27. Cómo resolver el carácter de estar harto de la verdad

Palabras de Dios Todopoderoso de los últimos días

Estar harto de la verdad se refiere principalmente a una falta de interés y una antipatía hacia esta y hacia las cosas positivas. Estar harto de la verdad es cuando la gente es capaz de comprenderla y sabe lo que son las cosas positivas, pero aun así trata la verdad y las cosas positivas con una actitud y un estado de resistencia, superficialidad, aversión, prevaricación e indiferencia. Ese es el carácter de estar harto de la verdad. ¿Existe tal carácter en todas las personas? Algunas dicen: “Aunque sé que la palabra de Dios es la verdad, sigue sin gustarme y sigo sin aceptarla o, al menos, no puedo aceptarla en este momento”. ¿Dónde radica aquí el problema? Esto es estar harto de la verdad. Su carácter interior no les permite aceptar la verdad. ¿Qué manifestaciones específicas hay de no aceptar la verdad? Algunos dicen: “Entiendo todas las verdades, pero no puedo ponerlas en práctica”. Esto revela que se trata de una persona que está harta de la verdad y que no la ama, por lo que no puede poner en práctica ninguna verdad. Hay quienes dicen: “He podido ganar mucho dinero gracias a Dios. Dios realmente me ha bendecido, Dios ha sido muy bueno conmigo, Dios me ha dado grandes riquezas. Toda mi familia está bien vestida y alimentada, y no les falta ni ropa ni comida”. Al comprobar que Dios les ha bendecido, dan gracias a Dios en su corazón, saben que todo esto ha sido gobernado por Dios y que, si no hubieran sido bendecidos por Él, si hubieran confiado en sus propios talentos, en absoluto habrían ganado todo ese dinero. Eso es lo que en realidad piensan en su corazón, lo que saben, y se lo agradecen con sinceridad a Dios. Sin embargo, llega el día en que su negocio fracasa, en que corren tiempos difíciles para ellos y sufren la pobreza. ¿Por qué? Porque están ávidos de comodidades y no piensan en cómo cumplir con su deber correctamente, y dedican todo su tiempo a buscar riquezas, convirtiéndose en esclavos del dinero, lo que afecta al cumplimiento de su deber, y por eso Dios se lo quita. En su corazón, saben que Dios les ha bendecido y dado mucho, pero no tienen ningún deseo de corresponder el amor de Dios, no desean salir a cumplir con su deber, y son tímidos y temen constantemente ser arrestados; tienen miedo de perder todas estas riquezas y placeres y, en consecuencia, Dios les despoja de estas cosas. Sus corazones son claros como espejos, saben que Dios les ha quitado estas cosas, que les está disciplinando, y por eso oran a Dios y dicen: “¡Oh, Dios! Me bendijiste una vez, así que puedes bendecirme una segunda. Tu existencia es eterna, por lo que Tus bendiciones también están con la humanidad. Te doy gracias. Pase lo que pase, Tus bendiciones y Tu promesa no cambiarán. Aunque Tú me quites, obedeceré”. Pero la palabra “obedecer” suena hueca en su boca. Su boca dice que pueden obedecer, pero después, piensan en ello, y algo no les cuadra: “Antes las cosas iban muy bien. ¿Por qué Dios me lo quitó todo? ¿No era lo mismo quedarme en casa y cumplir con mi deber que salir a desempeñar el deber? ¿Qué estaba demorando?”. Siempre están recordando el pasado. Tienen una especie de resentimiento e insatisfacción hacia Dios, y se sienten constantemente deprimidos. ¿Sigue Dios en su corazón? Lo que ocupa su corazón es el dinero, las comodidades materiales y aquellos buenos momentos. Dios no ocupa ya ningún lugar en su corazón, Él ya no es su Dios. Aunque saben que es una verdad que “Dios dio, y Dios quitó”, les gustan las palabras que “Dios dio”, y odian las palabras que “Dios quitó”. Es evidente que su aceptación de la verdad es selectiva. Cuando Dios les bendice, lo aceptan como la verdad; pero en cuanto Dios les quita, no pueden aceptarlo. No pueden aceptar tales arreglos de Dios, y en su lugar se resisten y se disgustan. Cuando se les pide que cumplan con su deber, dicen: “Lo haré si Dios me concede bendiciones y gracia. Sin las bendiciones de Dios y con mi familia en tal estado de pobreza, ¿cómo voy a cumplir con mi deber? No quiero hacerlo”. ¿Qué carácter es ese? Si bien en su corazón experimentan personalmente las bendiciones de Dios, y lo mucho que Él les ha dado, no están dispuestos a aceptar cuando Dios les quita. ¿Por qué? Porque no pueden desprenderse del dinero y de su cómoda vida. Aunque no hayan montado un gran revuelo al respecto, aunque no le hayan tendido la mano a Dios, y aunque no hayan tratado de recuperar sus bienes anteriores confiando en sus propios esfuerzos, ya se han desanimado ante las acciones de Dios, son totalmente incapaces de aceptar, y dicen: “Es una auténtica desconsideración que Dios actúe así. Es incomprensible. ¿Cómo puedo seguir creyendo en Dios? Ya no quiero reconocer que Él es Dios. Si no reconozco que Él es Dios, entonces Él no es Dios”. ¿Es este un tipo de carácter? (Sí). Satanás tiene este tipo de carácter, Satanás niega a Dios de esta manera. Es el carácter de estar harto de la verdad y odiarla. Cuando las personas están tan hartas de la verdad, ¿a dónde las lleva esto? Les hace oponerse a Dios, eso es lo que hacen obstinadamente hasta el final, lo que significa que para ellos ha llegado su fin.

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El estado más evidente de los que sienten aversión por la verdad es que no les interesan la verdad ni las cosas positivas, incluso sienten repulsión por ellas y las aborrecen, y les gusta especialmente seguir las tendencias. No aceptan en su corazón las cosas que Dios ama y lo que Dios exige que haga la gente. En cambio, son despectivos e indiferentes hacia ellas y algunos hasta suelen despreciar las normas y los principios que Dios exige al hombre. Sienten repulsión hacia las cosas positivas y siempre sienten resistencia, oposición y total desprecio hacia ellas en su corazón. Esta es la principal manifestación de aversión por la verdad. En la vida de iglesia, la lectura de la palabra de Dios, la oración, la charla sobre la verdad, el cumplimiento del deber y la resolución de problemas con la verdad son cosas positivas. A Dios le resultan agradables, pero algunos sienten repulsión respecto a estas cosas positivas, no les interesan y son indiferentes a ellas. La parte más detestable es que adoptan una actitud despectiva hacia la gente positiva, como, por ejemplo, la gente honesta, la que persigue la verdad, la que cumple lealmente con el deber y la que salvaguarda el trabajo de la casa de Dios. Siempre tratan de atacar y excluir a estas personas. Si descubren que tienen defectos o revelan corrupción, se aprovechan de ello, arman un gran alboroto y las menosprecian constantemente por ello. ¿Qué clase de carácter es este? ¿Por qué le tienen hostilidad a la gente positiva? ¿Por qué quieren tanto y se adaptan a los malvados, incrédulos y anticristos, y por qué suelen perder el tiempo con ellos? Cuando se trata de cosas negativas y malvadas, sienten emoción y euforia, pero cuando se trata de cosas positivas, comienza a aparecer resistencia en su actitud; en concreto, cuando oyen a gente compartir la verdad o resolver problemas usando la verdad, sienten aversión e insatisfacción en sus corazones, y airean sus quejas. ¿No supone este carácter sentir aversión por la verdad? ¿No es esto la revelación de un carácter corrupto? Hay muchas personas que creen en Dios a las que les gusta trabajar para Él y correr fervorosas de un lado a otro por Él, y cuando se trata de aplicar sus dones y fortalezas, satisfaciendo sus preferencias y alardeando, tienen una energía ilimitada. Pero si se les pide que practiquen la verdad y actúen de acuerdo con los principios-verdad, pierden la energía y el entusiasmo. Si no se les permite lucirse, se vuelven apáticos y se desaniman. ¿Cómo es que tienen energía para alardear? ¿Y cómo no tienen energía para practicar la verdad? ¿Cuál es el problema? A todos les gusta distinguirse; todos ansían la vanagloria. Todos tienen una energía inagotable cuando se trata de creer en Dios por las bendiciones y las recompensas, así que ¿por qué se vuelven desganados, por qué se desaniman cuando se trata de practicar la verdad y rebelan contra la carne? ¿Por qué ocurre esto? Esto demuestra que los corazones de las personas están adulterados. Creen en Dios únicamente por las bendiciones; por decirlo claro, lo hacen para entrar en el reino de los cielos. Sin bendiciones o beneficios que buscar, la gente se vuelve apática y se desanima, y no tiene entusiasmo. Todo esto lo causa el carácter corrupto que siente aversión por la verdad. Cuando las controla este carácter, las personas no están dispuestas a elegir la senda de la búsqueda de la verdad, siguen su propio camino, y eligen la senda incorrecta, saben muy bien que es incorrecto perseguir la fama, la ganancia y el estatus y, sin embargo, no soportan prescindir de estas cosas o dejarlas de lado, y siguen buscándolas yendo por la senda de Satanás. En este caso no siguen a Dios, sino a Satanás. Todo lo que hacen es al servicio de Satanás, y son sus siervos.

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¿Cómo se manifiesta principalmente el carácter de estar harto de la verdad? En el rechazo a aceptar ser podado y tratado. No aceptar ser podado y tratado es un tipo de estado manifestado por este tipo de carácter. En sus corazones, estas personas se resisten especialmente cuando son tratadas. Piensan: “¡No quiero oírlo! ¡No quiero oírlo!” o, “¿Por qué no se trata a otras personas? ¿Por qué se meten conmigo?”. ¿Qué significa estar harto de la verdad? Estar harto de la verdad es cuando una persona no tiene el menor interés en nada relacionado con las cosas positivas, con la verdad, con lo que pide Dios o con Su voluntad. En algunas ocasiones, tiene aversión a estas cosas, y en otras, es distante respecto a ellas; otras veces es irreverente e indiferente, y las considera carentes de importancia y es falsa y superficial hacia ellas o no se responsabiliza por ellas. La manifestación fundamental de estar harto de la verdad no es solo mostrar aversión cuando se oye la verdad. Incluye además la falta de voluntad para ponerla en práctica, huyendo cuando llega el momento de practicarla, como si la verdad no tuviera nada que ver con ellos. Cuando algunas personas comparten durante las reuniones, parecen muy animadas, les gusta repetir palabras y doctrinas y hacer declaraciones altisonantes para confundir a los demás y ganárselos. Parecen llenos de energía y de buen humor mientras hacen esto y no paran de hablar. Entretanto, otros se pasan ocupados de la mañana a la noche con asuntos de fe, leyendo las palabras de Dios, orando, escuchando himnos, tomando notas, como si no pudieran estar separados de Dios ni siquiera un momento. Desde el amanecer hasta la madrugada, se ocupan en el desempeño de su deber. ¿Aman realmente la verdad estas personas? ¿Acaso no tienen el carácter de estar hartos de ella? ¿Cuándo se puede ver su verdadero estado? (Cuando llega el momento de practicar la verdad, escapan de ella, y no están dispuestos a aceptar ser podados y tratados). ¿No será que no están dispuestos a aceptarlo porque no entienden lo que oyen o porque no entienden la verdad? La respuesta no es ninguna de estas. Su naturaleza los gobierna. Se trata de un problema de carácter. En sus corazones, estas personas saben perfectamente que las palabras de Dios son la verdad, que son positivas, y que la práctica de la verdad puede provocar cambios en las actitudes de las personas y llevarlas a cumplir con la voluntad de Dios, sin embargo no las aceptan ni las ponen en práctica. Esto es estar harto de la verdad. ¿En quién habéis visto el carácter de estar harto de la verdad? (En los incrédulos). Los incrédulos están hartos de la verdad, eso está muy claro. Dios no tiene forma de salvar a esas personas. Entonces, entre los creyentes de Dios, ¿en qué temas habéis visto que la gente esté harta de la verdad? Puede ser que cuando comunicaste la verdad con ellos, no se levantaron ni se marcharon, y cuando la comunicación se refirió a sus propias dificultades y problemas, lo afrontaron correctamente y, sin embargo, siguen poseyendo el carácter de estar hartos de la verdad. ¿Dónde se ve esto? (A menudo oyen sermones, pero no ponen la verdad en práctica). Las personas que no ponen la verdad en práctica tienen sin duda el carácter de estar hartas de la verdad. Algunas personas son ocasionalmente capaces de poner en práctica un poco de la verdad, ¿tienen entonces el carácter de estar hartas de la verdad? Tal carácter se encuentra también en los que practican la verdad, solo que en diversos grados. Que puedas practicar la verdad no significa que no tengas el carácter de estar harto de la verdad. Practicar la verdad no significa que tu carácter de vida haya cambiado inmediatamente, ese no es el caso. Debes resolver el problema de tu carácter corrupto, esta es la única manera de lograr un cambio en tu carácter de vida. El hecho de practicar la verdad en una ocasión no significa que ya no tengas un carácter corrupto. Eres capaz de practicar la verdad en un ámbito, pero no necesariamente eres capaz de practicarla en otros. Los contextos y las razones son diferentes, pero lo más importante es que existe un carácter corrupto, que es la raíz del problema. Por tanto, una vez que el carácter de una persona ha cambiado, se arreglan todas sus dificultades, pretextos y excusas involucradas en la práctica de la verdad, y se resuelven todos estos problemas y toda su desobediencia, defectos y faltas. Si el carácter de las personas no cambia, siempre tendrán dificultades para practicar la verdad, y siempre habrá pretextos y excusas. Si deseas ser capaz de practicar la verdad y obedecer a Dios en todas las cosas, primero debe producirse un cambio en tu carácter. Solo entonces serás capaz de resolver los problemas de raíz.

