2. Dais testimonio de que el Señor Jesús ha regresado, de que es Dios Todopoderoso encarnado que expresa todas las verdades para purificar y salvar a la humanidad, y que lleva a cabo la obra del juicio comenzando por la casa de Dios. Entonces, ¿cómo deberíamos reconocer la voz de Dios y cómo podemos estar seguros de que Dios Todopoderoso es el regreso del Señor Jesús?

Versículos bíblicos como referencia:

“Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí” (Juan 14:6).

“Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando Él, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir” (Juan 16:12-13).

“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra hasta la división del alma y del espíritu, de las coyunturas y los tuétanos, y es poderosa para discernir los pensamientos y las intenciones del corazón” (Hebreos 4:12).

Las palabras relevantes de Dios:

Aquel que es Dios encarnado poseerá la esencia de Dios, y Aquel que es Dios encarnado tendrá la expresión de Dios. Puesto que Dios se hace carne, manifestará la obra que pretende llevar a cabo y puesto que se hace carne expresará lo que Él es; será, asimismo, capaz de traer la verdad al hombre, de concederle la vida y de señalarle el camino. La carne que no contiene la esencia de Dios definitivamente no es el Dios encarnado; de esto no hay duda. Si el hombre pretende investigar si es la carne encarnada de Dios, entonces debe corroborarlo a partir del carácter que Él expresa y de las palabras que Él habla. Es decir, para corroborar si es o no la carne encarnada de Dios y si es o no el camino verdadero, la persona debe discernir basándose en Su esencia. Y, así, a la hora de determinar si se trata de la carne de Dios encarnado, la clave yace en Su esencia (Su obra, Sus declaraciones, Su carácter y muchos otros aspectos), en lugar de fijarse en Su apariencia externa. Si el hombre sólo analiza Su apariencia externa, y como consecuencia pasa por alto Su esencia, esto muestra que el hombre es ignorante.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Prefacio

Las palabras del Dios encarnado abren una nueva era, guían a toda la humanidad, revelan misterios y le muestran al ser humano la dirección que ha de tomar en la nueva era. El esclarecimiento obtenido por el hombre no es otra cosa que simples instrucciones para la práctica o el conocimiento. No puede guiar a toda la humanidad a una nueva era ni revelar los misterios de Dios mismo. A final de cuentas, Dios es Dios, y el hombre es el hombre. Dios tiene la esencia de Dios y el hombre la del hombre. Si este considera las palabras habladas por Dios como un simple esclarecimiento del Espíritu Santo y toma las de los apóstoles y profetas como palabras habladas personalmente por Dios, eso sería un error por parte del hombre.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Prefacio

La verdad es el más real de los aforismos de la vida, y el más alto de tales aforismos en toda la humanidad. Debido a que es el requisito que Dios exige al hombre, y a que es la obra realizada personalmente por Dios, es que se llama el “aforismo de la vida”. No es un aforismo que se resume de algo, ni tampoco es una famosa cita de una gran figura. Sino que es la declaración del soberano de los cielos y la tierra y de todas las cosas, a la humanidad; no son algunas palabras resumidas por el hombre, sino la vida inherente de Dios. Y por ello es que se le llama el más alto de los “aforismos de la vida”.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Sólo los que conocen a Dios y Su obra pueden satisfacer a Dios

Ya sea que las palabras pronunciadas por Dios sean sencillas o profundas en apariencia, todas ellas son verdades indispensables para el hombre a medida que entra en la vida; son la fuente de aguas vivas que le permiten sobrevivir tanto en el espíritu como en la carne. Proveen lo que el hombre necesita para seguir vivo; los principios y el credo para conducir su vida cotidiana; la senda que deben tomar hacia la salvación, así como su meta y dirección; cada verdad que él debería poseer como un ser creado delante de Dios y toda verdad sobre cómo obedece y adora el hombre a Dios. Son la garantía que asegura la supervivencia del hombre, el pan diario del hombre, y también el apoyo firme que le permite ser fuerte y mantenerse en pie. Son ricas en la realidad-verdad con la que los seres humanos creados viven la humanidad normal; ricas en la verdad por la cual los seres humanos se liberan de la corrupción y eluden las trampas de Satanás; ricas en la enseñanza, la exhortación, el aliento y el consuelo incansables que el Creador brinda a la humanidad creada. Son el faro que guía y esclarece a los hombres para que comprendan todo lo que es positivo, la garantía que asegura que los hombres vivirán y tomarán posesión de todo lo que es justo y bueno, el criterio por el que todas las personas, todos los eventos y todos los objetos son medidos, y también la brújula que lleva a los hombres hacia la salvación y la senda de la luz.

