Solo al entender la verdad se pueden conocer los hechos de Dios

Dios tiene soberanía sobre el destino de toda la humanidad, y sobre el universo y todas las cosas. ¿Qué hecho ve la gente acerca de la soberanía de Dios? Que por muy grande que sea el mundo o por muy vasto que sea el universo, desde lo macroscópico hasta lo microscópico, Dios reina soberano sobre todo e instrumenta todas las cosas. Sin importar los deseos, las aspiraciones y las exigencias del hombre o la dirección hacia la cual este tienda a desarrollarse, desde el lugar de Dios, Su soberanía e instrumentaciones no se ven afectadas en lo más mínimo por tales cosas. ¿Cuál es el principio según el cual Dios reina soberano e instrumenta todas las cosas? ¿En qué se basa? ¿Cuál es el objetivo de Dios al hacer todo esto? ¿En torno a qué gira? (Gira en torno al plan de gestión de Dios). Esa respuesta es correcta; todo lo que Dios hace gira en torno a Su plan de gestión. Estas palabras parecen en cierto modo inconcebibles, pero tienen una connotación más profunda. Es decir, ningún aspecto de la obra de Dios está influenciado por los deseos del hombre. La soberanía y las instrumentaciones de Dios, la manera en la cual Él instrumenta a los países, los pueblos o los grupos étnicos, o las cosas que Él dispone que sucedan en determinada área, no se ven influidos por los deseos del hombre. Dios no tiene limitaciones de tiempo, espacio, geografía ni personas. Todo cuanto Él hace se lleva a cabo exactamente conforme a Su plan, y ningún hombre puede frustrarlo ni perturbarlo. Ya sea que estés dispuesto o no, y sin importar cuáles sean los deseos subjetivos de la humanidad o de cierto grupo étnico, ningún hombre ni ninguna cosa es capaz de perturbar, destruir o influir sobre lo que Dios ha decidido hacer. ¿Qué habéis aprendido de esto? (Hemos aprendido sobre la autoridad de Dios). Esta es la autoridad de Dios. Desde que Dios creó a los seres humanos por primera vez hasta que estos progresaron paso a paso, la humanidad ha abarcado al pueblo escogido de Dios, a los gentiles y a aquellos que se oponen a Él. Dios ve a todos estos tipos de personas como seres humanos, pero ¿hay alguna diferencia en cómo los trata? ¿Conduce Dios a Su pueblo escogido de un modo particular? (Sí, así es). Dios trata a Su pueblo escogido de manera diferente de como trata al resto de la gente. Pero, dentro del pueblo escogido de Dios, algunos son capaces de seguirlo y someterse, y otros son rebeldes y se resisten a Él. ¿Y cómo los trata Dios? ¿Cómo ve su actitud hacia Él? (Dios es misericordioso y bondadoso hacia aquellos que se someten, pero cuando la gente es rebelde o se resiste a Él, abate Su carácter justo sobre ella). Eso es cierto. Más allá de que creas que eres parte del pueblo escogido de Dios o uno de Sus seguidores, o que consideres que has contribuido de algún modo con la obra de la casa de Dios, desde el lugar que Dios ocupa, Él no ve esas cosas exteriores. Dios tiene un carácter justo y tiene principios en Su trato a la gente: quienes deben ser juzgados, son juzgados; quienes deben ser castigados, son castigados; y quienes deben ser destruidos, son destruidos. Por ejemplo, ¿qué os sorprende acerca del hecho de que los judíos fueron expulsados de Judea y que el evangelio del reino del Señor Jesús se difundió a los gentiles? Según las nociones y figuraciones de la gente, y el judaísmo, los judíos son el único pueblo escogido de Dios. Son Sus hijos adorados, y los seres humanos con los que más apego tiene; son la luz de Sus ojos. Según lo que la gente dice, los judíos son Sus hijos más amados, y uno debe consentir y proteger a su hijo preferido, y no permitir que se lastime ni que sea agraviado de ninguna manera. La gente cree que, sin importar qué supliquen los judíos, Dios se los concede, y les otorga más de lo que pidieron o imaginaron. Pero ¿es eso lo que Dios hizo? (No, no es así). Entonces, ¿qué hizo Dios? Dado que los judíos crucificaron al Señor Jesús, Dios se enfadó mucho e hizo que los romanos enviaran ejércitos para conquistar Judea y expulsar a los judíos de su tierra. Fue una escena sangrienta y descarnada; murieron innumerables personas y corrieron ríos de sangre. La única manera en la que sobrevivieron muchos judíos fue escapando a distintos países alrededor del mundo. A partir de estos hechos, ¿qué esencia notáis en el carácter de Dios? (Que el carácter justo de Dios no tolera ofensa). No empecemos hablando del carácter de Dios, usemos primero a la gente de ejemplo. En la vida real, si alguien tiene un hijo al que ama profundamente y quiere que él herede sus bienes y todo lo que tiene, ¿qué hará? Por un lado, será estricto con él, para que crezca y se realice y pueda asumir las responsabilidades de sus padres. Pero, principalmente, lo protegerá y no permitirá que entre en la senda del daño o el peligro. El objetivo es que pueda vivir y heredar todo lo que tienen sus padres. ¿Qué motiva a la gente a hacer todo esto? ¿Trata a los niños que no ama o a los extraños del mismo modo? ¿Actúa de la misma manera? (No, no lo hace). Es evidente que todo lo que la gente hace por el hijo al que más ama está motivado por el egoísmo, los sentimientos y el deseo personal; estas cosas son parte de la esencia-naturaleza humana. ¿Hay verdad en los sentimientos y el egoísmo de la gente? ¿Hay equidad? (No, no las hay). Así es como se manifiesta la especie humana. Pero observemos lo que hizo Dios: Dios quería que Su pueblo escogido, los judíos, difundieran el evangelio desde Judea a todos los pueblos gentiles del mundo, en Asia, Europa, África y América. ¿Cómo debían difundirlo? Dios utilizó un método por el cual los invasores extranjeros incursionaban y ocupaban los territorios judíos, expulsaban a los judíos que vivían allí y compartían la noticia acerca de Jesús, el Salvador, e hizo que perdieran su tierra y jamás pudieran regresar. Así, los judíos se asentaron en distintos rincones de la tierra, donde sobrevivieron y comenzaron a difundir el evangelio de Jesús, el Salvador, hasta que gradualmente llegó a todos los países del mundo y a todos los confines de la tierra. Esto demuestra una realidad: la obra de Dios es muy práctica. ¿En qué se manifiesta esto principalmente? En el hecho de que Dios empleó un método muy especial e inusual para expulsar a los israelitas hacia todos esos países diferentes y difundir el evangelio del Señor Jesús. Si Él hubiera permitido que los israelitas decidieran mudarse a todos los países, difundir el evangelio y dar testimonio de Dios, no hubieran sido capaces de llegar a abandonar a sus familias y a su tierra ancestral. Es como si Dios los golpeara a fin de que pudieran ir a difundir el evangelio del Señor Jesús. Este es el precio que pagó Dios por el evangelio del reino de los cielos; hizo que Su pueblo escogido se enfrentara a la guerra, la masacre y el exilio. Los judíos se vieron forzados a vagar por la tierra sin un hogar y difundieron el evangelio en todos los países. A ojos de las personas, estos métodos son demasiado desconsiderados para con el hombre, pero ¿se puede describir la esencia de Dios como “desconsiderada para con el hombre”? Por supuesto que no, porque no lo es. Esto se debe a que no existe egoísmo ni sentimientos carnales en el carácter y la esencia de Dios; Él hizo todo esto por el progreso de toda la humanidad, para que su siguiente paso hacia el progreso fuera exitoso y se materializara en un todo de acuerdo con los pasos del plan de gestión de Dios. Así pues, Dios debía hacerlo; no había otro modo. Los pasos de la obra de Dios ya habían avanzado hasta este punto, y Sus actos habían producido resultados rápidos y buenos, así que eran totalmente adecuados. Si observamos la esencia de Dios, solo Él podía hacerlo, no lo hubiera hecho ningún otro país ni etnia. El carácter de Dios es justo. Observar la actitud de Dios hacia los judíos debería brindar algo de esclarecimiento a Su pueblo escogido de la actualidad. Dios creó al hombre, y le tiene amor, apego, misericordia y cariño, pero cuando le asigna una misión a la gente, ¿qué es esta a ojos de Dios? ¿Podéis captar este nivel de significado? Algunos dicen: “Desde esta perspectiva, la gente no tiene ningún valor a ojos de Dios. Son solo peones. Tú simplemente vas adonde Él te dice y haces lo que Él dice”. ¿Son correctas estas palabras? No, no lo son. Por fuera parece ser así, pero de hecho no lo es. Para usar las palabras del hombre, cuando Dios actúa no se preocupa demasiado al respecto. No tiene el pensamiento tradicional ni las nociones del hombre, y nada lo limita. Todo cuanto Dios hace es liberador, emancipador, público, legítimo y recto. Él sigue los pasos de Su plan de gestión para que, por una parte, todo progrese normalmente y, por otra, para que la gente en lo sucesivo pueda progresar y avanzar con normalidad en las manos de Dios, de acuerdo con Su plan de gestión. El progreso humano está íntimamente vinculado al plan de gestión de Dios. Si Dios no actuara así, soportando el dolor de renunciar a algo que Él amara para dar este paso, al hombre le resultaría difícil progresar siquiera un poco. Por eso digo que Dios ha considerado cada decisión que toma, cada paso que da, y todo lo comprendido en Su obra de gestión, que lleva en sí Su poder, autoridad y sabiduría. Dios realiza ciertas acciones que siempre escapan a la comprensión de la gente. ¿Por qué no pueden comprender? Porque tienen nociones. Algunas de esas nociones son figuraciones, otras son producto de la influencia de la cultura tradicional y el pensamiento humanos y otras surgen de los deseos egoístas y juicios del hombre. Estas cosas afectan su comprensión de Dios, así como su idea sobre Él.

