Punto 9: Cumplen con su deber solo para distinguirse a sí mismos y satisfacer sus propios intereses y ambiciones; nunca consideran los intereses de la casa de Dios, e incluso los venden y los intercambian por gloria personal (I)

Apéndice: Qué es la verdad

Hoy vamos a continuar la charla sobre el contenido de la reunión anterior. ¿De qué tema hablamos aquella vez? (“Dormir sobre maleza y lamer la hiel” no es la verdad). ¿Es que solíais pensar que era la verdad? La gente solía creer de manera subconsciente que lo era o, cuando menos, que era bastante positivo, inspirador y podría de manera potencial animar a la gente a ser proactiva y apuntar alto. Desde este prisma, pensaban que estaba bastante cerca de la verdad y de las cosas positivas. Por tanto, mucha gente creía de un modo subconsciente que este dicho, “Dormir sobre maleza y lamer la hiel”, era una expresión bastante positiva o, cuando menos, que tenía connotaciones positivas en lugar de negativas, así como que desempeñaba un papel en la asistencia a la vida y el comportamiento de las personas. Sin embargo, después de compartir al respecto, hemos observado que no es así en absoluto, y que en ello radican problemas importantes. ¿Habéis ampliado vuestra búsqueda a expresiones que son similares o están relacionadas con esta, o que bien cumplen un cometido similar y la gente considera en su subconsciente que son bastante positivas o buenas? ¿Las habéis diseccionado? (No). Decidme, ¿es adecuada aquí la expresión “Sacar muchas conclusiones de un solo ejemplo”? (Sí). Se debería decir que esta expresión tiene aplicaciones prácticas en lo que respecta a buscar y practicar la verdad. La vez anterior hablamos de “Dormir sobre maleza y lamer la hiel”. ¿Qué otras expresiones hay de índole parecida? ¿Qué otras tienen más o menos el mismo significado o pueden desempeñar el mismo papel? No tiene nada de malo que diseccionéis expresiones como “Dormir sobre maleza y lamer la hiel” a Mi manera, que las compartáis unos con otros y adquiráis algunos entendimientos nuevos. Cuando seáis capaces de desentrañar esta falacidad, descartaréis tales expresiones y luego emprenderéis el camino de practicar la verdad y perseguirla basándoos por completo en las palabras de Dios.

Continuemos con el tema que hemos compartido las dos veces anteriores. ¿De qué tema se trataba? (Qué es la verdad). Eso es, qué es la verdad. Así pues, ¿qué es exactamente la verdad? (La verdad es el criterio de conducta, actuación y culto a Dios por parte de la gente). Parece que habéis memorizado esta frase en términos de teoría y definición. Por tanto, a modo de continuación de nuestras dos pláticas previas, ¿existe ahora alguna diferencia en vuestra definición, conocimiento y comprensión de la verdad en el fondo de vuestro corazón, en comparación con antes? (Sí). ¿Cuál es exactamente esta diferencia? Aunque a corto plazo puede que no tengáis conocimiento de experiencia real, al menos contáis con algo de conocimiento perceptivo. Contadme en función de vuestra propia experiencia, conocimiento y entendimiento. (Sabía de antemano que debo practicar conforme a la verdad de las palabras de Dios cada vez que algo me sucede, pero nunca podía ponerlo en práctica. Es como si por lo general tendiera a revelar impetuosidad y, aunque a raíz de las palabras de Dios sé que está mal revelar impetuosidad y conozco los requerimientos de Dios hacia las personas, lo sigo haciendo y nunca he sido capaz de encontrar la causa original. Solo después de escuchar la enseñanza de Dios la vez anterior me di cuenta de que la gente revela a menudo corrupción porque está controlada por los pensamientos satánicos y que yo revelo impetuosidad porque dentro de mí se halla la lógica satánica de: “Yo no ataco a menos que me ataquen; si me atacan, claro que contraataco”. Creo que este dicho es correcto y que actúo así como un medio de autodefensa. Influido por este pensamiento y este punto de vista satánicos, soy incapaz de practicar la verdad. Sin embargo, aunque estas cosas satánicas parecen ser correctas en apariencia, los significados que conllevan en la realidad son contrarios a lo que requiere Dios y son incorrectos. Solo las palabras de Dios son la verdad y solo actuar de acuerdo con las palabras de Dios es del todo correcto). Muy bien. ¿Quién puede añadir algo más a eso? (Me gustaría añadir algo. Yo también sabía de antemano que debo buscar y practicar la verdad cada vez que me suceden cosas, pero seguía un poco confuso respecto a cómo practicar. Al escuchar la enseñanza de Dios, me parece que la verdad es muy realista y está relacionada con cualquier aspecto de la vida. Si nos fijamos en algunos de los ejemplos que ha mencionado Dios, el pueblo chino también aprendió a beber café después de su llegada a los países occidentales. No se trata de un problema relativo a la manera en que uno actúa, sino a los pensamientos y puntos de vista de la gente, y esto tiene relación con la verdad. Además, a partir de la disección de Dios de algunos dichos y expresiones comunes que la gente piensa que son correctos, he llegado a pensar que debería reflexionar sobre mis propias conductas y prácticas que parecen correctas, así como sobre las intenciones, pensamientos y puntos de vista que hay tras dichas conductas y sobre qué estoy viviendo exactamente al confiar en tales cosas. Ahora tengo una idea más concreta de cómo buscar y practicar la verdad cada vez que me ocurren cosas y ya no es tan abstracta). Parece que con estas dos charlas, la mayoría de la gente ha obtenido un entendimiento básico de qué es la verdad y de algunos temas relacionados con ella y, desde el fondo del corazón, ya ha empezado a reflexionar sobre si su conducta y acciones guardan relación con la verdad, así como sobre cuáles de las cosas a las que se apegan y que oyen en su fe en Dios son la verdad y cuáles no lo son, y si las cosas que piensan que son correctas son en realidad la verdad y cuál es la relación de tales cosas con la verdad. Después de reflexionar, la gente puede determinar qué es exactamente la verdad, así como qué cosas concretas son la verdad y cuáles no. Tras pasar muchos años escuchando sermones y comiendo y bebiendo las palabras de Dios, la mayoría de la gente ha obtenido algunas cosas y pueden ver un hecho con claridad: las palabras de Dios son en efecto la verdad, los requerimientos de Dios son la verdad y todo lo que viene de Él es la verdad. Aquellos que tienen una fe genuina en Dios ya han reconocido y aceptado este hecho en el corazón, pero en la vida real puede que a menudo digan cosas de manera inconsciente que no tienen nada que ver con la verdad o que la contradicen. Algunos llegan incluso a tratar las cosas que la gente piensa que son correctas y buenas como la verdad y, en particular, no han discernido las falacias engañosas y las palabras endiabladas que vienen de Satanás, las cuales no solo han aceptado hace mucho en su corazón, sino que incluso tratan como positivas. Por ejemplo, las personas consideran muchas filosofías satánicas como “Ojo por ojo, diente por diente”, “Toma una dosis de tu propia medicina”, “El sensato se protege nada más que para no equivocarse” y “Yo no ataco a menos que me ataquen” y otras tantas como la verdad y lemas para la vida, de modo que la gente se siente incluso especialmente complacida consigo misma al ceñirse a estas filosofías satánicas, y no se dan cuenta hasta después de leer las palabras de Dios que estas cosas de Satanás no son en realidad la verdad, sino herejías y falacias engañosas que desorientan a las personas. ¿De dónde vienen estas cosas? Algunas de la educación escolar y de los libros de texto, otras de la educación familiar y otras más del condicionamiento social. En resumen, todas vienen de la cultura tradicional y se originan en la educación de Satanás. ¿Tienen algo que ver con la verdad? Nada en absoluto. Sin embargo, la gente no puede discernirlas tal como son y las sigue considerando la verdad. ¿Se ha vuelto este problema demasiado grave? ¿Cuáles son las consecuencias de considerar estas cosas de Satanás como la verdad? Al apegarse a estos aspectos, ¿puede la gente despojarse de sus actitudes corruptas? ¿Puede arreglárselas para vivir una humanidad normal? ¿Puede vivir según la conciencia y razón? ¿Puede alcanzar los estándares de conciencia y razón? ¿Puede obtener la aprobación de Dios? No puede hacer nada de esto. Dado que no puede, ¿acaso estas cosas a las que se apegan las personas son la verdad? ¿Pueden servir como la vida de alguien? El hecho de que consideren estas cosas negativas —por ejemplo filosofías para los asuntos mundanos que piensan que son correctas y buenas, las estrategias y leyes de supervivencia e incluso la cultura tradicional— como la verdad y se apeguen a ellas, ¿qué consecuencias conlleva? La especie humana se ha apegado a estas cosas durante miles de años. ¿Han cambiado en absoluto? ¿Ha cambiado en algo la situación actual de la especie humana? ¿Acaso la raza humana corrupta no se está volviendo cada vez más perversa y se resiste cada vez más a Él? Dios expresa muchas verdades cada vez que hace Su obra y la gente es capaz de ver que estas verdades tienen autoridad y poder; por lo tanto, ¿cómo es que entonces los seres humanos son todavía capaces de negar y resistirse a Dios? ¿Por qué no pueden aún aceptarlo ni someterse a Él? Esto es suficiente para mostrar que Satanás ha corrompido demasiado a la especie humana, que está llena de actitudes satánicas, siente aversión por la verdad, la odia y no la acepta en absoluto. La raíz de este problema es que los seres humanos han aceptado demasiadas filosofías y conocimiento satánicos. En el fondo de su corazón, la gente se ha visto saturada por toda clase de pensamientos y puntos de vista satánicos, y por tanto ha desarrollado un carácter de sentir aversión por la verdad y odiarla. Podemos observar en mucha gente que cree en Dios que, aunque reconoce que las palabras de Dios tienen autoridad y poder, no acepta la verdad. Es decir, cuando comen y beben las palabras de Dios, aunque de palabra admiten que: “Las palabras de Dios son la verdad, no hay nada por encima de la verdad, esta se halla en nuestro corazón y nos tomamos perseguir la verdad como el objetivo de la existencia”, en la vida real viven todavía según bien conocidos dichos y filosofías satánicos. Además, dejan de lado las palabras de Dios y la verdad, y se apegan y practican cosas como el conocimiento teológico humano y la doctrina espiritual igual que si fueran la verdad. ¿Es este el estado real de la mayoría de las personas que creen en Dios? (Sí). Si os continuáis apegando de este modo y no diseccionáis ni entendéis estas cosas de tan profundo arraigo en la cultura satánica tradicional a partir de las palabras de Dios, y si no podéis discernirlas en su origen ni obtener un entendimiento meticuloso de ellas ni abandonarlas, ¿cuál será el resultado? Uno es seguro, y es que la gente cree en Dios durante muchos años y todavía no sabe qué es la verdad ni qué senda tomar, y en última instancia tiene en la boca una serie de doctrinas espirituales y teorías teológicas, y todo lo que dice suena bonito y es doctrina que se ajusta a la verdad. Pero de hecho, estas personas son arquetípicos fariseos hipócritas en cuanto a lo que practican y viven. ¿Cuáles son las consecuencias de esto? Es incuestionable que Dios los condena y maldice. Los que creen en Él pero no aceptan la verdad son fariseos y nunca van a obtener la aprobación de Dios.

Por ejemplo, respecto al asunto de educar a los hijos, algunos padres ven que estos son desobedientes y no se ocupan de los deberes que les corresponden y dicen: “Los antiguos tenían razón al afirmar: ‘Crecer sin aprender es culpa del padre’”. Los padres así no tratan este asunto según las palabras de Dios. Solo tienen en su corazón las palabras de las personas, en lugar de las de Dios. Por tanto, ¿poseen la realidad-verdad? No. Aunque creen en Dios y entienden algunas verdades, y deberían saber que han de usar la verdad para educar a sus hijos a fin de cumplir sus responsabilidades parentales, no practican de esa manera. Cuando ven a sus hijos tomar la senda incorrecta, suspiran y dicen: “Crecer sin aprender es culpa del padre”. ¿Qué clase de expresión es esta? ¿De quién proviene ese dicho tan conocido? (De Satanás). ¿Ha dicho Dios alguna vez esta expresión? (No). Por tanto, ¿de dónde proviene? (De Satanás). Proviene de Satanás, de este mundo. La gente “persigue”, “ama” y “exalta” mucho la verdad, ¿por qué dicen entonces expresiones satánicas como esta cuando les ocurren tales cosas? Incluso les parece que es decir algo recto y digno. Afirman: “Mira cuánta reverencia y estima tengo por la verdad y por Dios. Me sale natural decir ‘Crecer sin aprender es culpa del padre’, ¡qué gran verdad es esta! ¿Podría decir esta expresión si no creyera en Dios?”. ¿No es eso hacerla pasar por la verdad? (Sí). ¿Es entonces la verdad esa expresión? (No). ¿Qué clase de expresión es “Crecer sin aprender es culpa del padre”? ¿En qué sentido es errónea? Lo que significa esta expresión es que, si los hijos son desobedientes o inmaduros, es responsabilidad del padre, lo que implica que los padres no los educaron bien. ¿Pero es así en realidad? (No). Algunos padres se comportan de manera adecuada y aun así sus hijos son unos matones y sus hijas son prostitutas. El hombre que desempeña el papel de padre se enfada y dice: “Crecer sin aprender es culpa del padre. ¡Los he malcriado!”. ¿Es adecuado decir esto o no? (No, no es lo correcto). ¿Por qué no? Si puedes entender qué tiene de incorrecto esta expresión, eso demuestra que entiendes la verdad y entiendes lo que no es correcto respecto al problema que subyace a esta expresión. Si no entiendes la verdad respecto a este asunto, no puedes explicarlo con claridad. Ahora que habéis escuchado la explicación y definición de la verdad, podéis sentir y decir que: “Esta expresión es incorrecta, es mundana. Los que creemos en Dios no decimos cosas así”. Has cambiado meramente la manera en la que hablas sobre este asunto. No quiere decir que entiendas la verdad; de hecho, no sabes qué tiene de malo la expresión “Crecer sin aprender es culpa del padre”. Al enfrentarte a asuntos de este tipo, ¿qué deberías decir que sea coherente con la verdad? ¿Cómo deberías actuar de acuerdo con los principios-verdad? Hablemos primero de cómo entender y explicar correctamente estas cuestiones. ¿Qué dice Dios al respecto? ¿Tienen las palabras de Dios algo específico que decir sobre estos asuntos? Dios ha expresado muchas verdades, todo para que la gente las acepte y las convierta en su vida. Por eso, al educar a sus hijos, ¿no debería la gente utilizar las palabras de Dios para enseñarles? Sus palabras van dirigidas a toda la especie humana. Seas adulto o niño, hombre o mujer, viejo o joven, todo el mundo debería aceptar las palabras de Dios. Solo las palabras de Dios son la verdad y pueden convertirse en la vida de las personas. Solo las palabras de Dios pueden guiar a las personas por la senda correcta en la vida. Aquellos que creen en Dios deberían ser capaces de comprender a fondo este asunto. ¿Cómo explicar la expresión “Crecer sin aprender es culpa del padre”? (La senda que toma una persona viene determinada por su esencia-naturaleza. Además, el castigo al que van a estar sujetos o las bendiciones que recibirán en esta vida están conectados a su vida anterior. Por tanto, la afirmación “Si los hijos no siguen la senda correcta es porque los padres no los educaron bien” no aguanta el escrutinio y niega por completo el hecho de que Dios ostenta soberanía sobre el destino de la especie humana). De acuerdo con lo que dices, ¿tiene algo que ver con la soberanía de Dios que los hijos no sigan la senda correcta? Dios permite a la gente hacer sus propias elecciones y elegir tomar la senda correcta. Sin embargo, las personas tienen naturalezas satánicas y todas ellas toman sus propias decisiones, eligen su propia senda preferida y no están dispuestas a someterse a la soberanía de Dios. Si lo que dices se conforma a la verdad, entonces deberías explicarlo claramente para que la gente quede convencida de ello.

A continuación, vamos a hablar sobre la expresión “Crecer sin aprender es culpa del padre”. Lo primero que hay que aclarar es que es un error decir: “La incapacidad de los hijos para seguir la senda correcta es culpa de sus padres”. Quienquiera que sea, si pertenece a cierto tipo de persona, caminará por cierta senda. ¿Me equivoco? (No). La senda que toma una persona determina lo que es. La senda que toma y la clase de persona en la que se convierte dependen de ella. Son cosas predestinadas, innatas, y tienen que ver con la naturaleza de la persona. Por tanto, ¿de qué sirve la educación parental? ¿Puede gobernar la naturaleza de una persona? (No). La educación parental no puede gobernar la naturaleza humana ni resolver el problema de qué senda ha de tomar una persona. ¿Cuál es la única educación que pueden proveer los padres? Algunos comportamientos simples en la vida diaria de sus hijos, algunos pensamientos y reglas de conducta bastante superficiales; estas son cosas que tienen algo que ver con los padres. Antes de que sus hijos lleguen a la edad adulta, los padres deberían cumplir la responsabilidad que les corresponde, que es educar a sus hijos para seguir la senda correcta, estudiar mucho y esforzarse por sobresalir entre los demás cuando se hacen mayores, así como no hacer cosas malas ni convertirse en malas personas. Los padres deben también regular el comportamiento de sus hijos, enseñarles a ser educados y saludar a sus ancianos cuando los ven, así como otras cosas relativas al comportamiento; esta es la responsabilidad que los padres deben cumplir. La influencia parental equivale a ocuparse de la vida de un hijo y educarlo por medio de algunas reglas básicas de comportamiento. En cuanto a la personalidad del hijo, no es algo que puedan enseñar los padres. Algunos padres son relajados y lo hacen todo a un ritmo tranquilo, mientras que sus hijos son muy impacientes y no pueden permanecer quietos ni siquiera un rato. Se marchan a hacer su propia vida cuando tienen catorce o quince años, toman sus propias decisiones en todo, no necesitan a sus padres y son muy independientes. ¿Se lo enseñan sus padres? No. Por tanto, la personalidad de una persona, el carácter e incluso su esencia, así como la senda que elige en el futuro, no tienen nada que ver en absoluto con sus padres. Hay algunos que refutan esto al decir: “Entonces, ¿cómo no va a tener nada que ver en absoluto con ellos? Algunas personas vienen de familias eruditas o de familias con generaciones de experiencia en una vocación particular. Por ejemplo, una generación estudia pintura, la siguiente también estudia pintura y lo mismo hace la próxima. Esto confirma lo acertado de la expresión ‘Crecer sin aprender es culpa del padre’”. ¿Es correcto o incorrecto decir esto? (Es incorrecto). Es incorrecto e impreciso usar este ejemplo para ilustrar este problema porque son dos cosas diferentes. La influencia de una familia con generaciones de experiencia solo se extiende a un aspecto de la experiencia y puede ser que este entorno familiar lleve a que todo el mundo aprenda lo mismo. En apariencia, el niño elige además esta misma cosa, pero en su origen, se trata de la preordenación de Dios. ¿Cómo se reencarnó tal persona en esta familia? ¿No es eso algo sobre lo que Dios tiene soberanía? Los padres solo son responsables de criar a sus hijos hasta la edad adulta. A los hijos solo les influyen el comportamiento externo y los hábitos de vida de sus padres. Sin embargo, una vez que se han hecho mayores, las metas que buscan en la vida y su destino en ella no tienen nada que ver en absoluto con sus padres. Algunos padres son granjeros corrientes que viven de acuerdo con su posición, pero sus hijos logran convertirse en funcionarios y hacer grandes cosas. Luego hay hijos cuyos padres son abogados o médicos, ambos competentes, y sin embargo los hijos son unos inútiles incapaces de conseguir un trabajo vayan donde vayan. ¿Es esto lo que sus padres les enseñaron a ser? Cuando el padre es abogado, ¿es posible que escatime a la hora de educar e influenciar a sus hijos? En absoluto. Ningún padre dice: “He tenido una vida próspera, espero que en el futuro la de mis hijos no sea tan próspera como la mía, eso sería demasiado agotador. Bastará con que sean vaqueros”. Sin duda, debe educar a sus hijos para que aprendan de él y sean como él en el futuro. ¿Qué ocurrirá con sus hijos después de que termine de educarlos? Estos se convertirán en aquello a lo que estén destinados a ser y tendrán la vida que se les predestinó, nadie puede cambiar eso. ¿Qué hecho percibes tú aquí? La senda que toma un niño no tiene nada que ver en absoluto con sus padres. Algunos padres creen en Dios y educan a sus hijos para que crean en Él, pero digan lo que digan, sus hijos no creen y no hay nada que estos padres puedan hacer al respecto. Otros padres no creen en Dios, mientras que sus hijos sí creen en Él. Una vez que sus hijos empiezan a creer en Dios, lo siguen, se esfuerzan por Él, son capaces de aceptar la verdad y obtienen la aprobación de Dios y de ese modo cambia su destino. ¿Es esto resultado de la educación parental? En absoluto, tiene que ver con la predestinación y la selección de Dios. Hay un problema con la expresión “Crecer sin aprender es culpa del padre”. Aunque los padres tienen la responsabilidad de educar a sus hijos, el destino de un hijo no lo deciden sus padres, sino la naturaleza del hijo. ¿Puede la educación resolver el problema de la naturaleza de un hijo? No puede resolverla de ningún modo. La senda que toma una persona en la vida no la determinan sus padres, sino que está predestinada por Dios. Se dice que “El cielo decide el destino del hombre”, y este dicho condensa la experiencia humana. No puedes saber qué senda va a tomar una persona antes de que alcance la edad adulta. Una vez que se hace adulta y tiene pensamientos y puede reflexionar respecto a los problemas, elegirá qué hacer cuando se halle en una comunidad más amplia. Algunas personas dicen que quieren ser funcionarios superiores, otros aseguran querer ser abogados y otros escritores. Todo el mundo cuenta con sus propias elecciones e ideas. Nadie dice: “Me limitaré a esperar que mis padres me eduquen. Me convertiré en aquello para lo que mis padres me eduquen, sea lo que sea”. Nadie es tan necio. Tras llegar a la edad adulta, las ideas de la gente comienzan a agitarse y a madurar poco a poco, y así la senda y los objetivos que tiene por delante se vuelven cada vez más claros. En este momento, poco a poco, resulta obvio y visible a qué tipo de persona pertenece y de qué grupo forma parte. A partir de este punto, la personalidad de cada persona se define claramente y de manera gradual, al igual que su carácter y la senda que persigue, su dirección en la vida y el grupo al que pertenece. ¿En qué se basa todo esto? En última instancia, esto es lo que Dios ha predestinado, no tiene nada que ver con los padres de uno. ¿Lo veis ahora claro? Así pues, ¿qué cosas tienen algo que ver con los padres? La apariencia, la altura, los genes y ciertas enfermedades familiares tienen un poco que ver con los padres. ¿Por qué digo un poco? Porque no es así en el cien por ciento de los casos. En algunas familias, cada generación sufre una enfermedad, pero entonces nace un hijo sin ella. ¿Cómo puede ser eso? Los hay que dicen: “Eso es porque este niño tiene buena personalidad”. Esa es la opinión de la gente, pero ¿dónde se origina este asunto? (En la predestinación de Dios). Exacto, eso es. Entonces, la expresión “Crecer sin aprender es culpa del padre”, ¿es en realidad correcta o incorrecta? (Es incorrecta). Ahora lo tenéis claro, ¿no? Si no sabéis discernir no va a servir de nada. Sin la verdad, no podéis ver ningún asunto con claridad.

En la vida diaria, cada persona tiene bastantes de estos engañosos puntos de vista de Satanás en la mente. Permanecen depositados y almacenados en su interior y se revelan cuando ocurre algo. Algunos dicen: “Un hombre bueno no discute con las mujeres. Mira lo noble que soy. Soy un hombre viril y varonil, mientras que tú eres una débil florecilla, así que no voy a pelearme contigo”. ¿Cómo tratan esta expresión? (Como la verdad). La tratan como la verdad y como un principio para practicarla. Hay también personas que ven a alguien con unos rasgos muy atractivos y que parece un caballero honrado, si bien es escurridizo y siempre se anda disfrazando y es especialmente falso e insidioso a la hora de relacionarse con los demás, y mucha gente no es capaz de dilucidarlo, así que aseguran: “Creo en Dios solo para comportarme como una persona honorable y bondadosa, para ser amigable con los demás y no hostil. Es como dice el dicho: ‘Mejor ser un auténtico villano que un falso caballero’. Algunas de las palabras de Dios tienen también este significado”. ¿Qué te parece lo que dice esta gente? “Mejor ser un auténtico villano que un falso caballero”. Ya ves, en cuanto algo les ocurre a las personas, salen y brotan de golpe todos estos dichos, proverbios y expresiones comunes que residen en su interior, y ni una palabra de ellos es verdad. Al final, esas personas llegan a decir: “Gracias a Dios por esclarecerme”. ¿Es el dicho “Mejor ser un auténtico villano que un falso caballero” correcto o incorrecto? (Es incorrecto). Todos sabéis que es incorrecto, pero ¿por qué lo es? Lo que tienen de malo los falsos caballeros es que son falsos. Nadie desea ser un falso caballero, desean ser auténticos villanos. ¿Qué hay en los auténticos villanos que la gente apruebe? Es solo que al ser auténticos se ganan la aprobación de todo el mundo, aunque sean villanos. Así pues, ¿qué deseáis ser, un auténtico villano o un falso caballero? (Ninguno de los dos). ¿Por qué no ser uno de estos dos tipos de persona? (Ninguno de ellos se conforma a la verdad, no se dice nada sobre esto en las palabras de Dios). ¿Se os ocurre un fundamento relevante para asegurar que Dios no les ha dicho a las personas que sean falsos caballeros o auténticos villanos? (Dios quiere que las personas sean honestas). Él quiere que las personas sean honestas. ¿Cuál es entonces la diferencia entre las personas honestas y los auténticos villanos? La palabra “villanos” no es buena, pero ellos son bastante auténticos. ¿Por qué no son buenos los auténticos villanos? ¿Lo podéis explicar con claridad? ¿Con qué base se puede asegurar que ni los auténticos villanos ni los falsos caballeros son buenas personas? ¿Qué son los villanos? ¿Qué palabra está asociada normalmente a ellos? (Despreciables). Eso es. ¿Cómo se describe y define en palabras de Dios el término “despreciable”? En palabras de Dios, ¿se define despreciable como una buena o una mala palabra? (Una mala palabra). Una mala palabra, una que Dios condena. La gente con una conducta y unos puntos de vista despreciables son villanos. ¿Cómo se define además el carácter y la esencia de un villano? Es egoísta, ¿no? (Sí). Esta clase de persona es egoísta y despreciable. Aunque lo que revelen sea auténtico y sea su verdadero temperamento, en gran medida aún siguen siendo villanos. Un falso caballero es falso y perverso, y siempre se disfraza y les da a los demás una falsa impresión, permite que otros vean su lado brillante, resplandeciente y amistoso. Mantiene ocultos su carácter, opiniones y puntos de vista reales para que nadie sea capaz de verlos ni comprenderlos. ¿Qué carácter tienen esas personas? (Falso y perverso). Son simplemente perversos. Así pues, ni los villanos ni los caballeros son buenas personas. Uno es malo por dentro y el otro malo por fuera. Sus actitudes son en realidad las mismas, ambos son extremadamente perversos, egoístas y falsos. ¿Buscan estos dos tipos de persona extremadamente perversos y falsos ser honestos? (No). Por eso, da igual en cuál de estos dos tipos de persona te conviertas, no eres la persona buena u honesta que Dios requiere. Eres alguien a quien Dios detesta y no eres la persona que Él requiere que seas. Así que dime, ¿es la expresión “Mejor ser un auténtico villano que un falso caballero” la verdad? (No). Desde este punto de vista, esta expresión no es la verdad. Muchas personas, con el objetivo de atacar y condenar a los falsos caballeros para que pasen como buenas personas, dicen: “Mejor ser un auténtico villano que un falso caballero”, como si la “villanía” de estos villanos los hiciera especialmente rectos y auténticos, como una fuerza de la rectitud. ¿Cómo puedes, como villano, asegurar ser recto? Tú eres el que merece condena.