La Palabra, Vol. II. Sobre conocer a Dios. Prefacio

Conocer a Dios debe lograrse a través de la lectura y la comprensión de Sus palabras. Algunas personas dicen: “Yo no he visto a Dios encarnado; así pues, ¿cómo debería conocer a Dios?”. De hecho, las palabras de Dios son una expresión de Su carácter. A partir de la palabra de Dios puedes ver Su amor y salvación hacia los seres humanos, además de Su método para salvarlos… Esto se debe a que Sus palabras las expresa Dios mismo, no las escriben los seres humanos. Han sido expresadas personalmente por Dios; Dios mismo está expresando Sus propias palabras y Su voz interior. ¿Por qué se las llama palabras de corazón? Porque se emiten desde lo más profundo y expresan Su carácter, Su voluntad, Sus pensamientos, Su amor por la humanidad, Su salvación de la humanidad y las expectativas que tiene de esta… Las declaraciones de Dios incluyen palabras severas y palabras amables y consideradas, además de algunas palabras reveladoras que no están alineadas con los deseos humanos. Si solo te fijas en las palabras reveladoras, te podría parecer que Dios es bastante estricto. Si solo te fijas en las palabras amables, te parecería que Dios no es muy autoritario. Por lo tanto, no debes sacarlas de contexto, sino verlo desde todos los ángulos. Algunas veces Dios habla desde una perspectiva amable y compasiva y entonces las personas ven Su amor por la humanidad; otras, Él habla desde una perspectiva muy estricta y entonces las personas ven el carácter de Dios que no tolerará ninguna ofensa. El hombre es deplorablemente sucio y no es digno de ver el rostro de Dios o de acudir ante Él. Que ahora las personas tengan permitido acudir ante Dios se debe meramente a Su gracia. La sabiduría de Dios puede verse a partir de la forma en la que Él obra y a partir del significado de Su obra. Las personas todavía pueden ver estas cosas en las palabras de Dios, incluso sin tener contacto directo con Él.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Tercera parte

Esta vez, Dios viene a hacer la obra, no en un cuerpo espiritual, sino en uno muy corriente. Además, no sólo es el cuerpo de la segunda encarnación de Dios, sino también el cuerpo a través del cual Él regresa a la carne. Es una carne muy corriente. No puedes ver nada que lo haga resaltar entre los demás, pero puedes recibir de Él las verdades que nunca antes se han oído. Esta carne insignificante es la personificación de todas las palabras de la verdad de Dios, la que emprende Su obra en los últimos días y la que expresa todo el carácter de Dios para que el hombre lo entienda. ¿No deseas enormemente ver al Dios del cielo? ¿No deseas enormemente entender al Dios del cielo? ¿No deseas enormemente ver el destino de la humanidad? Él te contará todos estos secretos que ningún hombre ha sido capaz de contarte y Él te hablará también de las verdades que no entiendes. Él es tu puerta al reino y tu guía a la nueva era. Una carne tan corriente contiene muchos misterios insondables. Sus hechos pueden ser inescrutables para ti, pero el objetivo de toda la obra que Él realiza es suficiente para que veas que Él no es una simple carne como la gente cree. Porque Él representa la voluntad de Dios, así como el cuidado mostrado por Dios hacia la humanidad en los últimos días. Aunque no puedes oír Sus palabras, que parecen sacudir los cielos y la tierra, aunque no puedes ver Sus ojos como llamas de fuego, y aunque no puedes recibir la disciplina de Su vara de hierro, sí puedes oír de Sus palabras la furia de Dios y saber que Él muestra compasión por la humanidad; puedes ver Su carácter justo y Su sabiduría, y darte cuenta, además, de la preocupación que tiene por toda la humanidad. La obra de Dios en los últimos días consiste en permitirle al hombre ver al Dios del cielo vivir entre los hombres sobre la tierra y permitirles que lo conozcan, obedezcan, reverencien y amen. Por esta razón, Él ha regresado a la carne por segunda vez.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. ¿Sabías que Dios ha hecho algo grande entre los hombres?

