9. Cómo resolver el problema de la negatividad frecuente

Palabras de Dios Todopoderoso de los últimos días

A juzgar por el significado de la palabra “negatividad”, cuando una persona se vuelve negativa, su estado de ánimo decae considerablemente y se pone de muy mal humor. Su ánimo se llena de elementos negativos, carece de una actitud que le permite progresar activamente y esforzarse, y no manifiesta una cooperación ni una búsqueda positivas y activas. Aún menos demuestra la disposición de someterse voluntariamente, sino que evidencia sentirse profundamente desanimada. ¿Qué simboliza que se siente profundamente desanimada? ¿Representa los aspectos positivos de la humanidad? ¿Manifiesta tener conciencia y razón? ¿Supone vivir con dignidad, dentro del marco de la dignidad de la humanidad? (No). Si no representa estas cosas positivas, ¿qué representa? ¿Podría significar la ausencia de una fe en Dios verdadera, así como una falta de determinación y resolución para perseguir la verdad y avanzar proactivamente? ¿Acaso indica una profunda insatisfacción con la situación actual y los problemas de uno y una dificultad para comprenderlos, así como una falta de disposición para aceptar los hechos presentes? ¿Podría ser un reflejo de una situación en la que el corazón está lleno de desobediencia, deseoso de desafiar, escapar y cambiar la situación actual? (Sí). Estos son los estados que las personas muestran cuando enfrentan su situación actual con negatividad. En resumen, pase lo que pase, cuando las personas son negativas, su insatisfacción con el contexto en el que se encuentran y con lo que Dios ha dispuesto no equivale a algo tan simple como que tan solo tengan malentendidos, que no entiendan, no comprendan o no puedan experimentar. No comprender puede ser una cuestión de calibre o tiempo, lo cual es una manifestación normal de la humanidad. No poder experimentar también puede deberse a algunas razones objetivas, pero estas no se consideran cosas negativas ni adversas. Algunas personas son incapaces también de experimentar, pero al enfrentarse a situaciones que no comprenden o no pueden desentrañar o a cosas que no pueden comprender ni son capaces de vivenciar, oran y buscan los deseos de Dios, esperan Su esclarecimiento y Su iluminación, y comparten activamente con otras y buscan de otras personas. Sin embargo, algunas personas son diferentes; no tienen estas sendas de práctica ni cuentan con tal actitud. En lugar de esperar, buscar o encontrar a alguien con quien hablar, crean malentendidos en su corazón y sienten que los acontecimientos y las circunstancias que enfrentan no coinciden con sus deseos, preferencias ni figuraciones. De este modo, esto conduce a la desobediencia, insatisfacción, oposición, quejas, resistencia, clamor y otras cosas adversas similares. Una vez que estos sentimientos desfavorables se generan, no les prestan mucha atención ni se presentan ante Dios para orar ni para reflexionar, con el fin de comprender su propio estado y corrupción. No leen las palabras de Dios para buscar Sus deseos ni utilizan Sus palabras para resolver los problemas, y mucho menos hablan con los demás y buscan de las otras personas. En cambio, insisten en que lo que creen es correcto y preciso, albergan desobediencia e insatisfacción en su corazón y quedan atrapados en emociones negativas y adversas. Al estar atrapados en estas emociones, quizá sean capaces de reprimirlas y soportarlas por un día o dos. Sin embargo, pasado cierto tiempo, en su mente comienzan a aparecer muchas cosas, como nociones, figuraciones, ética y moral humanas y la cultura, tradiciones y conocimientos del hombre, entre otras. Utilizan todo esto para evaluar, calcular y comprender los problemas que enfrentan, quedan completamente atrapados en la red de Satanás, y esto da origen a diversos estados de insatisfacción y desobediencia. A partir de estos estados corruptos, surgen diferentes ideas y opiniones erróneas, y en su corazón ya no pueden controlar estas cosas negativas. Entonces, buscan oportunidades para desahogarse y liberarlas. Cuando su interior está lleno de negatividad, ¿dicen: “Llevo dentro de mí muchas cosas negativas. No debería hablar de forma imprudente para no dañar a los demás. Si siento ganas de hablar y no puedo contenerme, le hablaré a una pared, o hablaré con algo que no entienda el idioma humano”? ¿Acaso son tan considerados como para actuar de esta manera? (No). Entonces, ¿qué hacen? Buscan oportunidades para tener una audiencia que reciba sus puntos de vista, sus comentarios y sus emociones negativos, y con esto desahogan sus diversos sentimientos negativos, como la insatisfacción, la desobediencia y el resentimiento que poseen en su corazón. Consideran que el mejor momento para desahogarse es durante la vida de iglesia y que es una buena ocasión para liberar su negatividad, insatisfacción y desobediencia, dado que hay muchos oyentes y sus palabras pueden hacer que otros se sientan negativos y acarrear consecuencias adversas en la obra de la iglesia. Por supuesto, aquellos que dan rienda suelta a la negatividad no pueden contenerse ni siquiera en privado y desahogan su discurso negativo en todo momento. Cuando quieren desahogarse pero hay pocos oyentes, no lo encuentran emocionante, pero cuando todos se reúnen, se sienten más motivados. A juzgar por las emociones, los estados y otros aspectos de quienes dan rienda suelta a la negatividad, su objetivo no es ayudar a las personas a comprender la verdad, desentrañar lo verdadero, despejar malentendidos o dudas sobre Dios, conocerse a sí mismas y a su propia esencia corrupta ni resolver sus problemas de rebeldía y corrupción, de modo que no se rebelen ni se opongan a Él, sino que se sometan a Dios. Sus propósitos se reducen a dos: por un lado, dan rienda suelta a la negatividad para desahogar sus propias emociones; por el otro, buscan arrastrar a más personas a la negatividad y a la trampa de resistirse y clamar contra Dios junto con ellos. Por lo tanto, dentro de la vida de iglesia, el acto de dar rienda suelta a la negatividad debe pararse con total determinación.

La Palabra, Vol. V. Las responsabilidades de los líderes y obreros. Las responsabilidades de los líderes y obreros (17)

Todas las personas tienen algunos estados incorrectos en ellas, como la negatividad, la debilidad, el desaliento y la fragilidad; o tienen intenciones viles; o están constantemente atribuladas por su orgullo, deseos egoístas y su propia conveniencia; o creen que son de poco calibre y experimentan estados negativos. Te resultará muy difícil obtener la obra del Espíritu Santo si vives siempre en estos estados. Si es difícil para ti obtener la obra del Espíritu Santo, entonces los elementos activos en ti serán pocos, y los elementos negativos surgirán y te perturbarán. La gente siempre confía en su propia voluntad para reprimir esos estados negativos y adversos, pero no importa cuánto los repriman, no pueden sacudírselos de encima. La razón principal de esto es que las personas no pueden discernir completamente estas cosas negativas y adversas; no pueden percibir claramente su esencia. Esto hace que les resulte muy difícil rebelarse contra la carne y contra Satanás. Además, siempre se quedan atascadas en estos estados negativos, melancólicos y degenerados, y no oran ni acuden a Dios, sino que simplemente salen del paso con ellos. En consecuencia, el Espíritu Santo no obra en ellas, y por tanto son incapaces de entender la verdad, carecen de senda en todo lo que hacen, y no pueden ver ningún asunto con claridad. Hay demasiadas cosas negativas y adversas dentro de ti, y han llenado tu corazón, por lo que a menudo eres negativo, melancólico de espíritu, y te alejas cada vez más de Dios y te vuelves cada vez más débil. Si no puedes obtener el esclarecimiento y la obra del Espíritu Santo, no podrás escapar de estos estados, y tu estado negativo no cambiará, porque si el Espíritu Santo no está obrando en ti, no podrás encontrar una senda. Debido a estas dos razones, te será muy difícil desprenderte de tu estado negativo y entrar en uno normal. Aunque ahora, cuando cumplís con vuestro deber, soportáis la adversidad, trabajáis duro, os esforzáis mucho y sois capaces de renunciar a vuestra familia y a vuestra carrera, y dejarlo todo, los estados negativos que hay en vosotros todavía no se han transformado de verdad. Hay demasiados obstáculos que os impiden perseguir y practicar la verdad, como vuestras nociones, imaginaciones, conocimientos, filosofías para los asuntos mundanos, deseos egoístas y actitudes corruptas. Estas cosas adversas han llenado vuestro corazón. Aunque sois jóvenes, vuestros pensamientos son muy complicados. Observáis y estudiáis cada una de Mis palabras y expresiones, y luego las repensáis sin cesar. ¿A qué se debe esto? Lleváis varios años siguiendo a Dios, pero aún no he visto ningún progreso o cambio en vosotros. Los corazones de la gente están completamente ocupados por cosas satánicas. Esto lo puede ver cualquiera. Si no te despojas de estas cosas, si no eres capaz de despojarte de estos estados negativos, no serás capaz de transformarte en la semejanza de un niño y presentarte ante Dios de una manera vibrante, encantadora, inocente, sencilla, sincera y pura. Entonces, te será difícil obtener la obra del Espíritu Santo o la verdad.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. La libertad y la liberación solo se obtienen desechando la propia corrupción

Antes de que acepten el juicio y castigo, desarrollarán muchas nociones y pensamientos incorrectos, además de algunos estados negativos. El estado negativo más común es: “Me he gastado para Dios y he cumplido mis deberes; Él debería protegerme y bendecirme en todo. ¿Por qué han caído desgracias sobre mí?”. Este es el estado más común. Hay además otro tipo de estado: al ver a otros vivir en buenas condiciones y disfrutando, mientras que ellos viven entre dificultades y pobreza, se quejan de que Dios es injusto. Puede ser incluso porque ven que otros logran mejores resultados al cumplir su deber, y les entra envidia y se ponen negativos. También se vuelven negativos si otras familias tienen armonía y están unidas, si otros tienen un calibre superior al suyo, si cumplir con el deber resulta agotador o si algo no sucede como desean. En resumen, se vuelven negativos bajo cualquier circunstancia que no se ajuste a sus nociones y figuraciones. Si esta persona tiene algo de calibre y puede aceptar la verdad, se la debería ayudar. Mientras entienda la verdad, el problema de su negatividad se puede resolver con facilidad. Si no busca la verdad y se mantiene en la negatividad, si siempre alberga nociones sobre Dios, entonces Él lo dejará de lado y no le prestará atención, ya que el Espíritu Santo no realiza obra inútil. Esas personas son demasiado obstinadas, no aceptan la verdad, siempre tienen nociones sobre Dios, así como sus propias exigencias; esto es una enorme falta de sentido y los hace en cierto modo impermeables a la razón. Son capaces de entender la verdad, pero no la aceptan. ¿No es esto similar a cometer ofensas a sabiendas? Por tanto, Dios no les presta atención. Hay quien dice: “A menudo soy negativo y Dios me ignora. ¡Esto significa que Dios no me ama!”. Semejante enunciado es absurdo. ¿Sabes a quién ama Dios? ¿Sabes cómo se manifiesta el amor de Dios? ¿Sabes a quién no ama y a quién disciplina? El amor de Dios tiene principios; no es como lo imaginan los humanos, soportando constantemente a las personas y mostrándoles misericordia y gracia, salvando a todo el mundo sean quienes sean, perdonando a todo el mundo al margen de los pecados que cometan y, en última instancia, llevando a todos sin excepción al reino de Dios. ¿Acaso no son estas solo nociones y figuraciones de las personas? Si así fuera, no habría necesidad de desempeñar la obra de juicio. Hay unos principios sobre cómo se comporta Dios con las personas habitualmente negativas. Cuando la gente es constantemente negativa, hay un problema. Dios ha dicho muchísimas cosas, ha expresado muchísimas verdades y, si una persona cree verdaderamente en Dios, entonces, tras leer Sus palabras y comprender la verdad, las cosas negativas serán cada vez menos en ella. Si la gente es siempre negativa, seguro que no acepta la verdad en absoluto, por lo que, en cuanto se tope con algo que esté en desacuerdo con sus propias nociones, se volverá negativa. ¿Por qué no busca la verdad en las palabras de Dios? ¿Por qué no acepta la verdad? Sin duda, porque tiene nociones y malentendidos sobre Dios y, además, nunca busca la verdad. ¿Y le seguirá prestando atención Dios cuando aborde la verdad de este modo? ¿No son esas personas insensibles a la razón? ¿Cuál es la actitud de Dios hacia aquellos que son insensibles a la razón? Los descarta e ignora. Tú cree de la manera que quieras; creer o no creer depende de ti. Si realmente crees y persigues la verdad, la alcanzarás; si no persigues la verdad, no la alcanzarás. Dios trata a toda persona justamente. Si no tienes una actitud de aceptación de la verdad, si no tienes una actitud de sumisión, si no te esfuerzas por cumplir las exigencias de Dios, puedes creer de la manera que quieras; asimismo, si prefieres irte, puedes hacerlo de inmediato. Si no quieres cumplir el deber, la casa de Dios no te obligará a ello; puedes ir adonde quieras. Dios no insta a la gente así a quedarse. Esa es Su actitud.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Solo si se resuelven las propias nociones es posible emprender el camino correcto de la fe en Dios (3)

Algunas personas, al revelar un cierto grado de corrupción, piensan: “Me he vuelto a resistir a Dios. Llevo creyendo en Él muchos años y todavía no he cambiado. Seguramente, Dios ya no me quiere”. Entonces, se resignan a la desesperanza y se vuelven reacios a buscar la verdad. ¿Qué te parece esta actitud? Ellos mismos han renunciado a la verdad y creen que Dios ya no los quiere. ¿No se está malinterpretando a Dios? Tal negatividad es la manera más fácil de que Satanás se aproveche de ellos. Satanás se burla, diciéndoles: “Necio, Dios quiere salvarte, pero sigues sufriendo de esta manera. ¡Ríndete! Si te rindes, Dios te descartará, que es como si te entregara a mí. ¡Te atormentaré hasta la muerte!”. Una vez que Satanás triunfe, las consecuencias serán impensables. Por consiguiente, no importa a qué dificultades o negatividad se enfrente una persona, no debe rendirse. Debe buscar soluciones en la verdad y evitar esperar sin hacer nada. Durante el proceso de crecimiento en la vida y el curso de la salvación humana, es posible que a veces las personas tomen la senda equivocada, se desvíen o tengan momentos en los que muestren estados y comportamientos inmaduros en la vida. Pueden tener momentos de debilidad y negatividad, momentos en los que dicen cosas equivocadas, tropiezan o experimentan el fracaso. Todo esto resulta normal a ojos de Dios. Él no se lo echa en cara. Algunas personas piensan que su corrupción es demasiado profunda y que nunca podrán satisfacer a Dios, entonces, se sienten tristes y se desprecian a sí mismas. Los que tienen un corazón arrepentido como este son precisamente a los que Dios salva. En cambio, los que creen que no necesitan la salvación de Dios, los que piensan que son buenas personas y que no hay nada malo en ellos, no suelen ser a los que Dios salva. ¿Qué es lo que os estoy transmitiendo aquí? Quien lo entienda, que lo diga. (Hemos de manejar adecuadamente nuestras revelaciones de corrupción y concentrarnos en practicar la verdad y entonces recibiremos la salvación de Dios. Si malinterpretamos constantemente a Dios, nos resignaremos fácilmente a la desesperanza). Debes tener fe y decir: “Aunque ahora soy débil, y he tropezado y fallado, creceré, y un día comprenderé la verdad, satisfaré a Dios y alcanzaré la salvación”. Debes tener esta determinación. No importa con qué reveses, dificultades, fracasos o tropiezos te encuentres, no debes ser negativo. Debes saber a qué clase de personas salva Dios. Es más, si sientes que aún no eres apto para que Dios te salve, o si hay ocasiones en las que te encuentras en estados que Dios detesta o le desagradan, o hay veces en las que te comportas pésimamente y Dios no te acepta, o Dios te desdeña, no tiene importancia. Ahora ya lo sabes, y no es demasiado tarde. Mientras te arrepientas, Dios te dará una oportunidad.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. En la fe en Dios, lo principal es practicar y experimentar Sus palabras

Si, independientemente de los problemas que encuentres, eres negativo y débil, no tienes ningún testimonio en absoluto, y no cooperas en lo que debes hacer y en lo que debes cooperar, eso demuestra que no tienes a Dios en el corazón, y que no eres una persona que ama la verdad. Poco importa cómo la obra del Espíritu Santo conmueva a las personas, simplemente al experimentar la obra de Dios durante muchos años, al escuchar tantas verdades, al tener un poco de conciencia y al confiar en el autocontrol, las personas deberían al menos ser capaces de cumplir con las normas mínimas y no ser reprendidas por sus conciencias. La gente no debería estar tan adormecida y débil como lo está ahora, y es simplemente impensable que se encuentre en este estado. Tal vez hayáis pasado los últimos años aturdidos, sin perseguir la verdad en absoluto ni hacer ningún progreso. Si no es el caso, ¿cómo podéis seguir estando tan adormecidos y perezosos? Cuando estás así, se debe enteramente a tu propia necedad e ignorancia, y no puedes culpar a nadie más. La verdad no es parcial respecto a ciertas personas sobre otras. Si no aceptas la verdad ni la buscas para resolver los problemas, ¿cómo vas a cambiar? Algunas personas sienten que su calibre es demasiado bajo y que carecen de la capacidad de comprensión, por lo que se autolimitan, y sienten que, por mucho que persigan la verdad, no serán capaces de cumplir con los requisitos de Dios. Piensan que, por mucho que se esfuercen, es inútil, y eso es todo, por lo que siempre son negativos, y el resultado es que, incluso después de años de creer en Dios, no han obtenido ninguna verdad. Sin hacer el esfuerzo de perseguir la verdad, dices que tu calibre es demasiado pobre, renuncias a ti mismo, y siempre vives en un estado negativo. Por consiguiente, no comprendes la verdad que debes entender ni practicas la verdad dentro de tu capacidad; ¿no eres tú el que se obstaculiza a sí mismo? Si siempre dices que tu calibre no es lo suficientemente bueno, ¿no es esto evadir y eludir la responsabilidad? Si puedes sufrir, pagar un precio y obtener la obra del Espíritu Santo, entonces podrás inevitablemente comprender algunas verdades y entrar en algunas realidades. Si no acudes a Dios ni confías en Él, y renuncias a ti mismo sin esforzarte ni pagar un precio, y simplemente te rindes, entonces eres un bueno para nada y careces de la más mínima conciencia y razón. No importa si tu calibre es pobre o excepcional, si tienes un poco de conciencia y razón deberías completar adecuadamente lo que debes hacer y tu misión; ser un desertor es algo terrible y es traicionar a Dios. Es irredimible. Perseguir la verdad requiere una voluntad firme, y las personas que son demasiado negativas o débiles no conseguirán nada. No serán capaces de creer en Dios hasta el final y, si desean obtener la verdad y conseguir un cambio de carácter, aún tendrán menos esperanza. Solo aquellos que tienen determinación y persiguen la verdad la pueden obtener y serán perfeccionados por Dios.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Tercera parte

Todo el mundo tiene momentos de negatividad, lo único que varía es la intensidad, la duración y los motivos. Algunas personas por lo general no son negativas, pero adoptan esta postura cuando enfrentan fracasos o tropiezos. Otras pueden volverse negativas por asuntos insignificantes, incluso si solo se trata de algo que alguien dice que hiere su orgullo y algunas se tornan negativas ante circunstancias levemente desfavorables. ¿Entienden esas personas cómo vivir la vida? ¿Son capaces de comprender en profundidad? ¿Tienen la amplitud mental y la grandeza de una persona normal? No. Independientemente de las circunstancias, si la persona vive según sus actitudes corruptas, a menudo caerá en estados negativos. Obviamente, si comprende la verdad y puede desentrañar las cosas, sus estados negativos serán cada vez menos frecuentes y, a medida que su estatura aumente, su negatividad se irá disipando poco a poco y finalmente desaparecerá por completo. Aquellos que no aman la verdad ni la aceptan en absoluto, experimentan un número cada vez mayor de emociones, estados, pensamientos y actitudes negativos, que se vuelven más graves a medida que se acumulan, y una vez que estas situaciones los abruman, no son capaces de recuperarse, y esto resulta muy peligroso. Por lo tanto, resulta crucial resolver la negatividad de inmediato. Para resolverla, es necesario buscar la verdad de manera proactiva. Leer y meditar las palabras de Dios mientras se mantiene un estado de quietud en Su presencia conducirá a obtener esclarecimiento e iluminación, lo que le permitirá a la persona comprender la verdad y desentrañar la esencia de la negatividad y, por consiguiente, resolver dicho problema. Si aún te aferras a tus propias nociones y razones, eres extremadamente estúpido y tu necedad e ignorancia te llevarán a la muerte. En cualquier caso, resolver la negatividad debe ser un proceso proactivo, no pasivo. Algunas personas piensan que, en el momento en que esta aflora, simplemente deberían ignorarla y que, cuando se sientan felices de nuevo, su negatividad se transformará naturalmente en alegría. Esa es una fantasía. Si no se busca ni se acepta la verdad, la negatividad no se eliminará automáticamente. Incluso si la olvidas y no sientes nada en tu corazón, no significa que la raíz del problema se haya resuelto. Cuando se presenten las circunstancias adecuadas, resurgirá, lo cual es algo habitual. Si alguien es inteligente y posee razón, una vez que la negatividad emerge, debe buscar la verdad de inmediato y emplear el método de aceptarla con el fin de resolver este estado negativo y abordar así este problema desde su raíz. Todos los que a menudo son negativos lo son porque no pueden aceptar la verdad. Si no aceptas la verdad, la negatividad se aferrará a ti como un diablo, te mantendrá eternamente negativo y te provocará sentimientos de desobediencia, insatisfacción y resentimiento hacia Dios. Eventualmente, te encontrarás resistiéndote, luchando y clamando contra Dios. Ese es el momento en el que has llegado al límite y tu rostro horrible será desenmascarado. La gente comenzará a exponerte, diseccionarte y clasificarte, y solo entonces, cuando te enfrentes a la dura realidad, empezarás a derramar lágrimas. Es en ese instante cuando colapsas y empiezas a golpearte el pecho con desesperación. ¡Solo espera a aceptar el castigo de Dios! La negatividad no solo debilita a las personas, sino que también provoca que se quejen de Dios, lo juzguen, lo nieguen e incluso luchen y clamen contra Él abiertamente. Por lo tanto, si una persona no logra resolver su negatividad de inmediato, una vez que revele palabras blasfemas y ofenda el carácter de Dios, las consecuencias serán muy graves. Un solo acontecimiento, una frase, un pensamiento o una opinión te hacen caer en la negatividad y te llevan a quejarte, significa que aquello que comprendiste con respecto a ese asunto está distorsionado y que posees nociones y figuraciones al respecto. Tus puntos de vista sobre este tema indudablemente no se ajustan a la verdad. A estas alturas, necesitas buscar la verdad y enfrentarte a ella de manera adecuada, precisas esforzarte por corregir con rapidez estas nociones e ideas erróneas lo antes posible, y no debes permitir que estas nociones te dejen atado y descaminado en un estado de desobediencia, insatisfacción y resentimiento hacia Dios. Resolver la negatividad a toda prisa resulta crucial, como también es importante resolverla en su totalidad. Por supuesto, la mejor manera de hacerlo es buscar la verdad, leer más las palabras de Dios y presentarse ante Él para buscar Su esclarecimiento. A veces, puede que transitoriamente no logres revertir tus pensamientos y opiniones, pero al menos debes reconocer que estás equivocado y que tus pensamientos son distorsionados. De este modo, como mínimo, tus opiniones y pensamientos erróneos no influirán en tu lealtad al cumplir con tu deber, no impactarán en tu relación con Dios y no impedirán que te presentes ante Él para abrir tu corazón y orar. Al menos, este es el resultado que se debe lograr. Cuando te encuentras sumido en la negatividad y te muestras desobediente e insatisfecho y te quejas de Dios, pero no deseas buscar la verdad para solucionarlo y crees que tu relación con Él es normal, cuando en realidad tu corazón está lejos de Dios y ya no deseas leer Sus palabras ni orar, ¿no se ha transformado en un problema grave? Dices: “No importa cuán negativo sea, el desempeño de mi deber no se ha visto afectado y no he abandonado mis responsabilidades. ¡Soy leal!”. ¿Son válidas tales palabras? Si con frecuencia eres negativo, no se trata solo de un carácter corrupto. Existen problemas más graves: tienes nociones sobre Dios, lo malinterpretas y has creado barreras entre tú y Él. Resulta peligroso que no busques la verdad para resolverlos. Si alguien a menudo es negativo, ¿cómo puede garantizar que cumple su deber con lealtad de principio a fin sin hacerlo de manera superficial? En caso de que no se resuelva, ¿es posible que la negatividad se disipe y desaparezca por sí sola? Si no buscas la verdad para encontrar una solución a tiempo, la negatividad continuará desarrollándose y solo empeorará. Las consecuencias que provoca se volverán cada vez más dañinas. No avanzarán en una dirección positiva, solo lo harán de manera adversa. Por lo tanto, una vez que la negatividad surja, debes buscar la verdad para resolverla sin demora. Solo esto te asegura que seas capaz de cumplir con tus deberes adecuadamente. Resolver la negatividad es crucial ¡y no puede retrasarse!

La Palabra, Vol. V. Las responsabilidades de los líderes y obreros. Las responsabilidades de los líderes y obreros (17)

La gente se encuentra a menudo en ese estado. O bien solo persiguen bendiciones y una corona o, tras experimentar varios fracasos, creen que no están a la altura de la tarea y que Dios también ha dictado veredicto sobre ellos. Eso está mal. Si puedes cambiar las cosas a tiempo, transformar tu corazón y tu mente, desprenderte de la maldad cometida con tus manos, regresar ante Dios, confesar y arrepentirte ante Él, reconocer que tus acciones y la senda por la que caminas son las equivocadas y admitir tus propios fallos, para luego practicar según la senda que Dios te ha indicado, sin renunciar a perseguir la verdad, por muy contaminado que estés, estarás haciendo lo correcto. En el transcurso de experimentar cambios en su carácter y de salvarse, la gente encontrará inevitablemente muchas dificultades. Por ejemplo, ser incapaz de someterse a las situaciones que plantee Dios, a sus propios y diversos pensamientos, puntos de vista, figuraciones, actitudes corruptas, conocimientos y dones, o también a sus variados problemas y fallos. Has de batallar contra toda clase de dificultades. Una vez que hayas superado esos distintos estados y dificultades y haya concluido la batalla en tu corazón, poseerás las realidades-verdad, ya no te limitarán tales cosas y habrás sido puesto en libertad y liberado. Un problema con el que la gente suele encontrarse durante este proceso es que, antes de descubrir los problemas en sí mismos, creen que son mejores que los demás y que serán bendecidos, aunque nadie más vaya a serlo, igual que Pablo. Cuando descubren sus dificultades, piensan de sí mismos que no son nada y que para ellos todo ha terminado. Siempre hay dos extremos. Debes superarlos ambos, de modo que no vires hacia un lado o el otro. Cuando te encuentres con una dificultad, aunque ya seas consciente de que el problema es totalmente inabordable y será difícil de solucionar, debes afrontarlo adecuadamente, presentarte ante Dios y pedirle Su ayuda para resolverlo y, a través de la búsqueda de la verdad, ir royendo el problema poco a poco, como cuando las hormigas roen un hueso, y dar la vuelta a tal estado. Debes arrepentirte ante Dios. Arrepentirte es la prueba de que tienes un corazón que acepta la verdad y una actitud de sumisión, lo cual significa que hay esperanza de que ganes la verdad. Y si, en medio de esto, surgen más dificultades, no tengas miedo. Ora rápidamente a Dios y apóyate en Él. Dios te observa en secreto y te está esperando, y mientras no te separes del marco, la corriente y el ámbito de Su obra de gestión, te queda esperanza; no debes rendirte en ningún caso. Si todo lo que revelas es un carácter corrupto normal, mientras seas capaz de entenderlo y aceptes y practiques la verdad, llegará un día en el que estos problemas se resuelvan. Debes tener fe en ello. Dios es la verdad. ¿Por qué has de temer que ese pequeño problema tuyo no se pueda resolver? Todo eso puede resolverse, así que, ¿por qué eres negativo? Dios no ha renunciado a ti, ¿por qué renuncias tú a ti mismo? No debes rendirte ni ser negativo. Debes afrontar el problema adecuadamente. Has de conocer las leyes normales para la entrada en la vida, y ser capaz de percibir como algo normal la revelación y manifestación de un carácter corrupto, además de la negatividad, debilidad y confusión ocasionales. El proceso de transformación del propio carácter es largo y repetitivo. Cuando tengas claro este punto, podrás afrontar los problemas adecuadamente. Tu carácter corrupto se revela a veces de manera extrema, repugna a cualquiera que lo vea, y te odias a ti mismo. Otras veces eres demasiado laxo y Dios te disciplina. No hay nada que temer. Mientras Dios te discipline, mientras te siga cuidando y protegiendo, mientras siga obrando en ti y esté siempre a tu lado, queda demostrado que Dios no se ha dado por vencido contigo. Aunque haya momentos en los que sientas que Dios te ha abandonado y te has sumido en la oscuridad, no tengas miedo. Mientras sigas vivo y no estés en el infierno, todavía te queda una oportunidad. No obstante, si eres como Pablo, que recorrió con terquedad la senda de un anticristo y en última instancia testificó que para él vivir es cristo, para ti todo ha terminado. Si puedes recobrar la razón, todavía tienes una oportunidad. ¿Qué oportunidad te queda? Puedes presentarte ante Dios y todavía puedes orarle y buscar, diciendo: “¡Dios mío! Te ruego que me esclarezcas para que comprenda este aspecto de la verdad y de la senda de práctica”. Mientras seas uno de los seguidores de Dios, tendrás esperanza de salvación y podrás llegar hasta el final. ¿Quedan bastante claras estas palabras? ¿Seguís siendo susceptibles de ser negativos? (No). Cuando la gente entiende las intenciones de Dios, su senda es amplia. Si no entienden Sus intenciones, esta es estrecha, hay oscuridad en sus corazones y no tienen senda que recorrer. Los que no entienden la verdad son de mente estrecha, siempre hilan muy fino y se quejan y malinterpretan a Dios. En consecuencia, cuanto más caminan, más desaparece su senda. De hecho, la gente no entiende a Dios. Si Dios tratara a la gente como ellos imaginan, la raza humana habría sido destruida hace mucho.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Cómo identificar la esencia-naturaleza de Pablo

Las personas poseen una naturaleza satánica. Si se vive según un carácter satánico, resulta complicado evitar los estados negativos. Especialmente cuando uno no entiende la verdad, la negatividad se convierte en algo común. Todas las personas pasan por momentos de negatividad; algunas con más frecuencia, otras menos, algunas por períodos prolongados y otras durante períodos más cortos. Así como la estatura de las personas varía, lo mismo sucede con sus estados de negatividad. Aquellas con mayor estatura solo se vuelven un tanto negativas cuando enfrentan pruebas, mientras que, las que poseen una estatura menor y aún no comprenden la verdad, son incapaces de discernir cuando otros difunden ciertas nociones o hablan disparates y es probable que se sientan perturbadas, se dejen influenciar y se tornen negativas. Cualquier tipo de problema que surja puede dar lugar a que se sientan negativas, incluso asuntos triviales que no valen la pena mencionar. ¿Cómo debe resolverse el problema de una negatividad frecuente? Si alguien no sabe cómo buscar la verdad, cómo comer y beber las palabras de Dios ni cómo orar a Dios, esto se transforma en un problema y no le queda más que contar con el apoyo y la ayuda de los hermanos y hermanas. Si nadie es capaz de ayudar o la persona no acepta ayuda, es probable que continúe siendo tan negativa que no logre recuperarse e incluso podría dejar de creer. Mira, resulta muy peligroso que alguien siempre tenga nociones y se vuelva negativo con facilidad. Sin importar la manera en la que se les hable sobre la verdad, no la aceptan e insisten constantemente en que sus propias nociones y figuraciones son correctas. Son personas sumamente problemáticas. Sin importar qué tan negativo seas, en tu corazón deberías entender que tener nociones no significa que estas se ajusten a la verdad, significa que tienes dificultades para comprender. Si posees algo de razón, no deberías difundir esas nociones; es lo mínimo que las personas deberían respetar. Si tienes una mínima parte de un corazón temeroso de Dios y eres capaz de reconocer que sigues a Dios, deberías buscar la verdad para resolver tus nociones, someterte a la verdad y evitar causar trastornos y perturbaciones. Cuando no puedes hacerlo e insistes en divulgar nociones, has perdido la razón; tienes una mentalidad anormal y no tienes control sobre ti mismo. Al estar poseído por los demonios, pese a todo, dices y difundes tales nociones. No hay remedio, es obra de los espíritus malignos. Si tienes algo de conciencia y razón, deberías ser capaz de hacer lo siguiente: no difundir nociones ni perturbar a los hermanos y hermanas. Aunque te sientas negativo, no debes hacer cosas que los perjudiquen. Simplemente, lleva a cabo tu deber adecuadamente, haz bien lo que deberías hacer y asegúrate de que no tienes nada que reprocharte; este es el estándar mínimo para comportarse. Incluso si a veces te sientes negativo, pero no has hecho nada que sobrepase los límites, Dios no le prestará atención a tu negatividad. Mientras tengas conciencia y razón, seas capaz de orar y confiar en Él, y busques la verdad, en algún momento llegarás a comprenderla y cambiarás. Si enfrentas situaciones significativas, como ser despedido o descartado por no hacer un trabajo real como líder, y sientes que no hay esperanza de salvación, te vuelves negativo —hasta un punto tan exagerado que no puedes recuperarte, te sientes condenado y maldecido y surgen en ti malentendidos y quejas contra Dios— ¿qué deberías hacer? Es muy fácil de manejar: busca a algunas personas que comprendan la verdad para compartir y buscar juntos, y habla abiertamente con ellas. Lo más importante es que te presentes ante Dios para orar con sinceridad por tu negatividad y debilidad, así como por ciertos asuntos que no entiendes y no puedes superar, uno por uno. Habla con Dios, no guardes nada. Si hay asuntos innombrables que no puedes mencionarles a los demás, es aún más imperioso que te presentes ante Dios para orar. Algunas personas preguntan: “¿Acaso hablar con Dios sobre ello no conduce a la condena?”. ¿No has hecho ya muchas cosas que suponen oponerse a Dios y merecen Su condena? ¿Por qué te preocupas por esta cosa adicional? ¿Crees que si no hablas al respecto, Dios no lo sabrá? Dios sabe todo lo que piensas. Deberías hablar abiertamente con Él, expresarle lo que sientes con franqueza y presentarle tus problemas y tus estados con sinceridad. Puedes hablar con Dios sobre todas tus debilidades, tus rebeldías y hasta de tus quejas. Incluso si solo necesitas desahogarte, estará bien, y Dios no lo condenará. ¿Por qué no lo condena? Él conoce la estatura del hombre. Incluso si no le hablas, aun así, conoce tu estatura. Por una parte, hablar con Dios es una oportunidad para abrirte y mostrarte tal como eres con Él. Por otra, si le hablas, dejas en claro que estás dispuesto a someterte a Él. Al menos, le permites ver que no le cierras tu corazón, que solo eres una persona débil, que no tienes la estatura suficiente para superar este problema y eso es todo. No pretendes desafiarlo, tu actitud es de sumisión, pero tu estatura es demasiado escasa y no puedes soportar esa situación. Cuando le abres tu corazón a Dios por completo y eres capaz de compartir con Él tus pensamientos más íntimos, aunque menciones debilidades y quejas —y, en especial, muchas cosas negativas y desfavorables—, existe algo que es correcto en ello y es que reconoces que tienes un carácter corrupto, admites que eres un ser creado y no niegas la identidad de Dios como Creador ni desmientes que la relación que tienes con Él es la de un ser creado y el Creador. Le encomiendas a Dios aquello que encuentras más difícil de superar, lo que te hace más débil, y le cuentas la totalidad de tus sentimientos más íntimos, y esto refleja tu postura. Algunos dicen: “Oré a Dios una vez, y no resolvió mi negatividad. Aún no puedo superarla”. No importa, solo necesitas poner mucho empeño en buscar la verdad. Independientemente de cuánto entiendas, poco a poco Dios te fortalecerá y ya no serás tan débil como al principio. Sin importar cuán débil o negativo seas, ni cuántas quejas y emociones adversas experimentes, habla con Dios; no lo trates como a un extraño. Sea quien sea la persona a la que le ocultas cosas, no le escondas nada a Dios, porque solo dependes de Él y, además, es tu única salvación. Solo al presentarte ante Dios será posible resolver estos problemas. Confiar en la gente es inútil. Por consiguiente, cuando se enfrentan a la negatividad y la debilidad, aquellas personas que se presentan ante Él y confían en Él son las más sabias. Solo las personas necias y obstinadas, una vez que se enfrentan a acontecimientos significativos y cruciales y necesitan desahogarse con Dios, se alejan cada vez más, lo evitan y urden estratagemas en sus propias mentes. ¿Cuál es el resultado de toda esta estratagema? Su negatividad y sus quejas se convierten en desafío, y este se transforma en resistencia y en clamor contra Dios. Estas personas no llegan jamás a reconciliarse con Él, y su relación con Dios se rompe por completo. No obstante, una vez que enfrentas tal negatividad y debilidad, si aun así eliges presentarte ante Dios para buscar la verdad, optas por someterte a Sus orquestaciones y Sus arreglos y asumes una postura verdaderamente sumisa, al ver que aún deseas sinceramente someterte a Él, incluso en medio de tu negatividad y debilidad, sabrá cómo guiarte y sacarte de ellas. Tras vivir estas experiencias, desarrollarás una fe en Dios genuina. Sentirás que, sin importar las dificultades que enfrentes, mientras busques a Dios y lo esperes, Él te preparará una salida sin que lo sepas, y podrás notar que, sin siquiera darte cuenta, la situación ha cambiado. Ya no te sentirás débil, sino fuerte, y tu fe en Él se fortalecerá. Al reflexionar sobre estos acontecimientos, sentirás cuán infantil fue tu debilidad en ese momento. De hecho, las personas son así de inmaduras y sin el apoyo de Dios nunca madurarían de esa puerilidad e ignorancia. Solo cuando una persona acepta y se somete de manera gradual a la soberanía de Dios durante el proceso de experimentar tales cosas, cuando enfrenta activa y positivamente estos hechos, busca los principios y las intenciones de Dios, sin evitarlo ni distanciarse de Él y deja de rebelarse contra Dios y se vuelve cada vez más sumisa, menos rebelde, más cercana a Dios y más capaz de someterse a Él, solo al experimentar de esta manera, su vida crece y madura gradualmente, hasta alcanzar la estatura plena de un adulto.

La Palabra, Vol. V. Las responsabilidades de los líderes y obreros. Las responsabilidades de los líderes y obreros (17)

No seas un seguidor pasivo de Dios y no busques lo que te da curiosidad. Al no ser ni frío ni caliente, tú mismo te echarás a perder y retrasarás tu vida. Te debes deshacer de esa pasividad e inactividad, y debes volverte adepto a buscar cosas positivas y debes vencer tu propia debilidad para ganar la verdad y vivir la verdad. No hay nada terrible en tu debilidad, y tus deficiencias no son tu mayor problema. Tu mayor problema y tu mayor deficiencia son que no eres ni caliente ni frío y tu falta de deseo por buscar la verdad. El mayor problema con todos vosotros es la mentalidad cobarde por la cual estáis felices con las cosas como están y esperáis pasivamente. Ese es vuestro mayor obstáculo y el mayor enemigo en vuestra búsqueda de la verdad.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las experiencias de Pedro: su conocimiento del castigo y del juicio

Debes llegar a un punto donde, más allá de las circunstancias que enfrentes, estas no puedan cambiar tu determinación. Solo entonces serás alguien que realmente ame y persiga la verdad. Si, cuando algo te sucede y te encuentras con una pequeña dificultad, te echas para atrás, te vuelves negativo y desanimado y abandonas tu determinación, eso no está bien. Debes tener la fortaleza de quien está dispuesto a arriesgar su vida y dice: “Pase lo que pase, incluso si muero, no desistiré de la verdad ni de mi objetivo de perseguirla”. Entonces, nada podrá detenerte. Si de verdad encuentras dificultades y quedas arrinconado, Dios actuará. Además, debes entenderlo así: “Sin importar con lo que me encuentre, son todas lecciones que debo aprender en mi búsqueda de la verdad; han sido dispuestas por Dios. Tal vez sea débil, pero no soy negativo, y estoy agradecido a Dios por darme la oportunidad de aprender estas lecciones. Doy gracias a Dios por disponer esta situación para mí. No puedo abandonar mi determinación de seguir a Dios y ganar la verdad. Si llegara a abandonarla, eso sería lo mismo que ceder ante Satanás, hundirme y traicionar a Dios”. Esta es la clase de determinación que debes tener. Más allá de las pequeñeces que enfrentes, son episodios menores en el transcurso de tu vida. No debes permitir que obstaculicen la dirección de tu progreso. Cuando te encuentres con dificultades puedes buscar y esperar, pero la dirección de tu progreso no debe modificarse, ¿no es así? (Así es). Sin importar lo que digan los demás, o cómo te traten, y más allá de cómo te trate Dios, tu determinación no debe cambiar. Si Dios dice: “No aceptas para nada la verdad, te aborrezco”, y tú respondes: “Dios me aborrece, así que ¿qué sentido tiene mi vida? ¡Mejor me muero y termino con esto!”, estarías malinterpretando a Dios. Es cierto que Dios te aborrece, pero debes seguir luchando, debes aceptar la verdad y cumplir con el deber. Así, no serás un bueno para nada y Dios no te desdeñará. En este momento, vuestra estatura es aún demasiado escasa y todavía no habéis alcanzado los estándares necesarios para que Dios os ponga a prueba. ¿Qué es lo único que podéis hacer? Debes orar: “Dios mío, te ruego que me guíes y esclarezcas para que entienda Tus intenciones y tenga la fe y perseverancia para recorrer la senda de búsqueda de la verdad, y para que pueda temer a Dios y evitar el mal. Si bien soy débil y mi estatura es inmadura, te ruego que me des fortaleza y me protejas para que pueda seguirte hasta el final”. Debes acudir a Dios a menudo para orar. Tal vez otra gente anhele las cosas mundanas, se entregue a la carne y siga las tendencias mundanas, pero tú no debes ir con ellos: solo concéntrate en cumplir con tu deber. Cuando los demás se sientan negativos y no cumplan con sus deberes, no debes sentirte limitado y deberías buscar la verdad para ayudarlos. Cuando los demás se entreguen a la comodidad no debes envidiarlos, solo debes ocuparte de vivir ante Dios. Cuando los demás busquen fama, ganancia y estatus, debes orar por ellos y ayudarlos, silenciar tu corazón ante Dios y no dejar que tales cosas te afecten. Sin importar lo que suceda a tu alrededor, debes orar a Dios sobre todas las cosas. Siempre debes buscar la verdad, restringirte, asegurarte de estar viviendo en presencia de Dios y tener una relación normal con Él. Dios escruta a las personas en todo momento, y el Espíritu Santo obra dentro de estas clases de personas.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Solo si se vive a menudo ante Dios es posible tener una relación normal con Él

Algunas personas actualmente están sumidas en la negatividad, pero aun así pueden cumplir con su deber con la actitud de “permanecer leales a Dios hasta el final, sin importar el resultado”. Yo afirmo que esto constituye un cambio, pero vosotros mismos no lo admitís. De hecho, si te examinas detenidamente, deberías ser capaz de notar que una parte de tus actitudes corruptas ya ha cambiado. Sin embargo, siempre te evalúas en función del máximo estándar exigido y, como resultado, no solo eres incapaz de alcanzar ese estándar, sino que también niegas los cambios que finalmente has experimentado. Esto representa una desviación en las personas. Si eres alguien que realmente sabe distinguir entre lo correcto y lo incorrecto, deberías examinar también qué aspectos de ti mismo han cambiado. No solo verás los cambios en tu interior, sino que también encontrarás la senda de práctica para el futuro. En ese momento, te darás cuenta de que siempre que te esfuerces todavía hay esperanza y que aún puedes alcanzar la redención. Es necesario que sepas que quienes son capaces de abordar sus problemas correctamente y de buscar la verdad para resolverlos, tienen esperanza de salvarse y pueden liberarse de la negatividad. Abandonas la verdad porque crees que no tienes posibilidad de redimirte. Entonces, ¿qué tipo de persona puede ser redimida y cuál no? Esta es una verdad que, como mínimo, deberías comprender. Mientras las personas no abandonen la verdad, Dios les otorgará la salvación en la mayor medida posible. ¿De verdad no lo entiendes? Si te confundes con respecto a una verdad tan elemental, ¿no eres demasiado necio e ignorante? Se dijo antes: “No importa cuándo, perseguir un cambio en el carácter siempre es correcto”. ¿Has olvidado esas palabras? Solo recuerdas que una vez Dios dijo que “muy pocas” personas tendrán la posibilidad de salvarse, y entonces piensas que no tienes esperanza. ¿Acaso no puedes reunir un poco de determinación? Quizás no sea que no puedes practicar la verdad, sino que has renunciado a la oportunidad de hacerlo. Si abandonas la verdad, ¿puedes todavía cambiar? Si la abandonas, ¿qué sentido tiene entonces tu fe en Dios? Cuando dejas de perseguir la verdad, las cosas negativas se apoderan de tu corazón de manera natural. ¿Cómo es posible entonces que no te sientas así de negativo? Si crees en la verdad profundamente, sin duda tendrás determinación. Por lo tanto, te lo digo de nuevo: debes abordarte a ti mismo de la manera correcta y no abandonar la verdad.

La comunión de Dios

La transformación del carácter no sobreviene de la noche a la mañana ni es algo que se pueda conseguir tras varios años de experiencia. A menudo, algunos fracasan y tropiezan cuando empiezan a cambiar sus malos hábitos, y piensan: “Se acabó. No tengo esperanzas. Esto de la transformación del carácter no es para mí, es imposible que pueda cambiar. Si me cuesta tanto cambiar incluso estos pequeños defectos o malos hábitos, entonces seguro que todavía será más difícil transformar el carácter”. Se convierten en personas negativas, sienten que no tienen esperanza y no están dispuestas a comer y beber las palabras de Dios durante largo tiempo. Cada vez que alguien las poda, se sienten molestas y negativas, no están dispuestas a cumplir sus deberes, y la verdad deja de interesarles por completo. ¿Qué estado es este? Es un problema grave. ¿Habéis tenido alguna vez este tipo de experiencia? ¿Teméis que, en el proceso de vuestra experiencia vital, seáis siempre negativos y débiles, y que fracaséis y tropecéis? Tanto si tenéis miedo como si no, es un hecho que no se alcanza la transformación del carácter de un día para otro. Esto se debe a que la transformación del carácter comienza desde la misma raíz de la naturaleza corrupta de la humanidad, y es una transformación radical y total. Es como cuando alguien contrae cáncer y desarrolla un tumor: deben operarlo para extraerlo, esa persona debe soportar mucho sufrimiento, y es un proceso muy complejo. Durante la transformación del carácter, es posible que pases por muchas cosas antes de entender un poco la verdad o de lograr cierta transformación, o que te relaciones con un gran número de personas, o experimentes muchos acontecimientos y cosas, y distintos entornos, y des muchos giros erróneos, antes de alcanzar finalmente algún pequeño cambio. Esta transformación es preciosa, no importa qué tan grande sea, y se estima y se conmemora a ojos de Dios, porque has sufrido mucho y has pagado un precio muy alto por ella. Dios escruta las profundidades del corazón de las personas, conoce sus pensamientos y deseos, y sus debilidades, pero, por encima de todo, sabe qué necesitan. Para seguir al Dios práctico, debemos tener esta determinación: por muy grandes que sean los entornos en los que nos encontremos, sean cuales sean las dificultades a las que nos enfrentemos, y por muy débiles o negativos que seamos, no podemos perder la fe en nuestra transformación del carácter ni en las palabras que Dios ha pronunciado. Él ha hecho una promesa a la humanidad, y esto requiere que las personas tengan determinación, fe y perseverancia para resistirlo. A Dios no le gustan los cobardes, sino las personas con determinación. Incluso si has revelado mucha corrupción, si has tomado la senda equivocada muchas veces o cometido muchas transgresiones, si te has quejado de Dios o si, desde la religión, te has resistido a Él o has albergado blasfemias en Su contra en el corazón, etcétera, Dios no se fija en nada de eso. Él solo observa si alguien persigue la verdad y si algún día puede cambiar. En la Biblia, hay una historia sobre el regreso del hijo pródigo; ¿por qué el Señor Jesús utilizó esta parábola? Para que la gente entienda que la intención de Dios de salvar a la humanidad es sincera, y que Él da la oportunidad a la gente de arrepentirse y cambiar. A través de este proceso, Dios entiende al hombre, y conoce bien sus debilidades y su grado de corrupción. Sabe que las personas tropezarán y fracasarán. Al igual que un niño que aprende a caminar, por muy fuertes que sean físicamente, siempre habrá momentos en los que tropezarán y caerán, y ocasiones en las que se golpearán con las cosas y darán un traspié. Dios entiende a cada uno igual que una madre entiende a su hijo. Entiende las dificultades de cada persona, sus debilidades y sus necesidades. Incluso más, Dios entiende las dificultades, las debilidades y los fracasos a los que la gente se enfrentará en el proceso de entrar en la transformación del carácter. Estas son las cosas que Dios entiende mejor. Esto significa que Él escruta las profundidades del corazón de las personas. Por muy débil que seas, mientras no renuncies al nombre de Dios ni lo abandones a Él ni este camino, siempre tendrás la oportunidad de transformar el carácter. Si dispones de esta oportunidad, tendrás esperanza de sobrevivir y, por tanto, de que Dios te salve.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. La senda de práctica para la transformación del carácter

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