¿A qué conclusión podéis llegar acerca de la expulsión de los judíos de Judea? (Que Dios no tiene un corazón egoísta, como los seres humanos. Todo lo que Dios hace es recto, y es para el progreso de toda la humanidad). Si esto os ocurriera a vosotros y hubiera matanzas, ríos de sangre, si la destrucción y la muerte recayeran sobre vuestro hogar y vuestra familia fuera desintegrada, ¿qué pensaríais? (Según nuestra humanidad y la medida de nuestra corrupción por parte de Satanás, podríamos tener muchos malentendidos, quejas e interpretaciones erróneas; pero ahora, gracias a la enseñanza de Dios, nos damos cuenta de que todo lo que Él hace es significativo y contiene Su intención. Por mucho sufrimiento que padezcamos, debemos someternos de buen grado a todas las instrumentaciones de Dios, y esforzarnos al máximo para cooperar con Él, difundiendo y dando testimonio de la obra de Dios de los últimos días). Ante estos hechos, ¿tiene elección el hombre? El hombre no tiene derecho a elegir lo que Dios decide hacer. Tras escuchar estas palabras, ¿la gente aún siente que Dios es amor? Se desaniman y dicen: “Si la gente no tiene elección sobre estos hechos, ¿qué papel desempeña exactamente en la obra del plan de gestión de Dios?”. ¿Lo sabéis? (Somos seres creados). No sois solo seres creados; actuáis como contraste. Sois objeto del juicio y castigo de Dios, pero, aún más, sois objeto de Su salvación. Ese es el papel que cumplís. ¿Cuál es vuestra función como seres creados? Esto se relaciona con la práctica y el deber de una persona. Eres un ser creado, y si Dios te dio el don del canto y la casa de Dios dispone que cantes, debes cantar bien. Si tienes el don de la evangelización y la casa de Dios dispone que difundas el evangelio, debes difundir el evangelio bien. Cuando el pueblo escogido de Dios te elige como líder, debes asumir la comisión de liderazgo y conducir al pueblo escogido de Dios para que coma y beba Sus palabras, compartir la verdad y entrar en la realidad. Así, habrás cumplido bien con tu deber. La comisión que Dios le da al hombre es sumamente importante y significativa. Así pues, ¿cómo debes asumir esta comisión y cumplir con tu función? Esta es una de las cuestiones más importantes que enfrentas, y debes elegir. Podría decirse que este es un momento crucial que determina si puedes obtener la verdad y ser perfeccionado por Dios. Si actúas en función de tu voluntad y cometes toda clase de atrocidades, no solo no cumplirás la comisión de Dios, sino que también perturbarás la obra de Su casa. En consecuencia, será necesario que seas castigado, igual que Pablo. Cuando Dios te manda hacer algo, ¿cuál es tu función? Hacer bien la tarea y no echarla a perder. De este modo, prestas servicio adecuadamente. Sin importar el servicio que Dios te mande prestar, debes hacerlo bien y con obediencia. Así, eres una persona que escucha y se somete. Si no prestas servicio obedientemente, siempre tienes intenciones personales y quieres, en todo momento, mandar como un rey; en ese caso, eres un Satanás y un anticristo, y debes ser castigado. Algunos no comprenden la verdad ni la persiguen; solo se esfuerzan en su trabajo. Entonces, ¿cuál es su función como seres creados? Solo trabajar y prestar servicio. En síntesis, ¿cuáles son, a ojos de Dios, los deberes concretos que los seres creados deberían cumplir y con qué semejanza humana deberían vivir? Esto corresponde a vuestra práctica. Según las nociones y figuraciones del hombre, Dios, desde su perspectiva, tiene apego, cuida, protege, vela y concede gracia a los seres creados. Posteriormente, los disciplina y los poda, los ama de corazón y los sostiene en Sus manos. En definitiva, Dios tiene el firme propósito de perfeccionarlos, garantizar su seguridad y asegurarse de que nada les suceda hasta que sean perfeccionados. Para ellos, eso es lo que son los seres creados desde la perspectiva de Dios. Cuando la gente experimenta esto, piensa: “Dios es excepcionalmente hermoso. ¡Qué grande es nuestro Dios! Es tan digno de nuestro amor. Dios es misericordioso y bondadoso. ¡Dios es maravilloso!”. Pero si comparas esto con los hechos, ¿son estas las únicas maneras en las cuales Dios trata a los seres creados? (No, no es así). Entonces, ¿cómo trata Dios a la gente? ¿Qué otras nociones y figuraciones tiene la gente sobre la actitud que adopta Dios con respecto a Su trato hacia el hombre? ¿Hay alguna que la gente no acepte? Sin duda, no acepta el juicio, el castigo, las pruebas, el refinamiento, la poda, la disciplina y las privaciones. ¿Qué clase de personas no aceptan el juicio y castigo de Dios? Podría decirse que es gente que no acepta la verdad y, con toda certeza, podríamos afirmar que quienes no aceptan la verdad son incrédulos. Si alguien no acepta el juicio y castigo de Dios, eso equivale a que no es capaz de aceptar Su obra. ¿Cuál es la naturaleza de este problema? Que no acepta la verdad y rechaza la obra de Dios. La gente así está destinada al desastre y al castigo. Sin importar qué clase de persona seas, si crees en Dios, pero no aceptas la verdad, no puedes ser salvo. Una vez que alguien comienza a creer en Dios, más allá del entorno que Él le disponga para revelarlo, durante el proceso en el que es revelado, ¿puede ver las bendiciones, la gracia, el cuidado o la protección de Dios? (No, no puede). A primera vista no puede verlos, pero tras atravesar las pruebas y el refinamiento, ¿podrá verlos? Sin duda que sí. Así pues, hay mucha gente que puede ver la protección y las bendiciones de Dios tras experimentar Su juicio y castigo. Pero quienes no aman la verdad no pueden ver estas cosas en absoluto. Siguen aferrados a sus nociones y figuraciones, y rebosan de antagonismo y rebeldía hacia Dios. Este es el tipo de gente que es incrédulo, malvada y son anticristos. Todo lo que hacen es ejemplo de lo que no hay que hacer. Pablo es un ejemplo. ¿Qué ve la gente cuando observa a Pablo? (Que Pablo iba por la senda de un anticristo, y que su historia nos sirve de advertencia). Pablo no perseguía la verdad. Solo creía en Dios porque iba tras un futuro y un destino para su carne. Lo único que buscaba era obtener recompensas y una corona. Dios pronunció muchas palabras, lo disciplinó, esclareció e iluminó muchísimo y, sin embargo, él no se sometió a Dios ni aceptó la verdad. Siempre se rebeló y se resistió a Dios y, al final, se convirtió en un anticristo y fue condenado y castigado. Pablo sirve de ejemplo de lo que no hay que hacer. Al examinar el ejemplo de Pablo de anticristo arquetípico, la gente puede ver que él estaba en una senda de resistencia a Dios, una senda de destrucción. Muchos han aprendido y se han beneficiado de ello. Han tomado la senda de la búsqueda de la verdad y la senda correcta de un creyente. ¿Cuál es la intención de Dios para la gente que acepta la verdad y que se ha beneficiado a partir de la lección de Pablo? (La salvación y el amor). Así pues, ¿qué aspecto del carácter de Dios puede ver la gente como consecuencia de que Él pusiera en evidencia, juzgara y condenara a Pablo? (Su carácter justo). Entonces, a ojos de Dios, ¿en qué se había convertido Pablo como ser creado? Se había convertido en un objeto de servicio. Todas las personas son seres creados, tanto los que se benefician como los que son puestos en evidencia. Sin embargo, Dios trata a estos dos tipos de personas de manera totalmente diferente. En realidad, a ojos de Dios, estos dos tipos de personas son igual de inútiles que las hormigas y los gusanos, pero Él no trata a unas y otras de la misma manera. Así es el carácter justo de Dios. ¿En qué se basa la distinta actitud de Dios hacia estos dos tipos de personas? (En la senda que siguen). Se basa en cómo se manifiesta una persona, su esencia, su actitud hacia la verdad y en la senda que recorre. Por fuera, parece que Dios fuera desconsiderado con el hombre, que no tuviera sentimientos, y que Sus acciones fueran desalmadas. Según las nociones y figuraciones humanas, la gente piensa: “Dios no debería haber tratado así a Pablo. Pablo había hecho mucho y había sufrido mucho. Además, era leal y devoto a Dios. ¿Por qué Dios lo trató así?”