Palabras diarias de Dios: Revelación de la corrupción de la humanidad | Fragmento 323

14 Ago 2020

Las personas han creído en Dios durante mucho tiempo, pero la mayoría de ellas no tienen entendimiento de esta palabra “Dios”. Simplemente siguen en una confusión. No tienen pistas acerca de cómo debería creer el hombre en Dios o qué es Él exactamente. Si las personas sólo saben creer en Dios y seguirlo, pero no qué es Él, ni lo entienden, ¿no es esta la mayor broma del mundo? Aunque las personas han presenciado muchos misterios celestiales hasta la fecha y han oído mucho conocimiento profundo que el hombre nunca había comprendido antes, están en tinieblas en muchas cosas elementales, como verdades aún no contempladas. Algunas personas podrían decir: “Hemos creído en Dios durante muchos años. ¿Cómo no íbamos a saber lo que Dios es? ¿No nos denigra esto?”. Pero en realidad, aunque todo el mundo me está siguiendo hoy, nadie tiene entendimiento alguno de toda esta obra actual. Dejan ir incluso las cuestiones más claras y fáciles, y mucho menos esta cuestión no digamos ya esta más compleja de “Dios”. Deberías saber que esas cuestiones que echas a un lado y eres incapaz de descubrir son las que más deberías entender, porque sólo sabes seguir a la multitud, sin prestar atención a aquello con lo que deberías prepararte ni tener cuidado con ello. ¿Sabes realmente por qué deberías tener fe en Dios? ¿Sabes realmente qué es Dios? ¿Sabes realmente qué es el hombre? Como hombre que tiene fe en Dios, si eres incapaz de entender estas cosas, ¿no pierdes la dignidad como creyente en Dios? Mi obra hoy es esta: hacer que las personas entiendan su esencia, todo lo que hacen, y que conozcan el verdadero rostro de Dios; este es el acto final de Mi plan de gestión, la última etapa de Mi obra. Esa es la razón por la que os estoy comunicando todos los misterios de la vida de antemano, de forma que todos vosotros podáis aceptarlos de Mí. Como esta es la obra de la era final, debo deciros todas las verdades de la vida que nunca antes habéis asimilado, aunque seáis incapaces de absorberlas y soportarlas, porque simplemente sois demasiado deficientes y no estáis preparados. Yo quiero concluir Mi obra, terminar toda Mi obra requerida, e informaros plenamente de lo que os estoy comisionando a hacer, para que no os desviéis de nuevo y caigáis por los engaños del maligno cuando descienda la oscuridad. Hay muchos caminos más allá de vuestra comprensión, muchos asuntos que no entendéis. ¡Sois tan ignorantes! Yo conozco bien vuestra estatura y vuestras deficiencias. Por tanto, aunque hay muchas palabras que no seréis capaces de absorber, sigo queriendo deciros todas estas verdades que nunca habéis asimilado antes; porque me sigue preocupando si, con vuestra estatura actual, seréis capaces de ser un testimonio para Mí. No es que Yo os denigre. Sois todos bestias que no han pasado por Mi entrenamiento formal, y es verdaderamente cuestionable cuánta gloria hay en vosotros. Aunque he invertido una energía tremenda trabajando en vosotros, parece que los elementos positivos en vosotros prácticamente no existen, mientras los negativos pueden contarse con los dedos y se dedican solamente a testimonios para avergonzar a Satanás. Casi todo lo demás en vosotros es el veneno de este. Os miro como si estuvieseis más allá de la salvación. Así, estando las cosas donde están ahora, miro vuestras diversas actuaciones, y finalmente conozco vuestra verdadera estatura. Esa es la razón por la que sigo preocupándome por vosotros: Abandonado a vivir por sí mismo, ¿acabará el hombre mejor de lo que es hoy o de una forma comparable a ello? ¿No estáis inquietos por vuestra estatura infantil? ¿Podéis ser realmente como el pueblo escogido de Israel, leal a Mí y sólo a Mí bajo cualquier circunstancia? Lo que demostráis no son las travesuras de niños fuera de la vista de sus padres, sino la bestialidad que estalla en animales lejos del alcance del látigo de sus amos. Deberíais conocer vuestra naturaleza, que es también la debilidad que todos compartís, vuestra enfermedad común. Así pues, Mi única exhortación para vosotros hoy es que seáis un testimonio para Mí. No dejéis bajo ninguna circunstancia que la vieja enfermedad, brote de nuevo. Lo más importante es dar testimonio. Ese es el núcleo de Mi obra. Deberíais aceptar Mis palabras del mismo modo que María aceptó la revelación de Jehová que vino a ella en un sueño, creyendo y después obedeciendo. Sólo esto cumple los requisitos de ser casto. Porque vosotros sois los que más oís Mis palabras, los que Yo más bendigo. Os estoy dando todas Mis posesiones valiosas, concediéndooslo todo. Sin embargo, vuestro estatus y el del pueblo de Israel son muy diferentes, mundos completamente distintos. No obstante, en comparación con ellos estáis recibiendo mucho más. Mientras ellos esperan desesperadamente Mi aparición, vosotros pasáis días agradables conmigo, compartiendo Mis riquezas. En comparación, ¿qué os da el derecho de graznar y reñir conmigo y exigir porciones de Mis posesiones? ¿No estáis recibiendo suficiente? Os doy mucho, pero lo que me devolvéis es tristeza desgarradora, ansiedad, resentimiento incontenible y descontento. Sois demasiado repugnantes, pero también dais pena. Por tanto no tengo otra opción que tragarme todo Mi resentimiento y quejarme a vosotros una y otra vez. A lo largo de estos varios miles de años de obra, nunca antes puse ninguna objeción a la humanidad por haber descubierto que en la historia de su desarrollo sólo los engaños entre vosotros son lo más renombrado. Son como herencias valiosas que el famoso antepasado de la antigüedad os dejó. Cómo aborrezco a esos cerdos y perros inhumanos. ¡Sois demasiado inconscientes! ¡Vuestro carácter es demasiado básico! ¡Vuestros corazones están demasiado endurecidos! Si Yo llevara estas palabras mías y esta obra mía a Israel, hace mucho que habría obtenido la gloria. Pero no es así entre vosotros. Entre vosotros sólo hay descuido cruel, vuestro trato frío, y vuestras excusas. ¡Sois demasiado insensibles e inútiles!

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. ¿Cuál es tu entendimiento de Dios?

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