Existen unas cuantas expresiones y cosas de este tipo en la mente de todo el mundo, así que numerosas personas mantienen este tipo de punto de vista. Ya se trate de la cultura tradicional, de proverbios populares, de lemas y reglas familiares o del sistema legal de un país, la gente emplea a menudo estas cosas que han estado circulando durante mucho tiempo y con amplio recorrido por la sociedad, y que incluso han sido proclamadas y promovidas como positivas en ella y entre la especie humana desde hace mucho; esto se hace para educar a una generación tras otra de personas. Algunas expresiones se consideran en lo más profundo del corazón de la gente como principios de práctica y de la existencia humana. Otras son expresiones que conllevan un punto de vista con el que están de acuerdo sin más, pero que no necesariamente desean implementar. Ya desees o no implementarlas, en realidad, en el fondo de tu corazón, tomas estas expresiones como principios de práctica para tu comportamiento. En resumen, estas cosas son un gran impedimento para la fe en Dios y la búsqueda de la verdad de las personas. Solo hacen daño, en lugar de beneficiarlas. Por ejemplo, un tema del que a menudo habla la gente moderna es: “La vida es valiosa; el amor lo es incluso más. Sin embargo, en aras de la libertad, renunciaría a los dos”. Esta expresión es un dicho conocido por el que abogan y que veneran tanto personas orientales como occidentales con ideales elevados y que buscan la libertad y quieren deshacerse del sistema feudal tradicional. ¿Aquí cuál es el enfoque de la búsqueda de las personas? ¿Es la vida? ¿Es el amor? (No, es la libertad). Correcto, es la libertad. Así pues, ¿es esta expresión la verdad? El significado de esta expresión es que, para buscar la libertad se puede tirar la vida por la borda y también se puede renunciar al amor; es decir, también se puede abandonar a la persona a la que amas, a fin de ir corriendo hacia esa preciada libertad. ¿Qué aspecto tiene esta libertad para la gente mundana? ¿Cómo se explica aquello que consideran libertad? Librarse de la tradición es una especie de libertad, librarse de las viejas costumbres es una especie de libertad, así como lo es librarse de la monarquía feudal. ¿Qué más lo es? (No estar controlado por un régimen político). Otro tipo consiste en no estar controlado por el poder o la política. Lo que buscan es esta especie de libertad. Ahora bien, ¿es auténtica esa libertad de la que hablan? (No). ¿Tiene similitudes con la libertad de la que hablan las personas que creen en Dios? (No). Algunos creyentes en Dios pueden también tener este punto de vista en su corazón: “Creer en Dios es maravilloso, te libera y te da libertad. No tienes que seguir ninguna costumbre o formalidad tradicional, no tienes que preocuparte de organizar o asistir a bodas ni funerales, te desprendes de todas esas cosas mundanas. ¡Sois realmente libres!”. ¿Es así? (No). Entonces, ¿qué es exactamente la libertad? ¿Sois ahora libres? (Un poco). ¿Cómo conseguisteis entonces este poco de libertad? ¿Qué significa esta libertad? (Entender la verdad y librarse de la oscura influencia de Satanás). Después de librarte de la oscura influencia de Satanás, sientes un poco de liberación y cierto grado de libertad. Sin embargo, si Yo no lo diseccionara, pensaríais que sois realmente libres, si bien, de hecho, no lo sois. La verdadera libertad no es la clase de libertad y liberación de un cuerpo en lo que se refiere a espacio y materia que la gente se piensa. En su lugar, lo que sucede es que cuando la gente entiende la verdad, tiene puntos de vista correctos sobre varias personas, acontecimientos y cosas, así como sobre el mundo, y es capaz de buscar las metas y la dirección correctas en la vida. Cuando la gente no está sujeta a las limitaciones de la influencia de Satanás y de las ideas y puntos de vista satánicos, su corazón se libera; esta es la verdadera libertad.

Hay un joven, un no creyente, que piensa que le gusta la libertad, volar como un pájaro por todas partes y llevar una vida desinhibida, por lo que desprecia esas asquerosas normas y dichos de su familia. A menudo les cuenta a sus amigos: “Aunque nací en una familia muy tradicional y muy numerosa, con muchas reglas y tradiciones y que incluso en estos tiempos cuenta todavía con un santuario ancestral con tablillas funerarias dispuestas en su interior para cada generación sucesiva, yo mismo he roto con esas tradiciones y no me influyen estas reglas y convenciones familiares ni estas costumbres comunes. ¿No veis que soy una persona muy poco tradicional?”. Sus amigos dicen: “Hemos notado que eres muy poco tradicional”. ¿Cómo lo han notado? Tiene un pirsin en la lengua, un aro en la nariz, cuatro o cinco perforaciones en ambas orejas, un pirsin en el ombligo y el tatuaje de una serpiente en el brazo. El pueblo chino considera a las serpientes de mal agüero, pero él insistió en tatuarse una en el cuerpo y la gente se asusta al verla. Esto es poco tradicional, ¿verdad? (Sí). Es muy poco tradicional, es más, habla con las ínfulas de una persona muy vanguardista. Todo el que lo ve, dice: “¡Este tipo es asombroso! ¡No es nada tradicional, nada en absoluto!”. Considera que no solo puede expresar de tales maneras lo poco tradicional que es, sino que lo debe hacer un poco más tangible, de modo que la gente repare más en las señales de lo poco tradicional que es. Observa que, por lo general, las novias de los demás son chinas de piel amarilla, pero él se busca a posta una novia extranjera, blanca, para que todo el mundo se quede más convencido de que es realmente poco tradicional. Luego, imita a su novia en cualquier situación, hace todo lo que ella dice de la manera que ella se lo pide, sea cual sea. Al llegar su cumpleaños, su novia le compra un regalo misterioso contenido en una caja grande, que él empieza a desenvolver con deleite. Después de quitar todas las capas de envoltorio, ve dentro un sombrero verde. Todos los chinos conocen la alusión a los “sombreros verdes”, ¿no? Sin duda, es algo muy tradicional. En cuanto lo ve, se enfada y dice: “¿Qué clase de regalo es este? ¿A quién le compras este regalo?”. Su novia creyó que se iba a poner contento, ¿por qué está tan enfadado? No sabe ni se le ocurre un motivo para ello, así que dice: “No me ha sido fácil encontrar este sombrero verde. Te garantizo que te va a quedar bien”. Él le pregunta: “¿Sabes qué representa esto?”. La novia dice: “¿Acaso no es más que un sombrero? Los sombreros verdes quedan bien”. Y ella insiste en que se lo ponga. Él no lo hace, de ninguna manera. ¿Conocen los occidentales la referencia sobre los “sombreros verdes”? (No). Por tanto, ¿acaso no se debería explicar este asunto y dejarlo claro? Ninguno de vosotros podéis responder a esto, ¿por qué no os atrevéis a explicarlo con claridad? No es para tanto, ¿no? Sois iguales que este tipo, enarboláis la bandera de no ser tradicionales y de desprenderos de la tradición y desechar las nociones de la cultura satánica tradicional para perseguir la verdad y la libertad, y sin embargo este sombrero verde os afecta profundamente. La novia de ese joven le pide que se lo ponga y él no se lo pone bajo ninguna circunstancia, hasta que al final le dice: “Insistes en que me lo ponga. Si lo hago, ¡sufriré la humillación de los demás!”. Este es el quid de la cuestión y donde radica el problema; esto es tradición. Esta tradición no se refiere a de qué color es algo o al tipo de objeto que es, sino más bien a lo que simboliza y al punto de vista que esto evoca en la gente. ¿Qué simboliza en concreto este sombrero verde? ¿Qué representa? La gente cataloga como malos los sombreros de este color, por lo que los rechaza. ¿Por qué este rechazo? ¿Por qué no lo pueden aceptar? Porque dentro de ellos reside una especie de pensamiento tradicional. Este pensamiento tradicional no es la verdad, sino algo material, pero esta sociedad y esta raza de personas se han tornado de manera imperceptible en algo negativo. Por ejemplo, la gente convierte el blanco en un símbolo de santidad, el negro, en uno de oscuridad y perversidad, y el rojo, en un símbolo de festividad, sangre y pasión. En el pasado, el pueblo chino llevaba ropa roja cuando se casaba, ya que la consideraban festiva. Cuando los occidentales se casan, llevan vestidos blancos preciosos y limpios que simbolizan santidad. Las dos culturas entienden el matrimonio de manera diferente. En una lo representa el rojo y en la otra, el blanco. Ambos colores representan una actitud de bendición hacia el matrimonio. En el caso de diversos grupos étnicos y razas, usan lo mismo para propósitos diferentes, y es así como se forman sus trasfondos culturales. Después de que surgen estos trasfondos culturales, se generan al mismo tiempo tradiciones culturales. De este modo, las diferentes sociedades y razas desarrollan costumbres diferentes y tales costumbres influyen en las personas de estas respectivas razas. Así pues, el pueblo chino está influido por esta alusión a los sombreros verdes. ¿Cuál es el resultado de que se inculque esto en ellos? Los hombres no pueden llevar sombreros verdes y tampoco los llevan las mujeres. ¿Ves a alguna mujer que los lleve? De hecho, esta tradición cultural solo se refiere a los hombres, si un hombre lleva un sombrero verde es una mala señal, pero no afecta a las mujeres. Sin embargo, una vez que nace esta tradición cultural, sea cual sea el contexto en el que lo haga, en todas las personas de esta raza se engendra una especie de discriminación hacia este objeto. Después de que tiene lugar esa discriminación, esto se transforma de manera inconsciente y pasa de ser algo muy inocente y material a algo negativo. En realidad, se trata de algo inocente que no posee atributos positivos ni negativos de ningún tipo. No es más que algo material, un color y un objeto con cierta forma. Sin embargo, después de que la cultura tradicional lo interpretara así e influyera de esa forma en esto, ¿cuál es el resultado final? (Negativo). El resultado es negativo. Al ser así, la gente no puede tratar ni usar este elemento de manera apropiada. Pensadlo, hay sombreros de diversos colores en el mercado chino, los hay rojos, rosas, amarillos y demás, pero no los hay verdes. A la gente la limita y le influye este pensamiento tradicional. Este es el efecto que tiene en las personas un tema de la cultura tradicional en particular.

Aunque algunas personas van al extranjero y se ponen en contacto con ciertas culturas, tradiciones, reglas y tales cosas materiales como las necesidades básicas para vivir en Europa y otros países asiáticos, y se familiarizan con algunas de las leyes y el conocimiento común de otros países, es difícil dejar atrás esas tradiciones de su propio país. Aunque hayas dejado tu país natal y hayas aceptado los aspectos cotidianos de la vida en otro país, e incluso sus leyes y su sistema, no sabes lo que piensas cada día ni cómo te enfrentas a las cuestiones cuando te ocurre algo ni cuál es tu punto de vista y la perspectiva que adoptas. Hay quien piensa: “Estoy en Occidente, ¿soy entonces occidental?” o “Estoy en Japón, ¿es que soy japonés?”. ¿Es así? (No). Los japoneses dicen: “Lo que más nos gusta es comer sushi y fideos udon. ¿No nos convierte eso en nobles?”. Los surcoreanos dicen: “Nos gusta comer arroz y kimchi. ¿Acaso no es noble nuestra gran nación de Corea del Sur? Los chinos decís que vuestra cultura es antigua, miles de años anterior a la nuestra, ¿pero mostráis piedad filial hacia vuestros ancianos como lo hacemos nosotros? ¿Sois tan tradicionales como nosotros? ¿Tenéis tantas reglas como nosotros? Hoy en día no habláis sobre estas cosas, os habéis quedado atrás; ¡nosotros somos el pueblo realmente tradicional y nuestra cultura es auténtica!”. Creen que su cultura tradicional es elevada y luego compiten para declarar patrimonio de la humanidad muchos elementos de esta. ¿Por qué tanta competición? Cada país, cada raza e incluso cada pequeño grupo étnico cree que las cosas, las reglas, las tradiciones, las costumbres y las convenciones que dejaron atrás sus propios ancestros son buenas y positivas, y se pueden diseminar por la raza humana. ¿Acaso esta idea y punto de vista suyos no implican que tales aspectos son verdades, que son buenos y positivos y que esta raza humana debería transmitirlos? Por tanto, ¿estas cosas que se transmiten entran en conflicto con la libertad? Acabo de dar el ejemplo de un joven que se había liberado de los grilletes de su familia, está cubierto de pírsines y aros, y tiene tatuajes por todo el cuerpo, e incluso tiene una novia extranjera. En cuanto a su apariencia externa y su carne, parece que no se atiene a las reglas familiares y se ha despojado de la tradición. En lo referente a las formalidades y a su comportamiento, e incluso en cuanto a su voluntad subjetiva, se ha despojado de aspectos tales como la familia, la tradición y las costumbres. Sin embargo, un regalo de cumpleaños lo deja en evidencia, desmiente y condena su creencia de que “no es nada tradicional”. Entonces, en realidad, ¿esta persona es tradicional o no? (Es tradicional). ¿Ser tradicional es bueno o malo? (Es malo). Por ese motivo, ya te consideres muy tradicional o muy poco tradicional, al margen de tu raza —sea esta supuestamente noble o corriente—, tus pensamientos internos son confinados. Da igual lo mucho que busques y veneres la libertad, da igual lo grande que sea tu determinación, tu deseo y tu ambición de liberarte de las fuerzas de la tradición y de las convenciones familiares tradicionales, o cómo de inspiradoras y poderosas sean tus acciones reales; si no entiendes la verdad, solo puedes tener un tira y afloja con las enseñanzas y falacias que te inculca Satanás, incapaces de surgir. A algunas personas les influye la cultura tradicional, a otras una educación ideológica, a otras la posición y el estatus, mientras que a otras más les influye un sistema ideológico de alguna clase. Fijaos en los que se dedican a la política, por ejemplo en aquellos que propugnaron el comunismo. Empezaron como un grupo de proletarios, aceptaron el manifiesto comunista y sus teorías, rompieron con la tradición, con la monarquía feudal, con las viejas costumbres, y luego aceptaron el marxismo-leninismo y el comunismo. Tras aceptar estas cosas, ¿fueron libres o estaban todo el tiempo restringidos? (Estaban todo el tiempo restringidos). Pensaban que, al pasar de lo antiguo a lo nuevo, ganarían libertad. ¿Acaso no se trata de una idea errónea? (Sí). Es errónea. La gente puede pasar de lo antiguo a cualquier cosa nueva, pero mientras no se trate de la verdad, siempre se verán atrapados en la red de Satanás; esto no es verdadera libertad. Algunas personas se dedican con devoción al comunismo o a cierta causa, otras se dedican con devoción a un juramento, mientras que otras, a una teoría e incluso hay quienes se atienen a dichos como “Daría la vida por un amigo” o “Un individuo leal no puede servir a dos señores” o “Cuando la nación tiene problemas, la responsabilidad de todos es hacer su parte”. ¿Pertenecen estos dichos a la cultura tradicional? (Sí). En apariencia, estas cosas parecen muy positivas, muy adecuadas y especialmente elevadas y nobles entre la especie humana, pero de hecho, desde otra perspectiva y empleando otros medios, atan el alma de las personas, las restringen y les impiden lograr la auténtica libertad. Sin embargo, antes de que los humanos entiendan la verdad, solo pueden sentirse perdidos y aceptar así estas cosas, que son consideradas entre la especie humana como relativamente positivas, como su modo de existencia. Por tanto, las personas aceptan de manera natural estas supuestas culturas tradicionales, estas cosas que los humanos creen que son bastante buenas en el mundo. Después de aceptarlas, la gente siente que vive con capital, con confianza y motivación. Por ejemplo, algunos han aceptado una orientación de esta sociedad y de esta raza humana referente al conocimiento y a las credenciales. ¿Cuál es esta orientación? (El conocimiento puede cambiar tu destino). (Los libros son superiores a todo afán). En el fondo de su corazón, la gente está de acuerdo y además acepta y aprueba estas cosas. Al mismo tiempo que las aceptan y aprueban, mientras más luchen contra la adversidad en esta sociedad, más aprecio les tienen a estas cosas. ¿Por qué? Todo el mundo confía en el conocimiento en la vida. Sin conocimiento y sin estas credenciales, os sentís incapaces de asentaros en la sociedad. Los demás te van a intimidar y a discriminar, así que persigues estas cosas con desesperación. Mientras más altas sean tus credenciales, más alto será tu estatus social en la sociedad o entre tu raza o comunidad, y mayor y mejor serán la admiración que te tenga la gente, el trato que recibas de ella y otros aspectos. En cierto sentido, las credenciales de una persona han llegado a determinar su estatus social.

Hace tiempo, un grupo de siete u ocho profesores universitarios fueron a Pekín para ampliar sus estudios. Es posible que por aquel entonces los servicios de recogida o de chófer todavía no estuvieran disponibles, así que tuvieron que tomar un autobús tras llegar a Pekín. De hecho, había muchos profesores como ellos en la ciudad. No se les consideraba nada especial, solo gente corriente. Sin embargo, ellos eso no lo sabían y ahí radica la gravedad del problema; este asunto surgió a raíz de ello. ¿Qué fue lo que ocurrió? Este grupo de profesores aguardaba el autobús en la parada. Mientras esperaban, cada vez se congregaba más gente y, a medida que crecía la multitud, todo el mundo se puso más nervioso. Entonces, cuando llegó el autobús, subió todo el mundo sin esperar a que bajaran los pasajeros, se empujaron, se dieron codazos y armaron un gran alboroto. La escena fue muy caótica. Los profesores se quedaron pensativos y dijeron: “Está claro que nuestros conciudadanos de Pekín no lo tienen fácil al coger el autobús para ir y volver del trabajo todos los días. Como profesores universitarios, debemos ser considerados con las circunstancias de la gente. Al ser intelectuales de alto nivel, no podemos competir contra la gente corriente. Hemos de mostrar el espíritu generoso de Lei Feng y dejarlos subir primero al autobús, así que no nos vamos a apretar dentro”. Todos estuvieron de acuerdo en esto y decidieron esperar al siguiente. Sin embargo, resultó haber la misma cantidad de gente para el siguiente autobús y esta se apretó dentro de nuevo cuando llegó, como una turba desordenada. Los profesores se quedaron estupefactos. Vieron que el autobús se llenaba y luego se alejaba, y de nuevo no habían logrado hacerse con un sitio dentro. Lo volvieron a discutir y dijeron: “No tenemos prisa. Después de todo somos intelectuales de alto nivel, no podemos enfrentarnos a la gente corriente para subirnos al autobús. Vamos a tomarnos nuestro tiempo, puede que no haya tanta gente esperando el siguiente”. Mientras esperaban el tercer autobús, estos profesores se pusieron algo ansiosos. Algunos apretaron los puños y dijeron: “Si hay tantas personas para este autobús, ¿nos apretamos dentro? Si no lo hacemos, creo que no podremos montarnos en el quinto o ni siquiera en el sexto, ¡así que mejor será que nos apretemos!”. Otros dijeron: “¿Pueden apretarse en los autobuses los intelectuales de alto nivel? ¡Eso dañaría nuestra imagen! ¡Qué vergüenza si alguien se entera algún día de que unos intelectuales de alto nivel han ido apretados en el autobús!”. Entre ellos había división de opiniones. Mientras discutían, se reunió otra multitud para esperar. Llegado ese punto, los profesores se habían puesto muy nerviosos y dejaron de discutir. Cuando llegó el autobús, en cuanto las puertas se abrieron e incluso antes de que todo el mundo hubiera bajado, los profesores imitaron a la última turba de gente y entraron en él dando empujones con todas sus fuerzas. Algunos se las arreglaron para entrar, mientras que unos cuantos intelectuales refinados —académicos refinados— no lo lograron porque carecían de este impulso y espíritu combativo. Dejemos así este asunto. Decidme, ¿no es esto un hecho? (Sí). Esta masificación en los autobuses es muy habitual, ¡y a estos intelectuales se les daba demasiado bien aparentar! Decidme, ¿cuál era aquí el problema? Hablemos primero de estos intelectuales, que recibieron un nivel superior de educación y se convirtieron en profesores que enseñan y educan a la gente, y que se transformaron en intelectuales de alto nivel. Es decir, la educación que recibieron y los conocimientos que poseían eran superiores al nivel alcanzado por la gente normal, y sus conocimientos les bastaban para ser profesores y tutores de la gente, educarla e impartirle conocimientos, de ahí que se les llame intelectuales de alto nivel. ¿Había algún problema con las ideas y puntos de vista de estos intelectuales de alto nivel? Desde luego que los había. Entonces, ¿dónde radicaba el problema? Analicemos esta cuestión. Al haber recibido tantos conocimientos y un nivel tan alto de educación, ¿su pensamiento era rígido o libre? (Rígido). ¿Cómo sabéis que era rígido? ¿Dónde radicaban sus problemas? En primer lugar, se autoproclamaban intelectuales de alto nivel. ¿Tenía algo de malo esta afirmación? (Sí). Suponía un problema. A continuación, dijeron: “Cuando los intelectuales de alto nivel nos subimos al autobús, no deberíamos pelearnos ni empujar a los demás para entrar”. ¿Había algún problema con esta frase? (Sí). Este fue el segundo problema. El tercer problema fue cuando dijeron: “Los intelectuales de alto nivel podemos esperar el siguiente autobús”, ¿Causó este punto algún problema? (Sí). Todos estos puntos causaron problemas. Adelante, diseccionad el asunto a partir de estos tres puntos, a fin de dilucidar qué problemas se produjeron. Si comprendéis a fondo los problemas, entonces, en primer lugar, dejaréis de idolatrar a los intelectuales de alto nivel y, en segundo, dejaréis de querer ser uno de ellos.

¿Cuál era el primer punto? Que se autoproclamaron intelectuales de alto nivel. ¿Había algún problema con esta afirmación? (Sí). No tiene nada de malo el término “autoproclamación”, que en este caso significa erigirse como un intelectual de alto nivel. Por tanto, ¿hay algún problema con la frase “como un intelectual de alto nivel”? El hecho es que los profesores de universidad son intelectuales de alto nivel en la sociedad. Dado que esto es un hecho, ¿por qué había un problema con esta frase? (Pensaban que, al haber adquirido conocimiento, ocupaban una posición superior a la de los demás). Superior a los demás; no cabe duda de que aquí subyacía un tema de carácter. (Pensaban que, cómo habían adquirido mayor conocimiento, se encontraban por encima de los demás. En realidad, estas cosas no pueden cambiar el carácter de una persona). Esto es en parte correcto, pero no lo explica con claridad. ¿Quién puede añadir algo? (Dios, ¿acaso no eran petulantes y sentenciosos?). Esto es correcto, pero no habéis explicado la esencia con claridad, explicadla con algo más de detalle. (Una vez que habían adquirido algo de conocimiento, sintieron que eran más elevados y nobles que otros, así que no podían considerarse corrientes. Para la gente normal que vive en esta sociedad, tener que apretarse en los autobuses viene dictado por su entorno de vida real y es algo normal. Sin embargo, una vez que estos intelectuales se llegaron a considerar muy elevados y nobles, ya no podían actuar como la gente normal y pensaban que las actividades de la gente normal eran dañinas para su identidad, así que me parece que no eran normales). No eran normales. El significado que se infiere de que se autoproclamen intelectuales de alto nivel no era normal. Es decir, había algo torcido en su humanidad. Se sentían más elevados y valiosos que el resto. ¿En qué se basaban? En que habían recibido mucha educación y tenían grandes conocimientos y, se encontraran con quien se encontraran, nunca se quedaban sin cosas que decir y le podían impartir enseñanzas. ¿Cómo consideraban el conocimiento? Como un criterio para su conducta y sus acciones, así como para su moral. Creían que ahora que tenían conocimiento, su integridad, calidad humana e identidad eran nobles, preciados y valiosos, la implicación era que los intelectuales de alto nivel son santos. ¿No es así? (Sí). Esto es lo que era para ellos ser intelectuales de alto nivel, así que cuando tuvieron que apelotonarse en un autobús, no lo hicieron. ¿Por qué no? ¿Qué los gobernaba? ¿A qué limitaciones y restricciones estaban sujetos? Sentían que apretarse dentro de un autobús dañaría su identidad e imagen. Creían que el conocimiento les había concedido su identidad e imagen, así que se autoproclamaron intelectuales de alto nivel. A partir de este análisis, ¿acaso no es repulsivo lo que decían? Sí, bastante. Sin embargo, iban por ahí alardeando y diciendo “nosotros los intelectuales de alto nivel”. De hecho, otros pensaban que solo eran intelectuales, con sus modales paupérrimos y pedantes que la gente llegaba incluso a menospreciar, pero ellos se seguían creyendo especialmente nobles. ¿Acaso no era esto problemático? Creían que eran muy nobles y de identidad elevada, incluso hasta el punto de querer erigirse como santos. ¿Era este punto de vista en cierto modo una limitación para ellos? ¿Cuál era su planteamiento respecto al conocimiento? Era que, una vez que la gente tiene conocimiento, su integridad es mayor, se vuelven distinguidos y nobles y se les debería respetar. Por tanto, despreciaban y condenaban algunas acciones relativamente normales que hace la gente corriente. Por ejemplo, cuando los intelectuales estornudan, miran a la gente a su alrededor y se disculpan a toda prisa, mientras que la gente corriente no le da importancia a estornudar. De hecho, eructar y estornudar son cosas normales en la vida, pero a ojos de esos intelectuales, se trata de comportamientos vulgares y groseros, así que los desprecian y los contemplan con desdén, dicen: “¡Mira a esta gente común maleducada, la forma en la que estornudan y se sientan y se ponen de pie es muy indecorosa, y cuando llegan los autobuses se aprietan en ellos y no saben abrirse paso de forma educada!”. En lo que respecta al conocimiento, su planteamiento es que el conocimiento es un símbolo de identidad y puede cambiar el destino de las personas, además de su identidad y valía.

