Punto 15: No creen en la existencia de Dios y niegan la esencia de Cristo (I)
I. Los anticristos no creen en la existencia de Dios
Hoy vamos a hablar sobre el punto quince de las diversas manifestaciones de los anticristos: no creen en la existencia de Dios y niegan la esencia de Cristo. Este punto pone al descubierto dos manifestaciones de cómo los anticristos tratan a Dios y a Cristo, que son representativas de la esencia de los anticristos. Ambas manifestaciones atañen a Dios Mismo y guardan relación por una parte con el Espíritu de Dios y por otra con Su encarnación. Los anticristos no creen en la existencia de Dios ni admiten Su encarnación. Estos son los puntos de vista que los anticristos albergan hacia Dios, y son las manifestaciones principales de cómo lo tratan. Por ahora no vamos a hablar sobre la esencia de estas dos manifestaciones principales, en vez de eso discutamos primero cómo se manifiesta la incredulidad hacia la existencia de Dios de los anticristos, es decir, qué pensamientos, puntos de vista y actitudes, así como qué comportamientos, manifestaciones y enfoques específicos tienen dichos anticristos hacia Él que prueban que no creen en Su existencia. ¿Existen manifestaciones concretas de su incredulidad? Algunos dirán: “La incredulidad de los anticristos hacia la existencia de Dios significa sencillamente que no admiten este hecho y niegan Su existencia. En su corazón, creen que no hay Dios y que el Espíritu de Dios, Dios Mismo y el Creador son invisibles e inexistentes. Para ellos, el título ‘Dios’ está vacío y es un producto de la imaginación humana. ¿Acaso no es esto algo sencillo de explicar y compartir? ¿Cómo se relaciona con la esencia de los anticristos? ¿Cómo es que hay manifestaciones específicas de esto? ¿Acaso no es hacer una montaña de un grano de arena? ¿De veras es tan complejo?”. ¿Es correcto este planteamiento? Si os pidieran que compartierais el tema de que los anticristos no creen en la existencia de Dios, ¿cómo hablaríais sobre ello y lo diseccionaríais? Por ejemplo, piensa en una persona especialmente falsa. ¿Eres capaz de hablar acerca de las manifestaciones concretas de su falsedad? Si te limitas a decir: “Esta persona es muy falsa y siempre miente, no dice ni una palabra que sea verdad”, ¿habrás terminado entonces de compartir? ¿Cuáles son los estados y manifestaciones específicos de la falsedad? ¿Cómo puedes diseccionar la de esa persona? ¿Qué enfoques emplea para lidiar con la gente y manejar los asuntos en su vida diaria? ¿Qué métodos usa para lidiar con el mundo? ¿Qué calidad humana posee? ¿Qué punto de vista tiene sobre las personas, los acontecimientos y las cosas? ¿Cómo se puede probar que esta persona es muy falsa? ¿Acaso no existen aquí elementos concretos? Por supuesto que sí. No solo se trata de decir qué es la falsedad o qué acciones son falsas, ni tampoco de explicar este término, sino que has de diseccionar sus manifestaciones, comportamientos, pensamientos y puntos de vista específicos, sus métodos para manejar las cosas, su calidad humana, etcétera. La característica principal de una persona falsa es que nunca abre su corazón para hablar con nadie y no habla desde el corazón ni siquiera con su mejor amigo. Es extraordinariamente inescrutable. De hecho, puede que tal persona no sea necesariamente mayor ni haya visto mucho mundo, y hasta puede que tenga poca experiencia, sin embargo, es inescrutable hasta el extremo. Es muy astuta para su edad. ¿Acaso no es una persona falsa por naturaleza? Se esconde tan en profundidad que nadie la descubre. Por muchas palabras que diga, es difícil distinguir cuáles son verdaderas y cuáles falsas, y nadie sabe cuándo dice la verdad o cuándo miente. Asimismo, es especialmente hábil para el disimulo y la argucia. Suele ocultar la verdad dando a la gente falsas impresiones para que todo lo que vea aquella sea su falsa apariencia. Se camufla de persona elevada, buena, virtuosa y candorosa, una persona que cae bien y está bien vista, y, al final, todo el mundo la idolatra y respeta. Por más tiempo que pases con una persona así, nunca sabrás lo que piensa. Oculta en su interior sus opiniones y actitudes hacia todo tipo de personas, acontecimientos y cosas. Nunca le cuenta estas cosas a nadie. Nunca habla de ellas ni siquiera con su confidente más cercano. Incluso cuando ora a Dios, puede que no le confíe lo que hay en su corazón ni la verdad respecto a tales cosas. Es más, trata de disfrazarse de una persona con buena humanidad, muy espiritual y dedicada a perseguir la verdad. Nadie ve qué clase de carácter tiene y qué clase de persona es. Estas son las manifestaciones de la falsedad. Tomemos como ejemplo a una persona perezosa. ¿Cuáles son las manifestaciones concretas de la pereza? Algunos dirán: “La pereza es no desempeñar trabajo alguno, pasarse el día sentado sin más, no querer moverse ni preocuparse por nada ni tampoco hablar”. ¿Son estas las manifestaciones concretas y esenciales de la pereza? (No, estos solo son fenómenos superficiales). Entonces, ¿cuáles son las manifestaciones esenciales de la pereza? Especialmente hay dos principales: la primera es una falta de voluntad para soportar cualquier adversidad, no asumir ninguna carga ni responsabilidad en nada de lo que hacen, quejarse siempre que su cuerpo sufre alguna pequeña incomodidad o se encuentra con una ligera dificultad o un poco de cansancio. La segunda es una aversión por hacer cualquier trabajo, el deseo de una vida de placer, preferir el ocio y detestar el trabajo; pasar su tiempo ociosos y dejar que los días se sucedan yendo a la deriva, además de quejarse sin cesar y esconderse donde nadie pueda encontrarlos cada vez que han de trabajar. Estas son las dos manifestaciones principales de la pereza, no vamos a comentarlas aquí en detalle. Fijaos por ejemplo en una persona glotona. ¿Qué manifestaciones concretas tiene la gula? Se trata de algo inherente a la humanidad que debería ser fácil de diseccionar y discernir, ¿no? (Buscar continuamente los placeres físicos, querer siempre comer platos sabrosos, satisfacer las propias apetencias). (Tener un apetito insaciable cuando se trata de comida deliciosa). Estas son las manifestaciones de la gula. ¿Acaso no hay personas que, tras enterarse de que en cierto lugar ponen una comida exquisita, hacen grandes esfuerzos por encontrarlo? Por ejemplo, digamos que abre un nuevo restaurante en alguna parte y ofrece diversos platos deliciosos, si bien es un poco caro y está lejos, a una hora de camino en coche. A la mayoría de la gente le parecería que no vale la pena ir tan lejos solo para comer. Sin embargo, aquellos a los que les encanta hacerlo, cuando se enteran de este restaurante, pensarían: “Una hora en coche no es tan lejos. ¿Acaso la vida no consiste solo en comer, beber y divertirse? ¡Vamos a comer!”. No obstante, si a la misma persona le pidieran que condujera una hora para desempeñar el trabajo que le corresponde, empezaría a cavilar: “¿No me cansaré durante el trayecto? ¿Me merecerá la pena dedicar tanto tiempo a ir y trabajar allí? ¿Y si me encuentro con mala gente? ¿Y si el coche se queda sin gasolina? ¿Qué comeré allí? ¿Habrá platos preparados? ¿Y si no me adapto al entorno local? ¿Y si no puedo dormir por la noche?”. Piensan las cosas de más cuando se trata del trabajo que les corresponde, viendo dificultades por todas partes. Pero, cuando se trata de comer algo delicioso, están dispuestos a superar todos los obstáculos; cada uno de ellos deja de ser importante y paran de darle vueltas. Estas son manifestaciones concretas de la gula. Aquí solo hago una breve mención sobre ello, no voy a desarrollarlo más.
Volvamos al tema de nuestra charla de hoy. ¿Cuáles son las manifestaciones de la incredulidad de los anticristos hacia la existencia de Dios? ¿Qué pensamientos, puntos de vista y estados específicos revelan? Cuando les sucede algo, ¿qué actitudes, puntos de vista e ideas poseen que prueben que no creen realmente en la existencia de Dios? ¿Acaso no merece la pena seguir hablando sobre esto? Los anticristos no creen en la existencia de Dios, ¿cuáles son los detalles y manifestaciones concretos de esta incredulidad? (Ocurra lo que ocurra, no creen que lo haya instrumentado ni dispuesto Dios ni pueden aceptarlo de parte de Él). (No creen que Dios recompense a los buenos ni castigue a los malvados, así que cometen maldades con descaro). Estas son algunas manifestaciones específicas. Los anticristos no creen en la existencia de Dios. Esta incredulidad hacia Su existencia es una negación. ¿Qué es lo que niegan que prueba su negación de la existencia de Dios? (La identidad de Dios como el Creador). (Niegan que Él lo controle todo y tenga soberanía sobre todas las cosas). (Que las palabras de Dios sean la verdad y que Su obra de juicio y castigo pueda limpiar la corrupción de las personas y salvarlas de Satanás). ¿Cuál de estos enunciados es representativo y más esencial? Negar la identidad de Dios y Su soberanía sobre todas las cosas, ¿acaso no son representativos? ¿No se trata de cuestiones esenciales? (Sí). Por un lado, creer en la existencia de Dios es admitir Su identidad y esencia. Asimismo, supone aceptar y admitir el hecho de que Dios tiene soberanía sobre todas las cosas, sumado a esa base de creer en Su identidad y esencia. ¿No es eso creer por completo en la existencia de Dios? ¿Acaso no son cruciales estos dos puntos? (Sí). Estos dos asuntos son los más esenciales. Por tanto, para diseccionar la incredulidad de los anticristos hacia la existencia de Dios, primero hemos de diseccionar dos cosas: la primera es que los anticristos se niegan a admitir la identidad y esencia de Dios; la segunda es que se niegan a admitir Su soberanía sobre todas las cosas. Estos dos puntos contienen otros aspectos. Hemos compartido con anterioridad que los anticristos no admiten que Dios sea la verdad, que Sus palabras sean la verdad o que Él pueda salvar a la gente. Esto también es un hecho. Sin embargo, aquí digo que los anticristos básicamente no creen que haya un Dios ni creen en Su existencia. Será más contundente y representativo diseccionar esto desde la perspectiva de que los anticristos no admiten la identidad ni la esencia de Dios y se niegan a admitir Su soberanía sobre todas las cosas.
A. Se niegan a admitir la identidad y esencia de Dios
Vamos a empezar por compartir el primer punto: los anticristos se niegan a admitir la identidad y esencia de Dios. ¿Cuál es la identidad de Dios? Para todos los seres creados, Dios es el Creador, así que ¿cuál es Su identidad para todas las cosas? (El Soberano de todas las cosas). El título también es acertado, sin embargo, ¿cuál es la verdadera identidad de Dios? Cuando te diriges a Dios, ¿te puedes referir a Él directamente como “el Soberano de todas las cosas”? Es igual que cuando, para ti, la identidad de tu madre es la de la persona que te trajo al mundo y te crio, pero ¿puedes llamar a tu madre “la que me trajo al mundo y me crio”? (No). ¿Cómo la llamas? (Mamá). Es el término que usas para tu madre. Por tanto, el título de Creador, del Soberano de todas las cosas, es Dios, y solo se le puede llamar Dios a Dios Mismo. Para todas las cosas creadas y no creadas, Dios es Dios, Su identidad es la del Soberano de todas las cosas y Su título es Dios. Aquel que ostenta este título es Dios Mismo, Él es Dios. Solo Aquel que es digno del título de Dios posee Su identidad y esencia. No nos refiramos de momento a la palabra “esencia”, hablemos en su lugar de identidad. Dios Mismo, que posee la identidad de Dios, hace Sus cosas, expresa Su carácter y guía a todo el género humano, además de tener la soberanía sobre la totalidad de este y sobre todas las cosas mediante el empleo de Sus métodos. En cuanto a aquellos que creen en Dios y admiten Su identidad, su perspectiva respecto a todo lo que Él hace es totalmente diferente a la de los anticristos. Aquellos capaces de entender correctamente todo lo que hace Dios entre todas las cosas verán a raíz de ello los métodos de Sus acciones y se reafirmarán en Su existencia entre todas las cosas. En cambio, el punto de vista, el modo y el ángulo desde el que un anticristo contempla todo esto son del todo opuestos a los de aquellos que creen en la existencia de Dios. Por ese motivo, los anticristos preferirían morir antes que creer en la existencia de Dios o creer que Aquel que es capaz de hacer todas estas cosas es Aquel que posee la identidad de Dios, y que solo Él es digno de ser llamado Dios y de que la gente se dirija a Él como Dios.
En lo que respecta a muchos asuntos que existen entre todas las cosas y entre todo el género humano, ya se puedan observar o no a simple vista, si la gente los contempla y entiende por medio de las palabras de Dios y la racionalidad de la humanidad normal, descubrirá que Dios guía al género humano en medio de todas las cosas y que, en efecto, Él existe. Las leyes de todas las cosas y el desarrollo de estas se instrumentan y disponen dentro de una serie de reglas invisibles e indescriptibles, así que ¿quién es capaz de instrumentar y disponer todo esto? No cualquier persona importante ni cualquier héroe, y no cabe duda de que no es un hecho natural. Más bien, se trata de Aquel que es invisible e intangible, pero al que el hombre puede percibir, el que es soberano sobre todo esto. ¿Quién? Dios. ¿Acaso la mínima racionalidad que debe poseer la gente no es creer en la existencia de Dios? ¿No se trata del punto de vista y del ángulo más mínimo y elemental desde los que la gente debería contemplar las cosas? No obstante, los anticristos carecen de esta racionalidad y por tanto no las contemplan desde ese punto de vista ni ese ángulo. Por consiguiente, en cuanto a aquellos elementos que Dios instrumenta, que los seres humanos tan solo pueden percibir y Él no ha comunicado de manera explícita al género humano con un lenguaje claro, los anticristos los consideran una coincidencia, algo que es obra del ser humano, que se ha formado de manera natural o incluso que han imaginado y manipulado las personas. No importa hasta qué punto des testimonio de la existencia de Dios, da igual de cuántos hechos te sirvas para probar que Dios se halla entre todas las cosas, que Él posee la identidad de Dios y que solo Aquel que cuenta con ella es capaz de hacer estas cosas y disponerlas todas de manera ordenada, y que tal Soberano es Aquel en posesión de la identidad de Dios, ¿acaso los anticristos lo van a ver de esta manera? ¿Lo entenderán de este modo? (No). Por muchos hechos que presentes para probarlo, los anticristos no lo van a creer ni lo van a admitir. Aunque de cara al exterior no digan nada ni puedan siquiera presentar prueba alguna para refutarlo, en el fondo se ponen a discrepar y rehusar admitirlo un centenar de veces, además de colocarlo entre una fila de interrogantes. Su idea es que las personas que creen en la identidad de Dios son unos idiotas a los que han desorientado, y que esto es algo que solo harían y pensarían aquellos que carecen de un pensamiento maduro. Desde su punto de vista, el libre albedrío del hombre debería controlarlo el propio hombre y expresarse con libertad. Creen que la gente debería formarse opiniones relativas a los acontecimientos que ocurren entre todas las cosas de la manera en que ellos elijan, y que tales acontecimientos se habrían de contemplar mediante métodos y una perspectiva científicos, que la gente no debería ser supersticiosa ni servirse de la soberanía de Dios para explicarlo ni abordarlo todo desde ella. En la iglesia, por ejemplo, muchos hermanos y hermanas han experimentado numerosas señales y prodigios que ha llevado a cabo Dios desde que recibieron Su salvación. Dan testimonio de cómo Dios los guio durante esos acontecimientos, de cómo Él les mostró mediante ellos que, en efecto, existe, y que realmente fue Él el que los llevó a cabo, así como las inmensas bendiciones y gracia que recibieron a través de tales acontecimientos. La prueba existe, tanto en los testimonios como en la prueba física. La fe de aquellos que creen en la existencia de Dios se fortalece con estos testimonios y esta prueba física, pero ¿cambia el punto de vista de los anticristos, que no creen en la existencia de Dios, una vez que los oyen? (No). ¿Cómo lo sabes? Porque los anticristos no van a creerse tu testimonio por muy sinceramente que hables o por muchas personas que haya presentes para verificarlo. Dirán: “A menos que lo experimente yo mismo, si no lo he visto es que no existe. Aquello con lo que os habéis encontrado y lo que habéis experimentado ha sido una mera coincidencia, una casualidad. ¿Acaso no le suceden a todo el mundo acontecimientos peligrosos o fortuitos en su vida? ¿El hecho de que tengan lugar estas coincidencias y casualidades prueba que sean obra de dios? ¿Es una prueba de que aquel que hace estas cosas es dios? Tal vez solo sea tu imaginación, quizás solo tuviste la fortuna de que un benefactor estuviera allí para ayudarte o tal vez no había llegado tu momento de morir y tuviste la suerte de escapar”. ¿Admiten pues las cosas que Dios ha realizado en estas personas? (No). No lo admiten ni creen en lo que Dios ha hecho en los hermanos y hermanas, así como tampoco creen que Dios sea capaz de realizar tales acciones o que lo experimentado por los hermanos y hermanas sucediera realmente. Piensan: “¿Cómo pueden existir tales cosas en el mundo? Si es así, son solo producto de la imaginación humana. Como dice el dicho: ‘Lo que pienses durante el día, lo soñarás por la noche’. Todo esto son meras ilusiones”. Cuando se enteran de que los hermanos y hermanas han experimentado algunas señales y prodigios, un poco de la gracia y las bendiciones especiales de Dios y ciertas cosas que escapan al alcance de las personas corrientes, los anticristos no se lo creen. Entonces, ¿es posible que crean en el esclarecimiento y la guía que obtienen los hermanos y hermanas mientras experimentan las palabras de Dios? Tampoco creen en eso. No creen que Dios esclarezca, ilumine y guíe a las personas. Piensan que todo proviene de la mente humana, del análisis y entendimiento del hombre basados en el conocimiento, y que esto es lo que produce tales testimonios vivenciales. Creen: “Si la gente piensa a conciencia y se esfuerza a fondo en esta dirección, ¿acaso no obtendrán algo de conocimiento? Si yo también le dedicara esfuerzo y pensara y contemplara a conciencia esta cuestión, como por ejemplo escribiendo un artículo, a mí también se me podría ocurrir un testimonio vivencial”. Por tanto, en lo que respecta a los testimonios vivenciales de los hermanos y hermanas, en los que dan testimonio sobre cómo Dios los guio, los esclareció e iluminó, cómo los juzgó, castigó, podó y disciplinó, y cómo instrumentó situaciones para tratar de refinarlos, además de cómo llegaron a entender las intenciones de Dios a partir de esto, entre otras cosas, los anticristos no admiten ni creen en ninguna de estas acciones de Dios. Les parece que todo ello es imposible. Los anticristos no admiten ni creen en estos acontecimientos que suceden entre los hermanos y hermanas. ¿Se confirma así la esencia de los anticristos de negarse por completo a admitir la identidad de Dios? De hecho, esta no es la prueba más contundente para demostrar la esencia de los anticristos de negarse a admitir la identidad de Dios.
Vamos a salir de manera temporal del ámbito de la iglesia y de los hermanos y hermanas, y a examinar los puntos de vista de los anticristos respecto a diversos asuntos que se dan en los grupos de personas y en la vida real. ¿Qué asuntos son estos? (El nacimiento, el envejecimiento, la enfermedad y la muerte de las personas, así como los cambios sociales, los giros políticos y el acaecimiento de desastres. Los anticristos desconocen la soberanía de Dios en cualquiera de estas cosas). (Los anticristos no creen que el destino de las personas esté en manos de Dios, en cambio, quieren crear una hermosa patria con sus propias manos). Estas son manifestaciones concretas que tienen que ver con la esencia del asunto. ¿Son los anticristos capaces de ver que el destino, la vida y la muerte de los humanos, así como todas las experiencias por las que pasa cada persona en la vida se hallan bajo la soberanía de Dios? No son capaces de verlo. Por ejemplo, en la sociedad hay un dicho popular: “Construir puentes y arreglar caminos conduce a la ceguera, mientras que los asesinos y pirómanos se aseguran de multiplicar su prole”. ¿Es este dicho una norma sustantiva para algo? ¿Es la verdad? ¿Es una teoría filosófica? (No). ¿De dónde proviene entonces? Desde luego, no de aquellos que creen en Dios; se trata de un fenómeno superficial en las condiciones de vida de diversas personas en el transcurso del desarrollo humano. La gente cree que falta justicia en el mundo, que, cuantas más buenas obras realice una persona, más probable es que se quede ciega y se enfrente en mayor medida a la retribución, al tiempo que, cuantas más maldades haga alguien, mayor es su prosperidad y su éxito en el mundo. ¿Se ajustan de alguna manera a este dicho las leyes de desarrollo de diversas cosas que se dan en el género humano? También existe el dicho: “Los buenos mueren jóvenes, los malvados viven hasta muy avanzada edad”. ¿Qué clase de gente acuñó este dicho? A este tipo de dichos se los conoce como refranes populares, ¿qué tipo de personas son capaces de hablar empleando estos refranes? ¿Son creyentes en Dios? ¿Se trata de personas que crean en Su existencia? (No). Hay ciertos tipos de cínicos que no triunfan en la sociedad ni entre la gente, que afrontan obstáculos por todas partes, con destinos difíciles y aspiraciones sin cumplir y que no prosperan vayan donde vayan. En cierto modo, se creen competentes y capaces, si bien no han podido hacerse un nombre, triunfar, superar a otros ni honrar a sus ancestros. Dondequiera que vayan, se los excluye, acosa y reprime, y carecen de la capacidad de liberarse de todo ello. Al final concluyen: “No hay justicia en la sociedad ni en el género humano, no existe nada semejante a la recompensa para los buenos, el castigo para los malvados ni la retribución. Las malas personas hacen cosas malas sin que se las castigue, mientras que las buenas que han hecho mucho bien, como hacer donaciones y ayudar a los pobres, al final no reciben recompensas. Así que no seas bueno; es inútil. Las buenas personas se acaban quedando ciegas; en vez de eso, uno debe ser malo”. Debido a que no tienen éxito en el mundo ni entre los grupos de personas, se quejan de la falta de justicia y rectitud en el mundo y de la ausencia de un salvador en él. Creen que todo el mundo los ha agraviado porque nadie ve sus puntos fuertes ni su experiencia ni los colocan en puestos importantes. Por tanto, se inventan esta especie de teoría retorcida para quejarse sobre el género humano y el mundo. En realidad, ¿hay razones por las que sucedan estas diversas cosas? ¿Son relaciones causales? ¡Por supuesto! Los anticristos comparten el mismo punto de vista que estas personas; no creen que Dios sea soberano sobre todas las cosas ni que sea justo todo aquello sobre lo que Dios —que posee la identidad de Dios— tiene soberanía. Por tanto, los anticristos no solo no logran reconocer que todo lo que Él hace representa Su identidad, sino que también creen en las teorías y herejías retorcidas que circulan en la sociedad, a las que toman como ciertas; para ellos, solo a los que son capaces de prosperar en este mundo, a los que la gente idolatra y sigue, se los puede calificar como los dioses de su corazón y son los únicos que poseen la identidad de dioses en este. Por ejemplo, en las leyendas chinas, hay figuras como la Reina madre del Oeste, el Emperador de Jade, los Ocho inmortales, Guanyin y el Buda; es a estos a los que verdaderamente idolatran los anticristos en su corazón. En estas leyendas, el Emperador de Jade es el más grande; cuenta con el poder de castigar a los pecadores en el reino celestial y lo hace arrojándolos al reino mortal. Los anticristos sienten una gran admiración por él cuando oyen esto y piensan: “¡El Emperador de Jade es realmente un dios! ¡Tiene el porte, el aspecto y las dotes de un dios!”. Estas leyendas, junto con los supuestos inmortales a los que el público general hace ofrendas, han dejado una profunda huella en la gente. Su creencia es que: “Estos supuestos inmortales poseen grandes habilidades y poderes. Merecen el título de dioses. Pueden aportar un dictamen de resolución en el reino celestial acerca de todas las cosas injustas e insatisfactorias que ocurren en el mundo y, si buscas rectitud, ellos pueden darte respuesta. Por ejemplo, figuras históricas como Bao Gong y Guan Gong defienden la rectitud para el género humano en el reino espiritual. Cuando alguien sufre un agravio y los tribunales son injustos, si lleva su caso ante Bao Gong o Guan Gong, eso le garantiza obtener justicia”. La gente cree que estos personajes de los cuentos populares pueden administrar justicia en los seres humanos, castigar a los malvados y remediar todo lo que no es justo en el mundo, de modo que aquellos que sufren y padecen ya no derramen más lágrimas. Consideran que a la pobre gente en lo más bajo de la sociedad, a los ineptos y los acosados, les basta con hacerles ofrendas a estas figuras, creer en ellas y seguirlas para escapar de todo su sufrimiento y resolver todo el maltrato y la represión a la que se enfrentan. Del mismo modo, en su corazón y su mente, los anticristos creen que los dioses deberían ser como los supuestos Bodhisattva y Buda, que solucionan todo el sufrimiento humano y rescatan a la gente del mar de las miserias. Por ejemplo, un hombre cuya madre tenía una enfermedad terminal y sin posibilidad de ayuda médica era muy buen hijo y no quería que ella muriera, así que a diario quemaba tres varitas de incienso y ofrendaba alimentos y bebidas deliciosos a un ídolo de la Bodhisattva Guanyin. Hizo entonces un juramento: si la enfermedad de su madre se curaba y vivía otros 30 años, a cambio, él renunciaría a 30 años de su propia vida, se haría vegetariano para el resto de sus días y se abstendría de volver a quitarle jamás la vida a un ser vivo. Tras quemar el incienso, hacer una reverencia y hacer este juramento, así como ofrecer su corazón sincero, su madre sanó de su enfermedad. ¿Significaba eso que la Bodhisattva había oído este juramento? ¿Quería eso decir que su madre viviría 30 años más y él 30 menos? No. Pero, como él lo creía, estaba convencido de que era verdad. Entonces empezó a cumplir su juramento y se hizo vegetariano. Un día se preguntó: “Mi madre se ha curado y su longevidad ya no es un problema, ¿puedo entonces romper mi juramento en el futuro? ¿Puedo comerme un muslo de pollo? Si quiero, me puedo comer uno”. Justo después de comerse el muslo de pollo, se sintió bien y con el corazón en paz, pero al día siguiente tuvo vómitos y diarrea y se pasó varios días enfermo, sin ningún signo de mejora. Al cuarto día se preguntó: “¿Es un castigo de la Bodhisattva? ¿Acaso no me permite comer carne? Parece que aquellas palabras que dije de veras surtieron efecto, ¡no puedo comer carne!”. Al pensar en ello, quemó enseguida otras tres varitas de incienso, ofrendó mucha comida deliciosa y reconoció su pecado. Al día siguiente estaba curado. Cuando vio que la Bodhisattva era tan eficaz, creyó incluso con mayor firmeza que: “Cuando la gente actúa, la Bodhisattva observa. ¡No debo intentar engañarla, he de atenerme a mi juramento o afrontar su castigo!”. A partir de ese momento, le pareció más aún que el título de “Bodhisattva” era sagrado e inviolable. Quemaba tres varitas de incienso diarias y hacía ofrendas durante las celebraciones y los días festivos. Con el tiempo, se reforzó en él la creencia de que los ídolos a los que las personas hacen ofrendas como el Emperador de Jade, la Bodhisattva Guanyin, Guan Gong y otros son dioses. El estatus de estos en su corazón se volvió si cabe más inquebrantable, sin dudas ni sospechas. Aunque los anticristos no hayan experimentado estas cosas ni hecho ofrendas a estos ídolos o figuras de barro en casa, a veces oyen hablar de ello o se encuentran con tales cosas en sus círculos sociales. Por ejemplo, se enteran de que el Buda curó a alguien de su enfermedad o impartió justicia al aplicar la retribución en unas personas malvadas, o cómo alguien se hizo rico después de que un maestro de feng shui reordenara algunos elementos en su casa, o cómo el hecho de que alguien consultara a un maestro de feng shui o a uno de yin yang acerca de tumbas y la elección de cementerios propició que sus descendientes se convirtieran en altos cargos o gozaran de gran éxito en sus carreras, entre otros casos. Esto deja en la mente de los anticristos la impresión de que los dioses deberían poseer capacidades y poderes como los de los supuestos budas y emperadores que las personas se encuentran y ven en sus vidas cotidianas. Piensan incluso que los dioses deberían ser como esos ídolos a los que la gente hace ofrendas, exhibir señales y prodigios entre las personas para provocar terror y asombro. Y, si un dios no hace esto, les parece que no se le debe considerar tal. Con esa opinión y comprensión de los dioses, ¿en qué se torna para los anticristos el concepto de un dios? En su mente, un ser como el Emperador de Jade, que en cualquier momento o lugar era capaz de enviar soldados celestiales para desterrar al reino mortal a aquellos que vulneraban las leyes del cielo, es realmente un dios y el que posee la identidad de un dios. O un ídolo al que las personas hacen ofrendas que les pueden permitir hacerse ricos y convertirse en altos cargos; para los anticristos, tales seres también se consideran dignos de poseer la identidad de dioses. Esta es la percepción interna y la comprensión de la identidad de los dioses que tienen los anticristos. Así pues, cuando Dios obra en la tierra donde yace el gran dragón rojo y arrestan a algunos hermanos y hermanas, y la iglesia sufre daños y la obra de Dios se ve obstruida y perturbada, ¿qué piensan los anticristos? “Si este es dios, ¿por qué le pasan estas cosas a la iglesia? Cuando arrestan a los hermanos y hermanas, dios debería desplegar visiones en el cielo y lanzar truenos y furia para que los malvados policías que los están arrestando huyan despavoridos cual ratas asustadas. ¿Por qué no he oído nunca que ocurrieran tales acontecimientos? Dado que esta gente sigue a dios y son su pueblo escogido, ¿por qué él no los rescata y protege? El gran dragón rojo persigue con gran saña y crueldad a aquellos que siguen a dios. ¿Por qué no viene dios a la tierra a administrar justicia al género humano? ¿Por qué no obstruye dios al gran dragón rojo? ¿Por qué no lo castiga? Desde luego, no puede ser que dios con la identidad de dios solo pueda hablar y proveer la verdad, ¿no? Comparado con el Emperador de Jade, la Bodhisattva Guanyin y el Buda, no parece que dios posea grandes dotes ni destrezas. Dicen que dios tiene poder y autoridad, pero ¿dónde se hallan? ¿Realmente es dios alguien que solo puede proporcionar la verdad y carece del poder y la autoridad de dios? Cuando los hermanos y hermanas están a punto de ser arrestados, dios debería erigir un muro frente a los malvados policías, o bien cegarlos y dejarlos lisiados, hacer que caigan en la locura o se vuelvan idiotas. Antes de que se aproxime el peligro, dios debería hacerles saber a todos con claridad que hay un riesgo inminente, la gente debería oír una voz, sentir una fuerte sensación y tener un pensamiento claro. ¿Por qué dios no hace esas cosas? ¿Por qué no da ninguna pista cuando se acerca una situación de este tipo? Ante los arrestos, torturas y persecuciones que sufre la gente, ¿por qué dios no detiene o castiga a estos diablos ni a los malvados policías? Cuando esposan a los hermanos y hermanas, cuando los golpean con las porras, ¿por qué dios no hace nada? Si fuera el Emperador de Jade o la Bodhisattva Guanyin, nunca permitirían que sus seguidores sufrieran así. No cabe duda de que intervendrían y ayudarían, cegarían a los policías malvados, distorsionarían sus rostros, los volverían locos, harían que se les pudrieran las manos y los pies, les causarían enfermedades terminales y harían que se mataran entre ellos. ¿Por qué dios no hace esto? ¿Dónde está exactamente dios? ¿Existe siquiera? Cuando llegan los problemas, dios no rescata a las personas, aunque le oren, y tampoco dispone circunstancias para que escapen del peligro. Cuando los policías malvados torturan a esta gente indefensa, el sentido común dicta que un dios debería intervenir, ayudar y no solo quedarse quieto, puesto que a los dioses no les gusta ver injusticias en el mundo y se supone que salvan a las personas de la miseria y liberan a todos los seres del sufrimiento. ¿Por qué el dios en el que creo ahora no hace nada de esto? ¿Existe en realidad el dios en el que creo?”. Después de experimentar muchas cosas, los anticristos están siempre confundidos y dubitativos. Acuden incluso a que les lean la fortuna y a maestros de yin yang mientras creen en Dios, a fin de averiguar qué les aguarda el futuro, para comprobar si los van a meter en prisión, si su trabajo va a desarrollarse con fluidez, si algún villano va a intentar vengarse de ellos o existe alguna manera de evitar la cárcel, si es que ese es su destino.
Durante el proceso de creer y seguir a Dios, siempre surgen nociones en los anticristos relativas a Su identidad y esencia, y siempre se cuestionan por qué Él se limita a hablar y no muestra señales ni prodigios. Aunque los anticristos también leen las palabras de Dios, su intención no es buscar ni aceptar la verdad, sino leerlas con una mentalidad de estudio y reflexión. El resultado es que no solo no alcanzan a desarrollar una fe auténtica, sino que en su lugar se vuelven más dubitativos y albergan más nociones sobre el Dios encarnado mientras más escrutan. La noción principal es que creen que cristo debería poseer humanidad sobrenatural. Piensan: “Si cristo tiene humanidad normal y no realiza señales ni prodigios, ¿cómo se puede demostrar que es dios?”. En el corazón de los anticristos, solo el espíritu de dios es dios y solo una encarnación que puede mostrar señales y prodigios es dios. Si una encarnación solo posee humanidad normal y no realiza señales ni prodigios, aunque pueda expresar la verdad, no se la considera dios. Por consiguiente, no es una sorpresa que los anticristos siempre duden de la esencia del Dios encarnado. No importa cuántas cosas le sucedan, el tipo de persona que es un anticristo nunca trata de abordarlas buscando la verdad en las palabras de Dios, y mucho menos trata de dilucidarlas por medio de ellas, lo cual se debe completamente a que no creen que cada renglón de las palabras de Dios sea la verdad. Por más que la casa de Dios comparta la verdad, los anticristos siguen siendo poco receptivos y, en consecuencia, carecen de la actitud correcta, sea cual sea la situación a la que se enfrenten; en particular, en cuanto a la forma de abordar a Dios y a la verdad, los anticristos se niegan tercamente a dejar de lado sus nociones. El dios en el que creen es un dios que realiza señales y prodigios, un dios sobrenatural. A cualquiera que pueda realizar señales y prodigios —ya sea la Bodhisattva Guanyin, Buda o Mazu— lo llaman dios. Creen que solo aquellos que pueden realizar señales y prodigios son dioses que poseen la identidad de dioses y que aquellos que no pueden, por muchas verdades que expresen, no son dioses necesariamente. No entienden que expresar la verdad es el gran poder y omnipotencia de Dios; en cambio, creen que solo realizar señales y prodigios es el gran poder y omnipotencia de los dioses. Por tanto, en cuanto a la obra práctica del Dios encarnado de expresar la verdad para conquistar y salvar a las personas, de regar, pastorear y guiar al pueblo escogido de Dios, permitiéndole experimentar realmente el juicio, el castigo, las pruebas y el refinamiento de Dios, así como llegar a comprender la verdad, despojarse de sus actitudes corruptas y convertirse en personas que se someten a Dios y lo veneran, entre otras cosas, los anticristos consideran que todo esto es obra del hombre y no de Dios. En la mente de los anticristos, los dioses deberían esconderse detrás de un altar y procurar que la gente les haga ofrendas, comerse los alimentos que les ofrezcan, inhalar el humo del incienso que quemen, tenderles una mano cuando se hallen en problemas, mostrarse muy poderosos y prestarles ayuda inmediata dentro de los límites de lo que para ellos resulta comprensible, así como satisfacer sus necesidades cuando la gente pide ayuda y son honestos en sus súplicas. Para los anticristos, solo un dios semejante es un dios verdadero. Mientras tanto, todo lo que Dios hace en la actualidad se encuentra con el desprecio de los anticristos. ¿Y por qué? A juzgar por la esencia-naturaleza de los anticristos, lo que ellos requieren no es la obra de riego, pastoreo y salvación que el Creador realiza sobre los seres creados, sino prosperidad y el cumplimiento de sus aspiraciones en todas las cosas, no ser castigados en esta vida e ir al cielo en el mundo que vendrá. Su punto de vista y sus necesidades confirman su esencia de odio a la verdad. Los anticristos aman la perversidad, lo sobrenatural y los milagros e incluso idolatran las acciones y las palabras endiabladas de Satanás y los espíritus malvados —que son negativas y perversas— como si fueran divinas y la verdad. Consideran que son elementos que adorar y perseguir durante toda la vida y que se deben apreciar y propagar por el mundo. En consecuencia, sus nociones y opiniones sobre la identidad de Dios nunca cambiarán mientras sigan a Dios. Si tales personas no pueden lograr sus ambiciones en la casa de Dios, si no se las asciende ni se las utiliza y no logran alcanzar rápidamente un gran éxito, estarán dispuestas a traicionar a Dios en cualquier ocasión, momento y lugar. Algunas llevan creyendo 10 años, otras 20, por lo que se podría pensar que cuentan con una base y no abandonarían a Dios, si bien, en realidad, están dispuestas a traicionarlo y a regresar al mundo secular en cualquier momento. Aunque no dejen la iglesia, su corazón ya se ha alejado de Dios y lo ha traicionado. Cuando las circunstancias lo permitan o surjan oportunidades, creerán en falsos dioses y espíritus malvados. Si se les presenta la ocasión de obtener un éxito meteórico, convertirse en altos cargos, hacerse famosos y disfrutar de gloria y riqueza, no dudarán en dejar la iglesia y seguir las tendencias del mundo secular. Algunos anticristos cuestionan: “Si él es dios, ¿por qué sufre la persecución y la caza del gran dragón rojo? Si él es dios, ¿por qué no exhibe señales y prodigios para aniquilar al gran dragón rojo? Muchos en el pueblo escogido de dios han sido capturados y perseguidos por el gran dragón rojo. ¿Por qué dios no los protege ni los rescata de la persecución de Satanás?”. Es lo mismo que pensaban los fariseos del judaísmo: “Si Jesús es dios, ¿cómo es posible que lo crucificaran? ¿Por qué no se salvó él mismo?”. Los anticristos nunca entienden esto porque no aceptan la verdad ni creen que las palabras de Dios harán que todo se cumpla. Solo creen en lo que ven y no tienen fe en el valor ni en el significado demostrado por toda la obra que ha hecho Dios. No creen que toda palabra que Él expresa es la verdad ni que cada una de Sus palabras se vaya a cumplir ni vaya a suceder. Tampoco creen que la sabiduría de Dios se ejerza según las maquinaciones de Satanás ni que Él use al gran dragón rojo para que rinda servicio como un contraste que ponga en evidencia Su omnipotencia y sabiduría. No creen que Dios sea soberano sobre todas las cosas ni que Sus palabras hagan que todo suceda, así que ¿siguen siendo los anticristos creyentes en Dios? No. Los anticristos son personas que niegan y se resisten a Dios, son unos puros incrédulos.
¿Cuáles son las razones principales para el rechazo de los anticristos a reconocer la identidad de Dios? Una es que Dios no remedia toda la injusticia en el mundo, no administra justicia para el género humano ni castiga de inmediato a aquellos que hacen el mal, como los anticristos imaginan que debería hacer, según sus nociones. Cada día suceden multitud de acontecimientos injustos entre todas las cosas sobre las que Dios tiene soberanía y, sin embargo, Él parece mostrarse indiferente ante esto y no dice ni una sola palabra ni responde de ningún modo. A ojos de los anticristos, todo lo que ven que ocurre en el mundo dentro del ámbito de aquello con lo que se encuentran no encaja con sus nociones ni debería ocurrir. ¿Por qué creen que no debería ocurrir algo semejante? Piensan: “Si dios existe, ¿por qué no se ocupa de estas cosas? Si dios existe, ¿por qué tantas personas malvadas siguen viviendo bien? ¿Por qué los ricos se hacen más ricos y los pobres más pobres? ¿Por qué los ricos comen espléndidamente todos los días y se lo pasan tan bien mientras hay tantos que siguen teniendo que mendigar para comer? ¿Por qué se acosa, reprime y explota a la gente ingenua? ¿Por qué hay quienes son mano de obra y sudan trabajando más de ocho horas al día por tan poco salario, mientras que otros ganan en una hora más de lo que se podría ganar en toda una vida? ¿Por qué dios no se ocupa de estas injusticias sociales y mundanas? ¿Por qué unos nacen en una cuna de oro mientras otros lo hacen en la pobreza y la miseria? ¿Por qué unos pueden disfrutar de gloria y riqueza, y del entrañable amor de su familia durante toda su vida mientras otros no, aunque hayan nacido en el mismo entorno social?”. Son enigmas que nunca tienen solución en el corazón de los anticristos. Les parece que, puesto que creen en Dios, tendrían que cederle a Él la responsabilidad de todo aquello que no alcanzan a dilucidar ni a comprender, todos esos rompecabezas que no pueden resolver, que ha de ser Él quien les proporcione las soluciones y que deberían encontrar respuesta a ellas en las palabras de Dios. Sin embargo, después de creer en Dios entre tres y cinco años, no son capaces de encontrar tales respuestas y, tras creer ocho o diez años, siguen sin hallarlas. Una vez que llevan 20 años de fe, se preguntan: “¿Por qué no he conseguido aún ninguna respuesta? ¿Por qué no ha resuelto dios estas cuestiones? ¿Por qué dios no actúa como la Bodhisattva Guanyin o el Emperador de Jade? ¡Dios tiene autoridad, poder y la identidad de dios, así que debería hacer estas cosas! En especial en la iglesia, ¿por qué la gente malvada aparece a menudo y provoca trastornos y perturbaciones, e incluso algunos roban ofrendas sin sufrir ninguna consecuencia? Hay quienes mienten a menudo y otros difunden nociones y rumores sin sufrir la disciplina ni el castigo de dios; algunos dejan de creer en él de manera abrupta y se ponen a trabajar en la sociedad y, al cabo de unos cuantos años, se hacen ricos sin pasar siquiera por momentos difíciles. Hay creyentes que tienen vidas peores que las de aquellos que no creen en dios. De hecho, los creyentes en dios están sufriendo y muchos son perseguidos, no pueden regresar a sus hogares y viven en la pobreza y la miseria. Esto no es lo que implica creer en dios, ¿verdad? Este no es el valor de seguir a dios, ¿verdad? Esta no es la vida cotidiana que dios quiere darle a la gente, ¿verdad? Cuando la gente se enfrenta a cosas que es incapaz de conseguir, ¿por qué dios no hace algo extraordinario a fin de que esta lo entienda y lo consiga de inmediato? Hay muchos aspectos que no comprenden y no saben por qué dios actúa de la manera en que lo hace. ¿Por qué no enciende dios una luz para iluminar el corazón de la gente? ¿Por qué no les concede inspiración? Cuando la gente hace el mal y causa trastornos y perturbaciones, dios no se alza ni maldice directamente a esas personas malvadas ni hace que se enfrenten a la retribución. No he visto muchos casos en los que dios haga tales cosas. A veces las personas necesitan del esclarecimiento, la iluminación y la provisión de dios, ¿por qué no pueden entonces sentirlo ni verlo? ¿Dónde está dios?”. Todos los porqués como estos siguen sin respuesta en el corazón de los anticristos. No entienden por qué estas cosas y estos fenómenos nunca cambian, no dan un giro y ni mucho menos mejoran. Piensan que creer en Dios debería transformar a las personas por entero y que todas sus vidas, sus conductas, sus pensamientos y, en especial, su calidad de vida y sus capacidades y talentos, deberían desarrollarse por completo en una dirección positiva. ¿Por qué no pueden ver estos cambios después de 10 o 20 años de observación? Aquello con lo que fantasea la gente o en lo que sueña en sus nociones nunca se resuelve ni se materializa después de que empiece a creer en Dios. Por tanto, ¿qué quiere decir creer en Dios? ¿Cuál es el valor de creer en Él y seguirlo? Estas preguntas se siguen sin resolver ni responder en el corazón de los anticristos y no se materializan ni se cumplen de la manera que ellos imaginan, así que el dios que los anticristos tienen en mente no existe jamás. Y, naturalmente, Aquel que posee la identidad de Dios siempre será negado en las mentes de los anticristos.
