Palabras diarias de Dios: Conocer la obra de Dios | Fragmento 178

6 Ago 2020

La obra del hombre tiene un alcance y limitaciones. Una persona sólo es capaz de hacer la obra de una cierta fase y no puede hacer la obra de toda la era, de otro modo, llevaría a las personas a las reglas. La obra del hombre sólo puede ser aplicable a un tiempo o fase en particular. Esto porque la experiencia del hombre tiene un límite. Nadie puede comparar la obra del hombre con la obra de Dios. La práctica del hombre y su conocimiento de la verdad son aplicables a un límite en particular. No puedes decir que el camino que el hombre pisa es completamente la voluntad del Espíritu Santo, porque el Espíritu Santo sólo puede esclarecer al hombre y el hombre no puede estar completamente lleno del Espíritu Santo. Todas las cosas que el hombre puede experimentar están dentro del límite de la humanidad normal y no pueden rebasar el límite de los pensamientos en la mente humana normal. Todos los que tienen una expresión práctica experimentan dentro de este límite. Cuando experimentan la verdad, siempre es una experiencia de la vida humana normal bajo el esclarecimiento del Espíritu Santo, sin experimentarla de una manera que se desvíe de la vida humana normal. Experimentan la verdad esclarecidos por el Espíritu Santo sobre el fundamento de vivir su vida humana. Además, esta verdad varía de persona a persona y la profundidad de la misma se relaciona con el estado de la persona. Sólo se puede decir que el camino que camina es la vida humana normal de un hombre que busca la verdad y que es el camino que camina una persona normal que tiene el esclarecimiento del Espíritu Santo. No puedes decir que el camino que pisa sea el camino que el Espíritu Santo tome. En la experiencia humana normal, debido a que las personas que buscan no son iguales, la obra del Espíritu Santo tampoco es la misma. Además, porque los ambientes que experimentan y los límites de su experiencia no son iguales, a causa de la mezcla que hay en su mente y sus pensamientos, su experiencia se mezcla en diferentes grados. Cada persona entiende una verdad de acuerdo a sus condiciones individuales diferentes. Su entendimiento del significado real de la verdad no está completo y es sólo uno, o unos cuantos aspectos del mismo. El límite por el cual la verdad la experimenta el hombre siempre se basa en las condiciones diferentes de los individuos y, por lo tanto, no es el mismo. De esta manera, el conocimiento que expresan diferentes personas de la misma verdad no es el mismo. Es decir, la experiencia del hombre siempre tiene limitaciones y no puede representar por completo la voluntad del Espíritu Santo, y la obra del hombre no se puede percibir como la obra de Dios, incluso si lo que el hombre expresa corresponde muy de cerca a la voluntad de Dios, incluso si la experiencia del hombre está muy cerca de la perfecta obra que el Espíritu Santo lleva a cabo. El hombre sólo puede ser el siervo de Dios, haciendo la obra que Dios le confía. El hombre sólo puede expresar el conocimiento bajo el esclarecimiento del Espíritu Santo y las verdades que obtenga de sus experiencias personales. El hombre no está calificado y no tiene las condiciones para ser el canal del Espíritu Santo. No está autorizado para decir que la obra del hombre es la obra de Dios. El hombre tiene los principios del hombre para obrar y todos los hombres tienen experiencias diferentes y poseen condiciones variantes. La obra del hombre incluye todas sus experiencias bajo el esclarecimiento del Espíritu Santo. Estas experiencias sólo pueden representar el ser del hombre, y no representan el ser de Dios o la voluntad del Espíritu Santo. Por lo tanto, el camino que el hombre camina no se puede decir que sea el camino que el Espíritu Santo camina porque la obra del hombre no puede representar la obra de Dios, y la obra del hombre y la experiencia del hombre no son la completa voluntad del Espíritu Santo. La obra del hombre está propensa a caer en una regla, y el método de su obra fácilmente se confina a un alcance limitado y no es capaz de liderar a las personas a un camino libre. La mayoría de los seguidores viven dentro de un alcance limitado y su forma de experimentar también está limitada en su alcance. La experiencia del hombre siempre está limitada; el método de su obra también está limitado a unos cuantos tipos y no se puede comparar con la obra del Espíritu Santo o la obra de Dios mismo, esto se debe a que la experiencia del hombre, a la postre, es limitada. No hay reglas para la manera en la que Dios hace Su obra; como quiera que se haga, no se limita a una forma. No hay reglas de ninguna especie en la obra de Dios; toda Su obra emana sin restricciones. No importa cuánto tiempo el hombre invierta siguiéndolo a Él, no puede resumir las leyes de los caminos de Su obra. Aunque Su obra se basa en principios, siempre se hace de nuevas maneras y siempre tiene nuevos progresos que están más allá del alcance del hombre. Durante un periodo de tiempo, Dios puede tener varios tipos diferentes de obras y diferentes maneras de guiar, permitiéndoles a las personas tener siempre nuevas entradas y nuevos cambios. No puedes encontrar las leyes de Su obra porque Él siempre está obrando de nuevas maneras. Sólo de esta manera los seguidores de Dios no caen en reglas. La obra de Dios mismo siempre evita las nociones de las personas y contrarresta sus nociones. Sólo los que lo siguen y lo buscan con un corazón sincero pueden haber transformado su carácter y ser capaces de vivir sin restricciones, sin estar sujetos a reglas o reprimidos por ningunas nociones religiosas. Las demandas que la obra del hombre les hace a las personas se basan en su propia experiencia y lo que él mismo puede lograr. El estándar de estos requisitos se limita a un cierto alcance y los métodos de la práctica también están muy limitados. Los seguidores de manera inconsciente viven dentro de este alcance limitado; conforme el tiempo pasa, se vuelven reglas y rituales. Si una persona que no ha sufrido el perfeccionamiento personal de Dios y no ha recibido el juicio guía la obra de un periodo, todos sus seguidores se volverán religiosos y expertos en resistir a Dios. Por lo tanto, si alguien es un líder calificado, la persona debe haber sufrido el juicio y aceptado el perfeccionamiento. Los que no han sufrido el juicio, aunque puedan tener la obra del Espíritu Santo, sólo expresan cosas vagas e irreales. Con el tiempo, guiarán a las personas a reglas vagas y sobrenaturales. La obra que Dios lleva a cabo no está de acuerdo con la carne del hombre, no está de acuerdo con los pensamientos del hombre, sino que contraataca las nociones del hombre; no está mezclada con un vago tinte religioso. Los resultados de Su obra no los puede lograr un hombre que Él no haya perfeccionado y están más allá del alcance del pensamiento del hombre.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La obra de Dios y la obra del hombre

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