130-A8 Hablar y predicar sobre la palabra de Dios: “Debes buscar el camino de la compatibilidad con Cristo”

Hay algunas personas a las que creer en Dios y entrar en el reino de los cielos les parece sencillo, pero eso es dejarse llevar por la fantasía. Una vez que me oigáis hablar de esto hoy, es posible que digáis: “¿Hay algo aquí que no encaja? ¿De verdad es tan difícil entrar en el reino de los cielos? Creyendo en Dios, ¿de verdad es tan difícil ser ganado por Dios? ¿Es tan complicado como dices? ¿De verdad Dios no se contenta con que creamos en Él de manera tan pura y sencilla? ¿Exige Él que busquemos la verdad para conocerlo? Entonces, si no buscamos la verdad y simplemente seguimos creyendo, ¿estará bien? Podemos seguir gastando para Dios y dando testimonio de Él; ¿eso tampoco servirá? ¿Sigue sin ser suficiente?”. ¿Cómo se pueden explicar estas cosas? ¿Podéis explicarlas? Lo que ocurre es que cuando la obra de Dios no se ajusta a las concepciones de las personas, estas son incapaces de ser obedientes a Él. Por ejemplo, cuando las personas se enfrentan a una prueba, no les resulta fácil ser obedientes. En la Era de la Ley, el pueblo de Israel eligió a su rey y al primero a quien eligieron fue Saúl. Este era un hombre alto, le sacaba a los demás una cabeza de altura, y el pueblo de Israel dijo: “Seremos tremendos si elegimos a esta clase de hombre. ¿Cómo se atreverían a atacar a Israel los filisteos o los gentiles?”. Por consiguiente, lo eligieron como su líder, pero las victorias que ganaron no fueron muchas, ni Saúl era muy hábil . Había entre los filisteos un gigante que medía más de tres metros utilizando las medidas actuales. Aunque se reuniera mucha gente, no podían derrotarlo y los israelitas estaban muertos de miedo. “¡No hay quien pueda derrotar a este gigante!”. ¿Y cuál fue el resultado? Cuando todos estaban aterrorizados y no se atrevían a salir a batallar, David entró en el campo de batalla y, con solo un pequeño movimiento, lanzó una piedra que derribó al gigante. Después de eso, no volvió a levantarse. Cuando los israelitas vieron esto, dijeron: “¡Oh! ¡Este David es muy feroz! No es de gran altura y parece normal y corriente. ¿Por qué es tan feroz? Parece que la persona que Dios ha elegido es de buena calidad y que ese hombre, Saúl, al que nosotros elegimos, no es capaz”. ¿Qué más se explica con esta cuestión? Las personas no pueden apoyarse en concepciones imaginarias para considerar la obra de Dios. Acerca de Dios hecho carne, dicen: “Esta persona parece bastante normal; ¿cómo puede ser el Cristo encarnado? ¿Cómo puede ser la aparición de Dios?”. ¿Puede funcionar esta clase de consideración o no? Esto no es algo que podáis medir. Los dos ojos de las personas no pueden ver más allá de tres kilómetros y vosotros ni siquiera podéis ver un ápice del mundo espiritual. ¿Acaso no es así? A vuestro lado, muchos espíritus observan, pero ¿podéis saberlo? Es posible que haya alienígenas a vuestro lado y, ¿podríais saberlo? No podéis ver nada, de modo que no debéis medir la obra de Dios apoyándoos en vuestras concepciones imaginarias. Es imposible a vuestros ojos, pero es posible a ojos de Dios. Cuando Dios hace cosas, lo hace para luchar contra las concepciones de las personas (en todas partes, para luchar contra vuestras concepciones) y no hay lugar donde Él no luche contra vuestras concepciones. Al final, Él os conquista, os derrota. Él hace que renovéis vuestro conocimiento de Dios y que no volváis a apoyaros en las concepciones imaginarias de las personas para conocer a Dios. Cuando las personas llegan al punto de ser verdaderamente conquistadas, Dios hace otra cosa nueva. Dios pregunta a las personas: “¿Todavía tenéis concepciones?”. “No hay ninguna; sea lo que sea lo que haga Dios, seremos obedientes”. Dios dice: “Mirad, ¿son estas palabras la palabra de Dios?”. “Lo son”. “¿Se ajustan estas a vuestras concepciones o no?”