3. La luz del juicio
“Dios inspecciona toda la tierra y manda sobre todas las cosas y contempla todas las palabras y acciones del hombre. Su gestión es conducida con pasos mesurados, y de acuerdo con Su plan, silenciosamente y sin un efecto dramático, pero Sus pasos avanzan cada vez más cerca de la humanidad, y Su tribunal se despliega en el universo a la velocidad de la luz, tras lo cual su trono desciende inmediatamente en mitad de nosotros. ¡Qué escena tan majestuosa es esta; qué cuadro tan imponente y solemne! Como una paloma, como un león rugiente, el Espíritu viene entre todos nosotros. Es sabiduría, es justicia y majestad, Es sabiduría, es justicia y majestad, y Él llega entre nosotros subrepticiamente, blandiendo autoridad y lleno de amor y misericordia. Es sabiduría, es justicia y majestad, Es sabiduría, es justicia y majestad, y Él llega entre nosotros subrepticiamente, blandiendo autoridad y lleno de amor y misericordia” (“Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”). cantar este himno de la palabra de Dios me recuerda cuando creía antes en el Señor Jesús. El pastor y los ancianos siempre decían que Dios nos juzgará en los últimos días desde un gran escritorio en el cielo, que el Señor Jesús estará sentado en un gran trono blanco donde Él juzgará a la gente según lo que hayamos hecho, recompensando a los buenos y castigando a los malos. Siempre creí eso. No fue hasta que leí la palabra de Dios Todopoderoso y estudié Su obra de los últimos días cuando realmente desperté y vi que todo eran nociones e imaginaciones humanas. De hecho, Dios ya ha llegado entre la humanidad para expresar verdades para Su juicio de los últimos días y el juicio ante el tribunal de Cristo empezó hace mucho tiempo.
Estábamos en 2015 y había sido creyente durante más de 20 años. En octubre de ese año, mis colegas me animaron a empezar a utilizar Facebook para encontrar amigos y chatear. Cuando tenía tiempo, miraba los mensajes escritos por hermanos y hermanas, y me gustaba y compartía todo lo que veía que me parecía atractivo. Un día, en febrero de 2016, estaba navegando por Facebook, como de costumbre, cuando descubrí un grupo que estaba comentando el juicio de Dios de los últimos días. Todo el mundo tenía algo diferente que decir. Alguien dijo que ellos no sabían qué era el juicio, por lo que no se atrevían a hablar a la ligera, y que no podíamos especular sobre las futuras acciones de Dios. Otra persona mencionó Salmos 75:2: “Cuando yo escoja el tiempo oportuno, seré yo quien juzgará con equidad”. Decían que eso significa que Dios tiene un registro de lo que ha hecho todo el mundo y que cuando el Señor Jesús juzgue a la gente en los últimos días, lo mostrará a todos como si fuera una película, por lo que tenemos que portarnos bien, ser honrados y no hacer nunca el mal, y así Dios no nos enviará al infierno. Otra persona dijo que, basándose en lo que dice el Apocalipsis, cuando Dios nos juzgue en los últimos días, lo hará desde un gran trono blanco en el cielo donde el Señor Jesús instalará un gran escritorio, se sentará en él y abrirá un libro sobre la vida de cada persona, y entonces los juzgará uno por uno según lo que hayan hecho. Los que hayan hecho el bien serán llevados al reino de Dios mientras que los que hayan hecho el mal serán enviados al infierno. Después de leer todos estos mensajes empecé a esbozar mentalmente todas esas ideas del Señor Jesús juzgando a la gente en los últimos días. El Señor Jesús se sentará en un gran trono blanco en el cielo con la gente arrodillándose ante Él para ser juzgada. El Señor Jesús decidirá si la gente va al cielo o al infierno dependiendo de cuánto bien y cuánto mal hayan hecho. Había creído en el Señor durante más de 20 años y lo había seguido y difundido el evangelio con entusiasmo, y había trabajado duro para vivir de acuerdo a Sus enseñanzas. Me imaginé que Él definitivamente vería mi sinceridad y que me llevaría a Su reino.
