1. Cómo resolver el problema de las nociones y figuraciones de la gente
Palabras de Dios Todopoderoso de los últimos días
Debido a que siempre hay nuevos avances en la obra de Dios, hay una obra que se vuelve obsoleta y antigua cuando la nueva obra llega. Estas diferentes clases de obra, la antigua y la nueva, no son contradictorias sino que se complementan; cada paso es consecuencia del anterior. Debido a que surge una nueva obra, las cosas antiguas, por supuesto, deben ser eliminadas. Por ejemplo, algunas de las prácticas establecidas hace mucho tiempo por el hombre y sus máximas habituales, además de los muchos años de experiencia y enseñanzas del hombre, han formado toda clase de nociones en su mente. Que Dios aún no haya revelado plenamente al hombre Su verdadero rostro y Su carácter inherente, junto a la difusión, durante muchos años, de las teorías tradicionales de la antigüedad, ha sido aún más propicio para que el hombre forme tales nociones dentro de sí. Se puede decir que, durante el transcurso de la creencia del hombre en Dios, la influencia de diversas nociones ha llevado a la continua formación y evolución de toda clase de entendimiento conceptual de Dios que ha causado que muchas personas religiosas que sirven a Dios se hayan convertido en Sus enemigos. Por consiguiente, mientras más arraigadas las nociones religiosas de las personas, más se oponen a Dios y más se vuelven Sus enemigos. La obra de Dios es siempre nueva y es nunca antigua, y jamás forma doctrinas, sino que, por el contrario, cambia y se renueva continuamente en mayor o menor grado. Esta manera de obrar es una expresión del carácter inherente del mismo Dios. Es también el principio inherente de la obra de Dios y uno de los medios por los cuales Él logra Su gestión. Si Dios no obrara de esta manera, el hombre no cambiaría ni sería capaz de conocer a Dios y Satanás no sería derrotado. Por tanto, en Su obra ocurren cambios continuos que pueden parecer erráticos, pero que, en realidad, son periódicos. Sin embargo, la manera en la que el hombre cree en Dios es bastante diferente: él se aferra a viejos sistemas y doctrinas que le son familiares y cuanto más antiguas sean, más apetecibles le son. ¿Cómo podría la mente necia del hombre, una mente tan intransigente como la piedra, aceptar tantas nuevas e insondables obras y palabras de Dios? El hombre aborrece al Dios que es siempre nuevo y nunca antiguo; al hombre solo le gusta el Dios antiguo, de avanzada edad, cabello blanco y que está quieto en un lugar. Por ende, debido a que Dios y el hombre tienen sus propios gustos, el hombre se ha convertido en el enemigo de Dios. Muchas de estas contradicciones todavía persisten incluso hoy en día, en tiempos en que Dios ha estado llevando a cabo una nueva obra durante casi seis mil años. Entonces, estas contradicciones no tienen remedio. Tal vez se deba a la terquedad del hombre, o a lo inviolable de los decretos administrativos de Dios por parte de cualquier hombre; sin embargo, esos clérigos y mujeres todavía se aferran a libros y papeles antiguos y mohosos, mientras que Dios sigue adelante con Su incompleta obra de gestión como si no tuviera a nadie a Su lado. A pesar de que estas contradicciones hacen que Dios y el hombre sean enemigos, al punto de llegar a ser irreconciliables, Dios no les presta atención, como si estuvieran y no estuvieran allí, a la misma vez. El hombre, sin embargo, todavía se apega a sus creencias y nociones, y nunca se desprende de ellas. Sin embargo, una cosa es evidente: a pesar de que el hombre no se desvía de su postura, los pies de Dios están siempre en movimiento y siempre está cambiando Su postura de acuerdo con el entorno. Al final, es el hombre quien será vencido sin luchar. Dios, por otra parte, es el mayor enemigo de Sus enemigos derrotados y es también el campeón de la humanidad, tanto de los vencidos como de los invictos. ¿Quién puede competir con Dios y salir victorioso? Las nociones del hombre parecen venir de Dios, porque muchas de ellas nacieron como consecuencia de la obra de Dios. Sin embargo, Dios no perdona al hombre a causa de esto y, menos aún, derramará alabanzas sobre el hombre por producir, tras Su obra, tanda tras tanda de productos “para Dios”, los que están fuera de la obra de Dios. Por el contrario, Él está sumamente disgustado por las nociones del hombre y por sus viejas y piadosas creencias, y no tiene ninguna intención de reconocer la fecha en la que tales nociones surgieron por primera vez. Él no acepta en absoluto que estas nociones procedan de Su obra, ya que las nociones del hombre son esparcidas por el hombre; su fuente es el pensamiento y la mente del hombre, y no Dios, sino Satanás. La intención de Dios siempre ha sido que Su obra sea nueva y viva, no vieja y muerta, y a lo que Él hace que el hombre se adhiera varía con la era y el periodo y no es eterno ni inmutable. Esto es debido a que Él es un Dios que lleva al hombre a vivir y ser nuevo, no como el diablo, que lleva al hombre a la muerte y a la vejez. ¿Aún no comprendéis esto? Tú tienes nociones sobre Dios y eres incapaz de desprenderte de ellas, porque eres de mente cerrada. No es porque la obra de Dios tenga demasiado poco sentido ni porque Su obra sea desconsiderada con los sentimientos del hombre y, menos aún, porque Dios sea siempre negligente con Sus deberes. No eres capaz de desprenderte de tus nociones porque tu carencia de sumisión es demasiado grande y porque no tienes la más mínima semejanza a un ser creado; no es porque Dios esté haciendo las cosas difíciles para ti. Tú has causado todo esto y Dios no tiene nada que ver; todo el sufrimiento y la desgracia son creados por el hombre. Los pensamientos de Dios son siempre buenos: Él no quiere hacerte elaborar nociones, sino que desea que tú cambies y seas renovado a medida que pasan las eras. Sin embargo, tú no sabes lo que es bueno para ti y siempre estás examinando o analizando. No es que Dios te ponga las cosas difíciles, sino que careces de un corazón temeroso de Dios y tu rebeldía es demasiado grande. Un diminuto ser creado, que se atreve a tomar un insignificante trozo de lo que antes fue dado por Dios y que se voltea y lo usa para atacar a Dios, ¿no es esto la rebelión del hombre? Los humanos, es justo decirlo, no están en absoluto calificados para expresar sus puntos de vista ante Dios y menos aún para exhibir como les dé la gana su lenguaje inútil, apestoso, podrido y florido, por no mencionar sus decrépitas nociones. ¿Acaso no son aún más despreciables?
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Solo pueden servir a Dios los que conocen Su obra de hoy
Sabed que os oponéis a la obra de Dios o usáis vuestras propias nociones para medir la obra de hoy, porque no conocéis los principios de Su obra, y porque tratáis de manera imprudente la obra del Espíritu Santo. Vuestra oposición a Dios y la obstrucción de la obra del Espíritu Santo están causadas por vuestras nociones y por vuestra arrogancia inherente. No se debe a que la obra de Dios sea errónea, sino a que sois demasiado rebeldes por naturaleza. Después de encontrar su creencia en Dios, algunas personas ni siquiera pueden afirmar con certeza de dónde vino el hombre, pero se atreven a hacer discursos públicos evaluando lo bueno y lo malo de la obra del Espíritu Santo. Incluso sermonean a los apóstoles que tienen la nueva obra del Espíritu Santo y hacen comentarios fuera de lugar; su humanidad es demasiado baja y no hay el más mínimo razonamiento en ellos. ¿Acaso no llegará el día en que tales personas sean desdeñadas por la obra del Espíritu Santo y quemadas por los fuegos del infierno? No conocen la obra de Dios, pero la critican, y también intentan ordenarle a Dios cómo obrar. ¿Cómo pueden conocer a Dios personas tan irrazonables? El hombre llega a conocer a Dios durante el proceso de buscarlo y experimentarlo; no es a través de criticarlo a su antojo que llegará a conocerlo por medio del esclarecimiento del Espíritu Santo. Cuanto más preciso es el conocimiento que las personas tienen de Dios, menos se oponen a Él. Por el contrario, cuanto menos saben de Él, más probable es que se opongan a Él. Tus nociones, tu vieja naturaleza y tu humanidad, tu personalidad y tu perspectiva moral son el capital con el que te resistes a Dios, y cuanto más corrupta tu moral, más odiosas tus cualidades y baja tu humanidad, más enemigo eres de Dios. Quienes poseen unas nociones firmes y tienen un carácter sentencioso son aún más enemigos del Dios encarnado; estas personas son los anticristos. Si no rectificas tus nociones, siempre serán contrarias a Dios; nunca serás compatible con Él y siempre estarás separado de Él.
Solo dejando de lado tus viejas nociones puedes obtener un nuevo conocimiento; sin embargo, el viejo conocimiento no equivale necesariamente a nociones viejas. “Nociones” se refiere a las cosas imaginadas por el hombre que están en conflicto con la realidad. Si el viejo conocimiento ya estaba obsoleto en la antigua era e impidió al hombre entrar en la nueva obra, ese conocimiento también es una noción. Si el hombre es capaz de adoptar el enfoque correcto hacia ese conocimiento y puede llegar a conocer a Dios desde varios aspectos diferentes, combinando lo viejo y lo nuevo, el viejo conocimiento pasa a ser una ayuda para el hombre y se vuelve la base por la que este entra en la nueva era. […] el hombre cree, en su mente, en su propio Dios imaginario y no busca al Dios realista. Si una persona tiene un tipo de creencia, entonces entre cien personas hay cien tipos de creencias. El hombre posee tales creencias porque no ha visto la obra práctica de Dios, porque solo la ha oído con sus oídos y no la ha observado con sus ojos. El hombre ha oído leyendas e historias, pero rara vez ha oído el conocimiento de los hechos de la obra de Dios. Así pues, es a través de sus propias nociones que las personas que solo han sido creyentes durante un año llegan a creer en Dios, y esto mismo ocurre en el caso de aquellos que han creído en Él durante toda su vida. Los que no pueden ver los hechos nunca serán capaces de escapar de una fe en la que tienen nociones acerca de Dios. El hombre cree que se ha liberado de las ataduras de sus viejas nociones y ha entrado en un nuevo territorio. ¿No sabe que el conocimiento de aquellos que no pueden ver el verdadero rostro de Dios no es otra cosa que nociones y rumores? El hombre piensa que sus nociones son correctas y sin error, y que proceden de Dios. Hoy, cuando el hombre es testigo de la obra de Dios, da rienda suelta a las nociones acumuladas durante muchos años. Las imaginaciones y las ideas del pasado se han convertido en una obstrucción para la obra de esta etapa, y al hombre le ha resultado difícil dejar ir estas nociones y refutar estas ideas. Las nociones hacia esta obra que se ha desarrollado paso a paso por parte de muchos de los que han seguido a Dios hasta hoy se han vuelto, incluso, más graves y estas personas han ido dando forma gradualmente a una enemistad empecinada con el Dios encarnado. La fuente de este odio son las nociones y las imaginaciones del hombre. Las nociones e imaginaciones del hombre se han convertido en enemigas de la obra de hoy, una obra que es contraria a las nociones del hombre. Esto ha ocurrido precisamente porque los hechos no le permiten al hombre dar rienda suelta a su imaginación y, además, este no puede refutarlos con facilidad, y sus nociones e imaginaciones no toleran la existencia de los hechos; además, no se pone a pensar en la corrección y la veracidad de estos, se limita a dejar libres sus nociones con determinación, y emplea su propia imaginación. Solo se puede decir que esto es culpa de las nociones del hombre, y no de la obra de Dios. El hombre puede imaginar todo lo que desee, pero no puede poner en duda libremente ninguna etapa de la obra de Dios ni una parte de la misma; la realidad de Su obra es inviolable por el hombre.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Conocer las tres etapas de la obra de Dios es la senda para conocer a Dios
Si usáis vuestras propias nociones para medir y delimitar a Dios, como si Dios fuera una estatua de barro inmutable, y si delimitáis completamente a Dios dentro de los parámetros de la Biblia y lo encerráis dentro de un limitado ámbito dónde obrar, entonces esto prueba que habéis condenado a Dios. Porque los judíos de la era del Antiguo Testamento tomaron a Dios como un ídolo de forma fija que tenían en sus corazones, como si a Dios solo se le pudiera llamar Mesías y solo Aquel que fuera llamado el Mesías pudiera ser Dios, y porque la humanidad sirvió y adoró a Dios como si Él fuera una estatua de barro sin vida, clavaron al Jesús de ese tiempo en la cruz, sentenciándolo a muerte; el Jesús inocente fue así condenado a muerte. Dios era inocente de cualquier ofensa; sin embargo, el hombre rehusó perdonar a Dios e insistió en sentenciarlo a muerte, y así Jesús fue crucificado. El hombre siempre cree que Dios es inmutable y lo define de acuerdo con un único libro, la Biblia, como si el hombre tuviera un perfecto entendimiento de la gestión de Dios, como si todo lo que Dios hace estuviera en la palma de la mano del hombre. Las personas son absurdas hasta el extremo, de una arrogancia extrema y todas tienen un don para la hipérbole. No importa lo grande que sea el conocimiento que tienes de Dios, todavía digo que no conoces a Dios, que te opones a Dios al máximo y que lo has condenado porque eres totalmente incapaz de someterte a la obra de Dios y caminar la senda de ser perfeccionado por Dios. ¿Por qué Dios nunca está satisfecho con las acciones del hombre? Porque el hombre no conoce a Dios, porque tiene demasiadas nociones y porque su conocimiento de Dios no concuerda en absoluto con la realidad, sino que repite monótonamente el mismo tema sin variación y usa el mismo enfoque para toda situación. Y entonces, habiendo venido a la tierra en la actualidad, una vez más el hombre ha clavado a Dios en la cruz.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Los malvados deben ser castigados
Cuando Dios se hace carne y viene a obrar entre los hombres, todos lo contemplan y oyen Sus palabras, y todos ven los hechos que Dios obra dentro de Su cuerpo de la carne. En ese momento, todas las nociones del hombre se convierten en espuma. En cuanto a aquellos que han visto a Dios aparecer en la carne, no serán condenados si se someten a Él de buen grado, mientras que los que están contra Él intencionadamente se considerarán oponentes de Dios. Tales personas son anticristos, enemigos que deliberadamente se resisten a Él. Los que albergan nociones relativas a Dios, pero aun así están preparados y dispuestos a someterse a Él, no serán condenados. Él condena al hombre sobre la base de sus propósitos y acciones, nunca por sus pensamientos e ideas. Si Dios condenara al hombre sobre la base de sus pensamientos e ideas, entonces nadie podría escapar de las manos iracundas de Dios. Los que voluntariamente se resisten al Dios encarnado serán castigados por su falta de sumisión. En cuanto a estas personas que se levantan contra Dios deliberadamente, su oposición surge del hecho de que albergan nociones sobre Dios, que a su vez las lleva a actuar de forma que perturba la obra de Dios. Estas personas resisten y destruyen la obra de Dios de manera intencionada. No solo tienen nociones sobre Él, sino que también se involucran en actividades que perturban Su obra y por esta razón este tipo de personas serán condenadas. Los que no perturban deliberadamente la obra de Dios no serán condenados como pecadores, porque son capaces de someterse de buen grado y no involucrarse en actividades que causen trastornos ni perturbaciones. Tales personas no serán condenadas. Sin embargo, cuando las personas han experimentado la obra de Dios durante mucho tiempo, si siguen albergando nociones acerca de Él y siguen siendo incapaces de conocer la obra del Dios encarnado, y, si por muchos años que hayan experimentado Su obra, continúan llenándose de nociones sobre Dios y siguen siendo incapaces de llegar a conocerlo, aunque no se involucren en actividades que causen perturbaciones, sus corazones están llenos de muchas nociones sobre Dios, e incluso si tales nociones no se hacen evidentes, las personas que son así no son de ninguna ayuda para la obra de Dios. Son incapaces de difundir el evangelio por Dios o dar testimonio de Él. Las personas que son así no sirven para nada y son imbéciles. Como no conocen a Dios y además son incapaces de desechar sus nociones de Él, están condenadas. Puede decirse así: es normal para los nuevos en la fe albergar nociones de Dios o no conocer nada de Él, pero para aquellos que han creído en Dios durante muchos años y experimentado mucho de Su obra, no sería normal que continuaran sosteniendo nociones, y sería aún menos normal que una persona así no tuviese conocimiento de Dios. Debido a que esto no es un estado normal, están condenados. Estas personas son todas basura; son las que más se oponen a Dios y han disfrutado de Su gracia para nada. ¡Todas esas personas serán descartadas al final!
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Todas las personas que no conocen a Dios son las que se oponen a Él
Las nociones de la gente provocan a menudo que se malinterprete a Dios, que se le hagan todo tipo de exigencias y que se emitan juicios sobre Él, así como que existan toda clase de criterios para medirlo. Provocan que la gente suela usar ciertos pensamientos y puntos de vista incorrectos para medir si las cosas son correctas o no, si alguien es bueno o malo, si es fiel a Dios y tiene fe en Él. ¿Cuál es la causa principal de estos errores? Las nociones de las personas. Tal vez las nociones de las personas no afecten a lo que comen, a cómo duermen ni a su vida normal, pero sí existen en su mente y en su pensamiento, se agarran a las personas como una sombra que las sigue siempre a todas partes. Si no eres capaz de resolverlas a tiempo, controlarán de forma permanente tu pensamiento, tu juicio, tu conducta, tu conocimiento de Dios y tu relación con Él. ¿Ahora lo ves claro? Las nociones son un problema grave. El hecho de que las personas tengan nociones sobre Dios es como un muro entre ellas y Dios, un muro que les impide contemplar el auténtico rostro de Dios, que les impide ver Su carácter y esencia verdaderos. ¿Por qué es así? Porque la gente vive inmersa en sus nociones y figuraciones, y utiliza sus nociones para determinar si Dios tiene o no razón y para evaluar, juzgar y condenar todo lo que Él hace. ¿En qué estado se sume normalmente la gente por hacer esto? ¿Puede someterse sinceramente a Dios cuando vive inmersa en sus nociones? ¿Puede tener verdadera fe en Dios? (No puede). Aunque la gente se someta un poco a Él, lo hace de acuerdo con sus nociones y figuraciones. Cuando alguien confía en ellas, se contagia de cosas personales que son de Satanás y del mundo y están reñidas con la verdad. El problema de las nociones de la gente sobre Dios es grave; es un problema importante entre el hombre y Dios que hay que resolver urgentemente. Todos los que se presentan ante Dios llegan con nociones, con todo tipo de sospechas sobre Dios. O se puede decir que llegan con innumerables malas interpretaciones de Dios frente a todo lo que Él les otorga, frente a Sus disposiciones e instrumentaciones. Entonces, ¿qué será de su relación con Dios? Constantemente, la gente malinterpreta a Dios, desconfía de Él y utiliza sus propios criterios para evaluar si Dios tiene o no razón, así como cada una de Sus palabras y Su obra. ¿Qué es esta clase de comportamiento? (Es rebeldía y desafío). Exacto, la gente se rebela contra Dios, lo desafía y lo condena, y además lo juzga, blasfema y compite contra Él, y en los casos más graves pretende enjuiciarlo y enzarzarse en un “combate decisivo” contra Él. ¿Cuál es el nivel más grave que pueden alcanzar las nociones de las personas? El de negar al auténtico Dios mismo, negar que Sus palabras son la verdad y condenar la obra de Dios. Cuando las nociones de la gente llegan a ese nivel, esta niega a Dios con naturalidad, lo condena, blasfema contra Él y lo traiciona. No solo niega Su existencia, sino que rehúsa aceptar la verdad y seguir a Dios. ¿Acaso no es terrorífico? (Sí). Se trata de un problema aterrador.
La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Solo si se resuelven las propias nociones es posible emprender el camino correcto de la fe en Dios (1)
Algunas personas consideran que creer en Dios debería traer paz y alegría, y que si enfrentan dificultades, solo necesitan orarle, y Él las escuchará, les otorgará gracia y bendiciones, y garantizará que todo transcurra de manera tranquila y sin contratiempos. Al creer en Dios, su propósito es buscar gracia, obtener bendiciones y disfrutar de la paz y la felicidad. Debido a estos puntos de vista, abandonan a sus familias o dejan sus trabajos para entregarse a Él y son capaces de soportar sufrimientos y de pagar un precio. Creen que, en tanto renuncien a algo, se esfuercen por Él, atraviesen penurias y trabajen arduamente a la vez que muestran un comportamiento excepcional, obtendrán las bendiciones y el favor de Dios, y que sin importar las dificultades que enfrenten, si oran, Él las resolverá y les abrirá una senda para todo. Esta es la opinión que sostiene la mayoría de los creyentes y la gente la considera legítima y correcta. La capacidad de muchas personas para mantener su fe en Dios durante años sin abandonar dicha fe está relacionada de manera directa con esta opinión. Piensan: “Me he esforzado mucho por Dios, me he comportado de manera muy satisfactoria, no he cometido ninguna acción malvada y, seguramente, Dios me bendecirá. Dado que he sufrido en gran medida y he pagado un precio muy alto por cada tarea, mis actos se correspondieron con las palabras y las exigencias de Dios y no he cometido ningún error, Dios debería bendecirme. Él debería procurar que nada me salga mal, que a menudo tenga paz y alegría en mi corazón y disfrute de Su presencia”. ¿No es esta una noción y una figuración humana? Desde una óptica humana, las personas disfrutan de la gracia de Dios y reciben beneficios y, de esta manera, tiene sentido que deban, hasta cierto punto, sufrir por ello, y vale la pena intercambiar tal dolor por las bendiciones de Dios. Esta mentalidad constituye hacer tratos con Dios. Sin embargo, desde la perspectiva de la verdad y el enfoque de Dios, esto no se ajusta en esencia a los principios de Su obra ni a los estándares que Él les exige a las personas. Es una manera de pensar completamente ilusoria, una noción y una figuración acerca de la fe en Dios puramente humanas. Ya sea que suponga hacer tratos o exigirle cosas a Dios o albergue nociones y figuraciones humanas, en cualquier caso nada de esto se ajusta a Sus exigencias ni cumple con Sus principios y criterios para bendecir a las personas. Esta forma de pensar y este enfoque transaccional en particular ofenden el carácter de Dios. Así y todo, la gente no se da cuenta. Cuando lo que Dios hace no se corresponde con las nociones de las personas, en sus corazones rápidamente surgen quejas y malentendidos sobre Él. Incluso se sienten agraviadas, quieren razonar con Dios y puede que hasta lo juzguen y lo condenen. Independientemente de las nociones y malentendidos que las personas desarrollen, desde Su enfoque, Él nunca actúa ni trata a nadie según las nociones o los deseos humanos. Dios siempre hace lo que desea, de acuerdo con Su propia manera y en función de Su propia esencia-carácter. Dios tiene principios para la manera en la que trata a cada persona; nada de lo que hace a cada individuo se basa en las nociones, las figuraciones ni en las preferencias del hombre, este es el aspecto de la obra de Dios que menos se corresponde con las nociones humanas. Cuando Dios dispone un entorno para las personas que contradice por completo sus nociones y figuraciones, las personas forman nociones, juicios y condenas contra Dios en sus corazones, e incluso pueden negarlo. ¿Puede Dios entonces satisfacer sus necesidades? En absoluto. Dios jamás cambiará Su manera de obrar ni Sus deseos para ajustarlos a las nociones humanas. ¿Quién necesita cambiar entonces? Las personas. En lugar de comparar lo que Dios hace con sus nociones a fin de determinar si es correcto, son ellas las que deben desprenderse de sus nociones, aceptar, someterse y experimentar los entornos que Él dispone, y buscar la verdad para resolver sus propias nociones. Cuando las personas insisten en aferrarse a sus nociones, naturalmente, desarrollan cierta resistencia hacia Dios. ¿En qué radica esa resistencia? En el hecho de que lo que la gente alberga frecuentemente en sus corazones son, sin duda, nociones y figuraciones y no la verdad. Por lo tanto, cuando se enfrentan a que la obra de Dios no se corresponde con las nociones humanas, son capaces de desafiar a Dios y hacer juicios en su contra. Esto demuestra que las personas básicamente carecen de un corazón sumiso a Dios, su carácter corrupto dista mucho de haber sido limpiado y, en esencia, viven de acuerdo con él. Aún están increíblemente lejos de alcanzar la salvación.
La Palabra, Vol. V. Las responsabilidades de los líderes y obreros. Las responsabilidades de los líderes y obreros (16)
¿Qué otras nociones hay dentro de vuestro corazón que puedan influir en el cumplimiento de vuestros deberes? ¿Cuáles os suelen influir y os gobiernan en vuestras vidas? Cuando te suceden ciertas cosas que no son de tu agrado, afloran de manera natural tus nociones, y luego te quejas a Dios, discutes y te enfrentas a Él, y estas traen consigo una rápida transformación en tu relación con Dios. Pasas de ser como al principio, cuando sentías que amabas tanto a Dios, le eras muy fiel y querías dedicarle toda tu vida, a de repente sufrir un cambio de parecer, a no querer cumplir tu deber ni serle leal durante más tiempo, y te arrepientes de tu fe, de haber elegido esta senda, e incluso te quejas de que Dios te haya escogido. ¿Qué otras nociones son capaces de causar un cambio repentino en tu relación con Dios? (Cuando Dios dispone una situación para ponerme a prueba y me pone en evidencia, y me parece que no voy a tener un buen desenlace, me creo nociones sobre Él. Siento que creo en Dios y lo sigo, que siempre he desempeñado mi deber, así que, mientras no renuncie a Él, Dios no debería abandonarme). Ese es un tipo de noción. ¿Las tenéis a menudo? ¿Qué entendéis por ser abandonados por Dios? ¿Creéis que el hecho de que Dios os deje significa que no os quiere y no os va a salvar? Este es otro tipo de noción. ¿Cómo surge? ¿Proviene de vuestra imaginación o tiene alguna base? ¿Cómo sabes que Dios no va a proporcionarte un buen desenlace? ¿Te lo ha dicho Él en persona? Tú mismo elaboras por completo esos pensamientos. Ahora que sabes que esto es una noción, la pregunta clave es cómo resolverla. En realidad, la gente alberga muchas nociones sobre la fe en Dios. Si eres capaz de darte cuenta de que tú tienes una, entonces deberías saber que es equivocada. Por tanto, ¿cómo habrían de resolverse esas nociones? Primero, hace falta que veas con claridad si provienen del conocimiento o de las filosofías satánicas, dónde se halla la culpa, dónde radica el perjuicio y, una vez que lo hayas percibido con claridad, podrás desprenderte de manera natural de la noción. Sin embargo, eso no es lo mismo que resolverla con esmero; todavía debes buscar la verdad, ver cuáles son los requerimientos de Dios y luego diseccionar la noción según Sus palabras. Cuando se puede constatar con claridad que la noción es errónea, que se trata de algo absurdo y que no concuerda para nada con la verdad, eso significa que, básicamente, la has resuelto. Si no buscas la verdad, si no contrastas la noción con las palabras de Dios, no serás capaz de discernir con claridad qué tiene de malo, por lo que no podrás renunciar a ella a conciencia. Aunque sepas que se trata de una noción, no vas a ser capaz necesariamente de desprenderte de ella por completo. En tales circunstancias, cuando tus nociones entran en conflicto con los requerimientos de Dios y, aunque te puedas dar cuenta de que son erróneas, tu corazón se sigue aferrando a ellas, y posees la certeza de que se oponen a la verdad, si bien en tu corazón sigues creyendo que son válidas; entonces no serás alguien que entienda la verdad, y la gente como tú no tiene entrada en la vida y carece demasiado de estatura. Por ejemplo, hay quienes son especialmente sensibles respecto a su propio desenlace y destino, a los ajustes en su deber y a ser reemplazados en este. Algunos alcanzan a menudo conclusiones erróneas sobre esas cosas, piensan que, en cuanto se les sustituya en su deber y ya no tengan estatus, o Dios diga que ya no son de Su agrado ni los quiere, eso supondrá su final. Esta es la conclusión a la que llegan. Consideran: “No tiene sentido creer en Dios, Él no me quiere y mi desenlace ya se ha establecido, ¿de qué sirve seguir viviendo?”. Al oír esos pensamientos, otros piensan que son razonables y dignos, pero ¿qué clase de pensamiento es este en realidad? Se trata de una rebeldía contra Dios, supone abandonarse a la desesperación. ¿Por qué se abandonan así? Porque no entienden las intenciones de Dios, no pueden ver con claridad cómo salva a la gente ni tienen verdadera fe en Él. ¿Es consciente Dios de que alguien se abandona a la desesperación? (Sí). Dios lo sabe, ¿y cómo trata a esa gente pues? La gente se crea una especie de noción y dice: “Dios ha pagado un precio muy grande por el hombre, ha hecho mucha obra en todas las personas y se ha esforzado mucho; no es fácil para Él escoger a alguien y salvarlo. Dios se sentirá muy herido si se abandona a la desesperación, y todos los días esperará que sea capaz de recomponerse”. Este es el significado a un nivel superficial, pero, de hecho, se trata también de una noción del hombre. Dios adopta cierta actitud hacia tales personas: si te abandonas a la desesperación y no intentas avanzar, Él te permitirá elegir por ti mismo, no te obligará a hacer nada en contra de tu voluntad. Si dices: “Sigo deseando cumplir el deber de un ser creado, hacer todo lo que pueda para practicar como pide Dios y satisfacer Sus intenciones. Usaré todos mis dones y talentos y, si no soy capaz de nada, entonces aprenderé a someterme y a ser obediente; no abandonaré mi deber”, entonces Dios dice: “Si estás dispuesto a vivir de esta manera, continúa siendo un seguidor, pero debes hacer lo que pide Dios; los estándares que exige y Sus principios no cambian”. ¿Qué significan estas palabras? Que solo las personas pueden abandonarse a sí mismas; Dios nunca abandonaría a nadie. Para cualquiera que sea capaz de alcanzar al final la salvación y contemplar a Dios, que establezca una relación normal con Él y pueda presentarse ante Él, esto no es algo que pueda lograrse tras fracasar o ser podado o juzgado y castigado una sola vez. Antes de que Pedro fuera perfeccionado, pasó por el proceso de refinamiento cientos de veces. Entre los que permanezcan después de contribuir con mano de obra hasta el final, no habrá uno solo que haya experimentado pruebas y refinamiento solamente ocho o diez veces antes de llegar hasta el final. Al margen de cuántas veces se ponga a prueba y se refine a alguien, ¿acaso no se trata del amor de Dios? (Sí). Cuando puedes contemplar el amor de Dios, entonces eres capaz de entender Su actitud hacia el hombre.
La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Solo si se resuelven las propias nociones es posible emprender el camino correcto de la fe en Dios (1)
Muchos tienen nociones y opiniones sobre el exilio de los judíos de Judea y no comprenden las intenciones de Dios, pero este problema es muy fácil de resolver. Os diré una forma sencilla de hacerlo. Escuchad, y ved si puede abordar estas dificultades vuestras. La manera más sencilla, para empezar, es que la gente sepa que son seres creados, y que es perfectamente natural y está justificado que los seres creados se sometan a su Creador. Si los seres creados constantemente tienen nociones sobre su Creador y no se someten a Él, eso sería una gran rebelión. La gente debe entender que hay un principio fundamental en la forma del tratamiento de los seres creados por parte del Creador, que también es el principio más alto. La forma como el Creador trata a los seres creados se basa completamente en Su plan de gestión y en las exigencias de Su obra; Él no necesita consultar a ninguna persona y tampoco necesita hacer que nadie esté de acuerdo con Él. Él hace lo que tiene que hacer y trata a las personas como tiene que tratarlas y, haga lo que haga o trate como trate a las personas, todo está alineado con los principios-verdad, y los principios por los cuales obra el Creador. Como un ser creado, lo único que se debe hacer es someterse al Creador; uno no debería elegir nada por sí mismo. Esta es la razón que los seres creados deberían tener, y si una persona no la tiene, entonces no es digna de ser llamada persona. La gente debe entender que el Creador siempre será el Creador; Él tiene el poder y las aptitudes para instrumentar y tiene soberanía sobre cualquier ser creado como le plazca y no necesita ninguna razón para hacerlo. Esta es Su autoridad. No hay nadie entre los seres creados que tenga el derecho o esté calificado para emitir juicio sobre si lo que el Creador hace está bien o mal, ni sobre cómo debe actuar. Ningún ser creado tiene el derecho de elegir aceptar la soberanía y los arreglos del Creador; y ningún ser creado tiene el derecho a exigir cómo el Creador tiene soberanía y dispone su porvenir. Esta es la verdad suprema. Sin importar lo que el Creador haya hecho a Sus seres creados, y sin importar tampoco cómo lo haya hecho, los humanos que Él creó solo deben hacer una cosa: buscar, someterse, conocer y aceptar todo lo colocado ahí por el Creador. El resultado final será que el Creador habrá llevado a cabo Su plan de gestión y habrá completado Su obra, haciendo que Su plan de gestión avance sin obstrucciones; entretanto, puesto que los seres creados han aceptado la soberanía y los arreglos del Creador, y como se han sometido a Su soberanía y a Sus arreglos, ellos habrán obtenido la verdad, habrán entendido las intenciones del Creador y habrán llegado a conocer Su carácter. Además, hay otro principio que debo contaros: haga lo que haga el Creador, sin importar la clase de manifestaciones que Él exhiba y sea grande o pequeña la obra que lleve a cabo, continúa siendo el Creador, mientras que toda la humanidad, creada por Él, sigue estando integrada por seres creados, independientemente de lo que hayan hecho y de cuántos talentos o dones hayan recibido. En lo que respecta a la humanidad creada, por más gracia, bendiciones, misericordia, bondad o benevolencia que haya recibido del Creador, no debería creerse distinta de las masas, que puede estar en pie de igualdad con Dios y que ocupa un rango superior entre los seres creados. Con independencia de cuántos dones te haya otorgado Dios, de cuánta gracia te haya concedido, con cuánta amabilidad te haya tratado o de si te ha dado unos talentos especiales, ninguna de estas cosas son tus activos. Eres un ser creado y, por tanto, siempre lo serás. Nunca debes pensar: “Soy un pequeño tesoro en las manos de Dios. Él no me abandonará nunca. La actitud de Dios hacia mí siempre será de amor, cuidado y suaves caricias con cálidos susurros de consuelo y exhortación”. Por el contrario, a ojos del Creador, eres igual a todos los demás seres creados; Dios puede utilizarte como desee y orquestarte como lo desee, así como disponer a voluntad que desempeñes cualquier función entre toda clase de personas, acontecimientos y cosas. Esto es lo que ha de saber la gente y la razón que debe tener. Si uno entiende y acepta estas palabras, su relación con Dios se volverá más normal y entablará una relación más legítima con Él; si uno entiende y acepta estas palabras, orientará su posición adecuadamente, asumirá su lugar en ella y cumplirá con su deber.
La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Solo al entender la verdad se pueden conocer los hechos de Dios
Cuando la gente se crea malentendidos y nociones acerca de Dios, primero deben reconocer que Él es la verdad y que las personas no están en posesión de esta, y que no cabe duda de que son ellos los que están equivocados. ¿Se trata de una especie de formalidad? (No). Si solo adoptas esta práctica como una formalidad, superficialmente, ¿puedes entonces llegar a conocer tus propios errores? Nunca. Llegar a conocerte a ti mismo requiere de varios pasos. Primero, debes determinar si tus acciones son conformes a la verdad y a los principios. Para empezar, no te fijes en tus intenciones; hay veces que son correctas, pero los principios que practicas son erróneos. ¿Se da a menudo este tipo de situación? (Sí). ¿Por qué digo que tus principios de práctica son equivocados? Puede que hayas buscado, pero tal vez no tengas ningún entendimiento de qué son los principios; o tal vez no hayas buscado en absoluto y has basado tus acciones solamente en tus buenas intenciones y tu entusiasmo, y en tus figuraciones y tu experiencia, y en consecuencia has cometido un error. ¿Te lo puedes imaginar? No puedes preverlo y has cometido un error, y ¿acaso no has quedado en evidencia? Si sigues batallando con Dios después de quedar en evidencia, ¿dónde radica ahí el error? (En no reconocer que Dios tiene razón e insistir en que yo sí). Ahí es donde te equivocaste. Tu mayor error no fue hacer algo mal y vulnerar los principios, causando así una pérdida u otras consecuencias, sino que, tras haber hecho algo mal, sigues insistiendo en tu propio razonamiento, incapaz de admitir tu error; te sigues oponiendo a Dios basándote en tus nociones y figuraciones, negando Su obra y las verdades que expresó; ese fue tu mayor y más grave error. ¿Por qué se dice que tal estado en una persona es de oposición a Dios? (Porque no reconoce que lo que hace está mal). Independientemente de que alguien reconozca o no que todo lo que hace Dios y Su soberanía es correcto, así como qué importancia tiene, si es incapaz de reconocer primero que está equivocado, su estado es de oposición a Dios. ¿Qué se hace para rectificar este estado? Primero, uno debe negarse a sí mismo. Lo que acabamos de decir acerca de necesitar buscar primero las intenciones de Dios no resulta tan práctico para las personas. Hay quien dice: “Si no es tan práctico, ¿eso significa que buscar no es necesario? Algunas cosas que se pueden buscar y entender no hace falta buscarlas, simplemente puedo saltarme ese paso”. ¿Bastará con eso? (No). ¿Acaso alguien que actúa así no es ya imposible de salvar? Este tipo de personas tienen una comprensión distorsionada. Buscar las intenciones de Dios les queda un poco lejos y no se puede lograr de inmediato; a modo de atajo, lo más realista es desprenderse primero de uno mismo, a sabiendas de que las acciones de uno son erróneas y no son conformes a la verdad, y luego buscar los principios-verdad. Estos son los pasos. Pueden parecer sencillos, pero ponerlos en práctica presenta muchas dificultades, porque los seres humanos tienen actitudes corruptas, así como todo tipo de figuraciones, de exigencias y también deseos, todo lo cual interfiere con que las personas se nieguen a sí mismas y se desprendan de sí mismas. No son cosas fáciles.
La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Solo si se resuelven las propias nociones es posible emprender el camino correcto de la fe en Dios (3)
Todo lo que Dios hace tiene un sentido, y ya te resulte fácil o difícil de aceptar o te pueda conllevar nociones, en cualquier caso, la identidad de Dios no cambia a consecuencia de ello. Él siempre será el Creador, y tú siempre serás un ser creado. Si eres capaz de evitar que cualquier noción te limite y seguir manteniendo con Dios la relación de un ser creado con su Creador, entonces eres un verdadero ser creado de Dios. Si eres capaz de no dejarte influenciar o perturbar por ninguna noción, si eres capaz de una sumisión verdadera a Él desde lo más profundo de tu corazón y si, independientemente de que tu comprensión de la verdad sea profunda o superficial, eres capaz de dejar de lado las nociones y no dejarte constreñir por ellas, creyendo únicamente que Dios es la verdad, el camino y la vida, que Dios será siempre Dios y que lo que Él hace es siempre correcto, entonces puedes ser salvado. De hecho, la estatura de todo el mundo es limitada. ¿Cuántas cosas se pueden meter en el cerebro de las personas? ¿Son capaces de desentrañar a Dios? ¡Eso es una ilusión! No lo olvides: las personas siempre serán como niños ante Dios. Si te crees inteligente, si no paras de hacerte el listo e intentas desentrañarlo todo y piensas: “Si no puedo entenderlo, entonces no puedo reconocer que eres mi dios, no puedo aceptar que eres mi dios, no puedo reconocer que eres el creador. Si no resuelves mis nociones, estás soñando si crees que reconoceré que eres dios, que aceptaré tu soberanía y me someteré a ti”, entonces esto es problemático. ¿En qué sentido? Dios no discute estas cosas contigo. Él siempre será así hacia el hombre: si no aceptas que Dios es tu Dios, Él no aceptará que tú seas uno de Sus seres creados. Cuando Dios no acepta que eres uno de Sus seres creados, se produce un cambio en tu relación con Dios a consecuencia de tu actitud hacia Él. Si no eres capaz de someterte a Él, y de aceptar la identidad y la esencia de Dios, y todo lo que Dios hace, se producirá un cambio en tu identidad. ¿Sigues siendo un ser creado? Si Dios no te reconoce, no tiene sentido discutir. Y si no eres un ser creado y Él no te quiere, ¿todavía tienes esperanza de salvación? (No). ¿Por qué Dios no te considera un ser creado? No eres capaz de desempeñar las responsabilidades y deberes propios de un ser creado y no tratas al Creador desde la posición de un ser creado. Por lo tanto, ¿cómo te tratará Dios a ti? ¿Cómo te verá Él? Dios no te considerará como un ser creado que cumpla con el estándar, sino como a un degenerado, un diablo y un Satanás. ¿No te creías tan listo? ¿Cómo es que te has convertido en un diablo y un Satanás? Eso no es inteligente, es estúpido. ¿Qué le permiten estas palabras entender a la gente? Que las personas deben comportarse de manera correcta ante Dios. Aunque tengas una motivación para tus nociones, no te creas poseedor de la verdad y que tienes el capital para clamar contra Dios y circunscribirlo. Hagas lo que hagas, no seas así. Una vez que pierdas tu identidad como ser creado, serás destruido. No es ninguna broma. Cuando la gente tiene nociones, adopta enfoques diferentes y soluciones distintas, precisamente por ello los resultados son totalmente dispares.
La Palabra, Vol. V. Las responsabilidades de los líderes y obreros. Las responsabilidades de los líderes y obreros (16)
Las nociones de las personas solo se pueden resolver mediante las palabras de Dios y haciendo uso de la verdad; no se pueden dejar de lado predicando doctrina y dando exhortaciones; no es tan sencillo. La gente no se compromete con los asuntos justos, pero son propensas a aferrarse a varias nociones o a cosas perversas y distorsionadas que les resulta difícil dejar de lado. ¿Cuál es la causa de esto? Tienen actitudes corruptas. Ya sean grandes o pequeñas las nociones de la gente, sean graves o no, si no tienen actitudes corruptas, estas nociones son fáciles de resolver. Al fin y al cabo, solo se trata de maneras de pensar. Sin embargo, debido a las actitudes corruptas de las personas, como la arrogancia, la intransigencia e incluso la perversidad, las nociones se convierten en una mecha que provoca que la gente discrepe, malinterprete e incluso emita juicios sobre Dios. ¿Quién puede aún someterse y alabar a Dios si alberga nociones sobre Él? Nadie. Dado que albergan nociones, la gente es conflictiva con Dios, se queja sobre él, lo juzga e incluso lo condena. Esto es suficiente para demostrar que las nociones surgen de las actitudes corruptas, que causan la aparición de nociones al manifestarse y son todas una rebeldía contra Dios y una muestra de resistencia a Él. Hay quien dice: “Tengo nociones, pero no me resisto a Dios”. Es un discurso engañoso. Aunque no digan nada, siguen discrepando en su corazón, y su comportamiento es conflictivo. Al ser así, ¿pueden tales personas someterse aún a la verdad? Es imposible. Gobernados por un carácter corrupto, se aferran a sus nociones a causa