Palabras diarias de Dios: Los misterios sobre la Biblia | Fragmento 266

14 Mar 2021

Después de que Dios realizara la obra de la Era de la Ley, se creó el Antiguo Testamento, y fue entonces cuando la gente comenzó a leer la Biblia. Después de que viniera Jesús, Él realizó la obra de la Era de la Gracia, y Sus apóstoles escribieron el Nuevo Testamento. Así se crearon el Antiguo y el Nuevo Testamento de la Biblia y, aún hoy, todos los que creen en Dios han estado leyendo la Biblia. La Biblia es un libro de historia. Por supuesto, también contiene algunas de las predicciones de los profetas, que no son historia en absoluto. La Biblia incluye varias partes; no sólo hay profecía, o sólo la obra de Jehová, o las epístolas paulinas. Debes saber cuántas partes incluye; el Antiguo Testamento consta de Génesis, Éxodo…, y también los libros de profecía que escribieron los profetas. Finalmente, el Antiguo Testamento termina con el libro de Malaquías. Registra la obra de la Era de la Ley, dirigida por Jehová; desde Génesis hasta el libro de Malaquías, es un relato exhaustivo de toda la obra de la Era de la Ley. Es decir, el Antiguo Testamento registra todo lo experimentado por las personas que fueron guiadas por Jehová en la Era de la Ley. Durante la Era de la Ley del Antiguo Testamento, el gran número de profetas levantados por Jehová profetizó en Su nombre, dio instrucciones a diversas tribus y naciones, y predijo la obra que Jehová haría. Este había dado el Espíritu de profecía a todas estas personas que había levantado: eran capaces de ver Sus visiones, de oír Su voz; por tanto, estaban inspiradas por Él y escribían profecía. La obra que hacían era la expresión de la voz de Jehová, la expresión de Su profecía, y la obra de Jehová en ese momento era simplemente guiar a las personas usando el Espíritu; Él no se hizo carne, y las personas no veían Su rostro. Por tanto, levantó muchos profetas para hacer Su obra, y les dio oráculos que transmitieron a cada tribu y clan de Israel. Su trabajo era hablar profecía, y algunos escribieron las instrucciones de Jehová para mostrarlas a otros. Él levantó a estas personas para hablar profecía, predecir la obra del futuro o la que aún debía hacerse durante ese tiempo, de forma que las personas pudieran ver las maravillas y la sabiduría de Jehová. Estos libros de profecía eran bastante diferentes de los demás libros de la Biblia; eran palabras habladas o escritas por aquellos a los que se había dado el Espíritu de profecía; por aquellos que habían obtenido de Jehová las visiones o la voz. Aparte de los libros de profecía, todo lo demás en el Antiguo Testamento está compuesto por registros hechos por personas después de que Jehová hubiera terminado Su obra. Estos libros no pueden reemplazar a la predicción hablada por los profetas levantados por Jehová, del mismo modo que Génesis y Éxodo no pueden compararse con el libro de Isaías ni el de Daniel. Las profecías se hablaron antes de que la obra se hubiera llevado a cabo; los otros libros, entretanto, se escribieron después de que la obra hubiera terminado, lo cual era lo que las personas eran capaces de hacer. Los profetas de esa época fueron inspirados por Jehová y hablaron algo de profecía, muchas palabras, y profetizaron las cosas de la Era de la Gracia, así como la destrucción del mundo en los últimos días: la obra que Jehová planeó hacer. Todos los libros restantes registran la obra realizada por Jehová en Israel. Por tanto, cuando lees la Biblia, estás leyendo principalmente acerca de lo que Jehová hizo en Israel; el Antiguo Testamento de la Biblia registra principalmente la obra de Jehová de guiar a Israel, Su uso de Moisés para llevar a los israelitas fuera de Egipto, quien los liberó de los grilletes de Faraón y los llevó al desierto, tras lo cual entraron en Canaán y todo lo siguiente fue su vida allí. Todo lo demás está compuesto por relatos de la obra de Jehová a lo largo y ancho de Israel. Todo lo registrado en el Antiguo Testamento es la obra de Jehová en Israel, la obra que Él llevó a cabo en la tierra en la que hizo a Adán y Eva. Desde el momento en que Dios comenzó oficialmente a guiar a las personas sobre la tierra después de Noé, todo lo registrado en el Antiguo Testamento es la obra de Israel. ¿Y por qué no se registra ninguna obra más allá de Israel? Porque esa tierra es la cuna de la humanidad. En el principio, no había otros países además de Israel, y Jehová no obró en ningún otro lugar. De esta forma, lo que se registra en el Antiguo Testamento de la Biblia es puramente la obra de Dios en Israel en ese momento. Las palabras habladas por los profetas, por Isaías, Daniel, Jeremías y Ezequiel… sus palabras predicen Su otra obra sobre la tierra, la obra de Jehová Dios mismo. Todo esto venía de Dios, era la obra del Espíritu Santo, y aparte de estos libros de los profetas, todo lo demás es un relato de las experiencias de la obra de Jehová por parte de las personas en ese momento.

La obra de la creación tuvo lugar antes de que existiera la humanidad, pero el libro de Génesis sólo vino después de ello; fue un libro escrito por Moisés durante la Era de la Ley. Es como las cosas que ocurren entre vosotros hoy: después de que ocurren, las escribís para mostrarlas a las personas en el futuro, y para las personas del futuro, lo que has registrado son cosas acontecidas en el pasado, no son otra cosa que historia. Las cosas registradas en el Antiguo Testamento son la obra de Jehová en Israel, y lo registrado en el Nuevo es la obra de Jesús durante la Era de la Gracia; documentan la obra realizada por Dios en dos eras distintas. El Antiguo Testamento documenta la obra de Dios durante la Era de la Ley, y por tanto, el Antiguo Testamento es un libro histórico, mientras que el Nuevo Testamento es el producto de la Era de la Gracia. Cuando comenzó la nueva obra, el Nuevo Testamento también quedó obsoleto; por tanto, el Nuevo Testamento también es un libro histórico. Por supuesto, no es tan sistemático como el Antiguo ni registra tantas cosas. Todas las muchas palabras habladas por Jehová están registradas en el Antiguo Testamento de la Biblia, mientras que sólo algunas de las de Jesús se registran en los Cuatro Evangelios. Por supuesto, Jesús hizo mucha obra, pero la misma no se registró con detalle. Hay menos registrado en el Nuevo Testamento debido a la cantidad de obra llevada a cabo por Jesús; la cantidad de obra que hizo durante tres años y medio sobre la tierra y la obra de los apóstoles fue mucho menor que la de Jehová. Por tanto, hay menos libros en el Nuevo Testamento que en el Antiguo.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Relativo a la Biblia (1)

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