Punto 8: Quieren que los demás se sometan solo a ellos, no a la verdad ni a Dios (III)
Apéndice: Disección de la cultura tradicional en Oriente y Occidente
Decidme, ¿qué es la verdad? ¿No hemos hablado de este tema anteriormente? (Sí). Bien, entonces, decidme qué es la verdad con vuestras propias palabras. (La verdad es el principio y el criterio con el que se miden las personas, los acontecimientos y las cosas). Bien. ¿Alguien más? ¿Existe una forma distinta de expresarlo? No penséis en qué palabras de doctrina usar, ni qué línea de las palabras de Dios elegir para vuestra respuesta, simplemente contestad usando palabras que hayan surgido de vuestra propia experiencia y entendimiento reales. No pasa nada si no son muy profundas. Hay quien dice: “Las palabras de Dios son la verdad”. Aunque es correcto, si solo eres capaz de pronunciar estas palabras, pero no entiendes su significado real, entonces solo son doctrina para ti. Demos un paso más: ¿Qué es la verdad? ¿Qué son las palabras de Dios? ¿Cuál es su esencia? ¿Es la verdad el criterio que la gente establece mediante el pensamiento y la reflexión? (No lo es). ¿Es la verdad la suma total de lo que la gente ha experimentado y el conocimiento que ha adquirido, un tipo de cultura social, o una cultura tradicional generada en un contexto social determinado? (Tampoco lo es). Entonces, ¿es la verdad los principios que las personas compilan por su cuenta para comportarse y actuar? (No, tampoco lo es). ¿Qué es exactamente entonces? ¿Cómo podemos especificar los principios mencionados aquí, de manera que tengan un significado preciso y la gente sepa que es la verdad en cuanto lo escuchen? ¿Cómo podemos expresarlo de forma que la gente sienta que es conciso y preciso? (Las exigencias de Dios para el hombre constituyen toda la verdad). Las exigencias de Dios para el hombre constituyen toda la verdad, es correcto, pero ¿cómo podrías expresarlo de manera aún más precisa? (La verdad es la realidad de todas las cosas positivas). Ya lo mencionamos muchas veces en otras oportunidades. Con frecuencia dijimos que las palabras de Dios, Sus exigencias para el hombre y la realidad de todas las cosas positivas, son la verdad; ¿qué más hay? (La verdad es el criterio y la senda que le indica a la gente cómo debe manejar los asuntos y comportarse). La verdad es el criterio y la senda que le indica a la gente cómo debe manejar los asuntos y comportarse, esto también es correcto. Ahora reúne todos estos aspectos y define la verdad en una breve oración. (Dios es la verdad). Dios es la verdad; esto es, en cierta medida, demasiado amplio, demasiado general. Ha de ser más específico, de modo que cuando la gente lo escuche, sienta que es una definición precisa, no vacía, sino concreta y práctica y la considere apropiada. Intenta sintetizarlo de nuevo: ¿cómo podrías precisarlo más? (Lo Alto ha compartido anteriormente que la verdad es el criterio de conducta, actuación y culto a Dios por parte de la gente). ¿No está expresado de manera sucinta? (Sí que lo está). La verdad es el criterio de conducta, actuación y culto a Dios por parte de la gente. ¿Por qué se define como un criterio? ¿Qué entendemos por “criterio” en un sentido literal? (Que es un principio preciso). Como se trata de un principio o una regla precisos; puede llamarse también precepto. ¿A qué se refiere entonces un “criterio”? (A un estándar). Se refiere a un estándar, a una regla y a un principio precisos. A eso lo llamamos criterio. El criterio de conducta, actuación y culto a Dios por parte de la gente. Si las definiciones son acertadas, ¿con qué se relaciona este criterio? ¿A qué se refiere aquí? Es, como se ha definido previamente, el criterio de conducta, actuación y culto a Dios por parte de la gente. Esta es la verdad. Claro que, cuando alguien lea esa oración, ¿podría pensar: “Nuestra cultura tradicional es también la verdad”? ¿Puede incluirse en la categoría de verdad? (No se puede). No se puede. ¿Podrían decir: “La conclusión de nuestra investigación académica es la verdad”?, o también: ¿“Nuestro pueblo tiene una cultura o experiencia, o un sólido estándar moral que también es la verdad”? ¿Se puede definir la verdad así? (No se puede). ¿Por qué no podemos utilizar estos argumentos para definir la verdad? ¿Por qué decimos que no tienen nada que ver con ella? (No tienen nada que ver con el culto a Dios). Así es. Se podrían relacionar con la conducta de las personas, pero no con el culto a Dios. ¿A qué se refiere la conducta de la que hablan? ¿Cuáles son sus estándares y sus reglas? Es el buen comportamiento que viene de Satanás. No se basan en el culto a Dios, sino en el culto y la defensa de Satanás. Son un conjunto de dichos o culturas sobre la conducta que se han resumido a partir de nociones y figuraciones humanas, y de lo que la gente considera buena moral o buen comportamiento. No implican la verdad ni el culto a Dios, no tienen nada que ver con el culto a Dios.
El pueblo chino ha sintetizado una cultura tradicional que solo es apropiada para ellos y que los occidentales no pueden aceptar. Los occidentales cuentan con sus propios héroes nacionales, su propio sentido de la integridad moral nacional y sus culturas nacionales, pero si llevaran dichas culturas a Oriente, ¿las aceptaría allí la gente? (No lo harían). Del mismo modo, ellos tampoco serían aceptados. Por lo tanto, por mucho que la gente valore estas culturas o perciba estas tradiciones como nobles, ¿hay alguna relación entre ellas y la verdad? (No la hay). No existe tal relación. Por ejemplo, hay una especie de saber tradicional en Oriente que afirma que los búhos no son animales auspiciosos. ¿Qué dice la gente al respecto? “No hay que temer el llanto de un búho, sino su risa. Si los escuchas ulular, cosas malas te sucederán”. En la cultura oriental tradicional, los búhos se consideran animales desfavorables que traen mala suerte. ¿Les gusta entonces a los orientales este animal “de mala suerte”? (No les gusta). ¿En qué se basa este rechazo? Se apoya en la cultura oriental tradicional y en el refrán transmitido de generación en generación, que dice: “Oír a un búho ulular es presagio de una muerte en la familia”. Se puede entender como una ley que la gente ha simplificado, una figuración humana o una coincidencia, y la gente a partir de entonces cree en su corazón que los búhos son malos. Piensan que nadie debería venerarlos ni tratarlos como animales auspiciosos y que, si se encuentran con uno, deben rápidamente ahuyentarlo y rechazarlo. ¿No es esto una especie de saber popular? (Sí que lo es). Con independencia de si dicho patrón es positivo o negativo, se trata de una herencia popular. Por ahora, no vamos a hablar de si está en lo cierto o no, solo diremos que todas las personas en Oriente lo respaldan ampliamente, sobre todo en China. Allí, todo el mundo cree de corazón que los búhos son malos y dañinos, y siempre tratarán de evitarlos si se los encuentran. Sin embargo, en Occidente, hay quien cree que son un tipo de animal benigno y usan estatuas y pinturas de búhos como decoración. Todo tipo de bordados y tótems tienen diseños de búhos y se los considera animales auspiciosos. ¿Qué significa que es un animal auspicioso? Significa que puede traerte buena suerte y no te sucederá ninguna desgracia después de oírlo ulular o de verlo. Este es un tipo de saber tradicional y popular en Occidente. No emitiremos juicios acerca de cuál de estas culturas está en lo correcto y cuál no; no nos pronunciaremos al respecto. Sin embargo, mediante este asunto podemos observar que el mismo animal creado por Dios está sujeto a diferentes perspectivas y nociones en Oriente y Occidente que además son completamente dispares. Los orientales no los ven como algo positivo y, tanto da que un búho llore o ría, no lo consideran bueno para ellos. En cambio, los occidentales piensan que es un animal auspicioso, con independencia de si llora o ríe, y solo el hecho de ver uno les puede traer buena suerte; por ello los consideran animales de buen agüero. Estas dos perspectivas y maneras de proceder con respecto a los búhos provienen de la cultura tradicional: una cree que los búhos traen mala suerte y la otra estima que son auspiciosos. Al mirarlo ahora, ¿cuál de las dos se ajusta a la verdad? (Ninguna de ellas). ¿En qué os basáis para hacer esta afirmación? (En que ninguna de estas perspectivas viene de Dios). Así es. Cuando la gente dice que los búhos no son animales auspiciosos, ¿en qué se basa? En la cultura oriental tradicional. Lo que ellos creen que es auspicioso o no auspicioso, o que trae consigo desgracias, mala suerte o buena suerte, se mide según la cultura tradicional. Es un modo de mirar las cosas derivado de nociones y figuraciones, de las cuales surge este tipo de saber. Los occidentales piensan que este tipo de animal puede traerles buena suerte a las personas y, por supuesto, esto resulta ser un poco mejor y más progresista que tratarlo y verlo como un animal de mal agüero. Hace que las personas sientan que es un animal positivo y, como mínimo, se sentirán tranquilas y seguras después de ver uno, lo cual es mejor que sentirse desafortunadas. Pero ¿qué puede aportarte entenderlo así? ¿Pueden los búhos traerte buena suerte? (No pueden). Si hubieras nacido en China, ¿podrían los búhos determinar tu suerte? Tampoco. ¿Qué se puede entonces extraer de esto? Independientemente de si crees que este animal puede traerte mala o buena suerte, es solo una creencia y noción humanas, no un hecho. ¿Qué demuestra esto? (Que la cultura tradicional no es la verdad). Correcto. Ninguna cultura es la verdad. Entonces, ¿cómo debes tratar a los búhos de una manera conforme con la verdad? Esto alude al criterio de conducta, actuación y culto a Dios por parte de la gente. ¿Cuál es el criterio en este caso? Es decir, ¿desde qué perspectiva debes ver a esta criatura y cómo debes tratarla cuando aparezca ante ti, con independencia de si llora o ríe? Estas cuestiones requieren criterio. ¿Cuál es el criterio? (La verdad). El criterio es la verdad. Cuando se trata de cómo deberías tratar a un búho, ¿en qué deberías basarte? (En las palabras de Dios). ¿Qué dice la palabra de Dios sobre cómo proceder ante este tipo de criatura? Sus palabras no dicen específicamente: “Debes tratar a los búhos correctamente, tu perspectiva no puede estar sesgada en este asunto. No puedes decir que los búhos traen mala suerte, ni que te traerán buena suerte. Debes tratarlos de manera objetiva y justa”. Dios no dijo esto. Entonces, ¿en qué base has de fundamentar tus opiniones sobre los búhos para que se ajusten al criterio, a la verdad? (En el hecho de que Dios creó todas las cosas). El fundamento debería ser el hecho de que Dios creó todas las cosas; esa es la verdad. En las manos de Dios, todas las cosas que existen tienen su función, su misión y su valor. ¿Qué más? (Todas las cosas son buenas desde Su perspectiva). Correcto, todas las cosas creadas por Dios son buenas, su vida es valiosa y necesitan existir. Mientras algo provenga de Dios y Él lo haya creado, nunca será innecesario. ¿Qué significa este “nunca será innecesario”? Significa que no traerá desgracias al azar. ¿Podría realmente un pequeño búho ocasionarte de manera aleatoria una desgracia? ¿No haría eso al búho demasiado poderoso? ¿Quién es superior? ¿El hombre o el búho? Los humanos son los administradores de todas las cosas; es más correcto decir que controlan el destino de los búhos, y que podrían acabar con todos ellos fácilmente. Para los búhos es imposible cambiar el destino del hombre. ¿Qué forma de tratar a esta criatura se ajusta a la verdad? Tratarla según las palabras de Dios. Él creó todas las cosas, todas las distintas criaturas y también a los humanos. Los búhos son criaturas, por lo que debemos acercarnos a ellos desde la perspectiva con la que tratamos a todos los seres creados. En primer lugar, no podemos destruir despreocupadamente las leyes de su supervivencia. Por ejemplo, el hábito de los búhos y su rasgo distintivo es que duermen durante el día, y cazan y están activos por la noche. Si te encuentras con uno herido y amablemente lo acoges, ¿cómo deberías tratarlo? (Respetando sus hábitos). Correcto, debes respetar las leyes a las que está sujeta su vida. No pienses en hacerlo dormir por la noche, dándole somníferos si no se duerme. Esto está mal. Si siempre hace ruido de noche y perturba tu descanso, lo puedes trasladar a un lugar donde no te moleste, pero no puedes alterar las leyes por las que se rige ni violar su modo de supervivencia. ¿No es esta la manera correcta de tratarlo? (Sí). Esta debe ser tu perspectiva hacia todas las cosas que Dios ha creado. En primer lugar, adopta la perspectiva correcta. Este es el primer paso que debes dar al hacer cualquier cosa. En segundo lugar, debes usar esta perspectiva correcta cuando hagas las cosas o manejes asuntos, para que lo que hagas esté en consonancia con la verdad. Estos son criterios. Para ser claros, los criterios son reglas y leyes precisas. Por ejemplo, cuando un gato ve un ratón, quiere atraparlo. Digamos que crees que los ratones también han sido creados por Dios, y quieres sujetar al gato e impedirle que atrape al ratón. ¿Está mal? (Sí, está mal). ¿Qué piensas de este planteamiento? (Que viola las leyes). Va contra las leyes de la naturaleza. Hay quien ve un pez en el agua y se pregunta: “Todo el mundo dice que los peces no pueden vivir fuera del agua. Pero voy a intentar sacarlo del agua por todos los medios y que viva en tierra”. Esto hace que el pez muera poco después. ¿Cómo se llama esto? (Absurdo). Esto es un absurdo. Al hablar de los búhos, ¿habéis podido entender, más o menos, qué son los criterios y en qué se basan? (Se basan en las palabras de Dios). Correcto, se cimientan en las palabras de Dios. Entonces, ¿cómo deberíais tratar a los búhos en el futuro? Si una noche hubiera uno ululando en tu ventana, ¿qué deberías hacer? Al menos sabemos que tiene derecho a ulular y debemos permitírselo. Si hace demasiado ruido, puedes ahuyentarlo, pero no hay que preocuparse de si te sucederá una desgracia al día siguiente. Es innecesario pensar así, pues el destino de la gente, la vida y la muerte están en manos de Dios y bajo Su soberanía. Las personas no comprenden la verdad, por lo que fácilmente desarrollan prejuicios hacia las cosas, pueden incluso tener nociones y figuraciones, o volverse algo supersticiosas. Esto los lleva a tener puntos de vista erróneos sobre muchas cuestiones y a actuar fuera de los principios-verdad o a no cumplir con el criterio de conducta, actuación y culto a Dios por parte de la gente en todo. ¿Cuál es la razón de esto? (No comprender la verdad). Es el resultado de no entender la verdad.
Cuando la gente de Oriente se encuentra con la de Occidente, se fija en sus rasgos distintivos: sus puentes nasales altos, sus ojos grandes, la variedad de tonos de sus cabellos y lo elegantes que se los ve. De manera inconsciente, desarrollan un sentimiento de envidia o de admiración hacia ellos. Luego, al mantener un contacto continuo, siempre acogen la cultura occidental. ¿Por qué la acogen? Porque íntimamente los envidian y desean ser como ellos. Piensan que Dios determina el aspecto físico y que este no se puede cambiar, pero que los ennoblecería el poder igualar las formas de vida occidentales, como la manera en que comen, se visten y usan las cosas, así como su forma de hablar, de pensar y su cultura. ¿Qué opináis de esta idea? ¿Piensa así todo el mundo? (Sí). A algunos orientales les gusta imitar a los occidentales y lo primero que imitan es la costumbre de beber café. Sienten que el hábito de beber té, propio de los orientales, es demasiado poco sofisticado, así que adoptan la costumbre occidental de beber café. Sobre todo, hay orientales que, al ver a muchos occidentales apresurarse al trabajo cada mañana con su vaso de café en la mano, con el tiempo se acostumbran a hacer lo mismo, a veces incluso cuando no están realmente apurados. Esto se denomina imitación. Los orientales realmente no tienen esta costumbre, pero creen que los hábitos de los occidentales son buenos, nobles y elegantes. Creen que si no los tienen, deben acostumbrarse e imitarlos y que si los adoptan y viven de acuerdo con ellos, se unirán a las filas de los occidentales y se convertirán en uno de ellos. Es una especie de culto a los occidentales. Si realmente te gusta algo, por supuesto, tómalo como una costumbre, pero si solo lo adoptas como una fachada para presumir ante los demás, entonces se trata de una imitación. Si alguien no entiende la verdad, no tendrá criterio en nada de lo que haga y será como un pollo sin cabeza, sin objetivo ni dirección. Cuando vean a los occidentales, observarán cómo estos actúan; cuando vean lo que está de moda en el mundo, lo analizarán. Así son los no creyentes. Si alguien que cree en Dios hace lo mismo, ¿qué clase de persona es? (Un incrédulo). Exactamente. ¿Tienen estándares o principios para hacer las cosas? (No). No tienen principios. ¿Por qué? Porque adoran las tendencias mundanas y la perversidad. No admiran a Dios; en su corazón, no aman la verdad, no la aceptan ni la buscan. Todos ellos son incrédulos. Dado que este tipo de persona posee esta esencia, incluso cuando esté en la iglesia leyendo las palabras de Dios y escuchando los sermones, no será capaz de hallar el criterio de conducta, actuación y culto a Dios por parte de la gente. Esto significa implícitamente que nunca podrá alcanzar la verdad. ¿No es así? (Así es). Imitar el hábito de beber café de otras personas puede revelar las preferencias de una persona, la senda que toma y los principios de sus acciones. Decidme, ¿es la verdad beber té, o beber café? (Ninguno está relacionado con la verdad). Bien dicho. Entonces, ¿qué es la verdad? Algunas personas afirman: “Todo lo que proviene de Dios es la verdad. Las palabras de Dios, que dicen que es beneficioso comer alimentos de temporada, son la verdad”. Esto es correcto. La verdad es el criterio de conducta, actuación y culto a Dios por parte de la gente. ¿Qué incluye entonces este criterio de conducta? Aborda cada aspecto de la verdad relacionado con ella. ¿Y qué hay del criterio para las actuaciones? Es la manera y los medios con los que abordas las cosas. No hace falta decir que todos conocemos el criterio para adorar a Dios. Su ámbito abarca todas estas cuestiones, y todas ellas implican la verdad. Supongamos que alguien te dice: “¿Cómo es que no te gusta el té?”, y tú respondes: “¿El hecho de que no me guste el té es incompatible con la verdad?”. Otra persona pregunta: “Estás en Occidente, ¿por qué no te has acostumbrado a beber café? ¡Es tan de mal gusto no beber café!” y tú contestas: “¿Estás tratando de condenarme?, ¿es pecado no beber café?, ¿es el ‘gusto’ la verdad?, ¿cuánto vale el gusto?”. Carece de todo valor, ¿verdad? No comprender la verdad es lo que realmente no vale nada. ¿Qué debería aprender la gente con este ejemplo? Debería entender las perspectivas que hay que adoptar hacia estas personas, acontecimientos y cosas, y cómo abordarlos de acuerdo con las exigencias de Dios, para así cumplir con los estándares que Él exige. ¿Qué deberían entender y buscar las personas de todo lo anterior? El criterio que deben seguir para gestionar todo tipo de cuestiones.
