3. Al creer en Dios deberías establecer una relación normal con Dios

Las palabras relevantes de Dios:

Al creer en Dios, al menos debes resolver el asunto de tener una relación normal con Él. Si no tienes una relación normal con Dios, entonces se pierde el significado de tu creencia en Él. Establecer una relación normal con Dios es completamente alcanzable si tienes un corazón que esté tranquilo en presencia de Dios. Tener una relación normal con Dios quiere decir ser capaz de no dudar y no negar nada de Su obra y ser capaz de someterse a ella. Eso significa tener las intenciones correctas en presencia de Dios, no hacer planes para ti mismo y tomar en consideración los intereses de la casa de Dios primero en todas las cosas; significa aceptar el escrutinio de Dios y obedecer Sus disposiciones. Debes poder aquietar tu corazón en presencia de Dios en todo lo que hagas. Incluso si no entiendes la voluntad de Dios, debes seguir cumpliendo tus deberes y responsabilidades lo mejor posible. Cuando la voluntad de Dios se te haya revelado, actúa conforme a ella y no será demasiado tarde. Cuando tu relación con Dios se haya vuelto normal, también tendrás relaciones normales con las personas. Todo se construye sobre la base de las palabras de Dios. Come y bebe las palabras de Dios, y luego pon en práctica Sus requisitos, corrige tus puntos de vista y evita hacer cualquier cosa que se resista a Dios o perturbe a la iglesia. No hagas nada que no beneficie la vida de tus hermanos y hermanas; no digas nada dañino para los demás ni hagas nada vergonzoso. Sé justo y honorable en todo lo que hagas y asegúrate de que cada acción sea presentable delante de Dios. Aunque la carne pueda algunas veces ser débil, debes poder ser capaz de poner los intereses de la familia de Dios en primer lugar, sin ambición de obtener un beneficio personal, y debes poder ser capaz de actuar de manera justa. Si puedes practicar de esta manera, entonces tu relación con Dios será normal.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. ¿Cómo es tu relación con Dios?

En todo lo que hagas, debes examinar si tus intenciones son correctas. Si puedes actuar conforme a los requisitos de Dios, entonces tu relación con Dios es normal. Este es el estándar mínimo. Observa tus intenciones, y si descubres que han surgido intenciones incorrectas, dales la espalda y actúa conforme a las palabras de Dios; así te convertirás en alguien que es correcto delante de Dios, que a la vez demuestra que su relación con Dios es normal, y que todo lo que haces es en aras de Dios y no en aras de ti. En todo lo que hagas y digas, sé capaz de enderezar tu corazón y sé justo en tus acciones y no te dejes llevar por tus emociones ni actúes conforme a tu propia voluntad. Estos son principios por los cuales los que creen en Dios deben conducirse. Las cosas pequeñas pueden revelar las intenciones y la estatura de una persona y, así, para que alguien entre en la senda de ser perfeccionada por Dios, primero debe rectificar sus intenciones y su relación con Dios. Solo cuando tu relación con Dios es normal puedes ser perfeccionado por Él; solo entonces el trato, la poda, la disciplina y el refinamiento de Dios logran su efecto deseado en ti. Es decir, si los seres humanos pueden mantener a Dios en su corazón y no buscan una ganancia personal ni piensan en sus propias perspectivas (en un sentido carnal), sino que, en su lugar, llevan la carga de entrar en la vida, hacen su mejor esfuerzo por buscar la verdad y se someten a la obra de Dios; si puedes hacer esto, entonces las metas que buscas serán correctas y tu relación con Dios será normal. Enmendar la propia relación con Dios puede denominarse el primer paso de entrada en el propio viaje espiritual. Aunque el destino del hombre está en las manos de Dios y está predestinado por Él y el hombre no lo puede cambiar, que Dios pueda perfeccionarte y ganarte o no depende de si tu relación con Dios es normal. Puede haber partes de ti que son débiles o desobedientes, pero en tanto tus opiniones e intenciones sean correctas y en tanto tu relación con Dios sea correcta y normal, estás calificado para que Dios te perfeccione. Si no tienes la relación correcta con Dios y actúas por el bien de tu carne o de tu familia entonces, independientemente de lo duro que trabajes, será en balde. Si tu relación con Dios es normal, entonces todo lo demás encajará en su lugar. Dios no ve nada más, sino solo si tus puntos de vista en tu creencia en Dios son correctos: en quién crees, por el bien de quién crees y por qué crees. Si puedes ver estas cosas con claridad y practicar con tus puntos de vista bien dispuestos, entonces progresarás en tu vida y también tendrás garantizada la entrada en el camino correcto. Si tu relación con Dios no es normal, y los puntos de vista de tu creencia en Dios están desviados, entonces todo lo demás es en vano, y, sin importar cuánto creas, no recibirás nada. Solo después de que tu relación con Dios se vuelva normal obtendrás elogios por parte de Él cuando abandones la carne, ores, sufras, soportes, te sometas, ayudes a tus hermanos y hermanas, te esfuerces más por Dios, etc.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. ¿Cómo es tu relación con Dios?

