¿Sufrir un desastre tiene que ser algo malo?
Un día de julio de 2023, oí que Wang Hao, un hermano de nuestra iglesia, sufrió un accidente y resultó gravemente herido. Lo enviaron al hospital en estado de coma. Al escuchar esta noticia, mi corazón dio un vuelco. Este hermano había renunciado a todo y había seguido a Dios durante muchos años. Cuando sufrió una leucemia grave mientras cumplía con su deber, no culpó a Dios, recibiendo tratamiento mientras cumplía con su deber lo mejor que podía. ¿Cómo pudo ocurrirle algo así? ¿Por qué Dios no lo protegió? Si perdía la vida en este accidente, ¿no significaría que no tendría un buen destino? Desde entonces, siempre estuve preocupada por este asunto. A menudo esto venía a mi mente, incluso cuando estaba cumpliendo con mi deber. Esperaba que Dios protegiera a este hermano y le permitiera evitar la muerte, así vería que Dios concedía gracia y bendiciones especiales a los que renunciaban a todo y lo seguían. Unos días después, escuché que la condición de Wang Hao seguía siendo crítica. Estaba en coma y deliraba. Cuando me enteré de esta noticia, me puse de mal humor al instante. Si este hermano muriera, ¿no significaría eso que un buen destino estaba fuera de su alcance? Entonces, ¿no habría sido en vano renunciar a sí mismo y esforzarse durante todos estos años? Parece que renunciar a todo y cumplir con el deber de uno no garantiza un buen destino. Al pensar en esto, una angustia inexplicable surgió en mi corazón. No pude evitar preocuparme por mi futuro resultado y destino, y pensé: “Yo también he renunciado a mi familia, he abandonado mi carrera y he cumplido con mi deber durante muchos años. Si sufro alguna calamidad y muero en el futuro, ¿no ganaré ninguna bendición?”. Pensando hasta ahí empecé a sentir como si una enorme roca se alojara en mi corazón; era extremadamente pesada. Durante muchos días seguidos, no pude reunir ninguna energía para cumplir con mi deber. Había planeado estudiar los principios relevantes para abordar mis deficiencias en el trabajo, pero ya no quería hacerlo. También dejé de lado mi trabajo de formación del personal encargado de difundir el evangelio y no quise ocuparme de eso. Como no corregí algunas desviaciones a tiempo, el trabajo evangelizador se vio afectado.
En esos días, siempre suspiraba y me sentía muy abatida. Desarrollé nociones hacia Dios y pensé que, aunque trabajara duro y me esforzara, no recibiría necesariamente un buen resultado y destino. Aunque cumplía con mi deber en apariencia, había un muro entre Dios y yo en mi corazón. Cuando oraba, no tenía nada que decirle. Poco después, oí que Wang Hao se había recuperado muy rápido y pronto podría volver a cumplir con su deber. Al recibir esta noticia, me sentí extremadamente feliz. La gran roca que tenía en mi corazón por fin cayó al suelo, y mi estado de abatimiento desapareció en un instante. Al ver cómo Dios había protegido a este hermano, volví a tener fe en Él. Pensé para mis adentros: “Dios aún otorga gracia y bendiciones a los que sinceramente se entregan a Él. Este hecho se puede ver en Wang Hao”. Recuperé la esperanza en un buen destino futuro y me sentí relajada, alegre y con energía para cumplir con mi deber.
Después, reflexioné sobre mí misma, y pensé: “¿Por qué mi estado ha fluctuado tanto durante este tiempo?”. En mi reflexión, recordé algunas palabras de Dios que había leído antes y las busqué para leerlas. Dios Todopoderoso dice: “Hay personas que cuando ven que alguien se topa con dificultades, inmediatamente se protegen poniéndose en el lugar de esa persona. Cada vez que ven que alguien padece algún tipo de angustia, enfermedad, tribulación o calamidad, piensan inmediatamente en sí mismos y se preguntan: ‘Si esto me ocurriera a mí, ¿qué haría? Parece que los creyentes pueden toparse igualmente con estas cosas y padecer estos tormentos. Entonces, ¿qué clase de Dios es Él exactamente? Si Dios es tan desconsiderado con los sentimientos de ese individuo, ¿me tratará igual a mí? Esto demuestra que Dios no es confiable. En cualquier lugar y momento, dispone un entorno inesperado para la gente, y puede ponerla constantemente en situaciones bochornosas y en cualquier circunstancia’. Temen que, si no creen, no recibirán bendiciones, pero que si siguen creyendo conocerán el desastre. Así, cuando la gente ora ante Dios, se limita a decir: ‘Dios mío, te ruego que me bendigas’, y no se atreve a decir: ‘Dios mío, te pido que me pruebes, me disciplines y hagas Tu voluntad; estoy dispuesto a aceptarla’; no se atreve a orar de esa forma. Tras algunos reveses y fracasos, la determinación y la valentía de las personas menguan, y estas adquieren otro ‘entendimiento’ del carácter justo de Dios, de Su castigo y juicio y de Su soberanía y, asimismo, empiezan a sentir recelo hacia Él. De este modo, hay un muro, un distanciamiento, entre las personas y Dios. ¿Está bien que la gente tenga estos estados? (No). Y vosotros, ¿tendéis a tener estos estados? ¿Vivís inmersos en dichos estados? (Sí). ¿Cómo deben resolverse estos problemas? ¿Está bien no buscar la verdad? Si no comprendéis la verdad y no tenéis fe, os costará seguir a Dios hasta el final y os hundiréis cada vez que os topéis con desastres y calamidades, ya sean naturales o provocados por el hombre” (La Palabra, Vol. VI. Sobre la búsqueda de la verdad 1. Qué significa perseguir la verdad (11)). “Todo aquel que llega a creer en Dios solamente está preparado para aceptar la gracia, las bendiciones y las promesas de Dios, y solo está dispuesto a aceptar Su bondad y compasión. Sin embargo, nadie espera ni se prepara para aceptar el castigo y juicio de Dios, Sus pruebas, Su refinación ni Su desposeimiento, y ni una sola persona se prepara para aceptar el juicio y castigo de Dios, Su desposeimiento ni Sus maldiciones. ¿Es normal o anormal esta relación entre las personas y Dios? (Anormal). ¿Por qué respondes que anormal? ¿En qué falla? Falla en que la gente no tiene la verdad. La gente tiene demasiadas nociones y figuraciones, malinterpreta constantemente a Dios y no soluciona estas cosas buscando la verdad, lo que hace más probable que surjan problemas. En concreto, la gente solo cree en Dios para que la bendiga. Solo quiere hacer un trato con Dios y exigirle cosas, pero no persigue la verdad. Esto es muy peligroso. En cuanto se encuentra con algo que contradice sus nociones, inmediatamente empieza a tener nociones, quejas y malentendidos con respecto a Dios, y hasta puede llegar al punto de traicionarlo. ¿Son graves las consecuencias de esto? ¿Qué senda sigue la mayoría de la gente en su fe en Dios? Aunque hayáis escuchado muchísimos sermones y creáis haber llegado a comprender bastantes verdades, lo cierto es que aún transitáis la senda de la fe en Dios tan solo para saciaros de pan. Si tu mente ya está preparada para aceptar el juicio y el castigo, las pruebas y la refinación; te has preparado mentalmente para padecer el desastre y si, por mucho que te esfuerces por Dios y te sacrifiques en el cumplimiento de tu deber, efectivamente, te enfrentaras a las pruebas de Job y Dios te desposeyera de todos tus bienes hasta el extremo de que tu vida estuviera a punto de terminar, ¿qué harías? ¿Cómo asumirías la soberanía y las disposiciones de Dios? ¿Cómo deberías asumir tu deber? ¿Cómo deberías asumir lo que Dios te ha confiado? ¿Tienes la comprensión y la actitud correctas? ¿Es fácil responder a estas cuestiones? Este es un gran obstáculo que debéis afrontar” (La Palabra, Vol. VI. Sobre la búsqueda de la verdad 1. Qué significa perseguir la verdad (11)). Las palabras de Dios describían exactamente mi estado. Wang Hao había renunciado a todo y se había entregado a Dios durante muchos años, y también tenía un sentimiento de carga en su deber, pero ahora sufría una gran calamidad y estaba al borde de la muerte. Al ver esto, inmediatamente pensé en mí misma. Yo también había renunciado y me había esforzado durante años, y si corría la misma suerte que Wang Hao por mi fe en Dios, sufriendo un desastre en lugar de recibir bendiciones, ¿qué haría entonces? En mi corazón, me quejé contra Dios, y pensé: “¿Por qué Dios no recompensa a las personas que renuncian y se esfuerzan y, en cambio, les trae desastres sin piedad?”. La pasión con la que me había entregado a Dios antes desapareció en un instante. No quería buscar la verdad para resolver mis desviaciones y deficiencias en mi deber, y no me preocupé por mi trabajo de cultivar a la gente. Me opuse y antagonicé a Dios en mi corazón. Me quejé de Dios cuando Wang Hao sufrió una calamidad porque, desde que empecé a creer en Dios, lo hacía para recibir bendiciones y gracia. Ahora, al ver que Wang Hao sufría una calamidad en lugar de recibir estas cosas tras renunciar y esforzarse, inmediatamente ni siquiera quise cumplir con mi deber. Evité a Dios y me protegí de Él, oponiéndome y antagonizando. Mi creencia en Dios era similar a la de la gente en la religión; consistía en buscar el pan y saciar el hambre, y no en perseguir la verdad, cumplir el deber de un ser creado o satisfacer a Dios. Tampoco tenía verdadera fe ni sumisión a Dios, y no podía poner voluntariamente todo lo que tenía en manos de Dios y dejar que Él lo instrumentara y arreglara. El encuentro de Wang Hao con estas circunstancias reveló mis intenciones de ganar bendiciones y las ideas erróneas de mi búsqueda. Si no resolvía estos problemas, si sufría una calamidad y me enfrentaba a la muerte algún día, me quejaría y haría cosas que se resistieran y ofendieran a Dios. Si lo hiciera hasta un punto imperdonable, debería ser castigada. Al pensar en esto, sentí cierto temor. Quería buscar la verdad y resolver mis problemas lo antes posible.
Más tarde, leí un pasaje de las palabras de Dios: “Crees que eres diferente, que Dios te muestra un favor especial y que si Dios descarta o abandona a alguien, no será a ti. ¿Son correctas estas ideas? (No). ¿Por qué no lo son? (Porque no es objetivo pensar así). ¿Suponen estas palabras un auténtico conocimiento de Dios? ¿O acaso se trata de algo demasiado subjetivo y especulativo? Los que tienen estas ideas, ¿son personas que persiguen la verdad? (No). ¿Y pueden someterse sinceramente a Dios? (No). ¿Están preparados para aceptar el castigo, el juicio, las pruebas y la refinación de Dios, y hasta Sus maldiciones? (No). ¿Qué harán cuando el castigo y el juicio, las pruebas y la refinación de Dios les ocurran realmente? ¿Empezarán a tener nociones o a quejarse de Dios? ¿Sabrán aceptar estas cosas de parte de Dios y someterse sinceramente? (No). Como mínimo, les costaría, pues creen en Dios nada más que para aspirar a la gracia o para saciarse de pan. No saben que Dios también tiene ira y majestad y que el carácter de Dios no puede ofenderse. Dios trata a todos con justicia, y Su carácter respecto a todo ser creado es de compasión y amor, pero también de majestad e ira. En la forma que Dios trata a cada persona, la compasión, el amor, la majestad y la ira de Su carácter justo son inmutables. Dios nunca mostrará compasión y amor exclusivamente a algunas personas y solo majestad e ira a otras. Dios jamás lo hará porque es un Dios justo e imparcial con todos. Dios tiene compasión, amor, majestad e ira para todas las personas. Puede otorgarle gracia y bendiciones a la gente y darle protección. Al mismo tiempo, Dios también puede juzgarla y castigarla, maldecirla y quitarle todo lo que le ha dado. Dios puede darle a la gente, pero también puede quitarle todo. Este es el carácter de Dios y lo que Él debe hacer con todas las personas. Por tanto, si piensas: ‘Soy valioso a ojos de Dios, como la niña de Sus ojos. Él no soporta de ninguna manera la idea de castigarme y juzgarme, y no tendrá en absoluto el valor de quitarme todo lo que me ha dado para que no me apure y me aflija’, ¿no es una idea