Seguí pensando sobre ello y se me ocurrió que podía buscar “juicio” en línea y ver qué aparecería. Descubrí esto en mi búsqueda: “El castigo y el juicio de Dios son la luz de la salvación del hombre”. Esto llamó inmediatamente mi atención. Hice clic en el enlace, emocionada por ver qué había allí. Resultó ser un hermoso himno que invitaba a la reflexión: “En su vida, si el hombre quiere ser limpiado y lograr cambios en su carácter, si quiere vivir una vida que tenga sentido y cumplir su deber como criatura, entonces debe aceptar el castigo y el juicio de Dios, y no debe dejar que se aparten de él la disciplina de Dios ni Sus azotes, para que se pueda liberar de la manipulación y la influencia de Satanás y pueda vivir en la luz de Dios. Sabe que el castigo y el juicio de Dios son la luz, y la luz de la salvación del hombre, y que no hay mejor bendición, gracia o protección para el hombre” (“Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”). La letra despertó mi curiosidad. Decía que el juicio y el castigo de Dios son la luz de la salvación del hombre, que son la mejor protección y la mayor gracia para nosotros. Me pregunté qué significaba eso. También decía que para que seamos purificados y vivamos una vida significativa hemos de aceptar el juicio y castigo de Dios. Reflexionar sobre esto me trajo algunas preguntas a la mente: ¿Acaso el juicio no determina solo nuestro final? ¿Cómo podría ser la luz de nuestra salvación? Nunca había oído eso antes. Esa clase de juicio era diferente de lo que consideraba un juicio, pero tenía la vaga sensación de que no era tan simple como suponía. Busqué la fuente del himno y descubrí que era de la Iglesia de Dios Todopoderoso. Fui a su sitio web. Tenía un diseño interesante y una gran variedad de contenido. Vi toda clase de libros, himnos de alabanza a Dios, y películas evangélicas y otros vídeos, así como testimonios escritos. Primero fui a la sección de libros donde vi algunos títulos como El juicio empieza por la casa de Dios y Testimonios de experiencias ante el trono del juicio de Cristo. Los dos mencionaban la palabra “juicio”. En Testimonios de experiencias ante el trono del juicio de Cristo había muchos artículos sobre el juicio, como “Transformación a través del juicio” y “El juicio es la luz.” Leí unos cuantos artículos y todos ellos trataban de cómo los cristianos experimentaban el juicio de las palabras de Dios y cómo cambiaban así sus puntos de vista sobre la fe y sus actitudes corruptas. Leer esto me dio aún más curiosidad. Me pregunté: “¿Es posible que el juicio no sea una condena ni determine nuestro final, sino que sea salvación? ¿Qué significa ‘El castigo y el juicio de Dios son la luz de la salvación del hombre’?” Estos libros sobre el juicio parecían resultar muy útiles y quería leerlos detenidamente. Pero ya era hora de ir al trabajo, por lo que tuve que apagar el ordenador e irme. Pero en todo el día no pude dejar de pensar en el sitio web de la Iglesia de Dios Todopoderoso, en especial “El castigo y el juicio de Dios son la luz de la salvación del hombre”. Sencillamente, no lograba comprender lo que el juicio significaba realmente allí.
Al regresar a casa por la noche, volví a ese sitio web y busqué la palabra “juicio”. Entonces leí “Cristo hace la obra del juicio con la verdad”. Allí había un fragmento que realmente me conmovió. “En el juicio que comienza en la casa de Dios del que se habló en tiempos pasados, el ‘juicio’ de estas palabras se refiere al juicio que Dios pronuncia hoy sobre aquellos que vienen ante Su trono en los últimos días. Tal vez hay quienes creen en imaginaciones sobrenaturales, como que cuando hayan llegado los últimos días, Dios erigirá una gran mesa en los cielos sobre la cual se extenderá un mantel blanco y, luego, sentado en un gran trono con todos los hombres de rodillas en el suelo, Él revelará los pecados de cada hombre y así determinará si van a ascender al cielo o a ser enviados al lago de fuego y azufre. No importa lo que imagine el hombre, no puede alterar la esencia de la obra de Dios. Las imaginaciones del hombre no son sino los constructos de sus pensamientos; provienen del cerebro del hombre, resumidas y juntadas a partir de lo que el hombre ha visto y oído. Digo, por lo tanto, que por más brillantes que sean las imágenes concebidas, no son más que representaciones y no pueden sustituir el plan de la obra de Dios. El hombre, a fin de cuentas, ha sido corrompido por Satanás, así que, ¿cómo podría comprender los pensamientos de Dios? El hombre concibe la obra de juicio por parte de Dios como algo fantástico. Cree que, puesto que es Dios mismo quien hace la obra de juicio, entonces esta obra debe ser de la más colosal escala e incomprensible para los mortales, y debe resonar a través de los cielos y sacudir la tierra; si no, ¿cómo podría ser la obra del juicio de Dios? Cree que como esta es la obra del juicio, entonces Dios debe ser particularmente imponente y majestuoso a medida que obra, y los que están siendo juzgados deben gritar con lágrimas y suplicar misericordia de rodillas. Tales escenas serían ciertamente espectaculares, y profundamente emotivas… Todos imaginan que la obra del juicio de Dios debe ser milagrosa. ¿Sabes, sin embargo, que en el momento que Dios ha comenzado hace tiempo Su obra de juicio entre los hombres, permaneces acurrucado en un sueño letárgico? ¿Que en el momento que creas que la obra del juicio de Dios ha comenzado formalmente, Dios ya habrá hecho de nuevo el cielo y la tierra? En ese momento, tal vez solo habrás acabado de entender el significado de la vida, pero la implacable obra de castigo de Dios te llevará, todavía profundamente dormido, al infierno. Solo entonces te darás cuenta repentinamente de que la obra del juicio de Dios ya habrá concluido” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Cristo hace la obra del juicio con la verdad). Leer esto me dejó sorprendida. Mis arraigadas ideas y perspectivas exactas sobre el juicio de Dios de los últimos días quedaron reveladas muy claramente. ¿Era realmente mi creencia de que Dios realizaría un juicio en el cielo tan solo un pensamiento sobrenatural? También decía que la obra del juicio de Dios de los últimos días ya había comenzado y estaba a punto de finalizar, y advertía a la gente que buscase la aparición de Dios inmediatamente. Me pregunté: “¿Podría ser esta la voz de Dios?” Eso me dejó totalmente turbada y quise resolverlo inmediatamente. Y así envié un mensaje a través de la función de chat de la Iglesia de Dios Todopoderoso y les dije que estaba interesada en el juicio de Dios de los últimos días. Me sorprendió recibir una respuesta muy rápidamente y la hermana Liu y la hermana Li de la Iglesia se incorporaron al chat.
Después de una rápida presentación, compartí mi confusión con ellas. Les dije: “Según el Apocalipsis, Dios estará en el cielo en un gran trono blanco para llevar a cabo Su juicio en los últimos días, pero en ‘Cristo hace la obra de juicio con la verdad’ dice que eso es solamente una noción humana y que la obra de juicio de Dios de los últimos días ya ha comenzado. ¿Qué quiere decir todo esto?”.
