Ⅰ

Hemos oído la voz de Dios y regresado a Su casa,

donde vivimos la vida de la iglesia.

Pastoreados por Cristo, cada día comemos y bebemos las palabras de Dios

y asistimos al banquete del reino de los cielos.

Al practicar y experimentar las palabras de Dios, comprendemos la verdad

y se libera nuestro corazón.

Seguros de que Cristo es la verdad, nuestro corazón ha sido conquistado

y seguimos a Dios con decisión, viviendo en la luz.

Hermanos y hermanas, ¡cantad juntos!

Cantemos en voz alta el amor a Dios de nuestro corazón.

La verdad que expresa Dios nos trae el camino de la vida eterna

y nos permite vivir con semejanza humana.

Ⅱ

Las palabras de Dios juzgan y desenmascaran la corrupción del hombre,

todas ellas no son sino hechos.

Arrogantes y vanidosos, estamos llenos de nociones acerca de Dios;

ciegos e ignorantes, no lo conocemos.

Durante las pruebas se evidencia nuestra naturaleza;

nos arrepentimos ante Dios y comenzamos de nuevo.

Seguros de que Cristo es la verdad, nuestro corazón ha sido conquistado

y seguimos a Dios con decisión, viviendo en la luz.

Hermanos y hermanas, ¡cantad juntos!

Cantemos en voz alta el amor a Dios de nuestro corazón.

La verdad que expresa Dios nos trae el camino de la vida eterna

y nos permite vivir con semejanza humana.

Ⅲ

Ante la cruel opresión de Satanás, no retrocedemos;

las palabras de Dios nos guían para superar las tribulaciones.

Al comprender la verdad discernimos

y tenemos más claro qué amar y qué odiar.

Juramos por nuestra vida rebelarnos contra Satanás y rechazarlo.

Al experimentar pruebas y tribulaciones,

amamos más a Dios de corazón;

cumplimos bien el deber y retribuimos el amor de Dios.

Seguros de que Cristo es la verdad, nuestro corazón ha sido conquistado

y seguimos a Dios con decisión, viviendo en la luz.

Hermanos y hermanas, ¡cantad juntos!

Cantemos en voz alta el amor a Dios de nuestro corazón.

La verdad que expresa Dios nos trae el camino de la vida eterna

y nos permite vivir con semejanza humana.

Hermanos y hermanas, ¡cantad juntos!

Cantemos en voz alta el amor a Dios de nuestro corazón.

La verdad que expresa Dios nos trae el camino de la vida eterna

y nos permite vivir con semejanza humana.

de Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos