Las responsabilidades de los líderes y obreros (5)

En la reunión anterior, compartimos el punto cinco de las responsabilidades de los líderes y obreros. En el transcurso de la charla sobre el punto cinco, diseccionamos algunas de las manifestaciones y acciones de los falsos líderes, y terminamos de hablar sobre este punto. Ahora vamos a compartir los puntos seis y siete de las responsabilidades de los líderes y obreros. ¿Cuál es el contenido específico de estos dos puntos? (Punto seis: ascender y cultivar a todo tipo de talento cualificado para que todos aquellos que persigan la verdad tengan la oportunidad de formarse y entrar en la realidad-verdad lo antes posible. Punto siete: destinar y utilizar sabiamente a distintos tipos de personas en función de su humanidad y sus puntos fuertes, de modo que se obtenga el máximo aprovechamiento de cada una de ellas). Vamos pues a diseccionar las diversas acciones y manifestaciones de los falsos líderes respecto a estos dos puntos. Ambos pertenecen a la misma categoría, relativa al ascenso, el cultivo y el uso de todos los tipos de personas por parte de la iglesia. Vamos a compartir primero los principios de la casa de Dios al ascender y cultivar a toda clase de talento cualificado. De este modo, ¿acaso no seréis capaces, en esencia, de entender algunos de los principios a los que los líderes y obreros deberían atenerse cuando hacen este trabajo? Puede que penséis: “Como líderes y obreros, entramos a menudo en contacto con estos asuntos, ya estamos familiarizados con este trabajo y tenemos algo de experiencia al respecto, por tanto, aunque no dijeras nada más sobre ello, lo tenemos claro y no es necesario compartir más de manera específica”. Entonces, ¿no hace falta hablar sobre ello? (Necesitamos que Tú compartas al respecto. Seguimos sin captar los principios en este asunto, y hay algunas personas con talento a las que todavía no somos capaces de discernir). La mayoría de los líderes y obreros siguen confundidos respecto a cómo hacer este trabajo y se hallan en un proceso de tanteo, de modo que no pueden captar los principios concretos, así que aún hemos de hablar sobre los detalles.

Punto 6: Ascender y cultivar a todo tipo de talento cualificado para que todos aquellos que persigan la verdad tengan la oportunidad de formarse y entrar en la realidad-verdad lo antes posible

El significado de que la casa de Dios ascienda y cultive a toda clase de personas con talento

¿Por qué la casa de Dios asciende y cultiva a toda clase de personas con talento? ¿Se hace esto en aras de involucrarse en la ciencia, la educación y la literatura? El pueblo escogido de Dios ya debería saber que cuando la casa de Dios asciende y cultiva a varios tipos de personas con talento, esto no se hace para fabricar alguna especie de producto de alta tecnología ni crear un milagro ni conducir una investigación sobre la historia del desarrollo humano, y mucho menos para hacer ninguna clase de plan para el futuro de la especie humana. ¿Por qué entonces asciende y cultiva la casa de Dios a toda clase de personas con talento? ¿Lo entendéis o no? (Para difundir el evangelio del reino). Para difundir el evangelio del reino, esa es una razón. ¿Qué más? (Para que todo el mundo que persigue la verdad pueda tener la oportunidad de formarse). Eso es, esta respuesta es bastante razonable y da en el clavo. Es para que incluso más personas que persiguen la verdad puedan tener la oportunidad de formarse y entrar en la realidad-verdad lo antes posible. Las dos respuestas que acabáis de dar son correctas y precisas. El ascenso y el cultivo de toda clase de personas con talento por parte de la casa de Dios están relacionados por una parte con la difusión del evangelio del reino y la obra de Dios, y por otra, tiene que ver con las búsquedas y la entrada individuales. Estos son los dos aspectos generales. En términos específicos, ¿cuál es el significado de que la casa de Dios ascienda y cultive a toda clase de personas con talento? ¿Qué trabajo específico hacen estas en la iglesia? Cuando la casa de Dios asciende y cultiva a alguien para que sea jefe de equipo, supervisor o líder u obrero en la iglesia, ¿se le convierte en un funcionario? (No). La casa de Dios asciende y cultiva a las personas para que puedan ser responsables de proyectos o trabajos específicos dentro del marco de los diversos aspectos del trabajo de la iglesia, como el trabajo evangélico, el relacionado con los textos, el de producción de películas, el de riego, así como algunos asuntos generales y otros tantos. Por consiguiente, ¿cómo llevan a cabo estos trabajos específicos? Mediante el emprendimiento de varios aspectos del trabajo de la iglesia conforme a los requerimientos de Dios, los principios-verdad de Sus palabras y los arreglos de la obra de la casa de Dios, y de este modo hacen su deber de acuerdo con Sus requerimientos y obran conforme a los principios-verdad. Al fijarnos en que a estas personas se las está ascendiendo y cultivando para emprender el trabajo, el hecho de tener un título oficial o un estatus no es lo que las capacita para hacer bien su trabajo. En cambio, deben poseer cierto calibre para asumir un trabajo específico, es decir, para asumir lo que Dios les ha encomendado que hagan o, en otras palabras, un deber y una obligación que conlleve responsabilidad. Este es el significado y la definición específicos de ascender y cultivar a diversos tipos de individuos con talento, tal como se menciona en el punto seis de las responsabilidades de los líderes y obreros. Por consiguiente, al ascender y cultivar a las personas, el objetivo de la casa de Dios es cultivar a toda clase de personas talentosas para que hagan bien diversos aspectos del trabajo de la iglesia de acuerdo con los requerimientos de Dios y de los arreglos de la obra de la casa de Dios; es para permitir que estas personas asuman diversas tareas específicas de la iglesia. Al mismo tiempo, la casa de Dios cultiva y forma a estas personas para que aprendan a contemplar Sus palabras, compartan la verdad y obren conforme a los principios, las conduce a la práctica de la verdad y a vivir según las palabras de Dios y entrar en la realidad-verdad, y las capacita para tener experiencias y testimonios auténticos, tras lo cual pueden liderar, regar y proveer a otros, así como llevar a cabo de manera adecuada los diversos aspectos del trabajo de la iglesia, y al mismo tiempo, el pueblo escogido de Dios puede estar capacitado para someterse a Dios, dar testimonio de Él y cumplir bien el deber de predicar el evangelio. El método de práctica para ascender y cultivar a toda clase de personas con talento es, por una parte, guiar a la gente a practicar y experimentar las palabras de Dios, a que lleguen a conocerse a sí mismas, desechen sus actitudes corruptas y entren en la realidad-verdad; por otra parte, es para que los líderes y obreros usen su propia experiencia real de lealtad y sumisión para guiar y cultivar a las personas en el buen cumplimiento de sus deberes y dar testimonios rotundos de Dios. Estas son las dos sendas principales de práctica para cultivar a diversos tipos de personas con talento. Este es el trabajo concreto implicado en ascender y cultivar a diversas clases de personas con talento, y además es el auténtico significado de hacerlo.

Los criterios requeridos para las diversas clases de personas con talento a las que la casa de Dios asciende y cultiva

I. Los criterios requeridos para los líderes y obreros y supervisores de diversos aspectos del trabajo

¿A quiénes hacen referencia “las diversas clases de personas con talento a las que la iglesia asciende y cultiva”? ¿Qué ámbitos engloba esto? El primero es el tipo de personas que pueden ser supervisores de los varios aspectos del trabajo. ¿Cuáles son los estándares requeridos para los supervisores de los diversos aspectos del trabajo? Tres son los principales. Primero, han de tener la capacidad de comprender la verdad. Solo aquellos que pueden comprender la verdad de forma pura y sin distorsión, así como de deducir otras cosas a partir de un solo ejemplo son gente de buen calibre. Esta gente debe al menos tener entendimiento espiritual y ser capaz de comer y beber las palabras de Dios con independencia. En el proceso de comer y beber las palabras de Dios, han de ser capaces de aceptar con independencia el juicio, el castigo y la poda de las palabras de Dios, y buscar la verdad para resolver sus propias nociones y figuraciones y la adulteración de su propia voluntad, además de sus actitudes corruptas; si alcanzan este estándar, eso significa que saben experimentar la obra de Dios, y esto es una manifestación de buen calibre. En segundo lugar, han de llevar una carga para el trabajo de la iglesia. La gente que de veras lleva una carga no solo tiene entusiasmo, también auténtica experiencia de vida, entiende algunas verdades y puede desentrañar algunos problemas. Se dan cuenta de que en la obra de la iglesia y en el pueblo escogido de Dios hay muchas dificultades y problemas que se han de resolver. Ven esto con sus ojos y se preocupan de ello en su corazón; esto es lo que significa llevar una carga en el trabajo de la iglesia. Si alguien es simplemente de buen calibre y capaz de comprender la verdad, pero es vago, codicia las comodidades de la carne, no está dispuesto a hacer trabajo real y solo hace un poco de trabajo cuando lo Alto le impone una fecha límite para que lo complete, cuando no puede quedar impune si no lo hace, entonces se trata de una persona que no lleva una carga. Los que no llevan ninguna carga son los que no persiguen la verdad, aquellos sin sentido de la rectitud y los inútiles que se pasan el día comiendo hasta hartarse, sin pensar en nada serio. En tercer lugar, han de poseer capacidad de trabajo. ¿Qué significa “capacidad de trabajo”? En palabras sencillas, significa que no solo pueden asignar trabajo y darles instrucciones a las personas, sino que además identifican y resuelven problemas; esto es lo que significa poseer capacidad de trabajo. Asimismo, también necesitan de habilidades organizativas. A la gente que las posee se le da especialmente bien juntar a las personas, organizar y disponer el trabajo, así como resolver problemas, y cuando organiza el trabajo y resuelve problemas, puede convencer a otros de manera concienzuda y lograr que obedezcan; esto es lo que significa tener habilidades organizativas. Aquellos que de veras tienen capacidad de trabajo pueden llevar a cabo tareas específicas que ha dispuesto la casa de Dios, y las pueden desempeñar con mucha fluidez y decisión y sin ninguna torpeza, y además pueden hacer bien los diversos trabajos. Estos son los tres estándares de la casa de Dios para cultivar a los líderes y obreros. Si alguien cumple estos tres estándares, se trata de un individuo poco frecuente y con talento al que se debería ascender, cultivar y formar de inmediato y que, después de practicar durante un tiempo, va a ser capaz de encargarse del trabajo. Cualquiera que tenga calibre, lleve una carga y posea capacidad de trabajo no necesita que la gente se preocupe siempre por él ni lo supervise ni le meta prisa en su trabajo. Es proactivo, sabe qué tareas corresponde hacer en qué momento, cuáles inspeccionar y supervisar, y cuáles hace falta comprobar o vigilar de cerca. Es muy consciente de estas cosas. Tales personas son relativamente fiables y confiables en su trabajo, no van a ocurrir grandes problemas. Aunque fuera así, serían triviales y no afectarían al resultado global, y Dios no se tendría que preocupar del trabajo que hacen estas personas. Solo aquellos que pueden valerse por sí mismos en el trabajo poseen de veras capacidad para desempeñarlo. Aquellos que no, los que siempre necesitan que los demás se preocupen de ellos, que los vigilen, supervisen e incluso los tomen de la mano y les enseñen qué hacer son personas con un calibre muy escaso. Los resultados del trabajo que hacen aquellos de calibre corriente son, sin duda, corrientes, y esa gente necesita que alguien la vigile y supervise antes de hacer nada. A modo de contraste, la gente con buen calibre puede valerse por sí misma después de haberse formado durante un tiempo, y cada vez que lo Alto le ha dado instrucciones para una tarea y ha compartido algunos principios, puede captar los principios, ejecutar el trabajo de acuerdo con ellos y, básicamente, seguir el trayecto correcto sin demasiados grandes desvíos o fallos, así como lograr los resultados que debe; esto es lo que significa tener capacidad de trabajo. Por ejemplo, la casa de Dios pide que se limpie la iglesia y que se identifique y expulse a los anticristos y a las personas malvadas de esta, y el tipo de personas que poseen capacidad de trabajo no se desvían en lo esencial en el transcurso de llevar a cabo esta tarea. Una vez que aparece, un anticristo necesita al menos medio año para que se le revele y se le eche. Durante este tiempo, aquellos que poseen capacidad de trabajo lo pueden identificar, compartir la verdad para diseccionar las manifestaciones del anticristo y ayudar a los hermanos y hermanas a obtener discernimiento de él y que no los desoriente, de modo que se les capacita para que se alcen a fin de desenmascarar y expulsar juntos al anticristo. Cuando los anticristos o las personas malvadas aparecen en el ámbito del trabajo de las personas que poseen capacidad de trabajo, básicamente la mayoría de los hermanos y hermanas no se desorientan ni se ven influidos. Solo unos pocos atolondrados y los de muy escaso calibre se desorientan, y este es un fenómeno normal. Aquellos de buen calibre y que poseen capacidad de trabajo pueden lograr estos resultados en su labor, y poseen la realidad-verdad y son líderes y obreros acordes al estándar.

Entre los diversos tipos de personas con talento que acabo de mencionar, el primero era el de aquellos que pueden ser supervisores de los diversos aspectos del trabajo. El primer requerimiento hacia ellos es que tengan la capacidad y el calibre para comprender la verdad. Este es el requisito mínimo. El segundo es que lleven una carga; esto es indispensable. Algunas personas comprenden la verdad más rápido que la gente corriente, tienen entendimiento espiritual, son de buen calibre, poseen capacidad de trabajo y después de practicar durante un periodo de tiempo, pueden valerse por sí mismas sin lugar a la duda. Sin embargo, hay un problema serio en ellas; no llevan carga. Les gusta comer, beber, divertirse y callejear por ahí. Están muy interesados en estas cosas, pero si se les pide hacer algo de trabajo específico que requiere que sufran adversidades y paguen un precio, que se restrinjan un poco, entonces les entra desgana y aseguran que sienten algo de malestar o aflicción, y que están incómodos de la cabeza a los pies. Son desenfrenados e indisciplinados, desenfadados, testarudos y disolutos. Comen, duermen y se divierten cuando les apetece, y solo realizan algún trabajo cuando su estado de ánimo se los permite. Si el trabajo es un poco arduo o agotador, pierden interés y ya no quieren cumplir con su deber. ¿Es esto llevar una carga? (No). La gente que es vaga y codicia las comodidades de la carne no es a la que se debería ascender y cultivar. Hay además personas cuyo calibre es más que adecuado para un trabajo, pero por desgracia no llevan una carga, no les gusta asumir responsabilidad, no les gustan los problemas ni preocuparse. Permanecen ciegas ante el trabajo que se ha de hacer, e incluso si pueden verlo, no quieren ocuparse de ello. ¿Son las personas de este tipo candidatas al ascenso y el cultivo? En absoluto; la gente debe llevar una carga a fin de ser ascendida y cultivada. Llevar una carga se puede describir además como tener sentido de la responsabilidad. Tener sentido de la responsabilidad tiene más que ver con la humanidad; llevar una carga está relacionado con uno de los estándares que la casa de Dios usa para medir a las personas. Aquellos que llevan una carga mientras que al mismo tiempo poseen otras dos cosas —capacidad y calibre para comprender la verdad, así como capacidad de trabajo— son el tipo de personas a las que se puede ascender y cultivar, y este tipo de personas pueden ser supervisores de los diversos aspectos del trabajo. Estos son los estándares requeridos para ascender y cultivar a las personas a fin de convertirse en diversos tipos de supervisores, y las personas que cumplen estos estándares son candidatas al ascenso y el cultivo.

II. Los criterios requeridos para las personas con talento en diversas profesiones que poseen talentos o dones especiales

