7. Algunas personas piensan que creer en Dios significa comprometerse a ir a la iglesia los domingos, hacer donaciones y obras de caridad, y asistir a las actividades de la iglesia con regularidad. Creen que, si hacen estas cosas, serán salvas. ¿Están estas ideas en consonancia con la voluntad de Dios?

Versículos bíblicos como referencia:

“No todo el que me dijo: ‘Señor, Señor’ entrará en el reino de los cielos, sino el que siga la voluntad de Mi Padre que está en los cielos.* Muchos me dirán en aquel día: ‘Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?’ Y entonces les declararé: ‘Jamás os conocí; apartaos de mí, los que practicáis la iniquidad’” (Mateo 7:21-23).

“El reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo conquistan por la fuerza” (Mateo 11:12).

“En verdad os digo que si no os convertís y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos” (Mateo 18:3).

Las palabras relevantes de Dios:

Aunque muchas personas creen en Dios, pocas entienden qué significa creer en Él y cómo deben actuar exactamente para conformarse a Sus intenciones. Esto se debe a que, aunque las personas conocen la palabra “Dios” y expresiones como “la obra de Dios”, no conocen a Dios y, menos aún, Su obra. No es de extrañar, por tanto, que todos los que no conocen a Dios estén confundidos al creer en Él. Las personas no se toman en serio el creer en Dios, y esto se debe, totalmente, a que creer en Dios les es muy poco familiar; es demasiado extraño para ellas. De esta forma, no están para nada a la altura de los requisitos de Dios. Es decir, si las personas no conocen a Dios ni Su obra, no son aptas para que Él las use, y, menos aún, pueden satisfacer Sus intenciones. “Creer en Dios” significa creer que hay un Dios; este es el concepto más simple respecto a creer en Dios. Si vamos un paso más allá, creer que hay un Dios no es lo mismo que creer verdaderamente en Dios; más bien es una especie de fe simple con fuertes matices religiosos. Creer de verdad en Dios significa lo siguiente: sobre la base de creer que Dios tiene soberanía sobre todas las cosas, uno experimenta Sus palabras y Su obra y, de este modo, se despoja de sus actitudes corruptas, satisface las intenciones de Dios y llega a conocerlo. Solo un proceso de esta clase puede llamarse “creer en Dios”. Sin embargo, las personas consideran a menudo que creer en Dios es un asunto muy simple y frívolo. Cuando creen en Dios de esta manera, el creer pierde su significado y, aunque pueden seguir creyendo hasta el final, jamás obtendrán Su aprobación, porque marchan por la senda equivocada. Aquellos que, a día de hoy, creen en Dios según palabras y doctrinas huecas, siguen sin saber que carecen de la esencia de creer en Dios y que no pueden obtener Su aprobación. Aun así, oran para que Dios los bendiga con paz y suficiente gracia. Calmemos nuestro corazón y pensémoslo a conciencia: ¿puede ser que creer en Dios sea la cosa más fácil en la tierra? ¿Puede ser que creer en Dios no signifique nada más que recibir mucha gracia de Él? Las personas que creen en Dios sin conocerlo o que creen en Dios y, sin embargo, se oponen a Él, ¿son realmente capaces de satisfacer las intenciones de Dios?

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Prefacio

Algunos contemplan la cuestión de la fe en Dios en términos muy simples. Piensan: “Creer en Dios significa asistir a reuniones, orar, escuchar sermones, compartir, cantar y alabar a Dios, y hacer algunos deberes. ¿Acaso creer en Dios no consiste en todo eso?”. En estos momentos, independientemente de la cantidad de años que habéis creído en Dios, todavía no habéis entendido por completo el sentido de la fe en Dios. De hecho, el significado de la fe en Dios es tan profundo que, si las experiencias de una persona son demasiado superficiales, no será capaz de comprenderlo. Cuando experimenta hasta el mismo final, es necesario purificar y transformar el carácter de Satanás y las ponzoñas satánicas que alberga en su interior. La gente debe dotarse de muchas verdades, cumplir los estándares que Dios requiere al hombre y poder someterse a Él y adorarlo verdaderamente. Solo entonces logrará la salvación de verdad. Si sigues siendo como antes, cuando formabas parte de una religión, y te limitas a recitar algunas palabras y doctrinas y a corear algunas consignas, te comportas bien y realizas algunas buenas acciones, y te abstienes de ciertas cosas pecaminosas, al menos de las obvias, esto no supone que hayas entrado en la senda correcta en tu fe en Dios. ¿Seguir los preceptos significa que estás en la senda adecuada? ¿Quiere decir que elegiste bien? Si las cosas que conforman tu naturaleza no cambian, todavía puedes acabar resistiéndote a Dios y ofendiéndolo. Este es el mayor problema. Si en tu fe en Dios no lo resuelves, ¿se puede decir que hayas logrado verdaderamente la salvación? ¿Qué quiero decir exactamente con esto? Quiero que entendáis en el corazón que la fe en Dios no se puede separar de Su palabra, ni de Él Mismo ni de la verdad. Debes elegir la senda correcta y esforzarte por la verdad y la palabra de Dios. No puedes entenderlo simplemente de una manera parcial o aproximada, y ya está. Si te embaucas, solo te perjudicarás. No es bueno basar la fe en las figuraciones. Si crees hasta el final y no tienes a Dios en el corazón, si te limitas a leer deprisa Sus palabras y no puedes recordarlas posteriormente, y si Dios no tiene un lugar en tu corazón, estás acabado.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Elegir la senda correcta es lo más importante para creer en Dios

A fin de cuentas, ¿cuál es el significado último de la fe de las personas? Salvarse, tan simple como eso. ¿Y qué significado tiene salvarse? Quiero que todos lo penséis y me digáis qué significa realmente salvarse. (Significa que podemos liberarnos de la oscura influencia de Satanás, volvernos completamente a Dios y, en última instancia, sobrevivir). (Aquellos que viven bajo el poder de Satanás merecen la muerte, pero los que se salven al experimentar la obra de Dios no morirán). Todos entendéis esto y podéis explicarlo a partir de la doctrina, pero sencillamente no sabéis qué es salvarse. ¿Desechar vuestro carácter corrupto es salvarse? ¿Salvarse significa no mentir, ser una persona honesta y dejar de rebelarse contra Dios? ¿Cómo es la gente después de salvarse? Dicho de manera simple, salvarse significa que podrás seguir viviendo, que se te ha devuelto la vida. Antes vivías en pecado y estabas abocado a la muerte; Dios te veía como a una persona muerta. ¿En qué se basa esta afirmación? Antes de alcanzar la salvación, ¿la gente vive bajo el poder de quién? (El de Satanás). ¿Y de qué dependen para vivir bajo el poder de Satanás? De su naturaleza y sus actitudes corruptas satánicas. Entonces, en todo su ser, tanto en la carne como en todos los demás aspectos, como en su espíritu y sus pensamientos, ¿están vivos o muertos? Desde el punto de vista de Dios, están muertos, son cadáveres andantes. Desde fuera, parece que respiras y piensas, pero lo único que te ronda la mente es la maldad, desafiar a Dios y rebelarte contra Él, diriges todos tus pensamientos a cosas que Dios detesta, odia y condena. A ojos de Dios, todas esas cosas no solo son propias de la carne, sino que son por completo propias de Satanás y los diablos. Por tanto, a ojos de Dios, ¿es siquiera humana la humanidad corrupta? No, son bestias, diablos y satanases, ¡son satanases vivos! Todo el mundo vive según la naturaleza y el carácter de Satanás, y Dios los ve como satanases vivos, vestidos de carne humana, como diablos de carne y hueso. Dios los describe como cadáveres andantes, como muertos. Actualmente, Él está haciendo la obra de salvación, lo que significa que tomará a los cadáveres andantes que viven según el carácter corrupto de Satanás y su esencia corrupta, los muertos, y los convertirá en personas vivas. Eso significa salvarse. Uno cree en Dios para salvarse, ¿y qué es salvarse? Cuando uno logra la salvación de Dios, es el muerto que vuelve a la vida. Aquel que una vez fue propio de Satanás, que estaba destinado a morir, ahora ha cobrado vida como alguien que pertenece al bando de Dios. El que es capaz de someterse a Dios, conocerle y postrarse ante Él en adoración cuando cree y sigue a Dios, si no tiene más resistencia y rebeldía contra Él en su corazón y no va a resistirse ni atacarle más, y puede someterse realmente a Él, entonces, a ojos de Dios, es una persona viva real. ¿Es una persona viva alguien que meramente reconoce a Dios de palabra? (No). ¿De qué clase es entonces una persona viva? ¿Cuáles son sus realidades? ¿Qué debe poseer? Contadme vuestras opiniones. (Los que pueden aceptar la verdad son personas vivas. Cuando los puntos de vista ideológicos y las opiniones de las personas sobre las cosas cambian y se ajustan a la palabra de Dios, se trata de personas vivas). (Las personas vivas son aquellas que entienden la verdad y pueden practicarla). (Alguien que teme a Dios y evita el mal como Job es una persona viva). (Son aquellas que conocen a Dios, pueden vivir según Sus palabras y son capaces de vivir la realidad-verdad; esas son las personas vivas). Todos habéis hablado de un tipo de manifestación. Para que alguien en definitiva se salve y se convierta en una persona viva, debe al menos prestar atención a las palabras de Dios, ser capaz de pronunciar palabras de conciencia y razón, y debe pensar y discernir, ser capaz de entender la verdad y practicarla, de someterse a Dios y adorarle. Así es una persona viva auténtica. ¿Qué suelen pensar y hacer las personas vivas? Pueden hacer un poco de lo que deben hacer las personas normales. Sobre todo, cumplen bien con sus deberes, y temen a Dios y evitan el mal en lo que piensan y revelan, en lo que dicen y hacen de manera regular. Esa es la naturaleza de lo que suelen pensar y hacer. Para ser un poco más precisos, como poco, lo que dicen y hacen coincide en gran medida con la verdad. Dios no lo condena ni lo desdeña, sino que lo reconoce y aprueba. Eso es lo que hacen las personas vivas, y es lo que deben hacer.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Solo con sumisión sincera puede tenerse verdadera confianza

Una vida espiritual normal no se limita a prácticas como orar, cantar himnos, participar en la vida de iglesia y comer y beber de las palabras de Dios. Más bien, implica vivir una nueva y dinámica vida espiritual. Lo que importa no es cómo se practica, sino qué fruto da la práctica. La mayoría de la gente cree que una vida espiritual normal implica necesariamente orar, cantar himnos, comer y beber las palabras de Dios o reflexionar sobre ellas, sin que importe que tales prácticas tengan algún efecto o conduzcan a un verdadero entendimiento. Estas personas se centran en seguir procedimientos superficiales sin preocuparse por los resultados; viven en los rituales religiosos, no dentro de la iglesia, y ni mucho menos son personas del reino. Orar, cantar himnos y comer y beber de las palabras de Dios son solo una forma de respetar preceptos; lo hacen por obligación y para estar al día con las tendencias, no por voluntad propia ni de corazón. Por mucho que estas personas oren o canten, sus esfuerzos no darán ningún fruto, ya que solo practican los preceptos y los rituales de la religión, no las palabras de Dios. Se centran solo en darle importancia a cómo practican, y tratan las palabras de Dios como preceptos a seguir. Estas personas no están poniendo en práctica las palabras de Dios, solo están satisfaciendo la carne y actuando para que otras personas las vean. Todos estos preceptos y rituales religiosos tienen un origen humano; no provienen de Dios. Dios no sigue preceptos ni está sujeto a ninguna ley. En su lugar, Él hace cosas nuevas cada día, y así logra una obra práctica. Lo mismo sucede con la gente de la Iglesia de las Tres Autonomías, que se limitan a prácticas como asistir a diario a los servicios matutinos, ofrecer oraciones por la tarde y oraciones de gratitud antes de las comidas, y a dar gracias por todo; hagan lo que hagan y por mucho tiempo que lo hagan, no tendrán la obra del Espíritu Santo. Cuando las personas viven entre preceptos y anclan su corazón a métodos de práctica, el Espíritu Santo no puede obrar, ya que su corazón está ocupado por preceptos y nociones humanas. Por lo tanto, Dios es incapaz de intervenir y obrar en ellas, y solo pueden seguir viviendo bajo el control de las leyes. Tales personas nunca podrán recibir el elogio de Dios.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Acerca de una vida espiritual normal

Puesto que tú crees en Dios, debes comer y beber Sus palabras, experimentar Sus palabras y vivir Sus palabras. ¡Solo esto puede llamarse creer en Dios! Si dices con la boca que crees en Dios, mas no eres capaz de poner en práctica ninguna de Sus palabras o producir algún tipo de realidad, a esto no se le llama creer en Dios. Esto es “buscar comerse el pan y saciarse”. Hablar únicamente de testimonios triviales, cosas inútiles y cuestiones superficiales, sin tener ni siquiera un mínimo de realidad, esto no es creer en Dios, y tú simplemente no has captado el camino correcto de creer en Dios. ¿Por qué debes comer y beber tantas palabras de Dios como te sea posible? Si no comes ni bebes Sus palabras y solo buscas ascender al cielo, ¿es eso creer en Dios? ¿Cuál es el primer paso que debe dar el que cree en Dios? ¿A través de qué senda Dios perfecciona al hombre? ¿Puedes ser perfeccionado sin comer ni beber las palabras de Dios? ¿Puedes ser considerado una persona del reino sin que las palabras de Dios sirvan como tu realidad? ¿Qué significa exactamente creer en Dios? Quienes creen en Dios deberían, al menos, tener un buen comportamiento en lo externo; lo más importante de todo es poseer las palabras de Dios. Pase lo que pase, nunca puedes darle la espalda a Sus palabras. Conocer a Dios y satisfacer Sus intenciones se logra a través de Sus palabras. En el futuro, cada nación, denominación, religión y sector será conquistado a través de las palabras de Dios. Dios hablará directamente, y cada persona sostendrá las palabras de Dios en sus manos, y por medio de esto la humanidad será perfeccionada. Por dentro y por fuera, las palabras de Dios lo impregnan todo: la humanidad pronunciará las palabras de Dios con la boca, practicará de acuerdo con las palabras de Dios, mantendrá las palabras de Dios en su interior, y quedará impregnada de las palabras de Dios tanto por dentro como por fuera. Así será perfeccionada la humanidad. Aquellos que satisfacen las intenciones de Dios y son capaces de dar testimonio de Él, ellos son quienes tienen las palabras de Dios como su realidad.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La Era del Reino es la Era de la Palabra

