Ninguna lección es más profunda que la de amar a Dios.

De una vida de creencia,

la lección que la gente aprende es cómo amar a Dios.

Si crees en Dios, debes esforzarte por amarlo.

Si crees pero no amas,

no logras conocerlo y nunca lo has amado

con un verdadero amor que viene de tu corazón,

entonces tu creencia es inútil.

Si crees en Dios pero no lo amas,

entonces vives en vano

y toda tu vida es la más inferior de todas.

Si, en toda tu vida, nunca has amado o satisfecho a Dios,

entonces, ¿cuál es el sentido de vivir,

el sentido de tu creencia en Dios?

¿No es esto un esfuerzo desperdiciado?

Si las personas van a creer y amar a Dios,

deben pagar un precio.

Deberían no sólo actuar de una manera externa,

sino también buscar la verdadera percepción

en lo profundo de sus corazones.

Si te apasiona cantar y bailar,

pero eres incapaz de poner en práctica la verdad,

¿puedes decir que realmente amas a Dios?

Si crees en Dios pero no lo amas,

entonces vives en vano

y toda tu vida es la más inferior de todas.

Si, en toda tu vida, nunca has amado o satisfecho a Dios,

entonces, ¿cuál es el sentido de vivir,

el sentido de tu creencia en Dios?

¿No es esto un esfuerzo desperdiciado?

Amar a Dios requiere buscar Su voluntad en todas las cosas.

Explora en lo profundo de tu ser cuando te ocurra algo.

Trata de comprender la voluntad de Dios,

qué desea Él que consigas

y cómo debes ser consciente de Su voluntad.

Si crees en Dios pero no lo amas,

entonces vives en vano

y toda tu vida es la más inferior de todas.

Si, en toda tu vida, nunca has amado o satisfecho a Dios,

entonces, ¿cuál es el sentido de vivir,

el sentido de tu creencia en Dios?

¿No es esto un esfuerzo desperdiciado?

De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”