I

¡Oh, Dios mío! Por favor, obra en mí, perfeccióname y transfórmame, déjame comprender Tus intenciones en todas las cosas y someterme a Tus deseos. Tu gran amor y Tu intención están presentes en Tu salvación para conmigo. Aunque la gente es rebelde y se opone a Ti, aunque su naturaleza sea traicionera, ahora comprendo Tu intención al salvarla y deseo cooperar contigo. Concédeme más situaciones, pruebas y dificultades, gracias a las cuales vea Tu mano en estas penalidades y contemple Tus obras, para poder ser una persona capaz de comprender Tus intenciones y de someterme a ellas. Que no sea disoluto, sino alguien con los pies firmes sobre la tierra.

II

¡Oh, Dios mío! La situación que me has dado me supera. No la aguanto, pero estoy dispuesto a esforzarme. Por favor, provéeme conforme a mi estatura y permíteme comprender Tus intenciones, esté pasando por un sufrimiento severo o liviano, sin traicionarte ni quejarme. Hazme capaz de someterme por completo para satisfacerte. Por mucho que tenga que sufrir, mientras esos sean Tus deseos, estoy dispuesto a someterme a ellos sin quejarme. No quiero oponerme a Tus deseos, y por muy severo que sea el sufrimiento, mientras pueda aguantarlo, te pido que me lo des y me permitas satisfacer Tus intenciones.

de La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Al creer en Dios, lo más crucial es recibir la verdad