En la creencia en Dios de los anticristos hay demasiada adulteración. En realidad, los anticristos no creen de veras en Dios, es todo una farsa. Creen en Dios del mismo modo que los no creyentes idolatran a diablos e ídolos. Todo lo que hace Dios les parece difícil de aceptar y siempre albergan dudas y preguntas, que ocultan en su corazón y a las que no se atreven a darles voz. Además, son dados a fingir, así que, por muchos años que hayan creído en Dios, siguen siendo unos absolutos incrédulos. Miden a Dios y todas Sus acciones según sus fantasías, sus diversas figuraciones y nociones acerca de Él, además de conforme a un poco del conocimiento humano y las nociones de moralidad tradicionales. Se sirven de estas cosas para medir la identidad de Dios y si existe o no. ¿Y cuál es el resultado final? Niegan la existencia de Dios y no reconocen la identidad y esencia del Dios encarnado. ¿Acaso no es equivocado el estándar según el cual los anticristos miden si el Dios encarnado posee la identidad y esencia de Dios? Hablando claro, los anticristos veneran el conocimiento y a las grandes figuras famosas, así que nunca tienen objeciones ni sienten aversión por las cosas que vengan de ellas. Así pues, ¿por qué desprecian a Cristo cuando ven que es una persona normal y corriente y empiezan a sentir aversión y odio cuando se dan cuenta de que Él expresa tantas verdades? Es porque lo que veneran y adoran no es positivo en absoluto, ni siquiera un poco. ¿Qué les gusta a los anticristos? Lo extraño, la perversidad, los milagros y las cosas sobrenaturales, mientras que, a ojos de los anticristos, condenan la normalidad y practicidad de Dios, Su amor auténtico hacia el hombre, Su sabiduría, fidelidad, santidad y justicia. Por ejemplo, Dios instrumentó una situación para que los hermanos y hermanas desarrollaran discernimiento y aprendieran una lección de manera práctica. ¿Qué situación fue esa? Dispuso que alguien que había estado poseído por un demonio viviera entre ellos. Al principio, la manera de hablar y de hacer las cosas de esta persona era normal, al igual que su razón; no parecía problemática en absoluto. Sin embargo, pasado un periodo de contacto, los hermanos y hermanas descubrieron que todo lo que decía eran sinsentidos y que carecía de una estructura y un orden adecuados. Más adelante ocurrieron ciertas cosas sobrenaturales: siempre les contaba a los hermanos y hermanas que había tenido tal o cual visión y había obtenido una u otra revelación. Cierto día, por ejemplo, se le reveló que debía hacer bollos al vapor —tenía que hacerlos— y al día siguiente resulta que era necesario que saliera, así que se llevó los bollos consigo. Después, se le reveló en un sueño que debía partir hacia el sur, alguien lo esperaba a diez kilómetros de distancia. Fue a ver y allí mismo había alguien que se había perdido; le dio testimonio a esta persona de la obra de Dios de los últimos días y esta lo aceptó. Siempre obtenía una revelación, oía alguna voz o le sucedían cosas sobrenaturales. Cada día, cuando había que decidir qué comer, adónde ir, qué hacer o con quién relacionarse, no seguía las leyes de la vida humana normal, ni buscaba las palabras de Dios como fundamento o principio, ni tampoco a personas con las que compartir. Confiaba siempre en sus sentimientos y esperaba una voz, una revelación o un sueño. ¿Era normal esta persona? (No). Su rutina cotidiana y sus tres comidas diarias parecían seguir patrones regulares, pero siempre oía voces. Hubo quien lo discernió y dijo que se trataba de manifestaciones de la posesión de un espíritu maligno. Los hermanos y hermanas lo fueron discerniendo poco a poco, hasta que un día sufrió un brote de una enfermedad mental, empezó a decir locuras y salió corriendo desnudo y con el pelo alborotado, psicótico. Y así se zanjó por fin el asunto. ¿Acaso no tienen ahora los hermanos y hermanas una percepción y un discernimiento de las manifestaciones específicas de un espíritu maligno en acción y de la posesión demoníaca? Por supuesto, algunos ya se habían encontrado con tales cosas antes y poseían discernimiento de ellas, mientras que otros no llevaban mucho tiempo creyendo en Dios y no habían experimentado nada semejante, por lo que era posible que los desorientaran. Al margen de si los habían desorientado o tenían discernimiento, si Dios no hubiera dispuesto este entorno, ¿podrían haber tenido verdadero discernimiento de la obra o de la posesión de un espíritu malvado? (No). ¿Cuál era entonces el propósito y el significado de que Dios dispusiera este entorno e hiciera estas cosas? Era que obtuvieran discernimiento de manera práctica y aprendieran una lección, así como que supieran discernir a aquellos que poseen la obra de los espíritus malignos o a aquellos a quienes los demonios han poseído. Si simplemente le contaran a la gente qué es la obra de un espíritu maligno, como un maestro que enseña con un libro y solo habla de teorías de manual, sin hacer que sus estudiantes realicen ejercicios ni entrenamientos reales, la gente solo entendería algunas doctrinas y enunciados. Solo puedes explicar con claridad cuál es la obra de un espíritu maligno y cuáles son sus manifestaciones concretas cuando hayas sido testigo directo de ello, lo hayas visto con tus propios ojos y escuchado con tus propios oídos. Y entonces, cuando te vuelvas a encontrar con tales personas, serás capaz de discernirlas y rechazarlas, así como de abordar y manejar tales asuntos de manera adecuada. Así pues, ¿acaso no es mucho más práctico lo que ganas en un entorno así que lo que obtienes al asistir a reuniones y escuchar sermones todo el día? La gente que posee un pensamiento normal y una racionalidad y persigue la verdad tendrá un correcto entendimiento de las maneras en las que Dios hace estas cosas. No se van a quejar diciendo: “¿Por qué permite Dios que aparezcan espíritus malignos en la iglesia? ¿Por qué no me lo advirtió de antemano? ¿Por qué no depura a los espíritus malignos?”. ¡No se quejarán de estas cosas, en cambio, se mostrarán agradecidos, alabarán a Dios por Su excelente y sabia obra y dirán que Él ama mucho al ser humano! Sin embargo, los anticristos no aceptan la verdad y, al mismo tiempo, tienen el corazón lleno de nociones y figuraciones sobre Dios, además de que idolatran mucho en su interior a los diablos y a los ídolos y comparan y miden todo lo que hace el Dios verdadero comparándolo con dichos ídolos. Así pues, cuando se encuentran con tales situaciones, primero se preguntan: “¿Es esta la obra de dios? ¿Cómo podéis ser tan estúpidos? ¿Cómo puede dios permitir que aparezcan espíritus malignos en la iglesia?”. ¿Acaso no es erróneo este entendimiento? Primero niegan que esto sea obra de Dios y además consideran: “No cabe duda de que un dios no haría eso. Los dioses no quieren que la gente sufra. Cuando la Bodhisattva Guanyin ve a la gente sufrir, de sus estatuas brotan lágrimas; desea liberar a todos los seres del tormento, llevar a todo el mundo ante el nombre del Buda y aliviar todo el sufrimiento del mundo humano. Los dioses deberían ser compasivos, cuidar de su pueblo escogido y no permitir que los espíritus malignos aparezcan en la iglesia. Sin duda, esto no puede ser obra de dios”. Una vez que suceden tales cosas, los anticristos empiezan a dudar aun más de la identidad de Dios en su interior, al tiempo que no están dispuestos a aceptar las acciones de Dios ni cien ni mil veces, e incluso las juzgan y condenan. Asimismo, se burlan de los hermanos y hermanas que aceptan esto de Dios, diciendo: “Idiotas, aún creéis que todo es obra suya. ¡Un dios no obraría así! Un dios ha de guardar y cuidar a sus corderos, y protegerlos con sus manos. Los dioses son refugios para las personas, que no deberían sufrir todas estas adversidades. Tal como obran los dioses, nada malo ni negativo debería sucederle a la gente”. El corazón de los anticristos está lleno de dudas, negaciones, nociones y condena hacia Dios. En consecuencia, haga lo que haga Dios, a sus ojos está mal y no es lo que Él debería hacer, además de ser una prueba y algo que usar en contra de Dios para condenarlo y negarlo. En esto se revela por completo la esencia-naturaleza de los anticristos de resistirse a Dios. Por ejemplo, cuando los hermanos y hermanas soportan la tortura y persecución del PCCh, la policía calienta al rojo vivo hierros de marcar eléctricos y los presiona contra sus cuerpos, lo que les causa tal dolor que se desmayan, y a todos los presentes se les hiela la sangre. ¿Qué piensan los anticristos al ver esta escena? “¡Estos satanases y diablos son tan crueles! No tienen humanidad ni sienten lástima ni compasión. Sus métodos son demasiado brutales, ¡no puedo ni mirar! Si yo estuviera allí, enfriaría los hierros de marcar y los convertiría en algodón para que tocaran el cuerpo de la gente de manera delicada, amable y suave, como la mano de un dios que acaricia a sus corderos, de tal modo que la gente sienta su corazón compasivo, su amor y calidez, y surja en ellos una mayor fe y determinación de seguirlo. Sin embargo, los seres humanos son solo seres humanos; somos impotentes para hacer nada mientras vemos lo mucho que sufren nuestros hermanos y hermanas y nuestros semejantes. ¿Y dónde está dios? ¿Por qué no detiene la mano de estos satanases y diablos en este momento? ¿Por qué no enfría los hierros de marcar al rojo vivo? Cuando estos tocan a los hermanos y hermanas, ¿por qué no hace que no sientan dolor? Si se tratara de la Bodhisattva Guanyin, ella lo haría sin duda, pues no quiere ver a los seres vivos maltratarse ni matarse entre ellos, no quiere ver que ninguno sufra siquiera un poco de acoso ni dolor. Tiene a todos los seres en mente, su corazón es más vasto que el firmamento y su amor no conoce límites. ¡Eso es un dios de verdad! ¿Por qué dios no se comporta así? No soy un dios, no tengo esa capacidad. Si fuera un dios, no dejaría que mi gente sufriera así”. Les pase lo que les pase, los anticristos tienen sus propios puntos de vista, afirmaciones, opiniones e incluso “ideas brillantes”. Da igual lo que les suceda, nunca lo vinculan a las palabras de Dios, nunca buscan la verdad para entenderlo a Él, para dar testimonio de Él, para confirmar Su identidad y dónde y cómo se expresa la esencia de Dios que posee Su identidad; los anticristos no practican de esa manera. En su lugar, miden a Dios y compiten contra Él a la mínima oportunidad sirviéndose de las perspectivas de Satanás, de diversos espíritus malignos o de la Bodhisattva Guanyin y Buda. ¿Cuál es el resultado final de esto? Los anticristos niegan a Dios a la mínima oportunidad, negando Sus acciones y Su esencia, el significado y el valor de todo lo que hace y cómo esto edifica a las personas. Niegan el efecto que Dios pretende lograr en las personas al obrar de esta manera y la existencia de Sus intenciones. Al negar el significado y el valor de todo lo que hace Dios, ¿acaso no están los anticristos negando Su identidad? (Sí). Estas manifestaciones y esencia de los anticristos, los pensamientos que revelan, y la ira, las exigencias, la insatisfacción y las cuestiones que se plantean sobre Dios cuando algo les sucede, entre otras cosas, son todas manifestaciones concretas de que los anticristos no reconocen la identidad de Dios. Estos son los hechos.
¿Qué esencia de los anticristos habéis observado mediante la charla y disección que acabamos de hacer acerca de las manifestaciones y el origen de la negación de la identidad de Dios por parte de los anticristos? ¿Sois capaces de observar que los anticristos son cínicos respecto a este mundo y aman la equidad y la justicia? ¿Se trata de personas que poseen una humanidad bondadosa, compasión, misericordia y un gran amor, así como odio hacia la perversidad? (No). ¿Qué clase de personas son entonces los anticristos? (Personas malvadas que odian y sienten aversión por la verdad, que son antagonistas de Dios en todo momento). Ese es un aspecto. ¿Qué más? ¿Acaso los anticristos no aprueban el dicho de la sociedad: “Construir puentes y arreglar caminos conduce a la ceguera, mientras que los asesinos y pirómanos se aseguran de multiplicar su prole”? ¿Acaso no significa esto que se lamentan del estado del mundo y se compadecen del género humano? ¿Cuál es la naturaleza de que estén de acuerdo con este dicho? ¿Acaso no contiene una especie de queja sobre la injusticia del cielo? Aunque no puedan hacer nada al respecto, los anticristos albergan tal resentimiento y emociones y se quejan de lo injusto que es el cielo: “¿No se dice que el cielo es justo y tiene ojos? ¿Por qué entonces aquellos que hacen el bien en este mundo no obtienen recompensas y los malvados prosperan? ¿Dónde está la justicia en este mundo? ¿Cómo surgieron estas cuestiones sobre la injusticia en él? ¡Porque el cielo está ciego y es injusto!”. El significado implícito de esto es que no hay justicia con Dios y que solo Buda y Guanyin son justos. Por tanto, el corazón de los anticristos está lleno de resentimiento, quejas, negación y condena respecto a lo que hace el Dios real. ¿Cuál es la causa de todo esto? ¿Qué razón hay para ello? Lo causa la esencia de los anticristos. ¿De qué esencia se trata? Para concretar, el corazón de los anticristos está lleno de nociones y figuraciones acerca de la definición de un dios; ni saben ni entienden cómo obra y salva a las personas el Dios real exactamente. Su evaluación de todo lo que hace Dios se basa en sus propias nociones y figuraciones. ¿Y en qué se basan estas? Se basan por entero en las diversas herejías y falacias que el rey diabólico Satanás ha inculcado en los seres humanos. Al margen de lo perversas o sesgadas que puedan ser estas herejías y falacias, se ajustan a las nociones, los requisitos psicológicos y las necesidades emocionales de la gente, y son precisamente estos aspectos los que se convierten en los criterios que adoptan los anticristos para comportarse y medir todas las cosas, además de en su estándar para medir a Dios; los anticristos están equivocados hasta la médula. Otra razón más importante es que a los anticristos les gusta el poder y lo grandilocuente. Por ejemplo, pongamos que una persona nace en un palacio y goza de un trato excepcional todos los días, disfrutando de la mejor comida y de la mejor ropa, sin que haga falta que mueva un dedo y obteniendo todo lo que quiere. ¿La gente que cree en Dios aspira a esta clase de vida? Una persona normal sentirá un poco de envidia o de celos, pero luego pensará: “Todo esto lo ha ordenado Dios. Vivimos dondequiera que Dios nos coloque. Esa clase de vida no encaja necesariamente con nosotros. ¿Puede uno creer en Dios en un entorno así? ¿Puede uno comprender la verdad y salvarse? Eso sería complicado. Con lo que Dios nos concedió es suficiente, mientras podamos creer en Él y nos hallemos en las condiciones adecuadas para leer Sus palabras, hacer nuestro deber y al final lograr la salvación, ese es el mayor gozo”. Pero ¿pensarían los anticristos de esa manera? (No). Lo que pensarían es: “¿Por qué no era mi padre un emperador? Si mi padre fuera rico o un emperador, mi vida sería digna de ser vivida. ¿Por qué su padre es un emperador? ¿Por qué disfruta de una vida despreocupada, sin preocuparse por la comida o la ropa, obteniendo cualquier cosa que desea y con dinero y poder siempre a su disposición? ¡El cielo es injusto! No es que él sea muy competente, no tiene ningún talento ni tampoco educación ni cerebro. ¿Cuál es el criterio que lo ha llevado a conseguir todo esto? ¿Por qué no me puede tocar a mí? Si no puedo conseguir esas cosas y otros sí, ¡los voy a odiar! Y, si no puedo odiarlos a ellos, ¡odiaré al cielo por ser injusto y disponer un mal destino para mí, y odiaré mi mala suerte, odiaré a la persona vil que me bloquea el camino y odiaré el mal feng shui de mi casa!”. ¿Qué se les pasa por la mente? Una vez que el odio surge en el corazón de los anticristos, de su boca pueden salir todo tipo de argumentos falaces.
De cara al exterior, los anticristos parecen muy benévolos, pero el hecho es que nada de lo que idolatran y buscan es positivo. Los proverbios y dichos que predican puede que suenen a que lamentan el estado del mundo y se compadecen del género humano, y a que albergaran buena voluntad en sus corazones, aunque en realidad son unos absolutos diablos y satanases. Si obtienen poder y ascienden en este mundo, ¿son capaces de hacer el mal? ¿Pueden ser buenas personas? Son bribones llenos de pecados atroces. Ya que no pueden obtener poder y no prosperan mucho en el mundo, se sienten un poco agraviados y empiezan a creer en Dios y seguirlo. Sin embargo, en esencia, no quieren perseguir la verdad en absoluto y, en especial, no aman las cosas positivas, sino que sienten aversión por ellas y aman a las fuerzas del mal, el poder, la vida de lujo y las malvadas tendencias del mundo. Así pues, desprecian todo aquello que expresa y hace Dios, que posee Su identidad y esencia, así como condenan, juzgan y difaman tales cosas. Por muy valiosa o significativa que sea la obra de Dios para las personas, no la reconocen ni la aceptan. No solo no aceptan la identidad y esencia de Dios, sino que también quieren hacerse pasar por un dios, fingiendo que son un salvador que puede liberar a todos los seres del sufrimiento, que puede garantizar que aquellos que construyen puentes y arreglan caminos no se queden ciegos, que se castigue a los asesinos y los pirómanos y no tengan una prole que se multiplique, así como que aquellos en el escalón más bajo de la sociedad que padecen sufrimiento dejen por fin de sufrir y dispongan de un lugar para reparar sus agravios. Quieren eliminar todo el dolor del mundo y rescatar a la gente de la miseria. ¡Pues sí que albergan los anticristos un “amor universal” y un “gran amor” infinito en el fondo de su corazón! Al fin y al cabo, ¿qué razón exacta hay detrás de que los anticristos no reconozcan la identidad y esencia de Dios? Dicen: “Haga lo que haga dios, él no se parece a un dios. Yo soy el más divino, estoy más cualificado para ser un dios. Esto se debe a que lo que él hace no se ajusta a mis gustos ni a los gustos ni las necesidades de las masas; solo yo puedo entender las necesidades y la mente de estas, soy el único que puede liberar a todos los seres del sufrimiento y ser el salvador de la especie humana”. Sus ambiciones y su esencia se han puesto al descubierto, ¿no? ¿Cuál es exactamente la verdadera forma de los anticristos que poseen tales ambiciones y tal esencia? La del arcángel, el diablo Satanás. Niegan la identidad de Dios y no creen en Su existencia porque ellos mismos quieren ser un dios. Creen que sus pensamientos son los que debe tener un dios y que sus manifestaciones, carácter y esencia de gran amor son lo que debe poseer un dios. Para ellos, solo es un dios aquel que posee una mentalidad que se lamenta del estado del mundo y se compadece de la especie humana al ver todas las injusticias que hay en el mundo. Creen que el Dios en el que creen no posee estas cualidades, que solo ellos cuentan con esa mente y ese gran corazón, poseyendo esta especie de virtud y gran amor. Esta es la esencia de los anticristos, las diversas manifestaciones y la esencia de su rechazo a reconocer la identidad de Dios. Por consiguiente, si veneras a los anticristos como si fueran dioses y los idolatras, no van a sentir resentimiento hacia ti. Si los sigues, dices que su identidad y esencia son las de los dioses, que tienen la misma mente y gran amor que Buda y que son dioses, serán felices y estarán completamente satisfechos contigo. Esta es la esencia de los anticristos. ¿Acaso no es perversa esta esencia que exhiben? Por mucho que ensalces el nombre de Dios y Sus maravillosas obras y que des testimonio de todo lo que ha hecho y del precio que ha pagado por la salvación del hombre, ellos se mostrarán desafiantes de corazón, diciendo: “Esto no lo puedo elogiar. Yo no lo veo así; todo esto son solo pensamientos ilusorios e imaginaciones humanas”. Cuando das testimonio de Dios, de Su sabiduría, Su omnipotencia, Su concienzuda intención de salvar a la humanidad y del precio que ha pagado, y das testimonio de Su esencia, Su identidad y de todo lo que el Creador ha hecho en el género humano, solo hay un tipo de persona que sienta inquietud: los anticristos. ¿Y qué piensan? “¿Por qué siempre hablas sobre dios? Yo también te he regado y apoyado mucho. Te he amado, te he ayudado, te he comprado medicinas cuando estabas enfermo, te he respaldado, he compartido contigo y te he acompañado cuando otros te habían abandonado. ¿Por qué no me alabas a mí?”. En cuanto alguien da testimonio de Dios o lo alaba, los anticristos se sienten molestos y los odian movidos por la envidia. ¿Qué sienten los creyentes en Dios normales cuando oyen a alguien alabar a Dios? Primero dirán “amén” a lo que dijera esa persona y al testimonio vivencial que compartiera. Además, escucharán con atención, pensando: “Dios obró sobre ellos de esa manera; Dios es maravilloso, ¡ama de veras a los seres humanos! Yo también buscaré la verdad si me encuentro en situaciones similares en el futuro. Le hacen daño a Dios al actuar de esa manera; yo me he comportado así alguna vez en el pasado, solo que no era consciente de ello. ¡Estoy en deuda con Dios! No me di cuenta de que es beneficioso para la gente que Dios actúe de ese modo. Parece que tengo menos estatura que esta persona, mi comprensión no es pura y mi calibre es escaso. Oro para que Dios me esclarezca y me guíe, como alguien con poca estatura que soy. ¿Cómo no se sumieron en la debilidad al enfrentarse a las pruebas? Tenían la guía de las palabras de Dios. Si yo me enfrentara a tales circunstancias, caería en la debilidad e incluso podría tropezar. Dios me ha mostrado la gentileza de reparar en mi pequeña estatura y de no hacer que me tenga que enfrentar todavía a esa clase de situación. ¡Todo lo que hace Dios es bueno!”. Sin embargo, a los anticristos no les alegra oír esto: “¿Qué? ¿Todo lo que hace dios es bueno? ¿Dónde se halla esta bondad? Si todo lo que hace dios es tan bueno, ¿por qué la gente es negativa y débil? Si todo lo que hace dios es bueno, ¿por qué se expulsa a cierta gente? Si todo lo que hace dios es bueno, ¿por qué siempre hay trastornos y perturbaciones en el transcurso de difundir el evangelio y llevar a cabo deberes? He hecho muchas buenas obras, me he esforzado, he realizado ofrendas y me he ganado a personas cuando he predicado el evangelio. ¿Por qué nadie me alaba? ¿Por qué no me ha dado dios algo a cambio, una recompensa? Si a la gente le avergüenza alabarme abiertamente, me vale con que solo lo hagan a mis espaldas. ¿Por qué nadie me alaba ni me elogia? ¿Acaso carezco de méritos?”. Se molestan. Si alguien elogia a una persona corriente, a los anticristos no les afectará mucho. Sin embargo, en cuanto alguien da testimonio del gran poder de Dios, de Su gran amor y sabiduría o de Su identidad, los anticristos sienten odio y celos. Cada vez que alguien está dispuesto a someterse a Dios, a convertirse en un ser creado apropiado y en una persona que no excede sus límites y se somete bajo el dominio del Creador, a los anticristos no les gusta y dicen: “¿Por qué te sometes de manera tan voluntaria y activa a dios? ¿Por qué te resulta tan difícil escuchar cualquier cosa que digo? ¡No me equivoco en mis palabras!”. Les gusta que la gente los siga, los alabe a cada momento, que lleve su nombre en la boca, los guarde en su corazón e incluso sueñe con su bondad y sus puntos fuertes y los alabe ante cualquiera que se encuentre. Si se ponen enfermos y no aparecen, la gente dirá: “¿Qué hacemos sin ti? ¡Si no estás, nos dispersamos, no somos capaces de seguir creyendo ni de continuar con nuestra vida!”. Si los anticristos oyeran esto, no cabrían en sí de gozo y para poder oírlo estarían dispuestos a padecer cualquier sufrimiento o a pasarse días sin comer ni dormir. Sin embargo, si nadie los alaba, ni los tiene como ejemplo, ni los idolatra ni los toma en serio, se sienten molestos y albergan odio en su corazón; así es el típico anticristo. En resumen, los anticristos nunca reconocerán la identidad de Dios. No aceptan Su identidad y esencia, ni mucho menos la obra que ha hecho en ellos Aquel que posee la identidad y esencia de Dios, del mismo modo que tampoco reconocen ni aceptan toda la obra que Él ha realizado entre el género humano.
B. Se niegan a admitir la soberanía de Dios sobre todas las cosas
A continuación, vamos a hablar sobre la segunda manifestación de “No creen en la existencia de Dios y niegan la esencia de Cristo”: los anticristos se niegan a admitir la soberanía de Dios sobre todas las cosas. Para ellos, el Creador que posee la identidad de Dios simplemente no existe, es solo un mito. ¿Pueden entonces reconocer los anticristos el hecho de que el Creador tiene soberanía sobre todas las cosas? Ni que decir tiene que no lo reconocen. No lo hacen, y eso también se basa en hechos. La creencia, el conocimiento y la comprensión de Dios que tienen los anticristos se basa en las nociones y figuraciones humanas, en algunas percepciones y comprensiones humanas de los ídolos, así como en las herejías y falacias de las que se sirven esos ídolos para desorientar a las personas. Las nociones, figuraciones, herejías, falacias y otras cosas que hay en el corazón de los anticristos, ¿son coherentes o contradictorias con el hecho de que Dios es soberano sobre todas las cosas? Son contradictorias, por supuesto. Los ídolos a los que les hacen ofrendas desorientan a las personas al plantear algunas herejías y falacias que se ajustan a las nociones, figuraciones y gustos humanos, a fin de afianzarse entre el género humano, tales como “Buda es benévolo”, “El cielo aprecia las cosas vivas”, “Salvar una vida vale más que construir una pagoda de siete plantas” y “Lo que está destinado debe suceder y lo que no está destinado no se debe forzar”. ¿Qué más? (“Hay un dios un metro por encima de ti”). ¿Dónde es un metro por encima? En medio del aire, donde vive Satanás. ¿Qué es este “dios”? (Es Satanás). ¿Y cuál es ese dicho que suelen usar los budistas? (El bien con el bien se paga, y el mal con el mal; si no es hoy, será mañana). La gente considera que estos dichos y teorías filosóficas relativamente positivos que se dicen a menudo en el mundo son la verdad, pero ¿lo son en realidad? ¿Hay alguna relación entre ellos y la verdad? (No). Como en “El bien con el bien se paga, y el mal con el mal; si no es hoy, será mañana”; ¿qué significa que “el bien con el bien se paga”? ¿A qué hace referencia “bien”? ¿A la rectitud, a la verdad o a la poca buena voluntad del hombre? (A la poca buena voluntad del hombre). ¿De veras se paga la poca buena voluntad del hombre con el bien? No necesariamente. “Construir puentes y arreglar caminos conduce a la ceguera”; construir puentes y arreglar caminos son actos de bondad, ¿por qué conducen entonces a la ceguera? ¿Se premian estas acciones? (No). “El mal con el mal”; entonces, como asesinar y ser un pirómano son maldades, ¿se pagan con el mal? (No). ¿Por qué no? “Mientras que los asesinos y pirómanos se aseguran de multiplicar su prole”; estas palabras rebaten las de “el mal con el mal”. “Si no es hoy, será mañana”; ¿qué quiere decir que “no es hoy”? ¿Qué significa que sea mañana? Cuando la gente no entiende la verdad, consideran estas palabras y dichos como cosas positivas y verdades. La gente con el corazón vacío y sin una fuente de sustento espiritual se toma estas supuestas palabras correctas como si fueran su sustento espiritual, como una especie de consuelo para su espíritu, para sentirse reconfortada: “Está bien, hay esperanza en la vida, sigue habiendo equidad y justicia en este mundo y todavía hay alguien que va a defender la rectitud. Aún es posible tener un desenlace justo y se acabará por emitir un dictamen de resolución respecto a todo esto”. ¿Son esos dichos comprensiones auténticas de la soberanía de Dios sobre todas las cosas? ¿Son verdaderas manifestaciones del reconocimiento de las personas del hecho de que Dios es soberano sobre todas las cosas? (No). ¿Están los dichos o proverbios que dice la gente relacionados con el hecho de que Dios sea soberano sobre todas las cosas? (No). ¿Por qué no? (Estas palabras no son la verdad). Tu respuesta lo demuestra a un nivel teórico, pero ¿cuál es la causa principal? La causa principal está lejos de ser tan simple como esta doctrina, es casi imposible explicarla en esta única frase. Dado que el asunto de que Dios sea soberano sobre todas las cosas no es tan sencillo, ¿cómo debería entenderse? Como compartimos antes, los anticristos no reconocen que Dios sea soberano sobre todas las cosas. Miren lo que miren, los anticristos siempre lo escrutan y analizan desde la perspectiva de un espectador y de un materialista que considera el dinero y el poder como la vida. Si una persona mira cualquier cosa desde esa perspectiva y esa postura, ¿acaso no cambiará la esencia del asunto? ¿No será diferente? ¿Cuál será el resultado final de que alguien se fije en las leyes y reglas del desarrollo de todas las cosas desde la óptica de un materialista? ¿Acaso el punto de vista que tiene del mundo un materialista no va a generar filosofías, estrategias, métodos y enfoques humanos para los asuntos mundanos? ¿Acaso no va a crear reglas de juego? (Sí). Este es el resultado y aquí está la esencia del asunto.