. “No”. “Si no se ajustan, ¿cómo seguís diciendo que son palabras de Dios?”. “Lo son, absolutamente”. Sea lo que sea lo que haga Dios, lo aceptamos; sea lo que sea lo que haga Dios, obedecemos, y no hay concepciones imaginarias del hombre. ¿Es ser conquistado esto o no? Entonces, ¿el proceso de Dios para conquistar a las personas es el mismo para luchar contra la progenie de Satanás? Después de haber sido conquistadas, las personas empiezan a buscar la verdad y, una vez que persiguen la verdad, empieza el tiempo para ser limpiadas formalmente. Las concepciones imaginarias de las personas, su desobediencia, su naturaleza y su carácter satánico son revelados y todas son limpiadas una a una. Todas deben ser limpiadas por medio de la verdad y, tras ser limpiadas, las personas son perfeccionadas. La verdad se convierte en la vida de las personas y la palabra de Dios se convierte en el amor y la fe del hombre; todo aprueba su función práctica y consigue su resultado. Este grupo de personas que han experimentado el juicio ante el trono de Cristo y que han sido purificadas, salvadas y perfeccionadas serán el pueblo del reino. Dios obra de maneras muy prácticas. La obra de Dios es así de normal y no hay nada sobrenatural en ella, ni signos maravillosos ni milagros. Al final, la palabra de Dios lo consigue todo: el juicio de la palabra de Dios produce el resultado de juzgar al hombre; la limpieza de la palabra de Dios produce el resultado de limpiar al hombre; la perfección de la palabra de Dios produce el resultado de que “Su palabra se convierte en la fe del hombre, Su palabra se convierte en el amor del hombre y Su palabra se convierte en la vida del hombre”. Haber experimentado esta trayectoria es ser raptado para entrar en el reino de los cielos. Hay algunas personas que dicen: Nosotros fuimos raptados hace diez años, hace veinte años. Pero, ¿cómo es que aún no hemos entrado en el reino de los cielos? Cuando las personas completan su limpieza, obtienen la verdad, y esto significa que están en el reino de los cielos. Algunas personas dicen: “¡Todavía no ha acontecido la gran calamidad!”. Cuando la gran calamidad aún no ha ocurrido, estáis en el reino de los cielos y, cuando ocurra, seguiréis en el reino de los cielos. ¿Por qué? Independientemente de la calamidad que recaiga sobre la tierra, no moriréis, pues os habréis ganado la vida. Eso simplemente es cuestión del transcurso de los acontecimientos. ¿Es así o no? Hay personas que dicen: “He obtenido la verdad. Entonces, ¿tengo garantizado que no moriré cuando acontezca la gran calamidad?”. “Correcto, tienes garantizado que no morirás”. “¿Te atreves a garantizarlo?”. “Me atrevo a garantizarlo”. “Bueno, aquellos que no han obtenido la verdad siguen vivos ahora, ¿no?”. “No serán capaces de vivir. La muerte está a un paso de ellos y no lo saben. Están condenados a morir y, si vosotros habéis obtenido la verdad de manera genuina, tenéis garantizado que no moriréis”. “¿En qué te basas para decirlo?” ¿Hay fundamento en la palabra de Dios que acabamos de leer? Hay muchos fundamentos y, de hecho, son las últimas frases de este pasaje de la palabra de Dios: “Os burláis de Mí y me engañáis, jugáis con la verdad y escondéis la existencia de la verdad y traicionáis la esencia de la verdad y os colocáis en tal enemistad contra Mí. Así que, ¿qué os espera en el futuro?” Seguid leyendo: “Solo buscáis la compatibilidad con un Dios impreciso y solo buscáis una creencia vaga, pero no sois compatibles con Cristo. ¿Vuestra maleficencia no recibirá la misma retribución que la que merecen los malvados?”