Punto 6: Se comportan de forma retorcida, son arbitrarios y dictatoriales, nunca comparten con los demás y los obligan a obedecerlos

Apéndice: La historia de Daming y Xiaoming

Antes de pasar al tema principal de nuestra charla, empecemos contando una historia. ¿Cuál es el beneficio de contar historias? (Son fáciles de recordar). ¿Cuántas historias fáciles de recordar he contado hasta el momento? (La historia de Dabao y Xiaobao). “La historia de Dabao y Xiaobao” es la que conté la última vez. (También contaste “A la caza de las ratas” y la historia de las mujeres líderes). Ya hemos contado unas cuantas historias. ¿Por qué cuento historias? En realidad, el objetivo es cambiar a una forma de charla más distendida y fácil de entender acerca de algunas verdades que las personas deben comprender. Si entendéis las verdades de las historias que cuento y esas verdades os ayudan en distintos aspectos de vuestra entrada en la vida diaria, entonces el esfuerzo no ha sido en vano. Eso demuestra que realmente comprendéis las verdades implicadas en las historias, que entendéis el lado práctico de esas verdades, en lugar de oírlas sin más como si fueran simples cuentos. La última vez conté la historia de Dabao y Xiaobao. Hoy contaré la historia de Daming y Xiaoming. Mientras la escucháis, pensad en lo que esta historia os intenta transmitir en realidad, y qué aspecto de la verdad está implicado.

Daming y Xiaoming son padre e hijo. Hace un tiempo, Daming y su hijo Xiaoming aceptaron la nueva obra de Dios. ¿Es esto algo bueno? (Sí). Sí, lo es. Xiaoming es joven y apenas está aprendiendo a leer, por lo que Daming le lee las palabras de Dios cada día y le explica pacientemente las palabras que no entiende. Pasado un tiempo, Xiaoming llega a comprender bastantes doctrinas sobre cómo comportarse como persona, así como algunos términos que nunca había oído antes de creer en Dios, como sumisión, fe, honestidad, falsedad, etc. Al ver los progresos que ha hecho su hijo, Daming está muy complacido. No obstante, recientemente se ha dado cuenta de que por mucho que lea las palabras de Dios a Xiaoming, no se ven muchos progresos en su conducta o en su discurso. Daming empieza a preocuparse y desarrolla una carga, pensando: “¿Cómo puedo lograr que mi hijo entienda parte de la verdad leyéndole las palabras de Dios, de manera que muestre algún cambio para que los demás lo aprueben, le den su visto bueno y lo elogien por ser un buen chico? Y entonces, gracias al desempeño de Xiaoming, podrían proclamar que creer en Dios es bueno, y el evangelio podría difundirse a otros a través de los cambios que ha experimentado mi hijo; ¡qué estupendo sería eso!”. Tras desarrollar esa carga, Daming sigue meditando: “¿Cómo puedo educar correctamente a Xiaoming para que entienda más sobre la conducta personal, de modo que se desempeñe mejor y sea conforme a las intenciones de Dios? Finalmente, cuando Xiaoming se convierta en un buen chico y todo el mundo lo elogie, toda esa gloria podría destinarse a Dios; ¡qué fantástico sería eso! En ese momento, mi corazón se libraría de la pesada piedra que carga”. ¿Es razonable la carga que siente Daming? ¿Puede considerarse que está llevando a cabo una tarea adecuada para él? (Sí). Desde esta perspectiva, su punto de partida es correcto: cuenta como algo razonable y una tarea adecuada. ¿Es correcta o incorrecta la senda que Daming escogió para Xiaoming? ¿Es buena o mala? Veámoslo a medida que avanzamos. Daming ora y suplica a Dios con frecuencia acerca de esto, y finalmente un día le sobreviene la “inspiración”. ¿Qué “inspiración”? Una supuesta “inspiración”, entre comillas. Dado que esta “inspiración” se escribe entre comillas, ¿a qué tipo de senda puede estar refiriéndose Daming? ¿Podéis imaginar lo que sucederá a continuación en la historia? No está muy claro, ¿verdad? Es algo en cierto modo desconocido.

Un día, tras leer las palabras de Dios a su hijo, Daming pregunta muy seriamente a Xiaoming si creer en Dios es bueno. Xiaoming responde solemnemente: “Creer en Dios es bueno. Las personas que creen en Dios no acosan a las demás, no se enfrentan a catástrofes, pueden ir al cielo y no serán enviadas al infierno tras su muerte”. ¿Está Xiaoming en lo cierto? Teniendo en cuenta su corta edad, que Xiaoming sea capaz de decir eso ya es algo bastante bueno. Su comprensión de la fe en Dios es muy simple, rudimentaria y extremadamente superficial, pero para él ya tiene profundidad. Al oír eso, Daming está complacido y se siente reconfortado, y dice: “¡Muy bien! Has progresado, Xiaoming. Parece que tu fe en Dios tiene algunos cimientos. Papá está muy complacido y reconfortado. ¿Pero acaso creer en Dios es realmente tan sencillo?”. Xiaoming reflexiona un momento y contesta: “¿No es eso todo lo que dicen las palabras de Dios? ¿Qué más hay?”. Daming responde inmediatamente: “Las exigencias de Dios no se limitan a esas. Hace mucho tiempo que crees en Dios y, sin embargo, cuando vienen hermanos y hermanas de visita, ni siquiera sabes cómo saludarlos. A partir de ahora, cuando te encuentres con gente mayor, llámalos abuelo y abuela; cuando te encuentres con adultos jóvenes, llámalos tío, tía, hermano mayor o hermana mayor. De esa forma te convertirás en un niño amado por todos, y Dios tan solo ama a los niños que son amados por todos. A partir de este momento, escúchame y haz lo que yo diga; cuando te diga que llames a alguien de cierta manera, eso es lo que harás”. Xiaoming se toma en serio las palabras de su padre y considera que lo que él dice es correcto. En su joven corazón, cree que su papá es más viejo, ha leído más palabras de Dios y sabe más cosas que él. Además, su padre quiere lo mejor para él y sin duda alguna no lo llevará por el mal camino; diga lo que diga su papá, debe ser lo correcto. Xiaoming no entiende qué es la verdad ni qué es la doctrina, pero por lo menos sabe lo que es bueno y malo, correcto e incorrecto. Después de oír a su padre, Xiaoming desarrolla también cierta carga acerca de este asunto. A partir de ese día, siempre que Xiaoming sale con su padre y ambos se encuentran con alguien, si su padre le dice que la llame “tía”, él dice “hola, tía”; si le dice que lo llame “tío”, él dice “hola, tío”. Todo el mundo elogia a Xiaoming por ser un niño bueno y educado, y también alaba a Daming por sus dotes adecuadas como padre. Xiaoming está bastante complacido y piensa: “Lo que papá me ha enseñado es bueno; todo el que me conoce me aprecia”. En su interior, Xiaoming está encantado y siente un orgullo especial al pensar que la forma en que su padre lo guía es realmente buena y correcta.

Un día, en cuanto Xiaoming vuelve a casa de la escuela, corre hasta su padre y le dice: “Papá, adivina lo que ha pasado. El viejo Zhang, el vecino, ha atrapado un enorme…”. Antes de que pueda terminar, Daming le interrumpe: “¿El viejo Zhang? ¿Cómo puedes decir eso, Xiaoming? ¿Sigues siendo un creyente o no? ¿Cómo puedes llamarlo ‘el viejo Zhang’? Has olvidado lo que te dije, realmente no tienes fe en Dios, no eres un verdadero creyente. Mira, yo me acuerdo; puedo ayudarte y recordártelo. Deberías llamarlo abuelo Zhang, ¿de acuerdo?”. Xiaoming reflexiona: “Vale, llamarlo abuelo Zhang está bien”. Y continúa: “Entonces, el abuelo Zhang, el vecino, ha atrapado un pez que era ¡así de grande! ¡La vieja Zhang estaba emocionada!”. “¿Se te ha vuelto a olvidar?”, le dice Daming. “Sigues sin entenderlo, chico. Te acabo de decir que deberías llamarlo abuelo Zhang; eso quiere decir que a su mujer, que es de la misma generación, ¿cómo se la debería llamar? Debería ser abuela Zhang. Acuérdate, nunca vuelvas a decir el viejo Zhang o la vieja Zhang, o la gente se reirá de nosotros. ¿No sería algo vergonzoso para nosotros como creyentes? Dirían que somos maleducados e indecorosos, a diferencia de los creyentes. Eso no da gloria a Dios”. Al principio Xiaoming estaba entusiasmado por hablarle a su padre del gran pez que el viejo Zhang había atrapado, pero tras ser corregido por él, pierde el interés y ya no desea hablar más del tema. Se da la vuelta, se pone la mochila y murmura a medida que se aleja: “Te crees que lo sabes todo, que si abuelo Zhang, que si abuela Zhang. ¿Qué tiene eso que ver con nosotros? ¡Como si tú fueras el único que es espiritual!”. Daming contesta: “¡Pues sí, soy espiritual, así es! No importa lo viejas que sean las personas, en la mayoría de los casos soy capaz de determinar su veteranía fijándome en su edad, y sé cómo debo dirigirme a ellas. Llamo tío y tía a las personas mayores, ¿por qué tú no eres capaz de decir bien un solo título? Como creyentes, no podemos olvidarnos de esto; no podemos equivocarnos con los términos generacionales”. Después de esta regañina, Xiaoming no se siente demasiado bien por dentro, pero en lo más hondo de su ser sigue pensando que su padre tiene razón; cualquier cosa que él haga es correcta, e incluso aunque no quiera, Xiaoming admite que se equivocó. Desde ese momento, siempre que ve al viejo Zhang o a la vieja Zhang, los llama abuelo Zhang y abuela Zhang. Todo lo que su padre le enseña y le inculca, Xiaoming se lo toma en serio. ¿Eso es algo bueno o malo? Hasta ahora, parece ser algo bueno, ¿no es cierto?

Un día, Xiaoming y su padre van a dar un paseo y ven una vieja cerda seguida por una camada de lechones. La relación entre la cerda y sus cerditos es muy cercana. Xiaoming piensa que todo lo creado por Dios es bueno; tanto si se trata de un cerdo como de un perro, todos ellos tienen instintos maternales y deben ser respetados. Esta vez, Xiaoming no habla de forma grosera ni se precipita a llamarla “vieja cerda”. Por miedo a cometer un error y enfadar a su padre, le pregunta en voz baja: “Papá, ¿qué edad tiene esa mamá cerda? Ha parido muchos lechones, ¿cómo debería llamarla?”. Daming reflexiona un momento: “¿Cómo deberíamos llamarla? Es difícil de decir”. Al ver que su padre se pierde entre sus pensamientos sin encontrar una respuesta, Xiaoming se queja: “¿No has leído muchas palabras de Dios? También eres más viejo que yo; ¿cómo es que ni siquiera sabes eso?”. Ante la provocación de Xiaoming, Daming se pone un poco nervioso y responde: “¿Y si la llamamos ‘abuela’?”. Antes de que Xiaoming se dirija a la cerda, Daming se lo piensa mejor y dice: “No podemos llamarla abuela; eso sería ponerla en la misma generación que tu abuela materna, ¿no te parece? Llamarla abuelita cerda sería aún peor, porque eso la pondría en la misma generación que mi madre. Puesto que ha parido muchos lechones, no podemos pasar por alto su identidad o estatus, ni tampoco podemos equivocarnos con su generación. Deberíamos llamarla ‘tita cerda’”. Al oír esto, Xiaoming se inclina con respeto ante la cerda y le dice: “Saludos, tita cerda”. La cerda se asusta y, en su sobresalto, ella y todos los cerditos escapan corriendo. Al ver esto, Xiaoming se pregunta si ha empleado el título incorrecto. Daming le dice: “La cerda debe de estar feliz y entusiasmada para reaccionar de esa manera. En el futuro, cuando nos encontremos con situaciones así, digan lo que digan o hagan lo que hagan los demás, debemos seguir comportándonos de esta forma. Sé educado y obedece las normas sociales; hasta los cerdos estarán complacidos cuando lo vean”. De este asunto, Xiaoming aprende algo nuevo. ¿Qué es lo que aprende? Dice: “Dios creó todas las cosas; siempre que todos los seres se respeten unos a otros, sean educados, entiendan la veteranía, respeten a los mayores y amen a los jóvenes, todos ellos podrán coexistir en armonía”. Xiaoming comprende ahora esta doctrina. Al oír eso, su padre lo elogia por ser un muchacho al que es muy fácil enseñarle las cosas. Desde ese instante, Xiaoming se vuelve aún más civilizado y educado. Allá donde va, se porta bien y destaca entre la multitud. ¿Acaso no es un “buen chico”? Es un “buen chico”, entre comillas. Y esto nos lleva al final de la historia.

¿Qué opináis de esta historia? ¿No es bastante divertida? ¿De dónde salió esta historia? Se creó a partir de los discursos, actos, conductas, pensamientos y opiniones de personas de la vida real, condensados en esta breve historia. ¿Cuál es la cuestión que aborda la historia? ¿Qué problemas podéis ver que tiene Daming en la historia? ¿Y qué hay de Xiaoming? ¿Cuál es la esencia de los problemas de Daming? En primer lugar, pensad sobre esto: ¿hay alguna parte de lo que Daming resumía y practicaba que estuviera en consonancia con la verdad? (No). ¿Qué practicaba entonces? (Nociones y figuraciones). ¿De dónde provenían esas nociones y figuraciones? (De la cultura tradicional). El origen está en la cultura tradicional; sus nociones y figuraciones eran producto de la contaminación, el condicionamiento y la educación de la cultura tradicional. Daming tomó aquello que creía que era lo mejor, lo más positivo, los elementos por antonomasia de la cultura tradicional, los empaquetó todos juntos y los convirtió en lo que pensaba que era la verdad para que su hijo la practicara. ¿Se puede considerar que esta historia es evidente y fácil de entender? (Sí). Compartid lo que habéis entendido y lo que habéis sido capaces de asimilar al escuchar esta historia. (Tras escuchar, me ha parecido que el problema de Daming era que, a pesar de creer en Dios, nunca se esforzó por entender Sus palabras. Creía en Dios basándose en las nociones tradicionales de la gente, pensando que si acataba esas normas superficiales, Él estaría satisfecho. No buscaba ni consideraba desde el interior de las palabras de Dios qué es lo que Él realmente exige a las personas y cómo debe uno vivir una humanidad normal). ¿Conforme a qué vivía Daming? (Nociones y figuraciones). Vivir conforme a nociones y figuraciones es una frase vacía; en realidad, vivía conforme a la cultura tradicional, y la trataba como si fuera la verdad. Vivía conforme a la cultura tradicional: ¿qué implicaciones tiene esto? ¿Por qué quería que Xiaoming se dirigiera a las personas empleando determinados títulos? (En la superficie, decía que era para dar gloria a Dios a través de esas buenas obras, pero, en realidad, lo que quería era satisfacer su propia vanidad, recibir elogios por ser capaz de educar bien a su hijo). Sí, esa era su intención. La educación que le daba no era para hacer que su hijo entendiera las palabras de Dios y la verdad, sino para que hiciera cosas que le dieran gloria a él, satisfaciendo así su vanidad personal. Esto también es un problema. ¿Hay algún problema en centrarse siempre en adornarse y presentarse a través de la conducta? (Sí). Eso indica un problema con la senda que él recorría, y se trata del problema más grave. ¿Cuál es la finalidad de centrarse siempre en presentar la propia conducta? Granjearse la admiración de la gente, recibir halagos y cumplidos de las personas. ¿Cuál es la naturaleza de esto? Es hipocresía, es la estrategia de los fariseos. Quienes se centran en tener una buena conducta externa y en presentarla, y se esfuerzan mucho por mantenerla, ¿acaso entienden la verdad? (No). Leen muchas palabras de Dios y se esfuerzan considerablemente, ¿por qué entonces no comprenden la verdad? No entienden que la gestión de Dios y la salvación de la humanidad tienen la finalidad de hacer que las personas comprendan la verdad, de perfeccionarlas y lograr que experimenten un cambio en su carácter: eso es lo que no entienden. Ellos piensan: “No importa cómo lea las palabras de Dios, resumiré algunos discursos, actos y conductas que las personas puedan apreciar y aceptar con facilidad, con los que puedan estar de acuerdo, y después viviré siempre esas cosas creyendo profundamente en ellas en la vida real. Eso es lo que haría un verdadero creyente”.

¿Tenéis problemas similares a los de Daming? Además de los aspectos obvios que acabamos de tratar, como obedecer las normas sociales, prestar atención a la veteranía, respetar a los mayores, preocuparse por los jóvenes y mantener un orden adecuado entre la gente mayor y la juventud, ¿hay otras conductas, pensamientos, opiniones o comprensiones similares? ¿Sabéis vosotros mismos cómo investigar y diseccionar estas cuestiones? Por ejemplo, si en la iglesia alguien es más viejo o cree en Dios desde hace muchos años, siempre deseas mostrarle respeto. Dejas que terminen de hablar, sin interrumpirlos aunque estén diciendo sandeces, e incluso aunque hagan algo incorrecto y deban ser podados, intentas mantener su reputación y evitas criticarlos frente a los demás, al pensar que, por muy irracionales o terribles que sean sus actos, todo el mundo debe tratar de perdonarlos y tolerarlos igualmente. A menudo enseñas también a los demás: “Debemos mostrar cierto respeto a la gente mayor y no menoscabar su dignidad. Nosotros somos aún gente joven”. ¿De dónde proviene ese concepto de “gente joven”? (De la cultura tradicional). Proviene del pensamiento de la cultura tradicional. Además de esto, en la iglesia se ha afianzado una tendencia: la gente, al encontrarse con hermanos y hermanas de mayor edad, se refiere a ellos afectuosamente como “hermano mayor”, “hermana mayor”, “tita” o “tito”, como si fueran todos parte de una gran familia; se muestra un respeto adicional a esas personas mayores, lo cual hace que las personas más jóvenes causen inconscientemente una buena impresión en la mente de los demás. Estos elementos de la cultura tradicional están muy enraizados en los pensamientos y en la médula del pueblo chino, hasta el punto de que se difunden continuamente, dando forma al ambiente de la vida de la iglesia. Dado que las personas a menudo están limitadas y controladas por estos conceptos, no solo los respaldan personalmente y trabajan mucho para actuar y practicar en esa dirección, sino que también aprueban que otros hagan lo mismo y les instruyen para que los sigan. La cultura tradicional no es la verdad; eso está claro. ¿Pero acaso el simple hecho de saber que no es la verdad es suficiente para las personas? Que no sea la verdad es un aspecto; ¿por qué deberíamos diseccionarlo? ¿Cuál es su origen? ¿Dónde radica la esencia del problema? ¿Cómo puede uno desprenderse de esas cosas? Diseccionar la cultura tradicional tiene como fin proporcionarte una comprensión novedosa de las teorías, pensamientos y perspectivas de este aspecto en lo más profundo de tu corazón. ¿Cómo se puede alcanzar esa comprensión novedosa? En primer lugar, debes saber que la cultura tradicional tiene su origen en Satanás. ¿Y cómo infunde Satanás estos elementos de la cultura tradicional en los seres humanos? En cada era, Satanás utiliza algunas figuras destacadas y grandes personajes para difundir esos pensamientos, esas supuestas máximas y teorías. Después, paulatinamente, esas ideas se sistematizan y concretan, aproximándose cada vez más a las vidas de las personas, hasta que terminan por extenderse entre la gente; poco a poco esas máximas, teorías y pensamientos satánicos se infunden en la mente de las personas. Tras ser adoctrinadas, las personas consideran que esos pensamientos y teorías provenientes de Satanás son las cosas más positivas que deben practicar y acatar. Seguidamente, Satanás usa esas cosas para aprisionar y controlar sus mentes. Generación tras generación, han sido educadas, condicionadas y controladas en esas circunstancias, y así hasta llegar a nuestros días. Todas esas generaciones han creído que la cultura tradicional es buena y correcta. Nadie disecciona los orígenes ni la fuente de esas cosas presuntamente buenas y correctas: eso es lo que otorga al problema toda su gravedad. Incluso algunos creyentes que han leído las palabras de Dios durante muchos años siguen pensando que esas cosas son correctas y positivas, hasta el punto de que creen que estas pueden sustituir a la verdad, a las palabras de Dios. Es más, algunos piensan: “No importa cuánto leamos de las palabras de Dios, puesto que vivimos en sociedad, no es posible deshacerse de las supuestas ideas y elementos tradicionales de la cultura, como las Tres Obediencias y las Cuatro Virtudes, así como de conceptos como benevolencia, rectitud, decoro, sabiduría y fiabilidad. Esto es así porque las hemos heredado de nuestros ancestros, que eran sabios. No podemos oponernos a sus enseñanzas solo porque creamos en Dios, y tampoco podemos alterarlas ni abandonarlas”. Estos pensamientos y esta conciencia existen en el corazón de todas las personas. Inconscientemente, todas ellas siguen controladas por estos elementos de la cultura tradicional y se rigen por ellos. Por ejemplo, cuando un niño ve que estás en la veintena y te llama “tío”, tú te sientes complacido y satisfecho. Si te llama directamente por tu nombre, te sientes incómodo, piensas que el niño es maleducado y habría que regañarlo, y tu actitud cambia. En realidad, tanto si te llaman “tío” como si te abordan por tu nombre, eso no tiene ninguna relevancia respecto a tu integridad. Entonces, ¿por qué te disgustas cuando no te llaman “tío”? Porque estás dominado e influido por la cultura tradicional, que se ha enraizado preventivamente en tu mente y se ha convertido en tu patrón más básico para tratar con la gente, los acontecimientos y las cosas, y para evaluarlo y juzgarlo todo. Si tu patrón es incorrecto, ¿puede ser correcta la naturaleza de tus actos? Por supuesto que no. Si lo midieses con la verdad, ¿cómo tratarías este asunto? ¿Te importaría cómo te llamen los demás? (No). A menos que te insulten o te humillen, en cuyo caso indudablemente te sentirías incómodo; esa es una expresión normal de humanidad. No obstante, si tu patrón de medida son las palabras de Dios, la verdad o la cultura que proviene de Él, entonces independientemente de que la gente te llame por tu nombre, o “tío” o “hermano”, no experimentarás ningún tipo de reacción. En este asunto, puedes seguir las costumbres locales. Por ejemplo, en China, cuando alguien te llama “tío”, sientes que te está mostrando respeto. Sin embargo, si visitaras un país occidental y alguien te llamara “tío”, te resultaría incómodo; preferirías que te llamara por tu nombre, y considerarías que esa es una forma de respeto. En China, si alguien mucho más joven que tú te llamara por tu nombre, te disgustarías mucho, te parecería que ha sido desconsiderado con tu veteranía; te sentirías muy humillado, te enfadarías e incluso reprobarías a esa persona. ¿No demuestra esto que hay un problema con esa forma de pensar? Eso es lo que intento abordar.