La manera en que las personas creen en Dios, lo aman y lo satisfacen es llegando al Espíritu de Dios con el corazón, obteniendo de este modo Su satisfacción, y usando el corazón para comprometerse con las palabras de Dios y así poder ser conmovidos por Su Espíritu. Si quieres alcanzar una vida espiritual normal y establecer una relación normal con Dios, entonces tienes que entregarle primero tu corazón a Dios. Solo después de que hayas tranquilizado tu corazón ante Él y lo hayas derramado por completo en Él, podrás desarrollar poco a poco una vida espiritual normal. Si al creer en Dios la gente no le entrega su corazón y lo tiene puesto en Él, si no consideran la carga de Dios como propia, entonces lo único que hacen es un acto de engaño a Dios, un acto común en las personas religiosas, y no pueden recibir la alabanza de Dios. Él no puede obtener nada de este tipo de personas; sólo sirven como contraste de la obra de Dios, como un adorno en la casa de Dios, algo superfluo e inútil. Él no hace uso de este tipo de personas. No es sólo que en ellas no haya oportunidad para la obra del Espíritu Santo, sino que ni siquiera aporta ningún valor que sean perfeccionadas. Este tipo de persona es, en verdad, un “muerto viviente”. Tales personas no poseen nada que pueda ser usado por el Espíritu Santo, sino que, al contrario, Satanás se ha apropiado de todas ellas y las ha corrompido profundamente. Dios se deshará de tales personas. En la actualidad, al usar a las personas, el Espíritu Santo no sólo aprovecha sus virtudes para hacer las cosas, sino que también perfecciona y cambia sus defectos. Si tu corazón se puede derramar en Dios, y mantenerse tranquilo delante de Él, tendrás la oportunidad y las cualificaciones para que el Espíritu Santo te use, para recibir Su esclarecimiento e iluminación y, es más, tendrás la oportunidad de que el Espíritu Santo compense tus deficiencias. Cuando entregas tu corazón a Dios, el aspecto positivo es que puedes lograr una entrada más profunda y alcanzar un plano más alto de entendimiento; el aspecto negativo es que tendrás más entendimiento de tus propias faltas y deficiencias, estarás más dispuesto a buscar satisfacer la voluntad de Dios y, no serás pasivo, sino que entrarás activamente. Así, te convertirás en una persona adecuada.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Es muy importante establecer una relación normal con Dios

Si quieres tener una relación normal con Dios, entonces debes volver tu corazón hacia Él. Con esto como fundamento, también tendrás una relación normal con otras personas. Si no tienes una relación normal con Dios, entonces no importa lo que hagas para mantener tus relaciones con otras personas, no importa qué tan duro trabajes o cuánta energía inviertas, todo esto solo se corresponderá con una filosofía humana de vida. Estás manteniendo tu posición entre las personas a través de una perspectiva y filosofía humanas para que la gente te alabe, pero no estás siguiendo la palabra de Dios para establecer relaciones normales con la gente. Si no te centras en tus relaciones con las personas, sino que mantienes una relación normal con Dios, si estás dispuesto a darle tu corazón a Dios y a aprender a obedecerle, entonces, de manera natural, tus relaciones con todas las personas serán normales. De esta manera, estas relaciones no se establecen en la carne sino sobre el fundamento del amor de Dios. Casi no hay interacciones carnales, pero en el espíritu hay comunicación mutua, así como mutuo amor, consuelo y provisión. Todo esto se hace sobre el fundamento de un corazón que complace a Dios. Estas relaciones no se mantienen por confiar en una filosofía humana de vivir, sino que se forman de una manera muy natural, llevando la carga de Dios. No requieren de un esfuerzo que provenga del hombre. Solo necesitas practicar según los principios de la palabra de Dios. ¿Estás dispuesto a ser considerado con la voluntad de Dios? ¿Estás dispuesto a ser una persona “sin razón” delante de Dios? ¿Estás dispuesto a darle tu corazón por completo a Dios y no pensar en tu posición entre las personas? Entre todas las personas con las que tienes contacto, ¿con quiénes tienes mejor relación? ¿Con cuáles tienes peor relación? ¿Son normales tus relaciones con las personas? ¿Tratas a todas las personas de manera equitativa? ¿Se mantienen tus relaciones con los demás según tu filosofía de vivir, o se edifican sobre el fundamento del amor de Dios? Cuando una persona no da su corazón a Dios, su espíritu se vuelve obtuso, insensible e inconsciente. Esta clase de persona nunca entenderá las palabras de Dios ni tendrá una relación normal con Él; el carácter de esta clase de persona nunca cambiará. Cambiar el carácter propio es el proceso de entregarle el corazón por completo a Dios, y de recibir esclarecimiento e iluminación de Sus palabras. La obra de Dios puede, por un lado, permitir que una persona entre activamente, y también que purgue sus aspectos negativos después de obtener conocimiento sobre ellos. Cuando seas capaz de entregarle tu corazón a Dios, entonces podrás percibir cualquier movimiento sutil en tu espíritu, y conocerás todo el esclarecimiento y la iluminación recibidos de Dios. Aférrate a esto, y entrarás poco a poco en la senda de ser perfeccionado por el Espíritu Santo. Cuanto más tranquilo esté tu corazón delante de Dios, más sensible y delicado será tu espíritu, y más capaz será de percibir cómo lo conmueve el Espíritu Santo; entonces, tu relación con Dios se volverá todavía más normal. Una relación normal entre las personas se establece sobre el fundamento de entregar sus corazones a Dios, y no por medio del esfuerzo humano. Sin Dios en el corazón, las relaciones interpersonales son solamente relaciones carnales. No son normales, sólo un mero abandono a los deseos físicos; son relaciones que Dios aborrece, que detesta. Si dices que tu espíritu ha sido conmovido, pero siempre quieres tener comunión con personas que te agradan, con quienquiera que estimes, y si hay otra persona buscando que no te agrada, o contra la que incluso tienes un prejuicio y no te relacionas con ella, esto es otra prueba de que estás sometido a tus emociones y que no tienes una relación para nada normal con Dios. Estás tratando de engañar a Dios y cubrir tu propia fealdad. Incluso si puedes compartir algo de entendimiento, tus intenciones siguen siendo equivocadas, entonces todo lo que haces es bueno solo según los estándares humanos. Dios no te elogiará, estás actuando de acuerdo a la carne, no de acuerdo a la carga de Dios. Si puedes tranquilizar tu corazón delante de Dios y tener interacciones normales con todos los que aman a Dios, solo entonces eres apto para que Dios te use. De esta manera, sin importar cómo te relaciones con otros, no será de acuerdo con una filosofía de vivir, sino que será ante Dios, viviendo de una manera que es considerada con Su carga.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Es muy importante establecer una relación normal con Dios