¿Cuál era el segundo punto? (Que los intelectuales de alto nivel no pueden empujar a los demás para subirse a los autobuses). No pueden empujar a los demás para subirse a los autobuses. Apretarse en un autobús no era más que una nimiedad que se encontraron en su vida. ¿Qué representa esto? En concreto, creían que la forma de hablar y de comportarse de las personas que poseían ciertos conocimientos debía ser refinada y ajustarse a su identidad. Por ejemplo, esas personas debían caminar despacio y, al entrar en contacto con la gente, debían hacer que los demás sintieran que eran amables, accesibles y dignos de respeto, y su forma de hablar y de comportarse debía ser refinada. No podían ser iguales a la gente corriente, tenían que hacer que se notara la diferencia entre ellos y la gente corriente: solo así podían presumir de que su identidad era distinguida y distinta a la de los demás. En el fondo de su corazón, estos profesores creían que cosas como apretarse en los autobuses eran algo que hacían las personas de los sectores más bajos de la sociedad y los que no habían recibido un alto nivel de educación, así como los que no tenían conocimientos avanzados ni la identidad de un intelectual de alto nivel. Entonces, ¿qué cosas hacían estos intelectuales de alto nivel? Ponerse ante el atril a predicar doctrinas, impartir conocimientos y resolver las dudas de la gente: esas eran sus tareas, que representaban su identidad, su imagen y su profesión. Solo podían hacer estas cosas. Los quehaceres cotidianos y las rutinas de la gente corriente no podían tener nada que ver con ellos, que eran una clase de personas desvinculadas de esos “gustos vulgares y humildes”. ¿Cómo calificaban los quehaceres cotidianos y las rutinas de la gente corriente, e incluso acciones como apretarse en el autobús? (Como vulgares). Así es, vulgares y groseros. Esta era una definición que les salía de lo más profundo del corazón para referirse a la gente común y corriente, de un nivel inferior al suyo.

Hablemos sobre el tercer punto: “Los intelectuales de alto nivel podemos esperar el siguiente autobús”. ¿Qué clase de espíritu es este? ¿No es este el espíritu de Kong Rong cuando entrega las peras, como se cuenta en la cultura tradicional? La influencia de la cultura tradicional en los intelectuales es especialmente profunda. No solo aceptan la cultura tradicional, sino que también aceptan en su corazón muchas ideas y puntos de vista de esta, y los tratan como cosas positivas, incluso hasta el punto de tomar algunos dichos bien conocidos como lemas, y al hacerlo se embarcan en la senda equivocada en la vida. La cultura tradicional está representada por la doctrina de Confucio. La doctrina de Confucio abarca toda una serie de teorías ideológicas, promueve sobre todo la cultura moral tradicional y fue venerada por las clases regentes de las dinastías a lo largo de la historia, que veneraban a Confucio y a Mencio como a santos. La doctrina confucianista sostiene que una persona debe defender los valores de la benevolencia, la justicia, la decencia, la sabiduría y la fiabilidad, aprender primero a mantener la calma, la serenidad y la paciencia ante cualquier eventualidad, conservar los nervios y hablar las cosas, no pelearse ni enzarzarse por ellas, y aprender a ser cortésmente complaciente y a ganarse el respeto de todo el mundo: esto es comportarse con decoro. Los intelectuales se colocan a sí mismos en una posición superior a la de la plebe y, a sus ojos, todas las personas merecen su paciencia y tolerancia. ¡Los “efectos” del conocimiento son bastante grandes! Esta gente se parece mucho a los falsos caballeros, ¿verdad? Las personas que adquieren demasiados conocimientos se convierten en falsos caballeros. Si este grupo de refinados eruditos se describe en una frase, sería refinada elegancia erudita. ¿Cuáles son los principios según los que estos refinados eruditos interactúan entre sí? ¿Cuál es su enfoque de los asuntos mundanos? Por ejemplo, el pueblo llano se refiere a los hombres apellidados Li como “Lao Li”[a] o “Xiao Li”. ¿Se referirían así a ellos los intelectuales? (No). ¿Cómo se referirían a ellos? (Señor Li). Si vieran a una mujer, se referirían a ella como señora tal o cual, y serían especialmente respetuosos y elegantes, como caballeros. Son especialistas en aprender e imitar la refinada elegancia que muestran los caballeros. ¿En qué tono y de qué manera hablan y discuten entre ellos? Sus expresiones faciales son especialmente amables y hablan con educación y reserva. Solo expresan sus propias opiniones y no dicen nada aunque sepan que las de los demás son erróneas. Nadie hiere los sentimientos de nadie y sus palabras son extremadamente suaves, como si estuvieran envueltas en algodón para no herir ni irritar a los demás, lo que llega a provocarte náuseas, ansiedad o enfado con solo escucharlas. El hecho es que nadie tiene puntos de vista claros ni cede ante los demás. A este tipo de personas se les da muy bien disimular. Ante el asunto más trivial, se disfrazan y se enmascaran, y ninguno da una explicación clara. Ante la gente corriente, ¿qué postura quieren adoptar y qué imagen quieren dar? En concreto, hacer ver a la gente corriente que son modestos caballeros. Los caballeros están por encima de los demás y son objeto de la veneración de la gente. Las personas creen que tienen más perspicacia que la gente corriente y que entienden mejor las cosas que esta, por lo que todo el mundo les consulta cuando tienen un problema. Este es precisamente el resultado que desean estos intelectuales, todos esperan que se les venere como a santos.

Al considerarlo desde los tres puntos que acabamos de diseccionar, una vez que estos profesores recibieron el título de “intelectuales de alto nivel”, ¿su pensamiento fue más libre o estaba más confinado? (Más confinado). Se vio confinado. ¿Por qué? (Por el conocimiento). El conocimiento es algo dentro de su profesión. De hecho, el conocimiento no los confinó en realidad. ¿Qué los confinó? Su actitud hacia el conocimiento y la influencia que este tuvo en su pensamiento, así como los puntos de vista que les inculcó; este es el problema. Por tanto, mientras más alto sea el nivel de conocimiento que adquirieron, más sintieron que su identidad y estatus eran diferentes del resto, más sintieron que eran nobles y grandes y, al mismo tiempo, más se limitó su pensamiento. Desde este punto de vista, ¿la gente que ha adquirido más conocimiento ha obtenido libertad o la ha perdido? (La ha perdido). Lo cierto es que han perdido libertad. El conocimiento tiene influencia sobre el pensamiento de las personas y el estatus de la sociedad, y la influencia que ejerce en las personas no es positiva. Nunca se da el caso de que mientras más conocimiento adquieras, mejor vas a entender los principios, la dirección y los objetivos que te corresponden en cuanto a tu conducta. Al contrario, mientras más persigas el conocimiento y más exhaustivo sea el conocimiento que adquieras, más te vas a apartar de los pensamientos y puntos de vista que las personas con humanidad normal deberían tener. Es como ese grupo de intelectuales que habían recibido mucho conocimiento y educación, pero ni siquiera entendían una cuestión básica de sentido común. ¿Qué sentido común es ese? Cuando hay muchas personas, te tienes que apretar para entrar en el autobús. Si no te aprietas, no vas a entrar nunca; ni siquiera conocían esta regla tan simple. Decidme, ¿se habían vuelto inteligentes o tontos? (Se habían vuelto tontos). De hecho, eran un puñado de idiotas. La gente corriente no ha recibido un conocimiento tan avanzado ni una educación de alto nivel, y no cuenta con este estatus, pero entienden este punto y dicen: “Cuando te montas en un autobús y hay mucha gente, tienes que apretarte y poner toda la carne en el asador, porque si aflojas lo más mínimo y tu cerebro reacciona algo más despacio, puede que termines al final de la cola y tengas que tomar el siguiente autobús”. Este es un asunto básico de sentido común en la vida, la gente corriente está familiarizada con ello, pero estos intelectuales no lo entendían, así que esperaron un autobús tras otro. ¿Qué los restringía? Estaban firmemente ligados a la afirmación de que “somos intelectuales de alto nivel”. Así era. Ni siquiera sabían cómo afrontar o lidiar con un problema tan simple de la vida real. ¡Eran un puñado de tontos! ¿Qué les trajo el conocimiento? Los condujo a perder el contacto con el resto de la población, no sabían vivir ni lidiar con las cosas que ocurren en la vida real. Emplearon alguna teoría elevada para abordar uno de los problemas más comunes que se encuentra la gente corriente en la vida real y no sabían cuáles serían las consecuencias después de ocuparse de ello de esta manera; tal vez todavía no lo entiendan a día de hoy. Tal vez solo sean capaces de pensar en profundidad sobre este asunto cuando se hagan viejos. Llegado ese momento, ya no tendrán laureles y ya habrán disfrutado lo suficiente de la honorable reputación de un intelectual de alto nivel a lo largo de su vida. Puede que un día recuerden el ridículo que hicieron aquel día con el autobús y se den cuenta de repente que no son tan nobles ni tan elevados, y de que: “¿Puede mi refinamiento erudito poner comida en la mesa? ¿Acaso no sigo necesitando tres comidas al día como la gente corriente? No soy diferente a los demás. ¿Acaso no camino también encorvado en mi vejez? ¿Es que cada vez que me encuentro ante un peligro no tiemblo también de miedo y siento temor? Y ante la muerte de un ser querido o un alegre acontecimiento, ¿acaso no estoy también triste o alegre, según corresponda? ¿Acaso no vivo como la gente corriente? ¡No soy diferente de los demás!”. Adquirirán este conocimiento demasiado tarde. Estos son los diversos tipos de fealdad que muestran aquellos que aceptan unos pocos supuestos dichos y puntos de vista positivos cuando no entienden la verdad. Cuando no saben si estos puntos de vista son correctos o no, a menudo los consideran verdades a las que atenerse y que han de aplicar, y cuando los aplican, tienden a sufrir consecuencias de todo tipo y se producen toda clase de situaciones incómodas. ¿Qué consecuencias tiene esto para las personas? Mientras la gente busca constantemente la libertad, también oscilan sin cesar de una vorágine a otra y de un tipo de atadura a otro. ¿No es así? Por consiguiente, cuando no comprendes la verdad, ya sea que te aferres a un punto de vista, a una cultura tradicional o a algún tipo de regla, sistema o teoría, y ya sea que estas cosas sean relativamente anticuadas en la sociedad o muy de vanguardia y estén de moda, ninguna de ellas puede reemplazar nunca a la verdad, porque no son la verdad. No importa cuánto te aferres a ellas o lo bien que las apliques, al final solo conseguirán alejarte de la verdad, en lugar de obtenerla. Cuanto más te apegues a estas cosas, más te alejarás de la verdad y más te desviarás del camino de Dios y del de la verdad. Por otro lado, si puedes tomar activamente la iniciativa de desprenderte de estas supuestas cosas positivas, teorías y falsas verdades, entonces puedes entrar en la verdad relativamente rápido. De esta manera, la gente no utilizará estas supuestas culturas tradicionales ni estas falsas verdades como principios de práctica en su vida diaria, en lugar de la verdad y las palabras de Dios, y esta incomodidad se aliviará paulatinamente y se resolverá poco a poco.

Hay quienes piensan que han obtenido la verdad al despojarse de la cultura tradicional de una familia y un país, y al aceptar una cultura tradicional extranjera de fuera; hay quienes piensan que han obtenido la verdad al despojarse de una cultura tradicional y vieja, y de ideas y puntos de vista viejos, y al aceptar ideas ligeramente más avanzadas y modernas. Visto ahora, ¿estas personas aciertan o se equivocan? (Se equivocan). Todas están equivocadas. Piensan que obtendrán libertad solo con despojarse de cosas viejas. ¿Qué implicación tiene obtener libertad? Significa que uno ha obtenido la verdad y la auténtica manera de vivir que debería tener. La gente piensa que el camino verdadero se obtiene de ese modo. ¿De veras esto es así? ¿Es correcto? No. Con independencia de qué cultura moderna y avanzada acepte la especie humana, no deja de ser cultura tradicional y su esencia no cambia. La cultura tradicional lo seguirá siendo hasta no se sabe cuándo. Da igual que resista la verificación del tiempo o de los hechos, o que la especie humana la venere, al final sigue siendo cultura tradicional. ¿Por qué estas culturas tradicionales no son la verdad? A lo único que se reduce todo es a que estas cosas son ideas que surgieron después de que Satanás corrompiera a la especie humana. No provienen de Dios. Están adulteradas por algunas de las figuraciones y nociones de las personas, y además son consecuencia de la corrupción de la especie humana por parte de Satanás. Este aprovecha las ideas, los puntos de vista y todo tipo de dichos y argumentos de la especie humana corrupta a fin de limitar el pensamiento de la gente y corromper el pensamiento de las personas. Si Satanás se sirviera de algunas cosas que fueran obviamente absurdas, ridículas y equivocadas para desorientar a las personas, la gente tendría discernimiento; serían capaces de distinguir entre el bien y el mal y emplearían este discernimiento para negar y condenar esas cosas. Así, estas enseñanzas no resistirían el escrutinio. Sin embargo, cuando Satanás, a fin de condicionar a las personas, influir en ellas e inculcárselas, se sirve de algunas ideas y teorías que se conforman a las nociones y figuraciones de las personas, y que piensa que van a resistir el escrutinio cuando se digan en voz alta, la especie humana se desorienta con facilidad y estos dichos se aceptan y se difunden fácilmente, de modo que duran una generación tras otra, hasta el mismo presente. Tomemos como ejemplo algunas historias sobre héroes chinos, como las historias patrióticas sobre Yue Fei, los generales de la familia Yang y Wen Tianxiang. ¿Cómo es que estas ideas se han transmitido hasta el presente? Si lo observamos desde el aspecto de las personas, en todas las eras hay un tipo de persona o de regente que usa sin cesar estos ejemplos y las ideas y el espíritu de esos personajes para enseñar a una generación tras otra, a fin de que acepten obedientes y dóciles su gobierno, de tal modo que puedan gobernar con facilidad a una generación tras otra de personas y dar estabilidad a su reinado. Al hablar de su estúpida devoción a Yue Fei o a los generales de la familia Yang, así como al espíritu patriota de Wen Tianxiang y Qu Yuan, educan a sus súbditos para que conozcan una regla: uno debe comportarse con lealtad; esto es lo que debe poseer una persona cuya calidad humana sea noble y moral. ¿Lealtad en qué medida? En la medida que “cuando el emperador manda a sus oficiales a morir, no tienen más remedio que morir” y “un individuo leal no puede servir a dos señores”, este es otro dicho que veneran. También veneran a aquellos que aman su país. ¿Qué significa amar al propio país? ¿Amar qué o a quién? ¿Amar la tierra? ¿Amar a la gente en ella? ¿Y qué es un país? (Los gobernantes). Los gobernantes son los representantes del país. Si dices: “Mi amor por mi país es en realidad amor por mi ciudad natal y mis padres. ¡Gobernantes, no os amo a vosotros!”, entonces estos se enfadarán. Si dices: “Mi amor por mi país es amor por los gobernantes, desde lo más profundo de mi corazón”, aceptarán y aprobarán ese amor; si les haces entender y les dejas claro que no son ellos a los que amas, no lo aprobarán. ¿Qué representan los gobernantes a lo largo de las eras? (A Satanás). Representan a Satanás, son miembros de la banda de Satanás y son diablos. Es imposible que eduquen a la gente para que adore a Dios, para que adore al Creador. Es imposible que lo hagan. En cambio, le dicen a la gente que el gobernante es el hijo del cielo. ¿Qué significa “hijo del cielo”? Significa que el cielo le concede el poder a alguien y a esta persona se la llama el “hijo del cielo” y ostenta el poder de reinar sobre todos aquellos bajo el cielo. ¿Es esta una idea que los gobernantes han inculcado en la gente? (Sí). Cuando una persona se convierte en hijo del cielo, está determinada por el cielo y la voluntad del cielo está con ellos, así que la gente debe aceptar el gobierno de esa persona de manera incondicional, sea cual sea. Lo que inculcan en estas personas es esta idea, que te hace aceptar a esa persona como hijo del cielo porque reconoces la existencia del cielo. ¿Qué propósito tiene que aceptes a esa persona como el hijo del cielo? No es hacerte reconocer que hay un cielo o un Dios o un Creador, sino hacerte aceptar el hecho mismo de que esta persona es el hijo del cielo y, al serlo, al haber surgido a partir de la existencia de la voluntad del cielo, la gente debe aceptar su gobierno; este es el tipo de ideas que inculcan. Detrás de todas estas ideas que se han desarrollado desde el principio de la especie humana hasta el presente —ya se trate aquello que diseccionamos de frases y expresiones que contengan alusiones o de proverbios populares y dichos comunes que carecen por completo de ellas— residen los vínculos de Satanás y su forma de desorientar a la especie humana, además de la definición falaz de la especie humana corrupta de estas propias ideas. ¿Qué influencia tiene esta definición falaz en la especie humana de los periodos posteriores? ¿Es buena, positiva o negativa? (Es negativa). Es fundamentalmente negativa. Tomemos como ejemplo los dichos “Dormir sobre maleza y lamer la hiel”, “Ocultar la propia luz y reunir fuerzas en la oscuridad”, “Soportar la humillación y llevar una pesada carga” y “Pelear sin claudicar”, así como “Fingir una cosa mientras se hace otra”; ¿qué influencia tienen en la especie humana estos dichos en los periodos posteriores? En concreto, que una vez que la gente acepte estas ideas de la cultura tradicional, cada una de las sucesivas generaciones se aleje cada vez más de Dios, y más y más de Su creación y de la salvación de la gente, así como de Su obra de plan de gestión. Una vez que las personas aceptan estos puntos de vista erróneos de la cultura tradicional, sienten de manera creciente que el destino humano debe estar en sus propias manos y que ellas mismas deben crear la felicidad, como también que las oportunidades están reservadas para aquellos que están preparados, lo que lleva a la especie humana a negar cada vez más a Dios, a negar Su soberanía y a vivir bajo el poder de Satanás. Si comparáis los temas de los que les gusta hablar a la gente de la era moderna con los de la de hace dos mil años, el sentido del pensamiento que hay detrás de estas cosas es en realidad el mismo. Lo que ocurre es que la gente de hoy en día habla de esas cosas de una forma más concreta y es más directa al respecto. No solo niegan la existencia y la soberanía de Dios, sino que también se resisten y condenan a Dios a un nivel cada vez más grave.

Por ejemplo, la gente en la antigüedad decía: “Cuando la nación tiene problemas, la responsabilidad de todos es hacer su parte”, un dicho que ha llegado a nuestros días. La gente aprecia este dicho, en especial los patriotas, que lo consideran su lema. Ahora que habéis venido al extranjero, si alguien os cuenta que ha sucedido algún incidente en China, ¿tiene algo que ver con vosotros? (No). ¿Por qué decís que no tiene nada que ver con vosotros? Hay algunos que dicen: “Odio ese país. Ahora ocupan el poder los comunistas, ese malvado partido político. El Partido Comunista es el diablo Satanás, es un régimen totalitario y no tiene nada que ver conmigo. Nos persigue e impide que creamos en Dios. Lo odio”. Si ese país un día llega a estar a punto de perecer, puede que no sientas nada en el corazón, pero cuando te enteres de que tu provincia de origen ha sido invadida y ocupada por grupos extranjeros, sentirás que te has convertido en un refugiado, en un vagabundo sin hogar al que volver, y te alterarás y sentirás que no puedes regresar a tus raíces como las hojas caídas. Regresar a tus raíces como las hojas caídas, esa es otra idea tradicional. Imagina que, luego de eso, un día te enteras de repente de que tu ciudad, la tierra donde naciste y te criaste, se ha visto invadida y ocupada por grupos extranjeros, que estos grupos extranjeros han tomado la senda que recorrías para ir a la escuela a diario y se han apropiado de tu casa y de las tierras de tu familia. Lo que una vez fue tuyo, ha desaparecido, esta pequeña porción de tierra que está profundamente grabada en tu mente, la porción de tierra con la que tienes el vínculo más cercano ya no existe y ya no están allí ninguno de tus parientes. En ese momento, pensarás: “¿Cómo voy a tener un hogar si no tengo país? Ahora de veras me he convertido en un refugiado, soy, en efecto, alguien sin hogar, un vagabundo. ¡Parece que es correcto el dicho: Cuando la nación tiene problemas, la responsabilidad de todos es hacer su parte!”. Cuando llegue ese momento, cambiarás. Por tanto, ¿por qué ahora no piensas que este dicho sea correcto? Hay un antecedente y una premisa para esto, porque ese país te persigue y te causa demasiada angustia, y además no te acepta y tú lo odias. El hecho es que lo que en realidad odias no es esa tierra, sino al régimen satánico que te persigue. No lo reconoces como tu país, así que en este momento, cuando otros dicen: “Cuando la nación tiene problemas, la responsabilidad de todos es hacer su parte”, tú respondes: “Eso no tiene nada que ver conmigo”. Sin embargo, cuando cierto día la tierra en la que naciste y te criaste ya no te pertenezca y ya no tengas una ciudad natal, te sentirás como un vagabundo y una persona sin nacionalidad, y te parecerá que de veras has perdido a tu país. En ese momento sentirás una punzada en el corazón. ¿A qué se debe esa punzada? Puede que ahora mismo no la sientas muy profundamente, pero un día te afectará mucho. ¿En qué circunstancias te afectará de manera profunda? Que tu país muera y te conviertas en miembro de una nación conquistada no da miedo. ¿Qué es lo que da miedo? Cuando te conviertas en miembro de una nación conquistada y se te intimide, vilipendie, discrimine, pisotee y no dispongas de un lugar en el que vivir en paz, en ese momento pensarás: “Qué valioso es tener un país. Sin un país, la gente no tiene un hogar real. La gente tiene un hogar en cuanto que tiene un país, así que estos dichos lo expresan bien: ‘Cuando la nación tiene problemas, la responsabilidad de todos es hacer su parte’”. En la frase: “la responsabilidad de todos es hacer su parte”, ¿para qué es esta “responsabilidad”? Para la paz de tu propio hogar, para ser capaz de proteger tu propio hogar. Cuando pienses sobre esto, cuando te discriminen grupos extranjeros o en una tierra extranjera, cuando necesites pertenecer a un lugar y necesites el apoyo de un país que consolide tu dignidad, tu imagen, tu identidad y tu estatus, ¿cómo te vas a sentir? Pensarás: “Si una persona en un país extranjero tiene un apoyo poderoso detrás, ¡ha de ser el de una gran patria!”. ¿Será entonces diferente tu estado de ánimo, comparado con el actual? (Sí). Ahora te ha dado un ataque de indignación, así que aseguras que nada de lo que ocurre en tu país es asunto tuyo. Si aún puedes decir lo mismo llegado el momento, ¿qué clase de estatura debes tener? Hay un hecho en este mundo que puede que sepáis todos, y es que, sin el apoyo de una patria poderosa, no hay duda de que se te va a discriminar e intimidar en países extranjeros. Cuando llegue el momento de que de veras experimentes esto, ¿qué será lo primero que pidas? Habrá quienes digan: “Sería genial ser judío o japonés. Nadie se atrevería a intimidarme. Se me tendría una gran consideración en cualquier país al que fuera. ¿Por qué nací en China? Es un país incompetente y al pueblo chino se le intimida allá donde va”. ¿Qué será lo primero que penséis cuando suceda algo de esto? (Tenemos fe en Dios y nos sometemos a Su instrumentación y arreglos). Esto es cierto. Sin embargo, ¿cuántas verdades debe entender una persona, qué experiencia debe haber tenido y cuánto entendimiento vivencial debería poseer para poder decir algo así y convertirlo en su propia estatura? Cuando ocurre algo semejante, ¿qué clase de ideas, entendimiento y experiencia real debes tener para no ser débil ni alterarte, aunque alguien te escupa encima y te llame miembro de una nación conquistada? ¿Qué clase de estatura debes tener para no sentirte alterado ni sufrir estas limitaciones? ¿Tenéis ahora esta clase de estatura? (No). Ahora no la tenéis, ¿pero podríais tenerla algún día? ¿Con qué verdades debéis dotaros? ¿Qué verdades debéis entender? Hoy en día, en cuanto algunas personas oyen que los miembros de su familia en China continental han sido arrestados por creer en Dios, lo que entienden en su corazón —que todo está en manos de Dios— se convierte para ellos en doctrina y están limitados por el hecho de que los miembros de su familia hayan sido arrestados y no estén dispuestos a hacer sus deberes. Si se enteran de que un pariente está muerto, puede que se desmayen directamente. ¿Cómo os sentiríais si se destruyera esa tierra y muriera toda la gente en ella? ¿Cuánto peso tienen los aspectos tradicionales como el país, el hogar, la ciudad natal y la patria, así como ciertas ideas tradicionales y la cultura asociadas a estas palabras que se aferran al fondo de vuestro corazón? ¿Dominan aún todas las acciones en tu vida y todos tus pensamientos y comportamientos? Si tu corazón todavía está ocupado por todas estas cosas tradicionales con las que tienes conexión, como el país, la raza, la nación, la familia, la ciudad natal, la tierra y demás, es decir, que esos aspectos todavía tienen cierto matiz de cultura tradicional en tu corazón, entonces los sermones que escuchas y las verdades que entiendes son todo doctrinas para ti. Si has escuchado muchos sermones, pero no puedes desprenderte siquiera de las cosas más básicas de las que la gente debería desprenderse y separarse, así como tampoco tratarlas correctamente, ¿qué problemas concretos resuelven esas verdades que sí entiendes?

Después de llegar a Occidente, muchos chinos quieren inculcar a los occidentales su cultura tradicional y aquello que creen correcto y bueno. De igual modo, los occidentales no quieren verse superados y creen que su cultura tradicional también tiene mucha historia. Por ejemplo, la antigua Roma, el antiguo Egipto y la antigua Grecia, todos ellos llevan el adjetivo “antiguo” delante, y son culturas de más de tres mil años. Al mirarlo en función de este número, aquí hay cierta herencia cultural y las cosas que esta ha producido son consideradas entre la especie humana como la quintaesencia de la vida humana y el resumen de los aspectos más sobresalientes que han salido de la vida, la existencia y la conducta de la especie humana. ¿Cómo se le llama a lo más sobresaliente que transmite la especie humana? Cultura tradicional. Una generación tras otra de gente ha transmitido esta cultura tradicional y todo el mundo piensa en su fuero interno que es lo mejor. Da igual si la gente puede apegarse a ello o no, en general, la gente de todas las razas lo ve como algo que está por encima de todo lo demás y lo considera la verdad. Por tanto, cada raza de personas tiene algunas cosas tradicionales que resisten el escrutinio y tienen una influencia especialmente profunda en ellas, y se sirven de estas cosas para pugnar entre ellas y compararse, e incluso tratan de superarse unas a otras. Por ejemplo, los chinos dicen: “¡Nuestro licor blanco es bueno, tiene un muy alto contenido en alcohol!”. Los occidentales dicen: “¿Qué tiene de especial vuestro licor? El contenido en alcohol es tan alto que te intoxicas si lo bebes y además es muy malo para el hígado. El vino tinto que bebemos los occidentales tiene poco alcohol, apenas hace daño al hígado y encima ayuda a la circulación de la sangre”. Los chinos dicen: “Nuestro licor blanco también ayuda a la circulación de la sangre y lo hace muy bien. En cuanto lo bebes, se te sube a la cabeza y te resplandece toda la cara. Ese vino tinto vuestro no es lo bastante fuerte, no te emborrachas por mucho que bebas. Como ves, tenemos una cultura del alcohol para beber alcohol y una cultura del té para beber té”. Los occidentales replican: “Nosotros también tenemos una cultura del té para beber té y una cultura del café para beber café, una cultura del alcohol para beber alcohol y, hoy en día, incluso una cultura de la comida rápida”. Al compararse, nadie cede ante el otro ni acepta nada de nadie. Todos piensan que sus propias cosas son la verdad, pero de hecho ninguna de ellas lo es. Si dejamos de lado a los no creyentes, lo más lamentable es que ni siquiera los que creen en Dios, y peor aún, aquellos que aceptaron esta etapa de la obra hace veinte o treinta años, se dan cuenta de que estas cosas no son la verdad en absoluto. Hay algunos que dicen: “¿Está bien decir que está relacionado con la verdad?”. Ni siquiera está bien decir que lo está. No es la verdad, no tiene asociación ni conexión de ningún tipo con la verdad, no son parecidas ni son la misma cosa. Del mismo modo que el cobre sigue siendo cobre por muy chapado en oro que esté o mucho que se pula, mientras que el oro sigue siendo oro, aunque no esté pulido, brillante ni lustroso; se trata de cosas diferentes.

Hay quienes preguntan: “¿Es fácil que acepten la verdad aquellos que han recibido una educación y un condicionamiento culturales y tradicionales más o menos buenos?”. No, son dos cosas distintas. Solo su estilo de vida es en cierto modo diferente, pero las actitudes de la gente hacia aceptar la verdad, sus diversos pensamientos y puntos de vista y el alcance de la corrupción de toda la raza humana son lo mismo. Cuando Dios comenzó a hablar en esta etapa de Su obra, la de los últimos días, lo hacía en el contexto del pueblo chino y dirigía Sus palabras a este. Pasaron treinta años y al difundirse estas palabras a todas las diversas razas en otras partes de Asia y en lugares como Europa, América y demás, después de leerlas, todas las personas, ya sean de piel negra, blanca, morena o amarilla, dicen: “Estas palabras hablan sobre nosotros”. Las palabras de Dios dejan en evidencia las actitudes corruptas de todos los seres humanos. Poca gente dice: “Estas palabras van dirigidas a vosotros, los chinos. Hablan sobre vuestras actitudes corruptas, nosotros no las tenemos”. Solo un pequeño número de personas, aquellos que no tienen comprensión espiritual, dirían esas cosas. En el pasado, los surcoreanos lo malinterpretaban de ese modo. Creían que los surcoreanos vivían bajo un sistema social democrático y libre, y que estaban influidos por la cultura cristiana, así como por miles de años de cultura coreana, de modo que su raza era más distinguida y noble que la de los chinos. ¿Por qué pensaban eso? Porque después de que muchos chinos llegaran a Corea del Sur, convirtieron los lugares a los que fueron en poco higiénicos y muy ruidosos, los robos y los delitos aumentaron, y esto tuvo algunos efectos adversos en el clima social. Por tanto, los hermanos y hermanas de Corea del Sur creían que “los chinos son los vástagos del gran dragón rojo y los descendientes de Moab. Nosotros los surcoreanos no hemos sido corrompidos por el gran dragón rojo”. ¿Qué implicaban al decir eso? “No hemos sido corrompidos por el gran dragón rojo, así que no somos tan corruptos como los chinos. Los chinos son más corruptos que nosotros. Somos mejores que ellos”. ¿Qué querían decir con “mejores”? (Más educados). En cierto sentido, se refiere a la conducta. En otro aspecto, creían de todo corazón que la cultura tradicional que la nación surcoreana había cultivado y aceptado desde el principio de la historia era noble, más que la cultura y las tradiciones de la nación china, y que el pueblo y la raza condicionados por este tipo de cultura tradicional eran más nobles que los condicionados por la cultura tradicional china. Por tanto, cuando leyeron las palabras de Dios y vieron que Dios decía “Sois basura”, pensaron que Él se refería al pueblo chino. Los hermanos y hermanas chinos dijeron: “El ‘sois’ del que habla Dios se refiere a la especie humana”. Los surcoreanos dijeron: “No es cierto, Dios habla de ‘vosotros’, no de nosotros. Lo que Dios está dando a entender no incluye a los surcoreanos”. Eso pensaban. Es decir, fuera cual fuera el aspecto desde el que miraban las cosas, sus puntos de vista y perspectivas no partían de la verdad y mucho menos de una visión objetiva y justa. En cambio, observaban las cosas a partir del contexto de una raza y una cultura tradicional. Por consiguiente, fuera cual fuera su forma de ver las cosas, los resultados subsecuentes eran contrarios a la verdad. Dado que no importaba cómo consideraran las cosas, su punto de partida siempre era que: “Todo lo relacionado con nuestra gran nación surcoreana es lo correcto, todo en ella representa el estándar y es lo correcto”. Todo lo consideraban y medían desde una perspectiva y un punto de partida erróneos, por lo que los resultados, tal y como los percibían, ¿eran correctos o incorrectos? (Incorrectos). No cabe duda de que estaban equivocados. Entonces, ¿cuál debería ser el estándar con el que se valora todo? (La verdad). Ha de ser la verdad, ese es el estándar. El suyo era equivocado de por sí. Valoraban todas las cosas y todos los acontecimientos desde una perspectiva y un punto de vista equivocados, por lo que los resultados de su valoración eran sin duda erróneos, no eran justos, correctos y ni mucho menos objetivos. Por tanto, les resultaba difícil aceptar algunas cosas ajenas y, es más, su forma de pensar era muy extrema, cerrada, estrecha de miras y propensa a la impetuosidad. ¿De dónde procedía esa impetuosidad? De que dijeran lo que dijeran, tenían que mencionar “nuestra gran nación surcoreana” e insistían en añadir la palabra “gran”. ¿Qué significa “gran”? ¿Acaso esa palabra no implica arrogancia? Si viajas por el mundo o miras un mapa, ¿qué tamaño tiene Corea del Sur? Si realmente fuera más grande que otros países y pudiera decirse que de veras lo es, entonces vale, llámalo “gran”. Pero comparado con otros países del planeta, Corea del Sur no es un lugar grande, así que ¿por qué insisten en llamarlo “gran”? Además, no importa si un país es grande o pequeño, las reglas y la cultura tradicional que produce no provienen de Dios ni mucho menos de la verdad. Esto se debe a que antes de que una persona acepte la verdad y la salvación de Dios, todas las ideas que acepta provienen de Satanás. ¿Qué les producen a las personas todas las ideas, las opiniones y la cultura tradicional generadas por Satanás? Desorientan, corrompen, atan y restringen a las personas, y el resultado es que la humanidad corrupta tiene pensamientos estrechos de miras y extremos, así como puntos de vista parciales y tendenciosos, hasta el punto de resultar ridículos y absurdos: estas son las consecuencias de la corrupción de Satanás en la especie humana. Así pues, cuando la gente de muchos países e incluso algunas razas oyen las palabras “Dios se hizo carne en China”, ¿cuál es su primera reacción? Una palabra: ¡imposible! ¿Dónde creen que debía haber sido? (En Israel). Eso es, en Israel. A la gente le gusta mucho seguir los preceptos y apegarse a nociones. Creen que Israel es el lugar donde Dios ha hecho obra y, por tanto, Dios debería aparecer en Israel o en algún imperio poderoso que ellos veneren, o piensan que Dios debería aparecer en un país que en sus nociones y figuraciones fue una vez una civilización antigua. China no es precisamente un país así, por lo que para ellos es difícil aceptar el testimonio de que Dios se ha hecho carne en China y solo con esto es suficiente para hacerles perder esta oportunidad de salvarse. ¿Quién ha causado esto? (Ellos mismos). Dado que albergan esa noción y se han vuelto rebeldes y no buscan la verdad para resolver el problema en absoluto, se han hecho un daño terrible a sí mismos y han arruinado su única oportunidad de lograr la salvación.

Muchas de las figuraciones y nociones que tiene la gente cuando no entiende la verdad, e incluso algunas de las cosas que idolatra, son muy ridículas y absurdas. Una señora surcoreana, que está en Estados Unidos y le gusta el país, entabla contacto con estadounidenses y uno de ellos le pregunta: “La Fiesta de la Primavera está a la vuelta de la esquina. ¿Qué coméis los chinos en la Fiesta de la Primavera?”. Ella responde: “No soy china, soy surcoreana”. El estadounidense replica: “¿Es que los surcoreanos no celebran también la Fiesta de la Primavera?”, a lo que ella responde: “Nosotros, los surcoreanos, no celebramos la Fiesta de la Primavera”. El estadounidense dice: “Pensaba que los surcoreanos celebran la Fiesta de la Primavera, como los chinos”. El tono de ella ahora es extremadamente abrupto: “¡No somos iguales que los chinos! ¿Te parece que está bien pensar que celebramos la Fiesta de la Primavera? ¡Es un grave insulto a nuestra dignidad como surcoreanos!”. ¿De verdad los surcoreanos no celebran la Fiesta de la Primavera? (Sí la celebran). De hecho, los surcoreanos también celebran la Fiesta de la Primavera. Así pues, ¿por qué dijo que los surcoreanos no la celebran? Debatamos sobre este asunto. ¿Es correcto celebrar la Fiesta de la Primavera o no? ¿Podéis explicar este asunto con claridad? Para los extranjeros, celebrar la Fiesta de la Primavera no es algo vergonzoso. Es un ritual especial que conmemora un día importante en la vida de la gente. Para los humanos que viven en este mundo de la cultura tradicional, celebrar la Fiesta de la Primavera no es un error ni algo vergonzoso, así que ¿por qué la mujer no se atreve a admitir que celebra la Fiesta de la Primavera? Porque en cuanto admita que la celebra, dejará de estar occidentalizada y se la catalogará como persona tradicional del Asia oriental, y no quiere que la gente piense que es una mujer de esas características. Quiere que se piense que no sigue las tradiciones del Asia oriental, que no entiende de ese tema o incluso que no sabe nada sobre tales tradiciones. También quiere que sepan que habla inglés fluido, se tiñe el pelo de rubio, se pone lentes de contacto azules, se viste como una occidental y es tan atrevida y desinhibida, liberada, independiente y perspicaz como las mujeres occidentales; así es como quiere que la gente la considere. Por tanto, guiada por este pensamiento, cada vez que le ocurre algo, actúa de acuerdo con esa idea. Cuando alguien le pregunta si los surcoreanos celebran la Fiesta de la Primavera, ella responde: “Los surcoreanos no celebramos la Fiesta de la Primavera”. Si sus conocidos le dijeran: “Claro que celebramos la Fiesta de la Primavera, ¿por qué dices que no?”, ¿qué respondería ella? “Estúpido. Si digo que celebramos la Fiesta de la Primavera, ¿acaso no sabrán que soy una surcoreana tradicional?”. Quiere que la gente piense que nació y creció en Estados Unidos. Si le preguntaras: “Tú naciste aquí, pero ¿cuántas generaciones lleva aquí tu familia?”, ella respondería: “Nuestros antepasados se criaron en este país”. Cree que esto es un símbolo de identidad y estatus, así que llega a decir esta mentira y no le asusta que los demás la descubran. ¿Qué clase de pensamiento es este? ¿Merece la pena mentir sobre este asunto? ¿Merece la pena arriesgarse? No, no merece la pena. Incluso un asunto tan pequeño puede dejar en evidencia los pensamientos y puntos de vista de una persona. ¿Qué clase de pensamientos y puntos de vista se dejan en evidencia? Algunas chicas chinas son muy guapas, pero insisten en teñirse el pelo de rubio, se lo rizan, se ponen lentes de contacto de varios tonos para cambiar su color de ojos y poder pasar por extranjeras; es realmente incómodo de presenciar. ¿Por qué insisten en ser esa clase de persona? ¿Es que cambia su linaje cuando empiezan a vestirse así? Aunque haya cambiado su linaje y en su próxima vida se reencarnen en una persona blanca o en alguien de una raza que tienen en alta consideración, ¿entonces qué? ¿Sois capaces de ver este asunto con claridad? Si alguien insiste en comportarse así con cierto estilo y temperamento y en hacerse pasar por un miembro de una nación o raza que veneran, ¿cuál es el motivo? ¿Hay algún pensamiento subyacente que gobierne esto? ¿Qué pensamiento es ese? Es como esa mujer surcoreana; cuando los estadounidenses le preguntan si sabe jugar al tenis de mesa, dice: “¿Qué es el tenis de mesa? Solo los chinos juegan a eso. Nosotros jugamos al tenis y al golf”. ¿Qué clase de persona puede comportarse y hablar así? ¿No es un tanto falsa? ¡Todo lo que hace es falso y su vida se vuelve agotadora! ¿Os comportaríais vosotros así? Algunos chinos que han vivido en occidente durante décadas ya no saben hablar chino cuando regresan a su ciudad natal. ¿Esto es malo? (Sí). Hay quien dice: “No debemos olvidar nuestras raíces. Dios también dice que la gente no debería olvidar sus raíces. Dios es la raíz de las personas. Él creó a las personas y todo en ellas tiene su origen en Dios, así que como seres creados, las personas deben adorar a Dios; esto es lo que significa no olvidar las propias raíces”. ¿No es así? Todas las situaciones encierran una verdad que se debe buscar, pero la gente no busca la verdad y se apega por completo a la cultura tradicional. ¿Por qué razón? Alguna gente dice: “Nunca olvidamos nuestras raíces. Vayamos donde vayamos, reconocemos que somos chinos y que nuestro país es pobre y retrasado. Nunca jamás vamos a olvidar nuestras raíces”. ¿Es esto correcto? Todos estos problemas, por una parte, se deben a la influencia y la educación excesivamente profundas de estas supuestas culturas tradicionales en la especie humana. Otro aspecto es que incluso después de que la gente haya escuchado sermones durante tantos años, no contemplan ni buscan con esmero cuál es la verdad. En su lugar, se sirven a menudo de la cultura tradicional y de cosas decadentes que ya tienen, que ya han aprendido y que por tanto están firmemente arraigadas y hacen pasar por verdades. Este es el segundo aspecto. En tercer lugar, después de escuchar sermones, la gente no busca la verdad en las palabras de Dios. En su lugar, se sirven de perspectivas tradicionales y del conocimiento y el aprendizaje en las nociones humanas que ya conocen para valorar las palabras de Dios. Así que, hasta ahora, aunque la gente haya escuchado muchos sermones, los supuestos principios de conducta y los presuntos principios de desempeñar el propio deber y servir a Dios que la gente transmite mediante el boca a boca se basan a menudo en algún conocimiento, en algunos proverbios y dichos comunes que consideran correctos. Por ejemplo, si alguna persona hace algo erróneo y los líderes de la iglesia o los hermanos y hermanas la podan, pensará: “Uf, es como esos dichos: ‘Es inútil decapitar a un hombre muerto’ y ‘No muerdas la mano amiga’. He aceptado con paciencia este pequeño defecto mío con una sonrisa; ¿por qué sigues dejándome en evidencia a causa de ello?”. En apariencia escuchan y se someten con obediencia, pero en realidad, en el fondo de su corazón se sirven de nociones tradicionales para contradecir y desafiar a los líderes de la iglesia o a los hermanos y hermanas. ¿Cuál es la razón de su desafío? Lo que sucede es que piensan que los dichos: “Es inútil decapitar a un hombre muerto” y “No muerdas la mano amiga” son verdades fehacientes y son correctos, y que es un error que cualquiera los pode y los deje en evidencia constantemente, sin el menor atisbo de sentimiento, y eso no es la verdad.

¿Habéis obtenido un entendimiento más profundo de la verdad a partir del contenido que acabamos de compartir? (Sí). Alguno puede que diga: “Ahora que Tú nos has dicho esto, no sabemos a qué principios deberíamos atenernos en la práctica. Sin estas culturas tradicionales ni estas nociones y este conocimiento, ¿cómo deberíamos vivir y actuar? Sin que nos gobiernen estas cosas, ¿cómo podemos abrir la boca y predicar las palabras de Dios? Sin tales cosas, ¿acaso no desaparece el fundamento para que prediquemos las palabras de Dios? ¿Qué es lo que nos queda entonces?” Bien, lo que les digo es que, si de veras no posees estas cosas, resultará más fácil buscar la verdad, aceptarla y regresar a Dios. Antes, cuando abrías la boca, lo único que salía de ella eran filosofías satánicas y conocimiento cultural como “Las personas inteligentes saben someterse a las circunstancias”, “No muerdas la mano amiga”, “Es inútil decapitar a un hombre muerto” y demás. Ahora lo meditas y piensas: “No puedo decir eso, estos dichos se equivocan, han sido repudiados y condenados, ¿qué debería decir entonces? Debería seguir leyendo las palabras de Dios de manera dócil y adecuada, y que estas me sirvan de fundamento”. La gente realiza su deber y sigue a Dios, pero cada vez que abre la boca, lo único que sale de ella son proverbios, dichos y algunos elementos y puntos de vista que extraen de la cultura tradicional. Nadie puede exaltar ni dar testimonio de Dios por completo cada vez que algo le sucede ni decir “Dios dice esto” o “Dios dice aquello”. Nadie habla así, nadie abre la boca y suelta palabras de Dios. No eres capaz de soltar palabras de Dios, pero sí estos dichos comunes, así que ¿de qué exactamente está lleno tu corazón? De todo aquello que proviene de Satanás. Algunas personas, cuando su líder de equipo revisa su trabajo, dicen: “¿Qué revisas? Ni dudar de aquellos a quienes empleas ni emplear a aquellos de quienes dudas. Si siempre dudas de mí, ¿por qué me usas entonces? Busca a otro que lo haga”. Creen que esta es la manera correcta de actuar y no permiten que otros los supervisen y critiquen. Hay otras personas que han sufrido mucho al hacer sus deberes, pero como no han buscado los principios y han causado trastornos y perturbaciones a la obra de la iglesia, se las acaba reemplazando y además se las poda. Después de escuchar algunos comentarios condenatorios, se ponen desafiantes y piensan: “Hay un dicho que dice: ‘Puede que no haya ganado crédito alguno, pero de todos modos lo he intentado y me he esforzado’. Solo cometí este pequeño error, ¿qué importa?”. Al haber aprendido primero este dicho popular, y por tanto tenerlo firmemente arraigado, este los gobierna e influye en sus pensamientos y son propensos a usarlo —en este entorno y después de que la situación tenga lugar— como base para desafiar y no someterse a que la casa de Dios los trate. Al ser esas las circunstancias, ¿pueden todavía someterse? ¿Les sigue resultando fácil aceptar la verdad? Aunque se sometan de cara al exterior, lo hacen porque no les queda alternativa y es su último recurso. Si bien parece que no se resisten, en su corazón sigue habiendo resistencia. ¿Es esto verdadera sumisión? (No). Esto es actuar por inercia, no es verdadera sumisión. Aquí no hay sumisión, solo racionalización, negatividad y oposición. ¿Cómo surgen esta racionalización, negatividad y oposición? Surgen de este dicho: “Puede que no haya ganado crédito alguno, pero de todos modos lo he intentado y me he esforzado”. ¿Qué clase de carácter hizo surgir este dicho en tales personas? La desobediencia, la intransigencia, la oposición y la racionalización. ¿Habéis ganado entendimiento adicional de la verdad a partir de esta charla? Una vez que hayáis diseccionado y discernido estas cosas negativas con claridad y las hayáis extraído de vuestro corazón, seréis capaces de buscar la verdad y de practicarla cada vez que algo os ocurra, porque has renunciado a las cosas viejas y estas ya no pueden inducirte a confiar en ellas a la hora de hacer tu deber y servir y seguir a Dios. Esas cosas ya no son los principios de tu conducta, ya no son los principios a los que deberías atenerte al hacer tus deberes y ya se han criticado y condenado. Si las tomas y las vuelves a usar, ¿qué ocurrirá en el fondo de tu corazón? ¿Serás igual de feliz? ¿Estarás tan seguro de que tienes razón? Está claro que eso es poco probable. Si de veras se te despoja de esas cosas en tu interior, deberías buscar en las palabras de Dios cuáles son exactamente los verdaderos principios y cuáles son en concreto los requerimientos de Dios. La gente dice a menudo: “Haz lo que te manden, o no ganarás nada ni siquiera con tus esfuerzos más esmerados”. ¿Este dicho es correcto o incorrecto? Sin duda, es incorrecto. ¿En qué sentido? ¿Hacer lo que te mande quién? ¿A quién se refiere “haz lo que te manden”? A tu empleador, tu jefe, tu superior. Es un concepto equivocado. Dios no es tu empleador ni tu jefe ni tu gerente. Dios es tu Dios. Los gerentes, jefes y superiores son de la misma clase y están al mismo nivel que las personas. En esencia, son lo mismo; todos son seres humanos corruptos. Los escuchas, te pagan un salario y haces lo que te piden. Te pagan por el trabajo que desempeñas, sea cual sea, nada más. ¿Qué significa “ganarás” en la frase “o no ganarás nada ni siquiera con tus esfuerzos más esmerados”? (Crédito). Crédito y remuneración. El impulso para tus acciones es que te paguen. Esto no requiere lealtad ni obediencia, así como tampoco búsqueda de la verdad ni adoración; no hay nada de eso, es solo una transacción. Eso es precisamente algo que se critica y condena en el transcurso de tu fe en Dios, de llevar a cabo tu deber y perseguir la verdad. Si consideras el dicho: “Haz lo que te manden, o no ganarás nada ni siquiera con tus esfuerzos más esmerados” como una verdad, eso es un grave error. Cuando intentes hacer entender la verdad a ciertas personas, sus reacciones serán lentas y torpes, y, por mucho que coman y beban las palabras de Dios, no podrán entender siquiera una o dos verdades, así como tampoco serán capaces de recordar siquiera una o dos frases de las palabras de Dios. Sin embargo, en lo que respecta a las muletillas, los proverbios y los dichos comunes que se difunden con frecuencia entre la población y estas cosas que dice a menudo la gente corriente, las aceptan con extrema rapidez. No importa lo estúpida que sea una persona, hasta ella acepta estas cosas así de rápido. ¿Cómo puede ser esto? Sea cual sea tu raza o tu color, al final todos sois seres humanos de la misma especie. Solo Dios pertenece a una especie diferente a la de los seres humanos. Estos siempre pertenecerán a la misma especie que otros seres humanos. Por tanto, cada vez que Dios hace algo, a toda la especie humana no le resulta fácil aceptarlo, mientras que, cada vez que alguien entre la especie humana hace algo, da igual quién sea o lo humilde que sea la persona que lo haga, lo aceptarán rápido, siempre que se conforme a las nociones de todo el mundo, porque todas las ideas, los puntos de vista, las maneras de pensar y los niveles y las sendas de entendimiento de las personas son en esencia los mismos, solo difieren en pequeños grados. Por tanto, en cuanto alguien diga algo que sea propio de las nociones y no sea consistente con la verdad, habrá quien lo acepte al instante, y así es sencillamente como son las cosas.