de sus actitudes corruptas. Y así, al igual que las nociones se resuelven, también lo hace el carácter corrupto de las personas. Si este se resuelve, entonces muchos de sus pensamientos inmaduros e infantiles, e incluso las cosas que ya se han convertido en nociones, no son un problema para ellos; son solo pensamientos y no afectan el cumplimiento de tu deber o a tu sumisión a Dios. Las nociones y el carácter corrupto están conectados. A veces hay una noción en tu corazón, pero no dirige tus acciones. Cuando no infringe tus intereses inmediatos, la ignoras. Ignorarla, sin embargo, no significa que no haya un carácter corrupto en tu noción, y, cuando sucede algo que está en conflicto con tu noción, te aferras a ella con una cierta actitud, una actitud dominada por tu carácter. Este carácter puede ser intransigencia, puede ser arrogancia y crueldad; hace que te despaches a gusto con Dios diciendo: “Mi punto de vista ha sido ratificado académicamente muchas veces. La gente lo ha mantenido durante miles de años, así que ¿por qué no puedo hacerlo yo? Las cosas que Tú dices que contradicen a las nociones humanas son incorrectas, así que ¿cómo puedes decir que son la verdad y están por encima de todas las cosas? ¡Mi perspectiva es la más alta de todo el género humano!”. Una noción puede llevar a que se comporten así, a tal fanfarronería. ¿Qué causa esto? (El carácter corrupto). Así es, el carácter corrupto. Existe una relación directa entre las nociones y el carácter corrupto de la gente, y sus nociones deben ser resueltas. Una vez que las nociones de la gente sobre la fe en Dios hayan sido resueltas, les resulta fácil someterse a los arreglos del trabajo de la casa de Dios y así realizan bien su deber con mayor fluidez, no dan rodeos, no trastornan ni perturban ni hacen nada que cause vergüenza a Dios. Si no se abordan las nociones y figuraciones de la gente, les resulta fácil hacer cosas que causen trastornos y perturbaciones. En los casos más graves, las nociones de las personas pueden provocar en ellas todo tipo de discrepancias con la encarnación de Dios. Al referirnos a las nociones, son sin duda puntos de vista equivocados reñidos con la verdad, se oponen por completo a ella y pueden causar que surjan toda clase de sentimientos conflictivos hacia Dios. Este conflicto te hace cuestionar a Cristo y te vuelve incapaz de aceptarlo o someterte a Él, mientras que también afecta a tu aceptación de la verdad y a la entrada en la realidad-verdad. En casos incluso más graves, las diversas nociones sobre la obra de Dios que tiene la gente provocan que niegue la obra de Dios, Sus maneras de obrar y Su soberanía y arreglos, en cuyo caso no tienen esperanza alguna de salvación. No importa sobre qué aspecto de Dios tenga la gente nociones, detrás de ellas acechan sus actitudes corruptas, las cuales pueden empeorar, darles incluso un pretexto mayor para abordar la obra de Dios, a Él mismo y el carácter de Dios por medio de sus propias actitudes corruptas. ¿Y acaso esto no anima a la gente a resistirse a Dios con sus actitudes corruptas? Esta es la consecuencia de las nociones para el hombre.
La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Solo si se resuelven las propias nociones es posible emprender el camino correcto de la fe en Dios (1)
Cuando surjan nociones, sin importar cuáles sean, primero reflexiona y analiza en tu corazón si ese pensamiento es correcto. Si sientes con claridad que tal pensamiento es incorrecto, está distorsionado y que blasfema a Dios, ora de inmediato y pídele a Dios que te ilumine y te guíe a fin de reconocer la esencia de este problema. Después, conversa acerca de lo que has aprendido en una reunión. A medida que adquieres comprensión y experimentas situaciones, concéntrate en resolver tus nociones. Si al practicar de esta manera no logras resultados evidentes, debes hablar sobre este aspecto de la verdad con alguien que la comprenda y esforzarte por recibir ayuda de otras personas y soluciones que provengan de las palabras de Dios. Mediante Sus palabras y tus experiencias, confirmarás paulatinamente que las palabras de Dios son correctas y vislumbrarás resultados significativos en relación con la resolución de tus propias nociones. Al aceptar y experimentar tales palabras y la obra de Dios, entenderás por fin Sus intenciones y conocerás algo de Su carácter, y esto te permitirá desprenderte de tus nociones y resolverlas. Ya no malinterpretarás ni te protegerás contra Dios, ni harás exigencias poco razonables. Esto corresponde a las nociones que son fáciles de resolver. Sin embargo, hay otro tipo de noción que no es fácil comprender ni resolver. En el caso de aquellas nociones difíciles de solucionar, existe un principio que es necesario que respetes: no las enuncies ni las difundas porque enunciarlas no beneficia a los demás y constituye un hecho de oposición a Dios. Si comprendes la naturaleza y las consecuencias de difundir nociones, es mejor que tú mismo lo evalúes con claridad y evites hablar de manera imprudente. Si dices: “Es terrible no poder expresar lo que pienso en la iglesia y me siento a punto de explotar”, aun así, debes sopesar si divulgar tales nociones es realmente beneficioso para el pueblo escogido de Dios. Si no lo es y puede llevar a otros a tener nociones acerca de Dios o incluso a que lo desafíen y lo juzguen, ¿no estarías perjudicando a Su pueblo escogido? Perjudicas a las personas y no es diferente a propagar una plaga. Si en verdad cuentas con razón, preferirás soportar el dolor tú mismo antes que difundir nociones y dañar a otros. No obstante, si contener tus palabras te produce angustia, deberías orar a Dios. Si el problema se remedia, ¿no es positivo? Si juzgas y malinterpretas a Dios con tus nociones incluso cuando le oras a Él, solo te estarás creando problemas. Debes orar a Dios así: “Dios, tengo estos pensamientos, quiero desprenderme de ellos, pero no puedo. Por favor, disciplíname, ponme en evidencia mediante diversos entornos, y permíteme reconocer que mis nociones son incorrectas. No importa cómo me disciplines, estoy dispuesto a aceptarlo”. Esa es la mentalidad correcta. Después de orar a Dios con esa disposición mental, ¿no te sentirás menos asfixiado? Si sigues orando, buscando y recibiendo esclarecimiento e iluminación de Dios, comprenderás Sus intenciones, tu corazón se llenará de claridad y dejarás de sentirte asfixiado. ¿No se resolverá entonces el problema? Tus nociones, rechazo y rebeldía para con Dios desaparecerán en gran medida. Al menos, no sentirás la necesidad de enunciarlas. Si eso aun así no funciona y el problema no se resuelve por completo, busca a alguien con experiencia que te ayude a subsanar tus nociones. Pídele que encuentre algunos pasajes de las palabras de Dios relacionados con la resolución de las nociones que albergas, y léelos decenas o cientos de veces, y tal vez así tus nociones se solucionen por completo. Puede que algunos digan: “Si enuncio nociones con los hermanos y hermanas durante una reunión, significará que difundo nociones, así que no puedo hacerlo. De todas maneras, si no las hago saber, me siento muy mal. ¿Puedo hablar de ellas con mi familia?”. Si tus familiares también son hermanos y hermanas en la fe, enunciar tales nociones frente a ellos también los perturbaría. ¿Es apropiado? (No). Si lo que dices resulta perjudicial y daña y desorienta a otros, en ningún caso debes decirlo. En su lugar, ora a Dios para resolver el problema. Siempre y cuando ores y comas y bebas las palabras de Dios con un corazón devoto, uno que tiene hambre y sed de justicia, tus nociones pueden resolverse. Las palabras de Dios abarcan toda la verdad y pueden resolver cualquier problema. Solo depende de tu capacidad para aceptar la verdad y de tu disposición para practicar Sus palabras, y de si eres capaz de desprenderte de tus propias nociones. Si crees que las palabras de Dios contienen la verdad integral, debes orar a Dios y buscar la verdad para que, una vez que surjan problemas, puedas resolverlos. Si, tras orar durante un tiempo, aún no sientes que Dios te esclarece ni has recibido de Él palabras precisas acerca de qué hacer, pero inconscientemente tus nociones ya no te afectan en el interior, no perturban tu vida, se desvanecen poco a poco, no afectan tu relación normal con Dios y, por supuesto, no impactan en el desempeño de tus deberes, ¿acaso esta noción no está básicamente resuelta? (Sí). Esa es la senda de práctica.
