Palabras diarias de Dios: La entrada en la vida | Fragmento 377
26 Feb 2021
La verdad es la vida de Dios mismo. Representa Su carácter, Su esencia y todo lo que hay en Él. Si afirmas que tener un poco de experiencia significa poseer la verdad, ¿puedes representar entonces el carácter de Dios? Puedes tener cierta experiencia o cierta luz en relación con un determinado aspecto o lado de una verdad, pero no puedes proveer a los demás con ella por siempre, así que esta luz que has obtenido no es la verdad; es, simplemente, un cierto punto que las personas pueden alcanzar. Es, simplemente, la experiencia y el entendimiento apropiados que una persona debe poseer: cierta experiencia real y cierto conocimiento de la verdad. Esta luz, este esclarecimiento y este entendimiento experiencial, nunca pueden sustituir a la verdad, aunque todas las personas hubieran experimentado por completo esta verdad y juntado todas este entendimiento experiencial, todavía no podría ocupar el lugar de esa verdad. Como se ha dicho en el pasado: “Resumo esto con una máxima para el mundo humano: Entre los hombres no hay uno que me ame”. Esto es una declaración de la verdad; la verdadera esencia de la vida. Esta es la cosa más profunda, esta es una expresión de Dios mismo. Puedes seguir experimentándola, y si la experimentas durante tres años tendrás un entendimiento superficial de ella. Si lo haces durante siete u ocho años, obtendrás incluso mayor entendimiento, pero cualquier entendimiento que obtengas nunca podrá sustituir a esa única declaración de la verdad. Otra persona, después de experimentarla un par de años, podría obtener algo de entendimiento, y luego un entendimiento ligeramente más profundo tras experimentarla 10 años, y luego todavía más al experimentar durante toda la vida. Pero si ambos combináis el entendimiento que habéis obtenido, entonces, independientemente de cuánto entendimiento, de cuánta experiencia, de cuántas perspectivas, de cuánta luz, o de cuántos ejemplos que ambos poseáis, nada de ello puede remplazar esta única declaración de verdad. ¿Qué quiero decir con esto? Que la vida del hombre siempre será la vida del hombre, y que por mucho que tu entendimiento pueda estar de acuerdo con la verdad, con las intenciones de Dios y Sus requisitos, nunca podrá sustituirla. Decir que las personas han obtenido la verdad significa que poseen alguna realidad, que han ganado algún entendimiento de la verdad, han logrado alguna entrada real en las palabras de Dios, han tenido alguna experiencia verdadera con Sus palabras, y están en el camino correcto en su fe en Dios. Basta con una sola declaración de Dios para que una persona experimente durante toda una vida; aun si las personas tuvieran que experimentar varias vidas o varios miles de años, seguirían sin poder experimentar una sola verdad de manera plena y total. Si las personas nada más entienden unas pocas palabras superficiales y sin embargo aseguran que han obtenido la verdad, ¿no sería eso una total y completa tontería? […]
Cuando la gente entiende la verdad y vive con ella como su vida, ¿a qué vida se refiere esto? Se refiere a su capacidad de basar su modo de vida en las palabras de Dios; significa que tiene un conocimiento real de las palabras de Dios y auténtico entendimiento de la verdad. Cuando la gente tiene esta nueva vida en su interior, establece su manera de vivir sobre la base de la verdad-palabra de Dios, y vive en el ámbito de la verdad. La vida de las personas consiste en llegar a conocer y experimentar la verdad y, basándote en esto, en no sobrepasar ese ámbito; esta es la vida a la que se alude cuando se habla de recibir la vida-verdad. El que vivas con la verdad como tu vida no quiere decir que la vida de la verdad esté dentro de ti, ni tampoco que tú, si tienes la verdad por vida, te conviertas en la verdad y tu vida interior se vuelva la vida de la verdad; menos aún que tú seas la vida-verdad. A fin de cuentas, tu vida sigue siendo la vida de un ser humano. Simplemente se trata de que un ser humano puede vivir según las palabras de Dios, tener conocimiento de la verdad y entenderla en profundidad; no te pueden quitar este entendimiento. Tú experimentas y comprendes plenamente estas cosas con la impresión de que son muy buenas y valiosas, y llegas a aceptarlas como fundamento de vida; además, vives al amparo de ellas y nadie puede cambiar eso: esta es, entonces, tu vida. Es decir, tu vida solamente alberga estas cosas —entendimiento, experiencia y percepciones de la verdad— y, hagas lo que hagas, en ellas basarás tu manera de vivir y no irás más allá de este ámbito ni de estas fronteras; esta es justamente la clase de vida que tendrás. El objetivo final de la obra de Dios es que la gente tenga esta clase de vida. Por muy bien que comprenda la gente la verdad, su esencia sigue siendo la de la humanidad, en absoluto comparable a la esencia de Dios. Como su experiencia de la verdad es continua, es imposible que viva la verdad completamente; solo pueden vivir la limitadísima parte de la verdad que los seres humanos pueden alcanzar. ¿Cómo podrían, entonces, convertirse en Dios? […] Si tienes un poco de experiencia con las palabras de Dios, y vives según tu entendimiento de la verdad, entonces las palabras de Dios se convierten en tu vida. Sin embargo, sigues sin poder decir que la verdad es tu vida o, que lo que estás expresando es la verdad; si esa es tu opinión, entonces estás equivocado. Si tienes alguna experiencia con un aspecto de la verdad, ¿puede esto en sí mismo representar la verdad? Definitivamente, no. ¿Puedes explicar la verdad a fondo? ¿Puedes descubrir el carácter de Dios y Su esencia a partir de la verdad? No, no puedes. Todo el mundo experimenta con un solo aspecto y ámbito de la verdad. Al experimentarla en tu limitado ámbito, no puedes tocar toda la infinidad de aspectos de la verdad. ¿Puede vivir la gente el significado original de la verdad? ¿A cuánto equivale tu poca experiencia? Un único grano de arena en una playa, una sola gota de agua en el océano. Por tanto, sin importar cuán valiosos puedan ser el entendimiento y esos sentimientos que has obtenido de tus experiencias, siguen sin poder considerarse como la verdad. ¡La fuente de la verdad y el significado de la misma cubren un área muy amplia! Nada puede contradecirla. Algunas personas afirman: “¿No será nunca contradicho mi conocimiento de la experiencia?”. Por supuesto que no. El verdadero entendimiento que viene de vuestra experiencia de las palabras de Dios está de acuerdo con la verdad, ¿cómo podría contradecirse? La verdad puede ser tu vida en cualquier entorno. Puede proporcionarte una senda, y permitirte sobrevivir. Sin embargo, las cosas que las personas poseen y la luz que han obtenido, solo son adecuadas para sí mismas o para otros dentro de un determinado ámbito, pero no lo serían en uno diferente. Por muy profunda que sea la experiencia de una persona, sigue siendo muy limitada, y su experiencia nunca alcanzará el ámbito de la verdad. La luz de una persona y su entendimiento, nunca pueden compararse con la verdad.
La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Tercera parte
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