1516 Job se aferró con firmeza al camino de temer a Dios y apartarse del mal
I
Después de la tentación de Job por parte de Satanás, Job no pecó con sus labios por haber perdido sus propiedades y a sus hijos, sino que continuó alabando el nombre de Jehová. Su real conducta hizo que Dios le aplaudiese, y por eso Dios le dio la máxima calificación. Para Job, sus hijos o sus bienes no fueron suficientes para que él renunciase a Dios. El lugar que Dios ocupaba en su corazón no podían reemplazarlo sus hijos ni propiedad alguna. Durante la primera tentación de Job, le demostró a Dios que su amor por Él y por el camino del temor a Él y apartarse del mal superaba todo lo demás. Para Job, fue una experiencia real que limpió su alma; un bautismo de vida que completó su existencia y, además, un banquete suntuoso que puso a prueba su sumisión a Dios y su temor de Él.
II
Esta tentación transformó la posición de Job, dejó de ser un hombre rico para convertirse en alguien que no tiene nada, y también le permitió experimentar el maltrato al que Satanás somete a la humanidad. Su miseria no provocó que aborreciese a este, sino que, en sus actos viles, vio la fealdad de Satanás y lo despreciable que era, así como su enemistad con Dios y su traición contra Él. Esto lo alentó más a mantenerse siempre firme en el camino de temer a Dios y apartarse del mal. Juró que nunca abandonaría a Dios ni se volvería de Su camino por factores externos, y que no sería nunca un esclavo de Satanás, de las propiedades ni de persona alguna; aparte de Jehová Dios, nadie podía ser su Señor, o su Dios.
de La Palabra, Vol. II. Sobre conocer a Dios. La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo II