Ⅰ

Dios es un fuego que todo lo consume y no tolera la ofensa.

Como todos los seres humanos fueron creados por Él,

tienen que someterse a lo que Él dice y hace, y no pueden oponerse.

Las personas no tienen derecho a entrometerse en Su obra

y, más aún, no están calificadas para analizar

lo que está bien o mal en Su obra o en Sus palabras,

lo que está bien o mal en Su obra o en Sus palabras.

Dios es el Creador, los seres creados deberían lograr todo lo que Él exige,

con un corazón temeroso de Dios;

no deberían intentar razonar con Él y, en especial, no deberían resistirse.

Con Su autoridad gobierna a Su pueblo,

y todos los que forman parte de Su creación deben someterse a Su autoridad.

Ⅱ

Aunque hoy seáis osados y presuntuosos ante Dios,

aunque os rebeléis contra las palabras con las que os enseña

y no conozcáis el miedo,

Él sólo responde a vuestra rebeldía con tolerancia.

No perderá los estribos ni afectará Su obra

porque diminutos e insignificantes gusanos

hayan removido la suciedad en el montón de estiércol.

Dios tolera la existencia continua

de todo lo que odia y todas las cosas que aborrece

en aras de la voluntad de Su Padre,

y lo hará hasta completar Sus declaraciones,

hasta Su último momento.

de La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Cuando las hojas caídas regresen a sus raíces, lamentarás todo el mal que has hecho