Cada país y cada etnia tiene su propia cultura tradicional. ¿Acaso criticamos todas las culturas tradicionales? Hay una cultura que no debería criticarse. ¿Sabéis decir de qué cultura se trata? Os daré un ejemplo. Dios creó a Adán; ¿quién lo llamó así? (Dios). Así pues, Dios creó a la humanidad, y al interactuar con ella, ¿cómo se dirige a la gente? (Los llama por su nombre). Eso es, los llama por su nombre. Dios te da un nombre, y ese nombre tiene sentido a Sus ojos; sirve como denominación, como apelativo. Cuando Dios te otorga una denominación, te llama conforme a ella. ¿No es eso una forma de respeto? (Sí). Es la mejor forma de respeto, un respeto que se ajusta lo máximo a la verdad y es el más positivo. Ese es el patrón para respetar a la gente, y proviene de Dios. ¿No es esta una forma de cultura? (Lo es). ¿Deberíamos abogar por ella? (Sí). Esto proviene de Dios; Él llama a las personas directamente por su nombre. Dios te da un nombre, te otorga una denominación y después la usa para representarte y llamarte. Así es como Él trata a la gente. Cuando Dios creó una segunda persona, ¿cómo la trató? Dejó que Adán le pusiera un nombre. Adán la llamó Eva. ¿Dios la llamó por ese nombre? Así es. Entonces, esa es una cultura que proviene de Dios. Él da a cada ser creado una denominación, y cuando la emplea para llamar, tanto los seres humanos como Él mismo saben a quién se refiere. Esto se llama respeto, y también igualdad, es un patrón para medir si una persona es educada y si hay sentido del decoro en su humanidad. ¿Es eso acertado? (Sí). Así es, es acertado. Cuando en la Biblia se registra un acontecimiento determinado o la genealogía de una familia, todos los personajes tienen nombres y denominaciones. Sin embargo, hay una cosa que no estoy seguro de si habéis advertido: la Biblia no usa apelativos como abuelo, abuela, tío, tía, tío mayor, tía mayor, etc.; simplemente usa nombres de personas. ¿Qué podéis deducir de esto? Lo que Dios ha fijado para las personas, tanto si se trata de preceptos como de leyes es, en términos humanos, una especie de tradición que se ha transmitido de unas personas a otras. ¿Y cuál es esa tradición que se ha heredado de Dios? Es algo que la gente debería acatar: no hay necesidad de títulos jerárquicos. A los ojos de Dios, no existen esos enrevesados títulos familiares como abuelo, abuela, tío mayor, tío menor, tía mayor, tía menor, etc. ¿Por qué los seres humanos se preocupan tanto por esos títulos y apelativos jerárquicos? ¿Qué significa eso? Dios detesta esas cosas sobremanera. Los que son como Satanás son quienes siempre arman revuelo al respecto. Desde el punto de vista de esa cultura tradicional, hay un hecho muy real relativo a Dios: Él creó a toda la humanidad y sabe claramente cuántas familias y descendientes puede tener una persona; no hay necesidad de ninguna jerarquía. Dios simplemente dice: sed fecundos y multiplicaos, haz que tu familia sea próspera; eso es todo lo que necesitas recordar. Lo importante es cuántos descendientes tiene cada generación y cuántos descendientes tienen esos descendientes, y nada más, no hay necesidad de una jerarquía. Las generaciones posteriores no necesitan saber quiénes fueron sus ancestros, y tampoco necesitan construir salones o templos ancestrales, ni mucho menos ofrecerles sacrificios o adorarlos. En la Biblia está escrito que todos los que creen en Dios y lo siguen, todos los que creen en Jehová, presentan ofrendas ante el altar. Todos los miembros de una familia se presentan ante Él y le hacen ofrendas. Esto es distinto en la cultura china, donde cada familia tiene un salón ancestral lleno de placas conmemorativas de los tatarabuelos, bisabuelos y bisabuelas. En el lugar en el que Dios comenzó primero Su obra, esas cosas no existen, mientras que los sitios muy alejados de Su obra están controlados por Satanás y por espíritus malignos. En los países budistas, esas prácticas satánicas prosperan. Allí, la gente debe adorar a sus ancestros y todo debe solicitarse a la familia, es preciso transmitírselo todo a los ancestros familiares; incluso si sus cenizas ya no existen, las generaciones posteriores deben seguir ofreciendo incienso e inclinando la cabeza. En tiempos recientes, algunas personas que han estado expuestas a ideas más occidentales y nuevas, y que se han liberado de las ataduras de la familia tradicional, no están dispuestas a permanecer en familias así. Sienten que están sujetas a un control férreo y rígido por parte de esas familias, en las que los mayores intervienen en casi todos los asuntos, en especial en lo relativo al matrimonio. En China, esas cosas son frecuentes. Satanás hace que la gente se centre en la veteranía, y las personas parecen aceptar sin problemas ese concepto, creyendo lo siguiente: “Cada generación tiene su rango; quienes están arriba son nuestros ancestros. En cuanto se menciona la palabra ‘ancestro’, la gente debería arrodillarse y adorarlos como a dioses”. Desde la infancia, cada cual es influenciado, condicionado y criado por su familia de esa forma; en su mente joven se infunde una cosa: que no es posible vivir en este mundo sin una familia, y que abandonar la familia o liberarse de sus ataduras es una ofensa moralmente censurable. ¿Qué es lo que eso implica? Que si no escuchas a tu familia, no te comportas como es propio de un hijo, lo cual significa que no eres humano. Por ello, la mayoría de la gente no se atreve a romper esas cadenas familiares. El pueblo chino está profundamente condicionado, influido y controlado por la jerarquía, así como por conceptos tales como las Tres Obediencias y las Cuatro Virtudes, los Tres Vínculos Fundamentales y las Cinco Virtudes Constantes. Los jóvenes que no se dirigen correctamente a sus mayores como tíos, tías, abuelos o abuelas a menudo son acusados de ser groseros y estar desprovistos de educación. ¿Qué significa eso? Que se te considera inferior en este grupo étnico, en esta sociedad, porque no obedeces las normas sociales, no tienes educación y no vales nada. Otros visten bien, son buenos fingiendo y hablan con modales y elegancia; son zalameros, mientras que tú no sabes que hay que llamar a alguien tío o tía. La gente dirá que careces de educación y te despreciará allá donde vayas. Este es el tipo de ideología que se infunde en el pueblo chino. Algunos niños que no saben cómo dirigirse a la gente reciben severas reprimendas o incluso palizas de sus padres. Mientras les pegan, algunos padres les dicen: “Eres grosero, no vales nada y te falta educación; ¡bien podría seguir golpeándote hasta la muerte! ¡No haces más que avergonzarme, me haces quedar mal delante de la gente!”. Solo porque el niño no sabe cómo dirigirse a los demás, sus padres sacan las cosas de quicio para salvaguardar su propia reputación y dan una paliza a su hijo. ¿Qué tipo de conducta es esa? ¡Es un completo disparate! ¿Os daríais cuenta de esas cosas si no os hablara de esta forma? A través de fenómenos que observas en la vida real, por medio de la lectura de las palabras de Dios o de tus propias experiencias, ¿eres capaz de ver estas cosas como son, gradualmente y poco a poco? ¿Puedes cambiar a continuación el curso de tu vida y modificar la dirección de la senda que recorres? Si no podéis, es que os falta conocimiento. En todos los asuntos, usar las palabras de Dios, Su obra y Sus exigencias como patrón es el enfoque más correcto, desprovisto de cualquier error; esto es indudable. Cualquier cosa que provenga de Satanás, sin importar cuánto se alinee con las nociones o los gustos humanos o lo respetable que parezca, no es la verdad sino una falsificación.

El propósito de contar esta historia es ayudaros a ver con claridad, haceros entender qué es la verdad, qué ganan los seres humanos al creer en Dios, qué significa para Él hacer que las personas cambien su carácter y obtengan la verdad, y si la verdad expresada por Dios y Sus exigencias tienen alguna relación con lo que uno pueda concebir al respecto, o con los pensamientos, las perspectivas y los distintos entendimientos producidos por la educación y el condicionamiento a partir del propio entorno nacional y social. Todos vosotros deberíais diseccionar también estos asuntos. En el día de hoy, nuestro ejemplo ha abarcado un solo aspecto. En realidad, en el corazón de cada persona abundan los elementos de la cultura tradicional. Algunos dicen: “Puesto que debemos olvidarnos de las jerarquías, ¿significa eso que puedo llamar a mis padres por su nombre?”. ¿Es eso correcto? ¿Si llamas padre y madre a tus padres, significa eso que sigues respetando la jerarquía y que has regresado a la cultura tradicional? No. Se debe seguir llamando a los padres de la forma adecuada; llamarlos papá y mamá es como Dios quiere que las personas se dirijan a ellos. Así es como se les debe llamar, de la misma forma en que tus padres te llaman “niño”, “hijo” o “hija”. Entonces, ¿qué es lo fundamental que debéis entender de la historia que os he contado? ¿Cuál es el tema principal que aborda? (Nuestro patrón para juzgar las cosas debe cambiar; debemos juzgarlo todo conforme a las palabras de Dios y Sus exigencias). Eso es. No os inventéis las cosas ciegamente. Las personas siempre quieren crear su propia “verdad”. Siempre que desean hacer algo, se les ocurre una serie de argumentos y teorías, seguidos de un conjunto de métodos, y los llevan a cabo sean o no correctos. Practican esto durante años, perseveran en ello tercamente, sin importar si da o no algún resultado, y aun así sienten que son benevolentes, justos y amables. Creen que las cosas que están viviendo son buenas, que eso les granjea elogios y admiración, y terminan pensando cada vez más que son magníficos. Las personas nunca reflexionan, no intentan desentrañar ni buscar cuáles son las exigencias de Dios para cada asunto, cuáles son los principios de actuación para hacer cada cosa y si han demostrado o no lealtad a Su comisión en el proceso de cumplir su deber. No meditan acerca de esas cosas, se limitan a reflexionar sobre esos asuntos perversos y retorcidos; ¿no es eso entrar en la perversidad? (Sí). Todo aquel que es externamente amable, se comporta correctamente, es educado y obedece las normas sociales se llena la boca hablando de benevolencia, rectitud, decoro, sabiduría y fiabilidad; si alguien se expresa con elegancia refinada y pronuncia palabras agradables, observa si esa persona practica o no la verdad. Si nunca lo hace, entonces no es más que un hipócrita que finge bondad; es exactamente igual que Daming, no se diferencia en nada. ¿Qué tipo de personas son aquellas que se centran únicamente en tener una buena conducta y la emplean para engañar a los demás y hacer que los elogien y admiren? (Hipócritas). ¿Tiene esa gente entendimiento espiritual? (No). ¿Puede la gente que carece de comprensión espiritual practicar la verdad? (No). ¿Y por qué no? (No entienden lo que es la verdad, por lo que simplemente adoptan una buena conducta externa y asumen las cosas que la gente considera que son tan buenas como la verdad para practicarlas). Esa no es la cuestión principal. Independientemente de lo poco que comprendan la verdad, ¿acaso no conocen a pesar de ello algunos principios evidentes para hacer las cosas? Cuando les dices cómo cumplir su deber, ¿no son capaces de entenderlo? Esa gente posee una característica: no tienen intención de practicar la verdad. Digas lo que digas, no te escucharán; sencillamente harán y dirán lo que les plazca. Últimamente hemos estado hablando a menudo de las distintas manifestaciones de los anticristos. Echa un vistazo a quienes te rodean: fíjate en quién ha mostrado algún cambio; en aquellos cuya conducta y principios para hacer las cosas no han variado en absoluto, cuyo corazón permanece impasible por mucho que hables con ellos, y en quienes siguen sin cambiar, ni tienen intención de hacerlo, y continúan haciendo las cosas como les place, a pesar de poder verse reflejados en el contenido de tu charla. ¿Os habéis encontrado con personas así? Así es, ¿no es cierto? ¿Por qué a algunos líderes y obreros se les retira de sus puestos? Porque no practican la verdad, no realizan trabajo real. Entienden todo tipo de doctrinas, pero persisten en su forma de actuar. Da igual cómo compartas con ellos los principios-verdad, siguen teniendo su propia serie de reglas, se aferran a sus propias opiniones y no escuchan a nadie. Hacen lo que les apetece; si tú dices algo, ellos hacen lo contrario. Se debe retirar a ese tipo de líderes y obreros, ¿verdad? (Sí). Por supuesto que sí. ¿Qué senda recorre esa gente? (La senda de un anticristo). Al recorrer la senda de un anticristo, si se les deja tiempo suficiente, ellos mismos se convertirán en anticristos. Tan solo es cuestión de tiempo. Si siguen sin aceptar la verdad por mucho que les hables de ella y no cambian en absoluto, eso es realmente problemático: ya se han convertido en anticristos.

¿Cuál es la mayor inspiración que habéis recibido de la historia que hemos contado hoy? Debería ser lo sencillo que es que las personas se desvíen. ¿Por qué es fácil que la gente se descarríe? En primer lugar, la gente tiene actitudes corruptas; en segundo lugar, tengan la edad que tengan, las personas no son páginas en blanco en sus pensamientos y en lo más hondo de su corazón. ¿Qué enseñanzas os brinda esta historia? Es fácil que la gente vaya por el mal camino: esa es la primera. La segunda es que las personas suelen acatar aquello que creen que es bueno y correcto como si fuera la verdad, y tratan el conocimiento de la Biblia y las doctrinas espirituales como si fueran palabras de Dios que poner en práctica. Tras haber entendido esas dos cuestiones, ¿qué nuevos entendimientos, ideas o planes tenéis para la senda que deberíais recorrer en el futuro y para cada una de las tareas que tendréis que realizar en adelante? (Al hacer cosas en el futuro, no deberíamos actuar conforme a lo que creemos que es correcto. Primero tenemos que valorar si nuestros pensamientos se ajustan o no a lo que Dios desea, y si satisfacen Sus exigencias. Debemos encontrar principios de práctica en las palabras de Dios, y proceder a continuación. Tan solo de esa forma podemos asegurarnos de estar practicando la verdad y de que la senda que recorremos en nuestra fe en Dios es correcta). Debéis esforzaros en lo relativo a las palabras de Dios. Deja de hacer tus propias conjeturas. Careces de comprensión espiritual, tienes bajo calibre, y por muy magníficas que sean las ideas que se te ocurren, no son la verdad. Aunque confíes en que lo que has hecho es correcto y no tiene defectos, aun así deberías presentárselo a los hermanos y hermanas para que hablen sobre ello y lo verifiquen, o compararlo con las palabras de Dios que sean oportunas. ¿Puedes alcanzar un grado de perfección del cien por cien de esa manera? No necesariamente; es posible que todavía te desvíes en tu práctica, a menos que hayas captado por completo los principios-verdad y la fuente de lo que Dios ha expresado. Ese es un aspecto. ¿Cuál es el segundo? Si las personas se alejan de las palabras de Dios, por muy racionales o aceptables que puedan parecer sus actos, estos no pueden sustituir a la verdad. Cualquier cosa incapaz de reemplazar la verdad no es la verdad, ni tampoco es algo positivo. Si no es positivo, ¿qué es? Indudablemente no es algo que complazca a Dios, ni tampoco está en consonancia con la verdad; es algo que Él condena. ¿Cuáles serán las consecuencias si haces algo que Dios condena? Harás que Él te deteste. Todas las cosas que no provienen de Dios son negativas, provienen de Satanás. Algunas personas no pueden entender esto; deja que entre en ti gradualmente a medida que obtienes experiencia.

En el día de hoy hemos estado criticando solemnemente una cosa; ¿qué estamos criticando? El hecho de referirnos a una vieja cerda como “tita cerda”, ¿no es así? ¿Es una vergüenza llamar a un cerdo “tita cerda”? (Sí). Es algo vergonzoso. Las personas siempre quieren tener un título honorífico. ¿De dónde proviene ese “honor”? ¿Qué significa esa palabra? ¿Se trata de veteranía? (Sí). Querer siempre ser considerada una persona mayor, centrarse siempre en la veteranía; ¿es eso bueno? (No). ¿Por qué no es bueno? Deberías analizar qué significa centrarse en la veteranía. Resulta muy sencillo expresado de esta forma: “Dios no permite a la gente centrarse en la veteranía, ¿por qué estás hablando de ello sin sentido? Estás diciendo sandeces mientras finges ser civilizado. Nunca tienes en cuenta los intereses de la casa de Dios mientras cumples tu deber, siempre los traicionas para favorecer los tuyos propios. Cuando tus intereses están implicados en algo, no dudas en traicionar los de Su casa. ¿A quién intentas engañar actuando como una buena persona? ¿Eres digno de ser considerado bueno?”. ¿Sería aceptable decirlo de esta forma? (Sí). ¿Qué se debería decir para que sea más riguroso? “¿Qué estás farfullando? No eres más que un cerdo estúpido, un imbécil que carece por completo de cualquier entendimiento de la verdad. ¿Quién finges ser? Has recibido una educación, tienes cultura y crees en Dios. Has leído muchas palabras de Dios y sigues pensando que tu fe en Dios es bastante buena. No obstante, al final, ni siquiera sabes lo que significa practicar la verdad. ¿Acaso no eres un cerdo estúpido, un completo idiota?”. Aquí termina esta historia. Volvamos ahora al tema principal de la charla.

Disección de la conducta retorcida, arbitraria y dictatorial de los anticristos y de cómo obligan a la gente a obedecerlos

I. Disección de la conducta retorcida de los anticristos

La vez anterior hablamos sobre el quinto aspecto de la manifestación de los anticristos, el de que desorientan, atraen, amenazan y controlan a la gente. Hoy vamos a hablar del sexto aspecto: se comportan de forma retorcida, son arbitrarios y dictatoriales, nunca comparten con los demás y los obligan a obedecerlos. ¿Hay alguna diferencia entre este aspecto y el quinto? En cuanto a carácter, no hay gran diferencia; las acciones de ambos se refieren en su totalidad a hacerse con el poder y actuar de manera arbitraria y dictatorial. Ambas actitudes son perversas, arrogantes, intransigentes y despiadadas; son idénticas. Sin embargo, en el aspecto sexto se destaca otra manifestación importante de los anticristos: el hecho de que sus acciones son retorcidas. Esto pertenece a la naturaleza de las acciones de los anticristos. Primero vamos a discutir la palabra “retorcido”. En apariencia, ¿es una palabra peyorativa o elogiosa? Si alguien hace algo retorcido, ¿esa cosa es buena o mala? (Mala). Si se dice que alguien obra de una forma retorcida, ¿es que es buena o mala esa persona? Está claro que las impresiones y los sentimientos que tiene la gente son que alguien que obra de manera retorcida es un inútil. Si una persona se topa con algo retorcido, ¿le causa felicidad o le dan escalofríos? (Le dan escalofríos). No es algo bueno, tan sencillo como eso. En resumen, la palabra “retorcido” es, en apariencia, una palabra peyorativa, ya describa la acción en sí misma o la manera de obrar de una persona, nada de ello resulta positivo; no cabe duda de que es negativa. Pasemos ahora a explicar primero cuáles son las manifestaciones del retorcimiento. ¿Por qué se le llama retorcido y no falso? ¿Qué implicaciones especiales tiene aquí la palabra “retorcido”? El retorcimiento es más profundo que la falsedad. ¿Acaso no lleva más tiempo y no resulta más difícil que la gente desentrañe que alguien obra de manera retorcida? (Sí). Hasta ahí resulta obvio. Por tanto, emplead palabras que todos comprendáis para explicar el término “retorcido”. Aquí “retorcido” significa insidioso y astuto, y se refiere a un comportamiento anormal. Esta anormalidad hace alusión a estar muy oculto y a ser impenetrable para alguien ordinario, que es incapaz de percibir lo que hacen o piensan tales personas. En otras palabras, los métodos, motivaciones y puntos de partida de las acciones de este tipo de persona no son nada fáciles de comprender, y a veces su comportamiento es huidizo y furtivo. En resumen, hay un término que describe la manifestación real y el estado del retorcimiento de una persona, que es “falta de transparencia”, lo que los convierte en insondables e incomprensibles para los demás. Las acciones de los anticristos tienen esta naturaleza. Es decir, cuando te das cuenta y sientes que sus intenciones no son sinceras a la hora de hacer algo, te parece bastante aterrador, si bien a corto plazo o por alguna razón, sigues sin poder desentrañar sus motivos e intenciones, y te limitas a sentir de manera inconsciente que sus acciones son retorcidas. ¿Por qué te causan esta especie de sensación? Por un lado, porque nadie puede intuir lo que dicen o hacen. Por otro porque suelen hablar dando rodeos, te confunden y acaban por hacer que no estés seguro de cuál de sus afirmaciones es verdadera y cuál es falsa, ni lo que significan sus palabras en realidad. Cuando mienten, crees que es la verdad, no sabes si cuando hablan están mintiendo o no, y a menudo te parece que te han engañado y embaucado. ¿Por qué surge este sentimiento? Porque tales personas no actúan nunca con transparencia; no eres capaz de ver con claridad lo que están haciendo o aquello en lo que se ocupan, lo que hace inevitable que sospeches de ellos. Al final, ves que su carácter es falso, insidioso y también perverso. La palabra “retorcido” es abstrusa y a la gente le suena bastante inusual, pero ¿por qué explicarla con una frase tan simple como “falta de transparencia”? Hay un significado implícito en esta frase. ¿Cuál? El hecho de que los anticristos muestran a menudo una imagen falsa cuando quieren hacer algo, lo que te dificulta que los desentrañes. Por ejemplo, si un anticristo quiere darte una bofetada en la mejilla izquierda, apuntará el golpe a la derecha. Cuando te apartas para protegerte la derecha, te abofetea con éxito en la mejilla izquierda y logra así su objetivo. Esto es retorcimiento y estar lleno de intrigas, todo el que interactúe y tenga tratos con ellos queda dentro de sus cálculos. ¿Por qué están siempre calculando? Aparte de querer controlar a las personas y ocupar un lugar en su corazón, quieren también sacarle un beneficio a todo el mundo. Además, también puedes descubrir una especie de carácter perverso en tales personas. En concreto, disfrutan de explotar a otros o de aprovecharse de sus propias fortalezas para mofarse de las debilidades de los demás, y les encanta jugar con la gente. Esta es una manifestación de su perversidad. En términos mundanos, tales personas se consideran astutas. La gente corriente piensa: “Solo aquellos de más edad son astutos. Los jóvenes no tienen experiencia ni sabiduría mundana, ¿cómo van a ser astutos?”. ¿Es correcta esta afirmación? No. El carácter perverso de los anticristos no depende de la edad; nacen con ese carácter. Lo que sucede es que cuando son más jóvenes y menos experimentados, su participación en esas maquinaciones puede que sea más elemental y menos refinada. A medida que se hacen mayores, se vuelven herméticos, como los viejos reyes diablos que sellan sus acciones a cal y canto y son del todo inescrutables para la mayoría de la gente.

Acabo de dar una explicación general sobre la palabra “retorcido”, así que ahora vamos a compartir acerca de los estados y manifestaciones específicos del retorcimiento. ¿Acaso no merece la pena compartirlo? Si no lo hacemos, ¿seréis capaces de discernirlo? ¿Podéis desentrañarlo? (No). No es que sea del todo imposible que lo disciernas o desentrañes; a veces también te parecerá que una persona concreta es realmente astuta —tanto que acabas haciendo lo que te ordena incluso después de haberte traicionado— y que has de ser cauto respecto a ella. Por tanto, ¿qué hacen los anticristos y qué discurso y acciones revelan en su forma de tratar a los hermanos y hermanas y a las personas a su alrededor que suponga una muestra de que hacen las cosas de manera retorcida y con un carácter perverso? Merece la pena hablar de ello. Cuando solo se explica la palabra “retorcido”, la gente la encuentra en general bastante simple; es probable que baste con buscarla en el diccionario para entender su significado. Sin embargo, en cuanto a qué acciones, comportamientos y actitudes están asociadas a esta palabra y son manifestaciones y estados concretos de ella, se torna más extenuante y difícil de entender, ¿verdad? Para empezar, pensad acerca de las personas o anticristos concretos que habéis conocido o con los que os habéis encontrado. ¿Cuáles de sus acciones te parecieron de una naturaleza afín al retorcimiento o qué palabras, acciones y comportamientos cotidianos guardaban relación con esto? (Una vez me encontré con un anticristo que claramente quería competir por estatus y ser líder, pero les dijo a los hermanos y hermanas: “Hemos de denunciar a los falsos líderes y obreros. Solo si lo hacemos podremos tener la obra del espíritu santo. Si no denunciamos ni desenmascaramos a los falsos líderes, no podemos obtener la obra del espíritu santo. Hemos de alzarnos para salvaguardar juntos la obra de la iglesia”. Enarbolando la bandera de salvaguardar la obra de la iglesia, buscó maneras de sacar provecho de los líderes y obreros, montaba mucho alboroto por asuntos menores e incitaba a los hermanos y hermanas a denunciar a los líderes y obreros. Su objetivo era hacerlos caer, a fin de contar él mismo con la oportunidad de convertirse en líder. Muchos hermanos y hermanas no discernieron esto y él los desorientó. En lugar de discernir los problemas según los principios, se aferraron a algunos asuntos menores y las corrupciones reveladas de los líderes y obreros para condenarlos, etiquetarlos y exagerar las cosas, lo que condujo a la iglesia al caos). Decidme, ¿es esto retorcimiento? (Sí). Justo eso. ¿Por qué es retorcido? Agitaba la bandera de la rectitud a fin de lograr estos objetivos no revelados, al tiempo que animaba a otros a obrar mientras él no se mostraba y permanecía oculto para observar los desenlaces. Si las cosas funcionaban, mejor que mejor, y si no, nadie lo habría desentrañado, ya que estaba muy oculto. Esto es retorcimiento, es una forma de sus manifestaciones. No te permitía conocer los verdaderos pensamientos que guardaba en lo más hondo, y si podías hacer siquiera una leve suposición, enseguida esgrimía diversas excusas y argumentos para encubrirlos y defenderse a toda costa, por temor a que la gente dilucidara la verdad. Complicaba las cosas de manera deliberada; eso es retorcimiento. ¿Alguien más? (Hace unos años, una banda de anticristos apareció en nuestra iglesia y tomó el control, lo que sumió a la obra de esta en el caos. Lo Alto envió a alguien para ocuparse de la obra, pero esta banda de anticristos se servía de un pretexto, decían: “Tenemos a nuestros líderes y no aceptamos a los transferidos desde otro lugar; nosotros podemos ocuparnos del trabajo”. El resultado fue que muchos se desorientaron y escucharon a los anticristos, rehusaron aceptar al líder que dispuso lo Alto. Estos anticristos incluso llegaron a confinar al líder enviado por lo Alto a un solo lugar, le prohibieron interactuar con los hermanos y hermanas e imposibilitaron que echara una mano en la obra de la iglesia o que implementara cualquier trabajo). Esto fue muy retorcido por parte de los anticristos; ¿cuál era su motivación oculta? Querían controlar a la iglesia y establecer su propio reino independiente. Esto es retorcido, es el tipo de cosas que hacen los anticristos.