. ¿Acaso estas palabras no son un fundamento? Dios dice: “Cuando ese día llegue, vuestros sueños de ser bendecidos por vuestra creencia en Dios y de obtener la entrada al cielo, se harán añicos. Sin embargo, no es así para los que son compatibles con Cristo. Aunque han perdido mucho, aunque han sufrido muchas dificultades, recibirán toda la herencia que Yo le dejo a la humanidad. Finalmente, entenderéis que solo Yo soy el Dios justo y que solo Yo soy capaz de llevar a la humanidad a su hermoso destino”. En lo anterior hay muchas palabras que pueden utilizarse como fundamento para esto. Estas palabras de Dios se cumplirán y todas se harán realidad. ¿Entendéis? Creer en Dios Todopoderoso es el camino para entrar en el reino de los cielos, con certeza, pero si no perseguís la verdad, ¿seréis capaces de conseguirlo? Si al final las personas no son capaces de alcanzar la compatibilidad con Cristo, ¿cuál será su final? Dios hizo que estas palabras y este camino se pronunciaran con claridad. El final de toda clase de persona ha sido pronunciado con claridad y, ¿qué frase de la Biblia se ha hecho realidad aquí? “Cuyo ventilador está en Su mano, y Él limpiará por completo Su parcela, y juntará Su trigo en el granero; pero quemará la paja con fuego que no se apaga jamás” (Mateo 3:12). Cuando lleguen los últimos días, Dios empezará a aventar. Aventar es separar las semillas de la cascarilla; mientras que la cascarilla es arrastrada y esparcida por el viento, las semillas se recolectan en el granero; este es el significado y el resultado de aventar. Ahora, ¿cada uno sigue el camino de acuerdo con su clase sí o no? ¿Y en cuanto a las personas en la religión? ¡Están acabadas, todas van al infierno, todas son exterminadas! La gran ciudad de la religión, Babel, se derrumba y no salen de allí; todas mueren allí. ¿Puede decirse esto?

Una vez le pregunté a Dios acerca de una frase semejante y dije: “En la Era de la Gracia , aquellas personas de la antigüedad que difundieron el Evangelio, personas de renombre, no aceptaron esta fase de la obra de Dios al final. Entre estas personas se encontraban algunas cuya calidad moral era bastante buena y que eran muy fieles, pero cuando esta fase de la obra recayó sobre ellas , murieron de esa manera. ¿Puede su final ser realmente así?”. Dios dijo: “¿Aceptaron esta fase de la obra?”. Yo respondí: “No la aceptaron”. Dios dijo: “Su carrera de creer en Dios terminó, fueron eliminadas y todas sus labores fueron inútiles. Su prestigio, aunque grande, era inútil. Si no aceptaron esta fase de la obra, son de la índole de Satanás y son todas personas que se resisten a Dios. ¿A qué se debe que no aceptaran esta fase de la obra? A que no aceptaban la palabra de Dios como la verdad; no aceptaban la realidad de Dios hecho carne y esto es resistirse a Dios. Decidme, ¿observaron el nombre del Señor Jesús en la Era de la Gracia? Parece que no se resistieron al Señor Jesús, pero cuando vino el Espíritu del Señor Jesús, era el Espíritu de la verdad que de nuevo se había hecho carne corriente, y aun así, siguieron sin reconocerlo, y tampoco lo aceptaron. ¿Es esto resistirse al Señor Jesús o no?”. Yo pregunté: “¿Quedaron esas personas totalmente destruidas?”. Dios respondió: Quedaron totalmente destruidas. Eternamente, no tendrán oportunidad de volver a la vida y nunca volverán a tener la oportunidad de levantarse ante Dios para obtener Su aprobación. Su final ha sido decidido. ¿Qué pasa con aquellas personas que todavía no han muerto? Si todavía no lo aceptan, acontecerá la gran calamidad y serán destruidas, ¡todas serán destruidas! Hay algunas personas en la religión que no conocen esta cuestión. Si no conocen la obra de Dios Todopoderoso en los últimos días, pero son bastante devotos, Dios se apiadará de personas como ellas. ¡Todas las personas que han condenado a Dios Todopoderoso serán destruidas y completamente muertas! “¡Quienquiera que se resista, morirá!”. Esta frase es la palabra de Dios. Cuando Dios terminó de hablar había personas que seguían sin comprender y yo pregunté: “¿Hace falta añadir a esto algunos comentarios explicativos?”