. ¿Es correcto que la gente diga esto? ¿Concuerda con la verdad? ¿De qué manera demostraba Pablo su profunda lealtad y devoción a Dios? ¿Acaso no están tergiversando los hechos? Pablo era leal y devoto al logro de bendiciones para sí mismo. ¿Es eso lealtad y devoción a Dios? Cuando la gente no comprende la verdad, no es capaz de ver con claridad la esencia de un problema y habla a ciegas en función de sus sentimientos, ¿no se está rebelando contra Dios y resistiéndose a Él? ¡Con razón todo el mundo idolatra a Pablo! Aquellos que pertenecen a Satanás siempre idolatran a Satanás, e incluso hablan por él de acuerdo con sus sentimientos. Esto significa que, si bien puede parecer que la gente se ha apartado de Satanás, mantiene un vínculo. De hecho, cuando la gente habla por Satanás, también habla por sí misma. La gente simpatiza con Pablo porque es como él y está en la misma senda que él. Según el sentido común del hombre, Dios no debería haber tratado así a Pablo, pero lo que Él hizo fue precisamente lo contrario al sentido común de los humanos. Así es el carácter justo de Dios, y es la verdad. Si alguien habla de acuerdo con el sentido común humano, puede que diga: “Si bien Pablo no logró mucho, trabajó y se esforzó mucho. En vista de la cantidad de años que sufrió, debió haber sobrevivido. Basta con que fuera solo un trabajador. No debería haber sido castigado ni enviado al infierno”. Así son el sentido común y los sentimientos del hombre; no son la verdad. ¿Cuál es el aspecto más hermoso de Dios? Que no tiene el sentido común del hombre. Todo cuanto Él hace es conforme a la verdad y a Su esencia. Dios revela un carácter justo. No le importan tus deseos subjetivos ni los hechos objetivos de lo que has hecho. Dios determina y define el tipo de persona que eres en función de lo que haces, lo que revelas y la senda que recorres, y luego adopta la actitud más adecuada hacia ti. Así fue como se produjo el desenlace de Pablo. Al analizar el asunto de Pablo, parece que Dios hubiera carecido de amor. Tanto Pedro como Pablo eran seres creados, pero mientras que Dios dio su aprobación y bendijo a Pedro, puso en evidencia, diseccionó, juzgó y condenó a Pablo. No se puede apreciar el amor de Dios en la manera en la que determinó el desenlace de Pablo. Así pues, sobre la base de lo que le sucedió a Pablo, ¿podrías afirmar que Dios no ama? No, no puedes, porque Dios lo disciplinó muchas veces, lo iluminó y le dio muchas oportunidades de arrepentirse, pero Pablo tercamente las rechazó y siguió la senda de la resistencia a Dios. Así que, al final, Dios lo condenó y lo castigó. Al observar este asunto por fuera, parece que la gente no tuviera opción en la obra y la salvación de Dios. Si bien Dios no interfiere en las elecciones de la gente, si alguien elige la senda de la búsqueda de bendiciones, Dios lo condenará y castigará. Parece que Dios no permite que la gente elija su propia senda, que Él solo le permite escoger la senda de la búsqueda de la verdad y que depende de Dios que una persona sea juzgada, purificada o perfeccionada. ¿No es un error absurdo y totalmente ridículo ver la obra de Dios de este modo y catalogar así a Dios? El hombre no es para nada consciente de que el carácter de Dios es justo y santo; siempre elige seguir su propia senda, la de la resistencia a Dios, pero no quiere aceptar Su juicio ni Su condena. Eso es completamente irrazonable. Muchos piensan: “La gente no puede elegir por sí misma cómo la trata Dios, qué misión le da, la tarea que Él le asigna hacer ni el deber que le manda cumplir. En definitiva, todo aquel que opte por recorrer su propia senda está condenado. Dios solo te bendice y te da su aprobación si eliges la senda hacia la cual Él te guía, y si optas por la senda de la búsqueda de la verdad”. Por ello, para alguna gente, Dios es injusto e interfiere en su libertad de elección. ¿Pero es realmente así? (No). Dios hace todo esto de acuerdo con los principios. Cuando no entiendes los hechos y la verdad, es fácil que malinterpretes y juzgues a Dios, pero cuando los entiendas, pensarás que estos malentendidos son completamente inútiles y totalmente despreciables, y que jamás deben salir a la luz. En ese momento, sabrás que todo lo que Dios hace es correcto. La gente no puede verlo porque es demasiado egoísta y necia. No entiende la verdad y no puede ver los asuntos con claridad, así que cataloga a Dios según sus nociones y figuraciones. Una vez que lo comprendas, dejarás de defender a Pablo y de malinterpretar a Dios. Dirás: “Lo que Dios hace es totalmente correcto. Son los seres humanos quienes son corruptos. Son de mentalidad cerrada y necios. No ven las situaciones con claridad. Tanto si una persona ve el carácter justo de Dios como si ve Su amor a partir de este asunto, todo cuanto Dios hace es correcto y es una revelación de Su carácter justo y Su esencia. Todo concuerda con la verdad y nada es incorrecto”. Hoy en día, cuando Dios obra en vosotros y os salva, ¿qué senda deberíais elegir? ¿Está Dios interfiriendo en vosotros? ¿Qué deberíais decidir? ¿Deberíais aprender de los errores de Pablo? ¿Deberías ser como Pedro y seguir la senda de la búsqueda de la verdad? ¿Cómo abordáis este asunto? Eso depende de si entendéis la verdad. ¿Qué problemas resolverá entenderla? El propósito de entender la verdad es resolver el carácter corrupto del hombre y sus diversas dificultades. Cuando te topes con problemas que no sepas resolver, o con personas, acontecimientos y cosas que no coincidan con tus nociones, la verdad comenzará a cumplir su función dentro tuyo. Así pues, ¿qué tipo de ayuda proporciona el caso de Pablo para tu entrada en la vida personal y la elección de tu senda? (Puede impulsarnos a presentarnos ante Dios y a reflexionar sobre nosotros). (Puede derribar muros y eliminar malentendidos entre Dios y el hombre). Ese es un aspecto de ello, y habéis aprendido algo de este debate. Resulta decisivo que comprendas la importancia de elegir la senda de la búsqueda de la verdad, y por qué Dios bendice y da Su aprobación a quienes lo hacen. Más allá de otras consideraciones, comprender la respuesta a esta cuestión es absolutamente crucial.