¿Habéis entendido más o menos qué es la verdad y qué cosas no son la verdad, aunque aparenten serlo? ¿Qué otras de este estilo se os ocurren? Ahora mismo todavía no podéis decirlas así sin pensar, ya que no cuentan como conocimiento, no son como algo en un libro a lo que puedas acudir solo con hojear las páginas. En cambio, son cosas que no podéis evitar decir en voz alta cada vez que algo ocurre, de una manera extremadamente natural que no sois capaces de controlar. Eso prueba que estas cosas se han convertido en vuestra vida y os han calado hasta los huesos. Sois incapaces de recordarlas cuando se os requiere hacerlo, pero tampoco os podéis resistir a decirlas cuando se os pide que no lo hagáis. Cada vez que ocurre algo, esos puntos de vista distorsionados saldrán a la luz, esto es un hecho. Dedicad un tiempo a experimentar. De ahora en adelante deberíais prestar atención a aquello que la gente dice a menudo y cree que es correcto. Hemos mencionado con anterioridad algunos de los venenos del gran dragón rojo y de las filosofías de Satanás para los asuntos mundanos. Puede que estas cosas sean fáciles de discernir desde la perspectiva de su significado literal, es decir, la gente puede darse cuenta enseguida de que no cabe duda de que no son la verdad y tener claro que son el veneno del gran dragón rojo y que detrás de ellas se esconden intrigas astutas. Se trata de aspectos fáciles de discernir y he de reconocer que más o menos sois capaces de desgranarlos cuando se os pide que los diseccionéis. Os habéis despojado de estas cosas que son obviamente satánicas, pero sigue habiendo muchos dichos en vuestro corazón, como “Soportar la humillación y llevar una pesada carga”, “Dormir sobre maleza y lamer la hiel”, “No muerdas la mano amiga”, “Una causa recta atrae abundante apoyo, una injusta halla poco” y “Un caballero no come limosnas ofensivas”. En el fondo de vuestro corazón, puede que todavía consideréis correctos estos dichos y penséis: “Son muy preciados. En estos dichos se halla todo lo que es decente en lo que respecta a cómo debería comportarme en esta vida” y se trata de cosas que todavía no han salido a la luz. Una vez que salgan a la luz por completo y tengas discernimiento sobre ellas, en el futuro, cuando estas cosas culturales tradicionales aparezcan, ya sea por una reacción natural o por un reflejo de las condiciones objetivas, te darás cuenta de inmediato de que no son correctas y de que sin duda no son la verdad. En ese momento, tu nivel de conocimiento y reconocimiento de la verdad serán más elevados que ahora. ¿Qué quiero decir con “más elevados que ahora”? Quiero decir que habrás alcanzado cierta estatura, tu capacidad para discernir habrá mejorado, tu experiencia y entendimiento de la verdad serán más profundos que ahora y percibirás qué es la verdad en realidad. Puede que en este momento pienses: “Todas las culturas tradicionales que provienen de Satanás y que se desarrollaron a partir del trasfondo cultural de todos los grupos étnicos de este mundo se equivocan”. Esta es una forma general de expresarlo, pero puede que todavía no sepas cuáles se equivocan ni en qué sentido. Por tanto, debes diseccionarlas y entenderlas cada una por su cuenta, y luego alcanzar el punto en el que puedas desprenderte de ellas, condenarlas, separarte por completo de ellas y no vivir según ellas sino según las palabras de Dios. Ahora mismo, puede que únicamente sepas de acuerdo con tu voluntad subjetiva que estos proverbios, dichos comunes, máximas famosas y esas palabras que circulan a menudo no tienen nada que ver con las de Dios y no son la verdad, pero cada vez que ocurre algo, sigues utilizándolas de manera inconsciente para condenar a los demás, refrenarte a ti mismo y guiar tu comportamiento. Restringen y manipulan tus pensamientos y puntos de vista, lo que puede acarrear problemas y afectar a tu entrada en la verdad. Aunque puede que un día estas cosas de Satanás todavía aparezcan en tu corazón, si eres capaz de discernirlas, vivir sin basarte en ellas y practicar de acuerdo con los principios-verdad, de veras tendrás estatura. ¿Cuentas ahora con esta estatura? Todavía no. Si hay un dicho que todos reconocéis como correcto, y si tal vez se pueden encontrar afirmaciones similares en las palabras de Dios —aunque no estén expresadas de la misma manera—, podéis creer erróneamente que este dicho también es la verdad y es lo mismo que las palabras de Dios. Si todavía no puedes ver estas cosas con claridad y te sigues aferrando a las palabras del ser humano y no estás dispuesto a renunciar a ellas, este dicho influirá en tu entrada en la verdad, ya que no son las palabras de Dios ni pueden sustituir a la verdad.

Hoy en día hablo continuamente sobre qué es la verdad. Eso significa que me pongo serio con vosotros. Para que entendáis la verdad, debemos tomar las diversas ideas y puntos de vista de la gente, sus buenas acciones e intenciones y algunos dichos correctos y prácticas de sentido común en los que la gente confía para vivir, así como algunas ideas y puntos de vista de la cultura tradicional, y diseccionarlos y discernirlos todos para ver si de veras se ajustan a la verdad y tienen algo que ver con ella. Si crees que son la verdad, ¿en qué te basas para hacer esta afirmación? Si determinas que son la verdad sobre la base de teorías y enseñanzas satánicas, perteneces a Satanás. Si estas cosas no se corresponden con la verdad, proceden de Satanás, por lo que es necesario diseccionar cuál es exactamente su esencia. En particular, uno debe tener una comprensión y una actitud correctas hacia los muchos dichos y puntos de vista de la cultura tradicional que se han transmitido de boca en boca de una generación a la siguiente. Solo así se puede realmente entender y conocer lo que es en efecto la verdad, así como comprender de forma precisa lo que Dios exige de las personas y entender lo que realmente significa la frase: “Todo lo que Dios dice es la verdad”. Asimismo, esto permite a las personas saber por qué —dado que los seres humanos tienen estos puntos de vista y dichos que al parecer se conforman con la ética moral, la humanidad y las convenciones seculares de las relaciones humanas, y dado que tienen estas ideas, puntos de vista y dichos en los que confían para vivir— Dios sigue expresando verdades para salvar a las personas y, además, por qué dice Dios que solo la verdad puede salvar a las personas y transformarlas. Está claro que en esto se hallan verdades. Cuando menos, una cuestión es que las ideas, puntos de vista y dichos en los que la gente confía en la vida provienen y los resume la especie humana corrupta, son nociones y figuraciones de la gente, y no tienen nada en absoluto que ver con la verdad. Además, estas cosas entran esencialmente en conflicto con la verdad y son hostiles a ella. No pueden reemplazar a la verdad, desde luego no son la verdad y no lo serán nunca. Desde la perspectiva de Dios, estas cosas se definen como equivocadas y se condenan, y no son la verdad en absoluto. Las acciones de Dios y la verdad que Él expresa no tienen nada que ver con estas cosas. Es decir, la verdad que expresa Dios no guarda ningún tipo de relación con las convenciones seculares de las relaciones humanas de la humanidad corrupta ni con las culturas tradicionales de la gente ni con sus ideas, puntos de vista y buenas acciones, así como tampoco con sus definiciones de moralidad, dignidad y de las cosas positivas. Al expresar la verdad, Dios expresa Su carácter y esencia; Su expresión de la verdad no se basa en las diversas cosas y afirmaciones positivas que la gente cree que la especie humana ha resumido. Las palabras de Dios son las palabras de Dios; las palabras de Dios son la verdad. Son el único fundamento y ley que rige la existencia de la especie humana y Dios condena todos esos presuntos principios que tienen su origen en el hombre y están equivocados y son absurdos. No reciben Su aprobación, y ni mucho menos son origen o fundamento de Sus declaraciones. Dios expresa Su carácter y esencia con Sus palabras. Todas las palabras nacidas de la expresión de Dios son la verdad, ya que Él tiene la esencia de Dios y es la realidad de todas las cosas positivas. Independientemente de cómo esta especie humana corrupta oriente o defina las palabras de Dios, o de cómo las contemple o entienda, las palabras de Dios son eternamente la verdad, y esto es un hecho que nunca se altera. Por muchas palabras que Dios haya pronunciado y por más que las condene y rechace esta especie humana corrupta y perversa, hay un hecho que es siempre inmutable: las palabras de Dios siempre serán la verdad, y el hombre nunca puede cambiar esto. Al final, el hombre debe admitir que las palabras de Dios son la verdad, y que la estimada cultura tradicional y el conocimiento científico de la especie humana nunca podrán convertirse en cosas positivas, y nunca podrán convertirse en la verdad. Esto es indiscutible. La cultura tradicional y las estrategias de supervivencia de la especie humana no se convertirán en la verdad a consecuencia de los cambios o del paso del tiempo, y tampoco las palabras de Dios se convertirán en palabras del hombre porque la especie humana las condene o las olvide. La verdad es siempre la verdad, esta esencia nunca cambiará. ¿Qué hechos existen en ella? Que estos dichos comunes que la especie humana ha resumido encuentran su origen en Satanás y en las figuraciones y nociones humanas, o surgen de la impulsividad y las actitudes corruptas de los humanos, y no tienen absolutamente nada que ver con las cosas positivas. Las palabras de Dios, por otra parte, son expresión de la esencia y el estatus de Dios. ¿Por qué expresa estas palabras? ¿Por qué digo que son la verdad? Porque Dios es soberano sobre todas las leyes, las reglas, las causas, las esencias, las realidades y los misterios de todas las cosas. Los capta en Su mano. Por tanto, solo Dios conoce las reglas, las realidades, los hechos y los misterios de todas las cosas. Dios conoce el origen de todo, y sabe cuál es exactamente la raíz de todas las cosas. Solo las definiciones para todas las cosas presentadas en las palabras de Dios son las más exactas, y solo ellas son los estándares y principios para la vida de los seres humanos y las verdades y criterios en base a los cuales viven los seres humanos, mientras que las leyes y teorías satánicas en las que ha confiado el ser humano para vivir desde que Satanás lo corrompiera son al mismo tiempo contrarias al hecho de que Dios es soberano sobre todas las cosas y al hecho de que Dios es soberano sobre las leyes y las reglas de todas las cosas. Todas las teorías satánicas del ser humano surgen de sus nociones y figuraciones, y provienen de Satanás. ¿Qué clase de papel desempeña Satanás? Primero, se presenta a sí mismo como la verdad; a continuación, perturba, destruye y pisotea todas las leyes y reglas de todas las cosas que ha creado Dios. Por tanto, aquello que proviene de Satanás se ajusta demasiado bien a la esencia de Satanás y está lleno del perverso propósito de Satanás, de falsificaciones y simulaciones, y de su siempre inmutable ambición. Por mucho que los humanos corruptos puedan discernir estas filosofías y teorías de Satanás, y por mucha gente que pregone, promueva y siga estas cosas, y por muchos años y eras que la humanidad corrupta las haya admirado, adorado y predicado, no se convertirán en verdad. Como su esencia, su fuente y su origen es Satanás, que es hostil a Dios y a la verdad, estas cosas nunca se convertirán por tanto en la verdad, siempre serán negativas. Cuando no hay verdad con la que comparar, pueden pasar por buenas y positivas, pero cuando se usa la verdad para dejarlas en evidencia y diseccionarlas, no son infalibles, no pueden resistir el escrutinio y son cosas que se condenan y se rechazan al instante. La verdad que expresa Dios coincide de forma exacta con las necesidades de la humanidad normal de la especie humana que Dios creó, mientras que las cosas que Satanás inculca a las personas son precisamente contrarias a las necesidades de la humanidad normal de la especie humana. Hacen que una persona normal se vuelva anormal y se convierta en extrema, estrecha de miras, arrogante, necia, perversa, intransigente, cruel e incluso tan altiva que resulta insoportable. Llega a un punto en el que se vuelve tan grave que la gente se desquicia y ni siquiera sabe quién es. No quieren ser personas normales o corrientes y en su lugar insisten en ser superhumanos, gente con poderes especiales o seres humanos de alto nivel; estas cosas han distorsionado a la humanidad y a su instinto. La verdad hace que la gente sea capaz de existir de manera más instintiva de acuerdo con las reglas y las leyes de la humanidad normal y todas estas reglas establecidas por Dios, mientras que estos supuestos refranes populares y dichos desorientadores justamente hacen que la gente se vuelva contra el instinto humano y evada las leyes ordenadas y formuladas por Dios, incluso hasta el punto de hacer que se desvíe del recorrido de la humanidad normal y haga algunas cosas extremas que la gente normal no debería hacer ni pensar. Estas leyes satánicas no solo distorsionan la humanidad de las personas, sino que también le hacen perder su humanidad normal y el instinto de esta. Por ejemplo, las leyes satánicas dicen: “Cada quien tiene su destino en sus propias manos” y “La felicidad se crea con las propias manos de uno”. Esto es contrario a la soberanía de Dios y al instinto humano. Cuando el cuerpo y el instinto de las personas llegan al límite, o cuando su destino se halla en una disyuntiva crítica, la gente que depende de estas leyes de Satanás es incapaz de soportarlo. La mayoría siente que la presión ha excedido su límite y ha ido más allá de lo que puede soportar su mente, y al final algunos se vuelven esquizofrénicos. Los que hacen ahora mismo los exámenes para entrar a la universidad sufren de la inmensa presión que le causan esos exámenes. La condición física de las personas y sus cualidades mentales son diferentes, algunos pueden adaptarse a un régimen así, mientras que otros no. Al final, algunos caen en la depresión, mientras que otros se vuelven esquizofrénicos e incluso se lanzan desde edificios y se suicidan; ocurren todo tipo de cosas. ¿Cuál es la causa de estas consecuencias? Satanás desorienta a las personas al hacerles buscar la fama y la ganancia, y eso las perjudica. Si pueden vivir con naturalidad de acuerdo con las reglas que ha establecido Dios y vivir de acuerdo con el camino que Él ha ordenado y leer las palabras de Dios y vivir ante Él, ¿acabarán desquiciados? ¿Resistirán tanta presión? En absoluto. Dios realiza Su obra para que la gente entienda la verdad, se despoje de sus actitudes corruptas y se someta a la soberanía y los arreglos de Dios. De esta manera, la gente puede vivir ante Dios, sin presión, y ganar solo libertad y liberación. Dios creó a la especie humana y solo Él conoce el instinto humano y lo sabe todo sobre la gente. Dios se sirve de estas reglas que Él formuló para guiar a las personas y proporcionarles sus necesidades, mientras que eso es algo que Satanás no hace. Satanás hace a la gente vulnerar todas estas reglas y la obliga a ser superhumanos y peces gordos. ¿Acaso no juega con ella? En realidad, la gente es normal y corriente, ¿cómo van a ser superhumanos o personas con poderes especiales? ¿No es esto malograr a la gente? Por mucho que luches, por grandes que sean tus ambiciones y deseos, no puedes convertirte en un superhombre ni en una persona con poderes especiales. Aunque te malogres hasta el punto de perder toda apariencia de humanidad, no puedes convertirte en un superhombre o en una persona con poderes especiales. La carrera que una persona debe tener en la vida, sea cual sea, la predetermina Dios. Si no vives de acuerdo con las leyes y reglas formuladas por Dios, sino que eliges las palabras desorientadoras y endiabladas de Satanás y buscas ser un superhombre o una persona con poderes especiales, deberás sufrir tormento y morir. Es decir, si eliges aceptar ser malogrado, pisoteado y corrompido por Satanás, todo lo que sufras es consecuencia de tus propias acciones es lo que mereces y es tu propia voluntad. Algunas personas hacen el examen de acceso a la universidad, lo suspenden dos o tres veces y se acaban volviendo locas por no conseguir aprobarlo nunca. ¿Se lo han buscado ellos solitos? ¿Por qué quieres hacer el examen de acceso a la universidad? ¿Acaso no es solo para sobresalir por encima de los demás y honrar a tus ancestros? Si abandonas estos dos objetivos de sobresalir por encima de los demás y honrar a tus ancestros, y no persigues estas cosas, sino que cambias a un objetivo correcto, ¿no desaparecerá entonces la presión? Si aceptas la corrupción de Satanás, y si aceptas todas estas ideas y puntos de vista suyos, tu cuerpo tendrá que soportar todo tipo de dolor, ¡y no será menos de lo que tienes merecido! Esta consecuencia es elección tuya y te la has creado tú mismo. No está predestinada por Dios. Él no te obliga a vivir así. Las palabras de Dios ya han dejado las cosas muy claras, y eres tú quien no practica según las palabras de Dios. Existe un límite para lo que el cuerpo, la fuerza de voluntad y las cualidades mentales de una persona pueden soportar, pero ellas mismas no se dan cuenta de ello y piensan lo contrario, e incluso dicen que su destino está en sus propias manos, pero al final no consiguen hacerse con el control de su destino, y en lugar de ello sufren una muerte desgraciada y trágica. ¿Cómo va a ser eso controlar el propio destino? Así es como Satanás utiliza todo tipo de ideas falaces y de herejías y falacias para corromper a las personas. La propia gente lo desconoce e incluso le parecen bien, y piensa: “La sociedad progresa constantemente, debemos seguir el ritmo de los tiempos y aceptar toda esa energía positiva”. Son palabras completamente endiabladas. ¿Cómo puede haber energía positiva en un mundo demoníaco de no creyentes? Es todo energía negativa, cáncer y una bomba de relojería. Si aceptas estas cosas, tendrás que asumir sus consecuencias, y tendrás que sufrir la tortura y la devastación de Satanás. Es lo que resulta de no perseguir la verdad. ¿Qué buen final puede esperarse si sigues a Satanás? Satanás hará todo lo que pueda para envenenarte e infundirte veneno. Dios te salva; Satanás te hace daño. Dios cura tus males; Satanás te envenena para que enfermes. Cuanto más veneno aceptes de Satanás, más esfuerzo te costará aceptar la verdad. Así son las cosas. Aquí termina nuestra enseñanza sobre el tema de qué es la verdad. A continuación, hablaremos de otro tema.

Una disección de cómo los anticristos cumplen con su deber solo para distinguirse a sí mismos y satisfacer sus propios intereses y ambiciones, sin considerar nunca los intereses de la casa de Dios, e incluso los venden y los intercambian por gloria personal

I. Cuáles son los intereses de Dios y los de la gente

Esta vez vamos a hablar sobre el punto nueve de las diversas manifestaciones de los anticristos: cumplen con su deber solo para distinguirse a sí mismos y satisfacer sus propios intereses y ambiciones, sin considerar nunca los intereses de la casa de Dios, e incluso los venden y los intercambian por gloria personal. En nuestra vida cotidiana, enfatizamos a menudo los intereses de Dios y de Su casa. Sin embargo, algunas personas tienden a no considerar los intereses de la casa de Dios, y colocan en su lugar y delante de todo sus propios intereses. Estas personas son especialmente egoístas. Además, al manejar sus asuntos, protegen con frecuencia sus propios intereses en detrimento de los de la casa de Dios, hasta tal punto que hacen peticiones indirectas a la casa de Dios con el fin de satisfacer sus propios deseos. ¿Cuál es aquí la palabra clave? ¿De qué se habla principalmente? (Intereses). ¿Qué se quiere decir con “intereses”? ¿Qué se incluye en este término? ¿Qué considera uno que son los intereses de las personas? ¿Qué engloban los intereses de las personas? El estatus, la reputación y las cosas relacionadas con los intereses materiales. Por ejemplo, cuando una persona desorienta a los demás para que la admiren y la adoren, está buscando sus propios intereses psicológicos; además, existen los intereses materiales, que la gente busca aprovechándose de los demás, recogiendo beneficios para sí misma o robando los bienes de la casa de Dios, por citar algunos ejemplos. Los anticristos solo buscan el beneficio. Sin importar si buscan intereses psicológicos o materiales, los anticristos son avaros e insaciables, y procurarán apoderarse de todas estas cosas para ellos mismos. Los asuntos relacionados con los intereses de una persona son los que más la revelan. Los intereses están íntimamente ligados a la vida de cada persona, y todo aquello con lo que una persona entra en contacto cada día tiene que ver con sus intereses. Por ejemplo, cuando se dice algo o se habla de un asunto, ¿qué intereses intervienen? Cuando dos personas discuten un tema, se trata de una cuestión de quién es elocuente y quién no, a quién tienen los demás en alta consideración y a quién menosprecian, y es además una cuestión de las diferentes consecuencias de sus distintas maneras de hablar. ¿Acaso no es una cuestión de intereses? Por tanto, ¿qué hace la gente cuando les ocurren problemas de este tipo? Se esfuerzan al máximo para alardear, se devanan los sesos para organizar su discurso de modo que expliquen el asunto con claridad y expresen las palabras con mayor elegancia y suenen más amables, y además tengan un sentido estructural y dejen una impresión duradera en las personas. Servirse de este enfoque, de la propia elocuencia, el propio cerebro y conocimiento para ganarse el favor de las personas y dejar una honda impresión en ellas es una especie de interés. ¿Qué otros aspectos están relacionados con los intereses que busca la gente? Cuando se ocupa de sus asuntos, la gente valora las cosas, las calcula y medita sin cesar en su fuero interno, se devana los sesos para sopesar qué acciones le interesan y cuáles no, qué acciones pueden ampliar sus intereses, cuáles al menos no los dañan y qué acciones pueden hacerle obtener mayor gloria y ganancia material, así como convertirlos en los más beneficiados. Estos son los dos intereses por los que lucha la gente cada vez que le ocurre algún problema. Los intereses que buscan se centran en estos dos aspectos y nada más: por un lado, el de obtener beneficios materiales, o al menos no salir perdiendo, y aprovecharse de los demás. Asimismo, a un nivel psicológico, pretenden que la gente los aprecie y admire, ganarse el corazón de las personas. A veces, a fin de obtener poder y estatus, pueden incluso renunciar a intereses materiales, es decir, incurrirán en pequeñas pérdidas para obtener a continuación una mayor ventaja sobre los demás. En resumen, todas estas cosas relacionadas con la reputación, el estatus, la gloria y las cosas materiales de un individuo se encuadran en la categoría de intereses de las personas y todas estas son intereses que la gente busca.

¿Cuál es la naturaleza de la búsqueda de estos intereses por parte de las personas? ¿Por qué buscan estas cosas? ¿Es legítimo hacerlo? ¿Es razonable? ¿Concuerda con los requerimientos de Dios para las personas? ¿Es este el estándar que Dios exige de los seres creados? En palabras de Dios, ¿menciona Él lo siguiente?: “Deberíais buscar vuestros propios intereses y maximizarlos. No sacrifiquéis vuestros propios intereses solo porque creáis en Dios y llevéis a cabo un deber. Deberíais apreciar vuestro estatus, reputación y poder, así como proteger estas cosas a toda costa. Si Dios te concede estatus, deberías apreciarlo y convertirlo en tu gloria en lugar de en tu vergüenza. Esta es la comisión que te hace Dios”. ¿Ha dicho Dios alguna vez tal cosa? (No). Ya que no hay nada semejante en las palabras de Dios, ¿qué es entonces lo que Dios requiere de los seres creados en Su corazón? ¿Cómo requiere Dios que las personas consideren los intereses? Por una parte, Dios quiere que renuncien a sus intereses; este es un planteamiento general. Asimismo, Dios les proporciona sendas de práctica apropiadas en incluso más aspectos, les dice cómo comportarse para que sigan la senda que les corresponde, cómo practicar del modo que debería hacerlo un ser creado, qué puntos de vista y actitudes deberían adoptar hacia las cosas materiales, la fama y la ganancia, y cómo deberían elegir. No hace falta decir que, aunque las palabras de Dios no les dicen directamente a las personas cómo considerar los intereses, Sus palabras expresan entrelíneas cuáles son exactamente los puntos de vista de Dios respecto a los intereses de la especie humana corrupta, y dejan muy claro que las personas deberían dejar de lado sus propios puntos de vista, actuar de acuerdo con los principios-verdad, comportarse conforme a su posición como seres creados y atenerse al lugar que les corresponde. Según Su corazón, ¿está Dios privando de manera intencionada a las personas de sus intereses al requerirles que actúen de este modo? En absoluto. Hay quien dice: “En la iglesia, siempre se habla sobre los intereses de la casa de dios y de la iglesia, pero ¿cómo es que nadie habla de nuestros intereses, los de las personas? ¿Quién cuida de ellos? ¿Acaso no deberíamos tener también algunos derechos humanos? Se nos deben conceder también algunas ganancias. ¿Por qué no se nos da siquiera algo pequeño? ¿Cómo es que todos los intereses pertenecen a dios? ¿Es que dios no es también egoísta?”. Decir esto es extremadamente rebelde y traicionero. Resulta evidente que esto no es correcto. Desde luego, una persona con humanidad no puede decir esto, solo los diablos se atreven a decir toda clase de cosas rebeldes. Otros afirman: “Dios siempre les dice a las personas que no consideren sus intereses personales. Él siempre dice que no intriguemos en nuestro propio beneficio. La gente quiere sobresalir haciendo o logrando algo que provoque que todo el mundo la adore. Dios dice que esto es una ambición. Las personas quieren luchar por sus propios intereses, disfrutar de buena comida, de la vida, codiciar las comodidades de la carne y vivir de manera respetable entre la especie humana. Dios dice que de esta manera solo alimentan sus propios intereses y que deben dejar estos a un lado. Si dejamos a un lado todos estos intereses, ¿cómo vamos a vivir mejor?”. Si la gente no entiende las intenciones de Dios, siempre estarán en conflicto con los requerimientos de Dios y siempre mantendrán disputas con Él a causa de estos asuntos. Es como algunos padres que han trabajado con afán durante media vida para criar a sus hijos y están tan cansados que sufren todo tipo de dolencias. Los padres están preocupados de que sus cuerpos les fallen y de que sus hijos no tengan entonces a nadie que los mantenga, así que se compran productos de salud. Los hijos no entienden nada y dicen al ver estos productos: “Ni siquiera he podido comprarme ropa nueva desde hace años, ¿cómo es que tú te puedes comprar productos de salud? Deberías ahorrar ese dinero para mandarme a la universidad”. ¿Este comentario hiere los sentimientos de los padres? Ellos no hacen todo esto por su propio interés ni porque quieran disfrutar de las comodidades de la carne o vivir un poco más y con mayor comodidad, ni para sacar tajada de la buena fortuna de sus hijos en el futuro. No es por estas razones. ¿Por qué lo hacen? Lo hacen por sus hijos. Los hijos no lo entienden e incluso culpan a sus padres, ¿acaso no es eso traicionero? (Sí). Si los hijos no entienden las intenciones de sus padres, puede que entren en conflicto con ellos, hasta el punto de causar disputas y herir sus sentimientos. Por tanto, ¿entendéis el corazón de Dios? Es una cuestión de entender la verdad. ¿Por qué condena Dios las prácticas de las personas de alimentar sus propios intereses y ambiciones? ¿Es que Dios es egoísta? ¿Es que Dios le dice a la gente que no busque intereses personales para que sean pobres y miserables? (No). Desde luego que no es eso. Dios quiere que la gente sea buena y Él viene a hacer Su obra de salvar a las personas a fin de conceder bendiciones a la especie humana y llevarla a un hermoso destino. Todo lo que hace Dios es para que la gente obtenga la verdad y la vida, para que sea apta para recibir la promesa y las bendiciones de Dios. Sin embargo, la gente ha sido hondamente corrompida por Satanás y manifiesta actitudes corruptas y ha de sufrir mucho para obtener la verdad y la vida. Si todo el mundo persigue sus intereses personales y quiere vivir una buena vida para satisfacer los deseos extravagantes de la carne, pero no dedica esfuerzo a perseguir la verdad, ¿cuáles serán las consecuencias? Serán incapaces de obtener la verdad y de que se les purifique y se les salve. ¿Cuáles son las consecuencias de que no se salven? Todos deben morir en los desastres. ¿Es este el momento de entregarse a los placeres de la carne? No. Quien no obtenga la verdad, debe morir. Por tanto, Dios requiere que las personas renuncien a sus intereses carnales y persigan la verdad. Esto es por el bien de las personas, de sus vidas y de su salvación. Una vez que obtengan la verdad y se salven, la promesa y las bendiciones de Dios vendrán en cualquier momento. Las bendiciones que Dios le concede al ser humano son cientos o, quién sabe, miles de veces más grandes que los placeres de la carne, más de lo que la gente podría llegar a imaginar. ¿Cómo es que nadie puede verlas? ¿Está la gente ciega ante ellas? ¿Por qué entonces Dios siempre requiere que las personas dejen de lado sus propios intereses y defiendan los de Dios y los de Su casa? ¿Quién puede explicar este asunto? (Dios requiere que las personas renuncien a los intereses personales porque Satanás las ha corrompido y estos no concuerdan con la verdad. Al requerir a las personas que defiendan los intereses de la casa de Dios, Él les enseña cómo comportarse. También se debe a que toda la obra que hace Dios tiene como objetivo salvar a las personas, y si alguien no sabe defender los intereses de la casa de Dios, no es digno de considerarse humano). Hay algunos elementos prácticos en lo que dices. (Me gustaría añadir algo. Estaba obsesionado con la fama, la ganancia y el estatus. Me parecía que tenía algunos dones y que se me debería ascender a supervisor. Sin embargo, cada vez que había una elección, la perdía y culpaba a Dios en mi corazón; ¿por qué Dios no me concedía este pequeño deseo? Luego, tras haber experimentado algunos fracasos, leí las palabras de Dios y reflexioné sobre mí mismo y reconocí que a menudo caía en la envidia y la disputa por la búsqueda de la fama, la ganancia y el estatus, y no cooperaba en armonía con mis hermanos y hermanas. No solo no había realizado ningún progreso en mi vida, sino que también había causado algunas pérdidas a la obra de la casa de Dios. Me acabé dando cuenta de que buscar la fama, la ganancia y los intereses personales no es la perspectiva correcta en la vida ni un objetivo correcto en el que afanarse, sino un punto de vista erróneo que Satanás inculca en las personas para desorientarlas, y de que esa búsqueda es muy peligrosa. Dios le dice a la gente que no busque la fama, la ganancia y el estatus, no porque quiera que tengan problemas ni para ser duro con ellos, sino porque es una senda muy peligrosa y esos afanes solo pueden llevar a uno a que al final termine con las manos vacías). “Con las manos vacías” y “muy peligrosa”; ¿de qué peligro creéis que habla? ¿En serio es solo cuestión de acabar con las manos vacías y nada más? ¿Qué clase de senda es esta? (La senda de la destrucción). Está búsqueda es una senda de resistirse a Dios. No es perseguir la verdad, sino más bien estatus y prestigio. Es caminar por la senda de los anticristos. No importa lo legítimos que pienses que son tus deseos y aspiraciones, Dios no quiere esto, no es esta clase de búsqueda. Dios no quiere que busques este camino. Si insistes en atenerte a tu propio trayecto, al final tu desenlace no solo será acabar con las manos vacías, sino que te embarcarás en una senda de resistirte a Dios. ¿Qué peligro entraña esto? Te resistirás a Dios, lo atacarás y te opondrás a Él y lo contradecirás, y el desenlace será la destrucción. ¿Hay algo que añadir? (Dios, me gustaría añadir algo. Dios acaba de preguntar por qué Él no quiere que la gente defienda sus propios intereses, sino que mejor defienda los de la casa de Dios. Tal como yo lo entiendo, Dios lo creó todo y todo proviene de Dios. Todas y cada una de las cosas que Dios creó son para las personas. Cada cosa que hace Dios —incluido encarnarse dos veces para llevar a cabo toda su obra además de toda su obra actual de fundar la iglesia— es en realidad para salvar a las personas. Una vez que la gente cree en Dios, empieza a vivir la vida de iglesia y puede ejecutar sus deberes, cuenta con una senda de salvación. Por tanto, que Dios nos pida que dejemos de lado nuestros intereses personales no es privarnos de nada, porque somos nosotros mismos los que al final nos beneficiamos de defender los intereses de Dios y los de Su casa). Muy bien. El significado general de lo que habéis compartido es básicamente correcto. Algunos hablan sobre sus propias experiencias personales y otros se refieren a ello desde una perspectiva teórica. En esencia, lo que entendéis coincide con que los intereses de Dios son legítimos y los intereses de las personas no lo son. Solo se les puede llamar intereses a los intereses de Dios, mientras que los de las personas no deberían existir. En particular, los “intereses de las personas” —esta frase, esta expresión, este hecho— no son algo que la gente debería disfrutar. Los intereses de Dios se anteponen a cualquier otra cosa y se deberían defender. Básicamente, esto es lo que entendéis. Es decir, la gente debería tener la responsabilidad de defender los intereses de Dios y considerarlos correctamente, mientras que los de las personas los habría que considerar con desprecio y despojarse de ellos, puesto que no son tan gloriosos. Desde un punto de vista humano —dado que en su raíz la gente tiene actitudes corruptas y en su fuero interno están adulterados por ellas— todos los intereses de las personas, los mires como los mires, ya sean perceptibles o imperceptibles, se encuadran en la categoría de ilegítimos. Por tanto, ya pueda la gente dejarlos de lado o no, de manera subjetiva ya se han dado cuenta de que los intereses de las personas se deben dejar de lado y por los que hay que luchar y los que se han de defender son los intereses de Dios. Hay consenso respecto a este punto; ahora que hemos alcanzado este consenso, vamos a hablar de cuáles son exactamente los intereses de Dios.