Además de al tipo de personas que pueden ser supervisores de los diversos aspectos del trabajo, otro al que se puede ascender y cultivar son aquellos que poseen talentos o dones especiales o han dominado algunas habilidades profesionales. ¿Cuál es el estándar que la casa de Dios requiere para cultivar a personas semejantes a fin de que sean líderes de equipo? Primero fíjate en su humanidad; basta con que amen relativamente estas cosas positivas y no sean personas malvadas. Hay quien podría preguntar: “¿Por qué no se requiere que sea alguien que persiga la verdad?”. Porque los jefes de equipo no son líderes de iglesia ni obreros, así como tampoco regadores, y sería pedir demasiado requerirles que cumplan el estándar de perseguir la verdad, pues es algo fuera del alcance de la mayoría de ellos. No es algo que se requiera de las personas que desempeñan asuntos generales o aspectos específicos de trabajo profesional; si lo fuera, solo unos pocos serían aptos, así que hay que bajar los estándares. Mientras las personas entiendan su profesión y sean capaces de asumir el trabajo, no cometan maldad ni causen ninguna perturbación, con eso es suficiente. En cuanto a aquellos que tienen experiencia en algunas habilidades y profesiones y cuentan con algunos puntos fuertes, si van a llevar a cabo un trabajo que requiera estar algo familiarizado con la habilidad y relacionado con sus profesiones en la casa de Dios, mientras sean relativamente ingenuos y honrados en cuanto a su calidad humana, no sean malvados, su comprensión no sea distorsionada, sean capaces de aguantar las adversidades y estén dispuestos a pagar un precio, con eso es suficiente. Así, el primer requerimiento para cultivar a tales personas para que sean jefes de equipo es que sientan un relativo amor por las cosas positivas y, además, deben ser capaces de sufrir penurias y pagar un precio. ¿Qué más? (Deben tener una calidad humana honrada y no ser malvadas, y no contar con una comprensión distorsionada). Su calidad humana debe ser relativamente honrada, no deben ser personas malvadas ni con una comprensión distorsionada. Hay quien podría preguntar: “Por tanto, ¿se puede considerar alta su capacidad para comprender la verdad? Después de oír la verdad, ¿se pueden despertar a la realidad-verdad y entrar en ella?”. No hace falta exigir todo esto, basta con que tales personas no posean una comprensión distorsionada. Cuando la gente cuya comprensión no está distorsionada hace su trabajo, uno de los beneficios es que probablemente no causen trastornos ni hagan ninguna ridiculez. Por ejemplo, la casa de Dios ha compartido una y otra vez los principios respecto al color del vestuario de los actores, que debería ser digno y decente, y más colorido que anodino. Sin embargo, todavía están aquellos que simplemente no le extraen sentido a lo que se les dice, no entienden lo que oyen, son incapaces de comprender y no pueden identificar los principios en el marco de estos requerimientos de la casa de Dios, y acaban eligiendo un vestuario que es gris por completo; ¿acaso esto no es una comprensión distorsionada? (Sí). Esto es lo que significa tener una comprensión distorsionada. Ante todo, ¿qué significa el hecho de amar relativamente las cosas positivas? (Ser capaz de aceptar la verdad). Eso es. Significa ser capaz de aceptar las palabras y las cosas que se conforman a la verdad, y aceptar y someterse a las palabras de Dios y a todos los aspectos de la verdad. Al margen de si tales personas pueden poner esas cosas en práctica, como poco, en el fondo no han de ser reacios a ellas ni les deben causar repugnancia. Tales personas son buenas y se puede decir en términos coloquiales que son decentes. ¿Qué características poseen las personas decentes? Sienten asco, repulsión y aversión hacia los actos malvados que les gusta cometer a los no creyentes, así como hacia las tendencias malvadas que siguen estos. Por ejemplo, las tendencias en el mundo de los no creyentes abogan por las fuerzas malvadas, y muchas mujeres buscan casarse con un rico o ser la amante de alguien. ¿No es esto perverso? La gente que ama la verdad encuentra esto particularmente repugnante y algunas dicen: “Aunque no fuera capaz de encontrar a nadie para casarme, aunque muriera en la pobreza, nunca actuaría como una de esas”, en otras palabras, son desdeñosas con tales personas y las desprecian. Una característica de las que son decentes es que encuentran las tendencias malvadas repugnantes y repulsivas, y muestran desdén hacia aquellos que han sido atrapados por tales tendencias. Son bastante honradas; ante la mención de creer en Dios y ser una buena persona, caminar por la senda correcta, temer a Dios y apartarse del mal, evitar las tendencias malvadas y todo comportamiento malvado en el mundo, en el fondo sienten que se trata de algo bueno. Sean o no capaces de dar un paso al frente para lograr todo esto, y por grande que sea su aspiración por creer en Dios y caminar por la senda correcta, a fin de cuentas, en el fondo anhelan vivir en la luz y ansían hallarse en un lugar donde la justicia ostente el poder. Las personas honradas como estas son de las que aman bastante las cosas positivas. Quienes han de ser ascendidos y cultivados por la casa de Dios deben poseer, cuando menos, la calidad humana de una humanidad honrada y de un amor por las cosas positivas. Asimismo, este es el primer estándar requerido para ascender al tipo de personas con talento que poseen puntos fuertes y habilidades profesionales. El segundo estándar es que esas personas deben ser capaces de padecer dificultades y pagar un precio. Es decir, cuando se trata de causas o trabajos que les entusiasman, son capaces de dejar de lado sus deseos, los placeres de la carne o una vida cómoda, e incluso de renunciar a sus perspectivas de futuro. Además, no les supone mucho problema un poco de dificultad o sentir cierto cansancio; mientras estén haciendo algo que tenga sentido y crean correcto, renuncian con gusto a los placeres y beneficios de la carne o, como mínimo, tienen la aspiración y el deseo de hacerlo. Algunos dicen: “A veces, esa persona sigue codiciando las comodidades de la carne: a veces quiere dormir hasta tarde, comer bien y salir a pasear o a deambular sin rumbo, pero la mayoría de las veces es capaz de padecer dificultades y pagar un precio; lo que pasa es que, en ocasiones, su estado de ánimo le lleva a pensar así. ¿Se consideraría esto un problema?”. No. Sería demasiado pedir que dejara completamente de lado los placeres de la carne, excepto en circunstancias especiales. En general, cuando le asignas un trabajo a esa gente, trátese o no de un trabajo grande y sea o no algo que le guste hacer, y por muy difícil que sea o por muy grande la dificultad que tenga que soportar, o el precio que tenga que pagar, mientras se lo asignes a esa persona, está garantizado que lo hará lo mejor que pueda sin que sea siquiera necesario que la vigiles ni la supervises. Son gente capaz de padecer dificultades y pagar un precio, y esta es otra manifestación de la gente decente. ¿Qué significa ser capaz de padecer dificultades y pagar un precio? Significa ser concienzudo, ser dedicado y atento hasta el extremo, y ser capaz de sufrir cualquier dificultad y pagar cualquier precio para hacer las cosas adecuadamente. Tales personas, a la hora de hacer las cosas, mantienen sus promesas y son confiables, no como aquellos que son comilones y ociosos, aman el placer y detestan el trabajo, además de anteponer el beneficio a cualquier otra cosa. Los que son así se retractan de sus promesas, dicen palabras falsas para engañar y engatusar a los demás, y no dudan en mentir y hacer falsos juramentos para lograr sus objetivos; Dios no va a salvar a esas personas. A Dios le gustan las personas honestas. Solo estas mantienen su palabra y son leales a sus deberes, y Dios solo salva a aquellos que sufren penurias y pagan un precio para cumplir bien Su comisión. Ser capaz de sufrir adversidades y pagar un precio es la segunda característica y manifestación que uno debería poseer para que lo ascienda y cultive la casa de Dios. El tercer estándar consiste en no tener una comprensión distorsionada. Es decir, después de escuchar las palabras de Dios, al menos son capaces de saber a qué se refieren, pueden extraer sentido de lo que dice Dios y su comprensión no se desvía ni resulta absurda. Por ejemplo, si hablas del color azul, no lo malinterpretarán como negro, y si hablas del color gris, no lo interpretarán como morado. Este es el mínimo exigible. Aunque a veces su comprensión esté distorsionada, cuando otros se lo señalan, son capaces de aceptarlo, y si ven que alguien tiene una comprensión más pura que ellos mismos, la aceptan sin problema. Este tipo de persona tiene una comprensión pura. En cuarto lugar, no deben ser personas malvadas. ¿Es esto fácil de entender? No ser una persona malvada significa al menos hacer una cosa, y esta consiste en que, después de no conseguir lograr lo que la casa de Dios ha requerido de ellos o haber vulnerado los principios y haber hecho algo malo, tales personas deben poder aceptar y someterse cuando se las poda, sin resistirse ni difundir negatividad o nociones. Además, da igual en qué grupo se encuentren, se pueden llevar bien con la mayoría de las personas y relacionarse en armonía con ellas. Incluso cuando alguien les hace daño al decir cosas desagradables, lo pueden soportar sin llevar la cuenta, y si alguien los intimida, no castigan la maldad con maldad, sino que en cambio solo adoptan modos sabios de mantener la distancia y permanecer alejados. Aunque tales individuos no llegan a ser personas honestas, cuando menos son bastante ingenuos y no cometen maldad, y si cualquiera los ofende, no toman represalias ni atormentan a la otra persona, no la reprimen. Asimismo, no intentan fundar sus propios reinos independientes, no actúan en contra de la casa de Dios, no difunden nociones ni tratan de emitir juicios sobre Él, así como tampoco hacen nada que trastorne o cause perturbaciones. Los cuatro puntos de arriba son los criterios básicos para ascender y cultivar a la gente con talento que cuenta con puntos fuertes y entiende algunas destrezas profesionales. Mientras cumplan estos cuatro criterios, en lo esencial pueden asumir determinados deberes y llevar a cabo ciertos trabajos de manera adecuada.

Hay quien puede que pregunte: “¿Cómo es que entre los criterios que deben cumplir las personas con talento para que las asciendan y cultiven no se incluye entender la verdad, poseer la realidad-verdad y ser capaz de temer a Dios y evitar el mal? ¿Cómo es que no se incluye el ser capaz de conocer a Dios, de someterse a Él, serle leal y ser un ser creado acorde al estándar? ¿Se han obviado estas cosas?”. Decidme, si alguien entiende la verdad y ha entrado en la realidad-verdad, es capaz de someterse a Dios, le es leal y tiene un corazón temeroso de Dios y, asimismo, conoce a Dios, no se resiste a Él y es un ser creado acorde al estándar, ¿sigue necesitando que se le cultive? Si de veras ha conseguido todo esto, ¿acaso no se ha logrado ya el resultado del cultivo? (Sí). Por tanto, en los requerimientos para ascender y cultivar a las personas con talento no se incluyen estos criterios. Como a los candidatos se les asciende y cultiva de entre los seres humanos que no entienden la verdad y están llenos de actitudes corruptas, es imposible que estos candidatos a los que se asciende y cultiva tengan ya la realidad-verdad, o que ya se sometan por completo a Dios, y no digamos que sean del todo leales a Él. Están si cabe más lejos aún de conocer a Dios y tener un corazón temeroso de Él. Los criterios que más que nada deberían cumplir las personas con talento de toda índole para que se las ascienda y cultive son los que acabamos de mencionar; se trata de los más realistas y específicos. Algunos falsos líderes dicen: “No tenemos a nadie con talento aquí al que se le pueda ascender y cultivar. Fulano de tal no entiende la verdad. Mengano no hace las cosas con un corazón temeroso de Dios, este no puede aceptar recibir la poda, aquel no tiene lealtad…”, etcétera, con lo que señalan un montón de faltas. ¿Qué implican estos falsos líderes al decir estas cosas? Es como si no se pudiera ascender y cultivar a estas personas porque no entienden la verdad y no experimentan la obra de Dios, y no tienen todavía la realidad-verdad y demás, mientras que los propios líderes se pudieron convertir en líderes porque ya tienen algo de experiencia práctica y poseen la realidad-verdad. ¿No es esto lo que quieren decir estos falsos líderes? A sus ojos, nadie es tan bueno como ellos y nadie aparte de ellos es apropiado para ser líder. Este es el carácter arrogante de los falsos líderes; en lo que respecta al ascenso y el cultivo de las personas por parte de la casa de Dios, están llenos de nociones y figuraciones.

III. Los criterios requeridos para el personal del trabajo de asuntos generales

Acabo de mencionar a dos clases de personas que la casa de Dios se concentra en cultivar. Una clase son las que pueden ser líderes y obreros, y la otra es la de aquellos que pueden emprender varios trabajos profesionales. Hay además otro tipo de personas. No se puede decir que posean puntos fuertes particulares o habilidades profesionales; su trabajo no implica ninguna tecnología avanzada, es decir, esta gente desempeña cierto trabajo en los asuntos generales de la iglesia, se ocupan de ciertos asuntos ajenos al trabajo sustancial de la iglesia. Son del tipo de personas que llevan a cabo trabajo de asuntos generales. ¿Cuáles son los principales requerimientos de la casa de Dios para tales personas? El requisito más fundamental es que sean capaces de defender los intereses de la casa de Dios, no ayuden a los forasteros a costa de la casa de Dios y no vendan los intereses de esta para caerle en gracia a Satanás. Eso es todo. Al margen de si se trata de un comunicador dotado, de la élite de la sociedad o de un talento especial, debería ser capaz de defender los intereses de la casa de Dios al lidiar con los asuntos externos de esta. ¿Qué incluyen los intereses de la casa de Dios? Dinero, objetos materiales, las reputaciones de la casa de Dios y la iglesia, y la seguridad de los hermanos y hermanas; cada uno de estos aspectos es muy importante. Aquel capaz de defender los intereses de la casa de Dios posee humanidad normal, y es alguien lo bastante honrado y que está dispuesto a practicar la verdad. Los hay que no tienen discernimiento y dicen: “Hay una persona con una humanidad malvada, pero puede defender la obra de la casa de Dios”. ¿Es eso posible? (No). ¿Cómo pueden las personas malvadas defender la obra de la casa de Dios? Solo pueden defender sus propios intereses. Así, si alguien es de veras capaz de defender los intereses de la casa de Dios, seguro que su calidad humana y su humanidad son buenas; esto no puede ser un error. Si alguien ayuda a los forasteros a costa de la casa de Dios cuando hace algo para esta, y traiciona sus intereses y no solo causa grandes pérdidas económicas y materiales a Su casa, sino que también crea un enorme daño a las reputaciones de la casa de Dios y de la iglesia, ¿es una buena persona? Lo más seguro es que no sea trigo limpio. No le importa lo grandes que sean las pérdidas materiales y financieras que sufre la casa de Dios; lo que más le importa es el beneficio propio y caer en gracia a los no creyentes; no solo envía regalos a los no creyentes, sino que hace concesiones constantes durante las negociaciones; no se le ha ocurrido luchar por los intereses de Su casa. Y sin embargo, le miente a esta, dice cómo ha conseguido el trabajo y defendido los intereses de la casa de Dios, cuando de hecho, el trabajo de la iglesia ya ha sufrido pérdidas, y los no creyentes se han aprovechado mucho de Su casa. Si una persona es capaz de defender los intereses de la casa de Dios en todos los aspectos cuando lidia con asuntos externos, ¿se trata de una buena persona? (Sí). Y entonces, si esta clase de personas es incapaz de hacer cualquier otro trabajo en la casa de Dios, y solo es adecuada para este tipo de trabajo de asuntos generales, ¿debería ascenderla la casa de Dios? (Sí). Además de poseer capacidad de trabajo y de poder llevar este a cabo conforme a los principios requeridos por la casa de Dios, también es capaz de defender los intereses de esta, así que cumple con el estándar, y se le debería ascender. En el lado opuesto se hallan aquellos que constantemente causan daño a los intereses de la casa de Dios, que plantean un constante riesgo potencial para la seguridad de los hermanos y hermanas, y que causan continuos efectos adversos y consecuencias para las reputaciones de la casa de Dios y la iglesia; a tales personas no se las debe ascender ni cultivar; si se les asciende y utiliza, han de ser despedidas sin demora. Hay también algunas personas que siempre se meten en problemas mientras hacen su trabajo, como tener accidentes de tráfico, estropear los asuntos de los que se ocupan o crear conflictos que resultan en quejas constantes, y si hay algún fallo no saben cómo arreglarlo. Son imbéciles, dan mala suerte y son derrochadores. Si este tipo de personas se convierte en jefe de equipo, supervisor, líder u obrero, no solo se le debe despedir enseguida, sino que se le debe echar de la iglesia. Esto es porque esta clase de personas es garantía de desastre y trae mala suerte. Mientras una o dos de estas personas existan en la iglesia, no puede haber paz en esta. Tales personas parecen tener en su interior espíritus malvados o la peste. Cualquiera que entre en contacto con ellas sufrirá desgracias, así que a esta clase de personas se la debe erradicar sin demora. Incluso sus características faciales están mal, con rasgos astutos y endiablados o grotescamente feos, y cualquiera que se relacione con ellas se sentirá como si algo malo estuviera a punto de ocurrirle. La gente de este tipo debe ser despedida y hay que echarla, y las cosas solo irán bien en la iglesia en ese momento. Ascender y cultivar a diversas personas en la iglesia requiere atenerse a los principios y al ejercicio del discernimiento, de modo que se obre de acuerdo con los principios. Entre los diversos tipos de personas a las que se asciende y cultiva, están aquellas que sirven como líderes y obreros en la iglesia, las que son responsables de varias profesiones en ella, y además las que se ocupan de los asuntos generales de esta. Los diversos criterios que estos varios tipos de personas con talento deberían cumplir también se han compartido con claridad. Cuando tengas claros los principios de cómo elegir a los líderes y obreros y cómo ascender y cultivar a las personas, todo el trabajo de la iglesia entrará en el camino correcto.

Hay quien puede que pregunte: “¿Por qué se dice que aquellos a los que la casa de Dios asciende y cultiva tienen talento?”. Las personas con talento de las que hablamos se refieren a los candidatos para el ascenso y el cultivo. Hay diferentes requisitos para las personas que pueden hacer deberes diferentes y, al hallarse en el proceso de ser ascendidas y cultivadas, basta por tanto con que estas personas de supuesto talento puedan satisfacer estos criterios que acabamos de mencionar. No sería realista esperar que ya posean la realidad-verdad, sean sumisas y leales, y teman a Dios. Así, aquellos con talento de los que hablamos son solo los que poseen algunas de las cualidades y la integridad que debería tener la gente con humanidad normal, y el calibre para comprender la verdad; a ese respecto se les considera cualificados. No significa que ya hayan entendido la verdad y entrado en la realidad-verdad, ni que ya hayan logrado la sumisión absoluta a Dios después de aceptar Su juicio y castigo, o cosas del estilo. Por supuesto, el término “persona con talento” no se refiere a los que han asistido a la universidad o se han sacado un doctorado, a los que cuentan con trasfondos familiares privilegiados o un estatus social elevado, a los que tienen habilidades o dones especiales; no se refiere a estas personas. Dado que se las ha de ascender y cultivar, puede que algunas de las que van a hacer trabajo profesional nunca hayan desempeñado esta profesión ni la hayan estudiado antes, pero mientras hayan satisfecho estos diversos criterios para el ascenso y el cultivo, y estén dispuestas a aprender y se les dé bien aprender una profesión concreta, entonces la casa de Dios puede ascenderlas y cultivarlas. ¿A qué me refiero con esto? No quiero decir que a una persona se la pueda ascender y cultivar solo si sobresale de forma natural en una profesión particular. Es más bien que, si muestra disposición a aprender y posee las condiciones, o aunque apenas posea conceptos básicos de esta profesión, entonces se la puede ascender y cultivar; este es el principio. Aquí finaliza nuestra charla sobre los criterios que deberían satisfacerse en las diversas personas con talento a las que la casa de Dios quiere ascender y cultivar.

Los objetivos de la casa de Dios al ascender y cultivar a toda clase de personas con talento

A continuación, vamos a compartir por qué la casa de Dios asciende y cultiva a toda clase de personas con talento. Hay quien no entiende esto y piensa: “¿No sería suficiente con que la casa de Dios ascendiera por la vía directa a las diversas personas con talento y las usara? ¿Por qué hace falta que las cultive y las forme durante un periodo de tiempo?”. ¿Lo entendéis o no? Hablemos primero de la clase de personas que se convierten en líderes y obreros. ¿Por qué la casa de Dios asciende y cultiva a aquellos que tienen capacidad de comprensión, que llevan una carga para la iglesia y poseen capacidad de trabajo? Porque, aunque están cualificados en cuanto a su calibre y cumplen los criterios, no han tenido todavía experiencia real ni entienden la verdad, ni mucho menos saben cómo practicar la verdad y hacer cosas de acuerdo con los principios. Se les debe formar durante un periodo de tiempo y darles guía, y solo se les puede utilizar formalmente cuando hayan dominado los principios de hacer su deber y tengan experiencia real. Si fueran como los hermanos y hermanas en la iglesia, que comen y beben las palabras de Dios, escuchan sermones, viven la vida de iglesia y se forman al hacer un deber, y solo se los ascendiera y cultivara cuando hubieran crecido en la vida, entonces su progreso sería demasiado lento. En ese caso, ¿cuántos años los llevaría ser aptos para que Dios los usara? ¿No afectaría esto al trabajo de la iglesia? Por tanto, mientras alguien tenga la capacidad de comprender la verdad, posea capacidad de trabajo y tenga sentido de la carga, se le debería ascender y cultivar y pedirle que se forme para hacer el deber de un líder u obrero, así como imponerle una carga. Por una parte, los lleva a sacar el máximo partido de sus puntos fuertes. Por otra, cuando se encuentran en situaciones especiales, es necesario compartir la verdad con ellos para resolver sus dificultades. A veces también se los debe podar y, si es necesario, deben además ser disciplinados y pasar por numerosas pruebas y refinamiento, así como padecer mucho sufrimiento. Solo al experimentar tal formación práctica pueden progresar de veras, y paso a paso comprender la verdad y dominar los principios, para luego asumir el trabajo de líderes y obreros lo antes posible. Cultivar y formar líderes y obreros de esta manera producirá mejores resultados y será más rápido, lo cual es beneficioso para la obra de la casa de Dios y más beneficioso para la entrada en la vida del pueblo escogido de Dios, pues los líderes y obreros con experiencia práctica pueden regar y proveer directamente al pueblo escogido de Dios. Cuando la casa de Dios asciende y cultiva a una persona para que sea líder, le da una mayor carga para formarla, para que se ampare en Dios y se esfuerce en pos de la verdad; será entonces cuando su estatura crezca lo más rápido posible. Cuanto mayor es la carga que se le impone, más presión se ejerce sobre ella y más se la obliga a buscar la verdad y ampararse en Dios. En definitiva, podrá hacer su trabajo correctamente y seguir la voluntad de Dios, con lo que habrá entrado en el camino correcto para ser salvada y perfeccionada; este es el resultado que se logra cuando la casa de Dios asciende y cultiva a las personas. Si no hicieran estas tareas específicas, no sabrían lo que les falta, no sabrían hacer las cosas según los principios y no sabrían lo que significa tener la realidad-verdad. Por tanto, hacer trabajo específico les sirve para descubrir sus defectos, y comprobar que, aparte de sus dones, están desprovistas de realidad-verdad; las ayuda a percibir lo pobres y miserables que son; lo cual les hace ver que, si no confían en Dios ni buscan la verdad, no sabrán hacer ningún trabajo; hace que de veras se conozcan a sí mismas y vean con claridad que si no persiguen la verdad y la transformación del carácter, les resultará imposible ser aptas para que las utilice Dios. Todos estos son los resultados que se deben conseguir cuando se cultiva y forma a líderes y obreros. Solo al entender estos aspectos puede la gente perseguir la verdad con ambos pies en la tierra, conducirse con discreción, garantizar que ya no presumen de sí mismos cuando hacen su trabajo, exaltar a Dios y dar testimonio de Él de manera consistente al hacer su deber, y entrar paso a paso en la realidad-verdad. Cuando se asciende y cultiva a alguien para ser líder, se le permite aprender a discernir los estados de diferentes personas, formarse en buscar la verdad para resolver las dificultades de estas, apoyar y proveer para ellas y guiarlas hacia la realidad-verdad. Al mismo tiempo, también deben formarse para resolver diversos problemas y dificultades que se encuentran durante el trabajo, y aprender a distinguir a diversos tipos de anticristos y a lidiar con ellos, así como con personas malvadas e incrédulos, y aprender a hacer el trabajo de limpiar la iglesia. De esta manera, en comparación con otros, pueden experimentar más personas, acontecimientos y cosas, y más entornos que ha dispuesto Dios, comer y beber más y más de las palabras de Dios e incluso entrar en más realidades-verdad. Se trata de una oportunidad para formarse ellos mismos, ¿no es así? Mientras existan más oportunidades para la formación, más abundantes serán las experiencias de las personas, más amplias sus perspectivas y más rápido empezarán a crecer. Sin embargo, si las personas no hacen el trabajo de un líder, solo hallarán y experimentarán la existencia y las experiencias personales, y solo reconocerán actitudes corruptas individuales y varios estados personales; todo lo cual solo está relacionado con ellas mismas. Una vez que estos individuos se convierten en líderes, se encuentran a más personas, más acontecimientos y entornos, lo cual los alienta a acudir a menudo ante Dios para buscar los principios-verdad. Para ellos, estas personas, acontecimientos y cosas forman una carga invisible, y de manera natural crean además condiciones altamente favorables para su entrada en la realidad-verdad, lo cual es bueno. Y así, alguien que posee calibre, lleva una carga y tiene capacidad de trabajo entrará despacio, como creyente ordinario, y más rápido como líder u obrero. Para la gente, ¿es bueno entrar en la realidad-verdad rápido o lento? (Rápido). Por tanto, en lo que respecta a las personas que poseen calibre, llevan una carga y tienen capacidad de trabajo, la casa de Dios hace una excepción al ascender a tales personas, a menos que no persigan la verdad ni se esfuercen por ella, en cuyo caso, la casa de Dios no las va a forzar. Mientras una persona disponga de la base de la creencia en Dios, satisfaga los criterios para ser un líder u obrero, y esté dispuesta a perseguir la verdad y que Dios la use, entonces no hay duda de que la casa de Dios va a ascenderla y cultivarla, a darle la oportunidad de formarse para ser líder u obrero y a permitirle aprender a hacer el trabajo de la iglesia, a discernir a las personas y a lidiar con los diversos problemas en la iglesia, así como a llevar a cabo diversos trabajos de acuerdo con los arreglos de la obra. Durante el periodo de formación, si las personas pueden aceptar la verdad y aceptan recibir la poda, son capaces de someterse a la instrumentación y los arreglos de Dios, buscar la verdad para resolver diversos problemas, y aprender a tratar a toda clase de personas y a distinguir y lidiar con ellas de acuerdo con las palabras de Dios, luego pueden empezar a dominar los principios-verdad relevantes y llegar a comprender la verdad y entrar en la realidad; se trata de cosas que los creyentes corrientes no pueden experimentar ni obtener. Así que, desde este punto de vista, ¿es bueno o malo que la casa de Dios ascienda y cultive a alguien? ¿Lo beneficia o es una adversidad a la que se le obliga? Lo beneficia. Por supuesto, cuando alguien acaba de ser ascendido, no sabe qué tareas debería hacer ni cómo, y está un poco desconcertado. Esto es normal, ¿quién ha nacido con la capacidad de hacerlo todo? Si pudieras hacer cualquier cosa, sin duda serías una persona de lo más arrogante y vanidosa, y no cederías ante nadie; en cuyo caso, ¿podrías aún aceptar la verdad? Si pudieras hacerlo todo, ¿te seguirías amparando en Dios y admirándolo? ¿Seguirías buscando la verdad para resolver los problemas de tu propia corrupción? Desde luego que no lo harías. Por el contrario, serías arrogante y vanidoso, y caminarías por la senda de los anticristos, lucharías por poder y estatus y no cederías ante nadie, y desorientarías y atraparías a las personas, además de trastornar y perturbar el trabajo de la iglesia; en cuyo caso, ¿podría aún usarte la casa de Dios? Si sabes que tienes muchos defectos, deberías aprender a obedecer y someterte, así como hacer bien las diversas tareas de acuerdo con los requerimientos de la casa de Dios; esto permitirá que poco a poco alcances el punto donde puedas hacer tu deber cumpliendo con el estándar. Sin embargo, la mayoría de las personas no pueden hacer algo tan simple como obedecer y someterse, así que no deberían culpar a la casa de Dios por no ascenderlas ni cultivarlas, ya que son incapaces de obedecer. Si incluso obedecer te supera, ¿se atrevería la casa de Dios a ascenderte y cultivarte? (No). ¿Y por qué no? ¡Usarte sería demasiado arriesgado, demasiado problema, demasiada preocupación! Porque si la casa de Dios te usara alguna vez, podrías controlar a las personas y llevarlas a la senda de la perversidad; por eso es tan arriesgado. Si se te usara, podrías cometer fechorías imprudentes y llevar el trabajo al completo caos, y la casa de Dios tendría que despedirte y deshacer por ti todo el entuerto; por eso supone tanto problema. Y si se te usara, no sabrías hacer nada del trabajo, y no tendrías ningún efecto en lo que respecta a este; en todo trabajo que hicieras lo Alto debería instarte, supervisarte y rastrearte, y tendría que intervenir en todos los asuntos. ¿Por qué usarte entonces? ¡Causas demasiadas preocupaciones! Esta clase de personas no se puede usar de ningún modo. Aunque se la cultivara, no serviría de nada e incluso causaría muchos problemas y además impactaría en el cultivo de los demás, ¿acaso no se perdería más de lo que se gana? (Sí).

Dado que la casa de Dios nunca las asciende ni las usa, hay a quienes se les meten ideas en la cabeza y dicen: “¿Por qué lo Alto nunca repara en mí? ¿Por qué la casa de Dios nunca me asciende ni me cultiva? ¡No es justo!”. Bueno, primero deberían sopesar si pueden obedecer y si pueden someterse a los arreglos de la casa de Dios. En segundo lugar, deberían sopesar si cumplen los tres criterios requeridos para que la casa de Dios los ascienda y cultive para ser líderes y obreros: comprender la verdad, llevar una carga y poseer capacidad de trabajo. Si satisfacen estos criterios, tarde o temprano tendrán la oportunidad de que se los ascienda, cultive y utilice. Hay cosas que se les pide para que la casa de Dios los ascienda. ¿Qué cosas son esas? Se les requiere que obren conforme a los principios y requerimientos de la casa de Dios; han de hacer lo que se les pide y de la manera que se les pide, de modo que se los cultiva para que primero aprendan a actuar de una manera con principios, así como que aprendan a buscar la verdad y a someterse a ella, y también a cooperar en armonía. Durante el tiempo que se los cultiva, a veces la casa de Dios los podará; otras los reprenderá severamente; a veces les preguntará por el progreso de su trabajo; en otras les preguntará exactamente cómo va el trabajo y efectuará comprobaciones; y a veces probará cuál es su punto de vista respecto a cierta circunstancia. El objetivo de estas pruebas no es complicarles las cosas, sino hacerles entender cuáles son las intenciones de Dios en estos asuntos, y qué actitud y principios deben poseer. La casa de Dios hace esto para formarlos y ponerlos a practicar. ¿Y cuál es la intención y el objetivo de formar a las personas? Permitirles entender la verdad. El objetivo de entender la verdad es que las personas sean capaces de someterse a ella y obrar de acuerdo con los principios, se mantengan en su lugar y cumplan bien y con lealtad su deber, así como que, en el proceso de hacer su deber, entren en diferentes realidades-verdad y logren cambios en su carácter. La casa de Dios forma a líderes y obreros de esta manera. Mientras entiendan la verdad, hay esperanzas de que guíen al pueblo escogido de Dios a que la entienda. Cualquiera que sea el número de verdades que entiendan los líderes y obreros, es también el número de verdades que la gente a la que guían tiene la esperanza de entender. Cuando los líderes y obreros captan los principios-verdad en su trabajo, aquellos a los que guían también pueden captar los principios y entrar en la realidad-verdad en su trabajo. Por tanto, los líderes y obreros que experimentan la formación deben poseer un mejor calibre que otras personas. Están capacitados para entender primero los principios-verdad y entrar primero en la realidad-verdad, y luego guían a más personas a entrar en la realidad-verdad y entender los principios-verdad. ¿Qué os parece este enfoque? (Es bueno). Puede que esas personas no tengan mucha educación ni sean muy elocuentes, ni entiendan mucho sobre tecnología o de asuntos y política actuales. Puede que ni siquiera sean tan competentes en alguna profesión. Sin embargo, pueden entender la verdad y, tras oír las palabras de Dios, son capaces de practicarlas y experimentarlas, y de encontrar los principios-verdad, así como de guiar a más personas en la entrada a la realidad de las palabras de Dios y a atenerse a los principios-verdad. A esta gente nos referimos al hablar de la clase de talentos que se ascienden y cultivan para servir como líderes. ¿Es esto abstracto? (No). Hay quien puede preguntar: “Hablas de personas con talento, ¿son entonces la élite de la sociedad? ¿Deben tener algún tipo de negocio o ser una especie de CEO o empresario en la sociedad? ¿Son estadistas con un trasfondo político o talentos en los negocios o en los círculos artísticos y literarios? ¿Poseen dones excepcionales?”. Las personas con talento de las que se habla en la casa de Dios son diferentes de las que están en el mundo. ¿Qué se quiere decir con “personas con talento”, esta expresión de la que hablamos? Significa poder entender la verdad y ser capaz de guiar a las personas hacia la realidad-verdad, y saber cómo discernir a los diversos tipos de personas y cómo resolver los diversos estados y dificultades a los que estas se ven abocadas, y tener puntos de vista y actitudes correctos cuando se encuentran con problemas, y poseer los puntos de vista y actitudes que deberían tener los que creen en Dios y lo siguen. No se refiere a las personas que no tienen entendimiento espiritual ni a las hipócritas, ni a las que dicen cosas altisonantes y sueltan retórica. Más bien, se refiere a las personas que tienen la realidad-verdad. ¿Esto es lo que significa “personas con talento”? ¿Es algo vacío? (No). ¿Acaso no son muy prácticos estos criterios que la casa de Dios requiere de esta clase de personas con talento que asciende y cultiva para ser líderes y obreros? (Sí). ¡Extremadamente prácticos! De tales candidatos no se requiere que tengan cualificaciones académicas avanzadas, sino que deben como poco tener el calibre de comprender la verdad. Hay personas que pueden decir: “Si no se les requieren cualificaciones académicas avanzadas, ¿está bien que sean analfabetos?”. No sería posible leer las palabras de Dios sin algo de educación. Han de entender la palabra escrita, pero no requieren de cualificaciones académicas avanzadas. Entre a los que se asciende en la casa de Dios se incluye a graduados en secundaria, graduados universitarios y doctorados, así que no hay límites en cuanto al nivel educativo. Además, tampoco los hay respecto al estatus social. Desde granjeros a intelectuales, de gente de negocios a amas de casa; toda clase de personas son bienvenidas. Aparte de que no haya restricciones a nivel educativo y de estatus social, los criterios requeridos son todos esos de los que he hablado. ¿Es eso razonable? (Sí). ¡Extremadamente razonable! ¿Entiendes ahora un poco más lo que quiero decir sobre “las personas con talento a las que la casa de Dios asciende y cultiva”? (Sí). Los que satisfacen estos diversos criterios de ser capaces de comprender la verdad, llevar una carga y tener capacidad de trabajo son candidatos a que la casa de Dios los ascienda y cultive. Si cumplen estos criterios, están cualificados. Respecto a otras cosas como la educación, el trasfondo familiar, el estatus social, la apariencia propia y demás, los requerimientos no son tan altos. Esto consiste en ascender y cultivar a las personas para que sean líderes y obreros.

Acabamos de discutir varios criterios que las personas con talento que tienen habilidades o una profesión deberían satisfacer para que se las ascienda y cultive: deberían amar las cosas positivas y ser capaces de aceptar la verdad, no tener una comprensión distorsionada, poder hacer su deber con lealtad, sufrir penurias y pagar un precio sin quejarse, y cuando menos no hacer el mal; estos diversos criterios son esenciales en lo que respecta a estas personas. Por tanto, ¿cuál es el objetivo de ascenderlas y cultivarlas? De igual modo, es para que cuando se topen con problemas mientras cumplan su deber y hagan trabajo específico, puedan buscar la verdad para resolver los problemas y obrar de acuerdo con los principios. Durante el proceso de practicar la entrada, se las forma y regula sin que sean conscientes de ello, y practican el desprenderse de sus propias intenciones, corregir sus puntos de vista erróneos y absurdos acerca de la gente mundana, desprenderse de algunos pensamientos infantiles y de prejuicios, nociones y figuraciones relativas a la fe en Dios, entre otras cosas. Por supuesto, sea como sea, este proceso de práctica tiene como fin capacitar a las personas a entender poco a poco la verdad, aprender a someterse y a entrar en las diversas realidades-verdad. En el proceso de aprendizaje, dominan poco a poco los principios-verdad, llegan a saber lo que significa creer en Dios y practicar la verdad y lo que significa cumplir un deber y, al final, entienden de forma gradual lo que deberían hacer para desempeñar su deber cumpliendo con el estándar, cómo deberían hacer las cosas como corresponde a un creyente y cosas del estilo; estas son las cosas en las que la gente entra poco a poco después de que se la ascienda y cultive. El proceso de entrada gradual de las personas es el proceso de recibir el cultivo, y el proceso de recibir el cultivo es en realidad el proceso de practicar la entrada en la realidad-verdad. Sin embargo, si no has sido ascendido ni cultivado, y simplemente actúas como un creyente corriente que asiste a las reuniones, lee las palabras de Dios, comparte la verdad o aprende himnos, al creer en Dios de esta manera no cumples bien ni de veras tu deber como ser creado, así que estás lejos de hacer tu deber acorde al estándar. No tienes siquiera claro qué principios deberías captar al hacer tu deber, y solo puedes decir doctrinas y consignas; por tanto, todavía no has entrado en la realidad-verdad, y tu entrada en la vida es lenta. De manera similar, el fin y objetivo de ascender y cultivar a estas personas que se dedican a tareas profesionales es que entren en la realidad-verdad más rápido y capten los principios-verdad de una manera mejor y más precisa. Aquellos que pueden captar los principios-verdad y entrar en la realidad-verdad, estas son las personas con talento a las que la casa de Dios asciende y cultiva. ¿A qué se refiere con esta clase de personas talentosas? Se refiere a aquellos que —sobre la base de amar las cosas positivas y ser capaces de sufrir penurias y pagar un precio, así como de no tener una comprensión distorsionada ni ser personas malvadas— han logrado el entendimiento de los principios-verdad y han entrado en la realidad-verdad, y son capaces de someterse a Dios y a los arreglos de la casa de Dios y tienen en cierto modo un corazón temeroso de Dios. Esta es la segunda clase de personas con talento de las que hablo. Los requerimientos para con ellas son además prácticos, lo bastante específicos y no son abstractos. Por tanto, ¿se requiere de esta clase de personas con talento que sean la élite de la sociedad y experimentadas socialmente, así como tener ciertas cualificaciones académicas y cierto estatus social? (No). La casa de Dios nunca requiere que las personas tengan estatus social, renombre, cualificaciones académicas o un alto nivel de conocimiento; estas cosas nunca se requieren. A la hora de ascender y cultivar a las personas, la casa de Dios no se fija en su apariencia, es decir, en lo feas o atractivas que sean. Aparte de no ascender a la clase de personas que parecen no creyentes, o que en apariencia son horribles o perversas, los otros criterios son aquellos que acabo de mencionar; son muy prácticos. Cuando los no creyentes ascienden a alguien, primero se fijan en la apariencia de la persona; los hombres deberían ser guapos, como los funcionarios, y las mujeres bellas, como las hadas. Además, comparan sus cualificaciones académicas, estatus social, trasfondo familiar y artificios. Si tienes cualificaciones académicas avanzadas, pero no artificios, eso tampoco va a funcionar; nunca se te ascenderá y nadie te tendrá en alta consideración. Si tienes cualificaciones académicas avanzadas y talento real, pero no eres particularmente atractivo, eres bajito y no sabes cómo halagar y acercarte a tus superiores, entonces nunca serás ascendido ni cultivado mientras vivas, y nadie va a descubrirte. Por tanto, los no creyentes tienen este dicho que dice: “Hay muchos caballos veloces, pero pocos que sepan reconocerlos”. ¿Es esto cierto en la casa de Dios? (No). ¿Entonces la expresión “El auténtico oro está destinado a brillar” sigue siendo cierta? ¿Es válida? (No). La gente que es cínica y no cede ante nadie dice esto a menudo. Querer brillar siempre es una ambición humana. Los diversos tipos de personas con talento a los que asciende y cultiva la casa de Dios no son de oro, solo son personas corrientes. El ascenso y el cultivo de los que hablamos son solo una manera de hablar; de hecho, esto se refiere a que Dios te eleve. ¿Tú, un ser creado, eres oro ante el Creador? Eres mero polvo, no eres cobre ni hierro. ¿Por qué digo que eres polvo en lugar de oro? No hay nada de elogioso en las personas. Hay quien puede preguntar: “¿No es contradictorio eso que dices? ¿No acabas de decir que a alguien se le puede ascender si cumple con los criterios de amar las cosas positivas?”. Como persona, ¿no deberías amar las cosas positivas? Si amas unas pocas cosas positivas, ¿te convierte eso en oro? ¿Te hace eso brillar? Si amas unas pocas cosas positivas, ¿significa eso que tengas la verdad? Uno solo brilla al tener la verdad. Si no la tienes, ¿cómo puede decirse que brilles? El hecho es que un ser creado no entiende ninguna verdad. Poseer algo de humanidad y algo de capacidad y calibre para comprender la verdad no significa que alguien posea naturalmente la verdad. La gente no posee la verdad, y aunque su humanidad sea honrada o amable, estas cosas no son la verdad, solo son cualidades que la humanidad normal debería poseer. Por tanto, no hables de brillar. ¿Cuándo puede brillar uno un poco si no? Cuando pueda pronunciar las palabras de Job: “Jehová dio y Jehová quitó; bendito sea el nombre de Jehová” (Job 1:21),* ahí es cuando puede decirse que uno brilla un poco y vive en la luz. Cuando puedas usar la realidad-verdad que posees y la verdad que entiendes para proveer, apoyar y guiar a otros, con lo cual se los puede llevar ante Dios y a la realidad-verdad, a que se sometan a Él y lo adoren, solo entonces podrás brillar un poco.

Las diversas clases de personas con talento cultivadas por la casa de Dios no están dotadas de manera supernatural, solo son corrientes, corruptas. Mientras puedan aceptar la verdad, obedecer y someterse, y posean cierto calibre, entonces la casa de Dios hará una excepción al ascenderlas y cultivarlas. Cuando hablo de hacer una excepción para ascender y cultivar a las personas, esto consiste en ser elevado por Dios, en darte la oportunidad de acudir ante Él y aceptar Su liderazgo, y aceptar que Dios te cultive y te forme, de modo que, durante este periodo, puedas entrar en la realidad-verdad lo antes posible y seas capaz de captar con precisión los principios-verdad, hacer tu deber de una manera que cumpla con el estándar, y vivir con semejanza humana. Esto es lo que significa el término “persona con talento” en la casa de Dios. Tales personas no son para nada grandes ni impresionantes, solo entienden la verdad y poseen la realidad-verdad, y pueden hacer su deber de manera concienzuda y responsable, y tener un poco de sinceridad y ser capaces de pagar un poco de precio y de no actuar con imprudencia sobre la base de las nociones y figuraciones. ¿Resulta apropiado que la casa de Dios haga una excepción al ascender y cultivar a personas que puedan cumplir estos criterios y las forme? ¿Es beneficioso para estas? ¡Extremadamente! Al igual que otros creyentes, aquellos a los que se asciende y cultiva creen en Dios y leen Sus palabras y escuchan los sermones y hacen su deber, pero comparados con los otros creyentes, crecerán más rápido y ganarán más. ¿Os gustaría obtener más o solo un poco? (Obtener más). La mayoría de las personas tienen este deseo, lo que significa que aman las cosas positivas. A veces comparto con algunos equipos respecto a entrar en la vida, y bastantes personas vienen a escuchar, lo que demuestra que la mayoría tiene un deseo anhelante de la verdad, están dispuestas a entender más de la verdad y también a entrar en la realidad-verdad. Al principio, compartí con algunas personas y eran realmente insensibles. Hablé un largo rato, pero no respondían ni mostraban siquiera el menor indicio de sonrisa. Después de haber estado en contacto con ellas durante un año o dos, las expresiones faciales de la mayoría se volvieron más naturales y respondieron, y con el tiempo sus respuestas se volvieron más rápidas. Es decir, pasaron de ser muertos a vivos, y se despertó su espíritu. ¿Cómo se logró esto? Si la gente no entiende la verdad, no importa cuánto amen las cosas positivas o lo inteligentes o sesudos que sean, siguen siendo muertos. Algunas personas empiezan siendo estúpidas y torpes, nadie en el mundo las tiene en alta consideración ni son muy versadas ni están bien informadas. Sin embargo, después de empezar a creer en Dios, pueden entender muchas verdades y ver muchas cosas con claridad, y luego viven la semejanza de los seres humanos, de modo que se convierten en personas vivas. ¿Qué significa “personas vivas”? No se trata de si su cuerpo físico está vivo o muerto, o de si este es capaz de moverse o respirar, sino de si su espíritu es consciente y sensible a las palabras de Dios y a la verdad. Las personas vivas responden a la verdad y a las palabras de Dios. Después de oír las palabras de Dios, tienen consciencia, una senda, un plan y un objetivo. Los muertos no tienen estas manifestaciones. Por tanto, si la casa de Dios asciende y cultiva a alguien, esta persona obtendrá relativamente más. Así pues, ¿cómo pueden las personas que no satisfacen estos criterios y no ascienden ni son cultivadas obtener lo suficiente? ¿Cómo pueden entrar rápido en la realidad-verdad? Deben aprender a practicar y experimentar las palabras de Dios, lograr entendimiento de muchas verdades y además poder aplicar la verdad para discernir a las personas y resolver los problemas; entonces pueden entrar en la realidad-verdad.

Hay quien dice: “Dado que la casa de Dios asciende y cultiva a toda clase de personas con talento y les permite entrar en la realidad-verdad lo más rápido posible, ¿no significa eso que aquellos sin talento no pueden entrar en la realidad-verdad?”. ¿Es correcto decir esto? (No, es un error). Por consiguiente, después de hablar sobre este tema, ¿se han emocionado algunos mientras otros están abatidos y decepcionados? Uno debería mirarlo de este modo: aquellos que han sido ascendidos y cultivados no deberían estar orgullosos. No hay nada de lo que jactarte, esta es la gracia de Dios y Su bendición. Cuando Dios te da más, también te pide que des más de ti mismo. Si la casa de Dios hace una excepción al ascenderte y cultivarte, eso significa que necesitas pagar un precio más alto. Si puedes sufrir esta dificultad, por supuesto que puedes ganar más. Si dices: “No estoy dispuesto a sufrir esta adversidad”, entonces no obtendrás la verdad ni las bendiciones de Dios. Algunas personas dicen: “Quiero obtener estas cosas, pero no creo que pueda, porque la casa de Dios no hará la excepción de ascenderme y cultivarme. No cumplo esos criterios”. No importa si no los cumples. Mientras persigas la verdad y te esfuerces mucho por ella, Dios no te tratará injustamente. Estas personas a las que se asciende y cultiva solo pueden entrar antes en la realidad-verdad debido a su calibre y sus diversas condiciones. Sin embargo, esta entrada temprana no significa que sean los únicos que pueden entrar en la realidad-verdad. Solo significa que pueden obtener antes un poco más y que pueden entrar algo más pronto en la realidad-verdad. Aquellos a los que no se ha ascendido, se quedarán un poco atrás, pero eso no significa que no puedan entrar en la realidad-verdad. Si alguien puede o no entrar en la realidad-verdad depende de sus búsquedas. Estas personas a las que se asciende y cultiva pueden captar los principios-verdad y entrar en la realidad-verdad más rápido durante el proceso de cultivo, lo cual beneficia a la obra de la casa de Dios. Por tanto, lo adecuado es ascender y cultivar a las personas que se descubre que tienen buen calibre y aman la verdad. Si alguien puede encontrar a estas personas y ascenderlas y cultivarlas sin tenerles envidia ni hundirlas, sino que les ofrece cuidados, entonces es considerado con las intenciones de Dios. En el lado opuesto, si hay quienes tienen envidia y les preocupa que estas personas sean mejores que ellos y los superen, de modo que las excluyen y las hunden, está claro que se trata de un acto malvado y de algo que los anticristos hacen a menudo. Solo las personas malvadas y los anticristos pueden atacar y excluir a los hermanos y hermanas.

El entendimiento y la actitud que uno debería tener respecto al ascenso y cultivo de las personas por parte de la casa de Dios

Lo que acabamos de compartir son los objetivos de la casa de Dios al ascender y cultivar a toda clase de personas con talento. Da igual la clase de trabajo que hagan aquellos a los que se ha seleccionado para el ascenso y el cultivo; ya sea trabajo técnico, corriente o los asuntos generales de la iglesia, en resumen, todo es en aras de capacitarlos para entender los principios-verdad y entrar en la realidad-verdad, y para que puedan hacer en cuanto sea posible su deber de una manera que cumpla con el estándar, a fin de satisfacer las intenciones de Dios; esto es lo que Él requiere de las personas y, por supuesto, es además lo que se necesita para el trabajo de la iglesia. ¿Entendéis ahora el significado de que la casa de Dios ascienda y cultive a toda clase de gente con talento? ¿Se produce todavía algún malentendido? (No). Hay quien dice: “Ahora que se ha ascendido a esta persona como líder y tiene estatus, ya no es una persona corriente”. ¿Es correcto o incorrecto decir esto? (Es incorrecto). Otros puede que digan: “Aquellos que se convierten en líderes tienen estatus, pero la cima es un lugar solitario, ¡cuanto más alto se suba, más dura será la caída!”. ¿Es correcto o incorrecto decir esto? Es claramente incorrecto. ¿A qué personas se refiere el dicho “cuanto más alto se suba, más dura será la caída”? A las que tienen ambiciones y deseos, se refiere a los anticristos. Cuando aquellos que persiguen la verdad se convierten en líderes, eso no es subir a lo alto, es Dios que hace una excepción al elevarlos, y es la bendición de Dios que coloca esta carga en ellos y les permite hacer el trabajo de un líder. “Cuanto más alto se suba, más dura será la caída” es una conclusión que sacan los no creyentes, y describe las consecuencias de que estos persigan una carrera en el funcionariado. Esos incrédulos no tienen discernimiento y aplican este dicho a personas positivas, lo cual es un grave error. Otros puede que digan: “Nació en una zona rural y ahora se ha convertido en líder de iglesia, un fénix de humildes comienzos que ahora vuela alto”. ¿Es acertado decir esto? Son las palabras endiabladas de los no creyentes y no se pueden aplicar al pueblo escogido de Dios. En la casa de Dios, Él bendice a aquellos que persiguen la verdad, a los que son honestos, a los que tienen buen corazón y a los que defienden la obra de la casa de Dios. Una vez que entienden la verdad y obtienen algo de estatura, tarde o temprano se los asciende para el cultivo y la práctica, para reemplazar a aquellos que son falsos líderes y anticristos. En la casa de Dios, la gente positiva que ha experimentado muchas pruebas y verificaciones, y que ha defendido la obra de la casa de Dios de manera consistente son personas que tienen la aprobación de Dios, y sería inapropiado que las palabras endiabladas de los no creyentes se usaran para describir a estas personas. Por tanto, aquellos que siempre usan las palabras endiabladas de los no creyentes para describir los asuntos de la casa de Dios y expresar sus propios puntos de vista son personas que no entienden la verdad y tienen puntos de vista ridículos respecto a las cosas. Sus puntos de vista sobre las cosas no han cambiado en absoluto, son todavía los mismos de los no creyentes, y han creído en Dios durante varios años y todavía no han obtenido ninguna verdad en absoluto, siguen sin poder contemplar las cosas de acuerdo con las palabras de Dios; así pues, estas personas son incrédulas y no creyentes. Cuando se asciende a alguien para que sirva como líder u obrero, o se le cultiva para convertirse en el supervisor de algún tipo de trabajo técnico, se trata nada más que de la casa de Dios confiándole una carga. Es una comisión, una responsabilidad, y por supuesto, también es un deber especial, una oportunidad especial y una elevación excepcional; no hay nada de elogiable en esa persona. Cuando la casa de Dios asciende y cultiva a alguien, eso no implica que tenga dentro de ella una posición o un estatus especiales por el que pueda gozar de un trato y un favor especiales. En cambio, después de haber sido elevado excepcionalmente por la casa de Dios, se le ofrecen condiciones excelentes para recibir formación de esta, para practicar realizando algo de trabajo substancial para la iglesia, y al mismo tiempo la casa de Dios esperará estándares más altos de esa persona, lo cual resulta muy beneficioso para su entrada en la vida. Cuando una persona es ascendida y cultivada en la casa de Dios, eso significa que será sometida a estrictas exigencias y supervisada rigurosamente. La casa de Dios inspeccionará, supervisará e impulsará estrictamente el trabajo que haga, y llegará a comprender y prestar atención a su entrada en la vida. Bajo estos puntos de vista, ¿goza la gente ascendida y cultivada por la casa de Dios de un trato, un estatus y una posición especiales? En absoluto, y ni mucho menos de un prestigio especial. Los que han sido ascendidos y cultivados, si creen tener un capital como resultado de cumplir con su deber de manera efectiva, y por eso se estancan y dejan de perseguir la verdad, estarán en peligro ante las pruebas y tribulaciones. Si la estatura de la gente es demasiado pequeña, es probable que sean incapaces de mantenerse firmes. Algunos afirman: “Si a alguien lo ascienden y lo cultivan para ser líder, tiene un prestigio. Aunque no sea primogénito, al menos tiene esperanza de llegar a formar parte del pueblo de Dios. Como a mí nunca me han ascendido ni cultivado, ¿entonces no tengo esperanzas de convertirme en miembro del pueblo de Dios?”. Es un error pensar así. Para llegar a formar parte del pueblo de Dios, debes tener experiencia de vida y ser alguien que se somete a Dios. Sea líder, obrero o seguidor normal, cualquiera que posea las realidades-verdad forma parte del pueblo de Dios. Aunque tú seas líder u obrero, si careces de las realidades-verdad, sigues siendo mano de obra. A decir verdad, no tiene nada de especial la gente ascendida y cultivada. Lo único en que difiere de los demás es en que tiene un entorno más propicio, oportunidades más propicias y mejores condiciones para hacer un trabajo específico relacionado con los principios-verdad. Incluso si la mayoría del trabajo que hacen guarda relación con una profesión concreta, si no hay principios-verdad para regular y mantener un firme control y supervisión sobre ello, entonces el deber que hacen no se conformará a los principios y solo estarán haciendo mano de obra, y sin duda no recibirán la aprobación de Dios. ¿Cuáles son los requisitos de la casa de Dios para las diversas personas con talento a los que se asciende y cultiva? Para que la casa de Dios las ascienda y cultive, al menos deben ser personas con conciencia y razón, que aceptan la verdad, hacen su deber con lealtad y se someten a las instrumentaciones y arreglos de Dios, y al menos deben ser capaces de aceptar y someterse cuando afrontan recibir la poda. El efecto que han de lograr los que experimenten el cultivo y la formación en la casa de Dios no es el de poder convertirse en funcionarios o jefes, ni el de liderar la manada, y no es que puedan influir en los pensamientos de las personas, y por supuesto, ni mucho menos es que tengan mejores habilidades profesionales o un nivel más alto de educación o una mayor reputación, o que puedan sentarse en la misma mesa que aquellos que son reconocidos en el mundo por sus habilidades profesionales o hazañas políticas. En su lugar, el efecto que se ha de lograr es el de entender la verdad y vivir las palabras de Dios, y ser personas que lo temen y evitan el mal. A medida que se forman, son capaces de entender la verdad y captar los principios-verdad, y de saber mejor qué es exactamente la fe en Dios y cómo seguirlo; esto es extremadamente beneficioso para aquellos que persiguen la verdad para lograr la perfección. Este es el efecto y el estándar que la casa de Dios desea lograr al ascender y cultivar a toda clase de personas con talento, y es además la mayor cosecha que recogen aquellos a quienes ascienden y usan.

Algunas personas cumplen con su deber de forma relativamente responsable y son aprobadas por los escogidos de Dios, por lo que son cultivadas por la iglesia para convertirse en líderes u obreros. Después de alcanzar el estatus, empiezan a sentir que sobresalen de las masas y piensan: “¿Por qué la casa de Dios se ha fijado en mí? ¿No es porque soy mejor que todos vosotros?”. ¿No suena esto como algo que diría un niño? Es inmaduro, ridículo e ingenuo. En realidad, no son para nada mejores que los demás. Es solo que satisfacen los criterios para ser cultivadas por la casa de Dios. Otra cosa es que puedan o no asumir esta responsabilidad, cumplir bien este deber o terminar lo que se les ha confiado. Cuando alguien es elegido líder por los hermanos y hermanas, o la casa de Dios lo asciende para que lleve a cabo determinado trabajo o deber, esto no significa que tenga un estatus o una posición especiales, que las verdades que comprenda sean más profundas y más numerosas que las de otras personas, y ni mucho menos que esta persona sea capaz de someterse a Dios y no traicionarlo. Desde luego, tampoco significa que conozca a Dios y que sea una persona temerosa de Él. De hecho, no ha logrado nada de esto. El ascenso y el cultivo son solamente ascenso y cultivo en el sentido simple, y no es lo mismo que Dios los haya predestinado y aprobado. Su ascenso y cultivo simplemente significan que ha sido ascendida y está a la espera de ser cultivada. El resultado final de este cultivo depende de si esta persona persigue la verdad, y de si es capaz de elegir la senda de búsqueda de la verdad. Por lo tanto, cuando en la iglesia alguien es ascendido y cultivado para que sea líder, solo se le asciende y cultiva en sentido directo; no quiere decir que ya sea un líder acorde al estándar o competente, que ya sea capaz de asumir la labor de un líder y hacer un trabajo real; eso no es así. La mayoría de la gente no puede desenmascarar estas cosas y, sobre la base de sus propias figuraciones, admira a quienes han ascendido. Esto es un error. Independientemente de cuántos años lleve creyendo en Dios, ¿alguien que es ascendido realmente posee la realidad-verdad? No necesariamente. ¿Es capaz de implementar la organización del trabajo de la casa de Dios? No necesariamente. ¿Tiene sentido de la responsabilidad? ¿Es leal? ¿Es capaz de someterse? Ante un problema, ¿es capaz de buscar la verdad? No se sabe. ¿Tiene esta persona un corazón temeroso de Dios? ¿Y cómo es de grande este corazón? ¿Es capaz de evitar seguir su propia voluntad al hacer las cosas? ¿Es capaz de buscar a Dios? Durante el período en que lleva a cabo el trabajo de líder, ¿es capaz de presentarse ante Dios con frecuencia para buscar Sus intenciones? ¿Es capaz de guiar a la gente hacia la realidad-verdad? Sin duda es incapaz de tales cosas. No ha recibido formación y no han tenido bastantes experiencias, así que no puede hacer esas cosas. Es por eso que ascender y cultivar a alguien no quiere decir que ya entienda la verdad ni que ya sepa cumplir su deber de manera acorde al estándar. Entonces, ¿qué objetivo y significado tiene ascender y cultivar a alguien? El de que se asciende a esta persona, como individuo, para que practique y para que se la riegue y la forme especialmente, de modo que se la capacite para comprender los principios-verdad y los principios, medios y métodos para hacer cosas diferentes y resolver diversos problemas, así como para manejar y lidiar con los diversos tipos de entornos y personas con los que se topan, conforme a las intenciones de Dios y de una manera que proteja los intereses de la casa de Dios. A juzgar por estos puntos, ¿cuentan las personas con talento a las que asciende y cultiva la casa de Dios con la capacidad adecuada para emprender el trabajo y hacer bien su deber durante el período de ascenso y cultivo o antes de este? Por supuesto que no. En este caso, es inevitable que, durante el período de cultivo, estas personas experimenten la poda, el juicio y el castigo, sean desenmascaradas y hasta despedidas; es normal, en eso consiste ser formado y cultivado. La gente no debe tener grandes expectativas ni unas exigencias poco realistas de quienes son ascendidos y cultivados; sería poco racional e injusto para ellos. Podéis supervisar su trabajo. Si descubrís problemas o cosas que vulneran los principios en el desarrollo de su trabajo, podéis informarlo y buscar la verdad para resolver tales asuntos. Lo que no debéis hacer es juzgarlos, condenarlos, atacarlos ni excluirlos, pues solo están en la etapa de cultivo y no se les debe considerar personas perfeccionadas, ni mucho menos sin tacha o poseedoras de la realidad-verdad. Como vosotros, están meramente en el período de formación. La diferencia es que asumen más trabajo y responsabilidades que la gente corriente. Tienen la responsabilidad y la obligación de realizar más trabajo; deben pagar un precio mayor, padecer más dificultades, ejercer un esfuerzo mental mayor, resolver más problemas, tolerar más censura de las personas y, por supuesto, también deben realizar un mayor esfuerzo, y —comparados con las personas corrientes que hacen sus deberes— han de dormir un poco menos, disfrutar un poco menos de la buena comida y no dedicarse tanto al cotilleo. Esto es lo que tienen de especial; aparte de esto, son como cualquiera. ¿Por qué digo esto? Para que todos sepan que han de abordar correctamente los diversos tipos de personas con talento ascendidos y cultivados por parte de la casa de Dios, que no han de ser duros en las exigencias a estas personas y que, por supuesto, no deben tener una opinión poco realista de ellas. Es de necios admirarlas excesivamente y venerarlas; es inhumano y poco realista imponerles exigencias demasiado duras. Entonces, ¿cuál es la manera más razonable de tratarlas? Considerarlas como personas corrientes y, cuando debas buscar a alguien con relación a algún problema, hablar con ellas, aprender de los respectivos puntos fuertes y complementarse unos a otros. Además, es responsabilidad de todos vigilar si los líderes y obreros hacen un trabajo real, si pueden utilizar la verdad para resolver los problemas; estos son los estándares y principios para medir si un líder o un obrero cumple con el estándar. Si son capaces de tratar y resolver problemas generales, entonces son competentes. Pero, si no pueden tratar ni resolver problemas corrientes, no son aptos para ser líderes ni obreros, y deben ser despedidos rápidamente de su puesto. Se debe elegir a otro, y la obra de la casa de Dios no se debe demorar. Demorar la obra de la casa de Dios perjudica tanto a uno mismo como a los demás, no es bueno para nadie.