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Durante las reuniones, algunas personas pueden comunicar un poco sobre sus propios estados, pero en lo referente a la esencia de los problemas, a sus motivos e ideas personales, se vuelven evasivos. Cuando los demás los exponen, haciéndoles ver que albergan motivos y objetivos, parecen asentir y admitirlo. Sin embargo, cuando la gente trata de ponerlos en evidencia o analizar cualquier cosa con mayor profundidad, no pueden soportarlo, se levantan y se marchan. ¿Por qué se escapan en el momento clave? (No aceptan la verdad ni están dispuestos a afrontar sus propios problemas). Se trata de un problema de carácter. Cuando no están dispuestos a aceptar la verdad para resolver los problemas en su interior, ¿significa eso que están hartos de la verdad? ¿Qué clase de sermones están menos dispuestos a oír algunos líderes y obreros? (Sermones sobre cómo discernir a los anticristos y a los falsos líderes). Correcto. Piensan: “Toda esta charla de identificar a anticristos y falsos líderes, y sobre fariseos… ¿por qué seguís tanto con estos temas? Me estáis estresando”. Al oír que se va a hablar sobre identificar a falsos líderes y obreros, buscan cualquier excusa para marcharse. ¿Qué queremos decir aquí con “marcharse”? Hablamos de escabullirse, de esconderse. ¿Por qué tratan de esconderse? Cuando otros hablan sobre hechos, debes escuchar. Escuchar es bueno para ti. Anota las cosas que son duras o que te resultan complicadas de aceptar; entonces debes pensar a menudo en ellas, asimilarlas y cambiar despacio. Entonces, ¿por qué esconderse? Estas personas sienten que estas palabras de juicio son demasiado duras que no son fáciles de oír, así que dentro de ellos se desarrolla una resistencia y antipatía. Se dicen: “No soy un anticristo o un falso líder, ¿por qué seguir hablando de mí? ¿Por qué no se habla de otra gente? Decid algo sobre identificar a las personas malvadas, ¡no habléis de mí!”. Se vuelven evasivos y contradictorios. ¿Qué carácter es ese? Si no están dispuestos a aceptar la verdad y siempre razonan y discuten para defenderse a sí mismos, ¿acaso no existe aquí un problema de carácter corrupto? Este es un carácter que está harto de la verdad. Los líderes y obreros tienen esta clase de estado, pero ¿qué hay de los hermanos y hermanas corrientes? (Ellos también). Cuando se conocen, todo el mundo es muy cariñoso y feliz de soltar palabras de doctrina como loros. Todos parecen amar la verdad. Sin embargo, en lo que respecta a los problemas personales y las dificultades reales, mucha gente se vuelve idiota. Por ejemplo, algunos están constantemente constreñidos por el matrimonio. Dejan de estar dispuestos a cumplir con un deber o a buscar la verdad, y el matrimonio se convierte en su mayor obstáculo y en un gran estorbo. En las reuniones, cuando todo el mundo comunica sobre este estado, cotejan las palabras de comunicación de los demás y les parece que están hablando de ellos. Dicen: “No tengo ningún problema con que vosotros comuniquéis la verdad, pero ¿por qué me mencionáis a mí? ¿No tenéis vosotros ningún problema? ¿Por qué solo se habla de mí?”. ¿Qué carácter es este? Cuando os reunís para comunicar la verdad, debéis analizar los problemas reales y permitir que cada uno hable de lo que entiende respecto a esos problemas; solo así podréis conoceros a vosotros mismos y resolver vuestros problemas. ¿Por qué la gente no puede aceptar esto? ¿Qué carácter es ese que hace que la gente sea incapaz de aceptar la poda y el trato, y no pueda aceptar la verdad? ¿No deberíais discernir esto claramente? Todas estas son manifestaciones de estar hartos de la verdad: esta es la esencia del problema. Cuando las personas están hartas de la verdad, les resulta muy difícil aceptarla, y si no pueden hacerlo, ¿puede solucionarse el problema de su carácter corrupto? (No). Así que alguien así, que es incapaz de aceptar la verdad, ¿puede obtenerla? ¿Puede Dios salvarlo? Por supuesto que no.

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Para proteger su propia vanidad y orgullo, y mantener su reputación y estatus, algunas personas son felices ayudando a los demás y sacrificándose por sus amigos sin importar el precio. Pero cuando han de proteger los intereses de la casa de Dios, la verdad y la justicia, sus buenas intenciones se van, pues estas han desaparecido por completo. Cuando deberían practicar la verdad, no lo hacen en absoluto. ¿Qué es lo que ocurre? Para proteger su propia dignidad y orgullo, pagarán cualquier precio y soportarán cualquier sufrimiento. Pero, cuando tienen que hacer un trabajo real y manejar asuntos prácticos, salvaguardar la obra de la iglesia y los aspectos positivos, y proteger y proveer al pueblo escogido de Dios, ¿por qué han perdido la fuerza para pagar cualquier precio y soportar cualquier sufrimiento? Resulta inconcebible. En realidad, tienen un tipo de carácter que siente aversión por la verdad. ¿Por qué digo que su carácter siente aversión por la verdad? Porque cada vez que se trata de dar testimonio de Dios, de practicar la verdad, de proteger al pueblo escogido de Dios, de luchar contra las maquinaciones de Satanás o de proteger la obra de la iglesia, huyen y se esconden, y no atienden a ningún asunto apropiado. ¿Dónde quedan su heroísmo y su espíritu para soportar el sufrimiento? ¿Dónde aplican estas cosas? Eso es fácil de ver. Incluso si alguien los reprende diciéndoles que no deberían ser tan egoístas y despreciables ni protegerse a sí mismos, y que deben proteger el trabajo de la iglesia, en realidad no les importa. Se dicen: “Yo no hago esas cosas y no tienen nada que ver conmigo. ¿De qué serviría actuar así por mi búsqueda de la fama, la ganancia y el estatus?”. No son personas que busquen la verdad. Solo les gusta buscar fama, ganancia y estatus, y sencillamente no hacen en absoluto el trabajo que Dios les ha encomendado. Así que, cuando se les requiere para hacer el trabajo de la iglesia, simplemente optan por huir. Esto significa que, en su corazón, no les gustan las cosas positivas, y no están interesados en la verdad. Esto es una clara manifestación de que sienten aversión por la verdad. Solo aquellos que aman la verdad y poseen la realidad-verdad pueden dar un paso adelante cuando la obra de la casa de Dios y los escogidos de Dios lo requieran, solo ellos pueden levantarse, con valentía y obligados por el deber, para dar testimonio de Dios y compartir la verdad, conduciendo a los escogidos de Dios por la senda correcta, permitiéndoles lograr la sumisión de la obra de Dios. Solo esto es una actitud de responsabilidad y una manifestación de mostrar consideración hacia las intenciones de Dios. Si no tenéis esta actitud, sois unos descuidados con las cosas de que os ocupáis, y pensáis: “Haré las cosas dentro del ámbito de mi deber, pero no me importa nada más. Si me preguntas algo, te responderé si estoy de buen humor. De lo contrario, no lo haré. Esta es mi actitud”, entonces esto es un tipo de carácter corrupto, ¿verdad? ¿Protege una persona una causa justa al proteger su estado, reputación y orgullo y las cosas relacionadas con sus intereses? ¿Protege los intereses de la casa de Dios? Detrás de estas motivaciones mezquinas y egoístas reside el carácter de sentir aversión por la verdad. La mayoría soléis mostrar esta clase de manifestaciones, y en cuanto os topáis con algo relacionado con los intereses de la casa de Dios, mentís diciendo: “No lo vi…”, o “No sé…” o “No me he enterado…”. No importa si no eres realmente consciente o si solo finges, si, cuando más importa, revelas este tipo de carácter corrupto en momentos importantes, entonces es difícil saber si eres alguien que realmente cree en Dios; para Mí, eres alguien que está confundido en su fe o que es un incrédulo. En absoluto eres alguien que ama la verdad.

Podéis entender lo que significa sentir aversión por la verdad, pero ¿por qué digo que sentir aversión por la verdad es un carácter? Un carácter no tiene nada que ver con las manifestaciones ocasionales y temporales, y estas no pueden considerarse un problema de carácter. Al margen del tipo de carácter corrupto que tenga una persona, este se revelará en ella a menudo o incluso constantemente; se revelará cada vez que esa persona esté en el contexto adecuado. Por lo tanto, no podéis describir de forma arbitraria un problema de carácter de acuerdo con una manifestación ocasional y temporal. Entonces, ¿qué es un carácter? El carácter se relaciona con las intenciones y las motivaciones, con el pensamiento y el punto de vista de una persona. Parece que eres capaz de sentir que te está dominando e influyendo, pero el carácter también puede estar escondido y encubierto, oculto por fenómenos superficiales. En definitiva, siempre y cuando haya un carácter en ti, interferirá contigo, te limitará y te controlará, y dará lugar a muchos comportamientos y manifestaciones en ti: eso es un carácter. ¿A qué comportamientos, pensamientos, puntos de vista y actitudes suele dar lugar al carácter sentir aversión por la verdad? Una de las principales características de sentir aversión por la verdad que muestran las personas es una falta de interés en las cosas positivas y la verdad, al igual que desinteresarse, tener un corazón apático, una falta de deseo para alcanzar la verdad y pensar que todo esto está bien cuando se trata de algo relacionado con practicar la verdad. Pondré un ejemplo sencillo. Un criterio de sentido común del que las personas suelen hablar respecto a hábitos saludables es el de comer más fruta, verduras, comida más ligera y menos carne, y sobre todo menos fritos. Esta es una pauta positiva para la salud y el bienestar de las personas. Todos pueden entender y aceptar qué se debe comer más y qué menos; por lo tanto, ¿se basa esta aceptación en la teoría o en la práctica? (En la teoría). ¿Cómo se manifiesta la aceptación teórica? En un tipo de reconocimiento básico. Es pensar que esta afirmación es correcta y muy buena por medio del discernimiento que se basa en tu juicio. Pero ¿tienes alguna prueba para demostrar esta afirmación? ¿Tienes alguna base para creerla? Sin experimentarla por ti mismo, sin ninguna base o fundamento para corroborar si esta afirmación es correcta o incorrecta, y ciertamente sin extraer lecciones de errores previos y sin ningún ejemplo de la vida real, simplemente aceptaste este punto de vista: esto es la aceptación teórica. Al margen de si la aceptas de forma teórica o práctica, primero tienes que confirmar que la afirmación “come más verdura y menos carne” es correcta y positiva. Por lo tanto, ¿cómo se puede ver tu carácter de sentir aversión por la verdad? Depende de cómo planteas y aplicas esta afirmación en tu vida; esto muestra tu actitud hacia dicha afirmación, tanto si la has aceptado de forma teórica en cuanto a doctrina, como si la has aplicado en la vida real y la has hecho tu realidad. Si solo has aceptado la afirmación en cuanto a doctrina, pero lo que haces en la vida real la contradice por completo o no muestras en absoluto una aplicación práctica de esta, ¿amas esta afirmación o sientes aversión por ella? Por ejemplo, cuando comes y ves verdura y piensas: “La verdura es buena para la salud, pero no sabe bien y la carne es más sabrosa, por lo que comeré carne primero”, y luego solo comes carne y no verdura, ¿qué tipo de carácter demuestra esto? El de no aceptar afirmaciones correctas, sentir aversión por las cosas positivas y solo estar dispuesto a comer según las preferencias carnales. Este tipo de persona glotona y codiciosa del placer ya siente mucha aversión por las cosas positivas y se resiste y siente repulsión hacia ellas, y este es un tipo de carácter. Alguien podría reconocer que esta afirmación es bastante correcta, pero no la puede llevar a cabo por sí mismo y, aunque no pueda, aun así les dice a otros que lo hagan. Después de repetirla muchas veces, para ellos esta afirmación se convierte en una especie de teoría y no les surte efecto. Esta persona sabe muy bien en su interior que comer más verdura es correcto y que comer más carne no es bueno, pero piensa: “Pase lo que pase, no he salido perdiendo; comer carne es aprovecharse y no me parece que no sea sano”. Su avaricia y sus deseos le han hecho elegir un estilo de vida incorrecto e ir constantemente en contra del sentido común y el estilo de vida correctos. Tiene el tipo de carácter corrupto que ansía las ventajas y el disfrute carnal, por lo tanto, ¿le será fácil aceptar las afirmaciones correctas y las cosas positivas? No será para nada fácil. ¿Acaso su carácter corrupto no rige su estilo de vida? Es una revelación y una manifestación de su carácter corrupto. Lo que se manifiesta por fuera son estos comportamientos y una actitud, pero, en realidad, es un carácter el que los gobierna. ¿Qué carácter es? Es sentir aversión por la verdad. Este carácter de aversión por la verdad es difícil de descubrir, nadie cree tenerlo; sin embargo, el hecho de que han creído en Dios durante varios años y aún no saben practicar la verdad es suficiente para demostrar que sienten aversión por ella. Las personas escuchan muchos sermones y leen mucho las palabras de Dios, y la intención de Dios es que las acepten de corazón y las lleven a la vida real para que las practiquen y utilicen, y así entiendan la verdad y hagan de ella su vida. A la mayoría de las personas les cuesta cumplir este requisito y por eso se dice que la mayoría tiene el carácter de sentir aversión por la verdad.

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Más allá de lo que piensen o digan, o de cómo vean las cosas, siempre creen que sus puntos de vista y sus actitudes son correctos, y que lo que dicen los demás no es tan bueno ni tan correcto como lo que ellas dicen. Siempre se aferran a sus opiniones y, sin importar quién hable, no lo escuchan. Aunque lo que esa persona diga sea correcto o concuerde con la verdad, no lo aceptan; solo aparentarán estar escuchando, pero en realidad no adoptarán la idea y, cuando llegue el momento de actuar, seguirán haciendo las cosas a su manera, creyendo siempre que lo que dicen es correcto y razonable. […] ¿Qué dirá Dios cuando vea este comportamiento tuyo? Él dirá: “¡Eres intransigente! Es entendible que puedas aferrarte a tus ideas cuando no sepas que estás equivocado, pero cuando claramente sí lo sabes y de todos modos te aferras a ellas, y morirías antes que arrepentirte, no eres más que un necio obstinado y estás en problemas. Si, más allá de quién formule una sugerencia, tú siempre adoptas una actitud negativa y reticente al respecto y no aceptas ni siquiera un poco de la verdad, y si tu corazón es completamente reticente, está cerrado y es despectivo, entonces eres muy ridículo, ¡eres una persona absurda! ¡Eres muy difícil de tratar!”. ¿Por qué eres difícil de tratar? Porque lo que expresas no es un enfoque ni un comportamiento erróneo, sino que es una manifestación de tu carácter. ¿Una manifestación de qué carácter? Un carácter en el cual estás harto de la verdad y la odias. Una vez que se te ha identificado como una persona que odia la verdad, a ojos de Dios estás en problemas, y Él te detestará, rechazará e ignorará. Desde la perspectiva de la gente, lo máximo que dirán es: “El carácter de esta persona es malo, es sumamente obstinada, intransigente y arrogante. Es difícil llevarse bien con ella y no ama la verdad. Jamás ha aceptado la verdad y no la pone en práctica”. Como mucho, todo el mundo hará esta valoración de ti, pero ¿puede eso decidir tu destino? La valoración que la gente hace de ti no puede decidir tu destino, pero hay algo que no debes olvidar: Dios escruta el corazón de las personas y, al mismo tiempo, observa cada una de sus palabras y actos. Si Dios te cataloga así y dice que odias la verdad, si Él no dice simplemente que tú tengas un carácter un poco corrupto o que seas un poco desobediente, ¿no es este un problema grave? (Es grave). Eso implica un problema, y este problema no radica en la manera en la cual la gente te ve o en cómo te valora, sino en la forma en la que Dios ve tu carácter corrupto de odio hacia la verdad. Así pues, ¿cómo lo ve Dios? ¿Dios simplemente ha determinado que odias la verdad y no la amas, y eso es todo? ¿Es tan simple como eso? ¿De dónde proviene la verdad? ¿A quién representa? (Representa a Dios). Meditad sobre esto: si una persona odia la verdad, desde la perspectiva de Dios, ¿cómo la verá Él? (Como Su enemigo). ¿No es este un problema grave? Cuando alguien odia la verdad, ¡odia a Dios! ¿Por qué digo que odia a Dios? ¿Maldijo a Dios? ¿Se opuso a Él frente a frente? ¿Lo criticó o lo condenó a Sus espaldas? No necesariamente. Entonces ¿por qué digo que manifestar un carácter de odio a la verdad implica odiar a Dios? No se trata de exagerar, es la realidad de la situación. Es igual que con los fariseos hipócritas que crucificaron al Señor Jesús porque odiaban la verdad: las consecuencias posteriores fueron terribles. Esto significa que si una persona tiene un carácter que está harto de la verdad y la odia, este puede brotar en cualquier momento y lugar, y si vive de acuerdo con él, ¿no se opondrá a Dios? Cuando se enfrente a algo que atañe a la verdad o implique tomar una decisión, si no puede aceptar la verdad y vive según su carácter corrupto, naturalmente se opondrá a Dios y lo traicionará, porque su carácter corrupto odia a Dios y odia la verdad. Si tú tienes tal carácter, entonces incluso cuando se trate de palabras expresadas por Dios, las cuestionarás y querrás analizarlas y desmenuzarlas. Así, tendrás suspicacias respecto de las palabras de Dios y dirás: “¿De verdad son estas las palabras de Dios? No me parecen la verdad, no me parecen necesariamente correctas todas ellas”. De este modo, ¿no ha brotado tu carácter de odio hacia la verdad? Cuando piensas así, ¿puedes someterte a Dios? Por supuesto que no. Si no puedes someterte a Dios, ¿sigue Él siendo tu Dios? No lo es. Entonces, ¿qué será Dios para ti? Lo tratarás como un objeto de estudio, alguien de quien hay que dudar, alguien que hay que condenar; lo tratarás como a una persona común y corriente, y lo condenarás como tal. Así, te convertirás en alguien que se resiste a Dios y blasfema en Su contra. ¿Qué clase de carácter causa esto? Lo causa un carácter arrogante que se ha exacerbado hasta cierto punto; no solo se manifestará tu carácter satánico, también quedará a la vista por completo tu rostro satánico. ¿Qué le sucede a la relación entre Dios y una persona que ha llegado al nivel de resistirse a Dios y cuya rebeldía contra Él ha llegado a cierto punto? Se torna una relación hostil, en la que la persona coloca a Dios en oposición a sí misma. Si, al creer en Dios, no puedes aceptar y obedecer la verdad, entonces Él no es tu Dios. Si niegas la verdad y la rechazas, ya te habrás convertido en alguien que se resiste a Dios. ¿Puede Él salvarte de todos modos? Sin duda que no. Dios te da la oportunidad de recibir Su salvación y no te ve como un enemigo, pero tú no aceptas la verdad y colocas a Dios en oposición a ti; tu incapacidad de aceptar a Dios como tu verdad y tu senda te convierte en una persona que se resiste a Él. ¿Cómo debe resolverse este problema? Debes arrepentirte y cambiar el rumbo de inmediato. Por ejemplo, cuanto encuentres un problema o una dificultad al cumplir con el deber y no sepas cómo resolverlo, no debes meditar al respecto ciegamente, sino que primero debes aquietarte ante Dios, orar y buscar en Él, y ver qué dicen Sus palabras al respecto. Si, tras leer las palabras de Dios, sigues sin comprender y no sabes a qué verdades atañe esta cuestión, debes aferrarte a un principio: primero obedecer, no tener ideas ni pensamientos personales, aguardar con un corazón tranquilo y ver cómo Dios pretende y quiere actuar. Cuando no entiendas la verdad, debes buscarla y debes esperar a Dios, en lugar de actuar a ciegas y con descuido. Si alguien te hace una sugerencia cuando no entiendes la verdad, y te dice cómo actuar de acuerdo con ella, primero debes aceptarla y permitir que todos compartan al respecto, y ver si esta senda es correcta o no, y si guarda conformidad con los principios verdad o no. Si confirmas que es acorde a la verdad, practica de ese modo; si determinas que no lo es, no lo hagas. Es tan sencillo como eso. Cuando buscas la verdad, debes consultar con muchas personas. Si alguien tiene algo que decir, debes escucharlo y tratar todas sus palabras con seriedad. No lo ignores ni lo desaires, porque esto se relaciona con asuntos dentro del alcance de tu deber y debes tratarlo con seriedad. Esa es la actitud correcta y es el estado correcto. Cuando estás en el estado correcto y no revelas un carácter que está harto de la verdad y la odia, practicar de este modo suplantará tu estado corrupto. Eso es practicar la verdad. Si practicas así la verdad, ¿qué frutos dará? (Nos guiará el Espíritu Santo). Recibir la guía del Espíritu Santo es un aspecto. A veces el asunto es muy sencillo y puede lograrse utilizando la mente; una vez que los demás terminen de darte sus sugerencias y tú entiendas, serás capaz de corregir las cosas y actuar de acuerdo con los principios. Tal vez la gente crea que se trata de un asunto menor, pero para Dios es muy importante. ¿Por qué lo digo? Porque, cuando practicas así, para Dios eres una persona que puede practicar la verdad, alguien que la ama y que no está harto de ella; cuando Dios ve dentro de tu corazón, también ve tu carácter, y eso es algo muy importante. En otras palabras, cuando cumples con el deber y actúas en presencia de Dios, todo lo que vives y manifiestas son las realidades verdad que la gente debe poseer. Las actitudes, los pensamientos y los estados que posees en todo lo que haces son las cosas más importantes para Dios, y son lo que Él escruta.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Solo si se vive a menudo ante Dios es posible tener una relación normal con Él

¿Cómo se manifiesta principalmente en las personas el carácter de hartazgo de la verdad? Cuando ven algo positivo, no lo evalúan con la verdad; ¿con qué lo evalúan? Aplican la lógica de Satanás para evaluarlo y para comprobar si eso se hizo con gusto, de qué forma es y lo impresionante que es. Lo evalúan todo con los métodos que aplica Satanás para evaluar a la gente; o sea, con los principios y métodos de los incrédulos para evaluar a la gente. No buscan la verdad al hacer las cosas y el punto de partida de todos sus actos consiste en evaluarlos aplicando sus figuraciones y puntos de vista, así como las filosofías de vida y el conocimiento que han captado, con lo que dejan de lado la verdad; así lo hacen todo. Aplican los puntos de vista humanos y la lógica de Satanás para evaluar y, tras evaluar y evaluar, les parece que, en su opinión, no hay nadie tan bueno como ellos, que son los mejores. ¿Llevan en el corazón las exigencias de Dios a la humanidad? ¿Algún principio de la verdad? No, ninguno. Como no contemplan las exigencias de Dios a la humanidad, no ven que la verdad es la realidad de todas las cosas positivas, no ven que la verdad está por encima de todas las cosas, es natural que desprecien a Dios encarnado, y siempre tienen nociones sobre la forma de vestir, hablar y comportarse de la encarnación de Dios. Por eso, tras un contacto prolongado, piensan: “No eres tan digno, majestuoso y profundo como imaginaba, y ni siquiera tienes tanta clase como yo. Aquí parado, ¿no tengo la clase de una gran figura? Aunque expreses la verdad, no aprecio en Ti nada que se parezca a Dios. Siempre hablas de la verdad, siempre hablas de entrar en la realidad; ¿por qué no revelas algunos misterios? ¿Por qué no hablas un poco en la lengua del tercer cielo?”. ¿Qué clase de lógica y punto de vista sobre las cosas es este? (El punto de vista de Satanás sobre las cosas). Esto viene de Satanás. ¿Qué os parece Mi forma de abordar estas cosas? (Que aborreces a este tipo de personas y no quieres relacionarte con ellas). Os equivocáis. Por el contrario, cuando me encuentre con una persona así, me acercaré y le hablaré con normalidad, le proveeré lo que pueda y la ayudaré en lo que pueda. Si es obstinada y terca, no solo me llevaré bien con ella con normalidad, sino que, además, debatiré las cosas con ella en la medida de lo posible. Le preguntaré: “¿Crees que funciona esta manera de hacer las cosas? Aplica cualquiera de estos métodos que consideres apropiado, y si crees que ninguno lo es, piensa tú en el modo de resolver este problema”. Cuanto más estupenda se cree esta clase de persona, más congenio con ella de esta forma; no me doy aires de superioridad ante nadie. Si hay dos taburetes, uno más alto y otro más bajo, dejaré que se siente en el alto, y Yo me sentaré en el bajo. Le hablaré mirando hacia arriba, y al final le haré sentir vergüenza y le haré comprender, poco a poco, que no tiene ninguna verdad, que está depauperada y que es patética, insensible y torpe. ¿Qué os parece este método? (Es bueno). Entonces, si le hiciera caso omiso a esta persona, ¿sería bueno para ella? En realidad, eso no tiene nada de malo, pero no le haría ningún bien. Si cree en Dios con cierta sinceridad, tiene algo de humanidad y puede salvarse, está bien que me relacione con ella. Tarde o temprano, algún día, si comprende la verdad, ella misma decidirá sentarse en el taburete más bajo y ya no será orgullosa. Si le hago caso omiso, se quedará así de ignorante y necia para siempre, dirá y hará cosas tontas y siempre será una persona necia, depauperada y patética: ese es el horroroso estado de las personas que no buscan la verdad. La gente menosprecia y desprecia las cosas positivas, y cuando ve a alguien honesto, cariñoso y que siempre practica la verdad, pero que a veces carece de sabiduría, lo desdeña de corazón. Piensa que esa persona es inútil e inservible, mientras que ellos son astutos, buenos calculadores, expertos en conspiraciones y tramas, con recursos y dones, capaces y elocuentes. Piensan que esto los convierte en objeto de la salvación de Dios, pero en realidad es todo lo contrario: este es el tipo de personas de las que Dios está harto. Este es el carácter de desagrado y hartazgo por la verdad.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. El conocimiento del propio carácter es la base de su transformación