¿Cuáles son exactamente los intereses de Dios? ¿Pueden equipararse los intereses de Dios, los intereses de la casa de Dios y los de la iglesia? Se puede decir que “Dios” es un título y también un sinónimo de la esencia de Dios. ¿Qué hay de “la casa de Dios” y “la iglesia”? La casa de Dios tiene un alcance bastante amplio, mientras que la iglesia es más específica. ¿Pueden equipararse los intereses de Dios, los intereses de la casa de Dios y los de la iglesia? (No). Hay quienes dicen que no se puede, ¿pero es así en realidad? ¿Son la misma cosa los decretos administrativos de la casa de Dios, los de la iglesia y los que promulga Dios? (Sí). Son lo mismo. Si hablamos desde esa perspectiva, los intereses de los tres se pueden equiparar. La casa de Dios solo nace con Dios y Su pueblo escogido, mientras que la iglesia solo nace con ese pueblo escogido de la casa de Dios. La iglesia es una “unidad subordinada” más específica de la casa de Dios. La casa de Dios es un término más amplio, mientras que la iglesia es uno más específico. ¿Pueden equipararse los intereses de Dios, los intereses de la casa de Dios y los de la iglesia? ¿Creéis que deberían equipararse? ¿No lo sabéis? Entonces primero vamos a intentar equipararlos a fin de analizarlos. Por ejemplo, la gloria de Dios es el interés de Dios. ¿Sería adecuado decir que es la gloria de la casa de Dios? (No). Eso no estaría bien. La casa de Dios es un nombre, no representa a la esencia de Dios. ¿Estaría bien decir que la gloria de Dios es la gloria de la iglesia? (No). Es obvio que eso tampoco estaría bien. La gloria de la iglesia es la de todos los hermanos y hermanas. Equipararla con la gloria de Dios sería aberrante. La gente no puede asumir esta gloria ni tampoco puede hacerlo la casa de Dios ni la iglesia. Si hablamos desde esta perspectiva, ¿pueden equipararse los intereses de Dios, los intereses de la casa de Dios y los de la iglesia? (No). No pueden equipararse. Desde otra perspectiva, ¿puede equipararse parte de la obra de Dios, parte de la obra de la casa de Dios y parte de la obra de la iglesia? Por ejemplo, Dios les dice a las personas que prediquen el evangelio y difundan Sus palabras. Esta es la intención de Dios y es también la comisión de Dios para las personas. Cuando se le hace esta comisión a la casa de Dios, ¿puede equipararse con la obra que planea hacer Dios? La comisión de Dios es también una parte de Su obra y esta parte específica se puede equiparar con la obra que Dios planea hacer. Cuando luego se le dicta esta comisión a la iglesia, ¿se puede equiparar con la obra de Dios? (Sí). Sí. Uno de estos dos ejemplos involucra algo de la esencia de Dios, en cuyo caso Dios, Su casa y la iglesia no se pueden equiparar. El otro ejemplo involucra a la obra que hace Dios, Su comisión y, más en concreto, los requerimientos de Dios hacia todo el mundo; estas son cosas que sí se pueden equiparar. En lo que respecta a elementos que involucran a la gloria de Dios, a Su identidad, Su esencia y Su testimonio, ¿pueden equipararse a Dios, a la casa de Dios y a la iglesia? (No). La casa de Dios y la iglesia no pueden poseer este testimonio ni esta gloria ni pueden equipararse a Dios, pero cuando se trata de un trabajo específico o de cierta comisión, sí se pueden equiparar. Hemos compartido con anterioridad los intereses de la casa de Dios y de la iglesia, de los que hemos hablado mucho. Hoy vamos a centrarnos en hablar sobre cuáles son exactamente los intereses de Dios y cuáles son exactamente las cosas desconocidas para las personas, en las que la gente nunca ha pensado y que están relacionadas de manera estrecha con Dios y se consideran Sus intereses. Ya se trate de un nombre, de un dicho o de algo asociado con la esencia e identidad de Dios, ¿qué cosas son los intereses de Dios? (La gloria de Dios). La gloria de Dios es, sin duda, el testimonio que Dios obtiene de las personas. ¿Qué más hay? La obra de Dios, el plan de gestión de Dios, el nombre de Dios, el testimonio de Dios, Su identidad y Su estatus; estos son Sus intereses. Para Dios, ¿qué es lo más preciado que Él quiere proteger? ¿El nombre de Dios, la gloria de Dios, Su testimonio o la identidad y estatus de Dios? ¿Qué exactamente? Lo más preciado que quiere proteger es el plan de gestión de Dios para salvar a la humanidad. Su plan de gestión de 6000 años es toda la obra que Dios planea hacer en este periodo de 6000 años. Para Él, esto es lo más importante. Se puede decir que este debería ser el interés de Dios que se puede ver en los ojos de los seres humanos creados. Lo que más o menos pueden entender las personas sobre los intereses de Dios y lo que la gente debería entender puede detenerse esencialmente ahí. A continuación, hablemos sobre los intereses de la casa de Dios. En lo que respecta a los intereses de la casa de Dios, además de defender Su nombre, Su gloria y Su testimonio, ¿qué más es una comisión de Dios a la especie humana que la gente debería defender? (El plan de gestión de Dios). Eso es. La mayor comisión de Dios a la especie humana es el mayor interés de la casa de Dios. Por tanto, ¿cuál es este interés? Es llevar a cabo Su plan de gestión de 6000 años entre la especie humana, y esto por supuesto incluye toda clase de aspectos. ¿Qué es lo que incluye? Incluye que la iglesia se funde y se forme, y que surjan los líderes y obreros de todos los niveles de la iglesia, de modo que las diversas tareas de la iglesia y la obra de difundir el evangelio puedan proceder sin obstáculos; todo esto involucra a los intereses de la casa de Dios. Estas son las cosas más importantes de las que solemos hablar respecto a los intereses de Dios, de la casa de Dios y de la iglesia. Los objetivos y el núcleo de toda la obra de Dios son los siguientes: que se difunda la obra de Dios, que Su plan de gestión proceda sin impedimentos, que Su intención y Su voluntad se desarrollen sin trabas entre la especie humana y que las palabras de Dios se difundan, se esparzan y se proclamen entre las personas a mayor escala, de modo que acudan más de ellas ante Dios. Como tal, aquello que impliquen los intereses de la casa de Dios y los de la iglesia debe sin duda involucrar a la voluntad de Dios y al plan de gestión de Dios. En concreto, es una cuestión de si, en todas las eras y todas las etapas, la obra de Dios es capaz de proceder sin impedimentos y de difundirse, y de si se lleva a cabo y progresa sin trabas entre la especie humana. Si todo esto es proceder con normalidad, entonces los intereses de la casa de Dios y de la iglesia se verán protegidos, al igual que la gloria de Dios y Su testimonio. Si la obra de Dios en Su casa y en la iglesia está obstruida y no puede proceder sin obstáculos, y la intención de Dios y la obra que Él planea hacer cuentan con impedimentos, entonces los intereses de la casa de Dios y de la iglesia seguro que se ven dañados en gran medida; son cosas conectadas. Es decir, cuando los intereses de la casa de Dios y de la iglesia se dañen en gran medida o sufran grandes impedimentos, no cabe duda de que el plan de gestión de Dios se verá seriamente frustrado y los intereses de Dios también sufrirán un daño grave.

Ya que hemos terminado de hablar sobre cuáles son los intereses de Dios, a continuación, vamos a compartir cuáles son los intereses de las personas. Acabamos de hablar un poco sobre ellos, ahora vamos a referirnos a la naturaleza de los intereses de las personas en cuanto a su definición y a determinar su naturaleza. ¿Por qué requiere Dios de las personas que dejen de lado sus intereses? ¿Acaso no cuentan con este derecho? ¿No se lo concede Dios? ¿No merecen tales derechos? ¿No es así? Desde la perspectiva de estos graves aspectos de los intereses de las personas de los que acabamos de hablar, ¿para quién buscan intereses las personas? (Para sí mismas). “Para sí mismas” es una generalización. ¿A quién nos referimos con “sí mismas”? (A Satanases). Si las personas entienden la verdad y son capaces de vivir según ella y logran un cambio de carácter y se salvan, además de perseguir lo que quieren, ¿acaso esta búsqueda no será compatible con Dios? Pero antes de cambiar y salvarse, las únicas cosas que la gente busca son la fama y la ganancia, los múltiples aspectos relacionados con la carne. Estas son totalmente hostiles a la verdad y la contradicen, son una auténtica vulneración de la verdad, son todo lo contrario a ella. Si alguien dice que ama y persigue la verdad, pero, en esencia, el objetivo que persigue es distinguirse, alardear, hacer que la gente piense bien de él y lograr sus propios intereses; y el cumplimiento de su deber no consiste en someterse ni en satisfacer a Dios, sino que en cambio tiene como fin lograr fama, ganancia y estatus, entonces su búsqueda no es legítima. En ese caso, cuando se trata del trabajo de la iglesia, ¿son sus acciones un obstáculo o ayudan a que avance? Claramente son un obstáculo, no hacen que avance. Algunas personas enarbolan la bandera de realizar el trabajo de la iglesia mientras buscan su propia fama, ganancia y estatus, se ocupan de sus propios asuntos, crean su propio grupito y su propio pequeño reino: ¿acaso esta clase de persona lleva a cabo su deber? En esencia, todo el trabajo que hacen interrumpe, perturba y perjudica el trabajo de la iglesia. ¿Cuál es la consecuencia de su búsqueda de fama, ganancia y estatus? En primer lugar, esto afecta la manera en la cual el pueblo escogido de Dios come y bebe Su palabra con normalidad y entiende la verdad; obstaculiza su entrada en la vida, les impide ingresar en la vía correcta de la fe en Dios, y los conduce hacia la senda equivocada, lo que perjudica a los escogidos y los lleva a la ruina. Y, en definitiva, ¿qué ocasiona eso al trabajo de la iglesia? Lo perturba, lo perjudica y lo desorganiza. Esta es la consecuencia derivada de que la gente busque la fama, la ganancia y el estatus. Cuando llevan a cabo su deber de esta manera, ¿acaso no puede definirse esto como caminar por la senda de un anticristo? Cuando Dios pide que las personas dejen de lado la fama, la ganancia y el estatus, no es que les esté privando del derecho de elegir; más bien es porque, durante la búsqueda de fama, ganancia y estatus, las personas interrumpen y perturban el trabajo de la iglesia y la entrada en la vida del pueblo escogido de Dios, e incluso puede que afecten al hecho de que más personas coman y beban las palabras de Dios, comprendan la verdad y, así, logren la salvación de Dios. Es un hecho indiscutible. Cuando la gente se afana por la fama, la ganancia y el estatus, es indudable que no busca la verdad y no cumple fielmente y bien con el deber. Solo habla y actúa en aras de la fama, la ganancia y el estatus, y todo trabajo que hace, sin la más mínima excepción, es en beneficio de esas cosas. Esa forma de comportarse y actuar implica, sin duda, ir por la senda de los anticristos; es una interrupción y perturbación de la obra de Dios, y sus diversas consecuencias obstaculizan la difusión del evangelio del reino y el desempeño de la voluntad de Dios en la iglesia. Así pues, se puede afirmar con certeza que la senda que recorren los que van en pos de la fama, la ganancia y el estatus es la senda de resistencia a Dios. Es una resistencia intencionada a Él contrariándolo; es decir, cooperar con Satanás para resistirse a Dios y oponerse a Él. Esta es la naturaleza de la búsqueda de fama, ganancia y estatus por parte de la gente. El problema de las personas que buscan sus propios intereses es que los objetivos que persiguen son los mismos que los de Satanás, unos objetivos malvados e injustos. Cuando las personas buscan sus intereses personales, como la fama, la ganancia y el estatus, se convierten involuntariamente en una herramienta de Satanás, en un altavoz de este y, además, se convierten en una personificación de Satanás. Desempeñan un papel negativo en la iglesia; el efecto que causan en el trabajo de la iglesia y en la vida normal de la iglesia y la búsqueda normal del pueblo escogido de Dios es el de perturbar y perjudicar. Causan un efecto negativo y adverso. Cuando alguien busca la verdad, es capaz de ser considerado con las intenciones de Dios y con Su carga. Cuando hace su deber, defiende el trabajo de la iglesia en todos los aspectos. Es capaz de exaltarlo y de dar testimonio de Él, genera beneficio en los hermanos y hermanas, les brinda apoyo y les provee, y Dios obtiene gloria y testimonio, lo que humilla a Satanás. Como resultado de su búsqueda, Dios gana a un ser creado que es realmente capaz de temer a Dios y de apartarse del mal, que es capaz de adorarlo. A consecuencia de su búsqueda, además, se concreta la voluntad de Dios, y Su obra logra progresar. A ojos de Dios, tal búsqueda es positiva, es impecable. Dicha búsqueda es de enorme beneficio para los escogidos de Dios y absolutamente beneficiosa para el trabajo de la iglesia, ayuda a mover las cosas hacia adelante y Dios lo aprueba.

A continuación, vamos a hablar sobre los intereses de Dios, los intereses de la casa de Dios y los intereses de la iglesia. No nos refiramos ahora a si puede haber algo en común entre estos tres intereses, es decir, si al hablar de un interés se puede equiparar a los otros. Hablemos primero sobre los intereses de Dios. Acabo de mencionar que en los intereses de Dios se incluyen la gloria de Dios, Su testimonio, Su nombre y, lo que es más importante, el plan de gestión de Dios y la difusión de Su obra, que son las cosas más grandes e importantes en lo que respecta a Dios. Por ahora, no mencionemos la gloria de Dios, Su nombre ni Su testimonio, pues les resultan bastante ajenos a las personas. Hablemos primero sobre la obra de Dios. ¿Qué obra está haciendo Él en realidad? ¿Cuál es el contenido de la obra de Dios? ¿Cuál es la naturaleza de Su obra? ¿Qué le aporta esta a la especie humana? ¿Cuál es exactamente su impacto en ella? Hablemos primero sobre estas cosas. Así pues, ¿cuál es exactamente la obra de Dios? (Salvar a la especie humana). Este asunto no puede cambiar, el propósito de la obra es inmutable, es decir, salvar a la especie humana, que está bajo el poder de Satanás y ha sido corrompida hondamente por él. Esta obra es para salvar a un grupo de personas que han sido corrompidas por Satanás hasta tal punto que carecen de toda apariencia humana, a un grupo de personas llenas de las actitudes corruptas de Satanás y de actitudes que se oponen a Dios, con el objetivo de hacerlas cambiar para que tengan semejanza humana y entiendan la verdad, de que entiendan y comprendan lo que es recto y lo que no, y cuáles son las cosas positivas y cuáles no lo son. Asimismo, tiene como fin decirles cómo vivir para que lo hagan a semejanza de las personas auténticas, así como qué posición deberían ocupar para colocarse en la que Dios ha predestinado que les corresponde. Este es el contenido básico de la obra de Dios, que todos conocéis a nivel teórico. Si de veras entendéis la intención de Dios, deberíais saber si Dios juzga a las personas a fin de condenarlas y destruirlas, o con la intención de purificarlas y perfeccionarlas, y si las juzga y castiga para empujarlas a un pozo de fuego o para salvarlas y llevarlas a la luz. Todos podemos ver que Dios expresa muchas verdades, deja en evidencia los diversos estados corruptos de la gente, corrige sus desviaciones en la fe y sus nociones sobre esta, y la lleva a entender la verdad y vivir las palabras de Dios, así como a vivir la semejanza de los seres humanos auténticos, y que además se han logrado algunos resultados entre el pueblo escogido de Dios. Él deja en evidencia las actitudes arrogantes de las personas e impide que se conviertan en superhumanos o grandes personas, les permite convertirse en auténticos seres creados y en personas con conciencia y razón; Dios pone al descubierto la esencia hipócrita de los fariseos, y de este modo permite que la gente vea los rostros hipócritas de los fariseos y la conduce a la realidad-verdad de las palabras de Dios. Él desenmascara la absurdez de la cultura tradicional y los grilletes que esta les pone a las personas y el daño que les hace, de tal modo que puedan liberarse de esos grilletes de la cultura tradicional y sean capaces de aceptar la verdad y vivir según las palabras de Dios… Todo esto se puede resumir como sigue: la obra de Dios de salvar a las personas es la de sacar a la gente de las tendencias del mundo perverso y llevarla de regreso a la casa de Dios, para luego enseñarles infatigablemente y proveerlas de verdad y de vida, de modo que puedan entender y saber cuáles son los auténticos principios de conducta y cómo deberían comportarse, para que así escapen del daño que les hacen a las personas las tendencias perversas de Satanás y las diversas filosofías y venenos satánicos. Desde el principio hasta el presente, Dios ha hecho todo tipo de obra, desde la que llevó a cabo en la Era de la Ley y la Era de la Gracia hasta la obra de juicio que hace en la actualidad en los últimos días. Ahora que tenéis claras estas tres etapas de la obra de Dios, ¿cuál es exactamente la naturaleza de la obra de Dios en Su plan de gestión de 6000 años? ¿Cómo se debe definir? (Esta es la causa más recta entre la especie humana). Eso es. La obra de Dios de gestionar y salvar a la especie humana lleva 6000 años en curso y durante este tiempo, Dios ha aguantado, esperado y hablado sin descanso, ha liderado a la humanidad hasta ahora. Dios no se ha rendido y esta obra que lleva a cabo es la causa más recta entre la especie humana. Visto desde la naturaleza de la obra de Dios, ¿son Sus intereses los más rectos y legítimos? (Sí). Si los intereses de Dios están a salvo, ¿qué le pasará a la especie humana? Esta puede seguir sobreviviendo sin problemas, vivir con semejanza humana, vivir según las leyes de todas las cosas que Dios ha formulado y disfrutar de todo lo que Dios ha concedido a la especie humana, y los seres humanos se convertirán así en los auténticos amos de todas las cosas. Deberíais daros cuenta de que la obra de gestión de Dios es, en última instancia, de gran interés para las personas. Así pues, ¿no es la obra de Dios de salvar a la humanidad la causa más recta entre la especie humana? Esto es innegable y queda más allá de toda duda, es la causa más recta. Por tanto, si alguien, por sus propios intereses, llegara tan lejos como para dañar los intereses de la casa de Dios e impedir la difusión de Su obra, ¿de quién se trata? Resulta obvio que es un canalla perverso y un diablo. Dios solo provee a la especie humana, sin exigir nada a cambio. Mientras Dios está haciendo la obra que es de mayor beneficio para la especie humana y llevando a cabo la causa más recta, la gente no solo no aprecia ni se lo agradece a Dios ni piensa en retribuirle, sino que, al contrario, trastorna, perturba y perjudica la obra de Dios y busca sus propios intereses personales. Tales personas no tienen conciencia ni razón en absoluto. ¿Merecen todavía que se las llame personas? ¡Son verdaderos diablos y satanases! Si después de hacer todo esto, Dios no puede conmoverlas, ¿acaso tienen todavía corazón? No. No tener corazón significa no tener conciencia. Tales personas no tienen sentido de la conciencia. Cuando a la humanidad de alguien le falta conciencia, uno ya no es humano, sino que es un animal, un diablo, y es Satanás. Esto resulta muy obvio. Dios está decidido a pagar cualquier precio y a trabajar sin descanso para que la gente se salve. Por mucho que esta lo malinterprete o dude, Dios siempre ha sido paciente y le sigue proveyendo, le cuenta una y otra vez varios aspectos de la verdad, le hace entender poco a poco, la lleva a reflexionar y examinar, y le permite entender y comprender el corazón de Dios. Y cuando la gente oye estas palabras de Dios, se conmueve y derrama unas cuantas lágrimas. Sin embargo, cuando se da la vuelta, no solo es que no sea considerada con las intenciones de Dios, sino que todavía busca sus propios intereses, además de bendiciones. Decidme, ¿acaso estas personas no tienen conciencia y razón? ¿Qué es lo que más les falta? Lo que más les falta es conciencia y razón, humanidad. Dios padece todo tipo de sufrimientos con la mayor paciencia, a fin de obrar y salvar a las personas, pero lo siguen malinterpretando, se enfrentan constantemente a Él, protegen todo el tiempo sus propios intereses sin preocuparse por los de la casa de Dios y siempre desean vivir una vida espléndida, pero no quieren contribuir a la gloria de Dios. ¿Existe humanidad alguna en todo esto? Aunque la gente proclame en voz alta el testimonio de Dios, en su corazón asegura: “Esta es la obra que he hecho, en la que ha logrado resultados. Yo también me he esforzado, he pagado un precio. ¿Por qué no se da testimonio de mí?”. Siempre quieren una parte de la gloria y el testimonio de Dios. ¿Son las personas dignas de estas cosas? La palabra “gloria” no pertenece a los humanos. Solo puede pertenecer a Dios, al Creador, y no tiene nada que ver con los seres humanos creados. Aunque se esfuercen y cooperen, siguen bajo el liderazgo de la obra del Espíritu Santo. Si no hay obra del Espíritu Santo, ¿qué puede hacer la gente? La palabra “testimonio” tampoco pertenece a los humanos. Ya sea el sustantivo “testimonio” o la forma verbal “dar testimonio”, ninguno de los dos tiene nada que ver con los seres humanos creados. Solo el Creador es digno de que se dé testimonio de Él y merecedor del testimonio de la gente. Esto lo determina la identidad, el estatus y la esencia de Dios, y también se debe a que todo lo que hace Dios proviene de Sus esfuerzos y Él merece tenerlo. Lo que pueden hacer las personas es sin duda limitado y todo es resultado del esclarecimiento, el liderazgo y la guía del Espíritu Santo. Respecto a la naturaleza humana, la gente se vuelve arrogante en cuanto entiende algunas verdades y es capaz de trabajar un poco. Si eso no va acompañado del juicio y castigo de Dios, nadie puede lograr someterse a Él ni dar testimonio de Dios. Como consecuencia de Su predestinación, puede que alguien cuente con algunos dones o talentos especiales, haya aprendido cierta profesión o habilidad o bien tenga un poco de inteligencia, así que esta persona se vuelve arrogante hasta lo insufrible y quiere que Dios comparta Su gloria y Su testimonio constantemente con ella. ¿Acaso no es esto irracional? Es irracional hasta el extremo. Esto demuestra que las personas así se hallan en una posición equivocada. No se consideran a sí mismas seres humanos, sino una raza aparte, superhumanos. La gente que no conoce su propia identidad, esencia y qué posición debe ocupar no tiene autoconciencia. La humildad de las personas no es algo que venga de la humillación, para empezar la gente es humilde e inferior. La humildad de Dios es algo que viene de la humillación. Decir que la gente es humilde es exaltarla; de hecho, son inferiores. La gente siempre quiere competir por fama, ganancia y estatus, competir con Dios por Su pueblo escogido. De esta manera, desempeña el papel de Satanás y esta es la naturaleza de Satanás. Son su verdadera descendencia, no existe la menor diferencia entre esta gente y Satanás. Suponiendo que Dios les otorgue un poco de autoridad y poder, y suponiendo que puedan mostrar señales y prodigios, y hacer algunas cosas extraordinarias, y vamos a suponer que lo hacen todo de acuerdo con los requerimientos de Dios y al pie de la letra, ¿pueden sin embargo superar a Dios? No, nunca. ¿Acaso no son las capacidades de Satanás, el arcángel, mayores que las de los humanos? Satanás siempre quiere sobrepasar a Dios, pero al final, ¿qué resultado se da? Acaba por descender a un pozo sin fondo. Dios será siempre la personificación de la rectitud, mientras que Satanás, el diablo y el arcángel siempre serán la personificación de la perversidad y los representantes de las fuerzas de la perversidad. Dios será siempre recto y este hecho no se puede cambiar. Este es el aspecto excepcional y extraordinario de Dios. Aunque los seres humanos obtengan de Él todas Sus verdades, no son más que seres creados diminutos y no pueden sobrepasar a Dios. Esta es la diferencia entre la especie humana y Dios. Las personas solo pueden existir de manera disciplinada, en el marco de todas las reglas y leyes formuladas por Dios, y solo pueden gestionar todo aquello que Él creó dentro de estas reglas y leyes. No son capaces de crear cosas vivas ni de cambiar el destino de la especie humana; esto es un hecho. ¿Qué indica este hecho? Que por mucha autoridad y capacidad que le conceda Dios a la especie humana, al final nadie puede trascender Su autoridad. Aunque pasen muchos años o muchas generaciones, por muchos humanos que haya, estos solo pueden existir bajo la autoridad y la soberanía de Dios. ¡Este es un hecho siempre inmutable, jamás va a cambiar!