La iglesia asciende y cultiva a algunas personas, es una bonita oportunidad para formarse. Eso es algo bueno. Se puede decir que han sido elevadas y agraciadas por Dios. Entonces, ¿cómo deben cumplir con su deber? El primer principio al que deben atenerse es el de comprender la verdad; cuando no entiendan la verdad, deben buscarla, y si todavía no entienden después de buscar por su cuenta, pueden encontrar a alguien que sí entienda la verdad y con el que comunicar y buscar, lo cual hará que la solución del problema sea más rápida y oportuna. Si solo te concentras en dedicar más tiempo a leer las palabras de Dios por tu cuenta y en pasar más tiempo reflexionando sobre estas palabras, a fin de lograr la comprensión de la verdad y resolver el problema, se trata de un proceso demasiado lento; como dice el refrán: “Las soluciones lentas no resuelven las necesidades urgentes”. Si, en lo que respecta a la verdad, deseas progresar rápidamente, entonces debes aprender a trabajar en armonía con los demás, a hacer más preguntas y a buscar más. Solo entonces tu vida crecerá rápidamente, y serás capaz de resolver los problemas sin demora, sin ninguna demora en ninguno de ellos. Ya que acabas de ser ascendido y aún estás en periodo de prueba, y además no posees un auténtico entendimiento de la verdad ni la realidad-verdad —porque aún te falta esta estatura— no pienses que tu ascenso significa que posees la realidad-verdad; no es así. Se te selecciona para el ascenso y el cultivo simplemente porque tienes un sentido de carga hacia el trabajo y posees el calibre de un líder. Has de tener tal razón. Si, después de que se te ha ascendido y te has convertido en líder u obrero, comienzas a reafirmar tu estatus y crees que eres alguien que persigue la verdad y que tienes la realidad-verdad, y si, independientemente de los problemas que tienen los hermanos y hermanas, finges que entiendes y que eres espiritual, entonces esta es una estúpida manera de ser, y es la misma de los hipócritas fariseos. Debes hablar y actuar con la verdad. Cuando no entiendas, puedes preguntar a otros o buscar la comunicación de lo Alto; esto no tiene nada de vergonzoso. Aunque no preguntes, lo Alto conocerá tu verdadera estatura, y sabrá que la realidad-verdad está ausente en ti. Lo que deberías hacer es buscar y comunicar; esta es la razón que debería tener la humanidad normal, y el principio al que deberían atenerse los líderes y los obreros. No es algo de lo que haya que avergonzarse. Si piensas que una vez que eres líder es bochornoso no entender los principios o estar preguntando en todo momento a otras personas o a lo Alto, y temes que otros te menosprecien y luego montas un numerito, fingiendo que lo entiendes y lo sabes todo, que tienes capacidad para trabajar, que puedes hacer cualquier trabajo de la iglesia, y no necesitas que nadie te recuerde o comunique contigo, o que alguien te provea o te apoye, entonces esto es peligroso, y eres demasiado arrogante y sentencioso, demasiado falto de razón. Ni siquiera conoces tu propia medida, ¿acaso eso no te convierte en una persona atolondrada? Tales personas en realidad no cumplen con los criterios para ser ascendidas y cultivadas por la casa de Dios, y tarde o temprano serán destituidas y descartadas. Y, por tanto, cada líder u obrero a quien acaben de ascender debería tener claro que no posee la realidad-verdad, debería tener esta conciencia de sí mismo. Ahora eres un líder u obrero no porque Dios te haya designado, sino porque otros líderes y obreros te han ascendido para que lo seas, o porque el pueblo escogido de Dios te ha elegido; esto no significa que tengas la realidad-verdad y una estatura real. Cuando entiendas esto, tendrás un poco de razón, que es la razón que los líderes y obreros deben poseer. ¿Lo entendéis ahora? (Sí). Por tanto, ¿cómo deberíais hacer este trabajo exactamente? ¿Cómo deberíais poner en práctica la cooperación armoniosa? ¿Cómo deberíais buscar la verdad para resolver problemas cada vez que os topáis con ellos? Son cosas que se deben entender. Si se revelan actitudes corruptas, buscad la verdad y resolvedlas lo antes posible. Si no se resuelven a tiempo y afectan a vuestro trabajo, eso supone un problema. Si no estáis familiarizados con una profesión, no deberíais tardar en poneros a aprender. Como algunos deberes involucran conocimiento profesional, si solo entendéis la verdad sin captar ningún conocimiento profesional, eso también afectará a los resultados de vuestro trabajo. Cuando menos, debéis captar y entender algún conocimiento profesional básico, para así ser eficaces a la hora de hacer seguimiento al trabajo de la gente y guiarlo. Si solo sois competentes en una profesión, pero no entendéis la verdad, de igual manera existirán deficiencias en vuestro trabajo, de modo que además necesitaréis perseguir la verdad y cooperar con personas que la entiendan, a fin de hacer vuestro deber adecuadamente. Solo porque seáis competentes en destrezas profesionales o en cierto campo de conocimiento, eso no significa que seáis capaces de hacer cosas conforme a los principios, así que buscar compartir con personas que entienden la verdad es algo esencial; este es un principio al que deberíais ateneros. Hagáis lo que hagáis, no debéis fingir. Estás en el período de formación y cultivo, tienes un carácter corrupto y no entiendes la verdad en absoluto. Dime, ¿está Dios al corriente de estas cosas? (Sí). Así pues, ¿acaso no parecerías estúpido si fingieras? ¿Queréis ser estúpidos? (No, no queremos). Si no queréis ser estúpidos, ¿qué clase de personas deberíais ser? Sed gente con razón, que puede buscar la verdad con humildad y aceptarla. No finjáis ni seáis fariseos hipócritas. Lo que sabes tan solo es cierto conocimiento profesional, no los principios-verdad. Debes encontrar una manera de aprovechar de manera adecuada tus puntos fuertes profesionales y de utilizar los conocimientos y el aprendizaje que has adquirido sobre la base de entender los principios-verdad. ¿Acaso no es esto un principio? ¿Acaso no es una senda de práctica? Cuando hayas aprendido a hacer esto, tendrás una senda para seguir y serás capaz de entrar en la realidad-verdad. Hagas lo que hagas, no seas obstinado ni finjas. Ser obstinado y fingir no es una manera racional de hacer las cosas, sino la forma más estúpida de hacer las cosas. Las personas que viven según sus actitudes corruptas son las más estúpidas. Solo los que buscan la verdad y tratan los asuntos de acuerdo con los principios-verdad son los más inteligentes.

Por medio de esta charla, ¿tenéis ahora el correcto entendimiento y punto de vista relativo al ascenso y el cultivo de toda clase de personas con talento por parte de la casa de Dios? (Sí). Ahora que tenéis el punto de vista correcto sobre esto, ¿podéis abordar de manera correcta a estas personas? Debéis adoptar el enfoque correcto respecto a sus puntos fuertes, así como a los defectos y deficiencias que tienen en cuanto a su humanidad, su trabajo, su profesión y otros varios aspectos; todo ello se debe abordar correctamente. Asimismo, al margen de si se os ha ascendido y cultivado para ser líderes u obreros, o de si sois individuos con talento en varias profesiones, todos sois corrientes; todos habéis sido corrompidos por Satanás y ninguno de vosotros entiende la verdad. Por eso, no debéis disimular ni ocultaros, sino aprender a abriros para compartir. Si no entendéis, admitidlo. Si no sabéis hacer algo, reconoced vuestra ignorancia. Sean cuales sean los problemas o dificultades que surjan, todo el mundo debería compartir y buscar la verdad juntos para encontrar una solución. Ante la verdad todo el mundo es como un niño, es mísero y lamentable y carece de todo. Lo que la gente debe hacer es ser sumisa ante la verdad y tener un corazón humilde y anhelante, así como buscar y aceptar la verdad, y luego practicarla y alcanzar la sumisión a Dios. Al hacer esto, puede entrar en la realidad de la verdad de las palabras de Dios mientras cumple sus deberes y en su vida real. Todo el mundo es igual ante la verdad. Quienes son ascendidos y cultivados no son mucho mejores que los demás. Todos han experimentado la obra de Dios alrededor del mismo tiempo. Aquellos que no han sido ascendidos ni cultivados también deben perseguir la verdad mientras cumplen con el deber. Nadie puede privar a nadie del derecho a perseguir la verdad. Algunos son más entusiastas en su búsqueda de la verdad y tienen cierta aptitud, por lo que son ascendidos y cultivados. Esto obedece a las necesidades de la obra de la casa de Dios. Entonces, ¿por qué tiene estos principios de ascender y usar a la gente la casa de Dios? Debido a que existen diferencias en el calibre y la calidad humana de la gente, y cada persona elige una senda distinta, esto conduce a diferentes resultados en la fe de las personas en Dios. Los que persiguen la verdad se salvan y se convierten en el pueblo del reino, mientras que los que en absoluto aceptan la verdad, los que no son leales al hacer su deber, son descartados. La casa de Dios cultiva y utiliza a las personas en función de si persiguen o no la verdad y de si son leales al hacer su deber. ¿Existe alguna distinción de jerarquía entre las diversas personas en la casa de Dios? De momento, no hay jerarquía en cuanto a estos diversos puestos, valía, estatus o prestigio de las personas. Al menos mientras Dios obra para salvar y guiar a la gente, no hay diferencia entre los diversos rangos, puestos, valía o estatus de las personas. Lo único distinto es la división del trabajo y las funciones desempeñadas en el deber. Por supuesto, durante este tiempo, algunas personas, de forma excepcional, son ascendidas y cultivadas para realizar tareas especiales, mientras que otras no reciben dichas oportunidades a causa de diversas razones como problemas con su calibre o su entorno familiar. ¿Pero acaso Dios no salva a quienes no han recibido dichas oportunidades? No es así. ¿Son su valía y su puesto inferiores a los de los demás? No. Todos son iguales ante la verdad, todos tienen la oportunidad de perseguir y recibir la verdad, y Dios trata a todos de forma justa y razonable. ¿En qué punto hay distinciones notorias en los puestos, la valía y el estatus de las personas? Cuando la gente llega al final de su senda y la obra de Dios ha terminado, y al fin se forma una conclusión en las actitudes y puntos de vista que cada persona muestra en el proceso de perseguir la salvación y mientras hace su deber, además de en sus diversas manifestaciones y actitudes hacia Dios, es decir, cuando hay un registro completo en Su cuaderno. En ese momento, como los desenlaces y los destinos de las personas serán diferentes, habrá también distinciones en su valía, sus puestos y su estatus. Solo entonces pueden vislumbrarse estas cosas y constatarse de manera aproximada, mientras que ahora todo el mundo es igual. ¿Lo habéis entendido? ¿Tenéis ganas de que llegue ese día? ¿Tenéis ganas, pero al mismo tiempo lo teméis? De lo que tenéis ganas es que al final ese día se produzca un resultado, y por fin habréis llegado a ese día a pesar de todas las dificultades, y lo que teméis es que no hayáis caminado adecuadamente por la senda, y os hayáis caído por el camino y fallado, y que el desenlace sea insatisfactorio, peor de lo que imagináis y esperáis. ¡Qué triste! ¡Qué doloroso y decepcionante sería eso! No pienses con tanto adelanto, no es práctico. Mira primero lo que tienes delante de los ojos, camina adecuadamente por la senda que tienes bajo los pies, haz bien el trabajo que tienes entre manos, y cumple bien el deber y las responsabilidades que Dios te ha encomendado. Esto es lo más fundamental e importante. Entiende la verdad y los principios para hacer tu deber que se deberían entender ahora mismo, y compártelos hasta que estén claros como el agua, de modo que los hayas entendido en tu mente, y sepas con claridad y precisión qué principios hay en todo lo que haces; y asegúrate de que no vulneras los principios ni te desvías de ellos, o de que no causas trastornos o perturbaciones ni haces algo que daña los intereses de la casa de Dios; todo esto es en lo que deberíais entrar ahora mismo. No hay necesidad de que hablemos sobre nada que venga más adelante, y tampoco hay necesidad de que preguntéis ni penséis en ello. Es inútil pensar con tanto adelanto, no es eso en lo que deberías estar pensando. Hay quien pueda preguntar: “¿Por qué no deberíamos pensar en ello? Ahora se ha agrandado el estado del desastre, ¿acaso no es hora de que pensemos en tales cosas?”. ¿Es el momento? ¿Te influye el hecho de que el desastre sea grande para tu entrada en la vida? (No). El estado del desastre se ha vuelto muy grande, sin embargo, ¿cuándo he celebrado Yo alguna vez reuniones o predicado sermones específicamente relativos al desastre? Nunca me centro en el tema del desastre, siempre hablo sobre la verdad, de modo que entendáis la verdad y las intenciones de Dios, y de modo que entendáis cómo hacer bien vuestro deber y cómo entrar en la realidad-verdad. Hoy en día, algunas personas no entienden siquiera qué es la realidad-verdad y qué son las doctrinas. Solo sueltan las mismas pocas palabras y doctrinas, la misma charla vacía de todos los días, y sin embargo sienten que han entrado en la realidad-verdad. Estoy preocupado por ellos, pero ellos no se preocupan por sí mismos. Siguen pensando en estas cosas del lejano futuro; no es práctico pensar en dichas cosas.

El objetivo de ascender y cultivar a toda clase de personas con talento no es convertirlas en personas activas ni planear que se tornen en una especie de pilar en el futuro, sino darles a algunas —a las que en términos relativos persiguen más la verdad y satisfacen los criterios para el ascenso y el cultivo— la oportunidad de formarse en entornos apropiados y en unas condiciones más favorables. Lo más importante es que son capaces de entender las palabras de Dios, entender la verdad y entrar en la realidad-verdad. ¿No es esto lo que la gente debería lograr al creer en Dios? ¿Acaso no es lo que debería obtener al creer en Dios? Para entrar en la realidad-verdad, ¿qué es lo principal que ahora mismo deberíais perseguir? ¿Tenéis algunos planes o pasos para hacerlo? Os contaré un truco que es simple, fácil y rápido. En términos sencillos, entrar en la realidad-verdad es en realidad practicar la verdad. Para practicar la verdad, es necesario lidiar primero con las propias actitudes corruptas. ¿Cuál es el punto de partida más rápido para resolver las actitudes corruptas de uno? Para vosotros, la manera más simple, rápida y libre de complicaciones es resolver primero el problema de ser superficial al hacer vuestro deber, resolver vuestras actitudes corruptas paso a paso. ¿Cuánto podría llevaros resolverlo? ¿Tenéis un plan? La mayoría de la gente no tiene un plan, se limita a trazarlo en su mente, sin saber cuándo va a ponerlo oficialmente en marcha. Aunque saben que son superficiales, no se deciden a resolverlo y no cuentan con ninguna solución concreta. Ser holgazán al hacer tu deber, no ser meticuloso y ser irresponsable, y no tomárselo en serio; todas estas son manifestaciones de ser superficial. El primer paso es resolver el problema de ser superficial. El segundo es resolver el problema de obrar de acuerdo con la propia voluntad. Respecto a otras cosas como hablar en ocasiones de manera deshonesta o revelar actitudes falsas o arrogantes, por ahora no os preocupéis por nada de eso. ¿Es más práctico y eficaz lidiar primero con ser superficial y obrar de acuerdo con la propia voluntad? ¿Acaso no son estos dos problemas los más sencillos de detectar? ¿No son fáciles de resolver? (Sí). ¿Eres consciente de que estás siendo superficial? ¿Te das cuenta cuando estás pensando en ser vago? ¿Te das cuenta cuando estás pensando en hacer trampas o en confabular y servirte de engaños? (Sí). Si de veras te das cuenta, entonces es fácil resolverlo. Empieza por resolver los problemas que puedes detectar con facilidad y de los que eres consciente en tu fuero interno. Ser superficial en el propio deber es un problema muy evidente y común, aunque también pertinaz y muy difícil de subsanar. Cuando se hace un deber, hay que aprender a ser concienzudo, riguroso, meticuloso y responsable, y a hacerlo de un modo firmemente sensato, es decir, paso a paso. Uno debe esforzarse al máximo por cumplir bien con ese deber, hasta estar satisfecho de cómo se ha cumplido. Si uno no comprende la verdad, debe buscar los principios y actuar de acuerdo con ellos y con las exigencias de Dios; debería esforzarse más de manera voluntaria para hacer bien su deber y no hacerlo nunca de manera superficial. Solo al practicar así se puede sentir paz interior sin reproches de conciencia. ¿Es la superficialidad fácil de corregir? Mientras tengas conciencia y razón, puedes corregirla. En primer lugar, debes orar a Dios: “Dios, voy a comenzar con mi deber. Si soy superficial, te pido que me disciplines y reprendas en mi interior. Te pido también que me guíes para que haga bien el deber y no sea superficial”. Practica así cada día y mira cuánto se tarda en resolver el problema de tu superficialidad, cuánto tardan en decrecer tus estados de superficialidad, en reducirse las impurezas en tu deber, en mejorar tus resultados reales y en aumentar tu eficacia en el cumplimiento de tu deber. ¿Puedes cumplir tu deber sin ser superficial si confías en ti mismo? Cuando estás siendo superficial, ¿puedes controlarlo? (No es fácil). Es complicado entonces. Si de veras os cuesta mucho controlar esto, ¡tenéis un gran problema entre manos! ¿Qué cosas, entonces, sabéis hacer sin ser superficiales? Algunas personas son muy exigentes con lo que comen; si una comida no es de su agrado, se pasan el resto del día de mal humor. A algunas mujeres les encanta arreglarse y maquillarse; ni un solo pelo escapa a su atención. A algunos se les da bien hacer negocios; calculan con cuidado cada céntimo. Si actuáis con esta actitud concienzuda, podéis evitar ser superficiales. Resolved primero el problema de la superficialidad, y luego el problema de actuar según vuestra voluntad. Actuar según la propia voluntad es un problema común y es otro que la gente puede detectar fácilmente en sí misma. Con un poco de introspección, uno puede reconocer que actúa según su propia voluntad, lo cual no concuerda con los principios-verdad. Los problemas que la gente puede reconocer son fáciles de resolver. Dedicaos primero a resolver estos dos asuntos: el problema de la superficialidad y el de actuar según vuestra propia voluntad. Durante uno o dos años, esforzaos por lograr resultados, por no ser superficiales ni obrar según vuestra propia voluntad ni con las impurezas de vuestra voluntad en nada de lo que hagáis. Una vez subsanados estos dos problemas, no estaréis lejos de cumplir el deber acorde al estándar. Y si no podéis siquiera subsanarlos, todavía estaréis lejos de someteros a Dios o de tener en consideración Sus intenciones. No os habéis asomado ni un poco a la superficie de esto.

Acabamos de compartir los criterios y objetivos de ascender y cultivar a diversas clases de talentos cualificados, además del entendimiento y el punto de vista que uno debería tener respecto al ascenso y el cultivo de diversas clases de personas con talento por parte de la casa de Dios. Otro aspecto adicional es la actitud y el enfoque que uno debería tener hacia las diversas clases de personas con talento a las que se asciende y cultiva. Estos son algunos problemas que deberían compartirse en el punto seis. Por tanto, a continuación, en concreto respecto al punto seis, vamos a desenmascarar y diseccionar cómo llevan a cabo los falsos líderes el trabajo de ascender y cultivar a diferentes clases de personas con talento. Este es el contenido principal que vamos a compartir.

Las actitudes y manifestaciones de los falsos líderes respecto a ascender y cultivar a toda clase de personas con talento

Los falsos líderes no entienden la verdad ni la buscan. Por tanto, en lo que respecta al trabajo importante de ascender y cultivar a toda clase de talentos cualificados en la casa de Dios, además lo convierten en un desastre, lo destrozan por completo y sencillamente fracasan a la hora de satisfacer los requerimientos de la casa de Dios. Como no entienden los criterios, y menos aún las intenciones de Dios, en lo que respecta al ascenso y el cultivo de diversas clases de talento cualificado, ni tampoco entienden el significado de ascender y cultivar a diversas clases de talentos cualificados, es muy difícil para ellos hacer este trabajo acorde al estándar y con principios. Las diversas clases de personas “con talento” que cultivan los falsos líderes en el transcurso de hacer su trabajo son sin duda un cajón de sastre. En lugar de ascender y cultivar a los talentos cualificados, los falsos líderes ascienden a personas que en ningún caso deberían ascender ni cultivar para servir como líderes u obreros, y les permiten vivir de la iglesia y despilfarrar las ofrendas de Dios. Todos los falsos líderes hacen cosas como esta, lo que provoca que se pisotee a algunas personas que persiguen la verdad y tienen sentido de la rectitud y no se las ascienda ni se las use. En cambio, las que son unas inútiles se convierten en supuestas personas con talento a ojos de los falsos líderes, y estos las ascienden y cultivan. Por tanto, ¿cuáles son las manifestaciones de los falsos líderes cuando hacen este trabajo? Por ejemplo, vamos a asumir que, debido a las necesidades de su trabajo, la casa de Dios debe encontrar a quienes lidien con los asuntos externos. Por tanto, ¿a qué personas deberían buscar? Acabo de enumerar diversos criterios, como tener capacidad de trabajo, ser capaz de hacer los propios deberes de acuerdo con los principios que requiere la casa de Dios y ser capaz de defender los intereses de esta. ¿Conoce un falso líder estos principios? Es obvio que no, ¿cómo encuentran a alguien que se ocupe de los asuntos externos? Piensan: “¿Quién puede ocuparse de los asuntos externos? Hay una hermana que es muy aguda y reacciona con rapidez, habla bien y sabe cómo tratar a la gente. Sus ojos oscilan de un lado a otro de manera calculadora cuando habla y una persona promedio no es capaz de calarla. No sería muy adecuada como líder de una iglesia, pero manejaría muy bien los asuntos externos, así que la elegiré a ella. Lo que sucede es que, como su nivel de educación es un poco bajo, me preocupa que los no creyentes la menosprecien, así que voy a buscar a una licenciada universitaria, que fue presidenta de su sindicato de estudiantes, para que la acompañe. Se trata de alguien bastante inteligente, pero con relativamente poca experiencia en la sociedad y que en comparación ha visto poco mundo, por lo que puede aprender de su compañera. Entre estas dos personas, una de un escaso nivel educativo y otra de uno alto, una con experiencia en la sociedad y la otra sin ella, forman una pareja adecuada, ¿no?”. Una es elocuente y expresiva, ingeniosa y muy hábil en las relaciones sociales; cuando se relaciona con no creyentes, estos no se dan cuenta de que es creyente. La otra tiene un alto nivel de educación y estatus social; cada vez que se relaciona con no creyentes, estos no la miran por encima del hombro. ¿Qué opináis de los principios según los cuales este falso líder selecciona a estas dos personas? El falso líder cree que mientras alguien tenga el don de la labia, un ingenio mordaz y reflejos rápidos, puede manejar los asuntos generales de la casa de Dios. ¿Es esta una manera adecuada de seleccionar a las personas? (No). ¿Por qué no es adecuada? (Tales personas suelen ser bastante astutas; aunque puedan aplicar filosofías para los asuntos mundanos con los demás y sepan manejar a la gente, no por ello van a ser necesariamente capaces de defender los intereses de la casa de Dios). Así es. Lo más importante es que, sean cuales sean los asuntos que alguien maneje para la casa de Dios, al menos debe ser honrado y capaz de defender los intereses de esta. ¿Tener un pico de oro y hablar por los codos significa que pueda defender los intereses de la casa de Dios? ¿Ser ingenioso, elocuente y expresivo significa que pueda defender los intereses de la casa de Dios? (No). Aunque hagan un juramento, eso no vale de nada y es igual de inútil que les hagas exigencias; deben tener esa calidad humana. No obstante, el falso líder no investiga estas cosas, sino que se limita a fijarse en quién tiene experiencia en la sociedad, quién es astuto, ingenioso, elocuente y expresivo, quién sabe cómo actuar para adaptarse a la situación, y quién es un camaleón y un pez gordo social. Creen que tales personas pueden manejar los asuntos generales de la casa de Dios. ¿No es esto un error? Es un error desde el punto de vista de los principios y estándares para seleccionar a la gente. El caso es que este tipo de personas tienen un pico de oro muy acentuado. Traten con quien traten, todo lo que dicen es mentira y no pueden cambiar por muchos juramentos que hagan. A la hora de hacer las cosas, solo defienden sus propios intereses, y en particular cuando se enfrentan a un peligro, ante todo se protegen a sí mismos y ni una sola vez consideran los intereses de la casa de Dios. Mientras tengan una buena relación con los no creyentes, para ellos es suficiente; en cuanto a si los intereses de la casa de Dios se ven perjudicados o no, les importa un comino. La seguridad de los hermanos y hermanas tampoco es algo que tengan en cuenta, ni les importa si se deshonra el nombre de Dios; solo se guardan sus propias espaldas. El falso líder no puede desentrañar a esta clase de persona y piensa que es la más apropiada para lidiar con los asuntos externos de la casa de Dios. ¿No es una necedad? Esa persona vende los intereses de la casa de Dios, pero el falso líder ni siquiera lo sabe y, sin embargo, le asigna tareas importantes y depende de ella para todo. ¿No es esto el colmo de la necedad? ¿Tienen intenciones honradas las personas elocuentes, expresivas e ingeniosas? Si no has tratado con ellas ni las has observado con cuidado, no lo sabrás. Cuando haces tratos con ellas y lidias con asuntos en su compañía, no tienes más que fijarte en si lo que dicen se corresponde con lo que hacen. Esto se puede probar mediante un acontecimiento. Digamos, por ejemplo, que estás transportando algo. Ellos lo ven, pero no te ayudan. Solo cuando finalices el trabajo vendrán a decirte: “¿Cómo haces un trabajo tan cansado tú solo? Te hubiera ayudado si me lo hubieras pedido, por muy ocupado que estuviera. Pareces cansado, luego te cocino algo, hoy no lo hagas tú”. Después de decirlo, desaparecen. Estás exhausto y además tienes que cocinar. Entonces, cuando has terminado de cocinar, vienen a comer y llegan a decir: “¿Por qué no me has llamado cuando te ibas a poner a cocinar? Estás muy cansado y me estás haciendo la comida, eso no está bien. Ya que la has hecho, me la voy a comer. La próxima la preparo yo, y si en el futuro necesitas hacer alguna tarea, me lo dices”. Este acontecimiento es lo único que hace falta para desentrañarlos. Tienen la lengua muy ágil, son ingeniosos y saben qué decir. Saben cómo actuar en cada ocasión, y lo único que hacen es decir palabras que suenan bien, sin hacer nunca ningún trabajo real. ¿Son confiables estas personas? Si les pides que gestionen los asuntos de la casa de Dios, ¿pueden defender los intereses de estos? ¿Pueden defender la reputación de la iglesia y proteger la seguridad de los hermanos y hermanas? (No). ¿Es su prioridad principal la propiedad de la casa de Dios y todos sus intereses? Ni de lejos. Sus ojos y su mente de falsos líderes están cegados ante problemas tan fáciles de detectar, simplemente no reparan en ellos. En su lugar, solo pueden hablar de palabras y doctrinas. ¿A quién ama Dios y a quién no? ¿Quién ama la verdad y quién no? ¿Qué significa poseer una base en la propia fe en Dios y qué clase de personas no la tienen? ¿Qué clase de personas son leales al hacer su deber y cuáles no? Hablan sobre estas cosas de manera racional y lógica, y parece que de veras las entienden, pero son charlas y doctrinas vacías. Cuando se les pide que disciernan a las personas, sus ojos y su mente están ciegos; simplemente no saben cómo interpretarlas. Por mucho tiempo que se relacionen con este tipo de personas, siguen sin desentrañarlas e incluso les asignan tareas importantes.

Ya resulta abominable que los falsos líderes usen a las personas equivocadas, sin embargo, empeoran esta fechoría al hacer cosas incluso más abominables. Digamos, por ejemplo, que un falso líder usara a la persona equivocada. Esta no es en absoluto apropiada para ser supervisor y no satisface los criterios de la casa de Dios para que se la ascienda y cultive. Aun así, el falso líder sigue insistiendo en usarla y nunca inspecciona su trabajo, pues cree que: “Uno no debe dudar de aquellos a quienes emplea ni emplear a aquellos de quienes duda. Ya que te he elegido y ascendido, serás capaz de hacer bien este trabajo, así que adelante y hazlo de la manera que te parezca adecuada. Te apoyaré vayas donde vayas, ¡y no tiene sentido que nadie ponga objeciones a esto!”. Se sirvió de la persona incorrecta y a pesar de ello dejó que su error perdurara hasta el final; creen mucho en sí mismos. Los falsos líderes están todos ciegos. No detectan ningún problema, no pueden distinguir qué personas son malvadas o incrédulas, y sea quien sea el que trastorne y perturbe el trabajo de la iglesia, ellos no son conscientes e incluso asignan tareas importantes a gente atolondrada. Los falsos líderes depositan una gran confianza en cualquiera al que asciendan, y le confían alegremente trabajo importante. Como resultado, esas personas estropean el trabajo de la iglesia, lo que afecta gravemente a la difusión del evangelio y daña los intereses de la casa de Dios. Los falsos líderes incluso fingen no saber nada sobre esto. Lo Alto les pregunta: “¿Cómo le va en el trabajo a la persona que ascendiste? ¿Es adecuada para desempeñarlo? ¿Está defendiendo el trabajo de la iglesia y los intereses de la casa de Dios? En los momentos fundamentales, ¿se protegerá a sí misma o defenderá el trabajo de la iglesia?”. Estos falsos líderes responden: “Hizo el juramento de defender el trabajo de la iglesia. Aparte, lleva 20 años creyendo en Dios. ¿Cómo iba a protegerse a sí misma y a vender los intereses de la casa de Dios? Es probable que defienda los intereses de la casa de Dios”. Lo Alto responde: “¿Es preciso lo que dices? ¿Has inspeccionado su trabajo?”. Los falsos líderes responden: “No he inspeccionado su trabajo, pero le dije que no defendiera sus propios intereses y que ha de defender el trabajo de la iglesia, y me prometió que lo haría”. ¿De qué servía que esta persona hiciera una promesa? Ni siquiera puede cumplir el juramento que hizo ante Dios. ¿Creen que solo porque esa persona les hiciera una promesa ya es una apuesta segura? ¿Se puede garantizar que cumpla lo prometido? Ya que estos falsos líderes no han inspeccionado el trabajo de esta persona, ¿cómo saben si es alguien que defiende los intereses de la casa de Dios? ¿Cómo es que creen tanto en ellos mismos? ¿Acaso no son tales falsos líderes unos bribones? Al utilizar a la persona equivocada, ya han cometido un gran error, y luego lo agravan por no indagar nunca, por no tratar de obtener más información ni inspeccionar el trabajo de esta persona, por no supervisarlo ni observarlo. Lo único que hacen es seguir tolerando que obre con imprudencia y cometa fechorías. Así trabajan los falsos líderes. Cuando en un aspecto del trabajo falta gente, los falsos líderes disponen alegremente que alguien sea responsable de ello y se acabó; nunca inspeccionan el trabajo ni van realmente al lugar para interactuar con esa persona, observarla y procurar obtener más información sobre ella. En ciertos lugares, el entorno no es propicio para reunirse y pasar tiempo con ella, pero esos líderes deben hacer averiguaciones sobre el trabajo de esa persona y hacer preguntas indirectas sobre lo que ha estado haciendo y cómo lo ha estado haciendo. Les pueden preguntar a los hermanos y hermanas o a alguien cercano a ella. ¿Acaso no es factible? No obstante, los falsos líderes ni siquiera se molestan en preguntar, así son de confiados. En su trabajo, solo celebran reuniones y predican doctrinas, y cuando las reuniones han terminado y se ha organizado el trabajo, no hacen nada más; no siguen haciendo un seguimiento ni averiguan si la persona a la que eligieron sabe hacer trabajo real. Al principio no entendían a esa persona, pero, a tenor de su calibre, sus manifestaciones y su entusiasmo a nivel superficial, les pareció adecuada para este trabajo, por lo que la utilizaron. Esto no tiene nada de malo, pues nadie sabe cómo va a resultar esa gente. Sin embargo, tras ascenderla, ¿no deberían estos líderes hacer un seguimiento e investigar si hace un trabajo real, cómo trabaja y si ha sido superficial, escurridiza o ha holgazaneado? Este es justo el trabajo que deberían hacer, pero no hacen nada de eso, no asumen ninguna responsabilidad. Son falsos líderes y se los debería despedir y descartar.

Los falsos líderes cometen un error grave, pues después de ascender a las personas, les explican el trabajo, luego sueltan un poco de doctrina, ofrecen unas pocas palabras de aliento y ahí lo dejan, sin siquiera hacer un seguimiento ni involucrarse en tareas específicas. Si dicen que tienen calibre escaso y carecen de percepción respecto a las personas, entonces podrían hacer seguimiento y averiguar cómo van las tareas específicas, así como manejar por completo la situación. Sin embargo, los falsos líderes no hacen seguimiento y en ningún caso averiguan cómo va el trabajo. Hablemos de imprimir libros, por ejemplo, lo cual es un trabajo específico. Un falso líder asignó a alguien para encargarse de este trabajo, pero no lo controló siquiera una vez en medio año. En consecuencia, pasados seis meses, todos los libros impresos resultaron ser defectuosos, ¡menudo desastre! Así son los falsos líderes, no hacen nada específico en absoluto. ¿Qué deberías hacer si estás organizando la impresión de un libro? Primero debes asignar a un supervisor adecuado, y luego supervisar y comprobar si hace bien su trabajo y si pudiera llegar a estropearlo. Debes supervisar y hacer seguimiento del trabajo, y resolver directamente problemas si descubres alguno; solo esto puede asegurar que no surjan complicaciones. Sin embargo, los falsos líderes no hacen esto. Piensan que sus responsabilidades solo consisten en soltarles doctrinas a las personas y hacer que las entiendan, y que mientras sea así, los problemas pueden resolverse. Por tanto, solo prestan atención a soltar doctrinas y gritar consignas, y no se involucran en tareas específicas. En lo que respecta a los falsos líderes, creen que no es asunto suyo implicarse en tareas específicas, y que esta debería ser la preocupación de aquellos a los que tienen por debajo. Por tanto, ¿qué hacen ellos? Dominan la situación general desde arriba y se convierten en un funcionario ineficaz. Sea cual sea el trabajo, no están presentes ni implicados en ello. Después de hablarle a la gente de los principios, si se les pregunta por asuntos detallados o sendas específicas, dirán: “El trabajo específico depende de vosotros, yo no entiendo de esto”. Por tanto, no saben cómo se manejan los que tienen por debajo de ellos al hacer el trabajo. En cuanto a si el supervisor es competente y está a la altura del trabajo, o a cómo es su humanidad o si es una persona que persigue la verdad, si es responsable al hacer su deber o es superficial, o acaso va desbocado haciendo cosas malas, hay retrasos en el trabajo y cosas de este estilo, los falsos líderes lo desconocen por completo, solo se pasean por ahí como funcionarios no creyentes y chupatintas, sin hacer ningún trabajo real. En las iglesias donde trabajan, los falsos líderes no se enteran cuando algunos supervisores han estancado el trabajo, o cuando otros supervisores están fundando sus propios reinos independientes, o cuando otros más no se ocupan de los deberes que les corresponden y en vez de eso se pasan el día comiendo, bebiendo y divirtiéndose, e incluso hacen la vista gorda cuando algunos supervisores tienen un calibre sumamente pobre, una comprensión distorsionada, y no pueden hacer el trabajo en absoluto. Estos falsos líderes son solo cascarones vacíos, son líderes solo de nombre, y no hacen nada del trabajo sustancial de un líder. A simple vista, parece que estos falsos líderes se comportan bastante bien. Asignan supervisores para cada aspecto del trabajo, convocan a estas personas para una reunión de vez en cuando, y pasan el resto de su tiempo en el mismo lugar dedicándose a devociones espirituales, orando, leyendo las palabras de Dios, escuchando sermones, aprendiendo himnos y escribiendo sus propios sermones. Hay algunos falsos líderes que ni siquiera salen de su habitación en toda la semana. Hay también falsos líderes que no hacen más que celebrar reuniones online, sin acudir nunca a los lugares de trabajo para entender la situación. Los hermanos y hermanas no los ven en persona durante largos periodos, y no tienen ni idea de cómo son las experiencias de vida o la estatura de los falsos líderes. Durante las reuniones, los falsos líderes solo se ocupan de algunos asuntos generales, pero en lo referente a qué hace en concreto cada supervisor, y a si las personas a las que ascendieron y cultivaron son adecuadas para ese determinado trabajo, o cuál es la actitud de estas personas al cumplir con su deber, o si son atentas y minuciosas en su trabajo, o si son negativas y superficiales, o si están siguiendo la senda correcta, o si son adecuadas; a los falsos líderes no les importa ni preguntan por ninguno de estos asuntos, y tampoco quieren saber nada de ellos. ¿Acaso no es grave la naturaleza de este problema? (Sí).

La casa de Dios necesita de algunas personas con talento que entiendan ciertos campos profesionales y que posean ciertas habilidades, y cultivará a tales personas en el estudio de esas profesiones para que puedan hacer un deber en la casa de Dios. ¿A qué clase de persona creéis que encuentran los falsos líderes? Reúnen a todos los jóvenes que han ido a la universidad y han seguido a sus padres en la creencia en Dios, y se fijan en quién es elocuente y le gusta ser el centro de atención, y les dicen: “La casa de Dios quiere cultivaros; sois los reservistas y las nuevas fuerzas”. Entonces, les encargan que lleven a cabo un deber. En realidad, nunca han desempeñado uno, carecen de experiencia de diversa índole y no entienden la verdad en ningún caso. Sin embargo, son del agrado de los falsos líderes y estos les muestran su favor, así que empiezan a cultivarlos. Asignan a estas personas para que hagan deberes a partir de lo que su pericia los capacita para aprender; a algunos se les asignan trabajos relacionados con textos, a otros en producción de películas, a algunos se les asigna hacer vídeos y a otros ser actores. A los falsos líderes les basta con que estas personas tengan un deber que hacer. Los falsos líderes no investigan si estas personas aman la verdad o logran aceptarla, ni indagan lo que buscan o cuáles son sus objetivos. ¿Qué ocurre al final? A algunas de estas personas se las descarta. Esto es porque son disolutas y desenfrenadas, y persiguen las tendencias mundanas, se pasan el día arreglándose y coqueteando, y no entienden ninguna regla ni tienen modales en absoluto. Resulta obvio que son incrédulas y no creyentes. No se ocupan del trabajo que les corresponde mientras cumplen sus deberes, y todo lo hacen de manera superficial, pero los falsos líderes no perciben esto en ningún caso. ¿Acaso no están ciegos? (Sí). ¿Qué causa esta ceguera? ¿Es que no se debe a que los falsos líderes son ciegos de mente? La ceguera visual y la ceguera de mente son dos características de los falsos líderes. Aunque tienen los ojos abiertos de par en par, los falsos líderes no entienden nada ni desentrañan a nadie, es decir, sus ojos están ciegos. No tienen discernimiento ni criterio sobre nada ni nadie en su mente, y vean lo que vean, no tienen capacidad para distinguir el bien del mal, y no cuentan con actitudes ni opiniones ni definiciones; este es un caso agudo de estar ciego de mente. Todos los falsos líderes son personas que han creído en Dios durante muchos años y a menudo escuchan sermones, así que ¿por qué no pueden identificar a esos incrédulos? Esta es una prueba adicional de que los falsos líderes tienen muy poco calibre, que son incapaces de comprender la verdad y que, por muchas verdades que oigan, de nada sirve y no las entienden. Son ciegos de vista y de mente, y del todo incapaces de discernir a las personas. ¿Cómo podrían ser aptos para desempeñarse como líderes u obreros en la iglesia? Creen que los buenos oradores son gente con talento, y que los que saben cantar y bailar también son individuos con talento. Cuando ven a gente con gafas o que ha ido a la universidad, piensan que son individuos con talento, y cuando ven a los que son de estatus en la sociedad, a personas ricas, a las que saben hacer negocios y dedicarse a prácticas engañosas, y a las que hacen algún tipo de trabajo importante en la sociedad, los falsos líderes creen que son individuos con talento. Creen que la casa de Dios debería cultivar a estos tipos de personas. No se fijan en la calidad humana de estas ni en si su fe en Dios tiene un fundamento, y mucho menos observan la actitud con la cual consideran a Dios y la verdad. Solo se fijan en su estatus social y sus antecedentes. ¿No es absurdo que los falsos líderes contemplen a las personas y las cosas de esta manera? Los falsos líderes contemplan a las personas y las cosas igual que los no creyentes; la suya es la visión que los no creyentes tienen de las cosas. Esto basta para probar que los falsos líderes no son personas que amen y comprendan la verdad, y que carecen de cualquier discernimiento. ¿Acaso no son superficiales hasta el extremo? ¡De veras están ciegos, y mucho!

Hace tiempo conocí a un falso líder que hablaba y se reía cuando conversaba con él, pero en cuanto le preguntaba por el trabajo, miraba al infinito de manera bobalicona y tonta y no reaccionaba a nada de lo que le decía. El calibre de esta persona era demasiado pobre para que se la pudiera usar. No supone una sorpresa que no entendiera nada de lo que le dijera ni pudiera llevarlo a término. Ante cualquier cosa que hablara con él, no paraba de decir: “Organicé una reunión y comprobé el trabajo hace unos días”. Le dije: “¿No tienes otras tareas aparte de organizar reuniones? Hay mucho trabajo pendiente en la iglesia, ¿por qué no te buscas otra cosa que hacer?”. Me contestó: “¿Acaso ser líder u obrero no consiste solo en organizar reuniones? No hay nada más que hacer excepto celebrar reuniones, ¡no sé hacer nada más!”. ¡Esto muestra que estaba destinado a ser un falso líder cuando ocupó ese puesto y que no podía hacer ningún trabajo real porque su calibre era extremadamente escaso! Un calibre tan escaso conduce a la ceguera de vista y de mente. ¿Qué significa ceguera de vista? Significa que vea lo que vea una persona, es incapaz de localizar los problemas concretos, así que sus ojos no le sirven de nada. ¿Qué significa la ceguera de mente? Que pase lo que pase, una persona no es consciente y no alcanza a entender el problema en cuestión, y es incapaz de ver dónde radica la esencia del problema; esto es lo que significa la ceguera de mente. Si una persona es ciega de mente, entonces está totalmente acabada. De este modo, los falsos líderes son así de ciegos de vista y de mente. ¿Diríais que a los falsos líderes les molesta oír estas palabras? Piensan: “Tengo los ojos bastante grandes, pero Él dice que soy ciego de vista; y tengo buenas intenciones en la mente, sin embargo, Él dice que soy ciego de mente; Su definición no es especialmente precisa, ¿no? ¿Por qué no llamarme falso líder sin más? ¿Por qué añadir también que soy ciego de vista y de mente?”. Si no lo formulo así, a juzgar por el calibre de los falsos líderes, ¿podrían darse cuenta de que son de escaso calibre? (No). ¿Acaso expresar que estos falsos líderes son ciegos de vista y de mente no explica el asunto a la perfección? Por ejemplo, digamos que un anticristo funda su propio reino independiente en la iglesia. No obstante, el falso líder dice: “Esta persona es muy capaz. Solía ser profesor de universidad y habla con claridad, metódicamente, y de una manera ordenada y elocuente. Es más, no tiene miedo escénico, por mucho público que haya”. Está claro como el agua que esta persona de la que hablan es un fariseo que ha fundado su propio reino independiente y, sin embargo, el falso líder todavía la alaba. ¿Acaso no es eso ceguera de vista? (Sí). Si alguien canta desafinado y no lo oyes, ¿se puede considerar eso ceguera de vista? (No). Es un tema profesional, en lugar de una cuestión de calibre. Sin embargo, después de haber escuchado tantas verdades, los falsos líderes no pueden siquiera discernir a los anticristos tal y como son, y no pueden distinguir si la humanidad de una persona es buena o mala, o si alguien es candidato al ascenso y el cultivo por parte de la casa de Dios, o si se trata de un incrédulo o si esa persona cree con sinceridad en Dios, y tampoco pueden saber si alguien es leal al hacer su deber. ¿Qué han obtenido entonces de escuchar sermones todos estos años? No han obtenido ninguna verdad, lo cual significa que son unos necios ciegos; así de ciegos están los falsos líderes. Creen que el trabajo principal de un líder es ser capaz de predicar sermones y hacerlo durante dos o tres horas, y que mientras puedan decir palabras y doctrinas, gritar consignas y levantar a la gente, se trata de un líder acorde al estándar, son capaces de asumir el trabajo, tienen la realidad-verdad y Dios está satisfecho con ellos. ¿Qué clase de lógica es esta? Como los falsos líderes no entienden la verdad y cuentan con demasiado poco calibre, además de ser ciegos de vista y de mente, no poseen habilidad alguna para discernir a los diversos tipos de personas ni pueden desentrañarlas. Entonces, ¿son capaces de usar a esos diversos tipos de personas de manera razonable? (No). Solo tienen una estrategia: a aquellos que solían ser maestros se les asigna predicar sermones, a los que se han implicado en comercio exterior se les encarga manejar los asuntos generales, a los que hablan inglés se les asigna ser traductores, y a cualquiera que sea elocuente y no se ofenda con facilidad se le encarga predicar el evangelio. A los que son tímidos se les pone a escribir artículos de testimonio vivencial en casa, a los que son atrevidos y les encanta interpretar se les asigna ser actores, y a los que quieren convertirse en funcionarios se los coloca como líderes o directores. Así es como usan a las personas los falsos líderes, sin principios de ninguna clase.

En el ámbito de trabajo del que los falsos líderes son responsables, suele haber algunos que persiguen realmente la verdad y cumplen los criterios para el ascenso y el cultivo, pero se los pasa por alto. Algunas de estas personas predican el evangelio y a otras les asignan deberes de alojamiento. La cuestión es que todas ellas tienen calibre, entienden algunas verdades y vale la pena que las cultiven como líderes y obreros, pero no les gusta alardear ni ser el centro de atención. Y aun así, los falsos líderes no se percatan de estas personas. No se relacionan con ellas ni preguntan sobre ellas ni cultivan a la gente con talento para la casa de Dios. Solo se centran en atrapar a los que los adulan para satisfacer sus propios deseos egoístas. Como resultado, no se asciende ni se cultiva a los que persiguen realmente la verdad, mientras que se promociona a todos a los que les gusta ser el centro de atención, que son elocuentes, que saben engatusar a la gente y que son amantes de la fama, las ganancias y el estatus; incluso se asignan cargos importantes a los que han sido funcionarios o directores ejecutivos de empresas o a los que han estudiado administración empresarial en la sociedad. Independientemente de si son auténticos creyentes o de si persiguen la verdad son, en cualquier caso, las personas a las que se asciende y se emplea en el ámbito de trabajo del que son responsables los falsos líderes. ¿Es esto emplear a la gente de acuerdo con los principios? El hecho de que los falsos líderes solo asciendan a estas personas, ¿no responde exactamente al modo en que funciona la sociedad de los no creyentes? Durante el período en el que trabajan los falsos líderes no se asciende ni se cultiva a los que realmente pueden terminar las cosas cumpliendo su deber ni a los que tienen sentido de la rectitud ni a los que aman la verdad y las cosas positivas, y, además, todos ellos tienen dificultades para conseguir oportunidades de formación. Por el contrario, los falsos líderes asignan los cargos importantes a los elocuentes, los que aman alardear, los que saben lisonjear a la gente y los amantes de la fama, las ganancias y el estatus. Estas personas parecen bastante inteligentes, pero en realidad carecen de capacidad de comprensión, tienen mal calibre y una humanidad deficiente, no llevan ninguna carga real con relación a sus deberes ni son dignas en absoluto de que las cultiven. No obstante, ocupan los cargos de líderes y obreros en la iglesia. El resultado es que no es posible poner en marcha a tiempo y de forma fluida una gran parte de la obra de la iglesia o que progresa muy lenta y que los arreglos de la obra de la casa de Dios tardan demasiado en implementarse. Estos son los efectos y las consecuencias que causa en la obra de la iglesia el hecho de que los falsos líderes empleen a gente de manera inapropiada.

La mayoría de los falsos líderes tienen un calibre deficiente. Aunque parecen elocuentes, no tienen capacidad de comprender la verdad, hasta el punto de que carecen de entendimiento espiritual. Son ciegos de ojos y de mente, no son capaces de entender ningún asunto y no comprenden la verdad en absoluto, lo cual, en sí mismo, es un problema fatal. Tienen otro problema aún más grave: una vez que entienden y dominan algunas palabras y doctrinas y son capaces de gritar unas pocas consignas, creen que tienen la realidad-verdad. Así pues, sea cual sea el trabajo que hacen y la gente que deciden utilizar, no buscan los principios-verdad, no comparten con nadie, y ni mucho menos se atienen a la organización del trabajo y a los principios de la casa de Dios. Tienen tanta confianza en sí mismos que siempre creen que sus ideas son correctas y hacen lo que quieren. Por ello, cuando se encuentran con alguna dificultad o circunstancia excepcional, están perdidos. Además, a menudo creen equivocadamente que, por llevar muchos años trabajando en la casa de Dios y tener suficiente experiencia como líderes en ella, saben cómo llevar a cabo y desarrollar el trabajo de la iglesia. Parecen haber entendido estas cosas, pero en realidad no saben hacer ningún trabajo en absoluto. Hacen el trabajo de la iglesia de la manera que les place, obedeciendo a sus propias nociones e imaginaciones, a su experiencia, sus rutinas y sus preceptos. Esto convierte en un lío y en un caos los diversos asuntos de la obra de la iglesia e impide que se produzcan resultados reales. Si en un equipo hay un par de personas que comprenden la verdad y saben hacer algo de trabajo real, pueden mantener la normalidad en el trabajo de ese equipo. Esto, sin embargo, no guarda relación alguna con su falso líder. El trabajo se puede realizar bien porque hay algunas personas buenas en el equipo capaces de hacer algo de trabajo real y de mantener el rumbo del trabajo; eso no quiere decir que su falso líder haya hecho un trabajo real. No se puede realizar ningún trabajo sin que esté al cargo alguna persona buena como estas. Los falsos líderes son simplemente incapaces de hacer su trabajo y no cumplen ninguna función. ¿Por qué tendrían que echar a perder los falsos líderes el trabajo de la iglesia? En primer lugar, porque los falsos líderes no entienden la verdad, no pueden compartir la verdad para resolver los problemas ni buscan el modo de resolverlos, lo que hace que los problemas se acumulen y el trabajo de la iglesia se paralice. En segundo lugar, porque los falsos líderes están ciegos y son incapaces de identificar a los individuos con talento. No pueden nombrar adecuadamente a los supervisores de equipo, lo que resulta en que en algunos trabajos no hay nadie indicado que se haga cargo de ellos y, por tanto, se paralizan. En tercer lugar, porque los falsos líderes actúan como si fueran funcionarios. No supervisan ni guían el trabajo, y cuando hay un punto débil en él, no participan de forma proactiva ni orientan en cuanto a los aspectos específicos de la labor. Supongamos, por ejemplo, que, en un determinado punto de trabajo, varias de las personas que lo realizan son nuevos creyentes sin mucha base, que no entienden la verdad, no conocen mucho el campo del trabajo y no han captado del todo los principios del trabajo. Un falso líder, al estar ciego, no ve estos problemas. Cree que, mientras alguien esté haciendo el trabajo, todo va bien; da igual si se hace bien o mal. No sabe que, allá donde haya un punto débil en el trabajo de la iglesia, él debe hacer seguimiento, inspeccionar y orientar, que debe participar personalmente en la resolución de problemas y apoyar a los que cumplen sus deberes hasta que comprendan la verdad, sepan actuar según los principios y emprendan el camino correcto. Es entonces cuando no hace falta que se preocupe tanto. Los falsos líderes no funcionan así. Cuando ven que hay alguien que hace el trabajo, no le dan más importancia. Vaya como vaya el trabajo, no hacen preguntas. Cuando hay un punto débil en el trabajo o un supervisor poco apto, no facilitan orientación personalmente ni participan en el trabajo. Y cuando un supervisor es capaz de asumir el trabajo, menos hacen los falsos líderes por comprobar personalmente las cosas o por facilitar orientación; se lo toman con calma e, incluso, si alguien informa sobre un problema, no preguntan al respecto; creen que no es necesario. Los falsos líderes no hacen nada de este trabajo específico. En resumen, los falsos líderes son unos depravados que no hacen ni pizca de trabajo real. Creen que, en todo trabajo, mientras haya alguien a cargo y todas las manos estén dispuestas a trabajar, las cosas ya están en marcha. Creen que lo único que tienen que hacer es celebrar una reunión de vez en cuando y preguntar si surge algún problema. Al trabajar así, los falsos líderes creen, de todos modos, que lo hacen bien y están bastante satisfechos consigo mismos. Piensan: “No hay problemas en ninguna de las tareas. Todo el personal está completamente organizado y los supervisores están en su lugar. ¡Qué bueno soy en este trabajo, cuánto talento tengo!”. ¿No es descarado esto? Son tan ciegos de ojos y de mente que no son capaces de ver que hay tareas que hacer ni de detectar ningún problema. En algunos lugares, el trabajo se ha parado, pero ellos se conforman y piensan: “Todos los hermanos y hermanas son jóvenes, sangre nueva. Afrontarán sus deberes como dinamos humanas; sin duda alguna, pueden hacer bien el trabajo”. En realidad, estos jóvenes son novatos sin conocimientos de ninguna habilidad profesional. Deben aprender sobre la marcha. Cabe decir que aún no saben hacer ningún trabajo: puede que algunos entiendan un poco, pero no son expertos ni captan los principios, y cuando han hecho una tarea, esta requiere reiteradas correcciones e incluso, con frecuencia, repetirla. También hay algunos jóvenes que no están capacitados y no han experimentado la poda. Son sumamente despreciables, indolentes y ávidos de comodidad; no aceptan ni siquiera un poco de la verdad y, cuando sufren un poco, refunfuñan sin cesar. La mayoría de ellos son unos degenerados negligentes que buscan la comodidad. A esta clase de jóvenes es absolutamente necesario compartirles frecuentemente la verdad y, más aún, podarlos. Estos jóvenes deben tener a alguien que se haga cargo de ellos y los vigile. Debe haber un líder u obrero que asuma la responsabilidad del trabajo que hacen y que los supervise y guíe personalmente. Será entonces cuando su trabajo podrá empezar a dar frutos. Si el líder u obrero deja el lugar de trabajo y no se ocupa de la labor ni pregunta por ella, estas personas se descontrolan y el cumplimiento de su deber no fructifica. Sin embargo, los falsos líderes no tienen ni idea de esto. Consideran a todos hermanos y hermanas, personas obedientes y sumisas; por eso, confían mucho en ellas, les asignan trabajos y, después, dejan de prestarles atención; esta es la mejor prueba de la ceguera de ojos y mente de los falsos líderes. Los falsos líderes no entienden la verdad en absoluto, no pueden ver los asuntos con claridad y son incapaces de descubrir los problemas, pero creen que lo están haciendo muy bien. ¿En qué piensan todo el día? En cómo ejercer de funcionarios y disfrutar de los beneficios del estatus. Los falsos líderes, al igual que la gente desconsiderada, no prestan la menor atención a las intenciones de Dios. No hacen ningún trabajo real, pero esperan que la casa de Dios los elogie y ascienda. En verdad, ¡no conocen la vergüenza!

Los falsos líderes son del todo inútiles en el desempeño de sus trabajos y no hay nada que elogiarles. No logran captar los principios en cuanto a la imagen general, menos aún los relacionados con los detalles del trabajo específico. Por ejemplo, algunas personas tienen fuertes capacidades profesionales pero una humanidad muy escasa, mientras que otras no tienen problemas en cuanto a su humanidad, pero sí escaso calibre y poca capacidad profesional. En lo que respecta a cómo se debería usar y destinar a estas personas de manera razonable, los falsos líderes saben incluso menos sobre estos asuntos más específicos y detallados. Por tanto, cada vez que se les pregunta a los falsos líderes si han encontrado a alguien de bastante buen calibre al que se pueda cultivar, dicen que no han encontrado todavía a nadie. Los falsos líderes están muy ciegos, ¿cómo iban a encontrar a alguien? Si les preguntas cómo es la hermana Tal, dirán que codicia las comodidades de la carne; les preguntas cómo es el hermano Cual y te dirán que a menudo se muestra negativo; pregúntales cómo es alguien y te dirán que no hace mucho que esa persona cree en Dios y le falta base. A sus ojos, nadie está a la altura. Solo se fijan en los fallos, defectos y transgresiones de otros, no son capaces de observar si una persona se ajusta a los principios de la casa de Dios para el ascenso y el cultivo, o si es buena candidata para ambos. No saben quién es de veras apropiado para el ascenso y el cultivo, pero ascienden a aquellos que no cumplen los requerimientos y principios de la casa de Dios con gran entusiasmo y a toda prisa. Ascienden a todas las mujeres ricas, a los hombres acomodados y a los hijos e hijas de las familias opulentas en la iglesia, así como a aquellos que han servido como funcionarios en el mundo, a los que son elocuentes y a aquellos que saben cómo engañar y embaucar. En cualquier caso, ascienden al que es conocido y distinguido en el mundo y al que le encanta ser el centro de atención. Creen que estas personas son las únicas con talento, y no detectan ni ascienden a ni una sola persona que de veras posea capacidad de comprensión y pueda aceptar la verdad. A un falso líder le resultaría más difícil proveer a la casa de Dios de un simple talento debidamente cualificado que llegar a la luna. Por ejemplo, digamos que en este momento la casa de Dios necesita a individuos con talento para trabajos relacionados con los textos; existe un individuo de esta clase en una iglesia que está a cargo de un falso líder, el cual no propone su nombre. Cuando se le pregunta por qué no ascendió y cultivó a ese individuo, dice: “Esa persona fornicó dos veces cuando iba a la universidad, pero no lo ha vuelto a hacer desde que se casó. No sabía si se le debería ascender o no”. ¿Qué clase de afirmación es esta? ¿Puede garantizar el falso líder que las personas ricas y poderosas a las que asciende nunca han fornicado? ¿Acaso no lo hacen esas personas aún más? ¿Cómo es que eso no lo ven? Los falsos líderes tienen una espiritualidad muy falsa, se inventan que conocen algunos principios y buscan excusas para justificar no ascender a aquellos a los que se debería ascender y cultivar. A sus ojos, todo el mundo es inferior a ellos. ¿Al final qué sucede? ¿Se han mantenido firmes la “élite” y las “personas con talento” ascendidas por los falsos líderes? No decimos que estas sean sin lugar a la duda unas malas personas. Lo que ante todo estamos poniendo al descubierto es que el principio de los falsos líderes para su manera de tratar a las personas es servirse de las nociones humanas para medirlas, en lugar de la verdad, y que su principio para ascender y cultivar a las personas es obrar según sus propias nociones, figuraciones y preferencias, y totalmente según el punto de vista de los no creyentes, en lugar de usar los estándares requeridos de la casa de Dios como su medida. ¿Por qué pueden hacer esto los falsos líderes? Dado que no entienden la verdad ni las intenciones de Dios, pueden ascender a aquellos que simplemente no satisfacen los requisitos de la casa de Dios, se centran en cultivarlos y los dejan ostentar empleos importantes en la casa de Dios. Tal es el trabajo que hacen los falsos líderes. Fíjate en los falsos líderes a tu alrededor, ¿acaso no es así como trabajan y tratan a las personas?

Hay un cierto punto de vista que se revela a menudo en los falsos líderes, y es que piensan que aquellos con conocimiento, con estatus y los que han servido como funcionarios en el mundo exterior son todos personas de talento, y que la casa de Dios debe cultivar y usar a tales personas cuando comienzan a creer en Él. Estiman e idolatran mucho a esas personas, llegan hasta a tratarlas como parientes suyos y familiares. Cuando se las presentan a los demás, a menudo les comentan que en el mundo exterior fueron jefes en alguna empresa o jefes de algún departamento gubernamental o editores de un periódico, o que fueron directores en la Oficina de Seguridad Pública, o mencionan lo ricos que son. Los falsos líderes tienen en especial alta consideración a tales personas. ¿Qué decís vosotros, tienen calibre los falsos líderes? ¿Acaso no es falsa su espiritualidad y no son capaces de desentrañar las cosas? Los falsos líderes piensan que, dado que estas personas eran individuos con talento en la sociedad, la casa de Dios debería cultivarlas y asignarles un papel importante cuando vienen aquí. ¿Es correcto este punto de vista? ¿Está en consonancia con los principios-verdad? Si estas personas no tienen amor alguno por la verdad y carecen de conciencia y razón, ¿puede la casa de Dios cultivarlas y darles un papel importante en ella? No son aptas para el cultivo. El hecho de que fueran individuos con talento entre los no creyentes no significa que sean personas con talento en la casa de Dios, pero a estos falsos líderes les encanta ser funcionarios, y en especial idolatran a otros que lo han sido. Cada vez que ven a personas que han sido funcionarios o tenían estatus en el mundo exterior, se postran y actúan de forma muy obsequiosa con ellas, como esclavos ante su amo; desean desesperadamente llamarlas madre o padre, o hermana o hermano mayor, y también desean que estas personas sean ascendidas a líderes u obreros en la iglesia. Decidme, ¿acaso tales personas persiguen la verdad? ¿Acaso el hecho de que tengan un pequeño estatus y gocen de cierto renombre en el mundo exterior significa que sean aptas para servir como líderes u obreros en la casa de Dios? Si estos individuos no entienden la verdad y están llenos de actitudes arrogantes y vanidosas, ¿son dignos de ser líderes u obreros en la casa de Dios? ¿Se ajusta a los principios ascender a las personas solo enfocándose en su estatus y renombre e ignorando su calidad humana? ¿Saben los falsos líderes qué tipo de personas le gustan a Dios, a qué tipo de personas asciende y utiliza? Una y otra vez, los arreglos de la obra de la casa de Dios han subrayado que las personas deben ser ascendidas y cultivadas de acuerdo con tres estándares. En primer lugar, deben poseer humanidad, conciencia y razón; en segundo lugar, deben ser personas que amen la verdad y sean capaces de aceptarla; y en tercer lugar, deben poseer cierto grado de calibre y capacidad de trabajo. Solo a aquellos que cumplan estos tres estándares se los puede ascender y cultivar, además de estar cualificados para ser candidatos y ser líderes y obreros. La mera posesión de calibre y talento no servirá para nada. La calidad humana va primero y, en segundo lugar, resulta esencial ser capaz de aceptar la verdad; estos dos son los estándares más importantes. Si se asciende a los malvados que no aman la verdad, las consecuencias serán desastrosas, así que no se permite en absoluto que asciendan a aquellos que carecen de humanidad. Sin embargo, los falsos líderes ignoran los requerimientos de la casa de Dios. Cuando seleccionan y usan a alguien, siempre se centran en si esa persona tiene estatus en la sociedad, cuál es su trasfondo y su posición, si ha recibido un alto nivel de educación, y cómo de elevada es su reputación en la sociedad; estos son los aspectos en los que se centran cuando ascienden y cultivan a alguien. ¿Se ciñe esto a los principios estipulados por la casa de Dios? ¿Se ciñe esto a la verdad de las palabras de Dios? ¿Quiénes son estas personas que tienen estatus en la sociedad? Se puede decir que todas ellas luchan por el poder y el estatus por cualquier medio y que pertenecen a la categoría de Satanás. Si ostentan poder en la casa de Dios, ¿sería esta todavía la iglesia de Dios? ¿Cuál es el objetivo de los falsos líderes al ascender a las personas que pertenecen a la categoría de Satanás para que se conviertan en líderes? ¿Es actuar así coherente con los principios de la casa de Dios para cultivar y usar a las personas? ¿No es trastornar y dañar de manera flagrante el trabajo de la iglesia? El ascenso y el cultivo sin principios de las personas por parte de los falsos líderes es lo que causa el mayor trastorno y perturbación al trabajo de la iglesia, además de ser una manera de resistirse a Dios.

Los falsos líderes tienen un calibre extremadamente escaso y no tienen capacidad para comprender la verdad. No importa cuántos sermones escuchen o cuántas palabras de Dios lean, todavía no comprenden puramente ni entienden la verdad, y por muchos años que hayan predicado doctrinas, no entienden lo que dicen, ¡todo lo que sueltan son simples paparruchas y es imposible otorgarles un sentido! Recuerdan y predican un poco de doctrina, así que piensan que tienen la realidad-verdad, pero nada de lo que hacen está relacionado con la verdad; son el arquetipo del fariseo. De cara al exterior, parece que les predican a menudo a las personas y dicen cosas que suenan bien, como si entendieran la verdad, pero lo que hacen es antitético a la verdad y va en contra de ella. Aseguran además que sirven a Dios y hacen el trabajo de la iglesia, mientras que, de hecho, todo lo que hacen es hostil a Dios por completo. Los falsos líderes nunca ascienden a gente con talento que le resulte útil a la casa de Dios, e ignoran y hacen la vista gorda ante la gente relativamente honesta que de veras persigue la verdad. En su lugar, ascienden y cultivan a aquellos que practican la adulación, a los taimados y falsos, y a los que tienen ambiciones y deseos para que asuman tareas en la iglesia. El resultado de todo esto es que, una vez que esa gente ha permanecido en el trabajo durante un cierto periodo, diversos aspectos del trabajo de la iglesia se detienen y entran prácticamente en un estado de parálisis, y de ese modo se malogra el trabajo de la iglesia a manos de estos falsos líderes. ¿Acaso no es detestable la clase de personas que son estos falsos líderes? ¿Se los debería despedir? ¡Se los debe despedir! Cada día de demora impacta en el trabajo de la iglesia durante un día entero. Algunos falsos líderes, aunque saben que son incapaces de hacer trabajo real, no están dispuestos a renunciar voluntariamente y codician sin cesar los beneficios del estatus, e incluso llegarían al extremo de perjudicar el trabajo de la iglesia. ¿Tienen ni siquiera un ápice de razón? Los falsos líderes no tienen capacidad de comprensión ni ningún talento y conocimiento reales, y no son personas que persigan la verdad, y además codician los beneficios del estatus; son unos desvergonzados, así que no se los debe ascender ni cultivar de ninguna manera. Si crees que tu calibre es muy escaso y no tienes capacidad para distinguir el bien del mal, ni tampoco capacidad para comprender la verdad, entonces, hagas lo que hagas, no consientas tus ambiciones y deseos, y no reflexiones sobre cómo esforzarte para llegar a ser algún funcionario de la iglesia, para llegar a ser un líder de la iglesia; ser líder no es tan fácil. Si no eres una persona honesta y no tienes amor por la verdad, en cuanto te conviertas en líder, o bien serás un anticristo o bien un falso líder. Tanto los anticristos como los falsos líderes carecen de conciencia y razón, y son personas capaces de cometer maldad y perturbar el trabajo de la iglesia. Si bien es cierto que los anticristos son diablos y satanases, los falsos líderes tampoco son buenas personas; cuando menos, son descaradamente desvergonzadas y carecen de conciencia y razón. ¿Hay algo de glorioso en ser un falso líder y que se te despida? Es una vergüenza, una mancha y no hay nada de glorioso en ello. Si tienes un sentido de carga respecto al trabajo de la iglesia y deseas participar en él, eso es bueno; pero debes reflexionar sobre si entiendes la verdad, sobre si eres capaz de comunicarla para resolver los problemas, si realmente puedes someterte a la obra de Dios, y si eres capaz de llevar a cabo correctamente el trabajo de la iglesia de acuerdo con los arreglos de la obra. Si cumples con estos criterios, puedes presentarte para ser un líder o un obrero. Lo que quiero decir con esto es que, como mínimo, las personas deben tener conciencia de sí mismas. Primero debes fijarte en si eres capaz de discernir a las personas, si puedes entender la verdad y hacer las cosas según los principios. Si cumples estos requisitos, eres apto para ser un líder o un obrero. Si no eres capaz de autoevaluarte, puedes preguntar a las personas que te rodean y que te conocen o están cerca de ti. Si todas te dicen que no tienes el calibre suficiente para ser un líder, y que ya basta con solo hacer bien tu trabajo actual, entonces deberías procurar rápidamente conocerte a ti mismo. Dado que tienes poco calibre, no malgastes todo tu tiempo en querer ser un líder; limítate a hacer lo que puedas, a cumplir con tu deber correctamente, con los pies en el suelo, para poder tener tranquilidad. También esto es bueno. Y si eres capaz de ser un líder, si realmente posees tal calibre y talento, si cuentas con capacidad de trabajo y tienes sentido de la carga, entonces eres justo el tipo de persona con talento que falta en la casa de Dios, y seguro que serás ascendido y cultivado; pero en todo están los tiempos de Dios. Este deseo de ser ascendido no es ambición, pero debes tener el calibre y cumplir los criterios para ser líder. Si tienes poco calibre y aun así pasas todo el tiempo deseando ser un líder, asumir alguna tarea importante, ser responsable del trabajo en general o hacer algo que te permita diferenciarte, entonces te digo: eso es ambición. La ambición puede traer desastres, de modo que deberías tener cuidado con ella. Todas las personas desean progresar y están dispuestas a luchar por la verdad, lo cual no es un problema. Algunos tienen calibre, cumplen los criterios para ser líderes y son capaces de luchar por la verdad, y esto es bueno. Otros no tienen calibre, de forma que deberían apegarse a su propio deber, cumpliendo correctamente el deber que tienen justo delante y haciéndolo de acuerdo a los principios, y a los requerimientos de la casa de Dios; se trata de algo mejor, más seguro y realista para ellos.

Aquellos a los que se elige para ser líderes y obreros o son ascendidos y cultivados no deberían caer en el pensamiento ilusorio, al sentir que: “Los hermanos y hermanas me eligieron entre muchas personas, la casa de Dios me ascendió, así que no cabe duda de que tengo talento y soy mejor que la gente corriente; el auténtico oro está destinado a brillar”. ¿Es bueno pensar así? ¿Acaso no es la revelación de un carácter corrupto? (Sí). Es bueno que te asciendan y cultiven y es una buena oportunidad, pero que puedas o no caminar bien por esta senda depende de cómo abordes esta oportunidad y de si puedes valorarla. Dios te ha dado esta oportunidad, pero eso no significa que en realidad seas mejor que los demás; puede ser que tu calibre sea un poco mejor que el de otros o poseas algunos dones, pero es difícil saber cuál es tu entrada en la vida y si tienes la realidad-verdad, dado que las actitudes corruptas de todo el mundo son las mismas y tú también eres un miembro de la raza humana corrupta. Si te puedes dar cuenta de esto, serás capaz de abordar correctamente tu ascenso y cultivo por parte de la casa de Dios. No deberías considerarte a ti mismo una persona con talento ni deberías pensar que tienes la realidad-verdad. Es solo que tienes un poco de calibre y además puedes esforzarte en pos de la verdad, así que se te ha capacitado para formarte a ti mismo. Se trata de un periodo de prueba, y todavía no está claro si de veras eres alguien que persigue la verdad o es merecedor de ser cultivado. No se puede saber con certeza si vas a mantenerte firme después de que se te ponga a prueba durante este periodo. Puede ser que se te retenga para que te sigan cultivando, o podría ser que se te descartara; todo depende de cuánto esfuerzo hagas. En esto consiste que las personas asciendan para ser líderes y obreros, esto lo deberías entender. Es inútil que pienses que eres una persona con talento. Si la casa de Dios no te asciende ni te cultiva, no eres nada. Si no persigues la verdad y no estás dispuesto a que te use la casa de Dios, no puedes lograr nada. Si luego dices: “La casa de Dios no me usa, saldré a la sociedad”, entonces bien, ve a la sociedad e inténtalo, a ver quién te asciende y a ver qué eres capaz de conseguir. Lo que pretendo al decir esto es contaros que debéis tener el entendimiento y el enfoque correctos respecto a vuestro ascenso y cultivo por parte de la casa de Dios. Aquellos que son de calibre escaso o mediocre y no pueden satisfacer el estándar requerido para el ascenso y el cultivo en la casa de Dios solo necesitan cumplir bien su deber con obediencia y firmeza. Mientras hagan el deber con todo su corazón y su mente, Dios no los tratará injustamente. Por tanto, no pelees por cuestiones de ascenso y cultivo, pero tampoco los rechaces, simplemente deja que todo tome su curso natural. En un sentido, debes obedecer los arreglos de la casa de Dios, y en otro, debes tener un corazón sumiso a Dios; es la manera correcta. ¿Es simple hacer esto? (Sí). ¿Existe algún beneficio en que una persona de pobre calibre sea líder? Al final, cuando se la clasifica como falso líder y se la descarta, ¿cómo se sentirá al respecto? ¿Será lo que había querido? (No). Cargará sobre sus hombros el título de “falso líder”, y vaya donde vaya, la gente dirá que esta persona fue una vez un falso líder. ¿Esto es bueno o malo? No es bueno ni tampoco es glorioso. Las personas deben tener la comprensión y la actitud adecuadas respecto al ascenso y el cultivo; en estos asuntos, deben buscar la verdad sin seguir su propia voluntad ni tener ambiciones y deseos. Si sientes que eres de buen calibre pero la casa de Dios nunca te ha ascendido, ni tiene ningún plan para cultivarte, entonces no te frustres ni empieces a quejarte, simplemente concéntrate en perseguir la verdad y en luchar por salir adelante. Cuando tengas cierta estatura y seas capaz de hacer un trabajo real, el pueblo escogido de Dios te seleccionará naturalmente para ser líder. Y si sientes que eres de bajo calibre, que no tienes ninguna posibilidad de ser ascendido o cultivado y que es imposible que se cumplan tus ambiciones, ¿acaso no es algo bueno? Esto te protegerá. Dado que eres de escaso calibre, si te encuentras con un grupo de atolondrados ciegos que te eligen para ser su líder, ¿acaso no andarás sobre ascuas ardientes? Eres incapaz de hacer cualquier trabajo y tus ojos y tu mente están ciegos. Cada cosa que haces es una perturbación; cada uno de tus movimientos es una maldad. Es mejor que hagas bien el trabajo de tu deber actual; al menos no te avergonzarás, y es mejor que ser un falso líder y el blanco de críticas entre bastidores. Como persona, debes medirte a ti mismo, debes tener un poco de autoconciencia; así podrás evitar tomar la senda equivocada y cometer graves errores.

¿Queréis ser falsos líderes o seguidores corrientes? (Seguidores corrientes). Si los hermanos y hermanas te eligen a ti, inténtalo; tal vez su visión de ti sea más precisa que tus propios sentimientos sobre ti mismo. Si los hermanos y hermanas creen que puedes hacerlo, debes darlo todo. Si de veras lo das todo y, no obstante, fallas en tu trabajo y tu corazón enloquece de ansiedad, tanto que no puedes comer y te quita el sueño y simplemente no sabes cómo hacerlo correctamente, deja entonces de ser líder u obrero; te pone en una situación muy difícil. Si sigues adelante, es probable que te conviertas en un falso líder, de modo que deberías redactar una carta de renuncia sin demora, en la que declares: “Como mi calibre es escaso y soy incapaz de hacer trabajo real, si continúo siendo líder, no pasará mucho tiempo hasta que me acabe convirtiendo en un falso líder, así que pido renunciar y abandono voluntariamente el puesto”. ¡Esta es la manera más sabia de actuar y lo más adecuado que se puede hacer! Es racional y mejor que ocupar el puesto y ser un falso líder. Si sabes muy bien que tienes poco calibre y eres incapaz de ser líder, pero no soportas la idea de renunciar al estatus, y te dices a ti mismo: “¿Por qué no puedo hacerlo? ¿Quién puede ayudarme? ¡Sería genial si yo mantuviera mi estatus como líder mientras otro diseña por mí todos los planes y estrategias! Ahora mismo no hay nadie apropiado para ocupar mi puesto, así que solo puedo continuar siendo líder y deleitarme con ello cada día que estoy en esta posición; aunque no sepa hacer el trabajo, sigo siendo el líder, y serlo es mejor que ser un hermano o hermana corriente. Si la casa de Dios no me despide y los hermanos y hermanas no me apartan, entonces no renunciaré”. ¿Es lo apropiado? (No). ¿Por qué no es apropiado? (No es razonable; si soy incapaz de hacer trabajo real y sin embargo no dimito, eso solo demorará el trabajo de la iglesia). Al actuar de esta forma, demoras el trabajo de la iglesia; eso perjudica a los demás y te perjudica a ti. ¿Sabes lo que implica ser líder? Implica que tienes una relación directa con la entrada de muchos en la vida y tu liderazgo tiene una relación directa con su manera de caminar por la senda que tienen por delante. Si eres buen líder y los guías por la senda correcta, podrán emprender la senda correcta. Si los guías mal y los conduces hacia una zanja y se vuelven unos fariseos como tú, ¡tu pecado entonces es grande! Y después de que cometas este gran pecado, ¿será eso en final? ¡Dios lo anotará en Sus registros! Sabes muy bien que tienes poco calibre, que eres un falso líder e incapaz de hacer un trabajo real, pero no admites tus fallos ni renuncias, sino que te aferras descaradamente al puesto y no se lo entregas a nadie. Esto es pecado y Dios llevará la cuenta de este. ¿Y será bueno o malo para tu futuro que lleve la cuenta? ¡Te verás en problemas! Te diré la pura verdad: Dios lleva una cuenta de esas cosas para cada persona y anota cada punto de forma clara. Si hubiera de tener lugar algo tan grave en tu senda a la salvación, ¡su repercusión sobre ti sería enorme! Hagas lo que hagas, no vayas por esta senda y no seas esta clase de persona.

Hemos compartido brevemente algunas de las prácticas y manifestaciones de los falsos líderes respecto a ascender y cultivar a diversos tipos de personas con talento. En resumen, la clase de persona que es un falso líder ni hace ni sabe hacer un trabajo real. Tiene poca aptitud, sus ojos y su mente están ciegos, es incapaz de descubrir los problemas y no puede llegar a conocer a diversos tipos de personas, por lo que no puede hacerse cargo de la importante labor de ascender y cultivar diversas clases de personas talentosas. Así, no tiene manera de hacer bien el trabajo de la iglesia, y ocasionará muchas dificultades al pueblo escogido de Dios en su entrada en la vida. Teniendo en cuenta estos factores, resulta claro que los falsos líderes no son aptos para ser líderes de la iglesia. Hay otros falsos líderes que no hacen ningún trabajo de la iglesia en concreto y no se ponen en contacto con los supervisores de las tareas específicas, por lo que no saben qué personas talentosas son capaces de hacer determinada tarea, ni cuáles son aptas para realizar cierta labor, ni si su forma de trabajar es conforme a los principios. Por lo tanto, son incapaces de ascender y cultivar a la gente con talento. Así pues, ¿cómo podrían tales personas hacer bien el trabajo de la iglesia? El principal motivo por el cual los falsos líderes no pueden hacer un trabajo real es que tienen poca aptitud; carecen totalmente de perspicacia y desconocen qué es el trabajo real. Esto conduce a frecuentes situaciones de estancamiento o parálisis en la obra de la iglesia, lo cual guarda relación directa con el hecho de que los falsos líderes no hagan un trabajo real. En los últimos años, la casa de Dios ha hecho hincapié una y otra vez en que se ha de depurar a las personas malvadas e incrédulas y destituir a los falsos líderes y falsos obreros. ¿Por qué depurar a las diversas personas malvadas e incrédulas? Porque, tras años de fe en Dios, esta gente todavía no acepta la verdad en absoluto y ha llegado al punto en que ya no tiene esperanza alguna de salvación. ¿Y por qué destituir a todos los falsos líderes y falsos obreros? Porque no hacen ningún trabajo real y nunca ascienden ni cultivan a quienes persiguen la verdad; en cambio, realizan esfuerzos sin sentido. Esto sume la labor de la iglesia en el caos y la parálisis, donde los problemas actuales persisten sin resolverse, y también ralentiza la entrada en la vida de los escogidos de Dios. Si se destituyera a todos estos falsos líderes y falsos obreros, y si se echara a todas estas personas malvadas e incrédulas que perturban la iglesia, la obra de esta naturalmente llegaría a fluir sin inconvenientes, la vida de iglesia se tornaría mucho mejor de forma natural y los escogidos de Dios podrían comer y beber normalmente Sus palabras, cumplir con sus deberes y entrar en el sendero correcto de la fe en Dios. Esto es lo que desearía Dios.

27 de febrero de 2021

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