710 Dios tiene principios al tratar a las personas
I
Las palabras de Dios dirigidas al género humano y toda la obra que lleva a cabo en las personas son manifestaciones naturales de Su carácter y esencia. Dios tiene Sus principios; no necesariamente tiene que amar a las personas, pero tampoco tiene que odiarlas necesariamente. Lo que Dios le pide a la gente es que persiga la verdad, siga Su camino y se comporte y actúe según Sus palabras. Al final Él recompensará a cada persona según lo que haya hecho. Los que hagan el bien serán premiados, mientras que los que hagan el mal serán castigados. A esto se le llama abordar los asuntos con justicia y equidad. Es decir, como ser creado, no tienes motivo para exigir a Dios que te trate de determinada forma.
II
Cuando tratas a Dios y la verdad con anhelo y persigues la verdad, piensas que Él debe amarte, pero, si Dios te ignora y no te ama, sientes que Él no es Dios. Las relaciones entre personas pueden evaluarse de este modo, pero la relación entre los seres humanos y Dios no puede evaluarse así. La relación entre los seres humanos y Dios es la relación entre seres creados y Creador, y no hay ningún vínculo de sangre. Es una mera relación entre seres creados y Creador. Por consiguiente, los seres humanos no pueden exigir que Dios los ame o que se posicione respecto a ellos. Son unas exigencias irracionales. Este tipo de punto de vista es erróneo e incorrecto; la gente no puede hacer semejantes exigencias.
III
Hay unos principios sobre si Dios ama u odia a las personas. Si lo que persiguen los seres humanos o su conducta concuerda con la verdad y es del agrado de Dios, Él le da Su visto bueno. No obstante, la gente tiene una esencia corrupta y puede revelar un carácter corrupto e ir en pos de ideales y deseos que cree correctos o que le gustan. Eso es algo que Dios odia y a lo que no da Su visto bueno. Sin embargo, la gente piensa que Dios la colmará de premios cuando le dé Su visto bueno o que la disciplinará y castigará cuando no, pero esto no es así. Dios actúa según principios.
de La Palabra, Vol. VI. Sobre la búsqueda de la verdad. Qué significa perseguir la verdad (9)