equivocada? ¿No es una noción acerca de Dios? (Sí). Así pues, antes de llegar a comprender estas verdades, ¿no piensas únicamente en gozar de la gracia, la compasión y el amor de Dios? En consecuencia, olvidas que Dios también tiene majestad e ira. Aunque digas de boquilla que Dios es justo y seas capaz de darle gracias y alabarlo cuando te muestra compasión y amor, siempre que Dios muestra majestad e ira al castigarte y juzgarte, te sientes muy molesto. ‘Ojalá no existiera un Dios así’, piensas. ‘Ojalá no fuera Dios quien hiciera esto; ojalá no fuera yo el objetivo de Dios; ojalá no fuera esta la intención de Dios; ojalá estas cosas se las hiciera a los demás. Ya que soy una persona bondadosa, no he hecho nada malo y he pagado un alto precio por creer en Dios muchos años, Dios no debería ser tan inmisericorde. Yo debería tener derecho y ser apto para gozar de la compasión y el amor de Dios, así como de Su gracia y Sus bendiciones abundantes. Dios no me juzgará ni me castigará, y tampoco tiene el valor de hacerlo’. ¿Es esta una ilusión equivocada? (Sí). ¿En qué sentido está equivocada? El error aquí es que tú no te consideras un ser creado, un integrante de la humanidad creada. Te equivocas al abstraerte de la humanidad creada y considerarte perteneciente a un grupo o clase especial de seres creados, lo que te otorga un estatus especial. ¿No es esto arrogante y sentencioso? ¿No es irracional? ¿Esto es ser una persona que se somete sinceramente a Dios? (No). En absoluto” (La Palabra, Vol. VI. Sobre la búsqueda de la verdad 1. Qué significa perseguir la verdad (11)). Reflexioné sobre mí misma. Tenía la noción de que Dios debía mostrar misericordia y amor a los que creen de verdad en Él y están dispuestos a renunciar y esforzarse, que debería recompensar a estas personas con gracia y bendiciones. Mientras tanto, cuando se trataba de esas personas malvadas y anticristos así como a los incrédulos y demonios que se resistieron y blasfemaron contra Él, Dios debía juzgarlos y maldecirlos severamente e infligirles un severo castigo. Por eso, cuando oí que Wang Hao había sufrido una calamidad y su supervivencia era incierta, mi corazón desarrolló nociones y creí que Dios era injusto. Pensé: “Wang Hao ha renunciado y se ha esforzado por Dios durante muchos años, siempre realiza deberes importantes en la iglesia y tiene un sentido de carga. Dios no debería permitir que una persona así sufriera una calamidad”. ¡Me sentía tan arrogante y sin razón! Pensé en Job, quien era perfecto a los ojos de Dios. Dios permitió que Satanás afligiera a Job, y lo perdió todo, con todo el cuerpo cubierto de llagas. Sin embargo, en medio de este desastre y dolor, Job mantuvo su fe y sumisión a Dios. Mantuvo firme su creencia de que todo lo que tiene el hombre viene de Dios. Dios puede recompensar al hombre y también despojarlo; el nombre de Dios debe ser alabado. Aunque lo que le ocurrió a Job fue una calamidad a los ojos del hombre, Dios usó este desastre para perfeccionar la fe y la sumisión de Job, revelando Su justicia y sabiduría. La calamidad que sufrió Wang Hao también fue una prueba para él y su familia. Cuando estaba en peligro de muerte, sus padres confiaron en que esta catástrofe estaba permitida por Dios, y pudieron someterse a Su soberanía y arreglos sin quejarse. Más tarde, cuando estuvo inconsciente más de 20 días después de su lesión se despertó milagrosamente. Vi que el carácter justo de Dios no era como yo lo imaginaba, que protegía continuamente a las personas que creían sinceramente en Él y no dejaba que sufrieran ningún desastre ni dolor. Dios usa desastres y pruebas para perfeccionar la fe y la sumisión de la gente hacia Él, y para que experimente y entienda Su autoridad y soberanía. Esta es una gracia y bendición especiales que Dios otorga a la gente. Sin embargo, yo estaba ciega y no entendía la obra de Dios. Incluso le exigía que no permitiera que Wang Hao sufriera calamidades, o de lo contrario me quejaría de que Él era injusto. Realmente era demasiado arrogante e ignorante. Basándome en este tipo de comprensión, si sufriera un desastre, me quejaría contra Dios, lo juzgaría, me resistiría a Él y ofendería Su carácter. Me di cuenta de que mi problema era muy serio y que necesitaba con urgencia buscar la verdad para resolverlo.
Más tarde, durante mis devociones espirituales, leí estas palabras de Dios: “Los anticristos no tratan a las palabras de Dios con una actitud de aceptación y sumisión, por lo que claramente no pueden tener una actitud de aceptación de la verdad ante el requisito, según Sus palabras, de que los humanos deben cumplir su deber de seres creados. […] Entonces, ¿qué los lleva a cumplir con su deber? Todo el mundo debe llevar cuenta de esto en su corazón, y debe haber algunas historias específicas dentro de esa cuenta. ¿Qué aspecto tiene esta cuenta en el corazón de un anticristo, entonces? Él hace cálculos muy finos, rigurosos, precisos y cuidadosos, así que no es una cuenta atolondrada. Cuando decide cumplir con su deber, antes calcula: ‘Si voy a llevar a cabo mi deber ahora, tendré que renunciar al placer de estar con mi familia y renunciar a mi trayectoria profesional y a mis posibilidades mundanas. Si dejo estas cosas para cumplir con mi deber, ¿qué puedo ganar? Las palabras de dios dicen que, en esta última etapa, aquellos que puedan conocer a dios, que puedan cumplir su deber en la casa de dios y que permanezcan al final serán los que ganen grandes bendiciones. Dado que las palabras de dios lo dicen, supongo que él lo puede hacer y lograr de acuerdo con estas palabras. Además, ¡dios les hace muchas promesas a estas personas capaces de cumplir con su deber y de esforzarse por él!’. Mediante el estudio de las palabras de Dios, analiza muchas de las promesas que Él les hizo en la era final a las personas que llevan a cabo su deber, y esto, sumado a sus figuraciones personales y a todas las nociones surgidas de su propio análisis y el escrutinio de dichas palabras, genera en él un profundo interés en el cumplimiento de su deber y un impulso de llevarlo a cabo. Entonces va a orar ante Dios y hace promesas y juramentos solemnes proclamando su voluntad de renunciar a todo y de gastarse por completo para Él, de dedicarle a Él esta vida y de renunciar a toda la felicidad y las posibilidades de la carne. Aunque ora de esta manera y todas sus palabras parecen correctas, solo él y Dios conocen lo que piensa en el fondo. Sus oraciones y su resolución parecen puras, como si solo estuviese haciendo esto para cumplir con la comisión de Dios, para cumplir su deber y satisfacer las intenciones de Dios, pero, en lo profundo de su corazón, está calculando cómo puede obtener bendiciones y conseguir las cosas que desea mediante el cumplimiento de su deber, y qué puede hacer para que Dios vea todo lo que ha pagado e impresionarlo profundamente con esto y con lo que ha hecho, para que Él conmemore sus acciones y finalmente le conceda las posibilidades y las bendiciones que desea. […] ¿Qué intención tienen los anticristos al cumplir con su deber? Hacer un trato y llevar a cabo un intercambio. Cabría decir que estas son las condiciones que fijan para llevar a cabo su deber: ‘Si cumplo con mi deber, debo obtener bendiciones y alcanzar un buen destino. Debo obtener todas las bendiciones y los beneficios que dios ha dicho que están reservados para el género humano. En caso de no poder obtenerlos, no cumpliré con este deber’. Acuden a la casa de Dios para llevar a cabo su deber con esas intenciones, ambiciones y deseos. Parece como si tuviesen cierta sinceridad y, por supuesto, en el caso de nuevos creyentes que acaban de empezar a llevar a cabo su deber, también puede describirse como entusiasmo. Sin embargo, esto carece de fe genuina o de lealtad; solo hay un cierto grado de entusiasmo, no se puede calificar de sinceridad. A juzgar por esta actitud de los anticristos ante el cumplimiento de su deber, se trata de algo completamente transaccional y lleno de sus deseos de beneficios, tales como ganar bendiciones, entrar en el reino de los cielos, obtener una corona y recibir recompensas” (La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 9 (VII)). Dios puso al descubierto que, sin importar lo que hagan los anticristos, siempre lo relacionan con obtener bendiciones y con sus perspectivas y destino. Este también era mi estado. Después de empezar a creer en Dios, pude renunciar y esforzarme un poco porque vi en las palabras de Dios que, en los últimos días, Él salvaría a la gente y la llevaría a un buen destino. Pensé que no podía desaprovechar una oportunidad tan buena, así que cumplí activamente con mi deber, preparando buenas obras para obtener bendiciones en el futuro. Más tarde, mi esposo me persiguió y se interpuso en el camino de mi fe en Dios. Al elegir entre Dios y mi matrimonio y familia, pensé: “Si elijo a mi familia, aunque podré disfrutar de una vida cómoda, los placeres de la carne son temporales. Mientras tanto, las personas que se esfuerzan sinceramente por Dios pueden obtener bendiciones aún mayores de Él. Estas bendiciones son eternas, y si pierdo esta oportunidad, no las recibiré”. Después de pensarlo, al final opté decididamente por seguir a Dios y cumplir con mi deber. Especialmente durante el brote de coronavirus en los últimos años, un gran número de personas murieron en medio de la calamidad. Los que no creían en Dios y se resistían a Él podían ser destruidos por la gran calamidad en cualquier momento. Mientras tanto, yo me afanaba en cumplir con mi deber cada día y, a pesar de lo mucho que se propagó el coronavirus, no me infecté. Al ver que Dios me estaba protegiendo, me volví más enérgica al hacer mi deber, y por muy agotada que estuviera mi carne, perseveré. Pensé que hacer todo esto significaba que era leal a Dios y que, sin duda, recibiría Sus bendiciones en el futuro. Sin embargo, el accidente de Wang Hao no se ajustaba a mis nociones y puso al descubierto mis intenciones. Creía que, ya que Wang Hao había renunciado a todo y se había entregado a Dios, Él no debería permitir que sufriera desastres. Incluso si lo hiciera, Dios debería asegurarse de que permaneciera sano y salvo, para que todos vieran que Él protegería y bendeciría a los que se esforzaran sinceramente por Él. De este modo, tendría la garantía de recibir bendiciones si renunciaba y me esforzaba durante muchos años. Pero cuando pasaron muchos días y supe que Wang Hao seguía en coma, empecé a decepcionarme de Dios. Aparte de culpar a Dios, también me quejé en mi corazón de que esto no era justo para Wang Hao. Incluso me arrepentí de renunciar y esforzarme, y no quise hacer mi deber. Al renunciar y esforzarme, no estaba cumpliendo con la responsabilidad y obligación de un ser creado, sino haciendo un intercambio con Dios para obtener gracia y bendiciones. Pensé que el hecho de que Pablo renunciara a sí mismo y se sacrificara era para obtener recompensas y una corona. Así, al final dijo como algo natural: “He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, he guardado la fe. En el futuro me está reservada la corona de justicia” (2 Timoteo 4:7-8). Ahora, veo que mis ideas en la búsqueda al creer en Dios eran las mismas que las de Pablo. No creía en perseguir la verdad, cumplir con mi deber o satisfacer a Dios. Más bien, estaba usando mi renuncia y esfuerzo para exigir a Dios buenas bendiciones. Esto estaba lleno de intereses y transacciones. Esta forma de esforzarme no era sincera ni leal a Dios, sino una forma de engañarlo y usarlo. ¡En verdad, era demasiado falsa, demasiado perversa! Ahora, la calamidad era cada vez mayor. Si no perseguía la verdad como es debido, corregía mis búsquedas equivocadas y resolvía mi carácter corrupto, me resistiría y traicionaría a Dios cuando encontrara cosas que no se ajustaran a mis nociones en el futuro y, al final, solo me perdería en medio de la gran calamidad y sería castigada.
