Punto 9: Cumplen con su deber solo para distinguirse a sí mismos y satisfacer sus propios intereses y ambiciones; nunca consideran los intereses de la casa de Dios, e incluso los venden y los intercambian por gloria personal (II)
II. Los intereses de los anticristos
Hoy continuaremos hablando sobre el punto nueve de las manifestaciones de los anticristos. El noveno punto sobre este tema es el siguiente: Cumplen con su deber solo para distinguirse a sí mismos y satisfacer sus propios intereses y ambiciones; nunca consideran los intereses de la casa de Dios, e incluso los venden y los intercambian por gloria personal. La vez anterior hablamos sobre una pequeña parte de esto, a modo de inicio de nuestro tema, y compartimos el primer punto: qué son los intereses. En cuanto al segundo punto, hablamos sobre qué son los intereses de las personas y cuál es la esencia de estos. El tercer punto que compartimos fue qué son los intereses de Dios y cuál es la esencia de estos; este era más o menos el contenido de los tres puntos de los que hablamos. La última vez compartimos lo que, en esencia, eran verdades conceptuales, alcanzamos una definición de diversos aspectos de los intereses y aportamos un entendimiento de conceptos básicos. Esta vez no vamos a ahondar más en el contenido antes mencionado, porque el tema en cuestión sobre el que hablaremos en este noveno punto tiene como fin destacar diversas manifestaciones de los anticristos. Por tanto, continuaremos incidiendo en las manifestaciones de los anticristos en nuestra charla sobre este punto. Primero vamos a diseccionar la actitud y la conducta de los anticristos hacia los diversos intereses relacionados con ellos mismos, vamos a tratar de identificar la esencia-naturaleza y el carácter de los anticristos y diseccionarlos desde esta perspectiva. Empezaremos por compartir cuáles, a ojos de los anticristos, son aspectos relevantes para sus intereses.
A ojos de los anticristos, Dios, la casa de Dios y la iglesia son meras etiquetas, tal vez nada más que nombres sin valor real. Por tanto, contemplan los intereses de Dios, de Su casa y de la iglesia con desprecio y no se molestan en considerarlos ni son dignos de su atención. A modo de contraste, los intereses personales de los anticristos son, para ellos, de máxima importancia. Por consiguiente, los anticristos a menudo venden los intereses de la iglesia y de la casa de Dios a cambio de sus intereses personales. Ahora vamos a categorizar y diseccionar a conciencia qué aspectos son relevantes para los intereses de los anticristos, a fin de aportarles a las personas una visión clara de sus puntos de vista en temas de interés. Ante todo, al margen de cómo se etiquete a los anticristos, ya sean anticristos, personas malvadas o individuos que no practican la verdad o que albergan hostilidad hacia ella, esta clase de personas no viven en un vacío. Viven en la carne y tienen las mismas necesidades de vida humana normal. Por tanto, la gente como los anticristos, que viven entre los hermanos y hermanas o en la casa de Dios y la iglesia, tienen además intereses relacionados con su propia seguridad. Este es el primer apartado de los intereses de los anticristos: su propia seguridad. El segundo apartado de los intereses de los anticristos es su propia reputación y estatus, lo cual tiene que ver con su autoridad. El tercero guarda relación con su beneficio. ¿Resulta más claro diseccionar los intereses de los anticristos a partir de estos tres apartados en vez de hablar sobre ellos de forma desestructurada y directa? (Sí). Si os pido que compartáis según estos tres apartados, ¿contáis con alguna percepción? ¿Podéis compartir algún entendimiento? (Puede que sea capaz de discutir algunas percepciones relativas al segundo apartado, pero la seguridad y el beneficio personales no me quedan muy claros). Muy bien, a medida que hablo, podéis añadir algo cuando os sea posible expresaros con claridad, y Yo compartiré aquello que no os quede claro. ¿Os parece bien? (Sí).
A. Su propia seguridad
Empezaremos nuestra charla por el primer apartado de los intereses de los anticristos: su propia seguridad. Todo el mundo debería tener claro el significado de este apartado; se refiere a la seguridad física de una persona. En China continental, creer en Dios implica vivir en un entorno peligroso. Todo aquel que sigue a Dios se enfrenta a diario al riesgo de que lo arresten, lo condenen y lo sometan a la cruel persecución del gran dragón rojo. Los anticristos no son la excepción. Si bien se los puede clasificar como anticristos dentro de la casa de Dios, el gran dragón rojo forma una alianza con la comunidad religiosa y no cesa de hacer todo lo posible para reprimir y perseguir a la iglesia de Dios y a Su pueblo escogido. Por supuesto, los anticristos se hallan también en tal entorno y no están exentos de la amenaza del arresto. Así pues, se deben encontrar con frecuencia con el problema de su propia seguridad. Esto afecta a la cuestión de cómo los anticristos se ocupan de su propia seguridad. En este apartado estamos hablando sobre todo de la actitud que tienen los anticristos hacia su propia seguridad. Y bien, ¿cuál es esa actitud? (Hacen todo lo posible para proteger su propia seguridad). Los anticristos hacen todo lo posible para proteger su seguridad. Piensan para sí: “Debo garantizar mi seguridad a toda costa. Da igual a quién cojan, pero no debe ser a mí”. En este asunto, a menudo acuden ante Dios para orar, rogándole que los mantenga alejados de problemas. Les parece que, hagan lo que hagan, están realizando el trabajo de un líder de la iglesia y que Dios debe protegerles. En aras de su propia seguridad y para evitar que los arresten, escapar de toda persecución y colocarse en un entorno seguro, los anticristos a menudo imploran y oran por su propia seguridad. Dependen realmente de Dios y se ofrecen a Él solo cuando se trata de su propia seguridad. Tienen auténtica fe en lo que respecta a esto, y su dependencia hacia Dios es real. Solo se molestan en orarle a Dios para pedirle que proteja su seguridad, sin pensar lo más mínimo en la obra de la iglesia o en su deber. En su trabajo, se guían por el principio de la seguridad personal. Si un lugar es seguro, entonces los anticristos lo elegirán para obrar y, desde luego, darán una impresión muy proactiva y positiva, alardeando de su gran “sentido de la responsabilidad” y “lealtad”. Si algún trabajo conlleva riesgo y puede acabar en un incidente, si el gran dragón rojo puede descubrir al que lo lleve a cabo, entonces se excusan y se niegan a hacerlo, y buscan una oportunidad para eludirlo. En cuanto hay peligro, o en cuanto hay un asomo de este, piensan en la manera de librarse y abandonan su deber, sin preocuparse por los hermanos y hermanas. Solo les preocupa salvarse a sí mismos del peligro. Puede que en el fondo ya estén preparados: en cuanto aparece el peligro, abandonan de inmediato el trabajo que están haciendo, sin preocuparse de cómo va el trabajo de la iglesia, de la pérdida que pueda suponer para los intereses de la casa de Dios o de la seguridad de los hermanos y hermanas. Lo que les importa es huir. Incluso tienen un “as bajo la manga”, un plan para protegerse: en cuanto el peligro se cierne sobre ellos o son detenidos, dicen todo lo que saben, exculpándose y eximiéndose de toda responsabilidad para preservar su propia seguridad. Este es el plan que tienen preparado. Estas personas no están dispuestas a sufrir persecución por creer en Dios; tienen miedo de ser arrestados, torturados y condenados. El hecho es que hace tiempo que han sucumbido a Satanás en su corazón. Les aterroriza el poder del régimen satánico, y les asusta aún más que puedan ocurrirles cosas como la tortura y los duros interrogatorios. Con los anticristos, por tanto, si todo va bien y no existe ninguna amenaza para su seguridad o incidencia en ella, si no hay peligro posible, pueden ofrecer su fervor y “lealtad”, e incluso sus bienes. Pero si las circunstancias son malas y pueden ser arrestados en cualquier momento por creer en Dios y hacer su deber, y si su creencia en Dios puede hacer que los despidan de su puesto oficial o que sus allegados los abandonen, entonces serán excepcionalmente cuidadosos, no predicarán el evangelio ni darán testimonio de Dios ni harán su deber. Cuando hay el menor indicio de problemas, se encogen como una tortuga en su concha; ante el menor indicio de problemas, desean devolver inmediatamente a la iglesia sus libros de las palabras de Dios y todo lo relacionado con la fe en Él, a fin de mantenerse a salvo e ilesos. ¿Acaso no son peligrosos? Si son arrestados, ¿no se convertirían en Judas? Los anticristos son tan peligrosos que pueden convertirse en Judas en cualquier momento; siempre existe la posibilidad de que traicionen a Dios. Además, son egoístas y despreciables hasta el extremo. Esto viene determinado por la esencia-naturaleza de los anticristos.
Hay quien puede decir: “Tal vez las personas con estas manifestaciones solo se encuentren en el país del gran dragón rojo, en el contexto social de China. Cuando vas al extranjero no hay persecución ni arresto, así que la seguridad personal se vuelve irrelevante. ¿Hay todavía necesidad de esta cuestión?”. ¿Os parece que la haya? (Sí). Incluso en el extranjero, mucha gente que realiza estos deberes en la casa de Dios exhibe a menudo estos comportamientos. En cuanto la discusión se torna en ataques, calumnias y movimientos que se hacen en contra de la casa de Dios por parte del régimen político de cierto país, de los no creyentes o de la comunidad religiosa, en el fondo ciertas personas sienten una cobardía y un miedo profundos. Puede que incluso consideren que en este momento estarían mejor y serían más libres si no creyeran en Dios, algunos se arrepienten de depositar su fe en Él y, en su corazón, incluso contemplan emprender la retirada y sopesan la idea de retractarse. La gente como esta alberga en todo momento preocupaciones sobre su propia seguridad, siente que nada es más importante que eso. Su vida y su propia seguridad personal son las preocupaciones principales en el fondo de su corazón. Así pues, al enfrentarse a cómo el mundo y toda la humanidad difama, calumnia y condena a la iglesia y a la obra de Dios, estas personas no se ponen de parte de Dios en su corazón. Al contrario, cuando ocurren estas cosas, cuando oyen voces que difaman y condenan a Dios, en el fondo, se oponen a Él. Anhelan con avidez marcar distancias entre ellos y Dios, Su casa y la iglesia. Además, en momentos así, admitir que creen en Dios es para ellos una tarea difícil y dolorosa. Desean de inmediato no tener ninguna asociación con Dios, Su casa ni la iglesia. En momentos como estos, se sienten incómodos e incluso avergonzados e incapaces de dar la cara respecto a ser miembros de la casa de Dios. ¿Esas personas son verdaderos seguidores de Dios? ¿Han renunciado realmente a todo para seguirlo? (No). Cuando la gente cree en Dios en China continental, a menudo se enfrenta a la persecución y el arresto, y se suele encontrar con problemas de seguridad personal; aunque el entorno en el extranjero no sea tan complicado, la gente se topa aún con circunstancias similares. Se enfrentan a la calumnia y la condena de la comunidad religiosa y han de lidiar con la indiferencia o con ciertas muestras de incomprensión por parte de diversos países hacia la iglesia. Algunos se sienten perdidos e incluso tienen algunas incertidumbres y dudas sobre si la obra de Dios es auténtica, y se cuestionan la corrección de Dios aún más. Por tanto, como a menudo consideran su propia seguridad, no pueden hacer sus deberes en la casa de Dios con firmeza y calma en el corazón. ¿De veras le han entregado estos individuos su vida a Dios? (No). Algunos incluso piensan: “Venir al extranjero significa escapar de las garras del gran dragón rojo, ¿verdad? ¿Es que no hay libertad religiosa en el extranjero? ¿No es todo libertad y liberación? Ya que Dios nos ha llevado al extranjero para hacer nuestros deberes, ¿por qué tenemos todavía que afrontar las mismas duras condiciones? ¿Por qué tenemos todavía que aprender estas lecciones y padecer este sufrimiento en el extranjero?”. Algunas personas dudan en su corazón, y otras no solo eso, sino que se resisten y se plantean cuestiones como: “Ya que es el camino verdadero, dado que es la obra de Dios, ¿por qué nosotros, que somos leales en nuestro deber, que hemos renunciado a todo para esforzarnos por Dios, tenemos todavía que soportar en este mundo un tratamiento tan desigual?”. No lo entienden. Como no lo entienden y priorizan su propia seguridad sobre todo lo demás, tornan esta falta de entendimiento en quejas y en cuestionamiento de Dios. ¿No es así? (Sí). Algunas personas en el extranjero tienen incluso miedo de asumir riesgos a la hora de llevar a cabo su deber. Si se les asigna un deber que implique algún riesgo, encuentran excusas como: “No soy el adecuado para este deber. Mi familia está todavía en China continental y si el gran dragón rojo me descubre, ¿acaso no me acarreará eso un problema?”. Se niegan a cumplir tales deberes. Eligen su propia preservación, proteger su propia seguridad y salvar su propia vida. Se reservan una salida en lugar de ofrecerse a sí mismos por completo, de desprenderse y renunciar a todo para aceptar su deber. No pueden lograrlo. Estos son algunos de sus comportamientos en lo que respecta a su propia seguridad. Los hay que tienen el corazón inquieto y oran a menudo por esto. Algunas personas suelen sentir este miedo y esta cobardía, creen que las fuerzas de Satanás son demasiado poderosas, ¿y cómo va a resistirse alguien corriente a ellas? Por tanto, a menudo temen y se preocupan por esto. Algunos sienten incluso que, en cuanto los arresten, no habrá nada que la iglesia o la casa de Dios puedan hacer, que nadie resultará eficaz en caso de que ocurra algo. Por tanto, creen que es bastante fundamental protegerse a sí mismos. Así pues, cuando necesitan arriesgar el cuello y asumir un deber riesgoso, se esconden y nadie es capaz de persuadirlos. Aseguran que no son competentes, buscan todo tipo de excusas y razones para rechazar los deberes importantes que les encarga la casa de Dios. Si el entorno es bueno, estas personas podrían llegar incluso a colocarse en un espacio público con un micrófono delante de una gran multitud y gritar: “Creo en Dios Todopoderoso, soy miembro de la Iglesia de Dios Todopoderoso. Espero que todo el mundo pueda venir e investigar el camino verdadero”. Pueden hacer esto sin ningún miedo cuando su seguridad personal no está en riesgo. Una vez que exista incluso el menor indicio de amenaza o cualquier situación que afecte a su propia seguridad, o cuando surgen circunstancias repentinas, el entusiasmo desaparece, su “lealtad” se desvanece y su “fe” se difumina. Solo saben huir de esta u otra manera, intentan siempre encontrar un trabajo que hacer que sea discreto, entre bastidores, al tiempo que les pasan a otras personas las tareas y deberes que requieren jugarse la vida y asumir riesgos. En cuanto mejora el entorno, reaparecen como bufones. ¿Por qué reaparecen? Para empezar a exhibirse, para que la gente sepa que existen, para mostrarle a Dios su entusiasmo, para que Dios vea su lealtad en ese momento y, al mismo tiempo, para resarcirse de lo que han hecho antes, para intentar recuperarse de inmediato. Sin embargo, a la menor señal de problemas o de un cambio de entorno, esta gente vuelve a desaparecer y se esconde.
Cuando la obra evangélica acababa de empezar a expandirse, resultaba especialmente difícil difundir el evangelio. En aquella época no había mucha gente que pudiera predicarlo, y los que sí eran bastante superficiales en su entendimiento de la verdad. No podían discernir muy bien las nociones religiosas y ganarse a las personas suponía un desafío. Además, predicar el evangelio también acarreaba riesgos. Cuando te encontrabas con personas con una humanidad un tanto buena, como mucho, rechazaban aceptarlo y ya está, pero no te hacían daño ni te insultaban. Si mantenías el contacto con ellas, puede que hubiera esperanzas de ganarlas, lo cual reportaría algunos resultados. Sin embargo, cuando te encontrabas con personas malvadas o con pastores y ancianos de diversas denominaciones, esas personas no solo rehusaban aceptar, sino que incluso emprendían un ataque conjunto, te forzaban a confesar tus pecados y, si no lo hacías, puede que te atacaran físicamente. En casos más graves, podían incluso denunciarte a la policía y entregarte en comisaría, con el consecuente peligro de ser detenido en cualquier momento. Algunos líderes de la iglesia no estaban constreñidos por estos asuntos. Continuaron desempeñando sus deberes cuando así les correspondía e incluso abrieron el camino para predicar el evangelio y dar testimonio de Dios. Sin embargo, algunos de los supuestos líderes o de aquellos falsos líderes no actuaron de esta manera. Al enfrentarse a tales peligros, no iban ellos mismos, sino que enviaban a otros. Me enteré de que cierta líder averiguó que un destinatario potencial del evangelio era líder de una denominación. Su intención era disponer que alguien le difundiera el evangelio a ese destinatario. Después de pensarlo, no pudo encontrar a una persona apta y consideró que lo más apropiado era hacerlo ella misma. No obstante, le asustaba el peligro y no quería ir, de modo que dispuso que en su lugar fuera una hermana joven de dieciocho o diecinueve años. ¿Qué os parece? ¿Debería haber dispuesto que fuera esta joven hermana? (No). ¿Por qué no debió haberlo hecho? (Porque el destinatario potencial del evangelio era un líder en cierta denominación con muchas nociones religiosas. La joven hermana tenía una estatura escasa, un entendimiento superficial de la verdad, no podía compartir sobre ella para abordar los problemas del destinatario potencial del evangelio y, puede que no solo no hubiera sido capaz de convertirlo, sino que ella misma se podría haber desorientado). A su edad, ¿cuánta verdad podía entender realmente esta joven hermana? ¿Cuánto conocimiento de la Biblia poseía? ¿Cuánta confianza podría tener en convertir al líder de esa denominación? Dada su edad, desde luego que no tenía mucha experiencia predicando el evangelio. Además, hacía poco que era mayor de edad y carecía de experiencia. ¿Podía desentrañar las nociones, ideas y dificultades de los adultos? (No). Claro que no. A su edad, simplemente no estaba lista para lidiar con los pensamientos de los adultos. Decidme, si consideramos su edad, ¿era esta joven hermana la mejor opción? (No). No era la mejor opción. Así que, al enviar a la hermana joven, ¿la intención de esta líder era la correcta? (No). No lo era. No debió haber enviado a la joven hermana. Luego, cuando la hermana joven se puso en contacto con el líder de esa denominación y descubrió que no era una buena persona, informó a la líder, a la que le hizo saber que estaba especialmente asustada y no se atrevía a volver allí. La líder la presionó e insistió: “¡No, es tu deber y debes ir!”. La joven rompió a llorar, dijo: “Es mi deber y debería ir, pero no puedo lidiar con ello. No puedo hacerlo”. No obstante, la líder no se echó atrás y prosiguió: “Aunque no puedas hacerlo, debes ir; ¡no hay nadie más, así que has de ser tú!”. ¿Qué clase de líder creéis que es? No solo se protegía a sí misma cuando se aproximaba el peligro, sino que además puso a alguien en riesgo mientras ella misma se echaba atrás. Incluso en situaciones en las que esta joven hermana expresó su incapacidad y hasta lloró de miedo, la líder siguió sin estar de acuerdo. ¿Cómo se puede ser tan miserable? ¿Es acaso un ser humano? (No). No es un ser humano. No consideró la seguridad de sus hermanos y hermanas, solo la suya. Incluso intercambió la seguridad de los demás por su propio interés, igual que aquellos padres jugadores que, cuando han perdido todo su dinero y no les queda nada, ofrecen a sus propias hijas para pagar sus deudas; a fin de permitirse capear los tiempos difíciles y escapar del desastre, sacrifican a los que más aman a cambio de su propia felicidad. ¿Cómo pudo ser tan miserable esta líder? ¿Le queda algo de humanidad? (No). No hay ni un ápice de humanidad en ella. En función de este comportamiento, ¿se puede clasificar a estas personas como anticristos? (Sí). ¡Desde luego que sí! Alguien podría decir: “Lo que están haciendo es en aras de la obra de la iglesia, para difundir el evangelio. ¿Acaso su intención no es buena? ¿No lo hacen para salvaguardar los intereses de la casa de Dios? ¿Cómo se los puede clasificar como anticristos?”. ¿Ha pensado alguien de esa manera alguna vez? ¿Se puede plantear este argumento? (No). Así que decidme, ¿cuál es la naturaleza de este problema? (Esta líder, en aras de su propio interés y de su seguridad, usó la vida y la seguridad de la joven hermana como moneda de cambio, es decir, la empujó adrede a un foso; su humanidad era particularmente malévola). Dicho en términos más sencillos, esta líder, del todo consciente de que la joven hermana era totalmente incapaz de esta tarea, hizo este arreglo para su autopreservación. Al mismo tiempo, lo hizo para justificar el cumplimiento de su propio deber, ya que sacrificó los intereses y la seguridad de otra persona para lograr sus objetivos personales. Esa era su intención. Sencillamente, no tuvo en cuenta quién era capaz de hacer este trabajo, quién podía convertir a esta persona ni quién podía realizar este trabajo con eficacia, a fin de encontrar a la mejor persona para la tarea. La esencia de sus acciones no consistía en cumplir con su deber ni con su lealtad o responsabilidad, sino en poder rendir cuentas a sus superiores y preservarse a sí misma sacrificando los intereses de los demás, incluso a costa de causarles un perjuicio. Su manera de actuar perjudicó a otros para preservarse y lograr sus propios objetivos, ¿acaso no es esa la esencia de ello? (Sí). Esa es la esencia. Por tanto, las acciones de esta líder pueden clasificarse como las acciones de un anticristo. ¿No es esta la raíz del asunto? (Sí). Es exactamente así. Si no hubiera habido candidatos adecuados y esta joven hermana no hubiera estado allí, si le hubieran dicho que fuera ella misma a convertir al líder de esa denominación, ¿lo habría hecho? ¿Habría sido capaz de decir esto?: “Si no hay candidatos idóneos, iré yo. No tengo miedo. Aunque suponga sacrificar mi vida para ganar a esa persona, estoy dispuesta a tirarla por la borda, porque es mi deber y mi responsabilidad”. ¿Podría haber hecho eso? (No). ¿Por qué decimos que no? No estamos especulando. ¿En qué nos basamos para decir que no habría podido? (Porque cuando ella estaba cumpliendo su deber, en realidad no se trataba de lograr resultados y convertir a ese destinatario potencial del evangelio. Por tanto, al enviar a la joven hermana se limitaba a salir del paso. En el caso de que la joven hermana no hubiera estado allí, la líder no habría viajado para ganar a esa persona). Así es como hubiera sido. Si observaba que no había candidatos adecuados disponibles, ¿no debería haber ido ella misma? (Sí). Si de verdad fuera leal a su deber y no tuviera en cuenta su propia seguridad personal, no habría dejado ir a la joven hermana, sino que habría ido ella misma. Entonces, ¿cuál es la cuestión que subraya el hecho de que no fuera ella misma? (Preservaba su propia seguridad e intereses). Así fue como se desarrolló la situación. Si hubiera sido de veras leal a su deber, ella misma habría asumido esa responsabilidad. Sin embargo, no lo hizo; en vez de eso, eligió a la candidata menos adecuada para ir en su lugar. ¿Era su intención enviar a la persona menos adecuada al lugar más peligroso a fin de lograr su propio objetivo de protegerse del peligro y salvaguardarse? (Sí). Este es el comportamiento de los anticristos. Guarda relación con la organización de las personas.
En China continental, el gran dragón rojo ha reprimido, arrestado y perseguido de manera sistemática y brutal a los creyentes en Dios, a los que a menudo coloca en entornos peligrosos. Por ejemplo, el gobierno se sirve de diversos pretextos para atrapar a los creyentes. Cada vez que descubren una zona en la que reside un anticristo, ¿qué es lo primero que piensa este anticristo? No en la adecuada organización del trabajo de la iglesia, sino en cómo escapar de esta peligrosa situación. Cuando la iglesia se enfrenta a la represión y los arrestos, los anticristos nunca emprenden un trabajo de seguimiento. No realizan arreglos para el personal o los recursos esenciales de la iglesia. En su lugar, buscan excusas y razones para garantizarse un lugar seguro para sí mismos y con eso les vale. Una vez que su seguridad personal está garantizada, rara vez se involucran personalmente en organizar la obra, el personal o los recursos de la iglesia, y tampoco indagan sobre el asunto ni hacen ningún arreglo específico. Esto da como resultado que no se transfieran con rapidez los recursos y las finanzas de la iglesia a localizaciones seguras y, al final, el gran dragón rojo saquea y roba en grandes cantidades, lo que lleva a pérdidas significativas en la iglesia y a la captura de más hermanos y hermanas. Este es el resultado de que los anticristos eludan su responsabilidad respecto al trabajo. En el fondo de su corazón, los anticristos siempre anteponen su seguridad personal. Se trata de un problema que supone una preocupación constante para ellos en su fuero interno. Piensan para sí: “No debo meterme en problemas. Si van a atrapar a alguien, no puedo permitirme ser yo; he de permanecer con vida. Todavía estoy esperando compartir la gloria de dios cuando su obra finalice. Si me atrapan, actuaré como Judas y será mi final. No tendré un buen desenlace. Se me castigará”. Por tanto, cada vez que van a trabajar a un lugar nuevo, primero investigan quién tiene la casa con mayor seguridad y poder, donde se puedan esconder de las búsquedas del gobierno y sentirse seguros. En segundo lugar, buscan casas con mejores condiciones de vida, donde haya carne en todas las comidas, aire acondicionado en verano y calefacción en invierno. Asimismo, indagan quién entre los creyentes es más entusiasta y cuenta con una base más fuerte, alguien que pueda protegerlos cuando surjan problemas. Lo primero que hacen es investigar todos estos asuntos. Después de hacerlo, encuentran un lugar en el que asentarse y hacer algo de obra superficial, enviar una carta o transmitir alguna información o algunos arreglos del trabajo de forma verbal. Ahora bien, ¿crees que los anticristos son capaces de hacer obra? Cuando te fijas en lo meticulosa y ordenadamente que consideran y disponen de su seguridad personal, podría parecer que saben hacer obra específica, que saben hacerlo en su corazón. Sin embargo, sus intenciones no son las correctas, solo piensan en su ganancia personal y sienten aversión por la verdad; aunque sepan que lo que están haciendo va en contra de ella y es egoísta y despreciable, insisten en hacer las cosas a su modo y en actuar de manera caprichosa e imprudente. Todo lo que hacen es para preservar su propia seguridad. Después de asentarse y sentir que están fuera de peligro, que este ha pasado, los anticristos proceden a hacer algo de trabajo superficial. Son bastante meticulosos en sus arreglos, pero depende de con quién estén tratando. Ponen mucho cuidado en pensar sobre estos asuntos que atañen a sus propios intereses, pero en lo que respecta a la obra de la iglesia o a sus propios deberes, exhiben su propio egoísmo y despreciabilidad y no muestran ninguna responsabilidad, carecen incluso del menor atisbo de conciencia o razón. Se les clasifica como anticristos debido justamente a estos comportamientos. Si juzgáramos solo en función del calibre, si consideramos lo bien que consideran y hacen planes meticulosos y concretos para su propia seguridad, no están faltos de calibre y tienen la cabeza bien amueblada. Deberían ser capaces de encargarse de la obra de la casa de Dios. Ahora bien, si lo enfocas desde su capacidad, no se los debería etiquetar como anticristos, ¿cómo es que entonces se los sigue etiquetando así? Se determina en función de su esencia o de si pueden aceptar la verdad y practicarla, de si son personas que persiguen la verdad. Llevan a cabo consideraciones y arreglos cuidadosos y específicos relativos a su entorno vital, su comida y bebida y su seguridad. Sin embargo, en lo que respecta a la obra de la casa de Dios, se vuelven personas totalmente diferentes, en especial son egoístas y despreciables, no muestran consideración por las intenciones de Dios. Se trata de personas que, desde luego, no persiguen la verdad. Los anticristos se encargan de la obra de la casa de Dios y de los arreglos del trabajo de lo Alto por medio de un filtrado. Filtran de manera selectiva lo que están dispuestos a hacer y lo que no, así como lo que guarda relación o no con su propia seguridad. Entonces, hacen un poco de trabajo sencillo que no implica peligros, solo para evitar que lo Alto se entere de que son rápidos para comer y lentos para trabajar, y que no se ocupan de los deberes que les corresponden. Después de organizar el trabajo, nunca investigan ni supervisan cómo se llevan a cabo las tareas específicas. Por ejemplo, la casa de Dios tiene principios y preceptos específicos relativos a las ofrendas y a los diversos recursos: cómo disponerlos, dónde colocarlos, cómo salvaguardarlos y quién debería protegerlos. Los anticristos, por otro lado, se limitan a hablar sobre estos aspectos y, una vez que han realizado los arreglos, consideran el trabajo finalizado. No importa que el entorno sea adecuado o no, nunca visitan el lugar para echar un vistazo; les basta con mover los labios y, en su corazón, no captan ni hacen averiguaciones, no investigan ni les importa si los arreglos específicos para estos recursos de la casa de Dios son los apropiados o son seguros. Así que, durante el periodo en que los anticristos ejercen de líderes, en su ámbito de trabajo, personas malvadas se apropian de algunos libros de las palabras de Dios. A algunos les sale moho por no almacenarlos bien y, en determinados casos, se colocan ciertos libros o recursos en lugares donde nadie puede ocuparse de ellos. Los anticristos no solo fracasan a la hora de hacer arreglos específicos sobre estos asuntos, sino que, desde luego, no indagan, investigan ni preguntan sobre ellos. En su lugar, consideran que su tarea ha terminado una vez que han hecho los arreglos. Hablan lo que hay que hablar y eso es todo; solo salen del paso sin buscar resultados reales. ¿Exhiben lealtad los anticristos con estos comportamientos? (No). No tienen lealtad. En lo que respecta a disponer de diversos recursos de la iglesia, los anticristos nunca hacen averiguaciones. ¿Qué significa “nunca hacen averiguaciones”? ¿Es que no hacen ningún arreglo en absoluto? Salen del paso y hacen arreglos para engañar a la gente, a fin de que no los denuncien a los superiores. Sin embargo, nunca hacen ningún trabajo específico. ¿A qué se refiere el trabajo específico? Involucra determinar dónde se deberían colocar estas cosas, si es o no un lugar seguro, si les podría suceder algo, si podrían venir roedores a mordisquearlas, si podrían inundarse o que alguien las robara, si los responsables de salvaguardarlas son los adecuados y otras cosas. No obstante, los anticristos nunca indagan, nunca investigan y nunca se preocupan. En su corazón, creen que estas cosas no son para su disfrute; no las valoran y no les dan ningún uso. Pertenecen a otras personas, a la casa de Dios, y no tienen nada que ver con ellos. Les dan igual, que se preocupe quien quiera, a ellos les trae sin cuidado. Ellos organizan cosas y se acabó. Algunos anticristos ni siquiera se molestan en organizar. Creen que no obtendrán ninguna recompensa ni aunque hagan bien este trabajo y que nadie les exigirá responsabilidades por hacerlo mal. ¿Quién los denunciaría por algo tan insignificante como esto? ¿Los castigaría Dios por ello? La actitud y el punto de vista de los anticristos hacia sus deberes son exactamente así: salen del paso y manejan los asuntos de manera superficial. Mientras tales cosas no afecten a su propio estatus o seguridad, no les importa que se gestionen o que no. Que estas cosas se pierdan, mermen o se deterioren no es algo que tenga nada que ver con ellos. En la mente de los anticristos, a estos recursos de la casa de Dios se los considera propiedad pública. No hace falta que se preocupen por ellos, que les presten ninguna atención ni gastar energía alguna para gestionarlos. Por tanto, durante el periodo de los anticristos como líderes, debido a que son negligentes en su deber, a su enfoque en el disfrute personal y su fracaso a la hora de realizar tareas específicas, el gran dragón rojo saquea o confisca varios recursos de la casa de Dios, o algunas personas malvadas se apoderan de ellos. Hubo muchos casos así. Algunos podrían decir: “En un entorno tan hostil, ¿quién podría ocuparse de todo con tanta meticulosidad? ¿Quién podría evitar un poco de negligencia o cometer algunos errores?”. ¿Se trata solo de cometer algunos errores? Me atrevería a decir que, si la gente pudiera llevar a cabo sus responsabilidades y mostrar lealtad, la pérdida de estos recursos no sería tan grande; no cabe duda de que disminuiría y que la eficacia de la obra mejoraría mucho.
Los anticristos creen en Dios para obtener bendiciones. Nunca se preocupan por nada relacionado con la casa de Dios o Sus intereses. Cualquier cosa que hagan tiene que girar en torno a sus intereses personales. Si la obra de la casa de Dios no involucra a estos intereses personales, sencillamente no les importa y no indagan sobre ella. ¡Qué egoístas deben ser! Cuando ciertos anticristos eran líderes, el gran dragón rojo saqueó grandes cantidades de ofrendas que estaban bajo su supervisión y se perdió una cantidad asombrosa. Sin embargo, estos anticristos no se culparon en absoluto de ello. Después llegaron incluso a decir: “No es responsabilidad mía. ¿Por qué se me culpa de todo? Además, esta clase de situación es inevitable”. No sentían ningún remordimiento en absoluto, cargaron a otros con la culpa y, llenos de excusas, trataron de defenderse. ¿Qué son estas personas? ¿Acaso no se las debería expulsar? ¿No se las debería maldecir y castigar? (Sí). Después de cometer un error tan significativo, ¡estos anticristos carecían completamente de remordimiento! ¿Qué manifestaciones exhibe una persona normal, con humanidad, que es leal a Dios o tiene un corazón temeroso de Dios, si su negligencia llevó a que el gran dragón rojo se apoderara de los bienes de Su casa? (Tendría remordimientos, se culparía a sí misma y en su corazón sentiría que no cumplió bien ni de manera adecuada su deber). ¿Qué haría luego? Pensaría en una manera de resarcirse. Desde el fondo de su corazón, sentiría que tiene una deuda, albergaría remordimientos; al margen de lo que otros dijeran, no pronunciarían ni una sola queja, no se defendería. Reconocería que fue su propia negligencia, su transgresión. Aceptaría lo que Dios le dijera y la manera en la que la casa de Dios decidiera ocuparse de ella fuera cual fuera. Así pues, ¿por qué los anticristos no aceptan esto? ¿Por qué se sienten tan llenos de agravios después de haber sido expulsados? Esto revela la naturaleza de los anticristos. Estos anticristos causaron pérdidas muy significativas a la obra de la casa de Dios, se desperdició mucho esfuerzo de los demás debido a que ellos descuidaron sus deberes y el gran dragón rojo se llevó muchas ofrendas, sin embargo, no sintieron ninguna culpa ni que estuvieran en deuda, e incluso se defendieron. Cuando la casa de Dios se ocupó de ellos, se negaron a someterse y esparcieron por todas partes su desafío. ¿Qué clase de personas son? ¿Acaso no es esto cortejar a la muerte? (Sí). Es cortejar a la muerte. Si nos fijamos en el núcleo de los anticristos, en su esencia-naturaleza hay hostilidad hacia la verdad y hacia Dios. Les falta humanidad; son demonios vivientes, satanases, bestias ataviadas de humanos. Cuando la gente con humanidad comete un pequeño error o dice algo equivocado, sienten autorreproche. Sin embargo, no sucede lo mismo con los demonios vivientes, con los anticristos. Incluso tras cometer un error tan grave, esos anticristos no sintieron ningún autorreproche y llegaron incluso a tratar de defenderse. Por tanto, ¿cuál es la verdad para ellos? ¿Reconocen la verdad en su corazón? Las palabras de Dios son la verdad y Dios es la verdad, ¿reconocen este hecho? (No). Está claro que no lo reconocen. En su corazón, consideran que ellos son la verdad, que son Dios; creen que no existe otro Dios aparte de ellos. ¿Es que no son diablos? (Sí). Se trata de diablos, de los típicos diablos. Los anticristos no indagan en absoluto sobre los recursos de la iglesia ni hacen arreglos específicos respecto a ellos. Sin embargo, si resulta que tienen en su poder algo preciado, puedes estar seguro de que lo van a cuidar de manera excelente. No revelarán ni una palabra sobre ello siquiera en sueños y no podrías sacarles nada ni a golpes. Lo guardan excepcionalmente bien. Sin embargo, en lo que respecta a los recursos de la casa de Dios, su actitud es completamente diferente. En realidad, la clase de actitud que tienen es la siguiente: “¿Qué tiene que ver esto conmigo? Yo no voy a disfrutar de este recurso y no me pertenece. Aunque cuide bien de ello, ¡puede que se lo den a otro! ¿De qué sirve guardarlo bien?”. No consideran este asunto su deber. ¿Acaso no es esto carecer de humanidad? (Sí). Es una manifestación de carecer de humanidad. ¿Cómo se le llama a esto? Ser poco fiable. Dios te ha confiado a ti este trabajo y te ha encargado los deberes que te corresponden, forma parte de tu labor. Deberías ocuparte de estos asuntos de manera adecuada, llevarlos a cabo uno a uno, seguir los principios que requirió Dios y los arreglos del trabajo de la casa de Dios, y disponerlos adecuadamente, entonces tu responsabilidad se cumplirá bien. Sin embargo, ¿tienen los anticristos esta mentalidad o idea? (No). En absoluto. Esto es una completa falta de humanidad. ¿Cuál es la manifestación específica de carecer de humanidad? Es que no te importe tener conciencia ni razón, es ser egoísta y despreciable, no ser digno de confianza ni fiable y no merecer que se te confíe nada.
