Ⅰ

Los hermanos y hermanas cantamos una nueva canción

y nos sentimos muy libres y felices.

Vemos la justicia de Dios en Su castigo

y lo alabamos desde lo más profundo de nuestro corazón.

Los hermanos y hermanas debemos regocijarnos, saltar de alegría

y agradecer a Dios por Su juicio y castigo,

que nos ha purificado y convertido en personas nuevas.

Todos los hermanos y hermanas venimos a alabar a Dios,

venimos a alabar a Dios Todopoderoso,

que ha conquistado, salvado y ganado a un grupo de personas,

salvado y ganado a un grupo de personas.

Ⅱ

Los hermanos y hermanas cantamos una nueva canción

para alabar la justicia y santidad de Dios.

Tras ser purificados, nos podemos someter a Dios;

esta es verdaderamente la gran salvación de Dios.

Hemos renunciado a nuestras familias y ataduras mundanas,

y cumplimos bien nuestro deber con lealtad.

Nos rebelamos contra nuestra carne y practicamos la verdad

para someternos a Dios y satisfacer Sus intenciones.

Todos los hermanos y hermanas venimos a alabar a Dios.

Poder alabarlo ante Su trono

es la gracia y bendición de Dios;

esta es la gracia y bendición de Dios.

Ⅲ

Los hermanos y hermanas cantamos una nueva canción,

cantamos que la gran obra de Dios ha sido completada.

A través de Su plan de gestión de seis mil años,

Dios ha perfeccionado y ganado a un grupo de personas.

Sus palabras nos han conquistado y han humillado por completo al gran dragón rojo.

La majestad, ira y juicio de Dios revelan Su carácter justo.

Todos los hermanos y hermanas venimos a alabar a Dios,

todos los hermanos y hermanas venimos a alabar a Dios,

alabar a Dios Todopoderoso que ha derrotado a Satanás

y ha ganado toda Su gloria.

Ⅳ

Los hermanos y hermanas cantamos una nueva canción;

la alegría de vivir en el reino es inigualable.

Hemos visto la gloria de Dios

y nuestros corazones palpitan de emoción y se regocijan.

Derramamos lágrimas de emoción y cantamos con alegría en el corazón.

Expresamos el amor del corazón con hermosas danzas;

nuestro espíritu se libera y es libre.

Todos los hermanos y hermanas venimos a alabar a Dios;

nuestras voces cantan alto y claro,

sacuden todo el universo, tanto el cielo como la tierra.

de Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos