Yang Yi, líder de una iglesia, es detenido en una de las campañas de detenciones masivas del PCCh y condenado a diez años de cárcel. Bajo la estricta vigilancia y las esclavizantes exigencias de trabajo de los guardias de la cárcel, se siente desdichado y atormentado y anhela la provisión de las palabras de Dios. Un día, sus hermanos y hermanas se arriesgan a visitarlo en la cárcel y le llevan a escondidas un ejemplar de las palabras de Dios. Cuando Yang Yi las lee con avidez, se siente enormemente motivado y sale del dolor y de la negatividad. Conforme se intensifican la represión y persecución de los cristianos por parte del PCCh, cada vez encarcelan con él a más hermanos suyos. Yang Yi ve que algunos están enfermos y negativos por el tormento que padecen, mientras que otros son obligados por los guardias de la cárcel a escribir las "Tres cartas" para negar a Dios, por lo que sienten remordimiento y culpa. Tras descubrirlo, Yang Yi busca ocasiones de sustentar y ayudar a sus hermanos y les pasa las palabras de Dios. Cuando sus hermanos las leen, reciben provisión espiritual y a todos les parecen muy valiosas, por lo que deciden espontáneamente escribir los pasajes de las palabras de Dios que recuerdan y compartirlos entre ellos, lo que permite que cada vez más hermanos las lean. Sin embargo, a raíz de la vigilancia de los guardias de la cárcel y de los informes de los espías, se descubre que los hermanos de Yang Yi, uno detrás de otro, tienen las palabras de Dios, tras lo cual se les somete a una supervisión sumamente estricta de los guardias, así como a interrogatorios y torturas. Después se lleva a cabo un registro generalizado en cada zona de la cárcel. En medio de esta situación crítica, los hermanos se enfrentan a una gran prueba de fe…