Acabo de mencionar cómo es que los judíos fueron enviados al exilio, y migraron hacia todos los países del mundo. ¿Qué piensa la gente acerca de esto? ¿Qué verdad entiende? Este acontecimiento debería hacer que la gente reflexione un poco. En primer lugar, sobre la manera en que deben practicar, y, en segundo lugar, de modo que comprendan el carácter de Dios a partir de este acontecimiento. Hablemos primero de cómo debe practicar la gente en estas circunstancias. Nada de lo que hace Dios se ve influido por los deseos del hombre; Dios tiene Su propio plan y Sus propios principios para hacer las cosas. Así pues, ¿qué actitud debería tener la gente? Sin importar la situación que enfrente, o si coincide con sus nociones, la gente nunca debe contrariar a Dios. Algunos dicen: “Si bien soy rebelde y me resisto a Dios, ¿no basta con que cumpla con mi deber?”. ¿Qué clase de actitud es esta? Es evidente que es inaceptable. Eso no es verdadera sumisión. Entonces, ¿cómo debería practicar exactamente la gente lo de “no contrariar a Dios” e implementarlo? Existen dos principios de práctica: el primero consiste en buscar de manera proactiva las intenciones de Dios, qué verdades debe entender la gente y cómo cooperar y cumplir con la comisión de Dios; este es el aspecto activo de lo que la gente debe hacer. El segundo es examinar y reconocer dónde residen tus malentendidos acerca de Dios, tu falta de sumisión a Él, tus nociones y figuraciones y todo aquello que es incompatible con Él. Esto garantizará que seas capaz de practicar la verdad con precisión en el transcurso de tu deber, que hagas las cosas conforme a los principios, que completes la comisión de Dios y seas conmemorado por Él. ¿Son sencillos estos principios de práctica? (Sí, lo son). ¿Qué quiero decir con “sencillos”? Que la lógica y las palabras son relativamente claras; “uno” significa uno y “dos” significa dos; en cuanto lo escuchas, sabes cómo practicarlo. Sin embargo, ponerlo realmente en práctica no es tan sencillo, porque la gente tiene un carácter corrupto. Siempre debate las cosas y tiene muchas figuraciones y nociones, así como malentendidos acerca de Dios. La gente debe diseccionarlos y aceptar el juicio y castigo de Dios, pero esto hace que las personas que carecen de comprensión espiritual desarrollen nociones nuevas: “Todos dicen que Dios es amor, entonces ¿por qué Él siempre pone en evidencia y juzga los pensamientos y las nociones de la gente? No veo amor en Dios; yo solo veo que Su carácter no tolera ofensa”. ¿No es esa una de las nociones del hombre? Si, de acuerdo con las nociones y figuraciones de los seres humanos corruptos, Dios solo revelara misericordia y bondad durante el desarrollo de toda la humanidad, y jamás demostrara justicia ni ira, ¿podría el hombre haber sobrevivido hasta la actualidad? (No). Habría sido devorado por Satanás hace mucho tiempo. Al abordar los asuntos de los demonios y Satanás, y de los seres humanos corruptos que se resisten a Dios, lo que Él revela y el modo en que se manifiesta no es el amor del cual habla la gente, sino más bien un carácter justo; es odio, aversión, juicio, castigo, escarmiento y destrucción. Esta es la única manera en la cual Dios puede revelar que Su carácter es justo, santo y que no tolera ofensa, humillar por completo a Satanás y proteger efectivamente a la verdadera humanidad. Así es como Dios ha conducido siempre a la humanidad y, al mismo tiempo, la ha salvado.

La gente debe examinar con frecuencia lo que pueda existir en su interior que sea incompatible con Dios, o que sea un malentendido sobre Él. ¿Cómo surgen los malentendidos? ¿Por qué la gente malinterpreta a Dios? (Porque se ve afectado su interés personal). Una vez que la gente conoce los hechos acerca del exilio de los judíos de Judea, se siente herida y dice: “Al principio, Dios amaba mucho a los israelitas. Los guio para que salieran de Egipto y a través del Mar Rojo, les brindó el maná desde los cielos y agua de manantial para que bebieran, y luego personalmente les impartió leyes que los guiaran y les enseñó a vivir. El amor de Dios por el hombre era desbordante; ¡cuántas bendiciones recibió la gente de aquella época! ¿Cómo pudo la actitud de Dios dar un giro de ciento ochenta grados en un abrir y cerrar de ojos? ¿Adónde se fue todo Su amor?”. Los sentimientos de la gente no logran superarlo, y esta comienza a dudar y dice: “¿Dios es amor o no? ¿Por qué ya no es visible Su actitud original hacia los israelitas? Su amor ha desaparecido sin dejar rastro. ¿Acaso tiene algo de amor?”. Aquí es donde comienza el malentendido de la gente. ¿En qué contexto los crean? ¿Será porque las acciones de Dios no son compatibles con sus nociones y figuraciones? ¿Es esto lo que hace que la gente malinterprete a Dios? ¿Acaso las personas no malinterpretan a Dios porque restringen su manera de definir Su amor? Piensan: “Dios es amor. Por tanto, Él debería velar por la gente y protegerla, y regarla de gracia y bendiciones. ¡Eso es el amor de Dios! Me gusta cuando Dios ama así a las personas. En particular, pude ver cuánto amaba Dios a las personas cuando las condujo a través del Mar Rojo. ¡Cuántas bendiciones recibía la gente de esa época! Desearía ser uno de ellos”. Cuando te enamoras de esta historia, consideras que el amor que Dios reveló en ese instante era la suprema verdad y el único indicador de Su esencia. Restringes tu forma de definirlo en tu interior, y piensas que todo cuanto Dios hizo en aquel momento era la suprema verdad. Crees que ese es el aspecto más hermoso de Dios y el que más obliga a la gente a respetarlo y temerlo, y que ese es el amor de Dios. En realidad, las acciones de Dios en sí eran positivas, pero debido a tus definiciones acotadas, se convirtieron en nociones en tu mente y en la base sobre la cual defines a Dios. Hacen que malinterpretes Su amor, como si este no fuera más que misericordia, cuidado, protección, guía, gracia y bendiciones, como si el amor de Dios se limitara a eso. ¿Por qué valoras tanto estos aspectos del amor? ¿Porque están atados a tu interés personal? (Sí, así es). ¿A qué intereses personales están atados? (A los placeres de la carne y a una vida cómoda). Cuando la gente cree en Dios, quiere recibir estas cosas de Él, pero no otras. No quiere pensar en el juicio, el castigo, las pruebas, el refinamiento, en sufrir por Dios, renunciar a las cosas y esforzarse, o en, incluso, sacrificar su propia vida. La gente solo quiere gozar del amor de Dios, de Su cuidado, protección y guía, así que definen Su amor como la única característica de Su esencia, y como Su única esencia. Las cosas que hizo Dios cuando guio a los israelitas a través del Mar Rojo, ¿no se convirtieron en la fuente de las nociones de la gente? (Sí, así es). Esto generó un contexto en el cual la gente desarrolló nociones acerca de Dios. En tal caso, ¿podrán lograr una comprensión genuina de la obra y el carácter de Dios? Es evidente que no solo no los comprenderán, sino que los malinterpretarán y crearán nociones al respecto. Esto demuestra que la comprensión del hombre es demasiado acotada y, además, falsa, ya que no se trata de la verdad, sino de un tipo de amor y comprensión de parte de Dios que la gente analiza e interpreta según sus propias nociones, figuraciones y deseos egoístas; no es compatible con Su verdadera esencia. ¿De qué otras maneras ama Dios a la gente, además de a través de la misericordia, la