. Dios dijo: “No es necesario añadir nada más. Independientemente de lo que digan, no añadas nada más, tanto si lo aceptan como si no. Si no lo aceptan, morirán”. Así habló Dios. Hay personas por ahí que investigan el verdadero camino, que entran y salen de dudas, simplemente entrando y saliendo de dudas. Durante un tiempo, lo aceptan; durante un tiempo, creen que el camino es correcto; durante un tiempo creen que es imposible; durante un tiempo vuelven a no creerlo; durante un tiempo son obedientes; durante un tiempo se oponen. Se parecen a esos juguetes, los tentetiesos; se preguntan acerca de ello de manera insistente. Decidme, cuando veis la palabra de Dios, ¿dudáis de ella? La palabra de Dios es la verdad; ¿podéis dudarlo? Si podéis dudar incluso de la verdad, entonces, ¿cómo podéis creer? Sois personas sin fe. Algunas personas dicen: “Reconozco que la palabra de Dios es correcta, pero no conozco la Iglesia de Dios Todopoderoso. No veo sus intenciones y no me atrevo a entrar en contacto con esa gente”. Se ha terminado. Si negáis la Iglesia de Dios Todopoderoso, sois personas que negáis a Dios y sois personas que os resistís a Dios. Dios obra a través de esas personas, Él las utiliza y las envía; si tenéis dudas acerca de ellas, ¿no estáis dudando de Dios? Dudáis de la Iglesia de Dios Todopoderoso, no creéis en la Iglesia de Dios Todopoderoso. Entonces, ¿puede admitiros la Iglesia? Dudáis de la Iglesia de Dios Todopoderoso y eso es en esencia lo mismo que dudar de Dios, de modo que más o menos podéis escribir un signo de igual entre ambos, ¡porque no reconocéis que Dios ha elegido y llamado a esas personas! Solo reconocéis a aquellos cristianos devotos en la religión y no reconocéis a aquellos en la Iglesia de Dios Todopoderoso que han experimentado el juicio ante el trono de Cristo y que han sido conquistados por la palabra de Dios. No creéis en el testimonio que han dado esas personas y seguís dudando de ellas. Dudáis de la obra de Dios, pensáis que las personas ganadas por Dios en Su obra no son necesariamente buenas personas, lo cual quiere decir que negáis que la palabra de Dios es la verdad, negáis que Dios es el Dios de la justicia. ¿No es así? Aquí parece que no es un gran problema, pero en realidad el problema es muy grave. Aquí, en la fe de las personas, ¿hay algún problema? Los gentiles dicen a menudo una frase: “En un pensamiento”. A veces aceptan o no el verdadero camino en un pensamiento; a veces son capaces o incapaces de ser obedientes a Dios en un pensamiento; a veces son derrotados y tropiezan en un pensamiento; a veces el éxito o el fracaso también se encuentran en un pensamiento. Lo más grave de todo es que a veces la vida y la muerte de las personas se encierran en un pensamiento y que su destino se decide en ese pensamiento. En un periodo de tiempo tan breve, la victoria o la derrota resulta de esto y se revela su final . “En un pensamiento” es demasiado crucial. Hay algunas personas a quienes, tras haber aceptado esto, se les acerca Satanás y las somete a una prueba. Llega de pronto, y siguen a Satanás. Se derrumban en un pensamiento. Hay algunas personas que, al dudar, quieren irse, pero antes de irse oyen una frase de la palabra de Dios; una vez que los hermanos y hermanas dan testimonio, dicen: “Creo que esta es la palabra de Dios, la acepto”. Hacía justo un momento querían volver, pero esta vez aceptan. Después de aceptarla, pasan por un periodo de tiempo en que se les da de beber, en que leen la palabra de Dios; después tienen la certeza de que este es el verdadero camino y no han vuelto a marcharse. Al final, son ganadas por Dios; ¿es o no es esto en un pensamiento? Hay personas cuya familia se ve de pronto sobrevenida por una calamidad y otras que son atrapadas de repente por el gran dragón rojo. Su final se decide en un pensamiento; ¿es esta la realidad o no? También hay personas que dicen: “¿De verdad las cosas son tan aleatorias?”