¿Qué sentís después de oír estas cosas? Hay quienes dicen: “Solía pensar sobre ellas en mi conciencia, pero sin darme cuenta llegué a percibir que mis capacidades aumentaban. A medida que me hacía mayor, mis pensamientos también maduraban, y era capaz de pensar en muchos asuntos de manera más exhaustiva, y al escuchar más palabras de Dios, fui capaz de entender algunas de Sus intenciones, así que sentía que era fuerte y no me hacía falta que Dios ostentara soberanía sobre mí. De manera inconsciente, me llegó a parecer que yo era competente y que había obtenido a Dios”. ¿Es este un buen sentimiento? (No). ¿Por qué no es bueno? No es una buena señal. ¿Cuál es una buena señal pues? Mientras más vive la gente, más siente que: “Los seres humanos son como el polvo, son inferiores a las hormigas. Da igual lo fuertes o dignas que sean las personas o cuánta doctrina entiendan o lo maduros que sean sus pensamientos, no pueden trascender la soberanía de Dios”. Mientras más vive la gente, más siente la grandeza de la autoridad de Dios y la omnipotencia de esta. Mientras más vive la gente, más siente lo insignificantes que son las personas. Mientras más vive, más siente lo insondable que es Dios. Tal estado mental es normal. ¿Tenéis ahora esta clase de estado? Todavía no, ¿verdad? A menudo permanecéis en mitad de una disputa, tambaleándoos al borde de los intereses, y a veces incluso enviáis algunas pequeñas señales, os preguntáis: “¿Cómo es que Dios no comparte conmigo un poco de Sus intereses? ¿Por qué Dios no me hace ningún cumplido? ¿Por qué Dios no hace que aquellos a mi alrededor me tengan en alta estima? ¿Por qué Dios no les hace dar testimonio de mí? He pagado un precio y he hecho contribuciones. ¿Cómo me va a recompensar Dios?”. Os seguís regodeando a menudo en una mentalidad petulante y autocomplaciente. Es frecuente que no sepáis quiénes sois y que os parezca que sois competentes. Esta situación es anormal. Esto no es progresar en la vida. ¿Cómo se le llama a esto? Actitudes corruptas que vuelven a inflarse. Hay quienes son más modestos y discretos cuando no han hecho ninguna contribución. Una vez que hacen algo importante y realizan algunas contribuciones, y sienten que tienen capital, cuando ven a la gente a su alrededor, se preguntan: “¿Por qué no informáis de mis contribuciones? Todos dais testimonio del nombre de Dios y de Su esencia, así que ¿por qué no hacéis una presentación sobre mí? Podríais hacerla, aunque no dierais testimonio de mí. Yo, la hermana tal o cual llevo 25 años creyendo en Dios. Ahora tengo 45, sigo soltera y sin casarme, y he buscado con devoción y entusiasmo hasta nuestros días. Como soy un pilar de la iglesia, el Gobierno comunista chino me ha incluido muchas veces en su lista de los más buscados, me han perseguido y me he escondido en multitud de lugares, he recorrido más de diez provincias antes de trasladarme al extranjero. Después de todo eso, he continuado sirviendo como la persona a cargo de importante obra de la casa de Dios, tiempo durante el cual he propuesto muchas sugerencias, ideas y conceptos constructivos para ciertos trabajos de la casa de Dios, por lo que he contribuido de manera indeleble al avance de la obra de la iglesia y a la difusión del evangelio del reino de Dios. ¿Por qué no me presentáis así? ¿Por qué Dios no me da algunos entornos y ocasiones para mostrar mis talentos de modo que todo el mundo pueda conocerme y saber sobre mí? ¿Por qué Dios siempre nos sofoca? ¡En la casa de Dios no somos tan libres ni tampoco estamos tan relajados, liberados ni felices!”. Quiere incluso estar relajada, liberada y feliz. ¿Qué podemos hacer para que estés relajada, liberada y feliz? ¿Ponerte en lo alto del ranking? Luego, después de colocarte en lo más alto, haremos una presentación sobre ti. Esta persona era en el mundo exterior una médica famosa que ganó el primer premio entre los médicos famosos del país, y su nombre se incluyó a continuación en la “Enciclopedia de los médicos famosos de todo el mundo”. Ha escrito muchos artículos y, tras llegar a la casa de Dios, ha continuado siendo un pilar y una persona de talento y ahora se ha convertido en una líder sénior. ¿No será feliz entonces? Pensará: “Soy una persona con talento. Antes era famosa y lo sigo siendo tras llegar a la casa de Dios. Soy como el oro que reluce dondequiera que lo pongas y nadie puede contener ese brillo. ¡Mis capacidades están a la vista de todos! Aunque Dios no dé testimonio, estos hechos dan un rotundo testimonio de mí”. ¿Qué piensas sobre esta opinión? Si no puedes desprenderte de tu búsqueda de fama y ganancia ni un solo día, entonces sigues ligado a la fama, la ganancia y el estatus y no puedes estar realmente relajado y feliz. Mientras estés amarrado, restringido y acoyuntado por los grilletes de la fama y la ganancia, no vas a avanzar en tu búsqueda de la verdad, sino que solo permanecerás anclado donde estás. Puede que haya quien pregunte: “¿Voy a recaer?”. El hecho es que, mientras no avances, estarás estancado en el mismo lugar o recayendo. Esto muestra que tu esencia-naturaleza es esta y que, por muchos años que creas en Dios, nunca lograrás progresar e incluso puede que al final sigas cometiendo mucha maldad. Se puede decir con total certeza que vas a quedar en evidencia. Una vez que tal persona tenga el entorno correcto, una vez que haya obtenido estatus, su ambición quedará al descubierto. De hecho, sin este entorno y estatus, ¿acaso no tendría ambición? La seguiría teniendo. Esa persona consiste en esto y en esta esencia, su ambición es incontenible. Una vez que disponga del entorno correcto, “explotará” de repente y ninguna limitación será capaz de contenerla, empezará a hacer el mal y se pondrá por completo al descubierto su feo rostro de diablo. Este es un ejemplo de quedar en evidencia. Deberías entender de ese modo la expresión “quedar en evidencia”: Dios no pretendía que fuera así, sino darte una oportunidad de practicar. Sin embargo, no reconociste lo bueno cuando lo tuviste delante e incluso llegaste a montar un auténtico espectáculo. ¿Acaso no mereces quedar en evidencia? Es elección tuya. No es que Dios pretenda de manera intencionada ponerte en evidencia ni descartarte. Lo que te hizo quedar en evidencia fueron tus motivos y ambiciones. ¿A quién puedes culpar sino a ti mismo?

En cuanto a los intereses de las personas y de Dios, ¿hemos compartido más o menos lo suficiente la verdad a este respecto? ¿Cuáles son los intereses personales de la gente? Las cosas a las que aspiran, como la fama, la ganancia y el estatus, la ambición y el deseo de recibir bendiciones, así como la vanidad y el orgullo, la familia, los parientes, los intereses materiales y demás. La esencia de los intereses de las personas es egoísta y despreciable, es perversa y satánica, es contraria a la verdad y trastorna, perturba y destruye la obra de la casa de Dios, mientras que los intereses de Dios son la causa más recta para salvar a la especie humana y representan el amor de Dios, Su obra y Su santidad y justicia. Por tanto, Dios tiene justificado defender Sus intereses. Él defiende una causa recta. Esto no es porque Dios sea egoísta y quiera defender Su propia dignidad. Se trata de algo recto y legítimo, y de un beneficio inconmensurable para la raza humana a la que salva Dios. Solo cuando Dios defiende Sus intereses puede darse como resultado la salvación de la especie humana y, en consecuencia, que se obtengan mayores beneficios, la verdad, el camino y la vida, y solo entonces puede la gente acabar por convertirse en seres creados auténticos y vivir entre todas las leyes y reglas que Dios ha establecido, así como entre todas las cosas que Dios ha creado para ella; solo entonces puede la especie humana obtener alegría y una vida de veras hermosa. ¿Todo esto que hace Dios es una causa recta? ¡Es extremadamente recta! Esta obra y esta gestión de Dios, así como todos los trabajos en la iglesia que involucran la salvación de la especie humana por parte de Dios —como difundir el evangelio, rodar películas, escribir artículos de testimonio, crear vídeos, traducir las palabras de Dios y mantener el orden normal de la vida de iglesia— son trabajos importantes y se deben garantizar. Además, está el aspecto de garantizar la vida de todo el pueblo escogido de Dios que realiza sus deberes. Aunque este es un trabajo muy básico, similar a los servicios de apoyo y no parece tener mucho que ver con la obra principal de la casa de Dios, es también muy importante y es necesario mencionarlo aquí. Las cosas normales, como la comida, la ropa, el alojamiento y el transporte, son lo que Dios les brinda a las personas y son además las necesidades físicas más legítimas que debería poseer la gente con humanidad normal. Dios no va a privar a la gente de estas necesidades, sino que Él las debe defender. Si siempre perturbas, trastornas y socavas lo que Dios quiere defender, si siempre muestras desprecio hacia tales cosas y siempre tienes nociones y opiniones sobre ellas, estás negando a Dios y poniéndote en Su contra. Si no consideras importantes la obra de la casa de Dios ni los intereses de Su casa y siempre quieres socavarlos y causar destrucción o sacar beneficio de ellos, además de engañar o malversar, ¿se pondrá entonces Dios furioso contigo? (Sí). ¿Cuáles son las consecuencias de la ira de Dios? (Se nos castigará). De eso no cabe duda. ¡Dios no te va a perdonar de ningún modo! Porque lo que estás haciendo es destrozar y destruir la obra de la iglesia, algo que entra en conflicto con la obra e intereses de la casa de Dios. Esta es una gran maldad, es entrar en rivalidad con Dios y es algo que ofende directamente Su carácter. ¿Cómo no va a enfadarse Dios contigo? Si algunos, al ser de calibre escaso, no son competentes en su trabajo y hacen sin querer cosas que causan trastornos y perturbaciones, esto es excusable. Sin embargo, si debido a tus propios intereses personales, caes en los celos y la disputa, y haces cosas de manera intencionada que trastornan, perturban y destruyen la obra de la casa de Dios, esto cuenta como una vulneración deliberada y supone ofender el carácter de Dios. ¿Te perdonará Él? Dios está llevando a cabo la obra de Su plan de gestión de 6000 años, y todo Su meticuloso esfuerzo va dirigido a ello. Si alguien se opone a Dios, daña de manera deliberada los intereses de Su casa y busca a conciencia sus intereses personales, además de su prestigio y estatus personales a expensas de dañar los intereses de la casa de Dios, sin dudar en destrozar la obra de la iglesia, lo cual provoca que la obra de la casa de Dios se vea impedida y destruida, e incluso que se produzca un tremendo daño material y financiero en la casa de Dios, ¿creéis que a esas personas se las debería perdonar? (No). Todos decís que no se las puede perdonar; por tanto, ¿está Dios enfadado con ellas? No cabe duda de que lo está. Dios ha hecho un gran trabajo al expresar la verdad y salvar a las personas, y ha puesto todo Su meticuloso esfuerzo en ello. Dios se toma muy en serio esta causa tan recta; ha dedicado todo su meticuloso esfuerzo por esas personas a las que quiere salvar, todas Sus expectativas también se vuelcan sobre estas y los resultados finales y la gloria que quiere obtener de Su plan de gestión de 6000 años se materializarán en ellas. Si alguien rivaliza con Él, se opone, perturba o destruye el resultado de esta causa, ¿lo perdonará Dios? (No). ¿Ofende esto Su carácter? No paras de asegurar que sigues a Dios, que buscas la salvación, que aceptas el escrutinio y la guía de Dios, y que aceptas y te sometes a Su juicio y castigo; no obstante, al mismo tiempo que dices estas palabras, trastornas, perturbas y destruyes las diversas obras de la iglesia. A causa de tu perturbación, trastorno y destrucción, de tu negligencia o abandono del deber, así como de tus deseos egoístas y de que persigues tus propios intereses, se han visto perjudicados los intereses de la casa de Dios, los de la iglesia y multitud de otros aspectos, hasta tal punto que la obra de la casa de Dios ha acabado perturbada y destruida de manera grave. ¿Cómo debe Dios, entonces, sopesar tu desenlace en tu libro vital? ¿Cómo se te debe catalogar? Para ser justos, se te debe castigar. Quien siembra vientos, recoge tempestades. ¿Qué entendéis ahora? ¿Cuáles son los intereses de las personas? (Son perversos). En realidad, todos son deseos extravagantes. Dicho sin rodeos, son todos tentaciones, falsedades y cebos utilizados por Satanás para tentar a la gente. Buscar la fama, la ganancia y el estatus, así como los propios intereses: esto es cooperar con Satanás para hacer el mal, es oponerse a Dios. Para obstaculizar la obra de Dios, Satanás crea diversos entornos para tentar, perturbar y desorientar a la gente, y para impedir que siga a Dios y pueda someterse a Él. En cambio, tales personas cooperan con Satanás y lo siguen, se alzan deliberadamente para perturbar y destruir la obra de Dios. Por mucho que Él les comparta la verdad, siguen sin entrar en razón. Por mucho que la casa de Dios los pode, siguen sin aceptar la verdad. No se someten a Dios en absoluto, sino que se empeñan en hacer las cosas a su manera y como les viene en gana. En consecuencia, perturban y destruyen la obra de la iglesia, afectan de manera grave al progreso de las diversas obras de la iglesia y causan un daño enorme a la entrada en la vida del pueblo escogido de Dios. Este pecado es demasiado grande y no cabe duda de que Dios castigará a tales personas.

¿Qué trabajos tenéis ahora mismo en mente que consideréis los más importantes en la iglesia e impliquen la expansión del plan de gestión de Dios? (Difundir el evangelio). La obra evangélica es un trabajo importante. Dios ve la obra de Dios como obra, pero para las personas es su deber. Además de la obra evangélica, está también el trabajo de producción de vídeo, el de traducción, los himnos y diversos trabajos textuales. Hoy en día, la mayoría de la gente que hace su deber a tiempo completo se dedica a actividades relacionadas con estos trabajos. Decidme, ¿de cuáles de estos trabajos se puede prescindir? Hay quien dice: “La música es solo una sucesión de notas, no creo que sea importante. Las palabras de Dios se pueden proclamar y difundir igual sin todas esas melodías, pueden llevar a la gente ante Dios del mismo modo”. ¿Es correcto decir eso? (No). ¿Por qué no es correcto? ¿Serían buenas las producciones de vídeo de distinto tipo sin música? (No). Además de hacer falta para cantar himnos en la iglesia, la totalidad de las películas, vídeos musicales, coros y obras de teatro, así como las recitaciones en vídeo de las palabras de Dios y demás también requieren música. Aunque bien es cierto que, a primera vista, la música es, en efecto, una sucesión de notas, una vez que la gente oye esta música, resulta más efectiva la proclamación de las palabras de Dios y puede desempeñar un papel en el avance de la difusión del evangelio, así que es indispensable. Aunque hables aquí de manera distendida, si hay música de fondo, el efecto es diferente, ¿no es cierto? Así que este deber es muy importante. Hay quienes preguntan: “¿Es importante nuestro trabajo de producción de vídeo entonces?”. Decídmelo vosotros, ¿es importante el trabajo de producción de vídeo? (Sí). Por ejemplo, gran parte de las imágenes que se producen usando tecnología de efectos especiales no se podrían suplir con ningún vídeo en bruto ni se podrían grabar; es arte moderno. Los hay que dicen: “La casa de Dios habla incluso de arte moderno. ¿No es eso adaptarse a los tiempos?”. ¿En qué sentido es adaptarse a los tiempos? A esto se le llama aprovecharse de Satanás para rendir servicio. Por supuesto, no es aprovecharse de los hermanos y hermanas para rendir servicio. Con eso quiero decir que, si puedes aprender algunas profesiones técnicas y artísticas, y usar este conocimiento profesional en la obra de difundir el evangelio y proclamar las palabras de Dios, lo que has aprendido es útil. Si lo aprendes, es por la gracia de Dios, y puedes entonces desempeñar el deber asociado a ello y serás bendecido. ¿Acaso no supone esto una bendición para ti? (Sí). Por tanto, lo importante no es lo que aprendas, sino si lo usas para tu deber. Hay otros que dicen: “Hacemos trabajo textual, pero nadie sabe nunca de nosotros, nadie nos menciona y mucha gente ni siquiera nos ve. Nos hemos vuelto prescindibles”. Esto no es vislumbrar el asunto con claridad. La gente no te ve, pero Dios sí. Él te escruta, te guía, te bendice, ¿por qué no eres capaz de sentirlo? ¿Acaso importa que la gente te vea o te mencione? ¿De qué verdad no se os ha provisto? ¿De qué sermones y charlas se os ha dejado fuera? En realidad, el contenido técnico del trabajo textual no es muy elevado y los aspectos profesionales no se tienen que fortalecer tanto. Sin embargo, una cosa es indispensable. Debes entender la verdad. Si no la entiendes, no podrás escribir nada. Tienes conocimiento sobre escritura, puedes estandarizar el lenguaje, organizarlo y disponer una estructura y unas ideas en una composición escrita. Sin embargo, la estructura en sí misma no es el artículo. Se tiene que llenar de contenido. Qué se debería escribir en concreto como contenido y cómo exactamente se debería escribir para lograr el resultado de dar testimonio de Dios; en esto deberíais entrar. Si solo os quedáis con esta base, la de dar testimonio de las palabras de Dios y proclamar esta etapa de Su obra, vuestra estatura nunca crecerá. Si además de dar testimonio de la nueva obra de Dios, rebatir las nociones de la gente y compartir algunas verdades de visiones, podéis también compartir algunas verdades sobre la entrada en la vida y usar algunos hechos, historias y detalles descritos con bastante precisión para expresar todos los diversos estados en lo profundo del corazón de las personas, de modo que reconozcan su corrupción y entiendan cuáles son los requerimientos de Dios para la especie humana y cuáles Sus intenciones, y asimismo identifiquen los problemas más fundamentales —qué es exactamente la verdad, cuál es la senda que la gente debe tomar, dónde radica el error en las sendas incorrectas que toma ahora la gente, qué clase de personas requiere Dios que sean los seres humanos y qué senda es la que Dios requiere que emprendan—, si podéis progresar paso a paso en esta dirección, el deber que llevaréis a cabo será extremadamente valioso. Sin embargo, esta es la parte difícil, es lo más complicado. La entrada en la vida de las personas no ocurre en el trascurso de uno o dos días. Muchas cosas requieren de uno o dos años desde que se empieza a hablar de ellas hasta cuando alguien tiene conciencia. Lleva entre dos y tres años, o incluso entre tres y cinco, pasar de tener una conciencia vaga a contar con una conciencia clara, pasan dos o tres años desde que la conciencia de uno se vuelve clara hasta darse cuenta de la naturaleza de este asunto, y luego pasan otros dos o tres más hasta que se conoce la seriedad del problema. La gente que está adormecida y tiene calibre escaso solo puede alcanzar este punto. La que es de mejor calibre y de espíritu avispado sabe buscar activamente qué es la verdad, lo cual lleva otros dos o tres años… Casi sin darse cuenta, ha transcurrido su vida entera. ¡Así de lenta es la entrada en la vida! El entendimiento y el recuerdo de la verdad de las personas excede por mucho a la velocidad con la que estas experimentan y comprenden la verdad. ¿Qué quiero decir con esto? Quiero decir que experimentar y comprender siempre es lento, porque esto es la vida, mientras que para entender y recordar solo se requiere de la mente. La gente con buena memoria, una fuerte capacidad de comprensión, algo de calibre y cierta base formativa puede lograr estas cosas rápidamente. Sin embargo, una vez que se entiende, ¿se dispone de conocimiento? No. Cuando entiendes, simplemente sabes de qué va este asunto y paras ahí, no hay más, pero a la hora de actuar eso seguirá sin servir de nada. ¿Por qué no servirá? A menudo, la doctrina que entiendes no se puede aplicar ni vincular a las cuestiones que te suceden. En consecuencia, solo entiendes al fin la verdad después de fracasar en múltiples ocasiones, de sufrir unas cuántas pérdidas, dar unos cuantos rodeos y recibir muchos juicios, castigos y podas, y de ese modo eres capaz de practicar y experimentar las palabras de Dios en la totalidad de los diversos sucesos a los que te enfrentes. Para entonces, habrán pasado tantos años que tu rostro puede que esté cubierto de arrugas, ¿acaso no va esto muy lento? Las vidas de las personas progresan muy lentamente porque la verdad que estas entienden tiene que ver con su esencia-naturaleza, con su existencia y con las cosas conforme a las cuales viven, y esto implica transformar el propio carácter, así como realizar cambios en la propia vida. ¿Cómo puede ser tan fácil que tu vida cambie para ser otra distinta? Por una parte, ello requiere de la obra de Dios y, al mismo tiempo, también necesita la cooperación activa de la gente; además de eso están las pruebas del entorno externo, junto a tu búsqueda personal; también debes tener suficiente calibre y perspicacia, y Dios te proporcionará entonces guía y esclarecimiento adicionales; por si esto fuera poco, Dios te infligirá algunos castigos, juicios y podas, tus hermanos y hermanas te criticarán y aun así deberás continuar tu búsqueda para poder eliminar aquello que pertenece a Satanás; solo entonces podrán entrar poco a poco las cosas positivas que pertenecen a la verdad. Alguna gente dice: “Cuando entienden la verdad, la vida de las personas se transforma”. ¿Es correcto o incorrecto decir esto? (Es incorrecto). ¿Por qué? Entender la verdad no equivale a tener la verdad, y una vez que la entiendes tampoco es tu vida. Cuando oyes la verdad, la comprendes y entiendes lo que oyes, ¿durante cuánto tiempo perdura en tu corazón? Puede que un mes después, esas palabras que en su momento pensaste que eran muy importantes hayan desaparecido por completo, y cuando las vuelves a oír, te parece que nunca las has oído antes. Sin embargo, si posees en verdad esa estatura vital, no tienes que escucharlas una y otra vez. Si no la posees, debes seguir escuchando y, si no escuchas, aquello que entiendes disminuirá poco a poco y desaparecerá hasta que te vuelvas igual que los no creyentes. Por tanto, las palabras de Dios y la verdad se han de escuchar y leer de manera constante. Leerlas o escucharlas demasiado poco no va a servir de nada. Sois todos muy conscientes de ello, ¿no? (Sí). A veces, al no cantar himnos ni orarle a Dios durante dos o tres días, sientes un vacío en el corazón y no puedes captar a Dios, así que te preguntas dónde ir a dar un paseo para relajarte. En consecuencia, mientras más te relajas, más indisciplinado te vuelves, y cuando vas a la iglesia a compartir la verdad con tus hermanos y hermanas, te parece que no estás familiarizado con ello, y en cuanto se menciona la obra de la iglesia te sientes un tanto raro. En el espacio de dos o tres días has cambiado y te has convertido en una persona diferente, de modo que te parece que ni siquiera te reconoces a ti mismo. ¿Cómo puede ser esto? No pienses que porque hayas escuchado un montón de sermones la verdad se ha convertido en tu vida y has obtenido la verdad. ¡Todavía estás lejos de eso! No creas que simplemente porque hayas escrito un artículo testimonial o hayas tenido una experiencia de ese tipo ya estás salvado. ¡Te queda mucho camino por delante! Ese es solo un pequeño fragmento de tu larga experiencia vital. Puede tratarse de un estado de ánimo, una sensación, una ambición o un deseo momentáneos, y nada más. Cuando un día te sientas débil, eches la vista atrás y escuches los testimonios que una vez diste, los juramentos que pronunciaste y aquello que llegaste a comprender, todos ellos te parecerán extraños, y dirás: “¿Ese era yo? ¿Tan grande era mi estatura? ¿Cómo es posible que no lo sepa? ¿Seguro que era yo?”. En ese momento te darás cuenta de que tu vida aún no ha cambiado. ¿Qué indica este hecho? Que tu carácter todavía no se ha transformado. ¿Cómo te sentirás cuando descubras que puedes llegar a ser tan negativo como lo eres ahora, a pesar de haber dado testimonio y pensado en aquel tiempo que ya tenías una gran estatura? ¿Acaso no pensarías que transformar el propio carácter es una tarea demasiado ardua? La verdad no es algo que pueda labrarse en las personas de la noche a la mañana. Si las personas obtienen realmente la verdad como su vida, recibirán bendiciones y sus vidas serán distintas. Ya no serán como son ahora, revelando a menudo actitudes corruptas, sino que podrán someterse por completo a Dios y cumplir su deber con lealtad, y se transformarán completamente.