salvación, el cuidado, la protección y escuchando sus oraciones? (A través de la reprensión, la disciplina, la poda, el juicio, el castigo, las pruebas y la refinación). Correcto. Dios demuestra Su amor de numerosas maneras: golpeando, disciplinando, reprochando, y mediante el juicio, el castigo, las pruebas, la refinación, etc. Todos estos son aspectos del amor de Dios. Esta es la única perspectiva integral y acorde a la verdad. Si lo entiendes, cuando te examinas a ti mismo y te das cuenta de que tienes malentendidos sobre Dios, ¿no eres capaz de reconocer tus distorsiones y de reflexionar de manera adecuada sobre aquello en lo que te equivocaste? ¿No puede ayudarte esto a resolverlos? (Sí). A fin de lograrlo, debes buscar la verdad. Siempre que la gente busque la verdad, puede eliminar sus malentendidos acerca de Dios, y una vez que los haya eliminado, puede someterse a todos Sus arreglos. Si eres capaz de descartarlos, cuando analices el exilio de los judíos de Judea, dirás: “La actitud de Dios hacia el hombre, Sus seres creados, no es solo de amor; cuando conduce, también golpea y exilia. La gente no debe permitirse elegir su actitud hacia Dios; debe ser de sumisión, no de resistencia”. Desde la perspectiva de las nociones y figuraciones humanas, la actitud de Dios hacia los judíos parecía desconsiderada, pero, observándola ahora, Dios hizo un trabajo increíble; todo lo que reveló fue un carácter justo. Dios puede conceder gracia y bendiciones a la gente, y darles el pan de cada día, pero Él también puede quitárselos. Así son la autoridad, la esencia y el carácter de Dios.

Muchos tienen nociones acerca del exilio de los judíos de Judea, pero quienes buscan la verdad pueden recibir esclarecimiento a partir de este acontecimiento. Si una persona tiene capacidad de comprensión, este acontecimiento le hará ver que el carácter justo de Dios no tolera ofensa. Pero algunos no cuentan con esta capacidad de comprensión. Si creen que lo que Dios hizo no coincide con sus nociones, primero deberían aceptar que Dios es justo y que Su carácter no tolera ofensa; no hay duda al respecto. Luego, deberían orar y buscar la verdad, y analizar qué hicieron los judíos para ofender el carácter de Dios e incurrir en Su ira. Esta es la única manera de que la gente resuelva por completo sus nociones, llegue a entender el carácter de Dios a través de este acontecimiento y someterse a las instrumentaciones y los arreglos de Dios. No es tarea sencilla que la gente comprenda la verdad. En primer lugar, no importa si anteriormente gozaste de la gracia y las bendiciones de Dios, o si has obrado a partir de aceptar Su guía y Su comisión, o si has sacrificado cosas o renunciado a algo, aunque la gente considere que has hecho algún tipo de contribución, en ninguna circunstancia debes ver tales cosas como capital. En segundo lugar, jamás debes verlas como monedas de cambio con las que puedes intimidar a Dios y utilizarlas para determinar cómo Él te trata. En tercer lugar, lo más importante, cuando las palabras y la actitud de Dios hacia ti no coincidan con tus nociones, o parezcan faltas de sensibilidad para contigo, no debes resistirte ni oponerte a Él. ¿Podéis lograr estas tres cosas? Las tres corresponden a la realidad. ¿Es fácil que estos estados existan en la gente? (Sí, así es). ¿Por qué existen en la gente? ¿Por qué se manifiestan así? Dios gestiona toda la raza humana y reina soberano sobre todas las cosas, pero ¿las considera Dios un capital? ¿Se reconoce mérito por ello? ¿Tiene tales revelaciones y dice: “He hecho todas estas grandes cosas por vosotros, ¿por qué no me lo agradecéis?”? (No, no lo hace). Dios no tiene en mente tales cosas. Así pues, ¿por qué el hombre espera que Dios le reconozca cada pequeña cosa a la que renuncia o que ofrece, o cada pequeña contribución que hace? ¿Por qué el hombre se manifiesta y se revela de este modo? La respuesta es sencilla. Se debe a que el carácter del hombre es corrupto. ¿Por qué Dios no se manifiesta ni se revela de ese modo? Porque Su esencia es la verdad, y la verdad es santa. Esa es la respuesta. La gente se manifiesta y se revela así porque tiene un carácter corrupto. ¿Puede resolverse este problema? ¿Pueden resolverlo las tres cosas que acabo de mencionar? (Sí, pueden). Ninguna de las tres cosas que mencioné es fácil de poner en práctica, pero hay una solución. Tras escuchar estas tres cosas, puede que la gente piense: “No se nos permite hacer esto ni aquello. Se supone que simplemente seamos unos títeres sin cerebro”. ¿Es así? (No, no es así). Entonces, ¿cómo es? Os lo diré. Primero, Dios no permite que hagas estas cosas por tu propia protección. Tu método de búsqueda no concuerda con la verdad y no es la senda correcta. No repitas los errores de la gente que te precedió. Si tratas las cosas a las que renuncias y que ofreces como capital y monedas de cambio con las que puedes sacar provecho y, luego, cuando la actitud de Dios hacia ti parece desconsiderada, te opones a Él, tu actitud no concuerda con la verdad, no hay humanidad en ella y no es correcta. Aunque tengas mil razones, tu actitud sigue estando equivocada; no es compatible con la verdad de ningún modo y equivale a resistirse a Dios. No es la actitud que debe tener una persona. Esto es lo segundo. Lo tercero es que, si te aferras a esta actitud, jamás entenderás ni recibirás la verdad. No solo no recibirás la verdad, sino que te perjudicarás; perderás la dignidad y el deber que debe tener un ser creado. Si piensas: “Voy a mantener mi actitud, y nadie puede hacer nada al respecto. Creo tener razón, así que mantendré mi forma de pensar. ¡Mis ideas son razonables, así que las defenderé hasta el final!”. Aferrarte a algo de forma tan inamovible no te beneficiará de modo alguno. Dios no cambiará de actitud debido a tu determinación o porque te aferres a algo. En otras palabras, Dios jamás cambiará de actitud solo porque tú te mantengas en la tuya. Por el contrario, Dios adoptará una actitud hacia ti que sea proporcional a tu rebeldía y tu férrea resistencia. Esta es la cuarta cosa, y la más importante. ¿Hay algo que no comprendáis acerca de estas cuatro cosas? ¿Son algunas de las cosas que mencioné solo palabras vacías que no concuerdan con el estado real del hombre y que no son de ninguna utilidad para el aspecto práctico de la vida humana? (No, todas ellas son útiles). ¿Son algunas de las cosas solo teorías vacías, en lugar de sendas de práctica? (No). ¿Son útiles estas cuatro cosas en relación con la manera en que la gente debería entrar en las realidades-verdad en su vida diaria? (Sí, así es). Si comprendéis estas cuatro cosas con claridad, las ponéis en práctica y las experimentáis, tu relación con Dios seguirá siendo normal. Estas cuatro cosas te protegerán ante distintas tentaciones, o cuando te enfrentes a toda clase de personas, acontecimientos y cosas. Cuando te encuentres en un estado rebelde, piensa en estos aspectos de la verdad, compárate con ellos y practica como corresponde. Si, al principio, no puedes ponerlos en práctica, debes orar, y al mismo tiempo reconocer por qué Dios actuó tal como lo hizo. Asimismo, debes reflexionar e identificar las revelaciones de corrupción y los estados corruptos que te hacen incapaz de practicar o someterte. Si eres capaz de buscar la verdad de esta manera, tu estado seguirá siendo normal, y naturalmente entrarás en estas realidades-verdad.

Más allá del problema, si no comprendes la verdad, actuarás según nociones y figuraciones, o desobedecerás y te resistirás. Esto es cien por ciento seguro. En ocasiones, a simple vista, tal vez no parezca que te estás resistiendo a Dios, que haces cosas malas o causas trastornos y perturbaciones, pero eso no significa necesariamente que tus acciones se ajusten a la verdad. A veces, puede que actúes según nociones y figuraciones, y si bien quizá no sea una perturbación o no cause daño, siempre que no esté de acuerdo con la verdad, contradice las intenciones de Dios. En otras ocasiones, puede que tengas nociones en tu mente acerca de Dios. Aunque nunca las expreses con palabras, por dentro te aferras a esas nociones y figuraciones y crees que Dios debería hacer esto o aquello, y determinas cómo debería ser Él. Por fuera, no has hecho nada malo, pero, por dentro, te encuentras en un estado de rebeldía y resistencia a Dios constantes. Por ejemplo, acabo de hablar de tener nociones y definiciones acotadas acerca del amor de Dios. Incluso si tus nociones y figuraciones no han hecho que causes trastornos ni perturbaciones a la obra de Dios, tu estado demuestra que tu corazón constantemente acota y malinterpreta a Dios. ¿A qué conclusión podemos llegar con esto? Que continuamente te resistes a Dios. ¿No es cierto? (Sí, así es). Si algún día sucediera algo similar al exilio de los judíos de Judea, tus nociones no te permitirán decir “amén” a las acciones de Dios o manifestar elogio, temor o sumisión en respuesta a Sus acciones. En cambio, malinterpretarás a Dios, te quejarás e incluso, en tu corazón, te opondrás sutilmente a Él. Muy dentro de ti, le dirás: “Dios mío, no deberías haber hecho eso. ¡Fue muy desconsiderado! ¿Cómo puedes tratar así a aquellos que creaste? ¿Cómo puedes tratar así a tu pueblo escogido? Tras ver lo que has hecho, no puedo cantarte alabanzas ni aplaudir Tus acciones. Sufro por dentro y me siento desamparado, como si no pudiera confiar en el Dios al que venero sin ataduras. El Dios en el que creo no es así. El Dios en el que creo no debería tratar a Sus seres creados de este modo. El Dios en el que creo no es así de desalmado ni cruel. El Dios en el que creo trata a los seres humanos con delicadeza y cuidado, como si fueran bebés, y hace que se sientan sumamente bendecidos y plenos de calidez, no fríos como el hielo ni indiferentes como ahora”. Cuando estos lamentos surgen de muy dentro de ti, no consideras que los hechos que suceden frente a ti sean la obra de Dios. No la aceptas ni dices “amén”, y mucho menos la alabas. Así, ¿tus emociones y tu estado manifiestan sumisión u oposición a Dios? (Oposición). Es evidente que no es sumisión genuina. Aquí no hay sumisión, solo existe queja, oposición, desobediencia e incluso enojo. ¿Es esta la actitud que debe tener un ser creado hacia su Creador? No. Tu corazón se contradice. Piensas: “Si Dios hizo esto, ¿por qué no lo aprueba mi corazón? ¿Por qué no lo acepta la mayoría de la gente? ¿Por qué Sus acciones son tan desconsideradas con el hombre y por qué rebosan de sangre y matanza?”. En ese momento, el Dios de tu corazón y el Creador que realmente existe en la vida real se contradicen y están en desacuerdo, ¿no es así? (Sí, así es). Entonces, ¿en qué Dios deberías creer? En este momento, ¿deberías elegir creer en el Dios de las nociones que tienes en lo profundo de tu corazón o en el Dios que está llevando a cabo acciones reales justo delante de ti? (En el Dios que está actuando de forma real justo delante de nosotros). En términos de sus deseos subjetivos, la gente está muy dispuesta a creer en el Dios que está llevando a cabo acciones reales justo frente a ella, pero, debido a las nociones, los deseos egoístas y los sentimientos del hombre, opta por ocultar al Dios de su corazón y se obliga a aceptar al Dios que está realizando acciones reales justo frente a ella. Sin embargo, muy por dentro, sigue siendo incapaz de aceptar todos los hechos presentes en las acciones del Creador; se mantiene oculta y vive en su pequeño mundo, y habla e interactúa incansablemente con el Dios de su imaginación, mientras que el Dios real parece vago. Incluso hay gente que piensa: “Ojalá el Dios real no existiera. Mi Dios es el Dios que yo imagino por dentro, que rebosa de amor y hace que la gente perciba Su calidez. Él es el Dios real. El Dios práctico no es el que imaginaba, porque las cosas que hace me decepcionan y no logro sentir Su calidez en absoluto. En particular, no puedo ignorar que Su juicio y castigo condena y descarta a tanta gente”. ¿Qué clase de persona dice esto? Lo dicen los incrédulos y los que no aceptan la verdad. Estos son todos los distintos estados que se producen en las personas cuando no entienden las obras de Dios, y cuando existe una contradicción entre sus figuraciones y la obra práctica de Dios. ¿Y cómo se producen estos estados? Por un lado, la gente tiene un carácter corrupto, y por el otro, cuando pasa algo y los hechos no coinciden con sus nociones y figuraciones, y le rompen la ilusión, hacen añicos sus sueños y hacen que sienta que su intención y su deseo de recibir bendiciones no pueden satisfacerse, ¿qué decide hacer finalmente? Escapar, hacer concesiones y plantarse. Algunos incluso se mantienen neutrales y dicen: “Aceptaré ambas opciones. El Dios que originalmente estaba en mi corazón es Dios y es amor. Y Aquel que hace grandes obras y ejerce la autoridad frente a mis ojos también es Dios. Aceptaré a ambos y no renunciaré a ninguno de ellos”. La gente a menudo vive en esta especie de estado y tiene intereses en ambos lados. A menudo queda atrapada en la idea de Dios que tiene en mente. Va de aquí para allá, se esfuerza, hace ofrendas y trabaja para este Dios vago. Paga cualquier precio por cumplir con el deber, incluso renuncia a su propia vida y sacrifica todo lo que tiene. Sin importar cómo actúe ni qué estados se produzcan en ella, ¿son sus acciones buenas o malvadas a ojos del verdadero Creador cuando en sus mentes existe un Dios así? ¿Es sumisión o resistencia? Claramente, no son buenas acciones y no son dignas de elogio. Asimismo, revelan que la gente no se ha sometido ni se ha entregado de verdad; en cambio, rebosa de resistencia, rebeldía y oposición. Es precisamente debido a que la gente tiene estos estados y a menudo vive dentro de ellos que, cuando se despierta de su sueño y vive en el mundo real, se da cuenta de que las acciones del Dios de la vida real no pueden satisfacer sus necesidades psicológicas y espirituales. En cambio, Sus acciones la hieren de diversas maneras, hacen que sienta que Él es indiferente de distintos modos y desconsiderado con el hombre de diferentes maneras. Algunos incluso dudan, y dicen: “¿Es Dios amor? ¿Sigue amando a la gente? Eso indica que Dios se preocupa por el hombre y que lo ama como a sí mismo. ¿Dónde se observa eso? ¿Por qué yo no lo he visto nunca?”. ¡Qué problema! La gente suele vivir en estos estados, lo que hace que la contradicción entre el hombre y Dios se vuelva cada vez más extrema y la distancia entre ellos cada vez más amplia. Cuando ve que Dios hace algo que concuerda con sus nociones, piensa: “Mi Dios ha hecho algo impactante. Él es el Dios en el que realmente quiero creer. Es mi único Dios. Estoy dispuesto a ser Su ser creado. Él es mi único Creador”. Sin embargo, cuando surgen dificultades, negatividad o debilidades en su vida diaria, y el Dios que imagina no es capaz de ayudarla o de satisfacer sus necesidades todo el tiempo, su fe en Dios se debilita o incluso desaparece. ¿Qué causa todos estos estados que tiene la gente y todas las maneras en las cuales actúa y se revela? Se debe a que la gente no comprende al Creador en absoluto. No lo entiendes; esa es la única razón. Esa es la causa de todas las contradicciones, la distancia y los malentendidos entre el hombre y Dios. Así pues, ¿cómo resuelve la gente este problema? En primer lugar, debe resolver sus nociones. En segundo lugar, debe experimentar, percibir, buscar y meditar sobre cada elemento de la obra que Dios realiza en ella, y llegar a la instancia en la cual sea capaz de someterse por completo a todos los arreglos dispuestos por Dios para ella, y a todas las personas, los acontecimientos y las cosas que Dios instrumenta para ella. ¿Cuál es el propósito de someterse? Reconocer y comprender todas estas verdades.

