Palabras diarias de Dios: La aparición y la obra de Dios | Fragmento 69

12 Mar 2021

Ninguno tiene fe en que verán Mi gloria, y Yo no los obligo a hacerlo. Muevo Mi gloria de entre esos hombres y la llevo a otro mundo. Cuando los hombres se arrepientan de nuevo, entonces mostraré Mi gloria a más hombres de fe. Este es el principio según el cual trabajo. Porque hay un momento en que Mi gloria dejará a Canaán, y también hay un momento en que Mi gloria dejará a los elegidos. Aún más, llegará el momento en que Mi gloria abandone la tierra entera, de tal manera que se vuelva sombría y se inmerja en la oscuridad. Incluso la tierra de Canaán no verá la luz del sol; todos los hombres perderán su fe, pero ninguno puede soportar dejar la fragancia de la tierra de Canaán. Sólo cuando Yo pase al nuevo cielo y la nueva tierra revelaré la otra parte de Mi gloria, primero en la tierra de Canaán, permitiendo que un rayo de luz brille en toda la tierra sumida en una oscuridad tan negra como la noche, y así toda la tierra vendrá a esa luz. Que todos los hombres por todo el mundo sean atraídos por el poder de la luz, permitiendo que Mi gloria aumente y se presente nuevamente ante todas las naciones. Que todos los hombres se den cuenta de que hace mucho tiempo que he venido a la tierra y hace tiempo he traído Mi gloria desde Israel hacia el Este; porque Mi gloria brilla desde el Este, a donde fue traída desde la Era de la Gracia hasta este día. Pero fue desde Israel de donde partí y de allí llegué al Este. Sólo cuando la luz del Este se vuelva progresivamente blanca, será cuando la oscuridad a través de la tierra comience a convertirse en luz, y sólo entonces será cuando el hombre se dé cuenta de que hace mucho tiempo Yo me fui de Israel y que estoy ascendiendo de nuevo en el Este. Una vez descendí a Israel y luego partí de allí. Por tal razón, no puedo nacer allí una vez más, porque Mi trabajo lidera a todo el universo y los relámpagos alumbran desde el Oriente al Occidente. Esta es la razón por la que he descendido en el Este y por la que he traído a Canaán a los hijos del Oriente. Deseo traer a la gente de todo el mundo a la tierra de Canaán, por tanto, sigo profiriendo Mi voz en la tierra de Canaán con el fin de controlar al universo entero. En este momento, no hay luz en toda la tierra, aparte de Canaán, y todos los hombres están en peligro de pasar hambre y frío. Di Mi gloria a Israel y luego la saqué de allí, trayendo a los israelitas al Este, y trayendo a todos los hombres al Este. Los he guiado a todos hacia la luz, para que puedan reunirse de nuevo y tengan asociación con ella, y ya no tengan que buscarla. Voy a permitir que todos los que están buscando la luz puedan verla de nuevo y vean la gloria que tuve en Israel; voy a dejarles ver que hace mucho tiempo descendí sobre una nube blanca entre los hombres, y que vean las innumerables nubes blancas y racimos de fruta, y más aún, que vean a Jehová Dios de Israel. Voy a permitir que vean al Maestro de los judíos, el tan esperado Mesías, y toda apariencia entera de Mí, quien he sido perseguido por los reyes a lo largo de los siglos. Llevaré a cabo la obra de todo el universo y realizaré una gran obra, revelando toda Mi gloria y todas Mis obras al hombre en los últimos días. Mostraré todo Mi rostro lleno de gloria a los que me han esperado por tantos años, a los que han anhelado verme venir sobre una nube blanca, a Israel que ha anhelado que Yo aparezca una vez más, y a toda la humanidad que me persigue, para que todos sepan que hace mucho tiempo Yo he alejado Mi gloria y la he llevado hacia el Este. ¡No es en Judea, porque los últimos días ya han llegado!

Por todo el universo estoy haciendo Mi trabajo, y en el Este, estallidos atronadores sucederán en una secuencia sin fin, sacudiendo a todas las denominaciones. Es Mi voz que ha traído a todos los hombres al presente. Dejo que sea Mi voz la que conquiste al hombre; todos caen dentro de esta corriente y todos se someten ante Mí, porque hace mucho tiempo he reclamado Mi gloria de toda la tierra y la he enviado de nuevo en el Este. ¿Quién no anhela ver Mi gloria? ¿Quién no espera ansiosamente Mi regreso? ¿Quién no tiene sed de Mi reaparición? ¿Quién no añora Mi belleza? ¿Quién no vendrá a la luz? ¿Quién no verá la riqueza de Canaán? ¿Quién no anhela el regreso del Redentor? ¿Quién no adora al Gran Todopoderoso? Mi voz debe difundirse sobre toda la tierra; deseo hablar más a Mi pueblo elegido. Las palabras que pronuncio agitan las montañas y los ríos como poderosos truenos; hablo a todo el universo y a la humanidad. De ahí que Mis palabras se conviertan en un tesoro para el hombre, y todos los hombres las estiman. Los relámpagos alumbran desde el Oriente hasta el Occidente. Mis palabras son tales que el hombre detesta renunciar a ellas y las encuentra insondables, pero lo que es más, el hombre se regocija en ellas. Como un bebé recién nacido, todos los hombres están contentos y alegres, celebrando Mi venida. A causa de Mi voz, traeré a todos los hombres ante Mí. A partir de ese instante, entraré formalmente entre los hombres para que ellos vengan a adorarme. La gloria que emano y Mis palabras causan que todos los hombres comparezcan ante Mí y vean que los relámpagos alumbran desde el Oriente, y que también he descendido sobre el “monte de los Olivos” del Oriente. Verán que por largo tiempo ya he estado en la tierra, ya no como el Hijo de los judíos, sino como el Rayo del Oriente. Porque hace ya mucho que he resucitado, que he desaparecido de entre los hombres, y luego reaparecido entre los hombres con gloria. Yo soy Aquel que ha sido adorado antes de todos los siglos, y el “niño” abandonado por los israelitas antes de todos los siglos. Más aún, ¡Yo soy el todo glorioso Dios Todopoderoso de la era presente! Que todos vengan ante Mi trono para ver Mi rostro glorioso, escuchar Mi voz, y ver Mis obras. Esto es la totalidad de Mi voluntad; es el fin y el clímax de Mi plan, y también el propósito de Mi gestión. ¡Que cada nación me adore, toda lengua me reconozca, cada hombre confíe en Mí, y toda la gente se someta a Mí!

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Los siete truenos retumban: profetiza que el evangelio del reino se extenderá por todo el universo

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