Cuando Dios viene a la tierra para realizar Su obra, lo único que el hombre ve son sucesos sobrenaturales. Lo que observa con sus ojos y oye con sus oídos es, todo, sobrenatural, porque Su obra y Sus palabras son incomprensibles e inalcanzables para él. Si algo del cielo es traído a la tierra, ¿cómo puede no ser sobrenatural? Cuando los misterios del reino de los cielos son traídos a la tierra, misterios que son incomprensibles e insondables para el hombre, que son demasiado asombrosos y sabios, ¿acaso no son, todos, sobrenaturales? […] Considerad la obra que lleva a cabo actualmente el Dios encarnado: ¿qué aspecto de ella no es sobrenatural? Sus palabras son incomprensibles e inalcanzables para ti, y ningún hombre puede realizar Su obra. El hombre no tiene forma de entender lo que Él entiende ni tampoco puede saber de dónde procede Su conocimiento. Algunos declaran: “Yo también soy normal como Tú, pero ¿cómo es que no sé lo que Tú sabes? Yo soy más viejo y tengo más experiencia, pero ¿cómo es que Tú sabes lo que yo no sé?”. En lo que se refiere al hombre, todo esto es algo que el hombre no tiene forma de lograr. Hay quienes dicen: “Nadie conoce la obra que se llevó a cabo en Israel; ni siquiera los expositores de la Biblia pueden ofrecer una explicación, ¿cómo es que Tú lo sabes?”. ¿No son sobrenaturales todos estos asuntos? Él no tiene experiencia en prodigios, pero los conoce todos; Él habla y expresa la verdad con la mayor facilidad. ¿No es esto sobrenatural? Su obra trasciende lo que es alcanzable para la carne. Es inalcanzable para el pensamiento de cualquier hombre que tenga un cuerpo carnal y es absolutamente inconcebible para el razonamiento de la mente del hombre. Aunque Él nunca ha leído la Biblia, entiende la obra de Dios en Israel. Y, aunque se encuentra en la tierra cuando habla, alude a los misterios del tercer cielo. Cuando el hombre lee estas palabras, se apodera de él este sentimiento: “¿No es este el lenguaje del tercer cielo?”. ¿Acaso no exceden todos estos asuntos lo que un hombre normal es capaz de lograr?

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. El misterio de la encarnación (1)