¿Cómo concibe el poder un materialista? Creen que, si alguien quiere obtener poder, primero necesita adoptar estrategias, segundo, ser capaz de manipular a toda clase de personas, tercero, ser despiadado, y cuarto, ser mutable. ¿Acaso no es este el punto de vista de un materialista? ¿Hay algún atisbo de sumisión a la soberanía de Dios en ello? (No). ¿Cómo surgieron en los materialistas estas opiniones acerca del poder? ¿No fueron producto de la esencia de los anticristos? (Sí). ¿Qué esencia de los anticristos? Decidme, si los anticristos no tuvieran una esencia perversa, ¿se les ocurrirían las palabras “ser capaz de manipular a las personas”? ¿Pensarían que “necesitan adoptar estrategias”? ¿Dirían que “deben ser mutables”? Si no tuvieran una esencia cruel, ¿dirían que es necesario “ser despiadado”? (No). Esto lo determina la esencia de los anticristos. ¿Los diversos pensamientos nacidos de su esencia son meras ideas que existen en su mente o es que sus principios para los asuntos mundanos y su comportamiento en la vida cotidiana son los mismos? (Sus principios para los asuntos mundanos son los mismos). No paran de hacer resúmenes en su vida diaria y entre grupos, por lo que sus estrategias se vuelven cada vez más y más maduras y curtidas, y al final se tornan diabólicas. ¿Qué quiere decir diabólico? Significa ser lo bastante despiadado, implacable y siniestro. ¿Pueden sus manifestaciones de ser despiadados, implacables y siniestros hacer que se sometan a la soberanía y las disposiciones de Dios? En absoluto. Por consiguiente, ya sean jóvenes o viejos, los anticristos lo hacen todo en función de sus propias filosofías, leyes, reglas de juego, estrategias y experiencia. ¿Concuerda todo esto con el hecho de que Dios es soberano sobre todas las cosas, o lo contradice? (Lo contradice). Cuando los anticristos ponen en práctica todas estas leyes que han generado a través de sus resúmenes, ¿cuál es su principio y su objetivo? ¿Cuál es su motivación? Dicen: “Si quieres lograr lo que deseas, has de aprender a hacer lo que haga falta y llegar hasta donde sea necesario, ser lo suficientemente despiadado, implacable y siniestro; como dice el dicho: ‘Los buenos siempre pierden; un hombre de verdad debe ser despiadado’”. ¿Qué significa esto? Quiere decir: “¿Qué soberanía de dios? ¿Qué es eso de esperar a las disposiciones del cielo? ¡Tales cosas no existen! ¿Qué alto cargo o monarca no llegó hasta donde está por métodos agresivos y brutales? ¿Acaso estas posiciones no se ganan a través de la lucha y el asesinato?”. Al fijarnos en este punto de vista suyo, ¿reconocen los anticristos el hecho de que Dios sea soberano sobre todas las cosas? (No). En el mundo de los no creyentes, los anticristos poseen tal perspectiva acerca de esta ley de supervivencia. Por tanto, mientras estén en la iglesia, ¿emplearán las mismas estrategias a la hora de actuar? ¿Seguirán las mismas reglas de vida? Esto no cambiará ni lo más mínimo. Los anticristos nunca se refrenan ni se reforman ni siquiera cuando acuden a la iglesia, de ningún modo hacen algo semejante. Dicen: “Si quieres destacar sobre los demás, has de aprender a poseer estrategias. Cuando estés rodeado de gente, en especial si se trata de personas importantes, has de esforzarte por alardear y que lo noten aquellos al cargo, los líderes y lo alto. Entonces tendrás la ocasión de que te asciendan y de que te coloquen en puestos importantes, así como la oportunidad de destacar sobre los demás. De igual modo, debes aprender a comportarte de manera diferente cuando estás rodeado de gente que cuando no lo estás, has de aprender a engañar. Haz cosas buenas en público y cosas terribles, malas, oscuras y que no le gustan a la gente en secreto. No permitas nunca que nadie te cale. Debes mostrar tu mejor cara y camuflarte bien. Da igual lo malo que seas en realidad, debes encubrirlo bien. No pierdas el apoyo de la gente. Una vez que lo pierdes, es demasiado tarde; ya no tendrás ninguna oportunidad”. Los anticristos también viven en la iglesia según tales estrategias y leyes de supervivencia.
¿Cómo contemplan los anticristos los testimonios de todos los hermanos y hermanas que han experimentado y han llegado a conocer la soberanía de Dios sobre todas las cosas? Los anticristos dicen: “La gente tiene cerebro, pensamientos y educación, así que por medio de la edición y la redacción han generado estos testimonios vivenciales. De hecho, la gente se los ha imaginado todos, son todos una farsa y son todos imposibles. Yo también podría elaborar un testimonio vivencial si me lo inventara. Podría crear 10 o 20 artículos de testimonio vivencial. Lo que pasa es que me da pereza hacerlo. ¿Creéis que no puedo calar vuestras pequeñas maquinaciones? ¿Acaso no lo hacéis solo para alardear? Usáis palabras bonitas como dar testimonio de dios, de su nombre y de su soberanía sobre todas las cosas y aseguráis que dais testimonio de él, si bien en realidad lo hacéis simplemente para dar testimonio de vosotros mismos y destacar entre los demás”. No reconocen la veracidad de todos los testimonios acerca de la obra que Dios ha realizado en las personas. En lo que respecta a los diversos entornos y situaciones en el mundo exterior y las condiciones de cada país, los anticristos no pueden dilucidar cómo obra Dios y, en lo que se refiere a que Él mantenga, cambie o disponga los entornos del mundo exterior, no son capaces de desentrañar cuál es el significado de que haga todo esto. Piensan: “‘Dios es soberano sobre todas las cosas’ es solo un enunciado vacío y grandilocuente. En realidad, vayas al país que vayas, has de obedecer a su Gobierno, ¿no? Estás sujeto a las limitaciones de este y a las leyes del país, ¿verdad? ¿Acaso esto no significa que la afirmación de que dios es soberano sobre todas las cosas se viene abajo? Con independencia de cómo ejerza su soberanía, ¿puede pasar por encima del Gobierno y las leyes de cualquier país?”. Por tanto, en cuanto el entorno y la situación en el mundo exterior no son favorables a la iglesia y a su obra, los anticristos se sienten felices en secreto y se ríen de ello, poniendo en evidencia sus rostros demoniacos. Cuando la obra de la iglesia funciona con fluidez y Dios la bendice y la guía, cuando todo va encaminado, no hay interferencias del entorno del mundo exterior, y los estados de los hermanos y hermanas son cada vez mejores, el corazón de los anticristos está inquieto e impaciente, sienten una enorme envidia, así como incomodidad y odio. ¿Por qué sienten odio? No creen que Dios pueda ser soberano sobre todo esto. La iglesia es la casa de Dios, es el lugar donde Dios realiza Su obra de gestión, donde Él salva a la especie humana, donde la voluntad de Dios no encuentra impedimentos y donde Sus palabras se pueden materializar y confirmar en las personas. Cuando a la iglesia le va bien, se demuestra la realidad de la autoridad de Dios, además de confirmar que el hecho de la soberanía de Dios sobre todas las cosas existe y es auténtico. Una vez que este hecho existe y se verifica, es como una bofetada en el rostro de los anticristos. Después de esta bofetada, ¿sienten alegría, paz y consuelo en su corazón o se muestran desafiantes e indignados? (Se muestran desafiantes e indignados). ¿Qué piensan en sus adentros? Odian a Dios y lo niegan. Si desde fuera parece que la situación de la iglesia y de los hermanos y hermanas no es muy buena, ya que son perseguidos, reprimidos y excluidos, además de carecer de cualquier estatus en la sociedad, los anticristos se sienten bastante felices y complacidos en su interior, pero, cuando la obra de Dios y la vida de iglesia prosperan y se hallan en constante desarrollo, los anticristos no se sienten felices. ¿Por qué no? Porque es algo que se aleja demasiado de sus nociones, es algo que no esperaban. La soberanía y las palabras de Dios se han cumplido y materializado, trastocando sus opiniones, así que se sienten tristes. En base a los pensamientos y opiniones que muestran los anticristos, así como sus sentimientos de insatisfacción, ¿acaso no albergan la misma perspectiva que el gran dragón rojo? ¿No es su esencia-naturaleza la misma que la del gran dragón rojo? Es exactamente la misma.