¿Cuáles son las principales manifestaciones de que los anticristos obren de manera retorcida? Una es la falta de transparencia, y otra es que se dediquen en secreto a intrigas inconfesables. Si discutieran sus planes e intenciones con todo el mundo, ¿serían capaces de materializarlos? Desde luego que no. ¿Por qué la gente que emplea métodos retorcidos hace las cosas de este modo? ¿Qué propósito hay detrás de estas acciones? Hasta ahora, en lo único que habéis pensado ha sido en controlar la iglesia, pero algunos asuntos no implican controlar a la iglesia ni a todo el mundo. Desorientar a las personas de una iglesia o región es un asunto de relativa importancia, por tanto, ¿cuál es el propósito que hay detrás de los comportamientos y acciones menores de los anticristos en tiempos ordinarios? Explotar a las personas y hacer que se esfuercen por ellos para así satisfacer sus intereses y sus propios fines. Así como Dios instrumenta a las personas y gobierna sus destinos, los anticristos también desean dictar los destinos de las personas y manipularlas. Sin embargo, si expresaran de manera directa que desean manipularte, ¿estarías de acuerdo? Si dijeran que desean mandonearte como a un esclavo, ¿estarías de acuerdo? Si dijeran que son los líderes y que debes escucharlos, ¿estarías de acuerdo? Lo más seguro es que no. Por tanto, han de recurrir a algunos métodos no convencionales para explotarte sin que te des cuenta; a esto se le llama ser retorcido. Por ejemplo, el gran dragón rojo funciona de manera retorcida, usa pretextos que parecen legítimos para desorientar a las personas. ¿Cómo se llevó a cabo la confiscación de los bienes de los propietarios y capitalistas? ¿Estableció por escrito una política según la cual todos los bienes que superaran una determinada cantidad se entregarían al estado? ¿Habría funcionado si lo hubiera declarado de forma abierta? (No). Como eso no habría funcionado, ¿qué hizo? Tuvo que encontrar una forma que todo el mundo creyera correcta para confiscar e incautar de forma justificada los bienes de los propietarios y capitalistas. De este modo, los propietarios y capitalistas perdían poder, el estado se enriquecía y consolidaba su dominio. ¿Cómo lo logró el gran dragón rojo? (Atacando a los propietarios y redistribuyendo la tierra). Ondeaba la bandera de “atacar a los propietarios y redistribuir la tierra” y la de “igualdad para todos”, y luego urdía historias como “La chica de pelo blanco” para inculpar y condenar a todos los propietarios y capitalistas. Se sirvió del poder de la opinión pública y de la propaganda para adoctrinar a la gente con estas ideas falaces, hacía creer a todos los desinformados que los propietarios y capitalistas eran malos y no eran iguales que las masas trabajadoras, que ahora el pueblo era dueño de su propio país, que el estado pertenecía al pueblo, que esos pocos individuos no debían poseer tanta riqueza y que había que confiscarla y redistribuirla entre todos. Alentados por esas ideologías y teorías supuestamente buenas, correctas y favorables a los pobres, los ciudadanos se dejaron desorientar y cegar, y empezaron a combatir a los magnates locales y a atacar a los propietarios y capitalistas. ¿Y qué desenlace se produjo al final? Algunos de estos propietarios y capitalistas recibieron palizas mortales, a otros los mutilaron y algunos huyeron muy lejos. En resumen, el resultado final fue que el gran dragón rojo se salió con la suya. A estas masas necias e ignorantes se las guio poco a poco mediante tales estafas para lograr los objetivos que querían esos diablos. De manera similar, los anticristos también adoptan esos métodos retorcidos cuando hacen las cosas. Por ejemplo, cuando un anticristo comparte el rol de liderazgo con otra persona y percibe que esta tiene sentido de la rectitud, entiende la verdad y es capaz de discernirlo, empieza a albergar dudas: “¿Es posible que este tipo me socave a mis espaldas? ¿Trama algo entre bambalinas? ¿Por qué no puedo identificarlo? ¿Está de mi lado o no? ¿Podría denunciarme a lo alto?”. Con estos pensamientos en mente, empieza a preocuparle que su estatus no esté a salvo, ¿verdad? Por tanto, ¿qué hace luego? ¿Castiga de manera directa a esa persona? Algunos anticristos emprenderían acciones contra alguien así de manera abierta, pero los más retorcidos no serían tan directos. En su lugar, empezarían por hablar con hermanos y hermanas que son relativamente más débiles, atolondrados y que no tienen discernimiento, a fin de interrogarlos y sondearlos con discreción: “Tal o cual ha sido creyente desde hace una década, así que su fe debería tener cierta base, ¿no es así?”. Alguien podría responder: “Tiene bastante base. En todos estos años de fe en Dios, ha renunciado a su familia y a su carrera; su fe es mayor que la nuestra. Te podría venir bastante bien asociarte con él”. El anticristo diría: “Sí, está bastante bien, pero nunca se mezcla con los otros hermanos y hermanas. No parece muy sociable”. Otra persona podría añadir: “No es así, persigue la verdad más que nosotros. Charlamos a menudo, pero dedica casi todo su tiempo a leer las palabras de Dios, escuchar sermones y aprenderse himnos, y comparte las palabras de Dios cuando está con nosotros”. Al oír estos comentarios favorables y de aprobación sobre esta persona, al anticristo le parece que no puede añadir mucho más, así que cambia de tema, dice: “Ha creído en dios durante muchos años y tiene más experiencia que nosotros. Deberíamos interactuar más con él en el futuro y no aislarlo”. Al oír esto, los otros siguen sin discernir nada. Al ver que la mayoría de la gente elogia con sus palabras a este individuo, el anticristo, incapaz de cumplir sus propósitos, no dice más sobre el tema. Luego, el anticristo encuentra a otro grupo de personas y pregunta: “¿Veis alguna vez a tal o cual leyendo las palabras de dios? Me da la impresión de que siempre comparte con los demás y, en apariencia, está ocupado, ¿por qué no lee nunca las palabras de dios?”. Este grupo es más perceptivo y detecta el matiz y piensa: “Parece que hay discordia entre ambos; solo trata de hacernos socavar a esa persona y excluirla”. Por tanto, responden: “Sí, siempre está ocupado en tareas poco importantes, siempre infiere demasiado de las personas y las cosas. Rara vez lee las palabras de dios y cuando lo hace se acaba quedando dormido; lo he notado unas cuantas veces”. A partir de sus charlas con el primer grupo de personas y el segundo, ¿qué clase de carácter está presente en las palabras del anticristo? ¿Acaso no es perverso? (Sí). ¿Cuál es la naturaleza y el método en sus acciones? Son retorcidos. El primer grupo de personas no se dio cuenta de lo que trataba de hacer el anticristo, mientras que el segundo vio un atisbo de lo que estaba ocurriendo, y se atuvo a lo que dijo el anticristo. Al ver que el segundo grupo se atuvo a lo que dijo y se vio atraído hacia ello, el anticristo pretende usar a este grupo para deshacerse de su compañero. Este razonamiento es retorcido. Después de toda clase de persuasiones, el segundo grupo se ve desorientado y atraído, y dice: “Ya que esta persona no cumple con los principios y condiciones para ser líder de una iglesia, supongo que no deberíamos votarlo la próxima vez, ¿cierto?”. Este grupo es bastante traicionero, y después de hablar, observan la actitud del anticristo. Este afirma: “Eso no está bien, sería injusto. ¡Esta es la casa de dios, no la sociedad!”. Al oír esto, preguntan: “¿De verdad no va a funcionar? ¿Entonces qué debemos hacer? Pues votaremos por él la próxima vez”. El anticristo dice de inmediato: “Votar por él tampoco va a funcionar”. ¿Ves? Digan lo que digan, no está bien; esto es un problema. De hecho, el anticristo solo quiere guiar a estas personas a su senda, cavar un hoyo para que caigan en él. Al final, después de escuchar esto y aquello, estas personas averiguan cuáles son las intenciones del anticristo: “Hagamos unas elecciones justas y ya. No tiene mucho que ofrecer, así que es posible que no lo escojan en cualquier caso”. El anticristo está complacido. Echa un vistazo, hay un lobo y algunos zorros, y se unen para actuar de la mano. Este es el principio y naturaleza de las acciones que llevan a cabo el anticristo y las fuerzas que los siguen en la iglesia; esta es su manifestación. La gente que sigue a los anticristos dice: “Votemos pues. Además, no es que sea tan maravilloso; si votamos, puede que ni siquiera lo elijan”. ¿Hay algo de sospechoso en ello? ¿Planean algo? Ya han detectado las pistas en las palabras de los demás, pero nadie dice con claridad qué hacer, hay un entendimiento tácito entre ellos y todo el mundo lo pilla. En apariencia, los anticristos no ordenan a nadie de manera directa que no elija a su compañero, y los que se hallan por debajo tampoco dicen: “No lo vamos a elegir a él, te elegiremos a ti”. ¿Por qué no lo dicen directamente? Porque ninguno quiere darle al otro ventaja alguna. ¿No es esto retorcido? Es pura perversidad. Escuchan el tono del discurso del otro, pero nadie habla de manera directa, y al final se alcanza un consenso. A esto se le llama diálogo satánico. Entre ellos hay un “necio” que, tras escuchar, sigue sin entender y les pregunta a los demás si van a votar o no por esa persona. ¿Cómo responde el anticristo? Si dijera: “Haz lo que creas mejor”, resultaría demasiado obvio. Tal respuesta conlleva una naturaleza amenazante y de incitación; la gente perversa no habla así. En cambio, dicen: “¿Acaso la casa de dios no tiene arreglos de la obra? Vota por quién debas, si alguien no merece ser elegido, no lo votes”. ¿No es esto hablar con ambigüedad? Se sirven de un pretexto en apariencia legítimo, dicen: “Has de actuar de acuerdo con los principios, no puedes escucharme a mí. Lo que diga no importa. Yo no soy los principios; las palabras de dios son los principios”. El “necio” oye esto y piensa: “Si vamos a actuar de acuerdo con los principios, entonces le votaré”. Al ver que esta persona es necia y podría estropear sus planes, el grupo lo expulsa de manera colectiva y no permite que el “necio” se quede entre ellos. Al final, cuando el “necio” sigue preguntando si deberían votar o no por esa persona, alguien dice: “Hablemos sobre ello más adelante. Lo decidiremos en función de su desempeño”. ¿Hay determinación en estas palabras? ¿Hay algún elemento de honestidad? (No). Entonces, ¿qué hay en realidad en estas palabras? Acarrean su carácter perverso, además de sus motivos, intenciones y objetivos ocultos. Incluyen la conspiración secreta entre ellos —el lobo y los zorros— para deshacerse de la persona que es una molestia para el anticristo. ¿Por qué este grupo de personas es capaz de actuar así? Aparte de que las gobierna su carácter perverso, la razón por la que pueden hacerlo es que a su superior, el anticristo, no le gusta esa persona. Si votaran por él y el anticristo se enterara, la cosa no acabaría bien. Así que, para ellas, lo más urgente y crucial, lo más ventajoso, es no votar por esa persona. Todas escuchan al anticristo; más allá de lo que diga, sea cual sea la dirección que tomen sus palabras, estas personas lo siguen, desechan los principios-verdad y las palabras de Dios. Ya ves, mientras aparezca un anticristo, resulta inevitable que haya quien lo obedezca. Mientras un anticristo actúe, habrá quien lo acompañe y lo siga; no hay anticristo que actúe por su cuenta y aislado.

Lo que acabamos de discutir era una de las manifestaciones de cómo los anticristos obran de manera retorcida. El retorcimiento que se menciona aquí se refiere al hecho de que los anticristos cuentan con sus propios propósitos y motivaciones en lo que hacen, pero no te lo van a decir ni permitirán que lo veas. Cuando lo descubres, se esforzarán mucho para encubrirlo, para lo cual se servirán de varios medios a fin de desorientarte, de alterar tu percepción respecto a ellos. Este es el aspecto retorcido de los anticristos. Si se desenmascararan con facilidad sus motivos, si se publicaran por todas partes y se compartieran con todo el mundo, de modo que la gente se enterara, ¿sería eso retorcido? No, ¿qué sería si no? (Necio). No sería necedad, sino arrogancia hasta el extremo de renunciar a la razón. Los anticristos tienen un comportamiento retorcido. ¿Cómo son de retorcidos? Se comportan siempre de una manera que depende del engaño, y sus palabras no revelan nada, por lo que es difícil para la gente entender sus intenciones y objetivos. Eso es retorcido. No sacan conclusiones fácilmente en nada de lo que dicen o hacen; logran que sus subordinados y oyentes puedan adivinar su intención, y esas personas, habiendo entendido al anticristo, actúan de acuerdo con sus planes y motivaciones y cumplen sus órdenes. Si la tarea se completa, el anticristo está contento. Si no, nadie puede encontrar nada que reprocharles, ni descifrar las motivaciones, intenciones u objetivos detrás de lo que hacen. Lo retorcido de lo que hacen los anticristos radica en planes ocultos y objetivos secretos, todos destinados a engañar, jugar con los demás y controlarlos. Esta es la esencia del comportamiento retorcido. No se trata de una simple mentira ni de hacer algo malo, sino que implica mayores intenciones y objetivos, que son insondables para la gente corriente. Si has hecho algo que no quieres que nadie sepa y dices una mentira, ¿eso cuenta como algo retorcido? (No). No es más que falsedad, y no llega al nivel de algo retorcido. ¿Qué hace que lo retorcido sea más profundo que la falsedad? (La gente no puede comprenderlo). Es difícil que la gente lo comprenda. Eso es una parte. ¿Qué más? (La gente no tiene nada que reprochar a una persona retorcida). Así es. La cuestión es que a la gente le resulta difícil encontrar algo que reprocharle. Incluso si algunos saben que esa persona ha hecho cosas malas, no pueden determinar si es una persona buena o mala, si es malvada o un anticristo. La gente no puede calarla, sino que piensa que es buena, y es posible que ella los desoriente. Eso es ser retorcido. La gente en general es propensa a decir mentiras y a urdir pequeños planes. Eso es simplemente engaño. Pero los anticristos son más insidiosos que las personas falsas comunes. Son como los reyes diablos; nadie puede descifrar lo que hacen. Pueden hacer muchas cosas malvadas en nombre de la rectitud y hacen daño a la gente, pero esta no deja de alabarlos. A esto se le llama ser retorcido.

En el pasado, se produjo un incidente en el que a un líder, durante el contacto y la charla con lo Alto, se le informó sobre los planes de obra de la casa de Dios. En ese momento, no se habían formalizado todavía los arreglos de la obra. Tras regresar, empezó a alardear, pero no te dabas cuenta de que lo hacía. Estaba hablando con mucha seriedad durante una reunión cuando, de repente, en mitad de su charla, dijo algo que nadie había oído antes: “Hasta ahora, cada paso de la obra de dios se ha completado, y la gente, en esencia, se ha estabilizado. A partir del próximo mes, expandiremos la predicación del evangelio, así que hemos de establecer equipos evangélicos. ¿Cómo deberían establecerse los equipos evangélicos? Esto conlleva algunos detalles…”. Cuando otros oyeron esto, pensaron: “¿De dónde vienen estas palabras? Lo Alto no ha emitido todavía ningún arreglo de la obra. ¿Cómo lo sabe? ¡Seguro que tiene visión de futuro!”. Lo idolatraban, ¿no? La actitud de las personas hacia él cambió de inmediato. Lo único que hizo fue mencionar lo de establecer equipos evangélicos, pero después no realizó ninguna obra específica, solo gritó consignas vacías. Desde luego, tenía un propósito al hacerlo; estaba alardeando, quería que la gente lo tuviera en alta estima, que lo idolatrara. No mucho después, se emitió el arreglo de la obra por parte de lo Alto. Cuando los hermanos y hermanas lo vieron, se quedaron asombrados y dijeron: “¡Increíble! ¿No es esto profético? ¿Cómo lo sabías? Entiendes la verdad mejor que nosotros, tu estatura es mayor. Nuestra estatura es demasiado pequeña. Cuando era el momento de difundir el evangelio, tú ya nos lo habías dicho, mientras nosotros estábamos adormecidos y lo ignorábamos. Mira, ¿acaso no concuerda lo que compartiste con el arreglo de la obra de lo Alto? Es una coincidencia exacta y ahora se ha constatado”. A raíz de este incidente, todos lo idolatraron aún más, y no solo de manera ordinaria, sino con completa sumisión, casi hasta el punto de arrodillarse e inclinarse ante él. La mayoría de la gente no sabía nada de este asunto; si él mismo no hablaba de ello, no lo sabría nadie, solo Dios lo sabe. Era un asunto tan obvio, y él no se lo reveló a nadie, sino que optó por engañarlos con mucho descaro. ¿Se considera retorcido este comportamiento? (Sí). ¿Por qué engañó así a los demás? ¿Por qué se comportó y actuó así? ¿Qué pensaba realmente en su corazón? Quería que la gente lo considerara diferente, que pensara que no era una persona corriente. ¿Es esto algo que debería encontrarse en la humanidad normal? (No). Las acciones de una persona así son repugnantes y desvergonzadas. ¿Considerarías que esto es retorcido? (Sí). Además de retorcido, también es un tanto repugnante.

Entre los anticristos, hay un tipo de persona al que nunca se le ha oído decir ni se le ha visto hacer nada malo; aquello que hacen y cómo obran se considera por lo general bueno y todo el mundo lo aprueba. A menudo lucen una sonrisa y su semblante es como el de un santo misericordioso, nunca podan a nadie. Da igual los errores que cometa la gente, siempre los toleran con un corazón tan indulgente como el de una madre amorosa. Nunca lidian con aquellos en la iglesia que vulneran los decretos administrativos, causan trastornos y perturbaciones o cometen acciones malvadas. ¿Acaso es porque no pueden ver ni discernir estas cosas? No, nada de eso; las pueden ver y discernir, pero en su corazón creen que si se depurara a estas personas y la iglesia se volviera pacífica, si se llenara solo de gente honesta que persigue la verdad y se gasta con sinceridad por Dios, entonces ellos mismos serían fáciles de discernir y puede que ya no les sería posible afianzarse en la iglesia. Así que mantienen a estas personas cerca, dejan que los malhechores continúen haciendo el mal, los mentirosos sigan mintiendo, y los perturbadores perturbando, y a través de estas perturbaciones se aseguran de que la iglesia nunca esté en paz, y a partir de ahí consolidan su propio estatus. Por tanto, en el momento en que se va a expulsar, a tratar, aislar o apartar de su puesto a alguien, ¿qué dicen? “Hemos de darle a la gente una oportunidad de arrepentirse. ¿Quién no tiene defectos o corrupción? ¿Quién no ha cometido errores? Hemos de aprender a ser tolerantes”. Los hermanos y hermanas reflexionan sobre esto y dicen: “Somos tolerantes con aquellos que realmente creen en Dios y cometen trasgresiones o son necios e ignorantes, pero no toleramos a las personas malvadas. Él es una persona malvada”. El anticristo responde: “¿En qué sentido es una persona malvada? A veces se expresa con brusquedad, eso no es maldad. Los que cometen asesinatos y provocan incendios en el mundo, esos son los auténticos malvados”. Sin embargo, ¿qué piensa en realidad el anticristo? “¿Es alguien malvado? ¿Tanto como yo? No has visto lo que he hecho yo, no sabes lo que pienso en mi interior. Si lo supieras, ¿acaso no me depuraríais? ¿Piensas depurarlo? ¡Ni de broma! No voy a permitir que te ocupes de él. Me pondré furioso con cualquiera que lo intente, ¡le pondré las cosas muy difíciles! ¡Expulsaré a cualquiera que trate de ocuparse de él!”. Pero ¿dirían esto en voz alta? No. ¿Qué hacen entonces? Primero calman y afianzan la situación, se muestran capaces de liderar a la iglesia y de equilibrar diversas fuerzas, de modo que la iglesia no pueda valerse sin ellos. De esta manera, ¿acaso no está asegurada su posición? Una vez asegurada, ¿acaso no se preserva su subsistencia? Esto es lo que llamamos ser retorcido. Por eso la mayoría de la gente no puede desentrañar a tales individuos. ¿Por qué no? Nunca dicen la verdad ni tampoco actúan a la ligera. Sea lo que sea lo que lo Alto les pida que hagan, actúan por inercia; sean cuales sean los libros que haya que distribuir, los envían; mantienen unas pocas reuniones a la semana y no monopolizan la charla en ellas. Desde fuera, todo parece perfecto y sin mácula, no dejan margen para la crítica. No obstante, hay algo que podéis discernir: nunca se ocupan de las personas malvadas. Al contrario, las protegen, las encubren y las defienden todo el tiempo. ¿No es esto retorcido? ¿Cuál es aquí el aspecto retorcido de su comportamiento, cuál es el enfoque? Esto ha de quedar claro. Nunca dicen la verdad, siempre dicen mentiras para engañar a la casa de Dios. Ven a los malvados cometer maldades, pero no se ocupan de ellos, siempre suavizan las cosas y practican la paciencia y la tolerancia. ¿Qué motivo tienen para hacerlo? ¿De verdad es el de ayudar a las personas a complementarse en sus puntos fuertes y a ser tolerantes unas con otras? (No). Entonces, ¿cuál es su objetivo? Quieren afianzar su propia influencia, consolidar su estatus. Saben que una vez que se depure a los malvados, ellos serán los próximos; eso es lo que temen. Por tanto, mantienen a los malvados cerca; mientras estén allí, el estatus de los anticristos está asegurado. Si se depurara a las personas malvadas, los anticristos estarían acabados. Los malvados son su paraguas protector, su escudo. Por tanto, aunque alguien desenmascare a los malvados o sugiera que se los depure, ellos no están de acuerdo, dicen: “Aún pueden desempeñar sus deberes, ofrecer dinero; ¡como poco, aún pueden trabajar!”. Hallan razones y excusas para defender a los malvados, y lo normal es que la gente sin discernimiento no sea capaz de detectar las intenciones malévolas ocultas en su interior, son incapaces de discernirlo.

¿Existen otros ejemplos en los que las acciones retorcidas de un anticristo os dejaran una profunda impresión? Que alguien comparta. (Hubo una hermana que fue líder de un equipo evangélico, y se las arreglaba para convertir a algunas personas al mes, entre las cuales había no creyentes. El anticristo sacó de contexto un arreglo de la obra, dijo que la acción de predicar el evangelio debería enfocarse sobre todo en la gente de las denominaciones, por lo que los no creyentes eran secundarios y, que si el enfoque principal estaba en los no creyentes, esto suponía una grave vulneración de los arreglos de la obra. Incluso empleó palabras de Dios extraídas de “Una advertencia a los que no practican la verdad” para diseccionar este comportamiento. Entonces hizo votar a todo el mundo, preguntó: “¿Puede una persona así seguir al cargo?”. En aquel momento, muchos en la iglesia eran creyentes nuevos, desde hacía uno o dos años, y no sabían discernir, así que les parecía que vulnerar los arreglos de la obra era grave y se mostraron de acuerdo con sustituir a la hermana. La hermana se volvió muy negativa en ese momento, después de que este anticristo la diseccionara y condenara, sintió que ella misma era una anticristo, que Dios la descartaría sin dudar, y se volvió negativa hasta el extremo, no quería vivir. Asimismo, este anticristo también nos privó de algunos sermones y charlas de lo Alto, no nos dejó escucharlos. Aseguraba que la charla de lo Alto era muy brusca y que nosotros, como nuevos creyentes con pequeña estatura, desarrollaríamos nociones al escucharla. Desde fuera parecía que nos estaba cuidando, pero en realidad le asustaba que, si escuchábamos los sermones de lo Alto, seríamos capaces de discernirlo y ya no nos podría controlar. Usó estos métodos en apariencia sensatos para manipular y embaucar a la gente, lo hizo parecer lógico y de acuerdo con los arreglos de la obra de la casa de Dios). Este incidente se puede describir sin duda como retorcido. Las prácticas sistemáticas de cualquiera al que se considere un anticristo son siempre las mismas, no varían en lo más mínimo, tienen las mismas intenciones y están orientadas a los mismos objetivos en todo lo que hacen. ¿Acaso no prueba esto que los anticristos son en efecto demonios y espíritus malvados? (Sí). Sin duda. Describir como retorcidas las acciones de los anticristos, estos demonios y espíritus malvados, resulta del todo adecuado y de ningún modo es una exageración.

Después de estos ejemplos, deberíais haber obtenido cierta visión. ¿Habéis empezado a desarrollar algún discernimiento respecto a las acciones retorcidas de los anticristos? Cualquier cosa que involucre un comportamiento retorcido, con intenciones y motivos ocultos, no puede considerarse como las acciones de una persona normal ni las de una persona honesta, y desde luego tampoco las de alguien que persigue la verdad. ¿Lo que hacen es practicar la verdad? ¿Defienden los intereses de la casa de Dios? (No). Por tanto, ¿qué están haciendo? Trastornan y desmantelan la obra de la iglesia, cometen maldad. No siguen el camino de Dios ni defienden la obra de Su casa. Lo que hacen no es trabajo de la iglesia, solo lo usan como mero pretexto para perseguir su propia agenda, para salvaguardar, en esencia, sus intereses personales y los de Satanás. ¿Hay otros ejemplos? (En 2015 se emitió un arreglo de la obra de lo Alto, nos ordenó usar el artículo de “el Despertado” para compartir acerca de discernir a los falsos líderes y distinguir a las auténticas iglesias de las falsas. Había un líder en la iglesia al que acababan de sustituir, que dijo que éramos nuevos en la creencia en Dios y de escasa estatura, y que comprendíamos el arreglo de la obra de lo Alto de manera muy superficial, que las acciones de Dios son insondables y lo Alto dictó ese arreglo con un significado más profundo. También dijo: “En cuanto a las verdades relativas a discernir a los falsos líderes y anticristos, lo Alto ha aportado con anterioridad muchas charlas y lo ha explicado con gran claridad. Si se tratara solo de discernir a falsos líderes y anticristos, ¿habría necesidad de publicar otro arreglo de la obra?”. Después, sacó de contexto algunos fragmentos de arreglos de la obra, sermones y charlas de lo Alto pasados y compiló decenas de miles de palabras de material para desorientar a los hermanos y hermanas, lo que nos llevó a discernir a “el Despertado” en su lugar. En ese momento, estábamos desorientados y no nos enfocamos en discernir a los falsos líderes y anticristos. Más tarde se puso en evidencia que esta persona era un anticristo. Temía que, si todo el mundo empezaba a discernir a los falsos líderes y anticristos, destaparían sus acciones malvadas y lo discernirían, así que nos confundió a propósito para que discerniéramos en su lugar a “el Despertado”). Esto era un truco, una táctica de despiste, crear una distracción para cambiar tu enfoque de modo que nadie le prestara atención a él. ¿Acaso no resulta familiar este método? Cuando el gran dragón rojo afronta una crisis, como un alboroto interno en su sistema político o que el público planee huelgas o rebeliones, emplea la misma táctica: distraer la atención. Se sirve a menudo de este método. Cada vez que surge una crisis, siembra el pánico a la guerra, fomenta el patriotismo y luego proyecta sin cesar películas sobre guerras de resistencia y patriotismo, o difunde noticias falsas para avivar sentimientos nacionalistas a fin de desviar la atención. El gran dragón rojo hace estas cosas con motivos ocultos, alberga objetivos inconfesados: a esto se le llama comportamiento retorcido. ¿Quién es el antepasado de los anticristos? El gran dragón rojo, el diablo. La naturaleza de sus acciones es idéntica, como si estuvieran compinchados el uno con el otro. ¿De dónde proceden las intrigas y los métodos de los anticristos? Se los enseñaron sus antepasados, los diablos y Satanás. Satanás habita dentro de ellos, así que les resulta muy normal actuar de manera retorcida; de este modo se revela por completo que poseen la naturaleza de un anticristo.

(Dios, quiero compartir un ejemplo. Se trata del caso de un anticristo que sucedió en la zona pastoral de Jijin. Sería la primavera de 2012. Un anticristo llamado An difundió muchas falacias en diversas iglesias e incluso escribió un manual titulado “Lo que más le importa a Dios antes de abandonar la Tierra”, que distribuyó en privado por todas las iglesias. Aseguraba que lo que más le importa a Dios antes de abandonar la Tierra es si, una vez que se marche, Su pueblo escogido va a escuchar al hombre que usa el Espíritu Santo, así que deberíamos entender las intenciones de Dios; y que ahora, basta con leer los sermones, charlas y arreglos de la obra del hombre que usa el Espíritu Santo, lo que sustituye la necesidad de comer y beber las palabras de Dios. Como consecuencia, el anticristo logró el objetivo que buscaba: que muchos hermanos y hermanas se desorientaran y dejaran de comer y beber las palabras de Dios. En ello radicaba la insidia del anticristo, con la pretensión de dar testimonio del hombre que usa el Espíritu Santo, alejó a la gente de las palabras de Dios, la llevó a abandonar el comer y beber Su palabra, al tiempo que además hacía sentir a las personas que él entendía en profundidad el corazón de Dios. Había pensado acerca de lo que le importa a Dios antes de abandonar la Tierra, de modo que la gente lo tuviera en alta consideración y lo idolatrara). ¿Por qué exaltaba al hombre que usa el Espíritu Santo? Es un ser humano, igual que él. Al exaltar al hombre que usa el Espíritu Santo, en realidad conducía a la gente a idolatrarlo y exaltarlo; este era su objetivo. No podemos limitarnos a juzgar si lo que dijo era acertado o equivocado; hemos de fijarnos en las consecuencias y objetivos que lograron sus palabras; eso es clave. Por tanto, su propósito al exaltar a ese hombre era en realidad el de exaltarse a sí mismo; ese era su objetivo. Sabía que lo más seguro es que nadie mostraría objeciones a exaltar al hombre que usa el Espíritu Santo y que la gente se mostraría de acuerdo con el anticristo y lo ensalzaría. Sin embargo, si lo exaltaba directamente y daba testimonio de sí mismo, la gente podría ponerlo al descubierto, discernirlo y rechazarlo. Por consiguiente, el anticristo empleó la táctica de exaltar al hombre al que usa el Espíritu Santo para exaltarse a sí mismo y dar testimonio de su propia persona; esta fue la insidia del anticristo. Las acciones del anticristo An fueron muy retorcidas, desorientaron a la gente con facilidad; es un típico incidente con un anticristo. El pueblo escogido de Dios debería aprender a discernir a raíz del caso de este anticristo, a entender los aspectos retorcidos de los anticristos, así como los métodos y medios comunes de los que se sirven con el fin de lograr la consecuencia de desorientar a las personas. Comprender esto resulta muy beneficioso para que la gente discierna a los anticristos. ¿Quién más tiene un ejemplo que compartir?

(Dios, yo también puedo compartir el caso de un anticristo. El incidente tuvo lugar en la zona pastoral de Henan. Alrededor de 2011, la iglesia asignó a la anticristo Yu, una falsa líder a la que habían reemplazado, para que supervisara el trabajo de depuración, dado que tenía algunos dones y experiencia en el trabajo. En ese momento, se dictó un arreglo de la obra de lo Alto para poner al descubierto de manera meticulosa a los falsos líderes y anticristos y abolirlos. A Yu le gustaba el estatus y vio esto como una oportunidad para recuperar la atención. Con el pretexto de implementar los arreglos de la obra, compartió sin cesar con los hermanos y hermanas para seguir la corriente de la obra del Espíritu Santo y centrarse en discernir a los falsos líderes y anticristos. Sin embargo, no habló sobre los principios de discernirlos sino que, en lugar de eso, nos condujo a enfocar nuestra atención en los líderes y obreros. En todas las reuniones, les pedía a los hermanos y hermanas que hablaran sobre el desempeño de los líderes y obreros. Cuando lo hacíamos, sacaba a relucir algunas desviaciones y actitudes corruptas reveladas en su trabajo, agravaba la naturaleza de estos asuntos, los etiquetaba claramente como falsos líderes y los reemplazaba. Después continuaba dando testimonio a los hermanos y hermanas sobre cómo abolió a estos falsos líderes y obreros, de forma que les daba la impresión de que ella tenía capacidad de discernimiento y que era válida en su trabajo. En realidad, su meta era usar el despido de estos líderes y obreros como una oportunidad para reincorporarse y continuar como líder. Los hermanos y hermanas, a quienes Yu había desorientado, al ver que los líderes y obreros revelaban corrupción y desviaciones en su obra, empezaron a preguntarse si eran falsos líderes, e incluso cuestionaron a los líderes de la iglesia de todos los niveles, de modo que fracasaron a la hora de cooperar con normalidad con la obra de los líderes y obreros. Muchos líderes y obreros de escasa estatura también estaban muy constreñidos, vivían en un estado de pasividad y cautela, incapaces de realizar sus deberes con normalidad, lo que condujo al caos en la iglesia. En ese momento, muchos idolatraban a la anticristo, que ya desorientaba y controlaba alrededor de una docena de iglesias. Incluso después de que se le pusiera en evidencia, había quienes seguían sin discernirla, creían que defendía la obra de la iglesia y algunos hasta se pusieron de su lado). ¿Qué les pasó luego a aquellos hermanos y hermanas desorientados? (Mediante charlas y ayuda, algunos ganaron discernimiento de la anticristo y se los rescató, mientras que otros, por mucho que los demás compartieran con ellos, permanecían obstinados y decididos a seguir a la anticristo y al final acabaron descartados). ¿Disciernen ahora la mayoría de personas a esta anticristo? (Cuentan con algo de discernimiento). Aquellos que permanecen obstinados e inmutables merecen perecer; este es el desenlace de seguir a un anticristo.

Acabamos de hablar sobre diversas manifestaciones de las acciones retorcidas de los anticristos. Ahora vamos a resumir: ¿cuál es la esencia y el carácter que se expresa mediante ese comportamiento de los anticristos? (La perversidad). Es un carácter que está primordialmente caracterizado por la perversidad. ¿Podemos entonces decir que la gente con un carácter perverso suele actuar de manera retorcida, y que aquellos que lo hacen tienen un carácter muy perverso? (Sí). ¿Es lógico este razonamiento? Si bien a primera vista parece un razonamiento, de hecho es así como son las cosas; la gente con un carácter perverso a menudo actúa de maneras retorcidas. El hecho de que la esencia-naturaleza de los anticristos se comporte de manera retorcida proviene de Satanás; está bastante claro que son iguales que los diablos y Satanás. Al observar cómo actúan los anticristos, puedes entender cómo operan los diablos y Satanás. El comportamiento de los auténticos diablos y Satanás, el gran dragón rojo, es más grave que este. Incluso un mero anticristo puede actuar de manera muy retorcida, con esas tácticas tan ingeniosas, hablar sin dejar ninguna laguna, imposibilitar que cualquiera encuentre un defecto o los descubra. ¡Es más así si cabe con los diablos y Satanás! Visto desde la perspectiva del comportamiento retorcido de los anticristos, la gente ordinaria sin estatus, que rara vez se comunica o se abre a los demás, que obra sin transparencia y no quiere que los demás sepan lo que piensa ni qué considera hacer en lo más profundo ni cuáles son sus intenciones al actuar, que en lo más hondo se mantiene oculta y bien envuelta; ¿acaso no habrá además en su discurso y acciones una pizca de retorcimiento? Si no se cataloga a esas personas como anticristos, no cabe duda de que recorren la senda de estos. Es así sin duda. Aquellos que caminan por la senda de un anticristo, si no aceptan que se los pode ni prestan atención a las sugerencias de otros, e incluso no aceptan la verdad, una vez que ganan estatus, se convertirán en anticristos de manera inevitable; es solo cuestión de tiempo. Si hay quienes poseen un carácter tan perverso y han recorrido una vez la senda de un anticristo, muestran algunas similitudes con uno, pero después de aceptar la poda, se arrepienten, son capaces de aceptar la verdad, abandonan su senda anterior y son capaces de dar un giro y practicar la verdad, ¿cuál será el resultado? Tal transformación los distanciará más de la senda de un anticristo, les facilitará entrar en el camino correcto de creer en Dios, y entonces tendrán esperanzas de salvarse. Esto es todo respecto a la charla sobre las manifestaciones de cómo los anticristos obran de manera retorcida; la siguiente manifestación sobre la que vamos a hablar trata de cómo son arbitrarios y dictatoriales.

II. Disección de la conducta arbitraria y dictatorial de los anticristos y de cómo obligan a la gente a obedecerlos

Los anticristos se comportan de manera arbitraria y dictatorial, nunca comparten ni consultan con los demás, hacen siempre lo que les da la gana y obligan a otros a obedecerlos. Se puede decir que, hagan lo que hagan, sean cuales sean los arreglos que realicen o las decisiones que tomen, los anticristos no comparten con los demás, no alcanzan consensos, no buscan la verdad para resolver los problemas ni buscan los principios que deberían aplicarse a la hora de llevar a cabo los deberes. Además, no permiten que las personas entiendan por qué hacen las cosas de cierta manera, así que dejan a la gente confundida y obligada a escucharlos. Si alguien no comprende algo y pregunta, el anticristo no está dispuesto a responder ni a explicar nada. ¿Qué estado quiere mantener el anticristo respecto a este asunto? A nadie le está permitido conocer los detalles; nadie tiene derecho a que se le informe. Hacen lo que ellos quieren y lo que creen correcto se debe implementar plenamente. Los demás no tienen derecho a cuestionarlo ni mucho menos están cualificados para coordinarse con ellos en el trabajo; su único rol es el de obedecer y someterse. ¿Cómo contempla esto el anticristo? “Dado que me habéis elegido líder, os halláis bajo mi gestión y debéis escucharme. Si no queréis hacerlo, pues no haberme elegido. Si me elegís, debéis escucharme. ¡Yo tengo la última palabra en todo!”. A sus ojos, ¿qué relación hay entre ellos y los hermanos y hermanas? Ellos son los que dan las órdenes. Los hermanos y hermanas no pueden hacer un análisis de qué es acertado o equivocado, no pueden preguntar ni les está permitido acusarlos, discernirlos, cuestionarlos ni dudar de ellos; todo eso está prohibido. Basta con que el anticristo proponga planes, enunciados y métodos para que todo el mundo aplauda y se muestre de acuerdo sin cuestionarlo. ¿No hay algo de coacción en ello? ¿Qué clase de táctica es esta? Es arbitraria y dictatorial. ¿Qué clase de carácter es este? (Cruel). En apariencia, “arbitrario” se refiere a tomar decisiones en solitario, a tener la última palabra, y “dictatorial” quiere decir que, después de emitir un juicio o tomar una decisión por cuenta propia, todo el mundo ha de llevarlo a cabo sin derecho a opinar ni afirmar algo distinto, ni siquiera a hacer preguntas. Ser arbitrario y dictatorial significa que, al enfrentarse a una situación, la persona la medita y la considera ella misma antes de tomar una decisión respecto a qué hacer. Deciden por su cuenta cómo se hacen las cosas, entre bambalinas, sin contar con la opinión de nadie más; ni siquiera sus propios colaboradores, colegas o líderes de niveles superiores tienen permitido intervenir. Esto es lo que significa ser arbitrario y dictatorial. Da igual la situación a la que se enfrenten aquellos que obran de esta manera proceden, de manera sistemática, a cavilar una y otra vez las cosas en su mente y se devanan los sesos para deliberar sobre ellas, sin consultarlas jamás con nadie. Piensan esto y aquello, pero en realidad nadie sabe lo que se les pasa por la mente. ¿Por qué no? Porque no lo dicen. Algunos puede que crean que es porque no son habladores, pero ¿es así en realidad? No es una cuestión de personalidad; se trata de una elección intencionada de ocultárselo a los demás. Quieren actuar por su cuenta, hacen sus propios cálculos. ¿Qué calculan? Todo en ellos gira en torno a sus propios intereses, estatus, fama, ganancia y prestigio. Meditan sobre cómo actuar para favorecerse a sí mismos, cómo proteger su estatus y reputación de cualquier daño, cómo obrar sin dejar que otros desentrañen cómo son y, lo más fundamental, cómo ocultar sus acciones a lo Alto, con la esperanza de acabar recibiendo beneficios sin que sus fallos se pongan en evidencia ante nadie. Piensan: “Si tengo un descuido momentáneo y digo algo equivocado, todo el mundo me desentrañará. Si alguien habla de más y me denuncia a lo alto, puede que lo alto me sustituya y pierda mi estatus. Además, si siempre comparto con los demás, ¿acaso no les resultarán evidentes a todos mis capacidades limitadas? ¿Podría ser que me menospreciaran?”. Decidme pues, si se desentrañara cómo son en verdad, ¿eso sería bueno o malo? En realidad, aquellos que persiguen la verdad, las personas honestas, no le dan tanta importancia a que los desentrañen ni a perder algo de imagen o reputación. No parece que les preocupen demasiado tales cosas, no son tan abiertamente conscientes de ellas ni les dan mayor importancia. Sin embargo, los anticristos son el caso contrario, no persiguen la verdad y consideran su estatus y la percepción de los demás y las actitudes que estos adoptan respecto a ellos como algo más importante que la vida misma. Pedirles que digan lo que piensan o la verdad es algo enormemente complicado; puede que ni siquiera baste con ofrecerles muchos beneficios. Si se les pidiera que revelaran sus secretos o sus asuntos privados, eso sería aún más difícil; puede que no lo hicieran ni aunque les fuera la vida en ello. ¿Qué clase de naturaleza es esa? ¿Puede una persona así aceptar la verdad? ¿Se la puede salvar? Desde luego que no. Después de todo, “La cabra siempre tira al monte”.

Los anticristos le dan una importancia especial a su propia valía, al estatus, a la imagen y a cualquier cosa que les permita mantener su poder. Hablas con ellos y dices: “A la hora de hacer el trabajo de la iglesia, ya se trate de cuestiones externas o de administración interna, de ajustes de personal o de cualquier otra cosa, has de compartir con los hermanos y hermanas. El primer paso para aprender a cooperar con otros es aprender a compartir. No se trata de hablar de un modo insustancial ni de expresar únicamente tu propia negatividad o rebeldía contra Dios. No deberías liberar tus estados negativos o rebeldes con el fin de influenciar a otros. Lo principal es compartir sobre cómo encontrar principios en las palabras de Dios y entender la verdad”. Sin embargo, por más que les compartas la verdad, esta no logrará conmoverlos ni hacerles cambiar sus principios ni la dirección que toman en su modo de actuar y de proceder. ¿Qué clase de carácter es ese? Dicho con suavidad, se trata de intransigencia; en términos más rotundos, es crueldad. De hecho, llamarlo cruel es adecuado. Piensa en un lobo con una oveja en sus fauces, disfrutando de su presa; si te pones a negociar con él, no va a mostrarse de acuerdo cuando le digas: “Te daré un conejo a cambio de que sueltes a la oveja, ¿vale?”. Le insistes: “Te daré una vaca, ¿qué te parece?”. No accederá de ninguna manera. Se comerá primero a la oveja y luego irá a por la vaca. No queda satisfecho con una sola cosa, quiere las dos. ¿Qué tipo de carácter es ese? (De una avaricia insaciable y extremadamente cruel). ¡Es muy cruel! Asimismo, con un carácter tan cruel como el de los anticristos no funciona compartir la verdad, podarlos ni darles consejos. Nada de eso puede cambiar su hondamente asentada búsqueda de estatus ni su deseo de controlar a los demás, a menos que los atraigas con un estatus superior o con mayores beneficios. De no ser así, en ningún caso van a soltar a la presa que ya tienen en la boca. ¿Qué significa este rechazo absoluto a soltarla? Una vez que tengan cierto estatus, emplearán esta oportunidad para desempeñarse con vigor y exhibirse. ¿Exhibir qué? Sus diversos talentos y dones, sus antecedentes, su educación, su valía y su estatus en la sociedad, se jactarán y harán alarde de lo capaces y hábiles que son, de cómo pueden jugar con la gente y manipularla, de cómo pueden dirigirla. Al oír esto, a aquellos sin la verdad y sin discernimiento les da la impresión de que tales anticristos son muy impresionantes; se sienten inferiores y se someten de manera voluntaria al control del anticristo.

Algunos anticristos son especialmente astutos y están muy sumidos en sus intrigas. Se rigen por una filosofía satánica suprema que consiste en no alzar la voz casi nunca y en no expresar su postura con facilidad en ninguna situación que afrontan; solo hablan cuando no les queda más remedio. Se limitan a observar con atención las acciones de los demás, como si su propósito fuera obtener una comprensión concienzuda y desentrañar a los que los rodean antes de hablar o actuar. Primero identifican al que puede ser su presa y convertirse en su ayudante, y quién es su “enemigo político”, del que deben protegerse. A veces no hablan ni se posicionan, permanecen en silencio, si bien meditan y calculan para sus adentros; estos individuos son astutos de corazón y rara vez se pronuncian. ¿Diríais que una persona así es bastante siniestra? Si no suele hablar, ¿cómo puedes discernirlo? ¿Es fácil de desentrañar? Es muy difícil. Los corazones de tales personas rebosan de filosofía satánica. ¿No es esto retorcido? Los anticristos creen que, si hablan demasiado, expresan de manera constante sus puntos de vista y comparten con los demás, todo el mundo los desentrañará; pensarán que al anticristo le falta profundidad, que solo es una persona corriente, y no lo respetarán. ¿Qué significa para un anticristo perder respeto? Supone la pérdida de su apreciado estatus en el corazón de los demás, quedar como mediocre, ignorante y ordinario. Esto es lo que los anticristos no esperan ver. Por tanto, cuando perciben que otros en la iglesia siempre se abren y admiten su negatividad, su rebeldía contra Dios, los errores que cometieron el día anterior o el insoportable dolor que sienten ese día al no ser honestos, los anticristos consideran a estas personas necias e ingenuas, dado que ellos nunca se admiten tales cosas a sí mismos y mantienen ocultos sus pensamientos. Hay quienes no suelen hablar porque su calibre es escaso, son ingenuos o carecen de pensamientos complejos, pero cuando los anticristos hablan poco no es por la misma razón; se trata de un problema de carácter. Rara vez hablan al encontrarse con otra gente y no expresan de buena gana sus opiniones acerca de cualquier asunto. ¿Por qué no? En primer lugar, porque no cabe duda de que carecen de la verdad y no pueden desentrañar las cosas. Si hablan, podrían cometer errores y quedar retratados. Temen que los menosprecien, así que fingen que son silenciosos y profundos, por lo que a los demás les resulta complicado evaluarlos, pues dan la impresión de ser sabios y distinguidos. Con esta fachada, nadie se arriesga a subestimar al anticristo y, al percibir su exterior en apariencia calmado y sereno, lo tienen incluso en mayor estima y no se atreven a menospreciarlo. Este es el aspecto retorcido y perverso de los anticristos. No expresan de buena gana sus opiniones porque la mayoría no coinciden con la verdad, sino que son meras nociones y figuraciones humanas que no son dignas de sacarse a colación. Así que permanecen en silencio. Por dentro esperan obtener algo de luz que puedan liberar para obtener admiración, pero ya que carecen de esta, se quedan callados y ocultos durante la enseñanza de la verdad, acechan en las sombras como un fantasma que espera su oportunidad. Cuando ven que otros hablan con luz, buscan maneras de hacerla suya y la expresan de otra manera a fin de presumir. Así de astutos son los anticristos. Hagan lo que hagan, se esfuerzan por destacar y ser superiores, ya que solo así se sienten complacidos. Si no se les presenta la oportunidad, primero pasan desapercibidos y se reservan sus opiniones. Esta es la astucia de los anticristos. Por ejemplo, cuando la casa de Dios publica un sermón, hay quienes dicen que parecen palabras de Dios, mientras que otros piensan que parece más bien una charla de lo Alto. Aquellos que son bastante cándidos dicen lo que piensan, pero los anticristos, aunque tengan una opinión al respecto, la mantienen oculta. Observan y están listos para seguir el punto de vista de la mayoría, pero en realidad ni ellos mismos son capaces de captarlo en profundidad. ¿Pueden estas personas tan escurridizas y astutas comprender la verdad o gozar de un discernimiento real? ¿Qué puede dilucidar alguien que no entiende la verdad? Nada. Hay gente que no puede dilucidar nada y, sin embargo, finge ser profunda; en realidad, carece de discernimiento y teme que los demás la desentrañen. La actitud correcta en tales situaciones es: “No podemos dilucidar este asunto. Como no lo conocemos, no hablemos a la ligera. Expresarse de manera incorrecta puede acarrear consecuencias negativas. Esperaré a ver qué dice lo Alto”. ¿Acaso no es eso hablar con honestidad? Es un lenguaje muy simple, no obstante, ¿por qué no lo dicen los anticristos? No quieren que los desentrañen, pues conocen sus propias limitaciones, pero en ello radica un despreciable propósito: que los admiren. ¿No es esto lo más repugnante? Una vez que ha hablado todo el mundo, al ver que la mayoría dice que son las palabras de Dios y unos pocos dicen que no, al anticristo también le parece que puede que el sermón no sean las palabras de Dios, pero no lo asegura de manera tajante. Afirma: “No puedo emitir un juicio apresurado respecto a este asunto, me uniré al de la mayoría”. No admiten su falta de perspicacia, sino que en cambio recurren a este enfoque de camuflar y ocultar, sin dejar de pensar que son muy sabios, que sus métodos son brillantes. Dos días después, cuando la casa de Dios anuncia que el sermón eran las palabras de Dios, el anticristo dice de inmediato: “¿Ves? ¿Qué te dije? Siempre supe que eran las palabras de dios, pero me preocupaba la debilidad de aquellos de vosotros que no las reconocisteis, así que no podía decirlo. Si hubiera asegurado que eran las palabras de dios, ¿acaso no os habría estado condenando? ¡Qué tristes os habríais puesto! ¿Podría haberme quedado tranquilo sabiendo lo débiles que sois? ¿Qué clase de líder sería entonces?”. ¡Vaya maestro del disfraz! Todo lo que dicen los anticristos esconde intenciones y objetivos; cada vez que abren la boca es para lucirse, para alardear de sus logros, buenas acciones y glorias pasadas. Solo hablan acerca de estas cosas. Aquellos que no son capaces de desentrañarlos los idolatran, mientras que aquellos que sí son capaces de hacerlo los consideran insidiosos y falsos hasta el extremo. El anticristo nunca admite sus defectos. Se vale del secretismo y los equívocos cuando habla, la mayoría de lo que dice son tonterías y no es capaz de desentrañar nada ni de entender ninguna verdad. Lo que es peor, finge comprender la verdad a pesar de que no la entiende en absoluto y quiere implicarse en todo, tomar decisiones y tener la última palabra en la totalidad de los asuntos, con lo que deja a todos a los que tiene alrededor sin derecho alguno a saber. ¿A qué situación acaba conduciendo esto? Todo el que coopera o hace un deber con ellos tiene la sensación de que si bien, a primera vista, parecen leales y dispuestos a pagar el precio, esto no es realmente así. Ni siquiera los que han permanecido cercanos al anticristo durante años pueden desentrañarlo ni saben de qué es capaz en realidad. La mayoría de la gente no es capaz de calarlo. Lo único que dice son falsedades y palabras vacías, ambiguas y engañosas. Quiere implicarse en todo y tomar todas las decisiones, pero una vez que se ha decidido, no se responsabiliza en absoluto de las posibles repercusiones y excusa su comportamiento con cualquier razón que se le ocurra. Tras tomar una decisión, deja que otros hagan el trabajo, mientras procede a interferir en otros asuntos. En lo que respecta a si se hace un seguimiento al asunto original, a si se implementa, a la efectividad de la ejecución, a si la mayoría de los demás cuentan con opiniones acerca del enfoque, a si perjudica los intereses de la casa de Dios o a si los hermanos y hermanas tienen discernimiento sobre ello, nada de eso le importa, se comporta como si no fuera asunto suyo ni tuviera nada que ver con él; no muestra el menor interés. ¿Qué es lo único que le interesa? Los asuntos en los que puede alardear y ganarse la admiración de los demás; nunca pierde una oportunidad de hacerlo. Lo único que hace en su trabajo es dar órdenes e implementar los preceptos. De lo único que es capaz es de participar en juegos de poder y de manipular a la gente, al tiempo que se muestra satisfecho de sí mismo y cree que ha cumplido con su trabajo. Es del todo inconsciente de las consecuencias de su forma de trabajar: perjudica al pueblo escogido de Dios, causa trastornos y perturbaciones en la obra de la iglesia. Impide el desarrollo de la voluntad de Dios y trata de fundar su propio reino independiente.