En lo que respecta a las cuestiones de personal en la iglesia, como quién está haciendo qué trabajo y dónde, si lo hace adecuadamente, si está desempeñando su deber de manera efectiva, si han surgido algunos ejemplos de trastornos o perturbaciones o cómo es la retroalimentación de los hermanos y hermanas, los anticristos nunca indagan en detalle ni hacen arreglos respecto a estas cosas. Por ejemplo, cuando la casa de Dios les pide que aporten diversos tipos de individuos talentosos, los anticristos solo echan un vistazo a las presentaciones escritas de estos sin averiguar de manera específica ni indagar sobre su situación, es decir, si estos individuos poseen o no fundamentos en su fe, cómo es su humanidad, si pueden aceptar la verdad, si sus talentos y capacidades técnicas particulares se conforman a los estándares requeridos por la casa de Dios, y si son apropiados para cultivar y asumir deberes importantes. Los anticristos se limitan a salir del paso respecto a estas cosas, construyen una fachada, repasan brevemente las presentaciones escritas y eso es todo. En realidad, nunca interactúan con los individuos aportados ni buscan un entendimiento detallado ni profundo de ellos. En consecuencia, la mayoría de las personas que seleccionan acaban descartadas porque fracasan a la hora de realizar sus deberes o de ocuparse del trabajo que les corresponde. ¿Cómo contemplan los anticristos esta situación? “No es que me asciendan para que ejecute estos deberes; no tienen nada que ver conmigo. ¿Qué más da quién vaya? Mientras apruebe las recomendaciones y provea a estas personas, eso cuenta como que hago mi trabajo. Asimismo, los individuos que ascendieron me deberán un favor. Sean o no adecuados para que se los cultive, eso no es asunto mío”. Si los anticristos aportan individuos que no son apropiados, que obstaculizan la obra de la casa de Dios, ¿recae sobre ellos alguna responsabilidad? (Sí). Cargan con mucha responsabilidad, pero estos endiablados no hacen ninguna verificación en absoluto. Algunos dicen: “En ciertos lugares con entornos hostiles, no podemos interactuar con la gente cara a cara. ¿Cómo podemos verificarlos?”. Por muy duro que sea el entorno, existen métodos y enfoques para encargarse de estos asuntos. Depende de si eres responsable y estás realmente implicado. ¿No es así? (Sí). Si ofreces tu lealtad y responsabilidad, incluso si el desenlace no es ideal, Dios lo escruta y lo sabe, y la responsabilidad no recaerá sobre ti. Sin embargo, si no ofreces tu lealtad y responsabilidad, incluso si nada va mal y al final no acarrea ninguna consecuencia, Dios lo escrutará. La naturaleza de estos dos enfoques es diferente y Dios los tratará de manera diferente. Los anticristos intrigan además en lo que se refiere a aportar personas, cuentan también con motivos egoístas y despreciables, y les falta lealtad. No importa lo que hagan, los anticristos hacen sus propios cálculos y no se apegan a los principios. Asimismo, para que se haga bien un trabajo concreto, tienen que mostrar su rostro, viajar de un lado a otro para conocer a más gente, soportar adversidades y asumir riesgos. En cuanto algo afecta al asunto de su propia seguridad, los anticristos vuelven a ser calculadores y se revela su naturaleza. ¿Qué se revela? Creen que interactuar con demasiadas personas es un riesgo para su propia seguridad y que no pueden ponerse en contacto con la gente de manera arbitraria. Los anticristos no interactúan con aquellos que deberían y no se encuentran con nadie, en su lugar buscan un lugar seguro en el que quedarse, se esconden y no hacen nada más que tareas simples. Respecto a lo bien que se lleven a cabo otros aspectos del trabajo, a si hay personas que causen perturbaciones o a si los arreglos del trabajo, los diversos libros de las palabras de Dios o los sermones grabados se distribuyen, los anticristos nunca hacen arreglos o indagaciones concretos sobre estas cosas. Ni hablar de asumir riesgos, mostrar su rostro y toparse con problemas para que se los considere leales. ¿Qué problema hay aquí? ¿Quién puede explicarlo? (Cuando empezaron con este trabajo, nunca consideraron cómo hacerlo bien o si el personal recomendado era el adecuado, y jamás actuaron con todo su corazón ni cumplieron bien su responsabilidad. Nunca pensaron en estas cosas). No muestran lealtad, así de simple. Existe una diferencia en la naturaleza de cómo trabajan las personas que tienen lealtad a la obra de Dios en comparación con aquellas que no la tienen. Cuando ambas se encuentran con asuntos que entrañan peligro, los que tienen lealtad son capaces de afrontar el peligro y hacer su obra, emplean sabiduría y métodos para implementar los arreglos del trabajo. Sin embargo, los anticristos no emprenden trabajos concretos, al margen de que exista peligro o no, y nunca implementan los arreglos del trabajo. Esa es la distinción. Puede que los anticristos indaguen verbalmente sobre la situación de la iglesia, distintas tareas y demás, pero incluso estas indagaciones son meras formalidades, solo realizan algunos esfuerzos superficiales y no son para nada meticulosos respecto a ello. Desde fuera, podría parecer que están haciendo un trabajo concreto, pero en realidad no entienden el trabajo, no toman notas, no meditan sobre ello ni oran ni buscan. No dedican energía a considerar cómo progresan los diferentes segmentos del trabajo o quién es responsable de las áreas donde no se hacen bien las cosas, o qué líderes podrían ser inadecuados o dónde no se ha implementado el trabajo. No consideran estas cosas, solo salen del paso y, cuando identifican los problemas, no los resuelven. Algunos supuestos líderes solo congregan a las personas para las reuniones, indagan sobre la situación y analizan e investigan el trabajo. En cuanto está involucrado un trabajo concreto que requiere que sufran y paguen un precio, que implique poner en riesgo su seguridad personal y cierto nivel de dificultad, no lo hacen. Llegados a ese punto, dejan de trabajar, priorizan la autopreservación. Incluso cuando reconocen los problemas, no hacen arreglos específicos. Si son bien conocidos por su fe y están en peligro de ser capturados, ¿delegan estas tareas en otros? No. No disponen que otros se encarguen de estas tareas, y ese es el problema. Por tanto, ¿qué esencia revela la gente así? Carecen de lealtad, son egoístas y despreciables y consideran su propia seguridad en todo. Nunca indagan sobre si se están implementando los arreglos del trabajo de la casa de Dios o sobre el progreso de la obra de Su casa, son cosas que no les importan. No han ofrecido su lealtad, no la muestran. Para ellos, es suficiente con salir del paso respecto a estos problemas, a esto lo consideran hacer trabajo. Si el riesgo es pequeño, puede que hagan algo de obra a regañadientes. Sin embargo, si el riesgo es grande y existe la posibilidad de que los capturen, no la llevarán a cabo, por muy fundamental que sea la tarea. Esta es la esencia de los anticristos. En el fondo de su corazón, en cuanto sus intereses están garantizados, son capaces de vender a cualquiera. Alcanzan sus intereses a costa de los de la casa de Dios; para ellos, sus intereses son supremos. ¿Pueden los anticristos ser leales una vez que han asumido un deber? (No). La lealtad les resulta imposible. ¿Pueden considerar las vidas y la seguridad de sus hermanos y hermanas? (No). En lo que respecta a su propia seguridad, los anticristos solo se preservarán a sí mismos, empujarán a los hermanos y hermanas a la fosa ardiente y los usarán como peones para el sacrificio. Esa es la esencia-naturaleza de los anticristos.
Aparte de considerar su propia seguridad, ¿en qué piensan además ciertos anticristos? Dicen: “Ahora mismo nuestro entorno no es favorable, así que vamos a mostrar menos nuestros rostros y a difundir menos el evangelio. De este modo, es menos probable que nos atrapen y no se destruirá la obra de la iglesia. Si evitamos que nos atrapen, no nos convertiremos en Judas y seremos capaces de persistir en el futuro, ¿verdad?”. ¿Acaso no hay anticristos que usen tales excusas para desorientar a sus hermanos y hermanas? A algunos anticristos les asusta mucho la muerte y llevan existencias innobles; también les gustan la reputación y el estatus, y están dispuestos a asumir papeles de liderazgo. Aunque sepan que: “No es fácil de asumir la obra de un líder, si el gran dragón rojo averigua que se me ha nombrado líder, me haré famoso y puede que me pongan en una lista de buscados, y en cuanto me atrapen mi vida estará en peligro”, ignoran estos peligros en aras de disfrutar de los beneficios de este estatus. Cuando sirven como líderes, solo les importa su disfrute carnal y no hacen trabajo real. Aparte de intercambiar un poco de correspondencia con diversas iglesias, no hacen nada más. Se esconden en algún lugar y no se encuentran con nadie, se mantienen aislados y los hermanos y hermanas no saben quién es su líder; hasta tal punto están asustados. Por tanto, ¿no es correcto decir que son líderes solo de nombre? (Sí). No hacen trabajo real como líderes, solo les importa esconderse. Cuando otros preguntan: “¿Cómo es ser líder?”, dirán: “Estoy increíblemente ocupado y, en aras de la seguridad, tengo que seguir cambiando de casa. Este entorno es tan inquietante que no me puedo concentrar en mi trabajo”. Siempre sienten que muchos ojos los observan y no saben dónde es seguro esconderse. Aparte de llevar disfraces, esconderse en lugares diferentes y no permanecer en una sola localización, no hacen nada de trabajo real a diario. ¿Existen tales líderes? (Sí). ¿Qué principios siguen? Esta gente dice: “Un conejo astuto tiene tres madrigueras. Para que un conejo pueda protegerse del ataque de un depredador, tiene que preparar tres madrigueras en las que esconderse. ¿Es aceptable que una persona que se encuentra en peligro y ha de huir no tenga dónde esconderse? ¡Hemos de aprender de los conejos! Los animales creados por Dios cuentan con esta capacidad de supervivencia y la gente debería aprender de ellos”. Desde que asumen los puestos de liderazgo, han llegado a darse cuenta de esta doctrina, e incluso creen que han entendido la verdad. En realidad, están terriblemente asustados. En cuanto oyen hablar de un líder al que denunciaron a la policía porque no vivía en un lugar seguro, o de otro líder al que los espías del gran dragón rojo persiguieron por salir demasiado a menudo para hacer su deber e interactuar con demasiadas personas, y de cómo estos acabaron arrestados y condenados, se asustan enseguida. Piensan: “Oh, no, ¿seré yo el siguiente al que arresten? Debo aprender de ello. No debería ser demasiado activo. Si puedo evitar hacer algo del trabajo de la iglesia, no lo desempeñaré. Si puedo evitar dejarme ver, lo evitaré. Minimizaré mi trabajo tanto como sea posible, evitaré salir y relacionarme con las personas y me aseguraré de que nadie sepa que soy líder. Estos días, ¿quién se puede permitir preocuparse por los demás? ¡Estar vivo ya supone un desafío!”. Desde que adoptan el papel de líder, aparte de acarrear una maleta y ocultarse, no hacen ningún trabajo. Viven con el alma en vilo, con el constante temor de que los atrapen y los condenen. Supongamos que oyen a alguien decir: “¡Si te atrapan, te matarán! Si no fueras líder, si solo fueras un creyente corriente, puede que te soltarían tras pagar solo una pequeña multa, pero dado que eres líder, es difícil saberlo. ¡Es demasiado peligroso! Algunos líderes u obreros a los que atraparon se negaron a revelar información alguna y la policía los golpeó hasta la muerte”. Una vez que oyen que han golpeado a alguien hasta la muerte, su miedo se intensifica y trabajar les aterra incluso más. En lo único que piensan todos los días es en cómo evitar que los atrapen, en evitar dejarse ver, en impedir que los vigilen y en evitar el contacto con los hermanos y hermanas. Se devanan los sesos pensando en estas cosas y se olvidan completamente de sus deberes. ¿Son leales estas personas? ¿Puede la gente así ocuparse de trabajo alguno? (No). La gente así es simplemente tímida y no podemos ponerles la etiqueta definitiva de anticristos solo en función de esta manifestación, pero ¿cuál es la naturaleza de esta manifestación? La esencia de esta manifestación es la de un incrédulo. No creen que Dios pueda proteger la seguridad de las personas y, desde luego, no creen que dedicarse a esforzarse por Dios sea consagrarse a la verdad ni sea algo que Él apruebe. No temen a Dios en su corazón; solo les asustan Satanás y los perversos partidos políticos. No creen en la existencia de Dios, no creen que todo esté en Sus manos y, por supuesto, no creen que Dios apruebe que una persona se gaste por completo para Él y en aras de seguir Su camino y de completar Su comisión. No son capaces de ver nada de esto. ¿En qué creen? Creen que, en caso de caer en manos del gran dragón rojo, tendrán un mal final, que se les sentenciará o incluso correrán el riesgo de perder la vida. En su corazón, solo consideran su propia seguridad y no la obra de la iglesia. ¿Acaso no son incrédulos? (Sí). ¿Qué dice la Biblia? “El que ha perdido su vida por mi causa, la hallará” (Mateo 10:39). ¿Creen estas palabras? (No). Si se les pide que asuman un riesgo mientras hacen su deber, desearán esconderse y no permitir que nadie los vea; querrán ser invisibles. Así de asustados están. No creen que Dios sea el apoyo del hombre, que todo esté en manos de Dios, que si algo va realmente mal o de veras los atrapan es que Dios lo ha permitido y que esa gente debería tener un corazón sumiso. Estas personas no poseen este corazón, este entendimiento ni esta preparación. ¿Creen de verdad en Dios? (No). ¿No es la esencia de esta manifestación la de un incrédulo? (Sí). Así es. La gente como esta es excepcionalmente tímida, está muy asustada y teme el sufrimiento físico y que algo malo les ocurra. Se tornan en pájaros asustadizos y ya no pueden desempeñar su trabajo. El tipo de persona del que hemos hablado antes simplemente no desempeña ningún trabajo en absoluto, aunque sea capaz de hacerlo. Incluso si es consciente de que hay un problema, no lidia con él. Solo se protege a sí mismo y es en especial egoísta y despreciable. Ambos tipos de personas son incrédulos. El primero es escurridizo y traicionero, tiene miedo de la adversidad y la fatiga, le preocupa la carne y no hace trabajo real. El segundo tipo es tímido y está asustado, no se atreve a desempeñar trabajo real y tiene miedo de que el gran dragón rojo lo atrape y lo persiga. ¿Acaso no existe una diferencia entre estos dos tipos de personas? (Sí).