¿Creéis que una cultura tradicional o un sentimiento nacional puede ser digno del término “criterio”? (No). Por ejemplo, “Ser humano significa que debes amar a tu país”, ¿es esto un criterio? (No lo es). “Ser humano significa que debes ser un buen hijo”, ¿es esto un criterio? (No lo es). Hay quien también dice: “Las mujeres deben ser virtuosas”, o “Las mujeres deben seguir los valores confucianos”, pero ¿son estos criterios? (No lo son). “Un hombre solo puede tener una esposa, y debe serle fiel”; ¿es esto un criterio? ¿Se lo puede considerar la verdad? (No). Son una conducta y una moral correctas, y lo más básico y fundamental dentro de la humanidad, pero no está a la altura de la verdad. Se ajusta a las normas morales y conductuales de la humanidad normal, pero ¿puede considerarse el criterio? ¿A qué se refiere el criterio? (A la verdad). Se refiere a la verdad, y lo que no está a la altura de la verdad no es, por lo tanto, el criterio. ¿Lo veis? ¿Son las exigencias que la cultura tradicional les impone a los hombres y las mujeres que acabo de mencionar las exigencias de Dios? (No lo son). Bien, ¿qué les exige Dios a los hombres? ¿Qué dice la Biblia? (Que trabajen y suden para mantener a sus familias). Esto es lo que exige Dios a los hombres y es lo más básico que un hombre debe ser capaz de hacer. ¿Qué hay de la regla de Dios con respecto a las mujeres? (Que su deseo sea para sus maridos). Puesto que esto es lo que dicen las palabras de Dios, es la verdad, y es a lo que la gente debe atenerse. Lo que proviene de la cultura tradicional o de las leyes morales, por muy correcto que sea, no es la verdad. ¿Por qué digo que no es la verdad? (Porque Dios no lo dijo). Lo que Dios no dice no es, de ningún modo, la verdad, como tampoco lo es aquello que no tiene nada que ver con lo que Sus palabras exigen. ¿Cuáles son los estándares con los que los orientales definen a las mujeres? Creen que las buenas mujeres, en primer lugar, deben ser amables y virtuosas, cultas y refinadas, monas y menudas, y que, después del matrimonio, deben ocuparse de todos los demás miembros de la familia, tanto jóvenes como viejos, sin protestar. No son más que felpudos. Así es la imagen de la mujer que han creado los orientales y estos son los estándares que se les exigen. Veamos ahora cuáles son los estándares que los occidentales exigen a las mujeres, es decir, lo que educan y defienden a través de sus ideas y puntos de vista. Los occidentales creen que las mujeres deben ser independientes, libres e iguales a los hombres; estos son esencialmente los derechos de la mujer que respalda Occidente. Estos derechos establecen una definición y requisitos fundamentales para las mujeres, es decir, proponen un concepto esencial sobre el estilo de vida y la apariencia de una mujer. ¿Cuál es el concepto? Que las mujeres no deben ser sumisas, ni dignas de lástima, ni bien educadas todo el día, como si fueran felpudos. Piensan que esto es malo y que las mujeres deben ser fuertes y audaces. En el corazón de los occidentales, así son los estándares que se exigen a las mujeres. Ellos consideran que las mujeres no han de ser como marionetas ni someterse dócilmente a la adversidad a diario, como tampoco esperar que otros las regañen o les den órdenes. Creen que es innecesario. Los occidentales abogan a favor de que las mujeres actúen de manera proactiva, independiente y valiente. Claro que lo que nosotros entendemos puede no coincidir del todo con su forma de pensar, pero esta es básicamente la principal diferencia entre las mujeres orientales y las occidentales. ¿Cuál de estas perspectivas es la correcta? (Ninguna). En realidad, no se trata de lo que está bien y lo que está mal. En el contexto social oriental, dentro de una comunidad así, tienes que vivir a su manera. ¿Podrías rebelarte si quisieras? En una familia, si te rebelas, corres peligro de muerte. En Occidente podrías vivir como lo hace una mujer occidental, pero independientemente de cómo vivas, en qué entorno social o comunidad, ¿qué punto de vista se ajusta a la verdad? (Ninguno de los dos). Ninguno de los dos está en consonancia con la verdad; ambos la vulneran. ¿Por qué lo digo? Los orientales quieren que las mujeres se porten siempre bien, que encarnen los valores confucianos, que sean virtuosas y amables, ¿con qué fin? Para que sean fáciles de controlar. Se trata de una ideología maligna que ha surgido de la cultura tradicional oriental y que es realmente nociva para las personas, ya que, en última instancia, lleva a las mujeres a vivir sin dirección ni ideas propias. Estas mujeres no saben qué deben hacer, cómo hacerlo ni qué acciones son correctas o erróneas. Aun entregando sus vidas a sus familias, sienten que no han hecho suficiente. ¿No supone esto una especie de daño para las mujeres? (Sí). Incluso cuando les arrebatan sus propios derechos, aquellos de los que deberían disfrutar, no ofrecen resistencia. ¿Por qué no lo hacen? Ellas afirman: “Está mal resistirse, no es virtuoso. Mira a fulanita le va mucho mejor que a mí y ha sufrido mucho más y, sin embargo, nunca se queja”. ¿Por qué piensan así? (Se ven influidas por el pensamiento cultural tradicional). Esta cultura tradicional ha arraigado profundamente en ellas y les ha causado un gran sufrimiento. ¿Cómo pueden tolerar esta clase de tormento? Saben perfectamente que es doloroso, que las hace sentir impotentes y lastima sus corazones, ¿cómo pueden entonces seguir soportándolo? ¿Cuál es la razón objetiva? Que ese es su entorno social, por eso no pueden liberarse, sino solo aceptarlo con resignación. Así es también cómo se sienten subjetivamente. No comprenden la verdad, ni cómo las mujeres deben vivir con dignidad, ni la manera correcta en la que las mujeres deberían vivir. Nadie les ha enseñado estas cosas. Hasta donde ellas saben, ¿cuál es el criterio para la conducta y la actuación de la mujer? La cultura tradicional. Creen que lo transmitido de generación en generación es correcto y que, si alguien lo vulnera, su conciencia debe ser condenada. Este es su “criterio”. Pero ¿es realmente correcto este criterio? ¿Debería entrecomillarse? (Sí). Este criterio no se ajusta a la verdad. Aunque el comportamiento de alguien bajo el control de este tipo de pensamiento y punto de vista sea aceptado o se considere adecuado, ¿es realmente un criterio? No lo es, ya que va en contra de la verdad y de la humanidad. Durante mucho tiempo, las mujeres de Oriente han tenido que ocuparse de toda la familia y han sido responsables de todos los pequeños asuntos triviales. ¿Es justo? (No lo es). Entonces, ¿cómo pueden tolerarlo? Porque están atadas a este tipo de pensamiento y punto de vista. Su capacidad para tolerarlo indica que, en el fondo, están seguras en un ochenta por ciento de que es lo correcto y que, si simplemente lo soportan, serán capaces de cumplir con los estándares de la cultura tradicional. Por lo tanto, corren en esa dirección, hacia esos estándares. Si en su interior pensaran que está mal y que no deberían hacerlo, que no se ajusta a la humanidad, sino que va en contra de esta y de la verdad, ¿podrían seguir haciéndolo? (No podrían). Tendrían que pensar en una forma de alejarse de esa gente y de no ser sus esclavas. Pero gran parte de ellas no se atrevería a hacerlo. ¿Qué creen? Que podrían sobrevivir sin su comunidad, pero que soportarían un estigma terrible si se marcharan, y sufrirían ciertas consecuencias. Tras sopesarlo, piensan que, si lo hicieran, sus colegas chismorrearían sobre su falta de virtud, la sociedad las condenaría de determinadas maneras y se formaría ciertas opiniones sobre ellas, y todo ello acarrearía graves consecuencias. Al final, lo meditan y concluyen: “Es mejor tolerarlo. De lo contrario, el peso de la condena me aplastará”. Así han sido las mujeres orientales a través de generaciones. ¿Qué han de soportar detrás de todas estas buenas obras? La privación de su dignidad y de sus derechos humanos. ¿Estos pensamientos y opiniones se ajustan a la verdad? (No). No están en consonancia con ella. Se las ha privado de su dignidad y sus derechos humanos, y han perdido su integridad, sus espacios de vida y pensamiento independientes, y su derecho a hablar y a expresar sus propios deseos; todo lo que hacen es para esas personas en casa. ¿Qué se proponen con esto? Cumplir con los estándares que la cultura tradicional dicta para las mujeres y que los demás las alaben llamándolas buenas esposas y personas. ¿No es esto una especie de tortura? (Sí lo es). ¿Es esta forma de pensar adecuada o está distorsionada? (Está distorsionada). ¿Está en consonancia con la verdad? (No lo está). Dios creó el libre albedrío para la especie humana, ¿qué pensamientos provienen de ese libre albedrío? ¿Se ajustan a la humanidad? Estos pensamientos deberían, al menos, corresponderse con la humanidad. Además, Dios también quiso que las personas tuvieran puntos de vista y entendimientos acertados de todas las personas, acontecimientos y cosas en el transcurso de sus vidas, y que escogieran la senda correcta para vivir y adorarlo. La vida así vivida es un regalo de Dios y debe disfrutarse. Pero estas llamadas culturas tradicionales y leyes morales constriñen, atan y distorsionan a la gente durante toda su vida y, al final, ¿en qué se convierten? Se convierten en marionetas de la cultura tradicional. ¿No se debe esto a que la gente no comprende la verdad? (Sí). ¿Elegiríais esta senda en el futuro? (No). Entonces, ¿qué deberíais hacer? Supongamos que dices: “Lucharé contra ellos” o “No les serviré más. Tengo derechos humanos y mi propia integridad”. ¿Está bien esto? (No). No está bien. Es pasar de un extremo al otro, y no es dar testimonio de Dios ni glorificarlo. Entonces, ¿cómo debes actuar? (Conforme a los principios). Por supuesto, es correcto actuar conforme a los principios, y debes tratar a todo el mundo de acuerdo con ellos, considerándolos como hermanos y hermanas si creen en Dios, y como no creyentes si no lo hacen. No hay necesidad de que te perjudiques, de que alteres tu integridad ni de que renuncies a tu dignidad y tus derechos sacrificando tu vida por ellos. No se lo merecen. Solo hay Uno en este mundo a quien vale la pena dedicarle la vida. ¿Quién es? (Dios). ¿Por qué? Porque Dios es la verdad, y Sus palabras son el criterio para la existencia, la conducta y las actuaciones de la gente. Mientras tengas a Dios y Sus palabras, no te desviarás y te comportarás y actuarás de manera precisa. Este es el resultado final que las palabras de Dios logran en alguien una vez que ha sido salvado.
“¿Qué es la verdad?” es un tema demasiado amplio. Solo hemos dado unos pocos ejemplos, uno de los cuales era cómo tratar a los búhos. ¿Qué otros ejemplos mencionamos? (Los orientales que toman café para imitar a los occidentales). (Los estándares que los orientales y los occidentales les exigen a las mujeres). Estos son los ejemplos más obvios. Entonces, entre las opiniones de los orientales y los occidentales sobre diversas cosas, ¿cuál es el criterio? (Ninguna de las dos). Ninguna implica la verdad, ambas son puntos de vista y opiniones humanas. Más exactamente, ambas son puntos de vista erróneos y falacias. No son criterios, son estrategias, teorías y filosofías satánicas que dañan a las personas. ¿Comprendéis un poco más esta cuestión, después de haber hablado así sobre ella? (Sí, así es). Si no hubiera hablado de esto, tal vez un día habríais considerado imitar a los occidentales bebiendo café y comiendo hamburguesas para emularlos. ¿Está eso de acuerdo con los principios? Aunque comas comida occidental todos los días, todo será inútil si no persigues la verdad, seguirás sin tener el criterio sobre cómo comportarte. La clave está en si puedes buscar la verdad y actuar de acuerdo con los principios, ya que esto te beneficia. Después de compartirlo de esta manera, ¿habéis adquirido cierto entendimiento respecto a la verdad y los criterios? (Sí). ¿Hay verdad en la cultura tradicional o en los criterios morales de la gente? (No la hay). ¿Hay verdad en las leyes morales? (No la hay). ¿Podéis estar seguros ahora de que las palabras de Dios son la verdad? (Sí). Tras haber confirmado que Sus palabras son la verdad, debéis considerar: ¿Cuáles son las palabras de Dios? ¿Cuáles son los principios que exigen Sus palabras? ¿Cuáles son los criterios que Él les ha transmitido a las personas? ¿Cómo deben actuar exactamente para ajustarse a las palabras de Dios, y cuáles son los principios correctos para hacerlo? Esto es lo que debéis buscar, pero, por ahora, eso es todo sobre este tema.
Apéndice:
Un día en la vida de Xiaojia
Pasemos al siguiente tema. ¿Cuál debería ser? Lo mejor sería que cuente una historia. Las historias también aluden a la verdad y a los criterios de conducta, actuación y culto a Dios por parte de la gente. Oíd de qué manera esta historia se relaciona con la verdad y los criterios de la conducta humana. Relata un día en la vida de Xiaojia, nuestro héroe. ¿Y en el transcurso de cuánto tiempo, más o menos, sucede la historia? (De un día). Un día. Algunas personas dirán: “¿Vale la pena contar los eventos de un día?”. Bueno, depende de lo que contéis. Si solo se trata de cotilleo y de lo bueno y lo malo, no vale la pena contarlo. Pero si involucra la verdad, vale la pena contar no solo los eventos de un día sino incluso los de un minuto. ¿No es así? (Así es).
Xiaojia es un apasionado de la búsqueda y un entusiasta de cumplir con su deber, y su historia comienza una mañana, temprano, justo después de despertar. Tras levantarse, leer la palabra de Dios y practicar sus devociones, Xiaojia fue por el desayuno y tomó un cuenco con gachas de avena y algunos vegetales. Entonces vio unos huevos y pensó: “Debería tomar un par. Dos huevos por día son suficiente nutrición”. Pero mientras se estiraba para tomarlos, dudó. “¿Tomo dos o uno? No será bueno que otros me vean tomar dos. Sería muy codicioso; pensarán que soy un glotón. Mejor tomar solo uno”. Retiró la mano y luego volvió a extenderla para tomar un huevo. En ese momento, alguien más se acercó para tomar uno y el corazón de Xiaojia casi se detiene al verlo. Pensó: “De hecho, será mejor no comer huevo. Tengo avena y vegetales y también algunos panes al vapor; eso es más que suficiente para desayunar. No debería ser tan codicioso. ¿Por qué siquiera desear comer huevo? Sería terrible si otros lo vieran. ¿No estaría entregándome a la comodidad? No comeré ninguno”. Pensando en eso, Xiaojia devolvió el huevo. Después de terminar el desayuno, unos minutos más tarde, comenzó a cumplir con su deber. Se mantuvo ocupado con las tareas por hacer, terminando una cosa tras otra. El tiempo pasa rápido y, en un abrir y cerrar de ojos, es la hora del almuerzo. Todos se fueron a comer, pero Xiaojia miró su reloj y vio que eran las 12:40 del mediodía. “Un momento. No debería apresurarme para ir a comer cuando todos los demás lo hacen. Si salgo corriendo, como todos, ¿no seré igual que ellos y quedaré como un glotón? Esperaré un poquito más”. Continuó con lo que estaba haciendo, pero se llevó una decepción cuando su estómago comenzó a rugir. Se abrazó la barriga y miró su computadora con la mirada vacía mientras pensaba: “¡Muero de hambre! ¿Qué habrá para almorzar hoy? ¿Será que hay carne? ¡Sería genial si pudiera comer un poco de carne!”. Su estómago siguió rugiendo mientras él pensaba, y solo mediante un gran esfuerzo logró esperar hasta que todos hubieron regresado de almorzar. Alguien le dijo: “¿Por qué no has almorzado? Date prisa y ve. La comida se está enfriando”. Xiaojia respondió: “No hay problema. No he terminado lo que estoy haciendo. Iré cuando haya terminado”. “¿No sería mejor que siguieras trabajando después de comer?”. “Descuida. Terminaré pronto”. Así, Xiaojia soportó el hambre y siguió trabajando. En realidad, ahora tenía mucha hambre y no estaba de humor para hacerlo, pero de todas formas aguantó y continuó con la simulación. Pasado un rato, volvió a mirar su reloj y vio que era la 1:30 de la tarde. Entonces pensó: “Eso bastará. Creo que ahora sí debería ir a almorzar”. Pero cuando estaba a punto de levantarse para ir a comer, una hermana le trajo una bandeja con comida y le dijo: “¡Es muy tarde! ¿Por qué no has almorzado? No importa cuán ocupado estés, igual debes comer. Si no comes a tiempo, tendrás problemas estomacales”. Él respondió: “Descuida. Iré a comer cuando haya terminado”. “No es necesario que vayas. Te he traído el almuerzo, así que date prisa y come”. “¿Cuál es el apuro? Ni siquiera tengo hambre aún”. Justo cuando dijo que no tenía hambre, su estómago rugió con un sonido parecido al de un trueno. Xiaojia se abrazó la barriga, esbozó una sonrisa tímida y le dijo a la hermana: “No vuelvas a preocuparte por traerme comida”. “Pero, si no lo hago, la comida se enfriará y habrá que volver a calentarla. Ya se ha recalentado una vez”. “Bueno, está bien. ¡Gracias!”. Mientras se le hacía agua la boca, Xiaojia tomó el almuerzo que la hermana le ofrecía. Dio un vistazo a la bandeja y se puso feliz: dos panes al vapor, vegetales, carne y sopa. Xiaojia tuvo otro pensamiento al ver los panes al vapor, y le dijo a la hermana: “No puedo comer dos panes. Estoy muy ocupado últimamente; no estoy durmiendo bien y tampoco tengo demasiado apetito. ¿No sería un desperdicio si me dieras dos panes? Toma, llévate uno”. “No hay problema. Puedes devolverlo si de verdad no logras terminarlo”, respondió la hermana antes de marcharse. Xiaojia pensó para sí: “Sí, vete rápido. Muero de hambre”. Levantó el cuenco, con algo de vergüenza a pesar de que no había nadie cerca, y tomó un sorbo cautelosamente. Entonces miró la carne. “¡Vaya! Podría oler el cerdo estofado a kilómetros de distancia. Pero no puedo comerlo enseguida; antes debo comer mis vegetales. Si me lleno con los vegetales comeré menos carne; de lo contrario, me terminaría la mitad del cuenco que tiene carne y sería vergonzoso”. Lo sopesó un momento y luego así lo hizo. Saboreó los panes y los vegetales y se tomó la sopa. Mientras comía sintió ganas de probar un bocado de carne, así que tomó un trozo de cerdo estofado. Se lo llevó a la boca, cerró los ojos y lo saboreó con detenimiento. “¡Qué delicia! La carne está muy buena, pero no puedo comer mucha. Un bocado es suficiente; luego, más vegetales y más sopa”. Siguió comiendo los panes al vapor, pero sin dejar de mirar la carne mientras lo hacía. “¿Debería comer esta carne? Está tan rica que sería una verdadera lástima no hacerlo”. Otra vez se le hizo agua la boca y pensó: “¡Ya sé! Partiré el pan en pedazos y los sumergiré en el caldo. Será como si estuviera comiendo carne. Así, los demás verán que no estoy comiendo carne, pero yo sentiré todo su sabor de todas formas. ¿No es genial?”. Con eso en mente, introdujo un bocado de pan al vapor en el caldo; luego lo sacó y lo comió y lo halló delicioso, casi idéntico a la carne. Entonces Xiaojia, de inmediato, partió todo el pan y lo sumergió en el caldo… En menos de diez minutos, se lo había comido todo y también se había terminado la sopa. Solo había comido uno de los panes, soportando el deseo de comerse el otro y frenándose a sí mismo. Cuando hubo terminado con todos los platillos según lo planeado, Xiaojia se sintió más o menos lleno y no creyó necesitar nada más. Entonces, pensó: “Uy, no es para nada apropiado comer tan rápido, como si estuviese muerto de hambre. De veras estaba hambriento, pero no es bueno que la gente me vea así. Debo comer despacio. Pero ¿qué puedo hacer ahora, si ya he terminado? Bueno, tengo una idea. Devolveré la bandeja dentro de diez minutos”. Sostuvo su reloj y miró fijamente la pantalla. “Cinco minutos… diez… quince… Muy bien, las dos en punto. Genial, ¡la llevaré!”. Feliz, llevó las sobras del cerdo estofado y el pan al vapor.
Eran más de las dos de la tarde cuando Xiaojia regresó. Sus hermanos y hermanas se habían ido a su receso de la tarde y él no tenía nada para hacer, por lo que estaba muy aburrido. Pensó: “¿Debería echar una siesta yo también? Siempre es bueno dormir un rato después de comer. Pero no; si duermo cuando todos los demás están durmiendo, ¿en qué me convertiría? No puedo dormir. Debo aguantar. Pero ¿cómo mantenerme despierto? Si me quedara de pie, no podría dormirme; pero si me paso todo el tiempo poniéndome de pie y alguien entra de repente, lo asustaré. No, no puedo ponerme de pie. Bien, entonces simplemente me sentaré frente a la computadora. Si alguien me ve, solo pensará que estoy trabajando, pero, en realidad, estaré tomando un descanso. ¡Qué buena jugada!”. Así que se sentó con naturalidad frente a la computadora, le clavó la mirada vacía y, en menos de cinco minutos, estaba dormido y roncando sobre el teclado. Cuarenta minutos más tarde, Xiaojia despertó de repente de su sueño profundo y dio un salto. “¿No estoy de pie? ¿Cómo que me dormí?”. Miró la hora, vio que se estaba haciendo tarde y fue a lavarse el rostro mientras todavía no había nadie más. Al verse a sí mismo en el servicio, dijo: “¡Oh, no! ¡Tengo toda la cara marcada por el teclado! No puedo dejar que me vean así”. Se restregó apresuradamente, frotando y dándose palmadas. Estuvo un buen rato en el servicio. Luego se miró al espejo y al ver que, en su mayoría, las marcas del teclado habían desaparecido, se regocijó en su interior. “Nadie se daría cuenta jamás, a no ser que prestara mucha atención”. Después, se peinó y acomodó el cuello de su camisa de color claro, percatándose de pronto de que este estaba levemente manchado con grasa. Al mirar con más detalle, notó que los puños también estaban un poco sucios. Pensó para sí mismo: “Hace algunos días que no lavo esta ropa ni me cambio, pero no lavar tiene sus beneficios. Una pizca de suciedad no le hace mal a nadie y a mí no me molesta tener un poco de mugre. En todo caso, ¿estar algo desaliñado no da un aspecto más espiritual?”. Simplemente puso hacia afuera el cuello y las mangas de la camisa y se arremangó las de la chaqueta, dejando a la vista todas las zonas sucias. Muy satisfecho, se alegró y salió del servicio caminando tranquilamente. Pasado un rato, la mayoría de la gente regresó a sus lugares y comenzó a ocuparse de su trabajo. Cuando vio que estaban todos, Xiaojia dijo: “¡No habéis dormido una siesta muy larga! ¡Realmente podéis sufrir y pagar el precio! Yo ni siquiera he tomado una siesta, solo descansé los ojos por un minuto y luego me refresqué la cara con agua. De lo contrario, no tendría nada de energía”. Nadie respondió. Como estaba bastante aburrido, él también se puso a trabajar. Había tomado bastante sopa en el almuerzo, por lo que a cada rato tenía deseos de ir al servicio, pero se aguantó, pensando: “Si voy, ¿no pensarán que soy un holgazán? No es bueno tener esa reputación, así que no puedo ir”. Entonces se contuvo, soportando hasta que, por fin, otra persona fue al servicio y él vio su oportunidad. Rápidamente, se unió a la fila, mientras se decía: “Es genial seguir a la multitud porque, de esa manera, nadie dirá nada sobre mí”.
Fue una tarde atareada. Xiaojia trabajó mucho, hablando con este, preguntándole a aquel, buscando recursos y haciendo todo tipo de tareas relacionadas con sus deberes. Después de todo el trajín, por fin llegó la hora de la cena. Esta vez, Xiaojia solo llegó un poco más tarde que los demás, pero terminó de comer más o menos a tiempo. El período después de la cena era el momento más feliz del día para él, ya que era el único en el que podía tomarse una taza del café que le gustaba en calma, con el corazón tranquilo, libre de autorreproches y de las críticas de los demás. ¿Por qué? Porque tenía suficientes motivos por los que necesitaba beber café, motivos totalmente legítimos a los ojos de todo el resto de la gente. Por consiguiente, era su momento más feliz. Mientras preparaba la infusión, murmuró para sí mismo: “Pff, hoy debo trabajar horas extras de nuevo. Ni siquiera sé cuántas. Ya veré cuánto tiempo me mantiene en pie este café”. Con un golpe, dejó la bebida recién hecha sobre la mesa, como diciendo: “¿Y qué? Estoy tomando mi café, ¿qué harás al respecto?”. Echó un vistazo a quienes estaban a su alrededor. Nadie lo estaba mirando, pero, de todas formas, tomó la taza con aire indiferente y bebió un sorbo mientras pensaba: “Todos dicen que el café es bueno, y están en lo cierto. Cada día tiene un sabor diferente y ofrece una experiencia distinta. ¡Es maravilloso!”. Feliz, bebió a sorbos su café con arrogancia y luego buscó aquí y allá algo en lo que trabajar esa noche. No tenía ningún objetivo en mente, en esencia, y sentía cansancio tras el día ajetreado, pero se obligó a seguir. No podía quedarse dormido y no podía dejar que otros vieran que estaba cansado o que tenía alguna actitud superficial, irresponsable o irreverente al hacer su trabajo o cumplir su deber. Se obligó a sí mismo a espabilar y se sentó frente a la computadora para seguir trabajando. Naturalmente, tomó un café tras otro. Cuanto más bebía, más alerta estaba y menos sueño tenía. Xiaojia miraba de reojo su reloj de vez en cuando. “Ya es más de la una, pero no puedo dormir, ya que me puse como objetivo las tres de la mañana. Ni siquiera puedo irme a dormir a las tres menos diez, porque estaría rompiendo mi promesa y no tendría una explicación para darle a Dios. Es una promesa que un ser creado debería cumplir, por eso debo honrarla. Dije que me iría a dormir a las tres de la mañana, así que me iré a dormir a esa hora, aunque deba beber litros de café”. Así, bebió café y resistió el cansancio, constriñéndose y controlándose mentalmente. A las tres, Xiaojia tenía una tarea importante que cumplir, por lo que tomó su teléfono y envió un mensaje que decía: “Hermana tal y tal, soy Xiaojia. Tengo un recordatorio importante: no olvides que hay una reunión grupal mañana a las diez de la mañana. La asistencia es obligatoria, y debes ser puntual. Firma: Xiaojia”. Xiaojia se sintió aliviado tras enviar el mensaje, pero, al mismo tiempo, pensó: “Enviarlo es una cosa, pero ¿y si no lo recibe? ¿Sabrá que le envié un mensaje? No puedo ir a dormir todavía. Debo esperar y ver si responde”. Pasó más de media hora y no hubo respuesta. Pensó: “¿Estará durmiendo? ¿Cómo puede ser que esté durmiendo tan temprano? Qué inútil, estar durmiendo, ya, a las tres”. Esperó hasta que la hermana le respondió, a las cuatro menos diez: “No he olvidado la reunión de mañana a las diez. Espero que tú tampoco la olvides y que llegues a tiempo”. Xiaojia lo leyó y se preguntó: “Ah, ¿qué clase de persona es esta? ¿Cómo puede ser que se esté yendo a dormir más tarde que yo?”. Pero ya no podía soportarlo. “¡Basta de café! Si sigo bebiendo, directamente no podré dormir esta noche. Necesito irme a la cama; debo levantarme a las cinco y media o seis de la mañana, como muy tarde. No puedo llegar después que mis otros hermanos y hermanas, pues debo hacer que todos me vean orando, leyendo las palabras de Dios y escuchando los sermones después de que ellos se levanten. Así que no puedo despertarme tarde. Fue por culpa de ese mensaje que no pude irme a dormir más temprano, pero no importa; los demás saben que me quedé despierto hasta tarde. De todas maneras, logré mi objetivo, y mañana intentaré irme a dormir a las cuatro”. Xiaojia intentaba pensar, pero no pudo evitar sentir un aturdimiento tal que ni siquiera se quitó la ropa cuando llegó a su dormitorio. Se desplomó sobre la cama, ya medio dormido, pero de todas formas se obligó a repasar: no comer huevos por la mañana, comer solo un pan en el almuerzo, no comer cerdo estofado, irse a dormir a las tres de la madrugada, tener, aún, mensajes por enviar… Xiaojia pensó y pensó hasta que finalmente se quedó quieto, dormido por el cansancio, el agotamiento, los sueños y los delirios. Y ese fue un día en la vida de Xiaojia.