La hermana Liu contestó con esta enseñanza: “Lo que dice en el Apocalipsis acerca de que Juan vio un gran trono blanco en el cielo de la isla de Patmos fue sólo una visión, una profecía sobre el juicio de Dios en los últimos días. No es algo que realmente sucederá. Es decir, nadie puede saber ni determinar exactamente cómo Dios hará Su obra de juicio antes de que Él la haga. Solo lo podremos saber una vez que la profecía se haya cumplido”. También dijo que hay muchas profecías en la Biblia sobre la obra de juicio, como en Apocalipsis 14:6–7: “Y vi volar en medio del cielo a otro ángel que tenía un evangelio eterno para anunciarlo a los que moran en la tierra, y a toda nación, tribu, lengua y pueblo, diciendo a gran voz: Temed a Dios y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado”. También en Juan 9:39: “Yo vine a este mundo para juicio; para que los que no ven, vean”. Dijo que estos versículos que dicen “que tenía un evangelio eterno para anunciarlo a los que moran en la tierra” y “Yo vine a este mundo para juicio” demuestran que Dios definitivamente vendrá a la tierra y hará Su obra de juicio aquí en los últimos días. También mencionó a Juan 5:22. El Señor Jesús dijo: “Porque ni aun el Padre juzga a nadie, sino que todo juicio se lo ha confiado al Hijo”. Y el versículo 27: “y le dio autoridad para ejecutar juicio, porque es el Hijo del Hombre” (Juan 5:27). Además, 1 Pedro 4:17 dice: “Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios”. Dijo: “Estos versículos dicen que el juicio será hecho por el Hijo. Cualquier referencia al Hijo o al Hijo del hombre significa que Él ha nacido del hombre y que tiene humanidad normal. No llamaríamos Hijo del hombre al Espíritu de Dios. Por tanto, esto es prueba suficiente de que Dios hace la obra de juicio de los últimos días en la carne como el Hijo del hombre. También está escrito que el juicio empieza por la casa de Dios. Es decir, que la obra de juicio de Dios de los últimos días empieza con los creyentes”.
Quedé pasmada en ese punto y pensé: “He sido creyente todos estos años y había leído antes estos versículos de Biblia que menciona. ¿Por qué nunca he llegado a notar que Dios se encarnará como el Hijo del hombre para hacer Su obra de juicio en la tierra? Solo me he guiado por la visión de Juan en la isla de Patmos, imaginando que así sería cómo Dios llevaría a cabo Su juicio mientras pasaba por alto los demás versículos sobre el juicio. He tenido una comprensión muy limitada”. Mientras revisaba estos versículos, reflexionaba sobre la enseñanza de la hermana Liu.
En ese preciso instante, oí que la hermana Li proseguía la enseñanza: “Dios Todopoderoso hace la obra de juicio de los últimos días para purificar y salvar a la humanidad al mismo tiempo que también revela los resultados de todo el mundo y nos clasifica por clases. Este es el juicio ante el gran trono blanco de los últimos días y esto cumple completamente esas profecías bíblicas”. Dijo: “Dios encarnado expresa la verdad y hace la obra de juicio de los últimos días principalmente para crear un grupo de vencedores antes de los desastres. Quienes realmente anhelan la aparición de Dios de todas las denominaciones leen las palabras de Dios Todopoderoso y ven que son la verdad, que son la voz de Dios, y se vuelven hacia Dios Todopoderoso. Son las vírgenes prudentes que son llevadas ante el trono de Dios donde serán juzgadas y purificadas a través de la palabra de Dios” “Cuando se crea un grupo de vencedores Dios empezará a lanzar grandes desastres y recompensará el bien y castigará el mal, aniquilando por completo a los malvados que se resistan locamente a Dios. Será entonces cuando la obra del juicio de Dios de los últimos días llegará totalmente a su fin”. Entonces añadió: “Los desastres son cada vez peores y las cuatro lunas de sangre ya han aparecido. Ha habido langostas, inundaciones, sequías, hambrunas y plagas. Los grandes desastres están muy cerca. Cuando lleguen, todos los que hayan hecho el mal y sean enemigos de Dios y todos los que pertenezcan a Satanás serán destruidos. Quienes hayan aceptado el juicio de la palabra de Dios y hayan sido purificados serán protegidos y sobrevivirán y serán llevados al reino de Dios. ¿No es precisamente el juicio de los últimos días ante el gran trono blanco?”
Escuchar su enseñanza fue muy enriquecedor para mí. Me di cuenta de que Dios Todopoderoso expresando la verdad para hacer la obra del juicio es el juicio del gran trono blanco de los últimos días. Pero mi confusión no quedó resuelta del todo. Decían que Dios expresa la verdad y realiza la obra de juicio en los últimos días para purificar y salvar a la humanidad. Pero yo creía que “El Señor ya nos ha perdonado nuestros pecados y no nos ve más como pecadores. ¿Por qué Dios todavía necesita purificar y salvar a la humanidad con la obra de juicio de los últimos días?”. Le planteé esa pregunta a las hermanas, quienes leyeron dos fragmentos más de la palabra de Dios Todopoderoso: “Aunque Jesús hizo mucha obra entre los hombres, sólo completó la redención de toda la humanidad y se convirtió en la ofrenda por el pecado del hombre; no lo libró de la totalidad de su carácter corrupto. Salvar al hombre totalmente de la influencia de Satanás no sólo requirió que Jesús se convirtiera en la ofrenda por el pecado y cargara con los pecados del hombre, sino también que Dios realizara una obra incluso mayor para librar completamente al hombre de su carácter satánicamente corrompido. Y, así, ahora que el hombre ha sido perdonado de sus pecados, Dios ha vuelto a la carne para guiar al hombre a la nueva era, y comenzó la obra de castigo y juicio. Esta obra ha llevado al hombre a una esfera más elevada. Todos los que se someten bajo Su dominio disfrutarán una verdad más elevada y recibirán mayores bendiciones. Vivirán realmente en la luz, y obtendrán la verdad, el camino y la vida” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Prefacio). “Tú sólo sabes que Jesús descenderá durante los últimos días, pero ¿cómo lo hará exactamente? Un pecador como vosotros, que acaba de ser redimido y que no ha sido cambiado ni perfeccionado por Dios, ¿puede ser conforme al corazón de Dios? Para ti, que aún eres del viejo ser, es cierto que Jesús te salvó y que no perteneces al pecado gracias a la salvación de Dios, pero esto no demuestra que no seas pecador ni impuro. ¿Cómo puedes ser santo si no has sido cambiado? En tu interior, estás cercado por la impureza, egoísta y miserable, pero sigues deseando descender con Jesús; ¡qué suerte tendrías! Te has saltado un paso en tu creencia en Dios: simplemente has sido redimido, pero no has sido cambiado. Para que seas conforme al corazón de Dios, Él debe realizar personalmente la obra de cambiarte y purificarte; si sólo eres redimido, serás incapaz de alcanzar la santidad. De esta forma no serás apto para participar en las buenas bendiciones de Dios, porque te has saltado un paso en la obra de Dios de gestionar al hombre, que es el paso clave del cambio y el perfeccionamiento. Tú, un pecador que acaba de ser redimido, eres, por tanto, incapaz heredar directamente la herencia de Dios” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Acerca de los apelativos y la identidad).
Después de leer esto, la hermana Li continuó su enseñanza: “En la Era de la Gracia, el Señor Jesús hizo la obra de redención, que consistía simplemente en perdonar los pecados de la humanidad. No resolvió nuestro carácter corrupto. Nuestros pecados son perdonados, y estamos salvados y justificados por nuestra fe en el Señor, lo cual quiere decir que no estamos condenados ni malditos por la ley, pero nuestra naturaleza satánica de pecar y resistirnos a Dios persiste. Nuestra naturaleza pecadora no ha sido desarraigada. Por esa razón todavía estamos atados a nuestra naturaleza pecadora y seguimos pecando y mintiendo. Algunas personas con algo de calibre y cualidades se vuelven arrogantes e inflexibles y solo porque pueden hacer un poco de trabajo, presumen, luchan por reputación y prestigio y conspiran. Parece como si trabajaran duro e hicieran sacrificios y dicen que lo hacen para amar y satisfacer a Dios, pero en realidad lo hacen para ser bendecidos, para ganarse una corona. Frente a la adversidad o las pruebas discuten con Dios y se vuelven contrariados o incluso dicen que Dios es injusto, y lo niegan y traicionan. ¿Cómo podría alguien así, que no puede escapar de su pecado, que siempre se opone y juzga a Dios, ser digno del reino de Dios? El Señor es santo: ‘La santidad, sin la cual nadie verá al Señor’ (Hebreos 12:14)”. “Por eso el Señor Jesús prometió que volvería. Dios Todopoderoso ha venido en los últimos días para obrar sobre la base de la redención del Señor Jesús. Expresa verdades y hace la obra del juicio de los últimos días para purificar y salvar al hombre de una vez por todas, para que podamos ser liberados de nuestros pecados y nuestro carácter corrupto, y ser completamente salvados y ganados por Dios”.
Eso realmente me parecía correcto. Aunque nuestros pecados son perdonados a través de nuestra fe, nuestra naturaleza pecadora no se ha resuelto. Pensé en la situación de nuestra iglesia. El pastor y los ancianos tan solo predicaban sobre la doctrina bíblica en los servicios, sin proveer ningún sustento para la vida y codiciaban el dinero y competían por el poder. Incluso formaban bandos, y se juzgaban y menospreciaban mutuamente. Los hermanos y hermanas se sentían débiles, y su fe y su amor estaban desvaneciéndose. Mucha gente iba en pos de tendencias mundanas y anhelaba los placeres de la carne. No podían separarse del pecado. También pensaba en cómo yo misma no podía dejar de mentir y pecar. No podía poner en práctica la palabra del Señor, y vivía en un estado de pecado y confesión. ¿Cómo podía entrar en el reino de Dios de esa forma? Necesitamos realmente a Dios para que vuelva y haga la obra de juzgarnos y purificarnos. Pregunté con interés a las hermanas: “¿Cómo Dios purifica y salva a la gente en los últimos días a través de Su juicio?”
Me leyeron otro fragmento de las palabras de Dios Todopoderoso: “Cristo usa una variedad de verdades para enseñar al hombre, para exponer la sustancia del hombre y para analizar minuciosamente sus palabras y acciones. Estas palabras comprenden verdades diversas tales como el deber del hombre, cómo el hombre debe obedecer a Dios, cómo debe ser leal a Dios, cómo debe vivir una humanidad normal, así como la sabiduría y el carácter de Dios, etc. Todas estas palabras están dirigidas a la sustancia del hombre y a su carácter corrupto. En particular, las palabras que exponen cómo el hombre desdeña a Dios se refieren a que el hombre es una personificación de Satanás y una fuerza enemiga contra Dios. Al emprender Su obra del juicio, Dios no aclara simplemente la naturaleza del hombre con unas pocas palabras; la expone, la trata y la poda a largo plazo. Estos métodos de exposición, de trato y poda no pueden ser sustituidos con palabras corrientes, sino con la verdad de la que el hombre carece por completo. Solo los métodos de este tipo pueden llamarse juicio; solo a través de este tipo de juicio puede el hombre ser doblegado y completamente convencido de la sumisión a Dios y, además, obtener un conocimiento verdadero de Dios. Lo que la obra de juicio propicia es el entendimiento del hombre sobre el verdadero rostro de Dios y la verdad sobre su propia rebeldía. La obra de juicio le permite al hombre obtener mucho entendimiento de la voluntad de Dios, del propósito de la obra de Dios y de los misterios que le son incomprensibles. También le permite al hombre reconocer y conocer su esencia corrupta y las raíces de su corrupción, así como descubrir su fealdad. Estos efectos son todos propiciados por la obra del juicio, porque la esencia de esta obra es, en realidad, la obra de abrir la verdad, el camino y la vida de Dios a todos aquellos que tengan fe en Él. Esta obra es la obra del juicio realizada por Dios. Si no consideras importantes estas verdades, si solo piensas en cómo evitarlas o cómo encontrar una nueva salida que no las involucre, entonces Yo digo que eres un grave pecador. Si tienes fe en Dios, pero no buscas la verdad ni la voluntad de Dios, ni amas el camino que te acerca a Dios, entonces Yo digo que eres alguien que está tratando de evadir el juicio y que eres un títere y un traidor que huye del gran trono blanco. Dios no perdonará a ninguno de los rebeldes que se escape de Su vista. Estos hombres recibirán un castigo aún más severo. Aquellos que vengan delante de Dios para ser juzgados y que, además, hayan sido purificados, vivirán para siempre en el reino de Dios. Por supuesto, esto es algo que pertenece al futuro” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Cristo hace la obra del juicio con la verdad).
La hermana Li prosiguió su enseñanza: “Dios Todopoderoso utiliza palabras para hacer la obra de juicio en los últimos días para purificar y salvar completamente a la humanidad. Expresa todas las verdades que la humanidad corrupta necesita comprender y entrar para ser purificada y salvada por completo. Dios Todopoderoso no solo expone la esencia y la verdad de la corrupción humana, sino también la raíz de toda la oscuridad y el mal del mundo. Su palabra no solo guía a la gente hacia el camino de la salvación y la liberación de la corrupción, sino que además revela abiertamente la voluntad de Dios y Sus requisitos para la humanidad. No solo revela los misterios del plan de gestión de 6.000 años de Dios, sino que además le cuenta a la gente sobre sus futuros desenlaces y destinos. La palabra de Dios Todopoderoso expone muy detalladamente la esencia de la corrupción humana, por lo que no podemos hacer otra cosa que convencernos”. También dijo: “Cuanto más experimentamos el juicio de la palabra de Dios, más vemos cuán profundamente Satanás ha corrompido a la humanidad. Cuando vemos completamente nuestras propias actitudes satánicas y la verdad de nuestra corrupción, vemos lo extremamente santo y justo que es Dios. Así nace en nuestro corazón la veneración y el amor a Dios y vemos realmente cuán corruptos y faltos de humanidad somos. Vemos que no somos dignos de vivir ante Dios. Entonces empezamos a odiarnos y ya no queremos seguir viviendo según nuestras actitudes satánicas. Nos sometemos voluntariamente al juicio de Dios, nos arrepentimos de verdad y cambiamos”. “Si no fuera por el juicio y la revelación de la palabra de Dios, ¿podría nuestra naturaleza satánica resolverse únicamente orando, confesando y tratando de controlarnos? ¿Podríamos huir de los grilletes del pecado?”. “No podemos huir del pecado, así que ¿cómo podemos arrepentirnos realmente y ser dignos de entrar en el reino de Dios? Por eso el juicio y el castigo de Dios son salvación. Son la luz de la salvación”. “Quienes no quieren aceptar el juicio de la palabra de Dios sucumbirán a los grandes desastres cuando lleguen, y llorarán y rechinarán los dientes”.
Al leer las palabras de Dios Todopoderoso y después de unos días de enseñanza de estas hermanas, ¡sabía dentro de mi corazón lo esencial que es el juicio de Dios Todopoderoso de los últimos días para purificar y salvar a la humanidad! No había experimentado el juicio y el castigo de la palabra de Dios hasta ese momento, pero a través de la enseñanza de las hermanas y los testimonios de otros, entendí que la obra del juicio de Dios Todopoderoso puede realmente cambiar y purificar a la gente, y eso es precisamente lo que necesitamos como humanidad corrupta. Siempre pensaba que, en los últimos días, Dios realizaría un juicio en el cielo desde un imponente gran trono blanco y los creyentes serían conducidos para encontrarse con el Señor. Eso sí que parece verdaderamente fantasioso. Ahora me he dado cuenta de que Dios se hace carne en los últimos días para realizar la obra del juicio en la tierra con Su palabra, purificando y salvando a todos los verdaderos creyentes. Solo entonces empleará los desastres para destruir a todos aquellos que se opongan a Él. ¡La obra del juicio de Dios es muy práctica! Leí mucho de la palabra de Dios Todopoderoso después de eso y he leído muchos misterios y verdades revelados en ella, como la verdad interna de las tres etapas de Su obra en las Eras de la Ley, de la Gracia y del Reino y lo que estas logran, cómo Satanás corrompe a la humanidad, cómo Dios nos salva y purifica con Su obra de juicio, cuál será el destino y el desenlace de todos, cómo se realiza el reino de Dios en la tierra, y más cosas. ¡Es muy revelador y enriquecedor! Ahora he experimentado lo que dijo Dios Todopoderoso: “La esencia de esta obra es, en realidad, la obra de abrir la verdad, el camino y la vida de Dios a todos aquellos que tengan fe en Él”. ¡Qué palabras más prácticas! He oído la voz de Dios en las palabras expresadas por Dios Todopoderoso y he venido ante el trono de Dios. Así, Dios me eleva y me demuestra Su bondad. ¡Gracias a Dios Todopoderoso!