¿Creéis que el tema sobre el que acabamos de hablar es profundo? ¿Podéis entenderlo? ¿Lográis captarlo? (Sí). En teoría, deberíais ser capaces de entenderlo, pero ¿entenderlo en teoría implica entender y aceptar la verdad? (No, no es así). Entonces, ¿qué implica entender y aceptar la verdad? Debéis examinaros con frecuencia en vuestra vida diaria, pero ¿qué debéis examinar? (Debemos examinar si tenemos los estados o si nos manifestamos de las maneras a las que se refiere Dios y qué nociones y malentendidos tiene la gente acerca de Él). Exacto. Debes examinarlos; examina qué corrupción revelas y qué nociones y figuraciones tienes. Algunos afirman ser incapaces de examinarse. Eso se resuelve fácilmente observando primero a los demás. Ellos te sirven de espejo. Cuando veas que otros revelan ciertas actitudes o estados, dales la vuelta, examínate a ti mismo y compárate; fíjate si tienes las mismas nociones y figuraciones y si estás en el mismo estado. Si es así, ¿qué deberías hacer al respecto? ¿Deberías mostrarte tal como eres y diseccionar estas cosas, o aferrarte a ellas y esperar a que “florezcan y den frutos”? (Deberíamos mostrarnos tal como somos y diseccionarlas). Debes exponerlas y analizarlas para que todo el mundo se beneficie, de manera que, a través de ellas, todos puedan reconocer con precisión los estados corruptos, entender la verdad, encontrar una salida y resolver juntos esta clase de problemas. ¿Qué sentido tiene diseccionar las nociones y los estados pasivos y negativos? (Que la gente encuentre una solución a sus nociones y estados pasivos). ¿Y qué sentido tiene encontrar una solución? Obtener la verdad. El objetivo de corregir tus nociones es hacer que reconozcas que no son correctas, y que no deberías tenerlas. Debes abandonarlas, no aferrarte a ellas. Luego, busca activamente aquello que es correcto, qué cosas son de verdad positivas, y qué es realmente la verdad. Cuando aceptes las cosas positivas y la verdad, y las consideras principios de práctica, ideas y perspectivas que deberías tener, experimentarás el cambio, y habrás obtenido la verdad. Así pues, ¿cómo debe observar la gente el exilio de los judíos de Judea a la luz de estas verdades? ¿Qué noción común tienen las personas acerca de este acontecimiento? (Que Dios no debería haber echado a los judíos de Judea y que debería haberlos protegido. Que sin importar cómo se resistieron a Él, y a pesar de que lo crucificaron, Él debería haberlos perdonado para siempre por sus pecados y que solo eso es el amor de Dios). Tales son las nociones del hombre. ¿No son absurdas? Si Dios actuara de acuerdo con las nociones humanas, ¿tendría aun así un carácter justo? Si bien la gente se molestó al ser exiliada, su resistencia y su condena hacia Dios cruzaron un límite para Él; sus acciones no fueron diferentes a las de Satanás, así que ¿cómo no iba Dios a estar enojado por ello? Algunos no aceptan la verdad y piensan: “¿Cómo puede Dios tratar así a las personas? La gente no puede aceptar esta clase de amor, ¡qué falta de consideración hacia el hombre! No parece amor. Si Dios trata así a los judíos, no tiene amor”. Esto niega el amor de Dios y es una noción humana. ¿Cuál es la noción humana? (El hombre acota su definición del amor de Dios). Sí, cuando la gente acota su definición de algo, es una noción y no concuerda con la verdad ni es una verdad. ¿Qué definición ha acotado la gente? Ha acotado su definición de cómo obra Dios; cree que, para que la obra sea considerada como una obra de Dios, Él debe obrar de ciertas maneras, y que esas son las maneras en las que Él debería obrar. La gente tiene una definición acotada acerca de cómo obra Dios, y esa definición acotada es su noción. Así pues, ¿qué clase de definición tiene la gente sobre la manera en la cual Dios hace las cosas? ¿Qué elemento de su definición hace que esté disgustada acerca del modo en que Dios actuó en esta situación y hace que lo malinterprete y se oponga a Él? (La gente cree que Dios debería haber otorgado abundante gracia y bendiciones a los judíos, pero, en cambio, Él actuó al margen de estas nociones y figuraciones y de sus expectativas; expulsó a los judíos e hizo que vagaran por la tierra. La gente no lo entiende y eso dio lugar a numerosas nociones). Muchos tienen nociones y malentendidos sobre la forma en que actuó Dios respecto de los judíos. En otras palabras, se sienten incómodos con las acciones de Dios y creen que Él no debería haber actuado así. ¿Es esa una noción? (Sí, así es). Así pues, cuando la gente cree que Dios “no debería” haber hecho lo que hizo, ¿no es eso acotar la definición de Sus acciones? ¿Cómo sabes que Dios no debería haber actuado de ese modo? ¿En qué te basas para afirmar que Dios no debería haber actuado así? Si crees que no debería haberlo hecho, pero lo hizo, ¿significa eso que Dios no es Dios? ¿Significa eso que lo que Dios hizo estuvo mal y que no estuvo de acuerdo con la verdad? ¿No es necio el hombre en este sentido? El hombre es tremendamente necio e ignorante, arrogante y santurrón; lo más fácil para él es formarse nociones acerca de Dios y acotar su forma de definirlo. Es muy peligroso que este tipo de personas no acepte la verdad y lo más probable es que sea descartada.