En cuanto al mundo entero, a todas las cosas y a las leyes y reglas que siguen todos los seres creados, los anticristos piensan: “La naturaleza y las estaciones se formaron hace mucho. Si hace frío durante un largo periodo, vendrá el calor; si hace calor durante mucho tiempo, vendrá el frío. Cuando llegue el momento de la caída de las hojas, estas caerán cuando sople el viento. ¿Acaso no es todo esto muy normal? ¿Cómo va a ser esto la soberanía de dios? ¿Cómo va a ser esto una ley impuesta por él? ¿Qué pueden hacer las leyes de dios? La gente ha matado a muchos animales sin grandes consecuencias; el género humano sigue viviendo como lo hacía antes, ¿no? Dicen que dios es soberano sobre todas las cosas, ¿cómo es que no veo que dios tenga soberanía sobre ellas? Dicen que dios es soberano sobre todas las cosas, pero ¿por qué la gente malvada siempre prospera mientras que los buenos nunca se imponen?”. Al final concluyen que: “En el mundo no hay ningún salvador, es la especie humana la que manipula al mundo. Lo rigen las grandes figuras y los líderes de los países, y son ellos los que cambian el panorama de este. El mundo estaría condenado sin estas personas tan grandes y competentes. En cuanto a que dios sea soberano sobre todas las cosas, no soy capaz de verlo. ¿De qué manera es dios soberano sobre ellas? ¿Por qué no puedo sentirlo así? ¿Por qué no lo entiendo? ¿Por qué la soberanía de dios sobre todas las cosas contiene tantos aspectos contrarios a las nociones humanas?”. No pueden reconocerlo ni aceptarlo. En lo que respecta a que Él sea soberano sobre todas las cosas, a cómo lo es, al carácter que revela en Su soberanía, a los principios de acción de Dios, a Su esencia y otros aspectos, la gente que persigue la verdad solo puede captar una parte de esto a lo largo de su vida. Sin embargo, es suficiente para hacer que se sometan a la soberanía y los arreglos del Creador y a todas las palabras que Él ha dicho, y para que reconozcan al Creador como Dios. Aunque haya quienes comprendan una pequeña parte de esto, les resulta imposible entenderlo por completo porque muchas de las obras de Dios se llevan a cabo a partir de Su estatus e identidad y siempre habrá discrepancia entre tales obras y el pensamiento y la cognición de los seres humanos creados. Y lo poco que es capaz la gente de entender por medio de lo que experimenta a lo largo de su vida solo lo pueden captar aquellos que persiguen la verdad, que cuentan con la percepción para comprenderla y con la capacidad de hacerlo. En cuanto a los de escaso calibre, que carecen de percepción y no aman la verdad en absoluto, incluso este poco de entendimiento resulta inalcanzable. Se dice a menudo que los pensamientos de Dios son más elevados que los del hombre. Esto significa que los humanos nunca están a la altura de los pensamientos del Creador y que, si obtienen algo de comprensión, es por la gracia de Dios. Respecto a aquellos que persiguen la verdad, esto solo pueden lograrlo los que aceptan la última etapa de la obra de Dios, después de oír muchas de Sus palabras y de entender y experimentar muchas verdades; se requiere toda una vida de esfuerzo. Los anticristos que niegan de manera fundamental la identidad de Dios, en lo referente a su esencia, no aman la verdad ni las cosas positivas, y menos aún aman nada relacionado con la identidad y la esencia de Dios, así que nunca llegarán al punto de reconocer el hecho de la soberanía de Dios sobre todas las cosas. Reconocer este hecho se fundamenta sobre la base de entender y perseguir la verdad, pero los anticristos niegan la verdad, sienten aversión por ella, odian a Dios y odian Su identidad y esencia incluso más. Para ellos, por tanto, el hecho de la soberanía de Dios sobre todas las cosas siempre será inexistente. ¿Qué quiere decir “inexistente”? Significa que estos cabezas huecas nunca van a ver ni entender el hecho de la soberanía de Dios sobre todas las cosas. Por tanto, no pueden captarlo. El hecho de la soberanía de Dios sobre todas las cosas abarca muchos elementos y afecta a muchas verdades, así como a la sabiduría de Dios y a Su identidad y esencia. ¿Cómo instrumenta Dios todas las cosas entre todo aquello sobre lo que es soberano? En cuanto a los métodos, los tiempos y las consideraciones de Dios acerca de este asunto, ¿cómo se planifican y despliegan en Su mente? A juzgar por estos aspectos, la soberanía de Dios sobre todas las cosas no es un asunto simple; hay involucradas relaciones bastante complejas. Los cabezas huecas como los anticristos que sencillamente no tienen entendimiento espiritual ni aceptan la verdad jamás entenderán la forma en que Dios tiene soberanía sobre todas las cosas. Nunca lo entenderán, así que ¿acaso pueden reconocerlo? (No pueden). Hay quienes dicen: “No lo reconocen porque no son capaces de entenderlo. Si lo fueran, ¿acaso no lo reconocerían?”. No es más que una deducción; las deducciones solo se ajustan a la lógica y no son conformes necesariamente a los hechos. Entonces, ¿cuál es la verdad de los hechos? Los anticristos nunca reconocerán el hecho de la soberanía de Dios sobre todas las cosas. De momento, no hablemos de los anticristos y hablemos en su lugar del arcángel, Satanás, el diablo, el gran dragón rojo. Persigue al pueblo escogido de Dios, daña a la iglesia y perturba la obra de Dios. Cuando Dios hace recaer desastres sobre él, se revuelve presa del pánico, se pone frenético y está desesperado, incapaz de afrontarlos, y acaba suplicando misericordia: “Nunca volveré a luchar contra el cielo”. ¿Qué información se puede extraer de este enunciado? El gran dragón rojo reconoce la existencia del cielo y de Dios, pero su naturaleza no cambia. Aunque reconozca la existencia de Dios, se sigue poniendo en su contra y oponiéndose a Él. Cuando no puede vencer a Dios, pide clemencia, asegurando que no luchará más con el cielo. Pero ¿de veras está subyugado y suplicando misericordia? No, seguirá luchando cuando se recupere; su naturaleza es esa y no cambia. Es la misma que tienen los anticristos.
¿Cómo contemplan los anticristos la soberanía de Dios sobre el destino del género humano en el marco de Su soberanía sobre todas las cosas? Esto implica un asunto muy microscópico. En lo que respecta a la soberanía de Dios sobre todas las cosas, el concepto de “todas las cosas” es macroscópico y demasiado amplio; los anticristos no pueden aceptarlo, se vuelven ciegos ante él y no son capaces de desentrañarlo. Así pues, ¿se someten los anticristos al modo en que Dios tiene soberanía sobre sus propios destinos? ¿Lo comprenden? ¿Lo entienden? ¿Pueden reconocerlo? Menos aún. Los anticristos creen que consiguieron todo lo bueno que poseen en su vida real gracias a su propio esfuerzo. Por ejemplo, si acceden a la universidad, le conceden el mérito a que se han desempeñado bien en sus estudios, creyendo que han nacido para ir a una universidad prestigiosa. Si tienen una buena vida y han ganado dinero, consideran que su destino era hacerse ricos, ya que los videntes les revelaron que tendrían una vida próspera y la suerte de llegar a ser altos cargos y de que les fuera bien en lo económico. Cuando sufren porque las cosas van mal o no como ellos esperaban, empiezan a quejarse: “¿Por qué me van tan mal las cosas? ¿Por qué mi destino es tan malo? ¡Tengo una suerte terrible!”. Interpretan y contemplan estas cosas desde una perspectiva humana. Si todo sucede sin contratiempos, se vuelven altivos y petulantes, alardean cada vez que pueden, adoptan una pose fiera y amenazante y actúan con descaro y arrogancia. Sin embargo, cuando las cosas no les salen como quieren, culpan a Dios y a otras personas e intentan encontrar la manera de darle la vuelta a las cosas y de escapar de la situación. Aseguran que todo lo que Dios ordena y hace es bueno, pero en privado se devanan los sesos tratando de emplear todos los métodos posibles para darle un giro a las cosas y escapar de su situación o cambiarla, diciendo: “Me niego a creer que mi destino sea tan malo, que mi suerte sea tan horrible. Me niego a creer que el mundo sea tan injusto, que una persona competente como yo no acabe saliendo a la luz, que nunca llegue mi momento de brillar. De hecho, el destino es solo una cáscara vacía, es solo un dicho; todo depende de los propios esfuerzos y las luchas de uno. Como dice el dicho: ‘Para llegar a la cima, hay que soportar un gran sufrimiento’. Este es el credo más sublime, no debería olvidarlo nunca, he de usarlo para motivarme a mí mismo”. Repiten una y otra vez que todo lo que Dios hace es bueno, que Él es soberano sobre todas las cosas y que se someten a Sus instrumentaciones y disposiciones, pero al final afirman: “Para llegar a la cima, hay que soportar un gran sufrimiento”. En apariencia, pronuncian palabras espirituales, pero, en secreto, los principios que implementan, los que practican y siguen son las filosofías para los asuntos mundanos, la lógica y el pensamiento de Satanás. ¿Hay alguna sumisión en esto? (No). Así es como los anticristos contemplan, entienden y abordan el hecho de la soberanía de Dios sobre todas las cosas. Según estas manifestaciones y ejemplos, ¿reconocen los anticristos el hecho de la soberanía de Dios sobre todas las cosas y creen en ello, o lo dudan y lo condenan? (Lo dudan y lo condenan). A pesar de lo que digan, de acuerdo con sus manifestaciones reales, los anticristos desprecian en lo fundamental el hecho de la soberanía de Dios sobre todas las cosas y no creen en ello. Algunos llegan incluso a hacer afirmaciones absurdas: “¿Cómo puedes no luchar por nada y solo aguardar con pasividad la soberanía de dios? ¿Acaso no tienes que prepararte tu propia comida? ¿Puedes limitarte a esperar con la boca abierta a que caigan pasteles del cielo? Da igual qué soberanía tenga dios, a la gente todavía le hace falta trabajar con ahínco y ponerse en acción, ¿no es cierto?”. Los anticristos no solo rechazan reconocer el hecho de la soberanía de Dios sobre todas las cosas, también lo niegan y malinterpretan. ¿Con qué propósito lo malinterpretan? Buscan una base y una excusa para luchar sin escrúpulos por todos los beneficios que desean. De acuerdo con las diversas manifestaciones de los anticristos, ¿cuál es su verdadera perspectiva sobre el hecho de la soberanía de Dios sobre todas las cosas? Incredulidad, negación y condena; esa es su verdadera perspectiva.
En los dos puntos que hemos compartido hoy, hemos diseccionado principalmente la manifestación de que los anticristos no creen en la existencia de Dios. Tras escuchar esta charla, ¿habéis ganado algo de entendimiento? ¿Quiénes tienen semejantes problemas? ¿Qué clase de persona posee el carácter de los anticristos, aunque no su esencia, y es capaz de cambiar? ¿Qué personas tienen los mismos problemas, pero poseen la esencia de los anticristos, no son capaces de cambiar, son eternos enemigos de Dios y no son objeto de salvación sino de destrucción? ¿Exhibís también estas manifestaciones? ¿Sentís que podéis cambiar? ¿Podéis aceptar la verdad y usarla para cambiar y sustituir estos pensamientos? (Sí). ¿Qué personas no pueden cambiar? Existe una clase de persona que, al ver a los no creyentes que llevan vidas opulentas, que residen en una casa grande con el interior decorado como un palacio y tienen varios coches de lujo, se ven tentados y se lamentan: “¡Es una maravilla ser rico, ser un alto cargo, ser competente! ¿Por qué él es tan competente? ¿Por qué es tan afortunado? ¿Cómo ganó su dinero?”. Cada vez que ven que alguien tiene estatus social, se afanan en adularlo, halagarlo y en intentar ganarse su favor, dispuestos a hacer cualquier cosa por esa persona, a mostrarse tan serviles como haga falta. Aman particularmente las tendencias malvadas en la sociedad y a menudo desean formar parte de ellas, sintiéndose angustiados cuando su fe en Dios les impide hacerlo. Es más, les parece que el mundo los ha dejado atrás; se sienten solos, indefensos, les parece que no hay nada que los sustente, que no pueden hallar consuelo, y a menudo se sienten desolados. Otro tipo de persona siente una gran admiración cuando ve que aquellos con dinero y poder gozan de éxito a la hora de lidiar con sus asuntos en la sociedad y es algo que suelen aplaudirles al afirmar: “Ha matado a una persona, pero, como tiene dinero y contactos, ha pasado unos días en la cárcel de manera simbólica y luego ha salido. ¡Eso sí que es ser competente!”. Respetan y admiran mucho a esa gente de la sociedad. Otro tipo más de personas les prestan especial atención a temas políticos sensibles de la sociedad y estos les preocupan profundamente, e incluso quieren involucrarse de veras y meterse en ciertos asuntos relacionados con la política. En el fondo, la gente de este tipo y de otros similares tienen la misma actitud hacia Dios que los anticristos: no creen en la existencia de Dios, no reconocen Su identidad ni el hecho de que Él tenga soberanía sobre todas las cosas. Pertenecen a la misma banda que los anticristos. No forman parte de la iglesia ni de la casa de Dios y los acabarán depurando. No se pueden llevar bien con aquellos que creen en Dios y la senda que caminan está reñida con Sus requisitos. Todas estas personas son peligrosas. Aunque aún no hayan cometido abiertamente ninguna maldad ni hayan negado, juzgado ni condenado todavía a Dios, ni desorientado de un modo manifiesto a nadie, ni competido por estatus en la iglesia, poseen la esencia de los anticristos porque en lo fundamental no reconocen la identidad de Dios y menos aún el hecho de que Dios tiene soberanía sobre todas las cosas. Son parte de las fuerzas perversas y de la banda de Satanás. Veneran la perversidad y cualquier herejía o falacia promovida por los diablos y Satanás, así como cualquier tendencia malvada que surja, sea popular o se difunda en el mundo. No pertenecen a la casa de Dios ni a la iglesia y no son objeto de Su salvación. Son auténticos enemigos de Dios, son anticristos.
14 de noviembre de 2020