Hay muchos elementos de la experiencia del hombre en su obra, lo que el hombre expresa es lo que es. La obra propia de Dios también expresa lo que Él es, pero Su ser difiere del ser del hombre. El ser del hombre es representativo de su experiencia y de su vida (lo que el hombre experimenta o encuentra en su vida, o las filosofías de vivir que tiene), y las personas que viven en ambientes diferentes expresan seres diferentes. El que tengas o no experiencias de sociedad, y cómo realmente vivas en tu familia y experimentes en ella, se puede ver en lo que expresas; mientras que no puedes ver la obra de Dios encarnado si Él tiene experiencias sociales o no. Él es muy consciente de la sustancia del hombre; puede poner de manifiesto todas las clases de prácticas que pertenecen a todas las clases de personas. Se le da incluso mejor poner de manifiesto el carácter corrupto y el comportamiento rebelde de los humanos. No vive entre las personas mundanas, pero es consciente de la naturaleza de los mortales y de todas las corrupciones de las personas mundanas. Este es Su ser. Aunque no trata con el mundo, conoce las reglas para tratar con el mundo porque entiende completamente la naturaleza humana. Conoce acerca de la obra del Espíritu que los ojos del hombre no pueden ver y los oídos del hombre no pueden escuchar, tanto del presente como del pasado. Esto incluye una sabiduría que no es una filosofía de vivir y prodigios que son difíciles de comprender por el hombre. Eso es Su ser, abierto a las personas pero también escondido de las personas. Lo que Él expresa no es el ser de una persona extraordinaria, sino los atributos y el ser inherentes del Espíritu. No viaja por el mundo pero sabe todo del mismo. Él se pone en contacto con los “antropoides” que no tienen ningún conocimiento o discernimiento, pero expresa palabras que son más elevadas que el conocimiento y que están por encima de los grandes hombres. Vive entre un grupo de personas torpes e insensibles que no tienen humanidad y que no entienden las convenciones y las vidas humanas, pero le puede pedir a la humanidad que viva una humanidad normal al mismo tiempo que pone de manifiesto la humanidad vil y baja del ser humano. Todo esto es Su ser, más elevado que el ser de cualquier persona de carne y hueso. Para Él no es necesario experimentar una vida social complicada, engorrosa y sórdida para hacer la obra que tiene que hacer y revelar a fondo la sustancia de la humanidad corrupta. Una vida social sórdida no edifica Su carne. Su obra y palabras solo revelan la desobediencia del hombre y no le proporcionan al hombre la experiencia y las lecciones para tratar con el mundo. No necesita investigar la sociedad o la familia del hombre cuando le da al hombre la vida. Exponer y juzgar al hombre no es una expresión de las experiencias de Su carne; es Su revelación de la injusticia del hombre después de conocer por mucho tiempo la desobediencia del hombre y aborrecer la corrupción de la humanidad. Toda la obra que Él hace es para revelar Su carácter al hombre y expresar Su ser. Sólo Él puede hacer esta obra; no es algo que una persona de carne y hueso pueda lograr.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La obra de Dios y la obra del hombre

Una vez se me conoció como Jehová. También se me llamó el Mesías, y las personas me llamaron una vez Jesús el Salvador con amor y aprecio. Hoy, sin embargo, ya no soy el Jehová o el Jesús que las personas conocieron en tiempos pasados; Yo soy el Dios que ha regresado en los últimos días, el que pondrá fin a la era. Soy el Dios mismo que surge del extremo de la tierra, repleto de todo Mi carácter y lleno de autoridad, honor y gloria. Las personas nunca se han relacionado conmigo, nunca me han conocido y siempre han sido ignorantes de Mi carácter. Desde la creación del mundo hasta hoy, ni una sola persona me ha visto. Este es el Dios que se le aparece al hombre en los últimos días, pero que está oculto entre los hombres. Él mora entre los hombres, verdadero y real, como el sol ardiente y la llama abrasadora, lleno de poder y rebosante de autoridad. No hay una sola persona o cosa que no será juzgada por Mis palabras y ni una sola persona o cosa que no será purificada por el fuego ardiente. Finalmente, todas las naciones serán bendecidas debido a Mis palabras y también serán hechas pedazos debido a ellas. De esta forma, todas las personas durante los últimos días verán que Yo soy el Salvador que ha regresado, y que Yo soy el Dios Todopoderoso que conquista a toda la humanidad. Y todos verán que una vez fui la ofrenda por el pecado para el hombre, pero que en los últimos días también me convierto en las llamas del sol que incineran todas las cosas, así como el Sol de la justicia que revela todas las cosas. Esta es Mi obra en los últimos días. Tomé este nombre y soy poseedor de este carácter para que todas las personas puedan ver que Yo soy un Dios justo, el sol ardiente, la llama abrasadora, y que todos puedan adorarme, al único Dios verdadero, y para que puedan ver Mi verdadero rostro: no soy solo el Dios de los israelitas ni soy solo el Redentor, soy el Dios de todas las criaturas en todos los cielos, la tierra y los mares.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. El Salvador ya ha regresado sobre una “nube blanca”