Decidme, ¿de qué se trató todo eso? ¿No le resultaba agotador a Xiaojia estar siempre fingiendo? (Sí). Los robots no se cansan de hacer lo mismo todo el día porque no tienen mente ni consciencia, pero para las personas es extenuante. ¿Por qué Xiaojia vivía así si estaba tan cansado? ¿Por qué lo hacía? ¿Tenía un plan? (Así es). ¿En torno a qué giraba su plan? (A presumir frente a los demás). ¿Le daba algún beneficio presumir? (Podía hacer que la gente lo admirara). Podía hacer que la gente lo admirara. ¿Os resulta familiar el enfoque de Xiaojia? ¿Qué tipo de personas actúan así? (Los fariseos). Así es. Los fariseos toman los buenos modales y los comportamientos y prácticas que están de acuerdo con las nociones de la gente, y los representan frente a los demás para quedar bien y ser alabados. Usan ese método para lograr su objetivo de desorientar a las personas. ¿Cuál es la naturaleza primaria de esa acción de fingir y de mostrar toda clase de buenos modales para presumir frente a otros? Es simulación, engaño, desorientación. ¿Algo más? (Falsa espiritualidad). ¿Cuántas cuestiones del día de Xiaojia involucraban actitudes y son comunes a todos aquellos proclives a la falsedad? Comer huevos, panes al vapor y cerdo estofado y tomar café. Esas son todas cosas externas, pero ¿qué esencia podéis ver en ellas? Simulación y autocontrol. ¿Simulación de qué? (De estar sufriendo). ¿La gente ve el sufrimiento como algo bueno o malo? (Bueno). Sufrir es un buen comportamiento que todo el mundo admira muchísimo. ¿Cómo lo considera la gente? Lo considera la práctica de la verdad. Por eso es que Xiaojia no vacilaba en sufrir y pagar el precio. ¿Qué implicaba ese sufrimiento? No comer comidas ricas, quedarse despierto hasta tarde, levantarse temprano y disciplinar su cuerpo. ¿Cuál es la naturaleza de ese tipo de sufrimiento? Son solo simulación. Xiaojia no sufría por la verdad o la justicia, sino por la estima y la adoración de los demás y por tener prestigio y una buena reputación. ¿Sufría por la verdad? (No). ¿Alguna de sus acciones estaba de acuerdo con los principios-verdad? ¿Se rebelaba contra sí mismo, dejando de lado sus intereses personales, en aras de la verdad? ¿Era algo de eso cierto? (No). ¿Cuál era la naturaleza de su sufrimiento? ¿Era poner en práctica la verdad? ¿Era una demostración de su amor por ella? (No, no lo era). Entonces, ¿qué era? (La hipocresía). Era la hipocresía, era la aversión a la verdad, el engaño, la simulación, la falsedad y la desorientación; no era nada más que acciones y decisiones basadas en sus propias nociones y figuraciones y centradas en sus propios intereses, y no se relacionaba en absoluto con la verdad. No estaba buscando la verdad, por eso sus acciones tampoco eran verdaderas; no solo no tenían nada que ver con la verdad, sino que estaban completamente en desacuerdo con las necesidades normales de la humanidad que estaban contenidas en lo profundo de su corazón. ¿Es un pecado comer huevos? (No lo es). Sin embargo, Xiaojia lo consideraba codicia. Los huevos son un tipo de alimento que Dios creó para el hombre. Si tienes los recursos para comerlos, no estás siendo codicioso; pero si no tienes los recursos y robas y comes los huevos de otras personas, eso sí es codicia. ¿Cómo definía Xiaojia este asunto? Él creía que si comía huevos era codicioso, más aún si otros lo veían. Pensaba que, si podía comerlos sin que nadie lo viera, a espaldas de los demás, no era codicioso. ¿Cuál era su criterio para medir la codicia? Se basaba en si alguien lo veía. ¿Acaso se basaba en las palabras de Dios? No, en su propia visión personal. De hecho, ¿los demás tenían alguna opinión o mirada sobre el tema de comer huevos? (No). No era más que una teoría que el mismo Xiaojia se había inventado. Él creía que comer huevos en el desayuno significaba ser codicioso, entregarse a la comodidad, tener consideración con la carne. De acuerdo con su mirada, ¿acaso todos los que comen huevos no se entregan a la comodidad y tienen consideración con la carne? Su mensaje implícito era: “Cuando todos vosotros coméis huevos, estáis teniendo consideración con la carne. Yo no la tengo, puedo frenarme, por eso no como huevos. Poned huevos frente a mí y podré dejarlos, incluso después de haberlos tomado. Tal es el nivel de resolución y determinación que poseo y el amor que siento por la verdad. ¿Podríais vosotros hacer eso? Si no podríais, entonces no amáis la verdad”. ¿Qué pensaba de su idea? Que era el criterio para medir lo correcto y lo incorrecto. ¿No era eso falsedad? (Sí). Era falsedad.
Otra demostración de la que Xiaojia hacía alarde era no ir a comer a la hora del almuerzo. ¿Qué hacía en lugar de eso? (Lo postergaba). Reprimía el hambre y postergaba ir a comer. Pero ¿por qué? (Para presumir frente a los demás). Estaba montando un espectáculo; lo hacía para que los otros lo vieran. ¿Qué era lo que quería que vieran y entendieran? ¡Quería demostrarles cuánto sufrimiento era capaz de soportar y cuán diligente, leal, serio y responsable era en su trabajo! ¡Quería que las personas vieran que era realmente sobrehumano! Así lograría su objetivo; esa era la valoración que buscaba. ¿Qué significaba para él esa valoración? Era su vida, su savia. ¿Es eso amor por la verdad? (No, no lo es). Así que, ¿qué les gusta a las personas como él? No dudan en presumir, en enredarse en intrigas y conspiraciones y en engañar a otros exhibiendo una fachada, mostrándoles cuánto pueden sufrir, con lo cual reciben comentarios como: “Tú sí que soportas el sufrimiento. Realmente eres alguien que ama a Dios y que cumple su deber con lealtad”. No dudan en usar apariencias y trucos para ocultar la realidad, ni en engañar a Dios y timar a otras personas, todo para obtener una palabra o una valoración favorable de los demás. ¿Qué clase de carácter es ese? (Un carácter perverso). Es perverso. Son muy buenos fingiendo y montando un espectáculo y engañando. Es solo un almuerzo, ¿cuál es el problema con ir a comer tranquilo? ¿Qué persona viva no come? ¿Es un pecado comer a la hora prevista? ¿Es un pecado buscar algo de comer cuando uno tiene hambre? (No, no lo es). Es una necesidad física; es algo lógico. Estas personas tratan a todas las necesidades lógicas como inaceptables y las condenan. ¿Qué fomentan? Fomentan la disciplina constante del cuerpo, ocultando la realidad y mostrando una fachada para que otros puedan ver cómo sufren, cómo se contienen de entregarse a la comodidad y cómo pagan cualquier precio y sacrifican su tiempo, energía y todo lo que tienen por su trabajo. Eso es lo que quieren que la gente vea. ¿Es eso lo que hacen realmente? No lo es. Desorientan a otros con falsas apariencias, y esa es la manifestación de un carácter perverso. Hacen un esfuerzo enorme por algo tan insignificante como una comida. ¿Qué tipo de personas son? ¿Es eso lo que una persona de humanidad normal debería hacer? (No). No, no lo es. ¡Es sumamente insidioso! La mayoría de las personas, si oyeran de alguien que presume tanto por un asunto tan insignificante, ¿lo aprobarían o sentirían desagrado? (Sentirían desagrado). ¿Sois capaces de actuar de esa manera? (En ocasiones). ¿A un nivel tan grave? (No). El hambre es una sensación difícil de soportar, pero algunas personas pueden tolerar ese sufrimiento. Si les pides que se sometan a las palabras de Dios, que inviertan sus esfuerzos en Sus palabras, que actúen de acuerdo con los principios de las palabras de Dios y que hablen con honestidad, lo hallarían demasiado extenuante y difícil. Para esas personas, renunciar a sus propios intereses y orgullo sería más difícil que ascender al cielo, pero están dispuestas, cueste lo que cueste, a dejar de lado las palabras de Dios, a actuar en función de sus propias figuraciones y a proteger sus propios intereses carnales. ¿No demuestra eso que no tienen amor por la verdad? (Así es). Ese es un aspecto.
¿De qué otras manifestaciones presumía Xiaojia? Tenía muchísimo sueño, pero no se iba a dormir. Decidme, si alguien tiene sueño y se va a la cama un rato o toma una siesta rápida y luego tiene más energía para trabajar, ¿no es algo razonable? (Así es). Es razonable. ¿Alguien condenaría a Xiaojia por dormir? (No). Entonces, si nadie iba a juzgarlo, ¿por qué estaba tan aterrado? ¿A qué le temía? (A dar un paso en falso). Así es, tenía miedo de dar un paso en falso. En sus figuraciones, creía que todo el mundo lo tenía en alta estima, que todos lo consideraban particularmente capaz de soportar el sufrimiento y que era de lo más devoto. Sentía que si su verdadera naturaleza quedaba al descubierto y todos descubrían que no era ese tipo de persona, su imagen positiva se derrumbaría por completo. No soportaba ni pensar en eso, así que se contenía incluso de una siesta. Así de estricto era con él mismo. ¿Qué tipo de persona es? ¿No es un enfermo mental? Ese tipo de personas a menudo escuchan sermones, leen las palabras de Dios y se reúnen a hablar; ¿cómo puede ser, entonces, que no se concentren en la verdad? Reflexionar sobre los principios-verdad es muy bueno para ti. Mira lo que dicen las palabras de Dios: ¿hay en ellas alguna declaración sobre si las personas deben tomar siestas? (No). Dios no hizo declaraciones sobre ese tema, ni siquiera lo mencionó. Cualquiera que posea el pensamiento de la humanidad normal debería saber cómo manejarse en eso. Es lógico tomar una siesta cuando tienes sueño. Es lógico descansar al mediodía en un día caluroso de verano. En particular, algunas personas mayores, que ya no pueden mantener el mismo ritmo a nivel físico, de energía y demás, necesitan dormir un rato después de almorzar. Eso no tiene que ver con los hábitos de su estilo de vida, sino con sus necesidades físicas. Dios te ha dado la consciencia, la percepción y la reacción de la humanidad normal para permitirte manejar tu propia dieta, tu esfuerzo y tu descanso diarios de acuerdo con tu trabajo y con tu entorno; no deberías maltratarte. Supón, por ejemplo, que no haces comidas fastuosas y dices: “Dios no da permiso a las personas para que coman comidas ricas; comer siempre de esa manera las vuelve codiciosas”. Dios nunca dijo eso, y no impone tales requisitos a la gente. Pero eso era lo que Xiaojia pensaba, y suponía que Dios probablemente pensaba de la misma manera. Él creía que alguien que se acuesta temprano está entregándose a la comodidad, lo cual a Dios no le gusta. ¿No es eso falta de comprensión de la verdad? (Sí). Cuando Xiaojia no comprendía la verdad, podría haberla buscado, pero no lo hizo; en vez de eso, se limitó a actuar en función de su propia voluntad subjetiva. ¿Cuán lejos lo llevó? Bebió tres o cuatro tazas de café en un día solo para poder mantenerse despierto hasta tarde. Algunas personas dicen: “En los últimos años he bebido mucho café mientras cumplía mis deberes, para poder hacer el trabajo de la casa de Dios”. Si otra persona le dice: “¿Quién te hizo beber café? ¿No fue tu elección hacerlo?”, pensarán para sus adentros: “¿Sabes por qué bebo café? No es para quedarme despierto hasta tarde, sino para bajar de peso. ¿No lo sabías? Pero no debería decírtelo, porque, entonces, lo sabrás. Y si tú estás más delgado que yo, ¿aún me veré delgado?”. Muy calculador, ¿no es cierto? ¿Qué puntos de vista e ideas encierra eso? ¿Hay algo del entendimiento o la racionalidad de la humanidad normal? (No). No, solo hay batallas de ingenio, trucos y conspiraciones, pretensión, falsedad y desorientación. Eso es todo lo que hay. Están siendo calculadores cada vez que algo sucede. Jamás le dirán a nadie cuáles son su punto de vista y sus pensamientos verdaderos y mucho menos permitirán que todo el mundo los conozca o que Dios los vea. No tienen una mentalidad del tipo “Me pongo al descubierto. Mis acciones están de acuerdo con mis pensamientos y esta es la persona que soy”. Definitivamente, esa no es su actitud. ¿Cuál es, entonces? Ocultan y fingen todo lo que pueden, por miedo a que la imagen que los demás tienen de ellos no sea lo suficientemente buena, devota o espiritual.
¿Por qué Xiaojia quería quedarse despierto hasta tarde? Muchos tipos de trabajo no exigen hacer turnos nocturnos, y la mayoría de la gente tiene sueño después de las diez de la noche. Incluso aunque siguieran trabajando, sería inútil, ya que las personas tienen una energía limitada. Pero Xiaojia siempre se forzaba, sin importar si servía de algo, incluso sabiendo con certeza que no servía. ¿Por qué enviaba mensajes antes de irse a dormir? (Para que otros lo notaran). Para que los demás fueran testigos de que se había ido a dormir a las tres de la madrugada. A fin de cuentas, si no duermes en toda la noche, ¿no serás tú mismo el que tendrá sueño? ¿Y no te lo habrás buscado? Algunas personas se quedan despiertas hasta tarde y envían un mensaje a las tres de la mañana. Cuando el receptor les responde, a las cuatro, esperan hasta las cinco para contestarle, para demostrar que ellos se irán a dormir más tarde aún. Al hacer eso, se atormentan a ellos mismos y se dañan uno al otro, y al final ninguno de ellos logra dormir en toda la noche. ¿No son un par de idiotas insensatos? ¿Qué clase de comportamiento es ese? Es un comportamiento estúpido. ¿De dónde viene? Todo surge de un carácter corrupto. Por ahora, no analizaremos de qué carácter corrupto deriva este comportamiento, solo diremos cuán absurdo es. Con solo elegir cualquiera de las palabras de Dios para practicar, estas personas podrían cambiar ese comportamiento y esa práctica absurdos. Cualquiera de ellas les permitiría vivir en paz y con seguridad y hacer su vida más realista y práctica. ¿Por qué no eligen vivir conforme a la palabra de Dios? ¿Por qué se atormentan así? ¿No están cosechando lo que siembran? (Así es). Da igual cuánto sufran esas personas, siempre será en vano; y no importa cuánto sufrimiento toleren, ellos mismos tendrán que soportar las consecuencias. Algunos dicen: “Llevo todos estos años creyendo en Dios y durante veinte he sido líder. Siempre me quedé despierto hasta tarde, sin dormir, y terminé sufriendo de agotamiento nervioso”. Yo digo: “Pues te ha salido barato. Si continúas atormentándote como un tonto y actuando así, la psicosis está a la vuelta de la esquina”. ¿Puede alguien estar saludable si no duerme de noche, está siempre al límite y su cuerpo funciona de manera anormal? ¡Se lo ha buscado! Supón que le dices: “Actuar así no sirve. Haz un esfuerzo y organízate para trabajar de día e incrementar tu productividad. Cuando todos estén conversando sobre el trabajo, habla menos tonterías y deja a un lado las cosas sin importancia. Deberías captar los puntos clave, la esencia y el tema de la charla y, cuando esta termine, todos deberían ponerse a hacer sus propias tareas. No te vayas por la tangente y no pierdas el tiempo”. No te escuchará. Ellos no son buenos para expresarse, pero tampoco sintetizan las experiencias, solo hablan tonterías para perder el tiempo hasta la una o las dos de la madrugada, sin dormir ni dejar que nadie más lo haga. ¿No es eso atormentar y hacer daño a los demás? Por último, piensan: “Dios, lo has visto, ¿verdad? ¡Eran las tres de la mañana y aún no me había ido a dormir!”. Dios lo vio. No solo vio cómo se veía desde afuera, sino que también vio el interior de su corazón, y Él dice: “Tu corazón está sucio. Te has quedado despierto toda la noche en un tormento sin sentido, pero Dios nunca lo recordará. Cuando es hora de dormir, no te vas a la cama; en vez de eso, te obligas a aguantar. ¡Tú mismo te has buscado este sufrimiento!”. Cuando las personas tienen sueño, sus párpados se cierran de manera natural. Es el instinto, así que ¡mereces sufrir si vas en contra de los instintos y de las leyes de la naturaleza! Dios no te pedirá que soportes un padecimiento sin sentido u ocasionado por violar las leyes de la naturaleza o los principios o la verdad. Pero si insistes en ese tipo de sufrimiento, pues, adelante. Algunas personas, cuando oyen que alguien no se va a dormir hasta las tres de la madrugada, piensan: “Es lo mismo que hago yo. Bueno, de aquí en adelante, me acostaré a las tres y media”. Luego se enteran de que alguien se acuesta a las tres y media y quieren irse a la cama a las cuatro. ¿No es eso una enfermedad mental? Podrías competir por cualquier cosa, pero eliges competir por ver quién se duerme el último; eso quiere decir que no eres mentalmente normal. Esas personas ¿tienen un problema de comprensión? (Sí). No pueden comprender la verdad. Cuando tienes tiempo, deja de esforzarte tanto, de devanarte los sesos y de ocupar tus pensamientos con cosas como el comportamiento externo, la apariencia y la falsedad. ¿A qué deberías dedicar tus esfuerzos, entonces? Mira cómo las palabras de Dios ponen al descubierto la naturaleza corrupta y el carácter perverso de la humanidad y cómo Él desenmascara a las personas que son superficiales. Esfuérzate en compararte con esas palabras de Dios que dejan en evidencia al hombre, reflexiona en cuántas de las manifestaciones que Él pone al descubierto posees y cuántas realizas o revelas a menudo. ¡Sintetizar estas cosas es algo estupendo! ¡Qué despreciable es que una persona esté siempre haciendo un esfuerzo por unos pocos huevos o panes al vapor o por sumergir algo en caldo! ¿Qué es eso? Es ser calculador y carecer de sabiduría. ¿Qué es una persona así? (Un idiota). Bien dicho. Cuando se trata de personas que están constantemente pensando en cuántos huevos comer o en tomar café para permanecer despiertos a la noche, no es una exageración llamarlos idiotas obsesionados con la comida. ¿En qué aspectos son estúpidos? ¿Por qué decimos que esas personas son estúpidas? (Porque su sufrimiento es totalmente inútil). Sin duda es inútil. ¿Por qué querrías hacer cosas tan infantiles? ¿Crees que toda una vida sin comer huevos te permitirá comprender la verdad? ¿No es tonto actuar de esa manera? (Sí). No hagas tonterías. ¿Qué tipo de personas tienden a hacer tonterías? (Quienes carecen de comprensión espiritual). Esas personas, ¿tienen la capacidad de entender la verdad? (No). Hay quienes dicen: “Su calibre es bueno y tienen habilidad para predicar”. Puede que tengan habilidad para predicar, pero ¿por qué, al momento de actuar, siempre tienen conductas infantiles? ¿Por qué actúan de manera tan inmadura e irrisoria? ¿Qué es lo que está pasando ahí? Hablan de una forma, pero actúan de otra. De lo que hablan es de su comprensión doctrinal y lo que hacen son las cosas que realmente comprenden y pueden aceptar. En el fondo, ¿respaldan o reconocen las doctrinas que predican? (No, no las reconocen). No reconocen que esas cosas sean la verdad o criterios que deberían poner en práctica y respetar. De hecho, en realidad, consideran criterios y sendas de práctica a las intrigas y nociones que hay en su corazón, a las ideas y prácticas falsas y a los comportamientos que otros consideran correctos. ¿No serán desechadas esas personas si nunca cambian? ¿Tendrán alguna posibilidad de salvación? No hay mucha esperanza.