¿Qué implica principalmente este comportamiento de los anticristos de “ser arbitrario y dictatorial, no compartir nunca con los demás y obligarlos a obedecerlos”? Su carácter es perverso y cruel, poseen un deseo excepcionalmente fuerte de controlar a los demás que excede los límites de la racionalidad humana normal. Además, ¿cuál es su comprensión u opinión y actitud hacia el deber que cumplen? ¿En qué se diferencia de aquellos que cumplen su deber de manera auténtica? Estos últimos buscan principios en lo que hacen, es un requisito fundamental. Sin embargo, ¿cómo abordan los anticristos el deber que ejecutan? ¿Qué carácter y esencia se revelan mediante su cumplimiento del deber? Se colocan en una posición superior y condescendiente respecto a los que tienen por debajo. Una vez que se los elige para liderar, empiezan a verse como individuos de estatus e identidad. No aceptan su deber de parte de Dios. Al adquirir cierta posición, creen que su estatus es importante, su poder enorme y su identidad única, lo que les permite menospreciar a los demás desde su posición superior. A su vez, creen que pueden dictar órdenes y obrar a partir de sus propios pensamientos, y que ni siquiera han de mostrar reservas al hacerlo. Piensan que pueden valerse de la oportunidad de llevar a cabo el deber para satisfacer su ansia de autoridad, su deseo y ambición de regir y liderar a los demás mediante el poder. Se podría decir que les parece que al fin tienen la oportunidad de que no se desafíe su autoridad. Algunos aseguran: “Las manifestaciones de los anticristos son ser arbitrarios y dictatoriales y no compartir nunca con los demás. Aunque nuestro líder también tenga el carácter y las revelaciones de los anticristos, ¡comparte a menudo con nosotros!”. ¿Significa eso que no es un anticristo? Los anticristos fingen a veces. Después de una ronda de charlas con todo el mundo y de entender y captar el pensamiento general, identifican quién es afín a ellos y quién no, los catalogan. Para los asuntos venideros, solo se comunican con aquellos con los que se llevan bien y son compatibles. Los que no están en su misma sintonía permanecen ajenos a la mayoría de asuntos, e incluso puede que a esos los priven de libros de las palabras de Dios. ¿Habéis actuado alguna vez de esta manera, habéis sido arbitrarios y dictatoriales, sin compartir nunca con los demás? Lo de ser arbitrario y dictatorial es algo que ocurre, no cabe duda, pero la parte de no compartir con los demás no ha de suceder necesariamente, puede que a veces compartas. Sin embargo, tras compartir, las cosas siguen sucediendo como decías. Hay quien piensa: “A pesar de nuestra charla, en realidad ya había establecido un plan hace mucho. Compartir contigo es una mera formalidad, solo para hacerte saber que hay principios en lo que hago. ¿Crees que desconozco tu talla? Al final me tendrás que escuchar y tendrás que seguir mi camino”. De hecho, hace mucho que lo han decidido en su corazón. Creen: “Tengo un pico de oro y puedo retorcer cualquier discusión para tornarla a mi favor, nadie puede dejarme callado, así que, de manera natural, la tendencia es seguir mi estela”. Han hecho sus cálculos con muchísima antelación. ¿Existe esta clase de situación? Ser arbitrario y dictatorial no es un comportamiento que se revele de vez en cuando por accidente, sino que se halla bajo el control de cierto carácter. Puede que su manera de hablar y actuar no parezca arbitraria ni dictatorial, sin embargo, si nos fijamos en el carácter y la naturaleza de sus acciones, no cabe duda de que lo son. Experimentan formalidades y “escuchan” la opinión de otros, permiten que los demás hablen, los hacen ser conscientes de los detalles de la situación, discuten lo que requiere la palabra de Dios. Sin embargo, se sirven de cierta retórica o manera de expresarse para guiar a los demás a alcanzar un consenso con ellos. ¿Y cuál es el resultado final? Todo se desarrolla de acuerdo con su plan. Este es su aspecto insidioso, a esto también se le llama obligar a los demás a obedecerlos, es una especie de coacción “amable”. Piensan: “No escuchas, ¿verdad? No entiendes, ¿verdad? Deja que lo explique”. Al explicarlo, entretejen y enredan sus palabras hasta llevar a los demás hasta su lógica. Una vez que la ha guiado, la gente escucha y piensa. “Lo que afirmas es cierto, practicaremos como dices, ya no es necesario ser tan serio”, y el anticristo queda complacido. La mayoría de la gente no puede discernir sus palabras. ¿Tenéis vosotros discernimiento? ¿Qué deberíais hacer al enfrentaros a tales situaciones? Por ejemplo, al afrontar una cuestión, sientes que hay un problema, no puedes señalarlo con exactitud en ese momento, sin embargo, sientes que se te fuerza a obedecer. ¿Qué deberías hacer entonces? Buscar principios relevantes, buscar la guía de lo Alto o compartir con el individuo en cuestión. Además, aquellos que entiendan la verdad pueden discutir y compartir juntos sobre este asunto. A veces, la obra y la guía del Espíritu Santo te permitirán entender los problemas en las proposiciones o teorías que plantean los anticristos o aquellos que caminan por la senda de estos, así como sus motivos ocultos. Al compartir entre vosotros, puede que alcances a entender. Sin embargo, tal vez no compartas, sino que en cambio pienses: “Esto no es un gran problema, deja que haga lo que le plazca. Después de todo, no soy el principal responsable, no hace falta que me moleste con estos asuntos. Nadie me echará la culpa si algo va mal; va a ser cosa de él”. ¿Qué clase de comportamiento es este? Supone ser desleal en tu deber. ¿Acaso ser desleal en tu deber no es traicionar los intereses de la casa de Dios? ¡Es como Judas! Al enfrentarse a un poder opresivo, muchos acaban por ceder y seguirles el juego a aquellos que ostentan el poder, lo cual es una manifestación de deslealtad al deber. Ya te enfrentes a un anticristo o a alguien que actúe de manera imprudente y te obligue a obedecerlo, ¿a qué principios debes atenerte? ¿Qué senda deberías seguir? Si sientes que lo que estás haciendo no entra en conflicto ni se desvía de las palabras de Dios ni de los arreglos de la obra, has de mantenerte firme. Atenerte a la verdad es lo correcto y Dios lo aprueba, pero doblegarse y ceder ante Satanás, ante fuerzas perversas, ante personas malvadas, es un comportamiento de traidores, es una acción malvada que Dios odia y maldice. Cuando los anticristos se encuentran con alguien que les discute, a menudo dicen: “Tengo la última palabra en este asunto y debe hacerse a mi modo. Si algo sale mal, ¡asumiré la responsabilidad!”. ¿Qué carácter representa esta afirmación? ¿Puede alguien que habla y practica de esta manera tener humanidad normal? ¿Por qué obligan a otros a obedecerlos? ¿Por qué no buscan la verdad para resolver los problemas cuando aparecen? ¿Por qué no pueden determinar los principios de practicar la verdad? Esto prueba que carecen de verdad. ¿Podéis discernir qué problema hay en esta afirmación? Asegurar tales cosas basta para probar que poseen el carácter de un anticristo; este es el comportamiento de uno. Sin embargo, un anticristo más astuto, al temer que los demás lo disciernan, ha de decir algunas cosas con las que todo el mundo esté de acuerdo y que parezcan correctas para conseguir su objetivo de desorientar a las personas y lograr afianzarse. Luego, se planteará cómo controlar al pueblo escogido de Dios.

Las manifestaciones de que los anticristos son arbitrarios y dictatoriales han de ser numerosas, pues esta clase de comportamiento, carácter y calidad se puede observar en cualquier persona corrupta, ya no digamos en un anticristo. ¿Se te ocurren algunos ejemplos en los que fuiste arbitrario y dictatorial? Por ejemplo, si alguien te dice que te queda bien el pelo corto y respondes: “¿Qué tiene de lindo el pelo corto? Lo prefiero largo y haré lo que me venga en gana”, ¿es esto arbitrario y dictatorial? (No). Solo es una preferencia personal, una parte de la humanidad normal. Hay gente a la que le gusta llevar gafas aunque no sean miopes. Si alguien los juzga y dice: “Solo lo haces para ponerte guapo, ¡no te hacen falta gafas!” y ellos responden: “¿Y qué si es así? ¡Las voy a llevar de todas formas!”, ¿es esto arbitrario y dictatorial? No, es una preferencia personal, como mucho es ser obstinado y no tiene nada que ver con un problema de carácter; puede que dejen de llevar gafas al pasar unos días, si les apetece. Por consiguiente, ¿en qué consiste sobre todo ser arbitrario y dictatorial? Guarda relación primordialmente con la senda que uno toma, con su carácter y los principios y motivaciones detrás de sus acciones. Por ejemplo, al marido de un matrimonio le gustan los coches, la familia solo tiene 20.000 yuanes y el hombre pide prestado de donde puede para comprar sin necesidad un coche de 200.000 yuanes; la familia ya no puede permitirse comer y la esposa ni siquiera está enterada de esa adquisición, ¿es que el marido está siendo arbitrario y dictatorial? En efecto. Ser arbitrario y dictatorial significa no considerar los sentimientos, pensamientos, opiniones, actitudes o puntos de vista de otros, centrarse solo en uno mismo. Dicho de una manera simple, en la vida cotidiana significa satisfacer los propios placeres y deseos carnales, el propio egoísmo, y cuando implica el deber, se refiere a satisfacer la propia ambición y deseo de perseguir estatus y poder. Aquí va un ejemplo: La iglesia tenía una casa y era necesario construir una carretera al lado. La anchura apropiada de la carretera se debía determinar en función del tamaño de la casa y del patio, así como teniendo en cuenta tanto la estética como la funcionalidad. Ya que el terreno de la casa y el patio eran grandes, la carretera necesitaba al menos dos metros de ancho. La persona al cargo dijo: “He decidido que la haremos de un metro de ancho”. Otros opinaron: “Mucha gente viene y va a diario, a veces tenemos que cargar cosas, un metro no va a ser suficiente, es demasiado estrecho”. Sin embargo, el que estaba a cargo insistió en su propia opinión y no estaba dispuesto a discutirla. Una vez terminada la carretera, todo el mundo notó que era demasiado estrecha, no encajaba con la casa y el patio ni era práctica, hacía falta rehacerla, lo que supuso nuevos trabajos. Entonces todo el mundo se quejó sobre esta persona. De hecho, antes de que empezara la construcción de la carretera, algunos expusieron sus objeciones, pero esta persona estuvo en desacuerdo e insistió en su propia opinión, obligó a otros a llevarla a término según sus deseos, lo que condujo a tales consecuencias. ¿Por qué no podía aceptar las sugerencias de los demás? Si contaba con opiniones diferentes, ¿por qué no era capaz de considerar todos los aspectos ni de buscar el enfoque correcto? Si no había nadie con quien consultarlo, está bien tomar decisiones por cuenta propia, pero ahora que disponía de personas con las que hablarlo y tenía a su alcance sugerencias incluso mejores, ¿por qué fue incapaz de aceptarlas? ¿Qué clase de carácter es este? Existen al menos dos posibilidades: una es que la persona sea alguien desconsiderado, un atolondrado; la otra es que su carácter sea demasiado arrogante y sentencioso, que siempre le parezca que tiene razón, que sea incapaz de aceptar lo que dicen otros, por muy correcto que sea. Esto es tan arrogante que causa pérdida de razón. Una cuestión tan sencilla reveló su carácter. La arrogancia excesiva lleva a pérdida de racionalidad. ¿Qué significa carecer de racionalidad? ¿Qué cosas carecen de ella? Las bestias. Si una persona carece de racionalidad, no es diferente a una bestia; su mente carece de capacidad de juzgar y de racionalidad. Si alguien se vuelve tan arrogante que pierde la razón y carece de racionalidad, ¿acaso no se asemeja a las bestias? (Sí). Eso es lo que es, sencillamente. Carecer de racionalidad humana implica no ser humano. ¿Poseen tal racionalidad los anticristos? (No). Está, si cabe, menos presente en los anticristos, son peores que las bestias, son diablos. Igual que cuando Dios le preguntó a Satanás: “¿De dónde vienes?”. La pregunta de Dios era en realidad bastante clara, ¿qué mensaje transmitía? (Le estaba preguntando a Satanás de dónde venía). Lo obvio es que esta frase es interrogativa, una pregunta en la que el pronombre con el que se refiere a “Satanás” es “tú”: “¿De dónde vienes tú?”. La gramática es adecuada y la pregunta de Dios es fácil de entender. ¿Cómo respondió Satanás? (“De recorrer la tierra y de andar por ella” [Job 1:7]). Esta es la famosa cita de Satanás. ¿Muestra algo de racionalidad la respuesta de Satanás? (No). Carece de racionalidad. Cuando Dios le volvió a preguntar de dónde venía, repitió la misma respuesta, como si no fuera capaz de entender las palabras de Dios. ¿Puede la gente entender lo que dijo Satanás? ¿Tiene algo de racionalidad su discurso? (No). Carece de racionalidad, ¿puede entender la verdad entonces? Respondió de ese modo incluso a una pregunta tan simple de Dios; es menos capaz si cabe de comprender las verdades que Él dice. Se puede afirmar que los anticristos también carecen de racionalidad; aquellos que son retorcidos, los que no pueden entender las palabras de Dios ni la verdad, son todos irracionales. Por mucho que hables sobre practicar la verdad, obrar de acuerdo con los principios y buscarlos y compartirlos con los demás mientras llevas a cabo el propio deber —cosa que ellos dicen entender y conocer—, cuando es el momento de actuar, no se toman a pecho tus palabras y hacen lo que les viene en gana. ¡Esta es una naturaleza demoniaca! Aquellos que la poseen no entienden la verdad y carecen de racionalidad. ¿Cuál es su aspecto más irracional y desvergonzado? Dios ha creado a los seres humanos y Él elige a las personas y las lleva ante Él; ¿con qué propósito? Para que le presten atención y entiendan las palabras de Dios, caminar por la senda correcta en la vida como ordena Dios y, en definitiva, para ser capaces de distinguir el bien del mal, lo positivo de lo negativo. Esto es lo que pretende Dios; de este modo, aquellos que lo siguen se vuelven cada vez mejores. ¿Y hasta qué punto son irracionales los anticristos? Piensan: “Dios, llevas a la gente ante ti, así que yo haré lo mismo. Tú puedes elegir a las personas e instrumentarlas y regirlas, así que yo haré lo mismo. Puedes hacer que la gente se someta y te escuche, das órdenes directas y hacen lo que les dices, así que yo haré lo mismo”. ¿No es esto irracional? (Sí). ¿Acaso ser irracional no significa que no tienen sentido de la vergüenza? (Sí). ¿Son tuyas las personas? ¿Deberían seguirte? ¿Por qué deberían escucharte? No eres más que uno de los diminutos seres creados, ¿cómo podrías aspirar a estar por encima de todas las cosas? ¿No es esto irracional? (Sí).

Hay quienes cuentan con la fortuna de que los elijan líderes en la iglesia, pero en realidad no dan la talla ni en su calibre ni en su estatura. Ser líder es un gran honor que proporciona Dios, aunque ellos no lo perciban de ese modo. En cambio, piensan: “Como líder, soy mejor y más elevado que los demás; ya no soy una persona corriente. Mientras que vosotros debéis postraros ante dios y adorarlo con obediencia, yo no he de hacerlo porque soy diferente; vosotros sois seres creados, yo no”. ¿Qué eres entonces? ¿Acaso no eres también de carne y hueso? ¿En qué eres diferente al resto? La diferencia radica en tu desvergüenza; careces de sentido del honor y de racionalidad, no se te puede comparar siquiera con un perro. Tu comportamiento es arbitrario y dictatorial, ignoras cualquier consejo que te dan; esa es la diferencia. Por escaso que sea su calibre o baja que sea su eficiencia a la hora de hacer algo, siguen pensando que se hallan por encima de la media, creen tener capacidad y talento. Así pues, no consultan con nadie para alcanzar un consenso, hagan lo que hagan, creen estar cualificados o tener la competencia absoluta para controlarlo todo. ¿Acaso no lleva esta arrogancia a perder la razón? ¿No es una desvergüenza descarada? (Sí). Antes de convertirse en líderes, su comportamiento se caracterizaba por llevar el rabo entre las piernas; creían tener talento y capacidad, y albergaban cierta ambición en sus actos, pero simplemente les faltaban oportunidades. Cuando se convirtieron en líderes, se apartaron de los hermanos y hermanas y adoptaron una posición superior. Empezaron a actuar acorde a esa posición, a quedar retratados; comenzaron a pensar que podían lograr grandes cosas, creían: “La casa de Dios escogió a la persona adecuada; sin duda tengo talento, al final el patito se acaba convirtiendo en cisne. Mírame ahora, dios me ha reconocido, ¿verdad?”. ¿No es esto repugnante? (Sí). Solo eres uno más entre los seres creados corrientes; por muy grandes que sean tus dones o talentos, tu carácter corrupto es el mismo que el de cualquiera. Si te crees extraordinario en tu singularidad y te consideras superior, si quieres elevarte entre todos los demás y ser mejor en todo, estás equivocado. Debido a este concepto erróneo, te comportas de manera arbitraria y dictatorial, sin compartir ni consultar con nadie, e incluso deseas aprovecharte de la obediencia y respeto que otros te tienen, cosa que está mal. ¿Dónde radica el error? (En adoptar la posición equivocada). ¿Por qué los anticristos se colocan siempre en la posición equivocada? Una cosa es cierta y puede que no os hayáis dado cuenta: al compararlos con los demás, en su humanidad hay algo adicional, siempre tienen una especie de concepto erróneo. ¿Cómo surge este? No lo proporciona Dios, sino Satanás. Todo lo que hacen, todo lo que revelan y expresan, no es un instinto dentro de los límites normales de la humanidad, sino que viene impulsado por un poder externo. ¿Por qué se dice que sus acciones son retorcidas y sus ambiciones y deseos incontrolables? Su deseo de controlar a las personas ha excedido los límites. ¿Qué significa exceder los límites? Recurrir a cualquier método, rebasar la racionalidad y el sentido de la vergüenza; es irreprimible, como un resorte: puede que se quede temporalmente quieto si lo presionas, pero en cuanto lo sueltas, vuelve a saltar. ¿Acaso no es eso estar consumido por el deseo y que te mueva la obsesión? No se trata en absoluto de una exageración.

Allá donde los anticristos ostenten el poder en la iglesia, a ese lugar no se le puede seguir llamando iglesia. Aquellos que lo han experimentado deben saberlo. No existe una atmósfera de tranquilidad, alegría y edificación colectiva, sino más bien una turbulenta discordia. Todo el mundo se siente particularmente inquieto e intranquilo, incapaz de sentir paz en el corazón, como si algún gran desastre estuviera a punto de suceder. Las palabras y acciones de los anticristos crean una atmósfera en la que los corazones de las personas se nublan y pierden la capacidad de discernir las cosas positivas de las negativas. Además, que los anticristos las hayan desorientado desde hace tanto tiempo aleja los corazones de las personas de Dios, lo que conduce a relaciones anormales con Él, tal como sucede con las personas religiosas que creen en Dios de manera nominal, si bien no guardan ningún lugar para Él en su corazón. Existe también un problema real y es que cuando los anticristos ostentan el poder, esto causa división y caos dentro de la iglesia. Aquellos que aman la verdad no sienten placer ni liberación en las reuniones y por eso quieren dejar la iglesia para creer en Dios en casa. Cuando el Espíritu Santo actúa en una iglesia, más allá de que la gente entienda o no la verdad, todos unen sus corazones y aúnan esfuerzos para crear una atmósfera más pacífica y estable, libre de agitaciones. Sin embargo, cuando obran los anticristos, generan una atmósfera inquieta y estremecedora. Su intromisión conduce a la aparición de facciones, la gente se pone a la defensiva, se juzga, se ataca y se socava mutuamente por la espalda. ¿Qué evidente papel desempeñan los anticristos? Son los secuaces de Satanás. Las consecuencias de las acciones de los anticristos son, en primer lugar, el juicio mutuo, la sospecha y la cautela entre los hermanos y hermanas; en segundo lugar, la disolución de los límites entre hombres y mujeres, lo que conduce poco a poco a interacciones inapropiadas; y en tercer lugar, a la gente le entra confusión en el corazón respecto a las visiones y dejan de centrarse en la práctica de la verdad. Ya no saben cómo actuar de acuerdo con los principios-verdad. Pierden la poca comprensión que tenían acerca de las doctrinas, se les nubla la mente y siguen ciegamente a los anticristos, solo se centran en correr de un lado a otro llevando a cabo tareas superficiales. A algunos les puede parecer que seguir a los anticristos no los lleva a ninguna parte; solo con que aquellos que persiguen la verdad pudieran reunirse para desempeñar juntos su deber, ¡eso supondría una gran alegría! Una vez que los anticristos ostentan el poder en la iglesia, el Espíritu Santo para de obrar y la oscuridad recae sobre los hermanos y hermanas. Creer en Dios y realizar deberes se vuelve anodino. Si esto se alarga durante un tiempo, ¿acaso no descartará Dios a la mayoría de hermanos y hermanas?

Por un lado, hoy hemos diseccionado las manifestaciones del comportamiento arbitrario y dictatorial de los anticristos. Por otro, al diseccionar estas manifestaciones, a todo el mundo le ha quedado claro que, incluso si no eres un anticristo, tener tales manifestaciones te vincula con las cualidades de estos. ¿Comportarse de manera arbitraria y dictatorial es una manifestación de humanidad normal? En absoluto. Está claro que es una muestra de carácter corrupto. Da igual lo alto que sea tu estatus o cuántos deberes puedas desempeñar, si eres capaz de aprender a compartir con otros, estás defendiendo los principios de la verdad, lo cual es una exigencia básica. ¿Por qué se dice que aprender a compartir con otros equivale a defender los principios? Si puedes aprender a compartir, eso demuestra que no tratas tu estatus como una manera de ganarte la vida ni te lo tomas demasiado en serio. Por alto que sea tu estatus, estás cumpliendo tu deber. Actúas para desempeñar tu deber, no por estatus. A su vez, si cuando te topas con problemas puedes aprender a compartir y, ya sea con hermanos y hermanas corrientes o con aquellos que colaboras, eres capaz de buscar y compartir con ellos, ¿qué prueba eso? Demuestra que tienes la actitud de buscar y someterte a la verdad, lo que refleja en primer lugar tu actitud hacia Dios y la verdad. Asimismo, ejecutar tu deber es tu responsabilidad y buscar la verdad en tu trabajo es la senda que debes seguir. En cuanto a cómo responden otros a tus decisiones, si pueden someterse o cómo lo hacen, eso es asunto de ellos. Sin embargo, que puedas cumplir de manera adecuada con tu deber y satisfacer los estándares es cosa tuya. Debes entender los principios de cumplir deber; no se trata de someterse a un individuo cualquiera, sino a los principios-verdad. Si te parece que entiendes los principios-verdad y al compartir con todo el mundo llegas a un consenso que ellos convienen que es adecuado, pero hay unos pocos que son recalcitrantes y quieren causar problemas, ¿qué se debe hacer en tal situación? En este caso, la minoría debería seguir a la mayoría. Si la mayoría ha alcanzado un consenso, ¿por qué vienen a causar problemas? ¿Tratan de causar destrucción a propósito? Pueden expresar sus opiniones para que todos las disciernan, y si todo el mundo asegura que dichas opiniones no se conforman a los principios ni se sostienen, deberían abandonar sus puntos de vista y dejar de aferrarse a ellos. ¿Qué principio se emplea para lidiar con este asunto? Uno debería defender lo correcto y no obligar a nadie a obedecer lo que está mal. ¿Entendido? En realidad, antes de que los anticristos exhiban este comportamiento y práctica de ser arbitrarios y dictatoriales, ya tienen sus propios planes en mente. No cabe duda de que ser arbitrario y dictatorial no se refiere a hacer lo correcto ni a practicar la verdad. En realidad, consiste en hacer lo que está mal y lo que vulnera la verdad, en seguir la senda equivocada y tomar decisiones erróneas mientras sigues esperando que otros las tengan en cuenta. A esto se le llama ser arbitrario y dictatorial. Si algo es correcto y se conforma a la verdad, hay que atenerse a ello. Eso no es ser arbitrario y dictatorial, sino atenerse a los principios. Se debería hacer una distinción entre ambos conceptos. ¿A qué se hace referencia primordialmente al decir que los anticristos son arbitrarios y dictatoriales? (A que hacen cosas que no concuerdan con los principios ni con la verdad y siguen obligando a los demás a que los sigan). Cierto, da igual qué situación surja o de qué problema se ocupen, no buscan los principios-verdad sino que toman decisiones en función de sus propias nociones y figuraciones. Saben de corazón que hacerlo va en contra de los principios, pero siguen queriendo que otros los escuchen y se sometan. Este es el enfoque sistemático de los anticristos.

Alguna gente llevó La Palabra manifestada en carne a los círculos religiosos cuando comenzó por primera vez la obra de difusión del evangelio, con la intención de predicarlo. Tras leer las palabras de Dios que revelaban misterios, hablaban de visiones y debatían acerca de la entrada en la vida, toda la gente religiosa aseguró que estaban bastante bien. Sin embargo, les parecía que algunas palabras de juicio y que dejaban en evidencia a las personas estaban expresadas de manera demasiado brusca. Les daba la sensación de que los estaban regañando y eran incapaces de aceptarlo, decían: “¿Puede dios regañar a las personas con sus palabras? En el mejor de los casos, esto lo ha escrito una persona sabia”. El responsable de difundir el evangelio aseguró contar con una solución. Acto seguido, alteró todas las partes de las palabras de Dios que no concordaban con las nociones, figuraciones y gustos de la gente, así como aquellas palabras que temía que pudieran provocar que la gente desarrollara nociones después de leerlas. Por ejemplo, se borraron todas las palabras que usaba Dios para poner en evidencia la naturaleza humana, como “ramera”, “prostituta” y “canalla”, además de frases como “expulsar al infierno” y “arrojar al lago de fuego y azufre”. En resumen, cualquier palabra que pudiera dar lugar a nociones o malentendidos con facilidad se eliminó por completo. Decidme, después de eliminar estas palabras de juicio, condena y maldición de las palabras de Dios, ¿siguen siendo Sus palabras originales? (No). ¿Siguen siendo las que Él expresó en Su obra de juicio? Este “anciano caballero” no lo consultó con nadie y borró muchas palabras de Dios que eran especialmente duras acerca del refinamiento y de desenmascarar a aquellos con actitudes corruptas, en particular las relativas al momento de la prueba de los servidores. Luego, cuando la gente religiosa leyó la versión modificada, dijo: “No está mal, podemos creer en un dios así”, y lo aceptaron. Este anciano caballero pensó para sí: “¡Qué listo soy! No es prudente que las palabras de dios sean tan duras. A esa gente hay que engatusarla, ¿cómo has podido tú decir cosas que pudieran confundirse con regañar? ¡Es una imprudencia! He realizado algunos cambios y mira lo que ha sucedido. Hasta los pastores religiosos están dispuestos a creer y cada vez más gente lo acepta. ¿Qué te parece? ¿Acaso no soy sabio? ¿Acaso no soy inteligente? ¿No resulta bastante impresionante?”. Los resultados de sus cambios provocaron que se mostrara excesivamente orgulloso de sí mismo. Sin embargo, algunas personas religiosas que entraron en la iglesia se dieron cuenta de que las palabras de Dios que habían leído estaban alteradas y diferían de los textos originales de la iglesia, así que se planteó el problema. Más tarde se descubrió que este anciano caballero había cambiado el contenido de las palabras de Dios. ¿Qué pensáis de lo que hizo? No mencionemos nada más y solo digamos lo siguiente: esas palabras no eran tuyas, no tenías derecho a cambiarlas. Aunque se tratara de un artículo o un libro escrito por un humano, si quieres hacer cambios, primero tienes que obtener permiso del autor original. Si está de acuerdo, puedes hacerlo. Si no, en ningún caso puedes alterar siquiera una coma. Eso es respetar al autor y a los lectores. Si al autor le falta energía para hacer modificaciones y te autoriza, te dice que puedes cambiar cualquier cosa mientras sea fiel al significado original y logre el efecto deseado, ¿puedes entonces hacer cambios? (Sí). Si el autor te ha dado su consentimiento o autorización, se pueden hacer cambios. ¿Cómo se le llama a esta clase de comportamiento? Es justificado, legítimo y adecuado, ¿verdad? No obstante, ¿y si el autor no ha estado de acuerdo y lo cambias sin su autorización? ¿Cómo se le llama a eso? (Ser imprudente y obstinado). Así es, ser imprudente y obstinado, y arbitrario y dictatorial. ¿Qué cambió este anciano caballero? (Las palabras de Dios). Las palabras originales de Dios que expresan Su estado de ánimo, Su carácter e intenciones hacia la humanidad. Las palabras de Dios tienen sentido de la manera en que están expresadas. ¿Conoces la emotividad, el propósito y el efecto deseado tras cada palabra que dice Dios? Si no eres capaz de comprenderlos, ¿por qué hacer cambios a ciegas? Cada frase que dice Dios, la elección de palabras, el tono y la atmósfera, la emotividad y las emociones que hacen sentir a la gente, están todos formulados y considerados con esmero. Dios es previsor y sabio. ¿Qué pensaba este anciano caballero? Consideraba imprudente la manera de hablar de Dios. Así contemplaba la obra de Dios. Creía: “A aquellos en la religión que solo deseen llenarse la barriga hay que engatusarlos y tratarlos con amor y misericordia. Las palabras no pueden ser tan bruscas. Si son demasiado bruscas, ¿cómo es posible difundir el evangelio? ¿Aún se puede?”. ¿Acaso Dios no es consciente de eso? (Sí). Dios lo sabe muy bien. Entonces, ¿por qué sigue hablando de tal modo? Es Su carácter. ¿Cuál es el carácter de Dios? Hablar a Su manera, creas en Él o no. Si crees, eres una de las ovejas de Dios; si no, eres un lobo. ¿Basta con que las palabras de Dios te desenmascaren y te regañen un poco para que te niegues a reconocer que eres creyente en Dios? ¿Es que ya no eres un ser creado por Él? ¿Ha dejado Dios de ser Dios? Si puedes negar a Dios por esto, entonces eres una persona malvada, un diablo. Él no salva a tales personas, así que la iglesia no debería aceptarlas de manera forzosa ni coaccionada. Hay quienes dicen: “Aunque Dios me regañe, lo acepto de buen grado. Si Él es Dios, puede salvarme. Si me ataca, me lo merezco. Si me llama persona atolondrada, entonces eso es lo que soy e incluso soy más atolondrado aún; si me llama ramera, aunque parezca que no he hecho lo que hace una ramera, como lo dice Dios, lo reconozco y lo acepto”. Sus creencias, su reconocimiento y su aceptación son de lo más simples y poseen un corazón temeroso de Dios de lo más sencillo. Él quiere ganarse a tales personas. Algunos encuentran las palabras de Dios demasiado bruscas y punzantes, les parece que no recibirán bendiciones, así que no quieren seguir creyendo. Piensan: “Aunque seas dios, no voy a creer en ti. Si hablas así, no voy a seguirte”. ¡Lárgate pues! Si ni siquiera reconoces a Dios, ¿cómo va a reconocerte Él a ti como Su ser creado? ¡Eso es imposible! Aquí están las palabras de Dios, es decisión tuya creerlas o no. Si no crees, vete a paseo. Tú te lo pierdes. Si crees, habrá un atisbo de esperanza de salvación. ¿No es lo justo? (Sí). Sin embargo, ¿pensaba este anciano caballero de esa manera? ¿Era capaz de dilucidar los pensamientos de Dios? (No). ¿Acaso no era un necio? Aquellos que carecen de comprensión espiritual cometen ese tipo de estupideces. Consideraba que Dios era muy simple e insignificante, creía que los pensamientos de Dios no eran tan superiores a los de los humanos. A menudo aseguraba que los pensamientos de Dios eran muy superiores a los del hombre, predicaba estas grandes doctrinas en tiempos ordinarios, pero cuando de verdad se enfrentó a una situación, arrojó estas palabras a un rincón de su mente, no le parecieron algo que Dios fuera capaz de decir. No reconocía en su corazón estas palabras de Dios, así que simplemente no las podía aceptar. Justo cuando el evangelio se estaba difundiendo, aprovechó la oportunidad para cambiar las palabras de Dios, incluso con el pretexto de “difundir el evangelio de manera efectiva y ganar a más personas”. ¿Cómo acabé calificando su comportamiento? Era una manipulación de las palabras de Dios. ¿Qué significa manipular? Significa añadir, sustraer o alterar de manera arbitraria el significado original, cambiar el significado pretendido por el autor, ignorar sus intenciones iniciales y su propósito al hablar, y luego alterarlo de manera aleatoria. A esto se le llama manipular. ¿Tenía un corazón temeroso de Dios? (No). ¡Qué audacia! ¿Haría esto un humano? (No). Es obra de un diablo, no de un humano. Ni siquiera puedes alterar de manera casual las palabras de una persona corriente; debes respetar la opinión del autor. Si quieres hacer cambios, has de notificarlo por adelantado y conseguir su consentimiento, y solo después de recibir su permiso puedes realizar modificaciones acordes con el significado original. A esto se le llama respeto. En cuanto a Dios, ¡se requiere mucho más que solo respeto! Si una simple frase de las palabras de Dios se imprime de manera incorrecta, si le falta siquiera un único artículo gramatical, has de preguntar si es aceptable. Si no, tienes que volver a imprimir la página. Esto requiere de una actitud seria y responsable; a esto se le llama tener un corazón temeroso de Dios. ¿Era así el del anciano caballero? (No). No tenía un corazón temeroso de Dios. Consideraba a Dios por debajo de él, era sumamente audaz. A una persona así hay que expulsarla.

Hace poco ocurrió un incidente similar. Hubo quienes volvieron a servirse de la excusa de difundir el evangelio y convertir a más personas como razón para alterar de manera imprudente las palabras de Dios. Esta vez fue algo mejor que la anterior. En el ejemplo previo, se hizo de manera arbitraria y dictatorial, sin compartirlo con nadie, se actuó de manera aleatoria y sin miramientos para manipular las palabras de Dios. Esta vez le preguntaron primero a lo Alto, dijeron: “La gente de cierto grupo étnico no puede aceptar algunos términos de las palabras de dios. Se nos ha ocurrido una estrategia para eliminar o cambiar esos términos y las partes de los dichos o pasajes en las palabras de dios que no pueden aceptar, para luego predicarles una versión de sus palabras hecha a medida. ¿Acaso así no creerían en ellas?”. Fíjate en esto, son realmente audaces. ¿Qué clase de comportamiento es este? Si se las trata con indulgencia, se puede considerar que esas personas son simplemente necias e ignorantes y demasiado jóvenes. Se les podría decir que no lo volvieran a hacer y se acabó. Sin embargo, si juzgamos la naturaleza de lo que hicieron, estaban alterando de forma despreocupada las palabras de Dios para complacer a Satanás. ¿Cómo se le llama a esto? Es el comportamiento de Judas, de los traidores y los rebeldes, es vender al Señor a cambio de gloria. Manipularon las palabras de Dios, las hicieron digeribles y gratas para las personas, a fin de complacerlas y lograr que aceptaran el evangelio; ¿a qué equivale esto? Aunque ni una persona del mundo creyera, ¿dejarían las palabras de Dios de ser tales? ¿Cambia la naturaleza de las palabras de Dios? (No). ¿Acaso solo son la verdad si las aceptan y si no, es que no lo son? ¿Puede la naturaleza de las palabras de Dios cambiar por este motivo? En absoluto. La verdad es la verdad, ¡si no la aceptas, pereces! Algunas personas que difunden el evangelio piensan: “¡Qué lástima da que no acepten! Son un pueblo grande y noble. Dios los ama mucho y les muestra gran misericordia, ¿cómo es que no podemos mostrarles algo de amor? Cambiemos las palabras de dios para que las puedan aceptar. Qué maravillosa es esa gente y qué bueno y misericordioso es dios con ellos. ¡Hemos de ser considerados con las intenciones de dios!”. ¿No es esto una pose? (Sí). Otro impostor, ¡aquellos que no entienden la verdad solo pueden hacer necedades! Ya se ha dicho que se ocuparon de alguien que manipuló las palabras de Dios y se le expulsó, ahora hay gente que quiere volver a hacerlo. ¿Qué intentan conseguir? ¿No es eso traicionar al Señor a cambio de gloria? (Sí). Así es, para complacer a Satanás. ¿Acaso no son prácticas las palabras de Dios? ¿No se pueden exponer abiertamente? ¿Es que no las reconoces como la verdad? Si no es así, ¿por qué sigues creyendo? Si no puedes aceptar la verdad, ¿qué sentido tiene creer en Dios? Así es imposible lograr la salvación. Da igual cómo hable Dios, sean cuales sean las palabras que emplee que no concuerdan con tus nociones, sigue siendo Dios y Su esencia no cambia. Da igual lo agradable que sea tu discurso, da igual lo que hagas, lo amable, benevolente o amoroso que creas ser, sigues siendo humano, un humano corrupto. Te niegas a reconocer las palabras de Dios como la verdad e intentas alterarlas para complacer a Satanás. ¿Qué clase de comportamiento es este? ¡Es despreciable! Pensé que después de las charlas anteriores sobre la naturaleza de manipular las palabras de Dios, no volvería a surgir un problema así en la difusión del evangelio en este momento. Sin embargo, aunque resulte increíble, todavía hay gente que se atreve a manipular y a rondar esas ideas. ¿Cuál es su actitud hacia las palabras de Dios? (Irreverencia). ¡Son sumamente imprudentes! En su corazón, las palabras de Dios son ligeras como plumas, no tienen ninguna repercusión. Piensan: “Las palabras de Dios se pueden expresar de cualquier manera. Puedo cambiar sus palabras como me plazca. Es mejor hacer que coincidan con las nociones y gustos humanos. ¡Así deberían ser las palabras de dios!”. A aquellos que hacen cosas como manipular las palabras de Dios se los puede catalogar como anticristos. Se comportan de manera imprudente e irreflexiva, manipulan a su antojo, son arbitrarios y dictatoriales, y comparten el mismo carácter y calidad que otros anticristos. Y existe otro aspecto: ¿cuál es su primer pensamiento y su primera acción cuando se enfrentan al peligro o cuando sus propios intereses se ven perjudicados? ¿Qué eligen? Traicionar los intereses de Dios y los de Su casa para protegerse a sí mismos. Aquellos que manipulan las palabras de Dios, ¿lo hacen para difundir de manera eficaz el evangelio? ¿Cuál es el motivo oculto detrás de esta supuesta eficacia? Quieren lucir sus talentos y capacidades, dejar que la gente vea: “¡Mira qué competente soy! ¿Ves lo eficazmente que se difunde el evangelio después de mis cambios? No contáis con las mismas habilidades, no os atreveríais siquiera a pensar de ese modo. ¿Os habéis fijado en los resultados que he obtenido gracias a mi pensamiento y mis acciones?”. Esta gente ignora las palabras de Dios y las manipula para satisfacer su propia ambición y deseo de buscar fama y estatus. ¿No es ese el talante de un anticristo? Catalogarlos de anticristos no es injusto en absoluto.

¿Cuál es otra manifestación de lo arbitrario y dictatorial de los anticristos? Nunca comparten la verdad con los hermanos y hermanas ni resuelven los problemas reales de las personas. En cambio, predican meras palabras y doctrinas para dar lecciones a la gente e incluso la obligan a obedecerlos. ¿Qué hay de su actitud y de su enfoque hacia lo Alto y hacia Dios? No es más que engaño y duplicidad. Al margen de las cuestiones en la iglesia, nunca denuncian nada a lo Alto. Hagan lo que hagan, tampoco le hacen nunca preguntas. Pareciera que no tienen ningún problema que requiera de la enseñanza y guía de lo Alto; todo lo que hacen es furtivo y secreto, a escondidas. A esto se le llama manipulación encubierta, desean tener la última palabra y ser los que toman las decisiones. Sin embargo, a veces también se camuflan, sacan a relucir asuntos triviales acerca de los que preguntarle a lo Alto, se hacen pasar por alguien que persigue la verdad y hacen creer erróneamente a lo Alto que buscan la verdad en todo con la máxima meticulosidad. En realidad, nunca buscan guía acerca de un asunto significativo, sus decisiones las toman de manera unilateral y mantienen a lo Alto al margen. Si surge cualquier problema, es incluso menos probable que lo denuncien, temen que pueda afectar a su poder, estatus o reputación. Los anticristos se comportan de manera arbitraria y dictatorial, nunca comparten con otros y los obligan a obedecerlos. En palabras sencillas, las manifestaciones principales de este comportamiento son dedicarse a la gestión personal; cultivan su influencia, su camarilla personal y sus conexiones; buscan sus propios proyectos y luego hacen lo que les viene en gana, lo que les beneficia, y obran sin transparencia. El deseo y el anhelo que tienen los anticristos de que los demás se sometan a ellos es especialmente fuerte. Esperan que la gente los obedezca igual que un cazador que obliga a su sabueso a acatar sus órdenes, no permiten ningún discernimiento entre lo correcto y lo incorrecto e insisten en el absoluto cumplimiento y sumisión.

Otra manifestación de lo arbitrario y dictatorial de los anticristos se puede observar en la siguiente situación. Por ejemplo, si el líder de cierta iglesia es un anticristo y los líderes y obreros de nivel superior pretenden hacer averiguaciones e intervenir en la obra de la iglesia, ¿estaría de acuerdo este anticristo? En absoluto. ¿Hasta qué punto controla la iglesia? Como una fortaleza impenetrable de la que no entra ni sale nada en absoluto, no permite que nadie se involucre ni pregunte. Cuando se entera de que los líderes y obreros vienen a indagar sobre la obra, les dice a los hermanos y hermanas: “No sé qué intención tienen estas personas al venir. No entienden la situación actual de nuestra iglesia. Si interfieren, podrían perturbar nuestra obra”. Así es como desorienta a los hermanos y hermanas. Una vez que llegan los líderes y obreros, se busca diversas razones y excusas para impedir a los hermanos y hermanas entablar contacto con ellos, al tiempo que entretiene de manera hipócrita a los líderes y obreros, los mantiene recluidos en un lugar con el pretexto de garantizar su seguridad, cuando en realidad es para impedir que conozcan a los hermanos y hermanas, y se enteren por ellos de la situación. Cuando los líderes y obreros preguntan por la situación de la obra, el anticristo los engaña presentando una imagen falsa; engaña a aquellos por encima y les esconde la verdad a aquellos por debajo, adorna sus afirmaciones y exagera la efectividad de la obra para embaucarlos. Cuando los líderes y obreros sugieren reunirse con los hermanos y hermanas de la iglesia, responde: “¡No he organizado nada! No me informasteis antes de venir. Si lo hubierais hecho, habría organizado que acudieran algunos de los hermanos y hermanas para conoceros. Sin embargo, dada la hostilidad del entorno actual, por razones de seguridad, es mejor que no os reunáis con ellos”. Aunque estas palabras suenan razonables, alguien con discernimiento puede detectar el problema: “No quiere que los líderes y obreros se reúnan con los hermanos y hermanas porque teme que se le desenmascare, teme que se revelen los defectos y las desviaciones en su trabajo”. El anticristo controla con firmeza a los hermanos y hermanas de la iglesia. Si los líderes y obreros no son responsables, es fácil que el anticristo los engañe y embauque. Así pues, no se enterarían de la situación real de los hermanos y hermanas de la iglesia, de aquellas dificultades suyas que siguen sin resolverse, no sabrían si las charlas y sermones de lo Alto y los libros de las palabras de Dios se entregan a tiempo a los hermanos y hermanas, cómo progresan los diversos proyectos de obra de la iglesia y si existen desviaciones o problemas. Los hermanos y hermanas no son tampoco conscientes de ningún nuevo arreglo de la obra en la casa de Dios. Así, los anticristos controlan por completo la iglesia, monopolizan el poder y tienen la última palabra en los asuntos. Los hermanos y hermanas de la iglesia no tienen la oportunidad de contactar con los líderes y obreros de los niveles superiores y, al no conocer la verdad de los hechos, el anticristo los desorienta y controla. Estos líderes y obreros de la inspección carecen de discernimiento, diga lo que diga el anticristo, siguen pensando que el anticristo hace un buen trabajo y depositan en él toda su confianza. Eso es equiparable a confiarle al anticristo el cuidado del pueblo escogido de Dios. Si durante el engaño del anticristo, los líderes y obreros son incapaces de discernir, son unos irresponsables y no saben cómo lidiar con ello, ¿acaso no obstaculiza esto la obra de la iglesia y perjudica al pueblo escogido de Dios? ¿Es que no son falsos estos líderes y obreros? Deben intervenir y hacer indagaciones cuando se trata de una iglesia controlada por un anticristo, así como lidiar enseguida con este y deshacerse de él; de eso no cabe duda. Si hay falsos líderes que no hacen obra real e ignoran que el anticristo desorienta al pueblo escogido de Dios, Su pueblo escogido debería dejar en evidencia a esos falsos líderes y obreros, denunciarlos, retirarlos de sus puestos y sustituirlos por buenos líderes. Esta es la única manera de resolver de manera concienzuda el problema de que los anticristos desorienten a las personas. Alguien podría decir: “Es posible que el calibre de tales líderes y obreros fuera escaso y carecieran de discernimiento, motivo por el cual no lograron lidiar ni resolver el problema del anticristo. No lo hacen de manera intencionada, ¿no se les debería dar otra oportunidad?”. A unos líderes tan atolondrados no se les deben dar más oportunidades. Si se les concede otra, no harán más que continuar perjudicando al pueblo escogido de Dios. Esto es porque no son personas que persigan la verdad; carecen de conciencia y razón, y no cuentan con principios en sus acciones, ¡son gente despreciable a la que habría que descartar! En los últimos dos años, algunos hermanos y hermanas de ciertas iglesias se han unido para despedir, sustituir y descartar a tales falsos líderes y anticristos que no hacen un trabajo real. ¿Acaso no es algo bueno? (Sí). Me agrada oír noticias tan buenas, es la mejor prueba de que el pueblo escogido de Dios crece en la vida y emprende el camino correcto de creer en Dios. Esto muestra que las personas han ganado algo de discernimiento y estatura, y ya no están controladas por falsos líderes ni demonios anticristos. Los falsos líderes y anticristos corrientes ya no pueden desorientar ni controlar al pueblo escogido de Dios, que ya no está constreñido por el estatus y el poder. Tienen el valor de discernir y desenmascarar a los falsos líderes y a los anticristos, se atreven a desterrarlos y despedirlos. De hecho, ya sean líderes y obreros o gente corriente entre los escogidos de Dios, todos tienen el mismo estatus ante Él, en lo único que difieren es en sus deberes. En la casa de Dios no se hace distinción de estatus, solo hay diferencias en el deber y la responsabilidad. Al enfrentarse a que los falsos líderes y anticristos perturben la obra de la iglesia, tanto los líderes y obreros como el pueblo escogido de Dios deben desenmascararlos y denunciarlos, lidiar con ellos enseguida y expulsar a los anticristos de la iglesia. Esta responsabilidad es la misma y todos la comparten.

Los anticristos son arbitrarios y dictatoriales, nunca comparten con nadie y han de tener la última palabra en todos los asuntos; ¿acaso no son muy patentes estos problemas? Compartir con los demás y buscar principios no es una formalidad ni un proceso superficial, ¿qué objetivo tienen? (Cumplir los propios deberes con principios y contar con una senda al hacerlo). Exacto, ser capaces de tener principios y una senda al cumplir los propios deberes. ¿Cuáles son los requerimientos de Dios y los preceptos de Su casa? Uno solo puede cumplir su deber de manera efectiva si busca la verdad en las palabras de Dios y entiende los principios. Si compartes la verdad para resolver problemas, ¿qué enfoque debes tomar? ¿Quiénes hace falta que se impliquen? Se debe elegir a los individuos adecuados; deberías compartir sobre todo con algunas personas de buen calibre que entiendan la verdad, ya que esto conducirá a resultados eficaces. Es esencial. Si escoges a gente atolondrada de calibre escaso a la que le falta razón, a la que ningún grado de discusión le va a permitir entender ni alcanzar la verdad, por muy abundante que sea la verdad que se comparta, eso no va a dar resultados. Con independencia de los problemas que surjan en la iglesia, el pueblo escogido de Dios tiene derecho a ser informado y debería conocer la situación de la obra de la iglesia y los problemas existentes. Si los líderes y obreros engañan a los que están por encima de ellos y esconden la verdad a aquellos que tienen por debajo, mediante el empleo de métodos cuya intención es confundirlos, el pueblo escogido de Dios tiene derecho a desenmascararlos y denunciarlos o a llevar la situación ante los superiores. Este es también el deber y la obligación del pueblo escogido de Dios. Algunos falsos líderes se comportan de manera arbitraria y dictatorial y controlan al pueblo escogido de Dios en la iglesia. Esto es resistirse y oponerse a Él, es una práctica sistemática de los anticristos. Si el pueblo escogido de Dios no los desenmascara y denuncia y la obra de la iglesia queda obstaculizada o estancada, no es solo responsabilidad de los líderes y obreros, sino también del pueblo escogido de Dios, porque son ellos los que sufren cuando los falsos líderes y anticristos ostentan el poder en la iglesia, al ponerse en peligro potencial su oportunidad de recibir la salvación. Por consiguiente, el pueblo escogido de Dios tiene el derecho y la responsabilidad de denunciar y desenmascarar a los falsos líderes y anticristos, lo cual es beneficioso para la obra de la iglesia y la entrada en la vida del pueblo escogido de Dios. Algunos líderes y obreros dicen: “Todos decís que soy arbitrario y dictatorial, ¿cierto? Esta vez no voy a ser así. Dejaré que todos expresen sus opiniones. Un día, dos, esperaré todo lo que haga falta para que las compartáis”. A veces, al afrontar ciertos asuntos especiales, las disputas se suceden durante días sin que haya una solución, y ellos se limitan a esperar. Esperan a que todo el mundo alcance un consenso antes de proceder con el trabajo, lo cual puede provocar demoras importantes. Obstaculiza demasiado el trabajo; esta es una clara manifestación de irresponsabilidad. ¿Cómo puede un líder u obrero gestionar de manera efectiva la obra de la iglesia si no puede tomar decisiones? En la obra de la iglesia, si bien los líderes y obreros cuentan con la autoridad para tomar decisiones, los hermanos y hermanas tienen derecho a ser informados. Sin embargo, en última instancia, son los líderes y obreros los que deben tomar las decisiones. Si un líder u obrero es incapaz de tomarlas, es que su calibre es demasiado escaso y no es apto para desempeñar un rol de liderazgo. Aunque sean líderes, no pueden hacer trabajo real ni cumplir sus deberes de manera adecuada. Algunos líderes y obreros se pasan mucho tiempo debatiendo sobre un mismo problema, incapaces de alcanzar una decisión y, al final, le hacen caso a aquel que se muestre más contundente. ¿Existen principios en este enfoque? (No). ¿Qué clase de liderazgo es este? Eso solo es ser atolondrado. Si dices: “Los anticristos son arbitrarios y dictatoriales, y temo convertirme en uno; no deseo caminar por la senda de un anticristo. Esperaré a que todo el mundo exprese sus opiniones y luego determinaré y resumiré un enfoque moderado para la decisión”. ¿Es eso aceptable? (No). ¿Por qué no? Si el resultado no concuerda con los principios-verdad, aunque procedas de este modo, ¿puede resultar efectivo? ¿Satisfará a Dios? Si no es efectivo ni satisface a Dios, el problema es grave. No obrar de acuerdo con los principios-verdad, ser irresponsable al cumplir el deber, ser superficial y hacer cosas de acuerdo con la filosofía de Satanás es mostrarte desleal a Dios. ¡Es engañarlo! Para evitar que sospechen que eres un anticristo o te juzguen como tal, eludes las responsabilidades que debes cumplir y adoptas un enfoque “transigente” hacia la filosofía de Satanás. El resultado es que perjudicas al pueblo escogido de Dios y afectas a la obra de la iglesia. ¿No hay aquí falta de principios? ¿No es egoísta y despreciable? Como líder u obrero debes hablar y actuar con principios, cumplir tus deberes con resultados y eficiencia. Deberías actuar de cualquier manera que beneficie a la obra de la casa de Dios y se conforme a los principios-verdad. Por ejemplo, los artículos para la iglesia se deben adquirir con un resultado práctico en mente. Deben de tener un precio razonable y ser funcionales. Si gastas dinero de manera imprudente y sin principios, puede causar pérdidas en los intereses de la casa de Dios y en Sus ofrendas. ¿Cómo lidiaríais con esa situación? (Buscando la guía de lo Alto). Una manera es buscando la guía de lo Alto. Además, no ser holgazán. Tal vez se pueda encontrar una solución relativamente apropiada al investigar a conciencia, informarse de manera exhaustiva, preguntar más, comprender los detalles y prepararse de manera adecuada. Si no hacéis este trabajo preliminar y os comportáis de manera descuidada, sin comprender los detalles, y como consecuencia se pierde mucho dinero, ¿cómo se le llama a eso? Ser superficial. Algunas personas cumplen con su deber de esta manera, les falta transparencia en lo que hacen. Denuncian solo la mitad de lo que deberían, ocultan el resto porque les parece que ser del todo transparentes les acarreará problemas y se les requerirá que lleven a cabo más investigaciones y mejoras. Por tanto, se limitan a ocultarles a los demás la situación real y los detalles, completan rápido la tarea y luego le piden a la casa de Dios que pague. Sin embargo, al inspeccionarla, la tarea no está a la altura y hace falta volver a hacerla, con lo que se gasta todavía más dinero. ¿Acaso no perjudica esto a la casa de Dios? ¿No es el comportamiento de un Judas? (Sí). El comportamiento de un Judas implica traicionar los intereses de la casa de Dios de manera específica. Al enfrentarse a situaciones, tal persona se pone de parte de los que están fuera de la iglesia, solo considera su propia carne y no piensa en los intereses de la casa de Dios en absoluto. ¿Le guarda alguna lealtad a Dios? (No). Ni la más mínima. Se complace en traicionar los intereses de la casa de Dios y en perjudicar la obra de la iglesia; este es el comportamiento de un Judas. Existe también otra situación: algunos deberes implican un conocimiento o habilidad especializados en otros campos con los que posiblemente nadie esté familiarizado. En tales casos no debes evitar los problemas. En esta era donde existe tanta información, no deberías ser un holgazán, sino buscar datos e información relevantes de manera activa. Al empezar por adquirir la información más básica, poco a poco obtienes un entendimiento básico de la profesión o el campo, y luego averiguas de manera progresiva más aspectos dentro de ese campo, ya se trate de datos o de diversos términos profesionales, y te familiarizas con ellos en lo primordial. Después de alcanzar este nivel, ¿acaso no resulta más beneficioso cumplir tus deberes de manera adecuada y leal? (Sí). Entonces, ¿cuál es el propósito de todo este trabajo preparatorio cuando ejecutas tu deber? Investigar, entender los detalles y luego buscar soluciones factibles por medio de la charla y el debate, todo eso forma parte de la preparación para cumplir el deber de manera adecuada. Realizar bien estos preparativos demuestra lealtad a la hora de cumplir el deber; de paso, revela a aquellos que son superficiales. ¿Qué hay de la actitud de los incrédulos y de aquellos que no se gastan para Dios de manera auténtica cuando llevan a cabo su deber? Son enteramente superficiales, sea lo que sea lo que adquieran para la iglesia, gastan dinero de un modo imprudente movidos por sus propios caprichos, sin buscar la guía de lo Alto, ya que creen que entienden de todo. Por consiguiente, malgastan el dinero de la casa de Dios. ¿Acaso no son derrochadores, heraldos del desastre? Causan pérdidas en las ofrendas de Dios y no se dan cuenta siquiera de que están haciendo el mal y de que se resisten a Dios; no sienten remordimientos de ningún tipo en el corazón. Solo cuando el pueblo escogido de Dios los desenmascara y discierne, cuando se vota para echarlos y expulsarlos, ganan algo de conciencia y empiezan a arrepentirse. No se dieron cuenta de que sus acciones iban a tener unas consecuencias tan graves, ¡la realidad es que no derraman ni una sola lágrima hasta que no ven su propio ataúd! La mayoría son unos cabezas huecas de escasa inteligencia, pero aspiran a ser líderes y obreros, y a desempeñar tareas en la casa de Dios. Son como cerdos que se han puesto un poco de pintalabios: unos auténticos desvergonzados. Son incrédulos, da igual cuántos años lleven creyendo, no entienden nada de la verdad. Sin embargo, siempre quieren ser líderes y obreros en la casa de Dios, ostentar el poder y tener la última palabra, ¿es que no son descaradamente desvergonzados? ¿Por qué se considera incrédula a esa gente? Porque, a pesar de haber creído en Dios durante muchos años y de haber escuchado tantos sermones, ni entienden las verdades ni pueden ponerlas en práctica, lo que la convierte en incrédula. ¿Hay alguno de vosotros que muestre estos comportamientos? Los que sí, que levanten la mano. ¿Todos? Entonces sois todos unos incrédulos, lo cual es un grave problema. Aquellos que creen con sinceridad en Dios, si escuchan sermones con regularidad, comprenderán algunas verdades y progresarán un poco, se volverán más fiables en su discurso y en sus acciones. Si alguien escucha sermones durante años sin progreso alguno, es un atolondrado, una bestia, un incrédulo. Hay quienes, a los tres o cinco años de creer en Dios, comprenden ya bastante y son capaces de buscar la verdad en su discurso y sus acciones. Si notan fallos en el cumplimiento de su deber o causan alguna pérdida a la casa de Dios, se angustian, se lo reprochan a sí mismos y se odian. Les parece que sus errores, la falta de lealtad, la holgazanería o la indulgencia momentáneos ante las comodidades de la carne condujeron a tales fallos importantes y causaron grandes pérdidas, y se odian a sí mismos por ello. Tales personas con remordimiento en el corazón poseen algo de humanidad y pueden llegar al punto de recibir la salvación. Si alguien, después de muchos años de escuchar sermones no entiende ninguna verdad, sigue cometiendo errores en el cumplimiento de su deber, siempre crea problemas para la casa de Dios y causa pérdidas en la obra de la iglesia, e incluso carece de un corazón arrepentido, es que esa persona no tiene humanidad de ningún tipo, es peor que los cerdos y los perros. ¿Podría seguir cumpliendo con su deber de manera adecuada? Aunque lleve a cabo el deber, este es superficial y no va a recibir la aprobación de Dios.

Algunas personas se refieren siempre a la casa de Dios como “nuestra familia”, es algo que no paran de mencionar cuando hablan. ¡Con qué dulzura lo dicen! ¿Qué es eso de “nuestra familia”? Solo existen la casa de Dios, Su familia, la iglesia. ¿Es apropiado decir siempre “nuestra familia”? A Mí no me lo parece. Se puede usar esa expresión, pero solo es apropiada si lo que se dice se corresponde con la realidad. Si no eres alguien que persigue la verdad, si a menudo cumples deberes de manera superficial, no defiendes la obra de la iglesia de ningún modo, no te la tomas para nada en serio y, sin embargo, no paras de decir “nuestra familia”, entonces es inapropiado. Contiene un matiz de falsedad y mentira, provoca repugnancia y asco. Sin embargo, si eres alguien que realmente posee la realidad-verdad y defiende la obra de la iglesia, referirte a la casa de Dios como “nuestra familia” es aceptable. A los demás les suena auténtico, carente de falsedad, y te verán como a un hermano o hermana, les agradarás y te admirarán. Si no amas la verdad en tu corazón ni la aceptas, y además eres irresponsable a la hora de hacer tu deber, no te refieras a la casa de Dios como “nuestra familia”. Deberías perseguir la verdad de manera sincera, cumplir bien tus deberes y ser capaz de defender la obra de la iglesia para que el pueblo escogido de Dios sienta que eres parte de Su casa. Así, cuando dices “nuestra familia”, a los demás les genera una sensación de cercanía, no hay sentimientos de asco, porque consideras de veras en tu corazón la casa de Dios como tu propio hogar y, al cumplir tus deberes, te muestras realmente responsable y defiendes la obra de la iglesia. Cuando dices “nuestra familia” suena totalmente merecido, sin rastro de falsedad. Si alguien no muestra responsabilidad hacia la obra de la iglesia, desempeña los deberes que le correspondan de manera superficial, no se molesta siquiera en recoger cosas del suelo, limpiar una habitación sucia, quitar la nieve o adecentar el patio en invierno, con lo que no parece un miembro de la casa de Dios sino más bien un extraño, ¿está esa persona capacitada para llamar a la casa de Dios “nuestra familia”? Son meros servidores, obreros temporales, gente sin vida que pertenece a Satanás, en ningún caso a la casa de Dios. Y aun así, con desvergüenza, se siguen refiriendo a ella a menudo como “nuestra familia”, lo dicen cada vez que abren la boca, con suma intimidad, se dirigen a los hermanos y hermanas con enorme calidez, pero no se ocupan de tareas reales. Y cuando sí lo hacen, cometen errores y causan daño a la casa de Dios. ¿Acaso no son unos meros hipócritas? Son personas del todo inmorales, les falta toda conciencia y razón. Las cualidades más básicas que uno debe tener como creyente en Dios son la conciencia y la razón, y deberían además aceptar la verdad. Si no poseen siquiera conciencia y razón ni aceptan la verdad en absoluto, ¿merecen aún llamar a la casa de Dios “nuestra familia”? Son solo obreros temporales y servidores; pertenecen a Satanás y tienen poco que ver con la casa de Dios. Él no reconoce a tales personas; a Sus ojos, son personas malvadas. Muchas creen en Dios, pero no persiguen la verdad en absoluto y muestran indiferencia hacia los asuntos de la casa de Dios. Ignoran los problemas con los que se cruzan, son negligentes en sus responsabilidades, se mantienen alejados de los hermanos y hermanas cuando hay dificultades y no muestran odio hacia aquellos que hacen cosas malas y perjudican los intereses de la casa de Dios o arruinan la obra de la iglesia. Les falta conciencia tanto en los asuntos correctos como en los equivocados; cualquier cosa que suceda en la casa de Dios no les concierne. ¿Acaso la tratan como su propio hogar? Está claro que no. No es gente cualificada para llamar a la casa de Dios “nuestra familia”, los que lo hacen no son más que unos hipócritas. ¿Quién está cualificado para decir “nuestra familia”? Hace poco he notado que alguna gente no es mala en realidad, aunque por supuesto es la minoría. Con independencia de cuánta verdad entiendan o de la magnitud de su estatura o su fe, estas personas creen realmente en Dios, pueden llevar a cabo tareas reales y se responsabilizan de manera auténtica de cualquier deber que cumplan; poseen cierta apariencia de humanidad. Solo a tales personas se las puede considerar de verdad como parte de la casa de Dios. Cuando dicen “nuestra familia”, dan sensación de calidez y de sentimiento auténtico. Por ejemplo, la iglesia necesitaba una mesa que bien podría costar seiscientos o setecientos dólares si se compraba. Algunos hermanos y hermanas dijeron: “Es demasiado cara. Podemos ahorrar mucho dinero si compramos la madera y la hacemos nosotros. Va a servir igual, no habrá diferencia”. Al oír esto, ¿cómo me sentí en Mi corazón? Un tanto conmovido: “Estas personas no son malas, saben ahorrarle dinero a la casa de Dios”. Si las comparamos con aquellas que malgastan las ofrendas, estas son mucho mejores, al menos poseen algo de conciencia y razón, y un poco de sentimiento humano. Algunas personas causan pérdidas de cientos o miles de dólares en la casa de Dios sin ninguna conciencia, incluso dicen que no es asunto suyo, no sienten remordimientos en su corazón. Por otra parte, hay otros que dicen: “Hasta ahorrar ocho o diez dólares merece la pena. No deberíamos gastar dinero de manera innecesaria en cosas que podemos resolver por nuestra cuenta. Deberíamos ahorrar en lo que podamos. No hace falta gastar por gastar. No hay nada de malo en sufrir unas pocas penurias y esforzarnos”. Solo aquellas capaces de decir tales cosas cuentan con conciencia y razón, poseen humanidad normal y de verdad concuerdan con la casa de Dios. Pueden llamarla “nuestra familia” con todo el derecho, porque consideran los intereses de la casa de Dios. Algunas no piensan en absoluto en los intereses de la casa de Dios. ¿Es que acaso no son capaces de tales consideraciones? En lo que respecta a su propia vida, son frugales hasta el extremo, escatiman cada céntimo, siempre quieren comprar los artículos más baratos y prácticos, ahorrar en lo que puedan, llegan incluso a regatear los precios, realizan cálculos meticulosos y es obvio que se les da bien gestionar sus vidas. Sin embargo, en lo que respecta a la casa de Dios, no hacen las cosas de ese modo. Realizan gastos extravagantes al usar el dinero de la casa de Dios, lo gastan como les viene en gana, como si no gastarlo fuera un desperdicio. ¿No es señal de un talante terrible? Son personas egoístas hasta el extremo, no consideran la casa de Dios en absoluto, solo buscan satisfacerse a sí mismos. Esperan llegar al reino del cielo arrastrándose como gusanos y obtener grandes bendiciones a un mínimo coste. Estas personas egoístas y despreciables siguen albergando grandes ambiciones y deseos; ¡demuestran una grave deficiencia en su talante moral!

¿Hemos cubierto ya de manera básica y completa en nuestra charla esta manifestación de los anticristos, que se comportan de manera retorcida y son arbitrarios y dictatoriales? (Sí). Hagamos entonces un resumen. Los anticristos hacen las cosas de manera retorcida y son arbitrarios y dictatoriales, dos comportamientos distintos pero igual de significativos y concurrentes, comunes entre ellos. Esta manifestación pone en evidencia dos de las principales actitudes de los anticristos, la perversidad y la mezquindad; son tanto perversos como mezquinos. Es posible que a veces no veas su lado mezquino, pero sí ves el perverso. Puede que actúen de manera amable, que sea complicado percibir algo de coercitivo o salvaje en su comportamiento. Desde fuera no parecen crueles ni te obligan a hacer nada, pero te atrapan por medio de sus métodos perversos, te enredan en su control, te hacen servir sus propósitos y es así como te explotan. Sin darte cuenta, caes en su trampa, te sometes voluntariamente a su manipulación y sus juegos. ¿Por qué pueden acarrearte esas consecuencias? Los anticristos emplean a menudo afirmaciones y dichos correctos para ordenarte e influenciarte, te incitan a hacer algunas cosas, te hacen sentir que todo lo que dicen es correcto, que deberías llevarlo a cabo y hacerlo de ese modo; si no lo haces así, sentirás que vas en contra de la verdad, te dará la sensación de que desobedecerlos significa rebelarse contra Dios. Al hacer esto, los obedeces voluntariamente. ¿Qué resultado se da al final? Aunque la gente siga sus palabras y practique lo que dice, ¿entienden la verdad? ¿Su relación con Dios se está volviendo cada vez más cercana o cada vez más distante? Al enfrentarse a estas situaciones, la gente no solo no llega a presentarse ante Dios ni a orarle, sino que además no sabe cómo buscar los principios-verdad en Sus palabras ni cómo captar las intenciones y los requisitos de Dios. En su lugar, hacen una afirmación increíble: “He creído en Dios durante muchos años, sobre todo he confiado en los líderes para obtener apoyo y sustento. Pase lo que pase, mientras los líderes den charlas, existe un camino hacia delante. Sin los líderes no funciona, tan simple como eso”. Han creído en Dios durante muchos años y no tienen más estatura que esta, son todavía incapaces de funcionar sin líderes. ¿No es lamentable? ¿Cuál es aquí el significado implícito? La implicación es que no saben orar a Dios, depender de Él, admirarlo ni comer ni beber Sus palabras. Para que las entiendan, los líderes les deben proveer de todas estas cosas; el líder puede sustituir al Dios en el que creen. En realidad, se puede decir que la fe en Dios de esa persona es una fe en sus líderes. Escuchan todo lo que dicen los líderes y se creen cualquier cosa que digan. ¿En quién creen, a quién siguen y obedecen realmente, a Dios o a los líderes? ¿Acaso no es igual que la gente religiosa que cree en el Señor de manera nominal pero, en realidad, creen, siguen y confían en sus pastores? ¿No es esto estar controlado por humanos? Idolatras a los líderes, los escuchas en todos los asuntos. Esto es creer y seguir a humanos, estar constreñido y controlado por la gente. Dios ha hablado con mucha claridad y sin embargo no eres capaz de comprender Sus palabras ni sabes cómo practicarlas, pero ¿te basta con unas cuantas de los diablos y de Satanás para entenderlos a ellos? ¿Qué es lo que entiendes en realidad? A veces comprendes un precepto o doctrina, ¿cuenta eso como entender la verdad? (No). No es entender la verdad, sino que te desorienten. Eso es exactamente lo que es.

A la hora de manifestar un comportamiento retorcido y ser arbitrarios y dictatoriales, las principales actitudes de los anticristos son la perversidad y la mezquindad. ¿En qué se manifiesta su perversidad? En su comportamiento retorcido. ¿Y su mezquindad? (En ser arbitrarios y dictatoriales). Se manifiesta principalmente en que sean arbitrarios y dictatoriales, y en que obliguen a otros a obedecerlos; su obligación conlleva un carácter despiadado. Dios exige que las personas se sometan a Él y a la verdad. ¿Cuál es la manera de obrar de Dios? Después de expresar Sus palabras, Él le dice a la gente que lo más importante al creer en Dios es que deben someterse a la verdad y a Sus palabras. Conoces esta verdad, sabes que esta frase es correcta, pero en cuanto a si te sometes y a cómo lo haces, ¿cuál es la actitud de Dios? Tienes libre albedrío, derecho a elegir. Si quieres someterte, lo haces; si no quieres, no hace falta que lo hagas. Sin embargo, ¿qué consecuencias puede acarrear no someterse? ¿Qué escruta Dios en las personas y cuáles son Sus conclusiones al respecto? En estos asuntos, Dios no hace nada adicional. No te advierte ni te amenaza ni te obliga, no te hace pagar el precio ni te castiga por ello. Dios no se comporta así. Durante el periodo en el que está salvando a las personas, cuando expresa palabras para proveer a los humanos, permite que cometan errores, que tomen la senda equivocada, así como rebelarse contra Él y hacer necedades. Sin embargo, mediante Sus palabras y algunos de Sus métodos para obrar, poco a poco Dios le hace saber a la gente cuáles son Sus requerimientos, cuál es la verdad y qué es correcto y qué no; por ejemplo, mediante la poda, la reprensión y la disciplina, además de las exhortaciones. A veces, te proporciona un poco de gracia, te conmueve por dentro o te concede algo de iluminación y esclarecimiento, lo cual te hace saber qué está bien y qué está mal, cuáles son en realidad Sus requerimientos, qué posición deberían asumir los seres humanos y qué deberían practicar las personas. Mientras te hace entender, Él también te da una oportunidad. Si dices: “¡Seré rebelde, seré obstinado, no quiero elegir lo que está bien, no quiero ser leal, solo quiero actuar de esta manera!”, al final eres responsable de tu propio destino y desenlace. Has de responsabilizarte de tus acciones y pagar el precio; Dios no hace nada a este respecto. Él es imparcial y justo. Si te comportas de acuerdo con Sus exigencias y eres una persona que se somete a Dios o si, por el contrario, no actúas de acuerdo con las exigencias de Dios y no eres una persona que se someta a Él, en ambos casos, sea cual sea tu destino, Dios lo ha decidido con mucho adelanto. Él no tiene que hacer nada adicional. No es que te vaya a disciplinar, reprender ni castigar ni vaya a hacer recaer desastres sobre ti en caso de que hoy no actúes conforme a Sus exigencias; Él no obra así. Dios exige a las personas que se sometan simplemente para permitirles entender la verdad sobre la sumisión; no hay elemento de “obligación”. Dios no fuerza a nadie a someterse ni a practicar este aspecto de la verdad. Por tanto, a la manera de Dios, ya instrumente a las personas, rija sus destinos, las guíe o las provea de la verdad, la premisa de estas acciones no se basa en la obligación ni tampoco en la necesidad. Si actúas de acuerdo con las palabras de Dios, entenderás poco a poco la verdad, cada vez más, y tu condición ante Dios continuará mejorando; mantendrás una buena condición y Dios te esclarecerá también en aspectos de la vida diaria que no comprendes. Sin embargo, si no practicas la verdad, no te sometes a Dios y no estás dispuesto a perseguirla, lo que ganes será muy limitado. Es la gran diferencia entre estas dos cosas. Dios no muestra parcialidad, sino que es equitativo con todo el mundo. Hay quienes dicen: “¿Acaso no practicaría si Dios me obligara a ello?”. Dios no obliga a nadie, eso no es propio de Él sino de Satanás. Dios no obra así. Si solo puedes someterte a Él cuando te obliga, ¿en qué te convierte eso? ¿De verdad te estás sometiendo a Dios? Ese no es el tipo de sumisión que Él desea. La sumisión de la que habla es una en la que, con base en el entendimiento de la verdad, una persona practica de manera voluntaria las palabras de Dios a partir de la conciencia y la razón. Este es el significado innato de la sumisión. No implica obligación, restricción, amenazas ni ninguna forma de atadura o control. Por tanto, cuando te sientes especialmente atado o constreñido en un asunto, desde luego, no se trata de la obra de Dios. Por una parte, podría provenir de los pensamientos humanos o de la comprensión distorsionada y de las limitaciones autoimpuestas. Por otra, podría ser alguien que intenta limitarte, que usa preceptos o algún argumento o teoría que suenen bien para constreñirte y que te lleve a desarrollar algunas distorsiones en tu pensamiento. Esto indica un problema en tu comprensión. Si sientes una voluntaria y alegre sumisión a Dios, esto proviene de la obra del Espíritu Santo y también de la auténtica humanidad, de la conciencia y la razón.

En la casa de Dios hay algunas personas que no se someten a la verdad ni a los arreglos de la obra de esta, así como tampoco a los arreglos de la iglesia. ¿Cómo lidia con ello la casa de Dios? ¿Existen algunos métodos de implementación forzosa que se empleen para resolver esto? Por ejemplo, si un líder no hace trabajo real, si no lo hace conforme a los arreglos de la obra y no practica la verdad ni es capaz de hacer trabajo real, ¿qué hace con él la casa de Dios? (Lo sustituye). Se le sustituye directamente, ¿pero se le expulsa? (No). No se expulsa a aquellos que no han cometido maldad. En cuanto a los hermanos y hermanas corrientes, si se ha dispuesto que cumplan cierto deber y se niegan, ¿cuenta esto como no someterse? Si ellos no van, es posible buscar a otra persona. ¿Se vería alguien forzado a cumplir un deber? (No). No hay coacción. Si están dispuestos a aceptar y someterse por medio de compartir la verdad, eso está bien. No se considera coacción, sino disponer que cumplan este deber bajo la condición de su consentimiento y voluntad personales. Por ejemplo, aunque a algunos les gusta cocinar, se dispone que se pongan a limpiar y dicen: “Si me piden que limpie, limpiaré. Me someto a los arreglos de la casa de Dios”. ¿Hay aquí alguna coacción? ¿Se obliga a alguien contra su voluntad? (No). Esto se dispone según su voluntad y sumisión, sin colocar a nadie en una situación complicada ni obligarlo a hacer nada. Podría haber también casos en los que, temporalmente, no sea posible encontrar a nadie para cierto deber y se disponga que ocupes ese puesto de manera provisional. Aunque no estés dispuesto personalmente, es una necesidad de la obra, un caso especial. Eres miembro de la casa de Dios, comes su comida y cumples allí tus deberes; ya que te reconoces a ti mismo como alguien que cree en Dios y lo sigue, ¿acaso no te puedes rebelar contra tu carne en este pequeño asunto? Esto no cuenta siquiera como sumisión ni dificultad; solo es temporal, no se te pide que cumplas con este deber a largo plazo. Hay quien se queja de que el trabajo que le encargan es sucio o cansado, y no está dispuesto a hacerlo. Si sacan eso a colación, se les debería reasignar enseguida. Sin embargo, si esto solo lo expresan en palabras, pero en realidad están dispuestos a someterse y a sufrir, deberían continuar cumpliendo con su deber. ¿Es apropiado este enfoque? (Sí). ¿Es correcto este principio? (Sí). La casa de Dios no obliga a nadie contra su voluntad. Se da otra situación en la que algunas personas, sea cual sea el deber que cumplan, son holgazanas, irresponsables y carecen de lealtad. Incluso a veces hacen cosas malas en secreto. Ponen excusas cuando no cumplen bien su deber, aseguran que este no es apropiado para ellos, que no es su punto fuerte o que no entienden el ámbito al que pertenece. Sin embargo, en realidad, todo el mundo percibe con claridad que su fracaso a la hora de desempeñar el deber adecuadamente no es por estas razones. ¿Cómo se debe lidiar con estas personas? Si piden hacer un deber en otra parte, ¿habría que mostrarse de acuerdo con ello? (No). ¿Qué se debería hacer? Tales personas no son apropiadas para cumplir deberes, lo hacen con reticencia y sin la actitud adecuada, así que se las debería echar. Hay otro tipo de persona que se vuelve difícil y se resiste en cuanto se le dice que cumpla un deber. Son individuos extremadamente reacios y están poco dispuestos, apenas logran reprimir su descontento, piensan: “Voy a pasar desapercibido y a subsistir durante unos pocos años, ¡quién sabe dónde acabaré después de eso!”. A la gente con tales intenciones no se le debería permitir cumplir un deber y, aunque quiera llevar a cabo otros distintos, no está permitido. Tales casos han de abordarse con firmeza. ¿Por qué? Porque se ha desentrañado su esencia, aquellos que los entienden dicen que son incrédulos, la gente a su alrededor también asegura que no son apropiados para cumplir deberes. Esa gente es no creyente y se le ha de depurar. De lo contrario, no hará más que causar perturbaciones, cometer fechorías y perjudicar al pueblo escogido de Dios dentro de la iglesia, cosa del todo inaceptable. Tales casos deberían manejarse de acuerdo con los principios para tratar a los que cumplen deberes en la iglesia; su falta de disposición no es un factor. ¿Es esto coacción? No, es actuar de acuerdo con los principios, defender los intereses y la obra de la casa de Dios. Se trata de depurar a los incrédulos y a aquellos que solo vienen a la casa de Dios a vivir a costa de ella. Si quieres gorronear, ve a hacerlo a otra parte, no aquí. La casa de Dios no es un hogar de retiro, no se mantiene a holgazán. ¿Comprendes?

Hay algunos anticristos que se esconden muy bien a sí mismos, cuando ven algo se limitan a sonreír sin decir nada, guardan silencio en muchos asuntos, fingen ser profundos y no expresan ninguna postura. La primera vez que te pones en contacto con ellos no resulta fácil desentrañarlos; podrías incluso pensar que tienen sustancia y son destacables. ¿Cómo disciernes a tales anticristos? Debes prestar especial atención y observar lo que realmente les gusta, en lo que se centran, qué les interesa y con quién se relacionan. Al fijarte en estos aspectos, obtienes un entendimiento de ellos. Además, es necesario que todos seáis conscientes de una cosa: sea cual sea la categoría de un líder u obrero, si lo idolatráis por comprender un poco de la verdad y tener algunos dones, si creéis que está en posesión de la realidad-verdad y puede ayudaros, y si lo admiráis y dependéis de él en todo y, por medio de esto, tratáis de alcanzar la salvación, entonces todo esto es necedad e ignorancia por vuestra parte. Al final, todo quedará en nada, pues vuestro punto de partida es intrínsecamente incorrecto. Por muchas verdades que comprenda alguien, no pueden reemplazar a Cristo, y por mucho talento que tenga alguien, esto no significa que esté en posesión de la verdad; por eso cualquiera que idolatre, admire y siga a otras personas acabará descartado y condenado. Los creyentes en Dios solo pueden admirar y seguir a Dios. Los líderes y obreros, sea cual sea su rango, siguen siendo gente normal. Si los consideras tus superiores inmediatos, si sientes que son superiores a ti, que son más competentes que tú y deben guiarte, que sobresalen del resto en todos los sentidos, te equivocas, es un delirío. ¿Y qué consecuencias te acarreará este delirio? Esto te llevará inconscientemente a evaluar a tus líderes en función de unos requisitos que no se ajustan a la realidad, y a ser incapaz de tratar correctamente los problemas y las deficiencias que tienen; a su vez, sin que lo sepas, también te verás intensamente atraído por su estilo, sus dones y talentos, de modo que, para cuando quieras darte cuenta, los estarás idolatrando y serán tu dios. Esa senda, desde cuando empiezan a convertirse en tu ejemplo, el objeto de tu idolatría, hasta que te conviertes en uno de sus seguidores, te alejará inconscientemente de Dios. Y aunque te alejes poco a poco de Dios, continuarás creyendo que lo sigues, que estás en Su casa, en Su presencia, cuando en realidad te habrán alejado de allí los secuaces de Satanás, los anticristos. Ni siquiera te darás cuenta. Ese es un estado de cosas muy peligroso. La resolución de este problema requiere, en parte, la habilidad de discernir la esencia-naturaleza de los anticristos, y de descubrir el horrendo rostro de su odio por la verdad y de su resistencia a Dios; también requiere conocer las técnicas comúnmente utilizadas por los anticristos para desorientar y atrapar a la gente, así como su forma de hacer las cosas. La otra parte es que debéis aspirar a conocer el carácter y la esencia de Dios. Has de tener claro que solo Cristo es la verdad, el camino y la vida, que idolatrar a cualquier persona os acarreará catástrofes y desgracias. Debéis confiar en que solamente Cristo puede salvar a la gente y debéis seguirlo y someteros a Él con fe absoluta. Esta es la única senda correcta de la vida humana. Tal vez algunos digan: “Bueno, yo sí tengo mis motivos para idolatrar líderes: para mis adentros, idolatro de forma natural a cualquiera con talento. Idolatro a cualquier líder que está en consonancia con mis nociones”. ¿Por qué te empeñas en idolatrar al hombre pese a creer en Dios? A fin de cuentas, ¿quién te salvará? ¿Quién te ama y protege realmente? ¿De verdad no lo ves? Si crees en Dios y lo sigues, debes prestar atención a Su palabra, y si alguien habla y actúa correctamente y está de acuerdo con los principios-verdad, ¿no es simplemente una cuestión de someterte a la verdad? ¿Por qué eres tan vil? ¿Por qué te empeñas en buscar a alguien a quien idolatrar para seguirlo? ¿Por qué te gusta ser esclavo de Satanás? ¿Por qué no ser, en cambio, siervo de la verdad? En esto se ve si una persona tiene razón y dignidad. Debes empezar por ti mismo: equiparte con verdades de todo tipo, ser capaz de identificar las diversas maneras en que los diferentes asuntos y personas se manifiestan, conocer cuál es la naturaleza del comportamiento de varias personas y qué carácter brota de ellas, aprender a distinguir las esencias de los diversos tipos de personas, tener claro de qué tipos son las que te rodean, de qué tipo eres tú y de qué tipo es tu líder. Una vez que percibas todo esto con claridad, serás capaz de tratar a esas personas de la manera correcta, según los principios-verdad: si son hermanos y hermanas, los tratarás con amor; si no lo son, sino que son personas malvadas, anticristos o incrédulos, mantendrás las distancias y renunciarás a ellos. Y si son personas que poseen la realidad-verdad, aunque puede que las admires, no las idolatrarás. Nadie puede ocupar el lugar de Cristo: solo Cristo es el Dios práctico. Solo Cristo puede salvar a las personas, y solo al seguir a Cristo puedes obtener la verdad y la vida. Si puedes ver estas cosas con claridad, entonces posees estatura, y no es probable que los anticristos te desorienten ni has de temer que tal cosa suceda.

A algunas personas les preocupa ver que se pone en evidencia y se descarta a ciertos anticristos, dicen: “Aunque en apariencia los anticristos no parezcan personas malvadas, ¿por qué resulta que son tan malvados una vez que se discierne lo que hacen? Parece que, en efecto, los anticristos son bastante retorcidos. Sin embargo, soy de calibre escaso y si me vuelvo a encontrar a tales anticristos, me temo que no seré capaz de discernirlos. ¿Cómo he de guardarme de ellos?”. Aunque seas de calibre escaso, no es necesario que te vivas preocupando por que te desorienten ni pensar siempre en cómo protegerte de ellos. Solo hace falta que te centres en comprender la verdad, en leer más de las palabras de Dios y, cuando tengas tiempo, en meditar en serio sobre las acciones malvadas cometidas por los anticristos, al tiempo que te preguntas: “¿Dónde reside su maldad? ¿Qué los impulsó a cometerla? ¿Puede la gente corriente cometer tal maldad? ¿Cómo los disciernen aquellos que comprenden la verdad? ¿Cómo los discierno yo?”. Una vez que percibas con claridad la esencia de las personas mediante las palabras de Dios, lo entenderás todo. A medida que pienses sin parar sobre estas cosas, aprenderás a discernir de manera inconsciente y, de forma natural, serás capaz de discernir a los anticristos cuando te vuelvas a enfrentar a que intenten desorientar a las personas. Esto requiere pasar por muchas experiencias, no es algo que puedas aprender solo por escuchar más sermones. Es como obtener experiencia en la sociedad después de que se hayan aprovechado demasiado de ti o hayas sufrido demasiadas pérdidas: “de los errores se aprende”. Es la misma idea. En tu fe en Dios, lo principal es entender la verdad. Mientras más verdad comprendas, más cosas desentrañarás. Si no entiendes ninguna verdad, incluso tener conocimiento es inútil. No puedes desentrañar nada solo con conocimiento; tus puntos de vista son los mismos que los de la gente secular y, sean cuales sean tus comentarios, serán tonterías y falacias. No te preocupes si ahora mismo no puedes desentrañar a algunas personas. Una vez que entiendas la verdad, ganarás discernimiento de manera natural. Por ahora, concéntrate solo en llevar a cabo tu propio deber bien, en comer y beber más palabras de Dios y en reflexionar más sobre la verdad. Cuando llegue el día en que entiendas la verdad, serás capaz de discernir a las personas. Te bastará con observar el comportamiento de alguien para saber en tu corazón qué le sucede; te bastará con escuchar a alguien denunciar algún problema para ser capaz de desentrañar la esencia del asunto, y bastará con que oigas los pensamientos y puntos de vista de una persona para conocer su estatura. Serás capaz de comprenderlo todo acerca de cualquier asunto o persona sin mucho esfuerzo; este es el resultado de comprender la verdad. Sin embargo, si no la persigues, sino que en cambio confías en tu imaginación para evaluar a las personas, idolatrarlas, depender de ellas y adularlas a ciegas, y si no sigues la senda de perseguir la verdad, ¿al final cuál será el resultado? Cualquiera podría desorientarte; no serás capaz de desentrañar a nadie, ni siquiera al anticristo más obvio. Te tomarán por tonto y aun así los seguirás admirando por su capacidad, girando a diario a su alrededor. Por tanto, no cabe duda de que eres un atolondrado y se puede decir que el dios en el que crees es un dios vago, no el Dios práctico, y que desde luego no eres una persona que persiga la verdad.

Incluso tras escuchar diversos sermones sobre discernir a los anticristos, algunas personas todavía no lo logran. Solo entienden algunos métodos de discernimiento, pero carecen de experiencia práctica. Cuando de veras se enfrentan a las acciones malvadas de los anticristos, siguen sin lograr discernirlos. Aunque no les resulta posible discernir a los anticristos después de escuchar sermones, se comparan a sí mismos con lo que han oído y en ellos impera cada vez más la sensación de que son semejantes a un anticristo. Al final, llegan a creer que ellos mismos son anticristos. Esta clase de discernimiento no tiene nada de malo. Son del todo conscientes de los detalles acerca de discernir a los anticristos, lo único que sucede es que carecen de principios de juicio. No es un problema grave; demuestra que escuchar los sermones ha resultado eficaz. Aunque no hayan discernido a los anticristos reales, se han discernido a sí mismos, lo cual también es bueno. Primero se salvan a sí mismos y evitan convertirse en anticristos, lo cual es un desenlace fructífero de escuchar estos sermones que desenmascaran a los anticristos. Ser capaz de discernirse a uno mismo como anticristo no es sencillo, requiere de una observación detallada, y creo que eso ya cuenta como tener discernimiento. Discernirse a uno mismo ahora es algo bueno; estás a tiempo de hacerlo. Si hubieras cometido maldad o causado desastres y se te identificara como a un anticristo, ya habría sido demasiado tarde. Si ahora puedes discernirlo, a lo sumo significa que exhibes rasgos similares a los de un anticristo, que recorres la senda de estos y has elegido la incorrecta. Este es el alcance de tu juicio actual. Todavía hay tiempo de cambiar de rumbo, pero es peligroso que elijas no hacerlo. El tema de discernir a los anticristos se ha compartido muchas veces y a estas alturas ya hay algunos que de veras son capaces de discernir. Pueden identificar las propias actitudes de anticristo que revelan, lo cual es una consecuencia y la prueba de que han ganado discernimiento. Si son capaces de distinguir más a fondo entre los que poseen la esencia-naturaleza de los anticristos y aquellos que solo tienen actitudes de anticristo, habrán dominado por completo el discernimiento. Es algo que se puede lograr pronto, así que no hace falta darse prisa. Si la gente puede discernir sus propias actitudes de anticristo, identificar si están recorriendo la senda de estos y comprender cuál es la esencia-naturaleza de dichos anticristos, es que ya han aprendido a discernirlos. El hecho de poder hacerlo no es cuestión de los años que hayas creído en Dios, sino de si una persona puede esforzarse por la verdad y comprenderla. Algunos llevan muchos años creyendo en Dios y han escuchado numerosos sermones sobre desenmascarar a los anticristos, pero no han modificado en absoluto sus actitudes y manifestaciones propias de un anticristo. Da igual cómo comparta Yo la verdad, ellos siguen sin ser conscientes. Puede que en este momento se identifiquen con el contenido de la charla, pero en lo que respecta a actuar o hacer sus deberes, vuelven a las viejas formas. ¿Acaso no es esto problemático y peligroso para tales personas? ¡Es muy peligroso! Con independencia de cómo comparta Yo, por más autorreproches o disgustos que experimenten en el momento de escucharme, después no cambian en absoluto. No reflexionan sobre por qué siempre ascienden y fomentan a personas que adulan y halagan, ni sobre por qué tratan a los demás sin basarse en principios, sino según sus propios caprichos. La gente que les cae bien, aunque sea malvada o mala, no les da asco y la siguen ascendiendo y utilizando. Es más, no reflexionan sobre por qué no persiguen la verdad en absoluto y se han embarcado en la senda de los anticristos. Haber cometido tanta maldad sin una verdadera reflexión o cambio es peligroso. En las últimas reuniones, la charla ha tratado sobre poner al descubierto las actitudes y la esencia de los anticristos. El carácter de estos es más oculto y perverso que las actitudes corruptas que se suelen observar. Los anticristos sienten aversión por la verdad, la odian y no pueden aceptarla en absoluto, así como tampoco el juicio y el castigo de Dios. ¿Cuál es entonces el desenlace, el fin de los anticristos? Sin duda serán eliminados. ¿Cómo caracteriza Dios a los anticristos? Como aquellos que odian la verdad y se oponen a Dios: ¡son Sus enemigos! Oponerse a la verdad, odiar a Dios y todas las cosas positivas no es producto de una debilidad ni de la necedad momentáneas de la gente corriente, ni tampoco la revelación de pensamientos y puntos de vista incorrectos que surgen de la comprensión distorsionada de un momento; este no es el problema. El problema es que son anticristos, los enemigos de Dios, que odian todo lo positivo y toda la verdad; son personajes que odian y se oponen a Dios. ¿Cómo considera Él a tales personajes? ¡No los salva! Estas personas desprecian y odian la verdad, poseen la esencia-naturaleza de los anticristos. ¿Comprendéis esto? Lo que se deja aquí en evidencia es la perversidad, la mezquindad y el odio a la verdad. Es la más grave de las actitudes satánicas entre las actitudes corruptas, representa las características más típicas y sustanciales de Satanás, no las actitudes corruptas reveladas por la humanidad corrupta ordinaria. Los anticristos son una fuerza hostil a Dios. Pueden perturbar y controlar la iglesia, y tienen la capacidad de desmantelar y trastornar la obra de gestión de Dios. Esto no es algo que puedan hacer las personas corrientes con actitudes corruptas; solo los anticristos son capaces de tales acciones. No subestiméis este asunto.

Todas las personas malvadas tienen actitudes perversas. Alguna de esa perversidad se expresa mediante actitudes despiadadas, como acosar con frecuencia a gente ingenua, tratarla de manera satírica o sarcástica, hacerla siempre objeto de burla y aprovecharse de ella. Los malvados se rebajan en señal de deferencia cuando ven a otro como ellos, pero cuando ven a una persona débil, la pisotean y la mandonean aprovechándose de su estatus superior. Son personas extremadamente mezquinas y perversas. Cualquiera que acose o reprima a los cristianos es un diablo disfrazado de persona; es una bestia sin alma y la reencarnación de un diablo. Si entre la horda de malvados hay quienes no acosan a los ingenuos ni maltratan a los cristianos, los que solo desatan su ira sobre aquellos que dañan sus propios intereses, entonces a estas personas se las considera buenas entre los no creyentes. Sin embargo, ¿en qué difiere la perversidad de los anticristos? La perversidad de los anticristos se manifiesta sobre todo en su especial tendencia a la competición. Se atreven a competir con el cielo, con la tierra y con otras personas. No solo no permiten que otros los acosen, sino que asimismo ellos intimidan y castigan a los demás. Se plantean a diario cómo castigar a las personas. Si están celosos de alguien o lo odian, no dejarán de aferrarse a ese sentimiento. Los anticristos muestran su perversidad de estas maneras. ¿Dónde más se manifiesta? En su manera retorcida de hacer las cosas, algo que a la gente con un poco de cerebro, de conocimiento y de experiencia social le cuesta detectar. Hacen las cosas de una manera excepcionalmente retorcida y esto lleva a la perversidad; no es un engaño corriente. Pueden participar en juegos de sombras y en trucos, y hacerlo a un nivel superior al de la mayoría de la gente. A casi nadie le es posible competir ni lidiar con ellos. Esto es un anticristo. ¿Por qué digo que la gente corriente no puede lidiar con ellos? Porque su perversidad es tan extrema que poseen un enorme poder para desorientar a las personas. Se les ocurren todo tipo de maneras de obligar a la gente a idolatrarlos y seguirlos. Asimismo, pueden explotar a toda clase de personas para perturbar y dañar la obra de la iglesia. En tales circunstancias, la casa de Dios comparte en repetidas ocasiones todas las clases de manifestaciones, de carácter y de esencia de los anticristos, de modo que la gente los pueda discernir. Esto es necesario. Hay quienes no entienden y dicen: “¿Por qué hay que hablar siempre acerca de discernir a los anticristos?”. Porque la capacidad que tienen para desorientar a las personas es muy grande. Pueden desorientar a muchas, como una plaga letal que, por medio del contagio, puede dañar y matar a muchos en un solo brote. Es altamente contagiosa y tiene mucho alcance, y su infecciosidad y su tasa de mortalidad son bastante altas. ¿Acaso no son graves estas consecuencias? Si no comparto así con vosotros, ¿podéis libraros de ser desorientados y constreñidos por los anticristos? ¿De verdad podéis volveros hacia Dios y someteros a Él? Esto es muy difícil. Cuando la gente ordinaria revela un carácter arrogante, a lo sumo, provoca que otros detecten lo fea que es su arrogancia. A veces alardean, otras presumen y se lucen, y a veces les encanta ostentar su estatus y dar lecciones a los demás. Sin embargo, ¿es este el caso de los anticristos? En la superficie, puede que no parezca que ostenten su estatus ni que le tengan aprecio a este, puede que nunca parezca que les interesa, pero en su interior albergan un fuerte deseo de él. Es como el caso de algunos emperadores o señores bandidos de los no creyentes. Cuando luchan por su tierra, sufren penurias junto a sus compañeros, parecen humildes y sin ambiciones. No obstante, ¿has visto los deseos ocultos en el fondo de su corazón? ¿Por qué pueden soportar tales dificultades? Son sus deseos los que los impulsan. Albergan una gran ambición en su interior, están dispuestos a soportar cualquier sufrimiento o calumnia, difamación, ofensa e insulto para poder ascender un día al trono. ¿No es esto retorcido? ¿Pueden permitir que alguien conozca su ambición? (No). La esconden y la mantienen oculta. Lo que está a la vista es una persona que puede soportar lo que otras no, capaz de aguantar insoportables penurias, que aparenta ser tenaz, sin ambiciones, con los pies en el suelo y es buena con los que la rodean. Sin embargo, el día que asciende al trono y obtiene poder real, a fin de consolidar su autoridad e impedir la usurpación, mata a todos los que sufrieron y lucharon a su lado. La gente solo repara en lo hondamente astuto que es al revelarse la verdad. Cuando echas la vista atrás y ves que todo lo que hizo venía motivado por la ambición, descubres que su carácter es la perversidad. ¿Qué táctica empleaba? Era retorcido. Este es el carácter con el que funcionan los anticristos. Los anticristos y los reyes diablos que ostentan el poder oficial son de la misma calaña; no van a sufrir de ninguna manera ni a aguantar en la iglesia sin razón, a no ser que consigan poder y estatus. En otras palabras, estas personas no se contentan en absoluto con ser seguidores ordinarios, con transigir en la casa de Dios como creyentes comunes ni con hacer cualquier deber en silencio y de forma anónima; no cabe duda de que no estarían dispuestos a hacer esto. Si se sustituye a alguien con estatus porque recorrió la senda de un anticristo y piensa: “Ahora que no tengo estatus, me limitaré a actuar sin más como una persona corriente, a cumplir con cualquier deber que pueda; soy capaz de seguir creyendo en Dios igual de bien sin estatus”, ¿se trata de un anticristo? No, esta persona recorrió una vez la senda de un anticristo, tomó en una ocasión la senda equivocada movida por una necedad momentánea, pero no es un anticristo. ¿Qué haría un verdadero anticristo? Si pierde su estatus, deja de creer. No solo eso, sino que además urdirá varias maneras de desorientar a otros, lo que provocará que lo idolatren y lo sigan, a fin de colmar su ambición y sus ansias de poder. Esta es la diferencia entre aquellos que caminan por la senda de los anticristos y los que de veras lo son. Analizamos y diseccionamos estas esencias-carácter y las manifestaciones de los anticristos porque la naturaleza de este problema es muy grave. La mayoría de las personas no pueden discernir a los anticristos, por no mencionar a los hermanos y hermanas corrientes, incluso algunos líderes y obreros que creen entender alguna verdad no han dominado por completo el discernimiento de los anticristos. Es difícil saber cuánto han dominado, lo que indica que su estatura es demasiado pequeña. Solo aquellos que pueden discernir de manera precisa a los anticristos poseen auténtica estatura.

¿Cuál es el mayor problema al que todos os enfrentáis ahora? La mayoría de la gente es incapaz de discernir, así que los falsos líderes y anticristos los desorientan con facilidad, lo cual es muy peligroso si no se resuelve. Por tanto, exijo que aprendáis a distinguir a varios tipos de personas. Discernid qué carácter está representado en los diversos comportamientos y enunciados de la gente y, en función de estos, discernid la esencia de la persona. Además, hace falta que podáis distinguir entre lo que es la realidad-verdad y lo que son solo palabras y doctrinas. Si no sois capaces de discernir esto, no podréis entrar en la realidad-verdad. ¿Cómo vas a contar con la senda de entrar en la realidad sin discernimiento? Algunos líderes y obreros solo escupen palabras y doctrinas, creen que comprenderlas significa que poseen realidad. Por tanto, mientras las escupen, se sienten satisfechos y justificados, se vuelven cada vez más entusiastas. Sin embargo, flaquean cuando les sobrevienen las tentaciones y, sin saber siquiera de qué manera han flaqueado, aún dicen: “¿Por qué no me ha protegido Dios?”. ¿No es un vergonzoso fracaso? Así pues, algunos líderes y obreros siempre hablan sobre palabras y doctrinas, ¿podéis discernir esto? (No). A veces oigo decir a los hermanos y hermanas que algunos líderes no son aptos para serlo porque solo hablan acerca de palabras y doctrinas, así que piden su sustitución. Sin embargo, una vez que se les pide elegir un nuevo líder, la mayoría carecen de discernimiento y los líderes y obreros elegidos también son aquellos que solo hablan acerca de palabras y doctrinas sin poseer apenas realidad. Este es un problema muy serio, muy complicado. Cuando escucháis Mis palabras al compartir estos asuntos, ¿sois capaces de hallar alguna diferencia respecto a lo que dicen los líderes corrientes? Si es así, sabes cuál es la realidad-verdad. Si no eres capaz de hacerlo y te parece que todo es lo mismo, piensas: “Hemos aprendido también a hablar con las palabras de Dios y lo que decimos es lo mismo que dice Él”, eso es problemático. Demuestras no comprender en absoluto la verdad, solo sabes imitar y citar unas cuantas palabras de Dios, sin entender realmente la verdad. La mayoría de los anticristos poseen ciertos dones y elocuencia, lo que los dota de capital para desorientar a las personas. Unido a su carácter perverso y a sus formas manipuladoras en el discurso y la acción, no cabe duda de que son capaces de desorientar a las personas. Si solo sois capaces de escupir palabras y doctrina, y no sabéis discernir cuál es la realidad-verdad, es inevitable que los anticristos os desorienten. ¡Esto escapa a vuestro control! Es imposible que los anticristos no desorienten a aquellos que no comprenden la verdad, sea cual sea el deseo de estos últimos. Librarse de la influencia de Satanás no es un asunto sencillo, ¿verdad que no?

11 de junio de 2019

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