¿Conocéis algunos ejemplos sobre cómo los anticristos protegen su propia seguridad? (Dios, conozco un caso así. El gran dragón rojo capturó una iglesia porque estaba controlada por un anticristo que andaba desbocado haciendo cosas malas, y arrestaron a los líderes, a los diáconos y a algunos hermanos y hermanas. En aquel momento, el anticristo tenía miedo de que lo atraparan. Sin hacer arreglos para la obra de lidiar con las repercusiones, se escondió en un lugar remoto. Incluso rechazó alojarse con una familia de acogida e insistió en utilizar las ofrendas para alquilar un alojamiento. Como no hizo los arreglos apropiados para el trabajo posterior ni eliminó enseguida los peligros ocultos, arrestaron a varios hermanos y hermanas, y se tuvo que detener el trabajo de la iglesia. Está claro que los anticristos son excepcionalmente egoístas y despreciables. En momentos críticos, solo protegen sus propios intereses y no protegen en absoluto los intereses de la casa de Dios). Los anticristos son extremadamente egoístas y despreciables. No tienen verdadera fe en Dios, y mucho menos lealtad a Él. Cuando se topan con un problema, solo se protegen y se salvaguardan a sí mismos. Para ellos, nada es más importante que su propia seguridad. Siempre y cuando puedan vivir y no los detengan, no les importa el daño causado a la obra de la iglesia. Estas personas son egoístas hasta el extremo, no piensan en absoluto en los hermanos y hermanas ni en la obra de la iglesia, solo en su propia seguridad. Son anticristos. Entonces, cuando les ocurre lo mismo a los que son leales a Dios y tienen verdadera fe en Él, ¿cómo lo gestionan? Lo que hacen, ¿de qué modo difiere de lo que hacen los anticristos? (Cuando esas cosas les suceden a quienes son leales a Dios, buscan la manera de salvaguardar los intereses de la casa de Dios, de proteger Sus ofrendas para que no sufran pérdidas, y hacen los arreglos necesarios para los líderes y obreros y los hermanos y hermanas, para minimizar las pérdidas. Los anticristos, en cambio, se aseguran de protegerse a sí mismos primero. No les importa la obra de la iglesia ni la seguridad del pueblo escogido de Dios, y cuando la iglesia se enfrenta a detenciones, eso ocasiona un perjuicio a la obra de esta). Los anticristos abandonan la obra de la iglesia y las ofrendas de Dios, y no organizan que la gente se ocupe de la situación posterior. Eso equivale a permitir que el gran dragón rojo se apodere de las ofrendas de Dios y de Su pueblo escogido. ¿No es eso una traición encubierta a las ofrendas de Dios y a Su pueblo escogido? Cuando los que son leales a Dios tienen claro que es peligroso un entorno, pese a ello aceptan el riesgo de hacer la tarea de ocuparse de la situación posterior y mantienen en mínimos las pérdidas a la casa de Dios antes de retirarse. No priorizan su propia seguridad. Dime, en este perverso país del gran dragón rojo, ¿quién podría asegurar que no hay peligro alguno en creer en Dios y cumplir con un deber? Cualquiera que sea el deber que uno asuma, conlleva cierto riesgo; sin embargo, el cumplimiento del deber es una comisión de Dios y, al seguir a Dios, uno ha de asumir el riesgo de cumplir con su deber. Uno debe hacer un ejercicio de sabiduría y ha de tomar medidas para garantizar su seguridad, pero no debe priorizar su seguridad personal. Debe tener en cuenta las intenciones de Dios y priorizar el trabajo de Su casa y la difusión del evangelio. Lo principal, y lo primero, es cumplir con la comisión de Dios para uno. Los anticristos dan máxima prioridad a su seguridad personal, creen que lo demás no tiene que ver con ellos. No les importa que le pase algo a otra persona, sea quien sea. Mientras no les pase nada malo a los propios anticristos, ellos están tranquilos. Carecen de toda lealtad, lo cual viene determinado por la esencia-naturaleza de los anticristos. En el entorno de China continental, ¿es posible evitar asumir cualquier riesgo y asegurar que nada malo ocurra mientras se lleva a cabo un deber? Ni siquiera la persona más cauta puede garantizar esto. Sin embargo, la cautela es necesaria. Prepararse bien con antelación mejorará un poco las cosas y puede ayudar a minimizar pérdidas cuando algo sale mal. Si no hay preparación en absoluto, las pérdidas serán sustanciales. ¿Veis con claridad la diferencia entre estas dos situaciones? Por tanto, no importa si se refiere a las reuniones o al desempeño de cualquier clase de deber, es mejor ser cauto y es necesario tomar algunas medidas preventivas. Cuando una persona leal cumple su deber, es capaz de pensar de forma un poco más exhaustiva y concienzuda. Quiere organizar las cosas lo mejor posible para que, si algo sale mal, las pérdidas sean mínimas. Considera que debe alcanzar este resultado. Alguien que carece de lealtad no tiene en cuenta estas cosas. Piensa que no tienen importancia y no las considera su responsabilidad ni su deber. Cuando algo sale mal, no se siente culpable. Esta es una manifestación de falta de lealtad. Los anticristos no muestran lealtad a Dios. Cuando se les asigna un trabajo, lo aceptan con bastante alegría, y hacen algunas declaraciones bonitas, pero cuando llega el peligro, son los que huyen más rápido, los primeros en echar a correr, los primeros en escapar. Esto demuestra que su egoísmo y despreciabilidad son particularmente graves. No tienen ningún sentido de la responsabilidad ni de la lealtad. Cuando se enfrentan a un problema, solo saben huir y esconderse, y piensan únicamente en protegerse a sí mismos, sin tener nunca en cuenta sus responsabilidades y deberes. En aras de su propia seguridad personal, los anticristos muestran constantemente su naturaleza egoísta y despreciable. No dan prioridad a la obra de la casa de Dios ni a sus propios deberes. Y menos aún dan prioridad a los intereses de la casa de Dios. En cambio, priorizan su propia seguridad.
El apartado que acabamos de compartir está relacionado con el punto nueve de las diversas manifestaciones de los anticristos, el de que nunca consideran los intereses de la casa de Dios, e incluso los venden y los intercambian por gloria personal, ¿verdad? (Sí). A fin de protegerse a sí mismos, para evitar el peligro y el sufrimiento físico, los anticristos adoptan una actitud superficial hacia la obra de la casa de Dios y sus propios deberes. Ocupan puestos sin hacer trabajo real. ¿No es esto vender los intereses de la casa de Dios? ¿Acaso no es ignorar los intereses de la casa de Dios, la obra de Dios y sus propias responsabilidades a cambio de seguridad personal? (Sí). Las manifestaciones que hemos diseccionado en este apartado exponen por completo la esencia egoísta y despreciable de los anticristos. ¿Sobre qué hemos compartido primordialmente? Los anticristos, por miedo a meterse en problemas y a fin de protegerse, no cumplen bien su deber ni le muestran a Dios lealtad de ningún tipo. ¿Hay algo de realidad-verdad en esta manifestación? ¿Acaso no es una pérdida de conciencia y razón? ¡Es una completa falta de humanidad!
B. Su propia reputación y estatus
Vamos a continuar con el segundo apartado de la charla, la propia reputación y estatus de los anticristos. Esto también guarda relación con los intereses de los anticristos. Ahora bien, estos tres apartados que estamos debatiendo, la propia seguridad de los anticristos, su propia reputación y estatus y sus propios beneficios, todos ellos están relacionados con los propios intereses de los anticristos. ¿Tienen conexión con la obra de la casa de Dios? (Sí). ¿Cuál es la conexión? (Puede que los anticristos, para preservarse a sí mismos y salvaguardar su reputación y estatus, perturben y socaven la obra de la iglesia). Los anticristos dañan los intereses de la casa de Dios y la obra de la iglesia para preservar sus propios intereses. Al fijarnos en la naturaleza egoísta y despreciable de los anticristos, ¿qué aprecia este tipo de persona, aparte de ser especialmente protectora de su propia seguridad? (Le gusta mucho la reputación y el estatus). Eso es. A los anticristos les gusta mucho la reputación y el estatus. La reputación y el estatus son su sustento; les parece que la vida no tiene sentido sin reputación ni estatus, y les falta energía para hacer cualquier cosa sin reputación ni estatus. Para los anticristos, tanto la reputación como el estatus están ligados estrechamente a sus intereses personales, son su punto fatal. Por esta razón, todo lo que hacen los anticristos gira en torno al estatus y la reputación. Si no fuera por estas cosas, puede que no harían ningún trabajo en absoluto. No importa que estos anticristos tengan estatus o no, el objetivo por el que luchan y el sentido en el que se esfuerzan se dirige hacia estas dos cosas, la reputación y el estatus. Cuando creen en Dios en un entorno autocrático como China continental, los anticristos no muestran ninguna consideración por los intereses de la casa de Dios, con la intención de garantizar su propia seguridad. Parte de lo que hacen es buscar estatus con todas sus fuerzas, se aferran con firmeza al poder y controlan la iglesia. La otra parte es que siempre están hablando, trabajando, corriendo de un lado a otro y esforzándose en aras de su propia reputación y su propio estatus. Este es el núcleo en torno al cual gira todo lo que dicen y hacen los anticristos. Los anticristos nunca hacen ningún trabajo real para la entrada en la vida del pueblo escogido de Dios ni para diseminar el evangelio del reino. Cuando pagan un precio, fíjate en por qué lo hacen. Cuando debaten un tema con fervor, observa por qué lo debaten. Cuando discuten o condenan a una persona, considera qué intención y objetivo tienen. Cuando están molestos o enfadados por algo, mira qué carácter revelan. La gente no puede ver el interior del corazón de las personas, pero Dios sí. Cuando Él mira dentro del corazón de la gente, ¿cómo mide la esencia de lo que esta dice y hace? Se sirve de la verdad. A ojos del hombre, lo apropiado es proteger la reputación y el estatus de uno. Entonces, ¿por qué a ojos de Dios se cataloga como la revelación y expresión de los anticristos, así como su esencia? Esto se basa en el ímpetu y la motivación respecto a todo lo que hacen los anticristos. Dios escruta el ímpetu y la motivación de lo que hacen y, al final, concluye que todo es por su propia reputación y estatus, en lugar de en aras de cumplir su deber, y mucho menos de practicar la verdad y someterse a Dios.