¿Qué es, hoy, creer realmente en Dios? Es aceptar Su palabra como tu realidad-vida y conocer a Dios a partir de Su palabra para lograr un amor verdadero hacia Él. Para decirlo con claridad: creer en Dios tiene como propósito que puedas someterte a Él, amarle y cumplir el deber que debe cumplir un ser creado. Este es el objetivo de creer en Dios. Debes obtener el conocimiento de la hermosura de Dios, de cuán digno de veneración Él es, de cómo Él lleva a cabo la obra de salvación y perfeccionamiento en Sus seres creados; esto es lo esencial de tu fe en Dios. Creer en Dios es, principalmente, el cambio de una vida de la carne a una vida de amar a Dios; de vivir dentro de la corrupción a vivir dentro de la vida de las palabras de Dios. Es dejar de estar bajo el poder de Satanás y vivir bajo el cuidado y la protección de Dios; es ser capaz de lograr someterse a Dios y no a la carne; es permitir que Él gane la totalidad de tu corazón, permitirle que te perfeccione y liberarte del carácter satánico corrupto. Creer en Dios tiene como objetivo, principalmente, que Su gran poder y Su gloria puedan manifestarse en ti, que puedas seguir Su voluntad, que cumplas Su plan y seas capaz de dar testimonio de Él delante de Satanás. La fe en Dios no debería girar alrededor del deseo de contemplar señales y prodigios ni tener como propósito el beneficio de tu carne personal. Debe consistir en buscar conocer a Dios y ser capaz de someterse a Él, y, como Pedro, someterse a Él hasta la muerte. Estas son las metas principales de la fe en Dios. Se come y bebe la palabra de Dios para conocerle y satisfacerle. Comer y beber la palabra de Dios te proporciona un mayor conocimiento de Él y solo después de esto puedes someterte a Él. Solo teniendo conocimiento de Dios puedes amarle, y esta es la meta que el hombre debería tener en su fe en Dios. Si, en tu fe en Dios, siempre estás intentando contemplar señales y prodigios, el punto de vista de esta fe en Dios es erróneo. Creer en Dios es, sobre todo, la aceptación de Su palabra como la realidad-vida. La meta de Dios solo se logra poniendo en práctica las palabras provenientes de Su boca y llevándolas a cabo en ti. En su fe en Dios, el hombre debería esforzarse por que Dios lo perfeccione, por ser capaz de someterse a Él y por someterse plenamente. Si puedes someterte a Dios sin quejarte, ser considerado con Sus intenciones, alcanzar la estatura de Pedro y poseer el estilo de Pedro del que Dios habla, ese será el momento en el que habrás tenido éxito en tu fe en Dios, y esto significará que Dios te ha ganado.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Todo se logra por la palabra de Dios

Debes saber qué tipo de personas deseo; los impuros no tienen permitido entrar en el reino, ni mancillar el suelo santo. Aunque puedes haber realizado muchas obras y obrado durante muchos años, si al final sigues siendo deplorablemente inmundo, entonces ¡será intolerable para la ley del Cielo que desees entrar en Mi reino! Desde la fundación del mundo hasta hoy, nunca he ofrecido acceso fácil a Mi reino a cualquiera que se gane Mi favor. Esta es una norma celestial ¡y nadie puede quebrantarla! Debes buscar la vida. Hoy, las personas que serán perfeccionadas son del mismo tipo que Pedro; son las que buscan cambios en su propio carácter y están dispuestas a dar testimonio de Dios y a cumplir con su deber como seres creados. Solo las personas así serán perfeccionadas. Si solo esperas recompensas y no buscas cambiar tu propio carácter-vida, entonces todos tus esfuerzos serán en vano. ¡Y esta verdad es inalterable!

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. El éxito o el fracaso dependen de la senda que el hombre camine

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Ahora ya han aparecido varios desastres inusuales, y según las profecías de la Biblia, habrá desastres aún mayores en el futuro. Entonces, ¿cómo obtener la protección de Dios en medio de los grandes desastres? Contáctanos, y te mostraremos el camino.

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