Palabras diarias de Dios: La entrada en la vida | Fragmento 549
24 Oct 2020
¿Qué es lo que buscáis ahora? Ser perfeccionados por Dios, conocer a Dios, obtenerle o tal vez lo que buscáis es comportaros a la manera de un Pedro de los noventa, o tener una fe mayor que la de Job, o tal vez buscáis que Dios os llame justos y llegar ante Su trono, o ser capaces de manifestar a Dios en la tierra y dar un testimonio poderoso y resonante de Él. Independientemente de lo que busquéis, en general lo hacéis con el fin de ser salvados por Dios. No importa si buscas ser una persona justa, si buscas a la manera de Pedro o buscas la fe de Job o ser perfeccionado por Dios; todo es la obra que Dios hace en el hombre. En otras palabras, sin importar lo que busques, todo es en aras de ser perfeccionado por Dios, de experimentar Su palabra, para satisfacer el corazón de Dios; busques lo que busques, todo es en aras de descubrir el encanto de Dios, de buscar una senda con el fin de practicar en la experiencia real, con el objetivo de ser capaz de desechar tu carácter rebelde, alcanzar un estado normal en tu interior, ser capaz de conformarte completamente a la voluntad de Dios, convertirte en una persona correcta, y tener un motivo acertado en todo lo que haces. La razón de que experimentes todas estas cosas es llegar a conocer a Dios, y conseguir el crecimiento de la vida. Aunque lo que experimentas es la palabra de Dios y son acontecimientos reales, al igual que las personas, los asuntos y las cosas que te rodean, finalmente eres capaz de conocer a Dios y de ser perfeccionado por Él. Procurar recorrer la senda de una persona justa o buscar poner en práctica la palabra de Dios: estas cosas son la pista por la que corres, mientras que conocer a Dios y ser perfeccionado por Él son el destino. Ya busques ahora el perfeccionamiento por parte de Dios o busques dar testimonio de Él, en términos generales, el fin último de todo es conocer a Dios; para que la obra que Él hace en ti no pueda ser en vano, de modo que llegues por fin a conocer la realidad de Dios, Su grandeza y, más aún, Su humildad y Su escondimiento, y conocer la gran cantidad de obra que Él hace en ti. Dios se ha humillado hasta un nivel tal, que lleva a cabo Su obra en esta gente inmunda y corrupta y perfecciona a este grupo de personas. Dios no sólo se hizo carne para vivir y comer entre las personas, pastorearlas, y proveer lo que estas necesitan. Lo más importante es que Él realiza Su inmensa obra de salvación y conquista en estas personas insoportablemente corruptas. Él vino al corazón del gran dragón rojo para salvar a estas, las más corruptas de las personas, de forma que todas las personas puedan ser cambiadas y hechas nuevas. La inmensa dificultad que Dios soporta no es sólo la del Dios encarnado, sino principalmente que el Espíritu de Dios sufre una humillación extrema; Él se humilla y oculta tanto que se convierte en una persona corriente. Dios se encarnó, y tomó la forma de carne para que las personas vean que Él tiene una vida y unas necesidades humanas normales. Con esto basta para demostrar que Dios se ha humillado en una gran medida. El Espíritu de Dios se materializa en la carne. Su Espíritu es muy elevado y grande, pero Él toma la forma de un ser humano común e insignificante, para así hacer la obra de Su Espíritu. El calibre, el conocimiento, el sentido, la humanidad y la vida de cada uno de vosotros muestran que sois realmente indignos de aceptar esta clase de obra de Dios. Sois realmente indignos para permitir que Él soporte semejante sufrimiento por vuestra causa. ¡Dios es tan grande! ¡Él es tan supremo, y las personas tan malas y bajas! Pero Él sigue obrando en ellas. Él no sólo se encarnó con el fin de proveer para las personas, para hablarles, sino que incluso vive con ellas. Dios es tan humilde, tan adorable. Si tan pronto como se menciona el amor de Dios, tan pronto como se menciona Su gracia, derramas lágrimas al tiempo que pronuncias gran alabanza; si llegas a este estado, entonces tienes un conocimiento verdadero de Dios.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Sólo los que se enfocan en la práctica pueden ser perfeccionados
CREER EN DIOS ES BUSCAR CONOCER A DIOS
Ⅰ
Busques lo que busques, siempre llegas a lo mismo: a ser perfeccionado por Dios, a experimentar la palabra de Dios y satisfacer Su corazón, para descubrir Su encanto. A buscar un sendero en experiencia real, con el fin de desechar tu propio carácter rebelde. Buscar la perfección en Dios o dar testimonio de Él, es para conocerlo y que en vano no sea la obra de Él en ti, y así al final aprendas la realidad de Dios, conozcas Su grandeza y también Su humildad, Su humildad, Su lado oculto, y veas la obra que Dios hace en ti.
Ⅱ
Busques lo que busques, siempre llegas a lo mismo: a poder conseguir un estado normal en ti. A cumplir la voluntad de Dios, a ser una persona correcta, a tener un motivo correcto en todo lo que hagas. La razón para estas cosas: conocer a Dios y hacer crecer la vida. Buscar la perfección en Dios o dar testimonio de Él, es para conocerlo y que en vano no sea la obra de Él en ti, y así al final aprendas la realidad de Dios, conozcas Su grandeza y también Su humildad, Su humildad, Su lado oculto, y veas la obra que Dios hace en ti.
Ⅲ
Experimentas la palabra de Dios, con acontecimientos reales, gentes, asuntos y cosas a tu alrededor, que te harán capaz de conocer a Dios. Y al final serás perfeccionado por Dios. Buscar la perfección en Dios o dar testimonio de Él, es para conocerlo y que en vano no sea la obra de Él en ti, y así al final aprendas la realidad de Dios, conozcas Su grandeza y también Su humildad, Su humildad, Su lado oculto, y veas la obra que Dios hace en ti.
De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”
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