Dios continúa con Sus declaraciones, y Él emplea varios métodos y perspectivas para advertirnos sobre qué debemos hacer mientras, al mismo tiempo, da voz a Su corazón. Sus palabras llevan la energía de la vida, nos muestran el camino que debemos recorrer y nos permiten entender cuál es la verdad. Nos empiezan a atraer Sus palabras, comenzamos a enfocarnos en el tono y la manera en la que habla, y subconscientemente comenzamos a interesarnos en los sentimientos internos de esta persona que no tiene nada de especial. Vierte la sangre de su corazón al obrar para nosotras, pierde el sueño y el apetito por nosotros, llora por nosotros, suspira por nosotros, se queja en la enfermedad por nosotros, sufre humillación por el bien de nuestro destino y salvación, y nuestra insensibilidad y rebeldía le arrancan lágrimas y sangre del corazón. Esta forma de ser y de tener no pertenece a ninguna persona corriente y ninguno de los seres humanos corruptos las puede poseer o conseguir. Muestra una tolerancia y paciencia que no tiene ninguna persona ordinaria, y Su amor no lo posee ningún ser creado. Nadie excepto Él puede saber todos nuestros pensamientos, o tener un conocimiento tan claro y completo de nuestra naturaleza y esencia, o juzgar la rebeldía y corrupción de la humanidad, o hablarnos y obrar en nosotros así en nombre del Dios del cielo. Nadie aparte de Él está dotado de la autoridad, la sabiduría y la dignidad de Dios; el carácter de Dios, y lo que Él tiene y es, emana en su totalidad de Él. Nadie salvo Él nos puede mostrar el camino y traernos la luz. Nadie salvo Él puede revelar los misterios que Dios no ha revelado desde la creación hasta el día de hoy. Nadie salvo Él nos puede salvar de la esclavitud de Satanás y de nuestro carácter corrupto. Él representa a Dios, expresa el corazón interior de Dios, las exhortaciones de Dios y Sus palabras de juicio hacia toda la humanidad. Él ha comenzado una nueva época, una nueva era, y ha iniciado un nuevo cielo y una nueva tierra, una nueva obra, y nos ha traído esperanza, poniendo fin a la vida que llevábamos en la indefinición, y permitiendo a nuestro ser por entero, con total claridad, contemplar el camino de salvación. Él ha conquistado todo nuestro ser y ha ganado nuestro corazón. Desde ese momento en adelante, nuestra mente se hace consciente y nuestro espíritu parece haber sido revivido: esta persona ordinaria e insignificante, que vive entre nosotros y a la que hemos rechazado desde hace ya mucho tiempo, ¿no es este el Señor Jesús, que siempre está en nuestros pensamientos, despiertos o soñando, y a quien anhelamos noche y día? ¡Es Él! ¡Realmente es Él! ¡Él es nuestro Dios! ¡Él es la verdad, el camino y la vida!

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Apéndice IV: Contemplando la aparición de Dios en Su juicio y Su castigo

Anterior: 1. El Señor Jesús dijo: “Mis ovejas oyen mi voz(Juan 10:27). Cuando el Señor regrese, expresará Sus declaraciones e irá a buscar a Sus ovejas. Lo crucial para esperar el regreso del Señor es buscar la voz de Dios, pero somos incapaces de distinguir entre la voz de Dios y la voz del hombre. Por favor, habladnos de esto.

Siguiente: 3. Dais testimonio de que La Palabra manifestada en carne fue personalmente declarado por Dios, pero hay quienes creen que estas palabras fueron dichas por alguien esclarecido por el Espíritu Santo. ¿Cuál es exactamente la diferencia entre las palabras expresadas por el Dios encarnado y las palabras habladas por alguien esclarecido por el Espíritu Santo?

El fin de todas las cosas se está acercando, ¿quieres saber cómo el Señor recompensará el bien, castigará el mal y determinará el fin de cada uno? Bienvenido a contactarnos para descubrir la respuesta.

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