Palabras diarias de Dios: La entrada en la vida | Fragmento 411

20 Sep 2020

Si después de leer esto simplemente afirmas que aceptas estas palabras, pero tu corazón no se conmueve y no buscas hacer que tu relación con Dios sea normal, esto demuestra que no le das importancia a tu relación con Dios. Eso prueba que tus puntos de vista aún no se han enmendado, que tus intenciones no están puestas en que Dios te gane y en darle la gloria a Él, sino, más bien, en permitir que las conspiraciones de Satanás prevalezcan y en alcanzar tus propias metas. Este tipo de personas albergan intenciones equivocadas y puntos de vista incorrectos. Independientemente de lo que Dios diga o de cómo lo diga, esas personas siguen siendo completamente indiferentes y no son transformadas de modo alguno. Su corazón no siente temor y no tienen vergüenza. Estas personas son imbéciles sin alma. Lee cada declaración de Dios y ponla en práctica tan pronto como la comprendas. Quizá hubo ocasiones en las que tu carne fue débil, fuiste rebelde o te resististe; sea como sea que te hayas comportado en el pasado, tiene poca importancia y no puede impedir que tu vida madure hoy. Mientras seas capaz de tener una relación normal con Dios hoy, hay esperanza. Si hay un cambio en ti cada vez que lees las palabras de Dios y otras personas pueden decirte que tu vida ha cambiado para bien, ello muestra que tu relación con Dios es ahora normal, que se ha enmendado. Dios no trata a las personas con base en sus transgresiones. Una vez que hayas comprendido y te hayas hecho consciente, siempre que seas capaz de dejar de rebelarte o resistirte, Dios seguirá teniendo misericordia de ti. Cuando tienes el entendimiento y la determinación de buscar ser perfeccionado por Dios, tu estado en la presencia de Dios será normal. Hagas lo que hagas, considera lo siguiente cuando lo estés haciendo: ¿Qué pensará Dios si hago esto? ¿Beneficiará a mis hermanos y hermanas? ¿Será benéfico para la obra de la casa de Dios? Ya sea en la oración, en la comunicación, en el lenguaje, en el trabajo o en el contacto con otras personas, examina tus intenciones y verifica si tu relación con Dios es normal. Si no puedes distinguir tus propias intenciones y pensamientos, esto significa que no tienes discriminación, y esto demuestra que entiendes muy poco sobre la verdad. Si puedes tener un entendimiento claro de todo lo que Dios hace y puedes percibir las cosas a través de la lente de Sus palabras, estando de Su lado, entonces tus puntos de vista se habrán vuelto correctos. Por tanto, establecer una buena relación con Dios es de la máxima importancia para cualquiera que crea en Él; todos deberían considerarlo como una tarea de suma importancia y el más grande evento en su vida. Todo lo que haces se mide contra el hecho de si tienes o no una relación normal con Dios. Si tu relación con Dios es normal y tus intenciones son correctas, entonces actúa. Para mantener una relación normal con Dios, no debes tener miedo a sufrir pérdidas en lo referente a tus intereses personales; no puedes permitir que Satanás prevalezca ni que obtenga algo de ti y no puedes permitir que Satanás haga de ti un hazmerreír. Tener tales intenciones es una señal de que tu relación con Dios es normal, no en aras de la carne, sino, más bien, en aras de la paz de espíritu, de obtener la obra del Espíritu Santo y de satisfacer la voluntad de Dios. Para entrar en el estado correcto, debes establecer una buena relación con Dios y corregir los puntos de vista de tu creencia en Dios. Esto es para que Dios pueda ganarte, y para que Él pueda manifestar los frutos de Sus palabras en ti y para que te esclarezca y te ilumine aún más. De esta forma habrás entrado en la manera correcta. Sigue comiendo y bebiendo las palabras actuales de Dios, entra en la manera de obrar actual del Espíritu Santo, actúa según las exigencias de Dios en el presente, no sigas métodos de práctica anticuados, no te aferres a las formas antiguas de hacer las cosas y entra lo más pronto posible en el presente en la manera de obrar de hoy. Así, tu relación con Dios será completamente normal y te habrás embarcado en el camino correcto de creer en Dios.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. ¿Cómo es tu relación con Dios?

LA PRIORIDAD DE LA FE EN DIOS

Trata de entender lo que hace Dios, ver las cosas según Su palabra, ponte del lado de Dios. Así, tu visión será correcta.

I

Todo lo que hagas debe sopesarse teniendo una relación normal con Dios. Si tu relación con Dios es normal y tus intenciones son buenas, hazlo. Para mantener una relación normal con Dios, no puedes tener miedo de sufrir pérdidas. Forjar una buena relación con Dios ha de ser la prioridad de todo aquel que crea en Él. Todos deben considerar esto la tarea más importante de su vida.

II

No puedes permitir que Satanás impere en ti, te someta así y haga de ti un hazmerreír. Tales propósitos son un signo de que tu relación con Dios es normal. No es por la carne, sino por la paz de espíritu. Y obtener la obra del Espíritu Santo para satisfacer la voluntad de Dios. Forjar una buena relación con Dios ha de ser la prioridad de todo aquel que crea en Él. Todos deben considerar esto la tarea más importante de su vida.

III

Para entrar en el estado correcto, debes forjar una relación fuerte con Dios. Enmienda tu visión de creer en Dios. Lograrte le corresponde a Dios, revelar los frutos de Sus palabras en ti, para dejar que Dios te esclarezca más. Así entrarás como debe ser. Forjar una buena relación con Dios ha de ser la prioridad de todo aquel que crea en Él. Todos deben considerar esto la tarea más importante de su vida.

IV

Sigue comiendo y bebiendo las palabras actuales de Dios. Entra a la forma presente de la obra del Espíritu Santo. Actúa conforme a los requisitos actuales de Dios, no sigas las prácticas y modos de ayer. Así tu relación con Dios será normal. Y estarás creyendo en Dios como debe ser. Forjar una buena relación con Dios ha de ser la prioridad de todo aquel que crea en Él. Todos deben considerar esto la tarea más importante de su vida.

De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”

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