1119 La fe de Noé y su sumisión a Dios
I
En el transcurso de la construcción del arca, lo primero a lo que tuvo que enfrentarse Noé fue a la incomprensión de su familia, sus quejas e incluso sus insultos. Lo segundo fue a la calumnia, la ridiculización y el juicio por parte de todo tipo de gente que lo rodeaba. Pero Noé tenía una única actitud que era obedecer las palabras de Dios, llevarlas a cabo hasta el final y no desviarse nunca de ese camino. Sin importar el tipo de dificultades a las que se enfrentara, la clase de burlas o calumnias con las que se encontrara, no abandonó lo que le había encomendado Dios, y tuvo siempre en mente cada una de las palabras de lo que Él había dicho y ordenado. Por mucho que cambiara su entorno y por muy grandes que fueran las dificultades, confiaba en que nada de eso sería eterno, que solo las palabras de Dios perdurarían para siempre, y que únicamente se cumpliría con toda certeza aquello que Dios había ordenado hacer.
II
Noé poseía verdadera fe en Dios y la sumisión que debía tener, y siguió construyendo el arca que Dios le había pedido construir. Día tras día, año tras año, Noé envejeció, pero su fe no disminuyó ni se produjo ningún cambio en su actitud ni en su determinación de completar la comisión de Dios. Aunque hubo momentos en los que su cuerpo se sintió exhausto, cayó enfermo y su corazón se debilitó, su determinación y perseverancia a la hora de completar la comisión de Dios y someterse a Sus palabras no decrecieron. Durante los años en que Noé construyó el arca, estuvo practicando la escucha de las palabras que Dios había pronunciado y la sumisión a estas, y también practicó una verdad importante de un ser creado y una persona corriente que debe completar la comisión de Dios.
de La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Digresión tres: Cómo obedecieron Noé y Abraham las palabras de Dios y se sometieron a Él (II)