Los anticristos buscan reputación y estatus, así que, sin duda, también hablan y trabajan para defender su reputación y estatus. Valoran ambas cosas por encima de todo lo demás. Si alguien a su alrededor tiene buen calibre y persigue la verdad y esta persona obtiene algo de prestigio entre los hermanos y hermanas y lo eligen jefe de equipo, y los hermanos y hermanas de veras admiran y aprueban a esta persona, ¿cómo reaccionarán los anticristos? Sin duda, no estarán contentos y en ellos surgirán celos. Si los anticristos albergan celos, decidme, ¿pueden comportarse bien? ¿Acaso no tendrán que hacer algo al respecto? (Sí). ¿Qué harán si de veras le tienen envidia a esta persona? En su mente, seguro que hacen este tipo de cálculo: “Esta persona tiene bastante buen calibre, posee algo de entendimiento de esta profesión y es más fuerte que yo. Esto es beneficioso para la obra de la casa de dios, ¡pero no para mí! ¿Ocupará mi puesto? Si de verdad me sustituye un día, ¿acaso no me supondrá un problema? Debería ser previsor. Si algún día es capaz de valerse por sí misma, no me resultará tan fácil reprenderle. Lo mejor es que yo ataque primero. Si me demoro y permito que me deje en evidencia, quién sabe cuáles serán las consecuencias. Por tanto, ¿cómo puedo atacar? Me hace falta una excusa, buscar una oportunidad”. Decidme, si la gente quiere castigar a alguien, ¿acaso no les resulta fácil encontrar una excusa y una oportunidad para hacerlo? ¿Cuál es una de las tácticas del diablo? (“El que quiere culpar a alguien siempre encontrará un motivo”). Exacto, “El que quiere culpar a alguien siempre encontrará un motivo”. En el mundo de Satanás, existe esta clase de lógica y ocurren estas cosas. No se trata de algo que exista en absoluto para Dios. Los anticristos pertenecen a Satanás y tienen una gran habilidad para hacer estas cosas. Reflexionarán sobre esto: “El que quiere culpar a alguien siempre encontrará un motivo. Te culparé, buscaré la oportunidad de castigarte, reprimiré tu arrogancia y soberbia, e impediré que los hermanos y hermanas te estimen y te elijan la próxima vez como jefe de equipo. Entonces, ya no supondrás una amenaza para mí, ¿verdad? Si elimino este problema potencial y me deshago de este competidor, ¿acaso no me quedaré más tranquilo?”. Si su mente da tantas vueltas, ¿pueden refrenarse de cara al exterior a la hora de actuar? Dada la naturaleza de los anticristos, ¿pueden mantener esta idea enterrada dentro de ellos y no hacer nada? En absoluto. No cabe duda de que hallarán una manera de actuar. Esta es la crueldad de los anticristos. No es solo que piensen así, sino que también quieren lograr este objetivo. Por tanto, meditarán sobre este asunto a la desesperada, se devanarán los sesos. No tienen en cuenta los intereses de la casa de Dios ni la obra de la iglesia. Les importa incluso menos si sus acciones se conforman a la intención de Dios. En lo único que piensan es en cómo mantener su reputación y estatus, en cómo salvaguardar su poder. Creen que su rival ya ha supuesto una amenaza a su estatus, así que tratan de buscar una oportunidad para derribarlo. Cuando se enteran de que, sin consultárselo, su rival sustituyó a alguien que estaba haciendo su deber de una manera consistentemente superficial, ven esto como la ocasión perfecta para culpar de algo a su rival. Delante de los hermanos y hermanas, dicen: “Ya que todo el mundo está hoy aquí, vamos a diseccionar este asunto. ¿Acaso no es un acto dictatorial sustituir a alguien sin autorización, sin discutirlo con tus colaboradores o compañeros? ¿Por qué cometería alguien un error así? ¿Acaso no existe un problema en su carácter? ¿No se le debería podar? ¿No deberían abandonarlo los hermanos y hermanas?”. Se apropian de este asunto y lo exageran para denigrar a su rival y ensalzarse a sí mismos. En realidad, la situación no es tan grave. Es perfectamente aceptable realizar un informe cuando se ajusta o se sustituye el deber de un miembro del equipo, siempre y cuando ese ajuste o sustitución se atenga a los principios. Sin embargo, los anticristos magnifican este asunto. Atacan a propósito a su rival y se exaltan a sí mismos. ¿No es esto una manifestación de castigar a los demás? Podan cruelmente a su rival y lanzan acusaciones exageradas sobre él. Al oír esto, los hermanos y hermanas piensan: “¿Qué está pasando aquí? Parece que algo no va bien. ¡Lo que dicen no coincide con la realidad! La persona a la que se ajustó su deber no lo estaba haciendo de forma responsable, eso es un hecho reconocido. Se le sustituyó para defender la obra de la iglesia. Cumplir su deber de esta manera es un enfoque serio y responsable, así como una manifestación de lealtad. Entonces, ¿por qué tacharlo de acto dictatorial? ¡Esto es claramente un caso de que ‘El que quiere culpar a alguien siempre encontrará un motivo’!”. Cualquiera que posea algún entendimiento de la verdad y un poco de discernimiento puede reconocer de un vistazo que estos anticristos se están dando importancia y desquitando sus frustraciones con su rival. ¿En qué sentido es esto responsabilizarse de la obra? ¿En qué sentido es podar a la persona? Estos anticristos están armando mucho alboroto por nada, no es más que una simple represalia y venganza personal. Esto proviene de la voluntad humana y de Satanás, no de Dios. Desde luego, no proviene de una actitud de asumir la responsabilidad por el trabajo y por sus deberes; esa no es su intención. Los anticristos dejan en evidencia sus intenciones con demasiada claridad, y hay quien es capaz de verlo. ¿Pueden sentir esto los anticristos? (Sí). Esta es la astucia de los anticristos. Son los más hábiles en salvaguardar su estatus, en sofismas, en ganarse a la gente y, sobre todo, en tener una “perspectiva” del corazón de las personas. Piensan para sí: “Soy capaz de desentrañar cada pensamiento que tengáis en vuestro corazón. Puede que entendáis la verdad, pero no me podéis desentrañar a mí. Yo puedo dilucidaros a vosotros. Puedo distinguir quién no está convencido de las cosas que digo”. Sin embargo, ¿expresan algo de esto? No. Se sirven de algunas palabras y expresiones agradables para convencer a todo el mundo, para hacerles pensar que fueron razonables al podar a esta persona. ¿Qué palabras usan? Dicen: “No te podé por un motivo egoísta ni personal. En realidad, no existe ningún rencor personal entre nosotros. Lo que sucede es que, cuando apartaste de manera arbitraria a esta persona de su deber, eso resultó perjudicial para los intereses de la casa de dios. ¿Puedo hacer la vista gorda ante eso? Si te lo permitiera, sería una irresponsabilidad por mi parte. No lo hago para ponerte a ti o a nadie en particular en el punto de mira. Si me equivoco, los hermanos y hermanas pueden criticarme y reprenderme. No voy a presentarme a la siguiente elección”. Cuando alguna gente oye esto, se quedan muy atolondrados. Piensan: “Parece que los he malinterpretado. Están incluso dispuestos a no presentarse a las elecciones. No podaron a esta persona para competir por estatus, su acción se basaba en una actitud de ser responsables con la obra de la iglesia. No existe ninguna maldad en ello”. Estos anticristos se las arreglan para desorientar de nuevo a algunas personas. ¿Acaso no son astutos? (Sí). ¡Son extremadamente astutos! Se puede decir que los anticristos se devanan los sesos, sondean las profundidades de su mente y emplean todos los medios necesarios en aras de su reputación y estatus. Hay cierto dicho que afirma: “Dales una bofetada y luego ofréceles un dulce dátil”. ¿Acaso no usan esta táctica los anticristos? Después de golpearte, es posible que te digan algunas cosas agradables para engatusarte, consolarte y hacerte sentir que son increíblemente tolerantes, pacientes y amorosos. Al final, has de darles tu aprobación y decir: “Mira, esta persona tiene muy claros los objetivos en su trabajo y es muy competente en ello, ¡qué gran habilidad! Está claro que posee las cualidades de un líder y todos sentimos que somos inadecuados en comparación con ellos”. ¿Acaso no han logrado entonces su objetivo tales anticristos? Estos son los trucos de los anticristos.