. Son aleatorias, pero también debe haber algún tipo de conexión. Si una persona no ama la verdad en su naturaleza, este pensamiento es muy crítico. Si tienen la verdad, no existiría esta cuestión, ¿no es así? Esta prueba no es necesariamente de un carácter peligroso. Para las personas que no tienen la verdad, toda cuestión se encierra en un pensamiento, porque la posibilidad de que traicionen a Dios sigue siendo del cien por cien. De modo que, si uno examina el verdadero camino, es en un pensamiento; si uno puede mantenerse firme, es en un pensamiento; cómo hacer frente a una prueba, es en un pensamiento; si uno puede alejarse de Dios, es en un pensamiento. Si una persona no tiene la verdad, entonces es así de aleatorio. Si una persona tiene la verdad, el problema no es tan grave y puede mantenerse firme; las pruebas de Satanás no serán difíciles de superar, como tampoco será difícil lidiar con los rumores y las mentiras de Satanás cuando ocurran. Una frase podrá desenmascarar su verdadera naturaleza y su esencia; una frase verá las intenciones de las maquinaciones de Satanás y Satanás se sentirá avergonzado con esa única frase. ¿Veis? ¿Todavía existe “en un pensamiento”? La naturaleza de la prueba se ve considerablemente reducida en su severidad. Una vez que obtengáis la verdad se considerará que estáis seguros, y si no tenéis la verdad pareceréis bebés recién nacidos, prematuros, que todavía es necesario poner en la incubadora . El momento en que se pone a un bebé en la incubadora es el más peligroso de todos y es difícil saber si vivirá o morirá. Por eso, en lo que respecta a los nuevos creyentes, ¿podéis garantizar que no seréis puestos a prueba o que seréis completamente capaces de manteneros firmes cuando os enfrentéis a cualquier clase de prueba? ¿Quién puede garantizarlo? Frente a los rumores de Satanás, ahí seguís vosotros, vacilantes e indecisos, todavía incapaces de ver sus intenciones, pensando: “¿Cierto o no? ¿cierto o no? ¿Cómo lo averiguo?”. ¿Averiguar qué? Mirad la palabra de Dios. Si esta es en efecto la palabra de Dios y la obra de Dios, ¿qué más deberíais averiguar? Incluso si en la Iglesia hay algunas personas que son falsos creyentes o que son condenadas y eliminadas por Dios, eso no representa a Dios ni tampoco a la Iglesia de Dios Todopoderoso. La casa de Dios está controlada por la verdad; el Espíritu Santo la controla, Cristo la controla. Tampoco habéis comprendido esta cuestión. Cuando una persona malvada o un no creyente aparece en la iglesia, ¿puede esa persona representar a la Iglesia? ¿Quiere eso decir que es uno de los elegidos de Dios? La palabra de Dios dice que Él va a eliminar a personas, que un gran viento caerá sobre las personas y que muchas personas serán arrastradas y esparcidas por el viento; ¿no conocéis estas palabras? Algunas personas no creen en la palabra de Dios, de modo que no leen la palabra de Dios; se apoyan meramente en los cerebros de la gente para reflexionar sobre esto, para reflexionar de tal manera o para pensar sobre ello de cual manera, o para razonar sobre ello de tal otra manera, ¡y es inútil! Si descubrís que la palabra de Dios Todopoderoso es la verdad al cien por cien, es la palabra de Dios; entonces no cabe duda de que las personas de la Iglesia de Dios Todopoderoso son los elegidos de Dios. Entonces, ¿qué hay en ello de lo que se pueda dudar? Cuando aparecen algunos falsos líderes o anticristos, la mayor parte de ellos deben ser expulsados y no son capaces de mantenerse firmes. La Iglesia de Dios Todopoderoso expulsa a los anticristos y a la gente malvada, y esta no es una cuestión que solo exista ahora. En estos últimos diez o veinte años ha estado expulsando a gente de forma continua y hasta ahora no son menos de trescientas mil o quinientas mil personas. Si entráis en contacto con personas de la Iglesia de Dios Todopoderoso y descubrís a una persona malvada, decís: “esta persona no puede mantenerse firme y tarde o temprano será eliminada con toda certeza”. ¿Y dentro