Muchos tienen nociones y opiniones sobre el exilio de los judíos de Judea y no comprenden las intenciones de Dios, pero este problema es muy fácil de resolver. Os diré una forma sencilla de hacerlo. Escuchad, y ved si puede abordar estas dificultades vuestras. La manera más sencilla, para empezar, es que la gente sepa que son seres creados, y que es perfectamente natural y está justificado que los seres creados se sometan a su Creador. Si los seres creados constantemente tienen nociones sobre su Creador y no se someten a Él, eso sería una gran rebelión. La gente debe entender que hay un principio fundamental en la forma del tratamiento de los seres creados por parte del Creador, que también es el principio más alto. La forma como el Creador trata a los seres creados se basa completamente en Su plan de gestión y en las exigencias de Su obra; Él no necesita consultar a ninguna persona y tampoco necesita hacer que nadie esté de acuerdo con Él. Él hace lo que tiene que hacer y trata a las personas como tiene que tratarlas y, haga lo que haga o trate como trate a las personas, todo está alineado con los principios-verdad, y los principios por los cuales obra el Creador. Como un ser creado, lo único que se debe hacer es someterse al Creador; uno no debería elegir nada por sí mismo. Esta es la razón que los seres creados deberían tener, y si una persona no la tiene, entonces no es digna de ser llamada persona. La gente debe entender que el Creador siempre será el Creador; Él tiene el poder y las aptitudes para instrumentar y tiene soberanía sobre cualquier ser creado como le plazca y no necesita ninguna razón para hacerlo. Esta es Su autoridad. No hay nadie entre los seres creados que tenga el derecho o esté calificado para emitir juicio sobre si lo que el Creador hace está bien o mal, ni sobre cómo debe actuar. Ningún ser creado tiene el derecho de elegir aceptar la soberanía y los arreglos del Creador; y ningún ser creado tiene el derecho a exigir cómo el Creador tiene soberanía y dispone su destino. Esta es la verdad suprema. Sin importar lo que el Creador haya hecho a Sus seres creados, y sin importar tampoco cómo lo haya hecho, los humanos que Él creó solo deben hacer una cosa: buscar, someterse, conocer y aceptar todo lo colocado ahí por el Creador. El resultado final será que el Creador habrá llevado a cabo Su plan de gestión y habrá completado Su obra, haciendo que Su plan de gestión avance sin obstrucciones; entretanto, puesto que los seres creados han aceptado la soberanía y los arreglos del Creador, y como se han sometido a Su soberanía y a Sus arreglos, ellos habrán obtenido la verdad, habrán entendido las intenciones del Creador y habrán llegado a conocer Su carácter. Además, hay otro principio que debo contaros: haga lo que haga el Creador, se manifieste como se manifieste y sea grande o pequeña la obra que lleve a cabo, continúa siendo el Creador, mientras que toda la humanidad, creada por Él, sigue estando integrada por seres creados, independientemente de lo que hayan hecho y de cuántos talentos o dones hayan recibido. En lo que respecta a la humanidad creada, por más gracia, bendiciones, misericordia, bondad o benevolencia que haya recibido del Creador, no debería creerse distinta de las masas, que puede estar en pie de igualdad con Dios y que ocupa un rango superior entre los seres creados. Con independencia de cuántos dones te haya otorgado Dios, de cuánta gracia te haya concedido, con cuánta amabilidad te haya tratado o de si te ha dado unos talentos especiales, ninguna de estas cosas son tus activos. Eres un ser creado y, por tanto, siempre lo serás. Nunca debes pensar: “Soy un pequeño tesoro en las manos de Dios. Él no me abandonará nunca. La actitud de Dios hacia mí siempre será de amor, cuidado y suaves caricias con cálidos susurros de consuelo y exhortación”. Por el contrario, a ojos del Creador, eres igual a todos los demás seres creados; Dios puede utilizarte como desee y orquestarte como lo desee, así como disponer a voluntad que desempeñes cualquier función entre toda clase de personas, acontecimientos y cosas. Esto es lo que ha de saber la gente y la razón que debe tener. Si uno entiende y acepta estas palabras, su relación con Dios se volverá más normal y entablará una relación más legítima con Él; si uno entiende y acepta estas palabras, orientará su posición adecuadamente, asumirá su lugar en ella y cumplirá con su deber.

¿Qué pensáis tras escuchar estas palabras? ¿Seguiréis malinterpretando a Dios? Algunos dicen: “Dado que Dios trata así a la gente, cuando Él dijo que a Sus ojos los hombres son como hormigas y menos que gusanos, al parecer no fue solo algo teórico, sino que ¡es la realidad! Dios no ama tanto al hombre y tampoco es tan cercano a él como la gente imaginaba”. El corazón de la gente se enfría, como si se hubiera arrojado agua sobre una llama, y su fervor disminuye. ¿Diríais que es mejor que su corazón se enfríe o que constantemente tenga malentendidos sobre Dios? (Es mejor que su corazón se enfríe). La única manera de que pueda entender el carácter de Dios es que se enfríe un poco. Los seres creados deberían poseer razón para utilizar la verdad como su principio para todo; deben utilizarla como base para contemplarlo todo, y deben utilizarla como principio y fundamento de todo lo que hacen. Así deben ser. Pero, por el contrario, la gente siempre siente en su interior que su relación con Dios es como su relación con otra persona, y que sus interacciones deberían darse en condiciones de igualdad. ¿Es esa una buena situación? (No, no lo es). ¿Por qué no lo es? La gente se ha colocado en el lugar equivocado; no trata a Dios como tal. Esto se debe a que tiene demasiados malentendidos acerca de Dios, pero Él no cambia de actitud como consecuencia de los malentendidos o inquietudes de la gente. Por el contrario, Él no solo no cambia de actitud, sino que sigue obrando en las personas de acuerdo con los principios, igual que antes, y dispone y reina soberano sobre las vidas de toda la humanidad. No obstante, el hombre es propenso a formarse nociones acerca de Dios, y a resistirse y rebelarse contra Él, así que debe sufrir mucho. La gente quiere acercarse sigilosamente a Dios y fortalecer su vínculo con Él, y habla de sus sentimientos, capital, talentos, capacidades, de cuánto ha dedicado, de sus logros anteriores, y da toda otra clase de razones. ¿Puede la gente obtener la verdad si siempre vive en estos estados? No, no puede. Si no tienes un corazón sumiso a Dios, siempre tienes ideas falaces, eres incapaz de adoptar el lugar de un ser creado, tienes ambiciones desbocadas y siempre ansías un puesto más elevado, en definitiva, eso te hará incapaz de abordar tu deber de manera adecuada o de entender correctamente las exigencias y actitudes de Dios hacia ti. A pesar de que eres refinado y sufres constantemente, eres incapaz de desprenderte de tus nociones y figuraciones, e incluso crees que eres a quien Dios más ama y con el que tiene más apego. En consecuencia, cuando te sucede algo real y ves que Dios no actúa así, y que se trata solo de tus ilusiones vanas, sufres un revés y recibes un golpe; te quejas y te sientes como si te hubieran agraviado. Tus sentimientos también reciben el impacto. ¿Merece la pena este sufrimiento? (No). La gente se ha causado sufrimiento a sí misma debido a sus ilusiones vanas, sus nociones y figuraciones. Esto es lo más problemático para ella, ¡y debe cambiar de actitud! ¿Cómo debe hacerlo? Reconociendo que Dios es justo con todo el mundo, y que todas las obras que Dios realiza están destinadas a salvar a la raza humana; Él no tiene ninguna otra intención. Lo que la gente debería hacer es adoptar el lugar de un ser creado, someterse a la soberanía, las instrumentaciones y los arreglos del Creador, aceptar y someterse a todo cuanto el Creador haga, buscar la verdad y las intenciones de Dios en estas cosas, y reconocer la conducta de Dios. Si siempre utiliza sus nociones para valorar y definir las acciones de Dios, siempre le hace exigencias irrazonables e insiste con que Dios haga las cosas a su modo, se está rebelando contra Dios y, no solo es incapaz de entender la verdad, sino que, en definitiva, a Dios no le quedará más que desdeñarla y descartarla. Si la gente quiere que Dios la bendiga, lo único que tiene que hacer es buscar, someterse, reconocer y aceptar todo lo que hace el Creador. Esta es la única manera de que entienda la verdad, conozca a Dios, logre la verdadera sumisión a Él y sea salvada.

18 de mayo de 2018

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