Después, solía pensar: “¿Cómo debo practicar para cumplir mi deber como ser creado?”. Un día, vi un pasaje de las palabras de Dios que me dio ánimo. Dios dice: “Independientemente del deber que desempeñe uno, se trata de lo más correcto, lo más bello y recto que podrían hacer entre la especie humana. Como seres creados, las personas deben ejecutar su deber y, solo entonces, pueden recibir la aprobación del Creador. Los seres creados viven bajo el dominio del Creador y aceptan todo lo que Dios provee, todo lo que viene de Él, así que deben cumplir con sus responsabilidades y obligaciones. Esto es perfectamente natural y está totalmente justificado, y ha sido ordenado por Dios. Esto evidencia que, para la gente, cumplir con el deber de un ser creado es más recto, hermoso y noble que ninguna otra cosa que se haga mientras se viva en la tierra; no hay nada en el género humano más importante ni digno y nada aporta mayor sentido y valor a la vida de una persona creada que cumplir con el deber de un ser creado. En la tierra, solo el grupo de personas que cumplen verdadera y sinceramente el deber de un ser creado es el que se somete al Creador. Este grupo no sigue las tendencias mundanas; se someten al liderazgo y la guía de Dios, solo escuchan las palabras del Creador, aceptan las verdades expresadas por Él y viven por Sus palabras. Este es el testimonio más auténtico y rotundo y es el mejor testimonio de creencia en Dios. Para un ser creado, poder cumplir con su deber como tal, poder satisfacer al Creador, es lo más hermoso que hay entre los seres humanos y algo que estos deben difundir como una historia que todos elogien. Cualquier cosa que el Creador encomiende a los seres creados debe ser aceptada incondicionalmente por ellos; para la especie humana es una cuestión tanto de felicidad como de privilegio y, para todo aquel que cumpla con el deber de un ser creado, nada es más hermoso ni digno de conmemoración; es algo positivo. […] Como tal, cuando se presenta ante el Creador, debe cumplir con su deber. Es algo muy correcto y deben cumplir con esa responsabilidad. Sobre la base de que los seres creados cumplen con sus deberes, el Creador ha realizado una obra aún mayor entre los seres humanos, y ha llevado a cabo una etapa más de la obra sobre las personas. ¿Y qué obra es esa? Proporciona la verdad a la especie humana, permitiéndole recibirla de Él mientras cumple con su deber, para así deshacerse de su carácter corrupto y ser purificada. Así, satisface las intenciones de Dios y se embarca en la senda correcta de la vida, y al final, es capaz de temer a Dios y evitar el mal, conseguir la salvación completa y dejar de estar sujeta a las aflicciones de Satanás. Este es el objetivo que Dios desearía que la especie humana consiguiera al final al cumplir sus deberes” (La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 9 (VII)). Al meditar sobre las palabras de Dios, entendí un poco el deber y la responsabilidad de un ser creado. En una época en la que toda la humanidad procura divertirse en la búsqueda de tendencias mundanas, tengo la oportunidad de oír la voz de Dios, aceptar el riego y la provisión de Sus palabras, y comprender muchas verdades que antes no comprendía es gracia de Dios y un favor especial para mí. Cumplir con mi deber ante el Creador es tan natural y justificado como lo es para un hijo cumplir con sus responsabilidades ante sus padres. Que pueda cumplir con mi responsabilidad según las exigencias de Dios es algo que Él aprueba y es lo más significativo. Al igual que Noé, construir el arca según las exigencias de Dios era ser considerado con las intenciones de Dios, completar Su comisión y asegurarse de que Su obra pudiera avanzar sin problemas. Sin embargo, yo era demasiado egoísta y despreciable. Dejé que el deseo de bendiciones se me subiera a la cabeza, al querer hacer transacciones con Dios tras renunciar y esforzarme un poco, y obtener un buen destino y recompensas del cielo a cambio de mis acciones. Esta forma de esforzarme estaba llena de intereses y transacciones, algo que Dios detesta y condena. Si creía así hasta el final, no había forma de que recibiera la aprobación y las bendiciones de Dios. Al reconocer esto, sentí remordimientos y me reproché a mí misma. También me odiaba y me detestaba por tener tales búsquedas. Solo era un ser creado y gastarme era algo que debía hacer; era mi responsabilidad. ¿Qué calificaciones tenía para exigir bendiciones y recompensas de Dios? Desde entonces, he estado decidida a perseguir la verdad como es debido y centrarme en perseguir el cambio de carácter mientras cumplo con mi deber. No importaba si obtenía bendiciones o sufría desgracias, pondría todo en las manos de Dios, confiaría en Su instrumentación y arreglos, y cumpliría con mi deber según Sus exigencias. Esto es la base y el valor de la vida. Después de entender esto, ya no me preocupaban ni me inquietaban los resultados ni mi destino en el futuro. Mi corazón se sentía mucho más ligero y liberado.
Antes, siempre tenía miedo de sufrir una calamidad y pruebas y tribulaciones. Pensaba que eso era algo malo. Ahora, entiendo que si uno puede tener verdadera fe y sumisión a Dios cuando enfrenta desastres y puede mantener su lealtad y testimonio ante Dios, esto lo perfeccionará y le dará bendiciones a través del desastre. Como en el caso de Job, quien mantuvo su fe y sumisión a Dios a pesar de pruebas y desastres, y recibió la aprobación y las bendiciones de Dios. No solo se duplicaron todas sus posesiones materiales, sino que Dios también se le reveló, haciendo que este tuviera la suerte de ver a Dios. A primera vista, parecía que Job había sufrido un desastre en ese entonces, una privación despiadada, pero en realidad, era una bendición de Dios. Mientras tanto, la esposa de Job era diferente. Cuando Job enfrentó desastres y pruebas, ella le dijo que negara y rechazara a Dios, y se convirtió en un ejemplo de humillación. De esto se desprende que ante el desastre las personas que creen sinceramente en Dios y persiguen la verdad se perfeccionan, mientras que las que no persiguen la verdad y solo buscan bendiciones son reveladas, condenadas y descartadas. Algunas personas están controladas por las intenciones de obtener bendiciones. En apariencia, pueden renunciar y esforzarse un poco, asumiendo responsabilidades importantes en la casa de Dios. Sin embargo, cuando el Partido Comunista las detiene y persigue, y amenaza sus vidas e intereses, reniegan y traicionan a Dios y se convierten en Judas, perdiendo por completo la oportunidad de salvarse. Mientras tanto, otros hermanos y hermanas también sufren las detenciones y torturas del Partido Comunista, y siguen manteniendo su fe y sumisión a Dios. Se comprometen a dar su vida antes de convertirse en Judas y traicionarlo. Estas personas tienen testimonio y han ganado bendiciones a través del desastre. Tras entender esto, cuando el cumplimiento de mi deber se relacionaba con mis perspectivas y mi destino, pude desprenderme conscientemente de mi intención de obtener bendiciones y solo quería cumplir con mi deber como ser creado y someterme a la instrumentación y los arreglos de Dios. El hecho de que Wang Hao sufriera un desastre me reveló, pero también fue la salvación y la protección de Dios para mí. Me dio la oportunidad de equiparme de antemano con este aspecto de la verdad para no fracasar ni caer cuando me enfrentara a las pruebas. Vi que la salvación del hombre por parte de Dios era muy práctica. Ahora entiendo en cierta medida mis intenciones e impurezas al cumplir con mi deber durante estos años. También entiendo que perseguir y obtener la verdad es más valioso que cualquier cantidad de gracia. En la actualidad, lo más importante es centrarme en perseguir la verdad y cambiar mi carácter corrupto mientras cumplo con mi deber. En cuanto a si puedo ganar bendiciones al final, eso lo instrumentará Dios.
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