de la religión? ¿Todavía existe esta cuestión de expulsar a gente dentro de la religión? Ofrece refugio a todos y cada uno, incluso a los malhechores como estas personas, y atrapan continuamente a la gente con engaños, temerosos de ser poco numerosos, de que la gente se vaya y de que sus pastores no tengan ganancias. De modo que, siempre y cuando alguien pueda dedicar su riqueza, le darán su bendición; siempre y cuando uno pueda ofrecer dinero, lo considerarán bueno. Ellos atrapan a las personas con engaños, no las expulsan. La Iglesia de Dios Todopoderoso expulsa sin cesar a gente malvada y acepta sin cesar a nuevos creyentes. Entonces, vosotros diréis: ¿qué iglesia es la iglesia verdadera? ¿Qué Iglesia cree verdaderamente en Dios? ¿Qué Iglesia es aquella controlada por la verdad? ¿Qué Iglesia es aquella realmente bendecida por Dios? No todos comprendéis estas cosas y, ¿qué hacéis ahí todavía investigando? Creéis que vuestros cerebros funcionan bien, pero los cerebros de la ciencia ni siquiera se acercan a lo concerniente a la creencia en Dios. La investigación de los científicos es incapaz de conocer a Dios; entonces, ¿qué seguís investigando? Debéis apresuraros a leer la palabra de Dios, donde se dice que todas las personas malvadas deben ser eliminadas. Por tanto, mirad a vuestro alrededor: ¿cómo debe eliminarse a esas personas malvadas en la casa de Dios ? ¿Qué clase de personas deberían ser expulsadas y cuando deberían ser expulsadas? Todo está ahí, en la palabra de Dios; también está en las disposiciones para la obra de la casa de Dios. Las personas expulsadas de la casa de Dios durante los últimos veinte o treinta años aparecen todas registradas en los informes, y cuando cualquier distrito pastoral expulsa a alguien, lo anuncia y lo registra. Sea cual sea el distrito pastoral, todos han expulsado a varias decenas de miles de personas. Si son personas realmente malvadas o indecentes, que no son aptas para entrar en la Iglesia de Dios Todopoderoso, la Iglesia no las admite. Así que, puesto que son muchísimas las personas que aceptan el Evangelio, todas deben ser investigadas; aquellas que cumplan con los estándares serán admitidas, mientras que aquellas que no cumplan con los estándares no lo serán. La Iglesia de Dios Todopoderoso difunde los libros de la palabra de Dios y lo hace todo gratuitamente. Cuando algunos hermanos o hermanas tienen dificultades, cuando tienen problemas en sus vidas o cuando no tienen nada que comer, otros hermanos y hermanas los ayudarán; cuando hay comida, todos comen juntos. Fijaos en esto: ¿hay alguna otra Iglesia así en la tierra? Esta es la Iglesia formada por personas ganadas por Dios al realizar la obra de los últimos días y verdaderamente se aman las unas a las otras. La casa de Dios nunca ha exigido a las personas que hagan ofrendas y, si algún líder o colaborador hace énfasis alguna vez en el hecho de hacer ofrendas, deberíamos despedirlo y sustituirlo, pues no es apto para servir a Dios. Dios no obliga a nadie a hacer nada y, si las personas que está en las etapas tempranas de su fe hacen ofrendas, la casa de Dios no las acepta. Después de creer durante un año, comprenderán la verdad. Si participan en la oración muchas veces, podrán hacer ofrendas. Lo que los elegidos de Dios han consagrado y ofrecido a Dios es mucho, y no puede ser devuelto. Algunas personas dicen: “No aceptar mi dinero es igual que expulsarme”; hay personas que han sido expulsadas y siguen haciendo ofrendas; algunas personas se muerden las yemas de los dedos para firmar con sangre. “¡La expulsión no es apartarse de Dios!”. ¿Qué clase de testimonio es este? Es un testimonio de haber sido conquistado por Dios y reconocen a Dios incluso en la muerte. ¿Se ve esto en la religión? ¡No podéis ver este testimonio, pero aun así seguís investigando a la Iglesia de Dios Todopoderoso!

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