Decidme, ¿es razonable usar una sombrilla o un sombrero de paja bajo el sol caliente? (Sí, es razonable). La gente que trabaja al sol se quema rápido si no usa sombrero, así que es totalmente razonable que lo haga. Algunas personas no piensan así, y dicen: “¿Usar un sombrero de paja? ¿No sería insultante para mí? ¿Cómo podría usar un sombrero? No temo sufrir ni tampoco broncearme. De hecho, es saludable”. Si eso es lo que realmente piensan, no hay problema. Pero la clave es que, en el fondo, algunos no piensan así. Piensan: “Miraos, usando un sombrero de paja porque tenéis miedo de broncearos o de quemaros con el sol en un día caluroso. ¡Yo no me pondré uno! ¿Qué tiene de malo broncearse o quemarse con el sol? A Dios le agradan esas cosas, ¡así que no me importa lo que piensen los demás!”. ¿Qué opináis de las personas que dicen eso? ¿Creéis que son un poco engañosas, un poco falsas? En realidad, hay un motivo detrás de su negación a usar sombrero, y es demostrarle a la gente que son capaces de sufrir y que son verdaderamente espirituales. ¡Esa clase de comportamiento hipócrita es repugnante! La gente que es tan buena fingiendo, ¿puede cumplir su deber adecuadamente? ¿Pueden sufrir y pagar el precio por sus deberes? Una vez que se hayan bronceado o quemado con el sol, ¿no se quejarán y culparán a Dios? Los fariseos hipócritas nunca ponen en práctica la verdad, sino que fingen espiritualidad. ¿Realmente podrían sufrir y pagar el precio? Dada la esencia de los hipócritas, podéis ver que no poseen nada de amor por la verdad y mucho menos la capacidad de sufrir o de pagar el precio por ella. Más aun, sin importar cuántas palabras de la verdad oigan, jamás escuchan ni las entienden como tales; por el contrario, las tratan y las predican como si fuera alguna clase de teoría espiritual. Ese tipo de hipócritas no comprenden por qué la gente cree en Dios, por qué Él quiere proveerles la verdad a las personas, cómo es el proceso mediante el que la gente acepta Su salvación, dónde radica la importancia de eso y qué significa realmente la salvación para Dios. Ellos no comprenden ninguna de esas verdades. Si, en una iglesia, hay un hipócrita que no ama la verdad sino la falsedad, entonces es un verdadero fariseo. En su interior, le presta atención al comportamiento, a las apariencias y las valoraciones de las personas y, sin importar cuántas verdades oiga, nunca las pone en práctica. Todo lo que dice es correcto y puede decir cualquier tipo de doctrina, pero no practica lo que predica. Si alguien está en sintonía con él, ¿es el mismo tipo de persona? (Así es). ¿Qué punto de vista tendrá una persona con pensamiento normal sobre las manifestaciones de ese hipócrita? Pensará: “Su método de práctica es incorrecto, ¿no es así? ¿Por qué es tan raro? Cuando llega la hora de comer, debería simplemente ir a comer; entonces ¿por qué da tantos rodeos?”. Dirá que esa persona es extraña, que entiende las cosas de una manera diferente a los demás, distorsionada, y no se verá afectado por ella. Pero si alguien es el mismo tipo de persona que el hipócrita y le presta especial atención al comportamiento externo y a las opiniones de los demás, entonces se comparará y competirá con él. Es como cuando Xiaojia envió aquel mensaje a las tres de la mañana y el receptor le respondió a las cuatro, pensando: “Me has enviado un mensaje a las tres, así que responderé a las cuatro”. Y Xiaojia se dijo: “Como has respondido a las cuatro, yo enviaré mi mensaje a las cinco”. Con el correr del tiempo, al competir de esa manera, todos se van convirtiendo gradualmente en hipócritas. Si un líder de la iglesia es esa clase de persona y los hermanos y hermanas carecen de discernimiento, están en peligro; podrían ser desorientados en cualquier momento. ¿Por qué lo digo? Es fácil que a una persona que no comprende la verdad la desoriente y la influya el comportamiento externo de otras. Como no saben qué es lo correcto, creen, en sus nociones, que esos comportamientos son buenos. Si otra persona puede llevarlos a cabo, se convertirá en el objeto de su adoración y pensarán que esta debería ser líder, ser perfeccionada y ser amada por Dios. Aprobarán ese comportamiento y lo validarán desde el fondo de su corazón. ¿Qué pasará si lo validan? Seguirán a esa persona. Si ambos son líderes, se compararán y competirán entre sí. Cierta vez, líderes y obreros de iglesias de diferentes países participaron de una reunión virtual. Tras conectarme y escuchar durante un rato, sentí que algo no estaba bien. Pensé: “¿Qué están haciendo estas personas? ¿Están predicando?”. Después de entender la situación, me di cuenta de que estaban orando. Me pregunté por qué lo hacían de esa manera. Sonaba aterrador, era como si mostraran los colmillos y exhibieran las garras. De por sí, eso no es nada del otro mundo; entonces ¿cuál era el problema principal? Parecía que oraban con los ojos abiertos, no ante Dios, y no decían lo que estaba en su corazón. Más bien estaban compitiendo para ver quién era más elocuente, quién podía decir más doctrinas y cuál de sus discursos era más extenso y profundo. Sonaba como un enfrentamiento en un coliseo y no, sin duda, como una oración a Dios. ¿No están acabadas esas personas? ¿No han sido desechadas? Con personas así sirviendo como líderes, ¿cuánto sufrimiento deben soportar quienes están por debajo de ellas? ¿No se están viendo perjudicados sus subordinados? Cada uno oró con entusiasmo durante, al menos, veinte minutos; a pesar de que lo Alto estipula que ninguna persona debe dominar en las reuniones y que solo deben hablar durante cinco a diez minutos, tuvieron el descaro de tomarse todo ese tiempo para orar. Más tarde comprendí, finalmente, por qué tantas reuniones duran desde la mañana hasta la noche: esos supuestos líderes se toman un largo tiempo solo para orar, uno tras otro, mientras quienes están por debajo de ellos sufren. Esos falsos líderes estaban allí para enfrentarse verbalmente, para divagar; algunos de ellos eran tan incoherentes que olvidaban cosas que ya habían dicho. Para ellos, todo estaba bien siempre y cuando pudieran hablar más tiempo que los otros. Yo estaba perplejo: cuando una persona ora, debe orar a Dios con los ojos cerrados. Entonces, ¿por qué tenían los ojos abiertos? ¿De verdad no perturbaba su mente tenerlos abiertos y ver cómo las demás personas oraban? Sobre todo, tener que pensar en cómo estaban orando los demás, qué palabras usaban, y querer ser superiores a ellos; con el corazón lleno de ese tipo de cosas, ¿sería posible orar a Dios de manera sentida? ¿No es anormal esa razón? ¿No son, todas esas, manifestaciones de la falsa espiritualidad de líderes y obreros falsos? Es bueno que todos se reúnan y lean juntos las palabras de Dios y hablen sobre la verdad, pero algunas personas han declarado: “Ah, no tienes idea. Cuando esos líderes se reúnen y oran, es como si estuvieran recitando las escrituras; hablan sin parar de un tema y es lo mismo cada vez que nos reunimos. Ya estoy harto de oírlos”. ¿De qué manera edifican a la gente esas reuniones? Los líderes y obreros falsos siempre hacen eso. ¿Pueden estar de acuerdo con las intenciones de Dios? No ponen atención a hablar sobre la verdad para ayudar a que la gente la comprenda ni a solucionar problemas compartiendo de la verdad, sino que se enredan en la falsa espiritualidad de la religión. ¿No lleva eso a la gente por mal camino? ¿Cuál es el problema aquí? Que no entienden en absoluto las intenciones de Dios ni las exigencias que Él impone a las personas. ¡Nada más se involucran en ritos religiosos y presumen! Peor aún, usan la oración para dejar en evidencia, atacar y juzgar a otros, mientras que algunos la usan para justificarse. En apariencia, sus oraciones están dirigidas a los oídos de Dios, pero, en realidad, son para los del hombre. Por lo tanto, esas personas no tienen ni por asomo un corazón temeroso de Dios; son todos incrédulos que perturban el trabajo de la casa de Dios. Las oraciones de esos falsos líderes revelan una gran fealdad. Algunos oran diciendo cosas como: “Dios, algunas personas me han malinterpretado. Mi intención no era esa. Estoy orándote, no me siento negativo; los demás pueden pensar lo que quieran”. Algunos dicen doctrinas y otros compiten para ver quién escucha más sermones, quién recuerda más letras de himnos o palabras de Dios, quién pasa más tiempo orando, quién es el más elocuente o quién posee una mayor variedad de formas de orar y practica muchos tipos de oración distintos. ¿Es eso orar? (No). ¿Qué es? ¡Es hacer el mal de manera inescrupulosa! Es jugar con la verdad y pisotearla, deshonrar y blasfemar a Dios. Esos diablos e incrédulos se atreven a decir cualquier cosa a través de la oración. Decidme, ¿son creyentes de verdad? ¿Tienen la más mínima devoción? (No). Esas personas se vuelven negativas cuando les quitan su estatus de líder y no reflexionan en absoluto, sino que se quejan en todas partes: “He sufrido tanto trabajando para dios; sin embargo, ellos dijeron que no hice ningún trabajo real y que era un falso líder y me reemplazaron. Además, ¿cuántas personas pueden decir doctrinas de manera tan exhaustiva como yo? ¿Cuántos son tan amorosos como yo? Renuncié a mi familia y a mi carrera y pasé cada día en la iglesia reuniéndome con mis hermanos y hermanas, hablando por tres o cinco días cada vez. ¿Cómo pudieron reemplazarme, así como así?”. Son desobedientes y albergan reclamos. También están los que difunden esta aseveración: “No seas un líder en la casa de dios. Si te eligen como líder, estarás en problemas, y una vez que te reemplacen ya ni siquiera tendrás la oportunidad de ser un creyente corriente”. ¿Qué palabras son esas? Son las palabras más absurdas y ridículas, y también se puede decir que son palabras de incumplimiento, descontento y blasfemia contra Dios. ¿No significan eso? (Sí). ¿Qué contienen esas palabras? Un ataque. ¡No se trata de un juicio corriente! Esas personas no dicen que las reemplazaron por ir desbocados haciendo cosas malas y sin completar ningún trabajo real, pero se quejan de que Dios fue injusto con ellas, de que Sus acciones no tuvieron en cuenta su orgullo y de que Él no entendió cómo se sentían ni su entrega emocional. Tienen la mentalidad de un no creyente ¡y están por completo desprovistos de las realidades-verdad!
¿Durante cuánto tiempo soléis orar en las reuniones? ¿Os absorbe demasiado tiempo? ¿Alguna vez vuestras oraciones exasperaron a la gente? Ciertas personas dedican mucho tiempo a orar y todo el mundo se siente hastiado de oírlas; sin embargo, ellas igual creen que son las más espirituales y piensan que se lo han ganado y que lo han conseguido por haber creído en Dios durante tantos años. No se cansan, incluso después de orar por un par de horas durante las cuales no hacen más que repetir las mismas cosas irrelevantes de siempre, diciendo todas esas palabras y doctrinas y consignas que conocen o cosas que han oído decir a otros o que han inventado. Hacen eso, sin importarles si todos están hartos o no o si les gusta o no. ¿Así oráis vosotros? Decidme, ¿lo correcto es orar brevemente o largo y tendido? (No hay una manera correcta ni incorrecta). Así es. No puedes emitir un veredicto sobre cuál de las dos es correcta o incorrecta; debes simplemente orar a Dios en función de lo que tu corazón necesita. A veces la oración no requiere ninguna ceremonia y otras veces sí; depende del entorno y de lo que haya pasado. Si crees que una oración te llevaría mucho tiempo, entonces ora a Dios en privado sobre tus cuestiones personales. No ores sobre todo eso en las reuniones, ocupando el tiempo de los demás. Eso se llama razón. Algunas personas hacen caso omiso de esto en aras de su propio orgullo y reputación. Eso es ser ignorante y carecer de razón. Las personas que no tienen razón, ¿sienten vergüenza? Ni siquiera son conscientes de que todos son reacios a verlas orar. La gente que no tiene siquiera esa pizca de perspicacia o de consciencia, ¿puede comprender la verdad? No. Todos los principios-verdad que Dios exige que el hombre ponga en práctica se encuentran en Sus palabras, y todas las palabras que comparte Dios sobre la práctica de la verdad contienen y son los principios. Las personas solo deben reflexionar sobre ellas. Hay muchísimos principios en las palabras de Dios con respecto a poner en práctica la verdad; hay principios y sendas sobre cómo practicar en todo tipo de asuntos, situaciones y contextos. La clave es si tienes o no entendimiento espiritual y capacidad de comprensión. Quien tiene esa capacidad de comprensión puede entender la verdad. Pero quien no la tiene solo comprenderá preceptos, sin importar lo detalladas que sean las palabras de Dios, y eso no es entender la verdad. Por eso Dios te da un principio, para que puedas adaptarlo a diferentes circunstancias. Escuchando Sus palabras y llegando a conocerlo, a través de diversas experiencias y de la enseñanza, así como también del esclarecimiento del Espíritu Santo, lograrás entender un aspecto de los principios mediante los cuales Él habla y los estándares que Él exige para un tipo de asunto. Entonces, habrás entendido ese aspecto de la verdad. Si Dios tuviera que explicar todo con detalle y decirles a las personas cómo actuar en este tema o en aquel otro, entonces los principios de los que habla no servirían para nada. Si Dios usara ese método y le impartiera a la humanidad preceptos para una cosa tras otra, ¿qué ganaría la gente, a fin de cuentas? Solo algunas prácticas y comportamientos. Nunca llegaría a entender las intenciones de Dios ni Sus palabras. Si la gente no entiende las palabras de Dios, jamás podrá comprender la verdad. ¿No es así? (Sí). ¿Vosotros sois capaces de comprender la verdad? La mayoría de la gente no, y son solo los pocos que tienen entendimiento espiritual y aman la verdad quienes realmente lo consiguen. Entonces, ¿cuáles son los requisitos previos para quienes sean capaces de lograrlo? Pueden lograrlo si tienen entendimiento espiritual, capacidad de comprensión, si su búsqueda es genuina y aman la verdad y las cosas positivas. Con respecto al resto, los que no pueden conseguirlo, es, por un lado, por problemas con su aptitud o comprensión y, por otro, una cuestión de tiempo. Es como una persona de veintitantos años: si le pides que haga algo que podría y debería conseguir alguien de cincuenta, ¿no la estarías forzando a hacer algo que excede sus capacidades? (Sí). Ahora pensad, ¿con qué se relaciona la capacidad de comprender la verdad de una persona? (Con su aptitud). Está relacionada con su aptitud. ¿Con qué más? (Si persigue o no la verdad). Tiene cierta relación con su búsqueda. Algunas personas son, en efecto, adecuadas en términos de comprensión, rapidez de pensamiento y coeficiente intelectual, y pueden entender la verdad, pero no la aman ni la persiguen. En su corazón, no sienten nada por ella y no hacen ningún esfuerzo en tal sentido. Para la gente así, la verdad siempre será algo difuso e irreconocible y, sin importar cuántos años crean en Dios, no servirá de nada.
Bueno, he terminado de contar mis historias. ¿Puede la trama y el contenido de estas historias ayudaros a entender algunas verdades? (Sí). ¿Por qué cuento estas historias? ¿Sería necesario contarlas si estuvieran desconectadas de las condiciones en las que vive la gente, las actitudes que ponen en evidencia y sus pensamientos en la vida real? (No). No sería necesario. Todas las cosas que hemos conversado son fenómenos corrientes y estados que la gente a menudo revela en la vida y están relacionadas con las actitudes, los puntos de vista y los pensamientos humanos. Si después de oír estas historias pensáis que son solo historias, que son algo divertidas y ligeramente interesantes, pero eso es todo, y no sois capaces de comprender las verdades en ellas, entonces no os serán de ninguna utilidad. Debéis comprender algunas verdades a partir de estas historias. Eso tendrá, al menos, un efecto correctivo sobre vuestro comportamiento; en particular, sobre vuestro punto de vista en relación con ciertas cosas, y os permitirá modificar vuestros métodos distorsionados de comprensión y poseer un entendimiento puro de este tipo de asuntos. Esto no es solo para cambiar vuestro comportamiento, sino para solucionar, de raíz, esos estados generados por las actitudes corruptas. ¿Lo entendéis? Ahora, hablemos del tema principal.
Disección de cómo hacen los anticristos que los demás se sometan solo a ellos, no a la verdad ni a Dios
IV. Disección de que los anticristos finjan ser la personificación de la verdad una vez que adquieren algo de experiencia y conocimiento
La última vez hablamos sobre el octavo punto de las manifestaciones de los anticristos: hacen que los demás se sometan solo a ellos, no a la verdad ni a Dios. El punto ocho se divide en cuatro subtemas en total. Ya hemos terminado de hablar sobre los tres primeros, entonces, ¿cuál es el cuarto? (Los anticristos fingen ser la personificación de la verdad una vez que adquieren un poco de experiencia, conocimiento y aprenden algunas enseñanzas). Ese es el cuarto subtema del punto ocho. Por supuesto, eso también involucra un aspecto de las manifestaciones del tema de ese punto: ambos están relacionados. ¿Cuál es ese tema? Que hacen que los demás se sometan solo a ellos, no a la verdad ni a Dios. Dividamos este subtema y hablemos de él poco a poco. ¿Qué son, respectivamente, la experiencia, el conocimiento y las enseñanzas? ¿Qué tipo de personas los poseen? ¿A qué tipo de personas les gusta equiparse con ellos? ¿Qué clase de personas ponen más énfasis en equiparse con ellos que con la verdad? ¿Qué clase de personas consideran esas cosas la verdad? En primer lugar, una cosa es segura: no importa el calibre de esa gente ni cómo sea su percepción, profesan un gran amor por el conocimiento, y ese amor supera al que sienten por la realidad-verdad. El objetivo y la dirección que buscan en su creencia en Dios son los de adquirir una supuesta experiencia y conocimiento. Su intención es utilizarlos para armarse y empaquetarse de modo que resulten más elegantes, más estilosos, más cultivados y más capaces de ser estimados y venerados. Con ese conocimiento y esa experiencia, creen que su vida es más valiosa, más satisfactoria y está más llena de seguridad en sí mismos. A su juicio, creen en Dios para dotarse de ese conocimiento y de dichos que se relacionan con la teología y con diversos aspectos del sentido común, el conocimiento y las enseñanzas. Creen que, al equiparse con esas cosas, pueden ocupar un lugar en la casa de Dios y dentro de ese grupo de personas. Por lo tanto, todo lo que piensan, adoran y siguen en sus corazones a diario está relacionado con el conocimiento y la experiencia, entre otras cosas.
Empecemos por analizar qué tipos de conocimiento, experiencia y enseñanzas existen, y cuáles pueden considerarse fingir ser la personificación de la verdad. En primer lugar, se puede decir con certeza que esas cosas no tienen nada que ver con la verdad, no se ajustan a la verdad y van en contra de la verdad. Pueden ser cosas que, de acuerdo con las nociones de la gente, sean correctas, positivas, bellas y buenas. Pero, en realidad, a los ojos de Dios, no están relacionadas con la verdad y son incluso, en esencia, la fuente de condena de la verdad por parte de la gente; son la raíz y la fuente de la resistencia de la gente hacia Dios y de la formación de las nociones sobre Él. Experiencia, conocimientos y enseñanzas: ¿hay diferencia de edad y sexo entre quienes adquieren esos atributos? (No). Lo más probable es que no la haya. Algunas personas tienen dones. ¿Qué son los dones? Por ejemplo, después de que algunas personas escuchan una teoría o un dicho y comprenden los conceptos básicos o la esencia de dicha teoría, su mente reacciona con gran rapidez. Enseguida saben cómo explicar esa teoría o ese dicho y cómo traducirlo a su propio lenguaje para usarlo al hablar con otras personas. Después de escuchar esas cosas, las recuerdan enseguida; eso no quiere decir que sean muy perceptivos, simplemente tienen una memoria excelente, lo cual es una especie de don especial. ¿Hay alguien que posea un don así? (Sí). Hay gente así que, después de que digas algo, puede utilizarlo inmediatamente para hacer inferencias sobre otra cosa. Cuando se les presenta información sobre algún aspecto de un tema, son capaces de aplicarla a otras áreas. Se les da muy bien utilizar el tema que se debate para exponer sus propias ideas. Son muy buenos en lo que se refiere a cuestiones lógicas y lingüísticas, como asuntos externos y teorías. Es decir, destacan en los juegos de palabras y en el uso de teorías para atraer y convencer a los demás. Hay algunas personas que tienen ese tipo de don. Son muy elocuentes, y su pensamiento y reacciones son sumamente ágiles. Al escuchar un aspecto de la verdad, gracias a su inteligencia limitada y oportunista y a sus dones, lo entienden como un tipo de conocimiento y aprendizaje que luego usan para hablar con los demás y hacer el trabajo que se conoce como riego y pastoreo. ¿Qué efecto tiene eso en la gente? ¿Hay algún resultado positivo? (No). ¿Por qué? (No es práctico, y la gente no tiene una senda de práctica cuando lo oye). Después de escuchar lo que han dicho esas personas, los demás piensan que todo lo que han dicho es correcto, que no hay ni una palabra errónea ni que vaya en contra de los principios: todo es correcto. Sin embargo, al ponerlas en práctica, sienten que esas palabras están vacías, que no hay objetivo ni dirección al practicar y que no pueden utilizarse como principios de práctica. Entonces, ¿qué son esas palabras? (Doctrinas). Son un tipo de doctrina, un tipo de conocimiento. Tales manifestaciones de los anticristos son muy evidentes y prominentes. Consideran la verdad como conocimiento, como algo académico, como teoría. Aunque solo entienden las cosas a medias, siempre exigen que los demás hagan esto o aquello. Cuando los demás no entienden y les piden que expliquen en detalle, los anticristos no pueden explicarse con claridad y, en su lugar, refutan: “No amas la verdad. Si amaras la verdad, serías capaz de entender lo que digo y tendrías una senda de práctica”. Al oír eso, algunos confundidos y faltos de discernimiento piensan: “Es cierto. Si realmente amara la verdad, sería capaz de entender sus palabras”. Las personas que no tienen discernimiento consideran que lo que esa persona dice es correcto, que no comprenden la verdad. Se responsabilizan a sí mismos y, por lo tanto, son desorientados por los anticristos para que pierdan el norte.
Hablemos ahora de la experiencia. La experiencia es un método que se ha ido acumulando a lo largo de mucho tiempo de pasar por distintas situaciones. ¿Tiene experiencia la gente que ha trabajado dos días? (No). Entonces, aquellos que han trabajado durante diez o veinte años sin duda tienen experiencia. Algunas personas creen que la tienen por haber trabajado durante muchos años y que, cuando se trata de lo que deben hacer cuando les sobrevienen ciertas situaciones, de cómo deben tratar con cierto tipo de gente o de qué tipo de doctrinas deben comunicar a cada tipo de persona, lo saben todo. Como resultado, cuando un día ocurre algo nuevo que desconocen, hojean los registros de sus últimos veinte años de trabajo, reflexionan sobre ellos y luego aplican de manera indiscriminada esos enunciados y prácticas que usaron en el pasado. Cuando actúan así, los que no comprenden la verdad siguen pensando que lo que hacen está en consonancia con la verdad, mientras que los que sí la comprenden, se fijan y dicen: “Esa persona está actuando ciegamente. Carece de principios en su trabajo; se basa por completo en la experiencia y no comprende la intención de Dios, ni entiende cómo actuar de forma que se salvaguarden los intereses de la casa de Dios y se respeten los principios de la casa de Dios sobre cómo se debe tratar a las personas. Aplica los preceptos a ciegas”. Aquí hay un problema. Si la persona promedio ha trabajado poco tiempo, es posible que no tenga el capital para decir: “Tengo experiencia; no tengo miedo. He trabajado durante muchos años. ¿Qué tipo de personas no he visto y de qué asuntos no me he ocupado?”. Sin embargo, esa gente se atreve a decir eso. Aunque hayas lidiado con muchas cosas y hayas tratado con más de un tipo de persona, ¿puedes garantizar que actúas de acuerdo con los principios-verdad al tratar cada asunto y con cada persona? Lo cierto es que no es algo que te atrevas a garantizar. No obstante, si alguien pone objeciones a aquellos que toman la experiencia y la rutina como la verdad, estos dicen: “Llevo muchos años trabajando. He cruzado puentes más veces de las que tú has transitado sendas, ¿y aun así te atreves a discrepar conmigo? Anda, ¡vete a tu casa y ponte a rezar!”. Nadie se atreve a decir la palabra “no”, a exponer opiniones diferentes o a expresar una palabra de desacuerdo en su presencia. ¿Qué comportamiento es ese? Es considerar la experiencia como la verdad y creerse la personificación de la verdad. Algunos dicen: “No me considero la personificación de la verdad; ¿quién se atrevería a ostentar semejante título? Solo dios es la verdad. Nunca he actuado ni pensado de esa manera”. Subjetivamente, tú no piensas de esa manera, ni pretendes actuar así. Sin embargo, desde un punto de vista objetivo, tu forma de actuar, tu comportamiento y la esencia de tus acciones te caracterizan en última instancia como alguien que se considera a sí mismo la personificación de la verdad. ¿Por qué haces que la gente obedezca tus sugerencias al pie de la letra? Si no te consideras Dios y solo eres una persona corriente, ¿estás capacitado para hacer que los demás te obedezcan? (No). Hay una circunstancia en la que la gente puede obedecerte: si entiendes la verdad, si eres una persona que entiende la verdad. No obstante, aunque seas una persona que comprende la verdad, sigues siendo una persona corriente, y ¿puede una persona corriente ser la personificación de la verdad? (No). Si uno puede descifrar todas las palabras que Dios ha pronunciado y todas las verdades que Dios exige que el hombre comprenda, ¿puede esa persona convertirse en la personificación de la verdad? (No). Algunos dicen: “Eso puede deberse a que no ha sido perfeccionado. Pedro era un hombre perfeccionado. ¿Podría llamarse a Pedro la personificación de la verdad?”. Ser perfeccionado no hace que uno sea la personificación de la verdad, ¿y sabes por qué? (Hay una distinción en cuanto a la esencia). Hay una distinción en cuanto a la esencia; ese es uno de los aspectos. La cuestión de si el hombre puede convertirse en la personificación de la verdad es algo que debemos discutir. ¿Por qué se dice que el hombre no puede ser la personificación de la verdad? ¿Es la personificación de la verdad una mera cuestión de esencia? Hay quienes dicen: “El hombre nace como un ser creado, y Aquel que está en el cielo es inherentemente el Creador. No necesitamos discutir sobre ese asunto: Dios siempre será la personificación de la verdad. Entonces, ¿es porque Cristo comprende la verdad y tiene la verdad que Él es la personificación de la verdad? Si hemos obtenido todas las verdades de Dios, ¿podemos llamarnos también la personificación de la verdad?”. Otros dicen: “No podéis. Solía pensar que cuando la gente entendiera más de las verdades, podría convertirse en cristo y llegar a ser dios. Ahora sé que esa esencia es insustituible e inmutable”. Su comprensión ha llegado hasta este punto. Entonces, ¿sois capaces de entender aún más este asunto? Deberíais entender este asunto para cuando termine de charlar con vosotros. Cuando hablamos de la personificación de la verdad, ¿en qué consiste esa “personificación”? Es un término un poco abstracto, así que expliquémoslo con términos más sencillos. Dios mismo es la verdad y Él posee todas las verdades. Dios es la fuente de la verdad. Cada cosa positiva y cada verdad provienen de Dios. Él puede emitir un juicio sobre lo correcto y lo incorrecto de todas las cosas y todos los acontecimientos; Él puede emitir un juicio sobre las cosas que han ocurrido, las cosas que están ocurriendo en este momento y las cosas futuras aún desconocidas para el hombre. Dios es el único juez que puede emitir un juicio sobre lo correcto y lo incorrecto de todas las cosas, y esto significa que lo correcto y lo incorrecto de todas las cosas solo puede ser juzgado por Dios. Él conoce los criterios para todas las cosas. Él puede expresar verdades en cualquier momento y lugar, Dios es la personificación de la verdad, lo cual significa que Él mismo posee la esencia de la verdad. Aunque el hombre comprenda muchas verdades y sea perfeccionado por Dios, ¿tendría entonces algo que ver con la personificación de la verdad? No. Eso es una certeza. Cuando el hombre es perfeccionado, con respecto a la obra actual de Dios y a las diversas normas que Él exige del hombre, este tendrá un juicio y métodos de práctica precisos, y comprenderá plenamente las intenciones de Dios. Puede diferenciar entre lo que viene de Dios y lo que viene del hombre, entre lo que es correcto y lo que es incorrecto. Sin embargo, hay algunas cosas que permanecen inalcanzables y nada claras para el hombre, cosas que este solo puede conocer después de que Dios las diga. ¿Podría el hombre conocer o predecir cosas que aún son desconocidas, cosas que Dios aún no le ha dicho? En absoluto. Además, aun si el hombre obtuviera la verdad de Dios, poseyera la realidad-verdad y conociera la esencia de muchas verdades y tuviera la capacidad de distinguir lo correcto de lo incorrecto, ¿tendría la capacidad de controlar y gobernar todas las cosas? No la tendría. Esa es la diferencia entre Dios y el hombre. Los seres creados solo pueden obtener la verdad de la fuente de la verdad. ¿Pueden obtener la verdad del hombre? ¿Es el hombre la verdad? ¿Puede el hombre proveerla? No puede, y ahí reside la diferencia. Tú solo puedes recibir la verdad, no proveerla. ¿Se te puede llamar una persona que posee la verdad? ¿Se te puede llamar la personificación de la verdad? ¡Por supuesto que no! ¿Cuál es, con exactitud, la esencia de la personificación de la verdad? Es la fuente que provee la verdad, la fuente de gobierno y soberanía sobre todas las cosas y es, también, el único criterio y estándar a través de los cuales se juzgan todas las cosas y todos los acontecimientos. Esta es la personificación de la verdad. Los anticristos a menudo se niegan a aceptar esta afirmación. Creen que el conocimiento es fuerza, que la experiencia es un arma con la que la gente puede equiparse para hacerse poderosa y que cuando la gente tiene experiencia, conocimiento y esas enseñanzas, puede controlarlo todo. Pueden controlar el destino de las personas, dominar e influenciar sus pensamientos e incluso influir en su comportamiento. O algunos pensarán que esas cosas pueden educar a la gente, cambiar su mentalidad y sus actitudes. ¿Qué tipo de pensamientos son esos? (Pensamientos de los anticristos). Esos son los pensamientos de los anticristos. ¿Por qué Dios puede tener soberanía sobre el destino de la humanidad? Dios es la realidad de todas las cosas positivas, y Sus palabras son la realidad de todas las cosas positivas. ¿Cuál es la esencia de Dios? Su esencia es la verdad y por eso puede tener soberanía sobre el destino de la humanidad. Los anticristos no ven ni reconocen esa afirmación, y mucho menos la aceptan. Ellos consideran como la verdad aquellas cosas que provienen de la gente, del conocimiento y de la sociedad y que son apreciadas por la humanidad malvada, e intentan usar esas cosas para desorientar y controlar a la gente y ganar un lugar en la iglesia y entre el pueblo escogido de Dios. ¿Para qué desorientan a la gente? ¿Qué pretenden al estudiar y equiparse con esas cosas? Pretenden que la gente les obedezca y escuche sus palabras. ¿Con qué fin quieren que las personas escuchen sus palabras? (Para controlarlas). Así es, buscan controlarlas. Eso significa que, cuando pronuncian algunas palabras, la gente los obedece y se deja manipular por ellos, hasta convertirse en sus herramientas y sus esclavos. Como la gente acepta sus puntos de vista y sus supuestos conocimientos, experiencia, y enseñanzas, los veneran. ¿Acaso adorarlos no significa escucharlos? (Sí). ¿El hecho de escucharlos no significa que esas personas pueden ser manipuladas fácilmente? ¿No han triunfado los anticristos? (Sí). En cuanto alguien les hace caso, ¿no significa eso que los anticristos han provocado que se aleje de Dios? (Sí). Eso hace felices a los anticristos; ese es su propósito. En realidad, en el fondo de su corazón, no necesariamente creen de forma inequívoca que sean la personificación de la verdad y que sean la verdad, pero piensan y actúan como si lo fueran. ¿Por qué piensan y actúan así? Ellos creen que su conocimiento, experiencia y todo lo que procede de sus dones es correcto, y quieren usarlo para controlar a la gente y tenerla firmemente entre sus manos. Algunos de sus conocimientos, experiencia y enseñanzas son obviamente palabras endiabladas con las que pretenden engañar a la gente. Algunos, aunque no sean obvios, esconden conspiraciones, astutas tramas y conspiraciones en su interior, y quienes no puedan ver a través de ellos serán desorientados. ¿Cuáles son las consecuencias de esa desorientación? La gente se aleja de Dios y deja de entender la verdad, ya que considera el conocimiento, la experiencia y las enseñanzas humanos como la verdad y deja de lado las palabras de Dios. Tienen una comprensión muy vaga de las palabras de Dios, pero se preocupan mucho y tienen en gran estima ese conocimiento y experiencia, e incluso se esfuerzan por ponerlos en práctica y aplicarlos. Ese es el propósito de las acciones de los anticristos. Si no tuvieran tal ambición por manipular a la gente, controlarla y hacer que sea obediente, ¿se equiparían con esas cosas? No pondrían ningún empeño en ello. Tienen un objetivo; su propósito es muy claro. ¿Cuál es ese claro propósito? (Controlar a la gente). Es controlar a la gente. Al margen de si controlan a todo un grupo de personas o solo a una parte de ellas, ¿serían capaces de controlar a alguien sin una base teórica? En primer lugar, deben encontrar un conjunto de pensamientos y teorías que estén lo más en consonancia posible con las nociones y figuraciones de la gente y que se adapten lo máximo a sus gustos, y utilizar todos los medios a su alcance para difundirlos entre las personas. Eso supone lavar el cerebro a la gente, realizar un trabajo psicológico en las personas, adoctrinarlas sin parar y hacer que la gente escuche, se familiarice y acepte constantemente esos pensamientos y puntos de vista. De hecho, se adoctrina y se lava el cerebro a la gente de forma pasiva, e inconscientemente acepta esos puntos de vista. Debido a que las personas no tienen la capacidad interior de distinguir el bien del mal antes de comprender la verdad, no tienen la capacidad de resistirse a esas cosas, no tienen anticuerpos para eso. Cuando las personas aceptan esos puntos de vista falaces, enseguida se ven atrapadas por ellos. ¿Qué se entiende por “atrapadas”? Significa que, tras aceptar esos puntos de vista, las personas se empeñan cada vez más en creer que esas cosas son correctas y utilizan constantemente esas perspectivas para convencerse a sí mismas y a los demás. Han sido desorientadas y controladas, y así es como Satanás logra su objetivo cuando desorienta a la gente.
Algunos que han aprendido ciertas habilidades profesionales especiales por el mundo o aquellos que tienen un determinado estatus social en la sociedad, poseen un pensamiento común después de venir a la casa de Dios, lo que da lugar a una manifestación común en ellos. ¿Cuál es ese pensamiento? Se consideran la élite de la sociedad. ¿Qué son las élites? Son personas que destacan en los grupos. Han recibido una educación superior especial, y sus talentos, calibre y dones están por encima de los demás. ¿Qué significa estar por encima de los demás? Significa que, dentro de un grupo de personas, destacan por su pensamiento, inteligencia y elocuencia, y que tienen una capacidad especial para comprender ciertas cuestiones y habilidades. Eso es lo que se llama estar por encima de los demás, y a estas personas se las conoce en la sociedad como élites. Todos los países cultivan ese tipo de personas. ¿Cuál es el propósito de cultivarlos? Lograr que el país se desarrolle con mayor rapidez. Cuando esas personas se dedican a diversos cargos, el desarrollo se acelera en todos los ámbitos de la vida. ¿El estatus de estas personas en la sociedad es alto o bajo? (Alto). Sin duda, no tienen un estatus ordinario. Tienen algunos talentos especiales, han adquirido algunos conocimientos especiales y han recibido cierta educación especial. Su calibre, talento y conocimiento adquirido son superiores a los de la gente corriente. Si esas personas vienen a la iglesia, ¿cuál es su mentalidad? ¿Qué es lo primero que se les viene a la cabeza? Primero, piensan: “Un oso debilitado sigue siendo más fuerte que un ciervo. Aunque después de creer en dios no persiga el mundo ni goce de renombre en él, dada la educación especial que he recibido, así como los conocimientos que he adquirido y los talentos de los que estoy dotado, debería ser un líder entre vosotros. En la casa de dios, debo ser una viga maestra y un pilar. Yo debo ser quien dirija y guíe”. ¿No es así como piensan? ¿En qué se basa esa forma de pensar? Si fueran un humilde agricultor, ¿se atreverían a pensar así? (No se atreverían). ¿Por qué no? (No tienen el capital). No tienen el capital para pensar de ese modo. Entonces, ¿qué clase de personas pueden pensar así? Todas ellas poseen ciertos conocimientos, talentos, dones y supuesto calibre. Cuando vienen a la casa de Dios, piensan: “Ya no persigo el mundo. El mundo es demasiado malvado, así que mejor vendré a la casa de dios y me dedicaré a buscar en ella. En la casa de dios, al menos puedo ganar la posición de líder o de obrero”. ¿Acaso albergan buenas intenciones? (No). ¿Por qué no albergan buenas intenciones? Lo que han aprendido y su estatus social los perjudica muchísimo. Si no persiguen la verdad, nunca descenderán de tal posición en toda su vida. Siempre creerán estar por encima de todos, pero, en realidad, desde el punto de vista de Dios, no son diferentes de cualquier otro ser creado. Siempre se situarán por encima de los demás. ¿No es peligroso? Si caen, caerán con dureza, ¡y su vida puede correr peligro! ¿Por qué esas personas sienten que deberían tener un estatus elevado, que deberían ser veneradas, que deberían tener a mucha gente girando a su alrededor, que deberían ser consultadas sobre todo y que sus opiniones deberían ser escuchadas, y que se debería pensar en ellas y ponerlas en primer lugar en todo? ¿Por qué se les ocurren tantos “debería”? Porque le dan mucha importancia a su estatus social, a sus conocimientos y a las cosas especiales que han aprendido. Piensan: “No importa cuánto se comunique la verdad ni cómo de alto se exprese, mis cualidades siguen siendo valiosas; son más valiosas que la verdad y no pueden ser reemplazadas por ella. En la sociedad, soy el jefe de una empresa. Gestiono a miles de personas. Con un gesto de mis brazos, todo el mundo tiene que escucharme. Tengo un poder tan grande... ¡imagina qué clase de posición y estatus ostento! Entre esa gente diminuta de la casa de Dios, ¿cuántos hay más elevados que yo? Cuando miro a mi alrededor, no veo a mucha gente excepcional. Si yo los gestionara, no supondría ningún problema; ¡no sería nada del otro mundo!”. Supongamos que les dices: “Muy bien. Es bueno que tengas esa ambición. Satisfaré tu deseo, te recomendaré como líder de la iglesia. Lleva a esas personas ante Dios para que sepan cómo leer Sus palabras y poner en práctica la verdad; apoya a los débiles, a los negativos y a los que no cumplen con su deber”. Te dirán: “Eso es fácil. Cuando estaba en el negocio, hice todo ese trabajo psicológico. Es algo que se me da bien”. ¿Qué ocurre cuando se pone en sus manos a más de treinta personas de la iglesia? En menos de dos meses, quienes eran débiles se debilitan aún más, quienes eran negativos se vuelven más negativos y quienes difunden el evangelio no pueden ganar gente. Aquellos que no saben cómo leer la palabra de Dios se quedan adormilados en cuanto llega la hora de la reunión y ya ni siquiera quieren escuchar los sermones de lo Alto. Cuando se les pregunta: “¿Verdad que eres muy capaz?”, dicen: “Sí, era un jefe. ¡Mis capacidades son evidentes!”. No importa qué tipo de jefe seas en el mundo, es inútil. Si no entiendes la verdad, entonces eres un lego para realizar la obra de la iglesia. Si se permite que esas personas se hagan cargo de la obra evangélica, solo se dedicarán a formalidades inútiles y superficiales, no obtendrán ningún resultado, y una iglesia con decenas de personas no estará bien regada. ¿Qué está pasando aquí? Esas personas tan cultas fueron en su día jefes de empresa y ejecutivos en la sociedad, así que ¿por qué no pueden mostrar sus habilidades cuando vienen a la casa de Dios? (El Espíritu Santo no los apoya). Que el Espíritu Santo no los preserve es un aspecto, pero ¿cuál es la razón principal? No comprenden la verdad, así que cuando se trata de los estados y las actitudes corruptas de las personas, los requisitos de Dios para el hombre, las palabras de Dios que exponen al hombre y la forma en que Dios habla, carecen de comprensión espiritual y no pueden ver con claridad lo que está pasando con esas cuestiones; simplemente actúan de una manera ciega y superficial. Piensan que la obra de la iglesia es como dirigir un negocio en el mundo y que, mientras inspiren la mente de la gente y despierten su entusiasmo, habrán hecho un buen trabajo. Por un lado, piensan que deben realizar un trabajo psicológico y, por otro, hacer buen uso de sus formas establecidas de tratar los asuntos en el mundo, de modo que intentan sobornar a los que están por encima de ellos y comprar a los que están por debajo. Creen que, mientras te asegures de que la gente recibe dinero, te escucharán y te seguirán; piensan que es así de sencillo. Las cosas externas no involucran la verdad. Al creer en Dios, todo lo que uno hace involucra la verdad y los cambios de carácter. ¿Funcionará utilizar los mismos métodos que empleaban en el mundo? (No). No funcionará. A la hora de cómo resolver los estados y debilidades de las personas, cómo brindarles un buen apoyo, cómo lidiar con sus nociones sobre Dios, cómo hacer que se conozcan a sí mismas cuando revelan sus actitudes corruptas y cómo lograr que sean honestas, no tienen ni idea e incluso dicen tonterías e imponen preceptos sin pensar. Por ejemplo, si alguien dice algo que es de aficionados y que carece de comprensión espiritual, dirán que esa persona es de calibre escaso y no persigue la verdad. Se limitan a aplicar a ciegas los preceptos, y lo hacen de este modo y de aquel otro hasta que los demás se quedan sin camino que recorrer, lo que los perturba y los desmotiva. Los que llevan a cabo su deber ya no tienen energía para ello, mientras que los que son negativos se vuelven aún más negativos. Algunas personas dicen que sería mejor para ellas leer las palabras de Dios en casa si una persona así dirige su iglesia. ¿A qué se debe? Cuando dirigen una iglesia, hacen que la gente se desmotive, lo que provoca que ya no quieran creer en Dios. ¿Por qué la gente no quiere creer? Porque, en un principio, la gente tenía una visión un tanto clara, pero las acciones de esta persona los perturban y confunden. Para empezar, no había verdades en el corazón de estas personas, solo comprensión de doctrinas. Después de ser perturbadas por esta persona, se vuelven aún más despistadas y ya no pueden captar la obra del Espíritu Santo. La existencia de Dios mismo también se vuelve un poco confusa. Entonces, ¿qué tipo de métodos utilizan para llevar a la gente a ese punto? Por ejemplo, ¿es verdad la afirmación “El hombre fue creado por Dios”? (Sí). Debes usar tus conocimientos, comprensión y experiencia reales para probar ese enunciado, de modo que los hermanos y hermanas puedan creer con mayor firmeza que dicha afirmación es verdadera y correcta y convencerse de que la especie humana proviene de Dios y, así, aumente su fe en Él. Una vez que una persona tiene fe en Dios, cuando acepta la disciplina o sufre alguna adversidad o persecución, tendrá fuerza en su corazón. Es un hecho. Sin embargo, ¿qué dice esa gente?: “Hay un programa de televisión que dice que se ha descubierto que los humanos vivían en tribus hace cien millones de años”. Cuando alardean de sus conocimientos y hablan así de historia, todos los que los oyen se muestran confundidos: “¿No se dice que el hombre fue creado por Dios? Dicho así, no lo parece. ¿El hombre proviene de los simios?”. Mira, ¿a dónde han llevado a la gente? ¿Acaso no perjudica a las personas? (Sí). Siempre que tienen ocasión, hacen alarde de sus conocimientos y hablan de historia, filosofía y de cómo tratan y se confabulan con los funcionarios de los gobiernos del mundo, solo para presumir de esas cosas. Cuando presumen así, y cuando algunos hermanos y hermanas que son jóvenes de estatura, débiles y cuya fe es pequeña, oyen estas cosas, ¿a dónde va su corazón? (Corre hacia el mundo). Así es. ¿A qué equivale eso? Esas personas que les fueron confiadas se ven abandonadas por ellos. Es evidente que son legos. No solo no entienden los asuntos de la entrada en la vida, sino que tampoco entienden cuál es su trabajo y mucho menos los asuntos espirituales de la vida o los cambios de carácter. No entienden nada de eso, sin embargo, todavía fingen ser alguien que entiende la verdad y quieren ser un pastor para guiar al pueblo escogido de Dios. ¿No es absurdo? Si no entiendes los asuntos espirituales de la vida, ¿qué harás cuando te elijan como líder? Dices: “Soy lego y nunca he dirigido una iglesia. Tengo que buscar y ver qué estipula la organización del trabajo al respecto y encontrar personas que lo entiendan para hablar sobre cómo debe llevarse a cabo el trabajo o encontrar hermanos y hermanas que entiendan la verdad y coordinarme con ellos”. ¿Es esa la actitud correcta? (Sí). Sin embargo, hay gente que no lo hace. Se dan aires de superioridad y dicen: “Quieres que me coordine con otros, pero ¿quién tiene más cualificaciones superiores que yo? ¿Quién tiene un estatus social más alto que el mío? Tengo bastante renombre en la sociedad. Cualquiera que me conozca debe mostrar un poco de respeto”. Solo presumen y alardean así de sus capacidades. Cuando dirigen una iglesia de esta manera, ¿los hermanos y hermanas tienen todavía esperanza de entrar en la realidad-verdad? (No). No la tienen. Y aunque así fuera, esas personas siguen haciendo que los demás las informen de todo. Estos diablos fueron un poco a la universidad y poseen un poco de conocimiento y, en consecuencia, se atreven a fanfarronear, a estafar en la sociedad secular y a hacer todo tipo de cosas malas. Tienen algún medio de supervivencia, así que quieren venir a la casa de Dios para lograr algo. Para obtener estatus y dar gloria a sus antepasados, quieren incluso fingir ser la personificación de la verdad para que el pueblo escogido de Dios los escuche y los siga. ¿Qué significa para ellos “la personificación de la verdad”? Significa: “Todos vosotros debéis sostener como la verdad cada uno de mis pensamientos, enfoques y opiniones. He establecido una regla para ti: se me debe informar de todas las facturas, incluso de las de menos de cinco dólares”. Otros dicen: “No debería ser necesario informar de cinco dólares. También tenemos un ámbito de autoridad. ¿No podemos simplemente actuar de acuerdo con los principios?”. ¿Qué piensan al respecto?: “¿Cómo podría estar bien eso? Esto es importante. Soy el líder. ¡Solo yo tengo la última palabra!”. Aunque no lo digan, así es como piensan en su corazón. Así es como controlan a la gente. Son capaces de hacer cualquier cosa que sea mala o que engañe a los demás. Cuando engañan y perjudican a los demás, no pestañean, su corazón no da un vuelco y no se sienten en absoluto incómodos por dentro. Cuando se les da una posición en la casa de Dios, se atreven a ocuparla. Una vez que la aceptan, no quieren renunciar a ella y desean fingir ser la personificación de la verdad para hacer que los demás obedezcan. ¿Existen personas así? (Sí).