Como la especie humana está tan corrompida, aceptar la verdad no es algo sencillo, y como la verdad es tan preciada, es incluso más difícil para Dios obrar la verdad en las personas. El valor y el significado de la verdad y todos los poliédricos aspectos de esta son muy valiosos y significativos para los humanos. Sin embargo, como los humanos han sido corrompidos muy profundamente por Satanás y tienen en su interior muchas cosas que pertenecen a este, no es tan fácil obrar la verdad en las personas para que se convierta en su vida. Así pues, ¿significa esto que no se puede forjar la verdad en las personas? No. Sí se puede forjar en ellas, pero estas deben tener una actitud y un punto de vista correctos, así como seguir la senda correcta. Que sea difícil de hacer no significa que no se pueda, al igual que las dos primeras etapas de la obra de Dios, cuando Él no hizo obra de perfección ni expresó estas verdades ni dijo estas palabras, pero se perfeccionó a algunas personas y algunas llegaron a conocer a Dios igualmente. Si lo miramos a partir de este hecho, se puede lograr y no es inviable que se forje la verdad en las personas, de lo único que depende es de si la persiguen. ¿Cómo deben entonces perseguir la verdad? La manera más simple es leer las palabras de Dios a diario, memorizar palabras esenciales de Dios, contemplar un pasaje de Sus palabras a diario y orar-leer y compartir estas palabras una y otra vez. Una vez que hayas orado-leído estos puntos de vista y dichos que las palabras de Dios se supone que te deben enseñar, así como las actitudes hacia las diversas personas, acontecimientos y cosas, de modo que los entiendas y hayan entrado en tu corazón, antes de que te des cuenta vivirás pensamientos y puntos de vista positivos y principios de práctica cada vez que te ocurran diversas cuestiones. Todavía no habéis alcanzado este nivel. ¿Has leído lo que hizo Job? ¿Qué estaba haciendo Job mientras sus hijos festejaban? Acudió a Dios para orar y ofrecer sacrificios por sus hijos. Nunca se apartó de Dios. Es decir, mantente lejos de cualquier cosa que pueda causar que tu corazón se aparte de Dios; no digas nada que pueda causar que tu corazón se aparte de Él; evita mirar las cosas que puedan causar que te desvíes de Dios o desarrolles nociones o dudas sobre Él; no entres en contacto con aquellos que podrían volverte negativo, degenerado y autoindulgente, o que podrían hacerte sospechar, desafiar o apartarte de Dios. En vez de eso, evítalos, permanece cerca de aquel del que puedas obtener edificación, ayuda y provisión. No hagas cosas que podrían hacerte desdeñar la verdad, que esta no te guste o te repugne. En tu mente has de tener alguna idea sobre estas cosas. No vayas atolondrado por la vida, pensando: “No me importa cuánto voy a vivir o cómo vaya a darse mi vida, dejaré todo a la naturaleza y las instrumentaciones de Dios”. Él ha dispuesto entornos para ti y te ha dado libre voluntad para que elijas, pero si no cooperas y te empeñas sin cesar en ponerte en contacto con aquellos que aprecian las cosas mundanas y siempre se abandonan a la carne, no son devotos de sus deberes y son irresponsables, si te mezclas constantemente con esa gente, ¿al final cuál es el resultado y el desenlace? Cuando esa gente no tiene nada que hacer, hablan sobre comer, beber y divertirse, y a menudo cuentan historias y chismes. Si te encuentras con tales tentaciones y no te mantienes alejado de ellas e incluso te obsesionas con estas cosas y pasas tiempo con tales personas por voluntad propia, entonces te hallas en peligro, ¡pues la tentación está por todas partes! Cuando los sabios ven tal tentación, se mantienen alejados. Lo tienen claro en su corazón: “No tengo esa estatura, no voy a escucharlos ni quiero prestarles ninguna atención. Estas personas no persiguen la verdad ni la aman. Me mantendré alejado y encontraré un lugar tranquilo para leer las palabras de Dios yo solo, para calmar mi corazón, meditar un rato y acudir ante Dios”. Todos estos principios y objetivos son los siguientes: primero, no te apartes de las palabras de Dios, y segundo, no te apartes de Dios en tu corazón. De este modo, puedes vivir constantemente ante Él sobre la base de entender qué es la verdad. Por un lado, Dios te protegerá de que te hundan en la tentación. Por otro, te tratará con extrema gracia, te permitirá entender lo que has de hacer para practicar la verdad y te permitirá estar iluminado y esclarecido respecto a las diversas verdades. En lo que respecta a tu deber, Dios te guiará a que intentes no cometer errores, a que siempre hagas las cosas bien, a conocer los principios. De este modo, ¿acaso no estarás protegido? Por supuesto, este no es el mayor objetivo ni el definitivo. ¿Cuál es pues el objetivo definitivo? Poder aprender lecciones de diversas personas, acontecimientos y cosas, entender las intenciones de Dios, conocer Su obra y practicar de acuerdo con los principios requeridos por Dios. De esta manera, tu vida y estatura pueden continuar progresando en lugar de estancándose. Si estás siempre ocupado atendiendo asuntos y no te centras en practicar la verdad al cumplir tus deberes ni en resolver las dificultades de la entrada en la vida, entonces no progresarás en tu vida. La entrada en la vida se logra cumpliendo con el deber de uno. Si alguien se aleja de cumplir con el propio deber y de las palabras de Dios, no habrá progreso en la vida. Algunos ven a otros charlar ociosos, así que se inmiscuyen y meten la nariz, son siempre unos entrometidos y les agradan los chismes; a Dios no le gusta esa gente. ¿Qué clase de gente agrada a Dios? Aquellos que pueden calmar su corazón. ¿Calmarlo para qué? ¿Para ser una marioneta que no piensa en nada? No, para orar en calma ante Dios, para buscar Sus intenciones, para pedirle que te proteja y te esclarezca. También para buscar ser esclarecido e iluminado sobre cierto aspecto de la verdad que no entiendes, de modo que logres entendimiento y claridad en este aspecto de la verdad o busques resolver el aspecto de tu trabajo que esté plagado de problemas, sea cual sea, y para que obtengas la guía de Dios. Hay muchas tareas que emprender y muchas cosas que se han de hacer cuando uno se calma ante Dios. No es que te presentes ante Dios en cualquier momento ocioso que tengas y digas: “Dios, aquí estoy, te llevo en el corazón, quédate conmigo, ¡no me dejes caer en la tentación!”. Si actúas por inercia y eres superficial con Dios, no eres un auténtico creyente y Dios no les concederá la verdad a tales personas. ¿Qué es lo primero que deben poseer para que Dios les conceda la verdad? Un corazón con hambre y sed de justicia, un corazón sincero. ¿Qué representa que tu corazón sea sincero? Representa que amas realmente la verdad. Si siempre eres superficial con Dios y no eres sincero en absoluto, siempre quieres tomar tus propias decisiones respecto a todo y siempre quieres acudir ante Él para presentarte, decir hola y luego llevar la voz cantante y hacer las cosas por tu cuenta, aunque Dios te haya encargado a ti Su obra, acabas no teniendo nada que ver con Él ni con la verdad. ¿Cómo se llama esto? Esto es resistirse a Dios y ocuparte de tus propios asuntos. ¿Puede esclarecerte Dios de este modo? No. ¿Habéis captado todos la manera de perseguir la verdad y entenderla? Debéis acudir a menudo ante Dios, calmar vuestro corazón para buscar la verdad y orar a Dios, y además debéis aprender a calmaros. Calmarse no significa tener la mente vacía, sino albergar peticiones, pensamientos y cargas en vuestro corazón, acudir ante Dios con un corazón sincero y anhelante, tener anhelo por la verdad y las intenciones de Dios, y llevar una carga por el deber que cumplís y la obra que hacéis; esto es lo que deberías tener cuando acudas ante Dios y te calmes.

Acabo de hablar de que toda la obra de la iglesia está directamente relacionada con la obra de difundir el evangelio del reino de Dios. En particular, la obra de difundir el evangelio y todos los trabajos relacionados con las profesiones tienen una importante e inseparable conexión con la obra de difundir el evangelio. Por tanto, cualquier cosa relacionada con la obra de difundir el evangelio involucra los intereses de Dios y los de Su casa. Si la gente puede entender correctamente la obra de difundir el evangelio, debería abordar de manera correcta los deberes que hace y los que hacen otros. ¿Cómo se han de abordar correctamente? Esfuérzate al máximo para hacerlo y llévalos a cabo de acuerdo con los requerimientos de Dios. Cuando menos, no participes en conductas y prácticas que causen daño o perturbación adrede ni hagas de manera intencionada cosas que sepas que son incorrectas. Si alguien insiste en hacer algo, aunque sepa que trastorna y perturba la obra de la iglesia, y nadie puede disuadirlo de ello, entonces está cometiendo maldad, cortejando a la muerte y mostrando su verdadera cara de diablo. Mete prisa a los hermanos y hermanas para que lo disciernan por lo que es, y luego echa de la iglesia a la persona malvada. Si el malhechor se halla en un momento de locura y no hace el mal a propósito, ¿cómo se debe tratar ese asunto? ¿Se debería educar y ayudar a esa persona? ¿Qué sucede si se la educa y aun así no escucha? Los hermanos y hermanas se reúnen para criticarla. ¿Qué pasa si es competente en su trabajo, aunque no se esfuerce al máximo para hacerlo, pero de momento no hay nadie que la supla y todo el mundo sigue queriendo que lo desempeñe? Todos se congregan para podar a la persona y advertirle: “Dios te ha exaltado y te ha pedido que hagas este deber. Si no te esfuerzas al máximo en hacerlo y continúas perturbando y tirando la toalla, resulta evidente que no tienes conciencia y no eres apto para desempeñar tu deber”. ¿Este camino es bueno o no? Si se la puede reemplazar, deja que se marche. ¿Os atreveríais a hacer eso? La mayoría de la gente no sería capaz. En lo que respecta a defender la obra de la iglesia, muchos no se atreven a alzarse ni a defender la justicia. ¿No es este un ejemplo de no atreverse a apegarse a la verdad? Algunas personas entierran la cabeza en la arena y se muestran indiferentes al detectar trastornos y perturbaciones en la obra de la iglesia, como si no tuvieran nada que ver con ellas, y su actitud es la de hacer la vista gorda. Sin embargo, si alguien las critica y les dice que no deberían ser así, o bien las desprecia o menosprecia, se irritan y piensan para sí: “¿Quién te crees que eres? ¿Quién eres tú para criticarme? ¿Quién eres tú para menospreciarme? Hemos de discutir este asunto”. Se lo toman muy a pecho y tratan el asunto con seriedad, no pueden evitar decir algo y declarar su postura. No sintieron nada cuando el trabajo de la iglesia se vio obstruido, perturbado y perjudicado, sino que lo dejaron pasar. ¿Qué clase de personas son estas? (Son egoístas y despreciables). ¿Son tan solo egoístas y despreciables? El problema es tan grave que no se puede resumir en solo una frase. Solo se puede decir que tales personas no tienen humanidad y no son en absoluto buenas personas. De hecho, esto es lo que hacen los anticristos y, por supuesto, los falsos líderes no son una excepción. Los anticristos no tienen ni idea de cuáles son los intereses de la casa de Dios. Cuando el trabajo de la iglesia se ve obstaculizado, ellos no se dan cuenta. Algunas personas causan un auténtico estropicio al perturbar el trabajo de la iglesia, pero cuando los anticristos lo ven, no se lo toman en serio. Le restan importancia y reprenden sin dureza al culpable con unos simples comentarios, lo amonestan brevemente y nada más, sin el menor atisbo de indignación. ¿Tienen esas personas sentido de la rectitud? ¿Qué clase de personas son? Muerden la mano que les da de comer, ¡son unos traidores! ¡Son escoria!

Acabo de ofrecer un resumen general de cuáles son los intereses de las personas, de cuál es la esencia de sus intereses, de por qué buscan intereses personales, cuál es la naturaleza de su búsqueda de intereses personales, así como cuál es la naturaleza de los intereses de Dios y cómo se los define. Los intereses de Dios son la causa más recta y deberían considerarse como tal. No es en absoluto egoísta que Dios defienda Sus intereses ni lo hace solo en aras de defender Su dignidad y Su gloria. En cambio, Él quiere defender el progreso y los resultados de Su obra y defender una causa recta. Estos son unos comportamientos y un modo de actuar muy rectos y legítimos, y se trata de un acto de Dios. Los seres humanos creados no deberían albergar ninguna noción sobre este acto de Dios y mucho menos ninguna acusación o juicio. ¿Podemos decir que los intereses de Dios se encuentran por encima de todo lo demás? (Sí). ¿Decir esto es egoísta? (No). La gente entiende este aspecto de la verdad y esta afirmación se sostiene sobre esta base. No es sesgada de manera intencionada, sino imparcial y legítima. “Nunca consideran los intereses de la casa de Dios, e incluso los venden y los intercambian por gloria personal”; esta es la esencia de los anticristos. Su actitud y su manera de abordar los intereses poseen esta naturaleza y nunca consideran los intereses de la casa de Dios. ¿Qué significa “nunca”? Es decir, que no piensan en absoluto en los intereses de Dios ni tienen tal concepto, solo consideran sus propios intereses: eso es lo que significa. ¿Cómo de grave es esto? Venden los intereses de la casa de Dios y los intercambian por gloria e intereses personales. Lo primordial son sus intereses y estos pueden reemplazar a los intereses de Dios. Lucharán por sus intereses, por muy perversos, ilegítimos o negativos que sean, y con el objetivo de apropiarse de esos intereses y luchar por ellos, llegarían tan lejos como para sacrificar a quien sea, a cualquier precio. ¿Qué clase de comportamiento es este? (El de los anticristos). El comportamiento de los anticristos, esto es lo que hace Satanás. Satanás domina a esta raza humana, domina a un país, domina a una raza y llegaría a sacrificar las vidas que fueran necesarias a cambio de la estabilidad de su dominio. ¿Cuáles son sus intereses? El poder y la posición de dominio. Así pues, ¿cómo logra una posición de dominio y cómo estabiliza dicho dominio? (A toda costa). A toda costa. Es decir, no le importa si sus prácticas y métodos le parecen legítimos o ilegítimos al público, y se vale de todo, desde matanzas y represión, hasta tácticas blandas y duras, coacción y seducción, e incluso llega al extremo de sacrificar la vida de quien sea o de una cantidad indefinida de personas a cambio de la estabilidad de su posición y del poder en sus manos: este es el comportamiento de Satanás. Los anticristos también actúan de esta manera.

¿Son de vuestro gusto estas palabras de la charla de hoy? (He obtenido mucho de lo que he escuchado hoy y, en particular, la disección del conocimiento y de los intelectuales me ha tocado bastante. Con anterioridad, no estaba muy de acuerdo con la idea de que los intelectuales carecen de comprensión espiritual, pero durante este periodo, mediante la disección de Dios del conocimiento, poco a poco he sido capaz de establecer comparaciones y de darme cuenta de que, en muchas ocasiones, yo mismo no puedo comprender las palabras de Dios, no las entiendo cuando las oigo y, al contemplar personas y acontecimientos, los miro y los analizo desde un punto de vista intelectual, lo que conduce a una comprensión distorsionada; esto es falta de entendimiento espiritual. Ahora puedo ver con mayor claridad la esencia de los intelectuales). Al hablar hoy sobre los intelectuales, no estoy en absoluto poniendo el punto de mira en ninguna persona, pero si sois capaces de compararos con Mis palabras, eso es bueno, y hay esperanzas de que podáis darle la vuelta a las cosas y entrar. Deberíais buscar con afán, desde el punto de no entender ni comprender la verdad hasta alcanzar lentamente el punto en el que podáis entender una tras otra algunas verdades sencillas, individuales, menos profundas, de modo que lo que entendáis sea la verdad, en lugar de palabras y doctrinas. De esta manera, poco a poco, tendrás entendimiento espiritual. Si descubres las cosas al centrarte en la verdad y en la realidad, entenderás de forma gradual la verdad; si analizas las cosas sin cesar centrándote en la doctrina, usando la lógica y la mente, entonces lo que entiendas solo será doctrina o teoría que nunca se convertirán en la verdad, y nunca irás más allá del fundamento de la doctrina. ¿Acaso no es así? (Sí). Hay quienes dicen: “¿Por qué no soy capaz de entender algunas de las palabras de Dios que leo? ¿Cómo es que no son tan fáciles de entender y aceptar para las personas cuando se valoran empleando la gramática y según la estructura de un ensayo?”. ¿Cómo os explicáis este problema? ¿Lo entendéis ahora? Os lo explicaré. Dios le ha estado hablando a los humanos desde que la especie humana comenzó a existir, y cada palabra y párrafo de lo que Él dice es solo lenguaje, no se trata de ensayos. Tal como hablo Yo hoy aquí, ¿estoy exponiendo un ensayo, presentando un informe o solo conversando? (Solo conversando). Estoy charlando con vosotros, contando la verdad y hablando sobre los temas que os son necesarios. Estoy hablando, no exponiendo un ensayo. Por consiguiente, tenéis que entender qué es un ensayo y qué es hablar; existen diferencias entre ambas cosas. Los varios elementos que requieren los ensayos son aspectos del conocimiento que provienen de la especie humana y, cuando habla, Dios no ha de atenerse a este conocimiento. Solo necesita expresar con sencillez y claridad las verdades que Él pretende expresar y, mientras la gente pueda entender las verdades que oye, con eso es suficiente y no hay necesidad siquiera de usar signos de puntuación. La especie humana inventó los signos de puntuación y los ensayos, así como la gramática y los elementos que requieren los ensayos. Todas estas cosas se enmarcan en la categoría de conocimiento y Dios no ha de atenerse a ellas. Además, el lenguaje proviene de Dios y esto es algo positivo. Por tanto, diga lo que diga Dios, es correcto. No hace falta que lo examines en busca de problemas gramaticales ni que compares ni disecciones tales cuestiones gramaticales. En un texto, un párrafo y una frase dadas, lo único que tienes que entender es cuál es la intención de Dios, cuál es la verdad, cuáles son los principios-verdad que Dios requiere de las personas y cuál es la senda de práctica que Dios les revela, con eso es suficiente. Esta es la razón que deben poseer los seres creados, las personas. Las palabras y acciones de Dios no han de atenerse a todas estas convenciones y estructuras formuladas por las personas, ni tampoco estos preceptos y estos aspectos puramente intelectuales inherentes al conocimiento, a los que no han de apegarse. Dios ha dicho muchas cosas y, diga lo que diga, es la verdad. Mientras más leen las palabras de Dios aquellos con entendimiento espiritual y los que poseen experiencia, más sienten que tales palabras de Dios son la verdad. Lo que deben averiguar, buscar y experimentar estas personas es cuál es la verdad que contienen estas palabras. Dios le habla a la especie humana; recuerda, lo que Él hace es hablar, y en lenguaje vulgar a “hablar” también se le llama “parlotear” o “charlotear”. ¿Qué esencia contiene lo que Dios quiere decir aquí? Se trata de las intenciones de Dios, de la verdad y de Sus requisitos para las personas; este es el contenido. La naturaleza de hablar es expresarse con sencillez y claridad, como charlando, de corazón, cara a cara; unas veces se emplea lenguaje coloquial y dialecto, otras veces uno más literario. Para escribir un ensayo, necesitas tener una introducción en el primer párrafo, desarrollar y expandir el tema en el medio y luego llegar a un clímax y un final. Se debe escribir exactamente de acuerdo con este formato para que se pueda considerar un ensayo, y solo cuando lo entregues el profesor va a poder leerlo entero y evaluarlo como promedio, bueno o excelente. ¿Puedes evaluar las palabras de Dios de esta manera? Supongamos que dijeras: “Este texto es bueno, la gramática es óptima, está expresado en un lenguaje divino y se ajusta por completo a la estructura de un ensayo; este otro no es tan bueno, está un poco desorganizado y la estructura no es demasiado aceptable. Ciertas palabras no son del todo gramaticales y hay incluso algunas que parece que no se usan en los lugares adecuados”. ¿Resulta apropiado leer las palabras de Dios de esta manera? (No). Hacerlo así supondría una distorsión y nunca obtendrás la verdad. Debes aprender a leer entre líneas en las palabras de Dios para ver qué es lo que Dios requiere de ti y cuál es la verdad que contienen estas palabras; esto es lo inteligente. No sabes siquiera cómo fijarte en estas cosas y te pasas el día diciendo: “¿Cómo es que las palabras de Dios ni siquiera son ensayos? Las palabras de Dios deberían ser como discursos y Él debería usar un lenguaje cuidado”. Yo no hago eso. Sería agotador, vosotros os cansaríais de escuchar y también se cansaría la persona que habla. Pensad en Dios hablando en el cielo, hablándole a Job, a Pedro, a Moisés y a Jonás, ¿acaso no eran las palabras de Dios sencillas y claras? No tenéis forma de ver cómo de extraordinarias, abstractas o geniales son o cómo de rigurosa es Su manera de expresarse. Fijaos en que, cuando Satanás tentó a Job, Dios le dijo a Satanás: “¿Has considerado a Mi siervo Job? No hay ningún otro como él en la tierra, un hombre perfecto y recto, que teme a Dios y se aparta del mal” (Job 1:8).* y “Mira, él está en tu mano, pero salva su vida” (Job 2:6).* Las palabras de Dios eran tanto sencillas como concisas, y explicaban el asunto con gran claridad. Este es el carácter de Dios y Su esencia. Dios no recurre adrede a un doble discurso enigmático, y Su grandeza, extraordinariedad, honorabilidad, autoridad y poder no son fingidos. ¿Por qué digo que no son fingidos? Cuando Él habla con una persona, no finge ni se camufla en una imagen elevada ni dice cosas que la gente no sea capaz de entender; el que hace eso es Satanás, no Dios. Y ya que es Dios quien lo está diciendo, hará que lo entiendas. Si eres un niño, te hablará con palabras que los niños puedan comprender. Si eres un anciano, te hablará en el lenguaje de los ancianos. Si eres un hombre, te hablará en el lenguaje que los hombres acostumbran a usar. Si eres un ser humano corrupto, te hablará de una manera y con una estructura en Su lenguaje que puedan entender los humanos corruptos. Dios habla de múltiples maneras. A veces hace bromas, a veces hace comentarios irónicos, a veces es sarcástico, a veces disecciona, a veces es más severo, a veces más suave, a veces te hace sentir conmovido y a veces te consuela después de podarte… Toda esta obra que Dios lleva a cabo y estas verdades que expresa no son inflexibles, sino que fluyen. Dios es el manantial de agua viva, es la fuente de la verdad. Cualquier cosa que Él diga está bien, en ello hay verdad, y no importa cómo lo diga. Si alguien siempre alberga nociones sobre la manera de hablar de Dios, la estructura de Su lenguaje y demás, y no para de escrutarlas y de dudar de ellas, siempre le molestan estas cosas y piensa: “El dios en el que yo creo realmente no parece dios, ¿por qué se comporta de esa manera? Así pues, me niego a aceptarlo, sería demasiado vergonzoso hacerlo, para eso mejor creer en tal o cual”. ¿Qué clase de persona es esta? (Un incrédulo). Es un incrédulo. ¿Qué clase de personas son la mayoría de los incrédulos? Gente que carece de comprensión espiritual. Cuando las personas que carecen de comprensión espiritual leen las palabras de Dios, las escrutan en profundidad y como consecuencia siguen sin entenderlas por completo, y por tanto se preguntan: “Dado que este es el camino verdadero, ¿es en realidad posible obtener bendiciones al creer de esta manera? Hay mucha gente que cree. Si yo no creo, ¿acaso no iré al infierno?”. Hasta albergan intrigas mezquinas. No se preguntan: “Dicen que hay verdad en las palabras de Dios, entonces, ¿qué es la verdad? ¿Cómo es que yo no la he visto? Debo leer y escuchar”. Un día, por fin, “entienden lo que oyen” y piensan: “Estas palabras revelan la situación real, son la verdad. No obstante, el lenguaje es demasiado normal y ordinario, es muy común y corriente, y la clase culta podría despreciarlo y discriminarlo, y considerarlo como una charla de lo más ordinaria e incluso prosaica en ciertos términos. Además, hay palabras que salen de boca de dios que los intelectuales de alto nivel de los sectores del conocimiento no se rebajarían a utilizar. Resulta totalmente inconcebible y, sin duda, no debería ser así”. ¿Cuáles son las consecuencias de este constante escrutinio? Te parecerá que eres mejor que Dios y que Él debería creer en ti y exaltarte. ¿Acaso no es esto problemático? Se trata de personas que carecen de comprensión espiritual. Su actitud hacia Dios es siempre la de ponerse en contra de Él y escrutarlo. Al mismo tiempo que escrutan a Dios, lo desafían, y al mismo tiempo que lo desafían, piensan: “Es mejor que no seas dios, porque eres muy insignificante, no eres como dios. Si fueras dios, no me quedaría tranquilo. Si te desprecio y te escruto, si te analizo hasta el punto de que ya no eres dios y nadie cree en ti, entonces seré feliz, y si busco a un gran dios en el que creer, me sentiré en paz”. Tales personas son incrédulas. La mayoría de los incrédulos carecen de comprensión espiritual. Nunca entenderán ni obtendrán la verdad a partir de estas declaraciones tan corrientes de Dios. Se limitan a escrutarlas una y otra vez, de modo que no solo fracasan a la hora de obtener la verdad, sino que también malogran un asunto tan importante como es su propia salvación, además de quedar en evidencia y descartarse a sí mismos. Terminemos aquí la charla de hoy. (¡Demos gracias a Dios!). ¡Hasta pronto!

17 de enero de 2020

Nota al pie:

a. “Lao” y “Xiao” son prefijos que se añaden a los apellidos en lengua china, se trata de una forma de dirigirse a alguien que expresa la familiaridad o informalidad que comparten el hablante y el oyente.

Anterior: Punto 7: Son perversos, insidiosos y falsos (III)

Siguiente: Punto 9: Cumplen con su deber solo para distinguirse a sí mismos y satisfacer sus propios intereses y ambiciones; nunca consideran los intereses de la casa de Dios, e incluso los venden y los intercambian por gloria personal (II)

El fin de todas las cosas se está acercando, ¿quieres saber cómo el Señor recompensará el bien, castigará el mal y determinará el fin de cada uno? Bienvenido a contactarnos para descubrir la respuesta.

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