I

Hemos oído la voz de Dios,

hemos sido arrebatados ante Él para asistir al banquete.

Comemos y bebemos las palabras de Dios y le oramos;

qué gran alegría es vivir ante Él.

Creer en el Señor según la religión

oscureció nuestros corazones, nos faltaba un sendero a seguir.

Ahora comemos y bebemos las palabras de Dios, hablamos sobre la verdad;

es una alegría tan grande disfrutar de la obra del Espíritu Santo.

Hermanos y hermanas, ¡pongámonos de pie y bailemos!

¡Ofrezcamos nuevas danzas en alabanza a Dios!

No estamos atados por ritos religiosos,

conocemos la verdad; nuestros espíritus son liberados.

Todas las palabras de Dios son la verdad,

nos muestran el camino en la vida.

No pensaremos en nuestros futuro y destino.

Estamos dispuestos a someterse a la soberanía y los arreglos de Dios.

II

Hemos pasado por el juicio de las palabras de Dios.

Nuestra corrupción ha sido purificada y transformada.

Vivimos como niños inocentes，

y alabamos a Dios con amor y sinceridad.

Guiados por las palabras de Dios,

danzamos superando cualquier adversidad u opresión.

Seguimos a Cristo, fieles hasta el final, no importa qué obstáculo nos ponga Satanás.

Hermanos y hermanas, ¡pongámonos de pie y bailemos!

¡Ofrezcamos nuevas danzas en alabanza a Dios!

Poner en práctica las palabras de Dios nos regocija el corazón,

y el sendero se hace cada vez más claro.

Al ver la justicia y la santidad de Dios,

nuestros corazones lo alabarán siempre.

Alabar a Dios sinceramente es un gozo,

tenerlo con nosotros es la auténtica felicidad.

Dar testimonio de Dios es la verdadera gloria,

nuestros espíritus son liberados.

Alabado sea Dios por derrotar a Satanás y obtener toda la gloria.

de Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos