Las responsabilidades de los líderes y obreros (19)

Punto 12: Detectar con prontitud y precisión a las diversas personas, acontecimientos y cosas que perturban y trastornan la obra de Dios y el orden normal de la iglesia; pararlos y restringirlos, y darles la vuelta a las cosas; asimismo, compartir la verdad de manera que el pueblo escogido de Dios desarrolle discernimiento por medio de estas cuestiones y aprenda de ellas (VII)

Las diversas personas, acontecimientos y cosas que trastornan y perturban la vida de iglesia

Los principios para ocuparse de aquellos que se involucran en relaciones inapropiadas

En cuanto a las diversas personas, acontecimientos y cosas que trastornan y perturban la obra de Dios y el orden normal de la iglesia, los hemos dividido en un total de once problemas. Anteriormente, hablamos sobre el sexto problema: involucrarse en relaciones inapropiadas. ¿A qué se refiere esto fundamentalmente? A seducir a otros de forma imprudente y a involucrarse en relaciones caracterizadas por el deseo lujurioso. ¿Qué se compartió con respecto a este aspecto? Cuando surgen personas de este tipo en la iglesia, ¿de qué manera se las debería tratar? ¿Qué soluciones existen? ¿Deberíamos hacer la vista gorda y dejarlo pasar sin hacer nada al respecto, o deberíamos resolver el problema según los principios-verdad? ¿Deberíamos evitarlo o influenciar a aquellos que se involucran por amor? ¿Deberíamos compartirles la verdad o darles una advertencia y echarlos? ¿Cuál es la forma más adecuada de manejarlo? (Advertirles y restringir a las personas involucradas. Si no es posible restringirlas, echarlas). ¿Cómo se los debería limitar? ¿Es fácil hacerlo? Cuando ocurren tales situaciones, generalmente no es muy fácil restringir a las personas involucradas. Algunos se dan cuenta de la situación y sienten que es inapropiada, pero les da vergüenza decir lo que piensan. Algunas personas pueden darlo a entender indirectamente, pero los involucrados no necesariamente prestan atención. ¿Cómo es la humanidad de todos aquellos que son capaces de seducir a otros imprudentemente? ¿Son personas dignas e íntegras? ¿Poseen el decoro de los santos? ¿Tienen dignidad y sentido de la vergüenza? (No). Si alguien se limita a recordárselos con palabras o les comparte la verdad de manera normal, ¿se puede resolver el problema? No. Cuando ocurre algo así, quiere decir que en realidad ha estado gestándose en su corazón durante mucho tiempo. ¿Es fácil controlarlo a esas alturas? ¿Es posible resolver el problema si se los ayuda o se intenta influir en ellos con cariño? (No). Entonces, ¿cuál es la mejor solución? Echar a esas personas, aislarlas de quienes creen en Dios de manera sincera y cumplen con sus deberes, y no permitirles que sigan perturbando y dañando a otros.

Actualmente, en algunas iglesias, los problemas relacionados con hombres y mujeres que se seducen mutuamente surgen de forma incesante. Siempre que tienen la oportunidad, estas personas se seducen entre sí y se comportan de manera especialmente indecente y sin ningún sentido de la vergüenza. Escuché sobre un hombre que sedujo a muchas mujeres; no se involucraba en un romance serio, sino que seducía imprudentemente y se aferraba a cualquier mujer que encontraba. Algunas personas dicen: “Solo están interactuando con normalidad; no es más que su forma de relacionarse”. La mayoría de las personas considera que esa manera de interactuar es indecorosa, repugnante y desagradable. ¿Acaso no es un problema? ¿Puede esto probar que tales relaciones son inapropiadas? Si el romance entre dos personas afecta no solo el cumplimiento de sus deberes, sino también el de otros, se las debería restringir. No se les permitirá tener citas dentro de la vida de iglesia, especialmente en una iglesia con un deber a tiempo completo, debido a que esto afecta el cumplimiento de los deberes de los demás y perjudica la obra de la iglesia. Cuando logren concentrarse en sus deberes, podrán regresar a la iglesia con un deber a tiempo completo para que lleven a cabo los suyos. Algunas personas no se involucran en una relación seria, sino que seducen y se aferran imprudentemente a otras, juegan con ellas albergando deseos lujuriosos, perturban la vida de iglesia, afectan el estado de ánimo de las personas y perturban a los demás. Esta situación constituye una perturbación para la obra de la iglesia y debería resolverse y manejarse de acuerdo con los principios. A estas personas se las debería aislar y echar oportunamente. ¿Es sencillo manejar este problema? No se debería permitir que nadie trastorne y perturbe la vida de iglesia ni su obra y tales problemas deberían manejarse de acuerdo con los principios. Algunos dicen: “En situaciones en las que si se trata a una persona no habrá nadie que asuma sus deberes, no se la puede tratar y se le debe permitir que siga adelante y que seduzca a otros a su antojo. Independientemente de la forma en que seduzca a otros, se debe permitir que lo haga”. ¿Tiene la casa de Dios este tipo de regla? ¿Existía este principio en la enseñanza de la última reunión sobre cómo tratar a tales personas? (No). Cuando los líderes y los supervisores de la iglesia se enfrentan a estas situaciones, se confunden, no saben cómo manejarlas y permiten que estas personas seduzcan imprudentemente a otras en la iglesia, lo que hace que la mayoría de la gente se sienta incómoda y poco edificada, su corazón siente repulsión, pero no se atreve a hablar y tiene que soportarlo. Los líderes y los supervisores creen que la obra de la iglesia y la casa de Dios no pueden prescindir de estas personas, que si se expulsa a estos seductores imprudentes habrá menos manos para realizar la obra. ¿Es correcta esta lógica? (No). ¿En qué sentido es incorrecta? (Estas personas no pueden hacer el trabajo; no tienen la mente puesta en ello). Eso da en el clavo. ¿Qué tipo de personas creéis que son capaces de seducir a otros de manera imprudente? No pueden contenerse en absoluto; son incrédulos, no creyentes. No es solo que no aman la verdad y que sienten aversión por ella, que tienen poca fe, son jóvenes y su base es poco profunda; eso no es todo. ¿Son todos los no creyentes que no creen en Dios capaces de seducir imprudentemente a otros? ¿Son todos ellos capaces de participar en actividades licenciosas? Solo una parte de ellos; una minoría todavía valora la integridad y la dignidad, se preocupa por su reputación y tiene una base para su conducta. Estos supuestos creyentes no son mejores que los no creyentes, entonces, ¿es exagerado llamarlos no creyentes e incrédulos? (No). Aunque estas personas pueden realizar alguna labor en la casa de Dios, en términos de su naturaleza, son incrédulos y no creyentes. No tienen principios para nada de lo que hacen y se comportan sin una base, sin dignidad y sin sentido de la vergüenza. Los no creyentes incluso apoyan la idea de que “El orgullo es tan necesario para la gente como respirar”; sin embargo, estas personas ni siquiera quieren preservar su orgullo, ¿pueden entonces desear la verdad? ¿Son capaces de esforzarse por Dios de manera sincera? ¿Pueden actuar de acuerdo con los principios en su deber? ¡De ninguna manera! Son mera mano de obra. Las personas que contribuyen con mano de obra no poseen ninguna verdad; su contribución trastorna y perturba y no satisface el estándar del cumplimiento del deber. Aunque a simple vista parece que realizan su deber, sin importar la manera en la que se les compartan los principios, básicamente, no escuchan. Hacen lo que quieren, no actúan según los principios. Cuando estas personas escuchan sermones, su comportamiento y expresiones dejan en evidencia su esencia de incrédulos. Otros se sientan erguidos y escuchan con seriedad y atención, pero ¿cómo escuchan estas personas? Algunas se recuestan en una mesa, se estiran y bostezan con frecuencia, no se sientan correctamente, no parecen humanas. ¿Qué clase de personas son las que no parecen humanas? No son humanos en absoluto; simplemente lucen una forma humana. ¿Cómo os sentís cuando veis que un grupo de estos “reptiles” vienen a escuchar sermones? ¿No os hace sentir incómodos? (Sí). Este grupo resulta repugnante, y verlos me quita las ganas de hablar. Yo les hablo a los humanos, no a los reptiles. ¿Pueden los estados de las personas que escuchan sermones de esta manera mejorar a medida que cumplen con su deber? ¿Puede su fe en Dios crecer y pueden entender la verdad con mayor claridad cuanto más cumplen con su deber? ¡En absoluto! No importa cómo cumplan con su deber, su estatura y su fe no crecen. Hacen todo de forma licenciosa y sin control, viven dentro de las lujurias de la carne y las actitudes corruptas, no poseen ninguna conciencia, remordimiento ni disciplina, ¡no son humanos! Para tales personas, sin siquiera considerar las demás cosas malas que han realizado ni sus acciones que han vulnerado los principios y dañado los intereses de la casa de Dios, con solo involucrarse en relaciones inapropiadas es suficiente para que se las eche. Este es un asunto muy simple, sin embargo, los líderes de la iglesia y los supervisores solo se rascan la cabeza sin saber cómo manejarlo. Hacerlo es sencillo; ya hemos hablado sobre ello anteriormente. Debería manejarse de acuerdo con los principios y se debería echar a aquellos a los que se debería echar. No lo pienses demasiado; la obra de la casa de Dios seguirá adelante a la perfección sin ellos. Decidme, ¿qué debería hacer una persona si encuentra caca o excremento de perro en algún lugar? Debería limpiarlo de inmediato. Si no se limpia a tiempo, las moscas y los mosquitos vendrán al instante, y las personas no pueden estar en paz en un lugar así. ¿Qué quiero decir con todo esto? (Para resolver el problema de involucrarse en relaciones inapropiadas en la iglesia, el primer paso es depurar a esos viles incrédulos). Sí, eso es exactamente lo que quiero decir. Cuando en la iglesia hay personas del tipo “caca de perro asquerosa”, sin duda atraerán a algunas “moscas asquerosas”. Al depurar la caca de perro asquerosa, estas moscas naturalmente desaparecerán. ¿No es esta una solución? ¿Es una solución razonable? (Sí). Al lidiar con tales problemas, algunos líderes de la iglesia siempre se preocupan y dicen: “Si depuramos a aquellos que seducen imprudentemente a otros, ¿no habrá menos personas para hacer el trabajo?”. ¿Es este un problema? (No). ¿Por qué no? ¿Cómo debería resolverse este asunto? Incluso si su preocupación tuviera sentido y se pensara que si las exigencias hacia las personas fueran demasiado estrictas y se depurara a aquellos que podrían hacer el trabajo, no existiría nadie para hacer esta parte de la obra, ¿no sería fácil encontrar a otras personas capacitadas para reemplazarlos? (Sí). Y aunque no fuera posible encontrar reemplazos de inmediato, la obra podría hacerse más tarde, cuando se encuentren personas adecuadas sin afectar la obra de la casa de Dios. La casa de Dios no respalda a aquellas personas que no realizan un trabajo correcto. Si pueden arrepentirse y ocuparse de las tareas apropiadas, pueden continuar haciendo el trabajo, pero si no se arrepienten, no se les debería permitir que lleven a cabo su deber. ¿No es esto justificado y razonable? La casa de Dios prefiere apoyar a los contribuyentes de mano de obra antes que a los incrédulos y no creyentes. ¿Es correcto este principio? (Sí). ¿En qué sentido es correcto? Aunque la mano de obra no persiga la verdad, aún está dispuesta a contribuir y puede esforzarse de una manera educada y obediente en la casa de Dios. A pesar de que solo se estén esforzando, son leales y, como mínimo, no son malas personas. Estos son los tipos de personas a los que la casa de Dios retiene. Si una persona es mala y vil, siempre se involucra en prácticas torcidas e infames, y si ni siquiera puede ser mano de obra apropiada ni cumple con el estándar de los contribuyentes de mano de obra, tal persona es un no creyente y la casa de Dios no la conserva. Por lo tanto, no es porque son mano de obra que la casa de Dios no los conserva, sino porque su contribución ni siquiera cumple con el estándar y es, incluso, transaccional. Se debe a que siempre quieren hacer el mal y causar perturbaciones, tratan en todo momento de involucrarse en prácticas torcidas e infames en la iglesia, alteran el orden de la obra de la iglesia y afectan el cumplimiento del deber de la mayoría de las personas. Corrompen la atmósfera de la iglesia y deshonran el nombre de Dios; nada podría ser más apropiado que depurarlas. Dondequiera que existan personas del tipo “caca de perro asquerosa”, se las debe depurar de inmediato. ¿Entendido? (Sí).

XI. Manipular y sabotear las elecciones

Hoy, seguiremos hablando sobre la duodécima responsabilidad de los líderes y obreros: “Detectar con prontitud y precisión a las diversas personas, acontecimientos y cosas que perturban y trastornan la obra de Dios y el orden normal de la iglesia; pararlos y restringirlos, y darles la vuelta a las cosas; asimismo, compartir la verdad de manera que el pueblo escogido de Dios desarrolle discernimiento por medio de estas cuestiones y aprenda de ellas”. ¿Cuál es el undécimo punto de esta duodécima responsabilidad? (Manipular y sabotear las elecciones). Hemos hablado anteriormente sobre ciertos aspectos relacionados con la manipulación y el sabotaje de las elecciones cuando compartimos y expusimos las diversas manifestaciones de anticristos, ¿no es cierto? (Sí). Los arreglos de la obra de la casa de Dios incluyen reglas para las elecciones en la iglesia. Las elecciones pueden celebrarse una vez al año y también puede haber elecciones en ciertas circunstancias especiales. Todas las iglesias deben seleccionar líderes y obreros en todos los niveles de acuerdo con los principios establecidos por la casa de Dios. Estas reglas contienen los principios electorales, los criterios relativos a la selección de las personas, los métodos y enfoques de las elecciones y diversos asuntos a considerar que los hermanos y hermanas deben conocer durante las elecciones. Por supuesto, antes de cada elección, los líderes y obreros de todos los niveles deben hablar sobre cada uno de los aspectos que conciernen a los principios electorales a fin de asegurar que el pueblo escogido de Dios pueda comprenderlos con claridad. De esta manera, los resultados de la elección serán mejores. Hoy no vamos a hablar sobre los detalles de las elecciones; el tema principal de la enseñanza de hoy son algunas manifestaciones de manipulación y sabotaje de las elecciones.

A. Las manifestaciones de manipular y sabotear elecciones

Las elecciones de la iglesia deben seguir estrictamente los principios electorales establecidos por la casa de Dios a fin de seleccionar a los candidatos más aptos para ser líderes y obreros. Si se vulneran los principios electorales y se utilizan otros métodos de elección, es obra de los falsos líderes y anticristos. La casa de Dios debe prohibir tales vulneraciones e investigar y tratar a los principales responsables de manipular las elecciones. Durante las elecciones de la iglesia, se pondrá en evidencia a diversas personas y se revelarán las distintas mentalidades de la gente. Algunas personas realizan muchas maniobras tras bambalinas para lograr ser electas como líderes o para que aquellos que les resultan beneficiosos sean elegidos. Por ejemplo, algunas personas temen que quienes persiguen la verdad sean seleccionados para ser líderes y pongan en peligro su estatus, por lo que hacen todo lo posible por emitir juicios sobre estas personas a sus espaldas con respecto a las debilidades que han mostrado y los errores que han cometido, y los condenan como arrogantes y sentenciosos que poseen el carácter de los anticristos, y demás, todo con el fin de hacerlos perder la elección. Con el propósito de ser elegidos líderes, otros compran cosas bonitas para sobornar a la gente durante el período electoral o hacen promesas con palabras agradables, y también utilizan diversos medios a fin de incitar e instigar a otros sobre a quién votar y a quién no. No importa qué medios y métodos usen, todos son en aras de manipular las elecciones e influir en los resultados electorales. A pesar de que la iglesia habla constantemente sobre los principios concernientes a las elecciones —como seleccionar a aquellos que poseen una buena humanidad, que persiguen la verdad y que pueden guiar a los hermanos y hermanas a cumplir con sus deberes con normalidad, a leer las palabras de Dios regularmente, a entrar en la realidad-verdad y otros principios similares—, estas personas simplemente no escuchan y quieren realizar maniobras turbias. ¿Qué significa realizar maniobras turbias? Que siempre quieren jugar sucio. Nunca evalúan abiertamente quién es bueno y quién no, y en todo momento quieren realizar maniobras turbias y participar en intrigas y maquinaciones astutas detrás de escena. Incluso traman en secreto a quién elegir y a quién no y tratan de lograr que todos lleguen a un consenso. ¿No son estas maniobras turbias? ¿No es esto jugar sucio? (Sí). ¿Es esto salvaguardar las elecciones de manera abierta y transparente en función de los principios-verdad? No. Están usando intrigas y métodos humanos en un intento audaz de manipular las elecciones. ¿Cuál es su objetivo al manipular las elecciones? Quieren controlar los resultados electorales, quieren ser ellos mismos quienes resulten elegidos y, si no pueden ganar la elección, quieren decidir quién resulta elegido, por lo que realizan maniobras turbias tras bambalinas. No muestran consideración por la obra de la iglesia ni por la entrada en la vida de los hermanos y hermanas. No piensan en los intereses de la casa de Dios ni en los de los hermanos y hermanas; solo toman en cuenta sus intereses personales. Cuando se llevan a cabo las elecciones, su máxima prioridad son sus propias intenciones y deseos. Entonces, ¿por qué quieren manipular las elecciones? Si alguien realmente quisiera llevar a los hermanos y hermanas ante Dios y a la realidad-verdad, ¿actuaría de esta manera? ¿Tendría tales ambiciones? ¿Mostraría tal comportamiento? No. Solo aquellos con motivos ocultos, ambiciones y deseos que quieren manipular las elecciones de la iglesia actuarían de esta manera. Dentro de la iglesia, atraen a algunas personas que se llevan bastante bien con ellos, que comparten sus puntos de vista y que tienen los mismos propósitos y objetivos, y también hacen caer en la trampa a algunas personas que suelen ser débiles, no persiguen la verdad en gran medida, y son atolondradas, ignorantes y fáciles de influenciar y manipular, y de este modo forman una fuerza para perturbar la obra electoral de la iglesia. Su propósito al oponerse a la iglesia es lograr que los elijan y tener la última palabra en los resultados electorales. Quieren elegir a las personas que han determinado de antemano, aquellas que les son beneficiosas. Si estas personas resultan electas, entonces, su plan ha tenido éxito. ¿Sería correcto o incorrecto el resultado de una elección así? (Incorrecto). Definitivamente, sería incorrecto. Los elegidos a través de una elección arreglada por personas malvadas ciertamente serían convenientes para las personas malvadas. ¿Por qué les resultarían beneficiosos? Porque estas podrían actuar de forma deliberada e imprudente y salirse de control en la iglesia sin que nadie se atreva a desenmascararlas ni a restringirlas. No se las echaría, y excluirían y reprimirían a aquellos que persiguen la verdad, y la iglesia se convertiría en los dominios de los malvados. Es evidente que cuando las personas malvadas manipulan una elección, el resultado final es definitivamente incorrecto; desde luego, va en contra de la opinión popular y vulnera los principios. Los líderes de la iglesia y los hermanos y hermanas deben estar al tanto y atentos a todos los comportamientos y acciones de estas personas durante las elecciones. No deben atolondrarse al respecto. Una vez que se descubren indicios de manipulación y sabotaje de una elección, se deben tomar medidas con prontitud para restringir a los involucrados, y si estos no pueden ser restringidos, se los debe aislar. Estas personas son particularmente audaces, desenfrenadas y difíciles de controlar. Para sabotear las elecciones y manipular los resultados, seguramente realizarán maniobras turbias detrás de escena y dirán y harán muchas cosas. ¿Qué se debe hacer al respecto? El asunto es fácil de manejar. Si los líderes de la iglesia descubren el problema, deben dejarlo en evidencia y darlo a conocer, y hacer que los hermanos y hermanas hablen sobre la gravedad y las consecuencias de este asunto y sobre cuál es exactamente la naturaleza de tales acciones. Finalmente, deben tomar ciertas medidas. ¿Qué medidas deben tomarse? A cualquiera que siempre realice maniobras turbias bajo cuerda e intente manipular y sabotear las elecciones se lo debe tratar sin contemplaciones y se le debe prohibir participar en las elecciones. ¿Qué significa esto? Significa que su voto no cuenta. No importa cuántas personas estén involucradas en manipular y sabotear una elección, sus votos deben ser anulados y no se les debe permitir participar en la elección. Independientemente de quién sea que resulte desorientado y perturbado, mientras haya seguido los modos de aquellos que manipulan la elección y se haya confabulado con personas malvadas para dañar deliberadamente la elección, el pueblo escogido de Dios debe alzarse para desenmascararlo y revocar su derecho a participar en las elecciones. ¿Es esta una buena estrategia? (Sí). El único propósito de todo esto es salvaguardar la obra de la iglesia. ¿No se niegan estas personas a aceptar restricciones? ¿No rehúsan aceptar los principios electorales de la casa de Dios? ¿Acaso no quieren tener la última palabra? Si la tienen, es Satanás quien tiene la última palabra. La casa de Dios y la iglesia son lugares donde reina la verdad; no se puede permitir que Satanás tenga el control. Dado que estas personas quieren realizar maniobras turbias y manipular y sabotear deliberadamente esta elección, es simple: sus votos son nulos. No importa por quién voten, no sirve de nada; ninguna de sus opiniones es válida, y aunque insistan en postularse en la elección, no funcionará. La casa de Dios tiene decretos administrativos y preceptos, y se les ha retirado y cancelado su derecho a participar en esta elección. Si aun así perturban la próxima elección, se revocará por completo su derecho a participar en elecciones, y ya no se les permitirá participar en absoluto. Así es como se debe manejar a aquellos que siempre realizan maniobras turbias para manipular y sabotear elecciones.

Siempre que hay una elección en la iglesia, existen algunas personas malvadas que comienzan a perder la calma. Algunas realizan maniobras turbias tras bambalinas en un intento de manipular y sabotear la elección, mientras que otras están ansiosas por competir abiertamente con los demás por el puesto de liderazgo. Discuten hasta ponerse rojas e incluso llegan al punto de actuar impetuosamente, recurrir a la violencia y agarrarse a las trompadas, y hacen que los hermanos y hermanas se sientan inseguros con respecto a quién escuchar o elegir. Durante la elección, no hablan sobre la verdad ni discuten cómo llevarían a cabo la obra de la iglesia, qué sendas habría en la obra ni qué ideas y planes de trabajo propondrían si resultaran elegidas líderes. En su lugar, se aseguran de exponer las deficiencias de otros candidatos y de atacarlos, mientras también atraen a un grupo de personas para formar una oposición contra otro grupo y crean una situación que causa divisiones en la iglesia. ¿En qué se convierte una elección así? En algo que divide a la iglesia. Antes incluso de que se conozcan los resultados de la elección, la iglesia ya se ha dividido. ¿Es este un fenómeno que debería surgir durante una elección en la iglesia? ¿Es un fenómeno normal? No. Si quieres ser líder y consideras que cuentas con algunas habilidades y sentido de la carga, y estás cualificado para este trabajo, puedes participar en la elección según los principios de la casa de Dios. Por supuesto, también puedes exponer tus fortalezas y tus méritos y hablar sobre tus entendimientos y experiencias, para que los hermanos y hermanas puedan estar convencidos y confíen en ti para asumir el trabajo de liderazgo de la iglesia. Sin embargo, no deberías lograr tu objetivo de ser elegido atacando a otros, ya que esto puede desorientar fácilmente a las personas y provocar consecuencias negativas. Los hermanos y hermanas que no poseen suficiente estatura ni discernimiento pueden perfectamente ser objeto de tu desorientación y no sabrán a quién elegir, y la iglesia también puede sumirse en el caos y llenarse de discrepancias. ¿No sería eso darle a Satanás una oportunidad para aprovecharse? En resumen, participar en una elección sin seguir los principios y tener constantemente ambiciones y deseos y utilizar medios despreciables para lograr el objetivo de resultar electo, pertenecen en su totalidad a la naturaleza de la manipulación y el sabotaje de las elecciones y son comportamientos electorales inapropiados. Desde luego, algunas personas tienen una conducta correcta que debe diferenciarse de esto. Por ejemplo, si un candidato habla sobre cómo realizar adecuadamente varios aspectos de la obra de la iglesia, como el trabajo evangélico, el trabajo relacionado con textos y la obra de asuntos generales, o cómo mejorar la vida de iglesia, resolver las dificultades del pueblo escogido de Dios en su entrada en la vida, y demás, todo esto es acertado. Expresar los puntos de vista y entendimientos propios de manera adecuada, compartir las ideas y los planes respecto a la obra de la iglesia, etcétera, son parte del discurso y el comportamiento normales, y se ajustan a los principios electorales establecidos por la iglesia. Aparte de estos, cualquier comportamiento inapropiado manifestado durante los períodos electorales que sea particularmente obvio debe llamar la atención de las personas. Deben estar atentas a ellos y discernirlos; no deben descuidarse.

Algunas personas suelen decir que están ocupadas con su trabajo, que tienen muchos problemas familiares o que se encuentran en un entorno inadecuado como pretexto para no cumplir con sus deberes y no participar en la vida de iglesia. Sin embargo, cuando llega el momento de elegir a los líderes de la iglesia, estas dificultades desaparecen repentinamente, se arreglan meticulosamente para la ocasión y se acercan a participar de la elección. No han aparecido en mucho tiempo, pero en cuanto escuchan la gran noticia de la elección en la iglesia, vienen de prisa con entusiasmo. ¿A qué? Vienen por la elección, por el cargo de líder de la iglesia, por ese “cargo público”. Este tipo de persona actúa de manera particularmente astuta. Como teme que los demás sospechen que desea convertirse en líder de la iglesia, evita mencionar la elección y solo se enfoca en compartir sus entendimientos y experiencias para ganar la admiración de la gente. Además, come y bebe las palabras de Dios en público, guía a todos para que compartan Sus palabras y comparte su propio testimonio vivencial. En realidad, por lo general casi nunca participa en la vida de iglesia, pocas veces comparte la verdad y no es capaz de conversar sobre ningún entendimiento vivencial. No obstante, cuando se aproxima la elección, muestra un cambio notable. Participa activamente en la vida de iglesia y está ansiosa por orar, cantar himnos y compartir, se la ve particularmente motivada y proactiva, y se destaca de forma notoria. Después de las reuniones, busca oportunidades para conversar con los hermanos y hermanas sobre cuestiones familiares y generar vínculos. Cuando ve a un líder de la iglesia, dice: “No te ves muy bien últimamente. Tengo unos dátiles en casa; te traeré algunos”. Cuando ve a determinada hermana, comenta: “Me enteré de que tu familia está teniendo dificultades económicas. ¿Necesitas ayuda? Puedo darte algo de ropa”. En todas las reuniones está especialmente activa, muy diferente a como era antes. Tiempo atrás, se presentaba ocasionalmente solo para mostrarse y, sin importar quién la llamara para reunirse, se excusaba diciendo que estaba ocupada. Pero durante el período de elecciones, aparece de repente y participa en todas las reuniones y no falta a ninguna. En cada reunión, los hermanos y hermanas hablan de asuntos y principios relacionados con la elección y, por supuesto, ella también se involucra. Durante este período, hace todo lo posible para cultivar buenas relaciones con los hermanos y hermanas y se esfuerza por captar la atención de una parte de ellos. Incluso realiza múltiples ofrendas frente a los hermanos y hermanas, lo que causa asombro en la mayoría de las personas, que piensan: “Lleva mucho tiempo creyendo en Dios, pero nunca antes la vimos hacer ofrendas. ¿Por qué es tan generosa ahora? ¿Realmente ha cambiado para mejor y se ha corregido?”. Algunas personas necias e ignorantes que no son capaces de evaluar ningún asunto piensan que esta persona realmente ha cambiado para mejor, que antes la habían juzgado mal y sin darse cuenta en sus corazones desarrollan una impresión favorable de ella, y piensan: “La familia de esta persona es rica; tiene contactos y acceso a maneras de lograr que las cosas se hagan. Si se convierte en líder, puede conseguir que se hagan muchas cosas para la iglesia. ¿No le brindaría esto una ayuda a nuestra iglesia para predicar el evangelio y acoger a algunos hermanos y hermanas que son perseguidos y tienen dificultades? Si puede mantenerse tan activa, sería estupendo, pero no sé si es capaz de seguir así ni si estaría dispuesta a ser nuestra líder en la iglesia”. ¿Acaso no se han dejado desorientar y confundir algunas personas? Todo lo que ha estado haciendo comienza a dar frutos, ¿no es así? Las piezas empiezan a encajar y pronto veremos los resultados. ¿No es esto lo que quiere? (Sí). Además, le da dos prendas de vestir a una persona, una canasta con verduras a otra y algunos suplementos para la salud a otra más y se asegura de atender a todas. Esto hace que los demás piensen: “Si esta persona se convirtiera en líder de la iglesia, ¿no sería un gran pastor? ¿No es alguien en quien la mayoría de las personas querría confiar?”. ¿No es ahora el momento oportuno? ¿No elegirán los hermanos y hermanas a alguien así con facilidad? Esta persona es culta, elocuente y tiene cierto estatus en la sociedad. Si la iglesia enfrenta arrestos, puede proteger a los hermanos y hermanas. En caso de que alguna de las familias de los hermanos y hermanas tenga dificultades, puede extender una mano amiga y también es capaz de ayudar en la obra de la iglesia cuando se necesite más gente. Aun así, hay algo que la mayoría de las personas no tiene claro: “No solía perseguir la verdad y durante mucho tiempo casi nunca asistió a las reuniones. Pero ahora, cuando es tiempo de elecciones, asiste velozmente a unas pocas reuniones. Si se la elige líder, ¿entenderá la verdad? Si no entiende la verdad y solo es capaz de proteger a estas personas o de proporcionarles algunos beneficios, ¿puede ayudarlas a entender la verdad? ¿Puede llevarlas ante Dios? Resulta dudoso”. Mientras algunos tienen dudas en su corazón, otros han permitido que los beneficios de esa persona influyan en ellos y los compren. ¿No es una situación muy peligrosa? Un solo voto podría marcar la diferencia para que resulte electa. Independientemente del resultado final de la elección, ¿son apropiadas las acciones y los comportamientos de tales personas? (No). En los momentos más oportunos, dan limosnas, hacen ofrendas y ayudan a los hermanos y hermanas a resolver algunas dificultades reales. Cuando algunos hermanos y hermanas se mudan, les facilitan el transporte, y cuando algunas de las familias de los hermanos y hermanas tienen problemas de dinero, les prestan algo. Si algunos no tienen teléfono, les compran uno, y cuando algunos no tienen computadoras, les dan la suya… Hacen estas cosas en los momentos más oportunos, en los momentos más críticos. ¿Qué tipo de comportamiento es este? Actuar de este modo con la intención de competir por el liderazgo mediante secretos y propósitos inmencionables, ¿no es acaso manipular y sabotear las elecciones? (Sí). No vienen antes ni después, sino que aparecen precisamente en el momento de la elección del líder. ¿No guardan secretos innombrables? No podría ser más obvio; seguramente los guardan. No es que hayan tenido un ataque súbito de conciencia y quieran hacer buenas obras; su objetivo es postularse para asumir el liderazgo de la iglesia, convertirse en la persona a cargo de ella y manipular a la iglesia y al pueblo escogido de Dios. ¿Quieren manipular a estas personas para poder hacer cosas de verdad por ellas? (No). Entonces, ¿qué quieren hacer? Quieren controlar al pueblo escogido de Dios, controlar la iglesia y forjar un cargo en ella donde puedan desempeñar un rol de funcionarios y tener la sartén por el mango. ¿No cuentan estos métodos y prácticas inusuales como manipulación y sabotaje de elecciones? (Sí).

Durante las elecciones de la iglesia, algunas personas que temen no obtener suficientes votos votan por sí mismas. ¿No suena absurdo y extraño? ¿Cuál es la naturaleza de una persona que se vota a sí misma? ¿Es una manifestación de falta de confianza, de descaro o de ambición desmedida? Es todo eso. Teme no resultar electa, por lo que no tiene otra opción que votar por sí misma; es falta de confianza. No tiene lo que se necesita, pero aun así quiere ser líder; como teme que otros no voten por ella, se vota a sí misma. ¿No es esto un descaro? Es más, su ambición desmedida nubla su juicio al punto de tirar el orgullo por la borda y quedarse sin integridad ni dignidad: “Si no votas por mí, no lo toleraré; debo ser líder de la iglesia. Si no puedo ser líder, ¡no creeré más en Dios!”. Insiste en ser líder, en actuar como un funcionario, solo se siente tranquila y contenta en la vida cuando tiene estatus. ¡Qué ambiciones y deseos enormes tiene! Valora el estatus en exceso y cree en Dios solo para convertirse en líder. ¿Qué tiene de grandioso ser líder? Si no valorara los beneficios del estatus y no disfrutara de todo el trato preferencial que este conlleva, ¿seguiría codiciando ese cargo? ¿Seguiría votando por sí misma? ¿Seguirían siendo tan enormes sus ambiciones y deseos? ¿Seguiría valorando tanto el estatus? No. Tales personas siempre quieren manipular las elecciones y esforzarse en ellas, y recurren a cualquier acto turbio. Aunque ellas mismas sienten que actuar de esta manera es deshonroso, que no es transparente ni honrado, y en cierto modo es humillante, después de reflexionarlo un poco, piensan: “Qué más da, ¡lo que importa es ser elegido líder!”. Es un descaro. Incluso quieren imitar los métodos de debate utilizados en las elecciones de países democráticos, donde los candidatos ponen al descubierto los defectos del otro, se juzgan y se atacan mutuamente, se involucran en disputas verbales, y utilizan estas tácticas en las elecciones de la iglesia. ¿No es esto un grave error? ¿Acaso no es el ámbito equivocado para tales tácticas? Si vienes a la iglesia a participar en estas acciones torcidas e infames y tratas de manipular y sabotear las elecciones, te digo, ¡has elegido el lugar equivocado para hacerlo! Esta es la casa de Dios, no es la sociedad; todos los que manipulan y sabotean las elecciones serán condenados sin excepción. En la iglesia, independientemente de las razones, los pretextos o los métodos utilizados con el propósito de manipular y sabotear las elecciones, son indefendibles y constituye una acción malvada. ¡Siempre será una acción malvada! Todos los que intentan manipular y sabotear las elecciones son condenados. A tales individuos no se los reconoce como miembros de la casa de Dios ni como hermanos y hermanas, y, en cambio, son catalogados como siervos de Satanás. ¿Qué tipo de cosas hacen los siervos de Satanás? Se especializan en hacer todo tipo de cosas que trastornan y perturban la obra de Dios y el orden normal de la iglesia. Aquellos que manipulan y sabotean las elecciones desempeñan estos roles negativos, actúan de la misma manera que los siervos de Satanás. Sin importar la obra que la iglesia emprenda, estas personas se alzan para sabotearla y destruirla, no tienen en cuenta los arreglos de la obra ni los preceptos de la casa de Dios, hacen caso omiso de Sus decretos administrativos y, aún más, ignoran a Dios. Intentan hacer lo que desean en Su casa, manipulan diversos asuntos de la iglesia, y más aún a sus miembros, y llegan incluso a manipular y sabotear las elecciones de la iglesia. ¿A través de qué medios intentan manipular al personal de la iglesia? Buscan oportunidades para manipular y sabotear las elecciones de la iglesia. Una vez que estos siervos de Satanás han manipulado y saboteado una elección, esta ha fracasado. Si estos siervos de Satanás se salen con la suya y se convierten en líderes de la iglesia, ¿es correcto o incorrecto el resultado de la elección? Claramente es incorrecto. Se debe volver a realizar una elección mediante la enseñanza de la verdad y la reseña de las lecciones aprendidas.

B. Principios para ocuparse de las personas malvadas que manipulan las elecciones de la iglesia

Cuando las personas malvadas manipulan las elecciones, es necesario realizar una nueva elección. ¿Cómo debería ponerse esto en práctica? (Los resultados de la elección deben anularse y debe realizarse otra elección). Esta es una forma. La información interna acerca de la manera en la que estas personas malvadas manipularon la elección debería transparentarse y hacerse pública para que todos sepan cómo fue el proceso electoral y cómo se produjeron los resultados. Después de que esta información interna se dé a conocer, se deberían invalidar los resultados de la elección y realizar una nueva elección. Dicha elección no debe contar con la aprobación de la mayoría del pueblo escogido de Dios, y sin importar quién haya resultado elegido, los resultados no se pueden aceptar. En circunstancias normales, al hablar sobre la verdad y al sacar a la luz la versión interna, es posible rechazar los resultados de la elección y volverla a realizar. Pero a veces, en ciertas circunstancias especiales, incluso si una pequeña parte de las personas descubre que los siervos de Satanás manipularon los resultados de la elección y que la persona elegida no puede en absoluto realizar el trabajo y es solo una marioneta, debido a que la mayoría en la iglesia se encuentra desorientada por las personas malvadas y sigue del lado de los siervos de Satanás, mientras solo una minoría tiene cierto discernimiento y conoce la información interna —y nadie cree en esta minoría ni la escuchan cuando habla—, esta se encuentra aislada, no tiene poder alguno y, en esencia, carece de fuerza para revertir la situación. En tales circunstancias, puede que quieras sacar a la luz la versión interna de la manipulación de la elección, pero no es fácil entender la situación con claridad. En ese caso, además de informarlo a los líderes y obreros de mayor jerarquía, ¿qué más podéis hacer? Si continúas viviendo la vida de iglesia, te excluirán. No parece apropiado asistir a reuniones en otra iglesia porque las personas allí no pueden simplemente acoger a un extraño al azar. ¡Esto te pone de veras entre la espada y la pared! Ves que el líder electo de la iglesia tiene mala humanidad, es un diablo, y no es la persona que debería haber sido elegida, así que te enfadas solo con verlo. Ir a las reuniones te hace sentir incómodo, pero dejar de ir tampoco es una opción. Si no vas, y cortas tu relación con la iglesia, perderás tu vida de iglesia, lo cual no es algo que puedas hacer. Entonces, ¿existe una buena solución para este problema? Esto requiere de sabiduría. ¿Cuál sería la consecuencia si te apresuras a exponerlos? Esas personas podrían unirse para acallarte y hacer que te retires o, si las cosas realmente no fueran bien, incluso podrían deshacerse de ti y te convertirías en la víctima de una injusticia. Esta es la consecuencia más probable. Entonces, ¿cuál es la mejor solución? (Aliarse con algunos hermanos y hermanas que posean discernimiento y recopilar todas las pruebas de las acciones malvadas de estas personas que manipulan de manera encubierta la elección. Informarlo a los líderes y obreros de mayor jerarquía y también compartir rápidamente la verdad con los hermanos y hermanas que resultaron desorientados para recuperarlos). ¿Se la considera una buena solución? ¿Está bien hacer estas cosas apresuradamente? ¿Cuál es la consecuencia de apresurarse? (Hace que, sin quererlo, resulte fácil alertar al enemigo). Cuando os encontráis con asuntos como este, ¿tenéis miedo u os sentís nerviosos? ¿Deberíais tener miedo o sentiros nerviosos? (No). En teoría, no deberías tener miedo; es lo que tu racionalidad te dice. Sin embargo, ¿cómo es en realidad para las personas? Lo más crucial es si las personas entienden la verdad. Si las personas no entienden la verdad y solo cuentan con su determinación, seguirán teniendo miedo en su interior. Cuando tienes miedo, ¿es fácil lograr resultados sin importar lo que hagas ni cómo lo hagas? (No). Cuando tienes miedo, ¿en qué estado te encuentras? Temes el poder de estas personas, que descubran que las has discernido y que intentas protegerte de ellas, y tienes miedo de que te acallen y te marginen cuando vean que no estás de su lado y de que a la larga te echen de la iglesia. En tu corazón, tendrás tales preocupaciones. Cuando las tienes, ¿puedes contar con la sabiduría, el valor y los medios para interactuar con estas personas, resolver los problemas que causaron o desenmascarar sus acciones malvadas para que los hermanos y hermanas logren discernimiento y no resulten desorientados? ¿Cuál es la forma más apropiada de actuar? Cuando tienes miedo, ¿no te encuentras en una condición débil? En primer lugar, eres débil y pasivo. Por un lado, careces de una fe sólida en Dios y, por otro, piensas: “Así que estas personas malvadas han tenido éxito. ¿Cómo es posible que ahora sea el único que discierne este asunto? ¿Tienen los demás algún discernimiento? Si les cuento a otros acerca de la verdadera situación, ¿me creerán? En caso de que no me crean, ¿me expondrán? Si todos se unen para ajustar cuentas conmigo y estoy solo e indefenso, ¿encontrarán esas personas malvadas toda clase de excusas para echarme?”. ¿Acaso no tendrás estas preocupaciones? Cuando tienes estas preocupaciones, ¿cómo puedes lidiar con esas personas? ¿Cómo puedes interactuar con ellas de la manera más apropiada y sabia? En este momento, ¿no tienes una dirección ni una senda a seguir? Para ser preciso, cuando estás en tu momento de mayor miedo y debilidad, simplemente no eres capaz de luchar contra ellos ni de interactuar con ellos y manejar los problemas que causaron. Entonces, ¿cuál es tu mejor estrategia en ese momento? ¿Es tomar la iniciativa y dar el primer golpe, confrontarlos y poner al descubierto sus hechos malvados para protegerte? ¿Es adecuado este método? (No). ¿Por qué no es adecuado? Porque no has pensado detenidamente cómo actuar, no puedes darte cuenta de su esencia y no sabes cómo exponerlos y mucho menos si aquellos que resultaron desorientados pueden aceptar la verdad y cambiar de rumbo. No sabes ninguna de estas cosas diversas, y no estás seguro de cuál es la solución más beneficiosa y efectiva para ti. Aunque aún no has alcanzado un cierto nivel de negatividad, tu condición actual es como mínimo de debilidad y temor, y en tu interior tienes muchas preocupaciones. Ya sea que estas preocupaciones sean legítimas o sean el resultado de tu debilidad y temor, en definitiva, son hechos. Cuando surgen estos hechos, la mejor solución es aprender a esperar y no hacer nada. ¿Qué significa no hacer nada? Significa no apresurarse a exponer la verdadera situación con respecto a la elección a aquellos que han sido engañados, ni precipitarse a oponerse a los nuevos líderes de la iglesia electos ni al grupo de personas que manipularon y sabotearon la elección. No los desenmascares; en este momento, debes aprender a esperar. Algunas personas dicen: “Esperar es tan pasivo; ¿cuánto tiempo debo esperar?”. No hace falta esperar mucho tiempo. Mientras esperas, preséntate ante Dios para orar, lee Sus palabras y busca la verdad. En tales circunstancias, cuando te encuentras en tu momento de mayor miedo y debilidad, tus oraciones son las más auténticas y sinceras. Necesitas que Dios te guíe y te proteja; necesitas confiar en Dios. Al orar, tu temor paulatinamente disminuirá hasta desaparecer. Una vez que ya no tengas más miedo, ¿no serás también menos débil? (Sí). Además, tendrás cada vez menos preocupaciones. Estos temores, debilidades y preocupaciones no desaparecen de la nada; más bien, durante este proceso de cambio, irás comprendiendo ciertas cosas. ¿Qué cosas llegarás a comprender? Por un lado, sabrás cómo lidiar con estas personas, a quién exponer primero y cómo hablar y actuar de una manera que beneficie la obra de la casa de Dios. Asimismo, conocerás la naturaleza del comportamiento de estas personas. ¿Cómo llegas a comprender estas cosas? Es buscando la verdad durante tu proceso de espera que gradualmente las comprendes. Cuando veas esto con claridad, reflexionarás de forma natural sobre cómo debes aplicar la sabiduría, a quién conviene hablarle y cómo hablar de una manera que los conmueva, que les haga saber los hechos sobre las personas malvadas que manipulan la elección y que les permita cambiar de rumbo y discernir tanto los verdaderos rostros de aquellos que manipularon y sabotearon la elección como qué tipo de personas son en realidad los supuestos líderes electos. Tendrás este tipo de sabiduría y tus acciones también serán metódicas. Entonces, ¿cómo ocurren estos avances positivos? Dios te los otorga en su totalidad durante tu proceso de espera. Algunos suceden por la obra y el esclarecimiento del Espíritu Santo y otros son lo que Dios te permite ver y comprender en Sus palabras. Las palabras de Dios dicen que no se deben pelear batallas sin estar preparado. ¿Qué significa esto? Significa que, ya sea que estés luchando contra Satanás o exponiendo las acciones malvadas de los siervos de Satanás, como quiera que combatas a Satanás, tú mismo debes ser fuerte, entender los principios-verdad y ser capaz de desentrañar la esencia y las acciones malvadas de Satanás y de las personas malvadas, y luego exponerlos. Solo así lograrás finalmente buenos resultados. Una vez que entiendas estas cosas, ¿no se volverán tus temores, debilidades y preocupaciones menos intensos y evidentes? Ya no te sentirás tan asustado. Lo que sientes cambiará poco a poco; descubrirás que no eres tan débil como lo eras en un principio cuando se presentó la situación. En cambio, te sentirás en cierto modo más fuerte y seguro de ti mismo que antes, y sabrás qué hacer. En ese momento, ora a Dios nuevamente y pídele que prepare la oportunidad correcta, y luego pasa a la acción. Da parte de la situación a los líderes y obreros de mayor jerarquía y también comparte con aquellos que tienen buena humanidad y creen sinceramente en Dios, pero se dejaron engañar y desorientar porque no entendían la verdad, y hazles conocer la información interna sobre las personas malvadas que manipulan la elección. Una vez que te hayas ganado a una o dos de estas personas, tu temor básicamente desaparecerá. Te darás cuenta de que no es posible hacer todo esto si se depende de la fuerza humana, y mucho menos si se confía en la impetuosidad. No puedes confiar en un impulso momentáneo ni en la ira ni en un supuesto sentido de la rectitud pasajero; todo eso es inútil. Dios te preparará el momento correcto y te esclarecerá sobre qué decir y, en función de lo que entiendas, te guiará paso a paso y te brindará una senda a seguir. Desde ser en un principio débil y temeroso hasta buscar y entender los principios y la senda, durante este período, puedes seguir interactuando normalmente con estas personas malvadas. Durante las interacciones normales, la mente de las personas no está vacía; tienen sus propios pensamientos. Mientras buscas y oras, observas a estas personas. ¿Qué observas? Te limitas a analizar el tipo de senda que están tomando y cuál es en realidad su esencia. Si lo que dicen es correcto y se ajusta a los principios de la obra de la iglesia, puedes escucharlas; si lo que dicen trastorna y perturba la obra de la iglesia, puedes buscar un pretexto para no escuchar o para aplazar la situación, utilizando una forma sabia de interactuar “amistosamente” con ellos sin alertarlos. Mientras interactúas “amistosamente” con ellos, recopilas pruebas de sus hechos malvados, los disciernes a partir de sus diversas acciones y falacias que vulneran los principios-verdad y confirmas aún más que estas personas son siervos de Satanás. Practicar de esta manera te permite no verte limitado por ellos mientras también cumples con tu responsabilidad y tu deber; así actúa una persona sabia. Solo aquellos con humanidad, sabiduría y amor por la verdad pueden recorrer la senda correcta. En el caso de aquellos que carecen de sabiduría y actúan imprudentemente y de manera tosca, que siempre se confían de la impetuosidad y del impulso, independientemente de lo que estén haciendo o las circunstancias que enfrenten, sus acciones a menudo conducen a resultados mediocres. Tales personas no solo trastornan y perturban la obra de la iglesia, sino que también se generan a sí mismas muchos problemas y fastidios innecesarios. En cambio, las personas sabias son diferentes. Cada vez que hacen algo, esperan, observan y buscan, a la vez que aguardan el momento correcto, los arreglos y la orquestación de Dios. Durante el período de espera, son capaces de buscar Sus intenciones, de comer y beber las palabras de Dios con un propósito, de captar más acertadamente los principios-verdad y de actuar según Sus intenciones. Utilizan Sus palabras y la verdad para librar una buena batalla y dar testimonio de Dios, en lugar de pelear con las personas o involucrarse en disputas verbales motivadas por su impetuosidad.

Cuando se trata de personas malvadas que manipulan y sabotean las elecciones, lo más importante no es si puedes desentrañarlas o cómo planeas exponerlas, sino dar parte de la situación a los superiores de manera oportuna. Debes usar la sabiduría para enfrentarlas, esperar el momento de Dios, buscar Sus intenciones y los principios-verdad y no demorar tu deber. ¿Cuál es el resultado final de hacerlo? Cumples con tu responsabilidad y tu deber. Al informar la situación a los superiores y buscar una solución, no solo se resuelve el problema, sino que también adquieres conocimiento, elevas tu discernimiento y tu sabiduría, creces en estatura y fortaleces tu fe en Dios. Las personas se enriquecen en gran medida al experimentar un enfrentamiento con Satanás y les resulta sumamente beneficioso. En cambio, supongamos que alguien actúa de forma impetuosa e impulsiva, se involucra en una intensa lucha con estas personas, discute con ellas cara a cara y dice: “Estáis manipulando y saboteando la elección. Aunque hacéis uso de un inmenso poder, no me doblegaré ante vosotros, ¡y no os temo!”. A consecuencia de este enfoque lo apartan de la iglesia y lo dejan llorando y sufriendo en su casa durante meses, pero aun así no entiende las intenciones de Dios: “¿Por qué terminé en este lío? Dios, ¿no me necesitas? ¿No te importo?”. Se pierde durante meses los nuevos sermones e himnos, no está al tanto de qué obra está emprendiendo la iglesia, no puede desempeñar sus deberes, queda completamente aislado y cae en la oscuridad total. Día tras día, aparte de llorar, lo único que hace es preocuparse. No aprende a orar a Dios ni a comer y beber Sus palabras pertinentes en este entorno, y mucho menos aprende a buscar los principios-verdad en situaciones complejas; no crece en sabiduría en absoluto. Después de llorar durante unos meses, finalmente un día alguien lo trae de vuelta a la iglesia y le pide que comparta su experiencia durante ese período, pero con lágrimas en los ojos se limita a quejarse: “¡Me han agraviado! Yo no perturbé la iglesia. No soy una persona malvada. Las personas malvadas me tendieron una trampa”. Cuando se le pregunta: “¿Qué lecciones aprendiste durante este tiempo? ¿Lograste algo?”, responde: “¿Qué podría haber logrado? Me aislaron, me quitaron los libros de las palabras de Dios y los himnarios, y no pude escuchar ningún sermón. Lo único que podía hacer era hablar sobre la fe y de vez en cuando cantar algunos himnos que recordaba. No logré nada. Afortunadamente, Dios preparó un tiempo para traerme de vuelta. De lo contrario, dado que de todos modos no había esperanza de salvación, planeaba salir y hacer negocios para ganar dinero. Dios ya no me necesitaba y no podía seguir creyendo. Mi corazón estaba completamente ensombrecido”. Por último, añade: “Dios nunca abandonará a Sus ovejas”, y llega a tal conclusión. Experimentar un acontecimiento tan significativo y especial, y lograr tan poco, ¿no es un tanto patético? ¿Acaso no es inadecuado? Ante una situación de tal magnitud, no aprendió ninguna lección y no incrementó ni su sabiduría ni su fe. Aunque en su corazón sigue creyendo en Dios, los satanases, los diablos y los anticristos lo atormentaron hasta el punto de que casi deja de creer. ¿Puede aún dar testimonio de Dios? ¿No es esta persona un cobarde bueno para nada? ¿De qué sirve llorar en casa? Incluso si llora hasta quedar ciego, ¿servirá de algo? ¿Puede eso resolver el problema con los anticristos? Las personas malvadas han tenido éxito y, al final, lo único que esta persona tiene es el dicho “Dios nunca abandonará a Sus ovejas”, y no logra nada más. No posee sabiduría, no tiene un modo de actuar, y no sabe buscar a Dios en función de la senda que Él señala ni presentarse ante Él para tomar Sus palabras y la verdad para luchar contra Satanás. Esa poca doctrina que por lo general declama no le hace bien. Cuando se trata de enfrentar tales asuntos, aparte de llorar, todo lo que hace es sentirse agraviado y quejarse. Es un cobarde bueno para nada. Este tipo de cobardes con frecuencia tienen varias manifestaciones que, además, son sus principales características. Primero, lloran. Segundo, se sienten agraviados. Tercero, muy internamente, se quejan. En su corazón, también dicen: “Dios, ¿dónde estás? ¿Por qué no te importo? Satanás me ha dañado terriblemente, no puedo seguir viviendo. Por favor, ¡sálvame pronto!”. Dios dice: “Eres un cobarde bueno para nada, eres basura envuelta en piel humana. Si crees en Dios, ¿de qué tienes miedo? ¿Qué hay que temerle a Satanás?”. Sin importar qué conspiraciones e intrigas use Satanás cuando actúa, no tenemos miedo. Tenemos a Dios, tenemos la verdad. Dios nos dará sabiduría. Él es soberano sobre todo; todo está bajo Su orquestación. ¿De qué tienes miedo? Llorar solo muestra que eres cobarde e inepto; ¡eres un pedazo de basura! ¡Una escoria! Llorar significa que cedes ante Satanás y le suplicas misericordia. ¿Le gustan a Dios estos cobardes buenos para nada? (No). Dios te ve como un cobarde bueno para nada, un bobo, un pedazo de basura sin testimonio ni sabiduría alguna. ¿En qué se transformó la verdad que entendías? ¿No has escuchado bastante acerca de las manifestaciones de los anticristos y de Satanás que Dios deja en evidencia? ¿Acaso no entiendes ni desentrañas estas cosas? ¿Acaso no sabes que son satanases? Si sabes que lo son, ¿a qué le temes? ¿Por qué no temes a Dios ni le tienes pavor a Él? Al temerle a Satanás, ¿no tienes miedo de ofender a Dios? ¿No es eso un acto de perversidad? Cuando se dan tales situaciones, tienes miedo y careces en absoluto de soluciones, de sabiduría y de contramedidas. ¿Qué has logrado al escuchar sermones todos estos años? ¿Ha sido todo en vano? ¿Pueden estos cobardes buenos para nada mantenerse firmes en su testimonio? (No). Cuando se trata de situaciones en las que los satanases y las personas malvadas manipulan y sabotean elecciones, ya sea que estés solo y carezcas de poder, o de verdad cuentes con algunos hermanos y hermanas que están de acuerdo contigo, no te apresures a actuar. Primero, aprende a esperar. Segundo, aprende a buscar. Durante el período de espera y búsqueda, no abandones tu deber. ¿Qué significa esperar? Significa esperar a que Dios prepare el momento y la oportunidad adecuados. Y, ¿qué debes buscar? Busca los principios y la senda que debes practicar cuando crees en Dios y lo sigues; busca cómo actuar de manera que te ajustes a Sus intenciones y luches contra Satanás y las fuerzas de los anticristos, y finalmente superes las fuerzas de Satanás para convertirte en un vencedor. Si estás solo, debes orar más a Dios, esperar y buscar. Si hay dos o tres personas que están de acuerdo contigo, podéis compartir, orar, esperar y buscar juntos. Cuando Dios haya preparado un momento adecuado, pídele fuerza y sabiduría, para que todo lo que hagas y cada palabra que digas sea apropiado. Al hacerlo, por un lado, desempeñas tu deber como ser creado, y por otro, también puedes desenmascarar a Satanás de manera enérgica y efectiva, y dejar en evidencia y frustrar plenamente las conspiraciones de los siervos de Satanás y los anticristos. ¿Es esto apropiado? Os han mencionado tales métodos, medios, sendas y principios, así que la manera en la que los apliquéis depende de vosotros. ¿Es suficientemente clara esta senda? (Sí). Entonces, cuando os encontréis con tales asuntos, practicad según este principio. No es difícil lograrlo.

Durante cada elección de la iglesia, tanto los líderes y obreros como el pueblo escogido de Dios, tienen la responsabilidad y la obligación de salvaguardar la obra electoral. Los líderes y obreros deben hacerse cargo de la obra que concierne a la enseñanza de la verdad y los principios electorales. El pueblo escogido de Dios debe plantear cualquier problema que tenga y luego es necesario compartir la verdad para resolverlo. Solo de esta manera es posible asegurar que la elección transcurra sin contratiempos. En primer lugar, los líderes y obreros deben acatar rigurosamente los principios electorales de la casa de Dios y llevar a cabo la labor correspondiente a cada elección en ella de acuerdo con dichos principios. Por otra parte, también deben protegerse de las personas malvadas y los anticristos que manipulan y sabotean las elecciones. Estos individuos son siervos de Satanás, son su séquito. Los líderes y obreros deben protegerse de ellos con firmeza, ser cautelosos respecto a ellos y estar siempre atentos a sus intentos de manipular las cosas tras bambalinas durante las elecciones y de involucrarse en acciones furtivas y turbias para amañar el proceso en secreto. Si resulta que las personas malvadas de veras manipularon la elección, y esto da lugar a que se excluya al legítimo ganador y a que la mayoría de las personas resulte desorientada de modo que la persona equivocada —y no apta para el puesto— fuera elegida líder, si tal situación ocurre, todavía hay una solución. Se debería exponer la situación real de la persona elegida y, si la mayoría está de acuerdo, se puede volver a realizar la elección. Una elección que Satanás y las personas malvadas han manipulado no refleja el resultado de una elección que la iglesia celebra normalmente según los principios-verdad, no es algo positivo y, tarde o temprano, se descubrirá, se expondrá y se anulará. Si crees en ello y te encuentras en tales situaciones, ¿cómo deberías actuar? Debes estar preparado en todo momento y lugar para luchar contra Satanás y no quedarte de brazos cruzados. Si eres un flojo, una persona atolondrada o un cobarde bueno para nada, puede que cedas ante ellos y conspires con ellos o que te desanimen al punto de que te vuelvas negativo y no puedas recuperarte. Algunos simplemente permanecen ociosos y dicen: “Yo no puedo convertirme en líder de la iglesia de todos modos. Cualquiera vale, da igual. ¡Cualquiera con capacidad puede hacerlo y servir! Si un anticristo quiere servir, no tiene nada que ver conmigo, y mientras no me echen, no pasa nada”. Quienes dicen esto no son buenas personas en absoluto. Son incapaces de imaginar cuáles serían las consecuencias si un anticristo sirviera como líder o el impacto que tendría en su fe en Dios y en su salvación. Solo las personas que entienden la verdad pueden ver esto como lo que es. Dirán: “Si un anticristo se convierte en el líder de la iglesia, los que sufrirán será el pueblo escogido de Dios. En particular quienes persiguen la verdad, quienes tienen sentido de la rectitud y quienes cumplen con su deber de buena gana serán todos suprimidos y excluidos. Solo aquellas personas atolondradas y complacientes estarán a favor, y el anticristo los habrá enjaulado y controlado bajo su poder”. Pero quienes no persiguen la verdad nunca consideran estas cosas. Piensan: “Uno cree en Dios para salvarse. Cada uno camina por su propia senda. Incluso si un anticristo se convierte en líder, eso no me impactará a mí. Mientras no haga cosas malas, no puede suprimirme o excluirme, o echarme de la iglesia”. ¿Es este el punto de vista correcto? (No). Si nadie dentro del pueblo escogido de Dios se preocupa por las elecciones de la iglesia, una vez que permitan que un anticristo suba al poder, ¿cuáles serán las consecuencias? ¿Realmente será tan sencillo como la gente imagina? ¿Qué tipo de cambios sufrirá la vida de iglesia? Esto se relaciona directamente con la entrada en la vida del pueblo escogido de Dios. Si un anticristo tiene poder en una iglesia, ¿qué pasará? La verdad ya no tendrá poder alguno en esa iglesia, ni tampoco las palabras de Dios. Por el contrario, los incrédulos y Satanás serán quienes tengan poder. Aunque se lean las palabras de Dios en las reuniones, el anticristo controla el derecho a hablar. ¿Puede el anticristo hablar de la verdad con claridad? ¿Puede el anticristo permitir que el pueblo escogido de Dios comparta la verdad de forma libre y sin restricciones? Eso es imposible. Una vez que un anticristo tiene el poder, habrá cada vez más trastornos y perturbaciones, los resultados de la vida de iglesia disminuirán cada vez más y el pueblo escogido de Dios no sacará mucho de las reuniones, lo cual causará dificultades para su entrada en la vida. Los problemas del pueblo escogido de Dios se multiplicarán y no podrán resolverse, y algunos que son capaces de practicar la verdad también se verán perturbados, y la atmósfera de la vida de iglesia cambiará por completo, como si nubes negras taparan el sol. En ese momento, ¿seguirá habiendo disfrute en la vida de iglesia? Sin duda, se verá comprometida, y no en poca medida. Originalmente, aquellos que persiguen la verdad son una minoría en la iglesia. Si a esta minoría se la reprime y se la excluye, es posible afirmar que ya no habrá vida de iglesia. Si la gente no puede desentrañar esta consecuencia, no prestará atención ni se preocupará por las elecciones. En caso de que la mayoría no tome en serio las elecciones, no acate los principios, aborde las elecciones con mucha negatividad y siga las señales de los falsos líderes y anticristos, una vez que las personas malvadas o aquellos que no aman la verdad se conviertan en líderes de la iglesia, la mayoría del pueblo escogido de Dios sufrirá pérdidas en su entrada en la vida. Por lo tanto, los resultados de las elecciones en la iglesia repercuten de manera directa en el crecimiento de la vida del pueblo escogido de Dios y en el futuro de la iglesia. El pueblo escogido de Dios debe percibir esto con claridad y de ninguna manera debería adoptar una actitud negativa. Algunos atolondrados no desentrañan esta cuestión; confían constantemente en sus propias figuraciones, piensan: “Todos en la iglesia son creyentes sinceros, así que cualquiera puede resultar electo; siempre y cuando sea un hermano o una hermana, cualquiera puede ser líder”. Ven las elecciones de la iglesia de manera demasiado simplista, y esto conduce a muchas ideas y opiniones negativas y erróneas. Si a los falsos líderes y anticristos realmente se los elige líderes y obreros, la obra de la iglesia se verá dañada y la entrada en la vida del pueblo escogido de Dios inevitablemente resultará perjudicada. En ese momento, la gente se dará cuenta de la importancia de celebrar elecciones de acuerdo con los principios.

En cada iglesia hay personas complacientes que no disciernen a los malvados que manipulan y sabotean las elecciones. Aunque tengan un poco de discernimiento, ignoran la situación. Su actitud hacia cualquier problema que surja en las elecciones en la iglesia es: “Agua que no has de beber, déjala correr”. Piensan que no importa quién sea el líder, que eso no tiene nada que ver con ellas. Mientras puedan vivir felices su día a día ya les va bien. ¿Qué opinas de personas así? ¿Es alguien que ame la verdad? (No). ¿Qué clase de gente es? Son individuos complacientes y también se les puede llamar incrédulos. Estas personas no persiguen la verdad; solo buscan tener una vida fácil y codiciar la comodidad carnal. Son demasiado egoístas y escurridizas. ¿Hay mucha gente así en la sociedad? No importa el partido político que esté en el poder y quién ocupe los cargos oficiales, las quiere todo el mundo y pueden manejar sus relaciones sociales con mucho éxito y viven con comodidad; independientemente del movimiento político que surja, no se dejan atrapar en sus redes. ¿Qué tipo de personas son? Son los individuos más falsos y escurridizos, conocidos como “anguilas escurridizas” o “víboras viejas”. Viven según las filosofías de Satanás, sin ni pizca de principios. Complacen, adulan y destacan los méritos de quienquiera que esté en el poder. No hacen más que defender a sus superiores y nunca los ofenden. Por muchas maldades que cometan sus superiores, ni se oponen a ellos ni los apoyan, sino que se reservan sus pensamientos bien adentro. Sin importar quién esté en el poder, son muy queridos. A Satanás y a los reyes diablos les gustan este tipo de personas. ¿Por qué les gustan estas personas a los reyes diablos? Porque no se inmiscuyen en sus asuntos ni suponen amenaza alguna para ellos. Esta clase de personas carecen de principios y de fundamento para su comportamiento, no poseen integridad ni dignidad; se limitan a seguir las tendencias de la sociedad, se postran ante los reyes diablos y se adaptan a sus gustos. ¿Acaso no hay también gente así en la iglesia? ¿Pueden ser vencedores estas personas? ¿Son buenos soldados de Cristo? ¿Son testigos de Dios? Cuando la gente malvada y los anticristos asoman la cabeza y perturban la obra de la iglesia, ¿pueden estos individuos alzarse y guerrear contra ellos, ponerlos al descubierto, discernirlos, renegar de ellos, acabar con sus acciones malvadas y dar testimonio de Dios? Lo más seguro es que no puedan. Estas anguilas escurridizas no son aquellas a las que Dios perfeccionará o salvará. Nunca dan testimonio de Dios ni defienden los intereses de Su casa. Tal como Dios los contempla, no son los que lo siguen ni se someten a Él, sino individuos que causan problemas a ciegas, miembros de la pandilla de Satanás; son aquellos a los que descartará cuando haya terminado Su obra. Dios no aprecia a estos desgraciados. No tienen ni la verdad ni la vida; son bestias y diablos; no se merecen la salvación de Dios ni disfrutar de Su amor. Por tanto, Dios los rechaza y descarta con facilidad y la iglesia debería echarlos de inmediato por incrédulos. No tienen un corazón verdadero para Dios, así que, ¿les proporcionará Él un sustento real? ¿Los esclarecerá y ayudará? No lo hará. Cuando se produzcan trastornos y perturbaciones en las elecciones en la iglesia y haya gente malvada que controle los resultados e influya en ellos, estos individuos no se pondrán de ninguna manera del lado de Dios para proteger los intereses de Su casa. No se atendrán en absoluto a los principios-verdad para luchar contra los malvados, los anticristos y las fuerzas de Satanás hasta el final. No harán esto de ningún modo, les falta el valor. Por tanto, los que pueden dar testimonio de Dios deberían discernir a estas personas y no deberían compartir con ellas las verdades que entiendan ni su discernimiento de Satanás. Aunque compartas estas cosas con ellas, será inútil; no se pondrán del lado de la verdad. Al seleccionar a compañeros y colegas de trabajo, deberías excluir a estos individuos y no elegirlos. ¿Por qué no deberías elegirlos? Porque son anguilas escurridizas; no se pondrán del lado de Dios ni de la verdad y no se te unirán en corazón y mente para luchar contra Satanás. Si les confías tus palabras más sinceras, serás un bobo y te convertirás en el hazmerreír de Satanás. No compartas la verdad con estas personas ni las exhortes ni pongas esperanza alguna en ellas, porque Dios no las salvará de ninguna manera. No se unen a Dios en corazón y mente; son espectadores que contemplan el fragor de la batalla desde la distancia, son anguilas escurridizas. Este tipo de personas se infiltran en la casa de Dios solo para observar el entusiasmo y ocasionar problemas a ciegas. Carecen de todo sentido de la rectitud y la responsabilidad; ni siquiera empatizan con las buenas personas a quienes la gente malvada ha perjudicado. Llamar a estos individuos diablos y satanases es lo más apropiado. Si alguien con sentido de la rectitud pone al descubierto a gente malvada, ni siquiera lo alentarán ni lo apoyarán. Por tanto, no confíes nunca en estas personas. Son anguilas escurridizas, camaleones y víboras viejas. No son creyentes sinceros, sino sirvientes de Satanás. Nunca se podrán salvar y Dios no los quiere; este es Su claro deseo. Es probable que en la mayoría de las iglesias existan este tipo de personas. Echa un vistazo en tu iglesia para ver quiénes son. Cuando algo ocurra, nunca compartas la verdad con ellas y no les permitas saber lo que de verdad te está sucediendo. Sé precavido con esas personas y no hables con ellas. Busca a aquellos que creen en Dios de manera genuina, que tienen sentido de la rectitud y que, cuando ven que los intereses de la casa de Dios resultan perjudicados y que se perturban o se manipulan la obra de la iglesia y el orden de la vida de iglesia, se ponen ansiosos y se enfadan. Ellos odian profundamente a estas personas malvadas que perturban la iglesia; quieren alzarse y desenmascararlas y están deseosos de encontrar personas que entiendan la verdad para unírseles y luchar contra los demonios malvados. Comparte con esas personas y únete a ellas para luchar contra Satanás. Son los vencedores, los buenos soldados de Cristo; solo estas personas tienen parte en el reino de Cristo. Los complacientes, las víboras viejas, los camaleones y los que son insensibles y lentos, han quedado en evidencia; son objetos destinados a ser descartados. No son hermanos ni hermanas, no pertenecen a la casa de Dios, sino que son incrédulos y oportunistas, indignos de confianza. A estas personas se las debe tratar de la siguiente manera: si son capaces de hacer el mal, depúralas; si no son personas malvadas ni siguen a ese tipo de personas para perturbar la iglesia, pueden quedarse temporalmente en la iglesia mientras esperas a que se arrepientan. Por un lado, observa y capta el carácter, la humanidad y las opiniones y actitudes de estas personas con respecto a diversos asuntos, ejerce el discernimiento y descubre su esencia. Al mismo tiempo, cuando las personas malvadas manipulen y saboteen las elecciones, mantente alerta respecto a estos complacientes que se ponen del lado de las personas malvadas, y actúan como sus lacayos y cómplices. En resumen, ante todos los comportamientos inapropiados de las personas malvadas que manipulan y sabotean las elecciones, es necesario ejercer el discernimiento en función de las palabras de Dios; cuando veas con claridad su esencia, sabrás cómo manejarlas adecuadamente según los principios.

Acabamos de hablar sobre ciertos fenómenos relacionados con la manipulación y el sabotaje de las elecciones, y acerca de las acciones de algunas personas. Aunque no incluimos la totalidad de los aspectos, se compartieron fundamentalmente los principios para la resolución de estos problemas. Una vez que descubráis a personas que manipulan y sabotean las elecciones dentro de la iglesia, debéis alzaros y restringirlas. No seáis dóciles ni actuéis como los complacientes. Si alguien constantemente intenta manipular y sabotear las elecciones, los hermanos y hermanas deben alzarse en conjunto apenas surja esta tendencia a fin de frenarlo y desenmascararlo. Si lo hace por confusión y no sabe que esto cuenta como manipulación y sabotaje de elecciones, podéis explicarle: “Lo que estás haciendo constituye manipular y sabotear las elecciones. No desempeñes el papel de siervo de Satanás. Esta es una elección de líderes de la iglesia, no una elección de alcaldes ni de jefes de municipio. La casa de Dios tiene sus propios preceptos y principios para realizar esta obra. Las intenciones humanas no deberían inmiscuirse; debemos seguir rigurosamente los principios-verdad para esta obra. Si careces de suficiente calibre y no puedes entender los principios-verdad, o si eres mayor y atolondrado y no posees la inteligencia necesaria para participar en las elecciones, entonces puedes abstenerte y simplemente esperar el resultado, pero de ninguna manera debes manipular ni sabotear la elección ni causar trastornos y perturbaciones; son acciones malvadas y Dios lo detesta. A tales hechos malvados se los condena a perpetuidad; evita ser este tipo de persona y no sigas esa senda. Si de verdad eres humano, no te involucres en la manipulación ni el sabotaje de las elecciones, porque una vez que se convierte en un hecho serás catalogado como siervo de Satanás y te echarán de la iglesia”. Si se descubren personas que manipulan y sabotean las elecciones, a aquellos entre ellos cuyo calibre sea escaso y que no entiendan lo que realmente ha sucedido será posible hablarles con amor, apoyarlos, brindarles sustento y ayudarlos. Sin embargo, ¿qué sucede con aquellas personas que a pesar de ser plenamente conscientes de los principios-verdad, aun así, manipularon y sabotearon la elección a sabiendas e incluso ignoraron las advertencias en contra de ello? Para ellas también existe una solución: no se les permite participar en las elecciones nunca más; se las priva de sus derechos electorales. En resumen, es necesario discernir, detener y restringir todos los actos de manipulación y sabotaje de elecciones de manera uniforme para revertir la situación. Tales comportamientos y acciones deben prohibirse en la iglesia para evitar resultados electorales incorrectos y prevenir que la obra de la iglesia se vea perturbada y dañada.

Resumen de las diversas personas, acontecimientos y cosas que causan trastornos y perturbaciones

La duodécima responsabilidad de los líderes y obreros implica a las diversas personas, acontecimientos y cosas que trastornan y perturban la obra de Dios y el orden normal de la iglesia. Para la enseñanza, los hemos dividido en once puntos. Los inconvenientes o incidentes relacionados con los trastornos y perturbaciones enumerados en cada punto abarcan el desempeño del deber de las personas y su fe genuina en Dios. ¿Por qué se los ha dividido tan meticulosamente? ¿Por qué menciono cada punto para la enseñanza y la disección? A juzgar por el título de cada punto, la humanidad de las personas que llevan a cabo tales acciones no es buena. A excepción del primer punto —desviarse del tema frecuentemente al compartir la verdad, que no se considera grave— todos los demás son sumamente graves por naturaleza. Estas manifestaciones poseen una naturaleza que ocasiona trastornos y perturbaciones, y todas constituyen trastornos y perturbaciones para la obra de la iglesia, y es por esta razón que las mencionamos a fin de compartirlas y diseccionarlas una por una. Cuando estos problemas surgen en la vida de iglesia o en el proceso del cumplimiento del deber propio, las personas deben estar particularmente alertas, discernirlos y desentrañarlos. Cuando las personas ven que ocurren acontecimientos que causan trastornos y perturbaciones, deben alzarse para detenerlos y restringirlos. Respecto al primer punto, “desviarse del tema frecuentemente al compartir la verdad”, las personas a veces lo hacen involuntariamente, y las circunstancias que lo rodean y su naturaleza no son demasiado graves. No obstante, si se desvían del tema continuamente, hablan de una manera incoherente y hacen que los oyentes se molesten y, por consiguiente, no se logran buenos resultados en la vida de iglesia, entonces esto lleva a consecuencias que trastornan y perturban la obra de la iglesia. Los puntos restantes ni siquiera necesitan ser mencionados; cualquiera de ellos es suficiente para constituir trastornos y perturbaciones para la obra de la iglesia y el orden de la vida en ella. Por lo tanto, es necesario compartir, analizar y diseccionar cada uno de estos problemas en detalle. Cuando ocurren incidentes malévolos, si posees discernimiento y conocimiento acerca de las acciones malvadas que perturban la iglesia, debes alzarte para detenerlas y restringirlas. En un sentido más amplio, es cumplir con el deber de un ser creado; en un sentido más estricto, significa, al menos, desempeñar el deber y la responsabilidad de un miembro de la iglesia. ¿No es esto lo que deberías ser capaz de hacer? (Sí). ¿Cuáles son las consecuencias si no puedes hacerlo? ¿Cómo deberíamos definir la incapacidad para hacerlo? Como mínimo, indica que eres un atolondrado; además, eres un cobarde bueno para nada que le tiene miedo a Satanás. Además, cuando los satanases y diablos aparecen para perturbar la obra de Dios y el orden normal de la iglesia, permaneces indiferente e indefenso, no muestras ninguna reacción y te falta la fe y el valor para alzarte y luchar contra Satanás y dar testimonio de Dios. En ese caso, eres un bueno para nada y no eres digno de seguir a Dios.

La duodécima responsabilidad de los líderes y obreros enumera diversos tipos de incidentes en la iglesia que perturban y trastornan la obra de Dios. Cada uno de ellos involucra la actitud de los líderes y obreros, así como la de los hermanos y hermanas corrientes hacia Dios. También abarcan la actitud de cada persona hacia su deber y sus responsabilidades, al igual que su postura y punto de vista con respecto a estos acontecimientos y cosas negativas que perturban la obra de Su casa. Por supuesto, también tienen que ver con la posibilidad de que una persona que ha creído en Dios y ha escuchado sermones durante muchos años tenga la suficiente estatura y fe para luchar contra Satanás y dar testimonio de Dios cuando se presentan estos acontecimientos y cosas negativas. ¿Alude esto a temas clave? Hace referencia a la postura de una persona y la senda que recorre, así como a su actitud hacia Dios, la verdad y su deber. Por lo tanto, después de escuchar estas palabras, deberíais entender que estas son exigencias de Dios hacia las personas. No las tratéis como doctrinas, reglas o preceptos que es necesario ejecutar e implementar. Mejor, meditad sobre ellas más a fin de entender la verdad y luego practicad y entrad en ellas, de este modo cumpliréis las exigencias de Dios. Cuando las personas malvadas trastornan y perturban la obra de la iglesia, no os quedéis de brazos cruzados, no evitéis vuestras responsabilidades usando todo tipo de excusas, diciendo que hace poco tiempo que creéis en Dios, que no tenéis suficiente estatura o que aún sois jóvenes, etc. Cuando Dios examina la obra, cuando Él orquesta los entornos para observar tu actitud, no se fija en tu edad, la cantidad de años que llevas creyendo en Él, qué precio una vez pagaste ni qué méritos has logrado; Dios quiere tu actitud en ese instante. Si por lo general nunca has reflexionado ni indagado sobre estos asuntos, y atraviesas cada uno de ellos en un estado atolondrado sin quedarte con nada, sin buscar la verdad, sin aprender la lección ni tomar en serio los diversos entornos que Dios ha orquestado, si huyes cuando ves que las personas malvadas causan trastornos y perturbaciones, y nunca lo informas a la casa de Dios ni das a conocer tu actitud, entonces, aunque no participaste en el acto malvado, tu comportamiento con respecto a este asunto ya ha revelado tu postura y tu opinión. Eres un mirón que apoya a Satanás. Dios escruta todo y no puedes engañarlo. Por lo tanto, cuando ocurren estos asuntos negativos, cuando descubres a diversas personas, acontecimientos y cosas que trastornan y perturban la obra de la iglesia y el orden normal de la vida de iglesia, tu actitud hacia Dios queda totalmente en evidencia. Puede que no haga mucho tiempo que crees en Dios, que seas relativamente joven y que no tengas suficiente estatura, pero, si en el momento en que ocurren estas cosas actúas según los principios y tratas de detener, restringir o incluso de desenmascarar a las personas malvadas, te arriesgas y haces caso omiso de tu propia seguridad para alzarte y proteger los intereses de la casa de Dios, si posees este tipo de corazón, tu actitud hacia Dios, así como tu determinación de dar testimonio de Dios y luchar contra Satanás, se convertirán en un testimonio que tanto las personas como Dios podrán observar. Dios verá todos los hechos malvados de las personas, sus engaños y ocultación de Dios, su elusión de responsabilidades, su subyugación y su forma de ceder ante Satanás cuando este hace el mal, y un día estos hechos malvados serán resueltos y recibirán un veredicto. Asimismo, cuando las personas se alzan contra los trastornos y perturbaciones de Satanás para defender la casa de Dios y a los hermanos y hermanas, y luchan contra Satanás para proteger los intereses de Su casa y buscan la verdad con la aspiración de dar testimonio de Dios, incluso si a veces se sienten indefensas y solas, carecen de sabiduría, solo poseen un entendimiento poco profundo de la verdad o quieren hablar sobre ella, pero no pueden expresarse con claridad, y esto lleva a que algunos se burlen de ellas y las menosprecien, pero a los ojos de Dios, Él ve su sinceridad, y considera que estas acciones y comportamientos son buenas obras. Un día, las acciones malvadas recibirán un veredicto y tendrán su punto final ante Dios y lo mismo ocurrirá con las buenas obras, pero la conclusión final para cada uno de estos dos tipos de comportamiento será completamente diferente. Las malas acciones recibirán el castigo divino correspondiente y las buenas obras serán recompensadas con un buen trato. Dios lo ha determinado hace mucho tiempo para cada persona y, antes de recompensar a los buenos y castigar a los malos, solo espera que las diversas manifestaciones de las personas durante el período de la obra de Dios se conviertan en hechos consolidados.

La duodécima responsabilidad de los líderes y obreros enumera once puntos relacionados con personas, acontecimientos y cosas que trastornan y perturban la obra de la iglesia. ¿Son importantes estos once puntos? ¿Ponen en evidencia a las personas con claridad? Cuando habláis sobre cada punto, deberíais esforzaros más a fin de comprender la verdad claramente. Esto involucra la manera en que las personas defienden la rectitud y las cosas positivas, así como la forma en que sostienen el testimonio de Dios; también abarca cómo se alzan para combatir a Satanás, exponen y revelan su rostro, y detienen y restringen sus acciones malvadas. Engloba estos dos aspectos. Cuando Satanás trastorna y perturba la obra de la iglesia, ¿cumples algún papel? ¿Qué rol desempeñas? ¿Has hecho lo que Dios te exige? ¿Has cumplido con las obligaciones y responsabilidades que debe cumplir aquel que sigue a Dios? Cuando estos problemas surgen, ¿cedes, limas asperezas y buscas un punto medio como lo hacen los complacientes o te alzas para detener y restringir los hechos malvados de Satanás y trabajas de común acuerdo con más hermanos y hermanas auténticos para proteger los intereses de la casa de Dios? ¿Qué proteges? ¿Proteges los intereses de las personas malvadas, los intereses de Satanás, o los intereses de la casa de Dios? Si sucede algo que trastorna y perturba la obra de la iglesia, y no haces nada, solo actúas como una persona complaciente y cuidas de ti mismo, de modo que puedas manejar tus relaciones interpersonales con éxito y permanecer ileso, sin que la perturbación de la que es objeto la obra de la iglesia te preocupe ni te inquiete, sin aborrecer los hechos malvados de las personas malvadas ni indignarte por ellos, sin que los intereses de la casa de Dios y de todos los hermanos y hermanas te representen ninguna carga, sin considerarte en deuda con Dios ni sentir ningún remordimiento, estás en peligro. Si a los ojos de Dios eres una persona complaciente de la cabeza a los pies que observa pasivamente lo que sucede con los brazos cruzados y lo evade, y no cumples con ninguna de tus responsabilidades ni obligaciones, estás realmente en peligro y corres el riesgo de que Dios te descarte. En caso de que Dios llegue a pensar que ni siquiera tiene la intención de permitirte ser mano de obra y está harto de ti, en ese momento estás destinado a ser descartado. ¡Resulta increíblemente peligroso! Cuando Dios dice que ya no quiere ver a personas como tú y que no valora que las personas como tú desempeñen ningún deber ni que contribuyan con mano de obra en la casa de Dios, entonces un día, en un momento no muy lejano, la iglesia podría descartarte, lo cual cambiará tu porvenir. Eso se debe a que tu relación con Dios ya no es normal o te has distanciado de Dios y lo has traicionado, lo que ha dado lugar a un resultado. ¿Puedes ver este hecho? Cuando te das cuenta de esto, independientemente de si puedes aceptarlo, todas las hermosas esperanzas en tu corazón desaparecerán en un instante.

Cuando las personas comienzan a creer en Dios, todas y cada una de ellas tienen un corazón ferviente. Aunque no pueden ver su destino futuro ni sus posibilidades, siempre sienten que, de alguna manera, se apoyan en Dios. Siempre anhelan cosas hermosas y positivas. ¿De dónde proviene esa fortaleza? Las personas no lo saben; no pueden descifrarlo: “Las personas son todas iguales, comparten el mismo aire y viven bajo el mismo sol. Entonces, ¿por qué los no creyentes carecen de estas cosas en sus corazones mientras nosotros las tenemos?”. ¿No es un misterio? Esta fortaleza proviene de Dios. Es algo absolutamente valioso; no es algo con lo que las personas nacen. Si todos lo tuvieran desde el nacimiento, serían iguales; entre la raza humana no habría distinciones entre lo alto y lo bajo, lo noble y lo vulgar, y no habría ninguna diferencia entre los que creen en Dios y los que no. Aquello que ellos no tienen, tú puedes poseerlo; puedes tener lo más valioso que existe en la raza humana. ¿Por qué se lo llama lo más valioso? Precisamente por esta esperanza y expectativa, puedes mantener tu mente enfocada en cumplir tus deberes en la casa de Dios. Esta es la condición más básica para que una persona pueda alcanzar la salvación. Es gracias a esta expectativa que tienes una oportunidad y algo de determinación para querer esforzarte por Dios, cumplir con tu deber como ser creado y ser una buena persona, una persona a la que se salva. Los beneficios que esto conlleva son inmensos. Entonces, ¿de dónde proviene esto? Proviene de Dios; lo recibes de Dios. Sin embargo, cuando Dios ya no quiere a alguien, se lo quita. Esa persona ya no anhela ni espera cosas hermosas; ya no pone sus esperanzas en ellas. Su corazón se oscurece y comienza a hundirse. Pierde el entusiasmo para perseguir cualquier cosa hermosa o positiva, así como las promesas de Dios. Se ha vuelto igual a un no creyente. Una vez que esto se pierde, ¿puede permanecer en la casa de Dios y continuar creyendo en Él y siguiéndolo? ¿No ha llegado su senda de fe en Dios a su fin? Cuando pierdes este prerrequisito de tener la determinación de perseguir, te conviertes en un cadáver andante. ¿Qué significa ser un “cadáver andante”? Que ya no puedes entender las palabras de Dios. Cuando tienes este prerrequisito, puedes entender las palabras de Dios, tener esperanza, tu fe se incentiva, y este puede brindarte la motivación para perseguir la verdad. Sin embargo, cuando pierdes este prerrequisito básico, esta motivación desaparece. No te entusiasma escuchar las palabras de Dios, y tampoco te interesan. Las promesas y expectativas ya no te despiertan interés ni te motivan. Para ti, las palabras de Dios se han convertido en una teoría elevada. No te esfuerzas por ellas y Dios ya no te esclarece. No eres capaz de obtener ninguna verdad de las palabras de Dios. ¿No ha llegado a su fin esta senda de fe en Dios para ti? Cuando se llega a este punto, Dios ya te ha desdeñado; ¿puedes todavía hacer que Él cambie de opinión? No será fácil. Cuando Dios ha decidido que ya no quiere a una persona en particular, eso es lo que siente por dentro. Cuando te lo quitan, tu actitud en lo que respecta a diversos asuntos como creer en Dios, cumplir con tus deberes y alcanzar la salvación será completamente diferente a la de antes. Al reflexionar sobre la que alguna vez fue tu búsqueda apasionada, te resultará inexplicable, incomprensible e increíble. Cuando te parezca increíble, al comparar cómo eres ahora con cómo eras antes, tu estado interno habrá experimentado un cambio cualitativo; serás una persona completamente diferente, no serás la misma persona que eras antes. ¿Por qué ocurrirá esto? No será porque el entorno haya cambiado; no será porque hayas envejecido y te hayas vuelto más taimado; no será porque hayas adquirido más experiencias y lecciones de vida, y esto haya transformado tus pensamientos y tus puntos de vista. Será más bien porque Dios ha cambiado de opinión, Sus pensamientos no son los mismos, y Su actitud y expectativas hacia ti han cambiado. Entonces, te has convertido en una persona diferente a pesar de ti mismo. Ahora, al analizarlo, si una persona pierde lo que Dios le da, pero lo considera la cosa más pequeña e insignificante, en ese instante, estará atrapada en el sufrimiento y no tendrá felicidad de la que hablar. Así que, no llegues jamás a ese punto. Si lo haces, puede que te sientas como si te hubieran quitado un peso de encima, libre, relajado y sin la necesidad de creer en Dios ni de cumplir con tus deberes, y que puedes vivir libremente y de manera licenciosa como los no creyentes, como un pájaro fuera de su jaula. No obstante, no es más que una comodidad efímera, una alegría y un momento de autocomplacencia pasajeros. A medida que continúes avanzando, analiza el camino frente a ti: ¿seguirás siendo tan feliz? No. ¡Te esperan tiempos difíciles! Cuando vives bajo el dominio del Creador, independientemente de la manera en la que Él instrumente todo para ti, lo que haga contigo y cómo lo haga, cuántas pruebas y tribulaciones te presente, cuánto sufrimiento padezcas, o incluso si surge algo que no comprendes, malentendidos y otras cosas, al menos sentirás que estás en manos de Dios, Dios es tu apoyo, y tu corazón está en paz. Pero cuando Dios ya no te quiere y ya no eres capaz de percibir la forma en la que Dios te trata, y pierdes ese apoyo, es como si el mundo entero se derrumbara a tu alrededor. Es como cuando eras niño y solo pensabas, “Mamá es la más adorable, se preocupa por mí y me ama más que nadie, mamá no puede morir”. No pudiste soportar escuchar que tu madre estaba enferma. Pensabas que si tu madre realmente moría, el cielo se vendría abajo y no tendrías manera de seguir viviendo. La misma lógica es aplicable a la fe en Dios. La mayor paz y alegría que una persona encuentra en su fe en Dios proviene de confiar en Dios, de creer que su destino está en manos del Creador. El sentido de estabilidad de una persona se origina en esa confianza y ese apoyo genuinos. Cuando sientes que esta confianza y apoyo han desaparecido y tu corazón se siente vacío, como un pozo recién cavado, ¿no se ha venido abajo tu cielo? Una vez que pierdes ese apoyo, ¿cuentas con fuerza para seguir viviendo? Esas personas son como cadáveres andantes, solo se dan un atracón mientras esperan su final.

En la actualidad, algunas personas constantemente ponen de manifiesto un mal comportamiento y en todo momento cometen maldades y trastornos, perturban y dañan la obra de la iglesia mientras cumplen con sus deberes, incluso hasta el punto de causar grandes pérdidas a los intereses de la casa de Dios. Nunca han mostrado sinceridad ni lealtad a Dios, y mucho menos sumisión. Por consiguiente, Él nunca las ha reconocido. Son personas malvadas que se han infiltrado en Su casa con la intención de obtener bendiciones. Dios les permite entrar para que Su pueblo elegido pueda aprender lecciones y crecer en discernimiento. Aunque también forman parte de las que han sido llamadas, no han sido elegidas debido al comportamiento que ponen de manifiesto de forma constante. ¿Cómo es su condición? Podéis preguntar; ninguna de ellas tiene una buena vida. La calidad de vida de aquellos que confían en Dios y reciben Su sustento en cualquier momento y lugar es absolutamente diferente a la de aquellos que no reciben el sustento y la ayuda de Dios y siempre caen en un abismo sin fondo cuando enfrentan situaciones. Aquellos que no reciben el sustento de Dios no tienen paz ni alegría, y experimentan miedo, ansiedad, desasosiego y preocupación todo el día. ¿Cómo son sus días? ¿Es fácil pasar los días en este abismo sin fondo? No. Dejando de lado este abismo sin fondo, incluso si te sientes negativo durante unos días, sufrirás en gran medida. Por lo tanto, aprecia el presente y no pierdas esta gran oportunidad. Cumplir con tu deber en la obra de gestión de Dios de seis mil años es un honor. Es un privilegio para todas las personas. No constituye una humillación; la clave está en el trato que le das a este honor que recibiste de Dios y la forma en que lo retribuyes. Él te ha elevado; no dejes de agradecer Su amabilidad. Debes saber cómo retribuir la gracia de Dios. ¿Cómo deberías retribuirla? Dios no quiere tu dinero ni tu vida, y tampoco desea ningún tesoro que hayas heredado de tu familia. ¿Qué quiere? Dios desea tu sinceridad y tu lealtad. ¿Cómo se manifiestan esta sinceridad y esta lealtad? En tu compromiso de hacer lo humanamente posible para lograr un corazón sincero y actuar según Sus palabras, sin importar lo que Él diga. ¿Qué son las palabras de Dios? Son la verdad. Una vez que la reconoces y la aceptas, ¿cómo deberías aplicarla? Deberías practicar de acuerdo con los principios-verdad. Haz exactamente lo que Dios dice. No te limites a hablar sobre practicar la verdad de la boca para afuera y luego actúes según tu propia voluntad cuando enfrentes ciertas situaciones, y después pongas excusas y digas palabras fingidas e hipócritas que carecen de sinceridad y lealtad; Dios no está dispuesto a ver eso. Lo más valioso en una persona es la sinceridad. ¿Cómo debe comportarse una persona sincera? Debe hacer exactamente lo que Dios exige y seguir Sus palabras incesantemente. Incluso si exagera, como si siguiera preceptos, y los demás pudieran pensar que es algo tonto, no debería preocuparse. Aun así, debe acatar las palabras de Dios. Lo que Dios quiere es esta sinceridad de parte de las personas. Si en todo momento urdes intrigas y no eres de fiar, nunca estás dispuesto a parecer tonto ante los ojos de los demás ni a sufrir siquiera una mínima pérdida en tus intereses personales, no estás capacitado para practicar la verdad porque te falta sinceridad. La persona que carece de sinceridad y, aun así, se empeña en ser falsa es extremadamente astuta, y a Dios no le agrada. Cuando practica las palabras de Dios, escoge y practica solo lo que la beneficia y evita lo que no. Por lo general, es cordial al hablar, no suelta más que ideas grandilocuentes, pero cuando surgen problemas, se esconde, se esfuma sin dejar rastro y solo reaparece una vez que los demás han resuelto. ¿Qué clase de infeliz es una persona así? Cuando algo le resulta provechoso, toma la iniciativa y da un paso al frente, es más proactiva que cualquiera. Sin embargo, cuando sus intereses personales están en juego, retrocede y se vuelve negativa. Olvida todas sus palabras agradables, su postura y opiniones. A Dios no le agrada este tipo de persona. Él prefiere a alguien que parezca tonto a los ojos de los demás en lugar de alguien que es así de astuto.

XII. Hablar de política

Hemos terminado de compartir los once puntos incluidos en la duodécima responsabilidad de los líderes y obreros. Además de los once puntos, agreguemos uno más. Aunque no es común verlo en la vida de iglesia, es necesario mencionarlo aquí, lo que lo convierte en el duodécimo punto: hablar de política. ¿Es apropiado debatir temas relacionados con la política en la vida de iglesia? (No). La vida de iglesia es para leer la palabra de Dios, adorar a Dios y compartir nuestro conocimiento acerca de Dios y el entendimiento vivencial de Sus palabras. Sin embargo, durante este tiempo, algunas personas hablan en detalle sobre política, como la situación política, las figuras políticas, el panorama político, las opiniones y las posturas políticas. ¿Es apropiado? Al discutir temas que se relacionan con que Dios es soberano sobre todas las cosas y la raza humana, algunas personas adoptan de manera mecánica la idea de que las figuras políticas también están en manos de Dios y dicen que algunas de ellas también creen en Dios y lo siguen, e incluso escriben artículos espirituales y demás. ¿No es esto confundir a los demás? Incluso hay algunos que dicen: “Nosotros, los cristianos, deberíamos apoyar a este político porque no solo es creyente, sino que también protege nuestros intereses, los intereses de los creyentes. Está en sintonía con nosotros, y deberíamos apoyarlo y elegirlo”. En la vida de iglesia, incluso promocionan mucho a esta figura política. ¿Es esto apropiado? ¿Participan los cristianos en la política? (No). ¿Qué puedes hacer para evitar participar? Primero, independientemente del partido que apoyes o de tus opiniones políticas, no los traigas a la vida de iglesia para discutirlos. Desde luego, es aún más crucial que en ella no surjan debates entre personas con diferentes opiniones políticas. Por ejemplo, si tú y otra persona tenéis diferentes puntos de vista y apoyáis a diferentes figuras políticas, puede que deseéis hablarlo cuando os veáis; esto es tolerable, pero de ninguna manera podéis hacerlo en las reuniones. Podéis enviaros mensajes privados, reuniros y conversar, e incluso podéis discutir hasta poneros rojos de ira, y nadie interferirá; ese es el derecho de un ciudadano bajo un sistema democrático. Pero durante la vida de iglesia, no eres solo un ciudadano de un país; más importante aún, eres un miembro de La Iglesia de Dios Todopoderoso. En este marco, esa es tu identidad. No traigas temas políticos ni cuestiones relacionadas con figuras políticas a la iglesia. Lo que digas solo representa tu postura y opiniones personales, no las de la iglesia. La iglesia no está interesada en la política, ni en ningún sistema, figura, líder o grupo políticos, porque estos asuntos no entrañan la verdad y resultan intrascendentes para la fe en Dios. En la vida de iglesia no se debe mencionar ningún tema relacionado con la política. Algunos dicen: “Entonces, ¿está bien que todos se reúnan y lo hablen fuera de la vida de iglesia?”. Lo mejor es no hacerlo. Si deseas unirte a una conversación entre no creyentes que poseen diferentes puntos de vista políticos, tú lo decides; es tu libertad, y la casa de Dios no interferirá en ello. Sin embargo, siempre que los miembros de la iglesia se reúnan, o durante el horario de una reunión formal, no plantees estos puntos de vista políticos o argumentos como temas principales, y no finjas de forma engañosa que tus puntos de vista políticos tienen algo que ver con las palabras de Dios, la verdad o la soberanía de Dios. Tus opiniones políticas no tienen relación alguna con la verdad, ni siquiera existe la más mínima conexión entre ellas, ¡así que no finjas lo contrario!

Algunas personas quieren hablar de política, pero no tienen con quién conversar sobre este tema en su casa, de modo que la conversación nunca se da. Al ver que todos los hermanos y hermanas son adultos, creen que han encontrado una vía para hablar de política y dar rienda suelta a sus puntos de vista a este respecto. Haber encontrado esta buena oportunidad los emociona y quieren hablar acerca de sus puntos de vista políticos, sobre acontecimientos actuales y la situación internacional. Al discutir estos temas, comienzan con: “Todo esto está bajo la soberanía de Dios. Las ideas políticas de la raza humana y estos políticos también se encuentran bajo la soberanía de Dios. Él los dispone”. Después de este preámbulo, comienzan a hablar de política y acontecimientos actuales en detalle, y concluyen con: “La política no puede escapar a la soberanía de Dios; todo forma parte de la buena voluntad de Dios”. Si las personas no pueden desentrañar estos asuntos, no deberían hablar despreocupadamente sobre ellos. Compartir la verdad es compartir la verdad; no hables de política ni de figuras políticas. Hablar de política no es compartir la verdad, sino desorientar a la gente. Si quieres hablar de política, encuentra un grupo de personas que ame la política y habla con ellas tú mismo; podrás hablar hasta saciarte. ¿Qué pretendes al hablar constantemente de estos temas en la iglesia? ¿Estás intentando deliberadamente que las personas te admiren y te elijan líder? ¡Eso significa tener motivos ocultos! Aquellos a los que les encanta hablar de política son los que no se comprometen con los deberes que les corresponden e indudablemente no persiguen la verdad. Nunca hables sobre temas políticos en las reuniones de la iglesia. Algunos dicen: “Si no podemos hablar sobre las elecciones democráticas, los sistemas políticos ni las políticas de los países libres, entonces, ¿qué hay de la política y los escándalos que involucran a altos funcionarios en el país del gran dragón rojo, como cuánto oro se ha llevado un funcionario corrupto y cuántas amantes tiene? ¿Podemos hablar de estas cosas?”. ¿No te parecen repugnantes estos temas? ¿Por qué te interesan tanto estas cosas desagradables? ¿Por qué siento que preocuparse y leer sobre estos asuntos es repugnante? Algunas personas están particularmente interesadas en estas cosas, no las encuentran repugnantes en absoluto. Están dispuestas a leer sobre ellas en internet y lo hacen siempre que tienen tiempo. Su corazón se siente cómodo, seguro y satisfecho al leer sobre estas cosas. ¿Por qué no se sienten así de satisfechas al leer las palabras de Dios? ¿No es esto un tanto deshonesto? ¿No es esto desatender las tareas que corresponden? En momentos tan maravillosos, hasta dar un paseo por el jardín, respirar aire fresco y admirar el paisaje mejoraría tu ánimo. Sin embargo, algunos se niegan a hacerlo; en cambio, siempre que tienen un momento libre, fijan la vista en la computadora y ven las noticias y recopilan chismes: qué funcionario corrupto se descubrió que tenía cuántas amantes, cuántos bienes le incautaron de su hogar a otro funcionario, qué alto cargo del gran dragón rojo derribó a quién o quién asesinó a quién. Estas son las cosas de las que normalmente se preocupan. Se sienten llenos de conocimiento después de recopilar esta información, que luego descargan en todos durante las reuniones. ¿No es esto esparcir veneno? ¿No es de lo más normal que esos diablos cometan fechorías? Algunas personas dicen: “Es normal que cometan fechorías, pero no podrías ni imaginar algunas de las cosas terribles que hacen”. ¿De qué sirve imaginarlas? ¿Acaso te dieron un cerebro para que pudieras imaginar las cosas perversas que hacen? ¿No es esto descuidar las tareas que te corresponden? ¿Piensas que conocer perversidades inimaginables te hace superior? ¿Qué puedes obtener de eso? ¿No te hará solamente sentir más asco? Estas personas que descuidan las tareas que les corresponden se preocupan por estos asuntos indecentes y deshonestos de la escena política. ¿No son simplones? ¿Por qué preocuparse en todo momento por los asuntos de esas personas en lugar de limitarte a vivir tu propia vida? ¿No es una tontería? ¿Acaso no es no tener nada mejor que hacer? Algunos dicen: “El gran dragón rojo persigue a los creyentes. Deben odiar al gran dragón rojo. Seguramente los creyentes estarían interesados en los escándalos, la corrupción, el abuso y la promiscuidad de los altos funcionarios del gran dragón rojo, así como en las cosas turbias que hacen. ¿No deberían los creyentes aplaudir de alegría cuando estos escándalos salen a la luz?”. ¿Crees en Dios y lo sigues para obtener tales cosas? Hablar de asuntos relacionados con la política en la iglesia, especialmente de los escándalos de los altos funcionarios del gran dragón rojo que han salido a la luz, es sumamente repulsivo. ¡No debes hablar de ello en absoluto! Y tampoco me hables de eso, ¡me repugna! De verdad te digo, no hables de ello y ni siquiera leas acerca de ello, de lo contrario tarde o temprano llegará el día en que te arrepentirás de haberlo leído. Cuando te arrepientas, sabrás lo que se siente; no existen límites para lo repugnante que pueden llegar a ser estas cosas. Escuchar y leer sobre ellas en exceso no trae ningún beneficio. ¿Por qué lo digo? Porque llenar tu mente con estas cuestiones repugnantes hará que pierdas el deseo de escuchar las palabras de Dios. Aunque estos temas se relacionen con la política, estas cuestiones son todavía más repulsivas. Si deseas hablar de estas cosas, ve y desahógate con algún no creyente, dile lo que quieras, pero en ninguna circunstancia hables de esto en la vida de iglesia ni entre los hermanos y hermanas. Algunas personas dicen: “Hablar de los actos sórdidos y perversos de los altos funcionarios del gran dragón rojo ayuda a los hermanos y hermanas a elevar su discernimiento y les permite desahogar su ira”. ¿De qué sirve desahogarse? ¿Es desahogarse dar testimonio? ¿Es su obligación? ¿Es tu deber? Hablar de esas cosas es inútil, no tiene ningún valor. Por más que expongas los actos perversos del gran dragón rojo, Dios no lo recordará. Por el contrario, si hablas sobre cómo viviste su persecución, te liberaste de sus intimidaciones y amenazas y las superaste, de cómo confiaste en Dios y te mantuviste firme en tu testimonio en tal entorno, Dios lo acepta. Pero hablar de política no tiene nada que ver con la entrada en la vida, y Dios no lo acepta. Algunos dicen: “Yo saco a la luz la corrupción de los funcionarios del gran dragón rojo, cómo gastan decenas de miles de yuanes en una sola comida, o cuánto gastan en hoteles de lujo; ¿está bien eso?”. ¿Qué tiene que ver eso contigo? ¿No son este mundo y esta sociedad exactamente así? ¿A quién defiendes? Eso no es dar testimonio de Dios, ni exponer la sustancia del gran dragón rojo, ni una manifestación de rebeldía contra él. No confundas a la gente ni seas hipócrita; nada de esto es practicar la verdad. La corrupción de los funcionarios corruptos y los políticos no nos conciernen, ni son algo que debamos exponer. No te preocupes por estos asuntos. Estas cosas han existido en el régimen de Satanás a lo largo de la historia, y lo que hacen no tiene absolutamente nada que ver con lo que experimentamos con la obra de Dios ni con dar testimonio de Él. Así que, pase lo que pase, no mezcles esos temas con el asunto de “rebelarse contra el gran dragón rojo y exponerlo para dar testimonio de Dios”, ni traigas esas cuestiones extrañas, repugnantes y perversas a la vida de iglesia ni entre los hermanos y hermanas para debatirlas. Si realmente quieres hablar de política, hazlo con no creyentes. Comoquiera que lo discutas en privado con aquellos que tienen tales aficiones e intereses está bien. Es tu afición e interés personal; posees esa libertad y derecho y nadie interfiere. Pero durante el horario de las reuniones y ante los hermanos y hermanas, no hables de estos asuntos. Incluso si alguien está dispuesto a escuchar, no hables de ellos, porque repercute en la vida de iglesia y en la comprensión de la verdad del pueblo escogido de Dios.

No importa si atañen a la política o a los escándalos de la vida privada de los políticos, no traigas estos temas a la vida de iglesia para debatirlos. Si alguien no está interesado en el contenido de las reuniones en la vida de iglesia y le agrada debatir estos asuntos en todo momento y los comenta en cada reunión, ¿qué deberían hacer los hermanos y hermanas? Deberían restringirlo; decirle: “Este es el momento de la reunión, ¡no hables de esa basura! Si quieres discutirlas, vete a tu casa y hazlo allí”. ¿Y si no es posible restringirlo y continúa hablando de esos temas? Mándalo afuera y dile que regrese cuando cese de hacerlo. También hay otra forma que es aún más efectiva: en cuanto abra la boca para hablar de política, los hermanos y hermanas se levantan, se van a otro lugar y lo dejan hablando solo. En resumen, desde luego que existen personas a las que les encanta hablar de política. Estas personas descuidan las tareas que corresponden, no persiguen la verdad ni piensan en cómo cumplir bien con sus deberes, no reflexionan acerca de dificultades que existen en la obra de la iglesia ni sobre aquellas que enfrentan los hermanos y hermanas, tampoco reparan en qué problemas reales propios necesitan resolver; no examinan estos asuntos pertinentes. En cambio, solo piensan en esos asuntos deshonestos y torcidos, y son particularmente entusiastas al respecto. Especialmente ahora, con la amplia difusión de la información y el fácil acceso a ella desde todo tipo de canales, satisfacen sus aficiones e intereses. No obstaculizamos sus aficiones e intereses, pero la casa de Dios tiene un precepto que cataloga el hecho de hablar sobre temas políticos en las reuniones como un problema vinculado con el trastorno y la perturbación de la obra de la iglesia. Por consiguiente, estos temas están estrictamente prohibidos durante la vida de iglesia y cuando los hermanos y hermanas se reúnen. Algunas personas dicen: “Estos temas están prohibidos, pero ¿qué hay de nuestros diversos puntos de vista políticos, de qué partido nos gusta o no nos gusta, de por quién votamos o no? ¿Se inmiscuye la iglesia en eso?”. Que quede claro: vota por quien desees, te guste quién te guste; la iglesia no se entromete en esos asuntos; es tu libertad. ¿No es ya bastante indulgente esta falta de intervención? Has disfrutado plenamente de tus obligaciones y derechos humanos como ciudadano; ¿no es eso suficiente respeto? Esto ya es más que suficiente; ¿y aun así quieres hablar libremente y expresar todo lo que te plazca en la iglesia? Eso va contra las reglas. Si te encuentras a una persona así, busca la manera de restringirla. Primero, comparte con ella con claridad, dile: “¿Eres nuevo en la fe? ¿Es esta tu primera vez en una reunión y no conoces las reglas de la casa de Dios? Entonces debo decirte: Este espacio es un lugar de reunión y este momento es un tiempo para reunirnos. Cualesquiera que sean tus puntos de vista políticos o ideas, no debes divulgarlos en la iglesia en absoluto, y no hables de ellos en las reuniones. No queremos escucharlo, ni estamos obligados a escucharte hablar sobre esas cosas. Elegiste el lugar equivocado. Después de la reunión, cuando salgas de aquí, puedes decir lo que quieras; nadie interfiere en ello. Esa es tu libertad”. Si entiende y se acuerda de lo que dijiste, y no vuelve a hablar de ello la próxima vez, está bien, y ha mostrado tener cierta razón. Pero si después de la enseñanza continúa hablando de esa manera y siempre hace saber sus puntos de vista políticos en cada reunión, ¿deberíamos restringir lo que dice? (Sí). Ya sea que se involucre en la política o no, mientras alguien hable de cuestiones políticas, esto debe categorizarse junto con la formación de camarillas, las disputas por estatus, la descarga de negatividad y otros comportamientos similares como las diversas personas, acontecimientos y cosas que trastornan y perturban la obra de la casa de Dios. A estas personas no se les puede mostrar cortesía alguna; se las debe obligar a que dejen de hacerlo y restringirlas. Por supuesto, las personas que hablan de política no son necesariamente malas o buenas; puede que simplemente les agraden esos asuntos y temas. Sin embargo, podemos estar seguros de que no persiguen la verdad de veras. En resumen, ya hemos compartido de forma clara el principio para lidiar con estas personas: hazles conocer los preceptos de la casa de Dios. Si después de explicárselos de manera precisa continúan hablando sobre temas políticos y no acatan las advertencias, entonces aíslalos. Pueden continuar viviendo la vida de iglesia solo después de arrepentirse. Si nunca se arrepienten, no les permitas asistir a las reuniones. Lidiar con este asunto debería ser así de simple. No conviertas un asunto simple en algo complejo, no beneficia a nadie.

24 de julio de 2021

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