Dios no aborrece el calibre escaso de la gente, su necedad ni que tenga un carácter corrupto. ¿Qué es lo que más aborrece Dios en la gente? Que sienta aversión por la verdad. Si sientes aversión por la verdad, solamente por eso, Dios nunca se deleitará en ti. Esto es inamovible. Si sientes aversión por la verdad, si no la amas, si tu actitud hacia ella es ser indiferente, despectivo, arrogante, o incluso de repulsa, resistencia y rechazo… Si te comportas de este modo, Dios sentirá una repulsión total hacia ti y estás acabado, sin posibilidad de salvarte. Si realmente amas la verdad en tu corazón, pero tienes un calibre un tanto escaso y careces de perspicacia, además de ser un poco necio; si a menudo cometes errores, pero no tienes la intención de hacer el mal, y simplemente has hecho algunas tonterías; si estás dispuesto a escuchar de corazón la enseñanza de Dios sobre la verdad, y anhelas sinceramente la verdad; si la actitud que adoptas en tu trato con la verdad y las palabras de Dios es de sinceridad y anhelo, y puedes atesorar y apreciar las palabras de Dios, con eso basta. A Dios le gustan esas personas. Aunque a veces seas un poco necio, a Dios le sigues gustando. Dios ama tu corazón, que anhela la verdad, y ama tu actitud sincera hacia la verdad. Por lo tanto, Dios tiene misericordia de ti y siempre te concede gracia. Él no tiene en cuenta tu calibre escaso ni tu necedad, ni tampoco tus transgresiones. Como tu actitud hacia la verdad es sincera y entusiasta y tu corazón es sincero, entonces, teniendo en cuenta la sinceridad de tu corazón y esta actitud tuya, Él siempre será misericordioso contigo, y el Espíritu Santo obrará en ti y tendrás esperanzas de salvación. Por el contrario, si eres duro de corazón y autocomplaciente, si sientes aversión por la verdad, nunca estás atento a las palabras de Dios ni a todo lo que implica la verdad y eres hostil y desdeñoso desde el fondo de tu corazón, ¿cuál es la actitud de Dios hacia ti? De aborrecimiento, repugnancia y constante ira. ¿Qué dos características evidencia el carácter justo de Dios? Abundante misericordia y profunda ira. En “abundante misericordia”, “abundante” significa que la misericordia de Dios es tolerante, paciente, indulgente y el máximo amor, eso significa “abundante”. Dado que la gente es ingenua y de calibre escaso, Dios debe actuar de esta manera. Si tú amas la verdad, pero eres ingenuo y de calibre escaso, la actitud de Dios hacia ti es de una abundante misericordia. ¿Qué implica la misericordia? Paciencia y tolerancia: Dios es tolerante y paciente con tu ignorancia; te da la fe y la tolerancia suficientes para sostenerte, para proveerte y ayudarte para que puedas entender la verdad poco a poco y madures de manera gradual. ¿Sobre qué base se construye eso? Sobre la base del amor y el anhelo de una persona por la verdad y de su actitud sincera hacia Dios, Sus palabras y la verdad. Esos son los comportamientos fundamentales que se deberían manifestar en las personas. Pero si alguien siente aversión por la verdad en su corazón, esta le genera rechazo o incluso la odia; si jamás la toma en serio y siempre está hablando de sus propios logros, de cómo ha trabajado, de cuánta experiencia tiene, de las cosas por las que ha pasado, de cuánto lo estima Dios y de las grandes tareas que le ha encomendado; si alguien solo habla de esas cosas, de sus cualificaciones, logros y talentos, siempre alardeando, y jamás habla sobre la verdad ni da testimonio a Dios ni habla sobre el entendimiento ganado a partir de la experiencia con Su obra ni de su conocimiento de Él, ¿acaso no siente aversión por la verdad? Así es como se manifiesta la aversión por la verdad y la falta de amor hacia ella. Algunas personas dicen: “¿Cómo pueden escuchar sermones si no aman la verdad?”. ¿Acaso todos los que escuchan sermones aman la verdad? Hay quienes solo lo hacen por inercia. Se los obliga a actuar frente a otros y temen que la casa de Dios no reconozca su fe si no participan en la vida de la iglesia. ¿Cómo define Dios esa actitud hacia la verdad? Dios dice que no aman la verdad, que sienten aversión por ella. Dentro de su carácter hay una cosa que es la más destructiva, incluso más que la arrogancia y la falsedad, y es que sienten aversión por la verdad. Dios ve eso. Dado Su carácter justo, ¿cómo trata Dios a esas personas? Siente ira hacia ellas. Cuando Dios siente ira hacia alguien, a veces lo amonesta o lo disciplina y lo castiga. Si no se opone a Él de manera deliberada, Dios será tolerante, esperará y observará. Dependiendo de la situación u otras razones objetivas, puede utilizar a ese incrédulo para que le rinda servicio. Pero en cuanto las circunstancias lo permitan y sea el momento adecuado, esa persona será echada de la casa de Dios, ya que ni siquiera está calificada para rendir servicio. Así es la ira de Dios. ¿Por qué se pone tan iracundo? Es una expresión del odio enorme que le generan quienes sienten aversión por la verdad. La ira intensa de Dios indica que ha definido el final y el destino de esas personas que sienten aversión por la verdad. ¿Cómo clasifica a esas personas? Las clasifica del lado de Satanás. Como está iracundo con ellas y le repugnan, Dios les cierra la puerta y no les permite poner un pie en la casa de Dios ni les da la posibilidad de ser salvadas. Esa es una manifestación de la ira de Dios. También las pone al mismo nivel que Satanás, como demonios inmundos y espíritus malignos, como incrédulos; y cuando llegue el momento, las descartará. ¿No es esa una manera de lidiar con ellas? (Sí). Así es la ira de Dios. ¿Y qué les espera una vez que hayan sido descartadas? ¿Podrán volver a disfrutar alguna vez de la gracia de Dios y de Sus bendiciones y Su salvación? (No).