Hay algunas personas que, aunque creen en Dios, no se esfuerzan de manera voluntaria y alegre por Él; en vez de eso, llevan a cabo su deber de mala gana. Solo piensan en ser mano de obra para recibir bendiciones, pero no están dispuestas a esmerarse en pos de la verdad. Cuando cumplen sus deberes, a menudo lo hacen superficialmente y sin ser meticulosas, y se conforman con solo lograr algunos resultados para que no las echen. Sin embargo, independientemente de si la gente cree en Él de manera genuina y de si se esfuerza por Él, Dios le da la oportunidad de arrepentirse. Él no te condenará porque no entiendas la verdad o porque actúes de manera superficial cuando llevas a cabo tu deber. Él te escrutará sin cesar para ver si eres capaz de aceptar la verdad y si puedes arrepentirte realmente y tomar la senda de vida correcta. Depende de tu elección. Algunas personas no entendían ninguna verdad cuando comenzaron a cumplir sus deberes, pero por escuchar sermones a menudo y reunirse y compartir con frecuencia, poco a poco llegan a comprender la verdad. Su corazón se vuelve cada vez más inteligente y ven que les falta mucho, que no poseen ninguna verdad en absoluto y que no siguen principios en su cumplimiento del deber, sino que solo hacen algunas tareas en función de sus propios deseos. Sienten que llevar a cabo sus deberes de esta forma no está de acuerdo con las intenciones de Dios y su corazón se arrepiente; comienzan a esmerarse en pos de la verdad y obtienen resultados cada vez mejores al cumplir sus deberes. De esta manera, por un lado, ganan entrada en la vida y, por otro, gradualmente llegan a estar calificados para el cumplimiento de estos. Así es una persona que puede aceptar la verdad en el cumplimiento de sus deberes. A medida que su comprensión de la verdad se vuelve más clara, puede ver mejor sus propias revelaciones de corrupción. Puede orar a Dios y confiar en Él en su corazón, estar dispuesta a desechar su corrupción, poner en práctica la verdad y tomar la senda de la búsqueda de la verdad. Ese es el crecimiento paulatino de la vida en el transcurso del cumplimiento del deber de uno. Todos aquellos que siguen a Dios llegan a comprender la verdad y entran en la realidad-verdad mientras cumplen sus deberes. Si uno no ama la verdad, ¿puede haber un cambio como ese? Por supuesto que no. Algunas personas son particularmente arrogantes y vanidosas. Cuando vienen a la casa de Dios, en especial después de cumplir con su deber, se vuelve evidente hasta qué punto lo son: con los brazos cruzados sobre el pecho o las manos en las caderas, se muestran desafiantes e insatisfechas. ¿Por qué son tan arrogantes? En su interior, dicen: “Para creer en dios y cumplir mi deber, he renunciado al mundo, a mi familia y a mi trabajo. ¿No es un precio alto? He renunciado a mucho por dios. ¿No debería compensarme de algún modo? Además, de acuerdo con mi estatus e ingreso en la sociedad, ¿la casa de dios no debería, al menos, darme el mismo trato? Ahora que estoy llevando a cabo mi deber, ¿no puede dios darme algún favor especial? Soy un talento especial, soy mucho mejor que la gente común. Debería tener estatus en la casa de dios. Si otros pueden liderar, yo también puedo hacerlo. Mi estatus no debería ser más bajo que el de los demás y debería gozar de un tratamiento más elevado que las personas corrientes. Más importante aún, ¿puede dios asegurarme que recibiré bendiciones y tendré un buen destino en el futuro?”. A partir de lo que piensan en su corazón, podemos ver que han venido a hacer un trato con Dios, no a esforzarse sinceramente por Él. Esas personas piensan de la misma manera que lo hacía Pablo; quieren cumplir su deber a cambio de las bendiciones de Dios. Sin embargo, su razón es mucho peor que la de Pablo, está muy por debajo. ¿Por qué lo digo? Porque Pablo, de hecho, sufrió considerablemente a lo largo de los muchos años que difundió el evangelio, y los frutos de aquella tarea fueron mucho mejores que los de la gente común. Al menos, sus pasos recorrieron la mayor parte de Europa, y fundó muchas iglesias en todo ese continente. En este sentido, los anticristos comunes no se pueden comparar con la razón de Pablo o con lo mucho que él contribuyó con mera mano de obra. No obstante, la persona que mencioné antes se vuelve increíblemente arrogante después de cumplir con su deber. ¿No es eso una gran falta de razón? No tiene razón en absoluto y, como un bandido, una vez que se hace con la oportunidad de recibir bendiciones, no puede soltarla. Las personas como esa siempre están buscando, indiscriminadamente, oportunidades para ponerse en primer plano en la casa de Dios, aunque solo se trate de convertirse en líder de grupo o en supervisor. En resumen, cuando vienen a la casa de Dios no están dispuestas a ser un creyente corriente. No importa que alguien pueda admitir que es un ser creado común, que no es otra cosa que un ser creado corriente como todos los demás seres vivos; estas personas nunca aceptarán ese punto de vista, nunca permitirán que las ofendan de esa manera. Creen que deberían tener un tratamiento especial y que Dios debería darles gracias y bendiciones especiales. También quieren gozar de los beneficios especiales del estatus en la casa de Dios. No permiten que la casa de Dios dude de sus talentos y mucho menos permiten que la gente indague sobre su trabajo; todos deben tener una fe absoluta en ellas porque han renunciado a todo por Dios y son totalmente leales a Él. ¿No es una exigencia poco razonable? ¿Está dotada de razón esta persona? ¿Cuántas personas como ella hay? ¿Qué porcentaje de la iglesia puede ser? Las personas así siempre piensan que tienen alguna habilidad y talento, por eso presumen de lo brillantes que son. ¿Y qué implica ese supuesto talento? Que pueden alardear, decir un montón de tonterías, cambiar la manera de hablar en función de la persona a la que se dirigen y tener más aptitud para el engaño que las personas corrientes. Creen que eso es tener talento y habilidad, y quieren usar esa habilidad para pavonearse y engañar. ¿Qué implica el verdadero talento? Tener habilidades especiales. Cuando Dios creó al hombre, les dio a los distintos tipos de personas diferentes especialidades. Algunas personas son buenas en literatura, algunas son buenas en medicina, algunas son buenas en el estudio de habilidades, otras son buenas en la investigación científica, etcétera. Es Dios quien les da las especialidades a las personas, y no son algo de lo que alardear. No importa qué especialidades tenga uno, eso no quiere decir que uno comprenda la verdad y desde luego no significa que uno posea la realidad-verdad. Las personas tienen ciertas especialidades, y si creen en Dios, deberían usarlas para llevar a cabo sus deberes. Esto es aceptable para Dios. Alardear de determinada especialidad o querer usarla para hacer tratos con Dios es algo muy carente de razón. Dios no favorece a tales personas. Hay gente que tiene determinada habilidad y, por eso, cuando viene a la casa de Dios, siente que es mejor que los demás, quiere gozar de un trato especial y siente que tiene un empleo seguro, estable y con beneficios de por vida. Consideran esa habilidad una especie de capital. ¡Qué arrogancia! Así que, ¿cómo debes considerar esos dones y especialidades? Si esas cosas son útiles en la casa de Dios, entonces son simplemente herramientas para que cumplas tu deber. No tienen nada que ver con la verdad. No importa cuántas tengas; las habilidades y talentos solo son especialidades de los humanos y no están relacionadas con la verdad. Tus dones y especialidades no significan que comprendes la verdad, y sin duda tampoco significan que posees la realidad-verdad. Si usas tus dones y especialidades para cumplir con tu deber y llevarlo a cabo adecuadamente, entonces han sido utilizados en el lugar apropiado y Dios aprueba su uso. Sin embargo, si los usas para presumir, para dar testimonio de ti mismo y para construir un reino independiente, entonces tus pecados serán grandes y te convertirás en un grave infractor al oponerte a Dios. Dios es quien concede los dones. Si no los puedes utilizar para cumplir tu deber y dar testimonio de Dios, entonces eres demasiado inconsciente y falto de razón y estás profundamente en deuda con Él. ¡Es una rebeldía atroz! No obstante, no importa lo bien que utilices tus dones y especialidades, eso no significa que poseas la realidad-verdad. Poseer la realidad-verdad es practicar la verdad y actuar conforme a los principios. Los dones y talentos siempre serán dones y talentos. No tienen nada que ver con la verdad. Independientemente de cuántos dones y talentos poseas y de lo buena que sea tu reputación o lo alto que sea tu estatus, eso nunca significará que tienes la realidad-verdad. Los dones y talentos nunca se convertirán en la verdad. No tienen nada que ver con ella. Sin embargo, los anticristos no piensan de esta manera y son precisamente esas cosas las que ellos valoran enormemente. Por ejemplo, cierta persona tiene talento para la actuación. Después de representar el papel principal en una película rodada en la casa de Dios, comienza a darse aires. No alcanza con que tres personas la asistan con el maquillaje para satisfacer sus necesidades. Antes era una persona común, pero ahora que cree en Dios, después de llevar a cabo su deber como actor, comienza a darse aires. ¿No está buscando la muerte? ¡Creo que es exactamente lo que hace! No tiene una apariencia especial, y sus habilidades actorales no son nada del otro mundo. Simplemente es apta para interpretar ciertos roles, así que le dan otro papel. ¿No la están exaltando? Cuando le dan una oportunidad de cumplir su deber, hasta se da aires. Mientras actúa, ordena a quienes la rodean que la atiendan, que le traigan té y le sirvan agua, lo que enfurece a los hermanos y hermanas que ven la situación. Yo dije: “¡Depuradla!”. Y la iglesia la depuró. ¿No se debe echar a esas personas? Esa persona pensaba que la iglesia no podía filmar películas sin ella, por eso tuvo el atrevimiento de darse aires. No esperaba esta consecuencia. Su naturaleza la llevó a eso. Tales personas valoran el conocimiento, el talento, el aprendizaje y la experiencia. Atribuyen demasiada importancia a estas cosas, pero ignoran lo más precioso de todo: la verdad. No se dan cuenta de que la verdad reina en la casa de Dios. Si no persiguen la verdad, por muy elevados que sean sus conocimientos o grande su elocuencia, no podrán mantenerse firmes. Más tarde o más temprano, se las revelará y se las descartará. ¿Le resulta fácil a la gente comprender esta pizca de doctrina? Aquellos que han creído en Dios durante muchos años, pero no pueden siquiera ver esto con claridad son solo personas atolondradas que no tienen ningún valor. Si fuesen un poco sensatas, no serían tan arrogantes. Tales personas son diablos y satanases que se delatan a sí mismos. Bueno, Yo señalé directamente este asunto para que vosotros pudierais entenderlo con claridad, para que pudierais distinguirlo un poco y verlo a fondo. Si Yo no lo señalara claramente, ¿seríais capaces de distinguirlo de esta manera? ¿Seríais capaces de deshaceros de esas personas? La gente no puede ver el problema, por eso debo ser directo. Si no lo fuera, el problema no se podría resolver. Si dependéis únicamente de las pocas doctrinas que comprendéis, no seréis capaces de resolver ningún problema.
Los anticristos siempre se consideran dotados de talentos especiales. Piensan que son graduados universitarios profundamente instruidos y que poseen una gran cantidad de conocimiento. Atesoran y aprecian enormemente su conocimiento y las teorías espirituales que aprenden e incluso tratan estas cosas como si fuesen la verdad. Más aún, con frecuencia toman ese conocimiento y esa experiencia que consideran correctos y los utilizan para enseñar, desorientar o condicionar a quienes los rodean. En particular, hablan a menudo de su pasado “glorioso” y lo usan para persuadir y convencer a otras personas y lograr que estas los admiren e idolatren. ¿Y cuál es ese pasado “glorioso” que tienen? Algunos de ellos dirán: “Una vez fui profesor universitario. Todos mis alumnos eran estudiantes de máster o doctorado. Cada vez que daba una clase, no había ni un asiento vacío; todos los estudiantes estaban en completo silencio y me contemplaban con adoración y admiración en la mirada. Yo ni siquiera me ponía nervioso. ¡Qué magnífico e impresionante era todo! Nací con ese talento y ese coraje”. Otros dirán: “Aprendí a conducir cuando tenía 14 años. Llevo 40 años conduciendo y mis habilidades de conducción son de primera”. ¿Qué quieren decir con esto? Quieren decir: “Tú solo llevas conduciendo unos días. ¿Qué sabes? Yo soy un conductor experto que ha conducido toda la vida. Tengo todo tipo de experiencia. En el futuro, deberías preguntarme a mí si hay algo que no entiendes. Debes escuchar lo que tengo que decir”. Cuando tienen algún tipo de habilidad, los anticristos piensan que son extraordinarios, se hacen los misteriosos, fanfarronean y dan testimonio de sí mismos para que otros los admiren y los idolatren. Cuando las personas de este tipo tienen una pequeña fortaleza o un don, eso las hace creer que son mejores que el resto y desean liderarlos. Cuando otras personas acuden a ellas en busca de respuestas, los anticristos les dan lecciones desde la superioridad y si, después, esas personas siguen sin comprender, ellos simplemente lo atribuyen a su calibre escaso, aunque, en realidad, son los propios anticristos los que no han brindado una explicación clara. Por ejemplo, al ver que alguien no puede reparar una máquina defectuosa, un anticristo dirá: “¿Cómo es posible que aún no sepas hacer esto? ¿Acaso no te he dicho ya cómo hacerlo? Te lo expliqué muy claramente y aún no lo entiendes. Realmente tienes un calibre escaso. No aprendes ninguna de las veces que te lo enseño”. Sin embargo, cuando la persona le pide que repare la máquina, se quedará mirándola un buen rato y tampoco sabrá cómo hacerlo; incluso ocultará a la persona el hecho de que no sabe cómo repararla. Después de pedirle a esa persona que se marche, el anticristo investigará en secreto e intentará descifrar cómo hacer la reparación, pero seguirá sin poder lograrlo. Terminará por desmontar la máquina, hará un desastre total y no podrá volver a armarla. Entonces, por miedo a que los demás vean lo que ha hecho, esconderá las piezas. ¿Es vergonzoso no saber hacer algunas cosas? ¿Existe alguien que pueda hacerlo todo? No hay nada vergonzoso en no saber hacer algunas cosas. No olvides que eres solo una persona corriente, nadie te admira ni te idolatra. Una persona corriente es solo eso: una persona corriente. Si no sabes cómo hacer algo, solo di que no sabes hacerlo. ¿Por qué intentas aparentar? La gente se indignará contigo si estás siempre aparentando. Tarde o temprano te delatarás y, entonces, perderás tu dignidad y tu integridad. Este es el carácter de un anticristo; siempre se cree un manitas, alguien que puede hacer de todo, que es hábil y competente en todas las cosas. ¿Eso no le traerá problemas? ¿Qué haría si tuviese una actitud honesta? Diría: “No soy competente en esta habilidad técnica, solo tengo un poco de experiencia. He puesto en práctica todo lo que sé, pero no comprendo estos problemas nuevos que estamos encontrando. Por lo tanto, tenemos que adquirir un poco de conocimiento profesional si queremos cumplir nuestro deber adecuadamente. Adquirir conocimiento profesional nos permitirá llevar a cabo nuestro deber de manera eficaz. Dios nos ha encargado esto, así que es nuestra responsabilidad cumplirlo bien. Debemos ir y adquirir esos conocimientos con base en una actitud de responsabilidad hacia nuestro deber”. Esto es practicar la verdad. Una persona con el carácter de un anticristo no haría eso. Si una persona tiene al menos un poco de razón, dice: “Yo solo sé hasta aquí. No es necesario que me admires y yo no necesito darme aires. ¿No facilitará eso las cosas? Es horrible estar siempre aparentando. Si hay algo que no sabemos, podemos aprenderlo juntos y luego trabajar en armonía para llevar a cabo nuestro deber adecuadamente. Debemos tener una actitud responsable”. Al ver esto, la gente pensaría: “Esta persona es mejor que nosotros; cuando le surge un problema no se obliga ciegamente a ir más allá de sus límites ni les traslada el problema a otros ni elude la responsabilidad. En cambio, se hace cargo y lo aborda con una actitud seria y responsable. Esta es una buena persona, seria y responsable en su trabajo y en su deber. Es de fiar. La casa de Dios hizo bien en encargarle esta tarea importante. ¡Dios realmente escruta la profundidad del corazón de las personas!”. Al cumplir su deber de esta manera, mejoraría sus habilidades y se granjearía la aprobación de todos. ¿Cómo surge esa aprobación? Primero, la persona está abordando su deber con una actitud seria y responsable; segundo, es capaz de ser una persona honesta y tiene una actitud práctica y deseosa de aprender; tercero, no se puede descartar que tenga la guía y el esclarecimiento del Espíritu Santo. Una persona así tiene la bendición de Dios; eso es lo que puede obtener alguien con conciencia y razón. Aunque tiene actitudes corruptas, limitaciones y defectos, y hay muchas cosas que no sabe hacer, de todas formas, está en la senda de práctica correcta. No aparenta ni engaña; tiene una actitud seria y responsable hacia su deber y una actitud anhelante y devota hacia la verdad. Los anticristos jamás serán capaces de hacer esas cosas porque su manera de pensar siempre será diferente de la de quienes aman y persiguen la verdad. ¿Por qué piensan diferente? Porque llevan dentro la naturaleza de Satanás, viven según el carácter de Satanás para alcanzar su objetivo de asumir el poder. Siempre procuran utilizar distintos medios para incurrir en conspiraciones y trucos, y desorientan a la gente de una forma u otra para que los adore y los siga. Por eso, con el fin de engañar a las personas, encuentran todo tipo de formas de aparentar, engatusar, mentir y engañar para hacer creer a los demás que ellos tienen razón en todo, que son buenos en todo y que pueden hacer cualquier cosa; que son más inteligentes y más sabios que los demás, que entienden más que los demás, que son mejores que los demás en todo, que están por encima de los demás en todos los sentidos, incluso que son lo mejor de lo mejor en cualquier grupo. Tienen esa necesidad. Este es el carácter de los anticristos. Así, aprenden a fingir que son algo que no son y muestran cada una de estas diversas prácticas y manifestaciones.
Piénsalo: ¿cuál es el carácter que poseen las personas que gustan de fingir que son algo que no son? ¿Qué fingen ser? No fingen ser diablos o figuras negativas; fingen ser algo noble, bueno, hermoso y amable, ser algo que la gente valore y admire; fingen ser estas cosas que la gente elogia y aprueba. Fingen saber y comprender todo, poseer la verdad, ser figuras positivas y ser la realidad-verdad. ¿No están buscando su propia destrucción? ¿Acaso tienen esa realidad? ¿Acaso tienen esa esencia? No. Es precisamente por eso que se dice que están fingiendo. Entonces, ¿alguien diría que ellos son la personificación de la verdad porque poseen la realidad-verdad? ¿Tiene sentido esa afirmación? (No). Aunque poseas algunas realidades-verdad, de ninguna manera eres la personificación de la verdad. Por lo tanto, ¡cualquiera que finja ser la personificación de la verdad es un individuo arrogante y absurdo! Una persona que solo posee una pizca de realidad-verdad y, sin embargo, se atreve a fingir ser la personificación de la verdad es como una gota de agua que afirma ser un mar vasto y sin límites. ¿No es ese el colmo de la arrogancia? ¿No es una insolencia descarada? Para fingir ser la personificación de la verdad, una persona debe tener el capital necesario. ¿Y qué usan los anticristos para fingir ser la personificación de la verdad? Esas cosas que acabo de mencionar: el conocimiento, la experiencia y las enseñanzas. Esto incluye tanto las habilidades y talentos especiales que las personas adquieren a través del aprendizaje como los dones con los que nacen. Algunas personas tienen el don de hablar en lenguas, mientras que otras tienen el don o la elocuencia para predicar. Otras han aprendido o dominado ciertas habilidades profesionales especiales. Por ejemplo, algunas personas son particularmente excepcionales en la danza, la música, las artes plásticas, los idiomas o la literatura, mientras que otras son expertas en política, lo que significa que son especialmente buenas en manipular a las personas, que destacan en diplomacia, etcétera. En resumen, incluye a las personas con talentos especiales en todos los ámbitos de la vida. Puede que estas personas con talentos o dones especiales no tengan necesariamente cierto estatus o una trayectoria profesional definida en la sociedad. Algunas viven en lugares pequeños, sin embargo, pueden hablar sobre una amplia variedad de asuntos del pasado hasta la actualidad de forma clara y lógica y con especial elocuencia. Las personas con estos talentos especiales que tienen el carácter de un anticristo no se conformarán con las cosas tal y como son cuando vengan a la casa de Dios; albergarán ciertas ambiciones y deseos y serán, poco a poco, reveladas.
Con respecto al punto de que los anticristos fingen ser la personificación de la verdad una vez que han adquirido un poco de experiencia y conocimiento y han aprendido algunas enseñanzas, hemos hablado del alcance de dichos conocimientos, experiencias y enseñanzas. ¿Y cuál ha sido el foco de esta conversación? (Fingir). Así es. El quid de la cuestión es que los anticristos fingen ser la personificación de la verdad. Conocimiento, experiencia, enseñanzas; ninguna de esas cosas es la verdad ni se relaciona en absoluto con ella. Estas cosas incluso están en contra de la verdad y Dios las condena. Tomemos como ejemplo el conocimiento. ¿La historia cuenta como forma de conocimiento? (Sí). ¿Cómo se originaron el conocimiento y los libros de historia sobre la historia humana, la historia de ciertos países o grupos étnicos, la historia moderna, la historia antigua o incluso ciertas historias no oficiales? (Los escribieron personas). Entonces, ¿las cosas que escriben las personas concuerdan con la historia real? ¿No están las ideas y puntos de vista de las personas en desacuerdo con los principios, los medios y los métodos de las acciones de Dios? ¿Se relacionan con la historia real esas palabras expresadas por el hombre? (No). No hay una relación. Por eso, independientemente de lo precisas que sean las crónicas que contienen los libros de historia, solo son conocimiento. Independientemente de lo elocuentes que sean esos historiadores y de la lógica y la claridad con la que narren esas historias, ¿a qué conclusión llegarás después de escucharlos? (Sabremos de esos acontecimientos). Sí, sabrás de ellos. Sin embargo, ¿narran las historias con el mero objetivo de informarte de esos acontecimientos? Tienen cierta idea con la que desean adoctrinarte. ¿Y en qué se centra ese adoctrinamiento? Eso es lo que debemos analizar y diseccionar. Dejad que os dé un ejemplo para que podáis comprender con qué quieren adoctrinar a la gente. Después de analizar la historia desde la antigüedad hasta el presente, la gente finalmente acuñó un dicho; ha observado un hecho en la historia humana y es que “La legitimidad es del vencedor, el perdedor nunca tiene razón”. ¿Es eso conocimiento? (Sí). Ese conocimiento surge de los hechos históricos. ¿Ese dicho se relaciona de alguna manera con los medios y métodos mediante los cuales Dios ejerce Su soberanía sobre todas las cosas? (No). De hecho, es todo lo contrario; los contradice y se opone a ellos. Entonces, te han adoctrinado con este dicho. Y si no comprendes la verdad o si eres un no creyente, ¿qué podrías pensar después de oírlo? ¿Qué percepción tendrías de él? Primero, estos historiadores o libros de historia hacen una lista de todos los acontecimientos de este tipo, y emplean suficiente evidencia y hechos históricos para corroborar la precisión del dicho. Al principio, puede que solo lo hayas leído en un libro y apenas sepas algo del dicho en sí mismo; podrías comprender solo cierta dimensión de él o comprenderlo solo hasta cierto punto, hasta que te enteras de estos acontecimientos. No obstante, una vez que escuchas estos hechos históricos, tu reconocimiento y aceptación se vuelven más profundos. De ninguna manera dirás: “En algunos casos no es así”. En lugar de eso, dirás: “Así es como son las cosas; si se observa la historia desde la antigüedad hasta el presente, la especie humana se ha desarrollado de esta manera: ¡la legitimidad es del vencedor, el perdedor nunca tiene razón!”. Al percibir el asunto de esa manera, ¿qué puntos de vista y actitudes tendrás hacia tu comportamiento, tu carrera profesional y tu vida diaria, así como hacia las personas, los acontecimientos y las cosas que te rodean? ¿Esa percepción cambiará tu actitud? (Sí). Lo hará por encima de todo. ¿Y de qué manera cambiará tu actitud? ¿Guiará y cambiará la dirección de tu vida y los métodos que aplicas para los asuntos mundanos? Quizás antes creías que “La armonía es un tesoro y la paciencia, una virtud” y que “Los buenos viven en paz”. Ahora, pensarás: “Dado que ‘La legitimidad es del vencedor, el perdedor nunca tiene razón’, si quiero convertirme en un funcionario, debo tener cuidado con Fulano. No está de mi lado, así que no puedo ascenderlo aunque lo merezca”. Al pensar de esta manera, tu actitud cambiará, y lo hará rápidamente. ¿Cómo se producirá ese cambio? Será porque has aceptado la idea y el punto de vista de que “La legitimidad es del vencedor, el perdedor nunca tiene razón”. Escuchar muchos datos solo reafirmará aún más que este punto de vista es correcto para ti en la vida real humana. Creerás firmemente que debes aplicarlo a tus propias acciones y a tu comportamiento para poder perseguir tu vida futura y tus expectativas. ¿No te habrán cambiado esa idea y ese punto de vista? (Sí). Y mientras generan cambios en ti, también te están corrompiendo. Así es como sucede. Tal conocimiento te cambia y te corrompe. Así que, al mirar la raíz del asunto, independientemente de la precisión con que estén expuestas estas historias, finalmente se las resume en ese dicho y tú eres adoctrinado con esa idea. Ese conocimiento, ¿es la personificación de la verdad o la lógica de Satanás? (La lógica de Satanás). Correcto. ¿Lo he explicado con suficiente detalle? (Sí). Ahora está claro. Si no crees en Dios, pasarán dos vidas y aún seguirás sin entender esto; cuanto más vivas, más sentirás que eres necio, más pensarás que no eres lo suficientemente implacable y que deberías ser más despiadado, más artero, más siniestro y una persona peor y más malvada. Te dirás a ti mismo: “Si él puede matar, yo debo causar incendios. Si él mata a una persona, yo debo matar a diez. Si él mata sin dejar rastro, yo haré daño a las personas sin que se enteren; ¡incluso haré que sus descendientes me agradezcan durante tres generaciones!”. Esa es la influencia que la filosofía, el conocimiento, la experiencia y las enseñanzas de Satanás han ejercido sobre la humanidad. En realidad, no es más que maltrato y corrupción. Por lo tanto, cualquier tipo de conocimiento que se predique o se propague por este mundo te adoctrinará con una idea o punto de vista. Si no puedes discernir esto, serás envenenado. En definitiva, una cosa es cierta ahora: no importa si este conocimiento viene de la gente corriente o de fuentes oficiales, si es reverenciado por una minoría o por la mayoría; nada de eso es relevante a la verdad. La verdad es la realidad de todas las cosas positivas. Su exactitud no depende de la cantidad de personas que la reconocen. La realidad de las cosas positivas es, en sí misma, la verdad. Nadie puede cambiar eso y nadie puede negarlo. La verdad siempre será la verdad.
