29. Cómo resolver un carácter perverso
Palabras de Dios Todopoderoso de los últimos días
Lo más complicado es la perversidad, porque se ha convertido en la naturaleza del hombre y ya empieza a glorificarse; ni siquiera un mayor grado de perversidad se verá como algo perverso. Por lo tanto, un carácter perverso es aún más difícil de detectar que uno intransigente. Algunas personas dicen: “¿Cómo va a ser difícil detectarlo? La gente tiene lujurias perversas. ¿No es eso la perversidad?”. Eso es superficial. ¿Qué es la verdadera perversidad? ¿Qué estados, al manifestarse, son perversos? Cuando la gente usa declaraciones altisonantes para esconder las perversas y vergonzosas intenciones que yacen en la profundidad de sus corazones, y luego hace a otros creer que esas declaraciones son muy buenas, fidedignas y legítimas, para en última instancia lograr sus motivos ocultos, ¿se trata pues de un carácter perverso? ¿Por qué se le llama a esto ser perverso y no ser falso? En cuanto al carácter y la esencia, la falsedad no es tan mala. Ser perverso es más grave que ser falso, pues es un comportamiento más pérfido y vil, y para una persona normal es más complicado calar esa manera de ser. Por ejemplo, ¿qué tipo de palabras usó la serpiente para engatusar a Eva? Palabras engañosas que suenan correctas y parece que se te dicen por tu propio bien. No eres consciente de que haya nada malo respecto a estas palabras ni una intención maliciosa tras ellas y, al mismo tiempo, te resulta imposible librarte de estas sugerencias de Satanás. Esto es tentación. Cuando te tientan y escuchas ese tipo de palabras, no puedes evitar que te engatusen, y es probable que caigas en la trampa, logrando así el objetivo de Satanás. A esto se le llama perversidad. La serpiente usó este método para engatusar a Eva. ¿Es este un tipo de carácter? (Lo es). ¿De dónde proviene este tipo de carácter? De la serpiente, de Satanás. Este tipo de carácter perverso existe en la naturaleza del hombre. ¿No es esta perversidad distinta de las lujurias perversas de la gente? ¿Cómo aparecen las lujurias perversas? Guarda relación con la carne. La verdadera perversidad es un tipo de carácter, oculto en lo más hondo, que es del todo imperceptible para las personas sin experiencia o sin un entendimiento de la verdad. Por eso, de entre las actitudes del hombre, resulta la más difícil de detectar. ¿En qué tipo de persona es más grave el carácter perverso? En aquellas que disfrutan explotando a los demás. Son manipuladores tan diestros que las personas a las que manipulan ni siquiera se enteran de lo que ha sucedido luego. Este tipo de persona posee un carácter perverso. Las personas perversas, que se basan en la falsedad, utilizan otros medios para encubrir sus engaños, disimular sus pecados y ocultar sus deseos egoístas, sus objetivos e intenciones secretos. Esto es la perversidad. Es más, emplean tretas diversas para atraer, tentar y seducir, logrando que obedezcas su voluntad y satisfagas sus deseos egoístas a fin de alcanzar sus objetivos. Todo esto es perverso. Constituye un auténtico carácter satánico. ¿Habéis mostrado alguna de estas conductas? ¿Qué aspectos del carácter perverso habéis mostrado en mayor grado: la tentación, la seducción, el uso de mentiras para encubrir otras mentiras? (Me parece que un poco de todo). Te parece que un poco de todo. Es decir, a nivel emocional, crees que has mostrado estas conductas y al mismo tiempo crees que no. No has podido encontrar ninguna evidencia. En tu vida diaria, pues, ¿te das cuenta si revelas un carácter perverso a la hora de lidiar con algo? En realidad, estas cosas existen en el carácter de cada uno. Por ejemplo, imagina que hay una cosa que no entiendes, pero no quieres que los demás se enteren, de modo que te vales de diversos recursos para inducirlos a pensar que sí lo entiendes. Eso se llama fraude. Esta clase de fraude es una manifestación de la perversidad. Están también la tentación y la seducción, las dos cosas son manifestaciones de la perversidad. ¿Tentáis a otros a menudo? Si tratas legítimamente de entender a alguien, porque quieres compartir con él, lo necesitas por tu trabajo y supone una interacción apropiada, entonces no cuenta como tentación. Pero, si tienes un propósito y una intención personales, y en realidad no buscas entender el carácter, el afán y el conocimiento de esa persona, sino que quieres arrancarle sus pensamientos más íntimos y sus verdaderos sentimientos, entonces eso se llama perversidad, tentación y seducción. Si lo haces, es que tienes un carácter perverso; ¿no es esto algo que se encuentra oculto? ¿Es fácil cambiar esta clase de carácter? Si puedes discernir qué manifestaciones tiene cada aspecto de tu carácter, qué estados suele causar cada aspecto, y te identificas con ello, sintiendo lo terrible y peligroso que es este tipo de carácter, entonces te abrumará la responsabilidad de cambiar y serás capaz de anhelar la palabra de Dios y aceptar la verdad. Ahí es cuando puedes cambiar y recibir la salvación. Pero si, después de identificarte con este carácter, sigues sin anhelar la verdad, no te sientes en deuda ni culpable —y mucho menos te arrepientes— y no amas la verdad, entonces te resultará difícil cambiar. Y comprenderlo no ayudará, porque no entiendes más que la doctrina. Sea cual sea el aspecto de la verdad, si tu comprensión se detiene en el nivel de la doctrina y no se conecta con tu práctica y entrada, la doctrina que entiendas carecerá de utilidad. Si no comprendes la verdad, no reconocerás tu carácter corrupto ni te arrepentirás ante Dios y confesarás, ni te sentirás en deuda con Dios ni te odiarás a ti mismo, por lo que tus opciones de salvarte se reducirán a cero. Si reconoces la gravedad de tus problemas, pero te da igual y no te odias a ti mismo, aun sintiéndote adormecido y pasivo en tu fuero interno, no aceptas el juicio y el castigo de Dios, y no le oras ni confías en Él para que cure tu carácter corrupto, entonces corres un gran peligro y no recibirás la salvación.
La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. El autoconocimiento es lo único que ayuda a perseguir la verdad
La perversidad alcanza un nivel más profundo que la falsedad; es más insidiosa, más furtiva, desorienta más y es más difícil de descifrar. La perversidad involucra atraer, cautivar, instigar, sobornar, tentar y ganarse el favor de una persona. Estos actos y comportamientos van mucho más allá de la falsedad; son perversos, sin duda. El hombre no dijo: “¡Si no me lo dices, te golpearé, te patearé o te mataré!”. No adoptó tales métodos ni parecía malicioso por fuera. Sin embargo, eso es aún más temible que la malicia: es perversidad. ¿Por qué lo digo? Por lo general, la mayoría de las personas puede detectar la falsedad, pero su método es más artero. A primera vista, utiliza un lenguaje educado que concuerda con el afecto humano; pero, en realidad, en el fondo, hay cosas que están más ocultas. Sus actos y métodos son más disimulados, más insidiosos que la falsedad que la gente suele ver y encontrar. Sus tácticas son más sofisticadas, más tramposas y desorientan más. Eso es la perversidad.
En la vida cotidiana, ¿sois capaces de distinguir y discernir la revelación de un carácter y comportamiento perversos en los demás? Si bien las personas falsas pueden ser bastante sutiles, la mayoría de la gente puede darse cuenta de cómo son realmente tras relacionarse con ellas durante un tiempo. Sin embargo, ver el interior de aquellas personas que tienen un carácter perverso no es tan fácil. No hay forma de conocer bien a las personas si no se puede ver la esencia o las consecuencias. Las personas perversas son aún más insidiosas que las falsas, por lo que una frase o dos no bastan para conocerlas realmente. Cuando se trata de personas que tienen un carácter perverso, puede que, durante un tiempo o un breve período, no puedas dilucidar o entender las razones por las que hacen algo o hablan o se comportan de cierta manera. Un día, una vez que hayan sido reveladas íntegramente y expuestas por completo, todos descubrirán, finalmente, qué clase de persona son. Lo suyo era más que mera falsedad: era perversidad. Por lo tanto, discernir el carácter perverso de una persona requiere un cierto tiempo y, a veces, se deben ver las consecuencias antes de poder discernirlo, lo que no es algo que se pueda hacer con rapidez. Por ejemplo, el gran dragón rojo ha desorientado a las personas durante décadas, pero solo ahora un pequeño número de personas ha conseguido alcanzar cierto discernimiento. El gran dragón rojo suele decir las cosas que mejor suenan y más concuerdan con las nociones humanas, erigiéndose como servidor de las personas para desorientarlas y enarbolando la bandera de la rectitud para expulsar a los disidentes, así como masacrando a un sinnúmero de buenas personas. Sin embargo, solo unos pocos son capaces de discernir esto, ya que lo que dice y hace aparenta ser correcto para las personas, quienes creen en su totalidad que todo lo que hace es justo, apropiado, legal, razonable y que se ajusta al humanismo. En consecuencia, lleva décadas desorientando a las personas. Cuando, finalmente, el gran dragón rojo sea revelado y se produzca su caída, las personas verán que su verdadero rostro es el del diablo, y que su esencia-naturaleza es perversa. El gran dragón rojo lleva tantos años desorientando a las personas, quienes portan su veneno dentro, que estas se han convertido en sus descendientes. ¿Hay alguien entre vosotros que sea capaz de hacer la clase de cosas que el gran dragón rojo ha hecho? Hay personas que hablan como el gran dragón rojo y usan palabras melosas, pero no obran realmente. Todas sus palabras son plácidas, pero no obran realmente. Además, son especialmente insidiosas y perversas. Esa clase de personas no son capaces de olvidar una ofensa. Tarde o temprano, encuentran la oportunidad adecuada para llevar a cabo su propósito de venganza, sin conceder a quienes las han ofendido ninguna forma de actuar contra ellas. Puede que incluso lo hagan sin dar la cara y a escondidas. ¿Acaso no es eso perverso? Las personas perversas tienen principios, métodos, intenciones, motivos y propósitos especialmente ocultos y subrepticios. Las personas perversas usan artimañas para dañar a los demás; a veces, utilizan a otros para que maten en su nombre; a veces, atormentan a los demás mediante la tentación para que cometan pecados; y a veces, usan las leyes o recurren a toda clase de medios despreciables para atormentar a los demás. Todas esas son demostraciones de perversidad, y ninguno de esos métodos son rectos ni honestos. ¿Hay alguien entre vosotros que tenga esos comportamientos o revelaciones? ¿Sois capaces de discernirlos? ¿Os dais cuenta de que constituyen un carácter perverso? La falsedad se suele ver por fuera: alguien anda con rodeos o utiliza un lenguaje florido, pero nadie puede ver lo que piensa. Eso es la falsedad. ¿Cuál es la característica principal de la perversidad? Es que sus palabras suenan especialmente agradables y todo aparenta ser correcto a primera vista. No parece que haya ningún problema y las cosas aparentan estar bastante bien desde todo punto de vista. Cuando hacen algo, no los ves usar ningún medio en particular ni muestran señales externas de tener puntos débiles o defectos; sin embargo, logran su objetivo. Hacen las cosas con un secretismo extremo. Así es como los anticristos desorientan a la gente. Esa clase de personas y asuntos son los más difíciles de discernir. Hay quienes suelen decir lo correcto, dan buenas excusas, emplean ciertas doctrinas y dichos o realizan actos que concuerdan con los afectos humanos para dar gato por liebre. Fingen una cosa mientras hacen otra para lograr sus intenciones ocultas. Eso es la perversidad, pero la mayoría de las personas cree que estos comportamientos son falsos. La gente tiene una comprensión y disección relativamente limitadas de la perversidad. Lo cierto es que la perversidad es más difícil de discernir que la falsedad, debido a que es más furtiva y sus métodos y acciones son más sofisticados. Si alguien tiene un carácter falso, lo habitual es que los demás puedan detectar su falsedad a los dos o tres días de relacionarse con esa persona o que puedan percibir la revelación del carácter falso a partir de sus actos y palabras. Sin embargo, si esa persona es perversa, no se puede discernir tal perversidad en unos pocos días, ya que sin que suceda un acontecimiento importante o que se den circunstancias especiales en un breve período, no es fácil discernir nada con tan solo escucharla hablar. Siempre dice y hace lo correcto y presenta una doctrina correcta tras otra. Después de unos días de relacionarte con ella, puede que pienses que esa persona es bastante buena, que es capaz de renunciar a cosas y de esforzarse, que tiene comprensión espiritual, un corazón amante de Dios y que actúa tanto con conciencia como con razón. Pero después de que se ocupan de algunos asuntos, ves que sus palabras y actos se mezclan con demasiadas cosas y demasiadas intenciones diabólicas. Te das cuenta de que esa persona no es honesta, sino falsa: es un ser perverso. Con frecuencia, esas personas dicen las palabras correctas y frases agradables que se ajustan a la verdad y poseen afecto humano para relacionarse con la gente. En un sentido, consolidan su reputación mientras que, en otro, desorientan a los demás y consiguen prestigio y estatus entre la gente. Tales individuos son increíblemente desorientadores y, una vez que obtienen poder y estatus, pueden desorientar y dañar a mucha gente. Las personas con un carácter perverso son sumamente peligrosas. ¿Hay personas así a vuestro alrededor? ¿Sois vosotros mismos así? (Sí). Entonces, ¿cuán serio es esto? Hablar y actuar sin principios-verdad, depender totalmente de tu naturaleza perversa para actuar, querer siempre desorientar a los demás y vivir detrás de una máscara para que no puedan calarte ni reconocerte y tengan gran estima y admiración por tu humanidad y estatus: eso es la perversidad. ¿Tenéis esos comportamientos perversos solo a veces o sois así la mayor parte del tiempo? ¿Simplemente sois así y os resulta difícil liberaros de eso? Si solo empleáis tales métodos a veces, aún es posible cambiar. Sin embargo, si simplemente sois así y actuáis con discreción y falsedad de forma constante, dependiendo siempre de argucias, sois los más taimados de los demonios. Os diré la verdad: las personas así no cambiarán nunca.
La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 5: Desorientan, atraen, amenazan y controlan a la gente
Decidme, ¿practicar la verdad y lidiar con los asuntos de acuerdo con los principios-verdad requiere de distintas excusas y justificaciones? (No). Mientras una persona tenga un corazón sincero, puede poner la verdad en práctica. ¿Se le ocurren variedad de excusas a aquellos que no practican la verdad? Por ejemplo, cuando hacen algo mal, van en contra de los principios y alguien los corrige, ¿son capaces de escuchar? No. ¿Eso es lo único que ocurre, que no escuchan? ¿En qué sentido son perversos? (Buscan una excusa para persuadirte, te hacen pensar que están en lo cierto). Buscarán una interpretación que concuerde con tus nociones y figuraciones, luego se sirven de una serie de teorías espirituales que puedes reconocer y aceptar, y que se conforman con la verdad para convencerte, hacer que les sigas la corriente y que creas con toda sinceridad que tienen razón, todo para lograr el objetivo de desorientar y controlar a las personas. ¿No es esto perversidad? (Sí). En efecto, es perversidad. Está claro que han hecho algo mal, han ido en contra de los principios y de la verdad en sus acciones, y han fracasado en la práctica de la verdad, no obstante, se les han ocurrido una serie de justificaciones teóricas. Esto es realmente perverso. Es como un lobo que se come una oveja; en su origen, la naturaleza del lobo es comerse a la oveja, y Dios creó a esta clase de animal para comer ovejas, pues estas son su alimento. Sin embargo, después de comérsela, el lobo sigue buscando diversas excusas. ¿Qué te parece? Piensas: “Te has comido mi oveja, y ahora quieres hacerme pensar que debías comértela, que era razonable y apropiado que te la comieras, y que hasta debería agradecértelo”. ¿No te enfadas? (Sí). Durante tu enfado, ¿qué pensamientos surgen en ti? Piensas: “¡Este tipo es demasiado perverso! Si quieres comértela, adelante, eso es justamente lo que eres; comerte mi oveja es una cosa, pero además sueltas un puñado de razones y excusas, y me pides que encima te lo agradezca. ¿Acaso no es esto confundir el bien con el mal?”. Esto es perversidad. Cuando un lobo quiere comerse una oveja, ¿qué excusas busca? El lobo dice: “Corderito, hoy debo comerte porque he de hacerte pagar que me insultaras el año pasado”. El cordero, agraviado, dice: “El año pasado ni siquiera había nacido”. Cuando el lobo se da cuenta de que se ha equivocado al decir eso y que no ha calculado bien la edad del cordero, dice: “Bueno, no te tendré eso en cuenta, pero he de comerte igual porque la última vez que bebí agua del río, tú la habías embarrado, así que te lo tengo que hacer pagar”. El cordero dice: “Me hallo corriente abajo y tú estás corriente arriba. ¿Cómo iba a ensuciar el agua de tu zona? Si quieres comerme, adelante, cómeme. No busques diversas excusas”. Es la naturaleza del lobo. ¿No es eso perversidad? (Sí). ¿Es la perversidad del lobo la misma que la del gran dragón rojo? (Sí). Esta descripción encaja mejor con el gran dragón rojo. Este quiere arrestar a las personas que creen en Dios; quiere acusar a esa gente de delitos. Por tanto, primero crea ciertas fachadas, se inventa ciertos rumores y luego los retransmite al mundo a fin de que este al completo se levante y te condene. Asigna múltiples cargos a aquellos que creen en Dios, como “perturbar el orden público”, “filtrar secretos de estado” y “subvertir el poder del estado”. También difunde rumores de que has cometido diversos delitos y te endosa a ti esos cargos. ¿Está bien que te niegues a admitirlos? ¿Es una cuestión de que los admitas o no? No. Una vez que se ha decidido a arrestarte, igual que un lobo que ha decidido comerse a una oveja, busca diversas excusas. El gran dragón rojo se crea ciertas fachadas, asegura que hemos cometido alguna maldad cuando, de hecho, se trata de cosas que hizo otra gente. Traspasa la culpa e incrimina a la iglesia. ¿Puedes discutir con él? (No). ¿Por qué no? ¿Puedes iniciar una argumentación clara con él? ¿Crees que si hablas con él y le explicas la situación no te va a arrestar? Piensas demasiado bien de él. Antes de que termines de hablar, te agarrará del pelo, te estampará la cabeza contra la pared y luego te preguntará: “¿Sabes quién soy? ¡Soy un diablo!”. A continuación, te dará una brutal paliza, seguida de días y noches donde se alternarán interrogatorios y torturas, y ahí es cuando empezarás a comportarte. En ese punto te darás cuenta de que: “Aquí no hay espacio para la razón; ¡es una trampa!”. El gran dragón rojo no discute contigo; ¿te parece que crea estas fachadas sin pretenderlo, por casualidad? Hay una conspiración detrás y tiene planeado el siguiente movimiento. Es solo un preludio de sus acciones. Algunos todavía piensan: “No entienden los asuntos relacionados con creer en Dios; si se los explico, todo estará bien”. ¿Lo puedes explicar con claridad? Te incriminó por algo que no hiciste, ¿sigues siendo capaz de explicar las cosas con claridad? Cuando te incriminó, ¿acaso no sabía que no lo hiciste? ¿Ignora quién lo hizo? ¡Lo sabe muy bien! Por tanto, ¿por qué te echa la culpa a ti? Tú eres al que está capturando. ¿Crees que cuando te echa la culpa no sabe que se te está tratando de manera injusta? Quiere tratarte de manera injusta y arrestarte y perseguirte. Eso es perversidad.
La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 7: Son perversos, insidiosos y falsos (III)
Las actitudes perversas también se manifiestan de otra manera. Algunas personas ven que las reuniones en la casa de Dios siempre implican leer la palabra de Dios, compartir la verdad y discusiones sobre el autoconocimiento, el adecuado cumplimiento del deber, cómo actuar de acuerdo con los principios, cómo temer a Dios y evitar el mal, cómo entender y practicar la verdad y otros varios aspectos de la verdad. Tras llevar escuchando todos estos años, empiezan a hartarse cuanto más escuchan, y empiezan a quejarse, diciendo: “¿Acaso no es el propósito de la fe en dios obtener bendiciones? ¿Por qué estamos siempre hablando de la verdad y hablando sobre la palabra de dios? ¿Se acaba alguna vez? ¡Estoy harto!”. Sin embargo, no quieren regresar al mundo secular. Piensan para sí: “La fe en dios es tan sosa, tan aburrida… ¿Cómo puedo hacerla más interesante? Tengo que encontrar algo interesante”, así que van por ahí preguntando: “¿Cuántos creyentes en dios hay en la iglesia? ¿Cuántos líderes y obreros? ¿Cuántos han sido sustituidos? ¿Cuántos son jóvenes estudiantes universitarios y graduados? ¿Conoce alguien el número?”. Consideran estas cosas y estos datos como la verdad. ¿Qué carácter es este? Perversidad, llamada comúnmente “vileza”. Han oído muchas verdades, pero ninguna de ellas les ha inspirado suficiente atención o concentración. En cuanto alguien tiene algún cotilleo o una noticia interna, agudizan de inmediato el oído, temiendo perdérselo. Esto es vileza, ¿verdad? (Sí). ¿Qué caracteriza a la gente vil? No tienen el menor interés en la verdad. Solo les importan los asuntos externos, y buscan incansable y ávidamente chismes y cosas que no tienen nada que ver con su entrada en la vida ni con la verdad. Les parece que averiguar estas cosas, toda esta información, y guardársela toda en la cabeza significa que poseen la realidad-verdad, que están bien y son realmente un miembro de la casa de Dios, que seguro que Él los aprobará y podrán entrar en el reino de Dios. ¿Creéis que este es realmente el caso? (No). Vosotros podéis calarlo, pero muchos nuevos creyentes en Dios no pueden. Se han obsesionado con esta información, piensan que conocer estas cosas los hace un miembro de la casa de Dios, si bien, de hecho, esta es la gente a la que más aborrece Dios, son las personas más vanas, superficiales e ignorantes de todas. Dios se ha hecho carne en los últimos días para realizar la obra de juicio y purificar a las personas, logrando el efecto de proporcionarles la verdad como vida. Sin embargo, si las personas no se concentran en comer y beber de las palabras de Dios y siempre están intentando averiguar cotilleos y saber más sobre los asuntos internos de la iglesia, ¿están persiguiendo la verdad? ¿Son personas que hacen una obra adecuada? Para Mí, estas son personas perversas. No son incrédulos. A las personas así también se les puede llamar viles. Solo se concentran en los rumores. Esto satisface su curiosidad, pero Dios las aborrece. No son personas que crean de verdad en Dios, y ni mucho menos personas que persigan la verdad. Son, simplemente, los sirvientes de Satanás que vienen a perturbar la obra de la iglesia. Más que eso, las personas que siempre examinan e investigan a Dios son los sirvientes y esbirros del gran dragón rojo. Dios odia y siente asco hacia estas personas por encima de todo. Si crees en Dios, ¿por qué no confías en Él? Cuando examinas e investigas a Dios, ¿estás buscando la verdad? ¿Guarda alguna relación buscar la verdad con la familia en la que nació Cristo o el entorno en el que Él creció? La gente que siempre pone a Dios bajo el microscopio, ¿acaso no dan asco? Si tienes nociones constantemente sobre cosas que tienen que ver con la humanidad de Cristo, deberías pasar más tiempo persiguiendo el conocimiento de las palabras de Dios; solo cuando entiendas la verdad serás capaz de resolver el problema de las nociones. ¿Examinar el contexto familiar de Cristo o las circunstancias de Su nacimiento te permite conocer a Dios? ¿Permitirá esto que descubras la esencia divina de Cristo? Por supuesto que no. Las personas que realmente creen en Dios se entregan a Sus palabras y a la verdad, solo esto favorece conocer la esencia divina de Cristo. Sin embargo, ¿por qué aquellos que constantemente escrutan a Dios no paran de cometer vilezas? ¡Estas personas de pacotilla que carecen de entendimiento espiritual deberían darse prisa y salir de la casa de Dios! Se han expresado muchas verdades, se ha compartido mucho durante las reuniones y los sermones; ¿por qué sigues escrutando a Dios? ¿Qué significa que estés siempre escrutando a Dios? ¡Que eres extremadamente perverso! Es más, hay incluso gente que piensa que aprender toda esta información trivial les da capital, y van por ahí alardeando a los demás. ¿Y al final qué pasa? Son aborrecibles y repugnantes para Dios. ¿Son siquiera humanos? ¿Acaso no son demonios vivientes? ¿Cómo van a ser personas que creen en Dios? Dedican todos sus pensamientos al camino de la perversidad y la deshonestidad. Es como si pensaran que, cuantos más rumores sepan, más se reafirman como miembros de la casa de Dios y más entienden la verdad. La gente así es totalmente absurda. En la casa de Dios, no hay nadie más repugnante que ellos.
La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Solo conocer los seis tipos de actitudes corruptas es el auténtico autoconocimiento
¿Cuál es la actitud más perversa que las personas revelan ante Dios? Verificar a Dios. A algunas les preocupa la posibilidad de no tener un buen destino y que su final pueda no estar asegurado, porque después de empezar a creer en Dios se desviaron y cometieron algunas maldades y muchas transgresiones. Les preocupa ir al infierno y temen constantemente por su destino y su desenlace. Siempre están ansiosas y se preguntan todo el tiempo: “¿Será bueno o malo mi destino y desenlace el día de mañana? ¿Bajaré al infierno o subiré al cielo? ¿Pertenezco al pueblo de dios o soy un servidor? ¿Pereceré o seré salvado? Necesito encontrar cuáles de las palabras de dios hablan de esto”. Ven que las palabras de Dios son toda la verdad y que todas dejan en evidencia las actitudes corruptas de la gente, y no encuentran las respuestas que buscan, así que piensan continuamente en dónde más indagar. Después, cuando encuentran la oportunidad de ser ascendidas y ocupar un puesto importante, quieren tantear a lo Alto, y piensan: “¿Qué opina lo alto de mí? Si su opinión es favorable, quiere decir que dios no se acuerda del mal que hice en el pasado ni de las transgresiones que cometí. Eso demuestra que dios aún me salvará, que todavía tengo esperanza”. Luego, al seguir adelante con sus ideas, directamente dicen: “En este lugar, la mayoría de los hermanos y hermanas no son muy hábiles en su profesión y llevan poco tiempo creyendo en dios. Yo soy el que más tiempo llevo haciéndolo. He caído y fracasado, he experimentado una serie de cosas y he aprendido algunas lecciones. Si me dan la oportunidad, estoy dispuesto a asumir una carga pesada y a tener consideración por las intenciones de dios”. Utilizan estas palabras a modo de verificación para ver si lo Alto tiene alguna intención de ascenderlas o si las ha abandonado. De hecho, realmente no quieren asumir esa responsabilidad ni esa carga; el objetivo de sus palabras es solo tantear el terreno y ver si todavía tienen esperanza de salvación. En eso consiste la verificación. ¿Cuál es el carácter que hay detrás de este método de verificación? Un carácter perverso. Independientemente del tiempo durante el cual se revele dicho método, de la forma en la que este se lleve a cabo o de la medida en la que se aplique, en cualquier caso, el carácter que ponen de manifiesto es definitivamente perverso, porque albergan muchos pensamientos, dudas y preocupaciones en el transcurso de su aplicación.
La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Digresión cinco: Resumen de la calidad humana de los anticristos y de su esencia-carácter (II)
Si un hombre se enfurece y entra en cólera cuando se menciona a Dios, ¿acaso lo ha visto? ¿Sabe quién es? No sabe quién es Dios, no cree en Él, y Dios no le ha hablado. Él nunca le ha molestado; ¿por qué se enfada entonces? ¿Podríamos decir que esta persona es perversa? Las tendencias mundanas, comer, beber, la búsqueda del placer y perseguir a personas famosas son cosas que no molestarían a un hombre así. Sin embargo, la sola mención de la palabra “Dios” o de la verdad de las palabras de Dios le hace entrar en cólera, ¿no se considera esto tener una naturaleza perversa? Esto es suficiente para probar que esta es la naturaleza perversa del hombre. Ahora, hablando de vosotros, ¿hay momentos en los que se menciona la verdad, o en los que se mencionan las pruebas de Dios para la humanidad o las palabras de juicio de Dios contra el hombre y sentís rechazo, sentís repugnancia, y no queréis hablar de ello? Vuestro corazón puede pensar: “¿No dicen todas las personas que Dios es la verdad? ¡Algunas de estas palabras no son la verdad! ¡Estas palabras son simple y claramente las palabras de amonestación de Dios hacia el hombre!”. Algunas personas pueden incluso sentirse muy asqueadas en sus corazones y pensar: “Se habla de eso todos los días, Sus pruebas para nosotros siempre se mencionan al igual que Su juicio; ¿cuándo va a acabar todo esto? ¿Cuándo recibiremos el buen destino?”. No se sabe de dónde procede esta ira irracional. ¿Qué clase de naturaleza es esta? (Una naturaleza perversa). Está dirigida y guiada por la naturaleza perversa de Satanás.
La Palabra, Vol. II. Sobre conocer a Dios. Dios mismo, el único V
Todas las personas malvadas tienen actitudes perversas. Alguna de esa perversidad se expresa mediante actitudes despiadadas, como acosar con frecuencia a gente ingenua, tratarla de manera satírica o sarcástica, hacerla siempre objeto de burla y aprovecharse de ella. Los malvados se rebajan en señal de deferencia cuando ven a otro como ellos, pero cuando ven a una persona débil, la pisotean y la mandonean aprovechándose de su estatus superior. Son personas extremadamente mezquinas y perversas. Cualquiera que acose o reprima a los cristianos es un diablo disfrazado de persona; es una bestia sin alma y la reencarnación de un diablo. Si entre la horda de malvados hay quienes no acosan a los ingenuos ni maltratan a los cristianos, los que solo desatan su ira sobre aquellos que dañan sus propios intereses, entonces a estas personas se las considera buenas entre los no creyentes. Sin embargo, ¿en qué difiere la perversidad de los anticristos? La perversidad de los anticristos se manifiesta sobre todo en su especial tendencia a la competición. Se atreven a competir con el cielo, con la tierra y con otras personas. No solo no permiten que otros los acosen, sino que asimismo ellos intimidan y castigan a los demás. Se plantean a diario cómo castigar a las personas. Si están celosos de alguien o lo odian, no dejarán de aferrarse a ese sentimiento. Los anticristos muestran su perversidad de estas maneras. ¿Dónde más se manifiesta? En su manera retorcida de hacer las cosas, algo que a la gente con un poco de cerebro, de conocimiento y de experiencia social le cuesta detectar. Hacen las cosas de una manera excepcionalmente retorcida y esto lleva a la perversidad; no es un engaño corriente. Pueden participar en juegos de sombras y en trucos, y hacerlo a un nivel superior al de la mayoría de la gente. A casi nadie le es posible competir ni lidiar con ellos. Esto es un anticristo. ¿Por qué digo que la gente corriente no puede lidiar con ellos? Porque su perversidad es tan extrema que poseen un enorme poder para desorientar a las personas. Se les ocurren todo tipo de maneras de obligar a la gente a idolatrarlos y seguirlos. Asimismo, pueden explotar a toda clase de personas para perturbar y dañar la obra de la iglesia. En tales circunstancias, la casa de Dios comparte en repetidas ocasiones todas las clases de manifestaciones, de carácter y de esencia de los anticristos, de modo que la gente los pueda discernir. Esto es necesario. Hay quienes no entienden y dicen: “¿Por qué hay que hablar siempre acerca de discernir a los anticristos?”. Porque la capacidad que tienen para desorientar a las personas es muy grande. Pueden desorientar a muchas, como una plaga letal que, por medio del contagio, puede dañar y matar a muchos en un solo brote. Es altamente contagiosa y tiene mucho alcance, y su infecciosidad y su tasa de mortalidad son bastante altas. ¿Acaso no son graves estas consecuencias? Si no comparto así con vosotros, ¿podéis libraros de ser desorientados y constreñidos por los anticristos? ¿De verdad podéis volveros hacia Dios y someteros a Él? Esto es muy difícil. Cuando la gente ordinaria revela un carácter arrogante, a lo sumo, provoca que otros detecten lo fea que es su arrogancia. A veces alardean, otras presumen y se lucen, y a veces les encanta afirmar su estatus y dar lecciones a los demás. Sin embargo, ¿es este el caso de los anticristos? En la superficie, puede que no parezca que afirmen su estatus ni que le tengan aprecio a este, puede que nunca parezca que les interesa, pero en su interior albergan un fuerte deseo de él. Es como el caso de algunos emperadores o señores bandidos de los no creyentes. Cuando luchan por su tierra, sufren penurias junto a sus compañeros, parecen humildes y sin ambiciones. No obstante, ¿has visto los deseos ocultos en el fondo de su corazón? ¿Por qué pueden soportar tales dificultades? Son sus deseos los que los impulsan. Albergan una gran ambición en su interior, están dispuestos a soportar cualquier sufrimiento o calumnia, difamación, ofensa e insulto para poder ascender un día al trono. ¿No es esto retorcido? ¿Pueden permitir que alguien conozca su ambición? (No). La esconden y la mantienen oculta. Lo que está a la vista es una persona que puede soportar lo que otras no, capaz de aguantar insoportables penurias, que aparenta ser tenaz, sin ambiciones, con los pies en el suelo y es buena con los que la rodean. Sin embargo, el día que asciende al trono y obtiene poder real, a fin de consolidar su autoridad e impedir la usurpación, mata a todos los que sufrieron y lucharon a su lado. La gente solo repara en lo hondamente astuto que es al revelarse la verdad. Cuando echas la vista atrás y ves que todo lo que hizo venía motivado por la ambición, descubres que su carácter es la perversidad. ¿Qué táctica empleaba? Era retorcido. Este es el carácter con el que funcionan los anticristos. Los anticristos y los reyes diablos que ostentan el poder oficial son de la misma calaña; no van a sufrir de ninguna manera ni a aguantar en la iglesia sin razón, a no ser que consigan poder y estatus. En otras palabras, estas personas no se contentan en absoluto con ser seguidores ordinarios, con transigir en la casa de Dios como creyentes comunes ni con hacer cualquier deber en silencio y de forma anónima; no cabe duda de que no estarían dispuestos a hacer esto. Si se sustituye a alguien con estatus porque recorrió la senda de un anticristo y piensa: “Ahora que no tengo estatus, me limitaré a actuar sin más como una persona corriente, a cumplir con cualquier deber que pueda; soy capaz de seguir creyendo en Dios igual de bien sin estatus”, ¿se trata de un anticristo? No, esta persona recorrió una vez la senda de un anticristo, tomó en una ocasión la senda equivocada movida por una necedad momentánea, pero no es un anticristo. ¿Qué haría un verdadero anticristo? Si pierde su estatus, deja de creer. No solo eso, sino que además urdirá varias maneras de desorientar a otros, lo que provocará que lo idolatren y lo sigan, a fin de colmar su ambición y sus ansias de poder. Esta es la diferencia entre aquellos que caminan por la senda de los anticristos y los que de veras lo son. Analizamos y diseccionamos estas esencias-carácter y las manifestaciones de los anticristos porque la naturaleza de este problema es muy grave. La mayoría de las personas no pueden discernir a los anticristos, por no mencionar a los hermanos y hermanas corrientes, incluso algunos líderes y obreros que creen entender alguna verdad no han dominado por completo el discernimiento de los anticristos. Es difícil saber cuánto han dominado, lo que indica que su estatura es demasiado pequeña. Solo aquellos que pueden discernir de manera precisa a los anticristos poseen auténtica estatura.
La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 6
La manifestación más habitual de la esencia perversa de los anticristos es que sobre todo se les da bien fingir y actuar con hipocresía. Pese a su carácter especialmente cruel, insidioso, implacable y arrogante, se muestran por fuera como personas particularmente humildes y bondadosas. ¿No es eso fingir? Estas personas reflexionan a diario en el corazón, y piensan: “¿Qué tipo de ropa debería llevar para parecer más cristiano, más íntegro, más espiritual, más comprometido y más semejante a un líder? ¿Cómo debería comer para que la gente piense que soy refinado, elegante, respetable y lo bastante noble? ¿Qué postura debería adoptar al caminar para dar una impresión de liderazgo y carisma, para parecer una persona extraordinaria y no una común? Cuando converso con otros, ¿qué tono, vocabulario, miradas y expresiones faciales pueden hacer que la gente piense que pertenezco a una clase social alta, a una especie de élite social o que soy un gran intelectual? ¿De qué manera podría mi vestimenta, estilo, forma de hablar y comportamiento hacer que las personas me tengan en alta estima, dejar una impresión imborrable en ellas y garantizar mi permanencia para siempre en sus corazones? ¿Qué debo decir para conquistar y dar abrigo al corazón de las personas, y dejar una huella duradera? Debo esforzarme más por ayudar a los demás y hablar bien de ellos, conversar con frecuencia acerca de las palabras de dios y usar cierta terminología espiritual delante de la gente, leerles más sobre las palabras de dios, orar más por ellos, hablar en voz baja para que la gente esté más atenta y me escuche, y hacerles sentir que soy amable, cariñoso, amoroso, magnánimo e indulgente”. ¿No es eso fingir? Esos son los pensamientos que ocupan el corazón de los anticristos. Sus pensamientos están llenos únicamente de las tendencias de los no creyentes, lo que evidencia por completo que sus ideas y opiniones pertenecen al mundo y a Satanás. Algunas personas pueden vestirse como una prostituta o incluso como una mujer que se comporta de manera libertina a escondidas; su vestimenta atiende en concreto a las tendencias malvadas y es especialmente moderna. Sin embargo, cuando acuden a la iglesia, entre los hermanos y hermanas, presentan un atuendo y una apariencia completamente diferentes. ¿No son extremadamente hábiles para fingir? (Sí). Todo lo que los anticristos consideran en el corazón, lo que hacen, sus diversas manifestaciones y las actitudes que revelan ilustra que su esencia-carácter es perversa. Los anticristos no reflexionan acerca de la verdad, de las cosas positivas, de la senda correcta ni de las exigencias de Dios. Todos sus pensamientos, así como todos los enfoques, métodos y objetivos que eligen, son perversos; todos se desvían de la senda correcta y son incompatibles con la verdad. Incluso van en contra de la verdad y, en general, se pueden resumir como malvados. Esto se debe, simplemente, a que la naturaleza de esa maldad es perversa; por lo tanto, se la denomina en conjunto perversidad. No contemplan ser personas honestas, puras y transparentes, ni ser sinceras y leales; en lugar de eso, piensan en métodos perversos. Pensemos, por ejemplo, en una persona que puede abrirse de manera transparente, lo cual es algo positivo y demuestra que practica la verdad. ¿Hacen eso los anticristos? (No). ¿Qué hacen? Fingen constantemente y, una vez que hacen algo malo y empiezan a delatarse a sí mismos, lo ocultan enérgicamente, se justifican, se defienden y ocultan los hechos; luego, finalmente, dan sus razones. ¿Está alguna de estas prácticas a la altura de la práctica de la verdad? (No). ¿Se ajusta alguna de ellas a los principios-verdad? Menos aún.
La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Digresión cinco: Resumen de la calidad humana de los anticristos y de su esencia-carácter (II)
¿Cuál es la principal manifestación de la perversidad de un anticristo? Que sabe de sobra lo que está bien y lo que es conforme a la verdad, pero llegado el momento de hacer algo, solo elegirá aquello que vulnere los principios y que vaya en contra de la verdad, y que satisfaga sus propios intereses y su posición: esta es la principal manifestación del carácter perverso de un anticristo. Por muchas palabras y doctrinas que entienda, por muy complaciente que sea el lenguaje que utilice en los sermones o por mucho que a otras personas les parezca que tiene entendimiento espiritual, cuando hace algo, solo elige un principio y un método, que es el de ir en contra de la verdad, el de proteger sus propios intereses y el de resistirse a la verdad hasta el final, al cien por cien: este es el principio y el método según el cual elige actuar. Además de todo esto, ¿cuál es exactamente el dios y la verdad que se imagina en su fuero interno? Su actitud hacia la verdad es simplemente la de querer ser capaz de hablar sobre ella y predicarla y no la de querer ponerla en práctica. Se limita a hablar sobre la verdad y quiere que el pueblo escogido de Dios lo tenga en gran estima y aprovechar esta circunstancia para ocupar la posición de líder de iglesia y lograr su propósito de dominar al pueblo escogido de Dios. Se sirve de predicar la doctrina para alcanzar sus fines; ¿acaso no es esto despreciar y pisotear la verdad y burlarse de ella? ¿Acaso no ofende al carácter de Dios al tratar la verdad así? Tan solo la utiliza. En su corazón, la verdad es un eslogan, algunas palabras elevadas que él puede usar para desorientar a la gente y ganársela y que pueden satisfacer el ansia de cosas maravillosas de las personas. Piensa que no hay nadie en este mundo que pueda practicar o vivir la verdad, que las cosas no son así, que esto es imposible y que la verdad solo es aquello que todo el mundo reconoce y que es factible. Aunque hable sobre la verdad, en su corazón no reconoce que lo es. ¿Cómo comprobamos esta cuestión? (No practica la verdad). Nunca la practica; este es un aspecto. ¿Y cuál es otro aspecto importante? Cuando se encuentra en determinadas situaciones de la vida real, la doctrina que entiende nunca es factible. Parece como si realmente tuviera entendimiento espiritual, y predica una doctrina tras otra, pero cuando se encuentra con problemas, sus métodos están distorsionados. Aunque es incapaz de practicar la verdad, lo que hace al menos debe estar en consonancia con las nociones y figuraciones humanas y con las normas y gustos humanos, y debe al menos pasar el examen de los demás. De este modo, su posición se mantendrá estable. No obstante, en la vida real, las cosas que hace están increíblemente distorsionadas, y puede verse a simple vista que no entiende la verdad. ¿Por qué no la entiende? En su corazón, siente aversión por la verdad, no la reconoce, disfruta haciendo cosas según las filosofías satánicas, siempre quiere resolver los asuntos mediante métodos humanos y, si puede convencer a otros y ganar prestigio al hacerlo de esta manera, eso ya le basta. Si un anticristo oye a alguien predicar una teoría vacía cuando va a algún lugar, se entusiasma, pero si ahí hay alguien que predica la realidad-verdad y entra en detalles como los diversos estados de la gente, siente que el orador lo critica y que le apuñala en el corazón, de modo que le repugna y no quiere oírlo. Si le piden que hable sobre su estado reciente, si ha hecho algún progreso y si tuvo problemas para cumplir su deber, no tiene nada que decir. Si continúas hablándole sobre este aspecto de la verdad, se duerme; no disfruta al oírlo. También hay algunos que parecen interesados cuando charlas con ellos, pero en el momento en el que oyen a alguien compartir la verdad, se esconden en un rincón y echan una cabezada; no aman la verdad en absoluto. ¿Hasta qué punto no la aman? Por decirlo suavemente, no les interesa la verdad y les basta con ser mano de obra; hablando en serio, sienten aversión por la verdad, les repugna de manera particular y no pueden aceptarla. Si este tipo de persona es un líder, se trata de un anticristo; si es un seguidor corriente, se mantiene en la senda de los anticristos y es su sucesor. Desde fuera, parecen inteligentes y dotados, con cierto potencial, pero su esencia-naturaleza es la de un anticristo; eso es así.
La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 7: Son perversos, insidiosos y falsos (I)
La gente como los anticristos siente hostilidad hacia todas las cosas positivas y hacia la verdad y las aborrece. Su hostilidad y aversión hacia la verdad y las cosas positivas no requiere razón alguna ni resulta de la instigación de nadie y, sin duda, no se debe a que un espíritu malvado los haya poseído; más bien se trata de que no les gustan estas cosas de manera inherente. Sienten hostilidad hacia ellas y las aborrecen; de forma instintiva, sienten repulsión al encontrarse con cosas positivas. Si les das testimonio de Dios o les hablas sobre la verdad, comenzarán a odiarte y es posible que incluso se les ocurra atacarte. Cubrimos este aspecto de la hostilidad y la aversión de los anticristos hacia las cosas positivas en nuestra última charla, de modo que no volveremos a hablar sobre el tema en esta ocasión, sino que estudiaremos otro aspecto. ¿Cuál es ese otro aspecto? Los anticristos sienten hostilidad hacia las cosas positivas y las aborrecen; así pues, ¿qué les gusta? Hoy, analizaremos y diseccionaremos la naturaleza perversa de los anticristos desde esta vertiente y perspectiva. ¿Es necesario? (Sí). Lo es. ¿Podríais percataros de esta cuestión por vuestra cuenta? (No). El desafecto de los anticristos por las cosas positivas y la verdad es su naturaleza perversa. Por tanto, sobre esta base, considerad con detenimiento lo que les gusta a los anticristos, el tipo de cosas que les gusta hacer, sus métodos y medios para hacer las cosas y la clase de personas que les gustan; ¿acaso esta perspectiva y esta vertiente no son mejores para contemplar su naturaleza perversa? Este enfoque nos proporcionará una idea más concreta y objetiva. En primer lugar, a los anticristos no les gustan las cosas positivas, lo que implica que se muestran hostiles hacia ellas y que les gustan las cosas negativas. ¿Qué ejemplos tenemos de cosas negativas? Las mentiras y el engaño: ¿acaso no son cosas negativas? Sí, lo son. Por tanto, ¿cuál es la contrapartida positiva a las mentiras y al engaño? (La honestidad). Correcto, es la honestidad. ¿Le gusta la honestidad a Satanás? (No). Le gusta el engaño. ¿Qué es lo primero que Dios demanda a los humanos? Él dice: “Si quieres creer en Mí y seguirme, ¿qué tipo de persona deberías ser ante todo?”. (Una persona honesta). Así pues, ¿qué es lo primero que Satanás enseña a hacer a la gente? A mentir. ¿Cuál es la primera evidencia de la naturaleza perversa de los anticristos? (El engaño). Sí, a los anticristos les gustan el engaño y las mentiras y detestan y odian la honestidad. A pesar de que esta es una cosa positiva, no les gusta y, por el contrario, les produce repulsión y la odian. En cambio, les gustan el engaño y las mentiras. Si alguien dice la verdad a menudo delante de los anticristos y comenta cosas como: “Te gusta realizar el trabajo desde una posición de estatus y a veces eres perezoso”, ¿cómo se sienten los anticristos al respecto? (No lo aceptan). No aceptarlo es una de las actitudes que poseen, pero ¿es eso todo? ¿Cuál es su actitud hacia esa persona que les habla sinceramente? Les repugna y no les gusta. Algunos anticristos dicen a los hermanos y las hermanas: “Ahora llevo un tiempo guiándoos. Por favor, que cada uno de vosotros me diga qué opina de mí”. Todo el mundo piensa: “Dado que eres tan sincero, te haremos algún comentario”. Algunos dicen: “Eres bastante serio y diligente en todo lo que haces y has soportado mucho sufrimiento. Nos duele verte en esa tesitura y lo lamentamos en tu nombre. ¡Ya podría haber más líderes como tú en la casa de Dios! Si tuviéramos que señalar un defecto, sería que eres demasiado serio y diligente. Si trabajas demasiado y te quemas, no podrás seguir trabajando y entonces, ¿no estaremos perdidos? ¿Quién nos guiará?”. Cuando los anticristos oyen esto, se sienten complacidos. Saben que es mentira, que esas personas están intentando ganarse su favor, pero están dispuestos a escucharlo. En realidad, quienes dicen esto tratan a estos anticristos como bobos, pero estos prefieren hacerse los tontos antes que revelar la verdadera naturaleza de estas palabras. Los anticristos adoran a los que los adulan de esta forma. Estos individuos no sacan a relucir las fallas, las actitudes corruptas o los defectos de los anticristos. En su lugar, los alaban y exaltan de manera encubierta. Aunque está claro que sus palabras son mentiras y halagos, los anticristos las aceptan de buen grado y las encuentran reconfortantes y gratificantes. Para los anticristos, estas palabras son mejores que saborear los manjares más exquisitos. Después de oírlas, se muestran engreídos. ¿Qué ejemplifica esto? Refleja que los anticristos tienen una actitud que ama las mentiras. Supongamos que alguien les dice: “Eres demasiado arrogante y tratas a la gente de manera injusta. Eres bueno con los que te apoyan, pero si alguien se mantiene a distancia de ti o no te adula, lo menosprecias y lo ignoras”. ¿Acaso no son sinceras estas palabras? (Sí). ¿Cómo se sienten los anticristos después de oír esto? Se sienten infelices. No quieren oírlo ni pueden aceptarlo. Intentan encontrar excusas y razones para dar explicaciones y limar asperezas. Por otro lado, los anticristos nunca investigan a los que siempre los halagan en persona, pronuncian palabras biensonantes para alabarlos de manera encubierta e incluso los engañan claramente con sus palabras. En su lugar, los anticristos los utilizan como figuras importantes. Incluso colocan a mentirosos compulsivos en posiciones destacadas y les asignan determinados deberes significativos y solemnes, mientras que a los que siempre hablan sinceramente y suelen denunciar los problemas les reservan deberes en posiciones menos notorias, lo cual impide que puedan relacionarse con los puestos superiores de liderazgo o que la mayoría de la gente los conozca o intime con ellos. No importan el talento de estas personas ni los deberes que puedan hacer en la casa de Dios: los anticristos ignoran todo eso. Solo les interesa quien es capaz de engañar y quien les puede resultar ventajoso; estos son los individuos a los que colocan en posiciones importantes, sin tener en cuenta ni un ápice los intereses de la casa de Dios.
La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 7: Son perversos, insidiosos y falsos (II)
Debido a su carácter naturalmente perverso, los anticristos nunca hablan ni actúan con franqueza. No adoptan una postura honesta y sincera al ocuparse de los asuntos ni tampoco se expresan con honestidad ni actúan con una actitud sentida. Nada de lo que dicen o hacen es franco, sino retorcido y subrepticio, y nunca expresan sus pensamientos ni sus motivaciones de forma directa. Consideran que, si lo hicieran, quedarían en evidencia y serían descubiertos, sus ambiciones y deseos saldrían a la luz, y las demás personas no los verían como importantes o nobles, y tampoco los admirarían ni venerarían. Por eso, siempre tratan de ocultar y esconder sus motivos y deseos indignos. Entonces, ¿cómo hablan y actúan? Utilizan diversos métodos. Los anticristos adoptan un enfoque similar al que hace referencia un dicho conocido entre los no creyentes: “sondear una situación”. Cuando quieren hacer algo y defienden cierta opinión o postura, nunca lo expresan directamente. En lugar de eso, utilizan ciertos procedimientos, como métodos sutiles o indagatorios, o sonsacan a las personas para obtener la información que buscan. Debido a su carácter perverso, los anticristos nunca buscan la verdad ni desean entenderla. Su única preocupación es su propia fama, beneficio y estatus, así que se involucran en actividades que pueden proporcionárselos y evitan aquellas que no les ofrecen tales cosas. Emprenden con entusiasmo actividades relacionadas con la reputación, el estatus, el reconocimiento y la gloria, mientras que evitan otras que salvaguardan la obra de la iglesia o que podrían lastimar a otros. Por lo tanto, los anticristos no afrontan nada con una actitud de búsqueda; por el contrario, utilizan el método de verificación para sondear las cosas y luego decidir si proceder o no. Así de astutos y perversos son. Por ejemplo, cuando quieren saber qué tipo de personas son a los ojos de Dios, no se evalúan a sí mismos a través de Sus palabras para llegar a conocerse mejor. En lugar de eso, indagan a su alrededor y prestan atención en busca de insinuaciones, analizan el tono y la postura de los líderes y de lo Alto, y buscan en las palabras de Dios para averiguar cuál es Su decisión con respecto al final de las personas como ellos. Utilizan esas sendas y métodos para ver dónde encajan dentro de la casa de Dios y averiguar cuál será su futuro desenlace. ¿No implica eso cierta naturaleza de verificación? Por ejemplo, después de que las poden, algunas personas, en lugar de examinar las razones de dicha poda, analizar las actitudes corruptas y los errores que revelaron durante el transcurso de sus acciones y determinar qué aspectos de la verdad deben buscar para conocerse mejor y corregir los errores que cometieron, dan a los demás una falsa impresión y utilizan medios indirectos para averiguar cuál es la verdadera postura de lo Alto con respecto a ellas. Otro ejemplo es que, después de que las poden, enseguida mencionan un tema insignificante y lo consultan con lo Alto, con el fin de observar qué tono utiliza, si tiene paciencia, si las preguntas que plantean serán respondidas con seriedad, si adoptará una actitud más indulgente hacia ellas, si les encomendará tareas, si seguirá teniéndolas en alta estima y qué piensa realmente lo Alto sobre los errores que cometieron anteriormente. Todos estos enfoques son un tipo de verificación. En resumen, cuando la gente se enfrenta a tales situaciones y exhibe esas manifestaciones, ¿son conscientes en el corazón? (Sí). Entonces, cuando sois conscientes y queréis hacer esas cosas, ¿cómo lo gestionáis? Primeramente, en el nivel más elemental, ¿puedes rebelarte contra ti mismo? Cuando llega el momento, a algunos les resulta difícil hacerlo; lo meditan y dicen: “De ninguna manera. Esta vez están en juego mis bendiciones y mi desenlace. No puedo rebelarme contra mí mismo. Lo haré a la próxima”. Cuando llega la siguiente vez y se enfrentan nuevamente a un problema relacionado con sus bendiciones y su desenlace, aún no son capaces de hacerlo. Tales personas poseen sentido de la conciencia y, aunque no tengan la esencia-carácter de un anticristo, les sigue pareciendo un asunto muy problemático y peligroso. Los anticristos, por el contrario, a menudo albergan esos pensamientos y viven en ese estado, pero nunca se rebelan contra sí mismos, porque carecen de sentido de la conciencia. Incluso si alguien los desenmascara, los poda y señala su estado, insisten y no se rebelan en absoluto contra sí mismos ni se odian por ello, y tampoco se desprenden de ese estado ni lo resuelven. Cuando se aparta a algunos anticristos, piensan: “El hecho de que te aparten parece algo normal, pero es un poco vergonzoso. Si bien no es un tema importante, hay algo crucial de lo que no puedo desprenderme. Si se me aparta, ¿significa que la casa de dios ya no me cultivará? Entonces, ¿qué tipo de persona seré a los ojos de dios? ¿Todavía tendré esperanza? ¿Seguiré siendo del todo útil en la casa de dios?”. Reflexionan sobre esto y elaboran un plan: “Tengo diez mil yuanes, y ahora es el momento de usarlos. Ofreceré este dinero a modo de ofrenda y veré si es posible que la actitud de lo alto hacia mí cambie un poco y si pueden concederme algún tipo de favor. Si la casa de dios acepta el dinero, significa que aún tengo esperanza. Si lo rechaza, eso demostrará que no la tengo, y haré otros planes”. ¿Qué tipo de enfoque es ese? De verificación. En resumen, la verificación es una manifestación relativamente evidente de la esencia-carácter perversa. Las personas utilizan diversos medios para obtener la información que desean, tener certeza y luego lograr tranquilidad. […] Sea cual sea el método que la gente utilice para tratar a Dios, si dicho trato les genera un cargo de conciencia y luego adquieren cierto conocimiento con respecto a esas acciones y actitudes y pueden corregirlas de inmediato, el problema no es tan significativo, sino que se trata de una actitud corrupta normal. En cambio, si alguien es capaz de tratarlo así de forma sistemática y obstinada, e incluso sabe que no es correcto y que Dios lo detesta, pero sigue haciéndolo y no se rebela jamás ni renuncia a ello, estamos ante la esencia de un anticristo. La esencia-carácter de los anticristos es diferente a la de la gente corriente, porque nunca reflexionan sobre sí mismos ni buscan la verdad, sino que de manera constante y obstinada utilizan diversos métodos para verificar a Dios, Su postura hacia las personas, Sus conclusiones con respecto a alguien y Sus pensamientos e ideas acerca del pasado, presente y futuro de una persona. Nunca buscan las intenciones de Dios ni la verdad, ni mucho menos la manera de someterse a esta para lograr un cambio en su carácter. El propósito detrás de todas sus acciones es indagar acerca de los pensamientos y las ideas de Dios; así son los anticristos. Este carácter que presentan es claramente perverso. Cuando participan en esas acciones y manifiestan esas conductas, no sienten la más mínima culpa ni remordimiento. Aunque encuentren la relación entre sí mismos y tales cosas, no muestran ni arrepentimiento ni intención de desistir, sino que persisten en sus modos. En su trato con Dios, en su postura y su enfoque, resulta evidente que consideran que Dios es su adversario. En sus pensamientos y opiniones, no existe ninguna idea ni actitud que tienda a conocer a Dios, amarlo, someterse a Él o temerlo; se limitan a tratar de obtener la información que desean de Dios y utilizar sus propios métodos y medios para determinar cuál es la postura exacta de Dios hacia ellos y cómo los define. Lo más grave es que, aunque ajusten sus propios enfoques a las palabras de revelación de Dios y tengan una mínima conciencia de que Dios detesta ese comportamiento y de que eso no es lo que una persona debería hacer, nunca se dan por vencidos.
La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Digresión seis: Resumen de la calidad humana de los anticristos y de su esencia-carácter (III)
Los anticristos Creen en Dios solo con el propósito de obtener beneficios y bendiciones. Incluso si soportan un poco de sufrimiento o pagan algún precio, todo tiene la finalidad de hacer un trato con Dios. Su intención y su deseo de obtener bendiciones y recompensas son inmensos y se aferran a ellos con fuerza. No aceptan ninguna de las muchas verdades que Dios ha expresado, siempre piensan en el corazón que creer en Dios consiste en obtener bendiciones y procurarse un buen destino, que este es el principio más elevado y que nada puede sobrepasarlo. Piensan que la gente no debería creer en Dios, salvo por ganar bendiciones y que si no fuera por estas, creer en Él no tendría ningún significado ni valor, perdería ambas cosas. ¿Alguna otra persona inculcó estas ideas en los anticristos? ¿Se derivan de la formación o la influencia de otra persona? No, estas ideas vienen determinadas por la esencia-naturaleza inherente de los anticristos, que nadie puede cambiar. A pesar de que el Dios encarnado pronuncia muchas palabras hoy en día, los anticristos no aceptan ninguna de ellas y, por el contrario, se resisten a ellas y las condenan. Su naturaleza de sentir aversión por la verdad y de odiarla nunca puede cambiar. Si no pueden cambiar, ¿qué indica esto? Que su naturaleza es perversa. Esto no es una cuestión de perseguir o no la verdad; es un carácter perverso, es clamar y contrariar a Dios de forma descarada. Esta es la esencia-naturaleza de los anticristos; es su verdadera cara. Dado que los anticristos son capaces de clamar y oponerse a Dios de forma descarada, ¿cuál es su carácter? Es perverso. ¿Por qué digo que es perverso? Los anticristos se atreven a resistirse a Dios y a clamar contra Él por obtener bendiciones y por la fama, las ganancias y el estatus. ¿Por qué se atreven a hacer esto? En el fondo del corazón, tienen una fuerza, un carácter perverso que los gobierna, de modo que son capaces de actuar sin escrúpulos, de discutir con Dios y de clamar contra Él. Antes incluso de que Dios diga que no les dará ninguna corona, antes de que Él les retire su destino, su carácter perverso brota del interior de su corazón y dicen: “¡Si no me das una corona y un destino, iré al tercer cielo y discutiré contigo!”. Si no fuera por su carácter perverso, ¿de dónde sacarían tal energía? ¿Puede la mayoría de la gente reunir tal energía? ¿Por qué no creen los anticristos que las palabras de Dios son la verdad? ¿Por qué se aferran con tenacidad a su deseo de obtener bendiciones? ¿Acaso no es esto, una vez más, una manifestación de su perversidad? (Lo es). Las propias bendiciones que Dios promete conceder a la gente se han convertido en la ambición y el deseo de los anticristos. Están determinados a obtenerlas, pero no quieren seguir el camino de Dios ni aman la verdad. Por el contrario, persiguen bendiciones, recompensas y coronas. Incluso antes de que Dios diga que no les dará estas cosas, quieren enfrentarse a Él. ¿Cuál es su lógica? “¡Si no puedo obtener bendiciones ni recompensas, discutiré contigo, me opondré a ti y diré que tú no eres dios!”. ¿Acaso no amenazan a Dios al decir estas cosas? ¿Acaso no intentan derrocarlo? Incluso se atreven a negar la soberanía de Dios sobre todas las cosas. Cuando Sus acciones no están en consonancia con su voluntad, se atreven a negar que Dios es el Creador, el único Dios verdadero. ¿Acaso no es este el carácter de Satanás? ¿Acaso no es esta la perversidad de Satanás? ¿Existe alguna diferencia entre la manera de actuar de los anticristos y la actitud de Satanás hacia Dios? Estos dos planteamientos pueden equipararse por completo. Los anticristos se niegan a reconocer la soberanía de Dios sobre todas las cosas y quieren arrancar bendiciones, recompensas y coronas de las manos de Dios. ¿Qué tipo de carácter es este? ¿Sobre qué base desean actuar y apoderarse de cosas como esta? ¿Cómo pueden reunir tal energía? Ahora se puede resumir la razón: esta es la perversidad de los anticristos. Los anticristos no aman la verdad; sin embargo, siguen queriendo obtener bendiciones y coronas y arrancar estas recompensas de las manos de Dios. ¿Acaso no es esto buscar la muerte? ¿Se dan cuenta de que cortejan a la muerte? (No se dan cuenta). También podrían tener una leve sensación de que obtener recompensas es imposible, de modo que primero expresan un enunciado como: “¡Si no puedo obtener bendiciones, iré al tercer cielo y discutiré con dios!”. Ya prevén que les resultará imposible obtener bendiciones. Al fin y al cabo, Satanás ha clamado contra Dios en el aire durante muchos años y ¿qué le ha dado Él? El único enunciado de Dios al respecto es: “Una vez terminada la obra, te tiraré al pozo sin fondo. ¡Perteneces al pozo sin fondo!”. Esta es la única “promesa” de Dios a Satanás. ¿Acaso no es retorcido que él siga deseando recompensas? Esto es perversidad. La esencia inherente de los anticristos es hostil a Dios y los anticristos ni siquiera saben por qué es así. Tienen el corazón centrado únicamente en ganar bendiciones y coronas. Siempre que algo está relacionado con la verdad o con Dios, surge en su interior un arranque de resistencia e ira. Esto es perversidad. La gente normal probablemente no puede entender los sentimientos internos de los anticristos; eso es bastante duro para ellos, porque tienen unas ambiciones inmensas, albergan una energía perversa inmensa en su interior y tienen un gran deseo de bendiciones. Para describirlos se puede decir que arden en deseos. Pero en la casa de Dios se comparte la verdad sin cesar: debe ser muy doloroso y difícil para ellos oír esas charlas. Se hacen daño a sí mismos y fingen mucho para soportarlo. ¿Acaso no es este un tipo de energía perversa? Si la gente corriente no amara la verdad, no le parecería interesante la vida de iglesia e incluso sentiría repulsión hacia ella. Leer las palabras de Dios y compartir la verdad serían más un sufrimiento que un placer para ellos. Así pues, ¿cómo pueden soportarlo los anticristos? Es porque su deseo de obtener bendiciones es tan inmenso que los fuerza a hacerse mal a sí mismos y a soportarlo de mala gana. Además, se escabullen en la casa de Dios para actuar como lacayos de Satanás y se dedican a causar trastornos y perturbaciones en la obra de la iglesia. Creen que esta es su misión y, hasta que finalizan su tarea de resistirse a Dios, están a disgusto y sienten que han decepcionado a Satanás. Esto está determinado por la naturaleza de los anticristos.
La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 7: Son perversos, insidiosos y falsos (II)
No cabe la menor duda de que los anticristos no aceptan la verdad; si pudieran hacerlo, no serían anticristos. Entonces, ¿por qué siguen cumpliendo sus deberes? ¿Cuál es exactamente su intención al hacerlo? Su intención es “recibir el céntuplo en esta vida y la vida eterna en el mundo venidero”. En sus deberes, siguen al pie de la letra este dicho. ¿No es esto una transacción? Por supuesto que lo es. A juzgar por la naturaleza de esta transacción, ¿no tienen acaso un carácter perverso? (Sí). Entonces, ¿en qué sentido son perversos? ¿Alguien puede decírmelo? (Aunque los anticristos oyen tantas verdades expresadas por Dios, nunca las persiguen. Se aferran con fuerza a su estatus y no lo sueltan, solo cumplen su deber para su beneficio personal y para ejercer poder sobre los demás). Esa respuesta es en cierto punto acertada, más o menos lo habéis entendido, pero no es lo suficientemente específica. Si saben perfectamente que está mal hacer transacciones con Dios, pero aun así persisten hasta el final y se niegan a arrepentirse, entonces se trata de un problema grave. Hoy en día, la mayoría de la gente lleva a cabo su deber con la intención de recibir bendiciones. Todos quieren utilizar el desempeño de sus deberes para ser recompensados y recibir una corona, y no comprenden el significado de cumplir el propio deber. Es necesario hablar sobre este problema con claridad. Así pues, hablemos primero de cómo surgió el deber de las personas. Dios trabaja para gestionar y salvar a la humanidad. Por supuesto que Dios tiene requisitos para las personas y estos requisitos son el deber de estas. Es evidente que el deber de las personas surge de la obra de Dios y de Sus requisitos para los seres humanos. No importa el deber que desempeñe uno, cumplirlo es lo más correcto, lo más bello y recto que podría hacer entre la especie humana. Como seres creados, las personas deben ejecutar su deber y, solo entonces, pueden recibir la aprobación del Creador. Los seres creados viven bajo el dominio del Creador y aceptan todo lo que Dios les proporciona, todo lo que viene de Él, así que deben cumplir con sus responsabilidades y obligaciones. Es perfectamente natural y está totalmente justificado y ha sido ordenado por Dios. Esto evidencia que, para la gente, cumplir el deber de un ser creado es más recto, hermoso y noble que ninguna otra cosa que se haga mientras se viva en la tierra; no hay nada en la humanidad más importante ni digno y nada aporta mayor sentido y valor a la vida de una persona creada que cumplir el deber de un ser creado. En la tierra, solo el grupo de personas que cumplen verdadera y sinceramente el deber de un ser creado es el que se somete al Creador. Este grupo no sigue las tendencias mundanas; se someten al liderazgo y la guía de Dios, solo escuchan las palabras del Creador, aceptan las verdades expresadas por Él y viven según Sus palabras. Este es el testimonio más auténtico y rotundo y es el mejor testimonio de creencia en Dios. Para un ser creado, poder cumplir su deber como tal, poder satisfacer al Creador, es lo más hermoso entre la humanidad y algo que se debe difundir como una historia que todos elogien. Cualquier cosa que el Creador encomiende a los seres creados debe ser aceptada incondicionalmente por ellos; para la especie humana es una cuestión tanto de felicidad como de privilegio y, para todo aquel que cumpla el deber de un ser creado, nada es más hermoso ni digno de conmemoración; es algo positivo. En cuanto a cómo trata el Creador a aquellos que cumplen el deber de un ser creado y lo que Él les promete, esto es asunto del Creador; no es asunto de la humanidad creada. Dicho de forma un poco más clara y simple, es cosa de Dios y la gente no tiene derecho a interferir. Tú recibirás lo que Dios te dé y, si no te da nada, no tienes que protestar. Cuando un ser creado acepta la comisión de Dios y coopera con el Creador para cumplir el deber y hacer lo que puede, esto no es una transacción ni un trueque; las personas no deben intentar intercambiar expresiones de actitudes o acciones y comportamientos con la intención de ganar promesas o bendiciones de Dios. Cuando el Creador os encomienda esta obra, es correcto y apropiado que, como seres creados, aceptéis este deber y comisión. ¿Hay algo transaccional en esto? (No). Por Su parte, el Creador está dispuesto a encomendar a cada uno de vosotros los deberes que la gente debe desempeñar; y, por parte de los seres humanos creados, la gente debe aceptar de buen grado ese deber y tratarlo como su obligación vital, como el valor que debe vivir en esta vida. Aquí no hay ninguna transacción, no se trata de un intercambio equivalente y, mucho menos, implica alguna recompensa u otros enunciados que la gente se figura. No se trata en absoluto de un trato; tampoco de intercambiar por otra cosa el precio que pagan o el duro trabajo que aportan las personas al cumplir su deber. Dios nunca ha dicho eso ni la gente debe entenderlo así. El Creador les da a los seres humanos una comisión, y un ser creado, habiendo recibido del Creador la comisión que Dios le da, se compromete a llevar a cabo su deber. En este asunto, en este proceso, no hay nada transaccional; es algo muy sencillo y adecuado. Ocurre lo mismo que con los padres, que, habiendo traído al mundo a su hijo, lo crían sin condiciones ni quejas. En cuanto a si el niño será un buen hijo cuando crezca, no es un requisito que tengan los padres desde el día en que nació. No hay un solo progenitor que, después de que nazca su hijo, diga: “Solo lo crío para que me sirva y me honre en el futuro. Si no lo hace, lo estrangularé hasta la muerte ahora mismo”. No hay un solo padre así. Entonces, a juzgar por la forma en que los padres educan a sus hijos, es una obligación, una responsabilidad, ¿no es así? (Sí). Los padres seguirán criándolos, sin importar si son buenos hijos o no, y sean cuales sean las dificultades, lo harán hasta que se conviertan en adultos y desearán lo mejor para ellos. No hay nada condicional o transaccional en esta responsabilidad y esta obligación que los padres tienen hacia sus hijos. Quienes tienen experiencia en la materia podrán entenderlo. La mayoría de los padres no tienen ningún criterio para saber si tienen un buen hijo. Si lo es, estarán un poco más contentos de lo que estarían si no fuera el caso, y serán un poco más felices en su vejez. Si no lo es, simplemente dejarán que así sea. La mayoría de los padres que tienen una mentalidad relativamente abierta pensarán de esta manera. En definitiva, ya se trate de padres que crían a sus hijos o de hijos que mantienen a sus padres, se trata de una cuestión de responsabilidad, de obligación, y entra dentro del rol que se espera de una persona. Por supuesto, se trata de asuntos insignificantes comparados con el desempeño del deber de un ser creado, pero, de entre los asuntos del mundo humano, es de los más bellos y rectos. Sobra decir que esto se aplica aún más al desempeño de su deber por parte de un ser creado. Como tal, cuando se presenta ante el Creador, debe realizar su deber. Es algo muy correcto y debe cumplir con esa responsabilidad. Sobre la base de que los seres creados cumplen sus deberes, el Creador ha realizado una obra aún mayor entre los seres humanos y ha llevado a cabo una etapa de obra más a fondo en las personas. ¿Y qué obra es esa? Él les proporciona la verdad a los humanos permitiendo que la reciban de Él mientras cumplen su deber, para así deshacerse de su carácter corrupto y ser purificados. Así, satisfacen las intenciones de Dios y se embarcan en la senda correcta de la vida, y, en última instancia, son capaces de temer a Dios y evitar el mal, alcanzar la salvación completa y dejar de estar sujetos a las aflicciones de Satanás. Este es el objetivo que Dios desearía que la humanidad logre al final mediante el cumplimiento de sus deberes. Por tanto, durante el proceso de llevar a cabo tu deber, Dios no se limita a hacerte ver claramente una cosa y a que comprendas un poco de la verdad, ni tampoco se limita a dejarte disfrutar de la gracia y las bendiciones que recibes al cumplir tu deber como ser creado. Asimismo, te permite ser purificado y salvado y, en última instancia, que llegues a vivir en la luz del rostro del Creador. Esta “luz del rostro” del Creador implica una gran cantidad de significado y contenido ampliados en la que no vamos a entrar hoy. Por supuesto, Dios seguramente concederá promesas y bendiciones a tales personas, y realizará diferentes afirmaciones sobre ellos; eso es otro asunto. En términos del aquí y ahora, ¿qué recibe de Dios cualquiera que se presente ante Él y cumpla su deber como ser creado? La verdad y la vida, que es lo más valioso y hermoso de la humanidad. Ni un solo ser creado entre la humanidad puede recibir fácilmente tales bendiciones de manos del Creador. Algo tan bello y grande es tergiversado por la calaña de los anticristos para convertirlo en una transacción en la que solicitan coronas y recompensas de manos de Dios. Dicha transacción convierte algo tan hermoso y recto en algo muy feo y perverso. ¿Acaso no es eso lo que hacen los anticristos? A juzgar por esto, ¿no son perversos los anticristos? ¡Son muy perversos!
La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 9 (VII)
Para enmendar un carácter corrupto, uno debe empezar por conocerse a sí mismo. Requiere atención, concentrarse en examinar poco a poco los estados y las intenciones de uno mismo, examinar constantemente los propósitos y la manera habitual de hablar. Y entonces, un día se produce una comprensión repentina: “Siempre digo cosas bonitas para disimular, esperando ganar prestigio en el corazón de los demás. Es un carácter perverso. No es la revelación de una humanidad normal y no se ajusta a la verdad. Esta manera perversa de hablar y mis intenciones están mal, y tengo que cambiarlas y deshacerme de ellas”. Después de experimentar esta revelación, percibirás cada vez con mayor claridad la suma gravedad de tu carácter perverso. Creías que la perversidad tan solo implicaba la existencia de un poco de lujuria entre un hombre y una mujer y suponías que aunque la manifestaras en este aspecto, no eras una persona con un carácter perverso. Esto indica que carecías de comprensión; parecía que conocías el significado superficial de la palabra “perverso”, pero no reconocías ni discernías realmente un carácter de este tipo; y, de hecho, sigues sin entender qué significa esta palabra. Cuando te das cuenta de que has revelado esta clase de carácter, empiezas a mirar en tu interior y a reconocerlo, ahondas en su origen, y entonces comprobarás que en realidad tienes ese carácter. ¿Qué tendrías que hacer luego? Deberías examinar constantemente tus intenciones en tu misma forma de hablar. Mediante esta indagación continua, identificarás cada vez con mayor certeza y precisión que, en efecto, posees esta clase de carácter y de esencia. Solo el día que admitas que realmente tienes un carácter perverso, comenzarás a desarrollar el odio y la aversión hacia él. Uno pasa de considerarse una buena persona, de conducta recta, con sentido de la rectitud, una persona de integridad moral, una persona inocente, a reconocer que posee esencias-naturaleza como arrogancia, intransigencia, falsedad, perversidad y aversión a la verdad. En ese momento, se habrá evaluado fielmente a sí mismo y sabrá qué es realmente. Una simple admisión verbal o una identificación superficial de que se tienen estas manifestaciones y estados no producirá un odio genuino. Solo admitiendo que la esencia de estas actitudes corruptas corresponde a la fealdad de Satanás puede uno llegar a odiarse a sí mismo. ¿Qué clase de humanidad se necesita para conocerse a uno mismo hasta el punto de odiarse? Uno debe amar las cosas positivas, amar la verdad, amar la justicia y la rectitud, tener conciencia y conocimiento, un corazón bondadoso, y ser capaz de aceptar y practicar la verdad; todas las personas así pueden llegar a conocerse y a odiarse realmente a sí mismas.
La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. El autoconocimiento es lo único que ayuda a perseguir la verdad
Testimonios vivenciales relacionados
Por fin descubrí mi falsedad
Debes volverte honesto para ser salvo