28. Cómo resolver un carácter cruel

Palabras de Dios Todopoderoso de los últimos días

A tenor del término “cruel”, ¿qué es posible que haga una persona cuando revela este carácter? Ante todo, querrá manipular a la gente. ¿Qué significa manipular? Que, pase lo que pase en la iglesia, querrá intervenir, entrometerse y organizar. Te fijará una norma y deberás cumplirla. Si no, se enojará. Quiere manipularte: si te manda que vayas al este, tienes que ir al este, y si te manda que vayas al oeste, tienes que ir al oeste. Tiene este deseo y actúa de este modo: esto se llama manipulación. Estas personas quieren tomar las riendas del porvenir de alguien, tomar las riendas y el control de su vida, su mente, sus conductas y preferencias, para que su mente y sus ideas, preferencias y deseos concuerden con lo que ellas digan y quieran, en vez de con lo que diga Dios: esto se llama manipulación. Siempre quieren que la gente haga esto o aquello según su voluntad, y no actúan según los principios, sino según sus intenciones y preferencias. No les importa cómo te sientas, te dan órdenes a la fuerza y tienes que hacer lo que te manden; si no actúas según su voluntad, se ocupan de ti y te hacen sentir que realmente no tienes elección y que no se puede hacer nada. En el fondo sabes que te estás dejando engañar y controlar, pero todavía no sabes cómo discernir eso, y ni mucho menos te atreves a resistirte. Sus actos, ¿no son la conducta de Satanás? (Sí). Esta es la conducta de Satanás. Satanás engaña y controla a la gente así, con lo que se manifiesta en ella un carácter satánico consistente en tratar siempre de controlar y manipular a los demás. Pueda o no lograr este objetivo de controlar y manipular a los demás, toda persona tiene este tipo de carácter. ¿Cuál es este carácter? (Es crueldad). Es un carácter cruel. ¿Por qué se califica de crueldad? ¿Cuáles son las revelaciones evidentes de este carácter? ¿Tiene un sentido coercitivo? (Sí). Tiene un sentido coercitivo, lo que significa que, hagas caso o no, te sientas como te sientas, tanto si lo disfrutas o lo entiendes como si no, la persona te exige a la fuerza que le hagas caso y hagas lo que te diga sin discusión, sin darte ocasión de hablar y sin darte ninguna libertad; ¿no tiene esta significación? (Sí). A esto se le llama “ferocidad”, que es una vertiente del hecho de ser cruel[a]. Su otra vertiente es la “maldad”[b]. ¿A qué hace referencia la “maldad”? A las personas que aplican métodos de adoctrinamiento y represión coercitivos para controlarte y que hagas caso a su manipulación, y, con ello, satisfacerse a sí mismas. A esto se le llama “maldad”. Con sus actos, Satanás quiere que no tengas libre albedrío, que no aprendas a meditar y discernir y que no comprendas la verdad para que no puedas madurar en la vida. Satanás no te deja hacer esas cosas y quiere controlarte. Satanás no te deja buscar la verdad y comprender las intenciones de Dios y no te lleva ante Él, sino que te lleva ante sí mismo y te obliga a escucharlo como si fuera la verdad, tuviera razón en todo y fuera el centro de todas las cosas, por lo que has de escucharlo y no tratar de analizar si tiene razón o no en sus palabras. El carácter de manipular y controlar coercitiva y violentamente la conducta y la mente de las personas se califica de cruel.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. El conocimiento del propio carácter es la base de su transformación

Notas al pie:

a. El texto original no contiene la frase “que es una vertiente del hecho de ser cruel”.

b. El texto original no contiene la frase “Su otra vertiente es la ‘maldad’”.


¿De qué otras maneras se manifiesta un carácter cruel? ¿Cómo se relaciona con sentir aversión por la verdad? De hecho, cuando se manifiesta el sentir aversión por la verdad de un modo grave, cargado con los atributos de resistencia y juicio, esto revela un carácter cruel. Sentir aversión por la verdad implica varios estados, desde la falta de interés en la verdad hasta una aversión hacia esta, que evoluciona en juzgar a Dios y condenarlo. Cuando el sentir aversión por la verdad ha alcanzado cierto punto, las personas son propensas a negar a Dios, a odiarlo y a oponerse a Él. Estos diversos estados conforman un carácter cruel, ¿verdad? (Sí). Por tanto, los que sienten aversión por la verdad poseen un estado si cabe más grave, y en esto hay una clase de carácter: el carácter cruel. Por ejemplo, algunas personas reconocen que Dios tiene soberanía sobre todas las cosas, pero, cuando Dios les quita algo y sufren pérdidas de sus intereses, no se quejan ni se oponen de cara al exterior, pero por dentro no aceptan ni se someten. La suya es la actitud de sentarse pasivamente y aguardar la destrucción, lo cual es claramente el estado de sentir aversión por la verdad. También hay otro estado, uno más grave: no se sienta pasivamente a aguardar la destrucción, sino que en su lugar se resiste a las disposiciones e instrumentaciones de Dios, y se opone a que Dios le despoje de cosas. ¿De qué modo se resiste? (Trastornando y perturbando la obra de la iglesia, o también saboteando cosas, tratando de crear su propio reino). Esta es una forma. Cuando se reemplaza a algunos líderes de la iglesia, estos siempre la perturban y trastornan las cosas mientras siguen llevando una vida de iglesia, se resisten y desobedecen todo lo que dice el líder recién elegido, y tratan de socavarlo por la espalda. ¿Qué carácter es este? Es un carácter cruel. Lo que de verdad piensan es: “Si yo no puedo ser líder, entonces nadie va a mantener este puesto. ¡Los espantaré a todos! ¡Si te echo por la fuerza, volveré a estar al cargo, como antes!”. Esto no es simplemente sentir aversión por la verdad, ¡sino que es cruel! Competir por el estatus, competir por el territorio, competir por los intereses personales y la reputación, no detenerse ante nada para vengarse, hacer todo lo que está en tu mano, emplear todas tus habilidades, hacer todo lo posible para lograr tus objetivos, preservar tu reputación, orgullo y estatus, o bien satisfacer tu deseo de venganza: todas estas son manifestaciones de crueldad. Algunos de los comportamientos de un carácter cruel implican decir muchas cosas que son perturbadoras y trastornadoras; otros implican hacer muchas cosas malas para conseguir los objetivos propios. Ya sea en sus palabras o en sus acciones, todo lo que tales personas hacen está en desacuerdo con la verdad y atenta contra ella, y todo es una revelación de un carácter cruel. Algunas personas son incapaces de discernir estas cosas. Si el discurso o el comportamiento equivocado no es flagrante, no pueden verlo tal como es. Pero, para la gente que entiende la verdad, todo lo que dicen y hacen las personas malvadas es malvado, y nunca podría contener nada que sea correcto o conforme a la verdad; se puede decir que estas cosas que estas personas dicen y hacen son 100 % malvadas y son absolutamente las revelaciones de un carácter cruel. ¿Cuáles son las motivaciones de las personas malvadas antes de revelar este carácter cruel? ¿Qué tipo de objetivos intentan alcanzar? ¿Cómo pueden hacer tales cosas? ¿Sois capaces de discernirlo? Os pondré un ejemplo. Algo sucede en la casa de alguien. El gran dragón rojo la pone bajo vigilancia y no pueden regresar, lo que les provoca mucho dolor. Algunos hermanos y hermanas los acogen y, al ver lo bien que está todo en la casa de sus anfitriones, piensan para sus adentros: “¿Cómo es que a tu casa no le ha pasado nada? ¿Por qué le ha pasado a la mía? No es justo. Esto no puede ser, tengo que pensar en una manera de hacer que le pase algo a la tuya, de que no puedas volver a casa. Te haré pasar por las mismas adversidades que yo he sufrido”. No importa si hacen algo o no, o si esto se convierte en realidad o no, o si consiguen sus objetivos, siguen teniendo este tipo de intención. Es un tipo de carácter, ¿verdad? (Sí). Si no pueden vivir una buena vida, tampoco dejarán que los demás lo hagan. ¿Cuál es la naturaleza de tal carácter? (Malicia). Un carácter cruel, ¡esa persona es mala! Como se suele decir, está podrida hasta la médula. Esto describe lo cruel que es. ¿Cuál es la naturaleza de tal carácter? Intentad diseccionar cuáles son sus motivaciones, intenciones y objetivos cuando se revela este carácter. ¿Cuál es su punto de partida de revelar este carácter? ¿Qué quieren conseguir? En su casa había pasado algo y estaban bien atendidos en la de sus anfitriones, ¿por qué iban a querer perturbarlo? ¿Solo están contentos si perturban las cosas para sus anfitriones, si algo ocurre en casa de estos y tampoco pueden regresar? Por su propio bien, deberían proteger este lugar, impedir que le pase nada y no perjudicar a sus anfitriones, ya que perjudicarles a ellos es lo mismo que perjudicarse a sí mismos. Entonces, ¿cuál es exactamente su propósito al querer hacer esto? (Cuando las cosas no les van bien a ellos, tampoco quieren que le vayan bien a nadie). Esto se llama crueldad. Lo que piensan es: “Mi casa ha sido destruida por el gran dragón rojo y ahora ya no tengo. Pero tú sigues teniendo un bonito y cálido hogar al que puedes volver. Esto no es justo. No puedo soportar ver que puedes volver a casa. Voy a darte una lección. Haré que no puedas volver a casa y que seas como yo. Así las cosas parecerán justas”. ¿Acaso hacer esto no es malicioso y malintencionado? ¿A qué naturaleza se debe? (A la crueldad). Todo lo que dicen y hacen las personas malvadas tiene como fin alcanzar un objetivo. ¿Qué tipo de cosas suelen hacer? ¿Cuáles son las cosas más comunes que hacen las personas con carácter cruel? (Trastornan, perturban y arruinan la obra de la iglesia). (Tratan de ganarse el favor de la gente cuando están cara a cara, pero luego tratan de socavarla a sus espaldas). (Atacan a la gente, son vengativos y arremeten con malicia contra los demás). (Difunden rumores y calumnias). (Difaman, juzgan y condenan a los demás). La naturaleza de estas acciones es perturbar y arruinar la obra de la iglesia, y todas son manifestaciones de resistirse y atacar a Dios, todas son revelaciones de un carácter cruel. Aquellos que son capaces de hacer estas cosas son indudablemente personas malvadas, y todos aquellos que poseen ciertas manifestaciones de un carácter cruel pueden ser definidos como personas malvadas. ¿Cuál es la esencia de una persona malvada? Es la del diablo, la de Satanás. No es ninguna exageración.