Hablemos del hecho de que Dios tiene soberanía sobre todas las cosas. Desde que Dios comenzó a conducir a la humanidad, Él también ha llevado una historia y una cuenta. ¿Cómo ve Dios a la historia humana? Lo que Él quiere que la gente vea es la verdad, y las evaluaciones que hace la gente y las conclusiones que saca sobre las cosas no son la verdad. Sin embargo, ¿por qué los seres humanos no consideran la historia con base en las palabras de Dios y la verdad? Porque los seres humanos sienten aversión por la verdad, la odian y no aceptan nada de ella en absoluto. Por eso son capaces de inventar una serie de teorías engañosas, ridículas y absurdas. Por ejemplo, el Señor Jesús fue concebido por el Espíritu Santo. Esta es una cosa positiva. Sin embargo, ¿qué dice Satanás sobre ello? Satanás no reconoce el hecho de la concepción por medio del Espíritu Santo e incluso blasfema que el Señor Jesús es un bastardo, que nació del hombre. Satanás toma la palabra más sucia de la especie humana, una afirmación que la gente menosprecia y desprecia, y la aplica al nacimiento del Señor Jesús. ¿No es esto una distorsión de los hechos? (Sí). La concepción por el Espíritu Santo es la obra de Dios. E independientemente de la forma que tome, una cosa es cierta sobre la obra de Dios: es la verdad, la verdad inmutable. Entonces, ¿por qué Satanás no acepta un hecho tan obvio, un hecho que fue predeterminado y testimoniado por Dios? ¿Por qué Satanás ignora esto y hasta describe al Señor Jesús como un hijo ilegítimo nacido del hombre? (Porque odia la verdad y odia las cosas positivas). ¡Desacredita a Dios deliberadamente! Satanás es muy consciente de este hecho; lo ve perfectamente claro en el reino espiritual. ¿Por qué lo hace, entonces? ¿Cuál es su motivo, su intención? ¿Por qué difundir tal afirmación? Para vilipendiar y desacreditar a Dios deliberadamente. ¿Cuál es la finalidad de desacreditar a Dios? Hacer que la gente crea que Jesús es un hijo ilegítimo, que lo considere deshonroso y, por consiguiente, no crea en Él. Satanás piensa: “Si las personas no tienen fe en ti, no podrás completar tu obra, ¿no es así?”. En realidad, la verdad siempre será la verdad. Aunque toda la especie humana la rechazó en su momento, al final, dos mil años después, el Señor Jesús tiene seguidores y gente que lo elogia por todo el mundo, la cruz se exhibe de forma destacada en todas partes y Satanás ha fracasado. ¿Ha funcionado la afirmación de Satanás? (No). Por lo tanto, no es la verdad; no se sostiene, y desacreditar al Señor Jesús es inútil. Independientemente de si esta acción que Dios llevó a cabo se ajusta a las nociones y figuraciones de las personas o si contradice la cultura tradicional, los dichos y la ética moral de la especie humana, a Dios no le importa. ¿Por qué a Dios no le importa? ¿Qué implicaciones tiene? Dado que Dios tiene soberanía sobre todas las cosas, ¿pueden estas palabras endiabladas de Satanás destruir la obra de Dios? No podéis verlo con claridad, ¿verdad? (No). Decidme, ¿acaso no está todo en manos de Dios? (Sí). ¿Podría la afirmación endiablada de Satanás, solo esas pocas palabras, destruir el plan de gestión de Dios? ¿Es posible? (No). Satanás quiere triunfar, pero ¿puede hacerlo? La verdad siempre será la verdad. Ese es el poder de la verdad. El poder de la verdad es algo que nadie, incluido Satanás, puede cambiar. Incluso ahora, Satanás continúa diseminando esa afirmación. ¿Funciona? No. La obra de la Era de la Gracia ha terminado; el evangelio del Señor Jesús se ha difundido hasta los confines de la tierra y la nueva obra del juicio de los últimos días lleva muchos años en marcha. Satanás ha fracasado hace mucho tiempo y ha sido humillado. Así que, ¿sirve de algo que esté enfadado y frustrado ahora? No, no sirve de nada. Por eso, sin importar la opinión o lo alto que sea el nivel de conocimiento o la cantidad de gente entre la que se aplique y se disemine dicha opinión, nada de eso sirve; no se sostendrá. La obra de Dios es imparable, ni siquiera Satanás puede detenerla. ¿Realmente un puñado de personas insignificantes cree que puede detener la obra de Dios? ¡Eso es un delirio! Muchos de vosotros crecisteis con esos rumores y aceptasteis los puntos de vista desorientadores de Satanás; vuestra cabeza estaba llena de cosas, como la lógica, las filosofías, el conocimiento y la ciencia de Satanás. ¿Qué pasó entonces? Cuando las palabras de Dios vinieron a vosotros, oísteis Su voz a pesar de todo y regresasteis ante Él. Los rumores y las palabras endiabladas de Satanás fueron inútiles, no detuvieron el avance de la obra de Dios en lo más mínimo. El pueblo escogido de Dios en todos los países ha comenzado a aceptar la obra de Dios en los últimos días. Todos los días comen y beben de las palabras de Dios, escuchan sermones y comparten. Llevan a cabo sus deberes por Dios y dan testimonio de Él. Satanás medita sobre esto y dice: “¿Por qué no funcionan mis abundantes palabras de desorientación? He hecho muchas cosas para reprimir, arrestar y maltratar al pueblo escogido de dios, ¿por qué no han tenido prácticamente ningún efecto? ¿Por qué, por el contrario, está aumentando la cantidad de creyentes en dios?”. Entonces sabe, en su corazón, que Dios es realmente omnipotente, y después es completamente humillado; de ahí el dicho: “Satanás siempre será derrotado a manos de Dios”. ¿Es esto un hecho? (Sí). ¡Las palabras de Dios realmente pueden lograrlo todo! Satanás y todos los reyes diablos le rinden servicio a Dios. En las manos de Dios, son objetos de servicio y contrastes. ¿Tienen algo que ver con nosotros esos objetos de servicio y esos contrastes? (No). No, no tienen nada que ver. Solo debemos enfocarnos en creer en Dios, no tenemos nada que ver con ellos. Ya sean reyes o bandidos, le pertenecen a Satanás y serán destruidos. Solo tenemos que seguir a Dios con todo nuestro corazón, rebelarnos eternamente contra Satanás y acompañar únicamente a Dios. Eso es lo correcto.
He dado un ejemplo de conocimiento y experiencia, así que ahora deberíais tener una comprensión más precisa de estas cosas. ¿De qué sirve hablar sobre ellas? Por un lado, con el fin de permitirte utilizar estos hechos y ejemplos para discernir a los anticristos y también para reconocer en ti mismo ese aspecto del carácter de los anticristos. Por otro lado, ¿acaso este tipo de discusión no puede frenar a algunas personas y evitar que actúen de manera imprudente? (Sí). En el pasado, a la hora de llevar a cabo su deber, ciertas personas eran propensas a depender de la experiencia y de modos anticuados y se aferraban a sus propias maneras de actuar, con lo que trastornaban y perturbaban la obra de la casa de Dios, que, en consecuencia, se encargó de ellas. Ellas valoraban sus prácticas y su experiencia anticuadas por encima de todo y nunca tenían en cuenta las cuestiones más importantes: lo que Dios había dicho o exigido a la gente o cómo ceñirse a los principios-verdad. También se aferraban tercamente a sus prácticas obsoletas y además usaban una lógica absurda como fundamento: “Siempre lo hemos hecho así”, “En el lugar de donde venimos, siempre se ha hecho de esta manera. Así es como lo hacían nuestros ancestros”. ¿Por qué siempre resaltaban este tipo de cosas? Esto demostraba que no aceptaban cosas nuevas, que no aceptaban la verdad. No podían ver con claridad la torpeza, el atraso y la ridiculez de esas maneras anticuadas. No eran conscientes de que hay nuevas formas de hacer las cosas, formas más avanzadas, más precisas y más apropiadas. Siempre se mantenían fieles a sus maneras desfasadas; se apoyaban en su antigua experiencia y creían que eran muy avanzadas, que estaban practicando la verdad. ¿No son personas absurdas? “Siempre se ha hecho así en el lugar de donde somos”, “La manera en que lo hice antes”, “Siempre lo hemos hecho así”… ¿Acaso esas antiguas costumbres, esos arcaísmos, pueden reemplazar los principios-verdad? ¿Acaso si alguien actúa de manera anticuada significa que está practicando la verdad? Esas personas no entendían ni una sola cosa ni podían ver nada con claridad. ¿No son unos dinosaurios al aferrarse a las antiguas costumbres y ser tan obstinadas? ¡Es demasiado difícil para las personas así aceptar la verdad! Dime, independientemente de que algo sea nuevo o antiguo, ¿cómo lo abordas? ¿Cómo te ocupas de ello? ¿En qué te basas para hacerlo? Si cada uno tiene solo una cantidad limitada de conocimiento sobre una cosa, ¿cómo la abordas de una manera que sea correcta y que concuerde con los principios? Primero, debes preguntarle a alguien que tenga cierta experiencia en el tema. Siempre que encuentres a alguien experto, tendrás una senda. Si no lo encuentras, puedes resolver el problema completamente conectándote a internet para buscar consejo o información. Y mientras buscas, aún debes seguir orando a Dios y acudiendo a Él; permite que Él abra un camino. ¿Cómo llamamos a esto? Los llamamos los principios de práctica. Algunos de vosotros pensáis en vuestro interior: “Soy un profesional en este ámbito y tengo una gran cantidad de experiencia. Incluso he recibido premios por hacerlo, por lo que tengo este capital. Dado que este trabajo se me ha encargado a mí, soy yo quien está a cargo. Tengo la autoridad de tomar decisiones y todo depende de mí. Todos deben seguir mis órdenes y obedecerme. Nada de lo que otros digan importa, ¡y quienquiera que no esté de acuerdo conmigo debe callarse!”. ¿Es correcta esta manera de pensar? Definitivamente no lo es. Tu actitud y el carácter que estás revelando son problemáticos. En tu corazón crees que aceptar esta comisión te da derecho a ejercer poder. Quieres tomar las decisiones y no permites que nadie más opine. Es como si no necesitaras un compañero de trabajo o que todos expresaran su opinión; todo se hace de acuerdo con lo que tú dices, todo depende de ti. ¿Qué tipo de carácter es este? ¿No es demasiado arrogante y carente de razón? Este es el carácter de un anticristo. Puede que tengas un calibre un poco mejor que otras personas, puede que tengas cierta percepción y un poco de experiencia en el asunto; sin embargo, hay una cosa que debes tener clara: ninguna de esas cosas que posees es la verdad. Si te crees alguien con mejor calibre, alguien que tiene algo de percepción, de talento, alguien que posee un poco de conocimiento, y consideras que esas cosas son la verdad y crees que tú eres la verdad y que todos deben seguir tus órdenes y obedecer tus disposiciones, ¿no es ese el carácter de un anticristo? Si realmente haces las cosas de esta manera, entonces no eres nada menos que un anticristo. ¿Qué tiene de malo considerar que tus dones son la verdad? El calibre, la percepción, los talentos y el conocimiento que posees no son malos. Entonces, ¿qué estamos diseccionando aquí? Lo que estamos diseccionando es tu carácter, el carácter corrupto que subyace a esas cosas; un carácter arrogante, sentencioso. Cuando consideras que tus dones son la verdad, crees que tienes la verdad porque posees dichos dones. Reemplazas la verdad por tales dones. Así que, ¿qué tipo de carácter es este? ¿No es ese el carácter de un anticristo? Todos los anticristos consideran que sus pensamientos, sus aprendizajes, sus dones y sus talentos son la verdad. Creen que al poseer esos dones poseen la verdad. Por ello demandan que otros los obedezcan, sigan sus órdenes y se sometan a su poder. Ahí es donde se equivocan los anticristos. ¿Tú realmente posees la verdad? No tienes una verdadera comprensión de Dios ni un corazón temeroso de Él; mucho menos eres una persona que se somete a Él, y no posees la verdad en lo más mínimo; sin embargo, eres arrogante, vanidoso y sentencioso. Te crees que posees la verdad y que otros deben obedecerte y seguir tus órdenes. Eres un auténtico anticristo.
La obra de la expansión del evangelio implica varios proyectos que requieren que las personas estudien y aprendan diferentes habilidades y profesiones; sin embargo, algunas personas no entienden la intención de Dios y se desvían fácilmente. Se limitan a estudiar los conocimientos y las habilidades profesionales sin aceptar ni un ápice de la verdad. ¿Qué clase de personas son estas? (Personas con el carácter de un anticristo que se centran en los dones). Correcto. Este es el tipo de personas que estamos desenmascarando; este tipo de personas tienen el carácter de un anticristo y, en casos graves, son anticristos. Desean utilizar la oportunidad para aprender estas cosas y convertirse en las mejores entre todos los que conocen esa profesión o habilidad; convertirse en las más instruidas y competentes en ese ámbito para que los demás dependan de ellas para todo y las escuchen a ellas en lugar de practicar la verdad mientras asumen un lugar de liderazgo en dicho grupo. Ahí radica el problema. ¿Qué clase de personas son así? Aquellas que solo buscan estudiar y equiparse con todo tipo de conocimientos, aprendizajes y experiencia, que confían en su calibre, en sus talentos y dones para todo lo que hacen. Tarde o temprano, todos transitarán esa senda; es inevitable. Esta es la senda de Pablo. Independientemente del ámbito o campo en el que estés, tener un poco más de conocimiento, experiencia o enseñanzas aprendidas que los demás no es suficiente para demostrar que comprendes la verdad o que has entrado en la realidad-verdad, y definitivamente no significa que hayas obtenido la verdad. Entonces, ¿qué bastaría para demostrarlo? Que ganaras un mejor entendimiento de los principios para llevar a cabo este tipo de deber, así como los estándares que exige la casa de Dios para hacerlo, mientras estudias estas habilidades profesionales. Hay algunas personas que cuanto más intentas que adquieran conocimiento profesional, más se resisten y piensan que es imposible cumplir su deber. Incluso dicen: “Creer en Dios debería tratar sobre desvincularse del mundo de los no creyentes, entonces, ¿por qué debemos aprender sus habilidades y conocimientos?”. No quieren aprender. Eso es pereza. No tienen una actitud responsable hacia su trabajo, carecen de lealtad y no están dispuestas a hacer ningún esfuerzo en pos de dicho asunto. La finalidad de adquirir conocimiento y habilidades profesionales es cumplir con tu deber adecuadamente. Hay una gran cantidad de conocimiento y sentido común que es necesario que adquieras y con los que aún te falta encontrarte. Esto es lo que Dios exige y encarga al hombre. Por lo tanto, aprender esas cosas no será en vano, sino en aras de cumplir tu deber adecuadamente. Algunas personas piensan que tras aprender dichas habilidades podrán lograr establecerse en la casa de Dios. ¿No es problemática esta forma de pensar? Esta perspectiva es incorrecta. ¿Hay alguien capaz de transitar esta senda? Cuanto mayor es el poder, más grande es el alcance del trabajo, mayor es la responsabilidad que se le da a este tipo de persona y mayor el peligro que corre. ¿A qué se debe ese peligro? Por supuesto, a que tiene actitudes corruptas y el carácter de un anticristo. Al actuar, se concentra solo en cómo hacer la tarea y la hace por inercia, no busca los principios. En el proceso de llevar a cabo su deber, no logra entender las intenciones de Dios ni logra una mejor comprensión o captación de los principios-verdad. No busca los principios ni examina o analiza la corrupción que revela, los puntos de vista incorrectos que surgen en ella o los estados erróneos en los que cae mientras cumple su deber. Solo se concentra en las prácticas externas y le presta atención solamente a dominar los varios tipos de conocimiento que su deber requiere y a equiparse con ellos. Cree que, independientemente de la línea de trabajo en la que esté, el conocimiento lo lidera todo; que se volverá fuerte y podrá ganarse un lugar en un grupo si posee conocimiento y que, sin importar en qué grupo se encuentre, aquellos con un alto nivel de conocimiento y títulos académicos avanzados tienen un estatus elevado. En un hospital, por ejemplo, el director es generalmente el mejor en todos los aspectos de la profesión y posee las habilidades técnicas más fuertes, y tales personas creen que también funciona de esa manera en la casa de Dios. ¿Es correcta esta manera de entender las cosas? No. Esto contradice el dicho “La verdad reina en la casa de Dios”. Tales personas creen que el conocimiento reina en la casa de Dios, que quienquiera que tenga conocimiento y experiencia, quienquiera que tenga la antigüedad y el capital suficientes se ganará un lugar en la casa de Dios y todos deben hacerle caso. ¿No es erróneo este punto de vista? Algunas personas, inconscientemente, puede que piensen y actúen de esta manera; eso es lo que persiguen y quizás un día terminen chocándose contra una pared. ¿Por qué se chocarían contra una pared? ¿Acaso una persona que no ama ni persigue la verdad, que la ignora por completo, puede comprenderse a sí misma? (No). Y mientras no se comprende a sí misma, se equipa con una gran cantidad de conocimiento, paga algunos precios por la casa de Dios y hace algunas contribuciones. ¿En qué ha convertido todo eso? Lo ha convertido en capital. ¿Y qué significa este capital para ella? Es un registro de su práctica de la verdad, pruebas de su entrada en la realidad-verdad y de su comprensión de la verdad. En eso han convertido estas cosas. En el corazón de cada persona, comprender la verdad y entrar en la realidad-verdad se considera una cosa buena y positiva. Claro que esto también es cierto a ojos de esta clase de persona; es desafortunado, sin embargo, que haya confundido el conocimiento con la verdad. Aun así, se siente bien con este error de todos modos. Esta es una señal de peligro. ¿Qué clase de persona actuaría así? La gente que no tiene entendimiento espiritual actuaría de esa manera y se embarcaría sin querer en la senda incorrecta. Y una vez que está en ella, no podrás traerla de vuelta. Si le hablas sobre la verdad, le señalas sus estados y la dejas en evidencia, no lo entenderá, no será capaz de relacionarlo con ella misma. Esta es una grave carencia de entendimiento espiritual. Una persona así considera que su conocimiento, experiencia y enseñanzas son la verdad, y una vez que los toma como la verdad, finalmente surgirá cierta situación. Esto es inevitable. Supón que Dios dice una cosa y este tipo de persona dice otra; sus perspectivas, seguramente, diferirán. Entonces, ¿qué perspectiva consideraría correcta este tipo de persona? Creerá que la correcta es la suya. Entonces, ¿será capaz de someterse a Dios? (No). ¿Qué hará? Se aferrará a su propia perspectiva y negará lo que Dios ha dicho. Al hacer esto, ¿no se está considerando a sí misma la personificación de la verdad? (Sí). Cree que, igual que un budista, finalmente ha alcanzado el éxito en el cultivo personal; mientras niega a Dios, hace que otros la traten como a Dios y piensa que se ha convertido en la personificación de la verdad. ¡Qué absurdo! Pongamos, por ejemplo, que alguien es particularmente competente en cierta área de conocimiento o línea de trabajo. Como soy un lego en esta área, le hago preguntas relacionadas con ese ámbito, pero cuando lo hago, comienza a presumir. ¿Qué clase de persona es? Decidme, ¿está mal que le haga preguntas? (No). Entonces, ¿por qué se las hago? Porque algunos asuntos están relacionados con el trabajo y las profesiones y, dado que no los comprendo, debo preguntar a alguien. Además, sé que esa persona tiene experiencia y entiende de estos asuntos. Es totalmente apropiado que le haga preguntas. ¿Son correctos Mi intención y Mi enfoque? (Sí). No debería haber nada malo en esto, ¿verdad? Entonces, ¿cuál es la manera correcta en que esa persona debería tratar este asunto? Debería decirme todo lo que entiende. Y luego, ¿qué debería pensar al respecto? ¿Cuál es la forma correcta de pensar en ello? ¿Cuál es la forma equivocada? ¿Cómo pensaría una persona normal, racional? ¿Qué pensaría alguien con el carácter de un anticristo? Algunas personas, tras oír que Yo no comprendo, dicen: “Ah, ¡no lo entiendes! ¡No sabes lo difícil que fue para nosotros hacerlo! ¡No sabes de esto y no lo comprendes!”. A medida que hablan, comienzan a presumir. ¿Qué significa que presuman? Que hay un problema. Estas personas son, normalmente, muy refinadas y devotas; ¿por qué de repente comienzan a presumir? (Se consideran a sí mismas la verdad porque comprenden algunos conocimientos y tienen algo de experiencia). Así es. Antes, cuando alguien les hacía una pregunta, no pensaban que fuera nada del otro mundo. Sin embargo, cuando Yo les pregunto, piensan: “¿Tú no eres la verdad? ¿No se supone que lo entiendes todo? ¿Cómo puedes no entender tal asunto? Si tú no entiendes esto, entonces estoy por encima de ti”. Quieren presumir un poco. ¿No es eso lo que piensan? (Sí). No se sienten honradas; por el contrario, emerge de ellas una especie de carácter satánico. De repente, sienten que, después de todo, ¡son muy poderosas entre la tierra y el cielo! ¿No es esa una percepción equivocada? ¿No son unas zopencas? (Sí). Yo también lo creo. Solo un zopenco pensaría así. ¿No entienden solo un poco sobre este ámbito? Hay muchas cosas que la gente no sabe; deberían tener un poco de conciencia de sí mismas. Hay quienes saben de telas y pueden reconocer el tipo de material con solo tocarlo. Si las elogias diciendo: “Parece que sabes de telas”, responderán: “Así es. Vosotros no podríais saberlo porque no habéis aprendido sobre ello. Yo he aprendido y soy mucho más experto en el tema que vosotros. No te estoy menospreciando, solo que de verdad necesitas estudiar más”. ¿No es bastante repulsivo? Luego hay personas que cocinan un poco y comienzan a presumir sobre cuántos platos pueden elaborar y cuántas comidas pueden cocinar. Algunas personas han trabajado como médicos descalzos en el campo durante un tiempo. Cuando su hermano o hermana cae apenas enfermo y les piden que le den un masaje o que le hagan acupuntura o terapia con ventosas y les preguntan si eso puede curarlo, responden: “¿Acaso crees que esto se puede tratar así de fácil? Vosotros no lo comprendéis. Quienes estamos en la profesión médica sabemos que el cuerpo humano es complejo. Hay misterios en la forma en que dios creó al hombre. Así que utilizar la acupuntura o la terapia con ventosas depende de las circunstancias”. En realidad, estas personas también saben muy poco. Son incapaces de explicar claramente ningún problema de salud ni tratar muchas enfermedades. Sin embargo, para poder guardar las apariencias, se dan aires, fingen y actúan como expertas de todas formas. Las manifestaciones de estos diferentes tipos de personas demuestran que todos los humanos corruptos tienen el carácter de Satanás y el carácter de un anticristo. Aun así, hay casos incluso más graves en los que la gente se disfraza y finge hasta el mismísimo final. Independientemente de si otros los elogian, albergan un pensamiento oscuro en lo profundo de su ser. ¿Qué pensamiento?: “Jamás dejaré que nadie conozca mi verdadera identidad y mis verdaderas habilidades”. Por ejemplo, si se trata de un simple médico descalzo, siempre tratará de hacer que los demás piensen que es un médico famoso y no querrá que nadie se entere nunca de que es un médico descalzo o de si puede o no realmente tratar enfermedades. Teme que otras personas conozcan la verdadera naturaleza de su situación. ¿Y hasta qué punto se esconde? Hasta el punto en que todos los que tienen contacto con él piensan que nunca comete errores y que está libre de defectos; que es competente en todo lo que ha aprendido y que puede hacer cualquier cosa que los demás necesiten. Si otros le preguntan si sabe o no cocinar, dice que sabe. Cuando se les vuelve a preguntar si puede preparar un banquete Manchu-Han, responde que sí, aunque por dentro piense: “No puedo hacerlo”. Sin embargo, cuando le piden que lo haga, se inventa una excusa para rehusar. ¿No es esto un engaño? Finge saberlo todo, poder hacer todo, ser capaz de cualquier cosa. ¿No es un zopenco? No obstante, independientemente de si es un zopenco o tiene un poco de calibre, algunas capacidades o dones, ¿qué es lo que tienen en común los anticristos? Su deseo de fingir comprenderlo todo, de fingir que son la verdad. Aunque no afirman directamente ser la verdad, quieren fingir que son la realidad de todas las cosas positivas, que pueden hacer de todo. ¿No está implícito, entonces, que son la personificación de la verdad? Creen que son la personificación de la verdad, que todo lo que dicen es correcto y es la verdad.
A algunas personas, lo Alto les asigna una tarea especial. Tras enterarse de ello, se dicen a sí mismas: “Lo alto me encargó esta tarea, por lo tanto, mi poder ha aumentado. Ahora tendré la oportunidad de demostrar mis talentos y mi poder. Haré que los de abajo vean lo formidable que soy”. Al interactuar con los hermanos y hermanas, los mangonean. Dicen: “¡Ve y haz esto!”. Cuando les preguntan cómo hacerlo, responden: “¿Vas a hacerlo o no? Si no, ¡me encargaré de ti! Esta es una orden de lo alto, ¿te puedes permitir el lujo de ofenderlo retrasándola? Cuando haya que rendirle cuentas, ¿quién puede permitirse asumir esta responsabilidad?”. Los hermanos y hermanas contestan: “Solo deseamos entenderlo y buscar principios para realizarlo, en vez de hacerlo de cualquier modo y aplicar un enfoque aleatorio que nos parezca adecuado. Todo debe hacerse de acuerdo con los principios. Independientemente del asunto, de lo urgente o importante que pueda ser, de quién lo encargue; ceñirse a los principios es una verdad inmutable. Este es nuestro deber y debemos ser responsables. Lo que Dios nos exige es que busquemos los principios. Buscamos y pedimos clarificación con una actitud responsable; eso no tiene nada de malo. Debes aclararnos este asunto”. Aun así, estas personas replican: “¿Qué hay que decir sobre este asunto? ¿Puede estar mal lo que dijo lo alto? ¡Daos prisa y hacedlo!”. A lo que los hermanos y hermanas contestan: “Dado que lo ha pedido lo Alto, desde luego que lo haremos a toda prisa. No obstante, ¿puedes decirnos claramente cómo se debe hacer? ¿Hay reglas o instrucciones específicas?”. Y les responden: “Hacedlo como os parezca adecuado. Las instrucciones de lo alto no fueron tan detalladas. ¡Resolvedlo por vuestra cuenta!”. ¿Qué clase de persona es esta? Olvidémonos por el momento de su motivación o de la raíz de sus acciones y, en cambio, examinemos primero su carácter. ¿Es buena esa estrategia? (No). ¿Cómo puede haber sugerido una estrategia como esa? ¿Es una estrategia normal? (No). No es normal. ¿Se trata de un problema con su estado mental o con su carácter? (Con su carácter). Correcto, su carácter es problemático. Hay una expresión llamada “aguardar el momento”; significa que, en el pasado, a esas personas nunca se les presentó la ocasión propicia para desarrollar su poder, mas ahora que se ha presentado esa oportunidad, la toman y la usan como pretexto para actuar. ¿Qué tipo de carácter es este? Independientemente del deber que recibas de parte de lo Alto, los principios de tus acciones no pueden cambiar. Cuando lo Alto te encarga un trabajo o una tarea, es simplemente una comisión que se te ha encargado. También es tu deber llevarla a cabo. Sin embargo, tras recibir una comisión de lo Alto y aceptar el trabajo, ¿puedes afirmar ser un embajador plenipotenciario y un experto en la verdad? ¿Acaso ahora tienes la autoridad para dar órdenes a otros y hacer lo que deseas? ¿Tienes permitido simplemente seguir tus propias inclinaciones, hacer lo que se te antoje de acuerdo con tus propias preferencias y a tu manera? ¿Hay alguna diferencia entre que lo Alto te encargue algo de manera directa y hacer tu deber habitual como lo harías normalmente? No hay ninguna diferencia, ambos son tu deber. Y dado que ambos lo son, ¿han cambiado los principios para hacer las cosas? No. Por lo tanto, sin importar de dónde recibas tu deber, la esencia y la naturaleza de este son las mismas. ¿Qué quiero decir con esto? Que debes actuar de acuerdo con los principios independientemente del deber que estés llevando a cabo. Solo porque lo Alto te haya encargado de manera directa que hagas algo, no quiere decir que puedas hacerlo de la manera que se te antoje ni que cualquier cosa que hagas sea correcta y esté justificada. Aunque tengas algunas capacidades, ¿puedes desviarte de la senda de la búsqueda de los principios-verdad? Aún eres un ser humano corrupto. No te has convertido en dios; no perteneces a un grupo especial. Sigues siendo tú, y siempre serás humano. En la Biblia hay muchas personas a las que Dios llamó personalmente: Moisés, Noé, Abraham, Job y muchos otros. También hay muchas personas que han hablado con Dios; sin embargo, ninguna de esas personas se creía una figura especial o un miembro de un grupo especial. Algunas de esas personas vieron personalmente a Dios aparecer en una llama de fuego, otras oyeron la voz de Dios con sus propios oídos, algunas escucharon a mensajeros transmitir las palabras de Dios, mientras que otras recibieron Sus pruebas en persona. ¿Había alguna entre ellas a la que Dios considerara diferente de los humanos comunes? (No). No. Dios no lo ve de esa manera. Sin embargo, si tú lo entiendes así y siempre te ves a ti mismo como una figura especial, ¿qué tipo de carácter tienes? (El carácter de un anticristo). Efectivamente es el carácter de un anticristo, ¡y eso es aterrador! Aunque Dios pusiera Sus manos sobre tu cabeza y te diera el poder de realizar milagros con el respaldo del poder divino o de cumplir ciertas tareas, seguirías siendo humano; no podrías convertirte en la personificación de la verdad. ¿Qué significa esto? Que jamás tendrás derecho a usar el nombre de Dios para ir en contra de la verdad y actuar como se te antoje, ese es el comportamiento del arcángel. A veces, Dios emplea métodos o canales singulares para encargarles a ciertas personas que hagan cosas especiales, que realicen un trabajo especial o que comuniquen acontecimientos o tareas especiales. Esto se debe a que Dios cree que esas personas son capaces de ocuparse de ese trabajo, que pueden completar la obra que Dios les encargó, que son merecedoras de la confianza de Dios. Y nada más. Aunque Dios Mismo se lo haya encargado, aunque hayan oído las declaraciones de Su boca o hablado con Él, no se convertirán en nada diferente a una persona común ni se las ascenderá de seres creados corrientes a seres únicos o seres creados superiores. Eso nunca sucederá. Por lo tanto, en medio de la especie humana, en la casa de Dios, sin importar cómo de especiales son ciertas cosas, como los talentos de uno, su identidad, estatus, experiencia o lecciones, no puede transformarse en la personificación de la verdad. Si alguien tiene la indecencia de fingir serlo, entonces esa persona es, sin duda, un anticristo. Aunque algunas personas revelan tal carácter de manera ocasional, todavía pueden aceptar la verdad y arrepentirse. Tales personas tienen el carácter de un anticristo y transitan la senda de un anticristo, pero aún hay esperanzas de que sean salvadas. Sin embargo, si alguien finge constantemente ser la personificación de la verdad, sigue creyendo que está en lo correcto y se niega a arrepentirse, entonces es un verdadero anticristo. Los anticristos no aceptan ni un ápice de la verdad. Incluso si se los pone en evidencia y se los descarta, siguen sin poder conocerse a sí mismos y sin poder arrepentirse sinceramente. Algunos líderes y obreros solo tienen el carácter de un anticristo. Los principios que siguen al actuar y las sendas que escogen son los mismos que los de un anticristo. Ellos también carecen de racionalidad y no comprenden la verdad, no son conscientes de la naturaleza y las consecuencias de sus acciones y actúan de manera imprudente. Sin embargo, lo que los diferencia es que algunos de ellos aún pueden aceptar algo de lo que Yo digo. Mis palabras aún pueden incentivarlos y servirles de advertencia. Aunque tienen el carácter de un anticristo, aún pueden aceptar algo de la verdad, aceptar cierta poda; pueden mostrarse realmente contritos y arrepentirse hasta cierto punto. Esto los diferencia de los anticristos. Son personas que solo tienen el carácter de un anticristo. Hay algo en común entre tener la esencia-naturaleza de un anticristo y tener el carácter de un anticristo. Son básicamente lo mismo; el rasgo en común entre un anticristo y alguien con el carácter de uno es que ambos tienen el carácter de un anticristo. Sin embargo, algunas de estas personas pueden aceptar la verdad y mostrar arrepentimiento genuino. Dicha persona no es un anticristo, sino más bien alguien con el carácter de un anticristo. Esa es la diferencia entre un anticristo y aquellos con el carácter de un anticristo. Cualquiera que no pueda aceptar ni una pizca de la verdad y carezca de verdadero arrepentimiento es un anticristo genuino. Cualquiera que pueda aceptar la verdad y se arrepienta sinceramente es alguien con el carácter de un anticristo y puede ser salvado. Debes poder discernir claramente entre estas dos clases de persona y no emitir juicios a ciegas. ¿A qué clase perteneces tú? Puede que algunas personas digan: “¿Por qué siento que soy igual que un anticristo? No parece haber ninguna diferencia”. Este sentimiento es acertado; la diferencia no es obvia. Si puedes aceptar la verdad y mostrar arrepentimiento genuino, esa es la única diferencia, y es también una diferencia en términos de humanidad. Es decir, un anticristo es una persona malvada. Una persona con el carácter de un anticristo, por otro lado, no es una persona malvada, solo tiene un carácter corrupto. Esa es la única diferencia. No hay diferencia en su carácter corrupto; en ese sentido, son iguales, es algo que tienen en común. Los diversos estados de la humanidad corrupta que Dios expone con Sus palabras son completamente precisos y no se desvían de la realidad en lo más mínimo. Cuando el pueblo escogido de Dios lee las palabras de Dios, todos sus miembros se sienten de la misma manera, todos comparten el mismo entendimiento, y solo se diferencian en la profundidad de su experiencia. Todos reconocen su propia arrogancia y falta de razón. Todos son capaces de darse cuenta de que tienen demasiadas actitudes corruptas, de que la corrupción de Satanás sobre la especie humana está muy arraigada y de que no es fácil para Dios salvar al hombre. Aunque se ha dicho mucho, aún queda mucho por decir. Todos reconocen que la especie humana es mediocre y patética, ciega e ignorante. Todos son conscientes de que es Satanás quien la ha corrompido tan profundamente, de que la raíz de la corrupción y la perversidad humana radica en la corrupción de Satanás y en su control de la especie humana. Esta, tras ser corrompida por Satanás, se contaminó con su veneno y, por consiguiente, desarrolló el carácter de Satanás, perdió la racionalidad, la conciencia y la razón de los seres humanos normales. La gente ya no tenía la capacidad de distinguir entre el bien y el mal. Si Dios no hubiese establecido leyes para la especie humana, la gente no sabría si está bien o mal golpear o matar a alguien, robar o ser promiscuo. Creerían que sus acciones están justificadas y que es así como se debe actuar. Sin embargo, después de que Dios promulgara leyes y mandamientos, la gente tomó consciencia de que estas cosas eran pecado y su racionalidad se volvió un poco más normal. Claro que este era solo el nivel más superficial de racionalidad, que se volvería más profundo de forma natural una vez que entendieran la verdad. Ahora, esa racionalidad se vuelve aún más normal si las personas son capaces de comprender mejor varias verdades, de conocerse a sí mismas, de encontrar el lugar que les corresponde y de medir con precisión el alcance de su propio calibre, de su percepción y de su capacidad de comprender la verdad; y si también son capaces de utilizar la verdad como criterio y de confiar en las palabras de Dios para descifrar cosas, como cuáles de las diversas actitudes que tienen los seres humanos corruptos hacia Él son positivas y cuáles no, cuáles son nociones y figuraciones y cuáles concuerdan con la verdad. Por lo tanto, solo la verdad puede darle una nueva vida a la gente. Sin embargo, si te equipas con conocimiento, haces hincapié en ciertas prácticas y siempre presumes, te exhibes y alardeas de esa pizca de conocimiento o aprendizaje incierto e insignificante y no persigues la verdad, ¿podrás obtener esta nueva vida? No, eso sería un delirio. No solo no la obtendrás, sino que perderás la oportunidad de salvación, ¡y eso es muy peligroso!
Todos vosotros habéis escuchado muchos sermones sobre la verdad y ahora más o menos tenéis cierto discernimiento sobre diversos tipos de personas. Aunque podéis discernir a las personas malvadas y a las personas malas, aún no podéis discernir a los falsos líderes y a los anticristos. Ahora, la casa de Dios está depurando de la iglesia poco a poco a todos aquellos que no aceptan la verdad en lo más mínimo, que siguen actuando de manera imprudente y perturban y trastornan la obra de la casa de Dios. Esto demuestra que la obra de Dios ha alcanzado esta etapa y que el pueblo escogido de Dios está comenzando a despertar. Al entrar en contacto con ciertas personas en el pasado, siempre sentía que emanaban una especie de “olor”. ¿Qué tipo de olor? Era como el de las bestias salvajes y los animales feroces cuyo pelaje se eriza y aúllan incluso antes de que uno se les acerque. Los seres humanos también presentan ciertos comportamientos similares a los de los animales. ¿De dónde vienen esos comportamientos? De las actitudes corruptas satánicas que la gente posee. ¿A qué me refiero con “olor”? A que no ves sinceridad al mirarlos a los ojos; en cambio, te encuentras con una mirada vacía y errante. Sienten que no pueden medirte y por eso sus ojos vagan cuando te miran. Tampoco puedes detectar sinceridad en las palabras que dicen, porque, en el fondo, carecen de ella. ¿Qué quiero decir cuando digo que no poseen sinceridad? Que sin importar con quién interactúen, hay una barrera de defensa en lo profundo de su ser. Puedes percibir esa barrera a partir de su mirada, su tono de voz y su manera de hablar. Ese es el tipo de olor que tienen, que le da a uno la sensación de que, aunque han oído muchos sermones, aún no comprenden la verdad ni se han embarcado en la senda de la salvación. No importa cómo les hables sobre la verdad o cómo pongas al descubierto el carácter corrupto de la especie humana; no importa con cuánta sinceridad los trates, los mantengas, los pastorees o los ayudes, no obtendrás una actitud sincera de su parte. Entonces, ¿qué hay en su interior? Cautela y duda, esas son las más comunes; además, también hay una especie de autoprotección y un deseo de que los tengan en alta estima. Por eso, sus palabras, su mirada, las expresiones de su rostro, todas revelan algo bastante forzado. Es decir, lo que percibes en sus ojos y expresiones es diferente de lo que, en el fondo, están pensando. En resumen, independientemente de si una persona es tímida o cautelosa o tiene dificultades en su interior, si no puedes ver su sinceridad, ¿no es algo problemático? (Sí). Efectivamente, lo es. Entonces, ¿cómo podemos darnos cuenta? A partir de su comportamiento o de su modo de hablar. No dice lo que piensa; más bien escoge palabras que cree que son apropiadas y habla contigo sobre cosas que ya ha considerado. Esta es una táctica de autodefensa de los no creyentes; cuando algo les sobreviene, primero se erizan como un erizo para protegerse. Su verdad, sus capacidades y talentos, los errores que han cometido, su perplejidad —incluso su engaño e hipocresía— están envueltos en sus espinas, fuera de la vista del mundo externo, ocultos incluso de Mí. Hacen un esfuerzo enorme para cubrirse y ocultarse y también para protegerse. ¿De dónde surgen estas cosas? La especie humana las contrajo después de ser corrompida por Satanás. Al principio, después de crear a Adán y Eva, Dios los llevó a vivir al jardín del Edén y les dijo qué frutas de qué árboles podían comer y cuáles no. Estaban desnudos ante Dios y no se avergonzaban. ¿Y qué pensaban de esto? Pensaban que así los había creado Dios, que tenían cualquier cosa que Él les diera y que no necesitaban esconderse de Él. Nunca pensaban en hacerlo. Por eso, sin importar cómo se presentaran ante Dios, siempre lo hacían con honestidad. Podías ver la sinceridad en sus ojos; no tenían defensas o muros de protección contra Dios en lo profundo de su corazón. No tenían la necesidad de protegerse ante Él porque sabían, en el fondo, que no representaba una amenaza; estaban completamente a salvo. Dios solo los protegía, los amaba y los estimaba. Dios jamás les haría daño. En el fondo, este era su pensamiento más básico y sólido. Sin embargo, ¿cuándo comenzó a cambiar esto? (Cuando comieron la fruta del árbol del conocimiento del bien y del mal). Comer del árbol del conocimiento del bien y del mal es, de hecho, un simbolismo. Significa que, a partir de que Satanás sedujera a Eva por primera vez, ambos fueron seducidos por él poco a poco y cometieron pecados, hicieron cosas malas y transitaron la senda equivocada; entonces, el veneno de Satanás entró en ellos. Poco después, antes de la llegada de Dios, se escondían de Él a menudo y no querían que los encontrase. ¿Por qué lo hacían? Se sentían distantes de Él. ¿Por qué se originó esa distancia? Porque había algo diferente dentro de ellos. Satanás les dio ciertos pensamientos y opiniones, les dio un tipo de vida, y eso hizo que dudaran y que se cuidaran de Dios. Entonces, de manera instantánea, comenzaron a preguntarse si Dios se reiría de ellos al verlos desnudos. ¿De dónde vino esa idea? (De Satanás). ¿Por qué no pensaban de la misma manera antes de que Satanás los sedujera? En ese momento, poseían la vida más primaria que Dios les había dado; no temían que Él se riera de ellos ni albergaban tales pensamientos. Sin embargo, tras ser seducidos por Satanás, todo comenzó a cambiar. Primero, pensaron: “No llevamos nada puesto. ¿No se reirá Dios de nosotros? ¿No significa que carecemos de vergüenza?”. Una serie de preguntas surgieron en su mente y, una vez que tuvieron esos pensamientos, no pudieron evitar esconderse de Dios. Sin duda pensaron para sí mismos: “¿Cuándo vendrá Dios? Si Él viene, ¿qué debo hacer? ¡Debo esconderme deprisa!”. Sintieron la necesidad de estar todo el tiempo escondiéndose. ¿Es este un carácter corrupto? (Sí). La seducción de Satanás está en la raíz de este carácter corrupto. Cuando se cuidaban y se escondían de Dios, ¿aún confiaban en Él en su corazón? ¿Aún dependían de Él? (No). Entonces, ¿qué quedó? (La cautela). Las únicas cosas que quedaron fueron la cautela y la desconfianza, como también la distancia, el miedo y la duda. Vinieron todas esas cosas. Ellos incluso pensaron: “¿Dios sería capaz de hacernos daño? Estamos desnudos y no tenemos nada con lo que defendernos. ¿Podría golpearnos Dios? ¿Podría matarnos?”. Nunca se les ocurrió pensar que Dios les había dado la vida y que con toda certeza no los mataría tan fácilmente. Todo se había vuelto borroso en su mente, estaban confundidos. La corrupción de la especie humana por parte de Satanás continúa hasta el presente; la actitud de los humanos hacia Dios se puede ver en los ojos de las personas y nunca ha cambiado. La sinceridad ya no está; la fe verdadera, la confianza y la dependencia han desaparecido. ¿Dónde radica la causa de esto? (En la corrupción de Satanás). Correcto, radica en la corrupción de Satanás. ¡Satanás ha perjudicado terriblemente a la especie humana! Aunque la gente puede pensar que el tiempo anterior a que Satanás corrompiera a la especie humana era bastante bueno, en realidad, cuando se compara con el tiempo que viene después de ser salvado, de entender la verdad y conocer a Dios, las cosas en aquel entonces no eran tan buenas como lo son después de la salvación. Si pudierais elegir, ¿cuál de estos escenarios escogeríais? (El tiempo después de ser salvado). De hecho, no corresponde a las personas elegir ninguno de los dos; los humanos no pueden elegir. Es un decreto de Dios, es el destino de la especie humana. Antes de que Satanás corrompiera a los primeros humanos, a pesar de que confiaban en Dios y dependían de Él, no comprendían la verdad y no sabían quién era Dios. Hoy en día, la gente al menos tiene un concepto de esto; saben que los humanos vienen de Dios, que son seres creados y que Él es su Creador. Saben que Dios tiene el control de todo. Sin embargo, las personas de aquel tiempo no comprendían estas cosas. Eran bastante simples, en el sentido de que no les preocupaba que Dios las viera o se riera de ellas, y recurrían a Él para todo. Sus creencias eran así de sencillas. Sin embargo, ¿sabían quién era Dios? No. Por lo tanto, todo el trabajo que Dios ha hecho tiene un profundo valor y un gran significado para la especie humana. Es bueno en su totalidad. Cuando hablamos de la historia de la rebelión del humano contra Dios, ¿os sentís un poco tristes? La relación del humano con Dios, que en pasado fue tan íntima, se ha vuelto muy distante. Dios protege y ama sinceramente a la especie humana; aun así, los humanos dudan de Él, se esconden y se distancian de Él y hasta lo sienten como un enemigo. Efectivamente, provoca mucha tristeza decir esto. No obstante, solo podemos dirigir nuestro odio hacia Satanás; él es quien ha corrompido tanto a la especie humana. A pesar de que Satanás la ha corrompido hasta tal punto, Dios tiene una manera de salvarla. Sin importar de qué manera perturbe Satanás, eso no afectará a la obra de Dios de salvación de la especie humana. Esa es la omnipotencia de Dios, Su autoridad.
Los anticristos fingen ser la personificación de la verdad en cuanto adquieren un poco de experiencia y conocimiento y aprenden algunas lecciones. En términos generales, hemos hablado suficiente sobre este tema. ¿Qué información habéis ganado de esto? ¿Qué verdades comprendéis? (Que no debemos valorar el conocimiento). Ese es un aspecto. ¿Hay otros? (Que el hombre nunca es la verdad y no debe fingir ser Dios). Fingir ser la verdad no es una cosa positiva en sí misma. La verdad no es algo que uno pueda fingir ser; es la esencia de Dios. Dios te provee de un poco de verdad, y ganar un poco de la verdad ya es suficientemente bueno. Así y todo, algunas personas quieren convertirse en la personificación de la verdad. Eso es imposible. Tales afirmaciones son completamente infundadas. Además, si la gente quiere ser salvada a través de su creencia en Dios, debe aprender a comportarse de una manera sensata y no buscar la perfección. Si bien puede que exista la palabra “perfección”, la idea de que los seres humanos creados sean perfectos es insostenible. La perfección solo se puede hallar en Dios. ¿Quién entre los seres humanos, que están llenos de corrupción, es perfecto? Todo lo que Dios crea carece de defectos. A eso llamamos “perfección”. Piensa en los peces en el mar, los pájaros en el cielo, las aves salvajes y las bestias que vagan por la tierra; todos ellos son perfectos. ¿Puedes encontrar alguno que no sea bueno? Y después está la cadena biológica que conforman todos los seres vivos. ¡Qué perfecta es! Los seres humanos corruptos solo pueden causar destrucción y eso la vuelve imperfecta, defectuosa y deficiente. ¡Qué egoístas y despreciables! Todo lo que Dios crea es bueno. Los árboles tienen hojas de todas las formas; hay animales grandes y pequeños de todo tipo de complexión, cada uno con una función propia. Dios es demasiado considerado con la especie humana; sin embargo, esta, al estar corrupta por Satanás, no ha sabido cuidar todas las cosas. En cambio, las ha arruinado y ha desperdiciado la intención meticulosa de Dios. Los seres humanos no han valorado todo esto, sino que lo han arruinado enérgicamente, y han malgastado y destruido hasta el extremo todos los recursos. ¿Y cuál es el resultado de esto? ¿Cuál es la consecuencia final? ¡Cosechan lo que siembran! El medioambiente está destruido, la cadena alimenticia se ha trastornado, el aire y el agua están contaminados. Ya no queda comida natural; ni siquiera hay agua limpia para beber. Por lo tanto, el concepto de “perfección” no existe entre los seres humanos corrompidos por Satanás. Cualquier persona que, bajo el pretexto de que persigue la verdad, afirme ser perfecta o estar buscando la perfección, está haciendo una afirmación que no tiene sentido; es una mentira engañosa y que desorienta. A pesar de ser unos humanos muy corruptos, ¡quieren fingir ser la personificación de la verdad! Han hecho muchas cosas malas y, aun así, ¡siguen creyendo que pueden fingir ser la personificación de la verdad! ¿Acaso eso no significa que su naturaleza satánica es inalterable? (Sí). No tienen ni un ápice de verdad y, sin embargo, quieren fingir que son la personificación de la verdad, ¡qué desvergonzados son estos sujetos satánicos!
20 de noviembre de 2019