La Palabra, Vol. V. Las responsabilidades de los líderes y obreros. Las responsabilidades de los líderes y obreros (16)
En relación con las nociones, ¿tenéis principios acerca de cómo practicar? […] Una vez que comprendas la verdad y captes los principios, tus nociones se resolverán de forma natural. No debes permitir que te representen un obstáculo ni que te lleven a equivocarte; resuelve aquellas que sea posible lo mejor que puedas, y en el caso de las que por el momento no puedas resolver, al menos no dejes que te afecten. No deben impedirte desempeñar tu deber, ni influir en tu relación con Dios. Lo más básico para ti es que, al menos, debes evitar difundir nociones, cometer maldades, causar trastornos y perturbaciones y actuar como un servidor de Satanás o ser un medio de este. Si, independientemente de todo lo que te esfuerces, algunas nociones no se resuelven por completo, sino solo de manera superficial, simplemente, ignóralas. No permitas que afecten tu búsqueda de la verdad ni tu entrada en la vida. Domina estos principios y, en condiciones normales, estarás protegido. Si aceptas la verdad, amas lo positivo, no eres una persona malvada y no estás dispuesto a provocar trastornos ni perturbaciones, ni los causas de manera intencionada, cuando normalmente enfrentes el asunto de que surjan nociones, estarás, por lo general, protegido. El principio de práctica más básico es el siguiente: si surge una noción difícil de resolver, no te apresures a actuar con base en ella. Primero, espera y busca la verdad para resolverla con la seguridad de que lo que Dios hace no puede ser incorrecto. Recuerda este principio. Además, no dejes tu deber ni permitas que la noción afecte el desempeño del mismo. Si tienes nociones y piensas: “No me esforzaré demasiado en cumplir con este deber. No estoy de buen humor, así que no obtendrás de mí lo mejor”, no está bien. Una vez que tu postura se vuelve negativa y superficial, se convierte en un problema. Es ahí cuando las nociones causan problemas dentro de ti. Cuando las nociones surgen en tu interior y afectan el desempeño de tu deber, significa que en ese momento tu relación con Dios ya ha cambiado. Algunas nociones pueden impactar en tu desempeño, lo cual es un problema serio, y deben resolverse sin demora. Otras nociones no influyen en el cumplimiento de tu deber ni en tu relación con Dios, así que no son cuestiones graves. Es muy peligroso que las nociones que desarrolles afecten la ejecución de tu deber y provoquen que dudes de Dios, que no lleves a cabo tu deber con esmero —y que incluso pienses que no habrá consecuencias por no cumplirlo— y no tengas miedo ni tengas un corazón temeroso de Dios. Significa que caerás en la tentación y que Satanás te engañará y te atrapará. Tu actitud hacia tus nociones y las decisiones que tomas es crucial. Sin importar si las nociones puedan resolverse o no, ni el grado en el que sea posible solucionarlas, la relación normal entre tú y Dios no debe cambiar. Por un lado, debes ser capaz de someterte a todos los entornos orquestados por Dios y afirmar que todo lo que hace es correcto y significativo y este conocimiento y este aspecto de la verdad nunca deberían cambiar para ti. Por otro lado, no debes abandonar el deber que Dios te ha encomendado, ni liberarte de él. Si interna o externamente, no te resistes, no te opones ni manifiestas tu rebeldía hacia Dios, Él solo verá tu sumisión y que estás esperando. Puede que aún tengas nociones, pero Dios no percibe tu rebeldía. Al no haber rebeldía ni resistencia en ti, Dios todavía te considera uno de Sus seres creados. Por el contrario, si tu corazón está lleno de quejas y desafío, buscas una oportunidad para vengarte, no deseas cumplir con tu deber y, en cambio, deseas quitártelo de encima, —incluso hasta el punto de que en tu interior existen todo tipo de quejas sobre Dios y mientras cumples con tu deber revelas ciertas manifestaciones de desafío y resentimiento—, a esa altura, tu relación con Dios ya ha experimentado un cambio enorme. Tu posición como ser creado ha cambiado. Ya no lo eres. En cambio, te has convertido en un medio para los diablos y Satanás y, por lo tanto, Dios no te mostrará ninguna bondad. Cuando alguien llega a este punto, se aproxima a un terreno peligroso. Incluso si Dios no actúa, no puede mantenerse firme dentro de la iglesia. Por eso, en todo lo que hacen, y en especial cuando se trata de cuestiones como resolver nociones, las personas deben poner cuidado en evitar acciones que ofendan a Dios, que Él condene, o que lastimen o dañen a los demás. Este es el principio.
¡El problema de que las personas alberguen nociones con respecto a Dios no es algo menor! Es crucial que las personas mantengan una relación normal con Él, pero lo que más afecta esta relación son sus nociones. Solo una vez que estas nociones sobre Dios se resuelven es posible mantener una relación normal con Él. En este momento, muchas personas enfrentan un serio problema. Sin importar cuántos años lleven siendo creyentes, aunque puede que sean capaces de soportar sufrimientos y pagar un precio en el desempeño de sus deberes, a lo largo del tiempo, sus nociones no pueden resolverse por completo. Esto impacta significativamente en su relación con Dios y repercute de manera directa en su amor y su sumisión hacia Él. Por lo tanto, sin importar la noción que desarrollen acerca de Dios, se trata de un asunto serio que no debe pasarse por alto. Las nociones son como una pared, interrumpen la relación que las personas establecen con Dios y hacen que estas permanezcan ajenas a Su obra de salvación. Por consiguiente, ¡el hecho de que la gente tenga nociones acerca de Dios es un tema de suma gravedad que no se puede ignorar! Cuando las personas tienen nociones y no son capaces de buscar la verdad para resolverlas de inmediato, resulta fácil que se vuelvan negativas, que se resistan a Dios y que incluso sean hostiles a Él. ¿Podrán aún aceptar la verdad? Su entrada en la vida llegará a un punto muerto. La senda de experimentar la obra de Dios es irregular y está llena de obstáculos. Debido a que las personas tienen un carácter corrupto, en muchas ocasiones pueden desviarse y acabar formando nociones en cualquier situación. Si estas nociones no se remedian mediante la búsqueda de la verdad, las personas pueden rebelarse contra Dios, desafiarlo y tomar la senda que las llevará a ser hostiles a Él. Una vez que las personas toman la senda de los anticristos, ¿creéis que aún tienen alguna posibilidad de salvarse? A esa altura, ya no resulta fácil manejarlo, y no tendrán ninguna oportunidad. Por lo tanto, antes de que Dios te niegue como Su ser creado, deberías aprender a serlo. No intentes escrutar al Creador ni averiguar cómo probar y comprobar que el Dios en quien crees es el Creador. Esto no es tu obligación ni tu responsabilidad. En lo que deberías pensar y reflexionar cada día en tu corazón es en cómo cumplir con tus deberes bien y convertirte en un ser creado que cumpla con el estándar, en lugar de cómo probar si Dios es el Creador, si realmente es Dios, o escrutar lo que Dios ha hecho y si Sus acciones son correctas o no. No debes escrutar nada de eso.
La Palabra, Vol. V. Las responsabilidades de los líderes y obreros. Las responsabilidades de los líderes y obreros (16)
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