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¿La gente malvada ama las cosas positivas? La gente malvada ama las cosas perversas, crueles y perniciosas; aman todo aquello vinculado a las cosas negativas. No les agrada oír hablar de las cosas positivas o que benefician a las personas y provienen de Dios, ni les interesa escucharlo; no albergan la esperanza de ser salvados. Da igual lo bien que se les transmita la verdad o con cuánto sentido práctico se les hable, simplemente no están interesados y hasta podrían reaccionar con hostilidad y antagonismo. Sin embargo, sus ojos se iluminan cuando oyen a alguien hablar de placeres carnales, y ellos se llenan de energía. Esto denota un carácter perverso y vicioso; no son personas de buen corazón. Resulta imposible que amen las cosas positivas. En su corazón, ¿cómo perciben las cosas positivas? Las desprecian y las miran por encima del hombro, se burlan de ellas. Cuando se trata de ser una persona honesta piensan: “Ser honesto solo te pone en desventaja. ¡Yo paso de eso! Es de tontos ser honesto. Mírate, aguantando penurias y esforzándote para cumplir con tu deber sin pensar jamás ni en tu futuro ni en tu salud. ¿A quién le va a importar si te desmayas debido al agotamiento? No quiero quedar exhausto”. Otra persona podría decir: “No hay que cerrarse ninguna puerta. No podemos trabajar como burros. Tenemos que trazar un plan de contingencia y luego esforzarnos un poco más”. Los malvados se alegrarán al oírlo; se sienten identificados. Pero cuando se trata de someterse de forma absoluta a Dios y de entregarse lealmente al deber de uno, sienten repulsión y odio y no lo asimilan. ¿Una persona así no es una persona desalmada? Toda la gente que es así tiene un carácter desalmado. Cuando les enseñas la verdad y hablas con ellos sobre los principios de práctica sienten repulsión y se niegan a escuchar. Pensarán que eso hiere su orgullo, que daña su dignidad y que no les reportará ningún beneficio. En su fuero interno dirán: “No para de hablar de la verdad, de los principios de la práctica. Siempre está hablando de ser una persona honesta; ¿la honestidad te da de comer? ¿Hablar con sinceridad te hace ganar dinero? ¡Solo se gana engañando!”. ¿Qué lógica es esta? La de un bandido. ¿No se trata acaso de un carácter desalmado? ¿Es esta una persona de buen corazón? (No). Este tipo de personas no pueden alcanzar la verdad. Se comprometen y entregan poco y renuncian a pocas cosas con un único objetivo, uno que han calculado con mucha antelación. Solo consideran que ofrecer algo es beneficioso si reciben más a cambio. ¿Qué tipo de carácter es ese? Se trata de un carácter perverso y desalmado.

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En la iglesia se poda a algunas personas porque no cumplen adecuadamente su deber. Las cosas que se dicen cuando se poda a una persona a menudo implican que se le dé una reprimenda e incluso se la regañe. Sin duda, esto las molestará y querrán buscar excusas y replicar. Dicen cosas como: “Aunque me podes diciendo cosas que son correctas, parte de lo que has dicho ha sido muy ofensivo, me has humillado y has herido mis sentimientos. He creído en Dios todos estos años, trabajando duro aunque nunca haya hecho ninguna contribución, ¿cómo se me puede tratar de este modo? ¿Por qué no podas a nadie más? ¡No puedo aceptar esto y no voy a tolerarlo!”. Este es un tipo de carácter corrupto, ¿verdad? (Sí). Este carácter corrupto solo se manifiesta mediante quejas, desobediencia y antagonismo, pero todavía le queda alcanzar su culmen, no ha llegado a su cénit, si bien ya está mostrando algunas señales y ha empezado a alcanzar un punto en el que está cerca de abrirse camino. ¿Cuál es su actitud poco después de esto? No son sumisos, se sienten irritados y desafiantes y empiezan a actuar por despecho. Comienzan a racionalizar: “Los líderes y obreros no siempre tienen razón cuando podan a la gente. Puede que el resto de vosotros lo aceptéis, pero yo soy incapaz. Si lo aceptáis, es porque sois estúpidos y débiles. ¡Yo no lo acepto! Discutámoslo y veamos quién tiene razón o no”. La gente entonces comparte con ellos, diciendo: “Independientemente de tener razón o no, lo primero que debes hacer es obedecer. ¿Es posible que el cumplimiento de tu deber sea absolutamente inmaculado? ¿Lo haces todo bien? Incluso si lo haces todo bien, ¡que te poden sigue siéndote de ayuda! Hemos hablado sobre los principios contigo muchas veces, pero nunca has escuchado y has elegido hacer a ciegas lo que te ha dado la gana, causando perturbaciones en la obra de la iglesia y provocando enormes pérdidas, así que ¿cómo puedes no enfrentarte a la poda? Las palabras pueden ser duras, y pueden resultar difíciles de oír, pero eso es normal, ¿no? Entonces, ¿sobre qué estás discutiendo? ¿Se te debería permitir hacer cosas malas sin que nadie tenga permitido podarte?”. Pero ¿será capaz de aceptar que la poden después de oír esto? No. Se limitará a seguir poniendo excusas y a resistirse. ¿Qué carácter revela? Uno endemoniado, es un carácter cruel. ¿Qué quiere decir en realidad? “No soporto que la gente me irrite. Que nadie intente tocarme un pelo. Si te demuestro que no es fácil meterse conmigo, en el futuro no te atreverás a podarme. ¿No habré ganado entonces?”. ¿Qué te parece? Este carácter se ha puesto al descubierto, ¿verdad? Es un carácter cruel. Las personas con carácter cruel no solo sienten aversión por la verdad, ¡la odian! Cuando son sometidas a la poda, o bien intentan huir o lo ignoran; en sus corazones, son increíblemente hostiles. No se trata simplemente de que inventen excusas. Esa no es en absoluto su actitud. Desobedecen y se resisten, incluso replican como arpías. Por dentro, piensan: “Sé que intentas humillarme y avergonzarme deliberadamente y, aunque no me atrevo a contradecirte a la cara, ¡ya encontraré la ocasión de vengarme! ¿Crees que puedes podarme y mangonearme? ¡Pondré a todo el mundo de mi parte, te señalaré a ti y te daré de tu propia medicina!”. Esto es lo que piensan en sus corazones; su carácter cruel se ha revelado por fin. Para alcanzar sus objetivos y desfogar su rencor, hacen todo lo posible por inventar excusas que les permitan justificarse y poner a todo el mundo de su parte. Solo así están contentos y apaciguados. Esto es malévolo, ¿verdad? Es un carácter cruel. Cuando aún no se las ha podado, esas personas son como corderitos. Cuando se las somete a la poda, o cuando se pone en evidencia su verdadero ser, cambian inmediatamente de cordero a lobo, y sale a relucir su carácter lobuno. Es un carácter cruel, ¿verdad? (Sí). Entonces, ¿por qué la mayoría de las veces no es visible? (No se les ha provocado). Así es, no se les ha provocado ni se han puesto en peligro sus intereses. Es como cuando un lobo no te come cuando no tiene hambre, ¿podrías decir entonces que no es un lobo? Si esperases a que intente comerte para decir que es un lobo, sería demasiado tarde, ¿no? Aunque no haya intentado comerte, debes estar alerta en todo momento. Que el lobo no te coma no significa que no quiera hacerlo, sino que aún no ha llegado el momento y, cuando este llega, su naturaleza lobuna ataca. Ser podado pone en evidencia a todo tipo de personas. Algunos se preguntan: “¿Por qué soy el único al que podan? ¿Por qué siempre se meten conmigo? ¿Me ven como un blanco fácil? ¡No soy la clase de persona con la que se puede jugar!”. ¿Qué carácter es este? ¿Cómo es posible que solo se los pode a ellos? Las cosas no son así en realidad. ¿Quién de vosotros no ha sido podado? Todos lo habéis sido. A veces los líderes y obreros son caprichosos e imprudentes en su obra, o bien no la llevan a cabo de acuerdo con los arreglos del trabajo, y a la mayoría de ellos se los poda. Esto se hace para proteger la obra de la iglesia y para evitar que la gente vaya por libre. No se hace para ir a por ningún individuo en concreto. No cabe duda de que lo que han dicho es una distorsión de los hechos, y es también la manifestación de un carácter cruel.

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Por la expresión “propensos a vengarse”, es evidente que estas personas no son buenas; en términos coloquiales, son manzanas podridas. A juzgar por las constantes manifestaciones y revelaciones de su humanidad, así como por sus principios de acción, no tienen buen corazón. Como expresa el dicho popular, son “bichos malos”. Decimos que no son de los atentos; más concretamente, estos individuos no son bondadosos, sino que son portadores de crueldad, malevolencia y malicia. Si alguien dice o hace algo que afecta a los intereses, a la reputación o al estatus de estos individuos, que los ofenda, lo primero que hacen es albergar hostilidad en su corazón. Lo segundo es actuar en función de esta hostilidad; actúan con el objetivo y la dirección de descargar su odio y desahogar su ira, un comportamiento conocido como buscar venganza. Siempre hay individuos como estos entre la gente. Al margen de si se trata de lo que se describe como ser mezquino, dominante o excesivamente sensible, independientemente de los términos que se utilicen para describir o resumir su humanidad, la manifestación habitual de sus interacciones con otros es que cualquiera que los dañe o les ofenda, ya sea de manera accidental o intencionada, debe sufrir y afrontar las correspondientes consecuencias. Es como lo que dicen algunos: “Si los ofendes, irás por lana y saldrás trasquilado. Si los provocas o les haces daño, no pienses que te va a resultar sencillo escaparte”. ¿Existen estos individuos entre la gente? (Sí). Sin duda alguna. Pase lo que pase, merezca o no la pena enfadarse o ser mezquino por ello, los que son propensos a vengarse incluyen esta acción en sus agendas diarias y la tratan como una cuestión de la máxima importancia. Sea quien sea el que los ofenda, para ellos es inaceptable y exigen que se pague el precio correspondiente, lo que es su principio para tratar a las personas, para tratar a cualquiera a quien consideren su enemigo. Por ejemplo, en la vida de iglesia, algunos hablan sobre su estado o comparten sus experiencias de manera normal y comentan sus estados y su corrupción. Al hacerlo, mencionan sin darse cuenta los estados y la corrupción de otros. Puede que quien hable lo haga sin querer, pero el que escucha se lo toma a pecho. Después de escuchar, este individuo no puede comprender ni abordar esta cuestión de manera correcta y tenderá a desarrollar una mentalidad vengativa. Si no se olvida del asunto e insiste en atacar y buscar venganza, causará problemas en la obra de la iglesia, por lo que este asunto debe tratarse de inmediato. Mientras haya personas malvadas en la iglesia, será inevitable que surjan perturbaciones, de modo que los incidentes que provoquen las personas malvadas que perturban la iglesia no se deben tomar a la ligera. Tanto si se hace de forma intencional o no, si las irritas o les haces daño, no lo dejarán pasar con facilidad. Piensan para sus adentros: “Hablas sobre tu propia corrupción; ¿por qué me mencionas? Hablas sobre tu propio autoconocimiento; ¿por qué me expones? El hecho de que pongas en evidencia mi corrupción me hace quedar mal y perder dignidad, me pone en una situación incómoda con los hermanos y hermanas, me hace perder prestigio y perjudica mi reputación. Pues bien, buscaré venganza contra ti; ¡irás por lana y saldrás trasquilado! No pienses que soy tan fácil de intimidar ni que puedes avasallarme solo porque mi entorno familiar sea pobre y mi estatus social no sea alto. No me tomes por un pusilánime; ¡conmigo no se juega!”. No importa de qué manera lleven a cabo su venganza; pensemos en estas personas: cuando se encuentran con estos asuntos menores, habituales en la vida de iglesia, no solo no pueden tratarlos ni comprenderlos de manera correcta, sino que también sienten odio, buscan oportunidades de buscar venganza e incluso recurren a medios inmorales para llevar a cabo su venganza. ¿Qué dice esto de su humanidad? (Es malévola). ¿Son personas atentas? (No). […] Otros contemplarían el mismo asunto como algo común y corriente y lo tratarían en consecuencia. Por supuesto, las personas buenas que aceptan la verdad lo resolverían de una manera proactiva y positiva. La gente corriente, aunque no lo resuelve de forma positiva, no alberga odio ni mucho menos busca venganza. Pero a las personas que no son atentas un asunto tan común y totalmente corriente como este puede causarles una agitación interior que les impida calmarse. Las cosas que producen no son positivas ni corrientes, sino crueles y perversas; buscan venganza. ¿Qué desencadena su venganza? Creen que la gente las difama con comentarios malévolos y pone al descubierto deliberadamente su situación real, su lado oscuro y su corrupción. Se toman lo que dice la gente como algo intencionado y, por tanto, la consideran su enemiga. A partir de ahí, se sienten justificadas para utilizar la venganza para resolver el asunto y emplean diversos medios para lograr sus fines vengativos. ¿Acaso no es este un carácter cruel? (Sí). En la vida de iglesia, cuando los hermanos y hermanas hablan de sus estados, la mayoría de los que los escuchan pueden relacionarlo y aceptarlo de parte de Dios. Solo los que sienten aversión por la verdad y tienen un carácter perverso generan hostilidad e, incluso, una mentalidad vengativa al oírlo, de modo que revelan por completo su esencia-naturaleza. Una vez generada la mentalidad vengativa se sucede una serie de conductas y acciones vengativas. Cuando se producen actos de buscar venganza, ¿qué ocurre con las relaciones entre las personas? Dejan de ser correctas. ¿Y quién es la víctima real de todo esto? (La persona objeto de su venganza). Cierto. Las víctimas reales son las que comparten su testimonio vivencial. A continuación, los que son propensos a vengarse juzgarán, atacarán e, incluso, tenderán trampas o calumniarán a los que perciben que los han puesto al descubierto o albergarán hostilidad hacia ellos utilizando palabras o acciones en diversas situaciones. Los que son propensos a la venganza no solo albergan odio en el corazón de manera temporal y ahí acaba la cosa; buscan e incluso crean todo tipo de oportunidades para buscar venganza contra aquellos que son objeto de su venganza, aquellos hacia los que son hostiles y aquellos que perciben como desfavorables para ellos. Por ejemplo, durante la elección de líderes, si la persona hacia quien son hostiles cumple los principios para emplear a las personas en la casa de Dios y reúne las condiciones para que lo elijan como líder, su hostilidad los llevará a juzgar, condenar y atacar a esa persona. Incluso podrían realizar acciones secretas o hacer cosas perjudiciales para dicha persona con el fin de llevar a cabo su venganza. En resumen, sus medios de desplegar su venganza son variados. Por ejemplo, podrían encontrar cosas, aprovecharlas contra alguien y utilizarlas para hablar mal de esa persona, inventarse rumores a través de la exageración y las habladurías infundadas o sembrar discordia entre ella y los demás. Incluso podrían acusarla en falso ante los líderes y sostener que es desleal, negativa y reticente al cumplir sus deberes. Todo esto en realidad no son más que invenciones deliberadas, una historia creada de la nada. Ya veis como, a partir de sus sospechas y malentendidos sobre esa persona, surgen tantas conductas y acciones injustificadas; todos estos planteamientos se originan de su naturaleza vengativa. En realidad, cuando esa persona compartió sus testimonios vivenciales, no iban dirigidos a ellos en absoluto; no había malicia alguna hacia ellos. Todo se debe a que estos individuos sienten aversión por la verdad y tienen un carácter cruel propenso a vengarse, por lo que no permiten que otros los dejen en evidencia, así como tampoco conversaciones sobre conocerse a uno mismo, las actitudes corruptas o hablar sobre la naturaleza satánica de uno. Al tratar estos temas, se enfurecen y asumen que todo va dirigido contra ellos y que los ponen al descubierto, por lo que desarrollan y forman una mentalidad vengativa. Las manifestaciones de este tipo de persona que lleva a cabo su venganza no se limitan en absoluto a una sola circunstancia. ¿Por qué digo esto? Porque estos individuos tienen una naturaleza cruel; nadie puede irritarlos ni provocarlos. De manera inherente, se muestran agresivos hacia cualquiera y hacia cualquier cosa, de manera similar a un escorpión o un ciempiés. Por tanto, si alguien los irrita o les hace daño al hablar, ya sea de forma intencionada o involuntaria, si sienten que han perdido su orgullo o prestigio, idearán maneras de salvarlos, lo que llevará a una serie de acciones vengativas.

La Palabra, Vol. V. Las responsabilidades de los líderes y obreros. Las responsabilidades de los líderes y obreros (25)

Quienes son malvados y no aman la verdad tienen siempre la mente activa. Si hoy atisban la posibilidad de recibir bendiciones, lo darán todo y harán buenas acciones para que todos las vean, con la esperanza de ganárselos. Sin embargo, cuando, transcurrido un tiempo, aún no han recibido las bendiciones de Dios, se lamentan y se quejan, y llegan a esta conclusión: “Dios es soberano sobre todas las cosas; no muestra parcialidad… No estoy seguro de que estas palabras sean ciertas”. No logran ver más allá de sus propios intereses inmediatos; si no les beneficia, no moverán un dedo. ¿No es desalmado? Intentan negociar con quienquiera que se relacionen, incluso se atreven a negociar con Dios. Piensan: “Necesito ver algún beneficio, ahora mismo. Tengo que obtener ganancias inmediatamente”. Con tal contundencia, ¿sería ir demasiado lejos afirmar que tienen un carácter desalmado? (No). Entonces, ¿cómo se demuestra su crueldad? Cuando afronten una pequeña prueba o una calamidad, no serán capaces de soportarla y no cumplirán su deber. Sentirán que han sufrido una pérdida: “Con lo mucho que he invertido y Dios no me ha bendecido aún. ¿Puede ser que no exista? ¿Voy por el buen camino o no?”. Los asaltan las dudas. Quieren ver beneficios, lo cual demuestra que no hacen sacrificios de buena gana y de corazón; de esta forma se revelan como lo que son. ¿Qué dijo la mujer de Job cuando él sufría sus pruebas? (“¿Aún conservas tu integridad? Maldice a Dios y muérete” [Job 2:9]). Ella era incrédula, rechazaba a Dios y renegaba de Él cuando sobrevenía una catástrofe. Cuando Dios le concedió bendiciones, ella dijo: “¡Jehová dios, eres el gran salvador! Me has dado muchas propiedades y me has bendecido. Te seguiré. Tú eres mi dios”. Y cuando Dios le quitó sus posesiones, ella dijo: “Tú no eres mi dios”. Llegó a decirle a Job: “No creas en dios, porque no existe. Si existiera, ¿cómo dejaría que unos bandidos se llevaran nuestras posesiones? ¿Por qué no nos protegió?”. ¿Qué tipo de carácter es este? Es un carácter desalmado. En cuanto sus intereses se ven comprometidos y sus propios objetivos y deseos no se satisfacen, montan en cólera, se rebelan, y se convierten en Judas, traicionando y renunciando a Dios. ¿Hay muchas personas así? Los malvados y los incrédulos tan obvios pueden seguir existiendo dentro de la iglesia hasta cierto punto. No obstante, algunas personas solo tienen esta clase de estado; es decir, poseen este carácter, pero no pertenecen necesariamente a este tipo. Sin embargo, si tienes este carácter, ¿es necesario cambiarlo? (Sí). Si posees este tipo de carácter, significa que también tienes una naturaleza desalmada. Con este tipo de carácter podrías oponerte a Dios, traicionarlo y actuar hostilmente contra Él en cualquier momento. Cada día que pasas sin cambiar estas actitudes corruptas es un día en el que no eres compatible con Dios. Así no puedes presentarte ante Él ni experimentar Su obra y de ninguna forma recibirás la salvación.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. El autoconocimiento es lo único que ayuda a perseguir la verdad

