Ⅰ

Muchas veces quise clamar, pero no tenía dónde hacerlo.

Muchas veces quise cantar en alto, pero no tenía melodía con qué hacerlo.

Muchas veces anhelé expresar el amor de un ser creado.

Busqué por todas partes, busqué por todas partes,

pero no tenía palabras.

Dios Todopoderoso, Tú eres el amor en mi corazón.

Mi corazón salta, mis manos danzan, para alabar Tu venida al mundo.

Ⅱ

El hombre vino del polvo, sin vida, sin vida alguna.

Dios creó al hombre y le dio el aliento de la vida,

para que sobreviva en la tierra.

Tristemente, Satanás corrompió al hombre, que perdió razón y conciencia.

Una generación tras otra fue cayendo hasta ahora.

Dios Todopoderoso, Tú eres el amor en mi corazón.

Polvo soy, pero veo Tu rostro glorioso.

¿Cómo no postrarme y adorarte?

Ⅲ

Dios creó al hombre y lo ama, así que se encarnó de nuevo para salvarlo.

Él soportó humillación y toda clase de dolor,

y Él ha paladeado la dulzura y la amargura de la vida,

para traer al hombre a un hermoso destino.

¿Cómo no le daremos las gracias siempre por una salvación semejante?

Dios Todopoderoso, Tú eres el amor en mi corazón.

Era profundamente corrupto, pero me has salvado.

¿Cómo no postrarme y adorarte?

Ⅳ

Hoy soy salvo y comienzo a seguir la senda correcta,

solo por la gracia y la bendición de Dios.

Gozo las palabras de Dios y experimento Su juicio,

he llegado a conocer Su justicia y Su santidad.

Soportando toda persecución, dolor y adversidad,

veo que Dios es lo más hermoso.

Al experimentar Su obra me purifico, y por fin en la luz vivo.

Dios Todopoderoso, Tú eres el amor en mi corazón.

Me someto a Tus arreglos, y satisfago Tus intenciones,

ya no elijo nada más para mí mismo.

de Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos