930 Todas las cosas viven en las normas y leyes de Dios
Ⅰ
Han pasado miles de años y
los humanos aún disfrutan de la luz
y el aire que Dios les proveyó.
Los humanos aún respiran el aire que Dios mismo exhaló,
que Dios les regaló.
Los humanos aún disfrutan los peces, aves y flores,
todas las cosas que Dios les proveyó.
Todas las cosas viven en las normas y leyes de Dios.
Viven bajo la alimentación y provisión de Dios.
Nadie puede cambiar sus instintos.
Nadie puede romper sus reglas de supervivencia.
Ⅱ
Día y noche siguen cambiando.
Como siempre, las estaciones se alternan.
En invierno, los gansos parten y en primavera, siempre regresan.
Y en el agua, los peces no abandonan los ríos y lagos, su hogar.
En verano, las cigarras cantan y en otoño, los grillos tararean.
Los leones cazan y los alces viven en la hierba.
Todas las cosas viven en las normas y leyes de Dios.
Viven bajo la alimentación y provisión de Dios.
Nadie puede cambiar sus instintos.
Nadie puede romper sus reglas de supervivencia.
Oh… Oh… Oh… Oh…
Ⅲ
Toda criatura parte y vuelve,
un millón de cambios en un momento.
Pero si algo no cambiará son sus instintos y leyes de la…
Todas las cosas viven en las normas y leyes de Dios.
Viven bajo la alimentación y provisión de Dios.
Nadie puede cambiar sus instintos.
Nadie puede romper sus reglas de supervivencia.
Oh… Oh… Oh… Oh…
Adaptado de ‘Dios mismo, el único I’ en “La Palabra manifestada en carne”