más duro sea el desafío, más debemos asumirlo. Hay muchas personas que creen en el Señor en ese lugar, ¿por qué no deberíamos entonces ir allí a predicar el evangelio?”. Alguien les dice: “Allí hay prisiones privadas. Si vamos a predicar el evangelio, no solo nos detendrán, sino que podríamos incluso morir allí. ¡No podemos ir!”. Esos falsos líderes necios se plantean esto: “El gran dragón rojo tiene muchas prisiones, pero no lo tememos, así que, ¿por qué deberíamos temer a un puñado de prisiones privadas de allí? ¡Las prisiones pueden retener nuestro cuerpo, pero no nuestro corazón! ¡No tengáis miedo, id sin más!”. Entonces envían a una oleada de personas tras otra y al final ninguna regresa; las detienen a todas. Los falsos líderes se quedan estupefactos. ¿Qué problema hay aquí? (Tales falsos líderes son unos cabezas huecas). Son unos bribones, son irresponsables, envían a la gente a las fauces del peligro. ¿Por qué no van ellos mismos? Ya que no le tienen miedo al peligro, deberían ir ellos los primeros. Si van, regresan a salvo y convierten a gente, entonces otros deberían ir después de ellos. Pase lo que pase, la seguridad de la gente se debe garantizar al predicar el evangelio. No corráis riesgos en absoluto en zonas donde es peligroso e inapropiado predicar el evangelio. No asumáis que cualquier lugar fuera de China continental es seguro; eso es un espejismo, un entendimiento distorsionado. Solo los ignorantes piensan así; ¡tales personas entienden demasiado poco de este mundo! No asumáis que porque la mayoría de los países occidentales tengan libertad de creencia y haya relativamente muchas personas que creen en el Señor, puedes predicar el evangelio abiertamente y expresar en público diversos enunciados que dejen en evidencia lo oscuro y malvado que es el mundo religioso; si haces esto, las consecuencias serán inimaginables. Debes entender que cuando predicas el evangelio, ya sea a gente religiosa o a no creyentes, te enfrentas a la especie humana corrupta, a la especie humana que se resiste a Dios. No pienses en este asunto de manera demasiado simplista.

Si los líderes y obreros quieren garantizar la seguridad de los trabajadores evangélicos, deben considerar a fondo todos los aspectos del problema, y en el caso de que surja algún inconveniente, debería manejarse con prontitud y, después, se deberían resumir las experiencias y lecciones para encontrar los principios y la senda de práctica, a fin de determinar cómo practicar a partir de entonces; este es también un importante aspecto del trabajo que ha de hacerse. Hay algunas cuestiones que los líderes y obreros no han considerado ni a las que se han enfrentado antes, después de que surjan problemas, deberían recapitular: “¿Deberíamos aún así ir a esa clase de lugar? ¿Es esta manera de enviar a la gente la correcta? ¿Deberíamos ajustar los planes, la estrategia o la dirección de los siguientes pasos para predicar el evangelio o realizar cualquier labor importante?”. En el continuo proceso de recapitulación, los líderes y obreros deberían determinar poco a poco los métodos y principios del trabajo, de modo que mientras más lo desempeñen, más específico resulta y más alcanza el estándar esperado, uno en el que ocurren menos imprevistos o ninguno, o incluso en el que el personal de tareas importantes no asume ningún riesgo. Para lograr este resultado, los líderes y obreros deberían recapitular con frecuencia las experiencias y obtener a menudo un entendimiento de los diversos entornos y situaciones que se afrontan en las diversas regiones cuando predican el evangelio. Mientras más información obtienen y más precisa es, más precisos serán los principios y planes para manejar los asuntos, de modo que al final se logre el resultado de garantizar la seguridad de las personas. De esta manera, se puede garantizar que el trabajo de predicar el evangelio avanza de manera ordenada.

III. Cómo lidiar con los líderes y obreros que no prestan atención al trabajo de seguridad

Algunos líderes y obreros tienen escaso calibre y carecen de sentido de la responsabilidad; son incapaces de hacer trabajo real y además son demasiado holgazanes para hacerlo. En las zonas de las que son responsables, aquellos que llevan a cabo deberes importantes se enfrentan a menudo a riesgos de seguridad, lo cual requiere que se muden o reubiquen, algo que les hace desempeñar su deber sin tener paz mental. Incluso suceden con frecuencia cuestiones que no deberían ocurrir. Por ejemplo, algún líder u obrero encuentra una casa anfitriona que está situada en una zona baja. Cuando se esperan grandes lluvias e inundaciones, por temor a que la casa quede sumergida, los hermanos y hermanas que se hospedan allí tienen que mudarse por adelantado; se llevan equipamiento de trabajo, ollas, sartenes y todo lo demás, realizan una mudanza de dos días seguidos. Esto hace que todo el mundo se quede totalmente agotado, con la cabeza gacha por la desesperación. Dicen: “Nos mudamos cada pocos días, siempre estamos huyendo. ¿Cuándo va a acabar esto? ¿Acaso no podemos encontrar una casa segura y fiable donde podamos hacer nuestro deber con normalidad?”. Tales líderes y obreros no pueden siquiera asumir este poco de trabajo; los hermanos y hermanas por debajo no pueden comer ni dormir bien ni tienen alojamientos adecuados. Sus condiciones de alojamiento son siempre temporales, todo el mundo está preparado para escapar del desastre en cualquier momento. Una vez que terminan de utilizar sus artículos de uso diario, los empacan rápidamente, pues en cualquier momento se podría dar la situación de que sobrevenga el anuncio de la comprobación del registro del domicilio. De hecho, todo el mundo sabe que esto significa que se busca a aquellos que creen en Dios, así que deben estar preparados para reubicarse en cualquier momento. En consecuencia, aquellos que hacen un deber siempre están temerosos y no tienen sensación de seguridad. ¿Acaso no afecta esto a los resultados de su deber? ¿Acaso no está relacionado con el trabajo que están haciendo los líderes y obreros? (Sí). ¿Cómo les va en este trabajo? (Lo hacen mal, no cumplen bien con su responsabilidad). Algunos líderes y obreros son irresponsables y les falta dedicación. Ellos mismos no tienen altos estándares para sus condiciones de alojamiento; mientras haya un lugar para protegerlos del viento y la lluvia, con eso es suficiente. Por tanto, tampoco hacen mucho esfuerzo para encontrar un lugar seguro y estable en el que vivan los hermanos y hermanas. Algunos líderes y obreros tienen escaso calibre; no saben qué clase de entorno es calmado y apropiado para vivir o apto para que los hermanos y hermanas desempeñen su deber. Alquilan una casa de poca altura que nadie más desea alquilar, y en cuanto los hermanos se mudan, a los pocos días les sale un eccema, les pica todo. ¿Qué sucede? La casa es demasiado húmeda, el agua se filtra desde el suelo. ¿Puede vivir alguien en semejante lugar? Tales líderes y obreros no pueden siquiera resolver este problema, no pueden encontrar una casa apta para hacer el deber, ¿qué clase de calibre es este? Algunos otros líderes y obreros alquilan casas en las que no para de filtrarse la lluvia, entran corrientes de aire, no tienen aislamiento de sonido o carecen de internet, agua o electricidad, ¿cómo puede vivir alguien allí? Ignoran las casas buenas e insisten en alquilar estas que son deficientes; ¿acaso no obstaculiza esto los asuntos? Aunque los hermanos y hermanas no estén viviendo a la intemperie, faltan muchas instalaciones básicas de la casa; estarían mejor en una tienda de campaña. Aunque la mayoría de los hermanos y hermanas están acostumbrados a las dificultades y sienten que soportar este grado de dificultad no es nada extremo y pueden tolerarlo, ¿acaso no afecta a su cumplimiento del deber el hecho de sufrir este tormento sin cesar cada pocos días? Por tanto, si los líderes y obreros tienen poco calibre y carecen de sentido de la responsabilidad, no pueden asumir esta labor; deberían dimitir con celeridad y recomendar a alguien que pueda hacer bien este trabajo para que se encargue, de modo que no afecte a la vida ni al cumplimiento del deber de la mayoría del personal de tareas importantes. Asentar a aquellos que llevan a cabo deberes importantes no requiere considerar cada uno de los aspectos, pero al menos se debe garantizar el entorno de vida básico. Solo cuando existan garantías a este respecto no se verá afectado el trabajo de la iglesia. ¿Es este trabajo fácil de hacer? (Sí). Lo sencillo es limitarse a decir que es fácil de hacer, pero si los líderes y obreros son unos atolondrados de escaso calibre y carecen de sentido alguno de la responsabilidad, simplemente no pueden hacerlo. Cuando los líderes y obreros no pueden hacer este trabajo ni hacerlo bien, hay muchísimas personas que acaban sufriendo las consecuencias, viven cada día como si huyeran de una hambruna, ¿cómo van a hacer su deber así? Algunos falsos líderes no entienden los principios-verdad, sin embargo, aun así, les gusta estar en el foco. No pueden hacer bien el trabajo, pero se niegan a dejarlo, se aferran a su puesto y no se marchan. ¿Cómo se debería lidiar con tales líderes? (Se los debería despedir). Despedirlos es fácil; la cuestión es que haya alguien mejor para ocuparse de su trabajo. Si no lo hay, ¿podéis asumir este trabajo? ¿Podéis garantizar que el personal de tareas importantes tenga un entorno de alojamiento estable? Si una persona no puede lidiar con ello, ¿podéis vosotros tres o cinco coordinaros para encargaros de este trabajo? Si vosotros tampoco podéis gestionar este trabajo —si no podéis siquiera hacer una tarea sencilla, si sois incapaces incluso de asegurar un entorno de vida básico—, entonces debéis soportar de manera temporal un poco más de dificultades y sufrimiento. Si todavía insistís en hacer vuestro deber y Dios, al ver que vuestra determinación para soportar dificultades es lo bastante firme, envía a alguien para encargarse de las cosas de manera fiable y que sea capaz de resolver problemas para hacer el trabajo, entonces vuestros días de sufrimiento terminarán y se verán reemplazados por buenos momentos. Si no viene nadie así a resolver estos problemas, entonces debéis aceptar vuestro sino, estáis destinados a soportar dificultades, debéis soportar este sufrimiento; debéis calmar vuestro corazón y soportarlas. De hecho, soportar este poco de dificultad merece la pena; es mucho mejor que estar en prisión y sufrir tortura. Al menos no estáis sometidos a tortura ni a interrogatorios; todavía podéis leer las palabras de Dios, hacer vuestro deber y vivir juntos la vida de iglesia con los hermanos y hermanas. Aunque se sucedan algunos sustos, reveses y baches en el camino, y a menudo tengáis que reubicaros, esta sigue siendo una experiencia extraordinaria en vuestra vida de la que podéis aprender lecciones y obtener algo. ¿No es esto bastante bueno? (Sí). La gente debería tener la determinación de soportar dificultades y dejar que Dios instrumente como quiera. Si de veras no sois capaces de aguantar estas dificultades, podéis orar a Dios en vuestro corazón con toda vuestra fuerza: “Dios, te pedimos que te fijes en nosotros los que estamos sufriendo, ¡qué pena damos! ¡Te seguimos sin quejas ni remordimientos! En vista de nuestra inquebrantable lealtad hacia Ti, ¡te pedimos que termines con esta vida de dificultades! ¡Te pedimos que envíes a un líder u obrero apropiado a encontrarnos un lugar apto! Estamos continuamente viviendo a la intemperie, nos movemos de un lugar a otro todos los días y no sabemos cuánto va a durar esto. No queremos estar desplazados durante más tiempo, ¡por favor, encuéntranos un lugar estable para vivir!”. ¿Es apropiado orar de esta manera? Podéis orar así; en función de las necesidades del entorno, deberíais orar de esta manera.

Si se observa desde otro ángulo, soportar dificultades no es tan malo, puede servir para perfeccionar tu voluntad. ¿Qué significa perfeccionar la voluntad? Significa que, al soportar estas dificultades sin cesar, te insensibilizas a ellas y ya no las reconoces como dificultades; por muchas dificultades que soportes, ya no sientes dolor. Sin embargo, cuando te enfrentas a situaciones, debes aprender algunas lecciones, ganar algo de perspicacia y aprender a discernir a las personas. Si un líder u obrero tiene un calibre extremadamente pobre y ni siquiera puede hacer el trabajo de asentar a las personas de manera apropiada, ¿cómo podría proveer y guiar al pueblo escogido de Dios? Tales personas no son aptas para ser líderes u obreros, la casa de Dios no anda escasa de dinero para alquilar casas y no está dispuesta a ver a los hermanos y hermanas todo el tiempo sin un lugar fijo para vivir. La casa de Dios no aboga por que la gente siempre soporte dificultades o tenga vidas complicadas a diario, aunque por supuesto tampoco rehúye de que las personas sufran ninguna dificultad. Sin embargo, si los líderes y obreros no pueden siquiera lidiar con el trabajo de asentar a las personas y hacer algo apropiado les resulta muy difícil, ¿qué les queda de lo que jactarse? Todos y cada uno de ellos tienen un aspecto presentable, poseen títulos y son personas con estatus, sin embargo, les resulta muy difícil lidiar con esta pequeña cuestión. En ese caso, no se puede hacer nada, solo puedes aceptarlo de parte de Dios. Esta es la dificultad que las personas deberían soportar; deberíais dejar que Dios instrumente como Él desee. Esto es correcto. Tal vez algún día esta dificultad preceda a días mejores y esta clase de vida no continúe. No importa la clase de entorno en el que te encuentres, deberías mantener una actitud de sumisión y evitar quejarte. Si cierto líder u obrero no es fiable ni hace bien el trabajo, no permitas que eso afecte a tu sinceridad y a tu lealtad hacia Dios, así como tampoco a tu sumisión hacia Él y a tu actitud de sumisión hacia Dios. De este modo, te habrás mantenido firme en este tema. Los líderes y obreros solo son personas corrientes. Si tienen escaso calibre y no pueden hacer el trabajo, o si son falsos líderes que no cumplen su responsabilidad, ese problema es personal y no tiene nada que ver con la casa de Dios. No es que la casa de Dios les haya ordenado actuar de esta manera, sino simplemente que se los ha puesto en evidencia por su irresponsabilidad. No pueden completar el trabajo que les ha encomendado la casa de Dios, así que solo se los puede despedir y descartar. En tales circunstancias, cuando el pueblo escogido de Dios soporta esta dificultad, debe aceptarla de parte de Dios y dejar que Él instrumente como desee. Aunque los líderes y obreros no hayan hecho bien el trabajo o tengan cualquier problema, el hecho de que Dios sea la verdad, el camino y la vida nunca cambia. Que sigas a Dios, te sometas a Él y aceptes Sus palabras nunca debería cambiar. Estas son verdades eternas. Mientras haces tu deber, no importa qué asuntos desagradables surjan, deberías aceptarlos de parte de Dios y aprender las lecciones que encierran. Deberías estar en silencio ante Dios y orarle, y no permitir que te afecte el mundo exterior. Debes aprender a adaptarte a diversos entornos y a experimentar el trabajo de Dios en toda clase de entornos. Solo de esta manera puedes lograr entrada en la vida. Algunas personas tienen escasa estatura; cuando surgen dificultades, se quejan y se preocupan, se sienten angustiadas y pierden la fe en Dios, ¡esto es extremadamente necio e ignorante! A los líderes y obreros que no hacen trabajo real se los ha puesto en evidencia y se los ha descartado, pero ¿qué tiene eso que ver contigo? ¿Por qué te volverías negativo y distante con Dios solo porque ellos dispusieron las cosas de manera inapropiada? ¿No es esto del todo rebelde? (Sí). Cuando la gente hace algo mal, puedes discernirla y rechazarla, pero no rechaces a Dios ni la verdad. La verdad no se equivoca, Dios no se equivoca. La intención original de Dios no es que las personas soporten tal dificultad; pero para la especie humana corrupta, soportar algo de dificultad es de hecho necesario. Soportar un poco de dificultad es beneficioso para ti; el beneficio es que aprendas lecciones y a buscar la verdad para resolver problemas. Si eres capaz de soportar diversas dificultades, ganas algo de aguante y te vuelves capaz de mantenerte firme en tu testimonio en toda clase de entornos. Ser capaz de soportar la dificultad perfecciona tu determinación para someterte a Dios. Esta es la intención original de Dios y el resultado que Él quiere ver en ti. Si puedes entender las intenciones de Dios y comportarte y practicar de acuerdo con Sus intenciones; si puedes refrenarte de abandonar a Dios, sean cuales sean la clase de personas o los entornos que te encuentres; y si puedes aprender a practicar la verdad, tener sumisión a Dios, tener una comprensión y actitud correctas, mantener una fe inmutable en Dios y abstenerte de quejarte de Dios o de distanciarte de Él en tu corazón, con independencia de cuánto sufrimiento soporte tu carne, entonces tienes estatura.

Los líderes y obreros deben proteger la seguridad de aquellos que llevan a cabo deberes importantes, protegerlos de la interferencia del mundo exterior. Este trabajo implica muchos detalles. Por un lado, los líderes y obreros deberían entender cómo implementar específicamente estas detalladas tareas. Asimismo, cuando se encuentren con ciertas situaciones especiales, deben realizar juicios precisos, y luego encontrar los principios apropiados y desarrollar planes específicos para lidiar con las situaciones. El objetivo final es garantizar la seguridad de todo el personal de tareas importantes. Solo de esta manera se puede garantizar que el trabajo de predicar el evangelio avance de manera ordenada. Atenerse a este principio es correcto; es el objetivo y el principio de los líderes y obreros a la hora de hacer este trabajo. Si los líderes y obreros se atienen con precisión a este objetivo y a este principio, básicamente cumplen con el estándar al hacer este trabajo. ¿Qué otros problemas están involucrados en este trabajo? Hay quien dice: “Nunca he sido líder u obrero antes ni me he enfrentado a esta clase de asuntos. No sé lo que debería hacer en este trabajo ni sé cómo. Por tanto, no tengo que hacerlo; ¿a quién le importa si estáis a salvo o no? Encargaos de ello vosotros”. ¿Es aceptable que simplemente se laven las manos del asunto? (No). Tales líderes y obreros deberían ser apartados. Si no haces trabajo real, ¿de qué sirves? ¿Te mantenemos por aquí como un adorno porque tienes buen aspecto? A los líderes y obreros como estos hay que despedirlos y descartarlos; no se les debería permitir ocupar un puesto sin hacer ningún trabajo. Los falsos líderes no hacen trabajo real, no tienen conciencia ni razón, ¿no? Si de veras tuvieran conciencia y razón, ¿por qué no buscar la verdad para resolver problemas cuando estos surjan? Nadie nace sabiéndolo todo; todo el mundo aprende sobre la marcha. Si puedes buscar la verdad, encontrarás la manera de hacer bien el trabajo. Si tienes sentido de la responsabilidad, pensarás en una manera de hacer bien el trabajo. Hacer trabajo de liderazgo no es difícil en realidad; mientras uno pueda buscar la verdad, es fácil hacer bien el trabajo. Asimismo, los líderes y obreros tienen socios; mientras dos o tres personas sean del mismo sentir, cualquier trabajo es fácil de conseguir. En la actualidad, muchos líderes y obreros se están formando; lo hacen para buscar la verdad en todas las cosas a fin de resolver problemas. En este punto, al menos algunos líderes y obreros son competentes en el trabajo de liderazgo y totalmente capaces de hacer bien el trabajo de difundir el evangelio, ¿no? (Cierto). Así que, hasta aquí compartiremos por hoy respecto a este punto. ¡Adiós!

20 de julio de 2024

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