493 ¿Deseas ser el fruto para el gozo de Dios?
Ⅰ
En todo momento, el pueblo de Dios debe estar en guardia
contra las astutas maquinaciones de Satanás,
protegiendo la puerta de Su casa para Él;
deben ser capaces de apoyarse unos a otros y de proveerse unos a otros
para evitar caer en la trampa de Satanás,
momento en el que sería demasiado tarde para lamentarse.
¿Por qué Dios os está entrenando con tanta urgencia?
¿Por qué os cuenta los hechos del reino espiritual?
¿Por qué os advierte y exhorta una y otra vez?
¿Acaso alguna vez habéis reflexionado sobre esto?
¿Y habéis logrado claridad con la reflexión?
Así pues, no solo debéis ser capaces de curtiros a partir del pasado,
sino, más que eso, de expulsar las impurezas que hay dentro de vosotros
bajo la guía de las palabras de hoy,
permitiéndole a cada una de las palabras de Dios
echar raíces y florecer dentro de tu espíritu,
y, lo más importante, dar más fruto.
Ⅱ
Lo que Dios pide no es flores brillantes y frondosas
sino fruto abundante —un fruto que no se eche a perder—.
¿Acaso entendéis el verdadero significado de Sus palabras?
Aunque las flores en un invernadero son tan innumerables como las estrellas,
y atraen a toda la multitud que las admira,
una vez que se han marchitado, se vuelven tan andrajosas
como las maquinaciones engañosas de Satanás y nadie muestra ningún interés en ellas.
Pero todos los que han sido abofeteados por los vientos y quemados por el sol
y dan testimonio de Dios,
aunque sus flores no sean hermosas,
darán fruto una vez que las flores se hayan marchitado,
pues Él requiere que sean así.
Cuando Dios pronuncia estas palabras, ¿cuánto entendéis?
Una vez que las flores se han marchitado y han dado fruto,
y una vez que todo este fruto se pueda proveer para Su disfrute,
¡Él concluirá toda Su obra en la tierra
y comenzará a disfrutar la cristalización de Su sabiduría!
de La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las palabras de Dios al universo entero, Capítulo 3