Los anticristos son especialmente traicioneros y astutos. Consideran todo lo que dicen de manera concienzuda, a nadie se le da tan bien fingir. Sin embargo, una vez que salta la liebre, una vez que la gente los ha visto tal y como son, se emplean a fondo para justificarse y piensan en maneras de remediar la situación y se marcan faroles para salvar su imagen y su reputación. Los anticristos viven su día a día solo por la reputación y el estatus, solo para deleitarse con los beneficios del estatus, eso es en lo único que piensan. Incluso cuando ocasionalmente sufren alguna dificultad menor o pagan algún precio trivial, lo hacen en aras de obtener estatus y reputación. Buscar el estatus, mantener el poder y tener una vida fácil son las cuestiones fundamentales que los anticristos siempre maquinan una vez que creen en Dios, y no se dan por vencidos hasta que logran sus objetivos. Si sus malas acciones son expuestas, les entra el pánico, como si el cielo estuviera a punto de caer sobre ellos. No pueden comer ni dormir, y parecen estar en trance, como si sufrieran una depresión. Cuando la gente les pregunta qué les pasa, se inventan mentiras y dicen: “Ayer estuve tan ocupado que no dormí en toda la noche, así que estoy muy cansado”. Pero en realidad, nada de esto es cierto, es todo un engaño. Se sienten así porque reflexionan constantemente: “Lo malo que hice ha quedado al descubierto, así que ¿cómo voy a recuperar mi reputación y mi estatus? ¿Qué recursos puedo utilizar para redimirme? ¿Qué tono puedo usar cuando le explique esto a todo el mundo? ¿Qué puedo decir para impedir que nadie me descubra?”. Durante mucho tiempo no saben qué hacer, y por eso se deprimen. A veces se quedan con la mirada fija en un solo punto, y nadie sabe lo que están mirando. El problema hace que se devanen los sesos, que agoten todas sus ideas y que no quieran comer ni beber. A pesar de ello, siguen aparentando que se preocupan por la obra de la iglesia y preguntan a la gente: “¿Cómo va la obra del evangelio? ¿Cómo de eficaz es la predicación? ¿Han ganado los hermanos y hermanas alguna entrada en la vida recientemente? ¿Ha habido alguien que haya causado algún trastorno o perturbación?”. Estas preguntas suyas sobre la obra de la iglesia pretenden ser una exhibición para los demás. Si de veras se percataran de los problemas, no tendrían forma de resolverlos, por lo que sus preguntas son una mera formalidad que los demás tienden a ver como una preocupación por la obra de la iglesia. Si alguien hiciera un informe de los problemas de la iglesia para que ellos los resolvieran, se limitarían a sacudir la cabeza. Ningún ardid les serviría, y si quisieran disimular, no podrían, y se arriesgarían a ser puestos en evidencia y revelados. Este es el mayor problema al que se enfrentan los anticristos en toda su vida. En este momento, los anticristos están como una hormiga en una sartén caliente, ansiosos, sacuden la cabeza de vez en cuando como diciendo: “Esto no puede seguir así”. Entonces se aporrean la cabeza con las manos, como si pensaran: “¿Cómo puedo ser tan idiota? ¿Cómo puedo tropezar en este asunto?”. Los anticristos no pueden aceptar este hecho y solo les queda suspirar. Trabajan, sufren y pagan el precio solo por su propia reputación y estatus, se permiten toda clase de acciones malvadas para satisfacer sus ambiciones y deseos. Es inevitable que el pueblo escogido de Dios los deje en evidencia. Si no persigue la verdad, tarde o temprano, el destino de la gente es caer. Este dicho se cumple perfectamente bien en los anticristos. Aunque son diestros en los disfraces y son capaces de hablar de manera persuasiva y de desorientar a los demás, si el pueblo escogido de Dios entiende la verdad y puede discernir la esencia de una persona, no importa lo hondo que se escondan los anticristos o cuánta maldad cometan, puede discernirlos por completo. Existen un par de dichos: “El que se aferra al mal se destruye él solo” y “Si juegas con fuego, te acabas quemando”. Estas son leyes objetivas que rigen el desarrollo de las cosas, que Dios estableció para el desarrollo de todas las cosas y todos los acontecimientos. Nadie puede escapar de ellas. Aunque la obra de la iglesia continúe bajo el dominio de los anticristos, su efectividad ha disminuido en gran medida. Hay individuos malvados que todavía controlan algún trabajo importante, y los arreglos del trabajo de la casa de Dios no se han implementado. Aunque en el pueblo escogido de Dios cada uno realice su deber, no se produce un resultado real y varias tareas quedaron paralizadas hace mucho. ¿Cuál es el origen de estos problemas? El motivo es que los anticristos han tomado el control de la iglesia. En cualquier lugar que ostenten el poder los anticristos, sin importar el alcance de su influencia, aunque solo sea un grupo, influirán en la obra de la casa de Dios y en la entrada en la vida de una parte del pueblo escogido de Dios. Si ostentan el poder en una iglesia, el trabajo de esta y la voluntad de Dios se ven allí obstaculizados. ¿Por qué no se pueden implementar los arreglos del trabajo de la casa de Dios en ciertas iglesias? Porque los anticristos ostentan el poder en ellas. Cualquiera que sea un anticristo no se va a gastar con sinceridad por Dios, el desempeño de sus deberes será una cuestión de formalidad y de actuar por inercia. No harán trabajo real, aunque sean líderes y obreros, y solo hablarán y obrarán en aras de fama, ganancia y estatus, sin proteger en absoluto el trabajo de la iglesia. Entonces, ¿qué hacen los anticristos todo el día? Se dedican a hacer una actuación y a lucirse. Solo hacen cosas relacionadas con su propia fama, ganancia y estatus. Están ocupados desorientando a los demás, atrayendo a la gente, y cuando hayan acumulado sus fuerzas, pasarán a controlar otras iglesias. Solo desean reinar como reyes y tornar la iglesia en su reino independiente. Solo desean ser el gran líder, tener una autoridad completa, unilateral, controlar más iglesias. Nada más les interesa lo más mínimo. No se preocupan por la obra de la iglesia, ni por la entrada en la vida del pueblo escogido de Dios, y mucho menos por si se cumple la voluntad de Dios. Solo se preocupan por el momento en que puedan tener el poder de forma independiente, controlar al pueblo escogido de Dios y estar en igualdad de condiciones con Él. Los deseos y ambiciones de los anticristos son realmente enormes. Por muy trabajadores que parezcan los anticristos, solo están ocupados con sus propios esfuerzos, haciendo lo que les gusta hacer, y con cosas relacionadas con su propia fama, ganancia y estatus. Ni siquiera piensan en sus responsabilidades o en el deber que deberían cumplir, y no hacen nada conveniente en absoluto. Esa es la clase de cosa que son los anticristos; son diablos y satanases que trastornan y perturban la obra de Dios.
En el pasado, había un líder a quien le confié cinco tareas durante su mandato. Sin embargo, pasados dos meses, ninguno de estos asuntos se había implementado. Desde fuera, no parecía que el líder se pasara sentado todo el día, sino que estaba bastante ocupado y exhausto y apenas lo veías nunca. Así pues, ¿con qué estaba ocupado y por qué no era capaz de cumplir bien las tareas que Yo le había asignado? Aquí radicaba un problema. El líder no había hecho ninguna de las tareas porque no le gustaba hacerlas, ya que considera que no se enmarcan en sus deberes. Esto era un problema. Asimismo, tenía opiniones diferentes sobre algunas labores, que dejó de lado de manera intencionada. Había además tareas que presentaban algunos desafíos, requerían asistencia de otros y eran un tanto problemáticas, de las que el líder no quería ocuparse. Estas fueron las situaciones que surgieron. Así pues, pasaron dos meses y no se finalizó ni una sola tarea. Hubo quien dijo: “¿Es posible completar todas estas tareas en dos meses?”. Sí, todas eran tareas que se podrían completar en dos meses, y la mayoría en un día o dos, pero el líder no logró implementarlas. Cuando otro ocupó su puesto y llevó a cabo esas tareas, se completaron las cinco en una semana. ¿Creéis que se debería reemplazar a un líder así? (Sí). Si os encontráis con alguien de ese tipo, que no finaliza ninguna de las tareas que le asigna lo Alto, si bien desde fuera parece bastante ocupado, entonces se trata de un falso líder. A tales individuos habría que reemplazarlos o descartarlos enseguida. ¿Qué te parece este principio? (Bueno). No te fijes en su aparente entusiasmo ni en el hecho de que parecen bastante ocupados durante todo el día. La verdad es que no hacen trabajo real, se mantienen ocupados con asuntos triviales. ¿Qué hacen? Sus acciones recaen en unas pocas categorías diferentes. Primero, asumen tareas que creen que pueden manejar, las que son seguras y no implican mucho riesgo. ¿Qué quiero decir con que “no implican mucho riesgo”? Quiero decir que, al hacer estas tareas, es fácil evitar cometer errores, no tienen que interactuar con lo Alto y pueden evitar hacer cosas mal y que los poden. Asimismo, se ocupan de las tareas en las que son competentes, donde es menos probable que cometan errores. De este modo, pueden evitar cargar con la responsabilidad y, en mayor medida, protegerse de que los poden, los echen o los expulsen. Estas tareas están exentas de riesgo y no implican responsabilidad, así que pueden responder ante ellas y ocuparse de las tareas. En realidad, hay un elemento oculto en esto. ¿Desempeñarían estas tareas si pudieran hacerlas sin que nadie los viera? Si no se produjera un beneficio personal para ellos, ¿las harían? Está claro que no. ¿Qué clase de tareas prefieren? Prefieren tareas que sean relativamente fáciles, simples, y que se puedan lograr sin mucho sufrimiento. Además, están dispuestos a escuchar y a memorizar más sermones que les interesen y se conformen a sus nociones. Una vez que los entienden, pueden discutir estos sermones con los demás, con la intención de exhibirse y de ganarse su admiración. Asimismo, si llevar a cabo estas tareas les permite interactuar con más personas y que otros sean más conscientes de que están ocupados obrando, que se hallan en una posición de liderazgo y tienen este estatus e identidad, eso es lo que harán. Seleccionan tareas de esta naturaleza. Sin embargo, si el trabajo que necesitan desempeñar es complejo y excede a sus capacidades, y si alguien es más hábil que ellos y existe riesgo de que se deteriore su imagen si fracasan, de que los demás los menosprecien, entonces no están dispuestos a realizar estas tareas. Tienen miedo del trabajo arduo, de la fatiga y de la vergüenza de no hacerlo bien. Además, son especialmente holgazanes y tienden a evitar las tareas extenuantes y laboriosas, se esconden muy lejos de ellas. En su lugar, prefieren hacer tareas que mejoren su imagen, sean llevaderas, en las que puedan salir del paso y ganarse el corazón de las personas sin que lo Alto las desentrañe. Todos estos son rasgos innatos de los anticristos. En lo que respecta a realizar sus deberes, ellos los eligen. Cuentan con elecciones personales, planes e incluso intrigas. Para nada se limitan a obedecer simplemente los arreglos de la casa de Dios; por el contrario, realizan sus propias elecciones. En cuanto a ciertos arreglos de lo Alto, si no están de acuerdo con ellos, no los implementan en ningún caso. Ocultan estos asuntos por completo y los hermanos y hermanas de la iglesia son ajenos a ellos. Si la implementación de estos arreglos de lo Alto entrara en conflicto con ciertos individuos u ofendiera a la gente, ¿los implementarían? No. Piensan en su corazón: “Si lo alto quiere que se haga esto, no lo voy a hacer. Aunque lo haga, tengo que hacerlo en nombre de lo alto, alegando que ellos lo ordenaron. No puedo permitirme ofender a esa gente”. Los anticristos son unos tipos taimados, ¿verdad? En cualquier cosa que hacen, conspiran y lo calculan ocho o diez veces, o incluso más. Tienen la cabeza llena de pensamientos sobre cómo hacerse con posiciones estables entre los demás, cómo tener una buena reputación y un elevado prestigio, cómo ganarse el favor de lo alto, cómo hacer que los hermanos y hermanas les apoyen, amen y respeten, y harán lo que sea necesario para conseguir estos resultados. ¿Por qué senda caminan? Para ellos, los intereses de la casa de Dios, los de la iglesia y la obra de la casa de Dios no son su principal consideración, y mucho menos son cosas que les preocupen. ¿Qué es lo que piensan? “Estas cosas no tienen nada que ver conmigo. Es Cada hombre para sí mismo, y sálvese quien pueda; la gente tiene que vivir para sí misma y para su propia reputación y estatus. Esa es la meta más alta que existe. Si alguien no sabe que debe vivir para sí mismo y protegerse, es un imbécil. Si se me pidiera que practicara según los principios-verdad y que me sometiera a dios y a los arreglos de su casa, entonces dependería de si existiera o no algún beneficio en ello para mí, y si hubiera alguna ventaja en hacerlo. Si el no someterme a los arreglos de la casa de dios conlleva la posibilidad de que me echen y pierda la oportunidad de obtener bendiciones, entonces me someteré”. Así, para proteger su propia reputación y estatus, los anticristos suelen optar por hacer algunas concesiones. Se podría decir que, en aras del estatus, los anticristos son capaces de soportar cualquier tipo de sufrimiento, y con tal de tener una buena reputación, son capaces de pagar cualquier tipo de precio. El dicho: “Un gran hombre sabe cuándo ceder y cuándo no”, les parece cierto. Esta es la lógica de Satanás, ¿verdad? Esta es la filosofía de Satanás para los asuntos mundanos, y también es el principio de supervivencia de Satanás. ¡Es absolutamente repugnante!