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Comprender la verdad es lo más importante para cumplir bien con el deber

Si sientes aversión por la verdad y siempre la difamas y la menosprecias, si tienes ese tipo de naturaleza, no cambiarás fácilmente. Incluso aunque cambies, habrá que ver si la actitud de Dios ha cambiado. Si lo que haces puede cambiar Su actitud, entonces aún hay esperanza de que seas salvado. Si no puedes cambiar Su actitud y, en lo profundo de Su corazón, Él siente aversión por tu esencia desde hace tiempo, entonces no hay esperanza de que alcances la salvación. Por eso tenéis que examinaros a vosotros mismos. Si estás en un estado en el que sientes aversión por la verdad y te opones a ella, es muy peligroso. Si a menudo muestras ese tipo de estado o caes en él o si eres, en esencia, esa clase de persona, el problema es aún mayor. Si en ocasiones te encuentras en ese estado de sentir aversión por la verdad podría ser, primero, a causa de tu estatura pequeña; segundo, el mismo carácter corrupto del hombre tiene ese tipo de esencia, que, inevitablemente, conduce a dicho estado. Sin embargo, este no representa tu esencia. A veces, una emoción pasajera puede producir un estado en el que sientes aversión por la verdad. Es algo temporario. No es porque tu esencia-carácter siente aversión por la verdad. Si es un estado temporal; se puede revertir, pero ¿cómo? Debes presentarte ante Dios de inmediato para buscar la verdad sobre ese aspecto y así volverte capaz de reconocer la verdad y someterte a ella y a Dios. Entonces, ese estado se resuelve. Si no lo resuelves y permites que continúe indefinidamente, estás en peligro. Por ejemplo, algunas personas dicen: “De todas maneras tengo un calibre escaso y no puedo entender la verdad, así que dejaré de perseguirla; y tampoco tengo que someterme a Dios. ¿Cómo pudo Él darme este calibre? ¡Dios no es justo!”. Niegas la justicia de Dios. ¿No es eso sentir aversión por la verdad? Es la actitud de sentir aversión por la verdad y es una manifestación de esa actitud. Esa manifestación ocurre en un contexto, por lo que se hace necesario resolver ese contexto y la raíz de ese estado. Una vez que la raíz esté resuelta, tu estado desaparecerá junto con ella. Algunos estados son como síntomas, como una tos, que puede ser causada por un resfrío o una pulmonía. Si curas el resfrío o la pulmonía, la tos también cederá. Cuando se resuelve la raíz, el síntoma desaparece. Pero ciertos estados de sentir aversión por la verdad no son síntomas, sino tumores. La raíz de la enfermedad está en el interior. Quizás no puedas encontrar ningún síntoma si miras desde fuera, pero una vez que la enfermedad aparece, es fatal. Ese es un problema muy grave. Las personas así nunca aceptan ni reconocen la verdad; incluso la difaman constantemente, como los no creyentes. Aunque las palabras nunca salgan de su boca, seguirán difamándola, rechazándola y refutándola en su corazón. No importa de qué verdad se trate: ya sea conocerse a uno mismo, reconocer el propio carácter corrupto, aceptar la verdad, someterse a Dios, no hacer las cosas de manera superficial o ser una persona honesta, esas personas no aceptarán ni admitirán ni le prestarán atención a ningún aspecto de la verdad o incluso la refutarán y la difamarán en todos sus aspectos. Ese es el carácter de sentir aversión por la verdad; es una especie de esencia. ¿A qué tipo de desenlace lleva esa esencia? A ser desdeñado y descartado por Dios y luego a perecer. Las consecuencias son muy graves.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Comprender la verdad es lo más importante para cumplir bien con el deber

En los últimos días, ha venido Dios encarnado. ¿Qué es lo que más debería ganar el hombre, dado que cree en el Dios práctico? Es la verdad, la vida; nada es más significativo que esto. Cuando Cristo vino, lo que trajo fue la verdad, la vida; Él vino a darles vida a las personas. Entonces, ¿qué hay que hacer para creer en el Dios práctico? ¿Qué debe hacerse para obtener la verdad y la vida? Dios ha expresado muchas verdades. Todos aquellos que tienen hambre y sed de justicia deben comer y beber hasta saciarse de las palabras de Dios. Todas las palabras de Dios son la verdad, y Sus palabras son ricas y abundantes; hay cosas preciosas por todas partes y tesoros en todos lados. Al disfrutar de la abundancia de la hermosa tierra de Canaán, la alegría florece en el corazón de los que aman la verdad. Hay verdad y luz en cada frase de las palabras de Dios de las que comen y beben, todas son preciosas. Las personas que no aman la verdad fruncen el ceño ante el dolor; se sientan a un banquete y sufren de hambre, con lo que demuestran su patetismo. Quienes puedan buscar la verdad ganarán cada vez más, y quienes no puedan hacerlo llegarán a un callejón sin salida. Lo que más preocupa ahora es aprender a buscar la verdad en todo, alcanzar una comprensión de la verdad, practicar la verdad y poder someterse verdaderamente a Dios. Eso es lo que implica creer en Dios. Creer en el Dios práctico es obtener la verdad y la vida. ¿Para qué se usa la verdad? ¿Se usa para enriquecer el mundo espiritual de las personas? ¿Está destinada a darles buena educación? (No). Entonces, ¿qué problema del hombre resuelve la verdad? La verdad existe para resolver el carácter corrupto del hombre, para resolver su naturaleza pecadora, para hacer que las personas vivan ante Dios, y para que vivan una humanidad normal. Algunas personas no comprenden lo que es la verdad. Siempre sienten que la verdad es profunda y abstracta, y que es un misterio. No comprenden que la verdad es algo que deben practicar, que deben aplicar. Algunos han creído en Dios durante diez o veinte años y aún no comprenden exactamente qué es la verdad. ¿Esta clase de persona ha obtenido la verdad? (No). ¿No son dignos de pena aquellos que no han obtenido la verdad? En gran medida, tal como se canta en ese himno, están “sentados a un banquete y sufren de hambre”. Obtener la verdad no es difícil, ni tampoco lo es entrar en la realidad-verdad, pero si las personas siempre sienten aversión por la verdad, ¿son capaces de obtenerla? No pueden. Por lo tanto, debes acudir siempre ante Dios, examinar tus estados internos de aversión por la verdad, comprobar qué muestras das de ello, qué maneras de hacer las cosas exponen aversión por la verdad y en qué cosas tienes tal actitud; debes examinar a menudo esas cosas. Por ejemplo, alguien te amonesta diciendo: “No puedes cumplir con tu deber simplemente confiando en tu propia voluntad; debes reflexionar y conocerte a ti mismo”, y te enojas y replicas: “¿La forma en que yo cumplo con mi deber no es buena, pero la forma en que tú cumples con el tuyo está bien? ¿Qué tiene de malo la forma en que cumplo con mi deber? ¡Dios conoce mi corazón!”. ¿Qué clase de actitud es esta? ¿Es aceptación de la verdad? (No). Uno primero debe tener una actitud de aceptación de la verdad cuando le suceden cosas. No tener este tipo de actitud es como no tener una vasija para recibir un tesoro, lo que te hace incapaz de obtener la verdad. Si una persona no puede obtener la verdad, ¡es en vano que crea en Dios! El propósito de creer en Dios es obtener la verdad. Si uno no puede obtener la verdad, entonces su fe en Dios ha fracasado. ¿Qué es obtener la verdad? Es cuando la verdad se convierte en tu realidad, cuando se ha convertido en tu vida. Eso es lo que implica obtener la verdad; ¡eso es lo que significa creer en Dios! ¿Para qué pronuncia Dios Sus palabras? ¿Para qué expresa esas verdades? Para que las personas puedan aceptar la verdad, de modo que la corrupción se purifique; para que las personas puedan obtener la verdad, de modo que esta se convierta en su vida. De lo contrario, ¿por qué Dios expresaría tantas verdades? ¿Para competir con la Biblia? ¿Para fundar una “Universidad de la Verdad” y capacitar a un grupo de personas? En ambos casos, la respuesta es no. Más bien, es para salvar a la humanidad por completo, hacer que las personas comprendan la verdad y, en última instancia, la obtengan. Ahora comprendes, ¿verdad? ¿Qué es lo más importante al creer en Dios? (Obtener la verdad y entrar en la realidad-verdad). A partir de aquí, todo se reduce a cómo entráis en la realidad-verdad, y si podéis hacerlo o no.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Tercera parte

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