Lee cada declaración de Dios y ponla en práctica tan pronto como la comprendas. Quizá hubo ocasiones en las que tu carne fue débil, fuiste rebelde o te resististe; sea como sea que te hayas comportado en el pasado, tiene poca importancia y no puede impedir que tu vida madure hoy. Mientras seas capaz de tener una relación normal con Dios hoy, hay esperanza. Si hay un cambio en ti cada vez que lees las palabras de Dios y otras personas pueden decirte que tu vida ha cambiado para bien, ello muestra que tu relación con Dios es ahora normal, que se ha enmendado. Dios no trata a las personas con base en sus transgresiones. Una vez que hayas comprendido y te hayas hecho consciente, siempre que seas capaz de dejar de rebelarte o resistirte, Dios seguirá teniendo misericordia de ti. Cuando tienes el entendimiento y la determinación de buscar ser perfeccionado por Dios, tu estado en la presencia de Dios será normal. Hagas lo que hagas, considera lo siguiente cuando lo estés haciendo: ¿Qué pensará Dios si hago esto? ¿Beneficiará a mis hermanos y hermanas? ¿Será benéfico para la obra de la casa de Dios? Ya sea en la oración, en la comunicación, en el lenguaje, en el trabajo o en el contacto con otras personas, examina tus intenciones y verifica si tu relación con Dios es normal. Si no puedes distinguir tus propias intenciones y pensamientos, esto significa que no tienes discriminación, y esto demuestra que entiendes muy poco sobre la verdad. Si puedes tener un entendimiento claro de todo lo que Dios hace y puedes percibir las cosas a través de la lente de Sus palabras, estando de Su lado, entonces tus puntos de vista se habrán vuelto correctos. Por tanto, establecer una buena relación con Dios es de la máxima importancia para cualquiera que crea en Él; todos deberían considerarlo como una tarea de suma importancia y el más grande evento en su vida. Todo lo que haces se mide contra el hecho de si tienes o no una relación normal con Dios. Si tu relación con Dios es normal y tus intenciones son correctas, entonces actúa. Para mantener una relación normal con Dios, no debes tener miedo a sufrir pérdidas en lo referente a tus intereses personales; no puedes permitir que Satanás prevalezca ni que obtenga algo de ti y no puedes permitir que Satanás haga de ti un hazmerreír. Tener tales intenciones es una señal de que tu relación con Dios es normal, no en aras de la carne, sino, más bien, en aras de la paz de espíritu, de obtener la obra del Espíritu Santo y de satisfacer la voluntad de Dios. Para entrar en el estado correcto, debes establecer una buena relación con Dios y corregir los puntos de vista de tu creencia en Dios. Esto es para que Dios pueda ganarte, y para que Él pueda manifestar los frutos de Sus palabras en ti y para que te esclarezca y te ilumine aún más. De esta forma habrás entrado en la manera correcta. Sigue comiendo y bebiendo las palabras actuales de Dios, entra en la manera de obrar actual del Espíritu Santo, actúa según las exigencias de Dios en el presente, no sigas métodos de práctica anticuados, no te aferres a las formas antiguas de hacer las cosas y entra lo más pronto posible en el presente en la manera de obrar de hoy. Así, tu relación con Dios será completamente normal y te habrás embarcado en el camino correcto de creer en Dios.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. ¿Cómo es tu relación con Dios?

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