Una de las principales características de la naturaleza de los anticristos es la crueldad. ¿Qué significa “crueldad”? Significa que tienen una actitud particularmente perversa con respecto a la verdad: no solo no se someten a ella, y se niegan a aceptarla, sino que incluso condenan a los que los podan. Ese es el carácter cruel de los anticristos. Los anticristos piensan que quien acepta ser podado es propenso a ser intimidado, y que las personas que siempre están podando a los demás son las que desean siempre fastidiar e intimidar a la gente. Por tanto, un anticristo se resistirá a aquel que lo pode, y le hará pasar un mal rato a esa persona. Y quienquiera que saque a relucir las deficiencias o la corrupción de un anticristo, o que comparta con él la verdad y las intenciones de Dios, o que le haga conocerse a sí mismo, para él será una persona que le está haciendo la vida imposible y la encuentra desagradable. Odian a esa persona desde el fondo de su corazón, y se vengarán de ella y le pondrán las cosas difíciles. Vamos a hablar de otra manifestación de cómo los anticristos consideran recibir la poda. Odian a quienquiera que los pode y los deje en evidencia. Esta es una manifestación muy obvia de los anticristos. ¿Qué clase de persona posee un carácter tan cruel? Las que son malvadas. Es un hecho que los anticristos son personas malvadas. Por tanto, solo las personas malvadas y los anticristos poseen un carácter tan cruel. Cuando una persona cruel se enfrenta a cualquier clase de exhortación, acusación, enseñanza o ayuda bienintencionada, su actitud no es mostrarse agradecido ni aceptarlo con humildad, sino enrabietarse de la vergüenza y sentir una extrema hostilidad, odio e incluso tomar represalias. Hay algunos que podan y dejan en evidencia a los anticristos al decir: “En los últimos tiempos te has desmadrado, no has actuado conforme a los principios y no has dejado de alardear mientras cumplías tu deber. Has estado trabajando en aras del estatus y echando a perder por completo tu deber. ¿Has obrado bien ante Dios? ¿Por qué no has buscado la verdad al cumplir tu deber? ¿Por qué no has actuado conforme a los principios? ¿Por qué no la aceptaste cuando los hermanos y hermanas compartieron la verdad contigo? ¿Por qué los has ignorado? ¿Por qué has seguido haciendo lo que te ha dado la gana?”. Estos varios porqués, estas palabras que dejan en evidencia su revelación de corrupción, llegan a sacarlos de quicio: “¿Por qué? No hay un ‘porqué’, ¡hago lo que quiero! ¿Qué te da derecho a podarme? ¿Quién eres tú para hacer eso? Soy obstinado; ¿qué puedes hacer tú al respecto? Ahora que he llegado a esta edad, nadie se atreve a hablarme así. Solo yo puedo hablarles a los demás de ese modo, a mí nadie puede hablarme así. ¿Quién se atreve a sermonearme? ¡Aún no ha nacido el que sea capaz de sermonearme! ¿De verdad te crees que puedes hacerlo?”. El odio surge del fondo de su corazón y buscan la oportunidad de vengarse. En su mente calculan: “¿Tiene poder en la iglesia esta persona que me poda? Si tomo represalias contra ella, ¿levantará alguien la voz en su defensa? Si la hago sufrir, ¿se ocupará la iglesia de mí? Tengo la solución. No voy a tomar represalias contra ella en persona; haré algo con total secretismo. Le haré algo a su familia para causarle sufrimiento y vergüenza, de ese modo me libraré de este resentimiento. He de obtener mi venganza. Ahora no puedo obviar este asunto. No empecé a creer en dios para que me avasallaran, no he venido aquí para que la gente me intimide como le venga en gana, ¡vine a obtener bendiciones y para entrar en el reino del cielo! El orgullo es tan necesario para la gente como respirar. Hay que tener agallas para luchar por la dignidad. ¿Cómo te atreves a dejarme en evidencia? ¡Esto es intimidación! Ahora que no me consideras una figura importante, voy a hacértelo pasar mal y vas a sufrir las consecuencias. ¡Vamos a pelear y a ver quién es más feroz!”. Los anticristos se enrabietan por unas pocas palabras sencillas que los desenmascaran, las cuales generan un gran odio en ellos, lo que provoca que pongan mucho empeño en vengarse. Este carácter cruel queda por completo al descubierto. Por supuesto, cuando toman represalias contra alguien motivadas por el odio, no es que tengan un viejo rencor contra esa persona o que la odien, sino que esa persona ha puesto al descubierto sus errores. Esto demuestra que el simple hecho de desenmascarar a un anticristo, independientemente de quién lo haga y de su relación con el anticristo, puede desencadenar su odio e instigar su venganza. Da igual quién sea, si entiende la verdad, o si es un líder o un obrero o un miembro ordinario del pueblo escogido de Dios, siempre y cuando alguien desenmascare y pode al anticristo, considerará a esa persona como un enemigo. Incluso dirá abiertamente: “Le daré duro a quien me pode. Si alguien me poda, saca a la luz mis secretos ocultos, hace que me expulsen de la casa de dios y me priva de mi parte de las bendiciones, no lo dejaré en paz jamás. Así soy yo en el mundo secular: nadie se atreve a causarme problemas. ¡Todavía no ha nacido quien se atreva a molestarme!”. Este es el tipo de palabras implacables que sueltan los anticristos cuando se enfrentan a la poda. Cuando sueltan estas palabras implacables, no es para intimidar a los demás, ni tampoco se trata de desfogarse con intención de protegerse. Son realmente capaces de hacer el mal, y recurrirán a cualquier medio a su alcance para cumplirlas. Tal es el carácter cruel de los anticristos.

La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 9 (VIII)

Los anticristos se apropian de todo lo de la casa de Dios y los bienes de la iglesia, y los tratan como propiedad personal, todo lo cual les corresponde administrar, y no permiten que nadie intervenga en ello. Lo único en lo que piensan cuando hacen el trabajo de la iglesia es en sus propios intereses, su propio estatus y su propio orgullo. No permiten que nadie perjudique sus intereses, y mucho menos permiten que cualquiera con aptitud o que sea capaz de hablar de su testimonio vivencial amenace su reputación y su estatus. Y por eso, tratan de suprimir y excluir como competidores a los que son capaces de conversar acerca de un testimonio vivencial y que pueden comunicar la verdad y proveer al pueblo escogido de Dios, y tratan desesperadamente de aislar por completo a esa gente de todos los demás, de arrastrar completamente sus nombres por el barro y hacerlos caer. Solo entonces los anticristos se sienten en paz. Si estas personas nunca son negativas, y son capaces de seguir realizando su deber, hablando de su testimonio, apoyando a los demás, entonces los anticristos echan mano de su último recurso, que consiste en buscarles faltas y condenarlas, o inculparlas e inventar motivos para atormentarlas y castigarlas, hasta que hacen que las echen de la iglesia. Solo entonces los anticristos se relajan completamente. Esto es lo más insidioso y malévolo de los anticristos. Lo que más miedo y ansiedad les causa son las personas que persiguen la verdad y poseen un testimonio vivencial verdadero, porque las personas con tal testimonio son las que obtienen mayor aprobación y apoyo del pueblo escogido de Dios, en vez de los que parlotean sin sentido sobre palabras y doctrinas. Los anticristos no poseen un testimonio vivencial verdadero, tampoco son capaces de practicar la verdad; en el mejor de los casos, son capaces de hacer algunas buenas acciones para ganarse el favor de la gente. Pero por muchas buenas acciones que hagan o por muchas cosas bonitas que digan, siguen sin poder compararse con los beneficios y las ventajas que un buen testimonio vivencial puede aportar a la gente. Nada puede sustituir los efectos de la provisión y el riego proporcionados al pueblo escogido de Dios por aquellos que son capaces de hablar de su testimonio vivencial. Por eso, cuando los anticristos ven a alguien hablando de su testimonio vivencial, su mirada se convierte en una daga. La rabia se enciende en su corazón, aumenta el odio, y se apresuran a callar al orador e impedirle que siga hablando. Si sigue hablando, la reputación de los anticristos quedará completamente arruinada, sus feos rostros quedarán completamente expuestos a la vista de todos, por eso los anticristos encuentran un pretexto para perturbar a la persona que da su testimonio y la reprimen. Los anticristos se permiten solo a sí mismos desorientar a la gente con palabras y doctrinas; no permiten que el pueblo escogido de Dios le glorifique platicando acerca de su testimonio vivencial, lo que indica el tipo de personas a las que más odian y temen los anticristos. Cuando alguien se distingue con un pequeño trabajo, o cuando alguien es capaz de platicar acerca de un testimonio vivencial verdadero y el pueblo escogido de Dios se beneficia, se edifica y recibe apoyo a partir de él, y se gana grandes elogios de todos, la envidia y el odio crecen en el corazón de los anticristos, y estos tratan de aislarlo y reprimirlo. En ninguna circunstancia permiten que tales personas emprendan ningún trabajo, para evitar que amenacen su estatus. Las personas con la realidad-verdad sirven para acentuar y resaltar la pobreza, la miseria, la fealdad y la perversidad de los anticristos cuando están frente a ellos, por lo que cuando los anticristos eligen a un compañero o colaborador, nunca seleccionan a gente con la realidad-verdad, nunca seleccionan a personas que puedan hablar de su testimonio vivencial, y nunca seleccionan a personas honestas o capaces de practicar la verdad. Estas son las personas que los anticristos más envidian y odian, y son una piedra en el zapato para los anticristos. No importa cuánto hagan estas personas que practican la verdad que sea bueno o de beneficio para la labor de la casa de Dios, los anticristos se esfuerzan al máximo por solaparlo. Llegan a tergiversar los hechos para atribuirse el mérito de las cosas buenas, mientras echan la culpa de las malas a otros, a fin de enaltecerse y menospreciar a otras personas. Los anticristos sienten muchos celos y odio hacia los que persiguen la verdad y son capaces de hablar sobre su testimonio vivencial. Temen que estas personas amenacen su propio estatus, y por eso hacen todo lo posible para atacarlas y excluirlas. Prohíben a los hermanos y hermanas se relacionen con ellos o se acerquen a ellos, o que apoyen o alaben a estas personas que saben hablar de su testimonio vivencial. Esto es lo que más pone en evidencia la naturaleza satánica de los anticristos, que siente aversión por la verdad y detesta a Dios. Y también demuestra que los anticristos son una contracorriente maligna en la iglesia, que ellos son los culpables de la perturbación de la obra de la iglesia y de poner impedimentos a la voluntad de Dios.

La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 8: Quieren que los demás se sometan solo a ellos, no a la verdad ni a Dios (I)

Una vez que los anticristos se han visto reemplazados o descartados, se ponen en pie de guerra y se quejan sin restricciones, y su lado demoniaco queda al descubierto. ¿Qué lado demoniaco es ese? Con anterioridad, no cumplieron en absoluto su deber para perseguir la verdad y lograr la salvación, sino para obtener bendiciones, y ahora dicen la verdad sobre esto y revelan la verdadera situación. Dicen: “Si no estuviera intentando entrar en el reino del cielo u obtener bendiciones y después una gran gloria, ¿me habría mezclado con vosotros, que sois inferiores al estiércol? ¿Sois dignos de mi presencia? No me entrenáis ni me ascendéis y queréis descartarme. Un día te enseñaré que has de pagar un precio por haberme descartado, ¡y las consecuencias que sufrirás por ello!”. Los anticristos diseminan estas ideas y estas palabras endiabladas se escapan de su boca. Una vez que se han puesto en pie de guerra, su naturaleza malévola y su carácter cruel quedan al descubierto y empiezan a difundir nociones. Además, empiezan a enganchar a los que son nuevos creyentes, que son de relativa poca estatura y carecen de discernimiento, que no persiguen la verdad y a menudo se muestran negativos y débiles, y también enganchan a aquellos que son superficiales de manera sistemática en su deber y que no creen de veras en Dios. Como ellos mismos dijeron: “Si me descartas, ¡tendré que arrastrar a unos cuantos otros conmigo!”. ¿Acaso no se ha puesto al descubierto su naturaleza satánica? ¿Haría esto la gente normal? En general, la gente con actitudes corruptas solo se siente triste y herida cuando se la despide, pues creen que están desahuciados, pero su conciencia les hace pensar: “Esto es nuestra culpa, no hemos cumplido bien nuestros deberes. En el futuro, me esforzaré por hacerlo mejor, y en cuanto a cómo me considera Dios y qué determinaciones toma respecto a mí, eso es asunto de Dios. La gente no tiene derecho a exigirle nada a Dios. ¿Acaso Sus acciones no se basan en las manifestaciones de las personas? Si alguien camina por la senda equivocada, debería ser disciplinado y reprendido, eso no hace falta ni decirlo. Ahora mismo, lo triste es que tengo escaso calibre y no puedo satisfacer las intenciones de Dios, y no entiendo los principios-verdad y me comporto con arbitrariedad y con obstinación en función de mis actitudes corruptas. Merezco que se me descarte, ¡pero espero tener la oportunidad de compensarlo en el futuro!”. La gente con un poco de conciencia caminará por una senda como esta. Eligen considerar el asunto de este modo y, al final, eligen además resolver el asunto de esta manera. Por supuesto, no hay muchos elementos de práctica de la verdad en esto, pero debido a que la gente tiene conciencia, no llegarán tan lejos como para resistirse a Dios, blasfemar contra Él ni oponerse. Sin embargo, los anticristos no son lo mismo. Al tener una naturaleza cruel, antagonizan a Dios de manera innata. Cuando sus expectativas y su porvenir se ven amenazados o se les han arrebatado, cuando no son capaces de encontrar ninguna posibilidad de vivir, lo que eligen hacer es difundir nociones, juzgar la obra de Dios y hacer que los incrédulos que están compinchados con ellos perturben la obra de la casa de Dios junto a ellos. Llegan incluso a rechazar responsabilizarse de cualquiera de sus fechorías y transgresiones pasadas, además de cualquier pérdida que hayan causado a la obra o a la propiedad de la casa de Dios. Cuando la casa de Dios se ocupa de ellos y los descarta, usan una frase que dicen a menudo los anticristos. ¿Cuál es? (Si no puedo quedarme aquí, ahí fuera hay un lugar para mí). ¿No es esta otra frase endiablada? Esto es algo que una persona con humanidad normal, sentido de la vergüenza y conciencia no podría decir. Las llamamos palabras endiabladas. Son diversas manifestaciones de las crueles actitudes que revelan los anticristos cuando se los poda y sienten que su estatus y reputación están en peligro, que su estatus y prestigio están amenazados, y sobre todo que están a punto de verse privados de sus expectativas y su porvenir; al mismo tiempo, se deja en evidencia su esencia de incrédulos.

La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 9 (VIII)

No importa cómo sean probados, la lealtad de los que tienen a Dios en su corazón se mantiene sin cambios; pero para los que no tienen a Dios en su corazón, una vez que la obra de Dios no es favorable para su carne, cambian su opinión de Dios y hasta se apartan de Dios. Así son los que no se mantendrán firmes al final, que sólo buscan las bendiciones de Dios y no tienen el deseo de entregarse a Dios y dedicarse a Él. Todas estas personas tan viles serán expulsadas cuando la obra de Dios llegue a su fin y no son dignas de ninguna simpatía. Los que carecen de humanidad no pueden amar verdaderamente a Dios. Cuando el ambiente es seguro y fiable o hay ganancias que obtener, son completamente obedientes a Dios, pero cuando lo que desean está comprometido o finalmente se les niega, de inmediato se rebelan. Incluso, en el transcurso de una sola noche pueden pasar de ser una persona sonriente y “de buen corazón” a un asesino de aspecto espantoso y feroz, tratando de repente a su benefactor de ayer como su enemigo mortal, sin ton ni son. Si estos demonios no son desechados, estos demonios que matarían sin pensarlo dos veces, ¿no se convertirían en un peligro oculto? La obra de salvar al hombre no se logra después de que se complete la obra de conquista. Aunque la obra de conquista ha llegado a su fin, la obra de purificar al hombre no lo ha hecho; esa obra solo se terminará una vez que el hombre haya sido completamente purificado, una vez que los que verdaderamente se someten a Dios hayan sido hechos completos y una vez que esos que se disfrazan, que no tienen a Dios en su corazón, hayan sido echados. Los que no satisfacen a Dios en la etapa final de Su obra serán descartados por completo y los que son descartados son de los diablos. Ya que no son capaces de satisfacer a Dios son rebeldes contra Dios y, aunque estas personas siguen a Dios en la actualidad, esto no prueba que son los que finalmente permanecerán.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La obra de Dios y la práctica del hombre

¿En qué asuntos de la vida cotidiana tenéis un corazón temeroso de Dios? ¿Y en cuáles no? ¿Eres capaz de odiar a alguien cuando te ofende o atenta contra tus intereses? Y cuando odias a alguien, ¿eres capaz de castigarlo y vengarte? (Sí). ¡Entonces das miedo! Si no tienes un corazón temeroso de Dios y eres capaz de hacer cosas malvadas, tu carácter desalmado es demasiado grave. El amor y el odio son cosas que la humanidad normal debe poseer, pero has de distinguir claramente entre lo que amas y lo que odias. En tu corazón debes amar a Dios, amar la verdad, amar las cosas positivas y amar a tus hermanos y hermanas, mientras que debes odiar a Satanás y a los diablos, odiar las cosas negativas, odiar a los anticristos y odiar a los malvados. Si fueras capaz de reprimir y vengarte de tus hermanos y hermanas por odio, eso sería muy sobrecogedor; y este es el carácter de una persona malvada. Algunas personas simplemente tienen pensamientos e ideas llenos de odio, pero nunca harían nada malvado. No se trata de personas malvadas, porque cuando sucede algo, son capaces de buscar la verdad y prestan atención a los principios según los que se comportan, y se ocupan de las cosas. Cuando interactúan con otros, no les piden más de lo debido. Si se llevan bien con la persona, siguen interactuando con ella; si no se llevan bien, entonces no lo hacen. Eso apenas afecta al cumplimiento de su deber o a su entrada en la vida. Dios está en su corazón y tienen un corazón temeroso de Él. No están dispuestos a ofender a Dios y tienen miedo de hacerlo. Aunque estas personas puedan albergar determinados pensamientos e ideas incorrectos, son capaces de rebelarse contra ellos y dejarlos de lado. Se controlan en sus acciones y no pronuncian una sola palabra fuera de lugar o que ofenda a Dios. Alguien que habla y actúa de esta forma es alguien que tiene principios y practica la verdad. Tu personalidad podría ser incompatible con la de otra persona y podría no caerte bien, pero cuando trabajas al lado de ella, permaneces imparcial y no expresas tus frustraciones al llevar a cabo tu deber ni sacas tus frustraciones ni te desquitas de ellas con los intereses de la familia de Dios; puedes encargarte de las cosas de acuerdo con los principios. ¿Qué manifiesta esto? Es una manifestación de tener un corazón temeroso de Dios básico. Si tienes un poco más, cuando ves que otro tiene carencias o debilidades todavía eres capaz de tratar a esa persona de manera adecuada y ayudarla con amor, aunque te haya ofendido o tenga un prejuicio contra ti. Esto significa que tienes amor, que eres una persona con humanidad, que eres amable y capaz de practicar la verdad, que eres una persona honesta que posee las realidades-verdad, y que tienes un corazón temeroso de Dios. Si tu estatura todavía es baja, pero tienes voluntad y estás dispuesto a esforzarte por la verdad y por hacer las cosas con principios, y si eres capaz de tratar los asuntos y actuar hacia los demás con principios, entonces esto también se considera tener cierto corazón temeroso de Dios; algo que es completamente fundamental. Si ni siquiera puedes lograr esto ni contenerte, corres un gran peligro y eres bastante aterrador. Si te dieran un puesto, podrías castigar a la gente y hacérselo pasar mal, con lo que estarías expuesto a convertirte en un anticristo en cualquier momento.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Las cinco condiciones que hay que cumplir para emprender el camino correcto de la fe en Dios

¿Cuál es la manifestación más obvia de una persona con un carácter cruel? Cuando se encuentran con una persona ingenua a la que es fácil intimidar y empiezan a meterse y a jugar con ella. Se trata de un fenómeno común. Cuando una persona relativamente bondadosa ve a otra que es ingenua y cobarde, siente compasión por ella y, aunque no pueda ayudarla, no la acosa. Cuando ves que uno de tus hermanos o hermanas es ingenuo, ¿cómo lo tratas? ¿Lo acosas o te burlas de él? (Es probable que lo menospreciara). Menospreciar a las personas es una forma de verlas, de contemplarlas, un tipo de mentalidad, pero la forma en que actúas y hablas con ellas tiene que ver con tu carácter. Decidme, ¿cómo actuáis con las personas que son tímidas y cobardes? (Las mangoneo y me meto con ellas). (Cuando veo que desempeñan mal su deber, las discrimino y las excluyo). Estas cosas que mencionáis son manifestaciones de un carácter cruel y están relacionadas con el carácter de las personas. Hay muchas más, así que no es necesario entrar en detalles sobre ellas. ¿Os habéis encontrado alguna vez con una persona así, alguien que desea la muerte a quien le ofende, e incluso ora a Dios, pidiéndole que lo condene, que lo borre de la faz de la tierra? Aunque nadie tiene tal poder, en su corazón piensan lo bueno que sería si lo tuvieran, o bien oran a Dios y le piden que lo haga. ¿Albergáis tales pensamientos en vuestro corazón? (Cuando estamos difundiendo el evangelio y nos encontramos con personas malvadas que nos atacan y nos denuncian a la policía, siento odio hacia ellos y tengo pensamientos como: “Llegará el día en que seréis castigados por Dios”). Es un caso bastante objetivo. Te atacaron, sufriste, te sentiste dolido, tu integridad personal y tu amor propio fueron totalmente pisoteados. En tales circunstancias, a la mayoría de la gente le costaría mucho superarlo. (Algunas personas difunden rumores sobre nuestra iglesia en internet, hacen muchas acusaciones y me da mucha rabia cuando las leo y siento mucho odio en el corazón). ¿Se trata de crueldad, de impulsividad o de humanidad normal? (Es humanidad normal. Lo que no es humanidad normal es no odiar a los demonios ni a los enemigos de Dios). Así es. Esta es la revelación, manifestación y respuesta de la humanidad normal. Si las personas no odian las cosas negativas ni aman las positivas, si no tienen estándares de conciencia, entonces no son personas. En estas circunstancias, ¿qué acciones puede realizar una persona para desarrollar un carácter cruel? Si este odio y aversión se transforman en un cierto tipo de comportamiento, si pierdes toda razón, y tus acciones cruzan una cierta línea roja para la humanidad, si incluso eres capaz de matarlos e infringir la ley, entonces esto es crueldad, es actuar de forma impulsiva. Cuando la gente entiende la verdad, cuando es capaz de discernir a la gente malvada y cuando odia la perversidad, esto es humanidad normal. Pero, si la gente se comporta de forma impulsiva, actúa sin principios. ¿Es esto diferente de cometer el mal? (Sí). Existe una diferencia. Si una persona es extremadamente mala, cruel, malvada e inmoral, y sientes una gran antipatía hacia ella, y esta antipatía llega al punto de pedir a Dios que la maldiga, entonces está bien. Pero ¿está bien que te acabes tomando la justicia por tu mano si Dios no actúa después de que hayas orado dos o tres veces? (No). Puedes orar a Dios y expresar tus puntos de vista y opiniones, y luego buscar los principios-verdad, en cuyo caso serás capaz de lidiar con las cosas correctamente. Sin embargo, no debes exigir ni tratar de obligar a Dios a que se vengue por ti, y mucho menos debes permitir que tu impulsividad te haga cometer estupideces. Debes abordar el asunto racionalmente. Debes ser paciente, respetar los tiempos de Dios y dedicarte a orarle más. Observa cómo Dios actúa con sabiduría hacia Satanás y los diablos, y de esta manera podrás ser paciente. Ser racional significa confiar todo esto a Dios y dejar que Él actúe. Esto es lo que debe hacer un ser creado. No actúes por impulsividad. Hacerlo no es aceptable para Dios, Él lo condena. En tales ocasiones, el carácter que se revela en las personas no es debilidad humana ni ira pasajera, sino un carácter cruel. Una vez que se determina que se trata de un carácter cruel, estás en problemas y es improbable que te salves. Esto se debe a que, cuando las personas tienen actitudes crueles, son propensas a actuar en contra de la conciencia y la razón, y se vuelven altamente propensas a quebrantar la ley y a vulnerar los decretos administrativos de Dios. Entonces, ¿cómo se puede evitar esto? Como mínimo, hay tres líneas rojas que no deben cruzarse: la primera es no hacer cosas que atenten contra la conciencia y la razón, la segunda es no quebrantar la ley, y la tercera es no vulnerar los decretos administrativos de Dios. Además, no hagas nada extremo ni nada que perturbe la obra de la iglesia. Si sigues estos principios, al menos tu seguridad estará garantizada y no serás descartado. Si te resistes de una manera cruel cuando estás siendo podado porque cometiste todo tipo de maldades, entonces eso es aún más peligroso. Es probable que ofendas directamente el carácter de Dios y te echen o expulsen de la iglesia. El castigo por ofender el carácter de Dios es mucho más severo que por quebrantar la ley: es un destino peor que la muerte. Quebrantar la ley conlleva como mucho una pena de prisión; unos años duros y estás fuera, eso es todo. Pero, si ofendes el carácter de Dios, sufrirás un castigo eterno. Por tanto, si las personas con actitudes crueles carecen de racionalidad, corren un gran peligro, son propensas a cometer el mal y seguramente serán castigadas y sufrirán las represalias. Si las personas tienen un poco de racionalidad, si son capaces de buscar la verdad y someterse a ella y si pueden abstenerse de cometer demasiada maldad, entonces tendrán sin duda esperanza de salvarse. Es fundamental que una persona tenga racionalidad y razón. Es probable que una persona con razón acepte la verdad y se tome la poda de una manera correcta. Una persona sin razón está en peligro cuando se la poda. Pongamos, por ejemplo, que alguien está muy enfadado después de que un líder lo haya podado. Se siente con ganas de difundir rumores y atacar al líder, pero no se atreve a hacerlo por miedo a causar problemas. Sin embargo, ese carácter ya existe en su corazón y es difícil saber si actuará en consecuencia o no. Mientras exista este tipo de carácter en el corazón de alguien, mientras existan estos pensamientos, aunque no los lleven a término, ya están en peligro. Cuando las circunstancias lo permitan, cuando tengan la oportunidad, es posible que actúen. Mientras exista ese carácter cruel, si no se resuelve, tarde o temprano esa persona cometerá el mal. Entonces, ¿en qué otras situaciones una persona revela un carácter cruel? Contadme. (Fui superficial en mi deber y no obtuve ningún resultado, y luego fui reemplazado por el líder de acuerdo con los principios, y me sentí algo reacio. Luego, cuando vi que este revelaba un carácter corrupto, pensé en escribir una carta para denunciarlo). ¿Esta idea surge de la nada? En absoluto. La produjo tu naturaleza. Tarde o temprano, las cosas en la naturaleza de las personas se revelan, no se sabe en qué instancia o contexto se revelarán y actuarán. A veces las personas no hacen nada, pero es porque la situación no lo permite. Sin embargo, si son personas que persiguen la verdad, podrán buscarla para resolver esto. Si no se trata de una persona que persigue la verdad, hará lo que le plazca y, en cuanto la situación se lo permita, cometerá el mal. Por tanto, si no se resuelve un carácter corrupto, es muy probable que las personas se metan en problemas, en cuyo caso tendrán que recoger lo que han sembrado. Algunas personas no persiguen la verdad y son constantemente superficiales en el cumplimiento de sus deberes. No aceptan que las poden, nunca se arrepienten y, con el tiempo, se las condena al ostracismo para que reflexionen. Algunas personas son echadas de la iglesia porque perturban constantemente la vida de esta y se han convertido en manzanas podridas; y otras son expulsadas porque realizan todo tipo de maldades. Por tanto, sea el tipo de persona que sea, si alguien revela con frecuencia un carácter corrupto y no busca la verdad para resolverlo, es propenso a cometer maldades. El carácter corrupto del género humano no consiste únicamente en la arrogancia, sino también en la perversidad y la crueldad. La arrogancia y la crueldad son solo factores comunes.

Entonces, ¿cómo debe resolverse este problema de revelar un carácter cruel? La gente debe reconocer cuál es su carácter corrupto. El carácter de algunas personas es particularmente cruel, malicioso y arrogante, y carecen totalmente de escrúpulos. Esta es la naturaleza de las personas malvadas, y ellas son las más peligrosas de todas. Cuando ostentan el poder, los diablos tienen el poder, los satanases tienen el poder. En la casa de Dios, todas las personas malvadas son puestas en evidencia y descartadas debido a que realizan todo tipo de actos malvados. Cuando tratas de compartir la verdad con las personas malvadas o de podarlas, existe una alta probabilidad de que te ataquen, te juzguen o incluso de que se venguen de ti, todas ellas consecuencias de que sus actitudes sean tan maliciosas. En realidad, esto es muy frecuente. Por ejemplo, puede haber dos personas que se lleven muy bien, que sean muy consideradas y comprensivas la una con la otra, pero que acaben divididas por una sola cosa relacionada con sus intereses y corten lazos entre ellas. Algunas personas incluso se enemistan e intentan vengarse la una de la otra. Todos son muy crueles. Cuando se trata de personas que cumplen su deber, ¿habéis notado qué cosas se manifiestan y revelan en ellas que caen bajo un carácter cruel? Estas cosas ciertamente existen, y debes desenterrarlas. Esto os ayudará a discernirlas y reconocerlas. Si no sabéis cómo desenterrarlas y discernirlas, nunca seréis capaces de discernir a las personas malvadas. Después de haber sido desorientadas por anticristos y haber caído bajo su control, la vida de algunas personas se ve perjudicada, y es solo entonces cuando saben lo que es un anticristo y lo que es un carácter cruel. Vuestra comprensión de la verdad es demasiado superficial. Vuestra comprensión de la mayoría de las verdades se detiene en el nivel hablado o escrito, o solo entiende palabras y doctrinas, y estas no coinciden en absoluto con la realidad. Después de escuchar muchos sermones, parece que hay comprensión y esclarecimiento en vuestro corazón; pero, cuando os enfrentáis a la realidad, seguís sin poder discernir las cosas por lo que son realmente. Todos sabéis, en teoría, cuáles son las manifestaciones de un anticristo, pero, cuando ponéis los ojos en un anticristo real, sois incapaces de discernirlo como tal. Esto se debe a que tenéis muy poca experiencia. Cuando hayas experimentado más, cuando te hayan lastimado lo suficiente los anticristos, serás capaz de discernirlos por lo que realmente son. Hoy día, aunque la mayoría de la gente escucha los sermones a conciencia durante las reuniones, y quieren esforzarse por la verdad, una vez que han escuchado el sermón, solo entienden el significado literal, no van más allá del nivel teórico y son incapaces de experimentar la cara práctica de la verdad. Por tanto, su entrada en la realidad-verdad es muy superficial, lo que significa que carecen de discernimiento de las personas malvadas y los anticristos. Los anticristos poseen la esencia de las personas malvadas, pero, aparte de estas y los anticristos, ¿acaso no hay otras personas con actitudes crueles? En realidad, no existe la gente buena. Cuando no pasa nada, son todo sonrisas, pero, cuando se enfrentan a algo que perjudica sus propios intereses, se vuelven feos. Este es un carácter cruel. Este carácter cruel puede revelarse en cualquier momento; es involuntario. Entonces, ¿qué ocurre exactamente? ¿Se trata de estar poseído por espíritus malignos? ¿Se trata de una reencarnación demoníaca? Si se trata de una de estas dos cosas, entonces la persona tiene la esencia de una persona malvada y no se le puede ayudar. Si su esencia no es la de una persona malvada y solo tiene este carácter corrupto, entonces su condición no es terminal y, si puede aceptar la verdad, todavía hay esperanza de que se salve. Entonces, ¿cómo se resuelve un carácter cruel y corrupto? En primer lugar, debes orar a menudo cuando te encuentres con problemas y reflexionar sobre qué motivaciones y deseos tienes. Debes aceptar el escrutinio de Dios y mantener bajo control tu comportamiento. Además, no debes revelar ninguna palabra o comportamiento malvados. Si una persona se encuentra con intenciones incorrectas y malicia en su corazón, queriendo hacer cosas malas, debe buscar la verdad para resolverlo, debe encontrar las palabras relevantes de Dios para entender y resolver este asunto, debe orar a Dios, pedir Su protección, jurarle, y debe maldecirse a sí misma cuando no acepta la verdad y comete el mal. Compartir con Dios de esta manera otorga protección e impide que una persona haga el mal. Si a una persona le sucede algo y en ella surgen malas intenciones, pero no presta atención y simplemente deja que las cosas sucedan, o da por sentado que así es como debe actuar, entonces es una persona malvada y no alguien que crea realmente en Dios y ame la verdad. Tal persona todavía quiere creer en Dios y seguirle, además de ser bendecida y entrar en el reino celestial; ¿es eso posible? Está soñando.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Solo conocer los seis tipos de actitudes corruptas es el auténtico autoconocimiento

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