Los anticristos consideran que su propio estatus y reputación son más importantes que cualquier otra cosa. Estas personas no solo son falsas, astutas y perversas, sino también extremadamente crueles. ¿Qué hacen cuando detectan que su estatus está en peligro o cuando han perdido su lugar en el corazón de la gente, su respaldo y afecto, cuando esa gente ya no les venera ni admira, cuando han caído en la ignominia? De repente, cambian. En cuanto pierden su estatus, se vuelven reacios a cumplir cualquier deber, todo lo que hacen es superficial, y no tienen ningún interés en hacer nada. Pero esta no es su peor expresión. ¿Cuál es entonces? En cuanto estas personas pierden su estatus, y nadie las admira ni se deja desorientar por ellas, salen el odio, los celos y la venganza. No solo no tienen un corazón temeroso de Dios, sino que también carecen siquiera de un ápice de sumisión. En sus corazones, asimismo, son propensos a odiar a la casa de Dios, a la iglesia, y a los líderes y obreros, anhelan que la obra de la iglesia tenga problemas o se paralice, quieren reírse de la iglesia y de los hermanos y hermanas. También odian a cualquiera que persiga la verdad y tema a Dios. Atacan y se burlan de cualquiera que sea leal en su deber y esté dispuesto a pagar un precio. Este es el carácter de los anticristos, ¿acaso no es cruel? Se trata claramente de gente malvada; en esencia, los anticristos son personas malvadas. Incluso cuando las reuniones se celebran online, si ven que la señal es buena, maldicen por lo bajo y se dicen: “Espero que se caiga la señal. ¡Es mejor que nadie pueda oír los sermones!”. ¿Qué es esta gente? (Son diablos). ¡Son diablos! Desde luego, no es la gente de la casa de Dios. Estas clases de diablos y de personas malvadas avivan el fuego de este modo, sea cual sea la iglesia en la que se encuentren. Aunque la gente con discernimiento los deje en evidencia y los restrinja, no reflexionarán sobre sí mismos ni admitirán sus errores. Pensarán que ha sido un lapso momentáneo por su parte y que deberían aprender de ello. Una persona así, que se niega por completo a arrepentirse, no se someterá, sea quien sea el que la discierna y la deje en evidencia. Tratará de tomar represalias contra quien lo haga. Cuando se siente incómoda, tampoco quiere que los hermanos y hermanas lo tengan fácil. En su corazón, llega incluso a maldecir en secreto a los hermanos y hermanas, desea que les sucedan cosas malas y maldice la obra de la casa de Dios, desea que aparezcan problemas. Cuando algo va mal en la casa de Dios, se alegra y lo celebra en secreto, piensa: “¡Uf! Al final algo ha ido mal. Todo esto ocurre porque me has sustituido. ¡Está bien que todo se derrumbe!”. Se alegra y siente placer al ver a otros volverse débiles y negativos, dice cosas para reírse de ellos, ridiculizarlos y denigrarlos, e incluso difunde palabras de negatividad y de muerte, asegura: “Los creyentes renunciamos a nuestras familias y carreras para hacer nuestro deber y padecer sufrimiento. ¿De veras crees que la casa de dios puede asumir la responsabilidad de nuestro futuro? ¿Lo has pensado alguna vez? ¿Vale el precio que estás pagando? Ahora mi salud no es la mejor y, si me consumo, ¿quién va a cuidar de mí durante la vejez?”. Dice esas cosas para que todo el mundo se sienta negativo, solo entonces se pondrá contento. ¿No es acaso que no traman nada bueno? ¿Es que no es siniestro y malévolo? ¿Acaso no deberían recibir retribución tales personas? (Sí). ¿Creéis que de veras llevan a Dios en su corazón? No parecen auténticos creyentes en Dios, en lo fundamental no creen que Dios escrute lo más hondo del corazón de la gente. ¿Acaso no son incrédulos? Si de verdad creyeran en Dios, ¿cómo podrían decir tales cosas? Habrá quien diga que es porque les falta un corazón temeroso de Dios, ¿es eso correcto? (No). ¿Por qué es incorrecto? (Dios simplemente se halla ausente de su corazón; se oponen a Él). En realidad, se atreven a decir tales cosas porque no creen en la existencia de Dios. Creen menos todavía que Dios escrute a todo el mundo y tampoco creen que Él observe todas sus palabras y hechos, todo pensamiento e idea que tengan. No creen estas cosas, así que no están asustados y pueden decir con libertad y sin escrúpulos estas palabras endiabladas. Incluso los no creyentes dicen a menudo: “El cielo tiene ojos” y “Cuando el hombre actúa, el cielo vigila”. Cualquiera con siquiera un poco de fe auténtica no pronunciaría de manera casual estas palabras endiabladas de los incrédulos. ¿No se producirán consecuencias graves para los creyentes que piensen y hablen así? ¿No tiene esto una naturaleza grave? ¡Es muy grave! Que puedan negar a Dios de esa manera significa que son auténticos diablos y malvados que se han infiltrado en la casa de Dios. Solo los diablos y los anticristos se atreven a clamar abiertamente contra Dios. Los intereses de Su casa representan los intereses de Dios, y cualquier cosa que haga la casa de Dios se encuentra bajo el liderazgo de Dios, Su permiso y Su guía; está estrechamente relacionada con la obra de gestión de Dios y no se puede separar de esta. ¿Qué clase de persona es aquella que maldice abiertamente la obra de la casa de Dios de esta manera, que la calumnia en su corazón y que quiere reírse de la casa de Dios, que desea ver que arrestan a todo Su pueblo escogido, ver la obra de la iglesia paralizada por completo y a los creyentes darle la espalda a su fe, y que se alegrará cuando esto ocurra? (Son diablos). Son diablos, ¡son malvados diablos reencarnados! La gente corriente posee actitudes corruptas, a veces son rebeldes y sopesan unas cuantas ideas pequeñas cuando se sienten negativos y débiles, eso es todo, pero no serían tan malos ni surgirían de ellos tales pensamientos perversos y malévolos. Esta clase de esencia solo está presente en los anticristos y los diablos. Cuando los anticristos tienen estas ideas, ¿sospechan que podrían estar equivocados? (No). ¿Por qué no? (Porque consideran que lo que piensan y dicen es la verdad. No creen en Dios, carecen de un corazón temeroso de Dios y su naturaleza es la de resistirse a Él). Exacto, esa es su naturaleza. ¿Cuándo ha tratado Satanás a Dios como a Dios? ¿Cuándo ha creído que Dios sea la verdad? Nunca, y nunca lo hará. Los anticristos, estos diablos, son iguales; no tratan a Dios como Dios ni creen que Él sea la verdad. No creen que Dios sea aquel que creó y defendió la soberanía sobre todas las cosas. Por eso piensan que cualquier cosa que digan es correcta. Piensan y actúan sin escrúpulos de esta manera; es su naturaleza. Cuando los humanos corruptos hacen lo mismo, experimentan un conflicto interno. Tienen sentido y conciencia humanos. Su sentido, su conciencia y la verdad que entienden causa efecto en ellos internamente, lo cual da lugar a conflictos. Cuando este conflicto aparece, tiene lugar una batalla entre lo correcto y lo incorrecto, lo bueno y lo malo y la rectitud y la perversidad, y se llega a un desenlace. Aquellos que persiguen la verdad se ponen del lado de Dios, mientras que los que no la persiguen se colocan de parte de las fuerzas perversas de Satanás. Los anticristos lo hacen todo en colaboración con Satanás. Esparcen negatividad, difunden rumores y se ríen de la casa de Dios. Maldicen y calumnian la obra de la casa de Dios y maldicen a los hermanos y hermanas. Sienten incluso calma al hacerlo, su conciencia no los acusa, no albergan el menor remordimiento y creen que sus acciones son del todo correctas. Esto revela por completo la naturaleza satánica de los anticristos y su feo rostro que se resiste a Dios. Por tanto, no es una exageración decir que los anticristos son auténticos diablos y satanases. Los anticristos son diablos natos y no son en absoluto objeto de la salvación de Dios. No pertenecen en absoluto a la especie humana corrupta corriente. Los anticristos son diablos reencarnados, son demonios malvados natos. Así son las cosas.
Los anticristos centran toda su atención en la reputación y el estatus. ¿Cuáles son las acciones que realizan los anticristos respecto a la reputación y el estatus? Actúan sin escrúpulos, se devanan los sesos, agotan cualquier pensamiento y no reparan en gastos para gestionar su propia reputación y estatus. Estas dos cosas son su sustento, su todo. Creen que obtener estas dos cosas significa que lo han obtenido todo. En su mundo solo existe el estatus, la reputación y sus propios intereses; no les importa nada más. Por tanto, ¿resulta útil compartir la verdad, la humanidad, la rectitud o las cosas positivas con personas como los anticristos? (No). Exacto, no sirve de nada. Es como tratar de decirle a una prostituta cómo ser una mujer en una casa llena de virtud o enseñarle a ser una esposa y madre virtuosa; no quiere escucharlo, no le gusta y lo considera repugnante. ¿Cómo de repugnante? En su corazón te increpa y aprovecha cualquier oportunidad para mofarse de ti, ridiculizarte, atacarte y excluirte. Hoy en día, ¿no hay en la iglesia gente que, en cuanto oye a alguien compartir la verdad o hablar sobre verdades tales como someterse a la instrumentación y los arreglos de Dios u obedecer los arreglos de la casa de Dios, exhiba una actitud particularmente rebelde? (Sí). Debería haberla. Observa e identifica a aquellos que exhiben tal conducta. Cuando compartes la necesidad de someterte a la soberanía y a los arreglos de Dios, reaccionan con una fuerte repulsa, piensan: “¡No paran de hablar en todo el día de someterse a los arreglos de dios, como si dios lo hubiera arreglado todo y la gente no tuviera elección alguna!”. En cuanto compartes la verdad o la necesidad de una cooperación armoniosa, buscan las intenciones de Dios y obran de acuerdo con los principios-verdad en su deber, sienten una repulsa especial y no están dispuestos a escuchar. Aunque escuchen con reticencia, no pueden permanecer quietos, y si se las arreglan de algún modo para permanecer quietos, se debe casi seguro a que se han quedado dormidos. Cuando hablas sobre la verdad y sobre seguir los principios a la hora de manejar los asuntos, les entra sueño y dan cabezadas. Tras algún tiempo sin compartir la verdad, sin poda, se llenan de energía. Obran de manera temeraria e imprudente, toman decisiones unilaterales y con una mano se agarran a la reputación mientras con la otra se hacen con el estatus. Saltan más alto que nadie y se meten en todo tipo de problemas. Estas personas son anticristos, todas se resisten a Dios y pueden crear grandes problemas en cualquier momento.
A cualquiera que posea la naturaleza de los anticristos se le debería clasificar como tal. Cuando quieran actuar de manera unilateral, se les debería refrenar y parar; de eso no cabe duda. Alguno podría decir: “¿Y si no podemos pararlos? ¿Qué deberíamos hacer?”. Os contaré una manera infalible de detenerlos con una sola frase. Cuando te encuentras en tal situación, di simplemente: “Si dejas de actuar con imprudencia, de tomar decisiones unilaterales y de tener la última palabra, ¿morirás?”. ¿Cómo suena eso? (Bien). ¿Creéis que un anticristo podría morir de veras si se le impide actuar de manera unilateral? (Sí). ¿Cómo habéis llegado a este “sí”? (Los anticristos son así en su núcleo más interno; si no pueden obrar de manera unilateral, se sienten desgraciados y son incapaces de seguir viviendo). Exacto, en el fondo son así, y si no pueden actuar de esta manera, se sienten desgraciados. Entonces, ¿son normales estas personas? (No). No son normales. ¿Cómo pensaría una persona normal? “Si no puedo actuar de manera unilateral, me rindo sin más; ¿qué tiene eso de difícil? ¡Me hace la vida incluso más fácil!”. Así pensaría una persona normal. No obstante, un anticristo se sentirá miserable si no lo dejas actuar así. ¿Acaso no habita un demonio dentro de ellos? (Sí). Por eso, no dejarlos actuar unilateralmente puede hacerlos sentir que se están muriendo. ¿Qué significa “muriendo”? Significa que el diablo los atormenta y perturba en su corazón, hace que se sientan incapaces de soportarlo o de seguir viviendo, como si estuvieran al borde de la muerte; eso es lo que significa. En lo que respecta a los anticristos, a la gente malvada y a esos demonios que buscan perturbar la obra de la casa de Dios, decirles esta única frase resulta más efectivo que discutir con ellos cualquier verdad. Esta mera declaración es útil en aquellos como los anticristos, en la gente malvada y en los diablos que perturban la obra de la casa de Dios. ¿Resulta útil decirles la verdad a estas personas? (No). “Tienes que cooperar en armonía, cumplir tu deber y manejar los asuntos de acuerdo con los principios-verdad”; se han dicho este tipo de palabras durante muchos años, ¿hay alguien que no las entienda ni las recuerde? No debería ser el caso. Entonces, ¿por qué algunas personas siguen actuando de forma unilateral? Esto solo puede significar una cosa: no son dueñas de sí mismas; no son personas normales. Su mente y su corazón no son capaces de regirlas; existe algo más en su interior que las gobierna, que las dirige violenta y enérgicamente para que actúen de esta manera, que es en concreto trastornar y perturbar la obra de la casa de Dios, perjudicarla y provocar que los intereses de la casa de Dios sufran pérdidas. ¿Quién podría hacer semejantes cosas? Solo los satanases y los diablos. Aquellos que siguen a Dios, la gente normal, los auténticos seres creados, no hallarían la motivación para hacer tales cosas; solo los satanases y los diablos poseen tal motivación y hacen adrede estas cosas. ¿Has recordado esta afirmación? (Sí). Entonces, concluiremos aquí nuestra charla de hoy. ¡Hasta pronto!
29 de febrero de 2020